Paradoxa 14
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P A R A 14 D O X A
PARADOXA
[FILOSOFÍA EN LA FRONTERA]
CONSEJO DE REDACCIÓN
SECRETARIA
CORRESPONDENCIA Y COLABORACIONES
DISEÑO
Luis Costillo
DEPÓSITO LEGAL
CC-028-1997
ISSN
84-95239-88-4
COLABORA
DIPUTACIÓN DE CÁCERES
POR QUÉ
PARADOXA
[FILOSOFÍA EN LA FRONTERA]
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
Juan Verde Asorey
Página 43
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9 g \∼ ( : "
RESUMENES IV JORNADA
Lourdes Cardenal
Página 241
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO.
EL RELATO DE LA FELICIDAD.
Isidoro Reguera
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
(1) conocimiento
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ISIDORO REGUERA
(2) sensibilidad
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
(3) tensión
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
(4) modernidad
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
(conclusión)
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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ISIDORO REGUERA
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CONOCIMIENTO Y HEDONISMO. EL RELATO DE LA FELICIDAD
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
La lógica de la Ética
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JUAN VERDE ASOREY
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
La felicidad real
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
La felicidad contada
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
íntima entre los seres humanos y ese elemento tan frío, tan lejano
y tan poco acariciable como parece ser la piedra, pero es lo
que más a mano tenía. Esta relación refleja cosas tan dispares
como la construcción de suntuosos edificios, la fabricación de
precisos instrumentos cortantes o el pulido de las joyas más
deslumbrantes. Las piedras han servido para atacar a los
enemigos, para tender puentes, para protegerse del frío o de
los peligros, para ocultar emboscadas, para cimentar calzadas,
para nombrar el calcañar y el calzado, para simbolizar resistencia
y solidez, o también frialdad y cerrazón, para adornar, etc. Hasta
la Iglesia Cristiana quiso que fuera Pedro (pétreo) el primer
responsable de su andadura.
Como curiosidad, podemos echar un vistazo a un amplio
conjunto de terminología rocosa. De las palabras latinas petra,
lapis, silex, saxum, calculus (diminutivo de calx-cis) derivan las
españolas calcañar, ficha, tanto, cuenta, pieza de juego, voto,
piedrilla, cálculo, calzar (proteger contra las piedras), calcar
(calco: pisar, dejar huella), Calcedonia, Calcidia, Calígula
(‘Botines’), etc. Y del griego ‘lÿzos’, proviene litografía o litiasis.
A lo largo de la historia, no sólo fueron las piedras muy
útiles a David contra Goliat, o a D. Pelayo contra los moros, o
como obstáculos a los fabricantes de catapultas para superar
los recintos amurallados. También sirvieron para frenar las
corrientes de los ríos y arroyos y embalsar sus aguas, o para
colocarlas de puntos de apoyo y poder cruzarlos saltando de
una en otra. Pero, para esto, hace falta pensar (sopesar). Primero
saber qué se quiere, luego ‘ver’ la profundidad relativa, después
colocarlas a la distancia adecuada (tamaño pasos transeúnte,
agilidad, etc.), a continuación pensar en el tamaño (fuerza
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JUAN VERDE ASOREY
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
La fórmula de la felicidad
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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La felicidad contada
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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Conclusión
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EL CÁLCULO DE LA FELICIDAD
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DOSVISIONESPESIMISTASDELAFELICIDAD:
BALTASAR GRACIÁN Y ARTHUR
SCHOPENHAUER
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DOS VISIONES PESIMISTAS DE LA FELICIDAD: BALTASAR GRACIÁN Y ARTHUR SCHOPENHAUER
Gracián
Baltasar Gracián, aragonés nacido en Belmonte (Calatayud)
en 1601, inaugurando el barroco siglo de Descartes y Spinoza,
de Velázquez, Cervantes y Quevedo, descendía de una familia
acomodada: su padre era médico. Su primera educación la
recibió en Toledo, donde trabó contacto con el latín y las
humanidades. A los dieciocho años se Trasladó a Tarragona e
ingresó en la Compañía de Jesús. Cursó estudios de filosofía,
artes y teología. Tras impartir clases de moral, teología y filosofía
en diversos colegios de la Orden, en Lérida y Gandía, en 1636
lo destinan a Huesca como predicador y confesor. Este traslado
sería crucial en su vida.
