Amatzin 6
Amatzin 6
Amatzin 6
Nawat!
¡Hablemos náhuat!
AMATZIN 6
¡Tikishmatikan
ne tunelwayu!
¡Conozcamos nuestras raíces!
Ministerio de Educación - Identidad cultural y revitalización del idioma Náhuat 1
Primera edición, 2018 / Primera impresión
Ministerio de Educación
Equipo autoral
Gary Steve Quintanilla - Amatzin 6
Andrés Ramos Guzmán - Amatzin 4
José Edgardo Orellana - Amatzin 5
Diseño y diagramación
José Alberto Cruz Osorio
Reconocimiento-NoComercial-
CompartirIgual 3.0 España
(CC BY-NC-SA 3.0 ES)
Los usuarios pueden mezclar, transformar y crear a partir del contenido de nuestra publicación para fines no comer-
ciales, bajo la condición de que toda obra derivada de la publicación original sea distribuida bajo la misma licencia
CC-BY-NC-SA. El Ministerio de Educación de El Salvador deberá ser claramente identificado como propietario de los
derechos de autor de la publicación original. Cualquier uso comercial del contenido de nuestra publicación necesitará
la autorización previa y por escrito de dicho Ministerio.
Impreso en
Imprenta Innovación Digital
Con el propósito de que ustedes cuenten con más herramientas para poder impulsar la revitalización
de la lengua náhuat y el fortalecimiento de la identidad como salvadoreños, se ha elaborado este
documento, “Amatzin”, el cual contiene una diversidad de textos, que han sido seleccionados para
reforzar y enriquecer las temáticas relacionadas con la identidad cultural que se abordan en el
Módulo.
Una lengua no es solo palabras, como se dice en la presentación del Módulo, representa una manera
diferente de ver el mundo y a través de ella se puede identificar quiénes somos y de dónde venimos;
por ello se hace necesario complementar el estudio del náhuat con otros elementos sobre identidad
cultural.
En el Amatzin, se han recopilado no solo textos históricos y académicos que permiten conocer más
sobre El Salvador y el origen de sus pobladores, sino también costumbres y tradiciones que explican
parte de nuestra cultura. Se incluyen, además, relatos, entrevistas, leyendas, mitos, entre otros, que
quizá algunos llegamos a conocer a través de nuestros abuelos y abuelas, pero que por el hecho de
transmitirse de forma oral, muchos de ellos han tendido a desaparecer.
Esperamos que este documento se convierta en un complemento para su formación, y que les sea
útil para que las nuevas generaciones de estudiantes puedan conocer más de nuestra historia y
cultura; pero sobre todo que puedan valorar la riqueza cultural de la población nahua.
1 wan ne taltikpak
Tamachtilis
Lección
Achtu At – Paula López
1
Canción de Paula López, referente de la cultura
nahua en Witzapan (Santo Domingo de Guzmán)
donde habla de la naturaleza,
la lluvia, los ríos y la Luna.
Nujme kan tinejnemit timunamikit wan Por doquier donde caminamos, nos
kwajkwawit encontramos con los árboles
tentuk tentuk wan ijiswat selek. llenos, llenos con sus hojas verdes
Fuente:
• Cárcamo, Hector. 28 de septiembre de 2012. Achtu at por Paula López [archivo de video]. Disponible en https://www.youtube.com/
watch?v=4cSfhqNDzGI.
TIUT Apan,
taja timetznekit sujsul
ka taja titechaltia
pal te timitunit,
wan pal te mutema iwan tal tuweyka
wan timetzmunekit pal tikpakat
tukwajkwach,
pal tikmanat tay yawi mukwa.
Taja tikchiwa ka mupanpa
mumana iayu tijlan, iayu turuj, iayu kilit,
masakilit iwan arros wan tumat,
takwatzin iwan pinul, masat iwan pinul. El dios del Río
Tik muaw nemi chakalin, michin, tekwisij,
sipakti; DIOS del Río,
tejtet, ashal, pulul, pial ipal ne tal; te queremos mucho
wan muchi tay taja tikpia muchi porque tú nos bañas
timunekit. para no calentarnos,
Yajika ¡Padiush Tiut Apan! y para no llenarse de tierra nuestro cuerpo
y te necesitamos para lavar nuestra ropa,
para cocinar lo que comeremos.
Tú haces que por ti
se cueza la sopa de gallina, de res y de
chipilín, loroco y arroz con tomate,
tacuacín con pinol, venado con pinol.
En tus aguas hay camarones, peces,
cangrejos,
salamandras;
piedras, arena, lodo, y criaturas de la tierra;
y todo lo que tienes todo lo necesitamos.
Por eso, ¡Gracias dios del Río!
TEKU Sinti,
timetztajtanit ma te keman
shitechajkawa tik tukal,
ka su taja tesu tinemi tik tukal
kunij tiawit tikseliat mayan.
Taja tikchiwa ka tuweyka tetzilnajkisa
iwan inakayu
ka mupanpa tuweyka kipia esti,
kipia nakat,
ne tuweyka tumakisa,
ne ujumit takwakakisat.
Yajika, mupanpa ne tuweyka mumati yek El Padre Maíz
ka ne tuelishku nemi tentuk
wan tiwelit tikchiwat tay tejemet tiknekit. PADRE Maíz,
Yajika timetzilwiat: ¡padiush, Teku Sinti! te pedimos que jamás nos
abandones en nuestra casa,
porque si tú no estás en nuestra casa
entonces pasaremos hambre.
Tú haces que nuestro cuerpo se
sustente con su carne,
porque gracias a ti nuestro cuerpo
tiene sangre, tiene carne,
nuestro cuerpo engorda,
los huesos se endurecen.
Por eso, gracias a ti nuestro cuerpo se siente
bien porque nuestro estómago está lleno
y podemos hacer lo que nosotros queremos.
Por eso te decimos: ¡Gracias, Padre Maíz!
El Señor Fuego
Mounstro Acuático,
petrograbado.
Foto tomada por
Arqueólogo Hugo
Iván Chávez
Hábitat imaginado
Dentro de esta ecología mítica, existe un hábitat imaginado por parte de los humanos. Esto significa
que no hay territorios “naturales”, ya que el ser humano los ha trastocado a través de su cultura,
inscrita en el espacio geográfico. Para el humano no existe una naturaleza inalterada. Por medio de
las imágenes se puede observar a la representación del medio ambiente: esta es una imagen cultural
ya que se estructura y simboliza, no solo la geografía, sino la percepción cultural de esa realidad.
Cerámica del sitio arqueológico Quelepa, Colección de la alcaldía de dicha localidad. Fotografía: Hugo Iván Chávez.
Fuente:
• Morales Damián, Manuel Alberto, “Hombre y medio ambiente en el pensamiento prehispánico” en Fournier, Patricia y Fernando López
(coords.), Patrimonio, identidad y complejidad social. Enfoques interdisciplinarios, pp. 71-80. México, Instituto Nacional de Antropología
e Historia, 2010. ISBN 978-607-484-070-4.
Cordillera del Bálsamo. Fotografía: revistadevacacionessv.wordpress.com, autor: Álvaro Calero a través de Flickr.
Fuente: http://www.utec.edu.sv/media/investigaciones/files/9.MigracionesNahua-PipildelpostclasicoenlaCordilleradelBalsamo.pdf.
La Cordillera del Bálsamo, ha sido uno de los sectores de asentamiento pipil (migraciones de 900-
1200 d.C.), a 1500 msnm y se caracteriza por sus crestas angostas, riscos pronunciados y valles
angostos.
Forma de asentamiento
Sus sitios prehispánicos parecen tener una estructura para
la defensa, así como espacios para casas, ceremonias y de
vigilancia. Estos establecimientos fueron semejantes a los que la
cultura Coyotlatelca construyó en Tula, Hidalgo entre 700-900
d.C. Su patrón era el de asentarse en planicies angostas sobre las
crestas de esta cordillera. Cuyo patrón y apropiación del paisaje
adaptados a la forma geográfica de la Cordillera hacen que ésta
se convierta un paisaje cultural y permite a este pueblo emular
su lugar de origen para preservar su identidad y diferenciarse así
de otros grupos culturales contemporáneos a ellos. La ubicación
y distribución de estos asentamientos también puede asociarse
a razones ritualísticas ya que se han encontrado petrograbados
en forma estilizada de Tlaloc, la deidad asociada al agua y lluvia.
Figurilla de Tlaloc exhibida en el MUNA
También existen alegorías del venado en el casamiento: una joven maya encarnaría en una venadita
que sería desposada por un cazador de venados, donde elementos opuestos se unen, tal como se
hace en el casamiento.
El final del mito de la venada y el cazador concluye en el cumplimiento de parte del cazador en
restituir el tunal de los animales, y como recompensa, se le da un tesoro de semillas que nunca se
agotará, aunque pagará un precio muy alto ya que su tiempo en el inframundo equivaldría a muchos
años en el supramundo y, por lo tanto, su familia habrá pensado que estaría muerto.
Por lo tanto, el jaguar es derrotado, y seguidamente, se acerca el puma. Este habla con el hombre
para prometer que él sí rescatará a su mujer. Sin embargo, el dueño del monte logra vencerlo y
ahuyentarlo también. Finalmente, llega el conejo. El hombre no cree que éste pueda ayudarle por su
tamaño y aparente desventaja. Sin embargo, el conejo crea un plan y le tiende una trampa al dueño
del monte, haciéndole creer que está sangrando y muriendo de una infección. Gracias a esto, la mujer
es liberada, y el conejo se jacta afirmando que su valor está en la astucia de su cabeza.
En el llamado Vaso Regio del Conejo, cuyo propietario fue el gobernante K’ahk’ Tiliw Chan Chaahk (693-728 d.C.), se narra cómicamente cómo
el dios L (b) es despojado de sus atributos de poder. El ladrón –que se ve en el panel izquierdo– es un conejo (a), que ofende con palabras
obscenas al viejo soberano del inframundo. Los textos de los diálogos están unidos a la boca de los personajes mediante líneas sinuosas. En
el panel derecho, el dios L (e) suplica apoyo a la deidad solar (c), quien encubre las travesuras del roedor (d). Foto: ©Justin Kerr 1398.
Fuente:
• Arqueología Mexicana. (n.d.). El conejo en la mitología maya. [online] Disponible en: http://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/el-
conejo-en-la-mitologia-maya [Acceso el 4 abr. 2018].
• Revistas Científicas y Complutenses. (n.d.). Iconografía y significado del jaguar en pueblos mesoamericanos: Chorotegas y Nicaraos.
[online] Disponible en: https://revistas.ucm.es/index.php/REAA/article/download/REAA8080110043A/25259 [Acceso el 4 abr. 2018].
