Guía Práctica para La Construcción de Los Códigos de Conducta 5 Feb 2014-8-19

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1. LOS CÓDIGOS DE ÉTICA Y DE CONDUCTA.

1.1. CONCEPTOS GENERALES DE LOS CÓDIGOS.

Los códigos de ética y de conducta son declaraciones en las que se definen los valores y las
conductas que deben prevalecer en el diario actuar de las personas y en nuestro caso, de los
servidores públicos.
El código de ética se integra de los valores que en el apartado de generalidades definimos como
cualidades que poseen algunas realidades consideradas bienes, por lo cual son estimables. Un
valor es un ideal, una creación, un impulso del hombre hacia fines libremente afirmados,
siempre es objeto de tendencia, de deseo o de apreciación.
Los valores son convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y
orientan su conducta. Los valores siempre se relacionan con actitudes y éstas a su vez con
conductas.

Los valores se jerarquizan por criterios de importancia y cuando las instituciones o las personas
construyen su propia escala de valores van definiendo parte de su identidad. Esta jerarquización
puede ir cambiando con el tiempo según las necesidades o prioridades determinadas por los
gobiernos. En el siguiente cuadro presentamos algunos valores comúnmente presentes en los
códigos de ética de los gobiernos nacionales que integran la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económicos (OCDE).

Cuadro 1: Ejemplos de valores


Amabilidad Confianza Ecuanimidad Humildad Previsión Templanza

Armonía Confidencialidad Eficiencia Imparcialidad Profesionalismo Tolerancia

Asistencia Cooperación Ejemplaridad Iniciativa Prudencia Transparencia

Atención Cuidado Fortaleza Justicia Pulcritud Urbanidad

Autoridad Decoro Franqueza Lealtad Puntualidad Valentía

Benevolencia Dedicación Equidad Legalidad Renovación Veracidad

Bien social Diligencia Flexibilidad Mérito Respeto

Calidad Disciplina Generosidad Moderación Responsabilidad

Capacidad Discreción Honestidad Objetividad Sabiduría

Comunicación Discrecionalidad Honor Paciencia Sencillez

De los códigos de ética se desprenden los códigos de conducta.


Tomando la definición que nos ofrece la Real Academia Española entendemos que la conducta es
la manera en que los hombres se comportan en su vida y en sus acciones.

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Un código de conducta es una declaración en la que se definen las actitudes y formas de
comportamiento que se espera de parte de las personas (servidores públicos) aplicables en su vida
o de manera particular en su ámbito laboral. Es la forma en que los valores determinados en el
código de ética son aterrizados o llevados a la práctica en forma de conductas.
Las conductas pueden clasificarse de la siguiente manera:
 Conductas obligatorias: son aquellas que de acuerdo con la teoría ética de la
administración estatal, constituyen un deber ineludible y deben cumplirse siempre, sin
excepción. El no cumplimiento de una conducta éticamente obligatoria causa un mal por
“omisión” de una conducta ineludible.
 Conductas óptimas: son las que encarnan de forma excelente los ideales éticos de la
administración estatal. Éstas siempre deben buscarse para perfeccionar al ser humano, al
gobierno y al conjunto de la sociedad.
 Conductas deseables: son las que no siempre pueden ponerse en práctica, pero en la
medida que puedan concretarse, alientan o fortalecen los ideales de los valores éticos
asumidos por la administración pública estatal.
 Conductas prohibidas: son las que perjudican a la persona, a la administración pública o a
la sociedad en sus derechos fundamentales, de manera tal que jamás, en ninguna
circunstancia, deben tolerarse. A través de la práctica prohibida se causa el mal por
“comisión”.

Un código de conducta desempeña un papel orientador y de control al establecer las restricciones


en el comportamiento, por lo que su elaboración requiere del involucramiento y la convicción de
quienes se comprometen a ponerlos en práctica.
En el ámbito gubernamental encontramos códigos de conducta de dos tipos: generales y
particulares. Los primeros retoman los valores y desde luego las conductas que son inherentes a
todo servidor público, mientras que los particulares atienden a la especificidad de las funciones que
realice la institución a la que se pertenece o incluso a la profesión o puesto que se desempeñe. Un
ejemplo de estos últimos es el Código de Conducta para el personal de la Salud, el de los
Contadores o incluso el Código de Conducta para la Pesca Responsable difundido por la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO).
Un código de conducta debe reunir dos requisitos:
 Potenciar o fomentar siempre los valores o actitudes positivas.
 Proporcionar un criterio sólido para poder adecuar la conducta de las personas al buen
ejercicio de la función pública.

