Preventiva 2019
Preventiva 2019
Preventiva 2019
Promoción de la salud
En Ottawa (1986) se muestra la importancia de proporcionar a los pueblos los
medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre ella.
Dos definiciones:
→ La promoción de la salud es concebida como la suma de las acciones de la
población, los servicios de salud, las autoridades sanitarias y otros sectores sociales
y productivos, encaminados al desarrollo de mejores condiciones de salud individual
y colectiva (OPS/OMS).
→ Es el proceso por el cual los individuos y las comunidades están en condiciones
de ejercer un mayor control sobre los determinantes de la salud y mejorar su estado
de salud.
Ambas coinciden en que la promoción de la salud se dirige a modificar los
determinantes de la salud. La estrategia ofrece la posibilidad de asumir el cambio
desde una política centrada en el consumo de servicios de atención médica hacia
una política promotora de factores que permitan el acceso a la salud positiva como
un derecho básico universal.
→ La promoción de la salud se sustenta en un paradigma holístico de la salud, que
integra todas las características del bienestar humano, conciliando la satisfacción de
las necesidades básicas y el derecho a otras aspiraciones del ser humano. Además
de tener dónde vivir, qué comer, acceso a la salud y trabajo, también necesitamos
paz, justicia, existencia digna, buena calidad de vida, posibilidad de crear, innovar,
sentir placer, acceso a la cultura.
→ Los cinco ejes estratégicos de la promoción de la salud son: construir políticas
públicas saludables, crear entornos favorables, fortalecer la acción comunitaria,
desarrollar aptitudes personales (estilo de vida), reorientar los servicios de salud.
→ Declaración de Helsinki: hace un llamamiento a los gobiernos para que
incorporen a la salud y la equidad a sus agendas y avancen en estructuras, recursos
y capacidad institucional de apoyo a la estrategia de salud en todas las políticas.
→ La PS debe ser interdisciplinaria. Lo principal es que se conjuguen elementos de
todas las disciplinas creando un campo teórico con identidad propia y con tecnicas y
metodologías adecuadas para contribuir al logro de una sociedad más justa y
equitativa.
→ Las intervenciones de la PS deben desarrollarse en el nivel estructural, donde se
plantean las acciones para modificar los ambientes buscando influir en las causas
últimas o determinantes de las condiciones de vida; y en el nivel de los estilos de
vida, buscando lograr cambios conductuales.
Prevención de la enfermedad
Abarca las medidas destinadas no solamente a evitar su aparición, mediante la
reducción y/o eliminación de los factores de riesgo, sino también a proteger a los
grupos más susceptibles y/o desarrollar actividades orientadas a mitigar las
consecuencias de las patologías una vez desencadenadas. Se basa en el principio
de que cuanto más tempranamente se actúe a fin de evitar y/o actuar contra el
curso de los trastornos, más eficientes y eficaces resultan las medidas adoptadas.
De acuerdo al momento, diferenciamos:
- Prevención primaria: acciones adoptadas sobre ciertos grupos poblacionales, con
la finalidad de suprimir los factores de riesgo y/o brindar medidas de protección
específica ante enfermedades reconocidas. La meta de los programas de
prevención primaria radica en llegar a la mayor cantidad posible de grupos de
población que están en riesgo de sufrir un daño determinado. Considera a los
individuos y las poblaciones como expuestos a factores de riesgo identificables.
Ejemplo: actividades desarrolladas con el fin de prevenir el VIH y otras
enfermedades de transmisión sexual mediante el uso de preservativos, programas
educativos para enseñar cómo se transmite y cómo se previene el dengue.
- Prevención secundaria: aquellas acciones orientadas a lograr el diagnóstico
temprano, la captación oportuna y el tratamiento adecuado para el control de la
enfermedad. El objetivo es evitar su aparición o retardar su progreso y la ocurrencia
de secuelas. Ejemplo: tratamiento de la hipertensión arterial en sus estadios
iniciales realizando un control periódico y el seguimiento del paciente, para
monitorear la evolución y detectar a tiempo posibles consecuencias relacionadas
con la enfermedad de base.
- Prevención terciaria: tiene como objetivo mitigar o disminuir las secuelas
discapacitantes asociadas con las enfermedades y/o lesiones una vez producidas, o
bien reducir y/o evitar las recaídas o complicaciones mediante medidas de
rehabilitación e inclusión, que permitan al sujeto recuperar sus capacidades físicas,
psíquicas y/o sociales. Ejemplo: fisioterapia luego de retirar un yeso por fractura.
Modelos de causalidad: hacia los determinantes sociales de la salud
- Modelo de causa simple/efecto simple : Hacia fines del siglo XIX y principios
del XX, las enfermedades que mantenían en vilo a la salud de las
poblaciones eran las “enfermedades infecciosas”. Esta teoría (díada agente-
huésped) afirmaba que existe una sola causa para cada efecto y que ambos
eventos se relacionan en forma lineal. Se asumía que las infecciones podrían
erradicarse eliminando los gérmenes que las causaban. Es una perspectiva
reduccionista. Ni el HIV es suficiente para que se desarrolle el SIDA, ni un
suceso traumático vivido por un sujeto puede llevar de por sí a un trastorno
de estrés pos traumático.
- Modelo de causa múltiple/efecto simple (o tríada ecológica) : sugiere que más
de una causa actúa, por sumatoria, para producir una enfermedad. Así, no
solo un agente afecta a un huésped, sino que el ambiente también actúa en
la causación de las enfermedades. Este modelo llevó a que se conceptualice
la noción de factores de riesgo para enfermedades específicas. Ejemplo:
entre los factores de riesgo para la diabetes tipo 2 en adultos se pueden
mencionar la edad, el índice de masa corporal, el sedentarismo, el consumo
de alimentos no saludables, etc.
- Modelo de causa múltiple/efecto múltiple : se elabora en la década de 1980.
Es homologable al concepto de campo de salud, marco conceptual clave
para evaluar los factores que parecían determinar la situación de salud. La
adopción mecánica de la multicausalidad ha falseado el carácter social de la
enfermedad y de la salud, ya que concede el mismo peso a factores que son
de naturaleza y jerarquía distintas. Existe el riesgo de convertir la
multicausalidad en una nueva variante del monismo causal.
Modelos
Modelo epistemológico social: (pareciera que lo iguala a epidemiología social) en
el que la UA son las poblaciones en sus diversas escalas, superando el modelo
clínico, apostando a explicar desde el contexto social las respuestas individuales.
Tiene en cuenta diferentes planos de análisis: macrosocial, desigualdades,
comunidad, familia, micro-individualidad, etc.
Modelo educativo formal- no formal: es indispensable pensar en la educación
formal y no formal para transmitir buenos hábitos, prevención primaria en las
escuelas, donde el docente es un agente de prevención, por la doble función que
tienen las instituciones educativas: la reproductiva y la transformadora.
Modalidades
Prevención específica: surge cuando hay síntoma.
Prevención múltiple inespecífica: va a modificar los estilos de vida,
comprendiendo la multicausalidad de las enfermedades en búsqueda de un
mejoramiento global de las condiciones de vida, cosa que es increíblemente práctico
enseñar en las escuelas, desde promover conductas que promuevan a la
construcción de estilos de vida positivos hasta vacunar, etc.
Ambas modalidades son necesarias.
Capítulo 9
Los sujetos que padecen cualquier tipo de padecimiento no se pueden escindir de la
subjetividad que la enfermedad les produce.
La salud mental debe ser considerada como un proceso determinado histórica y
socialmente por cada sociedad cuya preservación y mejoramiento implica una
dinámica de la construcción social vinculada a la creación de los derechos al
trabajo, a la vivienda, a la educación… un medio ambiente saludable.
Salud mental es la posibilidad de lograr un estado relativo de bienestar donde el
sujeto puede funcionar en el mejor nivel posible de su capacidad intelectual
emocional y física ante las situaciones que le toque vivir. Implica asignarle un valor a
la vida mental y defenderla como un bien social. Cada sujeto vive un conjunto de
interacciones diversas con diversa intensidad de comunicación, tanto familiares
como comunitarias. En ese entramado tenemos que analizar la salud mental.
