Amparo Ma.

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ASUNTO: SE PROMUEVE JUICIO DE

AMPARO INDIRECTO.

C. JUEZ DE DISTRITO DE AMPARO EN MATERIA


PENAL EN LA CIUDAD DE MÉXICO, EN TURNO.
PRESENTE.

JULIO ANTONIO HERNÁNDEZ BARROS, en mi carácter de representante


legal de la Señora MARÍA ISABEL CAL Y MAYOR BARRIOS, señalo como
domicilio procesal con la finalidad de oír y recibir todo tipo de notificaciones,
documentos y valores, el despacho ubicado en la Calle de Olivo número 4, interior 301,
Colonia Florida, Código Postal 01030, en la Alcaldía Álvaro Obregón, en ésta Ciudad,
autorizando en los términos más amplios que prevé el artículo 12 de la Ley de Amparo,
para que en nombre y representación de los intereses de la Señora MARÍA ISABEL
CAL Y MAYOR BARRIOS, interpongan los recursos que en el derecho procedan, las
promociones correspondientes, ofrezcan y rindan pruebas, los medios y elementos de
convicción, aleguen en las audiencias, soliciten la suspensión o diferimiento y realicen
cualquier acto que resulte necesario para la defensa de los derechos e intereses de
MARÍA ISABEL CAL Y MAYOR BARRIOS, a los señores Licenciados en Derecho
RAÚL IRUEGAS ÁLVAREZ (con Cédula Profesional número 6571416), IRVING
ESTEBAN DEL VALLE FLORES (con Cédula Profesional número 4921948) y
RAFAEL ALEJANDRO MARTÍNEZ VARGAS (con Cédula Profesional número
11937126), así como también, a efecto de oír y recibir notificaciones al señor JESÚS
FERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, señalando los siguientes correos electrónicos para los
mismos efectos:

[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
[email protected]
Ante Usted, respetuosamente, que por medio del presente escrito, con
fundamento en lo dispuesto por el artículo 8, 14, 17, 103 fracción I y 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1, 107 fracción II de la Ley de
Amparo vengo a solicitar el AMPARO Y PROTECCION DE LA JUSTICIA
FEDERAL contra el acto y la autoridad que más adelante se describe, por considerar
que dicho acto es violatorio de los derechos humanos reconocidos por la Constitución
Federal y en los Tratados Internacionales. A fin de dar cumplimiento a lo dispuesto por
el artículo 108 de la Ley de Amparo, ante Usted, respetuosamente, expongo:

I.-ANTECEDENTES.

PROTESTA LEGAL: Bajo protesta de decir verdad, manifiesto que los hechos
que constituyen los antecedentes de los actos reclamados y que me constan, SON
CIERTOS, en estos términos:

1.- Mi representada, la señora María Isabel Cal Y Mayor Barrios, Posee una doble
nacionalidad, la mexicana y española, nunca jamás ha cometido delito alguno, pues sus
actos siempre han encontrado sustento en las leyes de nuestro país, siendo
completamente respetuosa.

2.- La señora María Isabel Cal Y Mayor Barrios no ha desplegado ninguna


conducta típica, antijurídica, culpable y por ende reprochable que atente contra los
bienes jurídicos tutelados que el Estado mexicano protege por medio de sus leyes
positivas.

3.- Mi representada, la señora, MARÍA ISABEL CAL Y MAYOR BARRIOS,


contrajo matrimonio en el año 2009 con el señor RODRIGO RIOBOO TALAYERO,
como consecuencia natural de ello, procrearon a dos hijos, los cuales actualmente, son
menores de edad, y que responden a los nombres de RODRIGO MICHEL Y
RODRIGO DIEGO, ambos de apellidos RIOBOO CAL Y MAYOR.

4.- El esposo de mi representada, el señor RODRIGO RIOBOO TALAYERO


falleció el 4 de Marzo de 2019, en la Ciudad de Cádiz, España, a causa de un
enfisema pulmonar.

5.- Como consecuencia de la muerte del señor RODRIGO RIOBOO


TALAYERO, su padre, el Señor JOSÉ MARÍA RIOBOO MARTIN promovió un
Juicio testamentario ostentándose como heredero universal de la masa hereditaria de su
hijo, Juicio en el cual mi representada, MARIA ISABEL RIOBOO TALAYERO, no
fue debidamente notificada, es decir, llamada a juicio, siendo esto necesario e
indispensable en virtud de que como lo señalé en el tercer antecedente de la presente
demanda de garantías, mi representada y el señor Rodrigo Rioboo Talayero, procrearon
dos hijos, mismos que aún son menores de edad.
6.- En este orden de ideas, y como consecuencia de lo anterior, mi representada
promovió un Juicio de Amparo Instruido ante el Juzgado Décimo Segundo de Distrito
en materia Civil en la Ciudad de México, del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad
de México, con número de expediente 829/2019 III, ello al no haber sido llamada
debidamente al Juicio Testamentario de quien en vida respondiera al nombre de Rodrigo
Rioboo Talayero y quien era su esposo, promovido por su padre, el señor José María
Rioboo Martin.

7.- El día 20 de Enero del 2020 el Señor MARCO ANTONIO OLIVARES


AGUILLON, representante legal del Señor JOSÉ MARÍA RIOBOO MARTIN,
presentó una denuncia de hechos en contra de mi representada, la señora MARÍA
ISABEL CAL Y MAYOR BARRIOS, por hechos posiblemente constitutivos de
delito, radicada en primera Instancia en la Agencia Octava Investigadora de la Unidad
de Investigación Y Litigación Sin detenido de la delegación estatal de la Ciudad de
México, de la Fiscalía General de la República, con el número de carpeta de
Investigación FED/CDMX/SPE/0001459/2020, circunstancia que además de que es
falsa, resulta infame, toda vez que en el cuerpo de la citada denuncia, en el hecho
marcado con el numeral 6 se establece un INJUSTO diverso al homicidio, consistente
en lo que establece el artículo 261 de la Ley de Amparo, sin embargo, el acto que se
pretende reclamar en el cuerpo de la presente demanda de garantías, consiste en
combatir la infundada emisión de orden de aprehensión emitida en contra de María
Isabel Cal y Mayor Barrios, por la autoridad que será señalada como responsable en su
vertiente de “ordenadora”, por la supuesta participación en el homicidio del finado
Rodrigo Rioboo Talayero, circunstancia que además de ser FALSA, resulta ilógica,
toda vez que el esposo de mi representada, falleció en razón de un enfisema pulmonar,
tal y como consta en el acta de defunción rendida por los doctores en Cádiz, España.

8.- La citada Carpeta de Investigación se inició el día 17 de Febrero del 2020, en


virtud de haberse recibido oficio número UIL/SD/F2/21/2020, suscrito por la Licenciada
Gabriela Carmona Juárez, adscrita a la Agencia Octava Investigadora de la Unidad de
Investigación Y Litigación Sin detenido de la Delegación Estatal de la Ciudad de
México, de la Fiscalía General de la República, iniciándose la Carpeta de Investigación
de mérito, número FED/CDMX/SPE/0001459/2020.,en tal virtud, indicó en el
acuerdo de esa fecha, diversos actos de investigación que realizaría, mismos que no
llevó a cabo porque se declinó de conocer la indagatoria en virtud de declararse
incompetente en fecha 20 de Marzo del presente año.

9.- Como consecuencia de lo anterior, en fecha 19 de febrero de 2020, tuvo


verificativo la audiencia de control Judicial con número de carpeta Judicial
012/0168/2020-OA, en virtud de la cual, el Licenciado Roberto Enrique Castellanos
Barroso, Juez de Control del Sistema Penal Acusatorio de la Ciudad de México, adscrito
a la Unidad de Gestión Judicial Número Doce, ubicada en Dr. Lavista no. 114, Colonia
Doctores, Alcaldía Cuauhtémoc, C. P. 06720, resolvió librar la orden de aprehensión
solicitada por el Ministerio Público adscrito a la Fiscalía Central de Investigación Para
la Atención del Delito de Homicidio, de la agencia “A”, de la Unidad de Investigación
número 1, sin detenido, de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México,
Licenciada Norma Marina Aguayo Martínez, derivado de la integración de la carpeta
de investigación número CI-FCIH//U-I-3C/D/OO279/09-2019, instruida en contra de
mi representada, María Isabel Cal y Mayor Barrios.

Ahora bien, a fin de dar cumplimiento a lo dispuesto por el


artículo 108 de la Ley de Amparo, ante Usted, respetuosamente, expongo.

II.-OPORTUNIDAD DE LA DEMANDA.

La presente DEMANDA DE AMPARO INDIRECTO debe


interponerse dentro del término de los quince (15) días siguientes al en que se haya
tenido conocimiento o se ostente sabedor del acto reclamado, de acuerdo con lo
dispuesto en los artículos 17 y 18 de la Ley de Amparo.

Ahora bien, mi representada, tuvo conocimiento del acto


reclamado el día lunes 19 de junio de 2020, luego entonces, dicho conocimiento surtió
sus efectos en esa misma fecha, mientras que el aludido término de quince días empezó
a computarse al día siguiente hábil, es decir, el martes 22 de junio de 2020 (primer día,
feneciendo el día viernes 10 de julio de este año, 2020. Lo anterior, toda vez que
teniéndose 15 días para la interposición de la Demanda de Amparo de trato, se
encuentra la misma cumplimentándose para su procedencia.

Lo anterior, con independencia de que en este acto ME


RESERVO EL DERECHO PARA AMPLIAR LA DEMANDA DE AMPARO y/o
LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN,; lo anterior, con fundamento en el artículo 111
de la Ley de Amparo, una vez que la autoridad responsable rinda su informe previo,
como justificado y se conozcan los argumentos, fundamentos y motivos para emitir el
acto que en esta vía se reclama u otros que se lleguen a conocer.

En base a lo anterior, si la presente Demanda se presenta en esta


fecha, debe estimarse que fue interpuesta en forma oportuna y acorde a la Ley de la
materia.

III.-PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO.

La presente Demanda de Amparo Indirecto es procedente, en


atención a que la misma se interpone en contra de actos realizados en la etapa inicial del
procedimiento penal acusatorio con número de carpeta Judicial 012/0168/2020-OA, en
virtud de la cual, el Licenciado Roberto Enrique Castellanos Barroso, Juez de Control
del Sistema Penal Acusatorio de la Ciudad de México, adscrito a la Unidad de Gestión
Judicial Número Doce, resolvió librar la orden de aprehensión solicitada por el
Ministerio Público adscrito a la Fiscalía Central de Investigación Para la Atención del
Delito de Homicidio, de la agencia “A”, de la Unidad de Investigación número 1, sin
detenido, Licenciada Norma Marina Aguayo Martínez de la Fiscalía General de Justicia
de la Ciudad de México, derivado de la integración de la carpeta de investigación
número CI-FCIH//U-I-3C/D/OO279/09-2019, instruida a mi representada, vulnerando
en perjuicio de la señora María Isabel Cal y Mayor Barrios, del derecho humano que
tenemos los gobernados, en el estado mexicano a la libertad deambulatoria.

En cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 108 de la Ley de Amparo,


manifiesto lo siguiente:

IV.-NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO INTERESADO:

● JOSÉ MARÍA RIOBO MARTIN, con domicilio legal y procesal, el


ubicado en calle Francisco Petrarca, número 246, Colonia Polanco,
Alcaldía Miguel Hidalgo, Código Postal 11560 en esta, la Ciudad de
México.

V.-AUTORIDADES RESPONSABLES:

A) Ordenadoras: Licenciado Roberto Enrique Castellanos Barroso, Juez de


Control del Sistema Penal Acusatorio de la Ciudad de México, adscrito a la
Unidad de Gestión Judicial Número Doce, ubicada en Dr. Lavista no. 114,
Colonia Doctores, Alcaldía Cuauhtémoc, C. P. 06720.

B) Ejecutoras:

1. C. Jefe General de la Policía de Investigación de la Procuraduría General de


Justicia de la Ciudad de México.
2. C. Jefe General de la Policía Ministerial de la Procuraduría General de Justicia de
la Ciudad de México.
3. C. Jefe General de la Policía Preventiva de la Secretaría de Seguridad Pública de
la Ciudad de México.
4. C. Jefe General de la Policía Auxiliar de la Secretaría de Seguridad Pública de la
Ciudad de México.
5. C. Jefe General de la Policía Bancaria e Industrial de la Secretaría de Seguridad
Pública de la Ciudad de México.

VI.-ACTOS RECLAMADOS:
a) En relación con la autoridad señalada como ordenadora, reclamo la emisión
en contra de mi representada, María Isabel Cal y Mayor Barrios, la orden de
aprehensión, librada por el Licenciado Roberto Enrique Castellanos Barroso, Juez de
Control del Sistema Penal Acusatorio de la Ciudad de México, resolución de fecha 19
de febrero del presente año.

b) De todas las autoridades ejecutoras, reclamo la ejecución en contra de mi


representada, María Isabel Cal y Mayor Barrios, de la orden de aprehensión.