1.1.1. Funciones de un código de conducta.

Pese a que los códigos de conducta son instrumentos para la promoción y fomento de los valores,
no son un fin en sí mismo, es decir, no basta con lograr que las dependencias y entidades elaboren
sus códigos o que el Estado publique un código de ética, los códigos son un medio importante en el

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combate a la corrupción pero que debe acompañarse de controles externos, de instrumentos
jurídicos, de formación, de concientización, de promoción de la transparencia, de la democracia, etc.
Las funciones propias de un código de conducta son:
Identificación: permite tener claro los cometidos, metas y roles que la administración pública y de
manera particular, la dependencia o entidad, pretende cumplir en la sociedad.
Declarativa e informativa: el código permite configurar la filosofía de la administración pública y el
racimo de valores éticos y conductas que se deben esperar y promover en los servidores públicos
como propios. Por ello se requiere que cada valor se precise en conductas claras que permitan ser
adoptados por la administración pública estatal.
Discriminativa: si el texto es suficientemente claro, permitirá a los involucrados distinguir o percibir
como distintas, aquellas conductas que son “obligatorias”, “óptimas”, “deseables” y por supuesto las
que quedan “prohibidas” o que son reprobables, a partir de las cuales se puede llegar al
discernimiento ético que permita a los servidores públicos tomar las mejores decisiones.
Metodológica y procedimental: el código de conducta debe establecer las vías adecuadas para
llegar a la solución de conflictos o de los dilemas éticos que se puedan plantear en las dependencias
y entidades, sin tener que caer en conductas reprobables. Debe proveer de elementos de evaluación
de las conductas éticas así como determinar a los responsables de operar el sistema de sanciones.
Coercitiva: un código de conducta debe establecer el sistema de sanciones a implementar en las
dependencias y entidades y deberá formular los procedimientos “justos” para su aplicación, o en
sentido contrario, las recompensas por las buenas conductas. Se cumplirá tanto mejor esta función,
en la medida en que las sanciones sean progresivas y proporcionales a las responsabilidades de los
servidores públicos en las conductas evaluadas, no en función del daño ocasionado.
Protectora: el conjunto de las funciones anteriores tienen como objetivo proteger a los individuos de
eventuales injusticias y proteger la fama e imagen de las dependencias y entidades de la
administración pública.

1.1.2. Beneficios de un código de conducta.

En resumen y considerando todos los elementos antes citados, la implementación de un código de


conducta en las dependencias y entidades genera tanto beneficios internos como externos, entre los
que podemos mencionar:
Beneficios internos:
 Orienta a los titulares de dependencias y entidades, así como de las unidades
administrativas a actuar con imparcialidad, en el entendido de que este instrumento
permite que todos los integrantes de la administración estatal se ordenen bajo los mismos
principios.

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 Indica las pautas de conducta y los criterios por los cuales se regirá la actuación de todos
los servidores públicos de las dependencias y entidades en el cumplimiento de los
objetivos del gobierno orientados todos al bien común.
 Genera lealtad y cooperación de los servidores públicos hacia el gobierno y hacia la
sociedad.
 Motiva a los servidores públicos a ser participes de la implementación de una cultura de
ética en el gobierno del Estado.
 Promueve la eficiencia y la austeridad en el gasto público, dado que la autorregulación
permite disminuir los costos de controles externos, así como orienta a los servidores
públicos en la búsqueda de los objetivos, utilizando de manera más productiva los recursos
del Estado cada vez relativamente más escasos.
 Previene conflictos o por lo menos minimiza las situaciones de riesgo para las
dependencias y entidades, ya que los temas se tratan internamente antes de ser regulados
por la ley.

