Principios de La Prueba

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PRINCIPIOS DE LA PRUEBA

Los principios generales de la prueba, forman parte del cimiento de todo


proceso; si no se conocieran, la actividad desarrollada no tendía sustento
y obtendríamos como resultado una mecánica basada en la práctica
tribunalicia (actuación de juez que pasa por encima del texto de la ley o
marginando el claro sentido de la norma), sin saber de dónde alcanzamos
ese resultado; que si bien se encuentra plasmado en el derecho positivo
vigente, el mismo tiene sus bases en estos principios.

A partir de la norma constitucional, prevista en la disposición constante


del artículo 82 de la Constitución de la República del Ecuador, que señala
respecto a la seguridad jurídica: “El derecho a la seguridad jurídica se
fundamenta en el respeto a la Constitución y en la existencia de normas
jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades
competentes”, que es la certeza del derecho en sí; la legislación y
normativa en general debe ser pública (principio de publicidad);
comprensible, esto es que sea claro su contenido y alcance; y con la
seguridad que la autoridad, sea administrativa o judicial, tenga la facultad
legal de emitir sus actos, pronunciamientos o resoluciones para que la
sociedad y el ciudadano en general, se sientan en confianza con un marco
legal que le permita saber hasta dónde puede actuar, dejar de hacerlo, o
no hacerlo, lo que en el aspecto procesal es fundamental, pues se marca
el terreno para la defensa de las partes.

De la misma manera que ocurre en el derecho procesal en general, existe


en general, hay una unidad esencial en la prueba.En esta forma, el
maestro Alcalá-Zamora en su obra “Introducción al estudio de la prueba”
luego de explicar cómo brotó la discusión sobre el tema entre Florirán
(tesis dualista) y Carnelutti (posición unitaria), afirma que ésta no es sino
un reflejo del problema de la unidad o diversidad del derecho procesal.
Los principios generales sobre la Prueba Judicial son los siguientes:

 Principio de constitucionalidad.
 Principio de pertinencia, conducencia y utilidad de la prueba.
 Principio de conducencia.
 Principio de necesidad de la prueba.
 Principio de eficacia jurídica y legal de la prueba.
 Principio de la unidad de la prueba.
 Principio de la comunidad de la prueba.
 Principio de lealtad, probidad y veracidad de la prueba.
 Principio de contradicción de la prueba.
 Principio de igualdad de oportunidad de la prueba.
 Principio de publicidad de la prueba.
 Principio de formalidad y legitimidad de la prueba.
 Principio de preclusión de la prueba.
 Principio de inmediación y de la dirección del juez en la producción
de la prueba.
 Principio de imparcialidad del juez en la dirección y valoración de la
prueba.
 Principio de concentración de la prueba.
 Principio de naturalidad y espontaneidad de la prueba.
 Principio de la valoración de la prueba de acuerdo con las reglas de
la sana crítica.
 Principio de la carga de la prueba.
1. PRINCIPIO DE PERTINENCIA, CONDUCENCIA Y UTILIDAD DE LA
PRUEBA

Este principio implica una limitación de la libertad, pero su actuación es de


vital importancia, ya que el tiempo y el trabajo de los jueces, tribunales
constitucionales y de las partes, no debe ser desperdiciada por la práctica
de prueba que por sí misma o por su contenido, no ayuda para encontrar
la verdad de los hechos, objeto del proceso. De esta manera se favorece a
la concentración y a la eficacia procesal de los medios de prueba.

Esta precisión es sostenida por Devis Echandía, quién mantiene que uno
de los principios que fronterizan la libertad de la prueba, es el principio de
pertinencia, idoneidad y utilidad de la prueba, que tiene como finalidad
que la práctica de la prueba peticionada por cualesquiera de los
justiciables no resulte inútil, cuando lo que se intenta demostrar no puede
explicarse utilizando determinado medio de prueba en quebranto de la
celeridad procesal y eficacia procesal de la prueba, aunque luego señala
que la pertinencia, idoneidad y utilidad son requisitos que el juez debe
calificar con madurez, sensatez y cordura para no rechazar la prueba
solicitada.

Como elemento tenemos la admisibilidad de la prueba, recogida por el


Código Orgánico General de Procesos, COGEP, en la disposición constante
del artículo 160, el cual requiere de requisitos como son la pertinencia,
utilidad y conducencia, bajo el paraguas de la lealtad procesal, rechazando
el juzgador los elementos probatorios impertinentes, inútiles y
conducentes.