Entender y analizar la salud mental desde un punto de vista integral, y desde lo
epidemiológico nos posiciona en una mirada psicosocial y desde la epidemiología
crítica, trabajando la complejidad del objeto desde la categoría de perfil
epidemiológico en tanto construcción que permite estudiar las contradicciones que
determinan el modo de considerar la salud, tanto en las dimensiones del contexto
social, modos de vida, etc.
La salud es simultáneamente el movimiento de génesis y reproducción que hace
posible el concurso de procesos individuales que juegan y se determinan
mutuamente. El libre albedrío y la determinación colectiva no son términos
excluyentes, son interdependientes.
La definición de salud propone el bienestar como una aspiración deseable pero
difícilmente alcanzable para el sujeto humano. Las posibilidades de generar
bienestar estable son escasas.
Hay que considerar las variadas fuentes de malestar. Hoy no nos referimos a
patologías de salud mental, sino más bien a problemáticas que incluyen las
nociones de sufrimiento psíquico y de malestar.
Ley de Salud Mental, por qué cambia el paradigma, proteger la salud en pleno goce
de sus derechos, haciendo hincapié en las capacidades más que en las
imposibilidades, presume la capacidad jurídica de la persona, aun estando
internada.
Modelo Lalonde
Salud según Laframboise hace referencia a cuatro campos:
- Biológico: heredado, organización interna del cuerpo, aparatos, sistemas,
etc.
- Estilos de vida: decisiones que toma el INDIVIDUO dice, sobre las cuales
generalmente tiene ciertos rasgos de decisión, decisiones que pueden
implicar riesgo, a primera vista son decisiones que se adoptar a lo largo de la
vida.
- Medio ambiente: exterior al onvre, hacinamiento, ruido, enfermedades
infecto contagiosas, garantía de DDHH infraestructura sanitarias,
ambientales, etc.
- Organización de los sistemas de salud políticas implementadas desde el
sistema de salud, nivel de intervención, nivel de complejidad de esos,
recursos humanos, etc.
Conclusión
Triángulo de las tres P: finalizan el recorrido postulando a la participación, en tanto
ejercicio el poder de los sujetos, como una herramienta fundamental del trabajo en
el campo de la psicología social comunitaria. Esto es así en la medida que la
psicología persigue el logro de dicho ejercicio en su búsqueda de potenciar a los
seres humanos.
Otro de los antecedentes es la experiencia acumulada por las ONG. El espacio que
estas instituciones delimitan en el campo social es significativo dentro del conjunto
de prácticas comunitarias, en la medida que configuran un terreno propicio y
potencial para el desarrollo de la psicología social comunitaria.
Los principios metodológicos de estas organizaciones son:
1) Apoyo a organizaciones autogestionarias de los grupos trabajando sobre
necesidades básicas sentidas como prioritarias por los grupos.
2) Conducción de su propio proceso, implicando a los líderes naturales en sus
estructuras de la organización.
3) La gradualidad del proceso de solución de las necesidades mediante la
adecuación de la magnitud y complejidad de los proyectos a los que el grupo
se aboca.
4) Asistencia técnica subsidiaria que apoya y acompaña suministrando el
elemento básico: información y apoyo financiero en las gestiones ante
organismos del estado y agencias internacionales (rol fudamental de las
ONG)
Problema abordado
Se presenta un intervención comunitaria en un barrio de un sector popular del
Partido de Quilmes, llevada adelante por el Grupo de Investigación y Acción
Comunitaria, un equipo interdisciplinario pertenecientes al grupo de las
organizaciones no gubernanamentales. El problema abordado es el de la salud
popular.
El objetivo general del proyecto es contribuir con el abordaje comunitario del
proceso de salud-enfermedad, a los procesos de organización barrial que den
marco a la construcción de alternativas sanitarias populares que faciliten el papel
protagónico de la comunidad en la definición de sus prioridades y soluciones. Esta
intervención comunitaria duró tres años y se desarrolla en un barrio suburbano de
3000 habitantes de extrema pobreza e intenta apartarse de los tradicionales
lineamientos de la APS. Por su parte, el equipo técnico plantea la construcción de
alternativas de trabajo en salud, que redefinan este proceso en el sentido de la
superación que sitúan la participación popular en forma subordinada, a la ejecución
de campañas o programas de salud y que en la práctica terminan funcionando como
una "medicina pobre para pobres".
Estrategia de intervención
A partir de un diagnóstico participativo con la comunidad que dura aproximadamente
seis meses se relevan los problemas fundamentales de la misma:
→ Deficiente atención de los servicios públicos, tanto a nivel de servicios médicos,
como de saneamiento ambiental.
→ Problemas sanitarios derivados de las condiciones de vida: parasitosis, diarrea,
desnutrición infantil, enfermedades bronquiales.
→ Escasa posibilidades de atención en emergencia: no ingresan ambulancias al
barrio.
→ Graves problemas de violencia, adicciones, patologías mentales.
→ Inexistencia de una organización vecinal representativa.
Procedimientos de abordaje
Se pueden definir operativamente tres formas básicas en que el equipo técnico
realizó su intervención:
- Capacitación y metacapacitación: espacio para construir conjuntamente los
saberes necesarios para el desarrollo de las metas. Incluyó la confección de
diagnósticos, trabajo sobre temas de salud, formas para solucionar
problemas, planificación, aprendizaje organizacional, comunicación social,
etc. Como parte de este proceso se trabajó el aprendizaje de la capacitación
como forma que permita generar conjuntamente los conocimientos
necesarios.
- Asesoramiento: estuvo vinculado especialmente a la información sobre
determinados aspectos técnicos, como por ejemplo, los relacionados a la
ingeniería sanitaria, conocimientos biomédicos, conocimientos de herborística
medicinal, técnicas de construcción, técnicas de dinámica grupal.
- Apoyo a la consolidación grupal: específicamente se trabajaron los vínculos
intragrupales en los dominios de intervención para facilitar el desarrollo de las
tareas y la consolidación grupal. Se utilizaron técnicas que produjeron
cambios en las reglas explícitas e implícitas que el grupo manejaba y
entorpecía su avance.
Evaluación
Desde el punto de vista sanitario se gestaron instrumentos que permitieron la
autoadministración de determinados recursos, por ejemplo: sistemas comunitarios
de atención de emergencia que posibilitaron el aporte de la asistencia a la red.
Prácticamente todas las metas que se definieron consensuadamente se cumplieron,
siendo quizás el aprendizaje más importante la posibilidad de superar el fatalismo y
encarar la solución.
En cuanto a las limitaciones, si bien el trabajo estuvo dirigido a aumentar la
autonomía del grupo de base a partir de una mejor distribución del capital simbólico,
las características que esto tiene desde el punto de vista políticosocial e institucional
refuerza el clientelismo y tiende a subordinar a los grupos de base.
Monitoreo estratégico
Desde la perspectiva de la Epidemiología Crítica se propone la noción de monitoreo
estratégico como herramienta integral que integra y da un giro al concepto de
vigilancia epidemiológica, y que utiliza elementos de la planificación estratégica
desde una perspectiva crítica y comunitaria.
El monitoreo estratégico considera la situación de los determinantes de salud,
además de la observación de las enfermedades y los riesgos. Presta atención no
tanto a los eventos individuales (llamados centinela), sino a los perfiles de grupo y a
los procesos crítico-estratégicos que determinaron su aparición, considerando la
salud en sus distintas dimensiones.
El monitoreo crítico se realiza sobre la necesidad social insatisfecha, sobre los
logros de la acción popular, sobre los determinantes y expresiones de salud
colectiva, como parte de un proceso de planeación estratégica centrada en la
colectividad popular, y que permita fundamentar su evaluación.
Se plantea una dicotomía entre los llamados agentes externos y agentes internos de
cambio, protagonistas de la transformación de la realidad y de sí mismos a través de
la acción. la relación con el otro, pone de manifiesto sus diferencias tanto en lo que
respecta al acceso al poder (asimetrías) como al tipo de conocimientos que ponen
en juego en las estrategias comunitarias en Salud Mental (conocimientos técnicos
de parte del equipo de salud versus conocimientos populares, artísticos, etc. de
parte de los agentes comunitarios).
La relación se constituye como eje de las consideraciones éticas en este campo, en
tanto se parte de la idea de que los individuos se construyen en relaciones que al
mismo tiempo son creadas por ellos, y es el tipo de relación que se establece entre
la comunidad y las personas que se acercan a trabajar en ella lo que define la
condición ética de las acciones.
