CODIGO CIVIL Interactivo

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C O L E C C I Ó N T E X T O S L E G I S L AT I V O S

E D I C I Ó N I N T E R AC T I VA

CÓDIGO CIVIL
DE LA
REPÚBLICA DOMINICANA

TRAJANO VIDAL POTENTINI A.


Abogado, Politólogo, Conferencista y Escritor, con maestrías en
Ciencias Políticas, Derecho Electoral, Constitucional, Administrativo,
Relaciones Internacionales. Profesor Investigador de la Universidad
del País Vasco (España), docente de la UASD y Director de la ENA.

Editor - Compilador

ÍNDICE

ÍNDICE POR
ARTÍCULOS
ÍNDICE

ÍNDICE

ÍNDICE POR ARTÍCULOS.............................................................30

LIBRO PRIMERO:
DE LAS PERSONAS

TÍTULO PRELIMINAR
DISPOSICIONES GENERALES...................................................75
De la publicación, efectos y aplicación
de las leyes en general....................................................................... 75

TÍTULO I
DEL GOCE Y PRIVACIÓN O PÉRDIDA
DE LOS DERECHOS CIVILES......................................................76
CAPÍTULO I
DEL GOCE DE LOS DERECHOS CIVILES............................................ 76
CAPÍTULO II:
DE LA PÉRDIDA DE LOS DERECHOS CIVILES................................... 78

TÍTULO II
DE LOS ACTOS DEL ESTADO CIVIL............................................80
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES............................................................ 80
CAPÍTULO II
DE LAS ACTAS DE NACIMIENTO....................................................... 83
ÍNDICE POR 2
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

CAPÍTULO III
DE LAS ACTAS DE MATRIMONIO..................................................... 86
CAPÍTULO IV
DE LAS ACTAS DE FALLECIMIENTO.................................................. 90
CAPÍTULO V
DE LAS ACTAS DEL ESTADO CIVIL RELATIVAS
A LOS MILITARES AUSENTES DEL TERRITORIO DE
LA REPÚBLICA................................................................................... 92
CAPÍTULO VI
DE LA RECTIFICACIÓN DE LAS ACTAS DEL ESTADO CIVIL.............. 94

TÍTULO III
DEL DOMICILIO........................................................................94

TÍTULO IV
DE LOS AUSENTES....................................................................96
CAPÍTULO I
DE LA PRESUNCIÓN DE AUSENCIA.................................................. 96
CAPÍTULO II
DE LA DECLARACIÓN DE AUSENCIA................................................ 96
CAPÍTULO III
DE LOS EFECTOS DE LA AUSENCIA.................................................. 97
SECCIÓN I
De los efectos de la ausencia relativamente a los bienes poseídos
por el ausente el día de su desaparición....................................... 97

SECCIÓN II
De los efectos de la ausencia relativamente a los derechos
eventuales que puedan corresponder al ausente....................... 100

ÍNDICE POR 3
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN III
DE LOS EFECTOS DE LA AUSENCIA CON RELACIÓN AL
MATRIMONIO............................................................................. 100

CAPÍTULO IV
DE LA VIGILANCIA DE LOS MENORES CUYO PADRE HAYA
DESAPARECIDO............................................................................... 101

TÍTULO V
DEL MATRIMONIO ................................................................ 101
CAPÍTULO I
DE LAS CUALIDADES Y CONDICIONES
NECESARIAS PARA PODER CONTRAER MATRIMONIO................ 101
CAPÍTULO II
FORMALIDADES RELATIVAS A LA CELEBRACIÓN DEL
MATRIMONIO................................................................................. 104
CAPÍTULO III
DE LAS OPOSICIONES AL MATRIMONIO....................................... 105
CAPÍTULO IV
DE LAS DEMANDAS DE NULIDAD DE MATRIMONIO................... 106
CAPÍTULO V
DE LAS OBLIGACIONES QUE NACEN DEL MATRIMONIO............. 110
CAPÍTULO VI
DE LOS DEBERES Y DERECHOS RESPECTIVOS DE LOS CÓNYUGES.... 111

TÍTULO VII
DE LA PATERNIDAD Y DE LA FILIACIÓN................................. 115
CAPÍTULO I
De la filiación de los hijos legítimos o nacidos del matrimonio........ 115

ÍNDICE POR 4
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

CAPÍTULO II
DE LAS PRUEBAS DE LA FILIACIÓN DE LOS HIJOS LEGÍTIMOS.... 117
CAPÍTULO III
DE LOS HIJOS NATURALES............................................................. 118
SECCIÓN I
De la legitimación de los hijos naturales..................................... 118

SECCIÓN II
Del reconocimiento de los hijos natural...................................... 119

TÍTULO VIII
DE LA ADOPCIÓN................................................................... 120
TÍTULO IX
DE LA AUTORIDAD DEL PADRE Y DE LA MADRE................... 129

TÍTULO X
DE LA MENOR EDAD, DE LA TUTELA
Y DE LA EMANCIPACIÓN........................................................ 134
CAPÍTULO I
De la menor edad............................................................................. 134
CAPÍTULO II
DE LA TUTELA................................................................................... 134
SECCIÓN I
De la Tutela de los Padres............................................................ 134

SECCIÓN II
De la tutela conferida por el padre o la madre............................ 136

SECCIÓN III
De la tutela de los ascendientes.................................................. 136

SECCIÓN IV
De la tutela conferida por el consejo de familia.......................... 137
ÍNDICE POR 5
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN V
Del Pro-tutor................................................................................ 139
SECCIÓN VI
De las causas que dispensan de la tutela..................................... 140
SECCIÓN VII
Incapacidad, exclusión y destituciones de los tutores................. 142
SECCIÓN VIII
De la administración de la tutela................................................. 143
SECCIÓN IX
De las cuentas de la tutela........................................................... 147
CAPÍTULO III
DE LA EMANCIPACIÓN................................................................... 148

TÍTULO XI
DE LA MAYOR EDAD, DE LA INTERDICCIÓN,
Y DEL CONSULTOR JUDICIAL................................................. 150
CAPÍTULO I
DE LA MAYOR EDAD....................................................................... 150
CAPÍTULO II
DE LA INTERDICCIÓN..................................................................... 151
CAPÍTULO III
DEL CONSULTOR JUDICIAL............................................................. 154

LIBRO SEGUNDO:
DE LOS BIENES Y DE LAS DIFERENTES
MODIFICACIONES DE LA PROPIEDAD

TÍTULO I
DE LA DISTINCIÓN DE LOS BIENES........................................ 155
ÍNDICE POR 6
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

CAPÍTULO I
De los bienes inmuebles................................................................... 155
CAPÍTULO II
De los muebles................................................................................. 157
CAPÍTULO III
De los bienes en su relación con los que los poseen........................ 159

TÍTULO II
DE LA PROPIEDAD.................................................................. 160
CAPÍTULO I
Del derecho de accesión sobre lo que la cosa produce.................... 160
CAPÍTULO II
Del derecho de accesión sobre lo que se agrega o incorpora
a la cosa............................................................................................ 161
SECCIÓN I
Del derecho de accesión con relación a las cosas inmuebles...... 161

SECCIÓN II
Del derecho de accesión relativo a las cosas muebles................ 164

TÍTULO III
DEL USUFRUCTO, DEL USO Y DE LA HABITACIÓN................. 166
CAPÍTULO I
Del usufructo.................................................................................... 166
SECCIÓN I
De los derechos del usufructuario............................................... 166

SECCIÓN II
De las obligaciones del usufructuario.......................................... 169

ÍNDICE POR 7
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN III
Cómo termina el usufructo.......................................................... 173

CAPÍTULO II
Del uso y de la habitación................................................................ 174

TÍTULO IV
DE LAS SERVIDUMBRES O CARGAS INMOBILIARIAS............ 175
CAPÍTULO I
De las servidumbres que tienen su origen
en la situación de los predios........................................................... 176
CAPÍTULO II
De las servidumbres establecidas por la ley.................................... 177
SECCIÓN I
De la pared y zanja medianeras................................................... 178

SECCIÓN II
De la distancia y obras intermedias exigidas
para determinadas construcciones.............................................. 181

SECCIÓN III
De las vistas sobre la propiedad del dueño colindante............... 181

SECCIÓN IV
De las vertientes de los techos.................................................... 182

SECCIÓN V
Del derecho de tránsito............................................................... 183

CAPÍTULO III
De las servidumbres establecidas por los actos del hombre............ 183
SECCIÓN I
De las diversas especies de servidumbres que
pueden establecerse sobre los bienes......................................... 183
ÍNDICE POR 8
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN II
Modo de establecer las servidumbres......................................... 184

SECCIÓN III
De los derechos del propietario del predio dominante............... 185

SECCIÓN IV
Del modo de extinguirse la servidumbre..................................... 186

LIBRO TERCERO:
DE LOS DIFERENTES MODOS DE
ADQUIRIR LA PROPIEDAD
DISPOSICIONES GENERALES..................................................... 187

TÍTULO I
DE LAS SUCESIONES.............................................................. 188
CAPÍTULO I
De la apertura de las sucesiones y de
la ocupación por los herederos........................................................ 188
CAPÍTULO II
De las cualidades necesarias para suceder....................................... 189
CAPÍTULO III
De los diversos órdenes de sucesiones............................................ 191
SECCIÓN I
Disposiciones generales............................................................... 191

SECCIÓN II
De la representación.................................................................... 192

SECCIÓN III
De las sucesiones de los descendientes...................................... 193
ÍNDICE POR 9
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN IV
De las sucesiones de los ascendientes......................................... 193

SECCIÓN V
Sucesión de los colaterales.......................................................... 194

CAPÍTULO IV
De las sucesiones irregulares........................................................... 196
SECCIÓN I
De los derechos de los hijos naturales a los bienes de sus
padres, y de la sucesión de los hijos naturales
muertos sin descendencia.......................................................... 196

SECCIÓN II
De los derechos del cónyuge superviviente y del Estado............ 196

CAPÍTULO V
De la aceptación y de la repudiación de las sucesiones................... 197
SECCIÓN I
De la reputación.......................................................................... 197

SECCIÓN II
De la repudiación de las sucesiones............................................ 199

SECCIÓN III
Del beneficio de inventario, de sus
efectos y de las obligaciones del heredero beneficiario.............. 200

SECCIÓN IV
De las sucesiones vacantes.......................................................... 203

CAPÍTULO VI............................................................................ 204


SECCIÓN I
De la acción de partición y de su forma....................................... 204
ÍNDICE POR 10
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN II
De las colaciones......................................................................... 210

SECCIÓN III
Del pago de las deudas................................................................ 213

SECCIÓN IV
De los efectos de la partición y de la garantía de los lotes.......... 215

SECCIÓN V
De la rescisión en materia de particiones.................................... 216

TÍTULO II
DE LAS DONACIONES ENTRE VIVOS
Y DE LOS TESTAMENTOS........................................................ 217
CAPÍTULO I
Disposiciones generales................................................................... 217
CAPÍTULO II
DE LA CAPACIDAD DE DISPONER O DE ADQUIRIR POR
DONACIÓN ENTRE VIVOS O POR TESTAMENTO.......................... 219
CAPÍTULO III
DE LA PORCIÓN DE BIENES DISPONIBLE Y DE LA REDUCCIÓN......... 221
SECCIÓN I
De la porción de bienes disponible.............................................. 221

SECCIÓN III
De la reducción de las donaciones y legados............................... 222

CAPÍTULO IV
DE LAS DONACIONES ENTRE VIVOS................................................. 224
SECCIÓN I
De la forma de las donaciones entre vivos.................................. 224
ÍNDICE POR 11
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN II
Excepciones de la regla de irrevocabilidad
de las donaciones entre vivos...................................................... 227

CAPÍTULO V
DE LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS...................................... 230
SECCIÓN I
Reglas generales sobre la forma de los testamentos................... 230

SECCIÓN II
De las reglas particulares sobre la forma
de determinados testamentos..................................................... 232

SECCIÓN III
De la institución de heredero, y de los legados en general......... 235

SECCIÓN IV
Del legado universal..................................................................... 236

SECCIÓN V
Del legado a título universal....................................................... 237

SECCIÓN VI
De los legados particulares......................................................... 238

SECCIÓN VII
De los ejecutores testamentarios............................................... 240

SECCIÓN VIII
De la revocación de los testamentos y de su caducidad............. 241

CAPÍTULO VI
De las disposiciones permitidas en favor de los nietos del donante o
testador, o de los hijos de sus hermanos y hermanas.........................243

ÍNDICE POR 12
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

CAPÍTULO VII
DE LAS PARTICIONES HECHAS POR EL PADRE,
LA MADRE U OTROS ASCENDIENTES,
ENTRE SUS DESCENDIENTES......................................................... 247
CAPÍTULO VIII
DE LAS DONACIONES HECHAS POR CONTRATO DE
MATRIMONIO A LOS CÓNYUGES Y A LOS HIJOS
QUE NAZCAN DEL MATRIMONIO.................................................. 248
CAPÍTULO IX
DE LAS DISPOSICIONES ENTRE ESPOSOS, HECHAS
EN EL CONTRATO DE MATRIMONIO, O DESPUÉS
DE CELEBRADO EL MATRIMONIO................................................. 250

TÍTULO III
DE LOS CONTRATOS O DE LAS OBLIGACIONES
CONVENCIONALES EN GENERAL........................................... 252
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES PRELIMINARES.................................................... 252
CAPÍTULO II
DE LAS CONDICIONES ESENCIALES PARA
LA VALIDEZ DE LAS CONVENCIONES............................................. 253
SECCIÓN I
Del consentimiento...................................................................... 254

SECCIÓN II
De la capacidad de las partes contratantes................................. 255

SECCIÓN III
Del objeto y materia de los contratos.......................................... 256

ÍNDICE POR 13
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN IV
De la causa................................................................................... 257

CAPÍTULO III
DEL EFECTO DE LAS OBLIGACIONES................................................. 257
SECCIÓN I
Disposiciones Generales.............................................................. 257

SECCIÓN II
De la obligación de dar................................................................ 257

SECCIÓN III
De la obligación de hacer o de no hacer...................................... 258

SECCIÓN IV
De las indemnizaciones de daños y perjuicios que resultan
de la falta de cumplimiento de la obligación............................... 259

SECCIÓN V
De la interpretación de las convenciones................................... 261

SECCIÓN VI
Del efecto de las convenciones respecto de terceros................. 262

CAPÍTULO IV
DE LAS DIVERSAS ESPECIES DE OBLIGACIONES............................... 262
SECCIÓN I
De las obligaciones condicionales................................................ 262

SECCIÓN II
De las obligaciones a término fijo............................................... 265

SECCIÓN III
De las obligaciones alternativas................................................... 266

ÍNDICE POR 14
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN IV
De las obligaciones solidarias..................................................... 267

SECCIÓN V
De las obligaciones divisibles e indivisibles................................ 270

SECCIÓN VI
De las obligaciones con cláusula penal........................................ 271

CAPÍTULO V
DE LA EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES.................................... 273
SECCIÓN I
Del pago....................................................................................... 273

SECCIÓN II
De la novación............................................................................. 279

SECCIÓN III
De la quita o perdón de la deuda................................................ 281

SECCIÓN IV
De la compensación..................................................................... 282

SECCIÓN V
De la confusión........................................................................... 284

SECCIÓN VI
De la pérdida de la cosa debida................................................... 284

