Memoria

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Memoria (proceso)

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No debe confundirse con tarjeta de memoria.
La memoria es una función del cerebro que permite al organismo codificar, almacenar
y recuperar la información del pasado.1 Algunas teorías2 afirman que surge como
resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea
redes neuronales (la llamada potenciación a largo plazo). Sin embargo, aunque este
fenómeno se ha estudiado por más de 30 años en animales, todavía no hay suficientes
estudios sobre su existencia en la corteza cerebral humana.3

Experimento de memoria espacial en ratones.


La memoria permite retener experiencias pasadas y, según el alcance temporal, se
clasifica convencionalmente en: memoria a corto plazo (consecuencia de la simple
excitación de la sinapsis para reforzarla o sensibilizarla transitoriamente),
memoria a mediano plazo y memoria a largo plazo (consecuencia de un reforzamiento
permanente de la sinapsis gracias a la activación de ciertos genes y a la síntesis
de las proteínas correspondientes). El hipocampo es una estructura del cerebro
relacionada con la memoria y aprendizaje. Un ejemplo que sustenta lo antes
mencionado es la enfermedad de alzheimer que ataca las neuronas del hipocampo lo
que causa que la persona vaya perdiendo memoria y ni siquiera recuerde en muchas
ocasiones a sus familiares.

En términos prácticos, la memoria (o, mejor, los recuerdos) es la expresión de que


ha ocurrido un aprendizaje. De ahí que los procesos de memoria y de aprendizaje
sean difíciles de estudiar por separado.

El estudio de la memoria suele centrarse sobre todo en los homínidos, puesto que
estos presentan la estructura cerebral más compleja de la escala evolutiva. No
obstante, el estudio de la memoria en otras especies también es importante, no solo
para hallar diferencias neuroanatómicas y funcionales, sino también para descubrir
semejanzas. Los estudios con animales suelen realizarse también para descubrir la
evolución de las capacidades mnésicas y para experimentos donde no es posible, por
ética, trabajar con seres humanos. De hecho, los animales con un sistema nervioso
simple tienen la capacidad de adquirir conocimiento sobre el mundo, y crear
recuerdos. Esta capacidad alcanza su máxima expresión en los seres humanos.4

El cerebro humano de un individuo adulto estándar contiene unos 100 000 000 000
(cien mil millones) de neuronas y unos 100 billones de interconexiones (sinapsis)
entre estas.5 Aunque a ciencia cierta se desconoce la capacidad de memoria del
cerebro, puesto que no se dispone de ningún medio fiable para poder calcularla, las
estimaciones varían entre 1 y 10 terabytes.6 Según Carl Sagan, tenemos la capacidad
de almacenar en nuestra mente información equivalente a la de 10 billones de
páginas de enciclopedia.7

No existe un único lugar físico para la memoria en nuestro cerebro.8 La memoria


está diseminada por distintas localizaciones especializadas. Mientras en algunas
regiones del córtex temporal están almacenados los recuerdos de nuestra más tierna
infancia, el significado de las palabras se guarda en la región central del
hemisferio derecho y los datos de aprendizaje en el córtex parieto-temporal. Los
lóbulos frontales se dedican a organizar la percepción y el pensamiento. Muchos de
nuestros automatismos están almacenados en el cerebelo.

Los primeros estudios sobre la memoria comenzaron en el campo de la filosofía, e


incluían las técnicas para mejorar la memoria. A finales del siglo xix y principios
del xx, la memoria pasó a ser el paradigma por excelencia de la psicología
cognitiva. En las últimas décadas se ha convertido en uno de los principales
pilares de una rama de la ciencia conocida como neurociencia cognitiva, un nexo
interdisciplinario entre la psicología cognitiva y la neurociencia.

Índice
1 Historia
2 Fases
3 Memoria sensorial
4 Memoria a corto plazo
4.1 Subsistemas
4.2 Consecuencias de la limitación de recursos
5 Memoria a largo plazo
5.1 Clasificación por tipo de información
5.1.1 Memoria no declarativa (implícita)
5.1.2 Memoria declarativa (explícita)
6 Memoria inmanente consciente
7 Los recuerdos
8 Patologías
8.1 Alteraciones cuantitativas
8.1.1 Amnesia
8.1.2 Hipomnesia
8.1.3 Hipermnesia
8.1.4 Dismnesia
8.2 Alteraciones cualitativas
8.3 Tratamientos contra la pérdida de la memoria
9 Mecanismos de olvido
10 Los 7 pecados de la memoria (según Schacter)
11 La memoria y la psicología
12 Véase también
13 Referencias
14 Bibliografía
15 Bibliografía complementaria
16 Enlaces externos
Historia

Esquema de los varios tipos de memoria como género literario


El psicólogo William James (1890) fue el primero en hacer una distinción formal
entre memoria primaria y memoria secundaria (memoria a corto y memoria a largo
plazo, respectivamente). Esta distinción reside en el centro del influyente modelo
de almacenamiento múltiple de Atkinson y Shiffrin (1968).9

En general, se considera que Hermann Ebbinghaus (1885) fue el pionero en el estudio


experimental de la memoria, al haberse utilizado a sí mismo para estudiar fenómenos
básicos tales como las curvas de aprendizaje y del olvido e inventar sílabas sin
sentido para dicho propósito.