A continuación, se presentan dos narraciones donde se pueden ver sus acciones dentro del
pueblo. Relato del hombre brujo, quién se convertía en animal, de acuerdo con Genaro Ramírez
de Witzapan (Santo Domingo de Guzmán), Sonsonate.
Niu nimetzilwia nunan nechilwijtuk ka seujti nemituya se takat, ina katka kisa pal kichi’ mal ne
ujukseuk tukniwan. Nemituya nikan, keman yawi katka kilwitia se turuj, o se kuyamet, ina kilwiat “ne
mas galan shikmaka tataj Lujlun”. Ne chulet kwalani yasne’ kimakakan weyak ne nakat, lo mas mejor,
eh, pal ne chulét, kimakat katka. Wan seujti, ina, walaj se tajtakamet, inan kichiwki se rezoj, wan ina
kilwia
- An te tiu tikmakat ne chulet, maya yaja kikwa muchi yek keman titamiktiat, an tiu tikmakat, tesu
tikmakat tatka.
Ina yajki se kuyamet weyak, wan kikuminki ikal ne nantzin. Ikal ne nantzin maya chikitikchin yajika ina
kikuminki. Kiskit ne pijpipil pal kitat ika kimakaket.
Ina yaja kwalani katka keman tesu kilwiat kienej “días de dios, tajtzin”. Achtu pal kimakat, su tes
timuchiwa kiané, tesu takwa.
Tesu takwa, yaja kwalani yawi wan ina “mustayuk nimetzitas”. “Mustayuk nimetzitas” ina, miki ne
uksé gentej kilwia “mustauk nimetzitas”.
Ina nunan, keman yawi tik ne rezos que kichiwat ne sijsiwatket katka, ina kilwia:
- Tejemet tikmakasit tataj Lujlun, tejemet tikmakat tay yek ka yaja ingratoj, yaja tamiktia, ejku ken se
mariposa, ejku ken se miko, ejku ken se kuyamet, ejku ken se turuj, yajika tejemet tikmakasit, tikmakat
muchi tay yek, keman tesu tikmakat, yaja kwalani tuwan, techmiktia.
Yajika ina nunan, keman tejemet tikwalanit, ina, “anka titataj Lujlun”, ina, kan tikwalani, ina katka
nunan.
Pero muchiwa katka turuj ken tina, muweli muchiwa katka kuyamet pal kiané maya kitat ne tukniwan
mumutiat. Keman kiminki ne ikal, ne nantzin ina, ina kimaka cornadas, kimaka cornadas, keman ne
tajtakamet kimatit, ne ipijpilawan ne siwat, ina se:
- Niu nikisa an, tesu yasneki yek, niu nikmaka,
- Te nupiltzin - kilwij ne nantzin - yaw techmiktia.
- Te – kilwia – tesu.
Yajika inat, kimakat se palizaj ka tea kiselij, mikik tel. Wan kwawit kimakaket, wan, pero tesu kimiktijket
wan takutunalis, maya wan kwawit. Yajika uksé tanestuk ina “tea weli”, maya atul kimaka katka
isiwaw, wan kiu, nakatamal pal kikwa, ina, tea kikwa, tea weli, mikik, ina. Najme tikmakatuyat wan
kwawit, achtu wan kwawit kimaka, ne nakatamal tea weli kikwa.
Te voy a contar lo que mi mamá me ha dicho que una vez había un hombre, decía que salía para
hacer mal a los hermanos del pueblo. Estaba acá, indicaba qué vaca o cerdo, y le decían “el más
bonito dele al Tata Lujlun”. El viejo se enojaba y le iban a dar un pedazo grande de carne, le daban lo
mejor al viejo. Y una vez, dicen, que vinieron unos hombres, su madre hacía rezos y dice que dijo:
- Ahora ya no le vamos a dar al viejo, solamente se come todo lo mejor cuando matamos, ahora
le vamos a pegar, no le daremos nada.
Dicen que vino un gran cerdo, y botó la casa de la señora. La casa de la señora era chiquitita y por eso
la derribó. Salieron los hijos para ver porqué les habían pegado.
Dice que el viejo se enojaba cuando no le decían así: “días le dé dios, señor”. Antes de comer, si no se
hacía así, no comía. No comía, se enojaba y decía: “te veo mañana”. Al decir “te veo mañana”, la otra
persona, a quién le decía, moría.
Mi mamá, cuando iba a los rezos que hacían las mujeres antes, dice que le dicen:
- Nosotras le tememos al tata Lujlun, nosotros le damos lo mejor porque él es ingrato, él
asesina, llega como una mariposa, mico, cerdo, vaca, y por eso le tememos, le damos lo bueno, y
cuando no le damos, él se enoja con nosotros, y nos mata.
Entonces dice mi mamá, que cuando nos enojamos dicen: “quizá sos tata Lujlun”. Así decía mi mamá
La Coyota Teodora
Ésta era una señora que sabía hacer sus brujerías. En la noche se levantaba y echaba el espíritu en
una taza de agua y se hacía coyota y entonces es cuando iba a robar gallinas…Todas las noches,
robaba una gallina… y en el día se la daba de comer al marido… sólo gallinas… Pues dicen que un día,
el marido se puso en cuidado de que comía sólo gallina… y… le siguió los pasos. Se levantó, la siguió
y vio todo lo que hacía, cuando cogía la taza de agua y se la acercaba a la botella, y luego… echaba el
espíritu en la taza y ya resultaba esa coyota… Entonces el marido… cogió la taza y le botó el agua y
cuando regresó la coyota no encontró el agua y no pudo volver a convertirse en persona, se quedó
hecha animal. Entonces, en este pueblo le decían la Coyota Teodora. Ah, y contaban algunos ancianos
de aquí, que entraba a las plantas. Era una Coyota mansa…y lloraba de hambre; los que la conocían le
decían: tenés hambre Teodora, y le daban, le tiraban las tortillas y todo y así se mantenía.
Por fin dicen que se fue la Coyota Teodora detrás de unos hombres que iban para el lado de
Honduras o de Corinto, no sé dónde y… y se ahogó en una cuesta por ai por Monteca, dicen que allí
fue a morir la Coyota Teodora…
Informante: Jocoro, Morazán, 1986
Fuente:
• El camino del tonal y del nagual. Rumbo a una nueva proyección de la brujería. (Desconocido). [ebook] Martínez de la Rosa, Alejandro,
Maestría Estudios Latinoamericanos, UNAM, pp.97-98. Disponible en: http://www.rlp.culturaspopulares.org/textos/6/06-Martinez.pdf
[Acceso el 25 julio 2018].
• Naja Ni Genaro. (2004). 1st ed. [ebook] En línea: IRIN, Genaro Ramírez, p.34. Disponible en: http://tushik.org/category/nawat/lectura-
nawat/ [Acceso el 8 Feb. 2018].
• “El brujo Agapito” y “La culebra de oro” con Idalia y Paula, (8/12/2006). Archivo NDTI10 (Nawat Documentary Texts IRIN-10). Witzapan
(Santo Domingo de Guzmán), Sonsonate, El Salvador. IRIN.
• Tradición oral de El Salvador. El Salvador – México. Sección de etnografía, Departamento de investigaciones. Dirección de Patrimonio
Cultural. 1ª edición. Dirección de Publicaciones e Impresos. Ministerio de Educación. S. S. 1993.
A continuación, se presenta una historia del “Arco”, el cual es un puente de piedra natural, un lugar
vivo en cantón El Zope de Santo Domingo de Guzmán. Según relatos de nahuahablantes actuales,
es un lugar encantado que “jala” a las personas al abismo, y por lo tanto uno debe ser cuidadoso al
cruzar ese puente o quedarse a un lado. Por tal razón, los abuelos decían: “no vayan ahí”.
Hoy voy a contarle que hay aquí un viejo que él mismo me ha contado que su mamá y su papá están
allá en el Arco.
Así es que cuando le dio hambre, se dijo: “Al fin sé dónde está mi papá, dónde está mi mamá.” Les voy
a pedir algo de comer, porque me lo tienen que dar ahora que tengo hambre. De modo que cogió su
machete y su red, y se fue al Arco. Llegó allí a la puerta, se paró a media puerta, y dijo, “mamá, papá,
salgan, tengo hambre, quiero comer.”
Al ratito salió la mujer: “¿Tenés hambre, muchacho?”. “Tengo hambre, mamá; por eso he venido.” Pues
por lo menos un poco de pan porque tortillas no hay; comé pan para que se te quite el hambre.”
Luego le dijo: “¿Tenés mucho pan?” “O, hay mucho pan.” “Pues traéme más tortas; las meto a mi red
para comérmelas mañana.”
Luego entró su mamá. Mientras su mamá entraba a traer más pan, se puso a comer la torta que le
había dado su mamá. Su mamá trajo cuatro tortotas más. Las metió a la red y se fue.
Pero lo jodido fue que, cuando llegó a casa, sacó tamañas plastas de toro de la red, era caca de vaca,
no era pan. Luego dijo, “¡oh, que jodido!”. “De modo que ésta no era tortilla la que comí ni pan, ¡más
bien era caca de vaca lo que comí! Así es que, lo que traigo en mi red son plastas de vaca; eso fue lo
que comí y no pan. Pero cuando vuelva allá, voy a regañar a mi mamá por lo que me ha dado. Ellos
son los que tienen pisto. Así fue como llegaron allá a terminar en el Arco.
Y no me dejaron pisto, sino pura pobreza. Yo, si no trabajo, no como. Así es que cuando vuelva al Arco,
le hablaré a mi papá y lo voy a regañar.”
El viejo mismo me contó esto. Se llamaba Lorenzo López. Tenía dos hijos. Les dijo a sus dos hijos: “sos
mayordomo, pero sólo vos. Tu hermano es más vivo; es alvolario (herbolario). Éstos son tus oficios;
ve y aprendélos.” Esto fue lo que les dijo. Al fin, cuando se quiso morir del hambre y porque no tenía
nada, sacó un espejo cuando estaba relampagueando. “¡Oh! diablo, salí, ¡matáme!” Alumbró con el
espejo, pero ése no sería su destino; nunca lo mató.
Fuente:
• Genaro Ramírez Vásquez. (2004). Naja Ni Genaro. /2/2018, de IRIN Iniciativa para la Recuperación de Idioma Náhuat Sitio web: tushik.
org.
Casoj 20
Ne ikman kwak ne inteuk nemi metzti nemituyat tik kunyua. Kwakuni muchi ne tejtet muchi
yejyemanik. Yajika nemit ne tejtet muchi tajtakalna. Kipia ne tet seki yek, seki inteyek, seki kan tikita
tipaki, wan seki kan tikita timajmawi.
