DISERTACION
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DISERTACION
[FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN]
El tema que se va a tratar en esta disertación serán una serie de analogías relacionadas
con la idea de conocimiento que encontramos al hablar de la alegoría de la caverna de
Platón y la masonería.
Si aceptamos que los ideales masónicos nacen el 24 de junio 1717, tendríamos que pensar
que Platón escribió su obra fundamentado en los principios, morales, éticos y
humanísticos de las civilizaciones que precedieron a la Grecia clásica, y que los primeros
redactores de los principios masónicos se inspiraron en buena parte de la doctrina
platónica. Sin indagar muy a fondo podemos encontrar la reproducción de numerosos
temas que constituyen el bagaje intelectual de Platón en el ideario masónico como por
ejemplo el procedimiento iniciático para entrar a la Academia o la búsqueda de
conocimiento y verdad como objetivo general. Según Platón solo el trabajo descubre la luz
y encuentra la verdad: “Después de una larga convivencia con el problema y después de
haber intimado con él, de repente, como la luz que salta de la chispa, surge la verdad en el
alma y crece ya espontáneamente” (Platón, Carta VII); las figuras, los mitos y el uso del
lenguaje son elementos con los que enseña Platón.
En síntesis, la alegoría cuenta que en el fondo de una caverna se encuentran desde niños
unos hombres “que son como nosotros”, dice Platón–, atados del cuello y de los pies, de
tal manera que tienen una visión limitada a la pared que tienen enfrente. Tan sólo pueden
ver el fondo de la gruta y las sombras y apariencias que se forman por la luz que penetra
por la boca de la misma. Su aparente realidad del mundo está condicionada por la manera
de mirar esa propia realidad, es la disyuntiva entre conocimiento y razón. A uno de los
prisioneros se le quitan las cadenas, se escapa hacia la luz, y luego desciende de nuevo a la
caverna, con lo cual sufre dos choques en serie: uno, por el paso de la oscuridad a la luz y
el otro por la irracional incomprensión de sus antiguos compañeros de tinieblas. La
primera turbación se produce por el contacto con la luz, que de momento deja ciego al
prisionero recién liberado. Pero luego éste va observando la realidad, reconoce que antes
se hallaba engañado por simples apariencias y poco a poco adquiere la capacidad de verlo
todo, hasta los propios rayos del sol. Se alegra de conocer la belleza de las cosas y se
apiada de quienes aún siguen encadenados y engañados en el antro. El segundo impacto
se produce al descender a la caverna y contarles la realidad a sus antiguos compañeros de
prisión, pues, al explicarles que viven en un mundo de sombras, éstos, en vez de
agradecerle sus esfuerzos para liberarlos, se enfurecen y tratan de matarlo: lo que hicieron
otros oscurantistas a Sócrates. Platón concluye que: “Solo la educación puede dar a
conocer la realidad del mundo”.
El cuarto de reflexión o cámara de reflexión ubicada a un lado del templo, es el último
paso del candidato antes de ser conducido por primera vez a su interior. Es su particular
caverna en la que actúa libre de cadenas. En la masonería como en la mayoría de las
corrientes filosóficas el paso final antes de convertirse en un iniciado es la muerte
simbólica y su posterior renacer. La transmutación espiritual se lleva a cabo después de
haber superado una serie de pruebas y la muerte simbólica. Ingresado a la cámara es ahí
cuando descendemos a nuestro estado más denso y flotamos en la más absoluta
oscuridad. Un estado entre estados, un plano entre planos.
En conclusión, que todo este camino que tiene que seguir un filósofo para alcanzar el
mundo de las ideas, y después bajar otra vez al mundo sensible y aplicar el conocimiento
que ha aprendido durante todo el recorrido, sirve para dirigir un gobierno y poder guiar a
las personas ignorantes (en el caso del mito, los prisioneros que no estaban libres) del
mundo sensible hacia la idea del Bien. La masonería por su parte como argumenta Yolanda
Alba (2014) en el libro “Masonas: Historia de la masonería femenina”: tiene como objeto
la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad, a través de
su instrucción procura: enseñar a pensar, liberar a sus miembros de cualquier prejuicio,
inculcar el amor a la Sabiduría la Belleza y el Bien.
BIBLIOGRAFÍA:
Alba Y., 2014. Masones: Historia de la masonería femenina. Editorial Almuzara, España.