VII.-COMPETENCIA:

Surte competencia a favor del Juzgado de Distrito con sede en la en virtud de


que el acto reclamado consistente en la orden de aprehensión girada por un Juez de
Control de la Ciudad de México, por lo que se actualiza la hipótesis prevista en el
segundo párrafo del artículo 37 de la Ley de Amparo; sin perjuicio que eventualmente
surta competencia de otro juzgado de amparo. Al respecto, resulta aplicable la
jurisprudencia siguiente:

Época: Décima Época


Registro: 2016596
Instancia: Plenos de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 53, Abril de 2018, Tomo II
Materia(s): Común
Tesis: PC.I.P. J/39 P (10a.)
Página: 1071

COMPETENCIA PARA CONOCER DEL JUICIO DE AMPARO


CONTRA UNA ORDEN DE APREHENSIÓN. SE SURTE A FAVOR DEL
JUEZ DE DISTRITO CON JURISDICCIÓN EN EL LUGAR DONDE
RADICA LA AUTORIDAD QUE LA EMITIÓ, CUANDO UNA VEZ
RENDIDOS LOS INFORMES JUSTIFICADOS DESAPARECE LA
POSIBILIDAD DE EJECUCIÓN EN MÁS DE UN DISTRITO A QUE SE
REFIERE EL SEGUNDO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 37 DE LA LEY
DE AMPARO. Del precepto indicado se advierte que la competencia para
conocer del juicio de amparo, cuando el acto reclamado puede tener ejecución
en más de un Distrito o ha comenzado a ejecutarse en uno de ellos y sigue
ejecutándose en otro, recae en el Juez de Distrito ante el que se presente la
demanda. Dicha posibilidad surge con el señalamiento de autoridades ejecutoras
con injerencia en distintas demarcaciones territoriales y se toma en
consideración para que el Juez de amparo que reciba la demanda sea
momentáneamente competente. Ahora bien, tratándose de la orden de
aprehensión, si al rendir los informes justificados las autoridades responsables
ejecutoras niegan los actos reclamados y el quejoso no desvirtúa esa negativa, es
inconcuso que esa posibilidad de ejecución en distintos Distritos desaparece,
pues al no existir otro elemento cierto y objetivo que sirva para concluir
categóricamente que el acto se ejecutará en otro ámbito territorial y no donde se
emitió la orden de aprehensión, debe conocer del procedimiento constitucional,
conforme a la regla prevista en el párrafo primero del artículo 37 de la Ley de
Amparo, el Juez de Distrito con jurisdicción en el lugar donde radica la
autoridad que la emitió pues, por regla general, es en ese sitio donde el acto
deberá tener ejecución.

PLENO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.

Contradicción de tesis 5/2017. Entre las sustentadas por los Tribunales


Colegiados Primero y Quinto, ambos en Materia Penal del Primer Circuito. 3 de
octubre de 2017. Mayoría de votos de los Magistrados Carlos Hugo Luna
Ramos, Miguel Enrique Sánchez Frías, Mario Ariel Acevedo Cedillo, Humberto
Manuel Román Franco, Silvia Carrasco Corona, María Elena Leguizamón
Ferrer, José Pablo Pérez Villalba e Irma Rivero Ortiz de Alcántara. Disidentes:
Olga Estrever Escamilla y Lilia Mónica López Benítez. Ponente: Lilia Mónica
López Benítez. Encargado del engrose: Humberto Manuel Román Franco.
Secretario: Julio César Antonio Rosales.

Tesis contendientes:

Tesis I.1o.P.31 P (10a.), de título y subtítulo: "COMPETENCIA


TERRITORIAL PARA CONOCER DEL JUICIO DE AMPARO
INDIRECTO PROMOVIDO CONTRA UNA ORDEN DE
APREHENSIÓN. SI NO HAY INDICIOS DE QUE SE EJECUTARÁ O
DE QUE YA TRATÓ DE EJECUTARSE EN DETERMINADO
CIRCUITO JUDICIAL, SE SURTE A FAVOR DEL JUEZ DE DISTRITO
CON JURISDICCIÓN EN EL LUGAR DONDE RADICA EL JUEZ QUE
LA ORDENÓ, SALVO EXCEPCIÓN EXPRESA.", aprobada por el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito y publicada en el
Semanario Judicial de la Federación del viernes 27 de mayo de 2016 a las 10:27
horas y en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época,
Libro 30, Tomo IV, mayo de 2016, página 2758, y

Tesis I.5o.P.16 K (10a.), de título y subtítulo: "COMPETENCIA EN


AMPARO POR RAZÓN DE TERRITORIO. EN TRATÁNDOSE DE
PLURALIDAD DE LUGARES O ÁMBITOS ESPACIALES DE
EJECUCIÓN. CORRESPONDE AL JUEZ DE DISTRITO ANTE EL
QUE SE PRESENTE LA DEMANDA (INTERPRETACIÓN DE LOS
PÁRRAFOS PRIMERO Y SEGUNDO DEL ARTÍCULO 37 DE LA LEY
DE AMPARO).", aprobada por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Primer Circuito y publicada en el Semanario Judicial de la Federación del
viernes 14 de julio de 2017 a las 10:21 horas y en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 44, Tomo II, julio de 2017,
página 1001.
Esta tesis se publicó el viernes 13 de abril de 2018 a las 10:17 horas en el
Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación
obligatoria a partir del lunes 16 de abril de 2018, para los efectos previstos en el
punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

PRECEPTOS CONSTITUCIONALES QUE CONTIENEN LOS


DERECHOS HUMANOS Y GARANTÍAS VIOLADAS:

Artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

VIII.-DERECHOS HUMANOS Y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES


VIOLADAS:

Las consagradas en los artículos 1º, 14, 16, 19 y 20 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 11 y 12 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos; 7º, 8º y 11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto
de San José); así como el 9º, 14 y 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, por ende violan los derechos de DEFENSA TÉCNICA Y ADECUADA,
CONTRADICCIÓN, MAYOR BENEFICIO, LEGALIDAD, SEGURIDAD
JURÍDICA, DEBIDO PROCESO, AUDIENCIA PREVIA, PRESUNCIÓN DE
INOCENCIA, EXACTA APLICACIÓN DE LA NORMA PENAL
(TAXATIVIDAD) y PROTECCIÓN DE INJERENCIA ARBITRARIA.

PROEMIO A LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN.

Para el entendimiento del presente asunto resulta pertinente


enlistar brevemente una serie de antecedentes legales que deben ser considerados al
resolver los conceptos de violación que se expondrán más adelante.

De acuerdo a las reformas constitucionales que en materia de


amparo y derechos humanos fueran publicadas en el Diario Oficial de la Federación
los días 06 y 10 de junio de 2011, resulta evidente que al analizar los procesos
constitucionales en los que se encuentren implicados derechos humanos, debe atenderse
al nuevo marco constitucional, es decir, al nuevo contenido del artículo 1º y 103
constitucionales, mismos que han tenido un trascendental efecto al constitucionalizar
los derechos humanos reconocidos por el Estado mexicano en los tratados
internacionales, así como hacerlos objeto de tutela a través de la principal garantía
constitucional en nuestro país: el Juicio de Amparo.

Para entender la magnitud y el impacto que la Reforma


Constitucional en materia de Derechos Humanos de 2011, debe tener en el sistema
jurídico nacional, vale la pena rescatar una intervención del Ministro Fernando Franco,
durante la sesión pública en la que el Pleno nuestro Máximo Tribunal discutió al alcance
y la forma de dar cumplimiento a la sentencia que emitiera la Corte Interamericana de
Derechos Humanos el 23 de noviembre de 2009 en el caso 12.511 “Rosendo Radilla
Pacheco contra los Estados Unidos Mexicanos”.

Nótese que, al momento de emitirse el acto que se reclama,


consistente en el auto de formal prisión emitido por la autoridad señalada como
responsable en el proemio de la presente demanda de garantías, por dicho tribunal
internacional, la Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos estaba lejos
de ser aprobada, razón por la cual el citado ministro Franco planteó la siguiente idea:

“Como ya se ha mencionado por varios de los señores ministros, nos


encontramos ante una situación inédita, no sólo por el tema en sí
mismo sino porque ha habido una reforma muy importante en materia
de derechos humanos en el país, y menciono esto por lo que se ha
señalado. En varias intervenciones se ha acudido a criterios previos
que se han establecido por este Pleno en relación a jerarquía de
tratados, en relación a temas vinculados, y yo me pronuncio porque
todo esto evidentemente tendrá que ser materia de revisión de este
Pleno a la luz del nuevo marco constitucional, no me voy a detener
obviamente en esto, no es la materia, pero sí quiero deslindarme,
porque creo, y en lo particular yo que he sostenido en todas mis
intervenciones desde que llegué a esta Suprema Corte de Justicia de
la Nación que nuestro límite es la Constitución, hoy precisamente la
Constitución nos obliga a revisar nuestros criterios, y estoy hablando
en lo personal, por supuesto, que varios de los criterios que yo
sostuve a la luz del marco constitucional que existía antes de la
reforma hoy estoy obligado a revisarlos, no me pronuncio,
simplemente digo que todos estos criterios me parece que en su
momento tendremos que volverlos a estudiar y pronunciarnos al
respecto; consecuentemente, creo que aquí tenemos que analizar el
asunto que nos están presentando a la luz del nuevo marco
constitucional.”1

De esta forma, tales enmiendas tienen por objeto, entre muchas


otras cuestiones, facilitar que, en el orden interno, todas las autoridades del Estado
mexicano cumplan con las obligaciones derivadas del orden jurídico constitucional, así
como del derecho internacional de los derechos humanos. Lo anterior, partiendo de una
premisa fundamental: cualquier Estado que no establece un sistema a través del cual se
puedan aplicar consistentemente en el orden interno las normas de derecho
internacional, se enfrenta al problema de que, ante su incumplimiento, no podrá alegar

1
deficiencias de su orden jurídico2. Es por ello que, por ejemplo, una de las primeras
obligaciones o deberes a cargo de los Estados en la mayoría de los tratados
internacionales de derechos humanos consista en adoptar las disposiciones de derecho
interno que sean necesarias para cumplir con los mismos. Es el caso del precepto
contenido en el artículo 2° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos:

“Artículo 2. Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno. Si


el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el Artículo 1
no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro
carácter, los Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a
sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de esta
convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren
necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades”.

Luego, resulta muy comprensible que la tendencia mundial se


ubique en que los países incorporen a su Constitución - o incluso colocado por encima
de ella - los derechos humanos de los tratados internacionales, a fin de que no exista
pretexto formal alguno o resistencia material que impidan su cumplimiento en sede
nacional. Por ello es que muchos países de América Latina han incorporado los
instrumentos internacionales de derechos humanos en sus Constituciones, haciéndolo a
partir de dos grandes modelos:

(i) En algunos casos, como Guatemala, Honduras, Colombia,


Venezuela, Ecuador y Bolivia, se establece que el derecho internacional de los
derechos humanos puede, incluso, prevalecer ante la Constitución (postura de
jerarquía supranacional); y,

(ii) En otros casos, como el de Argentina, Brasil, Chile, Perú


y República Dominicana, se establece que el derecho internacional de los
derechos humanos se equipara a la Constitución (postura de jerarquía
constitucional).

Luego, si de acuerdo al nuevo artículo 1° de nuestra


Constitución Política (mexicana), todas las personas gozan de los derechos humanos
reconocidos en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano es parte,
debiéndose interpretar dichas normas de conformidad con la Constitución, sin duda
alguna debe considerarse que el modelo asumido por México sería “en teoría” el de
jerarquía constitucional, por lo cual se atendería a aquéllos derechos insertos en nuestra
Carta Máxima y derivados de los tratados internacionales.

No debe pasar inadvertido que, desde un punto de vista práctico y


argumentativo, y derivado de los principios interpretativos incluidos también en el

2 Cfr. Artículos 26 y 27 de la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, adoptada el 26


de mayo de 1969.
nuevo contenido del artículo 1° constitucional, pudiera llegar a estar permitido, e
incluso SER OBLIGATORIO, la atención de normas del derecho internacional que
protejan derechos humanos, incluso, sobre las normas constitucionales de fuente
nacional, en el entendido de que:

(i) Las normas que reconocen derechos humanos, las de fuente internacional
como las de fuente nacional, configuran ahora un bloque de
constitucionalidad en sentido estricto, es decir, SON CONSTITUCIÓN,
lo que en realidad termina por disolver los problemas que pudieran
generarse entre lo interno y lo internacional; y

(ii) Las normas relativas a derechos humanos DEBEN INTERPRETARSE


conforme a los tratados internacionales, FAVORECIENDO en todo
tiempo a las personas la protección más amplia (PRO-PERSONA), es
decir, en esta materia siempre debe aplicar el principio pro-persona.

Así, nótese que la jerarquía constitucional de los derechos


humanos de los tratados internacionales podría implicar, en pocas palabras, una
jerarquía supranacional o supraconstitucional de los mismos, ya que, si las normas de
fuente internacional resultan ser más garantistas de cara a la persona y sus derechos,
éstas DEBEN PREVALECER sobre las normas de fuente nacional.

Puntualizado lo anterior, brevemente se expondrán los principales


efectos que deben implicar las Reformas Constitucionales aludidas:

1. Constitucionalización de los derechos humanos de fuente internacional


(artículo 1°)

Como ya se ha dicho, se elevan a rango constitucional los


derechos humanos contenidos en los tratados internacionales de los que México es
parte, lo que facilitará el cumplimiento de las obligaciones de respeto, realización y
protección de esos derechos. Con ello, se facilitará que los tribunales nacionales lleven a
cabo un efectivo control de convencionalidad, es decir, analizar los actos de autoridad a
la luz de los derechos humanos de los tratados internacionales. De hecho, lo que se
logra con tal constitucionalización es que el control de constitucionalidad implique
ahora el control de convencionalidad, lo que, además, es acorde con la Reforma
Constitucional en materia de Amparo publicada el 06 de junio de 2011, y la cual
estableció en el artículo 103 constitucional que el Juicio de Amparo sería procedente
para conocer de violaciones a los derechos humanos de los tratados internacionales.

Así, la Reforma no importa un cambio cuantitativo, ya que las


obligaciones internacionales seguirán siendo las mismas (no hay un incremento en
cuanto a su número), pero sí importa un cambio cualitativo muy importante, ya que
ahora el sistema jurídico mexicano permitirá su cumplimiento en el orden interno. Así,
los parámetros conforme a los que se resuelve a nivel internacional, la reforma los hace
suyos para que ahora sean esos mismos parámetros los utilizados para resolver a nivel
nacional.