Kwak kitaket se tatatwituk. Yajket tachiat wan kitaket se siwapilchin, wan kitaket ka kipia ikweychin,
wan kitaket ka yaja ne tawilua. Kwakuni muilijket:
“Ashan kan isa ne siwapilchin tiu-tisat nusan. Kan yawi muteka, kwakuni tiawit timutekat nusan.”
Kwakuni pejket kitat seuk tatatwik. Kwakuni yajket tachiat. Kitaket ka se pilchinchin. Kitaket kan e
ishkaliu wey, ne iweyka chijchin.
Wan pejket kitat semaya ne itejtentzun kisa pejki kintutunia, wan kan kiska ne iweyka kimatket
ajwiak. Kwakuni inaket: “Tiu-tiawit titachiat kan ne kisa.”
Kwakuni kitaket ka kan ne kisa ne tal tutuni wan ulini. Inte weliket kitat kan ne kisa. Kwakuni kitaket
ne lamachin. Wan kintajtanilik tey kinekit, wan inaket yejemet:
“Tejemet tiknekit titaketzat iwan.”
Kwakuni inak ne lamachin:
“¿Ankinekit antaketzat iwan?”
“E.”
Inak ne lamachin:
“Shiwikikan tajkutunal pal antaketzat iwan. Tajkutunal yu-witz takwa, kwakuni welit antaketzat iwan.
Wan pal inté metzintatia kan anwitzet, niu-nimetzinhishtuka tankupa ini kumit. Wan kan takwaya
nemi, kwakuni niu-nikilia ka anwalajtiwit. Kwakuni niu-nimetzinhishtia pal antaketzat iwan.”
Kwakuni kinhishtik wan yajket taketzat iwan, kan kilijket ka su-nte nemi seki pipilchichin.
Ina ne tunal: “¿Wan teipal ankinekit seuk ken naja? Naja ninemi ka nimetzinhita muchi anmejemet.”
“Tejemet tiknekit tikpiat sesé pal techtutunia.”
Kwakuni pejki wetzka ne tunal:
“¿Teipal ankinekit seuk? Naja ninemi pal nimetzinhita anmejemet.”
Kwakuni: “Tejemet tiknekit ka tejemet tipewaskia titechtutunia achtu.”
Wan kan pejki kitajtapua ne iish, pejki kinchichinua. Kwakuni mutalujket. Intea kilijket “tiawita”.
Kwakuni inak ne lamachin:
“Ne nukunew wey ipani metzinhita muchi anmejemet. Ini nukunew inte yawit ankipiat pal se shiwit,
yawit ankipiat pal muchi shiwit. Anmejemet yawit anmikit wan yaja yawi mukawa. Inte shulejtia.
“Inté ken ne nusiwakunew. Kineki muchiwa siwapil wan muchiwa lamachin. Wan pal kuchi,
ashan kuchi peyna, musta tayuaya, wipta mas tayuaya. Kan kisa tatwituk, musta mas tatwituk,
wipta mas tatwituk. Inté nejmachnemi, semaya kinmawiltia, kinshijshikua ne tajtakamet wan ne
sijsiwatketchichin.
“Inté ken ne nukunew ukich Yaja nejmachnemi, yaja walisa sansé. Ken kisa ashan, kisa musta wan
kisa wipta. Shan pal kuchi kenhaya. Ken yu-muteka ashan, yawi muteka musta, wan kenhaya yawi
muteka ne wipta. Mushtakita yajasan.
“Ika musumat, ka inté nejmachnemi. Inté kicha sesan tey ne kichiwa. Yajika, musumat. Wan kimaka ne
nukunew uni siwapil.
“Ika, ne se ish mishna. Tachia neka mishna ne se ish, ika kimaka ne iikaw. Neka mishna ne se ish.
Yajika inté tachia yek ken ne tunal. Kwakuni, kwak ne musumat, muitzkiat, mumakat. Yaja kwak ne
nesi sajtik ne metzti. Kwakuni mumakat nemit.”
Fuente:
Tajtaketza Pal Ijtzalku. Narradores en náhuat: Ynés Masin y otros. (2018). 1st ed. [ebook] Euskal Herria: Alan R. King, pp.69- 75. Disponible en:
http://tushik.org/category/nawat/lectura-nawat/ [Acceso el 8 Feb. 2018].
Por lo tanto, no es posible ver a alguien que pisotee sobre un poco de grano de maíz. Todo esto está
vivo. Por que sino, es como pisotear a alguien de este mundo.
Todos ellos vigilan lo que nosotros hacemos. Por eso es que acá es posible regalar algo de maíz, si se
tiene, y si llega alguien que no tiene, le podés dar unos cuantos: para que ellos te vean.
Así se puede hacer bien con lo que sembrás. Cuando no regalamos cuando tenemos, vas a ver
cuando regresés a sembrar: todo se va a perder. Y los que regalan cuando tienen, esos tendrán.
Y los Tepewa también son los dueños de todas las flores. Lo que sembramos acá, siempre es lo que
ellos tienen. Todas las flores que tenemos acá, igual ellos tienen. Por eso, cuando hay flores – a todas
las flores – ellos vienen a ver.
Tienen una flor que no duerme. Porque en todos los lugares donde hay flores, hay flores que
duermen, y flores que no duermen. Por lo tanto, ellos han puesto a la que no duerme: ellas son las
guardianas; las pusieron los Tepewa para cuidar.
Y hay una flor de color verde claro. Ella es la que los Tepewa quieren; es la que ponen para cuidar
donde hay otras flores. Y ella es la flor más viva, y esta puede usarse para todo y para que alguien de
este mundo tenga de qué vivir.
Y así cuida: ve una y otra, ya que estas salen de un pantano. Ahí es donde sale el agua fría y el agua
tibia. La tíbia es la que sale junto a la caliente.
Esa agua caliente se origina de donde viven los Tepewa. Porque de ahí la toman para lo que
necesitan. La usan para bañarse, para que se laven y para que se laven la cara y para lavar. Para esto
es que sale esa agua. Alguien de este mundo no puede beber esto. Esta es el agua a la que llamamos
agua caliente.
Es cuando se hace piedra caliza, la toman para darle fuego. Cuando está quemándose, sale la cal. Por
lo tanto, esta agua es medicina.
Los Tepewa allí es donde están preparando lo que comen. Es donde cocinan.
Van a traer el agua fría. Le ponen leña. Toda la leña. El fuego no es como el de nosotros acá. El fuego
no se ve de dónde sale. Por esto, esa agua tiene carbón.
Ahí tienen todo lo que usan para la época lluviosa. Ahí tienen (lo que usan) para el trueno. Todo tienen
ellos. Tienen una piedra la cual está para cuando la necesitan y para cuando hay algo que no quieren.
Sirve para cuando llueve. Cuando le dan las órdenes a uno de ellos, éste va a pegarle a la piedra.
Después de pegarle, le sacan los fragmentos. Y ésta solamente gotea agua. Esto lo usan para cuando
ya van a marcharse. Ya habrán sacado el cascajo de la piedra. Luego van a abrir un poco el tecomate,
es el momento en que ascienden a lo alto dentro de esta nube.
Entonces ellos ya llevan todo lo que van a usar. Tienen su machete - todos ellos tienen – y los llevan
consigo. Por eso, cuando aun no han preparado sus machetes, pegan las piedritas. Y el agua caliente
la toman de donde ellos cocinan. Esta la llevan junto con sus machetes. Y las piedritas no son lo
único, cuando va a llover, es cuando ellos van a subir, con todo lo que van a usar, lo cual han contado
(o calculado) para (hacer) el relámpago. Cuando vemos el relámpago es cuando sacan su machete.
Y cuando cae el machete es cuando escuchamos el trueno. Cuando se marcha, llevan sus piedritas.
Éstas rajan los árboles. Cuando solamente chamusca, es porque ha sido agua caliente. Cuando cae
sobre el árbol, solamente sus hojas se caen.
Así es cuando llueve.
Y cuando vemos que cae el granizo, es el cascajo de la piedra.
La Via Láctea
La Vía Láctea es el sitio dónde está el centro de este mundo (Universo). Y cuando la Vía Láctea una
noche acá, otra noche la vemos en otro lugar, y otra noche en otro lugar. Esto es cuando el mundo
rota, y por lo tanto, vemos la Vía Láctea desplazarse. Pero en realidad ésta no se está moviendo:
somos nosotros quienes damos vueltas junto con el planeta. La Vía Láctea es el cuerpo de este
planeta; por lo tanto, vemos nosotros que da vuelta.
Este planeta da vueltas acá en el sur y en el norte. Da vuelta seis meses en el sur, y seis meses en el
norte.
Cuando empieza el año, es época de sol. Entonces vemos el sol en el sur. En la época lluviosa, este sol
se ve al norte.
Por lo tanto, se ve la Vía Láctea que se mueve, pero en realidad no se mueve. Y si vemos que se
mueve, es porque está rotando el planeta.
Cuando sale el sol y cuando se pone, gira este planeta. Llega el sol sale de nuevo por donde salió la
última vez. Por eso, se ve el sol que se desplaza, y en la noche se ven las estrellas que se desplazan
también. Así funcionan las cosas en este planeta.
El planeta Venus es normalmente conocido como la estrella de la mañana (Lucero del Alba) o la
estrella de la tarde (Lucero Vespertino) y, cuando es visible en el cielo nocturno, es el segundo objeto
más brillante del firmamento, tras la Luna. Por este motivo, se considera que el planeta Venus debió
ser conocido desde los tiempos prehistóricos. Sus movimientos en el cielo eran conocidos por la
mayoría de las antiguas civilizaciones, adquiriendo importancia en casi todas las interpretaciones
astrológicas del movimiento planetario. El símbolo del planeta Venus es una representación estilizada
del espejo de la diosa Venus: un círculo con una pequeña cruz debajo, utilizado también hoy para
representar el sexo femenino. Siendo, al igual que Mercurio, un planeta interior, Venus nunca se aleja
demasiado del Sol y por ello los antiguos mexicanos relacionaron este planeta con el astro rey. No es
accidental que en distintas culturas Venus haya sido uno de los astros más reconocidos.