Beneficios externos:
 Mejora la confianza de los ciudadanos en su gobierno, familias, empresas e incluso de
otras instancias gubernamentales, tanto federales como municipales, brindando certeza de
que la conducción de las políticas públicas se lleva a cabo bajo el máximo de los principios
establecidos para el Estado, el bien común.
 Atrae a los mejores hombres y a las mejores mujeres para la incorporación en las tareas
y responsabilidades del Estado.
 Permite a las dependencias y entidades proyectar una imagen más sincera y concreta
respecto al compromiso que éstas como parte del gobierno asumen para con la sociedad.
 Fundamentalmente desincentiva las prácticas de corrupción, la obtención de esos
beneficios que de particular pudiera hacerse el servidor público con los recursos de la
población.
 Permite la protección de los intereses sociales y económicos de los ciudadanos que
están en custodia y poder del gobierno, al establecer normas para salvaguardar los activos
tangibles e intangibles del Estado.

1.2. EL CÓDIGO DE ÉTICA DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS DEL PODER EJECUTIVO


DEL ESTADO DE VERACRUZ DE IGNACIO DE LA LLAVE.

Uno de los principales objetivos de la Administración Pública del Estado de Veracruz, es el prevenir
y abatir la corrupción e impunidad fomentando una gestión pública eficiente y transparente, que
genere confianza y certidumbre de la sociedad respecto a sus instituciones, representadas por
servidores públicos que impriman principios y valores éticos en su desempeño, asumiendo con toda
responsabilidad, honestidad y diligencia las funciones inherentes a su cargo.

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La ética del servidor público representa un elemento primordial para elevar la calidad de los trámites
y servicios en aras de una mejor atención de las demandas sociales, consolidando un régimen de
valores éticos y normas morales que dignifiquen la gestión gubernamental, apegada a principios que
salvaguarden el respeto y la protección de los derechos humanos, entendidos éstos como las
exigencias éticas que los seres humanos tienen por el sólo hecho de ser personas, lo cual implica el
reconocimiento, protección y garantía de tales exigencias por parte del Gobierno de esta entidad en
su proceder cotidiano, a fin de preservar el estado de derecho.
En ese sentido, el 12 de septiembre del 2013, el Gobernador del Estado, Dr. Javier Duarte de
Ochoa, expidió el Decreto por el que se establece el Código de Ética de los Servidores Públicos del
Poder Ejecutivo del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, en el cual se enuncian los dieciséis
valores que deben conducir las acciones de todos los servidores públicos del gobierno estatal.
Los valores que distinguirán a la presente administración pública estatal son:

 LEGALIDAD.- El servidor público debe de conocer, cumplir y respetar la Constitución


Política del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, así como las demás leyes y
reglamentos que regulan sus funciones, debiendo actuar en el ejercicio de su función con
estricto apego y cumplimiento de las leyes, reglamentos, acuerdos, decretos y otras
disposiciones aplicables, respetando siempre el estado de derecho.

 HONESTIDAD.- El servidor público debe conducirse en todo momento con integridad,


probidad y veracidad, fomentando en la sociedad una cultura de confianza actuando con
diligencia, honor, justicia y transparencia de acuerdo a los propósitos de la institución,
rechazando en todo momento la aceptación de cualquier beneficio, privilegio o
compensación o ventaja personal o a favor de terceros, que pudieran poner en duda su
integridad o disposición para el cumplimiento de sus deberes propios de su cargo, empleo o
comisión.

 LEALTAD.- El servidor público debe asumir las responsabilidades inherentes a su cargo por
el compromiso y la convicción personal de servir a la sociedad a través de sus instituciones
y no sólo por la retribución económica que recibe.

 IMPARCIALIDAD.- El servidor público debe ejercer sus funciones de manera objetiva y sin
perjuicios, proporcionando un trato equitativo a las personas con quien interactúe, sin que
existan distinciones, preferencias personales, económicas, afectivas, políticas, ideológicas y
culturales y demás factores que generen influencia, ventajas o privilegios indebidos,
manteniéndose siempre ajeno a todo interés particular.

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 EFICIENCIA Y EFICACIA.- El servidor público debe alcanzar los objetivos propuestos
mediante enfoque hacia resultados, empleando el mínimo de recursos y tiempos que tengan
asignados para cumplir con sus funciones, desempeñando sus actividades con excelencia y
calidad, en apego a los planes y programas previamente establecidos.