Durante gran parte de la primera mitad del siglo xx, la memoria no constituyó un
tema respetable para los psicólogos experimentales, lo que refleja el dominio del
conductismo. Sin embargo, algunos conductistas —en particular, los estadounidenses—
estudiaron la llamada conducta verbal utilizando el aprendizaje de pares asociados,
en el cual se representan pares de palabras no relacionadas, donde el primer
miembro del par representa el estímulo y el segundo la respuesta.

Este enfoque asociacionista hizo que el estudio de la memoria tuviera una posición
firme dentro del marco conceptual conductista, y que desde entonces se le observa
de manera más clara en la teoría de interferencia, que es una de las principales
teorías del olvido.

Fases
Esquema del proceso de memorizar, según :Abenteuer Psyche (Gabriele Amann, Rudolf
Wippinger), 1. Auflage, Abbildung 3.16
En el proceso de almacenamiento de los conocimientos en la memoria es posible
diferenciar las siguientes fases:

codificación o registro: transformación de la información sensorial en elementos


reconocibles y manipulables por la memoria mediante códigos verbales (palabras,
números, letras) y códigos visuales (imágenes y figuras). Esta codificación no es
neutra sino que de toda la información sensorial que llega se selecciona la que
interesa y se interpreta de acuerdo a vivencias e ideas anteriores. En esta
operación influyen de manera decisiva la atención y concentración. Algunos
obstáculos para la atención y la concentración son las distracciones externas
(conversaciones, radio, televisión, ruidos, etc.); las distracciones internas
(preocupaciones, indecisión, problemas personales, falta de interés, etc.); y las
distracciones fisiológicas (fatiga física, dieta, sueño, enfermedades, etc.)
almacenamiento: retención de la información con el fin de conservarla y recuperarla
cuando sea necesario. Según dónde se guarden los datos permanecerán más o menos
tiempo en la memoria, desde unos segundos, hasta toda la vida.
recuperación, recordar o recolección: localización y reactualización de la
información almacenada. Esto es a lo que llamamos recordar, es decir, evocar y
reconocer la información adquirida y almacenada en la memoria. La recuperación
significa traer a la conciencia la información.10
Memoria sensorial
Artículo principal: Memoria sensorial
Se denomina memoria sensorial a la capacidad de registrar las sensaciones
percibidas a través de los sentidos. Constituye la fase inicial del desarrollo del
proceso de la atención. Esta memoria tiene una gran capacidad para procesar gran
cantidad de información a la vez, aunque durante un tiempo muy breve.

Existe una serie de almacenes de información provenientes de los distintos sentidos


que prolongan la duración de la estimulación. Esto facilita, generalmente, su
procesamiento en la llamada memoria operativa.

Los almacenes más estudiados han sido los de los sentidos de la vista y el oído:

El almacén icónico se encarga de recibir la percepción visual. Se considera un


depósito de gran capacidad en el cual la información almacenada es una
representación isomórfica (con la misma estructura) de la realidad de carácter
puramente físico y no categórico (aún no se ha reconocido el objeto).
Esta estructura es capaz de mantener nueve elementos aproximadamente, por un
intervalo de tiempo muy corto (alrededor de 250 milisegundos). Los elementos que
finalmente se transferirán a la memoria operativa serán aquellos a los que el
individuo preste atención.
El almacén ecoico, por su parte, mantiene almacenados los estímulos auditivos hasta
que el receptor haya recibido la suficiente información para poder procesarla
definitivamente en la memoria operativa.
Memoria a corto plazo
La memoria a corto plazo es el sistema donde el individuo maneja la información a
partir de la cual está interactuando con el ambiente. Aunque esta información es
más duradera que la almacenada en las memorias sensoriales, está limitada a
aproximadamente 7±2 elementos durante 30 segundos (span de memoria) si no se
repasa.

Esta limitación de capacidad se pone de manifiesto en los efectos de primicia y


ultimidad. Cuando a un grupo de personas se le presenta una lista de elementos
(palabras, dibujos, acciones, etc.) para que sean memorizados, al cabo de un breve
lapso recuerdan con mayor facilidad aquellos ítems que se presentaron al principio
(primicia) o los que se presentaron al final (recencia o ultimidad) de la lista,
pero no los intermedios.