La civilización maya elaboró un calendario religioso basado en los ciclos astronómicos, incluyendo
los ciclos de Venus. Venus tenía una gran importancia para los mayas, que lo conocían bajo diversos
nombres: Xux Ek o estrella avispa, ya que creían que en determinados momentos la luz del planeta
era perjudicial; Nok Ek, la gran estrella; Sastal Ek, la estrella brillante, por su intenso brillo; Chac Ek,
la estrella roja, por el color que adquiere cuando está cerca del horizonte. Venus es también Ahzab
Kab Ek, la estrella que despierta a la Tierra. Venus está asociada al dios Kukulcan entre los mayas, el
equivalente de Quetzalcoatl. Cuando uno considera el movimiento de un planeta, el ciclo que rige su
posición en el cielo es el denominado ciclo sinódico, que es el lapso de tiempo que tarda el planeta
en cuestión en adquirir la misma posición relativa con respecto al Sol y la Tierra. En el caso de Venus
su periodo sinódico de 584 días era dividido en cuatro partes por los Mayas: durante 236 días Venus
es la estrella de la mañana (Ahzab Kab Ek); los 90 días posteriores corresponden al paso de Venus
por detrás del Sol, o conjunción superior; después vienen 250 días en que Venus es la estrella de
la tarde, seguidos por un breve, pero importante, período de 8 días en los cuales Venus se halla en
la conjunción inferior, es decir delante del Sol, en que desaparece de la vista al no poder refleja su
luz hacia la Tierra. Es al reaparecer después de los 8 días, que dura la conjunción inferior, en que se
creía que su luz podía ser altamente perjudicial para los hombres, causando “muerte, pestilencia
y destrucción”, dependiendo del día en que se produjera la reaparición dentro del calendario ritual
de 260 días. La creencia de la mala influencia que podría tener Venus al reaparecer después de la
conjunción inferior persistió hasta los aztecas, quienes de acuerdo a los anales de Quauhtitlán,
pensaban que sus “penetrantes rayos” podían causar heridas.
A lo que los mayas daban la mayor importancia era a los ciclos de Venus. Esto es algo que todavía
hoy en día constituye un enigma. 5 ciclos sinódicos de Venus corresponden a 8 años de 365 días (5 *
584 días venusianos = 8 * 365 días terrestres = 2920 días). La conexión con el “año ritual” de 260 días
se daba después de un Huehuetiliztli, período de 104 años que corresponde a 65 ciclos sinódicos
venusinos y 146 “años rituales”. Estos números están redondeados, ya que el ciclo sinódico de
Venus es en realidad de 583.92 días mientras que el año terrestre dura 365.24 días. Los mayas tenían
precisas tablas para corregir las pequeñas discrepancias entre el periodo sinódico de Venus, el año
terrestre y otros ciclos. Así, al haber transcurrido 301 ciclos de 584 días, los mayas habían restado en
total 24 días, tal como nosotros hacemos al agregar un día cada cuatro años, y con este ajuste podían
El culto a Venus persistió hasta el tiempo de los aztecas, quienes la denominaban Huey Citlalín,
la gran estrella, que en su carácter de estrella de la mañana se relacionaba con Quetzacoatl. Todo
indica que los mayas tenían unos grandes conocimientos. No solamente nos legaron un calendario
fabuloso sino también cálculos increíbles. Conocían el calendario venusino de 584 días y, sin tener
aparentemente los medios tecnológicos actuales, estimaron la duración del año terrestre en 365.2420
días, muy próximo al cálculo actual de 365.2422.
Las leyendas de los pueblos preincaicos dicen que las estrellas estaban habitadas y que los “dioses”
vinieron desde la constelación de las Pléyades. Las inscripciones cuneiformes que se han encontrado
en las antiguas culturas sumeria, asiria, babilonia y egipcia coinciden en presentar la misma imagen
de “dioses” viniendo de las estrellas y regresando a ellas; viajaron a través de los cielos en naves
de fuego, poseían armas terroríficas y prometieron la inmortalidad a los hombres. Podemos
considerar como algo natural que los pueblos antiguos buscasen sus dioses en el cielo y liberasen su
imaginación al describir su magnificencia y sus fantásticas apariciones.
Los enigmas no se detienen. Por ejemplo, ¿qué significa el relieve en piedra encontrado en Palenque
representando un personaje que parece estar manejando una nave espacial? ¿Cómo se puede
explicar que el calendario maya contenga el cálculo de la astronómica cifra de 400 millones de
años? No encontramos explicaciones racionales para determinar dónde obtuvieron los mayas el
conocimiento necesario para calcular los años solares y venusinos con una precisión de hasta cuatro
decimales ¿Quiénes les transmitieron estos conocimientos astronómicos? Como ejemplo de esta
enigmática relación entre Venus y nuestro planeta en tiempos remotos y en otras culturas, tenemos
el caso de una cueva en el Kohistán, India, de unos 14 000 años de antigüedad, en donde podemos
ver un dibujo que reproduce la exacta posición de las estrellas hace 10 000 años y muestra a los
planetas Venus y Tierra unidos por enigmáticas líneas.
Fuente:
https://oldcivilizations.wordpress.com/2011/05/07/%C2%BFpor-que-venus-y-marte-eran-tan-importantes-para-algunas-antiguas-
civilizaciones/
El Nixtamalero
María del Rosario Molina
9 de diciembre de 2015
Tanto “nixtamal” como “nixtamalero/a” son términos registrados en el DRAE (DLE). La primera
entrada explica qué es y la segunda que así se llama a los vendedores del producto. El origen de la
palabra es el nahua “nextamallí”. Explica don Lisandro Sandoval en su diccionario (1942) que significa
maíz cocido con agua de lejía, compuesto de “nexatl”, lejía y “tamalli”, tamal. Dice también don
Lisandro que antes se usaba ceniza en lugar de cal y el maíz ya suavizado se molía en una piedra de
moler o “metate”. Ahora, por lo general, se usan molinos de metal.
Por esta época del año Venus, el “lucero del alba”, brilla en todo su esplendor iluminando el
crepúsculo matutino a la hora en que las mujeres campesinas emprenden el camino hacia el molino
de nixtamal. Por eso, porque alumbra su camino, en la campiña al hermoso planeta lo han llamado
“el nixtamalero”, aunque ahora los jóvenes, que usualmente ya no voltean a ver al cielo ni se levantan
de madrugada están dejando caer en desuso la hermosa palabra, como tantas otras, pues con raras
Fuente:
El nixtamalero - Prensa Libre
https://www.prensalibre.com/vida/escenario/el-nixtamalero
Fuente:
Schultze-Jena, L. Traducción: Gloria Menjivar Rieken y Armida Parada Fortin, (1977), Mitos y Leyendas de los Pipiles de Izalco, San Salvador, El
Salvador, C.A, Ediciones Cuscatlán.
Mito 25
Ne neshtamalani yaja ne tatatki achtu. Takatki tik se pulul wan at. Ne pejki isa. Kwakuni yajket tachiat,
wan kitaket kenhaya ken itachialis ne metzti, ka kipia iweykachin wan kipia ikweychin nusan.
Pejki yawi kanka kitzkik ne metzti, kan ne yajki nusan. Ne shupan kisa ka peyna, wan ka tajkutunal
weli muita nusan, mal tajkutunal nesi istakchin. Ne tunalku, nesi ka tayua.
Ini wey yaja ne takatki achtu. Ne chijchichin takatket tipan. Takatket kansan wan kenhaya yawit kan
kitzkiat ne wey.
Yaja, kan ne muitzkiat wan kan ne mumakat, weli kitzkia tit. Tatak ini neshtamalani. Kwakuni, kan tami
tata, kwakuni pejki ne kwikwil.
Nakaket kajkal wajwaktuk, muchi intekuyu mikiket. Naja nikitak kwak ini neshtamalani tatak. Kichiwa
ume pual wan tajku seuk nawi ijpak shiwit (54).
La Nixtamalera fue quien nació de primero. Nació en un charco de lodo y agua. Empezó a
despertarse. Entonces fueron a ver, y lo vieron parecido a la lengua, que tenía cuerpecito y también
Empezó a ir detrás de la luna, tomaba el mismo camino de ella. Durante la época lluviosa sale
temprano, y al mediodía puede verse también, aunque se vea blanquita. Durante la época seca, sale
de noche.
Esta es grande porque nació primero. Las pequeñas nacieron de último. Nacieron en el mismo lugar y
de la misma manera van detrás de la más grande.
Cuando se agarran y se pelean entre ellas, La nixtamalera puede agarrar fuego. Ésta se incineró.
Luego, después de haberse quemado toda, empezó la viruela.
Las casas quedaron secas, todos sus dueños murieron. Yo vi cuando esta Nixtamalera se quemó. Ya
hace cincuenta y cuatro años (en náhuat, cuenta vigesimal es literalmente: dos cuentas (de veinte) y
media (diez) y otros cuatro.
Fuente: Mitos y Leyendas de Izalco de los Pipiles de Izalco. Traducción: Gloria Mejivar Rieken y Armida Parada Fortin.
La Luna
Cuando se ve que aparece la luna creciente, en náhuat se le dice que “llega la luna” y cuando
está menguando se le dice que “ya se va”. En su etapa creciente, se le llama tierna, y mientras va
“llenándose”, se considera que está madurando, y finalmente se llena. Los náhuas comparan la fase
llena a la forma de la tortilla tashkalu metzti y también le conceden rasgos humanos como una cara,
cabello, ojos, nariz, y boca. Hay un relato de una señora que se levanta a media noche para adorar a la
luna llena. Don Masin, quien era ciego, nunca había visto la luna dice: “dicen que la luna brota cuatro
veces: media llena, llena, medio menguante, y cuando se va.
La mujer es quien siente los efectos de la luna ya que el ciclo de la luna y su menstruación están
relacionadas: en náhuat se le llama “luna” metzti al período de la mujer: ne siwat kipia ne metzti (la
mujer tiene su luna).
En determinadas fases de la luna, las mujeres no admiten relaciones con el hombre: “cuando está
desapareciendo la luna, y cuando está llenando, las mujeres con el hombre no cohabitan.”
La luna también tiene influencia en la determinación del sexo: “nació varón cuando la luna está llena,
porque tiene la fuerza del plenilunio”.
También la luna tiene influencia en las enfermedades: “En luna nueva, no nos bañamos; tampoco nos
bañamos si está llena. Tenemos miedo porque nos puede traer fiebre – enfermarnos porque la fiebre
cae en el agua. De hecho, de testimonio de un habitante de Cuisnahuat se dice: “él ha vivido muchos
años (más de los 90 años) porque ha sabido cuidarse bien: quizá no se bañó en luna nueva.” Estaba
hablando de un nahuahablante quien, aunque sufrió mucho del alcoholismo, ha podido llegar a tal
edad.
En la agricultura se tiene en cuenta mucho las fases de la luna. No se siembra cuando “se ha ido” la
luna, es decir, cuando está nueva, ya que nada echará raíces. Sin embargo, cuando la luna está tierna,
es el mejor tiempo para sembrar cocos.
Existen pronósticos metereológicos de acuerdo a la luna: cuando la luna está “colgada hacia el sur”
es que traerá lluvia, y cuando está “colgada al norte” traerá sol brillante y viento, es decir cuando está
creciendo o menguando.