Las consideraciones anteriores han sido ya conceptualizadas por


la Suprema Corte de Justicia de la Nación en los siguientes criterios jurisprudenciales:

SISTEMA DE CONTROL CONSTITUCIONAL EN EL ORDEN


JURÍDICO MEXICANO. Actualmente existen dos grandes
vertientes dentro del modelo de control de constitucionalidad en el
orden jurídico mexicano, que son acordes con el modelo de control de
convencionalidad ex oficio en materia de derechos humanos a cargo
del Poder Judicial. En primer término, el control concentrado en los
órganos del Poder Judicial de la Federación con vías directas de
control: acciones de inconstitucionalidad, controversias
constitucionales y amparo directo e indirecto; en segundo término, el
control por parte del resto de los jueces del país en forma incidental
durante los procesos ordinarios en los que son competentes, esto es,
sin necesidad de abrir un expediente por cuerda separada. Ambas
vertientes de control se ejercen de manera independiente y la
existencia de este modelo general de control no requiere que todos los
casos sean revisables e impugnables en ambas. Es un sistema
concentrado en una parte y difuso en otra, lo que permite que sean
los criterios e interpretaciones constitucionales, ya sea por
declaración de inconstitucionalidad o por inaplicación, de los que
conozca la Suprema Corte para que determine cuál es la
interpretación constitucional que finalmente debe prevalecer en el
orden jurídico nacional. Finalmente, debe señalarse que todas las
demás autoridades del país en el ámbito de sus competencias tienen
la obligación de aplicar las normas correspondientes haciendo la
interpretación más favorable a la persona para lograr su protección
más amplia, sin tener la posibilidad de inaplicar o declarar su
incompatibilidad.

Varios 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete votos; votaron


en contra: Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Jorge Mario Pardo
Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar Morales con
salvedades. Ausente: y Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos.
Encargado del engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Raúl
Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.
El Tribunal Pleno, el veintiocho de noviembre en curso, aprobó, con el
número LXX/2011(9a.), la tesis aislada que antecede. México, Distrito
Federal, a veintiocho de noviembre de dos mil once.3
PASOS PARA SEGUIR EN EL CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX
OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. La
posibilidad de inaplicación de leyes por los jueces del país, en ningún
momento supone la eliminación o el desconocimiento de la
presunción de constitucionalidad de ellas, sino que, precisamente,
parte de esta presunción al permitir hacer el contraste previo a su
aplicación. En ese orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer un
control de convencionalidad ex oficio en materia de derechos
humanos, deberá realizar los siguientes pasos: a) Interpretación
conforme en sentido amplio, lo que significa que los jueces del país -
al igual que todas las demás autoridades del Estado Mexicano-,
deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derechos
humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados
internacionales en los cuales el Estado Mexicano sea parte,
favoreciendo en todo tiempo a las personas con la protección más
amplia; b) Interpretación conforme en sentido estricto, lo que
significa que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente
válidas, los jueces deben, partiendo de la presunción de
constitucionalidad de las leyes, preferir aquella que hace a la ley
acorde a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en
los tratados internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte,
para evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de estos derechos;
y, c) Inaplicación de la ley cuando las alternativas anteriores no son
posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la lógica de los principios
de división de poderes y de federalismo, sino que fortalece el papel de
los jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y
aplicación efectiva de los derechos humanos establecidos en la
Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el Estado
Mexicano es parte.

Varios 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete votos; votaron


en contra: Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Jorge Mario Pardo
Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar Morales con
salvedades. Ausente y Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos.
Encargado del engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Raúl
Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.

3 Tesis: P. LXX/2011 (9a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro
III, Diciembre de 2011, p. 557, Registro No. 160480
El Tribunal Pleno, el veintiocho de noviembre en curso, aprobó, con el
número LXIX/2011(9a.), la tesis aislada que antecede. México,
Distrito Federal, a veintiocho de noviembre de dos mil once.4

PARÁMETRO PARA EL CONTROL DE


CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE
DERECHOS HUMANOS. El mecanismo para el control de
convencionalidad ex oficio en materia de derechos humanos a cargo
del Poder Judicial debe ser acorde con el modelo general de control
establecido constitucionalmente. El parámetro de análisis de este tipo
de control que deberán ejercer todos los jueces del país, se integra de
la manera siguiente: a) todos los derechos humanos contenidos en la
Constitución Federal (con fundamento en los artículos 1o. y 133), así
como la jurisprudencia emitida por el Poder Judicial de la
Federación; b) todos los derechos humanos contenidos en tratados
internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte; c) los
criterios vinculantes de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos derivados de las sentencias en las que el Estado Mexicano
haya sido parte, y d) los criterios orientadores de la jurisprudencia y
precedentes de la citada Corte, cuando el Estado Mexicano no haya
sido parte.

Varios 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete votos; votaron


en contra: Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Jorge Mario Pardo
Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar Morales con
salvedades. Ausente y Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos.
Encargado del engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Raúl
Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.

El Tribunal Pleno, el veintiocho de noviembre en curso, aprobó, con el


número LXVIII/2011(9a.), la tesis aislada que antecede. México,
Distrito Federal, a veintiocho de noviembre de dos mil once.5

Otra precisión que hay que tener en cuenta en relación con las
modificaciones al artículo 1° constitucional. No debe perderse de vista que la reforma
menciona a los “…derechos humanos reconocidos (…) en tratados internacionales de
los que el Estado Mexicano sea parte…”, por lo que se trata de la constitucionalización
de los derechos humanos, no de los tratados internacionales en sí, lo que facilitará su
armonización con la interpretación que la Suprema Corte ha realizado del artículo 133
constitucional. De esta forma, no se genera antinomia constitucional alguna, ya que esta

4 Tesis: P. LXIX/2011 (9a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro
III, Diciembre de 2011, p. 552, Registro No. 160525
5 Tesis: P. LXVIII/2011 (9a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Libro III, Diciembre de 2011, p. 551, Registro No. 160526
enmienda obligará, por ejemplo, a distinguir dentro de un tratado internacional cuáles
son las normas sustantivas que reconocen derechos humanos (vgr. artículos 1° al 32 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos), de aquellas normas
procedimentales o adjetivas que sirven para garantizar su cumplimiento (vgr. artículo 33
al 82 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos), en el entendido de que lo
que ahora formará parte del bloque de constitucionalidad son sólo las primeras: las que
tienen Derechos Humanos.

2. Creación del «bloque de constitucionalidad» (artículo 1°)

Tal y como se ha mencionado líneas arriba, la


constitucionalización de los derechos humanos de los tratados internacionales obliga a
los operadores jurídicos mexicanos, a desarrollar en el ámbito de la teoría de la
Constitución, el concepto de «bloque de constitucionalidad». En este orden de ideas y
como marco referencial (antecedentes), el jurista español Rubio Llorente advierte que
después de arraigarse en Francia dicho concepto (bloque de constitucionalidad), pasó a
otros países europeos, como España en donde el Tribunal Constitucional Español hizo
uso por primera vez de la expresión en el fallo STC 10/82 y recuerda que dicho tribunal
se refirió al bloque como “…a un conjunto de normas que ni están incluidas en la
Constitución ni delimitan competencia, pero cuya infracción determina la
inconstitucionalidad de la ley sometida a examen…”, de ahí que sea fundamental hablar
del mismo, ya que se configura a través del conjunto de parámetros para realizar el
control de constitucionalidad.

En Colombia, por poner un ejemplo latinoamericano o de nuestro


Continente, con la promulgación de la Constitución de 1991, en donde iniciaría una
nueva etapa en la cual el concepto «bloque de constitucionalidad» sería utilizado por
primera vez por la Corte Constitucional en la sentencia C-225/95. (ALUDIDO EN LA
PRESENTE DEMANDA DE AMPARO POR TRATARSE DE ANTECEDENTES
AL NUEVO CONCEPTO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
DENTRO DEL SISTEMA INTERAMERICANO DE DERECHOS HUMANOS
DE LOS QUE NUESTRO PAÍS FORMA PARTE).

En dicha sentencia, luego de definir que conforme al artículo 93


de la Carta, los tratados internacionales de derechos humanos prevalecían en el orden
interno, la Corte de aquella nación, procedió a analizar cuál era el lugar jerárquico que
ocupaban esas disposiciones, llegando a la solución que en cuanto a la relación entre:
tratados de derechos humanos y la Constitución, ambos estaban al mismo nivel
conforme a la figura del «bloque de constitucionalidad». El párrafo de la sentencia C-
225/95 referente al concepto en estudio señala que:

“La Corte considera que la noción de “bloque de


constitucionalidad”, proveniente del derecho francés, pero que ha
hecho carrera en el derecho constitucional comparado, permite
armonizar los principios y mandatos aparentemente en contradicción
de los artículos 4° y 93° de nuestra Carta.

“El bloque de constitucionalidad está compuesto por aquellas normas


y principios que, sin aparecer formalmente en el articulado del texto
constitucional, son utilizados como parámetros del control de
constitucionalidad de las leyes, por cuanto han sido normativamente
integrados a la Constitución, por diversas vías y por mandato de la
propia Constitución. Son pues verdaderos principios y reglas de valor
constitucional, esto es, son normas situadas en el nivel constitucional,
a pesar de que puedan a veces contener mecanismos de reforma
diversos al de las normas del articulado constitucional stricto sensu.”

Luego, la misma Corte Constitucional Colombiana, en la


sentencia C-200/02, se da a la tarea de hacer una distinción de suma importancia para
nuestro análisis, señalando que del «bloque de constitucionalidad» puede hablarse en
estricto y lato sensu:

“Esta Corporación ha establecido que la revisión de


constitucionalidad de los asuntos sometidos a su competencia, debe
realizarse no sólo frente al texto formal de la Carta, sino también
frente a otras disposiciones a las que se atribuye jerarquía
constitucional  -bloque de constitucionalidad estricto sensu-, y en
relación con otras normas que aunque no tienen rango constitucional,
configuran  parámetros  necesarios para el análisis de las
disposiciones  sometidas a  su  control  -bloque de constitucionalidad
lato sensu-.

“Se ha dicho que integran el bloque de constitucionalidad en sentido


lato: (i) el preámbulo, (ii) el articulado de la Constitución, (iii)
algunos tratados y convenios internacionales de derechos humanos
(C.P. art. 93), (iv) las leyes orgánicas y, (v) las leyes estatutarias.”

De lo anterior, es claro que, en su sentido estricto, el «bloque de


constitucionalidad» sólo se integra de normas de jerarquía constitucional (se encuentren
o no redactadas en la Constitución), y en su sentido amplio, se integra de todas aquellas
normas que aun cuando no tengan la misma jerarquía que la Constitución, sirvan de
parámetro para aplicar eficazmente las normas constitucionales, ya sea porque
reglamentan o desarrollan preceptos constitucionales.

IX.-CONCEPTOS DE VIOLACIÓN:
Los actos reclamados consistentes en la emisión y ejecución de la orden de
aprehensión, de fecha 19 de febrero del 2020, emitida en contra de mi representada, es
violatoria de los derechos humanos y garantías constitucionales reconocidos en los
artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, mismos
que están contenidos en instrumentos internacionales suscritos y ratificados por el
Estado mexicano, al respecto, me referiré a ellos en dos momentos.

PRIMER CONCEPTO DE VIOLACION.- Su señoría como primer concepto


de violación se señala que en la presente demanda de garantías, se considera una
flagrante violación del DERECHO FUNDAMENTAL DE AUDIENCIA así como la
indebida aplicación del PRINCIPIO DE TERRITORIALIDAD Y
EXTRATERRIORIALIDAD con el que debemos de gozar todos los gobernados, y que
encuentra sustento en el artículo 14 de nuestra Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos que a su tenor dice lo siguiente:

“Artículo 14. […]

Nadie podrá ser privado de la vida de la libertad o de sus propiedades, o


derechos sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho.

Tal y como se advierte del artículo anteriormente transcrito, el derecho


fundamental de audiencia, exige un procedimiento jurisdiccional en el que se apliquen
de manera correcta las formalidades esenciales del procedimiento, entre las cuales se
encuentra la posibilidad con la que contamos los gobernados para ser escuchado antes
de ser privado de su libertad, derechos o posesiones.

De lo anterior, como se menciona el artículo 14 Constitucional contiene un


derecho fundamental, consistente en el derecho de audiencia, el cual implica la
oportunidad que tiene el gobernado de comparecer para ser oído en cualquier
procedimiento jurisdiccional, lo que impide que las personas puedan ser privadas o
restringidas de algún derecho, sin haberle dado la oportunidad de defenderse u
oponerse, por lo que este derecho se ve violentado toda vez que el mismo establece que
nadie podrá ser privado de su libertad, salvo juicio seguido ante tribunales previamente
establecidos, toda vez que a mi representada JAMÁS se le fue citada en sede
ministerial, con la finalidad de conocer los alcances de la imputación que obra en su
contra, por lo que para mayor abundamiento me permito citar la siguiente tesis
jurisprudencial expuesta por los máximos tribunales de nuestro país que dice:

Época: Novena Época


Registro: 200234
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo II, Diciembre de 1995
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: P./J. 47/95
Página: 133

FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE


GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL
ACTO PRIVATIVO.

La garantía de audiencia establecida por el artículo 14 constitucional consiste en


otorgar al gobernado la oportunidad de defensa previamente al acto privativo de
la vida, libertad, propiedad, posesiones o derechos, y su debido respeto impone a
las autoridades, entre otras obligaciones, la de que en el juicio que se siga "se
cumplan las formalidades esenciales del procedimiento". Estas son las que
resultan necesarias para garantizar la defensa adecuada antes del acto de
privación y que, de manera genérica, se traducen en los siguientes requisitos: 1)
La notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias; 2) La
oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la defensa; 3) La
oportunidad de alegar; y 4) El dictado de una resolución que dirima las cuestiones
debatidas. De no respetarse estos requisitos, se dejaría de cumplir con el fin de la
garantía de audiencia, que es evitar la indefensión del afectado.

Amparo directo en revisión 2961/90. Opticas Devlyn del Norte, S.A. 12 de marzo
de 1992. Unanimidad de diecinueve votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón.
Secretaria: Ma. Estela Ferrer Mac Gregor Poisot.

Amparo directo en revisión 1080/91. Guillermo Cota López. 4 de marzo de 1993.


Unanimidad de dieciséis votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretaria: Adriana
Campuzano de Ortiz.

Amparo directo en revisión 5113/90. Héctor Salgado Aguilera. 8 de septiembre


de 1994. Unanimidad de diecisiete votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario:
Raúl Alberto Pérez Castillo.

Amparo directo en revisión 933/94. Blit, S.A. 20 de marzo de 1995. Mayoría de


nueve votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Ma. Estela Ferrer Mac
Gregor Poisot.

