00-La Solución Al Estrés

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David Valois

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tras años de experiencia. Use la información por su propia
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TABLA DE CONTENIDOS
1º PARTE: Conoce El Estrés Y Le Vencerás
1 Investigando a tu enemigo
Lo primero es conocerte a ti mismo
Como conseguí vencer al estrés
El paso más importante
2 2 Historias diferentes sobre el Estrés
Cómo Pedro venció al estrés y cómo Juan fracasó
Revisando el concepto “ganar”
3 Cómo ataca el estrés
Como perjudica el estrés a corto plazo: Infelicidad
Como perjudica el estrés a largo plazo: Peligro de infarto y de
cáncer
El error de taparse los ojos
4 Las causas del estrés
El Top 20 del estrés
Pero lo que importa es tu reacción
La felicidad existía en aquel piso de estudiantes
5 Lo primero: huye de la zona peligrosa
El estrés bueno y el malo
Huye de la luz roja en cuanto la veas
Como salir de la zona de peligro
6 5 Trampas que evitarás para no estresarte
1 Taparse los ojos
2 La falsa racionalización estresa más
3 No tomar decisiones
4 Rituales innecesarios
5 Cualquier tiempo pasado fue mejor
7 No se trata del autocontrol
Historia de una separación
Por qué algunos eliminan su estrés
Lo primero: no es el autocontrol
Cómo NO canalizar la energía negativa
Cómo SÍ canalizar la energía negativa
Cambia a las primeras señales
8 6 Remedios naturales para eliminar el
estrés
Come más sano
Adiós a la cafeína
¿Fumar? Ni de lejos
Eliminar los dulces
Eliminar los ataques de comida compulsiva
Nunca buscar soluciones en la “química”
9 12 Alternativas para prevenir y no dejar que
aparezca el estrés
1 El raquetazo
2 Da las gracias por lo que tienes
3 Las pequeñas pausas
4 “Esto es lo que va a pasar…” y pasará
5 Reírte te pondrá un peldaño por encima
6 El momento de mal genio… creativo
7 Tu hobby
8 Formarse: De sapo a príncipe
9 Pedir perdón hará maravillas
10 Tomarte dos días libres
11 Dormir
12 Ver las preocupaciones como algo normal
10 Cómo combatir estas consecuencias
graves del Estrés
Cómo combatir la agresión verbal
¡Corta tus pérdidas!
Cómo combatir la agresión desviada
Cuidado con los sitios peligrosos para descargar el estrés
Aún peor: Drogas y alcohol
Cómo eliminar la apatía
Cómo no rendirte aunque el estrés te debilite
Cómo no dejar pasar al miedo
Cómo combatir el efecto de “adrenalina adelantada”
11 La segunda ansiedad
Demasiada gente abandona justo antes de llegar
Cuando la batalla termine, refuerza tu casco
2º PARTE: Los 5 Pasos Para Eliminar El
Estrés
12 Paso 1: Protege tu rey
Si no miras a otro lado, tendrás las de ganar
Pregúntate esto 10 veces seguidas
¿Y cómo doy con la raíz de mi estrés? La Técnica de la
Muñeca Rusa
13 Paso 2: Nunca te lo tomes como algo
personal
La perspectiva del médico
Todo lo que puedes ganar si no te involucras
Cualquier confrontación se puede evitar si no te la tomas
personal
14 Paso 3: Escucha a tu instinto
¿Qué te gusta realmente?
La tormenta te curtirá, pero tienes que sentirte entusiasmado
El balance que te hará feliz
15 Paso 4: Cómo eliminar los pensamientos
negativos
Se inteligentemente feliz
En positivo reforzarás tus células y vivirás más años
Cuidado con esta trampa
El método para “engañarte con el éxito”
La clave es estar alerta
16 Paso 5: La liberación total del estrés:
perdonar
Perdonar, el desestresante definitivo
Cómo construirte un sistema inmunológico a prueba de balas
Perdonar (al 100%) es de listos
Los “héroes” de las películas están equivocados, olvida e irás
más rápido
La Prueba de los 3 Días
17 El estrés puede ser un regalo
1ª PARTE
CONOCE EL ESTRÉS Y LE
VENCERÁS

1
Investigando a tu enemigo
Lo primero es conocerte a ti mismo
Para vencer al estrés, lo primero y lo más importante es
conocerte. La gente sabe mejor cómo funciona un PC, un
coche o una batidora, pero no se conoce a sí misma. Pasan
por la vida no sólo no entendiendo a los demás, sino ni siquiera
entendiéndose a sí mismos.

Pero lo primero es entenderte a ti mismo. Tiene el beneficio


añadido de que de paso entenderás a los demás, porque
somos genéticamente iguales. Entenderte a ti mismo es la
clave para eliminar cualquier situación estresante. Es como
entender al enemigo, si sabes cómo actúa le ganarás.
Como conseguí vencer al estrés
Hace años no sabía nada de mí. Yo creía que era el que salía
en el espejo y las fotos, pero mi verdadero yo era un
desconocido. Por eso cada vez que había una situación
estresante, huía. Mi instinto natural era escapar. Aunque sólo
conseguía sentirme sin valor y solo. Creía además, que era el
único en el mundo en sentirse así.

Esta ignorancia me llenaba de dudas y me hacía escapar de


cualquier reto. Las emociones me sobrepasaran y ante la
mínima confrontación, salía corriendo. Era un experto en salir
corriendo. Pero lo único que hacía era ponérmelo más difícil y
cuanto más corría más me mentalizaba para correr la próxima
vez.

Entonces decidí pararme y observarme.

Y lo entendí. Ante cualquier atisbo de estrés, una sensación


desagradable me decía: huye. Estaba asustado y creía que
mirar a otro lado era lo mejor. Pero esa huída sólo producía
más ataques. Se acabó.

Decidí hacerle frente. Y nada como entender el mecanismo del


estrés para dominarlo. También me ayudó hablar con más
personas y ver que sentían lo mismo, que todas padecían
mayor o menor estrés. Seguí preguntando, leyendo y probando
conmigo.

Y al final conseguí eliminar el estrés con el método que


descubrirás en el libro.

Cada vez que asomaba sus desagradables síntomas, lo


eliminaba. Fui capaz de verlo como algo natural, como tener
hambre o sed y ese fue el paso más importante. Me volví
menos irascible y más calmado. Ahora estaba mejor conmigo
mismo. Descubrí cómo entrar en un estado de control en el que
yo dominaba todo y nada me estresaba. Incluso buscaba
situaciones de estrés para ganar más control y crecer
personalmente.
Esto me permitió ayudar a otros en su estrés. Las mismas
técnicas funcionaban en ellos. Recuerdo una increíble
oportunidad de negocio que ofrecieron a un amigo mío. Me dijo
que tras haber estado toda su vida buscando ese momento,
ahora que lo tenía no se atrevía. Le “estresaba demasiado”. Le
pregunté cómo se sentía exactamente y me dijo que estresado
y ansioso. Quería rendirse. Ya sabía de lo que me hablaba y le
dije que era normal, que no era un cobarde, que esos
sentimientos eran inevitables en su situación, que cualquiera se
sentiría estresado ante esa decisión, pero que había un método
para superarlo. Le expliqué el método para combatir el estrés y
en cuanto lo practicó se dio cuenta y dijo: “Es verdad, el estrés
sólo es un mecanismo de defensa que se puede eliminar. Voy a
lanzarme a por mi sueño.

Reconoció la situación y siguió con todas su fuerzas. El estrés


no volvió porque sabía cómo combatirlo. Y saltó a su proyecto.
Hoy soy testigo de que su proyecto va viento en popa.
El paso más importante
Muchos no quieren compartir con nadie qué es lo que les
causa estrés. El estrés y tus sentimientos son privados, de
acuerdo. No tienes que divulgar tu estrés, no tienes que
publicarlo, pero sí te ayudará compartirlo con alguien o
reconocértelo a ti mismo leyendo este libro.

Un problema reconocido se soluciona mejor. Tienes que ser


honesto y admitir qué te estresa. No te ocultes bajo el
mecanismo de defensa de huir o atacar para descargar el
estrés acumulado. Da el paso más importante: decirte la
verdad.

Un drogadicto nunca podrá dejar de tomar drogas si no


reconoce primero que es drogadicto. Alguien que se pone
nervioso ante un examen nunca tendrá confianza si no
reconoce sus nervios. Al que le tiembla la voz delante de otros
nunca triunfará en actos sociales si no reconoce su timidez. Y
con el estrés igual, lo primero es admitirlo, aunque sea para ti
mismo.

Te aconsejo lo siguiente para empezar. Haz una lista con todo


lo que te estrese y ordénala, arriba lo que más te estrese y
abajo lo que menos. Con esta lista te sentirás mejor, podrás
observarte a ti y a tu estrés con claridad. Será como expulsar el
mal. Ahora cuando venga el estrés ya no serás un cobarde ni
peor que otros. Simplemente estarás escuchando una voz que
tienes que callar. Sólo tendrás que encauzar esa voz para
ganar autoconfianza y control.

Es posible pasar de desgraciado a tener toda la confianza del


mundo si gestionas tu estrés.
2
2 Historias diferentes sobre el
Estrés
Existen diferentes tipos de estrés y diferentes maneras de
llevarlo. La educación recibida y las experiencias dictan lo que
a unos estresa y a otros no. A unos un trabajo como
responsable les produce estrés y a otros no. A unos estar con
gente les estimula y a otros no. A unos un negocio propio les
causa estrés y a otros les libera. Recuerda, lo importante no es
el origen sino la reacción.
Cómo Pedro venció al estrés y cómo Juan
fracasó
Existen muchos estudios sobre el estrés y la gente que lo
padece. Pero se enfocan demasiado en las causas, no en las
soluciones. Pero lo importante no es el origen sino tu reacción.
Por eso vamos a ver primero tu grado de estrés y luego buscar
una solución. Conoce tu situación y será fácil encontrar esas
soluciones. Observa primero cómo se comporta un estresado y
un no estresado y luego pregúntate: ¿Cuanto tengo de cada
uno?

Por eso vamos a suponer dos formas de reaccionar diferentes


basadas en dos personalidades extremas. Una es Juan
Estresado, rápido, torpemente ambicioso y muy estresado. Y
otra Pedro Calmado, de trato fácil, poco estresado y que
consigue siempre lo que quiere. Ambos son extremos, nadie es
como Juan y nadie es como Pedro. Pero aunque seas como
Juan Estresado podrás tener el dominio de Pedro Calmado
cuando acabes este libro.

Los Juan Estresados son muy competitivos, son ambiciosos y


se desesperan por conseguir más y más en todo. Nunca están
satisfechos aunque peligre su vida personal. No ven que los
Pedro Calmados consiguen lo mismo en menos tiempo,
mientras disfrutan de su vida personal. Juan Estresado cree
que el estrés es el único modo de vida y lo paga con su salud,
su familia y sus amigos. Juan Estresado hace trampa, dice que
lo que hace es por el bien de los suyos, pero es a expensas de
los suyos.

Juan Estresado se impacienta y va corriendo a todas partes


como si le persiguieran. Pedro Calmado parece que no tiene
prisa. Para Juan Estresado un minuto sin moverse es un
minuto perdido. Para Pedro calmado un minuto en calma
significa planificar o descansar estimulando aún más su
productividad.
Juan estresado tiene la idea errónea (por la educación recibida)
de que tiene que matarse cada minuto para conseguir
resultados. En su momento le sirvió para conseguir cierto
dinero y cierto estatus, pero con demasiadas heridas
innecesarias por el camino. Ahora parece que no avanza y que
son necesarias varias heridas más para prosperar. No sabe
que no es la fuerza bruta sino la calidad. No es correr, sino
pararse a pensar. No es intentar hacerlo todo en un día sino
optimizar su horario de locos. Es concentrarse más en menos
tiempo y disfrutar de más tiempo libre para planificar y
descansar. Es trabajar más inteligentemente, no más “duro”. Es
rodearse de los mejores y no del que toque.

Por eso Pedro Calmado trabaja menos horas, pero las que
trabaja son de calidad. Sabe que el tiempo libre es importante y
las horas que ha invertido descansando y jugando le facilitarán
concentrarse y ser productivo. Sabe que también tiene que
relacionarse con otras personas para delegar y conseguir lo
máximo. Esto le dará tiempo para concentrarse en lo poco
importante que le dará los mejores resultados. Trabajando
menos pero en lo decisivo rendirá como el que más.

Pedro Calmado alcanzará la excelencia utilizando su mente


mientras que Juan Estresado nunca tomará tiempo para
planificar y descansar. Trabajará incluso por las noches. Pero
trabajar no es lo mismo que ser productivo.

Otros rasgos de Juan Estresado:


-Vive demasiado encerrado en sí mismo. Juan Estresado sólo
habla de él. Empieza todas las frases por “yo”. No sabe
escuchar. Si le hablan interrumpe y contará su historia.

-Sólo le interesa su propio currículum. Dice trabajar en nombre


de los suyos y su familia, pero en el fondo es por él.

-Juan Estresado nunca reconocerá que es del tipo Juan


Estresado. Juan Estresado padece el clásico engaño del
estresado: no reconocer que se estresa. En vez de eso echa la
culpa de sus males al resto y ve enemigos por todas partes.
-No sabe disfrutar de su tiempo libre. De camino al trabajo no
se fija en el paisaje, solo da vueltas y vueltas a sus problemas.
Si hace deporte no disfrutará del bienestar, volverá a dar
vueltas a sus problemas. Tiene que pararse y mirar lo que le
rodea, observar a la gente y desconectar. Pero se niega, su
vida sólo depende de terminar su siguiente tarea.

-Cuando termina algo inmediatamente se pone otros objetivos


que llenarán su tiempo. Todo perfectamente justificado para
seguir estresándose. Podría conseguir más si “trabajara”
menos y se sentara y planificara, como hace Pedro Calmado,
pero le da miedo pararse a pensar.

-La nebulosa mental de Juan Estresado le causa un


permanente mal humor que paga con otros.

¿Qué parte de Juan Estresado y Pedro Calmado tienes? Juan


Estresado y Pedro Calmado son extremos, pero el 90% de las
personas cae a menudo en lo vicios de Juan Estresado en vez
de actuar inteligentemente. Si imitaran a Pedro Calmado
eliminarían su estrés y serían más productivos. (Todo lo que
necesites para ser como Pedro Calmado y producir más sin
estrés lo descubrirás en "30 Maneras de Aumentar tu
Productividad").
Revisando el concepto “ ganar”
Juan Estresado cree que para triunfar hay que sufrir. Pedro
Calmado cree que lo primero es ser feliz por el camino y que a
partir de ahí conseguiremos lo que queramos. Primero es ser
feliz independientemente de la situación. Es ser feliz sin dinero,
ser feliz estando solos y ser feliz sin que (por ahora) no
hayamos conseguido nuestros objetivos.

Pedro Calmado sabe muy bien que siendo feliz por el camino
es más fácil ser productivo y llegar lejos. Hay una creencia
generalizada de que hay que sufrir para llegar lejos, pero es al
revés. Feliz se es mucho más efectivo. Una sonrisa te abre
muchas puertas. No hay que padecer para llegar lejos como
cree Juan Estresado. Con armonía se consigue mucho más.

Pero Juan Estresado no lo ve así, se obsesiona por controlar


su entorno. Es intolerante con cualquier elemento nuevo, se
cierra a lo que podrían ayudarle a ver la vida de manera distinta
y a hacer las cosas mejor. Con un mal humor estructural, solo
piensa en hacer las cosas como ha hecho siempre. Pero no
innova y necesita el triple de esfuerzo. Entonces sus
emociones reprimidas le convierten en una olla a presión, su
cerebro es un hervidero de batallas, luchas y gritos. Algunos
estresados se desahogarán con un deporte de mucho
movimiento pero muchos no harán nada y estallarán cuando
menos les convenga. Si encuentran una afición para relajarse,
buscará también “ganar” y sentirá el mismo estrés. Es el que
acaba tirando la raqueta al suelo y gritando a los compañeros
cuando fallan.