SECCIÓN VII
De la acción en nulidad o rescisión de las convenciones............. 284

CAPÍTULO VI
DE LA PRUEBA DE LAS OBLIGACIONES, Y DE LA DEL PAGO........ 286

ÍNDICE POR 15
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN I
De la prueba literal...................................................................... 286

SECCIÓN II
De la prueba testimonial............................................................. 291

SECCIÓN III
De las presunciones..................................................................... 293

SECCIÓN IV
De la confesión de parte.............................................................. 293

SECCIÓN V
Del juramento.............................................................................. 294

TÍTULO IV
DE LOS COMPROMISOS QUE SE HACEN SIN
CONVENCIÓN......................................................................... 296
CAPÍTULO I
DE LOS CUASICONTRATOS............................................................. 296
CAPÍTULO II
DE LOS DELITOS Y CUASIDELITOS................................................. 298

TÍTULO V
DEL CONTRATO DE MATRIMONIO Y DE LOS DERECHOS
RESPECTIVOS DE LOS ESPOSOS............................................. 299
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 299
CAPÍTULO II
DEL RÉGIMEN DE LA COMUNIDAD............................................... 301

ÍNDICE POR 16
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

PRIMERA PARTE
DE LA COMUNIDAD LEGAL............................................................ 302
SECCIÓN I
De lo que forma la comunidad activa y pasivamente.................. 302

SECCIÓN II
De la administración, y del efecto de los actos de cualquiera de los
esposos con relación a la sociedad conyugal............................... 305

SECCIÓN III
De la disolución de la comunidad y de algunas
de sus consecuencias................................................................... 309

SECCIÓN IV
De la aceptación de la comunidad, y de la renuncia que de ella
puede hacerse con las condiciones que le son relativas.............. 311

SECCIÓN V
De la partición de la comunidad después de la aceptación......... 311

SECCIÓN VI
De la renuncia a la comunidad, y de sus efectos......................... 315

SEGUNDA PARTE:................................................................... 316


SECCIÓN I
De la comunidad reducida a las gananciales.............................. 316

SECCIÓN II
De la cláusula que excluye de la comunidad
el mobiliario en todo o en parte.................................................. 317

SECCIÓN III
De la cláusula por la cual se consideran muebles
los inmuebles............................................................................... 318
ÍNDICE POR 17
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN IV
De la cláusula de separación de deudas...................................... 319

SECCIÓN V
De la facultad que se concede a la mujer de volver
a tomar libre y saldo lo que aportó............................................. 320

SECCIÓN VI
De la mejora convencional.......................................................... 320

SECCIÓN VII
De las cláusulas por las cuales se asigna a cada
uno de los esposos, partes desiguales en la comunidad............. 321

SECCIÓN VIII
De la comunidad a título universal.............................................. 323

SECCIÓN IX
De los convenios que excluyen la comunidad............................. 323

CAPÍTULO III
DEL RÉGIMEN DOTAL..................................................................... 326
SECCIÓN I
De la constitución de la dote....................................................... 326

SECCIÓN II
De los derechos del marido sobre los bienes dotales,
y de la prohibición de enajenar el haber dotado......................... 327

SECCIÓN III
De la restitución de la dote.......................................................... 330

SECCIÓN IV
De los bienes parafernales........................................................... 332

Disposición particular.......................................................... 333


ÍNDICE POR 18
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

TÍTULO VI
DE LA VENTA.......................................................................... 333
CAPÍTULO I
DE LA NATURALEZA Y FORMA DE LA VENTA................................ 333
CAPÍTULO II
DE LAS PERSONAS QUE PUEDEN COMPRAR O VENDER............. 334
CAPÍTULO III
DE LAS COSAS QUE PUEDEN VENDERSE....................................... 335
CAPÍTULO IV
DE LAS OBLIGACIONES DEL VENDEDOR....................................... 336
SECCIÓN I
Disposiciones generales............................................................... 336

SECCIÓN II
De la entrega................................................................................ 336

SECCIÓN III
De la garantía............................................................................... 339

CAPÍTULO V
DE LAS OBLIGACIONES DEL COMPRADOR................................... 343
CAPÍTULO VI
DE LA NULIDAD Y RESCISIÓN DE LA VENTA.................................. 344
SECCIÓN I
De la facultad de retracto............................................................ 344

SECCIÓN II
De la rescisión de la venta por causa de lesión............................ 346

CAPÍTULO VII
DE LA LICITACIÓN........................................................................... 348

ÍNDICE POR 19
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

CAPÍTULO VIII
DE LA TRANSFERENCIA DE CRÉDITOS Y OTROS DERECHOS
INCORPORALES...................................................................................... 348

TÍTULO VII
DEL CAMBIO O PERMUTA...................................................... 350

TÍTULO VIII
DEL CONTRATO DE LOCACIÓN Y CONDUCCIÓN.................... 351
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 351
CAPÍTULO II
DE LA LOCACIÓN DE LAS COSAS.................................................... 352
SECCIÓN I
De las reglas comunes a los arrendamientos
de casas y haciendas rurales........................................................ 352

SECCIÓN II
De las reglas particulares a los inquilinos.................................... 357

SECCIÓN III
Reglas particulares a los arrendamientos de predios rústicos..... 359

CAPÍTULO III
DE LA LOCACIÓN DE OBRA E INDUSTRIA..................................... 361
SECCIÓN I
De la contratación de criados y obreros...................................... 362

SECCIÓN II
De los conductores por tierra y por agua.................................... 362

SECCIÓN III

ÍNDICE POR 20
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

De los ajustes y contratos a precio alzado................................... 363

CAPÍTULO IV
DE LA APARCERÍA PECUARIA......................................................... 365
SECCIÓN I
Disposiciones generales............................................................... 365

SECCIÓN II
De la aparcería simple................................................................. 365

SECCIÓN III
De la aparcería por mitad............................................................ 367

SECCIÓN IV
De la aparcería dada por el propietario a
su arrendatario o colono porcionero........................................... 367

SECCIÓN V
Del contrato a piso y cuido.......................................................... 369

TÍTULO IX
DEL CONTRATO DE SOCIEDAD............................................... 369
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 369
CAPÍTULO II
DE LAS DIVERSAS ESPECIES DE SOCIEDADES............................... 369
SECCIÓN I
De las sociedades universales..................................................... 370

SECCIÓN II
De la sociedad particular............................................................. 370

ÍNDICE POR 21
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

CAPÍTULO III
DE LOS COMPROMISOS DE LOS SOCIOS ENTRE SÍ,
Y CON RESPECTO A LOS TERCEROS............................................... 371
SECCIÓN I
De los compromisos de los socios entre sí.................................. 371

SECCIÓN II
De los compromisos de los socios respecto a los terceros.......... 374

CAPÍTULO IV
DE LAS DIFERENTES MANERAS COMO CONCLUYE LA
SOCIEDAD........................................................................................ 375
SECCIÓN I
Disposición relativa a las sociedades comerciales....................... 376

TÍTULO X
DEL PRÉSTAMO...................................................................... 377
CAPÍTULO I
Del préstamo a uso o comodato...................................................... 377
SECCIÓN I
De la naturaleza del préstamo a uso............................................ 377

SECCIÓN II
De las obligaciones del que toma prestado................................ 377

SECCIÓN III
De las obligaciones del que presta a uso..................................... 378

CAPÍTULO II
DEL PRÉSTAMO DE CONSUMO O SIMPLE PRÉSTAMO................. 379
SECCIÓN I
De la naturaleza del préstamo de consumo................................ 379
ÍNDICE POR 22
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN III
De las obligaciones del prestador............................................... 380

SECCIÓN III
De las obligaciones del que toma a préstamo............................ 380

CAPÍTULO III
DEL PRÉSTAMO CON INTERÉS....................................................... 381

TÍTULO XI
DEL DEPÓSITO Y DEL SECUESTRO......................................... 382
CAPÍTULO I
DEL DEPÓSITO EN GENERAL Y DE SUS DIVERSAS ESPECIES....... 382
CAPÍTULO II
DEL DEPÓSITO PROPIAMENTE DICHO.......................................... 382
SECCIÓN I
De la naturaleza y esencia del contrato de depósito................... 382

SECCIÓN II
Del depósito voluntario.............................................................. 383

SECCIÓN III
De las obligaciones del depositario............................................. 384

SECCIÓN IV
De las obligaciones de la persona
que hace el depósito................................................................... 386

SECCIÓN V
Del depósito necesario................................................................ 387

CAPÍTULO III
DEL SECUESTRO.............................................................................. 387

ÍNDICE POR 23
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN I
De las diversas clases de secuestro............................................. 387

SECCIÓN II
Del secuestro convencional......................................................... 388

SECCIÓN III
Del secuestro o depósito judicial................................................. 388

TÍTULO XII
DE LOS CONTRATOS ALEATORIOS......................................... 389
CAPÍTULO I
DEL JUEGO Y DE LA APUESTA........................................................ 389
CAPÍTULO II
DEL CONTRATO DE RENTA VITALICIA............................................ 390
SECCIÓN I
De las condiciones que se requieren
para la validez del contrato.......................................................... 390

SECCIÓN II
De los efectos del contrato entre las partes contratantes........... 391

TÍTULO XIII
DEL MANDATO...................................................................... 392
CAPÍTULO I
DE LA NATURALEZA Y FORMA DEL MANDATO............................. 392
CAPÍTULO II
DE LAS OBLIGACIONES DEL MANDATARIO................................... 393
CAPÍTULO III
DE LAS OBLIGACIONES DEL MANDANTE...................................... 394

ÍNDICE POR 24
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

CAPÍTULO IV
DE LAS DIFERENTES MANERAS DE CONCLUIR EL MANDATO..... 395

TÍTULO XIV
DE LA FIANZA......................................................................... 396
CAPÍTULO I
De la naturaleza y extensión de la fianza......................................... 396
CAPÍTULO II
De los efectos de la fianza................................................................ 397
SECCIÓN I
De los efectos de la fianza entre el acreedor y el fiador.............. 397

SECCIÓN II
De los efectos de la fianza entre el deudor y el fiador................. 399

SECCIÓN III
De los efectos de la fianza entre los cofiadores........................... 400

CAPÍTULO III
DE LA EXTINCIÓN DE LA FIANZA................................................... 400
CAPÍTULO IV
DEL FIADOR LEGAL Y DEL FIADOR JUDICIAL................................ 401

TÍTULO XV
DE LAS TRANSACCIONES....................................................... 401

TÍTULO XVI
DEL APREMIO CORPORAL EN MATERIA CIVIL...................... 403

TÍTULO XVII
DEL CONTRATO DE EMPEÑO................................................. 405

ÍNDICE POR 25
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

CAPÍTULO I
DE LA PRENDA................................................................................ 405
CAPÍTULO II
DE LA ANTICRESIS........................................................................... 407

TÍTULO XVIII
DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS........................................ 409
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 409
CAPÍTULO II
DE LOS PRIVILEGIOS....................................................................... 409
SECCIÓN I
De los privilegios sobre los muebles............................................ 410

SECCIÓN II
De los privilegios sobre los inmuebles......................................... 411

SECCIÓN III
De los privilegios que se extienden a los muebles e inmuebles..412

SECCIÓN IV
Cómo se conservan los privilegios............................................... 413

CAPÍTULO III
DE LAS HIPOTECAS......................................................................... 415
SECCIÓN I
De las hipotecas legales............................................................... 415

SECCIÓN II
De las hipotecas judiciales........................................................... 416

ÍNDICE POR 26
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN III
De las hipotecas convencionales................................................. 416

SECCIÓN IV
Del rango que las hipotecas ocupan entre sí.............................. 418

CAPÍTULO IV
DEL MODO DE HACER LA INSCRIPCIÓN
DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS................................................ 420
CAPÍTULO V
DE LA CANCELACIÓN Y REDUCCIÓN DE LAS INSCRIPCIONES..... 423
CAPÍTULO VI
DEL EFECTO DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS
CONTRA LOS TERCEROS DETENTADORES.................................... 425
CAPÍTULO VII
DE LA EXTINCIÓN DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS................. 427
CAPÍTULO VIII
DEL MODO DE LIBERTAR LAS PROPIEDADES DE
LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS..................................................... 428
CAPÍTULO IX
DEL MODO DE EXTINGUIR LAS HIPOTECAS CUANDO NO EXISTE
INSCRIPCIÓN RESPECTO DE LOS BIENES DE LOS MARIDOS
Y DE LOS TUTORES.......................................................................... 431
CAPÍTULO X
DE LA PUBLICIDAD DE LOS REGISTROS Y DE LA RESPONSABILI-
DAD DE LOS CONSERVADORES DE HIPOTECAS............................ 432

TÍTULO XIX
DE LA EXPROPIACIÓN FORZOSA,
Y DEL ORDEN ENTRE LOS ACREEDORES................................ 434

ÍNDICE POR 27
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

CAPÍTULO I
DE LA EXPROPIACIÓN FORZOSA................................................... 434
CAPÍTULO II
DEL ORDEN Y DE LA DISTRIBUCIÓN DEL PRECIO ENTRE LOS
ACREEDORES................................................................................... 436

TÍTULO XX
DE LA PRESCRIPCIÓN............................................................. 437
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 437
CAPÍTULO II
DE LA POSESIÓN............................................................................. 438
CAPÍTULO III
DE LAS CAUSAS QUE IMPIDEN LA PRESCRIPCIÓN....................... 438
CAPÍTULO IV
DE LAS CAUSAS QUE INTERRUMPEN O SUSPENDEN
EL CURSO DE LA PRESCRIPCIÓN.................................................... 439
SECCIÓN I
De las causas que interrumpen la prescripción........................... 439

SECCIÓN II
De las causas que suspenden
el curso de la prescripción........................................................... 441

CAPÍTULO V
DEL TIEMPO QUE SE NECESITA PARA PRESCRIBIR....................... 442
SECCIÓN I
Disposiciones generales............................................................... 442

ÍNDICE POR 28
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

SECCIÓN II
De la prescripción por veinte años.............................................. 442

SECCIÓN III
De la prescripción por cinco y diez años...................................... 443

SECCIÓN IV
De algunas prescripciones particulares....................................... 444

ÍNDICE POR 29
ÍNDICE ARTÍCULOS
ÍNDICE POR ARTÍCULOS

CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

ÍNDICE POR ARTÍCULOS

Art. 1.-....................................75 Art. 23.-..................................79


Art. 2.-....................................76 Art. 24.-..................................80
Art. 3.-....................................76 Art. 25.-..................................80
Art. 4.-....................................76 Arts. 26 al 33.-........................80
Art. 5.-....................................76 Art. 34.-..................................80
Art. 6.-....................................76 Art. 35.-..................................81
Art. 7.-....................................76 Art. 36.-..................................81
Art. 8.-....................................76 Art. 37.-..................................81
Art. 9.-....................................77 Art. 38.-..................................81
Art. 10.-..................................77 Art. 39.-..................................81
Art. 11.-..................................77 Art. 40.-..................................81
Art. 12.-..................................77 Art. 41.-..................................81
Art. 13.-..................................78 Art. 42.-..................................81
Art. 14.-..................................78 Art. 43.-..................................81
Art. 15.-..................................78 Art. 44.-..................................82
Art. 16.-..................................78 Art. 45.-..................................82
Art. 17.-..................................78 Art. 46.-..................................82
Art. 18.-..................................78 Art. 47.-..................................82
Art. 19.-..................................79 Art. 48.-..................................82
Art. 20.-..................................79 Art. 49.-..................................83
Art. 21.-..................................79 Art. 50.-..................................83
Art. 22.-..................................79 Art. 51.-..................................83
ÍNDICE POR 30
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 52.-..................................83 Art. 76.-..................................89