Amparo directo en revisión 1694/94. María Eugenia Espinosa Mora. 10 de abril


de 1995. Unanimidad de nueve votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón.
Secretaria: Ma. Estela Ferrer Mac Gregor Poisot.
El Tribunal Pleno en su sesión privada celebrada el veintitrés de noviembre en
curso, por unanimidad de once votos de los ministros: presidente José Vicente
Aguinaco Alemán, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Mariano Azuela Güitrón,
Juventino V. Castro y Castro, Juan Díaz Romero, Genaro David Góngora
Pimentel, José de Jesús Gudiño Pelayo, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Humberto
Román Palacios, Olga María Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza; aprobó, con
el número 47/1995 (9a.) la tesis de jurisprudencia que antecede; y determinó que
las votaciones de los precedentes son idóneas para integrarla. México, Distrito
Federal, a veintitrés de noviembre de mil novecientos noventa y cinco.

Por lo que en acuerdo al anterior criterio jurisprudencial resulta totalmente


contradictorio el actuar de la autoridad en contra de mi representada y totalmente
contradictorio a lo que la ley señala como derecho de audiencia toda vez que se supone
es aquel derecho que posibilita la protección de los derechos subjetivos de los que es
titular la persona, en el sentido de que las autoridades están obligadas a seguir, de
conformidad con lo previsto en la ley de la materia o, en su ausencia, en aplicación
directa de la disposición constitucional citada, un proceso en el que se brinde a las
partes la oportunidad de conocer las respectivas posturas y contradecirlas, previo a que
se provea un acto que cause un perjuicio a los derechos de alguna de ellas. Así mismo
también es violatorio en perjuicio de mi representada el derecho de defensa que está
íntimamente vinculado con el derecho de audiencia, pues es dentro del proceso donde
los intervinientes tienen la posibilidad de exponer sus razonamientos y de oponerse a su
contraparte en forma plena y amplia y para que lo anterior sea posible, es necesario
hacer saber al sujeto contra quien se inicia un proceso judicial o administrativo cuál es
el hecho que se le atribuye y facilitarle los medios necesarios para que ejerza su defensa,
de ahí que existe vulneración de estos dos derechos fundamentales en perjuicio de mi
representada principalmente por el incumplimiento de las formalidades esenciales
establecidas en nuestras leyes, por lo que de esta manera el presente acto que se
reclama en perjuicio de mi representada no cumple con los lineamientos mínimos y
correctos que ameritan un procedimiento.

Ahora bien, su Señoría, resulta completamente irrisorio pensar que en dos días
se pueden reunir los elementos probatorios y mínimos de convicción para establecer que
mi representada, es responsable de la muerte de su esposo, toda vez que tal y como se
establece en el capítulo de antecedentes de la presente demanda de garantías, con fecha
4 de marzo de 2019, él murió en la Ciudad de Cádiz, España, como consecuencia de un
enfisema pulmonar, tal y como lo señalaran los Médicos Españoles, mencionando en
este momento que se cuenta con los documentos pertinentes que comprueban que
efectivamente el C. Rodrigo Rioboo Talayero FALLECIÓ DEBIDO A UN ENFISEMA
PULMONAR y que en todo momento tuvo asistencia médica y adecuada que la salud
de la pareja de mi representada ameritaba para tratar dicho padecimiento, por lo que en
este acto se adjuntan dichos documentos al presente escrito de demanda de juicio de
amparo para que se desahoguen en su momento procesal oportuno y con esto demostrar
que mi representada no cometió dicho acto típico antijurídico denominado como delito
de HOMICIDIO EN RAZÓN DEL PARENTESCO, CALIFICADO CON LA
CIRCUNSTANCIA RELATIVA A SU COMISIÓN (CON TRAICIÓN) ni por acción u
omisión es decir, no desplegó una conducta tendiente a esa finalidad, por lo cual resulta
imposible por lo que su señoría en cuanto al delito que se le intenta imputar a mi
defendida cabe mencionar que es una falacia el interpretar como un delito continuado en
cuanto a los hechos que el denunciante menciona, tema que se enfocará en los
siguientes conceptos de violación.

En este mismo tenor Su Señoría es menester mencionar que en España, país en


donde mi representada vive desde hace bastante tiempo no hay testigos que señalen
directamente a mi representada como autora material de tal crimen, toda vez que
siempre se reflejó el cariño y buena relación que mantenía mi representada con su
esposo, hoy finado que además resulta importante mencionar que el esposo de mi
representada el C. Rodrigo Rioboo Talayero, carecía de sus capacidades motrices, por lo
que incluso y debido a ciertos cuidados que su esposo ameritaba siempre permaneció
pendiente de él, y tan es así que mi representada María Isabel Cal y Mayor Barrios, se
encontraba con sus hijos en la sala de espera del hospital, circunstancia que SÍ PUEDE
SER PROBADA, por medio del testimonio de diversas personas que presenciaron
dicha circunstancia, como lo son, enfermeras, médicos, y personal administrativo del
Hospital en Cádiz España, testimonios debidamente certificados cuyos datos se
anexarán a la presente demanda de amparo.

En este mismo orden de ideas, su Señoría, resulta imposible que la Fiscalía


Central especializada en atención los delitos de homicidio, adscrita a la Fiscalía
General de Justicia de la Ciudad de México, pudiera reunir datos de prueba suficientes,
pertinentes e idóneos en dos días, como para que se Judicializara tan rápido la carpeta
de investigación número CI-FCIH/UI-3 C/D/00279/09-2009, esto es así Su Señoría
porque el día 17 de febrero de 2020, la Licenciada Gabriela Carmona Juárez, Ministerio
Público adscrito a la Agencia Octava Investigadora de la Unidad de Investigación Y
Litigación Sin detenido de la Delegación Estatal de la Ciudad de México, de la Fiscalía
General de la República inició una carpeta de investigación diversa por los mismos
hechos, con número FED/CDMX/SPE/0001459/2020 y en tal virtud, indicó en el
acuerdo de esa fecha, diversos actos de investigación que realizaría, mismos que no
llevó a cabo porque declinó de conocer la indagatoria en virtud de declararse
incompetente en fecha 20 de Marzo del presente año, remitiéndola a la Subprocuraduría
especializada en atención de delitos Ambientales.

De lo anteriormente su señoría es meramente importante hacer alusión que dicha


conducta consistente en la orden de aprehensión en contra de mi representa fue
desplegada en total contradicción a los principios de TERRITORIALIDAD Y
EXTRATERRITORIALIDAD, toda vez su señoría que como bien es sabido el
PRINCIPIO DE TERRITORIALIDAD es fundamentalmente importante para establecer
la competencia de los tribunales, es decir en base al principio de territorialidad se ve
reflejado para conocer los delitos que se cometen en un determinado territorio u/o
estado, en nuestro asunto que nos ocupa, como ya se ha mencionado con antelación, el
C. hoy finado Rodrigo Rioboo Talayero esposo de mi representada, ESTABAN
EJERCIENDO LA RESIDENCIA ESPAÑOLA es decir ellos radicaban en dicho
territorio, en apego a las leyes que rigen dicho país, dato que resulta meramente
importante dentro del presente juicio de amparo puesto que dentro de la carpeta de
investigación que da origen a la orden de aprehensión girada en mi contra, el
denunciante, que es tercer interesado en el presente juicio de amparo da un testimonio
meramente falso con la intención de obtener una ventaja procesal al mencionar que el
esposo hoy finado, junto con mi representada y sus dos hijos viajaron a España y que
en ese tiempo se perpetuo el ilícito de homicidio en las agravantes que hace alusión el
Agente de Ministerio Público Federal que además aduce fue en delito continuado,
quien además a mi consideración el agente de Ministerio Público Federal TIENE UNA
ERRONEA APRECIACION DE LO QUE ES UN DELITO CONTINUADO, puesto que
un delito continuado se trata de una sucesión de hechos delictivos similares de manera
continuada en el tiempo que se consideran como un único  delito  y se castiga con
una pena superior que la que correspondería al delito común, y s e produce un delito
continuado cuando una persona comete varios delitos que infrinjan el mismo precepto
penal o uno de semejante naturaleza en un mismo periodo de tiempo, por lo que su
señoría, resulta incluso contradictorio esta versión que hace el denunciante en la carpeta
de investigación de origen puesto que alucen que desde que mi representada contrajo
matrimonio con el hoy finado, ella planeo su muerte desde la forma en alimentarlo, e
incluso lo hacen ver como una responsabilidad que claramente ella no tenia, pero jamás
hacen mención que el padecía de una limitación motriz, y al contrario mi representada
le brindo los medios médicos efectivos que tuvo a su alcance en el momento de su
deceso, por lo que claramente su señoría no nos encontramos en el supuesto de un delito
continuado, por lo que Su Señoría si nos apegamos a lo establecido por el artículo
tercero de nuestro Código Penal Federal donde menciona que los delitos continuos
cometidos en el extranjero, y se sigan cometiendo en nuestro territorio, se perseguirán
con arreglo a las leyes de esta, sean mexicanos o extranjeros, a lo anterior Su Señoría no
se encuentra en el supuesto porque independientemente de que mi representada no
cometió el delito que se le intenta imputar, primeramente no se trata de un delito
continuado su señoría, en segunda instancia, el esposo de mi representada falleció en
territorio español, por lo que no se pudo seguir cometiendo un delito en territorio
mexicano por lo que no es procedente la aplicación de alguna ley mexicana en el
presente asunto, y de lo anterior debe declararse la nulidad de la orden de aprehensión
librada en contra de mi representada, porque en el caso de realizarse, se estaría
cometiendo una grave lesión a los derechos humanos de mi representada incluyendo a
aquellos derechos previstos en tratados internacionales como lo es el Tratado de
Extradición Asistencia Mutua en Materia Penal entre los estados Unidos Mexicanos y
España, al respecto también es menester mencionar también juegan un rol importante el
principio de personalidad activa y personalidad pasiva, puesto que acorde al principio
de personalidad pasiva se debe tomar en cuenta la nacionalidad de la víctima,
independientemente del lugar de comisión y de la nacionalidad del sujeto activo, por lo
que resulta importante el contenido del artículo 4 del Código Penal Federal a su tenor
dice:

I.- Que el acusado se encuentre en la República;


II.- Que el reo no haya sido definitivamente juzgado en el país en que delinquió
III.- Que la infracción de que se le acuse tenga el carácter de delito en el país
en que se ejecutó y en la República.

Por lo que en cuanto al anterior precepto legal citado me permito mencionar que
la situación de mi representada no se apega a lo estipulado por este artículo puesto que
mi representada se encuentra viviendo junto a sus dos hijos en España, en segunda
instancia, la autoridad competente para conocer el presente asunto son las autoridades
españolas puesto que representada se encuentra ejerciendo la residencia española, por
lo que es importante destacar que el ejercicio de la competencia por personalidad, se
encuentra condicionado por las fracciones del precepto legal citado.

PRINCIPIO GENERAL DEL DERECHO “NOM BIS IDEM”

En relación con este principio fundamental del Derecho, es pertinente señalar que non
bis in ídem como un aforismo latino que significa no dos veces sobre lo mismo, ello
quiere decir que, nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho, Derecho
consagrado en nuestra Carta Magna en su artículo 23, mismo que a la letra establece
lo siguiente:

"Artículo 23. Ningún juicio criminal deberá tener más de tres instancias. Nadie puede
ser juzgado dos veces por el mismo delito, ya sea que en el juicio se le absuelva o se le
condene. Queda prohibida la práctica de absolver de la instancia"

Del precepto constitucional podemos advertir que, además de que nadie puede ser
juzgado por el mismo hecho, dicha figura constitucional prevé en abstracto, que nadie
puede ser juzgado en diversas instancias, en esencia el extracto constitucional
advierte que nadie puede ser juzgado, investigado o perseguido dos veces por el mismo
hecho, en el caso que nos ocupa, las investigaciones realizadas por dos órganos
ministeriales, son por los mismos hechos, es decir, la denuncia de fecha 20 de enero de
2020 circunstancia que violenta de manera clara, los Derechos Fundamentales y
humanos de mi representada, María Isabel Cal y Mayor Barrios, máxime que también
trastoca el Derecho Humano consistente en la presunción de inocencia, tanto en su
vertiente intraprocesal, como extraprocesal, siendo además que es importante
mencionar que el Sistema Penal Acusatorio mexicano, es traducido en un Derecho
Penal del amigo, ello por ser un sistema jurídico de corte “Garantista”, ello significa que
en todo momento el Estado y sus organismos de admiración e impartición de Justicia
promoverán, garantizaran y respetaran los Derechos Públicos subjetivos de las personas,
sujetas a un procedimiento penal.

Entre los instrumentos internacionales dotados de obligatoriedad jurídica que se


preocupan por garantizar la aplicación de este principio, se cuentan, entre otros, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Nueva York, 7 que en su artículo 14.7
establece que: nadie podrá ser juzgado un sancionado por un delito por el cual haya sido
ya condenado o absuelto por una sentencia firme, de acuerdo con la ley y el
procedimiento penal de cada país. En México, el primer antecedente de la prohibición
non bis in idem, aparece en el artículo 25 del proyecto de Constitución Política de la
República Mexicana de 16 de junio de 1856, quedando en forma definitiva en el arábigo
24 de la Constitución Política de 5 de febrero de 1857 y en la de 1917, junto con otras
dos garantías, de la siguiente manera: “…Nadie puede ser juzgado dos veces por el
mismo delito, ya sea que en el juicio se le absuelva o se le condene Como se dijo, la
constitución mexicana es el instrumento jurídico en el cual se consagra la garantía de
que los procedimientos para evitar que una persona sea juzgada dos veces por el mismo
delito, sin embargo, para saber cuándo opera esta garantía, es necesario partir de lo que
se entiende por “ser juzgado” o “haber sido juzgado”. Por juzgado se entiende a un
individuo que haya sido condenado o absuelto por una sentencia firme e irrevocable, o
sea, contra la que no procede legalmente ningún recurso. De lo anterior, se deduce que -
única y exclusivamente - cuando en un juicio penal se haya dictado una sentencia en los
términos anteriormente señalados, y establecidos en los ordenamientos procesales
penales, se actualizará la garantía de seguridad jurídica que se comenta. En otras
palabras, el individuo de esta manera condenado o absuelto será el titular de la garantía.
En caso de que la sentencia dictada no tenga ese carácter de irrevocabilidad, es
perfectamente factible la posibilidad de un nuevo proceso. Otro de los puntos a aclarar
es el alcance de la expresión “delito”. Cuando se habla de que nadie puede ser juzgado
dos veces por el mismo delito, la referencia Constitucional es al hecho material de la
misma. Dicho más claramente, la prohibición subsiste, aunque en el segundo proceso se
tipifique o denomine a los hechos en distinta forma.