El colegio de los Jesuitas de Huesca estaba situado enfrente
del palacio de Don Vincencio Juan de Lastanosa, un noble y
rico mecenas de la época; gran erudito, coleccionista de armas,
monedas y objetos raros que le llegaban de los más remotos
lugares del mundo, mantenía su casa como un museo de
curiosidades; y además poseía una biblioteca que alcanzaba
los 7.000 volúmenes. Su palacio —adornado con unos
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LUIS FERNANDO MORENO CLAROS
1
Citamos El criticón (C) según la edición de Santos Alonso, Cátedra, Madrid,
Véase 2ª parte, Crisi IV, pág. 356.
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DOS VISIONES PESIMISTAS DE LA FELICIDAD: BALTASAR GRACIÁN Y ARTHUR SCHOPENHAUER
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LUIS FERNANDO MORENO CLAROS
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DOS VISIONES PESIMISTAS DE LA FELICIDAD: BALTASAR GRACIÁN Y ARTHUR SCHOPENHAUER
El pesimismo de Gracián
Gracián, el gran «conceptista» de las letras españolas, de
estilo lacónico y sentencioso, paradójico y oscuro a sabiendas,
fue un soberano pesimista; acaso no tanto como su
contemporáneo y más cínico Francisco de Quevedo, que
descreía del Cielo y de la religión católica, aunque el jesuita le
iba a la zaga en el negro concepto que tuvo del ser humano y
de la sociedad. La nula confianza de Gracián en la bondad del
hombre fue la razón más evidente de su pesimismo, que no es
de corte metafísico sino terrenal, realista y práctico, al centrarse
en los sinsabores y sufrimientos provocados por la vida en
sociedad: son los hombres los mayores quebrantadores de las
ilusiones de sus congéneres y los que hacen de la vida un mal,
de modo que podríamos denominar a esta manera de pensar
«pesimismo antropológico».
El jesuita, como creyente católico a la antigua usanza,
sostenía que la felicidad sólo cabe obtenerla tras la muerte, en
el Cielo; para la vida terrenal quedan los padeceres y pesares.
Redundando en la idea cristiana del mundo como «valle de
lágrimas», sostenía que la vida humana es «un despeñadero» y
que en el mundo nos encontramos «una monstruosidad tras
otra»3. Aseguraba, como Heráclito, que este mundo es continua
3
C II, VII, pág. 152.
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DOS VISIONES PESIMISTAS DE LA FELICIDAD: BALTASAR GRACIÁN Y ARTHUR SCHOPENHAUER
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4
C I, IV, pág. 100.
5
C I, IV, pág. 103.
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DOS VISIONES PESIMISTAS DE LA FELICIDAD: BALTASAR GRACIÁN Y ARTHUR SCHOPENHAUER
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DOS VISIONES PESIMISTAS DE LA FELICIDAD: BALTASAR GRACIÁN Y ARTHUR SCHOPENHAUER
Schopenhauer
El filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) pudo
ser en cierto sentido una especie de lejano y decimonónico
alter ego del gracianesco Critilo, cuando menos, por la
8
Véase: J. L. Aranguren: “La moral de Gracián”, en: Revista de la Universidad
de Madrid, número monográfico dedicado a “Baltasar Gracián en su tercer
centenario 1658-1958”, nº 27, Madrid, 1958, pág. 350.
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11
Arthur Schopenhauer, Handschriftliche Nachlass (HN) [El legado manuscrito],
ed. de Arthur Hübscher en 6 tomos, Dtv, Munich, 1985, t. 4, pág. 96.
12
G, pág. 22.