La ética, aludiría a la definición del otro y a su inclusión en la relación de producción
de conocimientos, suponiendo valores como la igualdad y la justicia. Sólo desde una
posición de igualdad es que se genera la posibilidad de justicia.
Por otro lado, la relación entre la comunidad y los agentes externos es una tensión
permanente dentro de las prácticas comunitarias. Hay que desnaturalizar las
diferencias constitutivas de ambos y las cuestiones relativas al poder, y poner el
acento en los puntos de encuentro: la igualdad y las potencialidades de autonomía
que todes portamos. Es esto lo que puede conformar un espacio en el que se
despliegue una ética relacional. La ética relacional se convierte en una propuesta
desde la psicología comunitaria por superar los roles asimétricos socialmente
reproducidos entre academia-intelectuales y la comunidad.
Se trabaja hacia la conservación de la vida humana, promoviendo una mejor calidad
de vida y los cambios sociales necesarios con la participación de la gente de las
comunidades a fin de que puedan tener una vida más saludable.
Desde este posicionamiento, según Agambem las prácticas comunitarias son
definidas como espacios de encuentro entre profesionales, estudiantes, operadores
sociales, etc. y las personas que forman parte de la comunidad. Estos actores
sociales habitan el territorio material y simbólico en el que se desarrolla un plan
conjuntamente diseñado para transformar la realidad de cada uno de los grupos con
un sentido emancipador, un espacio de construcción de experiencia trascendental.
En el proceso de intervención los agentes externos y los grupos comunitarios son
parte constitutiva de una relación de mutua influencia, y se intenta acortar la
distancia que existe entre ellos.
Esta forma de pensar, partiendo de las diferencias entre dos tipos de agentes, abre
busca desnaturalizar la realidad y enriquece las lecturas sobre las implicancias del
trabajo comunitario. Igualmente cabe reconocer que la distinción señalada es una
ficción, ya que por más que alguien se comprenda a sí mismo como externo a una
comunidad, no deja de formar parte de la misma y de estar atravesado por
similares, aunque de distinta forma.
Intervención en catástrofes
Dos definiciones:
→ Una catástrofe implica un suceso negativo, a menudo imprevisto y brutal que
provoca destrucciones materiales y pérdidas humanas, ocasionando un gran
número de víctimas y una desorganización social importante. Esta destrucción trae
muchas otras consecuencias que perduran en el tiempo.
→ Una catástrofe es aquella situación en que un fenómeno infausto e imprevisto
afecta a una colectividad de forma global, incluidos sus sistemas de respuesta
institucionales. En la catástrofe, los individuos afectados no podrán contar con
ayuda institucional, al menos en los primeros momentos, y tendrá que hacer frente a
las consecuencias del fenómeno con sus propias fuerzas.
Podemos observar que las dos definiciones de catástrofe son diferentes, incluyendo
esta última, la afectación de los sistemas de respuesta institucional.
En general se suele clasificar a las catástrofes por su origen, o sea las provocadas
por eventos naturales, las que responden a la acción de los seres humanos, o
aquellas que combinan ambos orígenes.
Un concepto ampliado de emergencia que se utiliza en este texto es el de
Emergencias Humanitarias-Catástrofes.
Las situaciones de emergencia tienen efectos múltiples en la salud mental y el
bienestar psicosocial de la comunidad. Sea cual fuere la situación que desencadena
la emergencia, aumenta la vulnerabilidad, en especial en los grupos poblacionales
más desprotegidos, agravando las desigualdades sociales. Asimismo, aumenta el
riesgo de padecimiento psíquico y agrava los problemas existentes. Se pueden
identificar y clasificar los problemas, según se presenten como de naturaleza más
social o más psicológica y de acuerdo con su temporalidad respecto del evento que
ocasionó la emergencia.
Los problemas que se presentan pueden ser:
- Problemas sociales preexistentes: anteriores a la emergencia. Por ejemplo,
extrema pobreza, pertenencia a un grupo que es objeto de discriminación o
marginado, opresión política.
- Problemas sociales inducidos por la emergencia: por ejemplo, separación de
los miembros de la familia, desintegración de las redes sociales, destrucción
de estructuras comunitarias, de la confianza recíproca y de los recursos,
mayor violencia de género.
- Problemas sociales inducidos por la asistencia humanitaria: debilitamiento de
las estructuras comunitarias o de los mecanismos de apoyo tradicionales.
Entre los problemas de naturaleza predominantemente psicológica cabe mencionar:
- Problemas preexistentes: por ejemplo, padecimientos mentales graves,
abuso de alcohol.
- Problemas suscitados por la catástrofe: por ejemplo, duelo, alteraciones
emocionales, depresión y ansiedad, trastorno por estrés postraumático
- Problemas inducidos por la asistencia humanitaria: por ejemplo, ansiedad
debida a la falta de información respecto de la distribución de alimentos.
Según la guía IASC, los principios fundamentales que deben regir frente a cualquier
intervención son los siguientes:
1. Derechos humanos y equidad: proteger a los individuos y a los grupos que corren
mayor riesgo de ver afectados sus derechos humanos. Promover la equidad y la no
discriminación.
2. Participación: procurar la participación de las poblaciones afectadas en la
respuesta de asistencia humanitaria. En las situaciones de emergencia, hay muchas
personas que dan muestras de suficiente resistencia y que pueden participar en las
tareas de socorro y reconstrucción, en el diagnóstico de la situación, en el diseño, la
ejecución, el seguimiento y la evaluación de la asistencia.
3. Ante todo, no dañar: pero es posible que la ayuda cause daños no intencionales.
Los equipos deben poder aceptar auditorías y revisiones externas que permitan
repensar las acciones realizadas y rediseñar las actividades.
4. Aprovechar los recursos y capacidades disponibles: fomentar las capacidades
locales, apoyando la autoorganización, la autoayuda y fortaleciendo los recursos ya
existentes.
5. Sistemas de apoyo integrados: es importante que las actividades y la
programación estén integradas en sistemas más amplios.
6. Apoyos a niveles múltiples: en las emergencias, las personas resultan afectadas
de diferentes maneras y requieren diferentes tipos de apoyo. En ese sentido
recomiendan para organizar los servicios de salud mental y apoyo psicosocial,
establecer un sistema en múltiples niveles de apoyos complementarios que
satisfagan las necesidades acorde a las situaciones diferentes.
Catástrofe social
Dictadura del 76, Guerra de Malvinas, atentado a la Embajada de Israel y la AMIA.
Catástrofes crónicas en Argentina: vale diferenciar las catástrofes naturales de las
sociales, donde se juega la crueldad del ser humano; pero hay catástrofes crónicas,
y la crueldad de las inundaciones no es natural. El increíble espectáculo de pueblos
y ciudades enteros inundados en la provincia de Buenos Aires, ¿podrá seguir
situado como catástrofe natural? La negligencia, la indiferencia, la ineptitud o la
corrupción de quienes han tenido a su cargo los destinos del país, ¿no podrían ser
pensadas como otras formas de la crueldad (menos transparentes, menos brutales,
más larvadas, más opacas para los mismos sujetos que la producen) que han
transformado en social e histórica una catástrofe que otrora puede haber sido
pensada como natural?
La noción de subjetividad
En los escenarios de intervención podemos visibilizar la manera singular en la que
se enlaza el sujeto y la trama social, lo singular, lo micro-social y lo macro-social. El
análisis de la vida cotidiana nos permite comprender el lazo que se establece entre
cada persona y su comunidad. La vida cotidiana es “la realidad suprema” evidente e
indiscutible que se construye desde la intersubjetividad, allí se elaboran las
representaciones que organizan los procesos sociales y el lenguaje que modula la
comunicación, los procesos de pensamiento, de deseo, de relación. En estos
procesos realidad objetiva y subjetiva se producen simultáneamente. Los
dispositivos institucionales construyen subjetividad.
La subjetividad no es un concepto homogéneo; remite a la tensión entre distintos
niveles de organización, da cuenta de un ser que se muestra en acciones concretas,
en un ámbito social que lo condiciona y al que modifica, que cambia a lo largo de su
ciclo vital, que construye significados. Esta noción sólo puede desarrollarse cuando
se superan determinismos biológicos, psicológicos, lingüísticos, históricos, políticos.