En otras palabras, la presunción de inocencia de la cual goza mi representada NO


SE HA DESTRUIDO, máxime que dicha figura es debatible hasta la etapa de juicio,
etapa en la cual se destruye la inocencia de una persona, más allá de toda duda
razonable, o bien se confirma la responsabilidad de una persona.

Por otro lado, el Derecho Penal, se entiende como un conjunto de normas


jurídicas, de DERECHO PUBLICO INTERNO, que establecerán las conductas que
serán consideras como delitos, delimitarán las penas y medidas de seguridad aplicadas
al caso en concreto.

Al hablar de Derecho interno, debemos entender que dicha circunstancia supone


que las autoridades integradoras del estado mexicano deberán investigar y resolver
dentro de sus ámbitos de atribución las conductas típicas, antijurídicas y culpables
trastocadoras del orden social, en el estado mexicano, única y exclusivamente ellas,
respetando en todo momento la soberanía nacional, tanto en su vertiente de forma de
estado y forma de gobierno.

“En todo juicio el imputado se medirá contra el poder del Estado, ya que es el
Estado mismo el órgano que sostiene la acusación frente a un ciudadano común y
corriente. Este simple hecho ya pone en desventaja al procesado, frente al poderío que
representa su contraparte. Es por eso, que el ciudadano debe llegar al juicio arropado de
una serie de derechos que sirva de contrapeso a ese poderío y que al tiempo le permita
una especie de coraza para poder competir con más o menos igualdad frente a la
acusación. Y en este sentido es que la presunción de inocencia se erige como uno de los
principales derechos que permiten al imputado arribar al juicio y que obliga al fiscal a
probar su culpabilidad, sin que el propio procesado tenga la carga de acreditar su
inocencia. Tal principio encuentra reconocimiento prácticamente en todos los
documentos internacionales de derechos humanos que regulan el procedimiento penal, y
la enorme mayoría de los países democráticos lo aplica sin discusión, ello pese a la
opinión de parte de la doctrina. Naturalmente, ha sido reconocido en nuestro país,
aunque su aplicación real diste mucho de ser la ideal.” (Presunción de inocencia
derecho humano en el sistema penal acusatorio, Magistrado Miguel Ángel Aguilar
López)

Ahora bien Su Señoría, el acto de autoridad que en la presente demanda de


garantías se reclama, consiste en la orden de aprehensión emitida en contra de mi
representada, emitida por el Licenciado Roberto Enrique Castellanos Barroso, Juez de
Control del Sistema Penal Acusatorio de la Ciudad de México, adscrito a la Unidad de
Gestión Judicial Número Doce, en fecha 19 de febrero de 2020, es decir, tan solo DOS
DÍAS DESPUES de que la Licenciada Gabriela Carmona Juárez, diera inicio a la
carpeta de Investigación, dicha situación además de que resulta sospechosa es absurda
su Señoría, independientemente de que en la etapa de investigación inicial, el estándar
probatorio es mínimo y que para la obtención de un auto de vinculación a proceso, la
representación social deberá contar con los datos de prueba , a los que también podemos
llamar indicios, que establezcan mas no acrediten, que alguien ha cometido un delito y
que a título de probabilidad también se puede establecer que la persona investigada lo
cometió, sin embargo, en el caso que nos ocupa, dicha circunstancia JAMÁS
OCURRIÓ, toda vez que no existe un elemento de convicción suficiente que establezca
que mi representada cometió por acción u omisión, un delito, es decir, no existe un
testigo que señale a la señora MARÍA ISABEL CAL Y MAYOR BARRIOS como
autora material, intelectual, mediata del hecho con apariencia de delito que se me
pretende atribuir, tampoco existe un dictamen médico, que establezca que mi marido
fuera privado de la vida todo lo contrario, los Doctores que lo atendieron en Cádiz
España dieron fe de que la causa de muerte se trató de un enfisema pulmonar,
circunstancia que nada tiene que ver ni conmigo ni con nadie, porque no todos los
hechos son delitos, ni todas las conductas humanas son delitos, pero si únicamente
puede existir delito, a través de una conducta humana.

Es entonces Su Señoría, que los actos de molestia que afectan temporalmente la


libertad deambulatoria de las personas, estos contravienen a lo dispuesto por el artículo
14 de la Constitución Federal, ya que la privación de la libertad se realizaría de manera
arbitraria y no mediante juicio, tal y como lo ordena el artículo de referencia.

Al tenor de lo anterior, al privar a la quejosa de su libertad, se estaría


trasgrediendo el derecho de audiencia que le asiste, reconocido en el artículo 14
Constitucional, ya que se le estaría colocando en un estado de indefensión, toda vez que,
no tendría oportunidad de preparar una defensa para desvirtuar los hechos que
generaron la emisión de dichos actos violentando así el principio Constitucional de
LEGALIDAD, SEGURIDAD JURÍDICA y como consecuencia vulnerando al
DEBIDO PROCESO, todo ello, en perjuicio de los derechos público – subjetivos de la
señora MARÍA ISABEL CAL Y MAYOR BARRIOS.

Es aplicable al caso en concreto la siguiente jurisprudencia:

PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. EL PRINCIPIO RELATIVO SE


CONTIENE DE MANERA IMPLÍCITA EN LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL. De la interpretación armónica y sistemática de los artículos 14,
párrafo segundo, 16, párrafo primero, 19, párrafo primero, 21, párrafo primero, y
102, apartado A, párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, se desprenden, por una parte, el principio del debido proceso
legal que implica que al inculpado se le reconozca el derecho a su libertad, y que
el Estado sólo podrá privarlo del mismo cuando, existiendo suficientes elementos
incriminatorios, y seguido un proceso penal en su contra en el que se respeten las
formalidades esenciales del procedimiento, las garantías de audiencia y la de
ofrecer pruebas para desvirtuar la imputación correspondiente, el Juez pronuncie
sentencia definitiva declarándolo culpable; y por otra, el principio acusatorio,
mediante el cual corresponde al Ministerio Público la función persecutoria de los
delitos y la obligación (carga) de buscar y presentar las pruebas que acrediten la
existencia de éstos, tal y como se desprende de lo dispuesto en el artículo 19,
párrafo primero, particularmente cuando previene que el auto de formal prisión
deberá expresar “los datos que arroje la averiguación previa, los que deben ser
bastantes para comprobar el cuerpo del delito y hacer probable la responsabilidad
del acusado”; en el artículo 21, al disponer que “la investigación y persecución de
los delitos incumbe al Ministerio Público”; así como en el artículo 102, al
disponer que corresponde al Ministerio Público de la Federación la persecución de
todos los delitos del orden federal, correspondiéndole “buscar y presentar las
pruebas que acrediten la responsabilidad de éstos”. En ese tenor, debe estimarse
que los principios constitucionales del debido proceso legal y el acusatorio
resguardan en forma implícita el diverso principio de presunción de inocencia,
dando Apéndice de jurisprudencia 197 lugar a que el gobernador no esté obligado
a probar la licitud de su conducta cuando se le imputa la comisión de un delito, en
tanto que el acusado no tiene la carga de probar su inocencia, puesto que el
sistema previsto por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos le
reconoce, a priori, tal estado, al disponer expresamente que es al Ministerio
Público a quien incumbe probar los elementos constitutivos del delito y de la
culpabilidad del imputado.

IN DUBIO PRO REO. ESTE PRINCIPIO GOZA DE JERARQUÍA


CONSTITUCIONAL AL CONSTITUIR UNA REGLA IMPLÍCITA DE
LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.
Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que el citado principio
forma parte del derecho fundamental a la presunción de inocencia y, como tal,
goza de jerarquía constitucional. Asimismo, se ha establecido que el concepto de
"duda" asociado al principio in dubio pro reo no debe interpretarse en clave
psicológica, es decir, como la "falta de convicción" o la "indeterminación del
ánimo o del pensamiento" del juez, toda vez que sería una interpretación contraria
a un entendimiento garantista de la presunción de inocencia. En efecto, asumir
que la "duda" hace referencia al "estado psicológico" que las pruebas practicadas
en el proceso pueden suscitar en el juez es algo propio de las concepciones que
utilizan la idea de "íntima convicción" como estándar de prueba. Estas
concepciones subjetivistas de la prueba no sólo impiden establecer objetivamente
cuándo existe evidencia suficiente para tener por acreditada una hipótesis
probatoria, sino que además resultan incompatibles con los principios que rigen la
valoración racional de los medios de prueba, por lo que si una condena se
condiciona a los "estados de convicción íntima" que pueda llegar a tener un juez
en relación con la existencia del delito y/o la responsabilidad del imputado, se
abre la puerta a la irracionalidad porque esos estados de convicción pueden
emerger en el juzgador sin que haya una conexión entre éstos y la evidencia
disponible.

Esta tesis se publicó el viernes 11 de enero de 2019 a las 10:12 horas en el


Semanario Judicial de la Federación.

SEGUNDO.- El acto de autoridad que se pretende combatir, a través de la


presente demanda de garantías, es Violatorio de los Derechos Fundamentales y
Humanos, además de que, contraviene flagrantemente al Pacto Federal, a los principios
Generales del Derecho Penal consistentes en la Territorialidad, extraterritorialidad, la
exacta aplicación de la ley penal (Taxatividad) y al principio de Tipicidad, toda vez que,
la indagatoria que dio como origen el acto que se reclama en la presente demanda de
garantías, se hizo consistir en una orden de aprehensión girada en contra de mi
representada, María Isabel Cal y Mayor Barrios, por su posible participación en el
Homicidio en razón de parentesco, calificado (Traición), del Señor Rodrigo Raiboo
Talayero, circunstancia que es falsa e ilógica, sin embargo, el Ministerio Público,
adscrito a la Fiscalía Central de Homicidios dependiente de la Fiscalía General de
Justicia de la Ciudad de México, reunió en tan SOLO DOS DÍAS elementos suficientes
para solicitarle al Juez de control, situación que además de ilógica, antijurídica,
contraviene a los principios rectores del sistema penal acusatorio, toda vez que no ha
existido una contradicción respecto a la imputación que obra injustamente en mi contra,
toda vez que, independientemente de que actualmente mi representada, radica en la
Ciudad de Madrid, España, tuvo el pleno conocimiento del acto que se reclama, el
pasado Viernes 19 de Junio. Es aplicable la siguiente jurisprudencia:

PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN. ATENTO A ESTA MÁXIMA QUE RIGE EL


SISTEMA PENAL ACUSATORIO, ES OBLIGACIÓN DEL TRIBUNAL DE
ALZADA, CUANDO SE ENCUENTRE ANTE DOS VERSIONES DISTINTAS PARA
EXPLICAR UN SOLO HECHO E INDICIOS QUE HABIÉNDOSE INCORPORADO
AL JUICIO SUSTENTEN UNA U OTRA, EXPONER FUNDADA Y
MOTIVADAMENTE POR QUÉ OTORGÓ MAYOR
CREDIBILIDAD A UNA DE ELLAS.

En aras de garantizar el respeto tanto al principio de presunción de


inocencia, en su vertiente de regla probatoria, como al de contradicción, que
rigen el sistema penal acusatorio, es obligación del tribunal de alzada, que
cuando se encuentre ante dos versiones distintas para explicar un solo
hecho, una de la defensa y otra de la parte acusadora e indicios, que
habiendo sido legalmente incorporados al juicio puedan sustentar una u
otra, exponga desde una perspectiva lógica, fundada y motivadamente las
razones que le lleven a otorgar mayor credibilidad a una hipótesis procesal,
por encima de la diversa, pues si dentro del procedimiento de origen se
busca que las partes tengan igualdad de oportunidades, atento al principio
de contradicción contenido en el artículo 20, apartado A, fracción V, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la autoridad a
quien competa resolver la segunda instancia debe hacerlo bajo la misma
ponderación.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL


SEGUNDO CIRCUITO.
Amparo directo 201/2017. 12 de abril de 2018. Unanimidad de votos.
Ponente: María de Lourdes Lozano Mendoza. Secretaria: Blanca Amparo
Arizmendi Orozco.

Esta tesis se publicó el viernes 24 de agosto de 2018 a las 10:32 horas en el


Semanario Judicial de la Federación.

Por tanto su Señoría, le resultaba imposible conocer los alcances de la


imputación que inició en contra de la señora María Isabel Cal y Mayor Barrios el día 17
de febrero de 2020, siendo además, en España se atravesaba una emergencia sanitaria,
derivada del Virus COVID-19, siendo que en consecuencia, las autoridades españolas,
ordenaron la inmediata cuarentena, por lo cual, le hubiera resultado
HUMANAMENTE IMPOSIBLE VIAJAR A MEXICO, haciendo hincapié su
Señoría, en que la Representación Social en tan SÓLO DOS DÍAS determinó ejercitar
acción penal en contra de mi representada en calidad de autora intelectual y material por
la probable participación de la misma en el homicidio de Rodrigo Rioboo Talayero,
quien en fecha 4 de marzo fallecería por causas naturales.

Para darle mayor certeza a lo anteriormente citado, es pertinente su Señoría


establecer que para que una persona pueda ser considerada como autor de un hecho
delictuoso, primero debe de contar con el dominio funcional del hecho, es decir debe de
concebir el hecho delictuoso, planear cómo lo va a cometer, es decir por sí o a través de
otro, los medios que ocupara para dicha encomienda, las consecuencias secundarias o
concomitantes que se pudieran suscintar respecto a la comisión del hecho delictuoso.
Me permito citar para darle mayor claridad a lo que establece respecto a la autoría y
participación, el Maestro Fernando Castellanos Tena, en su obra titulada “Lineamientos
Elementales del Derecho Penal”

AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN.