Juan Estresado tiene metas irreales y se llena de trabajo que


no puede terminar. Eso le estresa aún más. Se carga con más
de lo que puede y en su vida no hay tiempo libre. Los
inevitables fracasos le crean más desconfianza. Cree que
trabajar más duro es la solución, pero la solución es pararse y
analizar. Tiene que revisar su concepto de “ganar”. No es lo
que él entiende por “ganar”. Tiene que entender que se trata de
perseguir lo importante mientras se es feliz por el camino.
3
Cómo ataca el estrés

Te diré cómo afecta el estrés a tu cuerpo. Esto te convencerá


de que tienes que suprimirlo y cambiar tu mundo. Así no sólo
vivirás mejor sino más tiempo.
Como perjudica el estrés a corto plazo:
Infelicidad
El estrés causa una presión sanguínea alta, eso produce el
malestar que se siente pensando en negativo. Si es un estrés
continuo, el corazón late sistemáticamente más fuerte y la
presión sanguínea aumenta. El resultado es una desagradable
tensión continua. Es una tensión sistemática que machaca tu
calidad de vida. Mientras se forman placas en el sistema
cardiovascular que impiden que circule bien la sangre. Si
persiste colapsará tu sistema circulatorio y acabará matándote.

El estrés también produce adrenalina, y la adrenalina produce


ácidos grasos. Tu organismo tiene que formar entonces placas
de colesterol para protegerlo. Esto endurece las arterias y
tampoco permite que la sangre circule bien por tu organismo.
Entonces el corazón tiene que hacer más fuerza todavía. Te
cansas antes y vives bajo un continuo riesgo de colapso. La
alta presión sanguínea también lesionará las paredes de las
arterias y las hormonas de estrés no liberadas se engancharán
en esas heridas estrechando los conductos y forzando al
corazón a bombear más sangre. Entonces te conviertes en una
bomba de relojería.

El estrés es como llenar de basura tu cuerpo. Si no sacas la


basura tienes dos problemas: uno la contaminación de la
basura y otro el peligro de colapso.
Como perjudica el estrés a largo plazo:
Peligro de infarto y de cáncer
A largo plazo el peligro de infarto es alto. Los estresados tienen
una presión sanguínea mucho más alta, corriendo un peligro de
ataque al corazón tres veces mayor que el resto. ¡Los
estresados tienen una probabilidad de morir de un infarto tres
veces mayor!

Pero hay más, varios estudios demuestran que los individuos


con un alto estrés tienen predisposición a generar células
cancerígenas. El estrés destroza tu sistema inmunológico.
Tienes millones de células moviéndose por todos los órganos a
través de la sangre defendiendo tu cuerpo de virus y células
cancerosas. Pero el estrés debilita esas células y elimina su
habilidad para combatir ataques. No deja que el oxígeno pase
a las células y estas no pueden hacer su trabajo, no tienen
fuerza suficiente. Las primeras manifestaciones de estrés son
resfriados y otros males pasajeros. Son los primeros avisos de
un sistema inmunológico débil. El estrés te llena de basura que
luego no expulsas. Unas peleas por aquí, algunos agravios
pasados sin olvidar y tu cuerpo arderá.

Y aún puede ser peor. Algunos se llenan de fármacos anti-


estrés con letales efectos secundarios. Hay una billonaria
industria farmacéutica y de médicos alrededor del estrés y los
estresados son sus víctimas favoritas. Muchos médicos les
recetarán pastillas con terribles efectos secundarios para tapar
un mal, pero las consecuencias serán terribles. La solución
nunca será un costoso medicamento que machacará tu cuerpo,
sino trabajar tu mente.
El error de taparse los ojos
Pero la gente se tapa los ojos, incluso la gente inteligente. No
quieren pensar en las consecuencias futuras. Hacen como si
no existiera. No remover es más cómodo. Y a la mayoría les
engañan con píldoras que les solucionarán la vida. Y ellos
encantados. A la mínima recaída pastillazo y ya está.

Otros verán el estrés como una medalla. Como si fueran el


héroe luchando contra el mundo. “¡Tú no sabes lo difícil que es
mi vida!” Un clásico. Y ya tienen disculpa para matarse con
medicaciones.

Si la mayoría supiera que haciendo un esfuerzo por analizarse


y dando un paso adelante eliminarían su estrés, no buscaría
falsas soluciones. Si supieran que se trata de no dar vueltas a
lo malo y sí a lo bueno se liberarían para siempre. Si atacan el
obstáculo automáticamente matarán al estrés.

No esperes a tener un infarto o un cuerpo destrozado para


tomar medidas. La ansiedad existe y es normal en todos. Pero
puedes atacarla de raíz. Hoy mismo. Nunca es tarde. Se puede
liquidar el estrés y tener una salud de hierro hoy. Todas las
enfermedades, y digo bien: absolutamente todas, son
mentales. Y el estrés el encargado de propagarlas. Así que
combate el estrés y tendrás una vida de calidad. Y muy larga.
4
Las causas del estrés
El Top 20 del estrés
Se han hecho múltiples estudios del estrés y sus causas en los
últimos años. Una lista que elaboró recientemente una
asociación de psicólogos europea sobre las causas de estrés
las resume muy bien por orden de importancia:

Muerte de un ser querido.


Enfermedades.
Divorcio o separación.
Ir a la cárcel.
Problemas de salud en un familiar o conocido.
Despido laboral.
Problemas financieros.
Pago de una hipoteca.
Jubilación.
Boda.
Embarazo.
Nacimiento de un hijo.
Cambio de trabajo.
Problemas con jefe o compañeros.
Hijos que abandonan el hogar.
Problemas con la ley.
Cambio del tipo de trabajo.
La pareja empieza o deja un trabajo.
Cambio de hábitos.
Cambio de casa.

Esta lista es útil por dos razones: por un lado ves que lo que
padeces tiene un nombre y por otro que le ocurre a más gente.
Ahora el estrés es más normal y manejable. No eres un bicho
raro.

Hay motivos de estrés que no están en esta lista, como un


compañero de trabajo al que no se soporta, una habitación en
la que no se está a gusto o un cambio de actitud en un familiar
que tampoco gusta. Ver a esas personas o entornos varias
veces puede ser devastador. Pero no te preocupes si tu causa
no está en la lista, todos tenemos nuestro “estrés particular”. La
lista sólo sirve para mostrar que el estrés es normal, y tu estrés
particular también es normal aunque se salga de las primeras
posiciones. Añádelo como si lo estuviera (seguro que no eres
el único) y te sentirás mejor.

El principio de toda curación es la aceptación. Cuando ves que


no estás solo todo cambia.
Pero lo que importa es tu reacción
Todos tenemos las mismas causas de estrés, pero la clave es
nuestra reacción. Por eso hay gente con más tendencia que
otras a padecer estrés. Su manera de ser les lleva a
preocuparse más, a actuar menos y a buscar menos
soluciones. Una pequeña distorsión en la vida cómoda que
buscan y ya es el peor de los dramas. Pero al mismo tiempo
hay gente permanente ocupada, que nunca se estresa.

El estrés tiene varias formas y lo que para unos es causa de


estrés, para otros puede ser un reto. Los estresados y los que
acaban en una depresión atraen al estrés viendo todo negativo.
Ven hasta en las cosas normales una causa de estrés. Parece
que necesitan estar preocupados. Si se les acaba un problema
buscarán otro con que preocuparse y lamentarse. Si se
cambian de casa será un drama. Y cuando termine la mudanza
inmediatamente se buscarán otro enemigo para agobiarse y
agobiar a otros. Cualquier noticia en la prensa o comentario de
alguien les servirá.

Hay una cosa común en el estrés: que hay un cambio por


medio. Y el cambio siempre impone. Por eso cuanto antes
aceptemos los cambios y veamos la parte positiva, antes
saldremos de una situación de estrés. Si el cambio lo vemos
como un reto en vez de como una amenaza, la vida será un
viaje. Con sus subidas y sus bajadas, pero siempre divertida.

Hay factores externos que no podemos controlar y lo mejor es


aceptar lo que ocurre. Si nos quedamos estancados en el
tráfico antes de una cita importante, si no funciona el teléfono
en una emergencia o no podemos hacer nada ante la
incompetencia de otro, lo mejor será aceptarlo y verlo como un
reto. Una prueba más para crecer.
La felicidad existía en aquel piso de
estudiantes
¿Cuando eras joven y viviste en un piso de alquiler o
compartido con otros estudiantes fuiste feliz? No era un gran
apartamento, no tenía lujos, la zona en la que estaba no era
la mejor. Y los vecinos para qué hablar. Pero fuiste feliz.

El dinero no te preocupaba, tus compañeros de piso fueron


grandes amigos. Te divertiste lo indecible. Salíais y os
divertíais a pesar de no tener dinero. Cada semana era un
mundo, ahora lo recuerdas y dices: “Ay, si volvieran esos
tiempos”.

Pero no te preocupes porque ahora lo puedes pasar igual de


bien. Si reconoces que entonces, sin apenas bienes
materiales, estabas disfrutando al máximo de la vida,
entonces ahora también puedes hacerlo. Puedes lograrlo si
persigues tus objetivos mientras sonríes.
5
Lo primero: huye de la zona
peligrosa
El estrés bueno y el malo
Un poco de estrés es bueno para aumentar el rendimiento,
pero cuando se empieza a acumular, el rendimiento ya no
crece tan rápido. El primer estrés nos hace sentir más vivos.
No es necesariamente agradable, pero es un viento que de
cara que nos hace fuertes. La fecha final de un proyecto en el
que hay que moverse rápido para acabar o un objetivo grande
que queremos terminar nos estresa en parte, pero al mismo
tiempo nos mantiene en la batalla. Estamos deseando llegar.

Pero el peligro empieza cuando aparecen más elementos


estresantes, entonces el rendimiento no sube. Es como
entrenarse para un deporte, un entrenamiento duro es bueno,
pero si nos pasamos nos dejará exhaustos para después no
conseguir nada. Hay un estrés bueno que nos hace actuar.
Algo de estrés y agitación es necesario. El problema es cuando
hay demasiado, lo que llamamos: “tener estrés”.

Los problemas surgen cuando no gestionamos bien nuestro


tiempo ni nuestros objetivos y empezamos con demasiadas
expectativas. Aparece el estrés malo y nos colapsamos. Pero
buscaremos el punto ideal, rendimiento sin que un elemento
imprevisto de estrés adicional derrumbe el castillo. No
podemos jugar con nuestra salud, buscaremos rendimiento sin
llegar al máximo y tener margen para lo imprevistos. ¿No
gastas todo el dinero que ganas no?
Huye de la luz roja en cuanto la veas
Es como entrenarse para una prueba. Un entrenamiento duro
es muy bueno, uno durísimo puede ser mejor, pero uno
demasiado duro todos los días colapsará tu cuerpo. ¿No te ha
ocurrido perseguir algo con tanto ahínco que cuanto más lo
intentabas más se alejaba) y todo salía cada vez peor? Tu
cuerpo no recuperaba suficiente energía y por mucho que lo
intentabas no podías. Yo he pasado muchas veces a la zona
peligrosa, sabía que corría un riesgo, sabía que me metía en
un pozo sin fondo y que en ese estado de sobre estrés la
eficacia era imposible. La luz roja se encendía continuamente y
tras varios fracasos me aparté a tiempo. Pero conozco mucha
gente que no escapó y se hundió en la zona peligrosa.
Acabaron deprimidos y todo lo que consiguieron antes no
sirvió. Otros, en el peor de los casos, acabaron suicidándose.

En la zona de la luz roja el estrés absorbe la energía de todo lo


que encuentra en tu cuerpo y te da ese mal aspecto “sobre
estresado”. Te coloca a un paso de un ataque de nervios.
Entonces tu peor error será caer en las garras de la industria
farmacéutica. La mayoría de médicos querrán librarse del
trabajo y de tus quejas y te darán un antidepresivo si lo pides.
Pero un antidepresivo te enganchará y no podrás vivir sin él. Y
sus efectos colaterales podrán causarte la muerte. No hoy, pero
sí dentro de unos años afectando a tu hígado, corazón o
pulmones. Como te dije antes, la solución no es la química.
Con drogas no conseguirás nada. La única solución será
trabajar tu mente.
Como salir de la zona de peligro
Lo primero que tienes que saber es que todo está en tu mente.
Por eso primero analízate. ¿Cómo estás? ¿Qué quieres? ¿Qué
persigues? Tienes que pensar si te merece la pena abarcar
tanto para resultados mediocres. Para empezar concéntrate
sólo en las pocas cosas importantes y olvida lo demás porque
no influye.

Siéntate y recapacita. Recuerda que sólo el 20% de las cosas


que haces te da el 80% de los resultados. Analiza qué es lo
más importante y decide fríamente eliminar el resto o delegarlo.
Habla con tu jefe, tu familia o con quien corresponda para
descargarte de tareas inútiles. Muéstrales que rendirás mucho
más si te concentras en lo fundamental. Tienes que
concentrarte sólo en lo importante si no quieres pasarte a la
zona peligrosa. No puedes tener todo inacabado y echar la
culpa al mundo mientras el estrés te hunde. No puedes estar
permanentemente tenso ante cualquier soplo que desnivele la
balanza. Si no controlas tus cuentas del banco, la relación con
tu jefe, la relación con tu familia y los proyectos en que te has
metido, revisa lo que realmente quieres o explotarás por algún
lado.

Repasa tu situación con el espíritu de que todo depende de ti,


de que puedes tener lo que quieras si decides ser el
responsable de tu vida. Porque lo eres. Eres el responsable de
rediseñar tu horario, tus hábitos y tus pensamientos para
conseguir lo que quieres. Si quieres puedes. El estrés es no
saber lo que se quiere.

¡Estrés es no tener objetivos claros!

¿Quieres una prueba? Piensa en lo que están estresados a tu


alrededor, piensa en los malhumorados con nervios a flor de
piel. ¿A que no tienen objetivos? ¿A que no saben lo que
quieren para su vida? Si necesitas diseñar y conseguir tus
objetivos encontrarás todo lo que necesitas en mi libro "21
Reglas para ser el mejor ESTRATEGA y
PLANIFICADOR" A continuación un extracto que
te ayudará:
La estafa de terminar pequeñas tareas
Tienes que renunciar al 80% de tus asuntos pendientes y no
hacerlas. Como lo oyes. Hay tareas que tienes que son
prioritarias y eso tiene una consecuencia: ¡Que tienes que dejar
tareas sin hacer!
Por eso el estratega sabe que el tiempo es limitado y establece
prioridades sin piedad. Y ve lo que muchos no ven: que
establecer prioridades significa renunciar a las no-prioridades.
Pero la mayoría hunde su vida con trabajos de poco valor.
"Hago pequeñas tareas que se terminen rápido y así avanzo,
qué gran sensación, ahora sólo me quedarán unas pocas
tareas pendientes". ¡Pero esas pocas tareas pendientes serán
las importantes! Y como las pequeñas tareas NUNCA se
acaban, pasarán su vida posponiendo lo importante.

Perfecto para arruinar su carrera.


¿Trabajas en tus prioridades? 3 Preguntas
que tienes que hacerte
Seguro que tienes tu agenda llena, seguro que en tu lista hay
decenas de tareas, pero si quieres llegar lejos tendrás que
renunciar a la mayoría. Tendrás que dejar sin hacer el 80%.
Entrar en la pista rápida significa salir de la pista lenta.
Conseguir lo importante significa eliminar lo no-importante.

Contesta estas 3 preguntas para aplicarlo a tu caso:


1. ¿Cuáles son tus tres tareas más importantes?
2. ¿Qué trabajos haces a diario pero no son tan decisivos como
tus tres tareas principales?
3. ¿A qué te dedicarías únicamente si sólo tuvieras tiempo para
una tarea?

Cuando lo sepas podrás dedicarte a lo grande y dejar de


perder tu vida en tareas sin sentido. Renunciar a la mayoría de
asuntos pendientes puede ser duro, pero no puedes tener
piedad porque las tareas pequeñas son el asesino silencioso
de tu futuro.

Cambiar tu manera de trabajar cuesta. “Lo has hecho siempre


así” y te resistes. Además es agradable dedicarte a pequeños
trabajos que se acaban pronto y tener la sensación de terminar
algo. Pero no puedes consumirte con pequeños trabajillos.
Renuncia fríamente o nunca terminarás el proyecto que te de el
porvenir que buscas.
La trampa de las tareas basura en la que no
caerás
Recuerdo cuando empecé a escribir libros y tenía 87 asuntos
pendientes en mi lista. Tomé la decisión firme de sólo escribir
libros, mi tarea número uno, adiós a la dos, la tres, etc.

Y llego la travesía en el desierto.