La subjetividad genera formas singulares de configuración de sentido que se
construyen en la interacción social, en un marco histórico y cultural, que se modifica
en el tiempo e implica componentes emocionales, deseantes, cognoscitivos,
relacionales, etc.
En todos los casos refiere a una individualidad en relación. La subjetividad no es
sinónimo de sujeto, aunque se refiere a él; está relacionado con intersubjetividad
pero tampoco se agota en ella. El sujeto, en su construcción, trasciende los
diferentes escenarios y procesos en los que se construyó. El sujeto se constituye
como categoría central de la subjetividad. El sujeto aparece, según Galende,
cuando el individuo se expresa en primera persona, es decir cuando hablando en
nombre propio puede enunciar rasgos, emociones, opiniones que hacen de él un ser
singular.
La subjetividad como producción social constituye simultáneamente al sujeto y a la
sociedad. La construcción de subjetividad se da simultáneamente en dos planos: la
historia individual del sujeto y la historia social. González Rey define la subjetividad
como una configuración compleja que se produce simultáneamente en el plano
social e individual. El concepto de configuración da cuenta de un núcleo dinámico,
en el que interceptan distintos procesos y organizaciones, es un sistema abierto,
histórico, flexible, en cambio permanente. No hay subjetividad sin sujeto, no hay
subjetividad sin la instancia histórico-social en que tiene lugar la vida, anidada en
complejas redes de lazos sociales.
Gilles Deleuze, retomando a Foucault, relaciona el proceso de construcción de
subjetividad con las tensiones entre la delimitación de campos de saber y el
establecimiento de polos de poder. Saber, poder y subjetividad son tres procesos
que se relacionan, interdependen, coexistiendo modalidades heterogéneas a partir
de las cuales pueden conformarse nuevos campos de saber, de poder y también
nuevas subjetividades.
Galende relaciona la noción de subjetividad con la de cultura. No existe una
subjetividad que pueda aislarse de la cultura y la vida social, ni tampoco existe una
cultura que pueda aislarse de la subjetividad que la sostiene. La subjetividad es
cultura singularizada. Entendemos por cultura la modalidad peculiar de relación
entre las personas, con la naturaleza, con lo trascendente, consigo mismo.
El tema de la subjetividad es interdisciplinar, los sucesos históricos, económicos, los
sistemas de organización política e institucional de una sociedad, expresan “una
dimensión subjetiva inseparable del curso de los eventos y procesos que
caracterizan la vida de las personas. La historia de un pueblo se entreteje
íntimamente con la biografía individual, pudiendo en su análisis establecer
paralelismos y causalidades circulares complejas.
Reflexiones finales
Resulta necesario pensar la participación como una real constitución de actores
sociales, como la posibilidad de incrementar interacciones para generar nuevos
actores en la comunidad a través del lenguaje de los vínculos. Considerar a la
población destinataria como actor social sigue siendo un desafío, así como generar
canales efectivos para una participación real. Posibilitar la accesibilidad de la
población a la información sería un paso para reducir la asimetría de poder/saber
existente entre los grupos sociales. Las redes comunitarias podrían constituirse en
parte de la actividad y resistencia de las comunidades, de su expresión como
sociedad, y a la vez que mostrar su capacidad de transformación y de apoyo social,
su poder y su carácter fortalecedor y facilitador en el abordaje colectivo del proceso
comunitario de salud/enfermedad/cuidado.
La promoción de la salud
El movimiento de promoción de la salud surgió formalmente en Canadá en 1974,
con la divulgación del informe Lalonde, cuya motivación central era el
enfrentamiento de los costos crecientes de la asistencia médica y el
cuestionamiento de los límites del abordaje exclusivamente médico para
enfermedades crónicas.
Fue en la década de los 80 con la crisis de la salud pública, cuando la promoción de
la salud se convirtió en la espina dorsal de la nueva salud pública. Esta crisis
derivaba de:
→ Las limitaciones económicas de un estado proveedor y de que la sociedad tenga
que soportar el aumento de los costos de la atención médica
→ El hecho de que, incluso sin limitaciones, este tipo de atención sería incapaz de
atender las necesidades individuales y colectivas de modo que resulte en un mayor
bienestar y aumento de la productividad social.
Diferencia:
● Epidemiología Descriptiva: Su función es describir cómo se distribuye una
enfermedad o evento en cierta población, en un lugar y durante un período de
tiempo determinado; cuál es su frecuencia y cuáles son los determinantes o
factores con ella asociados. Considera: qué población o subgrupos
desarrollan la enfermedad o lo hacen con más frecuencia; cómo la frecuencia
de ésta varía a lo largo del tiempo y /o en poblaciones con diferentes
características; en qué localización geográfica es más o menos frecuente
dicha enfermedad.
● Epidemiología Analítica Observacional: una vez formuladas las hipótesis es
posible analizarlas para confirmarlas o rechazarlas con el uso de diferentes
técnicas estadísticas, que permiten hacer "inferencias" acerca de una
asociación o relación causal entre variables. Los estudios analíticos
observacionales analizan la relación existente entre la ocurrencia de una
enfermedad y la exposición a determinados factores de protección o de
riesgo en diferentes grupos, por ejemplo, un grupo que no está expuesto al
factor en cuestión y otro grupo que sí lo está.
● Epidemiología Analítica Experimental: examina hipótesis pero lo hace de un
modo más "estricto" aún. Es analítica porque también utiliza grupos de
comparación pero, en este caso, el investigador no sólo observa y analiza los
datos, sino que interviene activamente en el manejo y control de la
exposición, especificando las condiciones del estudio, seleccionando los
grupos de tratamiento, la naturaleza de las intervenciones, el manejo de los
pacientes durante el seguimiento, etc. En cierto sentido "controla" el proceso
de la investigación e introduce modificaciones necesarias para su realización.
Aplicaciones
● Identificar grupos humanos que requieran ser atendidos prioritariamente y
relevar sus necesidades y tendencias en la utilización de los Servicios de
Salud para tomar medidas correctivas.
● Estimar la situación de Salud de la población y sus tendencias a través de
tasas de morbi-mortalidad según sexo, edad, área geográfica y
características socioeconómicas (persona, lugar y tiempo).
● Analizar los niveles y las tendencias de exposición de la población a los
factores biológicos, sociales, económicos, culturales, políticos y ambientales.
● Facilitar la planificación y programación de acciones de Salud.
● Medir el impacto de los Servicios de Salud y de las intervenciones, así como
la eficiencia y eficacia de las decisiones adoptadas.
● Identificar opciones tecnológicas efectivas y seguras que se adapten a la
realidad de nuestro país.
CONSUMOS PROBLEMÁTICOS
Fines de los noventa, colapso del 2001 y pos-colapso: la llegada del “paco a los
barrios pobres y asentamientos del Gran Buenos Aires a finales de los noventa, y su
rápida expansión en el curso del nuevo milenio, se correlaciona con el deterioro
acelerado de las condiciones de vida, con la devaluación del peso con respecto al
dólar que hizo de la cocaína disponible “para pobres” un bien progresivamente poco
rentable y por lo tanto en vías de extinción.
Esta sustancia presenta grandes diferencias con respecto a la cocaína, incluso
aquella disponible para pobres a finales de los noventa. El carácter efímero del flash
placentero, la compulsión al consumo, la pérdida abrupta de peso, el deterioro
corporal acelerado, los dolores y las enfermedades reiteradas en el sistema
respiratorio, trastornos emocionales y de pensamiento, los sentimientos de amenaza
y miedo, el encierro y ocultamiento progresivo, los estados de desesperación,
accidentes e intentos y/o suicidios, devienen para los usuarios, sus familiares y
conocidos no sólo en consecuencias del consumo intensivo del “paco” sino en
evidencia de cierta intencionalidad de aniquilación.
De este modo, la sospecha como práctica simbólica y lógica de relación con las
instituciones del estado y de salud encuentra su fundamento tanto en las marcas
corporales, emocionales y simbólicas que el consumo intensivo de “paco” va
dejando en los usuarios y sus redes sociales, como en la progresiva normalización
del “morir joven” en las últimas décadas y el incremento acelerado de su frecuencia
desde los finales de los noventa en los barrios pobres y asentamientos del Gran
Buenos Aires.
Los propios actores sociales (usuarios, ex usuarios, vecinos, etc.), narran los
complejos modos en que la epidemia del VIH-SIDA, las agresiones y conflictos, la
represión policial abusiva, suicidios, abortos, accidentes y muertes en situaciones
“dudosas” han convertido a la muerte entre jóvenes y adolescentes en una tragedia
normalizada.