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Coda
Gracián y Schopenhauer fueron dos mentes eminentemente
racionales, de inteligencia fría y parca, poco afectuosos en lo
personal. La sensación de sentirse intelectualmente superiores
les condujo a despreciar a sus congéneres, a los que supieron
amonestar y caricaturizar, como conspicuos moralistas. Es
siempre más sencillo ver lo defectuoso que lo bien hecho. Es
un placer leer a ambos autores, un goce racional antes que
emocional: la gracia de los juegos de palabras de Gracián y la
soberana gravedad de Schopenhauer son escasas en la historia
del pensamiento y sus razonamientos que descreen de la felicidad
son útiles para relativizar esa felicidad que, en el fondo no es
tan rara como se piensa.
Concluyo sosteniendo que las visiones pesimistas de la
realidad me parecen mancas y sesgadas, puesto que se centran
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DOS VISIONES PESIMISTAS DE LA FELICIDAD: BALTASAR GRACIÁN Y ARTHUR SCHOPENHAUER
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DE BEATITUDINE NON EST DISPUTANDUM.
LAS PARADOJAS DE LA FELICIDAD
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CÉSAR TEJEDOR DE LA IGLESIA
1. Conocimiento y felicidad
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3
Algunas de estos títulos son, por ejemplo, los siguientes: C.L. Stevenson, Ética
y lenguaje (1944); R.W. Hare, El lenguaje de la moral (1952); C. Wellman, El
lenguaje de la ética (1961); J. Hierro, Problemas del análisis del lenguaje moral (1971).
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2. Ética y felicidad
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4
Aristóteles, Ética a Nicómaco (a partir de ahora E.N.), Madrid, Gredos: 2000
(1095a). Es curioso notar cómo es esta idea la que abre y cierra el tratado. En el
libro X, tras refutar la opinión común según la cuál el placer es el contenido
principal de la felicidad, vuelve a identificar la felicidad con la vida virtuosa,
consistente en el desarrollo de la actividad más propia del hombre: «La
actividad más preferible para cada hombre será, entonces, la que está de
acuerdo con su propio modo de ser, y para el hombre bueno será la actividad de
acuerdo con la virtud» (1176b).
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5
Aristóteles, E. N. (1095b).
6
Aristóteles, E. N. (1098a).
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que solo puede ser feliz el que, por medio de su voluntad, sabe
alejarse del canto de sirenas de las inclinaciones y alcanza
definitivamente a Dios. Así de elocuente lo expresa en una frase
que puede parecer muy actual: «Ni puede ser dichoso quien no
tiene lo que quiere, ni tampoco el que tiene cuanto apetece»10.
Así pues, san Agustín, asumiendo el neoplatonismo de Plotino,
se separa del estagirita al considerar que la virtud que nos llevará
a la vida feliz exige ante todo desvincularse del mundo de los
apetitos en el cual se desarrolla nuestra vida mundana: «La
felicidad no la conocemos ni experimentamos mediante los
sentidos corporales»11.
¿Quién puede ser verdaderamente feliz? Aquel que es capaz
de «procurarse los bienes que permanecen siempre y no pueden
ser arrebatados por ninguna fortuna adversa», es decir, Dios.
Solo quien posee a Dios, única verdad, es feliz12. Así lo reitera
de múltiples formas en las Confesiones:
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14
San Agustín, Cartas (185). Para un análisis comentado de estas líneas de san
Agustín, véase nuestro libro C. Tejedor de la Iglesia y H. Peña-Ruiz, Antología
laica. 66 textos comentados para comprender el laicismo, Salamanca:
Universidad de Salamanca, 2009 [texto XII].
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18
I. Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Madrid, Espasa-
Calpe: 1973, p. 31.
19
Hegel cita unos versos muy irónicos de Schiller al respecto de esta separación
kantiana entre virtud y felicidad:
Escrúpulo de conciencia:
Gustoso sirvo al amigo, pero desgraciadamente lo hago con inclinación, y
así me aflige a menudo el que no soy virtuoso.
Decisión:
No hay más remedio, tienes que procurar despreciarlos
Y actuar entonces con aversión como te ordena el deber.