Parecía que no avanzaba --o eso creía yo-- ¡con lo bien que
estaba haciendo llamadas, repasando estadísticas o
contestando emails! En cambio con los libros no acababa, no
obtenía el placer de tachar tareas de mi lista, (evidentemente
no terminaba un libro cada día). Acostumbrado a tareas basura
que me quitaba cómodamente de encima, los libros se
resistían. Pasaban los días y no tachaba asuntos pendientes.

Pero entonces acabé el primer libro. Y la alegría fue inmensa.


Conseguir un producto que me daría buenas rentabilidades de
por vida fue increíble. El tiempo mejor invertido. ¿Qué
importaban ahora los emails sin contestar, los informes sin
hacer u otras tareas rápidas pero sin impacto en el futuro? Con
las primeras ventas lo vi claro. Ahora tenía la prueba de que
dedicarme a lo importante era la única estrategia posible.
6
5 Trampas que evitarás para no
estresarte

A continuación te describiré cómo muchos combaten


falsamente su estrés. En verdad lo único que haces es huir
para que luego el estrés vuelva con más fuerza. Estos
comportamientos son peligrosos porque crean una falsa
seguridad, nunca servirán para eliminar el estrés.
1
Taparse los ojos
¿Conoces la historia del tigre que persigue al ratón? Justo
cuando le va a cazar el ratón entierra su cabeza y el tigre le
pregunta: "¿Qué haces?" A lo que el ratón responde:
“Esconderme para que no me veas”.

No puedes tapar los síntomas. Así no matas el problema.


Tienes que ir a la raíz. No seas como el que ignora las críticas
creyendo que los demás están contra él por envidia. O el que
no va a una competición porque cree que es demasiado bueno
para eso y se encierra en un trabajo gris lamentándose de que
nadie conozca su talento. O el que se toma unas copas y dice
que unas copas no pueden hacerle nada. Todos se engañan
tapándose los ojos en vez de ir a la raíz. Pero negar la realidad
no sirve. ¿Vas a caer en su misma trampa?

La solución es analizar la raíz y no los síntomas. Si ignoras


todas las críticas, evitas las competiciones o tomas unas copas
analiza el por qué. Y después acepta que la responsabilidad
siempre es tuya. Cuanto más analices y más te
responsabilices, más poder tendrás.
2
La falsa racionalización estresa más
Una causa de estrés es racionalizar falsamente. “Bueno,
realmente no me interesaba…” Hay que analizar lo que falta y
trabajar en ello. No valen las excusas, es demasiado peligroso
no conseguir un gran cliente y justificarse con “Bueno, tampoco
me interesaba conseguirlo, me caía mal…”, en vez de mejorar
tus argumentos o presentaciones.

Racionalizamos falsamente para encontrar un escape fácil a


nuestra frustración y creamos excusas de cara a la galería.
Pero es como tener mercancía robada y decir “Todo el mundo
se aprovechó y yo no fui el que robó.” Si nos aprovechamos de
un material que se consiguió estafando no hay justificación. Es
como decir que robar indirectamente no es robar. Nunca
participamos ni robamos indirectamente, estafamos y robamos
directamente. No vale racionalizar “Le sobraba el dinero” o “Yo
sólo me aproveché de un mal que no causé”. Así sólo estás
diciendo que si alguien consigue prosperar, o sea tú mismo,
merece que le roben. Todo vuelve, el karma del universo actúa
sin piedad. Por mucho que racionalices con excusas el
universo lo equilibrará.

Cuando justificas algo malo se enciende la luz roja. Has


cometido un error y mejor revisar. No valen las excusas.
Puedes engañarte justificando un fracaso y diciendo que no fue
culpa tuya. No es delito. Pero la ley del karma no perdonará y
lo que das volverá con creces.
3
No tomar decisiones
No tomar una decisión puede ser lo más estresante en tu vida.
Elijo esta carrera o esta otra, este trabajo o este otro, esta
persona o esta otra. Un ciclón de dudas y miedo a confundirnos
que puede volvernos locos. Sobre todo al elegir algo con lo que
pasaremos el resto de nuestra vida.

¿Dejo mi trabajo y monto un negocio con posibilidades


inmensas pero sin seguridad al principio o sigo con un trabajo
seguro año tras año, encerrado en una cárcel de aburrimiento
de 9 a 5 ? ¿Me lanzo a la piscina con esa persona? ¿Elijo ese
modo de vida? Sí, no, sí, no, sí, no... Así puedes estar años.
¡Hasta que la persona, negocio o modo de vida deja de
esperar! Estuviste muy cómodo sin decidirte, no querías fallar.
Pero al final se produjo el peor caso: perderlo todo. Tendemos
a evitar las grandes decisiones, pero posponiéndolas sólo
generamos sufrimiento.

Cuidado con prolongar una decisión porque puedes perderlo


todo. Puedes elegir entre dos ofertas de trabajo o posponerlas,
pero cuanto más pospongas más estrés y más probable que se
cierre una de las puertas (quizás la mejor). ¿Cuál es la
solución?

Lanzarte y pensar que elijas lo que elijas siempre tendrás


ventajas.

Otras veces hay que elegir entre dos cosas no tan buenas.
¿Pierdo el dinero o el trabajo? ¿Tomo el tratamiento o no lo
tomo? ¿Abandono ese objetivo o ese otro? Aquí vale la misma
estrategia, pensar que tu elección siempre tendrá ventajas.

Si ahora tienes alguna decisión pendiente, ya lo sabes,


decídete y acertarás.
4
Rituales innecesarios
El que no pisa las rayas de las aceras, el que comprueba tres
veces si ha cerrado bien la cerradura o el que repite la misma
frase 5 veces se está cargando de estrés innecesario.

Tenemos rituales sin sentido para eliminar el estrés que al final


estresan más y nos dominan. Agarrarse a una superstición
creyendo que estaremos seguros no sirve. Tocar madera para
tener buena suerte no funciona.

El otro día observé el ritual de pago de un cliente en una


tienda. Le llevó varios minutos sacar la tarjeta de crédito y
cambiársela de manos un montón de veces explicándole al
dependiente que eso le daba suerte. Conté hasta siete
intercambios. No sólo aumentó su estrés sino el del
dependiente. Es un caso extremo, pero también lo es la
acumulación de pequeñas supersticiones a lo largo de un día.

Hay gente que necesita tratamiento, como el que volvía a casa


diez veces para comprobar si había dejado el gas cerrado.
Suena gracioso (no para él), pero si no vigilamos estos rituales
supersticiosos tan graciosos querrán imponerse. Cuando
toquemos el suelo creyendo que da suerte, la siguiente vez lo
haremos dos veces para asegurarnos, y al final lo haremos
diez veces convirtiéndolo en un show que competirá con el de
la tarjeta de pago de antes.
5
Cualquier tiempo pasado fue mejor
¿Te acuerdas de aquel viaje?
¿Te acuerdas aquel día que lo pasamos tan bien?
¿Te acuerdas cuando conseguimos aquel premio proyecto?
Muchos han elegido vivir en el pasado. Se acuerdan de los
viejos tiempos como lo único bueno.
Pero eso en una fuente de estrés. Hay una tendencia innata a
pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero en el
pasado también tuvimos malos momentos y problemas que
superar. En el pasado también pensábamos “cualquier tiempo
pasado fue mejor”. Así que utiliza ese pasado como ejemplo y
cuando te lamentes con un “cualquier tiempo pasado fue mejor”
di “Es mentira, lo mejor está por llegar.”

Sólo vale el ahora. No te compliques con lo bueno que ya pasó.


Se trata del momento actual. El estrés desaparecería del
mundo si viviéramos más el presente. Y puedes sonreír hoy.
Puedes disfrutar del momento hoy. Simplemente utiliza el truco
de mirarte dentro de veinte años recordando ese pasado
(ahora) tan feliz.

Evitando estas 5 trampas tendrás una armadura contra el


estrés. Reconocerlas ya es el 80% de la solución. Recuerda:
no te tapes los ojos, no busques excusas, no te tomes nada
personalmente, elimina los rituales innecesarios y vive el ahora.
7
No se trata del autocontrol
Historia de una separación
¿Por qué perjudicamos a los que más queremos? ¿Si les
queremos tanto por qué volcamos nuestro estrés en ellos?
Seguro que te ha pasado, volcaste tu mal genio en quién
menos lo merecía. Y viceversa, fuiste la víctima sin razón.

Mi amigo Alberto estuvo años volcando su estrés con su mujer,


una persona adorable. Lo racionalizó culpándola de todo. Era
su culpa cuando llegaba tarde, cuando llegaba antes, cuando
estaba enfadado, cuando la comida sabía mal o cuando los
niños se portaban mal. Y su mujer aguantó varios años sin una
mala palabra. Nunca contestó. Por eso fue un blanco fácil.
Todo se lo guardaba. A ella no le gustaba la confrontación y
quería tranquilidad. Pero lo único que hizo fue mostrar su
acuerdo con la situación. Hasta que una mañana sintió un
ataque de ansiedad y decidió darle una mala noticia a su
marido.
Le dijo que no le quería y que por su salud mental necesitaba
el divorcio. Así, de golpe. De cero a cien. Lógicamente Alberto
quedo devastado. "Fue de repente y sin ninguna razón" me
dijo. Pero no, no fue de repente ni sin ninguna razón. Abusó
demasiado tiempo del buen carácter de su mujer. Ella quería
quererle pero un día vio que ya no sentía nada.
Y ahora sería fácil volcar toda la culpa de la ruptura en mi
amigo. Pero no, ella tuvo su papel porque permitió ese abuso.
Y lo más peligroso es que acabe en otra relación donde
también permita abuso psicológico y acabe mal.
Pero tengo que decir que su mujer aprendió la lección y ahora
está felizmente casada con una persona mejor. Mi amigo en
cambio no superó el trago, insiste en que la culpa fue de ella.
Está ciego para ver la realidad.
Por qué algunos eliminan su estrés
¿Por qué algunos son un fenómeno dentro y fuera de su
campo a pesar del estrés? Porque los buenos jefes,
negociadores u otros puestos de responsabilidad canalizan su
energía negativa produciendo. Por eso son buenos en lo que
hacen. Y luego con su familia y amigos tienen el mejor humor.
Esa es la manera buena de enfocarlo.
Pero desgraciadamente otros, en un falso mecanismo de
defensa, vuelcan su frustración con su pareja, sus hijos o el
primer conductor que vean. Es la única manera que tienen de
canalizar su energía negativa. Racionalizan sus males
echándoles la culpa y creen que así eliminarán su estrés. Lo
que para unos es bueno y desemboca en superproductividad,
para otros degenera en ansiedad, fatalismo y ganas de líos.
Pagan sus ataques de ira con inocentes y al final acaban solos.

Pero hay solución, se puede reconducir la energía negativa a


productividad laboral o mental. Tener predisposición al estrés
no significa que haya que sufrirlo de por vida. Puedes
transformarlo en resultados. Estate preparado para cuando
veas un brote de genio y transfórmalo en movimiento
productivo. Libera esa tensión y muévete. Produce con genio.
Sé como el jugador que saca su garra y gana el partido.
Veamos la manera de hacerlo mal y la manera de hacerlo bien.
Lo primero: no es el autocontrol
No dar salida a la rabia a las hormonas del estrés te convertirá
en una olla a presión. La interiorización de los sentimientos no
es algo bueno, retener los sentimientos vuelve loco. Puede
parecer admirable a primera vista, mantenerse frío es “cool”,
pero tienes que canalizar los sentimientos o explotarás.

Por eso se equivocan los que se enorgullecen del autocontrol.


No se dan cuenta que necesitan un escape. Pero como el
autocontrol es algo socialmente aceptable, aguantan todo y se
convierten en una bomba de relojería. En reuniones sociales o
en el trabajo se controlan, pero de puertas para adentro bajan
la guardia y lo pagan con el primero que ven. Entonces cuando
se sienten a salvo en casa, en el coche o con su droga
preferida, explotan.

Es el caso de la "bellísima" persona con reputación de ayudar y


sin salidas de tono. Al de unos años salen a la luz sus
monstruosidades. De puertas para adentro se quitaba la
máscara social y era un egoísta que no ayudaba nada a su
familia, se quejaba todo el día y aterraba a sus hijos con un
temperamento explosivo.
No hubiera ocurrido esto canalizando su estrés.
Cómo NO canalizar la energía negativa
Arturo Z. volvió de unos meses de trabajo intenso acumulando
estrés en una plataforma petrolífera. Hasta entonces la relación
con su mujer había sido idílica. Pero cuando volvió a casa tras
aquella experiencia, los problemas comenzaron. El viejo Arturo
desapareció. Ahora era intolerante en todo. Se enfadaba con
su mujer por cualquier cosa. Basta que cayera algo al suelo
para llamarla incompetente. Conducía como un loco gritando a
otros conductores y empezó a tener trifulcas con sus hasta
entonces amigos. La influencia del alcohol, cada vez más
fuerte, tampoco arreglaba las cosas.
Cuando su mujer quiso arreglar el problema acercándose a él y
ofreciendo su ayuda, estalló toda su rabia contra ella diciendo
que era ella la que había cambiado. Y la relación empeoró. Le
recomendaron un terapeuta pero se negó. La situación terminó
en separación. Hoy todavía sigue consumiéndose con esa
actitud.

Este es un ejemplo de cómo no canalizar la energía negativa.


Ahora otro de como sí hacerlo.
Cómo SÍ canalizar la energía negativa
Alfonso, otro amigo mío, tiene una manera muy distinta de
canalizar su energía negativa. También tiene un trabajo
estresante. Se ha hecho cargo de una compañía en crisis que
tiene que reflotar. La situación diaria con despidos,
negociaciones y reconversiones es muy ingrata. Me ha
confesado abiertamente sus miedos y frustraciones, pero dice
que canaliza esas frustraciones con mayor productividad. Ha
decidido que participa en una competición, como cuando era
pequeño y hacía atletismo. Cada día es una carrera donde
aprende y se hace más fuerte. Siempre sacará algo bueno.
En vez de consumirse, crece. Ésta es la manera de eliminar
estrés.
Cambia a las primeras señales
Estar a malas con otros es un signo de estrés. No es bueno
porque ni es un desahogo, ni te ayuda personalmente. Cuando
te empiece a molestar cualquier comentario, cuando conduzcas
agresivamente o cuando tengas un arrebato sin más piensa en
hacer más deporte para quemar toxinas, en cantar o dar saltos
para estar alegre o en pasar más tiempo con tu hobby favorito.
Te sentirás mucho mejor después. Los que no canalizan el
estrés lo acumulan en capas. Y es sólo cuestión de tiempo que
esas capas se desborden y arrasen con todo lo que pillen a su
alrededor.

Así que encuentra la manera positiva de sacarlo. No tienes que


golpear una pared, eso sólo te carga de más energía negativa.
Simplemente transforma esa energía en alegría. Sonríe
aunque sea en el peor de los días.

Además puedes prevenir esa irritabilidad con antelación. Si te


enfadas por pequeñas cosas, si explota tu mal genio cuando
alguien te interrumpe, si no puedes dormir bien, si pones mala
cara recordando la misma escena varias veces o si crees que
hablan a tus espaldas, hay un inminente estrés en
construcción.

Pero estás a tiempo. ¿La solución? Sonreír en cuanto notes el


primer soplo negativo. En vez de volcar tu enfado con quien no
se lo merece, sonríe como si estuvieras contento y te
contagiarás por dentro. Automáticamente tus emociones
cambiarán. Un pequeño esfuerzo y surgirá tu mejor sonrisa. Lo
que podía haber degenerado en pelea se ha convertido en un
momento divertido con tu pareja. Pruébalo, verás el poder que
da convertir un mal momento en uno bueno. ¡Funciona!