El «efecto de primicia» disminuye al aumentar la longitud de la lista, no así el de


ultimidad. La explicación que se da a estos datos es que las personas pueden
repasar mentalmente los primeros elementos hasta almacenarlos en la memoria a largo
plazo, y en cambio no pueden procesar los elementos intermedios. Los últimos ítems,
por su parte, permanecen en la memoria operativa tras finalizar la fase de
aprendizaje, por lo que estarían accesibles a la hora de recordar la lista.

Las funciones generales de este sistema de memoria abarcan la retención de


información, el apoyo en el aprendizaje de nuevo conocimiento, la comprensión del
ambiente en un momento dado, la formulación de metas inmediatas y la resolución de
problemas. Debido a las limitaciones de capacidad, cuando una persona realice una
determinada función, las demás no se podrán llevar a cabo en ese momento.

Subsistemas
La memoria operativa o memoria de trabajo está formada por varios subsistemas, a
saber: un sistema supervisor (el ejecutivo central) y dos almacenes secundarios
especializados en información verbal (el lazo articulatorio) y visual o espacial
(la agenda visoespacial).

El sistema neuronal ejecutivo central coordina los recursos del sistema y los
distribuye por diferentes almacenes, denominados esclavos, según la función que se
pretenda llevar a cabo. Se centra, por lo tanto, en tareas activas de control sobre
los elementos pasivos del sistema; en este caso, los almacenes de información.
El lazo articulatorio o bucle fonológico, por su parte, se encarga del
almacenamiento pasivo y mantenimiento activo de información verbal hablada. El
primer proceso hace que la información se pierda en un breve lapso, mientras que el
segundo —repetición— permite refrescar la información temporal. Además, es
responsable de la transformación automática del lenguaje presentado de forma visual
a su forma fonológica, por lo que, a efectos prácticos, procesa la totalidad de la
información verbal. Esto se demuestra cuando se trata de recordar una lista de
letras presentadas de forma visual o auditiva: en ambos casos, una lista de
palabras de sonido semejante es más difícil de recordar que una en la que éstas no
sean tan parecidas. Asimismo, la capacidad de almacenamiento del «lazo
articulatorio» no es constante como se creía (el clásico 7±2), sino que disminuye a
medida que las palabras que deben recordarse son más largas.
La agenda visoespacial es el almacén del sistema que trabaja con elementos de
carácter visual o espacial. Como el anterior, su tarea consiste en guardar este
tipo de información. La capacidad de almacenamiento de elementos en la «agenda
visoespacial» se ve afectada —como en el «lazo articulatorio»— por la similitud de
sus componentes, siempre y cuando no sea posible traducir los elementos a su código
verbal (por ejemplo, porque el «lazo articulatorio» esté ocupado con otra tarea).
Así, será más difícil recordar un pincel, un bolígrafo y un lápiz que recordar un
libro, una pelota y un lápiz.
Consecuencias de la limitación de recursos
Se ha investigado cómo la limitación de recursos de la «memoria operativa» afecta
la ejecución de varias tareas simultáneas. En las investigaciones de este tipo se
dice a un grupo de personas que realicen una tarea principal (por ejemplo, escribir
un artículo) y de otra secundaria (por ejemplo, escuchar una canción) al mismo
tiempo. Si la tarea principal se realiza peor que cuando se hace en solitario, se
puede constatar que ambas tareas comparten recursos.

En líneas generales, el rendimiento en tareas simples empeora cuando éstas


requieren la participación de un mismo almacén secundario (por ejemplo, escribir un
texto y atender a lo que se dice en la canción), pero no cuando los ejercicios se
llevan a cabo de forma separada en los dos almacenes o subsistemas (por ejemplo,
escuchar una noticia y ver imágenes por televisión). Cuando la complejidad de las
tareas aumenta y se requiere el procesamiento de información controlado por el
«ejecutivo central», la ejecución en ambas tareas se vuelve más lenta, pero no
empeora.

Además, se ha demostrado[cita requerida] que las personas ancianas muestran peor


rendimiento en las tareas que requieran el uso del componente del «ejecutivo
central» de la memoria de trabajo. Por el contrario, las tareas que precisen del
bucle fonológico no se verán tan afectadas por la edad. En la actualidad aún no
está aclarada esta cuestión.

Memoria a largo plazo


La Memoria a largo plazo (MLP) es un almacén al que se hace referencia cuando
comúnmente hablamos de memoria en general. Es en donde se almacenan los recuerdos
vividos, nuestro conocimiento acerca del mundo, imágenes, conceptos, estrategias de
actuación, etc.

Dispone de capacidad desconocida y contiene información de distinta naturaleza. Se


considera la «base de datos» en la que se inserta la información a través de la
«memoria operativa», para usarla posteriormente.

Clasificación por tipo de información


Una primera distinción considerada dentro de la MLP es la que establece el modelo
de Squire en 1992[cita requerida] entre la memoria declarativa y la memoria no
declarativa conocida como procedimental. La «memoria declarativa» es aquella en la
que se almacena información sobre hechos, mientras que la memoria no declarativa
nos sirve para almacenar información basados en procedimientos y estrategias que
permiten interactuar con el medio ambiente, pero cuya puesta en marcha tiene lugar
de manera inconsciente o automática, resultando prácticamente imposible su
verbalización.