Jacinto Rivera de Rosales se hace cargo de la confrontación del planteamiento
ético kantiano y hegeliano en este punto, en su artículo «La moralidad. Hegel
versus Kant (I)», en Mariano Álvarez y M a Carmen Paredes (Eds.), La
controversia de Hegel con Kant, Actas del II Congreso Internacional de la
Sociedad Española de Estudios sobre Hegel, Universidad de Salamanca: 2004,
pp. 161-178.
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20
I. Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Madrid, Espasa-
Calpe: 1973, p. 68.
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21
Ibid., p. 104.
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25
Para contrastar esta tesis, véase también el siguiente extracto de la Crítica de
la razón práctica, donde aparece la felicidad como un postulado necesario de la
moralidad, sin el cual parece que se agotaría la posibilidad misma de la moral,
en la medida en que nadie se esforzaría en obrar bien -dado lo costoso que
resulta oponerse a las propias inclinaciones naturales- si no se le garantizara
con ello el disfrute de la felicidad: «En la ley moral no hay el menor fundamento
para una conexión necesaria entre la moralidad y la felicidad, a ella
proporcionada, de un ser perteneciente, como parte, al mundo y dependiente,
por tanto, de él; este ser, precisamente por eso, no puede ser por su voluntad
causa de esta naturaleza, y no puede en lo que concierne a su felicidad, hacerla
por sus propias fuerzas coincidir completamente con sus propios
principios prácticos. Sin embargo, en el problema práctico de la razón pura, es
decir, en el trabajo necesario enderezado hacia el supremo bien, se postula esa
conexión necesaria: debemos tratar de fomentar el supremo bien (que, por tanto,
tiene que ser posible). Por consiguiente, se postula también la existencia de
una causa de la naturaleza toda, distinta de la naturaleza y que encierra el
fundamento de tal conexión, esto es, de la exacta concordancia entre la felicidad
y la moralidad» (las cursivas son mías, p.175).
26
I. Kant, Crítica de la razón práctica, Espasa-Calpe, Madrid: 1975, p. 161.
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27
E. Bonete, Éticas en esbozo. De política, felicidad y muerte, Bilbao, Desclée de
Brouwer: 2003, p. 137 ss.
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28
I. Kant, Crítica de la razón práctica, p. 196.
29
I. Kant, Crítica de la razón pura (A 814, B 842).
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33
Ibid., p. 502.
34
Ibid., p. 464.
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37
J. A. Pérez Tapias, Del bienestar a la justicia. Aportaciones para una ciudadanía
intercultural, Madrid, Trotta: 2007, pp. 52 ss.
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3. Política y felicidad
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39
Para un análisis sociológico a fondo de la llamada «sociedad de
hiperconsumo» véase sobre todo la primera parte del libro de G. Lipovetsky, La
felicidad paradójica, Barcelona, Anagrama: 2007.
P A R A 159 D O X A
DE BEATITUDINE NON EST DISPUTANDUM. LAS PARADOJAS DE LA FELICIDAD
que han dado origen a su actual crisis, para analizar después las
posibles salidas que se presentan.
Si bien los inicios de esta forma de Estado que llamamos
Estado del bienestar no se remonta más allá de un siglo, su
crisis actual no se puede entender sin tener en cuenta la historia
del Estado-nación moderno, que nació en Europa hace
aproximadamente cuatro siglos, resultado de la desaparición
paulatina de las reglas de sucesión feudal y la estabilización de
las fronteras. La larga guerra entre Francia e Inglaterra, que
duró hasta mediados del siglo XV, terminó por consolidar la
idea de que ambas eran dos entidades distintas,
irreductiblemente extranjeras entre sí, lo que suscitó de forma
paralela un sentimiento de pertenencia a la nación cada vez
más fuerte entre la población, anteriormente dispersa en reinos
feudales excesivamente fragmentados. Podríamos decir que es
entonces cuando surge en Europa la lealtad ciudadana a la patria
(«Todo por la patria»). Las naciones empiezan a concebirse
como comunidades históricas distintas por su origen, su destino,
su territorio bien delimitado por fronteras, y su lengua. El
absolutismo, sobre la base de la filosofía política de Hobbes,
caracterizará el nacimiento del Estado moderno. Hasta finales
del s. XVIII, el monarca absoluto personifica la unidad del cuerpo
político («la nación no constituye un cuerpo propio en Francia;
ella reside por completo en la persona del rey», decía Luis XIV).