El otro día repostando gasolina tras un día estresante me


pareció que el empleado estaba tardando una barbaridad.
Noté que me volvía paranoico creyendo que lo hacía adrede y
pensé en decirle: "¿Podrías hacerlo todavía más despacio?"
Tenía ganas de estallar. Mis pensamientos negativos me
invadían (y le afectaban a él también) y practiqué la técnica
anterior.
No tenía sentido cargar la culpa sobre alguien que sólo hacía
su trabajo (ni bien ni mal) y que no era un mago para regular
la velocidad a la que bombea la gasolina. Respiré hondo y me
dije que todo estaba bien. No pasaba nada por estar ahí
esperando. ¿Por qué no sonreír y contagiar mi interior? Y
automáticamente mi sonrisa me cambió.
Vi el trabajo que tenía, con más coches y más conductores
mirándole con mala cara igualmente y le dije: "Es increíble
cómo puedes echar gasolina con 20 personas en la cola
mirándote con mala cara." Automáticamente él también me
sonrió y me dio un explicación de no sé qué, que aprendes a
aislarte y que bla, bla, bla... Buen rollo.
Él se sintió mejor y yo me liberé al momento. Pude haber
salido de la gasolinera de peor humor, nada aconsejable al
volante, pero gracias a eso el día cambió.
8
6 Remedios naturales para eliminar
el estrés

Solamente saber que existen estas reacciones y que otros


también lo padecen es en sí un potente des estresante.
Conocer los problemas da poder. Es el primer paso para
eliminarlos. Pero igualmente te daré la solución.
Come más sano
Algunos pierden el apetito durante el estrés, pero es el
momento en que más energía hay que tener. Con el estrés, al
igual que con el miedo, el metabolismo se pone en guardia
rechazando cualquier carga extra. Pero a la larga esto rebaja tu
energía y se convierte en un estresante en sí mismo. A menor
energía más estrés y se entra en una espiral de debilidad y
descontrol.
Para solucionar la falta de apetito toma Vitamina B y C. Busca
siempre alimentos naturales que las contengan. Son ricos en
vitamina B: cereales integrales, aguacate, nueces, pasas y
soja. Para vitamina C te servirán las fresas, los kiwis y las
naranjas.
Adiós a la cafeína
El café es un terrible estresante. La cafeína no solo obliga al
cerebro a consumir más agua de la necesaria (por una taza de
café deberíamos de compensar el cuerpo con 6 de agua), sino
que fomenta la secreción de adrenalina igual que el alcohol y el
azúcar. Yo no aconsejo el café para nada, ni siquiera las 2 a 3
tazas que recomiendan algunos médicos. Me parece una
locura. El café es una droga legal que incide directamente al
cerebro. Evítalo como la peste.
Prueba pasar tres días sin café y verás como duermes mejor,
produces más y estás más feliz. Si te cuesta sustitúyelo
escalonadamente por té.
¿Fumar? Ni de lejos
Muchos creen aliviar su estrés fumando. Pero solo se producen
más ansiedad y de paso destrozan su salud. Todos los males
que hayas oído sobre el tabaco son ciertos.
La nicotina no alivia, alivia el oxigeno que se introduce en los
pulmones al aspirar profundamente una calada (cargada de
veneno). Esa es la falsa ilusión de los fumadores. Igualmente
les crea una adicción espantosa y creen que no pueden hacer
nada sin un cigarrillo por medio.
Oblígate a hacer más deporte y verás cómo es más fácil dejar
de fumar así.
Eliminar los dulces
La glucosa es una fuente de energía a corto plazo, pero su
efecto es demasiado breve. El que come chocolate busca
sentirse bien, estudiar más y rendir más gracias al “subidón” de
azúcar. Pero al mismo tiempo está ingiriendo grasas y
estabilizantes cancerígenos a cambio de una sensación que
dura demasiado poco.
Dulces fuera.
(Si necesitas cambiar de hábitos, encontrarás la manera fácil
de conseguirlo en mi libro "El Método Rápido para eliminar tus
Malos Hábitos")
Eliminar los ataques de comida compulsiva
Esto es para los que se lanzan a la caja de galletas para
sentirse mejor. Muchos lo hacen inconscientemente para verse
a disgusto en una sociedad donde se supone (sin sentido) que
la delgadez es bella. Otros lo hacen para sentirse bien el
momento en el que comen, pero es un placer demasiado breve
y las consecuencias se pagan durante mucho tiempo.
Al sobre comer también machacan su estómago y llenan su
cuerpo con la química que abunda en la comida elaborada y
fácil de preparar. Cuenta hasta 10 antes de comer sin freno o
tomate dos vasos de agua primero. Verás como el impulso
desaparece.
Nunca buscar soluciones en la “ química”
Como dije antes, muchos buscan soluciones en la química.
Gran error. Tanto las drogas oficiales como las no oficiales dan
un beneficio a corto plazo (algunas veces útil para mitigar
dolor), pero sus efectos secundarios y la adicción física y
mental que producen matan.
Si puedes desengánchate de los fármacos oficiales en cuanto
acabe el período del dolor. Aunque te cueste los primeros días.
Acostúmbrate un poco a esa incomodidad y verás que en
seguida desaparece. Piensa sino en lo devastador de esas
drogas a largo plazo.
Los efectos secundarios de los fármacos los pagarás con tu
vida. Tanto las medicinas como las drogas ilegales tipo cocaína
dejarán unos agujeros en tu cerebro como pelotas de golf y te
destrozarán desde el hígado hasta la piel. Cuidado también con
drogas supuestamente "buenas" cono la marihuana. Conozco
demasiada gente que tras ser brillante y divertida con esas
drogas, ahora son cadáveres andantes con dificultad para
pensar.
Nadie encontrará la solución en las drogas (incluyo el alcohol).
El camino fácil es el más difícil.
9
12 Alternativas para prevenir y no
dejar que aparezca el estrés

Existen muchas maneras de prevenir el estrés, y siempre habrá


una que se adapte a tu personalidad. Aquí te doy unas
cuantas. No son dogmas, puedes darles tu variación y ver
cómo funcionan.

Estas alternativas son sencillas y su fuerza es la prevención. Si


atajas un problema cuando aparece te quitarás mucho estrés
por el camino. Arrancando los brotes de estrés eliminarás
malos ratos y el estrés a largo plazo que mata a tanta gente.
Internalizarás esto procesos y cada vez que surja el mismo
patrón ya sabrás cómo actuar.

Aquí van las 12 alternativas:


1
El raquetazo
Los pensamientos negativos son irreales y lo único que hacen
es causarte estrés. Pero eliminarlos es más fácil de lo que
crees. La solución para dejar de sentirte mal es fácil: devolver
esos pensamientos como una pelota de tenis. Raquetazo.
Viene un pensamiento negativo y lo niegas: “No, no y no” y
raquetazo para que no vuelva. En cuanto notes ira o un mal
recuerdo, raquetazo de vuelta. ¡Esto no es para mí!

Un raquetazo puede cambiar tu vida. Los pensamientos


negativos son malos, muy malos, y si practicas cada día el
deporte de devolverlos según vienen despegarás como un
avión. En cuanto venga una mala idea di: “No, no y no”, y a
pensar en algo bueno. Al final hasta sonreirás ante lo negativo
porque sabes el raquetazo que le espera.

Los pensamientos negativos son la causa más común de


estrés, son devastadores, se comen tu tiempo y matan tu
productividad. Dejarles pasar rebajará tu energía a cero.
Deshazte al momento de cualquier pensamiento molesto. No
des vueltas ni un minuto a aquel comentario negativo. ¿Para
qué? Raquetazo y fuera. Así transformarás los días de
desmoralización y odio en días productivos de avances.

¡Raquetazo!
2
Da las gracias por lo que tienes
La satisfacción es mirar todo lo que has conseguido y sentirte
orgulloso. Has tenido mucha suerte en la vida y te han pasado
cosas muy buenas. Da las gracias y te sentirás bien.

Yo he tenido muchos contratiempos, como todo el mundo.


Hace poco tuve una negociación importante con un proveedor,
un más que interesante acuerdo. Pero no salió.

En vez de desmoralizarme pensé en todos los acuerdos que


había conseguido. Pensé que negociar con ellos ya era un
avance, hablando con cualquier grande de tú a tú. Y también
tenía buenos productos para comercializar por mi cuenta, algo
al alcance de pocos. El trato hubiera estado bien, pero ya tenía
más de lo que quería con mi salud, un trabajo que me gustaba
y un estilo de vida por el que hubiera dado un brazo hace años.
Y también pensé: “Si no surgió el trato es porque no tenía que
haber surgido. De algo habrá servido.” Y tres meses más tarde
cerré otro trato más ventajoso aún con otra empresa más
grande. Todo gracias a lo que aprendí en la anterior
negociación. Sólo nos fijamos en lo negativo, pero la clave es
utilizar lo malo a nuestro favor.

¿Por qué no te paras unos minutos a pensar en lo bueno de tus


últimos cinco años? Haz una lista de cinco cosas que te
enorgullezcan y cada vez que te dé un bajón moral piensa en
ellas. Verás cómo todo cambia.

Ante cualquier desacuerdo o paso atrás, piensa en lo


conseguido y lo aprendido. Da las gracias y verás como todo
cambia.
3
Las pequeñas pausas
Una manera sencilla de rebajar estrés es con pequeñas
pausas. Pausas de tres minutos en las que no hagas nada,
simplemente respirar, tomar un par de vasos de agua o mirar al
infinito. Parece una tontería pero es fundamental para que tu
cerebro se recupere. Milagrosamente esos tres minutos te
reengancharán a tope y tu salud a la larga lo notará.

Prueba a desconectar tres minutos cada media hora. Serán un


alivio brutal. Para rendir mucho y de seguido, haz una pausa
cada treinta minutos y date un pequeño premio: un té, una
galleta, una mini partida a tu videojuego favorito o recostarte y
mirar al techo. Funciona.
4
“ Esto es lo que va a pasar…” y pasará
Somos los que creemos. Cuidado con lo que piensas porque
se cumple. Si piensas que tendrás “suerte”, la tendrás.

Son profecías que se cumplen, si te dicen que algo te sentará


mal y te lo crees, te sentará mal. Si te dicen que te sentará bien
y te lo crees, te sentará bien. Es como cuando tras una mala
comida algunos se encuentran mal pero tú te niegas a
pensarlo. “A mí no, tengo cosas más importantes que hacer”, y
sigues como una rosa. He visto casos de personas un grupo
enfermo que dijeron: “Me niego a tener fiebre, tengo demasiado
que hacer”, y automáticamente la fiebre les respetó, mientras el
resto iba cayendo como fichas de dominó. O los que se
“negaron” a marearse en un barco. O a los que el médico les
dijo: “Tienes X y respondieron: “No, no lo tengo” y apareció la
cura milagrosa.

El cerebro manda y lo que programamos se cumple. Tienes un


campo muy amplio para ponerlo a tu favor. Si piensas en
positivo te ocurrirá lo bueno, y si piensas en negativo te ocurrirá
lo malo. Así que maneja tus pensamientos: “No me voy a poner
enfermo, nada de tonterías” o “Se acabó, voy a ponerme en
forma y haré ejercicio cuatro veces por semana.” Y en ambos
casos lo conseguirás.
5
Reírte te pondrá un peldaño por encima
El que se ríe en plena tormenta viaja en primera clase. Si te
ríes y produces en medio de la tensión, tu vida sube un
peldaño. Si te dejas afectar por un pensamiento negativo,
cedes a la tentación de criticar o te rindes, tu vida baja un
peldaño.

Por eso ríete cuando tengas un problema porque tienes la


suerte de echar una partida de ajedrez. Ríete cuando veas que
alguien es hostil porque eso significa que eres mejor. Ríete de
los agravios pasados porque así serás más fuerte que el
pasado, te habrá servido como universidad para aprender
mientras a los demás sólo les ha servido para que su vida se
estanque.

Utiliza incluso la energía negativa a tu favor. Los malos


comentarios que oigas, las malas miradas, las hostilidades o
ataques que recibas (y ojalá recibas muchos, porque eso es
señal de que estás subiendo) los puedes utilizar a tu favor. Tu
gasolina para seguir ascendiendo. Donde otros se hunden en
el estrés, tú todavía tienes más gasolina para seguir.

Todo con una sonrisa. La risa afinará tu mente y serás mucho


más productivo.
6
El momento de mal genio… creativo
Una divertida manera de deshacerte de un estrés naciente es
con desahogo físico o intelectual. La actividad reconvertirá tu
tensión en productividad.

Es ese momento de genio en los que trabajas en tu plan hasta


acabarlo de pura “mala leche”. Es cuando te pones en marcha
por llevar la contraria a los que no creen en ti. Es cuando no
paras hasta terminar, puñetazo en la mesa incluido. Entonces
ves lo conseguido e incluso agradeces al estrés por
espabilarte.

Adiós estrés y bienvenido a ese proyecto terminado, a ese libro


escrito o a la gestión conseguida que otros siempre posponen.
7
Tu hobby
Búscate un hobby. Encontrarás en tu afición a tu gran aliado
para llenarte de fuerza.

Busca algo que te guste. Vale correr un maratón, vale construir


catedrales con cerillas, vale un videojuego, vale un paseo por
el monte, vale jugar al golf, vale jugar al parchís, vale
coleccionar fotografías de principios de siglo, vale ver obras a
pie de calle y vale salir con tus amigos. Elige tu hobby sin
prejuicios. Lo importante es que disfrutes y desconectes.
8
Formarse: De sapo a príncipe
Uno de los mejores anti estresantes es leer y formarse. Gente
que no leyó más de dos libros en su vida me confesó sentirse
mucho mejor cuando apartaron un tiempo de lectura diario.
Además de la información, cuando leían se relajaban y
ordenaban sus ideas. Auténticos patanes sin vocabulario ni
cultura que encontraron en los libros una nueva vida y pasaron
de sapos a príncipes. Además de dar sentido a su vida, como
beneficio secundario dispararon su carrera y su habilidad para
ganar dinero.

“Leer cambió todo, —reconocen— empecé con veinte minutos


al día, pero lo aumenté a una hora”. Y ya no lo dejan. Quieren
saber más para ganar más y vivir más vidas gracias a los
libros.
9
Pedir perdón hará maravillas
Solucionarás cualquier embrollo si en el momento que te veas
agresivo te controlas y cuentas hasta diez. Pero si no pudiste
controlarte pedir perdón servirá. Nada como pedir perdón para
salir de problemas, y cuanto antes mejor.

Pero tienes que decirlo. No vale seguir con buena cara como si
no hubiera pasado nada. Tienes que decir que lo sientes. Si no
es al momento, más tarde. Al de una hora, al de un día o al de
un año. Nunca estará de más que digas a tus familiares o
amigos: ¿Recuerdas hace 10 años cuando hice aquello? La
verdad es que lo siento. Sonreirán nerviosamente y dirán que
lo olvidaron. Pero nunca lo olvidaron. Y te lo agradecerán
aunque no lo reconozcan, les causarás una increíble impresión.
Si otros no quieren pedir perdón allá ellos, pero date el placer
de tener el poder de pedir perdón. El más beneficiado serás tú.

Importante: se sincero. No vale decir “lo siento estaba


estresado pero tu tampoco me ayudaste.” No vale "Lo siento,
pero es que hay personas que se merecen un bofetón."
Tampoco vale “Tu también tuviste parte de culpa.” Los medios
perdones no valen. Pide perdón al 100%. Hazlo sincero o no lo
hagas.
10
Tomarte dos días libres
Esto lo puedes hacer perfectamente los fines de semana.
Guárdate dos días para descansar. ¡Dos! Y pasa tu tiempo libre
como quieras. Oblígate a desconectar porque en situaciones
de estrés se sigue trabajando física y mentalmente los sábados
y domingos.
Hace unos años me encontré en una situación así. Escribía a
tiempo completo, hacía deporte como nunca y al mismo tiempo
trataba de mantener una vida social sin descanso. Tenía
demasiado que hacer y "aprovechaba" las mañanas (y
finalmente las tardes) del sábado y domingo para también
seguir haciendo cosas. Entonces empecé a no rendir ni a
terminar nada. Trabajaba demasiado ineficientemente. Ni
producía ni me divertía. Tomarme un día libre me parecía una
locura. Así que seguí trabajando sin llegar a nada. No lo
entendía. Ni rendía, ni pasaba tiempo con quién me apetecía.
No podía más y al final por pura desesperación me tomé dos
días libres.
Y funcionó. El primer día descansé y mi mente se quedó en
blanco. Pura saturación. Pero el segundo día por la mañana
empezaron a aclarase mis ideas y por la tarde sentía como si
tuviera el control. Al día siguiente cuando empecé pronto, todo
se conectó y terminé de escribir y producir dos libros que había
empezado hace tiempo. Pensaba ágilmente, como si una
fuerza exterior me llevara en volandas.
Aquella semana fue un éxito, así que inauguré la costumbre de
tomarme dos días libres por semana. Lo mejor fue mi nuevo
entusiasmo y retener todos los datos y planes mentalmente.
Ahora sabía cómo hacer más en menos tiempo. Me bastaban
cinco de pleno rendimiento para lo que antes necesitaba siete.
¡Y con dos días extra de descanso! Pruébalo.
11
Dormir
Dormir es paz para la mente. Si no duermes bien, al día
siguiente no funcionas, así de sencillo. Tienes que reparar el
coche que te lleva. Y los nutrientes que tu cuerpo necesita sólo
aparecen al dormir. Aquí van 3 ideas para poder dormir:

1. No te preocupes: estar tumbado también cuenta


Muchos temen la hora de irse a dormir porque aparecen las
preocupaciones y pasarán horas dando vueltas. Pero la clave
está en no preocuparse. No hay que dar importancia a no
quedarse dormido. La manera de romper el círculo vicioso
preocupación-insomnio-preocupación es no preocuparse por el
sueño. Nada como tumbarse a descansar y reírte de los
pensamientos que aparezcan.
¿Te parece difícil dormir en días ajetreados? Pues inténtalo,
intentar descansar ya es bueno en sí mismo. Si te tumbas y no
puedes dormir no te preocupes. Estar tumbado y relajado
también cuenta.