Art. 53.-..................................83 Art. 77.-..................................90
Art. 54.-..................................83 Art. 78.-..................................90
Art. 55.-..................................83 Art. 79.-..................................90
Art. 56.-..................................84 Art. 80.-..................................90
Art. 57.-..................................84 Art. 81.-..................................91
Art. 58.-..................................84 Art. 82.-..................................91
Art. 59.-..................................85 Art. 83.-..................................91
Art. 60.-..................................85 Art. 84.-..................................91
Art. 61.-..................................85 Art. 85.-..................................92
Art. 62.-..................................86 Art. 86.-..................................92
Art. 63.-..................................86 Art. 87.-..................................92
Art. 64.-..................................86 Art. 88.-..................................92
Art. 65.-..................................86 Art. 89.-..................................93
Art. 66.-..................................87 Art. 90.-..................................93
Art. 67.-..................................87 Art. 91.-..................................93
Art. 68.-..................................87 Art. 92.-..................................93
Art. 69.-..................................87 Art. 93.-..................................93
Art. 70.-..................................87 Art. 94.-..................................93
Art. 71.-..................................87 Art. 95.-..................................93
Art. 72.-..................................88 Art. 96.-..................................93
Art. 73.-..................................88 Art. 97.-..................................94
Art. 74.-..................................88 Art. 98.-..................................94
Art. 75.-..................................88 Art. 99.-..................................94

ÍNDICE POR 31
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 100.-................................94 Art. 124.-................................98


Art. 101.-................................94 Art. 125.-................................98
Art. 102.-................................94 Art. 126.-................................98
Art. 103.-................................95 Art. 127.-................................99
Art. 104.-................................95 Art. 128.-................................99
Art. 105.-................................95 Art. 129.-................................99
Art. 106.-................................95 Art. 130.-................................99
Art. 107.-................................95 Art. 131.-................................99
Art. 108.-................................95 Art. 132.-................................99
Art. 109.-................................95 Art. 133.-................................99
Art. 110.-................................95 Art. 134.-..............................100
Art. 111.-................................95 Art. 135.-..............................100
Art. 112.-................................96 Art. 136.-..............................100
Art. 113.-................................96 Art. 137.-..............................100
Art. 114.-................................96 Art. 138.-..............................100
Art. 115.-................................96 Art. 139.-..............................100
Art. 116.-................................96 Art. 140.-..............................101
Art. 117.-................................97 Art. 141.-..............................101
Art. 118.-................................97 Art. 142.-..............................101
Art. 119.-................................97 Art. 143.-..............................101
Art. 120.-................................97 Art. 144.-..............................101
Art. 121.-................................97 Art. 145.-..............................101
Art. 122.-................................97 Art. 146.-..............................102
Art. 123.-................................98 Art. 147.-..............................102

ÍNDICE POR 32
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 148.-..............................102 Art. 172.-..............................105


Art. 149.-..............................102 Art. 173.-..............................105
Art. 150.-..............................102 Art. 174.-..............................105
Art. 151.-..............................102 Art. 175.-..............................105
Art. 152.-..............................102 Art. 176.-..............................106
Art. 153.-..............................102 Art. 177.-..............................106
Art. 154.-..............................102 Art. 178.-..............................106
Art. 155.-..............................103 Art. 179.-..............................106
Art. 156.-..............................103 Art. 180.-..............................106
Art. 157.-..............................103 Art. 181.-..............................106
Art. 158.-..............................103 Art. 182.-..............................106
Art. 159.-..............................103 Art. 183.-..............................107
Art. 160.-..............................103 Art. 184.-..............................107
Art. 161.-..............................104 Art. 185.-..............................107
Art. 162.-..............................104 Art. 186.-..............................107
Art. 163.-..............................104 Art. 187.-..............................107
Art. 164.-..............................104 Art. 188.-..............................107
Art. 165.-..............................104 Art. 189.-..............................108
Art. 166.-..............................104 Art. 190.-..............................108
Art. 167.-..............................104 Art. 191.-..............................108
Art. 168.-..............................104 Art. 192.-..............................108
Art. 169.-..............................104 Art. 193.-..............................108
Art. 170.-..............................105 Art. 194.-..............................108
Art. 171.-..............................105 Art. 195.-..............................108

ÍNDICE POR 33
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 196.-..............................109 Art. 220.-..............................113


Art. 197.-..............................109 Art. 221.-..............................113
Art. 198.-..............................109 Art. 222.-..............................114
Art. 199.-..............................109 Art. 225.-..............................115
Art. 200.-..............................109 Art. 226.-..............................115
Art. 201.-..............................109 Arts. 227 al 311.-..................115
Art. 202.-..............................109 Art. 312.-..............................115
Art. 203.-..............................110 Art. 313.-..............................115
Art. 204.-..............................110 Art. 314.-..............................116
Art. 205.-..............................110 Art. 315.-..............................116
Art. 206.-..............................110 Art. 316.-..............................116
Art. 207.-..............................110 Art. 317.-..............................116
Art. 208.-..............................110 Art. 318.-..............................117
Art. 209.-..............................110 Art. 319.-..............................117
Art. 210.-..............................110 Art. 320.-..............................117
Art. 211.-..............................110 Art. 321.-..............................117
Art. 212.-..............................111 Art. 322.-..............................117
Art. 213.-..............................111 Art. 323.-..............................117
Art. 214.-..............................111 Art. 324.-..............................118
Art. 215.-..............................112 Art. 325.-..............................118
Art. 216.-..............................112 Art. 326.-..............................118
Art. 217.-..............................112 Art. 327.-..............................118
Art. 218.-..............................113 Art. 328.-..............................118
Art. 219.-..............................113 Art. 329.-..............................118

ÍNDICE POR 34
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 330.-..............................118 Art. 354.-..............................123


Art. 331.-..............................118 Art. 355.-..............................123
Art. 332.-..............................119 Art. 356.-..............................124
Art. 333.-..............................119 Art. 357.-..............................124
Art. 334.-..............................119 Art. 358.-..............................124
Art. 335.-..............................119 Art. 359.-..............................124
Art. 336.-..............................119 Art. 360.-..............................125
Art. 337.-..............................119 Art. 361.-..............................125
Art. 338.-..............................119 Art. 362.-..............................125
Art. 339.-..............................119 Art. 363.-..............................125
Art. 340.-..............................119 Art. 364.-..............................126
Art. 341.-..............................119 Art. 365.-..............................127
Art. 342.-..............................120 Art. 366.-..............................127
Art. 343.-..............................120 Art. 367.-..............................127
Art. 344.-..............................120 Art. 368.-..............................128
Art. 345.-..............................120 Art. 369.-..............................128
Art. 346.-..............................121 Art. 370.-..............................128
Art. 347.-..............................121 Art. 371.-..............................129
Art. 348.-..............................121 Art. 37.-................................129
Art. 349.-..............................121 Art. 37.-................................129
Art. 350.-..............................121 Art. 37.-................................129
Art. 351.-..............................122 Art. 37.-................................129
Art. 352.-..............................123 Art. 372.-..............................130
Art. 353.-..............................123 Art. 37.-................................130

ÍNDICE POR 35
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 37.-................................130 Art. 392.-..............................135


Art. 373.-..............................130 Art. 393.-..............................135
Art. 37.-................................130 Art. 394.-..............................135
Art. 37.-................................130 Art. 395.-..............................135
Art. 37.-................................131 Art. 396.-..............................135
Art. 37.-................................131 Art. 397.-..............................136
Art. 374.-..............................131 Art. 398.-..............................136
Art. 375.-..............................132 Art. 399.-..............................136
Art. 376.-..............................132 Art. 400.-..............................136
Art. 377.-..............................132 Art. 401.-..............................136
Art. 378.-..............................132 Art. 402.-..............................136
Art. 379.-..............................132 Art. 403.-..............................136
Art. 380.-..............................132 Art. 404.-..............................136
Art. 381.-..............................132 Art. 405.-..............................137
Art. 382.-..............................133 Art. 406.-..............................137
Art. 383.-..............................133 Art. 407.-..............................137
Art. 384.-..............................133 Art. 408.-..............................137
Art. 385.-..............................133 Art. 409.-..............................137
Art. 386.-..............................133 Art. 410.-..............................138
Art. 387.-..............................133 Art. 411.-..............................138
Art. 388.-..............................134 Art. 412.-..............................138
Art. 389.-..............................134 Art. 413.-..............................138
Art. 390.-..............................134 Art. 414.-..............................138
Art. 391.-..............................135 Art. 415.-..............................138

ÍNDICE POR 36
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 416.-..............................138 Art. 440.-..............................142


Art. 417.-..............................138 Art. 441.-..............................142
Art. 418.-..............................139 Art. 442.-..............................142
Art. 419.-..............................139 Art. 443.-..............................143
Art. 420.-..............................139 Art. 444.-..............................143
Art. 421.-..............................139 Art. 445.-..............................143
Art. 422.-..............................139 Art. 446.-..............................143
Art. 423.-..............................139 Art. 447.-..............................143
Art. 424.-..............................139 Art. 448.-..............................143
Art. 425.-..............................140 Art. 449.-..............................143
Art. 426.-..............................140 Art. 450.-..............................143
Art. 427.-..............................140 Art. 451.-..............................144
Art. 428.-..............................140 Art. 452.-..............................144
Art. 429.-..............................140 Art. 453.-..............................144
Art. 430.-..............................140 Art. 454.-..............................144
Art. 431.-..............................141 Art. 455.-..............................145
Art. 432.-..............................141 Art. 456.-..............................145
Art. 433.-..............................141 Art. 457.-..............................145
Art. 434.-..............................141 Art. 458.-..............................145
Art. 435.-..............................141 Art. 459.-..............................145
Art. 436.-..............................141 Art. 460.-..............................146
Art. 437.-..............................142 Art. 461.-..............................146
Art. 438.-..............................142 Art. 462.-..............................146
Art. 439.-..............................142 Art. 463.-..............................146

ÍNDICE POR 37
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 464.-..............................146 Art. 488.-..............................150


Art. 465.-..............................146 Art. 489.-..............................151
Art. 466.-..............................147 Art. 490.-..............................151
Art. 467.-..............................147 Art. 491.-..............................151
Art. 468.-..............................147 Art. 492.-..............................151
Art. 469.-..............................147 Art. 493.-..............................151
Art. 470.-..............................147 Art. 494.-..............................151
Art. 471.-..............................148 Art. 495.-..............................151
Art. 472.-..............................148 Art. 496.-..............................151
Art. 473.-..............................148 Art. 497.-..............................152
Art. 474.-..............................148 Art. 498.-..............................152
Art. 475.-..............................148 Art. 499.-..............................152
Art. 476.-..............................148 Art. 500.-..............................152
Art. 477.-..............................148 Art. 501.-..............................152
Art. 478.-..............................149 Art. 502.-..............................152
Art. 479.-..............................149 Art. 503.-..............................152
Art. 480.-..............................149 Art. 504.-..............................153
Art. 481.-..............................149 Art. 505.-..............................153
Art. 482.-..............................149 Art. 506.-..............................153
Art. 483.-..............................149 Art. 507.-..............................153
Art. 484.-..............................150 Art. 508.-..............................153
Art. 485.-..............................150 Art. 509.-..............................153
Art. 486.-..............................150 Art. 510.-..............................153
Art. 487.-..............................150 Art. 511.-..............................154

ÍNDICE POR 38
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 512.-..............................154 Art. 536.-..............................159


Art. 513.-..............................154 Art. 537.-..............................159
Art. 514.-..............................154 Art. 538.-..............................159
Art. 515.-..............................154 Art. 539.-..............................159
Art. 516.-..............................155 Art. 540.-..............................160
Art. 517.-..............................155 Art. 541.-..............................160
Art. 518.-..............................155 Art. 542.-..............................160
Art. 519.-..............................155 Art. 543.-..............................160
Art. 520.-..............................155 Art. 544.-..............................160
Art. 521.-..............................155 Art. 545.-..............................160
Art. 522.-..............................155 Art. 546.-..............................160
Art. 523.-..............................156 Art. 547.-..............................160
Art. 524.-..............................156 Art. 548.-..............................161
Art. 525.-..............................156 Art. 549.-..............................161
Art. 526.-..............................157 Art. 550.-..............................161
Art. 527.-..............................157 Art. 551.-..............................161
Art. 528.-..............................157 Art. 552.-..............................161
Art. 529.-..............................157 Art. 553.-..............................162
Art. 530.-..............................158 Art. 554.-..............................162
Art. 531.-..............................158 Art. 555.-..............................162
Art. 532.-..............................158 Art. 557.-..............................163
Art. 533.-..............................158 Art. 558.-..............................163
Art. 534.-..............................158 Art. 559.-..............................163
Art. 535.-..............................159 Art. 560.-..............................163

ÍNDICE POR 39
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 561.-..............................163 Art. 585.-..............................167


Art. 562.-..............................164 Art. 586.-..............................167
Art. 563.-..............................164 Art. 587.-..............................167
Art. 564.-..............................164 Art. 588.-..............................167
Art. 565.-..............................164 Art. 589.-..............................167
Art. 566.-..............................164 Art. 590.-..............................168
Art. 567.-..............................164 Art. 591.-..............................168
Art. 568.-..............................164 Art. 592.-..............................168
Art. 569.-..............................164 Art. 593.-..............................168
Art. 570.-..............................165 Art. 594.-..............................168
Art. 571.-..............................165 Art. 595.-..............................168
Art. 572.-..............................165 Art. 596.-..............................169
Art. 573.-..............................165 Art. 597.-..............................169
Art. 574.-..............................165 Art. 598.-..............................169
Art. 575.-..............................165 Art. 599.-..............................169
Art. 576.-..............................166 Art. 600.-..............................169
Art. 577.-..............................166 Art. 601.-..............................170
Art. 578.-..............................166 Art. 602.-..............................170
Art. 579.-..............................166 Art. 603.-..............................170
Art. 580.-..............................166 Art. 604.-..............................170
Art. 581.-..............................166 Art. 605.-..............................170
Art. 582.-..............................166 Art. 606.-..............................171
Art. 583.-..............................166 Art. 607.-..............................171
Art. 584.-..............................167 Art. 608.-..............................171

ÍNDICE POR 40
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 609.-..............................171 Art. 633.-..............................175


Art. 610.-..............................171 Art. 634.-..............................175
Art. 611.-..............................171 Art. 635.-..............................175
Art. 612.-..............................172 Art. 636.-..............................175
Art. 613.-..............................172 Art. 637.-..............................175
Art. 614.-..............................172 Art. 638.-..............................175
Art. 615.-..............................172 Art. 639.-..............................175
Art. 616.-..............................172 Art. 640.-..............................176
Art. 617.-..............................173 Art. 641.-..............................176
Art. 618.-..............................173 Art. 642.-..............................176
Art. 619.-..............................173 Art. 643.-..............................176
Art. 620.-..............................173 Art. 644.-..............................176
Art. 621.-..............................174 Art. 645.-..............................177
Art. 622.-..............................174 Art. 646.-..............................177
Art. 623.-..............................174 Art. 647.-..............................177
Art. 624.-..............................174 Art. 648.-..............................177
Art. 625.-..............................174 Art. 649.-..............................177
Art. 626.-..............................174 Art. 650.-..............................177
Art. 627.-..............................174 Art. 651.-..............................177
Art. 628.-..............................174 Art. 652.-..............................178
Art. 629.-..............................174 Art. 653.-..............................178
Art. 630.-..............................174 Art. 654.-..............................178
Art. 631.-..............................175 Art. 655.-..............................178
Art. 632.-..............................175 Art. 656.-..............................178