Taxonomía de la memoria
Memoria Memoria declarativa
explícita Memoria semántica fechas, nombres, números, ...
Memoria episódica Como sucedió algo
Memoria procedimental
no-declarativa
no-explícita Procedural Coordinación de movimientos del cuerpo, leer palabras
escritas de derecha a izquierda, andar en bicicleta
Primado Se lee una lista de palabras, por ejemplo: matrícula, acueducto,
presidente.
Al día siguiente, los lectores no las recordarán, pero si se muestran solamente las
primeras letras de una palabra, probablemente recordaran la palabra completa:
acue ...? → acueducto!, pres...? → presidente!, etc.
condicionamiento emocional: Al sonar la campana del colegio, los escolares dejan
de escuchar al maestro y salen al recreo
musculatura del esqueleto: aprender la forma correcta de golpear el balón con la
cabeza en fútbol
aprendizaje no asociativo
Según David J. Linden, Das Gehirn, ein Unfall der Natur und warum es dennoch
funktioniert, p. 127
Memoria no declarativa (implícita)
La «memoria no declarativa» puede considerarse un sistema de ejecución (praxia),
implicado en el aprendizaje de distintos tipos de habilidades (se conoce también
como memoria procedimental) que no están representadas como información explícita
sobre el mundo.11 Este tipo de memoria se activa de manera automática, como una
secuencia de pautas de actuación (procedimiento), ante las demandas de una tarea.
Consiste en una serie de repertorios motores (escribir) o estrategias cognitivas
(hacer un cálculo) que llevamos a cabo de modo inconsciente.

El aprendizaje de estas habilidades se adquiere de modo gradual, principalmente a


través de la ejecución y la retroalimentación que se obtenga; sin embargo, también
pueden influir las instrucciones (sistema declarativo) o la imitación (mimetismo).
El grado de adquisición de estas habilidades depende de la cantidad de tiempo
empleado en practicarlas, así como del tipo de entrenamiento que se lleve a cabo.
Como predice la «ley de la práctica», en los primeros ensayos la velocidad de
ejecución sufre un rápido incremento exponencial, que va enlenteciéndose conforme
aumenta el número de ensayos de práctica.

La adquisición de una habilidad lleva consigo que ésta se realice óptimamente sin
demandar demasiados recursos de la atención, que pueden usarse en otra tarea al
mismo tiempo, de modo que dicha habilidad se lleva a cabo de manera automática.

La unidad que organiza la información almacenada en la «memoria procedimental» es


la regla de producción que se establece en términos de condición-acción, y se
considera que la condición es una estimulación externa o una representación de ésta
en la memoria operativa; la acción se considera una modificación de la información
en la memoria operativa o en el ambiente.

Las características de esta memoria son importantes al tratar de desarrollar una


serie de reglas que permitan obtener una buena ejecución en una tarea determinada.
Esta memoria se explora a través de las praxias, que es la habilidad para poner en
marcha programas motores ya aprendidos de manera voluntaria: un movimiento o gesto
específico, manejar objetos que requieren una secuencia de gestos, etc.

Memoria declarativa (explícita)


La «memoria declarativa» contiene información referida al conocimiento sobre el
mundo y sobre las experiencias vividas por cada persona (memoria episódica). Un
ejemplo de la misma es el día de año nuevo, que recordamos y para todos es
diferente. También contiene información referida al conocimiento general, sobre
todo respecto a los conceptos extrapolados de situaciones vividas (memoria
semántica). Mientras que la semántica es más objetiva y un ejemplo de la misma es
que color rojo es algo que aprendimos desde pequeños y que para todos es igual,
tener en cuenta estas dos subdivisiones de la memoria declarativa es importante
para entender de qué modo la información está representada y se recupera
diferencialmente.

La «memoria semántica» da cuenta de un almacén de conocimientos acerca de los


significados de las palabras y de las relaciones entre estos significados, y
constituye una especie de diccionario mental, mientras que la «memoria episódica»
representa eventos o sucesos que reflejan detalles de la situación vivida y no
solamente el significado.

La organización de los contenidos en la «memoria episódica» está sujeta a


parámetros espacio-temporales; esto es, los eventos que se recuerdan representan
los momentos y lugares en que se presentaron. Sin embargo, la información
representada en la «memoria semántica» sigue una pauta conceptual, de manera que
las relaciones entre los conceptos se organizan en función de su significado.

Otra característica que diferencia ambos tipos de representación se refiere a que


los eventos almacenados en la «memoria episódica» son aquellos que se han
codificado de manera explícita, mientras que la «memoria semántica» posee una
capacidad de inferir y es capaz de manejar y generar nueva información que nunca se
haya aprendido en forma explícita, pero que se halla implícita en sus contenidos
(entender el significado de una frase nueva o de un nuevo concepto utilizando
palabras ya conocidas).