Será a partir de la Revolución francesa cuando el Estado
absoluto deje poco a poco su lugar al reconocimiento progresivo
de un ámbito cada vez mayor donde los ciudadanos puedan
ejercer sus libertades individuales. El liberalismo de Locke y la
defensa de un orden democrático de Rousseau disuelven
definitivamente el Antiguo Régimen, abriendo paso al Estado
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40
En los meses previos a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 pasó algo que
ejemplifica muy bien este descrédito que se cierne sobre el comunismo desde
hace ya tiempo: uno de los actos previos a la celebración de los Juegos es el
recorrido por todo el mundo de la antorcha olímpica. Poco tiempo antes de que
la antorcha comenzara en Olimpia (Grecia) su recorrido, el ejército chino había
reprimido mediante la fuerza la manifestación religiosa y política de los
ciudadanos del Tibet, tradicionalmente regidas por un sentimiento de libertad
que no era muy compatible con el control autoritario del gobierno comunista
chino. Las imágenes de aquella represión violenta provocaron la reacción de
los ciudadanos de todos los países democráticos por los que transcurrió el
recorrido de la antorcha, que sufrió diversos intentos de asalto en señal de
protesta. Podrían entenderse estos actos como una muestra más de la debilidad
del régimen comunista, cuyo mayor pecado fue derivar en un sistema más
cercano al absolutismo autoritario del siglo XVI y XVII que a las democracias
cuyas semillas ya habían sido plantadas por el liberalismo político.
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CÉSAR TEJEDOR DE LA IGLESIA
41
Un análisis sencillo y clarificador de la economía del bienestar se puede
encontrar en S. Brue y R. Grant, Historia del pensamiento económico (Cap. XX:
Economía del bienestar), México, Cengage Learning: 2009.
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CÉSAR TEJEDOR DE LA IGLESIA
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45
N. Luhmann, Teoría política en el Estado del bienestar, Madrid, Alianza: 1993,
p. 56.
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46
A. Cortina, Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía, Madrid,
Alianza: 2005, p. 81.
47
A. de Francisco, Ciudadanía y democracia. Un enfoque republicano, Madrid,
Catarata: 2007, p. 62.
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CÉSAR TEJEDOR DE LA IGLESIA
48
J. Habermas, «Justicia y solidaridad», en K.-O. Apel y otros, Ética comunicativa
y democracia, Barcelona, Crítica: 1991, p. 198.
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49
J. A. Pérez Tapias, Del bienestar a la justicia. Aportaciones para una ciudadanía
intercultural, Madrid, Trotta: 2007, p. 126.
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50
A. Cortina, Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía, Madrid,
Alianza: 2005, p. 82.
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4. Conclusión
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Me permito recomendar al lector el elocuente y muy sugerente libro de Henri
Peña-Ruiz, Filosofía de la felicidad (Laberinto, Madrid: 2009), que recoge las
lecciones que nos han regalado los grandes filósofos de todos los tiempos. Como
dice con mucha sabiduría el autor, se trata simplemente de «pensar mejor
para vivir mejor».
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FELICIDAD Y CURA DE ADELGAZAMIENTO
Antonio Durán
El problema de Diógenes.
Os parecerá una tontería, pero aquello de Diógenes con su
farol buscando un hombre en las plazas de Atenas, que luego
Nietzsche transformaría en búsqueda del dios muerto, tiene más
enjundia de lo que parece.
Pensad que Diógenes se ha desprendido de todo: sólo le
quedaba un cuenco para beber de la fuente y al ver a una niña
bebiendo con el cuenco de las manos lo tiró viendo que ni
siquiera eso necesitaba; no le importaba andar descalzo, con
los pies llenos de barro, por las alfombras del palacio de Platón,
así pisaba su orgullo; y prefería tener que comer lentejas antes
que tener que adular a los príncipes; así que cuando Alejandro
Magno le pregunta qué puede hacer por él: Apartarte a un lado,
le dijo, que me estás quitando el sol.