 RESPONSABILIDAD.- El servidor público debe desempeñar sus funciones y acciones que


diariamente realiza con esmero, dedicación y profesionalismo, asumiendo plenamente las
consecuencias que resulten de sus actos u omisiones en el ejercicio del servicio público, de
manera que sus actos como servidor público generen en la ciudadanía, confianza en él y en
el gobierno.

 TRANSPARENCIA.- El servidor público debe garantizar el derecho fundamental a toda


persona al acceso de la información pública gubernamental de forma clara, oportuna y
veraz, que permita a la ciudadanía ser informada sobre el desempeño de sus facultades y
manejo adecuado de los bienes y recursos que administre sin más limites que el interés
público y los derechos de privacidad que la propia Ley imponga.

 RENDICIÓN DE CUENTAS.- El servidor público debe asumir plenamente la responsabilidad


de desempeñar sus funciones en forma adecuada, sujetándose a la evaluación de la propia
sociedad, lo cual conlleva a que realice sus funciones con eficacia y calidad, así como a
contar permanentemente con la disposición para desarrollar procesos de mejora continua,
modernización y de optimización de recursos públicos.

 BIEN COMÚN.- El servidor público debe dirigir todas sus acciones y decisiones a la
satisfacción de las necesidades e intereses de la sociedad, por encima de intereses
particulares ajenos al bienestar de la colectividad, dejando de lado aquellos intereses que
puedan perjudicar o beneficiar a personas o grupos en detrimento del bienestar de la
sociedad, debiendo estar consciente de que el servicio público constituye una misión que
sólo adquiere legitimidad cuando busca satisfacer las demandas sociales.

 CONFIDENCIALIDAD.- El servidor público debe guardar reserva, sigilo y discreción


respecto de los hechos e información de los que tenga conocimiento con motivo del ejercicio
de sus facultades, evitando afectar indebidamente la honorabilidad de las personas, sin
perjuicio de los deberes y responsabilidades que le correspondan, en virtud de las normas
que regulan el acceso y transparencia de la información pública.

 RESPETO Y DIGNIDAD.- El servidor público debe actuar permanentemente con sobriedad,


mesura y moderación en el ejercicio de sus facultades, tratando en todo momento a los
compañeros de trabajo y al público en general con dignidad, cortesía, cordialidad, igualdad,
y tolerancia, reconociendo en todo momento los derechos, libertades y cualidad inherentes a
la condición humana.

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 GENEROSIDAD.- El servidor público debe conducirse con una actitud sensible, solidaria, de
respeto y apoyo hacia la sociedad, sobre todo en forma especial, hacia las personas o
grupos sociales que carecen de los elementos suficientes para alcanzar su desarrollo
integral, como los adultos en plenitud, los niños, las personas con capacidades diferentes,
los miembros de nuestra etnias y quienes menos tienen.

 VOCACIÓN DE SERVICIO.- El servidor público debe de enfocar su inclinación natural o


adquirida, desempeñando sus servicios en forma diligente y responsable, involucrándose en
su trabajo para hacer más y mejor las cosas, para ser más productivo y contribuir mejor al
desarrollo de las tareas del gobierno en beneficio de la sociedad.

 RESPETO AL ENTORNO CULTURAL Y ECOLÓGICO.- El servidor público debe evitar la


afectación del patrimonio cultural y del ecosistema donde vivimos en la realización de sus
acciones y decisiones, asumir una férrea voluntad de respeto, defensa y preservación de la
cultura y del medio ambiente, siendo consciente que la cultura y el entorno ambiental es el
principal legado para las generaciones futuras, por lo tanto tienen la responsabilidad de
promover en la sociedad, su protección, conservación y sustentabilidad.

 RESPETO A LA EQUIDAD DE GÉNERO.- El servidor público debe fomentar la


participación en igualdad de circunstancias entre hombres y mujeres, en las actividades
institucionales, políticas, laborales y sociales, con la finalidad de combatir costumbres y
prácticas discriminatorias entre los géneros.

