Universidad Tecnológica de Honduras": Redes Sociales Y El Derecho de La Comunicación
Universidad Tecnológica de Honduras": Redes Sociales Y El Derecho de La Comunicación
Universidad Tecnológica de Honduras": Redes Sociales Y El Derecho de La Comunicación
Presentado Por:
Catedrático:
Campus:
Tegucigalpa
Carrera:
Licenciatura en Derecho
Hablar sobre las redes sociales constituye un tema bastante amplio ya que en
los últimos años han ganado un asombroso crecimiento y popularidad a nivel
mundial, logrando atraer la atención de la población en general, siendo los
adolescentes y los jóvenes los usuarios más fanáticos de estos sitios
Redes Sociales Y El Derecho De La Comunicación
Desde hace algunos años las redes sociales rigen el mundo y se han
convertido sin dudas en un fenómeno social, cambiando la forma en la que nos
comunicamos unos con otros.
La tecnología nos rebasa día con día y aunque hace unos ayeres veíamos
como algo disparatado el tener que legislar simples y aparentemente
«inofensivos» medios de entretenimiento como las redes sociales, hoy en día el
derecho parece estar unos pasas atrás cuando se pretende regular la actividad
que transcurre en un espacio como Internet en que confluye una gran cantidad
de información e interactúan miles de personas sujetas además a distintas
legislaciones.
Hace algunos años, cuando Internet apenas había sido liberado al sector
comercial y sólo unos cuantos podían acceder al atractivo sistema, la iniciativa
privada consideró que la medida más importante para que la red prosperara y
se volviera atractiva para las consumidores era garantizar la intervención
mínima (o nula) del Estado en la mayor medida posible. Hoy en día pareciera
que dicho principio se ha hecho a un lado ante la insistencia de ciertos sectores
por regular los contenidos vertidos en el espacio cibernético provocando
censura y vigilando a aquellos usuarios que publican contenidos que
«perturban» el orden público.
Aunque cada país tiene sus respectivas leyes para regular la actividad
cibernética que transcurre en su territorio, existen algunos tratados y principios
internacionales (como los Principios de Manilia) que establecen ciertos
estándares mínimos, uno de ellos es la imposibilidad de sancionar a los
intermediarios por contenido publicado por tercero. Por intermediarios se
entiende a aquellas empresas proveedoras de servicios como Google o
Facebook que aunque comparten contenido y permiten buscarlo, no lo editan ni
lo crean, sólo lo difunden. De ahí que se considere absurdo el que tengan
responsabilidad cuando algún usuario propague contenido ilícito en estas
plataformas al no ser ellos autores de tal material –aunque sí pueden ser
sancionados si la autoridad pertinente les solicita retirar un contenido específico
y no lo hacen.
Hasta cierto punto es lógico que en países como Alemania exista una
tolerancia mínima a ciertas expresiones dado que la historia de este país, pero
en otras naciones como Egipto o Venezuela, las regulaciones han llegado a
suspender el uso de estos medios de comunicación restringiendo la libertad de
las personas de manifestarse en contra de su gobierno y de acceder a
información de interés colectivo. La misma sociedad se ha dado cuenta que es
a través de medios como Facebook, Twitter o YouTube donde la información
circula sin ser maquillada por los medios tradicionales y, por ello, no pocos
gobiernos han buscado intervenir para que sean regulados.
Claro que en caso de que se implementen ese tipo de leyes es necesario que
sean redactados de un modo que tampoco afecten la libertad de expresión,
pues después de todo cualquiera tiene derecho a manifestar su oposición a
ciertas prácticas sin ser sancionado al respecto. De acuerdo a la doctrina el
discurso de odio tiene lugar únicamente cuando se da forma masiva, existe una
incitación pública a cometer un delito hacía una minoría e incluso algunos
autores manifiestan que debe materializarse una consecuencia. Por ende, no
debería entrar en ese supuesto la manifestación o reproche hacia el gobierno
en redes dado que sería una manera de censurar una de las vías más óptimas
de ejercer el derecho a la libertad de expresión de los usuarios.
Pasando a otra situación de gran relevancia actual, uno de los grandes temas
protagonistas cuando se aborda el tema de legislación digital es el derecho al
olvido, íntimamente relacionado con el derecho a la privacidad y al honor. En
una era en que cualquiera puede ser “googleado” o “wikipediado”, es natural
que muchas veces nos topemos con información que pueda significar una
mancha en la reputación de un individuo o que incluso implique un daño a la
imagen pública de ésta.