La profundización de la pobreza, la desnutrición, y las experiencias reiteradas de
muerte de adolescentes y jóvenes de estos barrios, se dan conjuntamente con el
desamparo, la negligencia y hasta la participación de ciertas instituciones estatales
en su ocurrencia y/o en su falta de reparación.
La criminalización y penalización del consumo de drogas, la persecución policial y el
arresto, la amenaza de la denuncia, el tratamiento y la rehabilitación compulsiva,
son las que han promovido este progresivo pasaje desde la experiencia a la
construcción. Es decir, este conjunto de experiencias han promovido un pasaje
progresivo entre los usuarios activos de drogas desde la normalización de las
expectativas de enfermar y/o morir siendo joven y pobre, hacia la sospecha de la
existencia de un plan organizado de “hacer morir” a los jóvenes pobres a través de
la introducción del consumo de pasta-base.
Consideraciones finales
Interrogar estos vínculos desde la perspectiva de los usuarios/as supone el
reconocimiento de una dispersión heteróclita de experiencias, narraciones,
elaboraciones y posicionamientos cuya lógica encuentra a la sospecha como eje de
estructuración.
Hablar de lógica, en lugar de representaciones sociales, hace posible suspender la
exigencia de someter las producciones simbólicas de los usuarios/as a los criterios
epistemológicos de facticidad, y por lo tanto de veracidad, que impone las
operaciones de corroboración, desmentida o simple eliminación de estas prácticas y
productos como desechos simbólicos.
Estas prácticas simbólicas que se han ido construyendo al ritmo que la desigualdad,
la pobreza, la criminalización y la represión, devienen en parte de los procesos de
visibilidad y ocultamiento, expulsión y auto exclusión, que han ido definiendo los
patrones de vulnerabilidad y morbi-mortalidad de estos conjuntos sociales.
Finalmente, como dispersión que atraviesa diversas áreas de la vida cotidiana, la
aproximación de la sospecha como lógica, intenta capturar los complejos circuitos
de producción y de reproducción de la fragmentación social y de vulnerabilidad.
Esta lógica se ha convertido en parte inherente de los vínculos entre los usuarios/as
de drogas y los representantes de las instituciones, sólo a través de las
modificaciones de estos vínculos será posible participar en la promoción del
bienestar, la salud y la supervivencia de estas poblaciones.
Definición
El Tratamiento Comunitario es una estrategia de abordaje territorial, basada en la
investigación en la acción y en la epistemología de la complejidad.
Tiene como objetivo intervenir en las realidades de las comunidades locales y
desarrollar dispositivos locales de bajo umbral. Desde TC se promueve la
reorganización de los recursos comunitarios, con el fin de incrementar sus
competencias en materia de prevención, contención y reducción del daño y riesgo
en relación a los consumos de sustancias y situaciones críticas asociadas.
Los equipos están integrados por personas con diversos perfiles (profesionales y no
profesionales, referentes locales y/o comunitarios, entre otros). Cada equipo se
encuentra acompañado por un/a referente técnico (tutor/a) desde Sedronar central.
Estos últimos cumplen la función de seguimiento y acompañamientos técnico
cotidiano de las experiencias.
Selección de territorios
Si bien la formación y desarrollo del Tratamiento Comunitario tiene indicadores y
procesos que atraviesan todas las experiencias, cada equipo, cada comunidad,
entendida como sistema de redes, aborda de forma particular las situaciones de
sufrimiento social en general y las de consumo problemático en particular acorde al
contexto en el que se encuentran.
Consolidación y desafíos
En cuanto a la implementación, los equipos se han consolidado en las
comunidades, comienzan a ser referenciados por sus miembros y por las demás
organizaciones e instituciones con las que articulan. Pudieron identificar redes y
actores que no estaban visibilizados, y por lo tanto no formaban parte de la
respuesta comunitaria para el abordaje.
En cuanto la población con la que se trabaja, cómo se puede ver en los datos, la
misma responde a condiciones de vulnerabilidad variables, en donde el consumo y
abuso de sustancia, es una más de las vulnerabilidades que los atraviesan, pero no
la única.
En cuanto a los desafíos, el primero y más importante es poder determinar si estos
equipos pueden realizar su trabajo sin el monitoreo permanente y la coordinación de
Sedronar. Por un lado, es necesario fortalecer a la “minoría activa”. Para TC,
Minoría activa es el grupo de personas constituida por los actores y agentes
comunitarios, que siguen desarrollando actividades e iniciativas de TC, después que
el equipo se ha ido de la comunidad es el producto estratégico del TC, es el
indicador que asegura que el TC se ha convertido en un elemento de la cultura
comunitaria.
El segundo es profundizar la evaluación y seguimiento del proceso, tanto de los
casos abordados, como el impacto comunitario de las intervenciones. Es necesario
poder desarrollar alguna herramienta, que de forma sencilla, pueda dar cuenta de
los cambios que se producen en las comunidades, a partir de la implementación de
TC en el territorio.
El tercero, es lograr una mayor articulación con los otros efectores de Sedronar y
otras organizaciones e instituciones, que brindan una atención de mayor
complejidad.
ESI
Greco (2007) Sexualidades, adolescencias y escuelas. Una perspectiva
institucional
Sexualidad y escuela. Nos obliga a pensar aquello que produce y se produce en la
escuela con sus efectos sobre las subjetividades, tanto a partir de decisiones
explícitas (plasmadas en diseños curriculares, planificaciones, proyectos
formulados, acciones educativas cotidianas intencionalmente realizadas, etc.) como
en la forma de acontecer institucional “invisible” (lo cotidiano que circula en
palabras, gestos, aprobaciones o rechazos en relación con las situaciones e
identidades de los sujetos, conflictos emergentes en torno a la sexualidad y los
vínculos, situaciones de discriminación, contenidos negados, conocimientos
silenciados o sesgados, pedagogías implícitas, etcétera).
“Sexualidad” excede ampliamente los procesos de genitalidad y reproducción y que
se aleja de una idea naturalizadora de desarrollo humano en el que vamos
atravesando etapas que se suceden y se borran a medida que progresa una sobre
otra, podremos concebir en toda su amplitud y complejidad las cuestiones que
nombra:
● Cómo se constituyen los sujetos desde los primeros momentos de la vida, los
trazos que quedan y persisten de cada historia en particular en cada sujeto,
lo que en el adulto persiste del niño/a y adolescente que fue (y, en cierta
manera, sigue siendo);
● Cómo se humaniza a las nuevas generaciones, cómo se teje
intergeneracionalmente lo humano que se transmite y se crea de nuevo, a la
vez, en las relaciones con otros;
● Las diversas formas de devenir seres sexuados, de “hacerse” varones y
mujeres en un marco de relaciones sociales, culturales, históricas;
● Las maneras en que los cuerpos cobran significados, se valorizan o
desvalorizan, sufren o gozan, se transforman, se vuelven espacios
imaginarios que otorgan una identidad, se cuidan o se exponen, acusan el
paso del tiempo;
● Las relaciones de género; los poderes, estereotipos y transformaciones
históricas en juego, diferencias y desigualdades;
● Maternidades y paternidades, las configuraciones familiares en la actualidad;
ser hijos e hijas adolescentes, ser madres y padres adolescentes o adultos,
las parejas adolescentes, las parejas adultas.
Adolescencias
Apertura psíquica, tiempo de experimentación, de creación de condiciones para el
devenir adulto, compás social, adolescentes que se proyectan en un futuro posible y
“elegible”, pero otros y otras que no pueden, que se vuelven adultos sin
mediaciones; adolescentes en las escuelas y las universidades, otros y otras fuera
de todo espacio educativo y/o laboral, incluso familiar, adolescentes que ya no son
lo que eran, que son claramente “otros” para los adultos. Y también jóvenes y
adolescentes que crean, piensan, participan, se movilizan, aprenden, sueñan,
proyectan, producen lazos sociales de muy diversas maneras, aun cuando nuestra
mirada sobre ellos y ellas quede perpleja y no reconozca ningún parecido de familia.