 LIDERAZGO.- El servidor público debe ser promotor de valores, principios y conductas,


hacia una cultura ética y de calidad en el servicio público, partiendo de su ejemplo al aplicar
cabalmente en el desempeño de su cargo público este Código de Ética y el Código de
Conducta de la institución pública a la que esté adscrito.

A partir de estos valores los servidores públicos de las dependencias y entidades determinarán las
conductas que conducirán su acción, teniendo incluso la posibilidad de incorporar algún valor
adicional pero nunca en detrimento de los ya establecidos.

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2. PASOS PARA ELABORAR EL CÓDIGO DE CONDUCTA.

Si bien en el ámbito gubernamental, la obligación expresa en el marco jurídico para elaborar un


código de conducta basta para su puesta en marcha, esto no es suficiente para asegurar el éxito en
la aplicación y cumplimiento de los objetivos del mismo. Se requiere ante todo de la voluntad política
para dar comienzo a un proceso de esta naturaleza. Se debe buscar el compromiso de los grupos
directivos para transitar hacia una cultura de conducta ética en donde ellos mismos sean ejemplo
para el resto de los servidores públicos.
Debe desde un inicio darse por sentado a quien le es aplicable el código de conducta. Las
dependencias y entidades podrán, cuando así lo consideren conveniente, trabajar en el
establecimiento de las conductas por sector, diferenciando sus códigos en el resto del contenido.
Los códigos deberán elaborarse por cada una de las dependencias y entidades para que pueda
llevarse a la práctica.
El titular de la Unidad Administrativa es el responsable de la promoción e instrumentación de esta
herramienta en la dependencia o entidad de su adscripción.
Los pasos a seguir para la elaboración del código de conducta son los siguientes:

2.1. PASO 1: CONSTITUIR EL COMITÉ DE ÉTICA EN LA DEPENDENCIA O ENTIDAD.

El Comité de Ética es el grupo representativo conformado por servidores públicos de todas las áreas
de la institución que conducirá el proceso de elaboración, difusión, implementación y evaluación del
código de conducta, deberá formarse como un órgano colegiado de personas que estén
identificadas con la institución, dichas personas serán elegidas de la siguiente manera:

a) El titular de la institución designará al enlace institucional quien fungirá como Presidente


del Comité de Ética, así como al suplente de este cargo. El titular de la Unidad
Administrativa y el Jefe del Departamento de Recursos Humanos, son los puestos más
adecuados para ello, salvo que el titular considere lo contrario.
b) El responsable de cada área elegirá a la persona que reúna las siguientes
características para formar parte del Comité de Ética: mínimo tres años de antigüedad
en la institución, que tenga conocimientos de los procesos y objetivos institucionales,
que se distinga por su responsabilidad, respeto y posea disposición y proactividad para
aportar y desarrollar ideas.
c) El enlace institucional citará a junta a los representantes de área para conformar el
Comité, cuyo número de integrantes dependerá del número de áreas de la institución,
aunque se recomienda no sea mayor a diez integrantes.
d) El enlace institucional designará a un secretario y el respectivo suplente.

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e) El titular del Órgano Interno de Control designará un representante para que asista a las
reuniones del Comité de Ética, con derecho a voz y no a voto, dando seguimiento a las
actividades del mismo y promoviendo el uso adecuado de esta Guía Práctica.

Cabe señalar que la instalación del Comité de Ética de la institución, deberá ser en un plazo no
mayor a treinta días una vez publicada la presente guía e informar a la Contraloría General, de
manera oficial el nombre, cargo, correo electrónico y teléfono de los miembros que integran el
Comité. Ver anexo 1: Formato de integración del Comité de Ética.