ÍNDICE POR 41
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 657.-..............................178 Art. 681.-..............................182


Art. 658.-..............................179 Art. 682.-..............................183
Art. 659.-..............................179 Art. 683.-..............................183
Art. 660.-..............................179 Art. 684.-..............................183
Art. 661.-..............................179 Art. 685.-..............................183
Art. 662.-..............................179 Art. 686.-..............................183
Art. 663.-..............................179 Art. 687.-..............................184
Art. 664.-..............................180 Art. 688.-..............................184
Art. 665.-..............................180 Art. 689.-..............................184
Art. 666.-..............................180 Art. 690.-..............................184
Art. 667.-..............................180 Art. 691.-..............................184
Art. 668.-..............................180 Art. 692.-..............................184
Art. 669.-..............................180 Art. 693.-..............................185
Art. 670.-..............................180 Art. 694.-..............................185
Art. 671.-..............................181 Art. 695.-..............................185
Art. 672.-..............................181 Art. 696.-..............................185
Art. 673.-..............................181 Art. 697.-..............................185
Art. 674.-..............................181 Art. 698.-..............................185
Art. 675.-..............................181 Art. 699.-..............................185
Art. 676.-..............................182 Art. 700.-..............................186
Art. 677.-..............................182 Art. 701.-..............................186
Art. 678.-..............................182 Art. 702.-..............................186
Art. 679.-..............................182 Art. 703.-..............................186
Art. 680.-..............................182 Art. 704.-..............................186

ÍNDICE POR 42
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 705.-..............................186 Art. 729.-..............................190


Art. 706.-..............................187 Art. 730.-..............................190
Art. 707.-..............................187 Art. 731.-..............................191
Art. 708.-..............................187 Art. 732.-..............................191
Art. 709.-..............................187 Art. 733.-..............................191
Art. 710.-..............................187 Art. 734.-..............................191
Art. 711.-..............................187 Art. 735.-..............................191
Art. 712.-..............................187 Art. 736.-..............................191
Art. 713.-..............................187 Art. 737.-..............................192
Art. 714.-..............................188 Art. 738.-..............................192
Art. 715.-..............................188 Art. 739.-..............................192
Art. 716.-..............................188 Art. 740.-..............................192
Art. 717.-..............................188 Art. 741.-..............................192
Art. 718.-..............................188 Art. 742.-..............................193
Art. 719.-..............................188 Art. 743.-..............................193
Art. 720.-..............................188 Art. 744.-..............................193
Art. 721.-..............................189 Art. 745.-..............................193
Art. 722.-..............................189 Art. 746.-..............................193
Art. 723.-..............................189 Art. 747.-..............................194
Art. 724.-..............................189 Art. 748.-..............................194
Art. 725.-..............................189 Art. 749.-..............................194
Art. 726.-..............................190 Art. 750.-..............................194
Art. 727.-..............................190 Art. 751.-..............................195
Art. 728.-..............................190 Art. 752.-..............................195

ÍNDICE POR 43
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 753.-..............................195 Art. 782.-..............................199


Art. 754.-..............................195 Art. 783.-..............................199
Art. 755.-..............................195 Art. 784.-..............................199
Artículos 756 al 761.-.......... 196 Art. 785.-..............................199
Art. 762.-..............................196 Art. 786.-..............................199
Art. 763.-..............................196 Art. 787.-..............................199
Art. 764.-..............................196 Art. 788.-..............................199
Art. 765.-..............................196 Art. 789.-..............................200
Art. 766.-..............................196 Art. 790.-..............................200
Art. 767.-..............................196 Art. 791.-..............................200
Art. 768.-..............................197 Art. 792.-..............................200
Art. 769.-..............................197 Art. 793.-..............................200
Art. 770.-..............................197 Art. 794.-..............................200
Art. 771.-..............................197 Art. 795.-..............................201
Art. 772.-..............................197 Art. 796.-..............................201
Art. 773.-..............................197 Art. 797.-..............................201
Art. 774.-..............................197 Art. 798.-..............................201
Art. 775.-..............................198 Art. 799.-..............................201
Art. 776.-..............................198 Art. 800.-..............................201
Art. 777.-..............................198 Art. 801.-..............................202
Art. 778.-..............................198 Art. 802.-..............................202
Art. 779.-..............................198 Art. 803.-..............................202
Art. 780.-..............................198 Art. 804.-..............................202
Art. 781.-..............................198 Art. 805.-..............................202

ÍNDICE POR 44
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 806.-..............................203 Art. 859.-..............................212


Art. 807.-..............................203 Art. 860.-..............................212
Art. 808.-..............................203 Art. 861.-..............................212
Art. 809.-..............................203 Art. 862.-..............................212
Art. 810.-..............................203 Art. 863.-..............................212
Art. 811.-..............................203 Art. 864.-..............................212
Art. 812.-..............................204 Art. 865.-..............................212
Art. 813.-..............................204 Art. 866.-..............................213
Art. 814.-..............................204 Art. 867.-..............................213
Art. 844.-..............................210 Art. 868.-..............................213
Art. 845.-..............................210 Art. 869.-..............................213
Art. 846.-..............................210 Art. 870.-..............................213
Art. 847.-..............................210 Art. 871.-..............................214
Art. 848.-..............................211 Art. 872.-..............................214
Art. 849.-..............................211 Art. 873.-..............................214
Art. 850.-..............................211 Art. 874.-..............................214
Art. 851.-..............................211 Art. 875.-..............................214
Art. 852.-..............................211 Art. 876.-..............................215
Art. 853.-..............................211 Art. 877.-..............................215
Art. 854.-..............................211 Art. 878.-..............................215
Art. 855.-..............................211 Art. 879.-..............................215
Art. 856.-..............................212 Art. 880.-..............................215
Art. 857.-..............................212 Art. 881.-..............................215
Art. 858.-..............................212 Art. 882.-..............................215

ÍNDICE POR 45
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 883.-..............................215 Art. 907.-..............................220


Art. 884.-..............................216 Art. 908.-..............................220
Art. 885.-..............................216 Art. 909.-..............................220
Art. 8863.-............................216 Art. 910.-..............................220
Art. 887.-..............................216 Art. 911.-..............................220
Art. 888.-..............................216 Art. 912.-..............................220
Art. 889.-..............................217 Art. 913.-..............................221
Art. 890.-..............................217 Art. 914.-..............................221
Art. 891.-..............................217 Art. 915.-..............................221
Art. 892.-..............................217 Art. 916.-..............................221
Art. 893.-..............................217 Art. 917.-..............................221
Art. 894.-..............................218 Art. 918.-..............................222
Art. 895.-..............................218 Art. 919.-..............................222
Art. 896.-..............................218 Art. 920.-..............................222
Art. 897.-..............................218 Art. 921.-..............................222
Art. 898.-..............................218 Art. 922.-..............................223
Art. 899.-..............................219 Art. 923.-..............................223
Art. 900.-..............................219 Art. 924.-..............................223
Art. 901.-..............................219 Art. 925.-..............................223
Art. 902.-..............................219 Art. 926.-..............................223
Art. 903.-..............................219 Art. 927.-..............................223
Art. 904.-..............................219 Art. 928.-..............................224
Art. 905.-..............................219 Art. 929.-..............................224
Art. 906.-..............................219 Art. 930.-..............................224

ÍNDICE POR 46
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 931.-..............................224 Art. 955.-..............................228


Art. 932.-..............................224 Art. 956.-..............................228
Art. 933.-..............................224 Art. 957.-..............................228
Art. 934.-..............................225 Art. 958.-..............................228
Art. 935.-..............................225 Art. 959.-..............................228
Art. 936.-..............................225 Art. 960.-..............................228
Art. 937.-..............................225 Art. 961.-..............................229
Art. 938.-..............................225 Art. 962.-..............................229
Art. 939.-..............................225 Art. 963.-..............................229
Art. 940.-..............................225 Art. 964.-..............................229
Art. 941.-..............................226 Art. 965.-..............................229
Art. 942.-..............................226 Art. 966.-..............................229
Art. 943.-..............................226 Art. 967.-..............................230
Art. 944.-..............................226 Art. 968.-..............................230
Art. 945.-..............................226 Art. 969.-..............................230
Art. 946.-..............................226 Art. 970.-..............................230
Art. 947.-..............................226 Art. 971.-..............................230
Art. 948.-..............................226 Art. 972.-..............................230
Art. 949.-..............................227 Art. 973.-..............................231
Art. 950.-..............................227 Art. 974.-..............................231
Art. 951.-..............................227 Art. 975.-..............................231
Art. 952.-..............................227 Art. 976.-..............................231
Art. 953.-..............................227 Art. 977.-..............................231
Art. 954.-..............................227 Art. 978.-..............................231

ÍNDICE POR 47
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 979.-..............................232 Art. 1003.-............................236


Art. 980.-..............................232 Art. 1004.-............................236
Art. 981.-..............................232 Art. 1005.-............................236
Art. 982.-..............................232 Art. 1006.-............................236
Art. 983.-..............................232 Art. 1007.-............................236
Art. 984.-..............................233 Art. 1008.-............................237
Art. 985.-..............................233 Art. 1009.-............................237
Art. 986.-..............................233 Art. 1010.-............................237
Art. 987.-..............................233 Art. 1011.-............................237
Art. 988.-..............................233 Art. 1012.-............................237
Art. 989.-..............................233 Art. 1013.-............................237
Art. 990.-..............................234 Art. 1014.-............................238
Art. 991.-..............................234 Art. 1015.-............................238
Art. 992.-..............................234 Art. 1017.-............................239
Art. 993.-..............................234 Art. 1018.-............................239
Art. 994.-..............................234 Art. 1019.-............................239
Art. 995.-..............................234 Art. 1020.-............................239
Art. 996.-..............................234 Art. 1021.-............................239
Art. 997.-..............................234 Art. 1022.-............................239
Art. 998.-..............................235 Art. 1023.-............................239
Art. 999.-..............................235 Art. 1024.-............................240
Art. 1000.-............................235 Art. 1025.-............................240
Art. 1001.-............................235 Art. 1026.-............................240
Art. 1002.-............................235 Art. 1027.-............................240

ÍNDICE POR 48
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1028.-............................240 Art. 1052.-............................244


Art. 1029.-............................240 Art. 1053.-............................244
Art. 1030.-............................240 Art. 1054.-............................244
Art. 1031.-............................240 Art. 1055.-............................244
Art. 1032.-............................241 Art. 1056.-............................244
Art. 1033.-............................241 Art. 1057.-............................244
Art. 1034.-............................241 Art. 1058.-............................245
Art. 1035.-............................241 Art. 1059.-............................245
Art. 1036.-............................241 Art. 1060.-............................245
Art. 1037.-............................241 Art. 1061.-............................245
Art. 1038.-............................242 Art. 1062.-............................245
Art. 1039.-............................242 Art. 1063.-............................245
Art. 1040.-............................242 Art. 1064.-............................246
Art. 1041.-............................242 Art. 1065.-............................246
Art. 1042.-............................242 Art. 1066.-............................246
Art. 1043.-............................242 Art. 1067.-............................246
Art. 1044.-............................242 Art. 1068.-............................246
Art. 1045.-............................243 Art. 1069.-............................246
Art. 1046.-............................243 Art. 1070.-............................246
Art. 1047.-............................243 Art. 1071.-............................247
Art. 1048.-............................243 Art. 1072.-............................247
Art. 1049.-............................243 Art. 1073.-............................247
Art. 1050.-............................243 Art. 1074.-............................247
Art. 1051.-............................243 Art. 1075.-............................247

ÍNDICE POR 49
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1076.-............................248 Art. 1100.-............................252


Art. 1077.-............................248 Art. 1101.-............................252
Art. 1078.-............................248 Art. 1102.-............................253
Art. 1079.-............................248 Art. 1103.-............................253
Art. 1080.-............................248 Art. 1104.-............................253
Art. 1081.-............................248 Art. 1105.-............................253
Art. 1082.-............................249 Art. 1106.-............................253
Art. 1083.-............................249 Art. 1107.-............................253
Art. 1084.-............................249 Art. 1108.-............................253
Art. 1085.-............................249 Art. 1109.-............................254
Art. 1086.-............................250 Art. 1110.-............................254
Art. 1087.-............................250 Art. 1111.-............................254
Art. 1088.-............................250 Art. 1112.-............................254
Art. 1089.-............................250 Art. 1113.-............................254
Art. 1090.-............................250 Art. 1114.-............................254
Art. 1091.-............................250 Art. 1115.-............................254
Art. 1092.-............................251 Art. 1116.-............................255
Art. 1093.-............................251 Art. 1117.-............................255
Art. 1094.-............................251 Art. 1118.-............................255
Art. 1095.-............................251 Art. 1119.-............................255
Art. 1096.-............................252 Art. 1120.-............................255
Art. 1097.-............................252 Art. 1121.-............................255
Art. 1098.-............................252 Art. 1122.-............................255
Art. 1099.-............................252 Art. 1123.-............................255

ÍNDICE POR 50
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1124.-............................256 Art. 1148.-............................259


Art. 1125.-............................256 Art. 1149.-............................259
Art. 1126.-............................256 Art. 1150.-............................260
Art. 1127.-............................256 Art. 1151.-............................260
Art. 1128.-............................256 Art. 1152.-............................260
Art. 1129.-............................256 Art. 1153.-............................260
Art. 1130.-............................256 Art. 1154.-............................260
Art. 1131.-............................257 Art. 1155.-............................260
Art. 1132.-............................257 Art. 1156.-............................261
Art. 1133.-............................257 Art. 1157.-............................261
Art. 1134.-............................257 Art. 1158.-............................261
Art. 1135.-............................257 Art. 1159.-............................261
Art. 1136.-............................257 Art. 1160.-............................261
Art. 1137.-............................258 Art. 1161.-............................261
Art. 1138.-............................258 Art. 1162.-............................261
Art. 1139.-............................258 Art. 1163.-............................261
Art. 1140.-............................258 Art. 1164.-............................262
Art. 1141.-............................258 Art. 1165.-............................262
Art. 1142.-............................258 Art. 1166.-............................262
Art. 1143.-............................259 Art. 1167.-............................262
Art. 1144.-............................259 Art. 1168.-............................262
Art. 1145.-............................259 Art. 1169.-............................263
Art. 1146.-............................259 Art. 1170.-............................263
Art. 1147.-............................259 Art. 1171.-............................263

ÍNDICE POR 51
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1172.-............................263 Art. 1196.-............................267


