Teoría Del Estado
Teoría Del Estado
Teoría Del Estado
Como todo fenómeno de la cultura, cada organización política es una individualidad en un espacio
y tiempo determinado. Su estudio solo puede hacerse a través de semejanzas y diferencias.
Toda organización política tiene una estructura constituida por elementos esenciales y no
esenciales o secundarios y una forma, como configuración de las relaciones que se dan en el
interior de la estructura.
La forma política de la configuración lógica que resulta de las relaciones entre los elementos de
una estructura política. Como exterioridad o contorno de una realidad política, la comprende en su
unidad sustancial, proporcionándole sentido y regularidad.
Dirección: como resultado de la relación efectiva entre gobernantes y gobernados, los modos de
representación, elección y actividad política.
A través de las instituciones: que sirven como medios técnicos aptos para materializar las
tendencias en normas jurídicas, realizando políticamente el contenido ideológico del grupo
dominante.
Cada organización política tiene su estructura y cada estructura una significación diferenciada. El
tránsito de una estructura a otra se opera por la mutación de las relaciones entre los elementos
esenciales y no por simple acumulación de los elementos secundarios.
En los tiempos de Homero, la organización política de Grecia comprendía una serie comunidades
gentilicias, con poder de tipo patriarcal, depositados en manos de un jefe con el título de REY,
asistido por un CONSEJO DE LOS QUINIENTOS Y CLANES DE LA TRIBU que conformaban una
ASAMBLEA O ECCLESIA.
Estos tres órganos: Jefe Patriarcal, Consejo y Asamblea actuaban con funciones legislativas y
jurisdiccionales.
El Jefe Patriarcal era un CARGO HEREDITARIO, carecía de prerrogativas supremas y revestía el
carácter de primero entre iguales, con relación a los miembros del Consejo. Ejercía funciones
políticas, como consecuencia de su función religiosa. No solo era el Jefe en la guerra, sino también
el SUMO SACERDOTE, encargado de los sacrificios y ceremonias de culto.
La unidad política era el DEMOS, formada por una asociación de familias y que mantenía
relaciones confederales con el resto de los demos como consecuencia de los lazos tribales.
Esta ciudad antigua no es polis, sino la morada del rey, de su familia y servidores y en donde se
encontraba el templo y el mercado. La vida de la población se realizaba en las aldeas y no en la
ciudad, que es el lugar de reunión para las actividades del culto, la reunión del Consejo y de la
Asamblea.
El desarrollo de los clanes y luego de las tribus siguió la línea marcada por la estirpe, el parentesco,
los lazos de fraternidad doméstica y el culto común. La reunión de tribus originó la “ciudad”
La polis es, ante todo una ciudad con todas las características propias de una comunidad urbana,
el ritmo de su vida, la escala de negocios, el comercio y la competencia por el poder y la riqueza y
un “Estado”, en el sentido de una forma de organización política de una unidad política y religiosa.
Como formación social, está basada en la esclavitud y una profunda separación entre los
ciudadanos y los extranjeros.
Su territorio abarca el de la ciudad y algunas aldeas.
El poder asume características de omnipotencia, no existiendo para el ciudadano vida
privada ni personalidad autónoma ni una esfera de derechos ni un sistema de garantías
frente al gobierno de la polis.
El ciudadano está en cuanto POLITES, en la medida que participa activamente de la vida de
la polis.
La democracia ateniense, tomada como forma de gobierno típica de la polis, además de DIRECTA,
es activa y no defensiva como la democracia liberal. El ciudadano goza de libertad y ésta no tiene
otro sentido que el cumplimiento de los deberes políticos.
La vida en la polis se apoya en la ley y ésta en la reflexión, siendo la asamblea popular titular de la
decisión política, el Pueblo ateniense requería la exposición y discusión de toda cuestión sometida
a su deliberación. La sanción de las leyes se iniciaba con las proposiciones de los TESMOTETES al
Consejo, su admisión y convocatoria en la Asamblea, quien luego de escuchar por dos veces
consecutivas a los oradores, designaba una comisión para el examen de la proposición. Si la
comisión rechazaba el proyecto su sentencia no tenía apelación. Si lo aprobaba volvía a reunirse el
pueblo, que debía votar en esta tercera vez y cuyos sufragios convertían la proposición en ley.
Este mecanismo aseguraba el principio del respeto a las leyes y ponía a cubierto a la asamblea de
la precipitación y la imprudencia. Por otra parte, la vida política era el centro de interés de la vida
ciudadana, casi toda la existencia del ciudadano estaba dedicada a la polis a quien el ciudadano se
debía por entero.
La civitas romana primitiva, como la antigua ciudad griega, estaba basada en la hermandad de
sangre y era una confederación de tribus. Un rey, un Consejo y una Asamblea o COMITIA de todos
los hombres de la curia, componían los órganos de decisión y consentimiento.
Durante la República, el Senado fue prácticamente el órgano supremo. La civitas hacia el siglo II a.
de c rebasó los marcos de la ciudad – estado y se transformó en “ciudad – imperio”. Se convirtió
en núcleo central de un vasto imperio mundial, gobernada por un PRINCIPE, que fue gradualmente
acumulando poderes ilimitados, llegando a ser deificado.