El indígena reconoce bien la relación sobre el alba y ocaso cuando observa las mareas desde la Costa
Cuando la luna oscurece, los pipiles ven en ello otra manera de pleito entre la luna y el sol. Las
mujeres observan el eclipse de la luna, y también – como lo refirieron en Nahuizalco – le ayudan con
el espejo de agua vertida en un huacal. Esto lo relató una indígena y matrona: “mi hermana mayor
tomó un huacal de morro con agua y una paila para beber, que boca abajo partió con un leño, y dijo:
yo le llegué a ayudar, y vi que la luna y el sol se peleaban dentro del agua.”
Sin embargo, la batalla más dura es el eclipse solar: la gente toma dos partidos, donde el hombre
ayuda al sol y la mujer a la luna. Los pipiles, así como los incas del Perú, temían a los eclipses de sol
y de luna, y para evitar desastres, trataban de ahuyentarlos por medio de gritos y aullidos de perros.
Para los pipiles ambos astros eran iguales, y se preocupaban de mantener el equilibrio de fuerza
entre ambos. Las batallas en medio de estrellas que la luna menguante sostiene con el sol en su
trayecto de occidente a oriente siempre las pierde, hallando su muerte con los rayos del sol naciente,
lo que ha sido la base astral de la leyenda de Quetzalcoatl, que los pipiles de este tiempo ya casi
olvidaron.
Fuente:
Schultze-Jena, L. Traducción: Gloria Menjivar Rieken y Armida Parada Fortin, (1977), Mitos y Leyendas de los Pipiles de Izalco, San Salvador, El
Salvador, C.A, Ediciones Cuscatlán.
Tajtaketza Pal Ijtzalku. Narradores en náhuat: Ynés Masin y otros. (2018). 1st ed. [ebook] Euskal Herria: Alan R. King, pp.69- 75. Disponible en:
http://tushik.org/category/nawat/lectura-nawat/ [Acceso el 8 Feb. 2018].
Indudablemente la idea del Tlalocan es equivalente al “interior” del cerro al cual Don Ynés Masin
y otros le dedican varias narraciones. Se le llama inframundo también porque parece ser que para
acceder a este lugar “se desciende” sobre una serpiente, por medio de una cueva, por medio de un
arbolito que está en el interior del cerro (probablemente la ceiba que “sostiene” el cerro) y por medio
del agua como ríos y lagunas.
Tal lugar está bajo el Señorío del Señor o Viejo del cerro, y dentro moran también los Tepewa. Dentro
de este inframundo hay hombres y mujeres que tienen trabajos diferentes, comen, y les sirven a
sus amos, incluyendo a un toro parlante que parece tener cierta omnisencia, ya que sabía quiénes
entraban al interior y aún quiénes iban a morir. Schultze menciona que este toro era dorado, podía
convertirse en lo que quería y que estaba atado a un cordón de oro como él (1977). Esta idea es
muy parecida al mito de los nahuas de Pajapan, Veracruz sobre un toro con cuernos de oro de San
Antonio, que luego fue encantado junto a todo el ganado por los chanecos y se los llevaron a una
sabana bajo el cerro (el cerro Santa María según un nativo pajapeño). Por lo tanto, este mito de la
relación entre toro y oro no es única entre los pipiles.
La gran serpiente que ayuda a los humanos a descender parece ser el centro o corazón del cerro, y
se revela en las narraciones que ella es el mismo Señor de todos los que están en este inframundo.
Parece ser que la misma serpiente se convierte en este viejo quien posee los tesoros del interior:
huesos, plumas y semillas que están vivos y adquieren ánima en nuestro mundo. Tal tesoro es dado
en ocasiones a los humanos cuando tienen el tunal o cuando han cumplido con cierta penitencia
como el cazador quien tuvo que copular con la mujer venado para redimir las almas de los animales
que él había matado.
En fin, este mundo parece ser un lugar de eterna producción, con dinero en morros, donde los
hombres y mujeres tienen recipientes y trastes de oro, un árbol que da fruto solo para el día y cuyas
ramas llegan hasta el cielo y raíces hasta el fondo.
A continuación, se presenta el mito del joven, quien, acompañado de su amiga, buscan y encuentran
la cueva que lleva al inframundo.
Mito 8
Había un muchacho y una muchacha de quienes no se sabe cómo es que se habían encontado en
el monte. Y se dieron cuenta que había una cueva de donde salía una serpiente que jalaba a los
humanos que pasaban. Entonces se dijeron entre sí:
Entonces llegó donde estaba la serpiente. Luego vio que empezó a aclararse, e iba viendo una guarida
al fondo.
Pero no había visto el hombre que ya estaba parado sobre la serpiente. Entonces le dijo la serpiente:
- Y ahora qué, ¿querés descender?
Entonces comenzó la serpiente a enroscarse. Cuando empezó a enroscarse, él iba pisando bien, e iba
descendiendo. Después de haber descendido, lo vieron, y lo fueron a encontrar. Le dijeron:
- ¿Qué querés?
Entonces fueron a abrir la puerta donde tenían todos los huesitos de todos los que caminan con
cuatro patas acá en el mundo, y todas las plumas de las aves que vuelan. Y le preguntaron qué era lo
que él quería que le dieran. Y el muchacho dijo que él quería tener todo. Pero el muchacho no sabía
que la serpiente era el viejo señor de todos ellos que se encontraban allí. Así que, cuando dijo que
quería todo, vio que la serpiente era el viejo; vio que la serpiente se convirtió en el viejo. Entonces vio
que le dijeron que no podían darle todo, porque si le daban todo, ya no podrían salir. Entonces vieron
que el viejo era la serpiente, y le dijo el viejo:
- Te damos algunos huesitos y algunas plumitas de todo lo que puede volar.
Fuente:
Hernández, R y Loera, M. Ensayo “El Templo Cristiano y Su Conexión Con El Tlalocan Mesoamericano”. México. Historias, Revista de la
Dirección de Estudios Históricos, mayo-agosto 2008. p.25. PDF en línea.
Schultze-Jena, L. Traducción: Gloria Menjivar Rieken y Armida Parada Fortin, (1977), Mitos y Leyendas de los Pipiles de Izalco, San Salvador, El
Salvador, C.A, Ediciones Cuscatlán.
García de León, A., (1976), Pajapan, un dialecto mexicano del Golfo, México, Colección científica: lingüística. Instituto Nacional de
Antropología e Historia.
4 Las antiguas costumbres de la vida social indígena han dado curso a las que hoy
rigen en el país, de la que se exceptúa el matrimonio.
Las estadísticas (1928) del país muestran que más de la mitad de los niños nacidos son ilegítimos,
siendo procreados por uniones válidas – a la manera indígena -, que se conservan aún sin ser
sancionadas por las leyes del registro civil y la bendición religiosa, lo que no impode que también
se procreen hijos fuera de estas uniones de hecho, normales, dentro del sentido indígena, y sobre
las cuales es imposible aportar datos cuantitativos fidedignos. En el texto 35 se relata una forma
de unión libre sobre la que se procede por coerción, es decir, si el enamorado es descubrierto
previamente llevándose a la muchacha, éste es castigado obligándolo al matrimonio, costumbre que
hoy día continúa vigente, éste dice “antaño, para salir a llamar a una muchacha, no es como hoy… En
ese entonces, le daban dinero. Si ella lo toma, es cuando le iba a decir “sí”. Tomaba el dinero cuando
quería, y si no, ella no lo tomaba”.
Para la realización del matrimonio con las debidas formalidades, la práctica establece que la mano de
la novia debe ser solicitada previamente por los dos padres del novio. Esto se ilustra en el texto 37 del
mito recolectado por Schultze:
Enviaron una cartita adonde viven los padres de la muchacha. Cuando vieron la carta dijeron:
- Acá nos piden a nuestra muchacha.
Le preguntaron a la muchacha:
- Querés casarte?
Los padres del muchacho fueron y cuando llegaron a la casa de la muchacha, dijeron:
- Señora nuestra, ¿cómo has estado?
- Acá un poco bien. ¿y usted igual?
- Un poco bien también.
Cuando llegó de nuevo el hombre, el padre del muchacho, le dijeron que no podían entregarla…:
- ¡Es que solamente la tenemos a ella!”
Para la boda se nombran a los padrinos que son los mejores atendidos y a quienes se les sirve
chocolate con plátanos asados.
“Los ancianos dicen que cuando se casaba un primogénito, iban a traer un costal con cacao.
Lo ponían a secar. Cuando ya estaba bien seco, lo ponían a tostar en un comal. Buscaban una
muchacha a que fuera a moler en el metate.
Hacian el chocolate para tomarlo con los compadres y les ponían plátanos asados.
Y llamaban a un ancianito para que matara a un gato para sacarle su cuero y se lo iban a regalar al
padre que los había casado.”
En el pasado cuando las autoridades civiles y eclesiásticas fungían en un pie de igualdad, el sacerdote
tenía el papel preponderante.
¿Quiénes son los padrinos y madrinas? Entre los quichés, vemos que existe una relación de confianza
entre compadres y comadres (que son los padrinos y madrinas). Ellos son los que sirven de testigos
de la boda y por lo tanto son “los que deben ir con ellos” al momento de efectuarse el matrimonio, de
tal manera, los llamaremos “ayudantes de la boda”. ¿Quiénes deben ser estas personas? […] cuando
los padres de ambos novios se ponen de acuerdo. No se relata sobre cuáles son las obligaciones de
las mujeres, solamente se menciona aquella que debe de llevar la novia a la fiesta. En cambio, los
ayudantes masculinos celebran un concejo, lo que para ellos es natural, y lo que realizan, ciertamente,
no debe tomarse como un acto impúdico tal como más adelante podrá verse, esto, es que entre
ellos se elige a uno, en nuestro caso el mayor, quien tiene a su vez que desflorar a la novia, y, además,
dormir con ella sustituyendo durante un mes al joven desposado.
La seriedad con que me fue relatado este suceso por un hombre de mi confianza, de
aproximadamente cincuenta años de edad, no deja lugar a dudas, de que se trata de una antigua
costumbre practicada hasta donde las condiciones lo permiten, aún en la actualidad.
Extracto de los mitos y leyendas de los pipiles de Izalco por Schultze-Jena. Páginas 117-118.
(Adaptado)
Fuente:
Schultze-Jena, L. Traducción: Gloria Menjivar Rieken y Armida Parada Fortin, (1977), Mitos y Leyendas de los Pipiles de Izalco, San Salvador, El
Salvador, C.A, Ediciones Cuscatlán.