También existe la «memoria fotográfica», que es la capacidad de un individuo de


recordar hechos incluso pasados muchos años con una precisión increíble. Este tipo
de memoria suele ser muy común en personas con síndrome de Asperger.
Memoria inmanente consciente
La «memoria inmanente consciente» refiere a un tipo particular de memoria
consistente en la proyección de un subconjunto de memorias de largo plazo sobre la
conciencia. La tesis de la memoria inmanente consciente fue postulada por Federico
González, psicólogo argentino, quien la definió como:

Una proyección de la memoria de largo plazo episódica sobre la conciencia,


realizada momento a momento. La tesis de la memoria inmanente (MIC) consciente
sostiene que un fragmento compactado de información proveniente del sistema
episódico de memoria de largo plazo (MLP) se encuentra proyectado sobre la
conciencia, a modo de una macro huella mnémica. La MIC es experimentada
conscientemente como un background que confiere significado a la experiencia
actual. En tal sentido, la conciencia resulta una síntesis que amalgama
simultáneamente la memoria con la experiencia presente. En consecuencia, desde la
perspectiva de la MIC, la conciencia constituye la condensación integradora de un
subconjunto de la memoria de largo plazo unido a la conciencia perceptual e
ideativa presente. En síntesis, la MIC es una subestructura de la mente que
comprende un conjunto de experiencias pasadas que se presenta reflejado o
"incrustado" sobre la conciencia.1213

La tesis de la memoria inmanente consciente ha sido aplicada para explicar un vasto


conjunto de fenómenos de la vida mental tales: algunos aspectos del tiempo
subjetivo como la sensación de duración y la dimensionalidad de antigüedad de los
recuerdos, la noción de identidad personal, la naturaleza de las retenciones y
protenciones fenomenológicas y la orientación generalizada de la realidad espacio-
temporal.

La tesis de la memoria inmanente consciente asume que la conciencia presente


contiene mucha más información que se le que le atribuye en el almacén de corto
plazo (ACP). También relativiza el postulado que sostiene que para fijar nueva
información en la memoria de largo plazo es necesario realizar un repaso mental
interno de la misma. Por el contrario, se sostiene la hipótesis de un mecanismo de
autoguardado permanente que permitiría almacenar síntesis de experiencias
episódicas sin que se busque deliberadamente hacerlo.

La Memoria inmanente consciente también se ha aplicado para comprender algún tipo


de sueño donde en la vivencia del soñante se dan por supuestos hechos que, en
rigor, no ocurrieron durante el sueño.

Los recuerdos
Los recuerdos son imágenes del pasado que se archivan en la memoria. Nos sirven
para traer al presente algo o a alguien. Se definen también como una reproducción
de algo anteriormente aprendido o vivido, por lo que están vinculados directamente
con la experiencia.

Las conexiones neuronales de la corteza son estimuladas por la información y se


fortalecen y vinculan al contexto emocional en que se formaron. Una vez codificadas
reside en la región de la corteza en la que la información fue percibida y
procesada. Cuando sea necesario, o suscitado por la emoción, esa memoria se activa
para utilizarse como memoria de trabajo.14

Según el psicoanálisis, el aferrarse a un recuerdo puede generar depresiones y, en


casos extremos, incluso una ruptura con la realidad actual.

Los recuerdos de un colectivo humano nos dan una aproximación más cercana de la
realidad que la propia historia, puesto que ella suele saltarse los hechos
individuales para centrarse en los acontecimientos globales.
Desde la fenomenología, el filósofo Paul Ricoeur también explica que el recuerdo es
una imagen. Al recordar, como suele decirse, representamos un acontecimiento
pasado.15 Constituyendo así una estructura común entre memoria e imaginación en el
momento que tiene lugar en nuestra mente la representación de algo ausente.

Patologías

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación


acreditada.
Este aviso fue puesto el 25 de octubre de 2012.
La enfermedad del Alzheimer es una clase de demencia progresiva causada por la
aparición de placas y nudos neurofibriliares en distintas regiones de la corteza
cerebral y el hipocampo. Al principio, estos nudos y placas, se concentran en la
región temporal media, esta zona está relacionada con el establecimiento de nuevas
memorias explícitas. Esta zona es vital para el establecimiento de la memoria
episódica y contribuye a la formación de nuevas memorias semánticas.

La apolipoproteína E (APOE) es esencial para el catabolismo de lipoproteínas.


Además, ha sido vinculada a enfermedades cardiovasculares. La APOE E4 ha sido
relacionada con una mayor sensibilidad a desarrollar Alzheimer. El APOE4 tiende a
producir una acumulación amiloide en el cerebro, algún tiempo antes de que
aparezcan los primeros síntomas del Alzheimer. A pesar de los recientes hallazgos,
la presencia del gen apolipoproteína E, no permite explicar todos los casos de la
enfermedad del Alzheimer.