Art. 1173.-............................263 Art. 1197.-............................267
Art. 1174.-............................263 Art. 1198.-............................267
Art. 1175.-............................263 Art. 1199.-............................267
Art. 1176.-............................263 Art. 1200.-............................267
Art. 1177.-............................263 Art. 1201.-............................267
Art. 1178.-............................264 Art. 1202.-............................267
Art. 1179.-............................264 Art. 1203.-............................268
Art. 1180.-............................264 Art. 1204.-............................268
Art. 1181.-............................264 Art. 1205.-............................268
Art. 1182.-............................264 Art. 1206.-............................268
Art. 1183.-............................265 Art. 1207.-............................268
Art. 1184.-............................265 Art. 1208.-............................268
Art. 1185.-............................265 Art. 1209.-............................268
Art. 1186.-............................265 Art. 1210.-............................268
Art. 1187.-............................265 Art. 1211.-............................269
Art. 1188.-............................265 Art. 1212.-............................269
Art. 1189.-............................266 Art. 1213.-............................269
Art. 1190.-............................266 Art. 1214.-............................269
Art. 1191.-............................266 Art. 1215.-............................269
Art. 1192.-............................266 Art. 1216.-............................270
Art. 1193.-............................266 Art. 1217.-............................270
Art. 1194.-............................266 Art. 1218.-............................270
Art. 1195.-............................266 Art. 1219.-............................270

ÍNDICE POR 52
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1220.-............................270 Art. 1244.-............................274


Art. 1221.-............................270 Art. 1245.-............................275
Art. 1222.-............................271 Art. 1246.-............................275
Art. 1223.-............................271 Art. 1247.-............................275
Art. 1224.-............................271 Art. 1248.-............................275
Art. 1225.-............................271 Art. 1249.-............................275
Art. 1226.-............................272 Art. 1250.-............................275
Art. 1227.-............................272 Art. 1251.-............................276
Art. 1228.-............................272 Art. 1252.-............................276
Art. 1229.-............................272 Art. 1253.-............................276
Art. 1230.-............................272 Art. 1254.-............................276
Art. 1231.-............................272 Art. 1255.-............................277
Art. 1232.-............................272 Art. 1256.-............................277
Art. 1233.-............................272 Art. 1257.-............................277
Art. 1234.-............................273 Art. 1258.-............................277
Art. 1235.-............................273 Art. 1259.-............................278
Art. 1236.-............................273 Art. 1260.-............................278
Art. 1237.-............................273 Art. 1261.-............................278
Art. 1238.-............................274 Art. 1262.-............................278
Art. 1239.-............................274 Art. 1263.-............................278
Art. 1240.-............................274 Art. 1264.-............................279
Art. 1241.-............................274 Art. 1265.-............................279
Art. 1242.-............................274 Art. 1266.-............................279
Art. 1243.-............................274 Art. 1267.-............................279

ÍNDICE POR 53
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1268.-............................279 Art. 1292.-............................282


Art. 1269.-............................279 Art. 1293.-............................282
Art. 1270.-............................279 Art. 1294.-............................283
Art. 1271.-............................280 Art. 1295.-............................283
Art. 1272.-............................280 Art. 1296.-............................283
Art. 1273.-............................280 Art. 1297.-............................283
Art. 1274.-............................280 Art. 1298.-............................283
Art. 1275.-............................280 Art. 1299.-............................283
Art. 1276.-............................280 Art. 1300.-............................284
Art. 1277.-............................280 Art. 1301.-............................284
Art. 1278.-............................280 Art. 1302.-............................284
Art. 1279.-............................280 Art. 1303.-............................284
Art. 1280.-............................281 Art. 1304.-............................285
Art. 1281.-............................281 Art. 1305.-............................285
Art. 1282.-............................281 Art. 1306.-............................285
Art. 1283.-............................281 Art. 1307.-............................285
Art. 1284.-............................281 Art. 1308.-............................285
Art. 1285.-............................281 Art. 1309.-............................285
Art. 1286.-............................281 Art. 1310.-............................285
Art. 1287.-............................282 Art. 1311.-............................286
Art. 1288.-............................282 Art. 1312.-............................286
Art. 1289.-............................282 Art. 1313.-............................286
Art. 1290.-............................282 Art. 1314.-............................286
Art. 1291.-............................282 Art. 1315.-............................286

ÍNDICE POR 54
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1316.-............................286 Art. 1340.-............................291


Art. 1317.-............................287 Art. 1341.-............................291
Art. 1318.-............................287 Art. 1342.-............................291
Art. 1319.-............................287 Art. 1343.-............................292
Art. 1320.-............................287 Art. 1344.-............................292
Art. 1321.-............................287 Art. 1345.-............................292
Art. 1322.-............................287 Art. 1346.-............................292
Art. 1323.-............................287 Art. 1347.-............................292
Art. 1324.-............................288 Art. 1348.-............................292
Art. 1325.-............................288 Art. 1349.-............................293
Art. 1326.-............................288 Art. 1350.-............................293
Art. 1327.-............................288 Art. 1351.-............................293
Art. 1328.-............................288 Art. 1352.-............................293
Art. 1329.-............................288 Art. 1353.-............................293
Art. 1330.-............................289 Art. 1354.-............................294
Art. 1331.-............................289 Art. 1355.-............................294
Art. 1332.-............................289 Art. 1356.-............................294
Art. 1333.-............................289 Art. 1357.-............................294
Art. 1334.-............................289 Art. 1358.-............................294
Art. 1335.-............................289 Art. 1359.-............................294
Art. 1336.-............................290 Art. 1360.-............................294
Art. 1337.-............................290 Art. 1361.-............................294
Art. 1338.-............................291 Art. 1362.-............................295
Art. 1339.-............................291 Art. 1363.-............................295

ÍNDICE POR 55
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1364.-............................295 Art. 1388.-............................299


Art. 1365.-............................295 Art. 1389.-............................299
Art. 1366.-............................295 Art. 1390.-............................300
Art. 1367.-............................295 Art. 1391.-............................300
Art. 1368.-............................296 Art. 1392.-............................300
Art. 1369.-............................296 Art. 1393.-............................300
Art. 1370.-............................296 Art. 1394.-............................300
Art. 1371.-............................296 Art. 1395.-............................301
Art. 1372.-............................297 Art. 1396.-............................301
Art. 1373.-............................297 Art. 1397.-............................301
Art. 1374.-............................297 Art. 1398.-............................301
Art. 1375.-............................297 Art. 1399.-............................301
Art. 1376.-............................297 Art. 1400.-............................302
Art. 1377.-............................297 Art. 1401.-............................302
Art. 1378.-............................297 Art. 1402.-............................302
Art. 1379.-............................298 Art. 1403.-............................302
Art. 1380.-............................298 Art. 1404.-............................303
Art. 1381.-............................298 Art. 1405.-............................303
Art. 1382.-............................298 Art. 1406.-............................303
Art. 1383.-............................298 Art. 1407.-............................303
Art. 1384.-............................298 Art. 1408.-............................303
Art. 1385.-............................299 Art. 1409.-............................304
Art. 1386.-............................299 Art. 1410.-............................304
Art. 1387.-............................299 Art. 1411.-............................304

ÍNDICE POR 56
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1412.-............................304 Art. 1438.-............................308


Art. 1413.-............................304 Art. 1439.-............................308
Art. 1414.-............................305 Art. 1440.-............................309
Art. 1415.-............................305 Art. 1441.-............................309
Art. 1416.-............................305 Art. 1442.-............................309
Art. 1417.-............................305 Art. 1443.-............................309
Art. 1418.-............................305 Art. 1444.-............................309
Art. 1419.-............................305 Art. 1445.-............................310
Art. 1420.-............................305 Art. 1446.-............................310
Art. 1421.-............................305 Art. 1447.-............................310
Art. 1422.-............................306 Art. 1448.-............................310
Art. 1423.-............................306 Art. 1449.-............................310
Art. 1424.-............................306 Art. 1450.-............................310
Art. 1425.-............................306 Art. 1451.-............................311
Arts. 1426 al 1428.-..............306 Art. 1452.-............................311
Art. 1429.-............................306 Arts. 1453 al 1466.-..............311
Art. 1430.-............................307 Art. 1467.-............................311
Art. 1431.-............................307 Art. 1468.-............................312
Art. 1432.-............................307 Art. 1469.-............................312
Art. 1433.-............................307 Art. 1470.-............................312
Art. 1434.-............................307 Art. 1471.-............................312
Art. 1435.-............................307 Art. 1472.-............................312
Art. 1436.-............................308 Art. 1473.-............................312
Art. 1437.-............................308 Art. 1474.-............................313

ÍNDICE POR 57
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1475.-............................313 Art. 1502.-............................317


Art. 1476.-............................313 Art. 1503.-............................317
Art. 1477.-............................313 Art. 1504.-............................317
Art. 1478.-............................313 Art. 1505.-............................318
Art. 1479.-............................313 Art. 1506.-............................318
Art. 1480.-............................313 Art. 1507.-............................318
Art. 1481.-............................314 Art. 1508.-............................318
Art. 1482.-............................314 Art. 1509.-............................318
Art. 1483.-............................314 Art. 1510.-............................319
Art. 1484.-............................314 Art. 1511.-............................319
Art. 1485.-............................314 Art. 1512.-............................319
Art. 1486.-............................314 Art. 1513.-............................319
Art. 1487.-............................314 Art. 1514.-............................320
Art. 1488.-............................314 Art. 1515.-............................320
Art. 1489.-............................315 Art. 1516.-............................321
Art. 1490.-............................315 Art. 1517.-............................321
Art. 1491.-............................315 Art. 1518.-............................321
Arts. 1492 al 1495.-.............315 Art. 1519.-............................321
Art. 1496.-............................315 Art. 1520.-............................321
Art. 1497.-............................316 Art. 1521.-............................321
Art. 1498.-............................316 Art. 1522.-............................322
Art. 1499.-............................317 Art. 1523.-............................322
Art. 1500.-............................317 Art. 1524.-............................322
Art. 1501.-............................317 Art. 1525.-............................322

ÍNDICE POR 58
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1526.-............................323 Art. 1556.-............................328


Art. 1528.-............................323 Art. 1557.-............................328
Art. 1529.-............................323 Art. 1558.-............................328
Art. 1530.-............................324 Art. 1559.-............................329
Art. 1531.-............................324 Art. 1560.-............................329
Art. 1532.-............................324 Art. 1561.-............................329
Art. 1533.-............................324 Art. 1562.-............................329
Art. 1534.-............................324 Art. 1563.-............................330
Art. 1535.-............................324 Art. 1564.-............................330
Arts. 1536 al 1539.-..............324 Art. 1565.-............................330
Art. 1542.-............................326 Art. 1566.-............................330
Art. 1543.-............................326 Art. 1567.-............................330
Art. 1544.-............................327 Art. 1568.-............................330
Art. 1545.-............................327 Art. 1569.-............................330
Art. 1546.-............................327 Art. 1570.-............................331
Art. 1547.-............................327 Art. 1571.-............................331
Art. 1548.-............................327 Art. 1572.-............................331
Art. 1549.-............................327 Art. 1573.-............................331
Art. 1550.-............................328 Art. 1574.-............................332
Art. 1551.-............................328 Art. 1575.-............................332
Art. 1552.-............................328 Art. 1576.-............................332
Art. 1553.-............................328 Art. 1577.-............................332
Art. 1554.-............................328 Art. 1578.-............................332
Art. 1555.-............................328 Art. 1579.-............................332

ÍNDICE POR 59
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1580.-............................332 Art. 1604.-............................336


Art. 1581.-............................333 Art. 1605.-............................336
Art. 1582.-............................333 Art. 1606.-............................336
Art. 1583.-............................333 Art. 1607.-............................336
Art. 1584.-............................333 Art. 1608.-............................336
Art. 1585.-............................333 Art. 1609.-............................337
Art. 1586.-............................333 Art. 1610.-............................337
Art. 1587.-............................334 Art. 1611.-............................337
Art. 1588.-............................334 Art. 1612.-............................337
Art. 1589.-............................334 Art. 1613.-............................337
Art. 1590.-............................334 Art. 1614.-............................337
Art. 1591.-............................334 Art. 1615.-............................337
Art. 1592.-............................334 Art. 1616.-............................337
Art. 1593.-............................334 Art. 1617.-............................337
Art. 1594.-............................334 Art. 1618.-............................338
Art. 1595.-............................334 Art. 1619.-............................338
Art. 1596.-............................335 Art. 1620.-............................338
Art. 1597.-............................335 Art. 1621.-............................338
Art. 1598.-............................335 Art. 1622.-............................338
Art. 1599.-............................335 Art. 1623.-............................338
Art. 1600.-............................335 Art. 1624.-............................339
Art. 1601.-............................335 Art. 1625.-............................339
Art. 1602.-............................336 Art. 1626.-............................339
Art. 1603.-............................336 Art. 1627.-............................339

ÍNDICE POR 60
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1628.-............................339 Art. 1652.-............................343


Art. 1629.-............................339 Art. 1653.-............................343
Art. 1630.-............................340 Art. 1654.-............................343
Art. 1631.-............................340 Art. 1655.-............................343
Art. 1632.-............................340 Art. 1656.-............................344
Art. 1633.-............................340 Art. 1657.-............................344
Art. 1634.-............................340 Art. 1658.-............................344
Art. 1635.-............................340 Art. 1659.-............................344
Art. 1636.-............................340 Art. 1660.-............................344
Art. 1637.-............................341 Art. 1661.-............................344
Art. 1638.-............................341 Art. 1662.-............................345
Art. 1639.-............................341 Art. 1663.-............................345
Art. 1640.-............................341 Art. 1664.-............................345
Art. 1641.-............................341 Art. 1665.-............................345
Art. 1642.-............................341 Art. 1666.-............................345
Art. 1643.-............................342 Art. 1667.-............................345
Art. 1644.-............................342 Art. 1668.-............................345
Art. 1645.-............................342 Art. 1669.-............................345
Art. 1646.-............................342 Art. 1670.-............................345
Art. 1647.-............................342 Art. 1671.-............................346
Art. 1648.-............................342 Art. 1672.-............................346
Art. 1649.-............................342 Art. 1673.-............................346
Art. 1650.-............................343 Art. 1674.-............................346
Art. 1651.-............................343 Art. 1675.-............................347

ÍNDICE POR 61
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1676.-............................347 Art. 1700.-............................350


Art. 1677.-............................347 Art. 1701.-............................350
Art. 1678.-............................347 Art. 1702.-............................350
Art. 1679.-............................347 Art. 1703.-............................350
Art. 1680.-............................347 Art. 1704.-............................350
Art. 1681.-............................347 Art. 1705.-............................350
Art. 1682.-............................347 Art. 1706.-............................350
Art. 1683.-............................348 Art. 1707.-............................351
Art. 1684.-............................348 Art. 1708.-............................351
Art. 1685.-............................348 Art. 1709.-............................351
Art. 1686.-............................348 Art. 1710.-............................351
Art. 1687.-............................348 Art. 1711.-............................351
Art. 1688.-............................348 Art. 1712.-............................351
Art. 1689.-............................348 Art. 1713.-............................352
Art. 1690.-............................349 Art. 1714.-............................352
Art. 1691.-............................349 Art. 1715.-............................352
Art. 1692.-............................349 Art. 1716.-............................352
Art. 1693.-............................349 Art. 1717.-............................352
Art. 1694.-............................349 Art. 1718.-............................352
Art. 1695.-............................349 Art. 1719.-............................352
Art. 1696.-............................349 Art. 1720.-............................353
Art. 1697.-............................349 Art. 1721.-............................353
Art. 1698.-............................349 Art. 1722.-............................353
Art. 1699.-............................350 Art. 1723.-............................353

ÍNDICE POR 62
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1724.-............................353 Art. 1748.-............................356