2. Ayúdate del libro del sueño


Intenta leer un libro al meterte en la cama. Verás qué rápido
viene el sueño cuando dejas de pretenderlo. Aquello a lo que te
resistes persiste, así que toma un libro que tape tus
preocupaciones y cuando notes que tus ojos se cierran, apaga
la luz. Te dormirás fácilmente así.

3. Empieza a dormir de día


Empieza a "dormir" durante el día. Imagina que cuando te
metas en la cama tendrás un gran sueño. Si programas tu
subconsciente así, en cuanto apagues la luz estarás roncando.

El sueño solo es un problema cuando te preocupas por él. Y no


te preocupes porque nadie se ha muerto de falta de sueño.
Incluso hay gente que consigue muchísimo con pocas horas de
sueño. Que el insomnio no domine tus pensamientos. Si tu
cuerpo necesita descansar, deja de darle vueltas que ya
descansará. Aunque tú no quieras.
12
Ver las preocupaciones como algo normal
En el momento en que reconozcas que la tensión es normal y
que preocuparte no sirve de nada, el estrés desaparecerá.
Hay personas que se agobian e incluso creen tener todo tipo
de dolores y enfermedades como el cáncer. Pero es el estrés
quien produce esas molestias físicas. El término exacto es
dolor psicosomático. Enfermedades que solo existen en la
mente. Pero hay un efecto peligroso en el dolor psicosomático:
si lo visualizas esas enfermedades saldrán "de verdad" en el
futuro. Por eso en cuanto reconozcas el estrés reconvierte esa
energía en productividad. Así evitarás enfermedades graves
como el cáncer o ataques al corazón.

Cientos de datos corroboran que una vida plena y un cerebro


bien ordenado evitan enfermedades peligrosas. Y más aún: el
que tiene esas enfermedades pero cambia su manera de
pensar, las elimina. Son aquellos que han ganado al cáncer
gracias a llenarse de pensamientos positivos y buenos
objetivos. Cuando tiene algo por lo que luchar, el cerebro
automáticamente cancela la producción de células cancerosas.

Con cualquiera de estos consejos podrás eliminar el estrés.


Utiliza el que mejor se adapte a tu personalidad. Da un
raquetazo, sonríe, despersonalízate, desconecta, ten un hobby
o hazte preguntas. Elige el que mejor se adapte a ti.

No bajes nunca la guardia contra el estrés. Es un juego a largo


plazo que formará parte de tu vida y te servirá para hacerte
mejor. Estoy seguro que eliminarás muchos males
combatiendo tu estrés con energía positiva. El estrés puede
atacar a cualquiera y en cualquier momento, pero si sabes que
está ahí y que la solución está en tu mente y no en los
fármacos, podrás con él. Podrás ganar a cualquier mal con una
buena actitud. Estos son más enemigos que vencerás gracias
a estos consejos:

-Dolor de cuello
-Insomnio
-Depresión
-Temblores
-Diabetes
-Eccemas
-Náuseas
-Constipados
-Dolores de cabeza
-Úlceras
-Obesidad
-Infertilidad
-Irregularidades menstruales
-Dolor de espalda
-Actos nerviosos compulsivos
-Indigestiones
-Tiroides
-Pérdida de peso
-Aumento de peso
-Asma
-Infecciones
-Tuberculosis
-Y migrañas

¿Te merece la pena intentarlo?


10
Cómo combatir estas
consecuencias graves del Estrés

Recuerdo hace años cuando tenía golpes de mal humor y no


sabía por qué. No tenía ninguna estrategia para combatirlo y
perdí mucho tiempo desgastando mis fuerzas. Me faltaba un
sistema para pensar con claridad. Eso unido al poco ejercicio
físico y a la comida basura me ponía de mal genio. Tenía la
sensación de que mi humor iba y venía a su antojo y que no
podía hacer nada.
Pero me negué y decidí leer todo sobre el estrés porque mi
salud mental estaba en juego. Entonces vi que todo el mundo
sentía estrés y que podía ganarle con varias métodos. Que
podía vivir sin depender de las corrientes de humor.
Por eso te enseño no sólo a cortar el estrés antes de que
aparezca sino a combatir los efectos de un estrés avanzado.
Ser agresivo u otros desahogos del estrés ya no serán un
problema.
Cómo combatir la agresión verbal
Una de las peores reacciones al estrés es la agresión. Además
de los daños directos y de perder tu credibilidad con los que te
quieren, ser agresivo te castiga con más estrés.
La agresión es definitivamente la peor manera de resolver un
problema, crea más problemas de los que resuelve. La
agresión no desahoga, lo empeora todo mucho más. Existe
gente que cree que la única solución es atacar. Pero lo único
que consiguen es cavar su propia tumba. Un buen día
tropiezan con otro agresivo y adiós.

Así que la solución es evidente: Ser consciente que la agresión


no es una opción. Sabiendo esto no tendrás reacciones físicas
que te llevarán a la perdición.
La agresión no implica siempre un ataque físico. Recuerdo una
vez estar peleándome con un proyecto que se resistía y pedir
un café (era cuando bebía café, ya abandoné ese potente
estresante). Me dijeron razonablemente que en un minuto me
lo pondrían. Me levanté de mal humor murmurando algo así
como "tiene que hacérselo uno todo" y fui a la pequeña cocina
de la oficina de mal humor y maltratando alguna puerta. Menos
mal que me fui porque me hubiera arrepentido mucho de lo que
pensaba decir. Pero al alejarme me entró la risa (quizás el
cambio de ambiente), entonces me di cuenta que no tenía
sentido ponerse agresivo. Hoy me río cuando me viene algún
impulso parecido. Reconozco cuando puede pasar y
automáticamente lo evito. Cuando las hormonas están
atrapadas, el cuerpo está demasiado encendido buscando
pelea y eso puede destrozar relaciones. Así que respiro hondo
y me pregunto: “¿Me merece la pena gastar mi energía en
agresividad porque algo no sale justo como quería? ¿No tendré
yo mi parte de culpa?”
En cuanto veas que has hecho algo mal, respira hondo y
admite tu falta. Así eliminarás cualquier agresividad.
¡Corta tus pérdidas!
Lo anterior sirve para que el estrés no degenere. ¿Pero qué
pasa cuando el daño está hecho? Es sencillo: corta tus
pérdidas.
Si has dado una contestación innecesaria o agredido a otros, lo
mejor que puedes hacer es parar. Muchas veces la gente que
explota sigue porque cree que el daño está hecho. Entonces
aprovechan para “desahogarse más”. Pero eso es peor. Eso
convierte una situación mala en una irreversible.
Si tienes ganas de gritar al mundo haz lo contrario. Cuenta
hasta 10 y di algo bueno o neutral, habla del tiempo si hace
falta. Automáticamente te sentirás mejor. Y Eso no es reprimir
tu rabia, es canalizarla en energía positiva.
Cómo combatir la agresión desviada
La agresión desviada se produce cuando alguien no puede con
su fuente de estrés y lo paga con los que tiene alrededor.
Alguien que ha hecho un buen trabajo pero no ha sido
recompensado, alguien que no ha sido admitido a pesar de sus
méritos o alguien que cree que merece más de lo que tiene.
Pagan su frustración con otra persona que se encuentran
aleatoriamente. Alguien les dice algo y reaccionan
enrabietados sin venir a cuento. O les llevan la contraria y
provocan una pelea en un bar. Incluso caen en la paranoia de
creer que alguien se ríe de ellos y atacan a un inocente.

Necesitan muy poca justificación para sus actos. Pero su


problema es que en el fondo no se atreven a responder a quién
verdaderamente les causa el mal. Es el jefe con problemas
conyugales que abusa de sus subordinados, los cuales a su
vez maltratan a su familia. Nadie se enfrenta a quien debe. Y lo
pagan cobardemente con el más débil aunque no se lo
merezca.

Las consecuencias de una agresión indirecta son desastrosas.


Hace poco leí como una persona agredió salvajemente a otra
en plena calle. La historia fue que llegó a casa estresado (como
muchos) a causa del trabajo. Salió un momento a comprar pan
con la mente puesta en el fin de semana pero con tal mala
suerte que tropezó con alguien. Ese tropezón generó en
disputa y esa disputa en un golpeo sin piedad. Tuvo que
intervenir la policía y vino una ambulancia. Hoy está en la
cárcel sin casa, sin trabajo y sin poder ver a sus hijos. Ellos
también han pagado su estrés.

La agresión nunca es una opción. Olvídalo. Al menor altercado


puedes tropezar con un juez con ganas de protagonismo o
convertirte en blanco de los medios si el tema está de moda.
(Va y viene con frecuencia. Una campaña en los periódicos
sobre la violencia en los colegios puede mandar a unos
adolescentes de una pelea de patio a un reformatorio. Existen
casos documentados.) Ni te lo plantees una agresión porque
además puedes cargar con un castigo mucho mayor que el que
te merecías.

No eres esclavo de tus hormonas. No puedes abrumarte para


descargarte en el peor momento y acabar en el hospital o en la
cárcel. Muchos de los que cumplen condena estarían libres si
hubieran controlado su estrés. La gente comete los peores
crímenes por los incidentes más insignificantes. Es el que
golpeó en la cara a un desconocido en un bar y luego dijo al
juez que él le había "mirado mal". O el que golpeó hasta la
muerte a otra persona por haberle pedido algo y cuando estaba
moribundo le dijo: "Esto te enseñará a pedir las cosas con
educación." O el conductor que se metió en la acera a toda
velocidad atropellando a varias personas.

Si estás enfadado o has tenido un mal día, ya es suficiente. No


te compliques más. Corta tus pérdidas. Unas buenas palabras
te transformarán. Y te sentirás poderoso porque no te afecta lo
malo. Deja que te adelanten en la carretera. No necesitas
competir en todo. Ignora las provocaciones. Es su vida, su jefe
o su trabajo lo que les hace infelices. Allá ellos.
Con una buena respiración y un buen diálogo interior puedes
ponerlo todo a tu favor. Si transformas tu energía negativa en
positiva llegarás muy lejos.
Cuidado con los sitios peligrosos para
descargar el estrés
Estoy seguro que conoces la situación. El coche como
prolongación de nuestra personalidad. Un sitio donde nos
sentimos seguros y donde el mal genio sale por encontrarse
como "en casa". Entonces aparecen los pitidos, los gritos y la
conducción temeraria. Son esos conductores agresivos que
todos sufrimos. Se quedan trabados en sus malas emociones y
su vía de escape es el coche. Se desahogan con volantazos,
bocinazos y luces. A algunos incluso les gusta salir a montar el
lío.
Si te encuentras con un coche que se pega a un centímetro u
otra amenaza, no hagas nada y sigue tu camino. De verdad
que no merece la pena. Me han llegado a adelantar para
ponerse delante mío y no dejarme pasar. He visto a los peores
conductores haciendo de las suyas y creyéndose los reyes de
la carretera. He visto malos gestos y adelantamientos
peligrosos. Pero en cuanto lo veo les esquivo. No lo empeoro
parándome y metiéndome en un lío. No pasa nada, no va
conmigo. Pienso en qué vida más desgraciada tiene que tener
y qué cantidad de estrés para hacer esto. Te aseguro que ellos
no tendrán mucha suerte si siguen así.

Compadécete de los malos conductores y no caerás en la


trampa de la provocación. Compadécete porque tienen estrés
acumulado y lo están sufriendo. Lo pagan contigo porque
pasabas por ahí, pero no es personal. Sólo alégrate de no
jugarte la vida como ellos.

Cuando algún coche se cruce en tu camino o te haga una


faena (faena que tú y yo hemos hecho otras veces), haz como
que no ha pasado nada. ¡Nada! Un pobre infeliz con problemas
que pasó delante tuyo. Sin más. Verás cómo sigues
conduciendo y llegas a casa totalmente bien. Sin enfados ni
estrés. ¿O prefieres estar diez minutos enrabietado y luego
pagarlo con quien te aprecia? ¿O prefieres un accidente de
tráfico?
Aún peor: Drogas y alcohol
Muchos todavía creen que el alcohol y las drogas rebajan el
estrés. Pero al revés. La mayoría de peleas por ejemplo,
ocurren por el alcohol. El alcohol potencia la agresividad. Hay
estimulantes que pueden hacerte sentir bien durante un breve
período de tiempo, pero luego es peor.
Las drogas y el alcohol suben la ansiedad y lo convierten todo
en algo personal. Nublan la vista, producen fijación por algo o
alguien y ven la agresión como la única solución. “Juan El
Simpático” es una persona encantadora de día que ayuda a
pasar a las viejecitas por el paso de cebra. Pero se transforma
cuando bebe. Se convierte en un pesado que no deja de
molestar. El alcohol saca lo peor de él y “Juan El Simpático”
vuelve demasiado magullado cada vez que sale a beber.

Bajo el alcohol y las drogas las personas son demasiado


insistentes. Lo que de día puede ser una situación estresante
de confrontación, con drogas y alcohol se quiere llegar hasta el
final. Muchas veces no quedará otra que llamar a la policía o
en el peor de los casos o pararles con un ataque físico.

La vida está llena de historias tristes sobre personas


estresadas que tras una noche de alcohol desahogaron sus
problemas de pareja en una pelea. Lo que hubiera sido un
simple intercambio de insultos degeneró en una pelea con un
herido grave y el estresado en la cárcel varios años. O hace
poco vi a un conocido que tuvo la “feliz” idea de pelear con un
contrincante que estaba muy bien relacionado. Al poco tiempo
apareció con diez amigos y tuvo que salir corriendo. Pero salió
corriendo del bar y de la ciudad porque no paró de recibir
amenazas durante varios años. ¿De verdad merece la pena
envalentonarse con drogas y alcohol?

Nunca conviertas una situación mala en una peor. Nunca.


Como eliminar la apatía
La apatía es otra consecuencia del estrés. No supone el peligro
de una agresión pero a largo plazo puede consumirte. Los que
llevan una vida "apática y aburrida" mueren antes y se
consumen con cualquier problemilla. Acaban odiando su vida y
a los demás porque se conforman con un empleo que nos les
llena, una casa que no les gusta y “amigos” que detestan.
Piensan que merecen una vida mucho mejor, pero en vez de
hacer algo caen en la apatía. No disfrutan del trabajo ni de su
tiempo libre y entran en una espiral destructiva.
Solución: Es tan sencillo como dar un pequeño paso y moverse
un milímetro por un objetivo. Cuando te has dado un pequeño
paso, el siguiente es más fácil. Algo tan sencillo como hacer la
cama aunque se este triste y cabizbajo será un detonante para
seguir. Y así suma y sigue. Adiós apatía.
Cómo no rendirte aunque el estrés te debilite
En un estrés avanzado es fácil rendirse para convertirse en el
burro de carga de los demás. Pero entonces el estrés subirá
por las nubes.
Es lamentable ver como mucha gente tiene objetivos pero por
huir de la incertidumbre prefiere acostumbrarse a un jefe
incompetente. Se refugian en la mediocridad porque no han
entendido, que es necesario persistir para avanzar. Entonces lo
que dice su jefe o el lidercillo de su zona será su verdad.
Preferirán ser una marioneta en manos de incompetentes, pero
eso les generará mucho más estrés a largo plazo.