Tajtaketza Pal Ijtzalku. Narradores en náhuat: Ynés Masin y otros. (2012). 1st ed. [ebook] Euskal Herria: Alan R. King, pp.69- 75. Disponible en:
http://tushik.org/category/nawat/lectura-nawat/ [Acceso el 8 Feb. 2018].
Fuente:
Nosei María Cristina. (2003). Mito y Educación Moral. Praxis Educativa, Vol. 7 Núm. 7, p. 51-52. Recuperado de https://cerac.unlpam.edu.ar/
index.php/praxis/article/download/238/302.
La Piedra
Es creencia muy arraigada entre los indios de Izalco que las culebras llamadas zumbadoras poseen
“La piedra”, un talismán que da suerte y valor.
Cuando alguien quiere ser afortunado e invencible ya sabe lo que hay que hacer: conseguir “la
piedra”. Para apoderarse de ella, desafía a la zumbadora: que, si esta resulta vencida en la lucha,
inmediatamente vomitará el trofeo disputado a los pies del vencedor.
Es sabido cómo ataca la zumbadora. Agárrese con los dientes a cualquier raíz, y convertida así en
látigo, embiste a colazos, tan rápidos y potentes, que zumban en el aire. De ahí le viene su nombre.
El indio que está resuelto a poseer aquel talismán, busca el sitio donde se guarece la culebra.
Cuando la ve entrar corre y tapa la madriguera con un tarugo. Tal es la provocación para el desafío.
La zumbadora ya lo sabe. Pasados tres días, llega el rival, sin arma alguna, solamente provisto de un
costal o de una manga chapina, a guisa de capa torera, para defenderse de los latigazos. Destapa el
agujero y espera.
Ese es el momento terrible. Sale la culebra y veloz como el rayo se lanza contra el provocador. Si
éste tiene sangre fría y valor, y logra con destreza escapar de los primeros choques, la culebra está
perdida. No tarda en rendirse a causa de los golpes que ella misma se ha dado contra los árboles o
contra el suelo. LLega el final. La zumbadora arrástrase humillada y vomita la piedra a los pies del
que la ganó. Este la recoge métela en su bolsillo, y…”- ¡Aquí está el indio más arrecho y más templado,
hijos de la guayaba!”
Las siguamontas tienen talismanes también. La siguamonta es un pájaro nocturno que canta siempre
en los caminos solitarios. Ahí van a buscarla los enamorados sin esperanza o aquellos que quieren
convertirse en afortunados tenorios. Para conseguir ese talismán no hace falta valor si no paciencia.
A la siguamonta hay que “miguelearla”. En efecto los indios la enamoran como si fuese una mujer:”-
¡Ay chulita, yo doy la vida por vos! Asina como me ves aquí, lo mesmo estoy siempre: pensando y
repensando en tu querer. Tópame vos también, por vida tuya. Decime que sí convenís…”
El indio busca las palabras más lirícas, las más persuasivas de su repertorio. Pero cuentan que la
siguamonta se hace la desentendida, como si fuera sorda, y sigue cantando.”-Ve negra, ingrata, que
me muero por vos”.
Y nada. Así pasan las noches varias semanas,”-Ve vos ricura, que mi corazón ya no aguanta más tu
desprecio…” Nada. No quiere. Pasan, muchos meses, muchos. Tampoco. Parece que la siguamonta
es honrada de veras. Pero, con paciencia se alcanza todo, al fin dice que sí enternecida por aquel
constante migueleo. Deja de cantar y baja del árbol. Entonces el pretendiente está listo a tender
inmediatamente en el suelo un “paño” nuevo. En ese pañuelo es donde la siguamonta vomita la
piedra. Recógela el indio y… “¡A ver quien es la orguyosa que agora me desprecia!”
Muchos animales hay también que poseen preciosos amuletos. Los venados tienen una piedra que
acaso sean las mejores. Son dificíles de conseguir, puesto que el desafío se hace a la carrera, hasta
alcanzar al prófugo.
En verdad os digo que la piedra del venado es singularmente útil y muy necesaria… porque, llevándola
en el bolsillo, no hay pareja ninguna de la guardia nacional que sea capaz de alcanzarlo a uno…
Fuente:
“Antología del cuento salvadoreño (1880-1955)” Manuel Barba Salinas, “La Piedra” Historia original del autor salvadoreño Francisco Herrera
Velado.
Los entierros de los pipiles son aun un poco comprendidos, limitados y eran muy variados. Los
cuerpos se colocaban en urnas y posteriormente se enterraban, a veces, con ofrendas.
Los entierros se celebran con especial solemnidad. A finales de 1800, un viajero sueco relata su
experiencia en cuanto a los entierros en Nahuizalco:
“En caso de defunción, envuelven al muerto en una estera de junco (petate) y lo ubican en una
camilla liviana cargada en hombros hasta el cementerio. Junto con el cuerpo entierran vasijas con
comida y utensilios, pero esta costumbre está tendiendo a desaparecer. Los niños llevan trajes
alegres de color (rojo, azul y blanco), ponen abundantes adornos de tiras de papel del mismo color
con unas parihuelas de bambú, que cuatro muchachas cargan hasta la tumba, al ritmo de las flautas
y los tambores. Un desfile fúnebre como éste ofrece una visión pintoresca.” (Hartman 1897).
Cacaopera
De igual manera, en el oriente del país, Mendoza relata un entierro a principios del siglo pasado:
“El misterio de la muerte era venerado como un dogma religioso. Cuando moría alguno, fuera
principal o de la clase común, era velado por sus parientes y amigos, que lo bañaban y lo ataviaban
con sus mejores prendas, para que marchara a su última morada. Durante la noche lo tenían en pie
o sentado en un banco, como si hubiera estado vivo, mientras los acompañantes se entregaban a
la bebida de chicha y a comer abundantemente toda clase de golosinas. Al siguiente día sepultaban
el cadáver con todos los instrumentos de labranza, vasos, flechas, etc. A las mujeres las enterraban
con la piedra de moler, maíz y sus trastos de cocinar, es por eso que se hallan todas esas cosas en los
sepulcros” (Mendoza 1913).
Izalco
Altar de muertos en la celebración de los Canchules, Izalco, Sonsonate. Fotografía: Alberto Cruz.
Cuentan que antes la gente que no tenía dinero, pedía casa por casa comida para sus muertos; una
vez en el cementerio repartían esos alimentos con todos los presentes. Ahora son grupos de niños o
jóvenes que salen a las calles llevando la imagen de algún santo y van pidiendo golosinas recitando el
siguiente verso:
“¡Ángeles somos, venimos del cielo, pidiendo tamales para la barriga!” Le llaman canshul al obsequio
que les dan, ya sean tamales, ayote, dinero o fruta; de acuerdo a lo que les ofrecen responden con
una frase diferente:
“Donde dan caña, vive el rey de España.”
“Donde dan pisto, vive Jesucristo.”
“Donde no dan nada, vive la venada.”
“Donde dan centavos, vive don Gustavo.”
“Don dan tamales, se espantan los males.”
Cacaopera
La festividad es del 27 de octubre al 4 de noviembre. El primer día van a pedir ayote por las casas
recitando:
“Ánimas somos, del cielo venimos, ayote pedimos, si nos lo darán con Dios lo verán.” Si les dan ayote
o una candela, el grupo de personas gritan: “¡A la gloria!”, y si no les dan, gritan: “¡Al infierno!”.
El 28 es el encuentro de las almas que se celebra con una procesión, comida y se encienden todas las
velas en la iglesia.
Dicen ellos que cuando lo muertos ya no quieren estar acostados, se sientan a ver quién va a regresar
a la vida (literalmente: regresar a resucitar).
Los tienen nueve días en la tumba. No le echan tierra hasta que terminan de velarlo1 noche y día, para
que quede feliz el muerto y vea que lo ama su familia. Después de velarlo, le echan la tierra.
Fuente:
• Tajtaketza Pal Ijtzalku. Narradores en náhuat: Ynés Masin y otros. (2012). 1st ed. [ebook] Euskal Herria: Alan R. King, pp.69- 75.
Disponible en: http://tushik.org/category/nawat/lectura-nawat/ [Acceso el 8 Feb. 2018].
• Hartman, C. V. (2001). Reconocimiento etnográfico de los aztecas de El Salvador. Mesoamérica, ISSN 0252-9963, Vol. 22, Nº 41, 2001 p.
163-165.
1. La palabra original en náhuat es kiyujyulumakat. Esta puede tener una traducción compleja. Está compuesto de la raíz yulu que es
corazón, pero es abstracción de reflexión y razonamiento. –maka es el verbo “dar”. Se puede interpretar que los nahuas tenían un tiempo de
reflexión con respecto a la persona muerta, le daban pensamiento o rinden conmemoración al muerto. Recordemos que en la cosmovisión
de la lengua náhuat, los verbos combinados con yul(u)- denotan reflexión y acción cognitiva como yultaketza ‘hablar lo que uno piensa’,
-yulmati ‘creer en ago’, muyulkwitia ‘confensar lo que uno piensa’, entre otros. Por otro lado, para los sentimientos o emociones se usa la
raíz el- relacionado al hígado: -elnamiki ‘recordar’, -elkawa ‘olvidar’, elmuyawa ‘sentir náuseas’ y –elewia ‘desear algo’. Así que -yujyulumaka
no podría tener relación en “dar corazón/amor” como se ha hecho en otras traducciones, sino más bien, “darle reflexión a la persona que ha
fallecido” que podría ser el equivalente a una vela donde se recuerda la vida del individuo por medio de ceremonias religiosas y palabras de
la familia.
El coyote, por su lado, ha sido relacionado en Mesoamérica con las artes, baile y el líbido. Se considera
como un animal astuto, pero poco peligroso y hasta accesible a tener una relación con los seres
humanos, no tan lejano de cómo ahora son los perros. Los cánidos en Mesoamérica también se
consideran como seres con “un hoyo en el estómago” ya que parece que siempre tienen hambre.
Esto es muy evidenciable en los mitos de Izalco, donde el coyote es engañado por el conejo
probablemente por su gula en siempre querer probar algo, y esto le resulta su propia pérdida.
Fuente:
• Tajtaketza Pal Ijtzalku. Narradores en náhuat: Ynés Masin y otros. (2012). 1st ed. [ebook] Euskal Herria: Alan R. King, pp. 94-104.
Disponible en: http://tushik.org/category/nawat/lectura-nawat/ [Acceso el 3 de abril 2018].
• Vásquez Monterroso, J.D. (2009). Diversidad discursiva de representaciones del conejo en arte maya: una aproximación iconográfica
a partir de vasijas del período Clásico Tardío. (tesis de pregrado). Universidad del Valle de Guatemala, Facultad de Ciencias Sociales,
Guatemala.