1.1. PERTINENCIA
Es el ajuste entre los hechos que se procuran llevar al proceso y los hechos
que son tema de la prueba en este. En sencillas palabras, es la relación
que existe entre los hechos que se pretenden demostrar y el objeto del
proceso.
Para su comprensión, se debe diferenciar la pertinencia de los medios de
prueba y la pertinencia de los hechos. Devis Echandía señala que la
pertinencia de los medios: “consiste en que haya alguna relación lógica o
jurídica entre el medio y el hecho por probar, y puede existir a pesar de que
su valor de convicción resulte nugatorio”; mientras que, a la pertinencia de
los hechos, la conceptualiza como aquella que “contempla la relación que
el hecho por probar puede tener con el litigio o la materia del proceso
voluntario o del incidente según el caso”.
Juan Montero Aroca señala que la pertinencia: Viene referida, no tanto al
medio de prueba en sí mismo considerado y entendido como actividad,
cuanto al hecho que pretende probarse con el medio de prueba concreto,
y exige que ese hecho tenga relación con el objeto del proceso.
Si a través de los medios de prueba el juez consigue las razones y motivos
que lo conduzcan a la veracidad de las afirmaciones de los hechos
aportados por las partes, la pertinencia del medio de prueba radica en que
ese medio de prueba es el eficaz para acceder a la fuente; y la pertinencia
de los hechos se refiere a que los hechos que corresponden probarse a
través de los medios de prueba son aquellos que constituyen el tema de la
prueba, debe existir analogía entre los hechos que se desea probar con los
que forman parte de la materia probatoria y que han sido fijados por los
justiciables dentro del proceso, no son pertinentes hechos extraños al
litigio.

1.2. CONDUCENCIA
El maestro Devis Echandía, en su obra “Teoría general de la prueba
judicial”, señala que la conducencia es una cuestión de derecho y es: “la
aptitud legal de la prueba respecto del medio mismo o en relación con el
hecho por probar”.
El artículo 161 del COGEP define a la conducencia de la prueba como: “la
aptitud del contenido intrínseco y particular para demostrar los hechos
que se alegan en cada caso”, concepto confuso organizado por nuestros
legisladores; por inconducencia se entiende que el medio de prueba a
utilizarse es ineficaz para demostrar un hecho determinado.
Los requisitos de la conducencia son: que el medio de prueba se
encuentre autorizado en general y no prohibido por la ley; y que no exista
expresa prohibición legal para el caso concreto; para aquello, una prueba
es inconducente cuando se encuentra prohibida por la ley, es inmoral, o
viola otros derechos mutando en una prueba ilícita, mientras que una
prueba es conducente cuando se cumplen en la forma establecida en la
ley.

1.3. UTILIDAD
La utilidad de la prueba es un requisito exigido para que pueda
considerarse la prueba como admisible. Este requisito apunta a la
capacidad del medio de prueba para auxiliar a la acreditación del hecho.
Por consiguiente se podría afirmar, sin opción a réplica legal valedera
alguna, que la utilidad guarda estrecha relación con el fin de la prueba, no
tanto con su objeto.
La limitación conceptual entre pertinencia y utilidad, ha causado
confusión, en tanto en cuanto una prueba impertinente no deja de ser
inútil para el proceso, reside en que la pertinencia es relación entre el
hecho a acreditar con la misma y el que conforma el objeto del proceso,
mientras que, del otro lado tenemos a la prueba inútil, cuya práctica no
aportará con ningún dato para la toma de una decisión judicial, o dicho en
otras palabras para demostrar los hechos controvertidos.
La utilidad es un requisito que sólo cabe aplicar al medio de prueba; no
sucede así con la pertinencia, que afecta también al hecho objeto de
prueba.
Podría considerarse también la utilidad, como un requisito posterior a la
pertinencia; esto quiere decir, que no cabe plantearse la utilidad de una
prueba impertinente, aunque sí puede suceder que existan pruebas
pertinentes que sean inútiles.
2. PRINCIPIO DE COMUNIDAD DE LA PRUEBA