Si quieres salir de donde estás tienes que ver la tensión de


intentar algo nuevo como algo bueno. Progresar conlleva
decisiones y aire nuevos, así que no temas a ese estrés, teme
a rendirte.

Cuando empecé mi primer libro me “aconsejaron” que eso no


era para mí, que no tenía “creerme un escritor” (como suena).
También me dijeron sutilmente que no tenía talento. Y es
verdad, muchos tienen más talento que yo. ¿Pero de qué les
sirve si se rinden antes de tiempo?

Algunos mal llamados amigos pueden ser peligrosos porque te


incitarán a rendirte. Sobre todo cuando empieces a despegar.
Intentarán que vuelvas a ser como ellos. Entonces tendrás que
esquivarles o te sabotearán para que vuelvas a tu estado
anterior. ¿Cómo hacer para combatir la espiral negativa de un
entorno que no quiere que crezcas?
No rindiéndote ante ellos. Diles que no. Diles que te da igual lo
que te digan. Ten un objetivo que tire de ti, un propósito para
levantarte por las mañanas. Ofrece tu ayuda a los que te
rodean para que formen parte de tu equipo, si les muestras los
beneficios convencerás a la mitad, pero al resto puerta.
Cómo no dejar pasar al miedo
El estrés puede agrandar la sensación de miedo. Se acerca un
día decisivo, una decisión, un trabajo delicado o un examen.
Sabes que tienes que arremangarte y actuar. Y si afrontas ese
miedo con su consiguiente estrés te liberarás. Siempre que
tomes una decisión firme tienes las de ganar. Te garantizo que
lo peor nunca ocurrirá.
Pero hay gente que con un alto estrés se sabotea siempre y
huye en los momentos decisivos. Les viene una gripe o se
lesionan justo antes de un examen o una competición decisiva.
Quieren huir y se auto provocan una enfermedad. Y así
desperdician su talento mientras su vida nunca avanza.
Soy un firme convencido de que todas las enfermedades son
mentales y hay abundantes evidencias científicas. Por eso te
aconsejo que trabajes tu cabeza para perder el miedo. Si
quieres un método sencillo pero efectivo para eliminar cualquier
miedo lo encontrarás en "Cómo Vencer todos tus Miedos". Este
fragmento del libro te ayudará:
Por qué este mensaje oficial de la sociedad es peligroso
Cuidado porque la sociedad manda mensajes distorsionados
sobre el miedo: Persigue tus sueños pero al mismo tiempo
estate cómodo y confórmate con lo que tienes. Una hipocresía
total. Lucha pero no luches. Demasiado fácil para los que estén
pensando en huir. La sabiduría oficial no ayuda nada. Eso sólo
lleva a decir: “Mañana lo haré...” “Cuando tenga más dinero
haré esto…” “Cuando tenga más tiempo me lanzaré a lo otro...”

Nunca es el mejor momento porque llegará el momento en que


tendremos más tiempo y dinero y habrá otras excusas: “Ahora
tengo esto pendiente pero en cuanto pueda lo haré”. Cuidado
porque siempre habrá algo para no intentarlo, siempre habrá
una buena justificación para no dar un paso adelante. La
posibilidad de posponer estará ahí siempre. Pero no posponer
formará parte de tu crecimiento, si no cualquiera podría hacer
algo grande sin méritos. Sino cualquiera tendría autoconfianza,
el mejor trabajo y a su pareja ideal sin mover un dedo. El miedo
sirve para seleccionar a los que de verdad quieren algo. A los
que están dispuestos a lanzarse ya, no la semana que viene.
Podrás atravesar la barrera del miedo y convertirte en quien
quieras si antes eres honesto reconociendo la verdad: “Tengo
miedo pero lo voy a afrontar AHORA”. Al principio cuesta ser
objetivo y decirse la verdad, pero cuando lo consigas sólo
tendrás beneficios.
Cómo combatir el efecto de “ adrenalina
adelantada”
Muchas veces los muy estresados tienen una explosión de
adrenalina antes de tiempo. Reaccionarán negativamente
varias semanas antes de hablar en público, participar en una
competición deportiva o asistir a un evento. Esto corre por su
cerebro y por su cuerpo. Por eso tanta gente en puestos
difíciles acaba divorciándose. Sus mujeres o maridos no
pueden soportar sus ataques de nervios.

Pero la adrenalina adelantada se va si pensamos fríamente. Si


por ejemplo tienes que hablar en público en diez días, no
empieces esta misma semana a cargarte de adrenalina
adelantada. No necesitas torturarte innecesariamente. Se
práctico. Ahórrate una semana de estrés y vive relajado. Ya te
"preocuparás" cuando llegue el día. A ser posible preocúpate
sólo el momento antes. Y a ser posible ni te preocupes. Porque
la preocupación no existe si tú no quieres.

La solución es hacer otra cosa que no te haga pensar en lo que


viene. Aprovecha esos días para hacer más deporte, meditar o
leer. Yo me he perdido demasiados buenos momentos por
culpa de la adrenalina adelantada hasta que me di cuenta que
se trata de pensar en otra cosas. No pierdas media vida
preocupándote por cosas que no han ocurrido. Todo es más
fácil de lo que parece si no le das importancia.

Otra solución es que aceptes el peor escenario posible.


Cuando te imaginas lo peor que puede pasar verás que:

1. No es para tanto
2. Puedes solucionarlo perfectamente.

Observa a gente que trabaja en puestos peligrosos, bomberos


o profesiones de riesgo. Nunca experimentan adrenalina
adelantada. Su cuerpo se ha acostumbrado a tratarla con
anticipación. Saben que va a llegar el momento y viven con
ello. Y en el momento de entrar en acción siguen firmes porque
llevan meses entrenándose para estar tranquilos y sin estrés.
11
La segunda ansiedad

Existe un segundo tipo de estrés. Es una ansiedad inesperada


que se produce tras haber superado todos los obstáculos. Todo
parece ir bien, pero de repente aparece un último contratiempo.
Entonces en vez de mirar para otro lado y seguir, muchos se
rinden. Con la emociones a flor de piel abandonan en el último
minuto.

Es el que lucha por cambiar de trabajo, hace entrevistas, saca


tiempo debajo de las piedras para formarse, une Roma con
Santiago para conseguirlo y finalmente le fichan para ese
puesto. Todo será mejor, tendrá más tiempo libre, estará mejor
pagado y las expectativas serán mil veces mejores. Pero
cuando ya lo tiene se traiciona pensando que ese trabajo está
lejos de su casa, que a lo mejor no está tan bien como lo
pintan, que lo de ahora es malo pero seguro... Y rechaza la
oportunidad. La pifia en el último minuto, después de haber
hecho lo más difícil. Luego se arrepentirá pero ya será tarde.
Demasiada gente abandona justo antes de
llegar
La segunda ansiedad es letal. Hace poco un amigo mío
también consiguió un trabajo mejor y a última hora dijo no. Otra
estupidez enorme por culpa de la segunda ansiedad. Empezó a
desvariar sobre sus nuevos compañeros, a inventar cosas
sobre su futuro jefe y a asustarse por un horario distinto.
¿Podría con el cambio? ¿Qué pasaría si luego el trabajo no le
llenaba? Además tendría que conducir todos los días veinte
minutos más. Finalmente los trucos sucios de la segunda
ansiedad pudieron con él. Sólo pensó en las consecuencias
negativas, todas inventadas, y adiós a su gran oportunidad. Se
quedó en su antiguo trabajo y después lo lamentó. Lo había
conseguido, pero cuando superó la ansiedad principal, bajó la
guardia y atacó la segunda ansiedad.

Otro amigo se lanzó al negocio de sus sueños y también


abandonó en el último minuto por culpa de la segunda
ansiedad. Cuando lo tenía todo, los mejores productos, los
mejores proveedores y varios clientes dispuestos a comprarle,
pensó: “¿Y qué pasa si luego no les gusta más mi producto?”
Gran tontería, muchas empresas venden una y otra vez el
mismo producto con enormes beneficios. “¿Y si no domino el
negocio tanto como creo?” Otra tontería, le sobraba habilidad.
“¿Y si a alguien no le gusta que me lance sólo y habla mal de
mí a mis espaldas?” Otra tontería, da igual lo que piensen
otros. Pero su mente le asustó con peligros inexistentes y la
segunda ansiedad pudo con él.
Cuando la batalla termine, refuerza tu casco
¡No puedes bajar la guardia! Cuando has superado un proceso
de ansiedad estas temporalmente más débil de lo normal. Has
subido un escalón y estás tomando aire. Tu instinto de
supervivencia te hace sentir débil tras esa victoria para que
recuperes fuerzas. Pero es justo entonces cuando no puedes
bajar la guardia. No puedes recorrer mil kilómetros para
rendirte en la última dificultad.

Cuando sales de un combate, tus defensas están bajas.


Aunque hayas ganado. Has luchado y lo has dado todo,
entonces crees no poder seguir a ese ritmo. Gran mentira.
Puedes con eso y más. Si has superado un gran combate,
puedes superar el siguiente y el siguiente y el siguiente.
Puedes seguir aunque creas que “tienes que descansar”. ¡Si
pudiste una vez, puedes más veces! Rememora cuando
superaste algo que parecía imposible. Si fuiste brillante en
aquella presentación, puedes volver a ser brillante infinitas
veces.

Nada duele más que la oportunidad perdida. Así que sigue el


código del Samurái: “Cuando la batalla termine, refuerza tu
casco.”
2ª PARTE
LOS 5 PASOS
12
Paso 1: Protege tu rey

El ajedrez es un buen símil de la vida: tienes que tener tácticas


para avanzar, pero al mismo tiempo tienes que saber
defenderte, y sobre todo, defender a tu rey. Puedes hacerlo
todo brillantemente pero si pierdes tu rey se acabó. Un jugador
puede tener el mejor ataque y la estrategia más brillante, pero
si no defiende bien perderá a su rey en un descuido y un
contrincante mucho peor podrá ganarle. Y lo mismo en tu vida,
ahora hay dos o tres cosas que tienes que proteger
especialmente. Si no las proteges tirarán por la borda todo tu
esfuerzo en otros campos.

Por eso tienes que eliminar de raíz los focos que estén
estresándote. Sino los problemas se harán más grandes y
pasarán directamente a la zona de sobre estrés y la depresión.
Problemas que empiezan por poco pueden terminar
dominándote.

No puedes vivir pensando en un juicio pendiente por no


controlar tus impuestos. No puedes consumirte pensando en si
vas a sobrepasar la fecha límite de ese proyecto tan
importante. No puedes vivir tampoco con ese problema con
otro departamento que tanto te empieza a preocupar, tienes
que atajarlo de raíz. Quizás tengas que hablar con una o varias
personas a la vez poniendo las cosas claras. O quizás tengas
que tomar la decisión e irte. ¿Te merece la pena aguantar una
situación de estrés día tras día cuando ves que la solución no
está en tu mano? No puedes avanzar mientras tengas un foco
caliente dando vueltas en tu cabeza. Tienes que ir a la raíz.

Y tienes que atacar en cuanto notes las primeras


manifestaciones de estrés. Quieres una vida larga y sana, no
una vida agobiada y corta. Así que ataca siempre la causa del
estrés. Adiós causa, adiós estrés. Evitarás un infarto o un
sistema inmunológico destrozado. Es como tapar los síntomas
de una enfermedad con pastillas para el dolor. Si no vas a la
raíz del daño sólo machacarás tu cuerpo con terribles efectos
secundarios (que pueden matarte más rápido aún). La solución
siempre será eliminar la causa. La gente busca remedios
rápidos que no existen. “Me tomo un pastillazo y ya está. No,
no funciona así. Lo siento.” ¡Tienes que ir a por la causa!

Si por ejemplo tienes un jefe que ha montado una situación


insostenible no puedes seguir. Sabiendo lo que sabes, ¿te
merece la pena consumirte en un trabajo que irá a peor y en el
que ya no vas a aprender más? ¿Por qué vas a estresarte sin
sentido en una carrera de obstáculos sin nada que ganar? ¿Por
qué no te lanzas y consigues un empleo aunque sea peor
pagado en otro sitio? No te preocupes, no eres un fracasado
por reconocer cuando algo va mal. Eres valiente si tomas una
decisión y el universo te premiará. El dinero quizás no sea tan
bueno al principio, pero vas a ser feliz, vas a conocer gente
nueva, y entonces aumentará tu productividad y ganarás
mucho más dinero que antes.

¿No te gusta la vecindad en la que vives? Cámbiate. No te


merece la pena aguantar así. ¿Cuesta? Sí. Pero más cuesta
vivir en una zona de sobre estrés permanentemente y acortar
tu vida. Así que concéntrate en tu mayor obstáculo y vete a por
él. Seguro que hoy tienes algo que quieres cambiar. Una bola
de nieve haciéndose cada vez más grande o un mal hábito que
te domine cada vez más.

Cuando atajes el complot para matar a tu rey te harás más


fuerte. Cuando tomes medidas drásticas y veas que tu vida no
solo continúa, sino que es más feliz por lanzarte a la raíz, el
estrés desaparecerá.

Protege tu rey.
Si no miras a otro lado, tendrás las de ganar
Muchos atacan a diestro y siniestro cuando tienen un
problema. En vez de analizar la raíz de su situación se
complican aún más.

Observa a los permanentemente malhumorados. Se llenan de


pensamientos negativos porque no quieren mirar a los ojos al
verdadero mal. Apartan la vista y se llenan de ira y baja
confianza. No atacan el problema de raíz y sólo ven lo
negativo. No buscan el origen y se llenan de ira y estrés. No
ven soluciones y como aquello en lo que creemos se cumple,
las cosas les salen mal. Entonces creen que hay complots en
su contra y que tienen mala suerte. Todo con tal de no mirar el
origen.

Pero no podemos mirar a otro lado y atacar a los demás o nos


desgastaremos sin sentido. Si el origen de la inundación está
en la cañería, hay que buscar el agujero. Sino la cañería
seguirá rota y se seguirá inundando todo. Encuentra la grieta
por mucho que cueste. Achicar agua no será la solución.

Busca siempre el origen de tu mal genio y tendrás las de ganar.


El que busca encuentra y por muy difícil que parezca luego el
cambio, si lo divides en pequeños pasos lo conseguirás.
Pregúntate esto 10 veces seguidas
¿Qué falla en tu proyecto de vida? Busca el eslabón más débil.
Puede ser una persona o una mala planificación tuya.

Pregúntate diez veces seguidas: “¿Qué es lo que realmente me


preocupa?” La primera respuesta nunca es suficiente. La
primera respuesta será algo así como “Me preocupa que las
cosas vayan mal” y la segunda “Me preocupa que ese proyecto
concreto vaya mal”. Pero si sigues preguntándote darás con el
verdadero problema, “Me preocupa no encontrar tiempo para
mejorar mis relaciones y que mi vida sea demasiado aburrida.”
Eso puede ser la causa de tu estrés y no decir que “Me
preocupa que las cosas vayan mal”. Insiste diez veces. Nunca
falla.

Y cuando des con la persona o planificación que haya que


“retocar”, a por ello. No te lo pienses mucho. Lo difícil sólo es el
primer paso. Pero sólo es ponerte en marcha y no pensar. Una
vez lanzado, en menos tiempo del que piensas habrás
conseguido el cambio. Adiós a tu problema y adiós al estrés.
¿Y cómo doy con la raíz de mi estrés? La
Técnica de la Muñeca Rusa
A veces no tendrás claro cuál es la causa de tu malestar. Pero
encontrar la causa de tu estrés y eliminarla puede ser tan
sencillo como preguntarte diez veces seguidas: “¿Y por qué?
¿Cuál es la verdadera razón?”

Analiza tu malestar y pregúntate por qué te sientes mal. Y


cuando tengas la primera respuesta vuélvete a preguntar: “¿Y
por qué? ¿Cuál es la verdadera razón?” Así unas cuantas
veces hasta que des con la verdadera causa. Será como abrir
una muñeca rusa, al final será algo pequeño y dentro de ti, lo
que tengas que retocar.

Cuando das con la verdadera causa de tu estrés (no es lo que


parece), el resto es pan comido. Sólo acercarte a la causa ya
es de por sí un potente des estresante. Muchos culpan su
estrés a sus allegados y a las circunstancias, pero la solución
siempre está en su interior. La Técnica de la Muñeca Rusa te
abrirá los ojos.