Art. 1725.-............................353 Art. 1749.-............................357
Art. 1726.-............................354 Art. 1750.-............................357
Art. 1727.-............................354 Art. 1751.-............................357
Art. 1728.-............................354 Art. 1752.-............................357
Art. 1729.-............................354 Art. 1753.-............................357
Art. 1730.-............................354 Art. 1754.-............................357
Art. 1731.-............................354 Art. 1755.-............................357
Art. 1732.-............................355 Art. 1756.-............................358
Art. 1733.-............................355 Art. 1757.-............................358
Art. 1734.-............................355 Art. 1758.-............................358
Art. 1735.-............................355 Art. 1759.-............................358
Art. 1736.-............................355 Art. 1760.-............................358
Art. 1737.-............................355 Art. 1761.-............................358
Art. 1738.-............................355 Art. 1762.-............................358
Art. 1739.-............................355 Art. 1763.-............................359
Art. 1740.-............................356 Art. 1764.-............................359
Art. 1741.-............................356 Art. 1765.-............................359
Art. 1742.-............................356 Art. 1766.-............................359
Art. 1743.-............................356 Art. 1767.-............................359
Art. 1744.-............................356 Art. 1768.-............................359
Art. 1745.-............................356 Art. 1769.-............................360
Art. 1746.-............................356 Art. 1770.-............................360
Art. 1747.-............................356 Art. 1771.-............................360

ÍNDICE POR 63
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1772.-............................360 Art. 1796.-............................364


Art. 1773.-............................360 Art. 1797.-............................364
Art. 1774.-............................361 Art. 1798.-............................364
Art. 1775.-............................361 Art. 1799.-............................364
Art. 1776.-............................361 Art. 1800.-............................365
Art. 1777.-............................361 Art. 1801.-............................365
Art. 1778.-............................361 Art. 1802.-............................365
Art. 1779.-............................361 Art. 1803.-............................365
Art. 1780.-............................362 Art. 1804.-............................365
Art. 1781.-............................362 Art. 1805.-............................365
Art. 1782.-............................362 Art. 1806.-............................366
Art. 1783.-............................362 Art. 1807.-............................366
Art. 1784.-............................362 Art. 1808.-............................366
Art. 1785.-............................362 Art. 1809.-............................366
Art. 1786.-............................363 Art. 1810.-............................366
Art. 1787.-............................363 Art. 1811.-............................366
Art. 1788.-............................363 Art. 1812.-............................366
Art. 1789.-............................363 Art. 1813.-............................366
Art. 1790.-............................363 Art. 1814.-............................366
Art. 1791.-............................363 Art. 1815.-............................367
Art. 1792.-............................363 Art. 1816.-............................367
Art. 1793.-............................364 Art. 1817.-............................367
Art. 1794.-............................364 Art. 1818.-............................367
Art. 1795.-............................364 Art. 1819.-............................367

ÍNDICE POR 64
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1820.-............................367 Art. 1844.-............................371


Art. 1821.-............................368 Art. 1845.-............................371
Art. 1822.-............................368 Art. 1846.-............................371
Art. 1823.-............................368 Art. 1847.-............................371
Art. 1824.-............................368 Art. 1848.-............................372
Art. 1825.-............................368 Art. 1849.-............................372
Art. 1826.-............................368 Art. 1850.-............................372
Art. 1827.-............................368 Art. 1851.-............................372
Art. 1828.-............................368 Art. 1852.-............................372
Art. 1829.-............................368 Art. 1853.-............................373
Art. 1830.-............................369 Art. 1854.-............................373
Art. 1831.-............................369 Art. 1855.-............................373
Art. 1832.-............................369 Art. 1856.-............................373
Art. 1833.-............................369 Art. 1857.-............................373
Art. 1834.-............................369 Art. 1858.-............................373
Art. 1835.-............................369 Art. 1859.-............................374
Art. 1836.-............................370 Art. 1860.-............................374
Art. 1837.-............................370 Art. 1861.-............................374
Art. 1838.-............................370 Art. 1862.-............................374
Art. 1839.-............................370 Art. 1863.-............................375
Art. 1840.-............................370 Art. 1864.-............................375
Art. 1841.-............................370 Art. 1865.-............................375
Art. 1842.-............................371 Art. 1866.-............................375
Art. 1843.-............................371 Art. 1867.-............................375

ÍNDICE POR 65
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1868.-............................376 Art. 1892.-............................379


Art. 1869.-............................376 Art. 1893.-............................379
Art. 1870.-............................376 Art. 1894.-............................379
Art. 1871.-............................376 Art. 1895.-............................380
Art. 1872.-............................376 Art. 1896.-............................380
Art. 1873.-............................376 Art. 1897.-............................380
Art. 1874.-............................377 Art. 1898.-............................380
Art. 1875.-............................377 Art. 1899.-............................380
Art. 1876.-............................377 Art. 1900.-............................380
Art. 1877.-............................377 Art. 1901.-............................380
Art. 1878.-............................377 Art. 1902.-............................380
Art. 1879.-............................377 Art. 1903.-............................381
Art. 1880.-............................377 Art. 1904.-............................381
Art. 1881.-............................378 Art. 1905.-............................381
Art. 1882.-............................378 Art. 1906.-............................381
Art. 1883.-............................378 Art. 1907.-............................381
Art. 1884.-............................378 Art. 1908.-............................381
Art. 1885.-............................378 Art. 1909.-............................381
Art. 1886.-............................378 Art. 1910.-............................381
Art. 1887.-............................378 Art. 1911.-............................381
Art. 1888.-............................378 Art. 1912.-............................382
Art. 1889.-............................379 Art. 1913.-............................382
Art. 1890.-............................379 Art. 1914.-............................382
Art. 1891.-............................379 Art. 1915.-............................382

ÍNDICE POR 66
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1916.-............................382 Art. 1940.-............................385


Art. 1917.-............................382 Art. 1941.-............................386
Art. 1918.-............................383 Art. 1942.-............................386
Art. 1919.-............................383 Art. 1943.-............................386
Art. 1920.-............................383 Art. 1944.-............................386
Art. 1921.-............................383 Art. 1945.-............................386
Art. 1922.-............................383 Art. 1946.-............................386
Art. 1923.-............................383 Art. 1947.-............................386
Art. 1924.-............................383 Art. 1948.-............................387
Art. 1925.-............................383 Art. 1949.-............................387
Art. 1926.-............................383 Art. 1950.-............................387
Art. 1927.-............................384 Art. 1951.-............................387
Art. 1928.-............................384 Art. 1952.-............................387
Art. 1929.-............................384 Art. 1953.-............................387
Art. 1930.-............................384 Art. 1954.-............................387
Art. 1931.-............................384 Art. 1955.-............................387
Art. 1932.-............................384 Art. 1956.-............................388
Art. 1933.-............................384 Art. 1957.-............................388
Art. 1934.-............................385 Art. 1958.-............................388
Art. 1935.-............................385 Art. 1959.-............................388
Art. 1936.-............................385 Art. 1960.-............................388
Art. 1937.-............................385 Art. 1961.-............................388
Art. 1938.-............................385 Art. 1962.-............................388
Art. 1939.-............................385 Art. 1963.-............................389

ÍNDICE POR 67
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1964.-............................389 Art. 1988.-............................392


Art. 1965.-............................389 Art. 1989.-............................393
Art. 1966.-............................389 Art. 1990.-............................393
Art. 1967.-............................389 Art. 1991.-............................393
Art. 1968.-............................390 Art. 1992.-............................393
Art. 1969.-............................390 Art. 1993.-............................393
Art. 1970.-............................390 Art. 1994.-............................393
Art. 1971.-............................390 Art. 1995.-............................394
Art. 1972.-............................390 Art. 1996.-............................394
Art. 1973.-............................390 Art. 1997.-............................394
Art. 1974.-............................390 Art. 1998.-............................394
Art. 1975.-............................390 Art. 1999.-............................394
Art. 1976.-............................391 Art. 2000.-............................395
Art. 1977.-............................391 Art. 2001.-............................395
Art. 1978.-............................391 Art. 2002.-............................395
Art. 1979.-............................391 Art. 2003.-............................395
Art. 1980.-............................391 Art. 2004.-............................395
Art. 1981.-............................392 Art. 2005.-............................395
Art. 1982.-............................392 Art. 2006.-............................395
Art. 1983.-............................392 Art. 2007.-............................395
Art. 1984.-............................392 Art. 2008.-............................396
Art. 1985.-............................392 Art. 2009.-............................396
Art. 1986.-............................392 Art. 2010.-............................396
Art. 1987.-............................392 Art. 2011.-............................396

ÍNDICE POR 68
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 2012.-............................396 Art. 2036.-............................400


Art. 2013.-............................396 Art. 2037.-............................400
Art. 2014.-............................396 Art. 2038.-............................400
Art. 2015.-............................397 Art. 2039.-............................401
Art. 2016.-............................397 Art. 2040.-............................401
Art. 2017.-............................397 Art. 2041.-............................401
Art. 2018.-............................397 Art. 2042.-............................401
Art. 2019.-............................397 Art. 2043.-............................401
Art. 2020.-............................397 Art. 2044.-............................401
Art. 2021.-............................397 Art. 2045.-............................401
Art. 2022.-............................398 Art. 2046.-............................402
Art. 2023.-............................398 Art. 2047.-............................402
Art. 2024.-............................398 Art. 2048.-............................402
Art. 2025.-............................398 Art. 2049.-............................402
Art. 2026.-............................398 Art. 2050.-............................402
Art. 2027.-............................398 Art. 2051.-............................402
Art. 2028.-............................399 Art. 2052.-............................402
Art. 2029.-............................399 Art. 2053.-............................402
Art. 2030.-............................399 Art. 2054.-............................402
Art. 2031.-............................399 Art. 2055.-............................402
Art. 2032.-............................399 Art. 2056.-............................403
Art. 2033.-............................400 Art. 2057.-............................403
Art. 2034.-............................400 Art. 2058.-............................403
Art. 2035.-............................400 Art. 2059.-............................403

ÍNDICE POR 69
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 2060.-............................403 Art. 2084.-............................407


Art. 2061.-............................403 Art. 2085.-............................407
Art. 2062.-............................403 Art. 2086.-............................408
Art. 2063.-............................404 Art. 2087.-............................408
Art. 2064.-............................404 Art. 2088.-............................408
Art. 2065.-............................404 Art. 2089.-............................408
Art. 2066.-............................404 Art. 2090.-............................408
Art. 2067.-............................405 Art. 2091.-............................408
Art. 2068.-............................405 Art. 2092.-............................409
Art. 2069.-............................405 Art. 2093.-............................409
Art. 2070.-............................405 Art. 2094.-............................409
Art. 2071.-............................405 Art. 2095.-............................409
Art. 2072.-............................405 Art. 2096.-............................409
Art. 2073.-............................405 Art. 2097.-............................409
Art. 2074.-............................405 Art. 2098.-............................409
Art. 2075.-............................406 Art. 2099.-............................409
Art. 2076.-............................406 Art. 2100.-............................410
Art. 2077.-............................406 Art. 2101.-............................410
Art. 2078.-............................406 Art. 2102.-............................410
Art. 2079.-............................406 Art. 2103.-............................411
Art. 2080.-............................406 Art. 2104.-............................412
Art. 2081.-............................406 Art. 2105.-............................413
Art. 2082.-............................407 Art. 2106.-............................413
Art. 2083.-............................407 Art. 2107.-............................413

ÍNDICE POR 70
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 2108.-............................413 Art. 2132.-............................418


Art. 2109.-............................413 Art. 2133.-............................418
Art. 2110.-............................414 Art. 2134.-............................418
Art. 2111.-............................414 Art. 2135.-............................418
Art. 2112.-............................414 Art. 2136.-............................419
Art. 2113.-............................414 Art. 2137.-............................419
Art. 2114.-............................415 Art. 2138.-............................419
Art. 2115.-............................415 Art. 2139.-............................419
Art. 2116.-............................415 Art. 2140.-............................419
Art. 2117.-............................415 Art. 2141.-............................419
Art. 2118.-............................415 Art. 2142.-............................420
Art. 2119.-............................415 Art. 2143.-............................420
Art. 2120.-............................415 Art. 2144.-............................420
Art. 2121.-............................415 Art. 2145.-............................420
Art. 2122.-............................416 Art. 2146.-............................420
Art. 2123.-............................416 Art. 2148.-............................421
Art. 2124.-............................416 Art. 2149.-............................422
Art. 2125.-............................416 Art. 2150.-............................422
Art. 2126.-............................417 Art. 2151.-............................422
Art. 2127.-............................417 Art. 2152.-............................422
Art. 2128.-............................417 Art. 2153.-............................422
Art. 2129.-............................417 Art. 2154.-............................422
Art. 2130.-............................417 Art. 2155.-............................423
Art. 2131.-............................417 Art. 2156.-............................423

ÍNDICE POR 71
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 2157.-............................423 Art. 2181.-............................428


Art. 2158.-............................423 Art. 2182.-............................428
Art. 2159.-............................423 Art. 2183.-............................428
Art. 2160.-............................424 Art. 2184.-............................429
Art. 2161.-............................424 Art. 2185.-............................429
Art. 2162.-............................424 Art. 2186.-............................429
Art. 2163.-............................424 Art. 2187.-............................430
Art. 2164.-............................424 Art. 2188.-............................430
Art. 2165.-............................425 Art. 2189.-............................430
Art. 2166.-............................425 Art. 2190.-............................430
Art. 2167.-............................425 Art. 2191.-............................430
Art. 2168.-............................425 Art. 2192.-............................430
Art. 2169.-............................425 Art. 2193.-............................431
Art. 2170.-............................426 Art. 2194.-............................431
Art. 2171.-............................426 Art. 2195.-............................432
Art. 2172.-............................426 Art. 2196.-............................432
Art. 2173.-............................426 Art. 2197.-............................432
Art. 2174.-............................426 Art. 2198.-............................433
Art. 2175.-............................426 Art. 2199.-............................433
Art. 2176.-............................426 Art. 2200.-............................433
Art. 2177.-............................427 Art. 2201.-............................433
Art. 2178.-............................427 Art. 2202.-............................434
Art. 2179.-............................427 Art. 2203.-............................434
Art. 2180.-............................427 Art. 2204.-............................434

ÍNDICE POR 72
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 2205.-............................434 Art. 2229.-............................438


Art. 2206.-............................434 Art. 2230.-............................438
Art. 2207.-............................435 Art. 2231.-............................438
Art. 2208.-............................435 Art. 2232.-............................438
Art. 2209.-............................435 Art. 2233.-............................438
Art. 2210.-............................435 Art. 2234.-............................438
Art. 2211.-............................435 Art. 2235.-............................438
Art. 2212.-............................435 Art. 2236.-............................438
Art. 2213.-............................436 Art. 2237.-............................439
Art. 2214.-............................436 Art. 2238.-............................439
Art. 2215.-............................436 Art. 2239.-............................439
Art. 2216.-............................436 Art. 2240.-............................439
Art. 2217.-............................436 Art. 2241.-............................439
Art. 2218.-............................436 Art. 2242.-............................439
Art. 2219.-............................437 Art. 2243.-............................439
Art. 2220.-............................437 Art. 2244.-............................440
Art. 2221.-............................437 Art. 2245.-............................440
Art. 2222.-............................437 Art. 2246.-............................440
Art. 2223.-............................437 Art. 2247.-............................440
Art. 2224.-............................437 Art. 2248.-............................440
Art. 2225.-............................437 Art. 2249.-............................440
Art. 2226.-............................437 Art. 2250.-............................440
Art. 2227.-............................437 Art. 2251.-............................441
Art. 2228.-............................438 Art. 2252.-............................441

ÍNDICE POR 73
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 2253.-............................441 Art. 2267.-............................443


Art. 2254.-............................441 Art. 2268.-............................443
Art. 2255.-............................441 Art. 2269.-............................443
Art. 2256.-............................441 Art. 2270.-............................443
Art. 2257.-............................441 Art. 2271.-............................444
Art. 2258.-............................442 Art. 2272.-............................444
Art. 2259.-............................442 Art. 2273.-............................445
Art. 2260.-............................442 Art. 2274.-............................445
Art. 2261.-............................442 Art. 2275.-............................445
Art. 2262.-............................442 Art. 2276.-............................445
Art. 2263.-............................443 Art. 2277.-............................445
Art. 2264.-............................443 Art. 2278.-............................446
Art. 2265.-............................443 Art. 2279.-............................446
Art. 2266.-............................443 Art. 2280.-............................446

ÍNDICE POR 74
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA
REPÚBLICA DOMINICANA

LIBRO PRIMERO:
DE LAS PERSONAS

TÍTULO PRELIMINAR
DISPOSICIONES GENERALES.