Construir una mirada hecha de confianza es el desafío de hoy, en las instituciones
educativas, ante nuestros/as adolescentes (aun cuando los sintamos lejanos,
ajenos, radicalmente distintos/as), no sólo para que confíen en nosotros/as, sino
para instituir una relación a partir de nuestra confianza hacia ellos y ellas.
Escuelas
Para muchos jóvenes con los que dialogamos, hablar de sexualidad en la escuela
sería una forma más, distinta, fundamental, de “hacerles lugar”, les daría nuevas
oportunidades de comprenderse a sí mismos y a los otros y otras, de hablar y de
escuchar, así como de relacionarse con algunos de sus profesores/as.
Aceptar el desafío de incluir la sexualidad entre los lenguajes de la pedagogía nos
lleva necesariamente a volver a pensar diversos aspectos de las instituciones y de
lo escolar: tiempos, espacios, divisiones disciplinares, formas de enseñanza y
aprendizaje, relaciones, etc.
Para trabajar en escuelas
● Considerar el trabajo educativo sobre sexualidad, con los adolescentes, en
las escuelas como una apuesta colectiva.
● Descreer de los acuerdos tácitos acerca de los conceptos que mencionamos:
sexualidades, adolescencias, escuelas.
● Buscar y generar apoyos institucionales, en los que directivos, profesores,
tutores, preceptores puedan manifestar su acuerdo con este trabajo y
participen directa o indirectamente con él.
● Crear redes dentro de la escuela. No desestimar la opinión de nadie que
integre la comunidad de la escuela, AHRE generar sistemas de encuestas,
relevamiento de opiniones entre docentes, no docentes, padres, madres y
alumnos/as, acerca de los diversos temas que componen el concepto de
sexualidad tal como lo planteamos al inicio.
● Crear redes con otras instituciones.
DISCAPACIDAD
Pantano, ¿Qué necesitan las familias de personas con discapacidad?
Diferencia entre demanda y necesidad: la necesidad se puede satisfacer con la
instrumentación del apropiado recurso.
Tipos de necesidades:
Necesidad de información, orientación y asesoramiento. Necesidad de apoyo,
contención y acompañamientos. Acceso a la atención en salud. Necesidad de
coherencia entre los equipos y personas que intervienen. Necesidad de inserción
social del discapacitax. Aceptación y no discriminación.
Necesidades que no emergen a menos que los profesionales pregunten: de
espacio- de conocer otras familias en la misma situación, de información de
sexualidad.
Menciona que la interrelación familias-interventores- sujeto discapacitado se da
siempre aspectos no técnicos, y en eso se juega la transferencia,
contratransferencia. También suma el enfrentamiento a una falta. Se juegan
entonces, descripciones, explicaciones, conceptos técnicos, emociones,
interacciones, sentimientos positivos y negativos, traídos desde cada uno de los
miembros y niveles involucrados. Entonces propone que en cada intervención debe
haber un espacio de diálogo abierto donde cada persona involucrada comente que
comprende y vivencia emocionalmente estar viviendo esa “situación crítica”.
Les demandan a los profesionales: que les expliquen bien las cosas, que trabajen
interdisciplinariamente, que apoyen y contengan, etc. Las de arriba, pero detalladas:
Información: Los familiares consideran la información que les otorgan insuficiente,
inexacta, toda de una vez, o incomprensible por uso del lenguaje excesivamente
técnico. Suma que al momento de diagnosticar los familiares emocionalmente están
en crisis por lo que la comunicación no puede ser técnica, inentendible, sin
contención de lxs familiares. También remarca que es necesario que sean
profesionales idóneos en el capo de la discapacidad, con información cualificada.
Apoyo y sostén: principalmente en el momento de diagnóstico, la entrada a la
escuela, la pubertad y las decisiones vocacionales.
Trabajo interdisciplinario: principalmente por la falta de coordinación entre ellos, hay
un ejemplo en el que una le dice “se va a quedar asi toda la vida” y otro “va a poder
cambiar y socializar”.
Relativiza que las familias a veces los hacen sentir como deudores y les piden que
solucionen todos sus problemas y no recurren al Estado por ejemplo. Entonces
como que se va generando cierta dependencia entre las familias y lxs psicologxs
Salvarezza (2007) Envejecimiento. Psiquis, poder y tiempo
Viejismo
Butler sostiene que el viejismo, el prejuicio de un grupo contra otro, se aplica
principalmente al prejuicio de la gente joven a hacia la gente vieja. Subyace al
viejismo el espantoso miedo y pavor a envejecer, y por lo tanto, el deseo de
distanciarnos de personas mayores que constituyen un posible retrato de nosotros
mismos en el futuro. Los jóvenes temen envejecer y los viejos envidian la juventud.
El viejismo no solo disminuye la condición de las personas mayores, sino la de
todas las personas en su conjunto. Detrás de él encontramos un narcisismo
corrosivo, la incapacidad de aceptar nuestro destino futuro. Estamos enamorados
de nosotros mismos jóvenes. Hay una preocupación narcisista hacia nuestro propio
envejecimiento y muerte.
A pesar de que los estereotipos en los cuales se basa el viejismo son muy fáciles de
desmontar, hay que reconocer que están arraigamos en muchos estratos de la
población y tienen un accionar nefasto sobre los viejos, al impedir el reconocimiento
de sus desarrollos, diferencias y capacidades individuales.
Capacitación
La mejor forma para combatir al viejismo es el esclarecimiento y la capacitación,
pero haciendo la salvedad de que esto apunta solo a una de las dimensiones del
viejismo: psicológica o actitudinal individual, es decir, a un nivel micro. Esto tiene
que ser completado con programas de carácter macro que involucren a la mayor
cantidad de actores sociales intervinientes. Todos tenemos la responsabilidad en
educar al público en los aspectos emocionales, psiquiátricos y psicológicos de la
vejez.
Pensándolo desde la psicología, en los últimos tiempos se han conjugado dos
hechos importantes:
a) La gerontología se comenzó a perfilar como un campo interdisciplinario de
estudio de la vejez, donde la misma deja de considerarse como un mero acontecer
biológico para pasar a ser entendida multicausalmente en los distintos factores que
la condicionan. Por lo tanto, no es solo del dominio de la medicina, sino que se
interrelaciona con los aportes de la psicología y la sociología.
b) Se crearon dentro de las carreras de psicología, en distintas universidades
argentinas, cátedras relacionadas con la vejez. Acá se pone sobre el tapete el rol
que se espera del psicólogo en salud pública, y específicamente, el rol en la salud
mental de la población vieja.
En los últimos años se abrió un vasto campo laboral ligado a la psicogerontología, la
instalación masiva de geriátricos, especialmente en grandes centros urbanos. Poco
a poco los psicólogos fueron incluidos, a veces sin un rol claro y definido o sin
conocimiento del objeto de trabajo. Una gran parte de psicólogos recién recibidos
comienzan sus primeros pasos en la profesión trabajando en estos
establecimientos, sin los recursos teórico-técnicos necesarios.
Como señala Iacub, desde esta perspectiva, la inserción del psicólogo en este
campo tendría básicamente dos objetivos. Primero, provocar cambios en la
subjetividad de los “internos”, en tanto estos son sujetos deseantes. Segundo, en su
atravesamiento institucional, ya que a menudo el primer tropiezo de los psicólogos
en su escucha son las quejas ligadas a la misma (aburrimiento, soledad, sentimiento
de abandono).
Es importante saber que los viejos no son los que llaman a los psicólogos. Es la
institución la que los busca por motivaciones diversas, no siempre muy claras, y que
no suelen responder a una búsqueda de mayor eficiencia. El psicólogo debe saber
que siempre el motivo de la consulta, institucional o privada, no es el problema sino
un síntoma del mismo. La presencia del psicólogo, para los viejos, será parte de un
espacio a constituir, desde el mismo habrá que empezar a recuperar una demanda
más ligada a lo institucional, que mostrará la realidad del problema.
Interdisciplina
Ninguna de las profesiones involucradas en la gerontología tiene, por si sola, los
recursos necesarios y suficientes para atender a la complejidad de los problemas
que afectan a los pacientes viejos. No se trata de debatir si existe o no la necesidad
de colaboración interprofesional en gerontología, nace la noción de equipo
interdisciplinario y se introduce en estos ámbitos institucionales, pero su
conformación y efectividad no es suficiente para responder a las necesidades que
determinan su creación.