Analiza tus problemas sistemáticamente hasta llegar a la raíz y


cuando lo tengas la solución saldrá por sí sola. Haz la prueba y
di:

“¿Por qué estoy inquieto? ¿Cuál es la verdadera razón?”

-Y responderás por ejemplo: “Porque mañana tengo que ir al


trabajo.”
-Y sigues: “¿Y por qué me inquieta ir al trabajo? ¿Cuál es la
verdadera razón?”
Verás que es un proyecto que tienes que terminar y volverás a
preguntarte:
-“¿Y por qué me preocupa ese proyecto a medio terminar?
¿Cuál es la verdadera razón?”
“Porque ese proyecto no va a terminarse a tiempo”
-“¿Y por qué te preocupa que no se termine a tiempo? ¿Cuál
es la verdadera razón?”
-”Porque para terminarlo a tiempo tendría que hablar con el Sr.
X, la Sra. Y y el Sr. Z para que se coordinen mejor, pero es
imposible hacerlo a tres bandas.”
-“¿Y por qué no les coordinas bien? ¿Cuál es la verdadera
razón?”
-”¡Hombre quizás si hablo con el informático y me consigue una
teleconferencia entre los tres lo conseguiría!

¿Ves el poder de preguntarte por qué? La Técnica de la


Muñeca Rusa nunca falla. Preguntando darás con el cuello de
botella, y podrás dedicarte exclusivamente a la solución. Al final
una llamada, una conversación cara a cara con don importante
para renegociar unos plazos, o dos horas analizando unos
datos serán una solución más sencilla de lo que parecía.
Cuando das con el origen lo tienes. Tenemos la solución
siempre delante, pero no aparece hasta que no hagamos
preguntas. Preguntando solucionarás cualquier problema.

Y adiós estrés.
13
Paso 2: Nunca te lo tomes como
algo personal

La frase de la película de El padrino: “No es nada personal, son


sólo negocios” esconde algo más que crueldad. No es
justificable, pero te ayudará acordarte de ella cuando pienses
en el estrés: No te tomes nada personal. En el momento en
que te despersonalices mandarás tú, no el estrés. No regales
tu tiempo ni tu mente a otros.

Una de las grandes ventajas de verte a ti mismo desde fuera,


es que aprendes a que nada te afecte, ni siquiera el ataque
más directo. Entenderás que no es por ti, sino por lo que
representas o por las frustraciones del que ataca. Controlarás
increíblemente tu estrés si no regalas tu tiempo ni tu mente a
otros.
La perspectiva del médico
Si quieres mantener el estrés a raya no puedes envolverte
emocionalmente en todo. No puedes reaccionar personalmente
a todo lo que te digan. Ten perspectiva. Sin perspectiva el
médico no podría salvar a gente. Tiene que seguir fríamente
como si nada le afectara. No puede reaccionar a las muertes y
el drama o acabará emocionalmente deshecho y no podrá
atender a quien lo necesita.

El médico es un caso clásico de despersonalización y tú tienes


que hacer lo mismo. Piensa que nunca te atacan a ti, que
atacan sin más y tú pasabas por ahí. No puedes perder tu
tiempo reaccionando. Si alguien te quiere perjudicar no es por
ti, se lo haría a cualquier persona. Necesita criticar a quién
pase por delante. Ignórale, sólo se hundirá en su propia rabia.
Igualmente si te critica será por algo, su inseguridad indica que
estás avanzando.

Dicen que hay una línea muy fina entre no tomarte nada
personal y ser frío y distante, pero no pasa nada si atraviesas
esa línea. Si eres frío y distante no tendrás ninguna reacción
negativa, ni contigo ni con otros. Y tu frialdad te dará mucho
mejores decisiones. Es la que permite a un juez hacer justicia,
a un médico curar o a un policía salvar rehenes. Nada debe
afectarles. Y de paso adiós estrés.
Todo lo que puedes ganar si no te involucras
Un ejemplo: Cuando conduces y alguien te increpa o intenta
perjudicarte, ríete. La persona que te increpa no te conoce, ni
siquiera te ha visto la cara. No te lo hace a ti, se lo hace al que
pasaba. Pero si contestas y reaccionas, eres débil.

Seguro que te ha ocurrido. De repente te ves en una posible


disputa con un conductor o con otra persona. Le ves hecho una
furia e intentando provocar. Provocaría a quien pudiera, no es
personal, es sólo que tú estás en su camino. Y si reaccionas
estás cayendo en la trampa de pensar negativamente.

A mí me ha pasado y entonces me di cuenta de lo débil que


era. Era débil por no controlarme, era una marioneta en manos
de otro. Si alguien me pitaba en el coche y respondía, era su
marioneta. Si me enfadaba era su marioneta. Si repasaba la
situación unos minutos después indignado era su marioneta. O
aún peor, podía ser más su marioneta volviendo a pitar e
incluso saliendo del coche. ¿Y para qué? ¿Para qué arriesgarlo
todo por una tontería así? Se acabo. No me lo tomo nada
personal y desde entonces adiós problemas.

Si encierras a tu ego automáticamente dejas de juzgar a los


demás. Pruébalo cuando conduzcas o con cualquier otra
situación que te enfurezca. Si dejas de pensar que iba dirigido
contra ti expresamente el estrés desaparece. No es nada
personal. Sonríe y pon la música, tienes mejores maneras de
gastar tu tiempo. Y esto vale para todos tu contratiempos,
cuando veas que no son personales, tendrás el problema
solucionado porque podrás pensar mejor.

Si no te tomas nada personal no te afectará esa mala


contestación, ese conductor aireado o ese compañero
desagradable. Sabrás lo que pasa en su mente (él no). Seguro
que tiene un problema sin resolver, no eres tú. Son sus
problemas, es una relación amarga o un pasado lleno de
frustraciones. Su carácter es sólo una manifestación de todo lo
malo que hay en su vida. Déjalo pasar porque es el estrés de
otra persona, no el tuyo.
El conductor aireado que pita o te hace la “jugada” ni siquiera
te ha visto la cara, sólo eres una mini parte de una serie de
problemas que no sabe cómo solucionar. Entiende que está
enfurecido consigo mismo y con su vida y tú no tienes nada
que ver. ¿Para qué contagiarte?

La próxima vez que sientas un ataque, piensa en las


consecuencias de meterte en una pelea. ¿Has cometido alguna
vez el error de meterte en una disputa sin más? ¿Crees ahora
que contestar, pararte o gritar tuvo una diferencia positiva?
Seguro que no. Sólo pudo ir a peor y desembocar en una
agresión física. Conozco gente que ha acabado en un hospital
por culpa de ello y algunos incluso murieron. La gente muere
en peleas, eso creo que ya lo sabes, así que no te tomes nada
personalmente, aunque sea sólo porque tu integridad está en
juego.
Cualquier confrontación se puede evitar si no
te la tomas personal
Los psicólogos han hablado mucho, demasiado diría yo, del
estrés. Pero solucionarlo es más sencillo que sus millones de
estudios sobre ella. El problema está en uno mismo. Y la
solución sencillamente es, no tomarse nada personal. Si no es
personal, no hay ansiedad. Si no hay ansiedad, no se segregan
las hormonas del estrés. Punto.

La gente padece estrés porque se lo toma como algo personal,


por su trabajo o posición guardan la rabia y lo pagan más tarde.
Lo pagan con su familia con mal humor. Lo pagan con amigos
siendo intratable. Lo pagan con el que tengan delante
aprovechando cualquier incidente para una bronca. Es cuando
dicen: “Parecía tan tranquilo y de repente se puso hecho una
furia”.

Los que padecen estrés ven enemigos personales en todas


partes. Por eso gritan sin venir a cuento y atacan sin más.
Aunque luego se arrepientan y se avergüencen lo volverán a
repetir porque no saben enajenarse. Creen que todo va contra
ellos. Volverán a discutir con su pareja por una tontería,
gritarán por una contrariedad, golpearán una puerta a la
mínima. Sienten que no controlan y eso les provoca más furia,
más gritos y más golpeos. Acaban comiendo solos, hablando
solos y por supuesto durmiendo solos. Y entonces se llenan de
pastillas, van a caros psicólogos o acaban en el manicomio. No
entienden el por qué de su reacción. Pero el por qué siempre
es el mismo: tomárselo personalmente.

Háblalo con amigos y te dirán lo mismo: creerán también que


tienen estrés cuando se enfadan y pierden el control. Pero no:
¡lo único que hacen es tomárselo personalmente! Creen que es
un ataque personal a ellos.
14
Paso 3: Escucha a tu instinto
¿Qué te gusta realmente?
¿Recuerdas haberte metido en un proyecto, negocio o plan que
al final no fue lo que parecía? Llenaste tu mente con ideas y
sólo pensabas en ello. Absorbías toda la información que
podías, pero algo fallaba. Lo que te decían los demás te hacía
seguir, no podías abandonarles. Invertías más horas y
ocupabas todo tu día con ese tema. Pero algo en tu interior te
decía que no ibas por buen camino.

Algo te decía que eso no era tu meta. Pero seguías. Estabas


metido en una espiral y no querías ni podías salir. Y llegó el
estrés. Te faltaba tiempo, no comías, y empezabas a
encontrarte débil y malhumorado. Dabas malas respuestas a
gente que quería ayudarte y sin saber por qué estabas más y
más deprimido. Pero seguías sin abandonar. Te levantabas por
las mañanas con sensación de frustración y con tus nervios a
flor de piel, a ver cómo afrontabas otro día más.

Algo me dice que encontraste solución. (La gente que reconoce


los callejones sin salida sigue formándose con libros como
este). Decidiste que no podías más, que no era lo tuyo. Lo
pasaste mal y agarraste el toro por los cuernos para cortar la
situación. ¿Y qué pasó? Nada malo. La gente entendió cuando
hablaste con honestidad, entendió cuando no les pudiste
ayudar porque te estabas consumiendo. Y así saliste del
estrés: fuiste honesto y dejaste lo que no iba contigo sin
importarte lo que pensaran.

Por eso tienes que escuchar siempre a tu instinto o te


consumirá el estrés con proyectos sin sentido. Reconoce ese
estrés a la primera y actúa. Cuando percibas que algo no te
gusta o no merezca la pena, cambia. Si ese trabajo, esa
relación o esa idea de futuro que te han impuesto no es lo tuyo,
abandona. “Encantado de conocerte. Hasta la próxima”. Con
eso vale.

¿En qué proyectos que te causan estrés estás metido? ¿Qué


ocupación te impide lanzarte a tus verdaderos objetivos?
Detéctalos y sal cuanto antes o más duro será dejarlo después.
Sé honesto, que no te importe lo que piensen. Si no estás
contento con tu trabajo, abandona. Si no estás contento en esa
relación, abandona. No puedes vivir en la zona del estrés. No
haces un favor a nadie si te deprimes. Eso será malo para
todos.
La tormenta te curtirá, pero tienes que
sentirte entusiasmado
Es imprescindible que encuentres un equilibrio entre lo que
haces y el entusiasmo. No sólo por tu salud mental, sino
porque necesitas divertirte para conseguir algo en tu vida. La
gente que vive estresada no escucha a su instinto y se
confunde de camino. No saben que primero tienen que sentir
perseguir su ideal. Será infinitamente más fácil así. Y no es
conseguir ese ideal lo que les hará felices sino disfrutar por el
camino mientras lo persiguen.

¿De qué te sirve estar meses y años de trabajo duro sin


disfrutar? Cuando consigas tu objetivo ya no te interesará y
querrás otra cosa. Y entonces sí que necesitarás ser feliz. Tu
cuerpo y tu mente no podrán aguantar más estrés. Pero no
serás feliz por no haber ensayado por el camino. La tormenta
curte, es bueno el trabajo duro, es bueno perseguir grandes
logros, pero hay que hacerlo con una sonrisa en la boca
mientras se está con quien se quiere. Pero muchos ven esto
demasiado tarde.
El balance que te hará feliz
Un 70% de tu tiempo debes perseguir tus metas en forma de
trabajo mental o físico y el resto lo tienes que utilizar para
diversión pura y dura. Pero al mismo tiempo tu trabajo te tiene
que entusiasmar. No puedes torturarte el 70% de tu tiempo y
esperar que por arte de magia el otro 30% seas feliz. Eso sólo
producirá excesos con drogas y alcohol para “obligarte” a ser
feliz.

Dividir el tiempo en ganar dinero y felicidad como hace el


mundo occidental es una incongruencia. Si por definición
quieres ser feliz, ¿cómo vas a serlo si no intentas disfrutar por
el camino? Si no te llena tu trabajo, cuando hayas ganado
dinero pero perdido media vida, estarás desentrenado para ser
feliz. La clave es ser feliz ahora, tengas el dinero que tengas.

Quedarías maravillado de lo que puedes conseguir si sigues tu


instinto para divertirte MIENTRAS haces lo que te gusta.
Separar trabajo y diversión es un error, la clave está en trabajar
en lo que te guste. No juegues con tu vida, tienes que escuchar
a tu instinto y encontrar tu pasión. Y luego ganarás dinero con
ella.

Perseguir objetivos de dinero es importante, ¿pero de qué te


servirá un montón de dinero si tu familia se separó de ti porque
descargaste tu frustración laboral con ellos? ¿De qué te servirá
si no sabes qué hacer un día libre? ¿De qué te servirá ser el
más rico del cementerio? Si quieres tener dinero, lo
conseguirás, pero de nada te servirá si no sabes divertirte sin
él. El dinero no se puede tocar, el dinero sólo es seguridad. Es
saber que puedes hacer algo con él. ¡Pero igual que te sentirás
bien pensando lo que harás con él, puedes sentirte bien hoy
mismo diciendo: “¡Me voy a sentir bien sin más!”

Hay algo que nunca falla. Pregunta a alguien mayor que fue lo
que más satisfacción le dio en su vida y pocos dirán que fue el
dinero. Las satisfacciones vinieron de los buenos momentos
con los demás. Ahora reconocen con tristeza que
desperdiciaron oportunidades en su día por estar enfocados
sólo en el dinero.

El dinero es bienvenido, pero sigue tu instinto y trabaja en lo


que te apasione. Tienes que disfrutar por el camino, sino, no
vale.
15
Paso 4: Cómo eliminar los
pensamientos negativos
Se inteligentemente feliz
Si entrenas tu mente en positivo tu realidad será positiva y
vivirás el estilo de vida que buscas. Con buenos pensamientos
y buenos objetivos conseguirás una salud de hierro.
Conseguirás unas células bien alimentadas de oxígeno y un
sistema sanguíneo de primera calidad que te protegerá de las
enfermedades.

La mayoría se estresa porque no sabe que puede deshacerse


de los pensamientos negativos. No sabe que si cambian su
manera de pensar, cambiarán su vida. Sólo necesitan decir
“¡Fuera!” en cuanto venga el primer pensamiento negativo, y
luego sustituirlo por uno positivo, como si no pasara nada. No
saben que pueden reírse de lo negativo, que no van a darle ni
una pizca de poder.

Así que controla tus sentimientos negativos o te harán


miserable. Pueden hacer de tu vida una cárcel y convertir tus
relaciones, tu trabajo y tu vida social en un desastre si te
conformas con los pensamientos negativos que pasen. Su
efecto será tan devastador que podrá matarte. No les dejes
entrar o te estrellarás.

Tus pensamientos determinan quién eres y cómo te sientes. Lo


que piensas tiene un efecto directo en tu cuerpo. ¡La calidad de
tu sangre y la calidad de tus células dependen de tus
pensamientos! Por eso las enfermedades tienen un origen
mental.
En positivo reforzarás tus células y vivirás
más años
Aceptar los pensamientos negativos es meterte veneno en el
cuerpo. ¿Nunca lo harías no? Pues cuida tu mente para que el
veneno no se expanda.

¿Recuerdas dejar pasar a los pensamientos negativos y


asustarte? Te refugiabas en esa negatividad y no te querías
mover de ahí, tal era su poder. Y cuanto más permitías a tu voz
negativa, más crecía. ¿Quieres que el resto de tu vida sea así?

Vigila todos los días porque cada vez que aceptas un


pensamiento negativo, cada vez que te enfadas, cada vez que
eres maleducado y cada vez que hablas mal de otros, tu
cerebro suelta unos productos químicos que te hacen sentir
mal. ¿No notas incluso un malestar físico cuando tienes un
pensamiento negativo? Te tensas, es imposible pensar con
claridad, no respiras bien y un malestar horrible te consume.