De la publicación, efectos y aplicación


de las leyes en general.
Art. 1.- (Modificado por la Ley 1930 del 1949). Las leyes, después
de promulgadas por el Poder Ejecutivo, serán publicadas en la Ga-
ceta Oficial.
Podrán también ser publicadas en uno o más periódicos de amplia
circulación en el territorio nacional, cuando así lo disponga la ley
misma o el Poder Ejecutivo. En este caso, deberá indicarse de ma-
nera expresa que se trata de una publicación oficial, y surtirá los
mismos efectos que la publicación en la Gaceta Oficial.
Las leyes, salvo disposición legislativa expresa en otro sentido, se
reputarán conocidas en el Distrito Nacional y en cada una de las
Provincias, cuando hayan transcurrido los plazos siguientes, conta-
dos desde la fecha de la publicación hecha en conformidad con las
disposiciones que anteceden, a saber:
En el Distrito Nacional, el día siguiente al de la publicación.
En todas las Provincias que componen el resto del territorio nacio-
nal, el segundo día.

ÍNDICE POR 75
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Párrafo.- Las disposiciones que anteceden se aplican también a las


Resoluciones y a los Decretos y Reglamentos que dicte el Poder
Ejecutivo.
Art. 2.- La ley no dispone sino para el porvenir: no tiene efecto
retroactivo.
Art. 3.- Las leyes de policía y de seguridad obligan a todos los habi-
tantes del territorio.
Los bienes inmuebles, aunque sean poseídos por extranjeros, están
regidos por la ley dominicana.
Las leyes que se refieren al estado y capacidad de las personas, obli-
gan a todos los dominicanos, aunque residan en país extranjero.
Art. 4.- El juez que rehusare juzgar pretextando silencio, oscuridad
o insuficiencia de la ley, podrá ser perseguido como culpable de
denegación de justicia.
Art. 5.- Se prohíbe a los jueces fallar por vía de disposición general
y reglamentaria las causas sujetas a su decisión.
Art. 6.- Las leyes que interesan al orden público y a las buenas cos-
tumbres no pueden ser derogadas por convenciones particulares.

TÍTULO I
DEL GOCE Y PRIVACIÓN O PÉRDIDA
DE LOS DERECHOS CIVILES

CAPÍTULO I
DEL GOCE DE LOS DERECHOS CIVILES
Art. 7.- El ejercicio de los derechos civiles es independiente de la
cualidad de ciudadano, la cual no se adquiere ni se conserva sino
conforme a la Constitución.
Art. 8.- Todo dominicano disfrutará de los derechos civiles.
ÍNDICE POR 76
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 9.- Son dominicanos:


Primero.- Todas las personas que hayan nacido o nacieren en el
territorio de la República, cualquiera que sea la nacionalidad de sus
padres.
Para los efectos de esta disposición no se considerarán como naci-
dos en el territorio de la República los hijos legítimos de los extran-
jeros que residan en ella en representación o servicio de su patria.
Segundo.- Todos los hijos de las Repúblicas Hispano-Americanas,
y los de las vecinas Antillas españolas que quieran gozar de esta
cualidad, después de haber residido un año en el territorio de la
República.
Tercero.- Todos los naturalizados según las leyes.
Cuarto.- Todos los extranjeros de cualquier nación amiga, siempre
que fijen su domicilio en el territorio de la República, declaren
querer gozar de esta cualidad, tengan dos años de residencia a lo
menos, y renuncien expresamente su nacionalidad ante quien sea
de derecho.
Art. 10.- Los hijos de padres o madres dominicanos que hayan
nacido en otro territorio, serán dominicanos, si vinieren y se domi-
ciliaren en el país.
Art. 11.- El extranjero disfrutará en la República de los mismos de-
rechos civiles que los concedidos a los dominicanos por los tratados
de la nación a la que el extranjero pertenezca.
Art. 12.- (Modificado por la Ley 3354 del 3 de agosto de 1952,
G.O. 7454). La mujer extranjera que contrae matrimonio con un
dominicano seguirá la condición de su marido, a menos que su ley
nacional le permita conservar su nacionalidad, caso en el cual ten-
drá la facultad de declarar, en el acta de matrimonio, que declina la
nacionalidad dominicana.

ÍNDICE POR 77
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 13.- El extranjero, a quien el Gobierno hubiese concedido fijar


en la República su domicilio, gozará de todos los derechos civiles
mientras resida en el país.
Art. 14.- El extranjero, aunque no resida en la República, podrá ser
citado ante los tribunales de ella, para la ejecución de las obligacio-
nes contraídas por él en la República y con un dominicano; podrá
ser llevado a los tribunales en lo que se refiere a las obligaciones
contraídas en país extranjero respecto de dominicanos.
Art. 15.- Un dominicano podrá ser citado ante un tribunal de la
República, por causa de obligaciones por él mismo contraídas en
país extranjero y aun con extranjeros.
Art. 16.- (Modificado por la Ley 845, del 1978). En todas las ma-
terias y todas las jurisdicciones, el extranjero transeúnte que sea
demandante principal o interviniente voluntario estará obligado a
dar fianza para el pago de las costas y de los daños y perjuicios
resultantes de la litis, a menos que posea en la República inmuebles
de un valor suficiente para asegurar ese pago.

CAPÍTULO II:
DE LA PÉRDIDA DE LOS DERECHOS CIVILES
Art. 17.- Los derechos de ciudadano se pierden:
Primero.- Por servir, o comprometerse a servir contra la República.
Segundo.- Por haber sido condenado a pena aflictiva o infamante.
Tercero.- Por admitir en territorio dominicano empleo de un go-
bierno extranjero, sin consentimiento del Congreso Nacional.
Cuarto.- Por quiebra comercial fraudulenta.
Art. 18.- Pueden obtener rehabilitación en estos derechos, aquellos
dominicanos que no los hayan perdido por la causa determinada en
el primer inciso del artículo precedente.

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Art. 19.- (Modificado por las Leyes 485 del 15 de enero de 1944, G.
O. 6023 y 3926 del 18 de septiembre de 1954 G.O. 7747). La mujer
dominicana que celebre matrimonio con un extranjero y que desee
adquirir la nacionalidad de su marido, siempre que la ley del país de
éste lo permita, declarará expresamente su voluntad, consignándo-
la en el acta de matrimonio. Si desea adquirir la nacionalidad de su
marido después de haber celebrado el matrimonio deberá hacerlo
mediante naturalización.
Párrafo: (Agregado por la Ley 3926 del 18 de septiembre de 1954,
G.O. 7747). Cuando sea inoperante la naturalización porque las leyes
personales del marido le impongan su nacionalidad, será necesario
que haga una declaración al Secretario de Estado de lo Interior, Po-
licía y Comunicaciones, optando por la nacionalidad de su marido.
Art. 20.- Los individuos que recobren la cualidad de dominicanos en
el caso previsto por los artículos 10, 18 y 19, no podrán aprovecharse
de sus efectos, sino después de haber cumplido las condiciones que
aquellos artículos les imponen, y solamente para el ejercicio de los
derechos que les fueren concedidos desde aquella época.
Art. 21.- El dominicano que sin autorización del Gobierno formara
parte de un ejército extranjero o se afiliase a una corporación militar
extranjera, perderá su cualidad de dominicano; no podrá regresar
a la República sino con el permiso del Gobierno y sólo recobrará la
cualidad de dominicano llenando las condiciones impuestas a un
extranjero para adquirir la nacionalidad. Todo sin perjuicio de las
penas pronunciadas por la ley criminal contra los dominicanos que
hayan hecho o hagan armas contra su patria.
Art. 22.- La mayor pena aflictiva temporal lleva consigo la degrada-
ción cívica y la interdicción legal, establecidas por los artículos 28,
29 y 31 del Código Penal.
Art. 23.- El sentenciado a la mayor pena aflictiva temporal, no pue-
de disponer de sus bienes en todo o en parte, ya sea por donación
entre vivos o por testamento, ni recibir nada en estos conceptos, a

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no ser por causa de alimentos. Todo testamento hecho por él con


anterioridad a la sentencia en que se le impuso la pena, es nulo. El
presente artículo no es aplicable al sentenciado en rebeldía, sino
una vez pasados cinco años desde la publicación, en estrados de la
sentencia.
Art. 24.- El Gobierno puede relevar al sentenciado a la mayor pena
aflictiva temporal, de todas o de parte de las incapacidades a que
se refiere el artículo precedente. Puede también concederle que
ejercite en el sitio de cumplimiento de la condena, todos o parte de
los derechos civiles de que se haya visto privado por su estado de
interdicción legal.
Los actos ejecutados por el sentenciado en el sitio de la ejecución
de la sentencia, no pueden gravar los bienes que poseyera al ser
condenado o que después adquiriere a título gratuito.
Art. 25.- Las presentes disposiciones sobre los efectos de la inter-
dicción civil no son aplicables a los casos de condenación por causa
política.
Artículos 26 al 33.- Suprimidos.

TÍTULO II
DE LOS ACTOS DEL ESTADO CIVIL

CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Art. 34.- Los actos del estado civil se inscribirán en los registros
destinados a ese fin, y expresarán la hora, el día y el año en que
se reciban, como también los nombres, apellidos, edad, profesión,
nacionalidad y domicilio de las personas que en ellos figuren.

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Art. 35.- Los oficiales del estado civil no podrán insertar en sus
actas, sea por vía de anotación o por cualquier otra indicación, sino
aquello que deba ser declarado por los comparecientes.
Art. 36.- En aquellos casos en que las partes no estén obligadas
a comparecer personalmente, podrán hacerse representar por un
apoderado especial, haciéndose constar esta circunstancia en el
acta.
Art. 37.- (Modificado por el artículo 13 de la Ley 4999, del 1958).
Los testigos llamados a figurar en los actos del estado civil, deberán
ser mayores de dieciocho años, parientes o no de las partes intere-
sadas, y serán escogidos por éstas.
Art. 38.- El oficial del estado civil dará lectura del acta redactada a las
partes que comparezcan, a sus apoderados, y a los testigos; haciendo
en ella expresa mención del cumplimiento de esta formalidad.
Art. 39.- Dicha acta será firmada por el oficial del estado civil, por los
comparecientes y los testigos, o se hará mención en ella de la causa
que impida hacerlo a unos u otros.
Art. 40.- Los nacimientos, matrimonios y defunciones se harán cons-
tar en libros o registros separados, destinados uno para cada clase de
aquellos actos.
Art. 41.- Estos registros serán foliados y rubricados en la primera y
última foja por el Presidente del tribunal o juzgado de primera ins-
tancia (o el que ejerza sus funciones), del distrito o provincia corres-
pondiente, sin que se puedan percibir derechos por esta operación.
Art. 42.- Las actas del estado civil se inscribirán en los registros
seguidamente, y sin dejar espacio en blanco entre una y otra. Las
enmiendas y las remisiones al margen será rubricadas y aprobadas
lo mismo que toda el acta, y no podrán usarse abreviaturas ni fechas
en números.
Art. 43.- Al fin de cada año cerrarán los oficiales del estado civil sus
registros, y formularán por separado un índice de cada clase de actos,
el que elevarán en el mes de enero del siguiente año a la Suprema
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Corte de Justicia, reservando para el archivo los registros menciona-


dos, los que deberán seguir usando, si no se hubiesen llenado con las
actas del año anterior.
También elevarán cada trimestre a la Suprema Corte de Justicia un
estado de todos los actos que hubieren autorizado en ese lapso de
tiempo.
Art. 44.- Los poderes y demás documentos de que se haga mérito en
las actas del estado civil formarán un legajo en cada año, y quedarán
depositados con los registros originales en el archivo oficial del esta-
do civil correspondiente.
Art. 45.- (Modificado por la Ley 1972 del 17 de marzo de 1936, G.O.
4888). Cualquier persona podrá pedir copia de las actas sentadas en
los registros del estado civil. Esas copias, libradas conforme a los re-
gistros legalizados por el presidente del tribunal de primera instancia
de la jurisdicción, o por el juez que haga sus veces, se tendrán por
fehacientes, mientras no sea declarada su falsedad, siempre que sus
originales hayan sido redactados en los plazos legales; pues las actas
sobre declaraciones tardías, para las cuales no se hubiese usado la
vía indicada en el artículo 99 de este código, podrán ser impugnadas
por todos los medios del derecho, y su sinceridad será apreciada por
los jueces.
Art. 46.- Cuando no hayan existido los registros, o éstos se hubieren
perdido, la prueba de tales circunstancias será admitida, ya por título
fehaciente, ya por testigos: en dichos casos los nacimientos, matri-
monios y defunciones podrán probarse por medio de libros y papeles
procedentes de los padres ya difuntos, o por medio de testigos.
Art. 47.- Los actos del Estado Civil de un dominicano y un extranje-
ro, hechos en el país extranjero, se tendrán por fehacientes, si han
sido autorizados con las formalidades que prescriben las leyes de
aquel país.
Art. 48.- Los actos del Estado Civil de los dominicanos, otorgados
en país extranjero, serán válidos, si han sido autorizados por los
agentes diplomáticos o consulares de la República conforme a las
leyes dominicanas.
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Art. 49.- En aquellos casos en que un acto del Estado Civil deba
mencionarse al margen de otro ya escrito, se hará la anotación
correspondiente, a solicitud de parte interesada, por el oficial del
estado civil depositario del archivo.
Art. 50.- La falta de cumplimiento a cualesquiera de los artículos
anteriores por parte del Oficial del Estado Civil, será perseguida
ante el tribunal de primera instancia de la jurisdicción, y castigada
con una multa que no podrá exceder de treinta pesos.
Art. 51.- El oficial del estado civil será civilmente responsable de
las alteraciones que aparezcan en los registros a su cargo, reser-
vando su derecho, si hubiere lugar, contra los autores de dichas
alteraciones.
Art. 52.- Toda alteración y falsificación en las actas del estado ci-
vil, así como el asiento que de ellas se haga en hojas sueltas o de
cualquier modo que no sea en los registros oficiales destinados a
ese fin, darán lugar a reclamar los daños y perjuicios que procedan,
además de las penas establecidas en el Código Penal.
Art. 53.- El fiscal del tribunal de primera instancia deberá vigilar los
registros del estado civil, extenderá acta en caso necesario, denun-
ciará las faltas o delitos cometidos por los oficiales del Estado Civil,
y pedirá contra ellos las multas correspondientes.
Art. 54.- En los casos en que un tribunal de primera instancia haya
conocido de actos relativos al estado civil, las partes interesadas
podrán interponer recurso contra ese juicio.