Uno de los mayores impedimentos para el trabajo interdisciplinario es el modelo
tradicional de formación universitaria. Además, a medida que se multiplican las
áreas de especialización profesional, la comunicación se torna más difícil. El
psicólogo no tiene claro cuál es su rol dentro de los equipos, en su carrera de frado
tiene que recurrir a los aportes de las ciencias biológicas y sociales de la vejez.
Hay que derribar el supuesto de que la gerontología se ocuparía de la normalidad y
la geriatría de la patología, idea que pretende que la normalidad y patología
humanas pueden ser estudiadas de forma separada. Hablar del campo de la
psicogerontología es hablar del estudio y abordaje de la normalidad y la patología
en el campo psi de los viejos.
Solidaridad
La promoción de la salud y prevención de la enfermedad no concierne solamente al
individuo, es materia del sector público. La sociedad debe estar permanentemente
sensibilizada hacia aquellos integrantes que son vulnerables, que están en riesgo, y
esto incluye a los viejos. La sociedad debe ocuparse de ellos. El concepto de
contrato social incluye el desarrollo de cadenas de seguridad que social que nos
protejan mientras vamos envejeciendo. Desafortunadamente, esta cadena ha
comenzado a resquebrajarse en algunas sociedades y en otras directamente no
existe. El autor habla de la falta de empleo, y retoma a Butler, quien sostiene que no
hay que ver a los viejos solamente como una población que es una carga para la
sociedad, sino también como una fuerza independiente y positiva dentro de las
familias, la comunidad y la nación. En tanto las sociedades van envejeciendo y la
mediana edad se alarga, es necesario desarrollar nuevos métodos de educación
permanente para asegurar la continuidad de la productividad personal y de la
sociedad.
Solemos llamar a los viejos sector pasivo, que estaría sostenido por el sector activo,
es decir, sobre los trabajadores más jóvenes. Ahora bien, al aumentar
desproporcionadamente el número de viejos respecto a la población total, el costo
de mantenimiento para el sector productivo será cada vez más alto y menos
trabajadores tendrán que hacerse cargo de los más viejos. Entonces, si el sector se
debilita por falta de empleo, ¿Quién solventará la seguridad social de los viejos?
La solidaridad será una virtud que se va perdiendo, no por falta de voluntad sino por
falta de recursos para hacerla efectiva. La respuesta que observamos a la pregunta
anterior es que la responsabilidad se está transfiriendo del sector público al privado
y se le exige cada vez más al individuo que sea el artífice de su propio destino, sin
importar el precio que deba pagar por ello.
Familia
Ante este inevitable pasaje de lo público a lo privado se intenta una última y retórica
solución, que es la de apelar a la que la familia se haga cargo dentro de sí del
soporte total del viejo. Retórica porque al invocar a la familia se lo hace desde una
visión parcial e idealizada de la misma, sin tener en cuenta la realidad sobre la cual
está asentada. Hay facetas de la vida familiar que son ignoradas, como todas
aquellas relacionadas con la agresividad dentro del sistema familiar. Es conocido
también dentro de la violencia familiar, la resistencia que tienen los viejos para
denunciar los maltratos que reciben dentro de sus familias, por temor o vergüenza, y
cuando lo hacen frecuentemente no son tomados en cuenta por considerar que “son
cosas de viejo”.
Biomedicalización
Las terapias psicológicas se popularizaron y el campo de la medicina se vio
cuestionado e invadido, su capacidad de dar respuesta a una gran variedad de
patologías se puso en entredicho. Además, como principal perjudicada apareció la
industria farmacológica, que se vio obligada a armar su estrategia de marketing para
recuperar el terreno perdido. Comenzó a crear enfermos y a proponer cada vez más
remedios para curarlos. Al mismo tiempo, fue haciendo presión sobre los círculos
académicos para que presentaran problemas de origen psicológico o social desde
una perspectiva biológica y con curación estrictamente con medicamentos.
La comunidad educativa
La violencia escolar requiere ser trabajada de manera integral, incluyendo a los
estudiantes, profesores, orientadores y otros profesionales, directivas y familias. No
es una responsabilidad exclusiva de los orientadores, especialmente si tomamos en
cuenta que las dinámicas de grupo que sustentan la mayoría de las situaciones de
agresión no se pueden frenar con intervenciones individuales. Eso hace
particularmente difícil la solución cuando no se logra una coordinación de esfuerzos
desde los distintos frentes. De hecho, es común que, en vez de coordinación, haya
acusaciones mutuas del estilo: “esto es responsabilidad de los padres, ellos nos los
traen mal educados” o “esto es responsabilidad del colegio, para eso lo llevo allá,
para que lo eduquen”. Justamente por esta razón, las intervenciones deben
involucrar a todos los actores.
Asimismo, las intervenciones integrales no solamente deben buscar mejorar el clima
en las aulas, sino también el clima escolar en general. Por ejemplo, si se quiere
promover que los estudiantes sean capaces de manejar sus conflictos de manera
pacífica, los adultos de la institución también lo deben hacer, no solamente en los
conflictos que tienen con sus estudiantes, sino también en los conflictos entre ellos:
entre profesores, entre profesores y directores, entre directores y padres de familia,
entre otros. Es decir, las intervenciones deben crear mecanismos de promoción de
un clima escolar pacífico.
Contexto cultural
Las investigaciones son chilenas, excepto una que se realizó en Brasil. No es
posible generalizar los resultados a otros contextos, pero sí salta a la vista que las
dinámicas detrás del fenómeno de violencia escolar pueden ser más comunes de lo
que podríamos pensar dadas las diferencias culturales.
Síntesis y recomendaciones
Los medios de comunicación deben representar la realidad del modo más ajustado
posible; sin confundir y/o ignorar datos científicos, técnicos; informándose y
documentándose de manera adecuada. De esta manera se incrementa la
objetividad y la calidad, en detrimento de la simplificación excesiva y sesgada.
Otra recomendación apunta a potenciar la información individualizada y vivencial
que pueden aportar las propias personas afectadas. Esto permite ver más la
singularidad de la persona y menos la etiqueta; pudiendo tener acceso a los medios
sin intermediarios ni intervención de terceros Romper con los conceptos que han
acompañado tradicionalmente a la enfermedad mental, implicaría no recurrir a
creencias, mitos, prejuicios, estereotipos; tales como que las personas que padecen
la enfermedad mental tienen doble personalidad, sufren un castigo o son genios o
artistas puede resultar un innegable avance en la reversión del estigma en las
personas con padecimiento mental.
Valle Rodríguez y Bueno Sánchez (2006) Las políticas públicas desde una
perspectiva de género
La política pública suele entenderse como un curso de acción, una definición de
principios y/o flujos de información en relación con un objetivo público definido en
forma democrática. La política se expresa en orientaciones, instrumentos,
programas, normas institucionales, entrega de productos, servicios, etc. A su vez,
toda política pública es expresión de un proceso que involucra sujetos y tiempos
diferenciales, en el momento en que una problemática es interpretada y abordada
por una política pública, refleja un nivel de entendimiento, vinculación y acuerdo,
logrado entre la sociedad y el gobierno sobre qué problemas merecen atención a
través de las diferentes fases evolutivas de la política pública.
De particular interés resulta el proceso de conformación e implementación de una
política pública. En primer término, una política pública requiere de un complejo
proceso de formulación y planificación que incluye la definición de objetivos y a
partir de ellos conformar los programas y medidas concretas a incluir en los planes.
La formulación efectiva de las políticas depende de un profundo análisis de cada
una de las situaciones problemáticas sobre población y desarrollo socioeconómico
de cada país en específico, basado en datos precisos, investigaciones sistemáticas
y análisis competentes. La conformación de una política y su planificación e
implementación ulterior debe estar precedida de una investigación de carácter
multidisciplinario, que permita poner de manifiesto el problema o situación
problemática que invita o recomienda la concepción, diseño e implementación de
una determinada política pública.
GÉNERO
Lo que es el género, lo que son los hombres y las mujeres, los tipos de relaciones
que se producen o deben producirse entre ellos, todas estas nociones no reflejan ni
elaboran simplemente “datos” biológicos, sino que son en buena parte producto de
procesos sociales y culturales.
