Artículo Porter 2006-II
Artículo Porter 2006-II
Artículo Porter 2006-II
El problema
Un mal manejo de las operaciones de una empresa puede generar una consecuencia social
negativa, afectando tanto la economía de la empresa, así como su prestigio a nivel nacional
e internacional.
Para ello grupos de personas apuntan a empresas grandes, dado que estas tienen mayor
impacto sobre las personas y/o clientes. Dichas empresas corren el riesgo de perder una
gran cantidad de clientes, así como también prestigio de la marca. Lo que esto genera
perdidas para la empresa, tanto económicas, como publicidad, inversiones, etc.
Para ello actualmente muchas empresas han empezado a tomar importancia el RSC
mejorando la reputación de la marca y teniendo los papeles y documentos necesarios para
ejercer la empresa, para no violar ninguna ley que afecte la responsabilidad social.
2. La importancia
La responsabilidad social en una empresa es de suma importancia debido a que son parte
fundamental de las políticas, cultura organizacional, de sus estrategias y operaciones.
Esto puede reflejarse en la obtención de la ventaja competitiva formando parte del
desarrollo sostenible, aumentando asimismo la reputación de la empresa, lo que logra
también una mejor percepción de los inversionistas; además se aumenta la posibilidad de
atraer y retener trabajadores y clientes al mantener la motivación, compromiso con los
empleados.
Gracias a la RSC las empresas suponen una visión de negocio a medio y largo plazo que
eleva la competitividad, reduce riesgos y costes. Los beneficios son mutuos entre la
empresa y sus grupos de interés.
El autor nos describe el vínculo que existe entre las ventajas competitivas que pueden
adquirir las empresas y la responsabilidad social de las mismas. Hoy en día es común ver
que gobiernos, activistas y medios de comunicación persiguen a las empresas por las
consecuencias sociales de sus operaciones y actividades.
Por ello la CSR (Corporate Social Responsability) o en español responsabilidad social
corporativa (RSC) se debe considerar como una prioridad inevitable para los directores de
negocios en todo el mundo. Lo que ocurre es que las empresas tratan de mejorar las
consecuencias sociales y medioambientales de sus actividades, pero lamentablemente están
lejos de que esos esfuerzos den fruto alguno.
En realidad, si las organizaciones analizan bien la situación de la Responsabilidad Social y
lo ven como algo que va más allá del costo, pueden aprovecharlo como una fuente de
oportunidades, innovación y hasta una ventaja competitiva frente a la competencia.
Existen 4 argumentos que predominan en la CSR, los cuales son obligación moral,
sustentabilidad, licencia para operar y reputación.
Obligación moral: Hacer lo correcto, lograr el éxito comercial respetando las
personas, comunidad y ambiente.
Sustentabilidad: Operar de forma que garantice el desempeño económico a
largo Plazo evitando conductas socialmente perjudiciales o ambientalmente
dilapidadoras.
Licencia: Se necesita permiso de los gobiernos, comunidades y otras partes
interesadas para poder operar o hacer negocios.
Reputación: Tratar de fortalecer la marca, elevar la moral e incrementar el
valor de las acciones, buscando el beneficio estratégico.
Integrar negocios y sociedad
Para promover la CSR debemos tener claro que la sociedad y la corporación están
interrelacionados, esto quiere decir que los negocios y la sociedad se necesitan
mutuamente. Una sociedad sana crea una demanda creciente para la empresa al satisfacerse
mas necesidades humanas y crecen las aspiraciones. M. Porter menciona que cualquier
negocio que siga sus objetivos a expensas de la sociedad en la que opera descubrirá que su
éxito es ilusorio y en definitiva temporal. Además, ningún programa social puede competir
con el sector de negocios a la hora de crear trabajo riqueza e innovación que mejore la
calidad de vida de los pobladores de una sociedad a través del tiempo.
Cabe mencionar que toda actividad en la cadena de valor de una empresa impacta en las
comunidades donde opera ya sea generando consecuencias sociales positivas o negativas,
tales consecuencias dependen del lugar donde operan.
Anteriormente, los argumentos que respaldaban la RSC solían ser cuatro: obligación
moral, sostenibilidad, licencia para operar y reputación. Bajo nuestro punto de vista, estos
cuatro puntos siguen existiendo y siguen siendo argumentos de peso para acercar la RSC a
una empresa, pero se debe de ir más allá, para tratar de integrar los valores de la
sostenibilidad en la estrategia de negocio y que estos representen una ventaja competitiva.
Aquí es donde entra en juego la teoría desarrollada en este artículo: integrar la RSC en la
cadena de valor desde dentro hacía fuera y viceversa, para generar nuevas oportunidades y
ventajas competitivas a la empresa.
Todavía hoy en día desde algunos sectores, se considera la RSC como algo más cercano a
procurar el bien de las personas y a los valores morales. Las empresas, aunque tuvieran en
cuenta los resultados en: económica, social y medioambiental, las dos últimas perspectivas
eran tomadas como un mero maquillaje que no aportaba valor tangible a la empresa. Las
argumentaciones no pasaban de influir en la empresa desde un punto de vista moral que
conminaba a las empresas a ser “un buen ciudadano”. Afortunadamente, cada vez parece
más superada esta antigua concepción de la RSC y las empresas abogan por tenerla en
cuenta en sus procesos internos y en su estrategia competitiva, esto lleva a que la
interioricen y pase a ser un aspecto más de la empresa.
La buena ciudadanía es una condición que todas las empresas deberían cumplir de por sí.
Para Porter y Kramer “Las mejores iniciativas de ciudadanía corporativa implican mucho
más que firmar un cheque: especifican metas claras y medibles y monitorean los resultados
a lo largo del tiempo”. Las iniciativas que funcionen de manera eficaz pueden generar una
mejor relación con la sociedad en general y con el gobierno, pero la mayoría de veces se
trata de actividades desconectadas de la organización. Además de esto, para mitigar el
daño que causan o pueden causar en el futuro las empresas es importante prestar atención a
su gestión de operaciones. Es así como la mayoría de las organizaciones, según los autores,
adoptan un enfoque de lista de tareas para la RSC apoyándose en estándares como la
Global Reporting Iniciative para identificar posibles riesgos sociales y ambientales. A
pesar de esto, estas listas no son suficientes para poder integrar la RSC a la estrategia de la
empresa, sino que es necesaria la elaboración de procesos internos que se ajusten a la
organización. Es aquí en donde entra el enfoque de una RSC estratégica. Esta toma en
cuenta tanto a la cadena de valor como a las dimensiones del contexto competitivo para
realizar sus actividades de manera diferente y poder generar valor para la empresa y la
sociedad. Para crear un impacto aún mayor es recomendable actuar en los vínculos de
adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro de manera conjunta. Porter y Kramer
afirman que “Normalmente, cuanto más estrechamente vinculado está un tema social con
el negocio de la empresa, mayor es la oportunidad de aprovechar los recursos y
capacidades de ésta para beneficiar a la sociedad”. La RSC más estratégica ocurre cuando
una empresa añade una dimensión social a su propuesta de valor, convirtiendo el impacto
social en una parte integral de la estrategia. Esto requiere que la empresa realice ajustes en
la organización, elabore procesos para identificar y priorizar problemáticas sociales y
enfoque sus iniciativas una vez elegido el tema a abordar como se mencionó a lo largo del
capítulo. Además, es importante realizar mediciones del impacto social que se genera con
ayuda de indicadores de desempeño y estado de resultados para poder tener un monitoreo y
una mejor gestión.