¿Y cuando piensas en positivo? Entonces lo ves todo claro,


todo es posible, piensas en tus metas y en cómo se cumplirán.
Y tu cuerpo se siente bien, es verdaderamente algo físico
porque tu cuerpo secreciona las hormonas del bienestar (la
misma que provocan algunas drogas). Tu flujo sanguíneo es
más lento, tus células se oxigenan y construyes un cuerpo que
durará varios años más que la media.

¿Entiendes ahora la importancia de sustituir malos


pensamientos por buenos? No es sólo la felicidad, es vivir más
años gracias a cuidar las células de tu cuerpo. Con células
fuertes adiós a tumores, enfermedades coronarias y otros
males.
Cuidado con esta trampa
La psicología moderna demuestra que el estrés lo produce un
diálogo interior negativo. Aunque empieza a ser una verdad
en boca de todos, todavía hay muchos que no lo aceptan,
tienen demasiado intereses en costosos tratamientos y caros
fármacos. Su argumenta de ventas es sencillo: “Es rápido, un
pastillazo y ya eres feliz”… pero se callan los efectos
secundarios.
El método para “ engañarte con el éxito”
Llenarte de positividad es fácil. Lo primero es darte cuenta de
lo fácil que es que entren los pensamientos negativos. Pero lo
segundo es ver que también es fácil cambiar esos
pensamientos negativos por positivos. Cada vez que entren
puedes mirarlos y decir: “No me afectan”. Esa es la clave de tu
bienestar.

Puedes interceptar los pensamientos negativos tan pronto


como aparezcan. Utiliza la técnica del raquetazo y en cuanto
venga un pensamiento negativo, lo devuelves pensando en
algo bueno que conseguiste o pensando en tus grandes
objetivos. Ciérrale la puerta al momento y niégalo
automáticamente. Ríete de él. Di que no es cierto y además
tendrás razón, porque los pensamientos negativos son
exageraciones y pura imaginación.

Cuando venga un pensamiento negativo mándale a paseo y


sustitúyelo por uno positivo. Puedes hacerlo. Puedes cambiar
tu hábito de aceptar pensamientos negativos y sustituirlos por
positivos. En cuanto venga un sentimiento de ansiedad di que
no antes de que entre. Si le dejas entrar querrá adueñarse de
toda tu mente, no de un trozo sólo. Empezará por poco y al
final te contaminará. No te fíes o te llenarás de hormonas de
estrés que invadirán tu cuerpo produciéndote malestar a largo
plazo. Entonces los pensamientos negativos se habrán
adueñado de tu mente y habrán ganado. Al final huirás de
cualquier reto importante, miedo a competir, miedo, a hablar
con otros, miedo al qué dirán y miedo a ganar.

Así que dale la vuelta y acepta lo positivo. Sin miedo. No


pasará nada si sale mal. No pasará nada si pierdes esa
competición. No pasará nada si le caes mal a la persona con la
que quieres hablar. No pasará nada si ese proyecto no sale. Lo
importante es intentarlo. Y además, sólo intentarlo hará que la
mayoría de tus atrevimientos funcionen.

Que no te importe machacar a los pensamientos negativos las


veces que haga falta. Si ellos insisten, tu más. Nada de
“comerte la cabeza”. Los pensamientos negativos nunca se
harán fuertes en tu mente. La solución es sencilla: cada vez
que vengan, los rechazas. Si vienen diez veces, los rechazarás
diez veces. Y si vienen mil, pues mil. Insiste hasta que se
vayan para siempre. “¡Conseguiré mis metas. Se acabó el
ponerme barreras invisibles!” En cuanto vega un pensamiento
negativo patada y adelante. Es un partido imaginario en la que
la pelota es un pensamiento negativo y tú la devuelves y
avanzas. Ella vuelve pero tú le vuelves a dar una patada y
avanzas más. Suma y sigue.
La clave es estar alerta
Si estás alerta todos los días, los pensamientos negativos ni se
atreverán a entrar. Si en cuanto aparezcan te ríes de ellos y los
sustituyes por positivos será fácil. Cada vez que recuerdes una
escena negativa, cada vez que recuerdes un error o te digan
algo que no te gusta, tomarás aire y dirás: “A entrenarse.” Y
sustituirás la negatividad por recordar lo que has conseguido,
por esa relación que tanto te gusta o por esas metas a las que
te diriges embalado. Hasta sonreirás en cuanto se asome un
pensamiento negativo porque sabes que lo convertirás en algo
bueno. Entonces tendrás el poder de tu lado y habrás ganado
el juego.

Piensa en el gran día que es hoy, en el sol que ha salido y en el


estilo de vida que estás consiguiendo. Y si hace tormenta
aprecia su belleza, si hay tráfico y llegas tarde disfruta también,
todo te favorece. Siempre tienes dos opciones: una es rendirte
y creerte inferior y la otra es, creer que puedes con ello, que es
una prueba para hacerte mejor y que saldrás reforzado. Acepta
la primera.

También puedes valerte de afirmaciones positivas. Frenarás a


los pensamientos negativos no dejándoles entrar. Decirle que
“no” está bien, pero no dejar asomarles será todavía mejor.
Sustituirlos con afirmaciones es eliminarlos por completo. Si te
dices a todas horas “Soy el mejor” o repites tu frase preferida,
no dejarás entrar ninguna idea negativa. De raíz.

Nunca te sientas como una víctima, primero porque no es


verdad, y segundo porque no da resultado. Sólo cuando
empieces a sustituir los pensamientos negativos por positivos
dejará de entrar basura y disminuirá la que tienes acumulada.
Entonces los errores pasados y el rencor guardados en tu
cerebro empezarán a borrarse. Adiós a los malos recuerdos
que impiden intentar algo nuevo. Adiós a las zancadillas que te
pones a ti mismo. Cada vez que vengan a tu mente, sonrisa y
sustitución: “Di lo que quieras, no me importa nada lo que
hagas. Mi objetivos es X y lo voy a conseguir.” Y sigue
pensando en lo bueno que has hecho últimamente y en lo
bueno que está por venir.

Y entonces ponte el cinturón porque tu vida saldrá disparada.


Si quieres estar motivado todos los días para estar a tope
encontrarás todas las claves en mi libro "Motivación, Cómo
Tenerla Todos los Días".
16
Paso 5: La liberación total del
estrés: perdonar
Perdonar, el desestresante definitivo
Habrás oído muchas veces que tenemos que perdonar, lo
predican muchas filosofías. Y es cierto. Perdonar libera.
Perdonar da un bienestar infinitamente grande. Cuando
perdonas, eliminas el estrés a largo plazo que te consume.
Adiós a pensar y repensar en negativo. Adiós a quemar
energía con lo malo del pasado. Olvidar aquello que te hicieron
o dijeron te dará mucho bienestar.

Aunque todos hablan del perdón, muy pocos lo practican.


Queda socialmente bien, lo predican los políticos que necesitan
votos, lo predican los líderes que necesitan seguidores, y lo
predica gente corriente cuando quiere que se les perdone a
ellos. Y también te lo pido yo. Pero por otra razón.

No tienes que perdonar sólo por ser buena persona. Si lo eres


mejor, por supuesto, todo lo bueno que hagas te volverá. Yo te
pido que perdones por el bienestar que produce. Tu bienestar y
el de los tuyos. Dos pájaros de un tiro. (Tres si contamos que te
conviertes en mejor persona.)

Así que deja de pensar en aquel insulto, aquel desastroso jefe


y lo que te dijo tu ex pareja. Sigue tu vida. Además, no te
engañes, todos hemos causado agravios a los demás. ¿Por
qué no les perdonas como te perdonas a ti?

“Si supieras lo que me hizo tú tampoco perdonarías”. No sé lo


que te hicieron pero si sé una cosa: que sufres recordándolo.
Haz como si nunca hubiera existido. Si alguien te dice algo
malo sigue tu camino. Evítale si quieres, pero no les guardes
rencor o te consumirás por dentro. Insisto en que no es
perdonar por bondad, sino por ayudarte a ti mismo. Cuando
perdonas eliminas basura y tu mente y cuerpo se renuevan.
Cómo construirte un sistema inmunológico a
prueba de balas
Los ataques al corazón son la segunda causa de mortalidad en
los países desarrollados y después va el cáncer. Muchos que lo
padecieron estarían vivos si hubieran perdonado agravios.

Vamos a ver: piensa en ese comentario que te hicieron y al que


das vueltas. Sentiste rabia y sientes rabia ahora. (Cada vez
que tu mente reaviva agravios pasados tu cuerpo lo hace como
si hubiera ocurrido hace un minuto.) Fue injusto, de acuerdo.
¿Y qué? ¿Qué ganas recordándolo? Te conviertes en una
bomba de relojería. Pasas esa película varias veces y hasta
notas un temblor físico. Te pones tenso (toca tu piel y lo
notarás), respiras más rápido y aumenta tu presión sanguínea.
Haz la prueba: piensa en las injusticias pasadas y siente cómo
las hormonas de estrés empiezan a invadirte, siente cómo el
pensamiento negativo no te deja pensar. Es desagradable y
hasta tienes ganas de golpear algo.

¿De verdad te merece la pena revivirlo una y otra vez? ¿Vas a


dar ese poder al que te insultó? ¿Le vas a dejar que te siga
insultando a todas horas? ¿Por qué no olvidarlo y subir a un
nivel superior? ¿Por qué no pensar que forma parte del juego y
le ocurre a todo el mundo? Tú eres más que las circunstancias.
Míralo desde arriba y limpiarás tu cuerpo de basura tóxica y
malas ideas que cierran el paso a las productivas. Así te
construirás un sistema inmunológico a prueba de balas. Sólo
ideas productivas y adiós al cáncer o un ataque al corazón.
Perdonar (al 100%) es de listos
No es “era tan bueno que era tonto”, sino “era tan bueno que
era listo olvidando”. No hay premio por acumular desgracias
pasadas. Pero sí lo hay por olvidar. Los listos no se hacen más
débiles perdonando, se hacen más fuertes. Mientras el resto
sigue atado a los agravios, ellos están libres.

Perdona y olvida. ¡Y sin medias tintas! No vale perdonar y


recordar un poco aquel agravio “por si acaso”. No se puede
perdonar parcialmente. O perdonas o no perdonas. No
necesitas hacer un amigo íntimo, si no te conviene no te
conviene, punto. Pero no le des importancia a lo que dijo. Fue
su envidia y su incapacidad la que le movió. Te lo dijo a ti pero
se lo hubiera dicho a cualquiera.
Los “ héroes” de las películas están
equivocados, olvida e irás más rápido
Lo que queda brillante en las películas no sirve: “¡Me vengaré!”,
“Lo pagará caro”. El tipo duro vende mucho en los jóvenes sin
experiencia. Pero eso se hace para vender películas y ganar
dinero, porque son los jóvenes sin experiencia los que caen en
la trampa de no olvidar. ¿Vas a caer en un truco tan patético?
Créeme: no merece la pena. Olvida e irás más rápido.

Cuando me di cuenta que si no perdonaba la peor parte me la


llevaba yo, inmediatamente perdoné todo. Y ahora me río
porque no llevo equipaje. Me importa muy poco lo que me
hayan dicho. No tengo ninguna intención de gastar energía con
los negativos.

El trabajo que salió mal, la relación truncada o aquella “traición”


sirven para hacerte más listo. A partir de ahí no te vuelven a
pillar. Ahora tienes visión gracias a ellos.
La Prueba de los 3 Días
Si perdonas no te desaparecerá nunca la sonrisa de la boca.
Inténtalo durante los próximos tres días. Cada vez que venga
un sentimiento negativo o un mal recuerdo por culpa de
alguien perdónalo sinceramente. Estás por encima de eso.
¿Quiénes son los demás? Nadie.

Prueba durante tres días a perdonar todo: lo de hoy o lo que


te haya ofendido en el pasado. Verás cómo te sientes
renovado.

Y vivirás muchos años.


17
El estrés puede ser un regalo

El estrés puede ser un regalo. A partir de ahora lo que te cause


estrés te hará más fuerte si eres positivo. Si lo miras así,
siempre saldrás reforzado.

Por ejemplo: las críticas. Yo he tenido multitud de críticas.


Cuando me lancé a escribir, las críticas por dejar mi trabajo me
sirvieron para tener la piel más dura, incluso lo utilicé como
gasolina para persistir y demostrar que era posible. No tomé el
desprecio como algo personal, era un regalo para espolearme.
Cuando me decían que no iba a lograr nada yo seguía.
Demostrar que se podía era un objetivo perfecto. Estrés
reconvertido a gasolina. A todos los que me criticaron diciendo
que yo no valía sólo puedo darles las gracias. Gracias al estrés
que provocaron me moví rápidamente.

Haz tú lo mismo. Cuando te estreses acéptalo como un regalo,


es tener gasolina gratis. Si persigues tu objetivo con fuerza,
todo te servirá para animarte. No reacciones con agresión,
reconvierte el estrés en energía para avanzar. Todo el estrés
que recorre tu cuerpo, todas las hormonas que dan vueltas, las
puedes utilizar a tu favor como combustible. Si alguien o algo te
estresa compadécelo porque no sabe lo que dice. Y además te
dará energía para seguir. Pura dinamita.

Por eso nunca te amargues por las críticas, utilízalas para


demostrar lo que vales. Y sobre todo: perdónales porque no
saben lo que dicen. Compadécete de ellos porque son
demasiado miedosos y nunca saldrán de su cascarón. Estrés
reconvertido a compasión, otra buena manera de matarlo.

Las causas de estrés pueden ser muy variadas pero todas


tienen solución. Y se soluciona dándote cuenta de que no eres
único, de que mucha gente ha pasado por ello. Informándote y
persiguiendo tus objetivos utilizando el estrés como
combustible lo puedes dominar. Añádele un buen hobby y lo
superarás.

A continuación un fragmento del libro "Coaching Personal


Hecho Simple" que te ayudará a superar cualquier obstáculo:
Los que triunfan en la vida han tenido los mismos agravios
que tú, pero la diferencia es…
Los que triunfan en la vida han tenido los mismos agravios que
tú. Les han insultado, humillado, arrinconado y hecho todo tipo
de faenas. Han tenido tantas dificultades y problemas en la
vida como tú, pero se han disciplinado a olvidar y seguir. Se
niegan a llevar un saco de problemas. Mandan ellos, lo que les
hagan les da igual, no darán importancia a los incompetentes y
envidiosos. Su vida va hacia arriba y no perderán tiempo con
malos recuerdos. Y para eso tienen su arma: el perdón.

La disciplina del perdón es clave para tu paz mental. Con el


hábito de perdonar libremente a otros nada de lo que te hagan
te afectará. Pruébalo. Perdona esa pelea de niño, perdona al
que quiso ponerte la zancadilla, perdona al que quiere que no
avances. Son unos desgraciados de la vida y sólo consiguen
hacerte más fuerte. Compadécelos. Y cuando no sientas NADA
prepárate para despegar.
Gracias Antes de que te vayas, quiero decirte "Gracias por
comprar mi libro."

Sé que podías haber elegido docenas de libros, pero lo


intentaste con mi sistema.

Ahora sólo quiero pedirte un *pequeño* favor. Apartar un


minuto y dejar un testimonio de mi libro en Amazon.

Testimonio Amazon

Me encantaría oír tu opinión.

El boca a boca es crucial para cualquier autor. Si tienes un


momento te lo agradecería mucho.

¡Gracias!
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David Valois

Leyó todo sobre superación personal para pasar del fracaso y


las deudas a que su propio negocio le jubile. De estar
desesperado y endeudado, a la vida que deseaba.

Ha plasmado esa experiencia en varios libros para que


cualquiera pueda alcanzar sus objetivos de negocio y
personales.

Como le gusta decir: "Me desespera que tanta gente


desperdicie su vida por falta de algún consejo."

Pero su expresión preferida es: "¡Puedes conseguir todo lo que


quieras si te lo propones! Y con mis consejos llegarás 10 veces
más rápido."

Escritor por la mañana y "disfrutador" de la vida por la tarde, es


un apasionado de la lectura. Una Última Cosa... Cuando pases
de página, Amazon te dará la oportunidad de compartir tus
pensamientos sobre este libro en Facebook y Twitter.

Si crees que merece la pena compartir este libro, ¿podrías


tomarte unos segundos y mostrárselo a tus amigos?
Si puede servir para mejorar su vida te lo agradecerán
eternamente. Y yo también.

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