La civitas, la comunidad urbana considerada como unidad política y religiosa, fue propicia al
régimen republicano; el imperio mundial con la ciudad – Imperio, lo fue régimen de los cesares,
que encarnaban al poder ilimitado en los emperadores romanos. Los cambios económicos y la
expansión territorial influyó en la transformación de la estructura de la organización política. La
formación mixta de gobierno, proveniente de la armonía entre Senado, consulado y comicios, se
fue lentamente desintegrando como consecuencia de la lucha civil y las dictaduras militares,
produciéndose a fines del siglo I el transito a la forma imperial.
Un rasgo característico de la organización política romana, fue la existencia de vida privada (esfera
personal reconocida al pater familias), existió una separación definida entre derecho público y
derecho privado, lo que permitió la construcción del estado romano. Si bien la condición de
ciudadano es síntesis de participación activa en la vida política de la civitas, esa esfera personal
(reconocida por el derecho privado) sustrae al individuo de la omnipresencia del Estado. Hubo una
clara conciencia de libertad civil, lo que sin duda era un privilegio solo de los ciudadanos romanos
y no del resto de las clases sociales.
Este periodo es inaugurado por el asentamiento de los pueblos germánicos en la zona de Italia,
España, y la Galia, destacando de entre estos pueblos los francos, cuyos reyes Childerico y su hijo
Clodoveo, quienes después de haber luchado con visigodos, sajones y alamanos, orientaron su
política expansionista hacia el poderío romano.
Clodoveo fue quien consumó la fundación de la monarquía francesa, cuya concepción unitaria no
fue obra de un momento ni fruto de un único acontecimiento, sino consecuencia de luchas y de
otras circunstancias. Durante este periodo el Rey gobernaba compartiendo su poder con una
Asamblea del ejercito franco, según las tradiciones germánicas. Esta asamblea del pueblo tenía
facultades de liberación y colaboración en el gobierno. El rey era inicialmente un jefe al frente de
su pueblo, compuesto por leales partidarios, con quienes compartía un acuerdo personal de
lealtad y fidelidad, protección y participación en los botines de guerra.
En el año 486 Clodoveo derrotó al último gobernador romano, Siagrus, en la batalla de Soissons y
decidió acatar al emperador bizantino, quien le confirió el título de cónsul romano y se convirtió al
cristianismo, el asentamiento territorial, la distribución de las tierras y la organización económica y
social sobre la base de la agricultura y el dominio de la tierra, fueron el punto de partida del
complejo sistemas de jerarquías que caracterizó a la estructura social y política de esta época.
Este sistema de jerarquías tuvo por modelo la organización episcopal de la iglesia cuyos jefes
eclesiásticos se habían convertido en los grandes señores territoriales. El dominio de la tierra
significó el imperium sobre los hombres que la habitan y cuya subsistencia depende ella. El
elemento territorial una magnitud condicionante de los otros elementos de la estructura y se
convierte en el fundamento de la organización política.
La conversión de Clodoveo, y con él la del resto de los francos, la unidad religiosa, como un paso
hacia la unidad política, y el ascenso en calidad de soberano legítimo de la Galía a un nivel político
de posible heredero de Roma. Se inaugura también una relación de ayuda, alianza y patronato
entre la monarquía franca y la iglesia, que habría de culminar con el surgimiento del imperio y del
papado.
Los sucesores de Clodoveo prescindieron de las asambleas del pueblo para gobernar y se
consideraron reyes por derecho divino.
b) Feudalismo:
Carlomagno obtiene la corono imperial de manos del Papa León III, el año 800. Así se clausura la
época de los reinos germánicos y reaparece la figura imperial, y la unificación de casi todo
occidente bajo un gobierno personal. Por falta de coherencia interna de los herederos de
Carlomagno, la unidad no se logra mantener y el imperio se desmembra en pequeños poderes
territoriales o señoríos, que constituyeron las típicas formaciones políticas del periodo feudal.
Atomizado el poder, estos múltiples centros de autoridad vinieron a constituir una POLIARQUIA.
Cada señor gobernaba a los hombres que habitaban su feudo, del que económicamente
dependían, y su autoridad comprendía tanto el poder público como el privado.
Feudalismo puede ser definido como EL BNEFICIO O RECOMPENSA RECIBIDA POR EL VASALLO A
CAMBIO DE LA FIDELIDAD DEBIDA AL SEÑOR. En cuanto a su origen, su fuente debe buscarse en
las instituciones romanas del patronazgo, el colonato y el precarium; en la institución eclesiástica
del beneficium y en la costumbre de los reyes merovingios y carolingios de recompensar a sus
condes y duques cediéndoles tierras como remuneración y beneficio. Gradualmente los nobles y el
clero se fueron convirtiendo en virtuales soberanos independientes sujetos al señorío de monarca
en forma nominal.