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FELICIDAD Y CURA DE ADELGAZAMIENTO
La ciencia.
A primera vista estos problemas no son más que comedura
de coco, elucubraciones mentales.
Sabemos perfectamente que estamos hechos de la misma
sustancia que la tierra, el agua y el aire, y lo más que podemos
presumir es de ser la fórmula más evolucionada de la
complejidad química; sabemos incluso nuestra organización
genética y el comportamiento de los genes y sus leyes de
supervivencia que explican perfectamente todas nuestras
apetencias y nuestras fobias1.
Conocemos la neurona, los neurotransmisores que la
atraviesan están bien identificados, endorfina, dopamina,
noradrenalina, acetilcolina...; los centros donde se procesa la
información por medio de mapas neuronales se sabe que es lo
que nos permiten una anticipación de la respuesta más ajustada
para el éxito.
1
DAWKINS, R. El gen egoísta. Salvat 2002.
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ANTONIO DURÁN
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FELICIDAD Y CURA DE ADELGAZAMIENTO
Un símil y un diagnóstico.
Hay un mito del Atarva Veda (2º Veda) que dice más o
menos así:
3
Hiperión. Ed. Hiperión, Madrid 2002. Pág. 26.
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4
Cf. ANANDA COOMARASWAMY, El Vedanta y la tradición occidental.
Siruela. Págs. 82-85
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También habla de
8
Nuestra capacidad de lenguaje postula un «órgano cerebral innato que conecta
áreas de los sonidos y de la representación», NOAM SCHOMSKY. País,
16,11,2002.
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FELICIDAD Y CURA DE ADELGAZAMIENTO
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ANTONIO DURÁN
En cambio para el que busca otra cosa tal vez le diga algo
ese punto en que tanto abunda el mundo oriental, que, bien
visto, formaba parte ya de nuestra cultura. El camino que se
nos propone es el del desapego y la contemplación, ese soltar
la presa de que hablan los budistas y en especial Samkara.
Es famoso el dicho Las cosas que tienes te tienen a ti. Es el
misterioso palíndromo latino, legible en cualquier dirección y
con distintos sentidos: Sator opera tenet opera sator: el autor
tiene la obra y la obra tiene al autor.
SAT O R
AREPO
TENET
OPERA
R OTAS
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FELICIDAD Y CURA DE ADELGAZAMIENTO
NUESTRA ESPIRACIÓN
es la del universo todo.
NUESTRA INSPIRACIÓN
es la del universo todo.
11
La esencia del Vedanta. Kairós. Pág. 27.
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12
Upanisad (Sankara, Consuelo Martín). Ed. Trotta. Págs. 19-21.
13
Cuando los sentidos están controlados se da la unión (Yoga). Pero hay que
vigilar pues este estado viene y va. Upanisad. Pág. 107
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FELICIDAD Y CURA DE ADELGAZAMIENTO
La realidad y el deseo.
Ya hemos visto que a la hora de acercarnos a la realidad
depende mucho de las herramientas con que la analicemos. No
hay observador imparcial que no modifique las condiciones de
lo que observa como sabe muy bien Schrödinger14. Para el
físico todo, incluso el hombre, se reduce a campos de energía
en procesos irreversibles de adaptación y autoorganización; para
el biólogo el mundo vivo es un campo de batalla de genes en
pugna por su supervivencia; para el hombre público el mundo
14
Mente y materia. Págs. 55 y ss.
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ANTONIO DURÁN
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FELICIDAD Y CURA DE ADELGAZAMIENTO
por todos. Hay muchos que prefieren que les manden, que otros
decidan por ellos, antes que decidir por sí mismos. Es menos
complicado.
Admitamos que liberarse es vivir haciendo lo que uno
realmente quiere. Y hay que admitir también que lo que uno
quiere está siempre en relación con la representación que se
hace de sí mismo y del mundo.