Alteraciones cuantitativas
Amnesia
La mala memoria está provocada por factores o deficiencias biológicas ajenas
propiamente al funcionamiento normal de la misma.16La amnesia es la ausencia de
recuerdos de un período determinado de la vida. El sujeto suele estar consciente de
que son recuerdos que existieron, pero que se han perdido. Pueden ser parciales o
totales.

Amnesia parcial: afectan los recuerdos de un campo reducido de memoria visual,


auditiva o verbal. Puede estar presente en trastornos orgánicos del cerebro,
lesiones de la corteza cerebral por traumatismos, deficiencia circulatoria,
intoxicaciones o trastornos psicogénicos. Si la amnesia es de etiología orgánica,
suele ser definitiva, mientras que la amnesia temporal de etiología psicogénica
suele ser transitoria.
Amnesia total: es la que se vuelve extensiva a todos los elementos y formas de
conocimiento, que corresponde a un lapso determinado de la vida del sujeto. Según
la cronología del lapso olvidado, se divide en:
Anterógrada o de fijación: incapacidad de evocar hechos recientes, pero si logra
recuerdos antiguos. Suelen ser transitorias, pero pueden convertirse en
definitivas, como ocurre en las demencias.
Amnesia retrógrada o de evocación: es la dificultad para evocar el recuerdo de
vivencias conservadas del pasado y que en otras oportunidades han podido
recuperarse.
Amnesia global o retroanterógrada: afecta simultáneamente la fijación de eventos
presentes y la evocación de recuerdos pasados. Se observa en los períodos
terminales de las demencias.
Hipomnesia
Es la disminución de la capacidad de la memoria debido a una dificultad tanto en la
fijación como en la evocación. Se observa en personas psiquiátricamente sanas con
preocupaciones profundas que acaparan la atención, así como en pacientes con
neurosis.

Hipermnesia
Artículo principal: Hipermnesia
Es el aumento o hiperactividad de la memoria, frecuente en pacientes maníacos o
delirantes, y se presenta también en sujetos con entrenamiento especial de la
memoria.

Dismnesia
Es una alteración cuantitativa que traduce siempre en una disminución de la
memoria, imposibilita evocar un recuerdo en un momento dado y evoca otros en forma
borrosa o poco nítida.

Se llama así por la dificultad para evocar un recuerdo en determinado momento, pero
que más tarde puede ser evocado espontáneamente. Esto ocurre en las personas
normales en forma esporádica, al tratar de recordar nombres propios, fórmulas,
etcétera. Este es uno de los síntomas iniciales que se da en la senectud. Y en
forma permanente en el comienzo de la demencia.

Alteraciones cualitativas
Se han agrupado bajo la denominación de paramnesia, es decir, los falsos
reconocimientos o recuerdos inexactos que no se ajustan a la realidad. Los
principales son:

Fenómeno de lo ya visto (déja vu): es la impresión de que una vivencia actual ha


sido experimentada en el pasado y en la misma forma. Se puede observar en personas
sin ningún padecimiento mental o en sujetos con neurosis o con esquizofrenia.
Fenómeno de lo nunca visto (jamais vu): sensación de no haber visto o experimentado
nunca algo que en la realidad ya se conoce.
Ilusión de la memoria: es la evocación deforme de una vivencia, al cual se le
agregaron detalles creados por la fantasía. Se observa en personas sin
padecimientos mentales y en sujetos con delirios o con esquizofrenia.
Tratamientos contra la pérdida de la memoria
Algunas experiencias e investigaciones sugieren que el consumo de Ácido graso omega
3 tiene efectos benéficos sobre el desarrollo del cerebro, y en procesos tales como
la memoria y la concentración.17 También hay estudios que sugieren que el consumo
de omega 3 durante del embarazo puede tener una buena influencia en el bebé18 e
incluso grupos de niños en edad escolar aumentaron notablemente su rendimiento
después de ingerir pastillas con aceite de pescado rico en omega 3.

Otra de las ayudas eficaces para mejorar la retención consiste en dedicar una buena
parte del tiempo de estudio no a la lectura sino al repaso mental de lo que se ha
leído, a su reproducción ordenada sin recurrir al libro más que cuando falla la
memoria. De esta forma no solo la retención, sino los mecanismos de captura de lo
retenido, se consolidan y perfeccionan. En algún caso, el tiempo dedicado con fruto
a este repaso mental ha llegado hasta el 80 %.16

Se ha demostrado la asociación entre los trastornos de la memoria con el consumo de


gluten, tanto en personas con enfermedad celíaca como con sensibilidad al gluten no
celíaca (pruebas negativas para enfermedad celíaca pero mejoría al eliminar el
gluten de la dieta). Si bien su papel es controvertido, la dieta sin gluten parece
ejercer un efecto protector sobre las alteraciones de la memoria, más efectivo
cuanto menor sea el retraso desde el comienzo de los primeros síntomas.19 (Véase
también Trastornos neurológicos relacionados con el gluten).