A veces la naturaleza misma de determinados delitos requiere pluralidad de


sujetos, como el adulterio, en donde la intervención de dos personas es una
condición necesaria para la configuración del tipo. En la mayoría de los
casos el delito es el resultado de la actividad de un individuo; sin embargo
en la práctica dos o más hombres realizan un mismo delito, es entonces
cuando se habla de la participación. Misma, que consiste en la voluntaria
cooperación de varios individuos en la realización de un delito, sin que el
tipo requiera dicha pluralidad.

Es importante señalar la distinción entre delitos unisubjetivos y


plurisubjetivos, en virtud de que los primeros son aquellas conductas
delictivas en las cuales únicamente se necesita la participación de un solo
sujeto para su ejecución, como lo es el delito de homicidio, mismo que
además de ser de naturaleza instantánea, no necesita la intervención de dos
o más sujetos para su realización, contrario sensu al adulterio, delitos
naturalmente plurisubjetivo, en virtud de que el tipo penal necesita la
intervención de dos sujetos para la ejecución del mismo.

Por otro lado, sin en la descripción típica, no se precisa como necesaria la


concurrencia de dos o más personas, el delito sigue siendo monosubjetivo
aun cuando en forma contingente intervengan varios sujetos, tal y como se
acaba de señalar en los ejemplos previos.

En los delitos unisubjetivos por naturaleza, es dable, como ha quedado


asentado, la concurrencia de varios agentes y solo entonces se habla de
participación o concurso eventual de personas en la comisión de un ilícito
penal; así, haciendo referencia al mimo delito de homicidio si diversos
individuos intervienen, tanto en la planeación como en la ejecución y le
toca a cada uno, una actividad específica, del mismo especifico objetivo, se
integrará el concurso necesario; por ello, al definir antes la participación,
se establece que el tipo legal no exija la pluralidad de acciones.

NATURALEZA DE LA PARTICIPACIÓN.
Diversas doctrinas pretenden desentrañar la esencia de la participación; con un
propósito sintetizador pueden reducirse a tres, a saber; de la causalidad, de la
accesoriedad, y de autonomía.

● Teoría de la causalidad. Al estudiar el elemento objetivo del delito, quedó


precisado que el hecho se integra por una conducta, un resultado y un nexo
causal; se analizaron las principales corrientes al respecto. Ahora bien, con base
en la causalidad se intenta resolver el problema del evento delictivo. Para Von
Buri, la verdadera liga de unión entre los partícipes en el delito, que los hace
responsables, es su concurrencia para la causación del hecho penalmente
tipificado.

● Doctrina de la accesoriedad. Recibe este nombre, porque se considera autor


del delito sólo a quien realiza los actos u omisiones descritos en el tipo legal; la
responsabilidad de los partícipes depende de los auxilios prestados al autor
principal, respecto del cual tienen como accesorios; las conductas dependientes
siguen la suerte del principal. El delito producido por varios sujetos, único e
indivisible, es una actuación principal y de otras accesorias.

● Teoría de la autonomía. Para esta corriente, el delito producido por varios


individuos pierde su unidad al considerar que los concurrentes a la producción
del evento delictivo realiza comportamientos autónomos y surgen así distintos
delitos, cada uno de ellos con vida propia. Por ende, quienes intervienen ya no
son partícipes, habida cuenta de la autonomía de su comportamiento, por ende,
a la actuación de uno, no se le comunican las circunstancias de los demás.

GRADOS DE PARTICIPACIÓN. Como se ha visto, la participación precisa de


varios sujetos que encaminen su conducta hacia la realización de un delito, el cual se
produce como consecuencia de su intervención. Evidentemente si todos son causa de la
infracción, no siempre lo serán en el mismo grado; éste estará en relación con la
actividad o inactividad de cada uno, de donde surgen varias formas de participación. Ya
Francisco Carrara distinguió entre responsables principales y responsables accesorios.
Autor principal es aquel que concibe, prepara y ejecuta el acto delictivo; en
cambio, los delincuentes accesorios o cómplices son quienes indirectamente
cooperan para su producción.

En el caso que nos ocupa, mi representada la Señora, María Isabel JAMÁS


CONCIBIÓ, PREPARÓ O EJECUTÓ un acto tendiente a producir un resultado de
naturaleza típica, tal y como lo advierte la representación Social, circunstancia avalada y
solapada por el Juzgador de Control Constitucional que emitió el acto que se reclama en
la presente demanda de garantías, siendo que tal y como lo advierte el maestro
Castellanos Tena, para que una persona pueda ser considerada autor de un delito, debe
primero contar con el dominio funcional del hecho, en el caso que nos ocupa, dicha
circunstancia JAMÁS OCURRIÓ, toda vez que no existe registro de investigación
alguno, que establezca dicha circunstancia.
Llámese autor al que pone una causa eficiente para la producción del delito; es
decir, el ejecutor de una conducta física y psíquicamente relevante. La doctrina está de
acuerdo, por supuesto, en considerar como autores no sólo a quienes material y
psicológicamente son causa del hecho típico, sino que es suficiente, para adquirir tal
carácter, la contribución con el elemento físico y el psíquico, de donde resultan los
autores materiales y los autores intelectuales.

Si alguien ejecuta por sí solo el delito, se le llama simplemente autor; si varios lo


originan, reciben el nombre de coautores. Los auxiliares indirectos son denominados
cómplices, quienes aun cuando contribuyen secundariamente, su intervención resultan
eficaces en el hecho delictuoso.

Sebastián Soler, entre otros, habla de autores mediatos para señalar a aquellos que
siendo penalmente del delito de un sujeto excluido de responsabilidad. El autor mediato
no delinque con otro, sino por medio de otro que adquiere el carácter de mero
instrumento.

Por otro lado Maggiore clasifica las formas de participación según el grado, la
calidad, el tiempo y la eficacia.

● Según el grado, la participación puede ser principal y accesoria; mientras la


primera se refiere a la consumación del delito, la segunda atiende a su
preparación.

● Según la calidad, misma que puede ser moral o física, comprendiendo la


primera como instigación, determinación o provocación; a su vez, la instigación
abarca como subclases; el mandato, la orden, la coacción, el consejo y la
asociación.

● En razón del tiempo, la participación es anterior, si el acuerdo es previo a la


comisión del delito y en tal momento se precisa la intervención que en el lleva
cada participe; concomitantemente, si la temporalidad está referida al instante
mismo de la ejecución del delito; y posterior a, cuando se comprenden actos que
se ejecutan después del evento.

● Según su eficacia, la participación es necesaria y no necesaria, de acuerdo con


la naturaleza del delito, ya sea que éste exija o no, para su comisión, el concurso
de personas.

● La participación moral. Ésta es la aportación necesaria de carácter psicológica


cuando atiende al carácter psicológico moral del aporte del autor principal; es
física, si ese aporte es de carácter material y se realiza dentro de la fase ejecutiva
del delito.

Entonces, hay instigación cuando, el sujeto quiere el hecho, pero lo quiere


producido por otro; quiere causar ese hecho a través de la psique de otro, determinando
en éste la resolución de ejecutarlo. La determinación o provocación se da cuando el
sujeto aprovecha la idea ya existente en otro, realizando actos o procurando consejos,
con fuerza de convencimiento para reforzar la idea principal en el agente.

En el caso que nos ocupa Su Señoría, es claro que mi representada, no participó


ni como autora ni como partícipe en el homicidio de su finado esposo, Rodrigo Rioboo
Talayero, quien como se ha establecido, falleció a causa de un enfisema pulmonar en
Cádiz, España, es decir por causas naturales, María Isabel Cal y Mayor Barrios, no tuvo
participación en un hecho delictivo, ni ella ni nadie, y no existe dato de prueba que
acredite lo contrario, todo lo contrario, si existe un certificado de defunción expedido
por el médico XXXXXX, que intervino en la atención de Rodrigo Riobóo Talayero, de
fecha 5 de marzo de 2019, en donde dicho certificado establece que la causa de muerte
fue un enfisema pulmonar, por tanto mi representado ni por acción u omisión cometió
conducta típica, antijurídica y culpable, por tanto se advierte que en la indagatoria de
mérito, existe una causa de exclusión del delito, es decir una ausencia de conducta,
misma que destruye a los elementos positivos del delito.

Ahora bien, su Señoría, en relación con el principio de territorialidad,


previamente citado, me permito transcribir lo que a la letra establece el artículo 4 del
Código Penal Federal, mismo que a la letra nos dice lo siguiente:

Artículo 4o.- Los delitos cometidos en territorio extranjero por un mexicano


contra mexicanos o contra extranjeros, o por un extranjero contra mexicanos, serán
penados en la República, con arreglo a las leyes federales, si concurren los requisitos
siguientes:

I.- Que el acusado se encuentre en la República;


II.- Que el reo no haya sido definitivamente juzgado en el país en que delinquió
III.- Que la infracción de que se le acuse tenga el carácter de delito en el país
en que se ejecutó y en la República.

1) En primera instancia su Señoría, de acuerdo a lo que establece la Codificación


Nacional Adjetiva, tendrán la calidad de acusados, los ciudadanos a los que el
Ministerio Público, ya sea del fuero común o federal, haya formulado
acusación en su contra, esto, una vez terminada la etapa de Investigación
Complementaria, situación en la cual, no nos encontramos en el presente caso,
toda vez que nos encontramos en una etapa procedimental diversa, consistente
en la etapa inicial.

2) Que el reo, haya sido definitivamente juzgado en el país que delinquió,


circunstancia también, alejada de la realidad, toda vez que mi representada no
ha cometido ni por acción u omisión delito alguno, por tanto, como
consecuencia lógica NO HA SIDO JUZGADA POR TRIBUNAL
ALGUNO.
3) Circunstancia que tampoco se colma su Señoría, toda vez que tal y como lo
señale previamente en el capítulo de antecedentes de la presente demanda de
garantías, el día 4 de marzo del año 2019,en la Ciudad de Cádiz, España,
fecha en la cual, el Señor Rodrigo Rioboo Talayero, falleció, los médicos
intervinientes, realizaron un acta de defunción en la cual, establecieron que
la causa de su muerte se debió a un enfisema pulmonar, es decir POR
CAUSAS NATURALES, acta que se anexa a la presente como prueba en su
anexo II.

Hechos que eran plenamente conocidos por la Representación Social, toda vez
que derivado de la denuncia presentada por Marco Antonio Olivares Aguilón en fecha
20 de enero de 2020, el Representante legal en el Juicio de Amparo del Señor José
María Riobó Martin, señala en la citada denuncia, en el capítulo de hechos, lo siguiente:

2.- Con fecha 4 de marzo de 2019, falleció el Señor RODRIGO RIOBOO


TALAYERO, EN ESPAÑA lo que acredito con la copia certificada del acta de
defunción respectiva…

En otras palabras su Señoría, ¿Por qué si el denunciante exhibió como dato de


prueba, la documental previamente señalada, en la cual se acredita la causa de muerte
del señor Rodrigo Raiboo Talayero, siendo esta una muerte natural, como consecuencia
de un enfisema pulmonar, la representación Social, aun así ejercitó acción penal en
contra de mi representada por su supuesta participación en el supuesto homicidio de su
esposo?

¿Por qué el Representante legal del señor José María Rioboo Martin, presentó
denuncia de hechos de fecha 20 de enero del presente año, por un delito diverso al del
homicidio?, tipo penal por el cual se emite el acto reclamado que se combate a través de
la presente demanda de garantías.

Las respuestas a estas interrogantes son de simple entendimiento su Señoría,


además de que existen claras y flagrantes violaciones a los derechos humanos y
fundamentales de mi representada, María Isabel Cal y Mayor Barrios, existen intereses
que rodean al presente asunto, que van más allá de lo jurídico, tan es así que cuando el
Señor Rodrigo falleció tanto el Presidente de la República, el Licenciado Andrés
Manuel López Obrador, como un ex Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación lamentaron su muerte, externándole sus condolencias, siendo además un hecho
notorio, que el padre de Rodrigo, José María Raiboo Martin declaró que su hijo había
fallecido por causas naturales, es decir, de dónde pretende la representación Social
mexicana que existió un homicidio y que además, este es continuado, es ilógico su
Señoría, tan ilógico como pensar que la luna es de queso.
Sin embargo e independientemente de lo anterior, la denuncia de mérito
previamente citada, se encuentra incorrectamente presentada, en virtud de que, de
advertirse la posible comisión de un hecho delictuoso, consistente en el previsto,
señalado y sancionado en el artículo 261 de la Ley de Amparo, los actos de
investigación tendientes al esclarecimiento del hechos, tuvieron que versar sobre ese
hecho en concreto, mas no, sobre un supuesto homicidio perpetrado en contra de
Rodrigo Raiboo Talayero, sin embargo y suponiendo sin conceder, de haber existido
delito alguno, son la autoridades españolas las que tuvieron que haber iniciado la
investigación correspondiente, circunstancia que no aconteció porque el esposo de mi
representada, el Señor Rodrigo Rioboo Talayero, falleció a causa de un enfisema
pulmonar, tal y como lo establece la copia certificada del acta de defunción, emitida por
el hospital donde fue atendido en Cádiz España.