Se hace referencia al sistema de géneros como un conjunto de principios
estructurados coordinadamente que la sociedad elabora para legitimar y reproducir
las prácticas, representaciones, normas y valores que las sociedades construyen a
partir de la diferencia sexual anatomo-fisiológica. El sistema de géneros es un
sistema de poder en torno a ciertas capacidades y potencialidades de los cuerpos
humanos: la sexualidad y la reproducción. El núcleo fundamental del sistema se
encuentra en el control que los varones ejercen sobre la reproducción y la
sexualidad de las mujeres y, derivado de este control, sobre la capacidad de trabajo
de las mujeres.
Hablar de perspectiva de género entonces implica tomar en cuenta que el género
afecta transversalmente a todos los hechos sociales y en particular los
concernientes a las relaciones entre población y desarrollo. Esto quiere decir: que
los ejes articuladores de las relaciones entre población y desarrollo, tales como el
empleo, la pobreza, la equidad, el acceso a bienes y riquezas; así como la
diversidad de aspectos que involucra la reproducción de la población habrán de
examinarse tomando en cuenta las características que asumen cuando se les
enfoca desde el ángulo del género. Importa reiterar que se avanza hacia una
perspectiva de género porque hay una diferencia de participación en los distintos
hechos sociales según género. Al igual que como ocurre con la globalización
neoliberal, no es lo mismo la implicancia de los diferentes problemas en los hombres
que en las mujeres. No es lo mismo como se benefician o perjudican de una manera
peculiar según se trate de hombres y mujeres.
Atendiendo al género, los hechos sociales en general y los problemas de población
en particular, se pueden analizar desde dos perspectivas:
Un enfoque general que incluya la dimensión de género como una parte
integrante del conjunto, esto es, como algo anecdótico, marginal, específico o
particular, o
Partir del enfoque de género como elemento estructurador de todo el
conjunto, ya que el género afecta transversalmente a todos y cada uno de los
hechos sociales.
Los estudios indican que los actuales procesos de liberalización comercial y de
internacionalización de la economía pueden incrementar las desigualdades sociales
y económicas entre países, pero también entre mujeres y hombres y entre las
propias mujeres pertenecientes a diferentes grupos socioeconómicos.
Szasz y Lerner identifican tres abordajes de cuestiones sociodemográficas desde
una perspectiva de género. Primer abordaje: Estudios de la mujer en el campo
sociodemográfico –en particular aspectos relacionados con el ámbito reproductivo y
las políticas de población focalizadas a la reducción y control de la fecundidad- que
se hacen con referencia a las condiciones o situación social de las mujeres
(condiciones de opresión, sumisión y desventajas frente a los hombres). “Es a partir
de planteamientos feministas de preocupación por la situación de vulnerabilidad y
desventaja de las mujeres y por mejorar sus condiciones de vida, que adquieren un
lugar prominente los estudios de la mujer en el campo sociodemográfico”.
Segundo abordaje: Parte de la conceptualización del género como una construcción
social y cultural de las diferencias entre hombres y mujeres. Se trata de privilegiar, a
nivel de estrategia metodológica y empírica, las dimensiones centrales que den
cuenta de la diferenciación socialmente construida entre los sexos para comprender
y explicar los comportamientos demográficos. “En este sentido, las diferentes
motivaciones, la mayor o menor autonomía de la mujer en el proceso de toma de
decisiones, el control y poder ejercido por otros actores tanto en el ámbito material
como simbólico, la valoración y roles asignados a ellas son, entre otros aspectos,
los que subyacen en las modalidades y características que asumen los movimientos
migratorios de las mujeres, en la frecuencia y caracterización de los procesos de
morbilidad que las distinguen, y en sus comportamientos y prácticas reproductivas.
Tercer abordaje: Parte de considerar al género desde una dimensión relacional, esto
es, el énfasis de la investigación se pone en la inclusión y otorgamiento de un
significado al término relacional en los estudios de género. Se trata aquí, entre otros
aspectos, de “relaciones sociales que se construyen a partir de las condiciones
sociales que estructuran las opciones del comportamiento individual, condiciones,
actores y relaciones sociales que, a su vez, difieren según los diversos ámbitos de
referencia en que participan las mujeres y los hombres: el ámbito reproductivo,
escolar, laboral, social, político, religioso, etc.”
Avanzar en la formulación de las políticas públicas con una perspectiva de género
implica en primer término la necesidad de producir un estudio-diagnóstico de género
que al identificar y describir la situación y características del objeto de estudio y
transformación en cuestión, tome en consideración las diferencias entre mujeres y
hombres, y en un plano causal, analizando los factores que generan desigualdades
y evaluando la factibilidad de modificarlas. Consecuentemente, a partir de estudios
de esta naturaleza puede avanzarse en la elaboración de propuestas de acción que
procuren modificar las desigualdades de género que hayan sido detectadas.
En relación a este aspecto del enfoque de las políticas públicas desde una
perspectiva de género se ha estado planteando el concepto de transversalización de
la perspectiva de género que se define como el proceso de valorar las implicaciones
que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que se planifique, ya
se trate de legislación, políticas o programas, en todas las áreas y en todos los
niveles. Los criterios necesarios para la transversalización de la perspectiva de
género, han sido planteados en los términos de:
• La responsabilidad de poner en marcha la estrategia de la transversalización se
extiende a todo el sistema y radica en los niveles más altos dentro de los
organismos, según afirma Carolyn Hannan, Directora de la División de las Naciones
Unidas para el Adelanto de la Mujer.
• Es preciso establecer mecanismos adecuados y fiables para controlar los
progresos realizados.
• La identificación inicial de cuestiones y problemas en todas las áreas de actividad
debería ser tal que permita diagnosticar las diferencias y disparidades en razón del
género.
• Jamás habría que dar por supuesto que hay cuestiones o problemas indiferentes
desde la perspectiva de la igualdad entre los géneros.
• Deberían realizarse sistemáticamente análisis por géneros.
• Para traducir la idea de la transversalización en realidades son importantes una
clara voluntad política y la asignación de los recursos adecuados, incluidos recursos
adicionales financieros y humanos si es necesario.
• No eliminar la necesidad de elaborar políticas y programas específicamente
destinados a las mujeres, así como una legislación positiva en su favor; tampoco
eliminar la necesidad de unidades o coordinadores para las cuestiones de género.
Perspectiva conceptual
En Argentina, las explicaciones sobre el consumo de sustancias psicoactivas
reducen una problemática compleja a un problema de orden individual y/o familiar,
desconociendo los condicionantes de clase, género y edad, entre otros aspectos.
Por el contrario, los análisis interdisciplinarios dan cuenta de la complejidad del
fenómeno y evidencian que el uso de sustancias psicoactivas forma parte de una
trayectoria, que modula y es modulada, por procesos socioculturales, contextos
donde se produce, a las sustancias psicoactivas utilizadas, así como a los vínculos
que se establecen con los servicios de salud. Estos determinantes sociales
condicionan las posibilidades de acceso a los servicios del sistema y, por tanto, la
adherencia a un tratamiento.
El término “sustancias psicoactivas” hace referencia al conjunto de sustancias que
poseen un efecto psicoactivo en el cuerpo humano, sean legales o ilegales. El uso
problemático de sustancias psicoactivas, incluido el alcohol, refiere a un patrón de
consumo que provoca problemas, ya sean individuales o colectivos.
Al hablar de mujeres, no nos referimos a una esencia o una condición
natural/biológica, asociada al sexo-femenino. Aun así, las nociones de “femenino” y
“masculino” de la cultura occidental, condensan una serie de representaciones
simbólicas hegemónicas que se las asocia con características específicas que
funcionan como reguladores identitarios.Estas regulaciones determinan modos
diferentes de vivir, enfermar, consultar, ser atendidos/as y morir.
En términos de salud pública, el consumo de sustancias psicoactivas reviste de
interés por las incidencias sobre la salud individual y colectiva, cuyas consecuencias
introducen tensiones y desafíos a los servicios de salud. En este contexto, la noción
de acceso se entiende como la “oportunidad de alcanzar y obtener atención de la
salud en situaciones en las que se percibe la necesidad de atención.
La adherencia al tratamiento no es entendida como resultado de una voluntad y/o
conducta individual, sino que es parte de un proceso de negociación y
renegociación entre las pacientes, sus vínculos socio-afectivos y el equipo
profesional. Es decir, las posibilidades de ser parte del tratamiento abarca a todas
las esferas del mundo cotidiano, y es un proceso en constante definición,
apropiación y resignificación.