EI principio de comunidad o adquisición de la prueba, tiene su origen en el


principio de adquisición procesal, nombre instaurado por Chiovenda,
término utilizado para referirse a la unidad en cuánto a la actividad
procesal, constituida como común a las partes. Si bien éste analista de las
leyes, se refiere a la unidad con carácter general, es en el procedimiento
probatorio donde obtiene mayor sentido, pues es allí donde la autoridad
judicial debe apropiarse de las pruebas para evaluarlas y fundamentar su
decisión. Son los medios probatorios, los encargados de crear certeza, sin
importar que sujeto procesal lo incorporó, pues las probanzas no tiene
como fin beneficiar a alguna de las partes, sino que el benefactor directo
es el proceso en sí mismo.
Toda actividad procesal pertenece a un todo, por lo tanto que el
procedimiento probatorio al ser considerado como actividad procesal
reviste ese carácter único, resultando comunes a las partes. La utilidad de
un acto practicado por cualquiera de las partes, podría ser utilizado por la
contraparte, como medio de defensa amen de ataque. Por ejemplo, una
de las partes presenta en el proceso un documento, ambas partes pueden
deducir de él conclusiones en beneficio propio, independientemente de
quien lo haya ofrecido.
Esto pasa comúnmente en nuestras unidades judiciales, en aquellos casos
en que alguna de las partes no cuenta con elementos probatorios que
beneficien a su opositor; entonces, es cuando debe buscar en su entorno
para valerse de otras pruebas, que si bien no fueron ofrecidas por este
parte, servirán de base para sus alegaciones.
En el libre ejercicio profesional, se tiene la idea errónea que una probanza
sería beneficiosa sólo para la parte que la ofrece, olvidando por completo
los demás factores capaces de ejercer influencia en la actividad
probatoria, y lo que se creía bueno se tornaría en perjudicial.
La prueba pertenece al proceso y no a las partes. La prueba no pertenece
a quién la aporta, sino que una vez incorporada al proceso, pertenece a
éste.
3. PRINCIPIO DE PUBLICIDAD DE LA PRUEBA

Es incuestionable la estrecha vinculación del derecho de informar con el


principio de publicidad procesal, cuya actuación a través de los medios de
comunicación es uno de los elementos más terminantes para su más
completo desarrollo, otorgando una dimensión pública que trasciende de
los aspectos tanto espaciales, como temporales de la información en
cuestión.
El tratadista Venezolano Rivera, explica que la publicidad en el sentido
procesal es hacer público (acceso y lugar) los actos del proceso. La
publicidad durante el desarrollo del proceso concede la facultad a las
partes a que puedan tener acceso al desarrollo del litigio, logrando con su
presencia una suerte de control hacia la responsabilidad profesional de
jueces.

El principio de publicidad de la prueba consiste en que no puede haber


pruebas ocultas, sino que deben ser de pleno conocimiento de las partes.
La publicidad y la contradicción de la prueba pertenecen a principios
esenciales que no pueden ser ignoradas por la ley procesal, sin afectar el
derecho de defensa de las partes. Si no se garantiza la debida publicidad y
contradicción, los medios probatorios carecerá de valor y de eficacia. La
prueba se determina en virtud de un acto público y se practica en las
mismas condiciones. La publicidad de la prueba permite a la parte
contradecirla, cuando ello sea necesario para tutelar su posición e
intereses dentro del proceso.
Si existe un sujeto procesal, las garantías básicas del proceso, inspiradas
en los principios de publicidad y contradicción, no pueden en
principio olvidarse. Esto quiere decir, por ejemplo que si un juez a petición
de parte realiza una inspección judicial no puede llevarse a cabo, en
ausencia de una providencia que la decrete; lo contrario, significaría
coartar injustamente oportunidades de defensa a las personas cuya suerte
está íntimamente ligada al desarrollo del proceso y a su decisión final.
Este principio presenta un triple aspecto:

a) Cada parte tiene derecho a enterarse de las pruebas pedidas por la otra. Se
cumple mediante la notificación de la providencia que son decretadas u
ordenadas.

b) Todas las partes tienen derecho a conocer el valor o poder de convicción


que el juzgador le da a cada prueba y a todas en su unidad o conjunto. Se
obtiene con la motivación que el juez hace al tomar una decisión de
fondo.

c) Cualquier persona tiene la oportunidad de asistir a la práctica de las


pruebas, la publicidad de la audiencia no significa que a ella asistan
personas ajenas al proceso, sino simplemente que tengan la posibilidad de
hacerlo.

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