2.1.1. FUNCIONES DEL COMITÉ DE ÉTICA.

El Comité de Ética con la participación de todos los servidores públicos de la institución será el
encargado de organizar y llevar a cabo la detección de las conductas propias para la institución,
organizar la información, elaborar el proyecto y darlo a conocer, tiene como atribución verificar el
cumplimiento del código o en su caso fungir como mediador donde los miembros de la
administración pública susciten una problemática que contravenga al código teniendo entre sus
principales funciones, las siguientes:

 Comunicar las bases de su organización y funcionamiento en términos de lo previsto


en la presente guía.
 Elaborar y aprobar durante el primer trimestre de cada año su programa anual de
trabajo, que contendrá cuando menos: los objetivos, actividades específicas y metas
y enviará una copia al Órgano Interno de Control para su seguimiento y
evaluación. Ver anexo 2: Programa anual de trabajo del Comité de Ética 2013.
 Convocar y asistir a las reuniones de trabajo tal y como se describe en el inciso c)
del apartado 2.1.
 Promover la ética, el código de ética y a su tiempo el código de conducta en su
dependencia o entidad utilizando los medios que estén a su alcance como por
ejemplo a través de eventos de capacitación, utilización de carteles, volantes,
medios electrónicos o sus portales de internet.
 Instrumentar acciones de promoción, capacitación y sensibilización en materia de
ética con todo el personal de la dependencia o entidad. Se recomienda la puesta en
marcha de talleres en los que se aborden temáticas de interés para los servidores
públicos de esa institución. (ejemplo: cultura de la legalidad, ética y buen gobierno,
confidencialidad, trabajo en equipo, etc.) Podrá aprovechar los eventos de
capacitación promovidos por la Contraloría General, la Secretaría de Finanzas y
Planeación u otros organismos gubernamentales y no gubernamentales.

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 Construir el código de conducta mediante la elaboración del proyecto respectivo así
como coadyuvar en su aplicación y cumplimiento.
 Reportar el avance los indicadores de cumplimiento de su Programa Anual de
Trabajo y en su tiempo los correspondientes a la aplicación del código de conducta.
Ver anexo 5: Indicadores de evaluación.
 Aplicar un instrumento (encuesta, cuestionario) para evaluar semestralmente los
resultados obtenidos de la implementación del código de conducta.
 Cuando alguna de las faltas cometidas por el servidor público contravenga con lo
dispuesto en el artículo 46 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores
Públicos para el Estado Libre y Soberano de Veracruz de Ignacio de la Llave, el
comité de ética comunicará al Órgano Interno de Control para el seguimiento
correspondiente.
 Proponer la revisión y, en su caso, actualización del código de conducta.

El Comité de Ética para el cumplimiento de sus funciones se apoyará en los recursos humanos,
materiales y financieros con que cuente la institución, por lo que su funcionamiento no implicará la
erogación de recursos adicionales.

El Comité de Ética no deberá invadir responsabilidades establecidas en la normatividad vigente de la


dependencia o entidad.

2.2. PASO 2: REVISAR LA MISIÓN Y VISIÓN DE LA DEPENDENCIA O ENTIDAD.

El Comité de Ética revisará la misión y visión de la dependencia o entidad de tal manera que se
puedan identificar los valores expresados en las mismas, así como la cultura que distinga o defina a
la institución. En caso de que la dependencia o entidad no tenga definida su misión y su visión se le
recomienda proponerla y someterla a la autorización del titular de la misma.

2.3. PASO 3: ANALIZAR LAS CONDUCTAS RIESGOSAS PRESENTES EN LA


DEPENDENCIA O ENTIDAD.

El Comité de Ética hará un listado de las situaciones de conflicto o tensión que haya tenido la
dependencia o entidad en los últimos tiempos y que haya involucrado a algún grupo de interés
(servidores públicos, ciudadanos en general, sindicatos, proveedores, instancias reguladoras, grupos
directivos, etc.) y analizará como se solucionaron. Cada representante que integra el Comité pondrá
sobre la mesa los temas más relevantes que correspondan a su área de trabajo de tal manera que