En este orden de ideas Su Señoría, de haberse perpetrado un homicidio en contra


del finado Rodrigo Raiboo Talayero, además de que mi representada funge como
ofendida, en virtud del matrimonio que los unía, las autoridades españolas tuvieron que
haberlo advertido, y son ellas derivado del principio de territorialidad, las que tenían la
obligación de investigar, esclarecer y sancionar dicho INJUSTO, circunstancia que no
ocurrió, y no acaeció porque no existió en primera instancia delito alguno, y que de
haberlo existido, las autoridades mexicanas, no tendrían por qué intervenir, ello de
acuerdo con el principio de territorialidad, en atención a que el homicidio es un delito de
consumación INSTÁNTANEA, y no así de naturaleza continuada, tal y como
arbitrariamente pretende cuadrar la supuesta conducta de mi representada, la
representación social, estableciendo que desde el año 2009, este supuesto homicidio
inició en la Ciudad de México, fraguándose a lo largo del tiempo y consumándose en la
Ciudad de Cádiz, España, me parece Su Señoría que o la Representación Social
pretende debatir con Jurisconsultos de la talla de Fernando Castellanos Tena, Francisco
Pavón Vasconcelos, Gunter Jacobs, Claus Roxin, Julio Hernández Pliego, Enrique Díaz
Aranda y Alfredo T. Calderón Martínez, los personajes anteriormente mencionados,
señalan que el delito de homicidio es de consumación instantánea, la representación
Social de manera temeraria, negligente e ilícita, pretende desafiar las reglas básicas de
la dogmática penal, siendo probablemente, la primera indagatoria por el delito de
homicidio, que se cuadra como delito continuado, circunstancia que además de inaudita,
increíble e irrisoria, es ilícita, toda vez que el Ministerio Público supone la
representación Social de toda una comunidad, y que debe conducirse con apego a
derecho de manera leal, en el caso que nos ocupa, dicha circunstancia no se cumple.

Ahora bien su Señoría, me permito citar para darle mayor claridad a mi dicho, lo
que establece el Doctor Alfredo T. Calderón Martínez, en su obra titulada “Teoría del
delito” y juicio oral, en relación a la clasificación jurídica del delito:

CONDUCTA O HECHO.

● La conducta.
Lo primero para que el delito exista es que se produzca una conducta, es el elemento
básico del delito, consistente en un hecho material, exterior, positivo o negativo,
producido por el hombre.

La conducta es una actividad o inactividad voluntaria, que está compuesta por dos
elementos básicos y elementales, los cuales son:

● Elemento psíquico. Se presenta cuando el sujeto activo ha querido


mentalmente hacer u omitir algo. Por ejemplo, querer accionar un arma
de fuego, lanzar un golpe, querer accionar un arma de fuego, lanzar un
golpe a otra persona o querer apoderarse de una cosa mueble ajena,
etcétera.
● Elemento físico. Consiste en hacer u omitir algo; en el caso de la omisión
debe ser respecto a una conducta obligatoria. Por ejemplo, disparar el
arma de fuego, no pagar la pensión alimenticia, etcétera.

Formas de la conducta.

La voluntad del sujeto puede exteriorizarse a través de una acción o una


omisión humana. Por su parte, el artículo 15 del Código Penal para el
Distrito Federal, (hoy Ciudad de México), hace referencia al principio de
acto y menciona que “El delito sólo puede ser realizado por acción o por
omisión”

a. Delitos de acción. En los delitos de acción el sujeto activo realiza


un movimiento físico que encuadra con un tipo penal
determinado. Por ejemplo, el tipo penal de turismo sexual, en el
cual el tipo, establece diversas conductas que puede realizar el
agente para incitar a una persona que viaje al territorio nacional
del Distrito Federal o de éste al exterior, con la finalidad de
realice o presenciar actos sexuales con una persona menor de 18
años, entre una de sus hipótesis.

b. El hecho. El hecho se presenta cuando la conducta que despliega


el agente produce un resultado material, y se integra por tres
elementos; A) una conducta que puede ser de acción y omisión;
B) un resultado material que es consecuencia que deriva del
actuar de un sujeto, y C) El nexo causal que se entiende como el
vínculo que existe entre la conducta y el resultado.

Por ejemplo, cuando una persona es acusada de privar de la vida


alguien. En este caso tenemos un ejemplo de una conducta
humana: El sujeto dispara un arma; existe entonces un resultado
material; la privación ilícita de la vida de un hombre, y el nexo
causal entre la conducta y el resultado.

Del texto doctrinal que se acaba de enunciar, podemos advertir que, en primera
instancia, para que un delito pueda ser reprochado a alguien, debe de existir una
conducta, que en otras palabras se traduce por la voluntad libre e inteligente que tiene
una persona de cometer un acto o de omitir un acto, ahora bien en el caso que nos
ocupa, mi representada JAMÁS desplegó una conducta tendiente a privar de la vida a
nadie, el segundo elemento descrito por el maestro Calderón es el nexo causal entre la
conducta y el resultado es decir, la relación entre la conducta y el resultado, en el caso
que nos ocupa, no existe un hilo conductor entre de relación causal entre la conducta
desplegada por mi representada y el resultado típico, toda vez que dicha conducta
JAMÁS existió, máxime que no existe probanza alguna que demuestre lo contrario, ello
en atención a que el Señor Rodrigo Raiboo Talayero, murió a causa de un enfisema
pulmonar, circunstancia que en NADA relaciona causalmente a mi representada, ahora
bien, el último elemento del hecho, es el resultado, como consecuencia de la conducta
desplegada, ahora bien en el caso que nos ocupa, NO EXISTIÓ UN RESULTADO
TÍPICO, toda vez que no existió una conducta desplegada por mi representada, tal y
como lo señalara el Jurista Alemán, padre del Causalismo en Alemania, en 1871, donde
estableció que, la causa de la causa será la causa de lo causado, es decir, si hubiera
existido una conducta vertida por mi representada, hubiera existido también un nexo de
causalidad y como consecuencia de dichas causas, hubiera existido un resultado como
causa, ¿Cuál?, la muerte del señor Rodrigo Rioboo Talayero, circunstancia su Señoría
que JAMÁS ocurrió.

Ahora bien, para el análisis de la prescripción del delito se deberá tener precisa
la diferencia entre los delitos, instantáneos, continuos, permanentes y continuados, para
lo cual, me permito citar el artículo 123 del Código Penal para la Ciudad de México el
cual establece lo siguiente:

Artículo 123.- “Al que prive de la vida a otro, se le impondrá de ocho a veinte
años de prisión”, respectivamente.

Del tipo penal previamente citado, podemos advertir que, el verbo núcleo lo
constituye la privación de la vida humana, que si lo hilamos con el artículo 15 de la ley
sustantiva de la materia, aplicable al caso concreto, entenderemos que dicha privación
debe de ser a través de un acto, es decir, una conducta positiva desplegada por el
hombre, que a su vez se va exteriorizar en el mundo fáctico, a través de un movimiento
corporal, que a su vez producirá un resultado, es así que para privar de la vida a otro
hombre, primero debe existir esa conducta, misma que la señora MARÍA ISABEL
CAL Y MAYOR BARRIOS. JAMÁS DESPLEGÓ, es decir no encuadra la
conducta que la representación social pretende imputarle a mi representada, por
tanto, existe una excluyente de responsabilidad, consistente en una ausencia de
acción. Por tanto, el delito no se configura, no existe.
● Clasificación jurídica del delito.

Me permito citar lo que establece el artículo 17 del Código Penal para la Ciudad
de México, el cual establece lo siguiente:

ARTÍCULO 17 (Delito instantáneo, continuo y continuado). El delito,


atendiendo a su momento de consumación, puede ser:

I. Instantáneo: cuando la consumación se agota en el mismo momento


en que se han realizado todos los elementos de la descripción
legal;
II. Permanente o continuo: cuando se viola el mismo precepto legal, y la
consumación se prolonga en el tiempo; y
III. Continuado: cuando con unidad de propósito delictivo, pluralidad de
conductas e identidad de sujeto pasivo, se concretan los elementos de
un mismo tipo penal.

Del citado artículo podemos advertir que el delito de homicidio, es un tipo penal
abierto, que exige un elemento objetivo para su consumación, es decir, que la conducta
desplegada por el agente, transmute al mundo fáctico por medio de una acción que
produzca a su vez un resultado típico, ahora bien su Señoría, el Homicidio supone que,
la consumación del mismo, se agota en el mismo momento que se han realizado
todos y cada uno de los elementos que conforman la descripción legal, para darle
mayor claridad a mi dicho, me permito citar el siguiente ejemplo:

Juanito toma un arma de fuego y con esa arma dispara en contra de sutanito,
privando a éste de la vida, como consecuencia del impacto de bala producido y
propiciado por Juanito, agotándose su consumación en ese momento, toda vez que el
daño producido por la conducta de Juanito surte sus efectos en el mismo momento en
que lesiona el bien jurídico protegido por el estado, ¿Cuál?, LA VIDA.

Siguiendo con la morfología sistemática de la narración del presente concepto de


violación, y en atención a que la clasificación jurídica que hace la representación social,
respecto al delito que pretende adjudicar en contra de mí patrocinada, la cual se hace
consistir en “HOMICIDIO EN RAZÓN DEL PARENTESCO, CALIFICATIVO
CON LA CIRCUNSTANCIA RELATIVA A SU COMISION (CON TRAICION),
me permito señalar lo siguiente:

La representación social establece que el delito de homicidio es de naturaleza


continuada, toda vez que, supuestamente desde el año 2009 mi representada, la señora
María Isabel Cal y Mayor Barrios, con unidad de propósito delictivo, realizando
diversas conductas, fraguó un plan maquiavélico para privar de la vida al señor Rodrigo
Raiboo Talayeroo, siendo que éste falleció a causa de un enfisema pulmonar en Cádiz
España, es decir, por una causas natural, es decir NINGUNA PERSONA lo privó de la
vida, tal y como se estableció en el acta de defunción rendida por el Hospital en el
Estado español y que se exhibe como prueba en la presente demanda de garantías.

En este orden de ideas, la representación social y soporta su argumento,


estableciendo que en Junio de 2009, inicio la comisión del delito de homicidio,
perpetrado supuestamente por mi representada en perjuicio de su finado esposo, pero
esa conducta se trasladó en el tiempo para que en marzo del 2019, se consumara dicho
homicidio, es decir 12 AÑOS DESPUES, así de descabellado suena el argumento por
el cual hoy existe el acto de autoridad consistente en la orden de aprehensión librada por
la autoridad señalada como responsable en su vertiente de ordenadora en la presente
demanda de garantías, sin ningún soporte probatorio que establezca la participación de
mi representada en la supuesta comisión del hecho con apariencia de delito, que se le
pretende fincar, es decir, no existe testigo presencial que determine que María Isabel
Cal y Mayor Barrios privó de la vida a su finado esposo, Rodrigo Raiboo Talayero, tan
no existe dicho dato de prueba, o elemento de convicción, suficiente, pertinente e
idóneo que, la representación Social en contubernio con el Juez que emitió el acto que
se reclama, calzaron una supuesta conducta que nunca existió con la finalidad de privar
ilícitamente de la liberta a mi representada, violentado con ello sus derechos humanos
consistentes en el MAYOR BENEFICIO, PRO HOMINNIE POR HOMBRE,
LEGALIDAD, SEGURIDAD JURÍDICA, DEBIDO PROCESO, AUDIENCIA
PREVIA, PRESUNCIÓN DE INOCENCIA, EXACTA APLICACIÓN DE LA
NORMA PENAL (TAXATIVIDAD) y PROTECCIÓN DE INJERENCIA
ARBITRARIA, pero además existe claramente un efecto CORRUPTOR DEL
DERECHO PENAL, en perjuicio de mi representada.

Cobra relevancia los siguientes criterios jurisprudenciales


:
PRINCIPIO PRO HOMINE. VARIANTES QUE LO COMPONEN.

Conforme al artículo 1o., segundo párrafo, de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos, las normas en materia de derechos humanos se
interpretarán de conformidad con la propia Constitución y con los tratados
internacionales de la materia, procurando favorecer en todo tiempo a las
personas con la protección más amplia. En este párrafo se recoge el principio
"pro homine", el cual consiste en ponderar el peso de los derechos humanos, a
efecto de estar siempre a favor del hombre, lo que implica que debe acudirse a
la norma más amplia o a la interpretación más extensiva cuando se trate de
derechos protegidos y, por el contrario, a la norma o a la interpretación más
restringida, cuando se trate de establecer límites a su ejercicio. En este contexto,
desde el campo doctrinal se ha considerado que el referido principio
"pro homine" tiene dos variantes: a) Directriz de preferencia interpretativa, por
la cual se ha de buscar la interpretación que optimice más un derecho
constitucional. Esta variante, a su vez, se compone de: a.1.) Principio favor
libertatis, que postula la necesidad de entender al precepto normativo en el
sentido más propicio a la libertad en juicio, e incluye una doble vertiente: i)
las limitaciones que mediante ley se establezcan a los derechos humanos no
deberán ser interpretadas extensivamente, sino de modo restrictivo; y, ii) debe
interpretarse la norma de la manera que optimice su ejercicio; a.2.) Principio de
protección a víctimas o principio favor debilis; referente a que en la
interpretación de situaciones que comprometen derechos en conflicto, es
menester considerar especialmente a la parte situada en inferioridad de
condiciones, cuando las partes no se encuentran en un plano de igualdad; y, b)
Directriz de preferencia de normas, la cual prevé que el Juez aplicará la norma
más favorable a la persona, con independencia de la jerarquía formal de aquélla.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA


DEL PRIMER CIRCUITO.
Revisión fiscal 69/2013. Director General Adjunto Jurídico Contencioso, por
ausencia del Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la
Función Pública. 13 de junio de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: Jesús
Antonio Nazar Sevilla. Secretario: Homero Fernando Reed Mejía.

Esta tesis se publicó el viernes 13 de diciembre de 2013 a las 13:20 horas en el


Semanario Judicial de la Federación.