• Valadez, Raúl (2008). El coyote (Canis latrans) dentro del universo mesoamericano. AMMVEPE Vol. 19, No. 1. Enero-Febrero 2009 pp
9-21. Recuperado de: goo.gl/B6J6NG.
Había, el conejo, veá, el pícaro, el conejo… pues… encontró a la tía zorra, y le dijo la tía zorra onde vio al
conejito:
- ¡Ajay conejo sinvergüenza, hoy te como!
- ¡No tía! – le dijo, - imagínese que aquí estoy (con) un gran peñón (más grande que esta casa; él
encuevado, el conejo, porque ya la había visto).
- ¡Mmm! ¡Hoy te como!
- ¡No tía! – le dijo. - ¿Qué no ve que si me come usté esta piedra se los va y se pierde el mundo, tía? –
le dijo.
- ¡Ay no, conejito!
- ¡Pues sí debemos de seguir viviendo tía! Mire -, le dijo, - yo tengo mi almuerzo aquí tía, porque ya
tengo noticias de que esta piedra siba a revolcar y ahora estoy aquí deteniendo.
(Y el conejo), con las patías, ai y el lomito teniendo el peñón…
- Y aquí, tía, tengo mi almuerzo, porque tantié que se me agarraba la tarde pues… - le dijo.
Sí, el condenado conejo bía hallado un panal de avispas, de las bravas; vino él, lo cortó y lo envolvió
en una manta y lo llevó como que era… el almuerzo y lo puso así y él deteniéndolo allí verdá.
- Mire tía -, le dijo. - ¿Por qué no me ayuda a detener la piedra? Métase por aquí en un ladito, tía -, le
dijo, - y detenga usté, pero hágale fuerza mientras me voy yo a buscar unos ganchos pa’ ponerle
para que los podamos ir los dos -, ¡pa’ que no se vaya, tía! –, le dijo.
- ¡Cómo no conejito! -.
- ¡Y mire tía! – le dijo, - si al caso me tardo y se llega la hora de almuerzo y me… tarde, ahí está mi
almuerzo, tía, anque sea una manita teniendo, y con l’otra comiendo, pa’ que usté coma, porque yo,
si me agarra la tarde anque sea algo vua comer por ahí.
- ¡La piedra no se mueve! ¡Ve qué conejo maldito! ¡me engañó! -, dijo. ¡Pero bien hinchada de las
Y le deja venir y le bota todos los dientes al coyote. Así que de todos modos lo amolaba el conejo,
pero el conejo se libraba y era amolándolos e iyéndoseles el que no lo volvían a ver… tal vez hasta
otro día, a los tres días lo volvían a ver pa’ que los volviera amolar. Y así fue el asunto…
Fuente:
Tradición oral de El Salvador. El Salvador – México. Sección de etnografía, Departamento de investigaciones. Dirección de Patrimonio
Cultural. 1ª edición. Dirección de Publicaciones e Impresos. Ministerio de Educación. S. S. 1993.
Informante: Isabel Alfaro
Panchimalco, San Salvador, 1982.
Kunij ne mijmil nakak sujsul pustektuk, sujsul pachujtuk, ne sinti nesik pusuntuk wan tiltik. Yajane sinti
kwikat ne chiltiupanekos según nutatanoy wan nunoyaj inaket. Pero en ese caso, siujti nemik se takat
inteligentej, wan inak ka tetekia tay witzet kichiwat nin tik tutechan.
Kunij, yaja kichiwki se tajpewal. Tik ne tajpewal welik kikutamima se siwapil kachka kipia majtakti
chikwey shiwit. Wan ne siwapil, kan wetzi talchi, kunij mukwepki se chumpipi. Kunij ne takat kaj
kikutamin kitzkij ne chumpipi, kwika ka ichan. Nemanha kituktij isiwaw ma kimikti ne chumpipi pal
kikwat. Kunij ne isiwaw kimiktij ne chumpipi, kiwiwitak, wan kichiwki ne takwal wan kikwajket. Wan,
tay yejemet kitaket ka ne iujumiyu ne chumpipi, ne iujujmiyu te kikwaj ne pelu. Kunij nakak yultaketza
muchi ne imiakwan taika te kikwaj pelu ne ujumit nian ne iujujmiyu.
Ipan yey tunal ka panutuk ne ejekat wan at wan kikwajtiwit ne chumpipi, walajket ume takamet wan
se siwat kitemuat. Kunij ajsiket ichan ne takat kaj kikutaminki ika yejemet chiupi kimatiata katka kaj
kikutamin. Wan yejemet te inaket ne tejkia, wan ajsiket an kilwijket su anka kitztuk se siwapil panuk
ka né unisan ikal kwak panuk ne ejekat wan at. Yaja tay nankilij ka siwapil tesu kitztuk. Yaja tay kia
kiajsik ka taweykan se chumpipi. Kunij yaja kitzki wan kwikak ka ichan wan kilwij isiwaw ma kimiktij
wan kichiwki se takwal wan kikwajket. Kunij inaket ne yeshtin, “yek tay tikchiwtuk tel, wan naja
nikneki shikchiwa nuwan ne favor.”
Shinechilwiti siquiera kan nemi ne iujujmiyu, kan nakak ne iujumiyu, pal niaw nikita kan nemi. Kunij ne
takat yajki kilwitilia. Yeshtin ajsiket kan nemi ne iujujmiyu wan ne iujumiyu ka te kikwajtuk pelu. Kunij
yejemet kianket ne umit, kisenputzuj wan kitajtanket se shikal wan wey at wan se carretón ikpat,
kiminket ka ikajku. Nemanha tikwini. Kan tikwinik, yaja kitak ka maya muishkwepki. Kan muishkwepki,
mutejkultij wan puliwki. Kienej kwikaket ne siwapil ika ne takat, kan kiejekuj, kitak yek ka se siwapil
galanchin kiski tik ne iujumiyu wan ne iujujmiyu. Yajika, ne huracaneros ijkia witzet tik Chiltiupan,
witzet kwikat elut pal kikwat. Wan kunij muchiwket fregar ika kimiktijket se siwapil wan kikwajket.
Kienej nechilwijtiwit nutatanoy wan nunoyaj, wan kenhaya panu ejekat wan at wan tejemet tea
keman tikitaket su walkuwetzi se. Yajika an nikilwia nuiknew pal kwika wan kielnamiki ini casoj.
Los Huracaneros
(Santo Domingo de Guzmán, junio del 1975)
Versión adaptada
Los Huracaneros
(Traducción narrativa al español)
Así es que las milpas quedaban todas quebradas, bien aplastadas, con varias mazorcas tan
desfiguradas que parecían bubas. Esas eran las mazorcas que se llevaban los chiltiupanecos, según
mi abuelo y mi abuela. Pero en este caso, una vez hubo un hombre muy inteligente que decía que lo
Al tercer día de que había pasado el huracán y que se habían comido el chompipe, llegaron dos
hombres y una mujer buscándolo. Llegaron a la casa del hombre que lo había atrapado porque más
o menos sabían quien lo había atrapado. Pero no dijeron la verdad, sino que llegaron preguntando si
por casualidad habían visto pasar cerca de la casa a una muchacha el día del gran huracán. Lo que
respondió fue que él no había visto a la muchacha. Lo que había encontrado en el suelo había sido
un chompipe. Que luego lo había atrapado y que se lo había llevado a casa para la comida y que se lo
habían comido. Luego dijeron los tres, “Bueno, lo que hiciste está bien, pero quisiera que me hicieras
un favor.
Por lo menos enséñame donde quedaron los huesos para poder ir a verlos.” Entonces el hombre los
llevó a verlos. Llegaron los tres a donde estaban los huesos y las plumas que no se había querido
comer el perro. Luego recogieron los huesos, los hicieron montón, pidieron una batea, mucha
agua y un carretón de hilo y lo aventaron al aire. Luego se puso a tronar. Cuando tronó se fijó que
se había volteado. Al darse vuelta, se elevó y desapareció. En realidad, se llevaron a la muchacha
porque en ese momento, vio perfectamente bien que de los huesos y las plumas había salido una
hermosa muchacha. Así es que, los “huracaneros” en realidad vienen de Chiltiupán; vienen a llevarse
las mazorcas para comer. Eso es lo que me contaron mi abuelo y mi abuela, y siempre vienen los
huracaneros, pero nunca hemos visto si ha caído una cabeza. Así es que, hoy le he contado esto a mi
amigo para que se lleve este cuento de recuerdo.
Fuente:
• Campbell, L. (1985). The Pipil language of El Salvador. Berlin: Mouton Publishers.
Aún hoy, cuando llega la época de la siembra, los pipiles cuelgan guirnaldas de hojas multicolores de
Tradenscatia versicolor1 —una planta comúnmente cultivada por nosotros— alrededor de sus dioses
del maíz —ídolos de piedra pequeños y toscos— y por las noches encienden velas y les ofrecen
incienso. Vi ídolos de piedra similares en los campos de maíz, a poca distancia de la iglesia católica
construida en el siglo XVI en el altar de la propia ciudad de Nahuizalco, así como escondidos en
grutas de los valles fluviales. Tan pronto como llueve y los dioses han cumplido con su misión, los
hunden profundamente en los pantanos del río y los dejan descansar allí hasta la próxima siembra,
cuando los vuelven a buscar. En el altar de las iglesias católicas de la región de los pipiles se pone,
durante la siembra, una vasija de arcilla con un brote de maíz verde.
El maíz es sin duda la planta más importante y valiosa dentro de la cultuta de los pueblos
mosoamericanos. Las más antiguas civilizaciones de América, desde los olmecas y teotihuacanos
en Mesoamérica, hasta los incas y quechuas en la región andina de Sudamérica, estuvieron
acompañadas en su desarrollo por esta planta. El maíz fue considerado por las culturas de la América
indígena como símbolo sagrado de la abundancia y la fertilidad. Los indígenas americanos se han
alimentado durante siglos a base de maíz y lo han venerado en sus ritos religiosos y funerarios y en
sus sacrificios a la madre tierra, al agua y a la lluvia.
América, de un grano
de maíz te elevaste
hasta llenar
de tierras espaciosas
el espumoso
océano.
Fue un grano de maíz tu geografía.
El grano
adelantó una lanza verde,
la lanza verde se cubrió de oro
y engalanó la altura
del Perú con su pámpano amarillo.
Pero, poeta, deja
la historia en su mortaja
y alaba con tu lira
al grano en sus graneros:
canta al simple maíz de las cocinas.
Primero suave barba
agitada en el huerto
sobre los tiernos dientes
de la joven mazorca.
Luego se abrió el estuche
y la fecundidad rompió sus velos
de pálido papiro
para que se desgrane
la risa del maíz sobre la tierra.