Mecanismos de olvido
Olvidar es algo normal, incluso necesario, pues nos evita acumular un exceso de
datos inútiles. Imagine por un momento que fuese capaz de recordar absolutamente
todo lo que ha aprendido y vivido a lo largo de su vida. Por lo tanto, se trata de
acordarse de únicamente lo importante.

El olvido puede deberse a varias causas:


Caducidad: Los datos almacenados pueden ir diluyéndose con el paso del tiempo. Y
esto tiene un sentido en la memoria sensorial, y en los plazos corto y mediano,
pues es la manera de que no lleguen a saturarse.
No encontramos explicación al hecho de que se olviden cosas que estaban almacenadas
en la memoria a largo plazo, pues su capacidad es prácticamente ilimitada. Algunos
investigadores afirman[cita requerida] que los recuerdos se conservan de por vida,
y lo que falla es el modo de acceder a ellos.

Es conocido el efecto agenda desde la salida de las agendas electrónicas, hoy


reforzado por el Efecto Google que es la tendencia a olvidar información que se
puede encontrar en Internet utilizando motores de búsqueda, en lugar de esforzarse
en recordarla.20

Este efecto de olvido producido al navegar en la red también aparece al utilizar


otras tecnologías como las cámaras de fotos. En un experimento llevado a cabo en el
Museo de Arte de la Universidad de Fairfield, la Doctora en Psicología Lady A.
Henkel descubrió que los visitantes que tomaban fotos de las obras expuestas tenían
un peor recuerdo tanto sobre qué objetos habían visto como de los detalles de
estos, en comparación con aquellos visitantes que se habían limitado a observar.
Esto ocurrió a pesar de que ambos grupos de visitantes dedicaron el mismo tiempo a
visualizar cada obra. La explicación a estos resultados es que, en muchas
ocasiones, las personas confiamos en la tecnología (una cámara de fotos en este
caso) para que almacene parte de los recuerdos por nosotros. Este efecto de olvido
se podría contrarrestar si, más adelante, dedicásemos un tiempo suficiente a
observar de nuevo las fotografías tomadas, lo cual reforzaría el recuerdo de
aquellos momentos fortaleciéndolos en la memoria a largo plazo.21

Problemas de acceso: A veces no podemos acceder al contenido de nuestra memoria,


especialmente si el estrés nos hace producir hormonas (glucocorticoides) que
bloquean la función de acceso. Mediante algunos ejercicios de memoria podemos
aumentar la posibilidad de que esto no suceda.
Eliminación: Aparece en el caso de informaciones dolorosas, frustrantes y molestas
y cuando se han vivido situaciones extremas o traumáticas. Frente a este mecanismo
de olvido los ejercicios de memoria no sirven para nada. De todos modos, algunas
experiencias y recuerdos desagradables pueden emplearse para mejorar la memoria.
Los 7 pecados de la memoria (según Schacter)
Artículo principal: Los siete pecados de la memoria
Por omisión:

1. Paso del tiempo


2. Distracción: Despistes que, según el autor, son responsabilidad de más bien la
falta de atención.
3. Bloqueo: 'Lo tengo en la punta de la lengua'.
Por comisión:

4. Atribución errónea: Atribuir un recuerdo a una fuente errónea. Por ejemplo,


atribuirnos ideas que en realidad no son nuestras.
5. Sugestionabilidad: Los recuerdos se ven influidos por agentes externos. Por
ejemplo, no nos acordamos bien de lo que sucedió un día cualquiera. Pero a medida
que un amigo te lo cuenta, lo recuerdas como tal, aunque haya datos falsos.
6. Sesgo: El recuerdo se ve influido por nuestro estado (sentimientos, punto de
vista) actual.
7. Persistencia: Permanencia de recuerdos que desearíamos olvidar.22
La memoria y la psicología

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación


acreditada.
Este aviso fue puesto el 18 de junio de 2020.
La memoria es una función cerebral que interviene en todos los procesos de
aprendizaje del ser humano. Es vital para la supervivencia del individuo como lo ha
sido para la supervivencia de la especie. Esto es un punto común con muchas de las
especies animales, por no decir todas y cuando consideramos novedosos aspectos en
estudio, como la memoria de las células, también es un punto común con las plantas
y los demás seres vivos.