DERECHO HUMANO AL DEBIDO PROCESO. ELEMENTOS QUE LO


INTEGRAN. El artículo 14, párrafo segundo, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, reconoce el derecho humano al debido proceso al
establecer que nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades,
posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho.
Ahora bien, este derecho ha sido un elemento de interpretación constante y
progresiva en la jurisprudencia de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,
del que cabe realizar un recuento de sus elementos integrantes hasta la
actualidad en dos vertientes: 1) la referida a las formalidades esenciales del
procedimiento, la que a su vez, puede observarse a partir de dos perspectivas,
esto es: a) desde quien es sujeto pasivo en el procedimiento y puede sufrir un
acto privativo, en cuyo caso adquieren valor aplicativo las citadas formalidades
referidas a la notificación del inicio del procedimiento y de sus consecuencias, el
derecho a alegar y a ofrecer pruebas, así como la emisión de una resolución que
dirima las cuestiones debatidas y, b) desde quien insta la función jurisdiccional
para reivindicar un derecho como sujeto activo, desde la cual se protege que las
partes tengan una posibilidad efectiva e igual de defender sus puntos de vista y
ofrecer pruebas en apoyo de sus pretensiones, dimensión ligada estrechamente
con el derecho de acceso a la justicia; y, 2) por la que se enlistan determinados
bienes sustantivos constitucionalmente protegidos, mediante las formalidades
esenciales del procedimiento, como son: la libertad, las propiedades, y las
posesiones o los derechos. De ahí que previo a evaluar si existe una vulneración
al derecho al debido proceso, es necesario identificar la modalidad en la que se
ubica el reclamo respectivo

TERCERO.- El acto reclamado es violatorio del artículo 16 de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos, en virtud de que el mismo, no cumple con
los requisitos que exige dicho precepto, por lo cual, contravienen las garantías
constitucionales de legalidad y seguridad jurídica que nos asisten a los gobernados.

Es menester conocer lo que establece el artículo 16 de la Constitución, a fin de


lograr una mejor comprensión respecto al concepto de violación. A continuación se
transcribe:

“Artículo 16. […]

Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o


posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente que funde y motive la causa legal del procedimiento.

[…]”

El artículo antes transcrito, establece el derecho fundamental de seguridad


jurídica, al señalar que nadie podrá ser molestado en su persona, familia, domicilio,
papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente,
asimismo, dicho derecho exige que la ley otorgue certidumbre y claridad, que los
gobernados puedan conocer claramente sus derechos y obligaciones y, paralelamente,
representa un obstáculo para que las autoridades actúen de manera arbitraria, por lo
cual, deben actuar dentro de los márgenes que la ley les señala expresamente.

En este sentido, las garantías de legalidad y seguridad jurídica se traducen en


que TODO ACTO DE AUTORIDAD DEBE ESTAR DEBIDAMENTE
FUNDADO Y MOTIVADO, esto es, que los motivos o causas que haya tenido la
autoridad para emitir un determinado acto, encuadren dentro del supuesto normativo
establecido por nuestra Carta Magna, debiendo señalar, de manera específica, todas las
disposiciones legales en que se apoya para emitir dicho acto.

Robustece lo anterior, el siguiente criterio adoptado por el Poder Judicial de la


Federación:

Época: Novena Época


Registro: 1011560
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Apéndice de 2011
Tomo I. Constitucional 3. Derechos Fundamentales Primera Parte -
SCJN Décima Tercera Sección - Fundamentación y motivación
Materia(s): Común
Tesis: 268
Página: 1241

FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LAS RESOLUCIONES


JURISDICCIONALES, DEBEN ANALIZARSE A LA LUZ DE LOS
ARTÍCULOS 14 Y 16 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, RESPECTIVAMENTE. Entre las
diversas garantías contenidas en el segundo párrafo del artículo 14 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sustento de la
garantía de audiencia, está la relativa al respeto de las formalidades
esenciales del procedimiento, también conocida como de debido proceso
legal, la cual se refiere al cumplimiento de las condiciones fundamentales
que deben satisfacerse en el procedimiento jurisdiccional que concluye con
el dictado de una resolución que dirime las cuestiones debatidas. Esta
garantía obliga al juzgador a decidir las controversias sometidas a su
conocimiento, considerando todos y cada uno de los argumentos aducidos
en la demanda, en su contestación, así como las demás pretensiones
deducidas oportunamente en el pleito, de tal forma que se condene o
absuelva al demandado, resolviendo sobre todos los puntos litigiosos
materia del debate. Sin embargo, esta determinación del juzgador no debe
desvincularse de lo dispuesto por el primer párrafo del artículo 16
constitucional, que impone a las autoridades la obligación de fundar y
motivar debidamente los actos que emitan, esto es, que se expresen las
razones de derecho y los motivos de hecho considerados para su dictado, los
cuales deberán ser reales, ciertos e investidos de la fuerza legal suficiente
para provocar el acto de autoridad. Ahora bien, como a las garantías
individuales previstas en la Carta Magna les son aplicables las
consideraciones sobre la supremacía constitucional en términos de su
artículo 133, es indudable que las resoluciones que emitan deben cumplir
con las garantías de debido proceso legal y de legalidad contenidas en los
artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Así, la fundamentación y motivación de una resolución
jurisdiccional se encuentra en el análisis exhaustivo de los puntos que
integran la litis, es decir, en el estudio de las acciones y excepciones del
debate, apoyándose en el o los preceptos jurídicos que permiten
expedirla y que establezcan la hipótesis que genere su emisión, así como
en la exposición concreta de las circunstancias especiales, razones
particulares o causas inmediatas tomadas en consideración para la
emisión del acto, siendo necesario, además, que exista adecuación entre
los motivos aducidos y las normas aplicables al caso.

Contradicción de tesis 133/2004-PS.—Entre las sustentadas por el Segundo


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito y el Tercer
Tribunal Colegiado del Décimo Circuito.—31 de agosto de 2005.—Cinco
votos.—Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas.—Secretaria:
Beatriz Joaquina Jaimes Ramos.
Tesis de jurisprudencia 139/2005. —Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha veintiocho de septiembre de dos mil cinco.

De la jurisprudencia transcrita, se advierte que la fundamentación y motivación


implica un razonamiento o silogismo lógico jurídico, consistente en una adecuación
real de los hechos generadores del acto y la norma jurídica aplicada a los mismos.

Así las cosas, la debida fundamentación ha sido entendida como la cita de todos
los preceptos legales aplicables al caso concreto que se analiza, y la debida motivación
ha sido entendida como el señalamiento de las circunstancias especiales que permitan
concluir que la actuación que pretende realizar la autoridad encuentra su sustento en el
precepto citado como fundamento de la actuación.

En este contexto, el acto que se reclama , constituye una son violación flagrante
y descarada del artículo 16 Constitucional, toda vez que los mismos se traducen en un
acto de molestia que afecta temporalmente la libertad deambulatoria de las personas,
por lo cual, éste debe cumplir con el derecho humano de legalidad previsto en el
artículo en comento de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es
decir, debe existir mandato por escrito emitido por autoridad competente debidamente
fundado y motivado.

En este sentid o, es dable afirmar que la orden de aprehensión señalada como


acto reclamado lesiona el derecho humano de legalidad que me asiste, conforme a lo
estipulado por los numerales 1º, 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, que obliga a toda autoridad no sólo a promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos de todo gobernado, sino, a emitir todo acto de
autoridad que realicen en el ámbito de sus respectivas competencias, fundada y
motivadamente, lo que no ocurre en los presente actos reclamados, ya que no se da
cabal cumplimiento a lo ordenado en el precepto fundamental señalado en última
instancia, para la emisión de un mandamiento de captura, en torno a que existan datos
que al menos hasta la presente fase procedimental acrediten la posible comisión de
un hecho que la ley señale como delito, así como la probable responsabilidad de la
ahora quejosa.
 
En tales circunstancias, lo procedente es que este H. Juzgado de Distrito me
CONCEDA el amparo y protección de la Justicia Federal, para que las
responsables dejen sin efectos la ilegal e inconstitucional orden de aprehensión,
dictada en contra de la aquí quejosa.
 
Concesión de amparo que deberá otorgar los mayores beneficios jurídicos que
procedan a favor del ahora quejosa, es decir, aquéllos que conforme a la técnica del
juicio de amparo tiendan a eliminar en su totalidad los efectos del acto reclamado, ya
que en virtud de lo anterior, se estará observando en su integridad la garantía de acceso
efectivo a la justicia, y en particular, el principio de completitud que encierra la misma,
conforme el cual las autoridades tienen la obligación de impartir justicia de forma
completa, esto es, no sólo resolviendo todas las cuestiones ante ellas planteadas, sino
atendiendo a todas aquellas que se traduzcan en un mayor espectro de protección para la
impetrante de garantías, violentando así, los principios de LEGALIDAD,
SEGURIDAD JURÍDICA, DEBIDO PROCESO, AUDIENCIA PREVIA,
PRESUNCIÓN DE INOCENCIA, EXACTA APLICACIÓN DE LA NORMA
PENAL (TAXATIVIDAD) en perjuicio de la que suscribe.

X.-SUSPENSIÓN:

Con fundamento en el artículo 128 de la Ley de amparo, se solicita la suspensión


–provisional y definitiva– del acto reclamado, para los efectos previstos en los diversos
numerales 162, 163 y 166, según sea el caso, de la Ley mencionada.

Para efectos de lo previsto por el artículo 168 de la Ley de Amparo, manifiesto


bajo protesta de decir verdad, lo siguiente:

I. La naturaleza, modalidades y características del delito que se imputa: De


acuerdo a la información que recibí, en lo ya narrado en el capítulo de antecedentes de
la presente demanda, la orden de aprehensión para conducir a mi representada, María
Isabel Cal y Mayor Barrios, ante el Juez de Control de la Ciudad de México es por la
comisión del delito de homicidio calificado, previsto y sancionado en el Código Penal
de la Ciudad de México; delito que mi representada, no cometió ni por acción ni
omisión.

II. Las características personales y situación económica del quejoso: Mi


representada, la señora María Isabel Cal y Mayor Barrios, es una mujer tranquila,
trabajadora, viuda, con dos hijos menores de edad, no tiene problemas con nadie
porque cualquier disgusto atenta contra su salud; los ingresos económicos de mi
representada ascienden a $40,000.00 (cuarenta mil pesos 00/100 M.N.) mensuales.

Además, de cumplirse los requisitos anteriores para el otorgamiento de la


medida cautelar peticionada, después de un juicio de ponderación entre la apariencia del
buen derecho y el peligro en la demora, por un lado, y la afectación al interés social, por
otro, conforme a lo dispuesto en la primera parte de la sección tercera, del capítulo I, del
título II, de la Ley de Amparo, también debe otorgarse la misma.

En efecto, en atención a la apariencia del buen derecho, basta con la lectura de


los conceptos de violación aducidos por el quejoso y, también, los actos que entrañan la
violación alegada, se desprende que es posible anticipar que en la sentencia de amparo
se declarará la inconstitucionalidad de los actos reclamados al no haber mandamiento
escrito emitido por autoridad competente que funde y motive la causa legal del
procedimiento.

En atención al peligro en la demora, de no concederse la medida solicitada,


podrían ejecutarse los actos reclamados, ocasionando un acto de imposible reparación
en contra de mi persona y sobre mi salud.

En última instancia, no se sigue perjuicio al interés social ni se contravienen


disposiciones de orden público, aunado a que no se actualiza alguno de los supuestos
previstos en el artículo 129 de la Ley de Amparo, no existe alguno otro que vaya en
contra de los anteriores, máxime que al ser un delito que no amerita prisión preventiva
oficiosa y al ser de naturaliza patrimonial, no afecta a la sociedad.

Ante el otorgamiento de la medida cautelar peticionada, solicito atentamente se


me expida copia certificada de la resolución suspensional correspondiente, por
duplicado.

XI.-CAPTURA DE IMÁGENES.

Con fundamento en la circular 12/2009 del Pleno del Consejo de la Judicatura, solicito a
su Señoría permita a mi representada y/o a través de las personas autorizadas que he
señalado, la utilización de scanner, cámara fotográfica, lectores láser, celulares u otro
medio electrónico para copiar, fotografiar, grabar o reproducir el contenido de las
constancias y documentos que obran en el expediente.

XII.- SUPLENCIA DE LA QUEJA:


Para el caso que los conceptos de violación expuestos en la presente demanda de
garantías sean insuficientes o inoperantes para conceder el fallo protector que se
requiere por esta vía, solicito se supla su deficiencia, en atención a los principios y
derechos humanos de IGUALDAD y EQUILIBRIO DE ACCESO A LA
JUSTICIA, presunción de inocencia y MÁXIMA PROTECCIÓN DE LA LEY,
PRO HOMINE Y PRO-PERSONA. Lo anterior, en virtud que todas las personas
somos iguales ante la ley, teniendo en consecuencia derecho a una igual protección de
ésta.

Por tanto, en atención al control de convencionalidad y ante la


obligación que tienen los órganos judiciales - de cualquier nivel - de analizar si
determinada norma jurídica es acorde con los tratados en materia de derechos humanos,
es conveniente que en los conceptos de violación expuestos en esta demanda debe
aplicarse dicho principio consistente en la suplencia de la queja a favor de la señora
MARÍA ISABEL CAL Y MAYOR en virtud de que, el respeto de mis Derechos
Humanos, supone la misma importancia que los de cualquier gobernado, mismos que
deben ser respetados, garantizados y promovidos por todas y cada una de las
autoridades mexicanas.

Máxime que según las reformas constitucionales del seis y diez


de junio de dos mil once, junto con lo sostenido por el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en el expediente de asuntos varios 912/2010, es obligación de todo
Órgano jurisdiccional el velar por el respeto a los tratados internacionales de los que
México es parte.

XIII.-SOLICITUD DE PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES:

Con fundamento en lo dispuesto por los artículos 1, 9 y 10 de la Ley de Federal


de Transparencia y Acceso a la Información Pública solicito a, usted H. Juez de
Distrito, que mis datos personales se mantengan de manera reservada, lo anterior a fin
de proteger mis datos personales, toda vez que desconozco las razones por las cuales se
giró dicha orden de aprehensión en mi contra y temo por mi seguridad y la de mi
familia.
Por lo antes expuesto, a Usted C. Juez, atentamente pido se sirva:

Primero. Tenerme por presentado en términos del presente escrito, solicitando


el amparo y protección de la justicia federal en contra de los actos reclamados emitidos
por las mencionadas autoridades responsables.

Segundo. Otorgar la suspensión –provisional y definitiva– de los actos


reclamados, expidiéndose las copias certificadas de la misma por duplicado.

Tercero. En su oportunidad, previos los trámites de ley, concederme el amparo


solicitado.

Ciudad de México, a 30 de junio de 2020.

JULIO ANTONIO HERNÁNDEZ BARROS.

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