Décimas Al Dulce Nombre de Jesús

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Décimas al dulce Nombre de Jesús

(implorando su auxilio para que cesen los estragos de la peste)

Acto de contrición
Porque quieres ser amado, mi Jesús que el alma quieres, te amo mi Dios por quien
eres sobre todo lo criado: pésame de haber pecado, pésame mi redentor, creo en ti,
mi dulce amor, y espero en ti de tal suerte que antes morir que ofenderte,
misericordia Señor.

Se rezan tres padres nuestros, tres Ave María y tres Gloria al Padre, en honra de la Santísima Trinidad ; y a la
conclusión de cada décima, se rezarán una vez más las mismas oraciones.

Décimas al dulce Nombre de Jesús

1. Centro de inmensa bondad;


Dios eterno y soberano.
El castigo de tu mano
lo sufre nuestra maldad,
Señor, Señor, ten piedad:
aplaca el justo rigor;
te pedimos por tu amor,
por tu pasión y tu muerte
compadezcas nuestra suerte
de la peste en el horror.
Por su Santísimo Nombre,
misericordia Señor.

2. Lágrimas vierten los ojos;


solo se escuchan gemidos:
corazones afligidos
contemplan fríos despojos.
Modera, ¡oh Dios! tus enojos,
calma del mal el furor,
basta de luto y dolor,
cese el estrago espantoso,
tu corazón amoroso
nos de consuelo y favor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

3. Santísima Trinidad,
Padre, Hijo, Espíritu Santo
cubridnos con vuestro manto,
perdonad nuestra maldad.
Esta peste desterrad
que nos llena de pavor,
el decreto asolador
ya sus efectos suspenda,
vuestro poder nos defienda
del contagio destructor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

4. Sangre de Cristo preciosa,


medicina celestial;
aparta lejos el mal
que nuestros pueblos destroza,
la virtud tan poderosa
que revela tu valor
nos de salud y valor;
y nos libre de la peste;
que no más lágrimas cueste
con sus estragos y horror.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

5. Huya, Señor que tu nombre


ahuyenta el mal de la tierra
que no haya tampoco guerra
ni terremoto que asombre;
piedad, piedad para el hombre;
piedad para el labrador,
que derrama su sudor
para coger el sustento:
que no la plaga su aliento
aniquile en su labor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

6. Todos tus hijos nacimos


todos somos acreedores
a tus inmensos favores
por ti redimidos fuimos
si atribulados nos vimos
clamamos a ti, Señor.
Hoy la peste con furor
haciendo estragos está;
haz, Señor, que cese ya,
pues eres buen protector.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

7. Dulce madre de Mercedes,


Virgen llena de piedades!
en nuestras necesidades
socórrenos, pues que puedes
defiendenos de las redes
del enemigo traidor,
danos amparo y favor
por tu hijo sacramentado:
de la peste, del pecado
librándonos con amor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

8. ¡Oh Dios de eterna bondad,


Padre amoroso y paciente!
Danos fe viva y ardiente,
y una ejemplar caridad.
Que cese la mortandad
pues sois de la vida autor,
que calme nuestro temor,
que vuelva ya la confianza
pues nuestra firme esperanza
está en nuestro Salvador.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor

9. Por María Inmaculada,


nuestra grande intercesora,
la peste desoladora
¡Oh Dios! Quede aniquilada.
La población ya diezmada,
su fuerza pierde ya valor
¡Oh Divino redentor!
ampáranos, amoroso,
y del soplo contagioso
libre ésta casa redor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

10. Por el Patriarca José,


de nuestra Señora, esposo
nuestro patrón poderoso,
a quien Clamamos con fe,
Dios omnipotente haced
que el trueno con su fragor
dé pureza y esplendor
a la atmósfera distante
y la peste en adelante
Cese ya por favor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

11. No desoigas, Dios piadoso


nuestras súplicas y ruegos,
Tú que das vista a los ciegos,
y pan al menesteroso.
Eres todopoderoso.
Un rayo de tu esplendor
llegue a nosotros, y luego
habrá salud y sosiego:
lo esperamos por tu amor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