La memoria humana, al igual que el ser humano en sí, es compleja y fascinante. Es a


ella a la que mayor atención préstamos y a la que mayor esfuerzo le exigimos en
nuestras vidas ya que, nuestra vida existe gracias a nuestra memoria. La vida está
formada por recuerdos. La memoria es la capacidad de adquirir, almacenar y
recuperar información. Somos quienes somos gracias a lo que aprendemos y
recordamos. Sin memoria seríamos incapaces de percibir, aprender o pensar, no
podríamos expresar nuestras ideas ni tendríamos una identidad personal, porque sin
recuerdos sería imposible saber quiénes somos y nuestra vida perdería sentido. Este
mapa conceptual consiste en un resumen del tema de la memoria humana que estamos
estudiando. Del título principal «La memoria humana» salen distintos apartados en
los que se divide el tema.

En primer lugar se encuentra la «complejidad de la memoria» en el que se explica en


qué consiste la memoria y las investigaciones que se han llevado a cabo sobre ella
tanto las que estudian la repetición, los esquemas y la memoria a corto plazo. Otro
de los apartados es el de la neuropsicología de la memoria que ya habla sobre
investigaciones más recientes y científicas sobre nuestra memoria y los procesos
que tienen lugar en nuestro cerebro para que esta funcione correctamente.

Los dos últimos apartados que aparecen son los de los procesos básicos de la
memoria, en el que se nombran las tres funciones básicas de ésta, y la estructura y
funcionamiento de la memoria, en el que se nombran los tres sistemas de memoria que
se comunican e interactúan entre sí. Estos sistemas fueron reconocidos por los
psicólogos Richard Atkinson y Richard Shiffrin mediante el desarrollo de la teoría
multialmacén de la memoria.

Hay fallas en el proceso y la función de la memoria que no son propiamente olvidos


o dificultades en el almacenamiento o la recuperación, sino que son distorsiones de
la información. Algunos de estos trastornos alcanzan un grado de enfermedad ya y
son llamados «paramnesias»; otros por el contrario son bastante poco frecuentes o
leves en su ocurrencia. En ambos casos las manifestaciones pueden ser similares,
pero diferir en la intensidad o frecuencia.

Entre las anomalías más frecuentes encontramos:

«Tu cara me parece conocida»: nos ocurre cuando encontramos una persona a la que
conocemos (o creemos conocer) pero nos es imposible identificar (o determinar con
quién tiene tal parecido).
Olvidar el nombre: nos ocurre cuando identificamos plenamente la cara como la de
alguien conocido, pero no podemos recordar el nombre.
Sensación de conocer: este es el caso en que creemos firmemente conocer algo o
saber algo, pero a la hora de utilizar ese conocimiento se fracasa. Esto nos ocurre
con más frecuencia en materia semántica.
Fenómeno de «lo tengo en la punta de la lengua»: Está muy relacionado con el
anterior y es específicamente la incapacidad de encontrar la palabra correcta para
lo que se quiere decir, encontrando tal vez muchas asociadas o relacionadas pero
sin que se ajusten exactamente a lo buscado.
Laguna temporal: es cuando se olvidan algunos fragmentos de algo o lo ocurrido en
un lapso específico, por lo general cuando en ese lapso no ocurre nada relevante y
se estaban ejecutando funciones o labores sobre aprendidas. Ejemplo, cuando
olvidamos parte del recorrido habitual a nuestra casa: no recordamos cuando pasamos
por determinado punto (por el que tuvimos que haber pasado).
Falsificación de la memoria o falsos recuerdos: el aparato psíquico crea recuerdos
para llenar lagunas en la memoria. Este tipo de trastorno tiende a ser altamente
problemático para el sujeto y merecer especial cuidado desde la psicología.
Deja vu: es una anomalía del reconocimiento que implica que experimentamos esa
situación de «esto ya lo he visto» o «esto ya lo he vivido», aún a sabiendas de que
es la primera vez que lo vemos o vivimos.
Jamais vu: es el caso contrario al anterior. Aquí, aunque el individuo conoce y
sabe que conoce determinada situación y la recuerda, no experimenta ninguna
sensación de familiaridad.
Véase también
Mnemósine
Regla mnemotécnica
Aprendizaje
Curva del olvido
Enfermedad de Alzheimer
Neuroanatomía de la memoria
Eidética
Repaso espaciado
Sentido (percepción)
Sistema sensorial
Memoria sensorial
Neuromitos sobre la edad del cerebro
Referencias
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Bibliografía complementaria
Mente y Cerebro, 43, 2010, pp. 47-89.
Ángel Barco, «La materia de los recuerdos: circuitos neuronales y cascadas
moleculares», Mente y Cerebro, 40, 2010, pp. 24-33.
Juan Carlos López, «Sinapsis para recordar», Mente y Cerebro, 54, 2012, pp. 42-48.
Enlaces externos
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Memoria (proceso).
Praxias (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera
versión y la última).
Psicobiología del aprendizaje y la memoria por Ignacio Morgado Bernal.
Memoria humana: Investigación y teoría por Soledad Ballesteros (UNED).
El orden sensorial Conferencia sobre el orden sensorial por el Dr. Joaquín Fuster,
Universidad Francisco Marroquín (Guatemala)
El lugar de la memoria por Steven Rose.
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