Cuando una persona se relaciona personalmente con Cristo, pasa a formar parte de la iglesia, que es la familia de Dios. Como parte de este cuerpo, los creyentes deben apoyarse y exhortarse mutuamente. Además, son conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, al haber nacido de nuevo a través de la fe en Jesucristo y el Espíritu Santo. Formar parte de esta nueva familia trae bendiciones espirituales y la responsabilidad de vivir de acuerdo
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Cuando una persona se relaciona personalmente con Cristo, pasa a formar parte de la iglesia, que es la familia de Dios. Como parte de este cuerpo, los creyentes deben apoyarse y exhortarse mutuamente. Además, son conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, al haber nacido de nuevo a través de la fe en Jesucristo y el Espíritu Santo. Formar parte de esta nueva familia trae bendiciones espirituales y la responsabilidad de vivir de acuerdo
Cuando una persona se relaciona personalmente con Cristo, pasa a formar parte de la iglesia, que es la familia de Dios. Como parte de este cuerpo, los creyentes deben apoyarse y exhortarse mutuamente. Además, son conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, al haber nacido de nuevo a través de la fe en Jesucristo y el Espíritu Santo. Formar parte de esta nueva familia trae bendiciones espirituales y la responsabilidad de vivir de acuerdo
Cuando una persona se relaciona personalmente con Cristo, pasa a formar parte de la iglesia, que es la familia de Dios. Como parte de este cuerpo, los creyentes deben apoyarse y exhortarse mutuamente. Además, son conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, al haber nacido de nuevo a través de la fe en Jesucristo y el Espíritu Santo. Formar parte de esta nueva familia trae bendiciones espirituales y la responsabilidad de vivir de acuerdo
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SERIE: MI FAMILIA: LA IGLESIA
TEMA 1: RESULTADOS DE UNA RELACIÓN PERSONAL
(Efesios 2:19) PRA. MAGDA TAPIA DE DÍAZ INTRODUCCIÓN: Cuando tomaste la decisión de relacionarte personalmente con Cristo... ¿te detuviste a pensar que ahora formas parte de una familia en él? En el Nuevo Testamento podemos descubrir que los que han creído en Jesucristo como Señor y Salvador ahora forman parte de una familia que pertenece a Dios. I.- SOMOS CUERPO DE CRISTO. (Rom. 12:5) En las diferentes cartas escritas en el Nuevo Testamento a las iglesias, Dios nos enseña algo muy importante, que ahora somos parte de un “cuerpo en Cristo” y como tal debemos crecer y exhortarnos los unos a los otros. (1 Pedro 1:22; Gálatas 6:2; Colosenses 3:16; Hebreos 3:13; Hebreos 10:24). Dios pone mucho énfasis en que la relación entre los miembros de su iglesia debe ser genuina en amor, para que nos perfeccionemos en su conocimiento y en su fe, ayudándonos mutuamente II.- SOMOS CONCIUDADANO DE LOS SANTOS. (Efesios 2:19-22) Para el creyente se logra ser parte de la comunidad cristiana a través de la fe en Jesucristo. Pero esta residencia no es temporaria ni parcial sino completa con todos los derechos de uno nacido en el pueblo. Pablo nos mostró que a pesar de que los gentiles quedaban afuera de la familia de Dios en el pasado, ahora son parte del nuevo hombre con los creyentes judíos. Esta entidad nueva es como un templo edificado sobre el fundamento de los apóstoles y profetas con Cristo como la piedra principal. Es la morada de Dios en el Espíritu Santo. III.- SOMOS MIEMBROS DE LA FAMILIA DE DIOS (Juan 1:12-13) Somos unidos a la familia de Dios cuando nacemos de nuevo al creer en Cristo como nuestro Salvador. Los creyentes en Jesús reciben la potestad o el derecho de ser hijos de Dios en virtud de su unión con Cristo quien tiene a bien regenerarnos y hacernos nacer de nuevo para que formemos parte de la familia de Dios que es la Iglesia, y todo esto es porque hemos nacido de nuevo por medio del Espíritu Santo al creer en Cristo. Una vez que somos adoptados a la familia de Dios, somos acreedores de toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales en virtud de nuestra unión con Cristo. CONCLUSIÓN: Nuestra relación personal con Dios nos hace identificar una nueva familia con principios y normas que van contra la corriente de este mundo pero que nos necesitamos para mantener la cultura del reino en la tierra y ganar más familia para el reino de Dios.