12. ¡Oh! Los angélicos coros


canten himnos de alabanza,
que nuestra súplica alcanza
de clemencia los tesoros.
Tengan tregua nuestros lloros
que el mal se sienta menor;
desaparezca el temor,
huya por siempre la peste,
porque el médico celeste
nos concede su favor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

13. En los cielos y en la tierra


y en todo lugar estás;
Todos los bienes nos das
que tu omnipotencia encierra
¡Oh Dios! la peste destierra,
pues eres nuestro pastor,
y tu rebaño, Señor,
el fiero lobo devora;
tu amparo y socorro implora
con humildad y fervor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

14. Por tu gloriosa Ascensión


después de resucitado
¡Oh Jesús Sacramentado!
Suspende la corrección.
Ya con sano corazón
y con cristiano pudor
se propone el pecador
enmendar su mala vida
pues ya la siente perdida
de la culpa en el error.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

15. Bendito tu nombre sea


en los siglos infinitos
y para siempre benditos
los atributos que emplea.
En todas partes se vea
con reverencia ensalzado.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

16. Por tu santo escapulario


del Carmen, Virgen María,
sácanos de la agonía,
del contagio temerario.
Tu santísimo rosario
nos de consuelo y valor,
y nos libre del rigor
de la epidemia horrorosa
que nos aflige y acosa
con soplo desolador.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

17. Por tu corona de espinas


¡Oh Redentor amoroso!
Cese este mal espantoso
que a castigarnos destinas
considera tantas ruinas,
¡Desolación y terror!
Piedad, clemencia, Señor,
por quien eres, te pedimos
que ya el castigo sufrimos
no hagas que sea mayor.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

18. Padres, hermanos, esposos,


mujeres, niños, ancianos
a ti levantan sus manos,
afligidos y llorosos
mira con ojos piadosos
¡Muestra misericordia, Señor!
Atiende nuestro clamor
con humildad te imploramos,
y confiados esperamos
el perdón de nuestro error.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

19. ¡Oh Jesús, Jesús divino!


Somos tus hijos amados:
Mira cuán atribulados
nos tiene nuestro destino;
Tú, que eres guía y camino
de salvación y de amor
disipa el aire malsano;
el azote de tu mano
deponga nuestro criador.
Por su Santísimo Nombre,
Misericordia Señor.

Por siempre glorificado; con toda veneración,


Digamos de corazón:
Sea por siempre alabado
En los cielos en la tierra
Por los siglos ensalzado.

Además de las oraciones dichas, se reza un credo y un Padre Nuestro al Sagrado Corazón de Jesús, y una Salve
y Ave María al corazón de María Santísima Señora nuestra, por la conversión de los pecadores.

Oración:
Amorisísimo Jesús, dulce de las almas, que viniste al mundo a redimirnos del
pecado; por vuestro santo nombre os pedimos nos concedas la gracia necesaria
para tener un verdadero arrepentimiento de nuestras culpas, una constante
enmienda para no cometerlas más; la salud, paz y sociego de esta República y de
todos los países cristianos. Amén.

Oración contra la peste:


¡Oh Dios omnipotente! que en tu ira enviaste la peste sobre tu pueblo en el desierto,
por su obstinada rebelión contra Moisés y Aarón; y así mismo en tiempo del rey
David, destruiste con pestilencia a setenta mil personas, y con todo eso,
acordándote de tu misericordia, salvaste a los restantes: ten piedad de nosotros
miserables pecadores, que al presente nos hallamos amenazados con enfermedad
y mortandad, para que como entonces aceptaste una reconciliación y mandaste a
cesar al ángel exterminador, de igual modo te dignes mandar cesar ahora esta
plaga, mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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Nota :
Habiendo examinado el ilustrísimo Señor Obispo Don Anselmo Llorente y Lafuente los conceptos que
manifiesta el presente cuaderno, y no encontrando cosa alguna que se oponga al dogma católico ha
permitido por lo que a él corresponde su impresión y circulación, concediendo al mismo tiempo cuarenta
días de indulgencia por cada décima que se lea con devoción rogando a Dios por la conversión de los
pecadores.

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