A la piedra
en tu viaje, regresabas.
No a la piedra terrible,
al sanguinario
triángulo de la muerte mexicana,
sino a la piedra de moler,
sagrada
piedra de nuestras cocinas.
Allí leche y materia,
poderosa y nutricia
pulpa de los pasteles
llegaste a ser movida
por milagrosas manos
de mujeres morenas.
Los dioses crearon entonces nuevos seres. Pero ellos no correspondieron tampoco a sus esperanzas.
El pájaro Xecot Covah les reventaba los ojos, mientras que el felino Cotzbalam los destripaba. Los
sobrevivientes afrontaron las acusaciones de todos los seres y objetos que se creían sin alma: las
piedras de moler, las marmitas, los cántaros, los perros, todos se quejaban de los malos tratos que
habían recibido y amenazaban ahora a los hombres.
Éstos tuvieron miedo, huyeron, subieron sobre los techos que se desplomaron. Entonces se
refugiaron en los árboles. Pero las ramas se rompieron. Intentaron encontrar refugio en las grutas;
pero las paredes se derrumbaron.
Los pocos sobrevivientes se transformaron en monos. Es por eso que los monos son los únicos
animales que evocan la forma de los primeros seres humanos de la tierra Quiché.
Entonces los dioses se reunieron una vez más a fin de crear un nuevo ser hecho de carne y hueso, y
dotado de inteligencia. Esta vez se sirvieron del maíz; modelaron su cuerpo con esta pasta blanca y
amarilla y les introdujeron pedazos de madera para que sean más rígidos.
Rápidamente, los nuevos seres humanos hicieron prueba de inteligencia: comprendieron el mundo
que los rodeaba. Estos seres se llamaban Balam Quitzé, Balam Acab, Ma Hucutah e Iqui Balam.
Entonces los dioses interrogaron al primero de ellos:
- Habla en tu nombre y de los otros, y dinos cuáles son tus sentimientos. ¿Eres consciente de tus
poderes?
Balam Quitzé les respondió:
- Ustedes nos han dado la vida y gracias a eso sabemos lo que sabemos, somos lo que somos;
Fuente:
www.americas-fr.com/es/civilizaciones/leyendas/mayas2.
Portador de cultura
Es una persona muy reconocida por su trabajo que realiza desde hace muchos años. Aprendió el
oficio directamente de su mamá, quien le enseñó cuando ella tenía nueve años.
Ella nos comenta que lo primero que aprendió fue a hacer la olla, luego aprendió a hacer los comales
y cuando le encargaban porrones ella los elaboraba por pedidos. Todo el trabajo es natural y todo lo
elaboraba a mano. Ella nunca usó torno.
Nantzin Ángela Vásquez Vda. de Sánchez, nahuahablante y alfarera, originaria de Santo Domingo de Guzmán.
Se independizó cuando su madre murió, trabajó en casa, y luego se acompañó de 22 años. Ahí inicio
a trabajar sola y ya no descansó de su trabajo. Cuenta con 53 años de experiencia en este trabajo,
siguiendo lo que su madre le enseñó. Esto lo desempeñaba ella sola, luego sus hijos aprendieron a
hacer comales, tiene cinco hijas que pueden hacer ese trabajo.
Río del cual se extrae arena para la preparación del barro y barrial comunitario en Santo Domingo de Guzmán, Sonsonate.
Fotografía: Cuenta de facebook de la Casa de la Cultura de Santo Domingo de Guzmán.
Se ocupa un cernidor elaborado de madera cerrada para colar la arena. Se ocupan pedazos de tela de
mosquitero, tabla para bruñirlo, guacales, cuchillos, semilla de sapuyulo.
Niña Ángela explica que para alisarlos se ocupa desde antiguamente la semilla de zapote cuando el
Fuente:
Investigación por: Matilde Antonia Ramírez Vda. de Pérez
Fecha: 23-01-2015
Tan importante es el barro para los hombres que según la Biblia, Dios nos creó de barro. La arcilla y el
barro son tierras, que contienen elementos naturales y una composición química que suele ser ideal
para darle plasticidad; al momento de secarse puede mantener esa estructura firme que los alfareros
creativos le dieron para convertirla en una verdadera obra de arte popular.
Los prehispánicos trabajaron la tierra y arcilla con las manos para elaborar piezas utilitarias para la
vida cotidiana como vasijas y jarros, hasta llegar a las piezas ornamentales y otras que representaban
a los dioses de las diferentes culturas.
Algunas culturas destacaron en la manipulación del barro negro y el blanco. Las piezas arqueológicas
sobre la cosmovisión de las diversas culturas prehehispánicas, así como la maestría que alcanzaron
en el arte de la alfarería que se han encontrado en muchos lugares de Mesoámerica permiten inferir
la maestría que alcanzaron en el arte de la alfarería.
Existen un poco más de un millón y medio de personas que hablan algún dialecto o variante náhuat,
náhuatl o náhual (es necesario clarificar que la palabra dialecto se refiere a una variante de una
macrofamilia lingüística). Por lo tanto, es extremadamente difícil delimitar fronteras entre ellos
de forma geográfica ya que es posible que exista un continuum dialectal o que un dialecto muy
diferente se encuentre en medio de otros más cercanos entre ellos. Sin embargo, se ha propuesto
una división regional e histórica de estos dialectos: los náhuas o dialectos orientales y occidentales.
Esta clasificación fue propuesta por las lingüistas Una Canger y Karen Dakin en 1985.
Ellas se dieron cuenta que existen características comunes entre dialectos cercanos de acuerdo con
su pronunciación (fonología), estrategia gramatical para negar, y armonización de vocales en ciertos
patrones, siendo esta última una propuesta más reciente.
Por ejemplo, los nahuas del oriente tienden a pronunciar /i/ en ciertas palabras básicas de la lengua,
mientras que los del occidente pronuncian /e/. Pueden existir traslapes en esta característica, pero la
tendencia es que los orientales pronuncien con /i/.
Es importante mencionar que se ha propuesto que el sonido inicial para los nahuas orientales fue /
tl/ y luego evolucionó a /t/, probablemente debido al contacto con lenguas mixe-zoque y maya las
cuales no tenían el sonido /tl/.
Existe otro grupo de palabras que comienzan con /e/ en náhua oriental y con /ye/ en la región
occidental.
La estrategia de negación es un rasgo muy distintivo entre ambas clasificaciones: mientras que los
nahuas del occidente comparten variaciones de amo (ahmo, a’mo, anmo, ah, etc.) los nahuas del
oriente innovaron en su forma de negar: amo, aya’, ayak, agá, nite, até, ah, ax y te, tesu, inté. Gracias
a este tipo de innovaciones lingüísticas, se puede rastrear los hermanos de la lengua náhuat pipil:
aparte del pipil que usa te, tesu, inte existió el dialecto de Jalupa, Tabasco que usaba te para negación,
y el dialecto de Pajapan, Veracruz que usa nite probablemente cognado con inté.
Otra característica que divide a los orientales y occidentales es la forma de hacer plural en los
pronombres. Mientras que las variantes de occidente usan el sufijo plural -tin, los de oriente usan
-meh (-met). Se puede ver en los pronombres de náhuat pipil: tejemet, anmejemet, y yejemet.
Existe un fenómeno fonológico donde la vocal /e/ llega a ser /a/, probablemente a causa de una
armonización con la vocal cercana, es decir, que la /e/ llega a ser /a/ porque hay otra /a/ en la misma
palabra. Esto es común en las lenguas.
Se propone que este fenómeno empezaba a suceder aún antes de que se separaran las dos grandes
familias náhuas oriental y occidental. En general los náhuas orientales tienden a tener /a/ en sus
palabras, y los occidentales /e/, aunque tal fenónemo no aplique a todas las palabras.
Para el náhuat pipil tenemos que aplican todas excepto wahka y nalwa, aunque se encuentra eheka
en forma de sustantivo ejekat y ahaka- en formas incorporadas como ajkania, dar viento, soplar;
ajkamalachua, bostezar; ajkapatani, volar con el viento; ajatik, liviano; ajkayawit, lluvia con viento.
Por último, existen innovaciones en vocabulario y gramática. Estos son rasgos que se prefieren en los
diferentes dialectos que pertenecen a cada clasificación.
A continuación, se muestra
una interpretación de Magnus
Hansen, un lingüista y
antropólogo danés sobre la
historia de las migraciones
que trajeron a los náhuas
a sus lugares actuales
desde su hogar ancestral.
Esta interpretación se basa
en evidencia lingüística,
etnohistórica y arqueológica.
2. De acuerdo da Christensen y Beekman 2003, el hogar pudo haber sido el Bajío, Aguascalientes o
Querétaro. Se cuenta con documentación arqueológica de un desplazamiento de esta región al
centro de México cerca de los 500 a. C.
La última hipótesis tendría más peso ya que se han encontrado más aspectos en común entre el
nahua y la lengua cora (nayeeri) y huichol (wixárica), lo cual sugiere un contacto más occidental, es
decir, en la región del Bajío donde se encuentran estas lenguas en el presente.
Mapa propuesto por Magnus Pharao Hansen sobre la ubicación de los asentamientos nahuas durante
el periodo clásico tardío.
Mapa propuesto por Magnus Pharao Hansen, sobre los desplazamientos nahuas durante el epiclásico.
Los nahuas occidentales se dividieron del grupo central, yendo hacia el estado de México y
regresando por la costa pacífica por Michoacán, Colima, Jalisco, Nayarit y Durango.
Mapa propuesto por Magnus Pharao Hansen, sobre los desplazamientos de los nahuas hacia el istmo mexicano.
Mapa propuesto por Magnus Pharao Hansen, sobre los desplazamientos de los diferentes dialectos nahuas.
Conclusiones
La narrativa nos lleva a la distribución actual de periferias occidentales y orientales delimitadas, y una
gran área central de difusión marcada por una mezcla y una koineización de dialectos (koineización
es cuando dos variantes inteligibles convergen para formar un dialecto autónomo).
Sin embargo, esta interpretación difiere con otras interpretaciones en que se identifica a Tula como
centro del esparcimiento de los nahuas occidentales y a Cholula como centro del esparcimiento de
nahuas orientales.
Fuente:
• Hansen, M. P. (26 de marzo de 2015). Eastern and Western Nahuatl Dialects. Nahuatl Studies. Recuperado de http://nahuatlstudies.
blogspot.com/2015/03/eastern-and-western-nahuatl-dialects.html
• Hansen, M. P. (14 de abril de 2015). Tongues of Aztlan: The Nahua migrations and dialectology. Recuperado de http://nahuatlstudies.
blogspot.com/2015/04/tongues-of-aztlan-nahua-migrations-and.htm