Pero todas estas cosas no tienen nada de simple.
Empezando por que los deseos pueden ser muy numerosos,
contradictorios o excluyentes, más fuertes o más debiluchos.
Tu querer es siempre una elección entre todo ese marasmo de
pulsiones y deseos. Y eliges conforme a la fuerza con que se
presente ese deseo y ajustándote a la idea de ti mismo que te
has trazado utilizando tu bagaje mental. Son en definitiva dos
factores los que nos determinan: La fuerza o intensidad con
que se presenta el deseo y el tipo de conocimiento de nosotros
y del entorno que barajamos.
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16
El mundo como voluntad y representación. Ed. Porrúa. 1987. C. XXXVIII,
pág. 160.
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FELICIDAD Y CURA DE ADELGAZAMIENTO
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ANTONIO DURÁN
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LA EXTRAÑA FORTUNA DE SER FELIZ
Tal vez no exista entre los seres humanos interés común más
antiguo y a la vez más actual que el de procurarnos una vida
dichosa. «Todos los hombres buscan la manera de ser felices»,
escribió Pascal hace ya más de trescientos años. Mucho antes
que él Aristóteles nos enseñó que la felicidad es el bien supremo,
la meta que por naturaleza deseamos alcanzar. Pero, ¿qué tipo
de existencia nos permitiría ser felices? ¿La que da rienda suelta
a nuestros impulsos y necesidades básicas, a nuestros deseos y
emociones más profundas, la que nos capacita para el ejercicio
de alguna destreza concreta, quizá la que cultiva algún tipo de
espiritualidad que nos acerque a la sabiduría suprema?
Apresuradamente diría que existen tantas maneras de ser felices
como individuos hay en este mundo. Son muchos los caminos
para descubrirla, pero casi todos estaremos de acuerdo en que
la felicidad es un placer al que nadie quiere renunciar de antemano.
Otra cosa es determinar qué tipo de felicidad persigue cada uno.
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LA EXTRAÑA FORTUNA DE SER FELIZ
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MIGUEL A. RODRÍGUEZ LÓPEZ
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LA EXTRAÑA FORTUNA DE SER FELIZ
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LA EXTRAÑA FORTUNA DE SER FELIZ
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LA EXTRAÑA FORTUNA DE SER FELIZ
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9 g ∼\ ( : "
RESUMENES IV JORNADA
Lourdes Cardenal
P A R A 241 D O X A
RESUMEN IV JORNADAS
P A R A 242 D O X A
LOURDES CARDENAL
P A R A 243 D O X A
RESUMEN IV JORNADAS
P A R A 244 D O X A
LOURDES CARDENAL
P A R A 245 D O X A
RESUMEN IV JORNADAS
P A R A 246 D O X A
LOURDES CARDENAL
P A R A 247 D O X A
RESUMEN IV JORNADAS
P A R A 248 D O X A
LOURDES CARDENAL
P A R A 249 D O X A
RESUMEN IV JORNADAS
P A R A 250 D O X A
LOURDES CARDENAL
P A R A 251 D O X A
RESUMEN IV JORNADAS
P A R A 252 D O X A
LOURDES CARDENAL
P A R A 253 D O X A
RESUMEN IV JORNADAS
P A R A 254 D O X A
LOURDES CARDENAL
P A R A 255 D O X A
RESUMEN IV JORNADAS
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LAS SIETE VIDAS DEL GATO
No había nada
No había nada,
nada
sólo silencio, el suspiro
del primer instante
cuando el creador de seres
terminó de mezclar el barro
y la sangre.
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LAS SIETE VIDAS DEL GATO
Rostros y viento
El cristal se ha roto,
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FAUSTINO LOBATO DELGADO
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LAS SIETE VIDAS DEL GATO
P A R A 260 D O X A
FAUSTINO LOBATO DELGADO
Por estrenar
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LAS SIETE VIDAS DEL GATO
P A R A 262 D O X A
FAUSTINO LOBATO DELGADO
P A R A 263 D O X A