Este sistema se generaliza durante los siglos IX y X, consecuencia de una larga historia de luchas,
conquistas e invasiones. Ello obligó a la población a pedir asilo al interior de castillos y fortalezas
de los nobles y grandes propietarios rurales. Los antiguos funcionarios imperiales: duques, condes,
vizcondes y barones usurparon el poder derivado que se les había dado. Y dejaron de obedecer al
emperador o rey, y se erigieron como señores de las tierras cuya administración se les había
confiado.
A ello debe agregarse un elemento psicológico: la tradición germánica del COMITATUS, cuyo
vínculo de unión con el jefe era de fidelidad asistencia reciprocas, basado en la lealtad, la libertad
y el honor. Esa tradición aparece como la fuente del contrato de fe, homenaje e investidura, por la
cual el hombre libre constituyo en vasallo del señor feudal.
El poder real quedó intacto y el rey se convirtió en un señor feudal más, con dominio e imperio
sobre su tierra, pero sin posibilidad de ejercer gobierno alguno al interior de los dominios
señoriales.
c) Estructura estamental:
A partir del siglo Xlll se espera una profunda trasformación de la organización, por el gradual
parcelamiento, arrendamiento y venta de las reservas señoriales, la atenuación de la servidumbre
y la movilidad jurídica de la propiedad. Muchas ciudades nuevas e independientes se organizan a
través de la representación civil, como parte de un vasto movimiento de emancipación comunal.
Esa emancipación está dirigida contra la tutela señorial y constituye una verdadera revolución,
tendiente a obtener por medios pacíficos o violentos la autonomía comunal, política, civil y
económica. El termino de esta revolución concluyo con el triunfo de la ciudad y la constitución de
una nueva clase social: la burguesía, que como estamento, fue admitida en los Parlamentos,
Cortes y Estados Generales, junto a la nobleza y el clero.
Su núcleo originario estuvo constituido por los hombres libres que lograron conservar su tierra al
margen de todo señorío feudal, al que vinieron a agregarse con el resurgimiento de las antiguas
fundaciones y crecimientos de nuevas ciudades, los comerciantes, artesanos e industriales de los
burgos. Fue la clase media poseedora de los medios económicos y formo el tercer estado dentro
de la estructura política estamental.
El poder real se sirvió de las ciudades en su lucha contra la aristocracia feudal y éstas apoyaron sus
pretensiones de convertirse en monarquías nacionales, como medio para lograr la propia
emancipación.
La situación del poder real mejora y va gradualmente fortaleciéndose, este proceso facilita y
acelera la formación de unidades centralizadas de poder.
2D EL ESTADO MODERNO
Durante toda la Edad Media se da como constante el dualismo entre poder temporal y poder
espiritual. Su superación hacia un solo centro de poder dio como resultado una nueva estructura:
la del estado moderno, concebido como una unidad de asociación.
La lucha entre Imperio y papado, que recordemos ascienden juntos y juntos son desplazados por
los poderes nacionales, había desacreditado sus propias formas.
La lucha interna entre el rey y las aristocracias señoriales por la influencia en las ciudades,
concluye con el triunfo de la monarquía, gracias al apoyo de la burguesía; alcanzando el carácter
de absolutista con el advenimiento del estado nacional.
Esta forma de organización política es un vasto proceso que tiene su propia fisonomía en cada
Estado en particular.
Jellinek, al referirse al proceso de formación de los nuevos estados, señala que la lucha entre el
estado y la iglesia, por obra de la reforma, y no solo en los países protestantes, se decide a favor
del Estado, perdiendo para siempre el Papado la importancia secular de que disfrutó en la Edad
Media.
Un territorio unificado, un solo ejercito, una única burocracia, un centro único de poder encargado
de legislar y aplicar la legislación, sustituyen la diferenciación jerarquizada de vasallos, por una
sociedad jurídicamente nivelada de súbditos o ciudadanos, que tienen, en principio, igual
capacidad jurídica.
De este modo, el estado moderno, como forma de organización política, se caracteriza por su
unidad, presentando su estructura un territorio, una comunidad organizada, un poder en quien se
hace radicar la soberanía y un orden jurídico.
Para Heller, la evolución que condujo al Estado moderno “consistió en que los medios leales a la
autoridad y la administración, que eran posesión privada, se convierten propiedad publica y en
que el poder de mando que se venía ejerciendo como un derecho del sujeto se expropia en
beneficio absoluto primero y luego del Estado”
A lo largo de su desarrollo histórico, el Estado moderno ha dado origen en los siglos XVI y XVII al
ESTADO MONARQUICO ABSOLUTISTA; en los siglos XVIII y XIX y los primeros años del siglo XX al
ESTADO LIBERAL; En la tercera década del siglo XX al ESTADO TOTALITARIO, y finalmente al Estado
actual ESTADO DEMOCRATICO SOCIAL.
De este modo, el Estado monárquico absolutista es la primera figura del estado moderno. Por otra
parte, la concentración de poderes militares, burocráticos, económicos y políticos en un único
centro de decisiones políticas y jurídicas es obra de la monarquía absoluta. De ella también
proviene el establecimiento de la noción de soberanía, como cualidad del Poder, y su dominio
plenamente secularizado, como mecanismo del mando no subordinado a ningún otro poder
exterior o interior.