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sirvan como insumos para la posterior regulación de las conductas. Ver anexo 3: Descripción de
conductas riesgosas.
El Comité creará en su interior, un ámbito de discusión que permita identificar cuáles son los temas
que generan mayor conflicto en las conductas de los servidores públicos al interior de la
dependencia o entidad.
Una vez identificados los temas de conflicto, elaborará un instrumento de diagnóstico para recoger la
opinión de todos los servidores públicos de la institución e identificar las prioridades a atender. Los
instrumentos puede ser: encuestas, cuestionarios, entrevistas, entre otros, estructurados por temas.
Ver anexo 4: Encuesta diagnóstico de conductas éticas.
El Comité realizará el análisis de la información estadística recabada y llevará a cabo la priorización
de los temas a atender, considerando lo que los mismos servidores públicos determinen como
riesgos que afecten su integridad, su contribución al cumplimiento de los objetivos de la dependencia
o entidad, afecten el bien social o en donde se presenten mayores riesgos de corrupción.
Es aconsejable que el Comité cuente con la participación de formadores de opinión y grupos
interesados externos, en caso de que corresponda (sindicatos, cámaras empresariales, asociaciones
de padres de familia, ONG´s, etc.), con el objetivo de contar con sus opiniones, se estimule su
participación, se involucren en el tema y sean aliados en la etapa de instrumentación.

2.4. PASO 4: IDENTIFICAR LOS VALORES Y DETERMINAR LAS CONDUCTAS.

Una vez que se identificaron las conductas riesgosas y se jerarquizaron las prioridades a atender por
tema, el Comité debe definir cuáles deben ser los comportamientos esperados de los servidores
públicos de la dependencia o entidad. El Comité debe tomar una posición ética ante las situaciones
encontradas. El secretario del Comité deberá llevar registro de las situaciones que pueden ser
introducidas en el código.

2.5. PASO 5: REDACTAR EL CÓDIGO DE CONDUCTA.

Cumplidas las fases anteriores, la etapa siguiente es la redacción del código de conducta, para ello
se requiere de un grupo más reducido en su integración (máximo 3 personas). Los integrantes de
este grupo de trabajo tendrán las facultades para seleccionar la información recabada anteriormente
y redactar los contenidos del código de conducta, tomando en consideración los elementos
planteados más adelante en el apartado 2.5.1. Contenido de un código de conducta, especificado en
esta guía.
Se recomienda tener presente lo siguiente en el momento de redacción:
a) El lenguaje del código debe ser simple, conciso y entendible a todos los servidores
públicos a quienes aplique.
b) Debe ser un documento práctico, de acceso y disponibilidad para todos aquellos a
quienes esté dirigido.

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c) El código de conducta debe estar respaldado por instrumentos como la ley, reglamentos,
lineamiento, los manuales administrativos y demás normatividad que sea aplicable a la
actuación de los servidores públicos.
Una vez que se tiene una primera versión del código, deberá presentarse ante el Comité para que
lleve a cabo aportaciones o recomendaciones antes de su redacción final.

El Comité de Ética de la dependencia o entidad podrá solicitar la opinión de su área Jurídica con la
finalidad de mantener coherencia con los elementos que regulan la actuación de los servidores
públicos establecidos en la ley.

De igual manera podrán solicitar la revisión y recomendación de asesores o consultores


relacionados con el tema, por ejemplo de la Dirección General de Desarrollo Administrativo de la
Contraloría General.

2.5.1. Contenido de un código de conducta.

Un código de conducta no es un instrumento que prohíbe absolutamente todo, de ser así corre el
riesgo de convertirse en un documento rígido cuya respuesta por parte de los servidores públicos
será de total incumplimiento. El código de conducta debe ser un documento que establezca de
manera clara y concisa las expectativas de la dependencia o entidad, describa los comportamientos
o conductas obligatorias, óptimas y deseables y presente además, de manera clara la forma en que
va a operar este instrumento.
El contenido recomendado para la elaboración del código de conducta es el siguiente:

A. Carta de introducción escrita por el titular de la dependencia o entidad.

Esta carta debe escribirla el titular de la dependencia o entidad dirigida a todos los servidores
públicos que forman parte de la misma. En ella se establece la importancia de la ética en el
cumplimiento de las funciones que realiza cada uno de los integrantes de la institución y el beneficio
que se genera tanto en el cumplimiento de los objetivos establecidos en los programas ejecutados,
en el desarrollo personal y profesional de los servidores públicos y en la sociedad a la cual se
gobierna.
Deberá asentar claramente el objetivo que se persigue con la puesta en marcha del código de
conducta como el alcance del mismo, planteando en un lenguaje sencillo el compromiso del titular
por adoptar y promover la ética pública en su dependencia o entidad.

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