CAPÍTULO II
De las actas de nacimiento
Art. 55.- (Modificado por la Ley 654 del 18 de julio de 1921, G.
O. 3240). Se hará una declaración de todo nacimiento que ocurra
en la República Dominicana. La declaración de nacimiento se hará
ante el Oficial del Estado Civil correspondiente del lugar en que se
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verifique el alumbramiento, dentro de cinco días después de éste,


si allí hubiere Oficial del Estado Civil. Siempre que ocurriere el alum-
bramiento fuera de la población en que se encuentra el Alcalde
Comunal, se hará la declaración dentro de los quince días después
del nacimiento del niño, al Alcalde Pedáneo correspondiente.
Si el Oficial del Estado Civil concibiere alguna duda sobre la existen-
cia del niño cuyo nacimiento se declara, exigirá su presentación in-
mediata, en el caso de que se hubiere verificado el alumbramiento
en la misma población, y si esto hubiere ocurrido fuera de ella, bas-
tará la certificación del Alcalde Pedáneo del lugar o de la Sección.
Se declarará como nacimiento y defunción el “Natimuerto” que
cuente cinco meses de gestación. En este caso la causa de muerte
se hará constar como “Natimuerto”.
La palabra “Natimuerto” se entenderá como significa un niño que
efectivamente nazca sin vida.
Cuando tuviere vida el niño al nacer, esto se hará constar en la de-
claración, y en la de su muerte se anotará la causa de ésta
Art. 56.- El nacimiento del niño será declarado por el padre, o a
falta de éste, por los médicos, cirujanos, parteras, u otras personas
que hubieren asistido al parto; y en el caso en que aquél hubiese
ocurrido fuera del domicilio de la madre, la declaración se hará por
la persona en cuya casa se hubiese verificado. El acta de nacimiento
se redactará en seguida, a presencia de los testigos.
Art. 57.- En el acta de nacimiento se expresarán la hora, el día y el
lugar en que hubiese ocurrido, el sexo del niño, los nombres que se
le den, los nombres y apellidos, profesión y domicilio del padre y de
la madre, cuando sea legítimo; y, si fuere natural, el de la madre; y
el del padre, si éste se presentase personalmente a reconocerlo; los
nombres, apellidos y profesión de los testigos.
Art. 58.- La persona que encontrare un niño recién nacido, lo entre-
gará al oficial del estado civil, así como los vestidos y demás objetos

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que hubiese hallado con el niño, y declarará todas las circunstan-


cias del tiempo y del lugar en que se hubiere verificado el hallazgo;
de todo lo cual se extenderá acta circunstanciada, expresándose
en ella la edad aparente del niño, su sexo, los nombres que se le
den, y la persona o autoridad civil a que sea entregado. Esta acta se
inscribirá en el registro.
Art. 59.- El acta de nacimiento de un niño que naciere a bordo de un
buque durante una travesía se redactará dentro de las veinticuatro
horas del alumbramiento, en presencia del padre, si se hallare a
bordo, y de dos testigos escogidos entre los oficiales del buque o
entre los marineros, a falta de aquellos. Esta acta la autorizará en los
buques de guerra el comisario que se halle a bordo, y en los mercan-
tes, el capitán o patrón de la nave, y se inscribirá en la matrícula de
la tripulación.
Art. 60.- Los comisarios de los buques de guerra, y los capitanes
o patrones de los mercantes, están obligados a depositar cuando
lleguen a un puerto que no sea el de su destino, dos copias de las
actas de nacimiento ocurridos durante el viaje; cuyo depósito se
hará en la capitanía del puerto, si fuere en la República, o en el
consulado de ésta, si fuere en el extranjero. Una de estas copias
quedará en el archivo de la capitanía del puerto o del consulado, y
la otra será remitida a la Secretaría de Estado de las Fuerzas Arma-
das en el primer caso, y a la de Relaciones Exteriores en el segundo,
para ser enviada en uno y otro caso a la de Justicia, con el fin de que
por su órgano sea pasada al oficial del estado civil del domicilio de
los padres del niño, y asentada en el registro correspondiente.
Art. 61.- Cuando el puerto de arribada sea el de la partida, la matrí-
cula de la tripulación se depositará en la oficina correspondiente, y
el jefe de ella remitirá copia del acta de nacimiento, firmada por él,
al oficial del estado civil del domicilio de los padres, para ser inscrita
en el registro que proceda.

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Art. 62.- El acta de reconocimiento de un hijo se inscribirá en los


registros con la fecha correspondiente, y de ella se hará referencia
al margen de la partida de nacimiento, si existieren los libros.

CAPÍTULO III
De las actas de matrimonio
Art. 63.- Antes de proceder a la celebración de un matrimonio, el
oficial del estado civil fijará dos edictos en la puerta de su oficina
con intervalo de ocho días; esos edictos y el acta que deba exten-
derse, expresarán los nombres, apellidos, profesión, nacionalidad
y domicilio de los futuros esposos; su condición de mayores o me-
nores de edad, y los nombres, apellidos, profesión y domicilio de
sus padres. El acta expresará, además, el día, lugar y hora en que
se hayan fijado los edictos, inscribiéndolos en un registro especial
foliado, rubricado y autorizado de la manera que se ha dicho en el
artículo 41.
Un extracto del acta de publicación se fijará en la puerta de la ofici-
na del oficial del estado civil durante los ocho días de intervalo de
uno a otro edicto.
El matrimonio no podrá celebrarse antes del tercer día, no com-
prendiendo el de la fijación del segundo edicto.
Art. 64.- Si los futuros esposos no tuvieren en un mismo lugar su
domicilio, el oficial del Estado Civil que recibiese la declaración de
uno de ellos, deberá remitir extracto del acta de publicación que
hubiere redactado, al oficial del Estado Civil del domicilio del otro,
para que lo fije en la puerta de su casa u oficina por el término de
ocho días, devolviéndolo con la mención de haber o no ocurrido
oposición; y no podrá verificarse el matrimonio sin haberse recibi-
do dicho documento bajo pena de destitución del oficial del Estado
Civil que autorice el contrato matrimonial.
Art. 65.- Si el contrato matrimonial no se hubiese celebrado dentro
del año siguiente a la publicación, no podrá procederse a ejecutarlo
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sino después de haberse hecho nueva publicación en la forma ya


expresada.
Art. 66.- Los actos de oposición al matrimonio se firmarán en el
original y en la copia, por los opositores o por sus apoderados espe-
ciales; y se notificarán con copia del poder, que en estos casos ha de
ser auténtico, a las partes en persona o en su domicilio, y al oficial
del Estado Civil, que firmará el original.
Art. 67.- El Oficial del Estado Civil hará, sin demora, mención suma-
ria de las oposiciones en el registro de las publicaciones, y la hará
asimismo al margen de la inscripción de dichas oposiciones, de las
sentencias o actas de desestimación, cuyas copias le hubieren sido
remitidas.
Art. 68.- En caso de oposición, el oficial del estado civil no podrá
celebrar el matrimonio antes que se le haya remitido el fallo deses-
timándola; bajo pena de sesenta pesos de multa, y pago de daños
y perjuicios.
Art. 69.- Si no hubiese oposición, se hará mención de ello en el acta
de matrimonio; y si los edictos se hubieren publicado en diferentes
comunes, las partes remitirán un certificado expedido por el oficial
del estado civil de cada una de ellas, haciendo constar que no existe
dicha oposición.
Art. 70.- El oficial del estado civil exigirá el acta de nacimiento de
cada uno de los futuros esposos. El cónyuge que no pueda procu-
rársela, podrá suplirla, presentando un acta de notoriedad expe-
dida por el Juez de Paz del lugar de su nacimiento o por el de su
domicilio.
Art. 71.- Esta acta de notoriedad contendrá la declaración de
siete testigos de uno u otro sexo, parientes o no del interesado,
sus nombres y apellidos, profesión y domicilio del futuro esposo
o esposa, los de sus padres, si son conocidos, el lugar y, en cuanto
sea posible, la época de su nacimiento y las causas que impidan
producir el acta. Los testigos firmarán el acta de notoriedad junto
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con el Juez de Paz y Secretario, y si alguno no supiere o no pudiere


hacerlo se hará constar.
Art. 72.- El acta de notoriedad se presentará al tribunal de primera
instancia del lugar en que haya de celebrarse el matrimonio. El
tribunal, después de oír al fiscal, dará o negará su autorización,
según encuentre bastantes o insuficientes las declaraciones de los
testigos y las causas que impiden referirse al acta de nacimiento.
Art. 73.- El acta auténtica del consentimiento de los padres o de
los abuelos y, en su defecto, el del consejo de familia, contendrá
los nombres y apellidos, profesión y domicilio del futuro esposo y
los de todos aquellos que hayan concurrido al acto, expresando su
grado de parentesco.
Art. 74.- El matrimonio se celebrará en la común en que tenga su
domicilio uno de los contrayentes. Este domicilio, con respecto al
matrimonio, se establecerá por seis meses de residencia continua
en el lugar.
Art. 75.- El día indicado por las partes, y después de pasados los
plazos de los edictos, el oficial del Estado Civil dará lectura a los
contrayentes en su oficina, o en el domicilio de uno de ellos, y en
presencia de cuatro testigos, parientes o no de aquéllos, de los
documentos anteriormente mencionados, relativos a su estado y
las formalidades del matrimonio, así como también del capítulo VI,
título del matrimonio, sobre los derechos y deberes respectivos de
los esposos.
El oficial del estado civil intimará a los contrayentes, así como a
los testigos y demás personas que autoricen el matrimonio, a que
declaren si se ha celebrado o no algún contrato entre ellos, y, en
caso afirmativo, indiquen la fecha del mismo, y ante qué notario se
efectuó. En seguida recibirá el oficial del estado civil de cada uno de
los contrayentes, uno después de otro, la declaración de que es su
voluntad recibirse por marido y mujer; y en nombre de la ley hará
la declaración de que quedan unidos en matrimonio civil. De todo

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lo cual se extenderá inmediatamente acta autorizada en la forma


legal.
Art. 76.- En el acta de matrimonio se insertarán: 1o los nombres,
apellidos, profesión, edad, lugar de nacimiento y domicilio de am-
bos esposos; 2o si son mayores o menores de edad; 3o los nombres,
apellidos, profesión y domicilio de los padres de cada uno de ellos;
4o el consentimiento que éstos hubieren dado, o el de sus abuelos,
o el del consejo de familia, en los casos en que la ley lo requiera; 5o
las peticiones respetuosas si las ha habido; 6o las edictos hechos en
los diversos domicilios; 7o las oposiciones, si se hubiere presentado
alguna; su suspensión por autoridad judicial, si la hubiere habido,
o la mención de que no la ha habido; 8o la declaración de los con-
trayentes de que se reciben por esposos, y la declaración que de su
unión ha hecho el oficial del estado civil; 9o los nombres, apellidos,
profesión, edad y domicilio de los testigos y si son o no parientes
o afines de los contrayentes, por qué línea y en qué grado; 10o la
declaración tomada con motivo de la intimación hecha en el artícu-
lo anterior, de si se ha celebrado o no algún contrato matrimonial,
así como, en cuanto fuere posible, de la fecha del mismo, si existe,
e igualmente del notario ante quien se pasó; todo lo dicho a pena
de la multa fijada por el artículo 50, que pagará el oficial del estado
civil que hubiere faltado a alguna de esas prescripciones.
1o.- En el caso en que se hubiere omitido o fuese errónea la decla-
ración, el fiscal de primera instancia podrá pedir la rectifica-
ción de dicho acto en lo que respecta a la omisión o el error;
sin perjuicio del derecho de las partes interesadas, de confor-
midad con el artículo 99.
2o.- Las formalidades contenidas en este capítulo se dispensarán
en los casos en que los contrayentes, siendo solteros, hayan
vivido en concubinato, y uno de ellos, o ambos, se halle en
peligro de muerte; de cuya circunstancia se hará mención en
el acta.

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CAPÍTULO IV
De las actas de fallecimiento
Art. 77.- (Modificado por la Ley 654 del 18 de julio de 1921, G.O.
3240). No podrá darse sepultura a ningún cadáver sin que se haga
la declaración al Oficial del Estado Civil, el cual deberá, en los casos
en que conciba alguna duda, trasladarse a la morada del difunto
para cerciorarse del hecho.
Cuando la defunción ocurra fuera de la población, el Alcalde Pedá-
neo recibirá la declaración trasladándose a la morada del difunto
para verificar el hecho, y la comunicación al Oficial del Estado Civil
se hará dentro de los quince días siguientes para que éste la inscri-
ba en el registro que corresponda.
Art. 78.- El oficial del estado civil extenderá el acta ante dos testi-
gos, los cuales serán, si es posible, los dos parientes más próximos
del difunto o sus vecinos: en el caso en que la defunción ocurra
fuera del domicilio de la persona fallecida, el jefe de la familia en
que aquélla hubiere ocurrido o cualquiera otra persona, hará la
declaración.
Art. 79.- (Modificado por la Ley 654 del 18 de julio de 1921, G. O.
3240). El acta y el certificado de defunción contendrán la causa de
muerte, los nombres y apellidos, profesión y domicilio del difunto;
los nombres y apellidos del cónyuge, si el difunto hubiese sido ca-
sado o viudo; los nombres, apellidos, profesión y domicilio de los
declarantes, con la mención de si son parientes y en qué grado.
Contendrá, además, si fuere posible, los nombres, apellidos, profe-
sión y domicilio, de los padres del difunto y el lugar del nacimiento
de éstos; y dicho certificado de defunción y el acta serán firmados
por todos aquellos que hubieren concurrido a ella.
Art. 80.- Cuando ocurra algún fallecimiento en los hospitales mili-
tares, civiles u otros establecimientos públicos, los jefes, directores,
administradores o dueños de los mismos harán la declaración co-
rrespondiente ante el oficial del estado civil, quien la redactará en
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la forma prescrita en el artículo anterior. En dichos establecimientos


se llevarán los registros destinados a asentar estas declaraciones. El
acta o partida de defunción será remitida por el oficial del estado
civil del lugar del fallecimiento al del último domicilio del difunto,
quien la inscribirá en su propio registro.
Art. 81.- (Modificado por la Ley 654 del 18 de julio de 1921, G.
O. 3240). En el caso de morirse una persona sin asistencia médi-
ca, o cuando haya señales o indicios de muerte violenta u otras
circunstancias que hagan sospechar la perpetración de un crimen,
el Comisario de Policía Municipal o de Gobierno no permitirá la
inhumación del cadáver sino después que el Juez de Instrucción,
el Fiscal, el Juez de Paz del Municipio o el Alcalde Pedáneo de la
Sección, con la asistencia de un médico o de un cirujano, levante
un acta del estado del cadáver y la causa de muerte, así como de
las circunstancias que le sean relativas y de las noticias que hayan
podido recogerse respecto de los nombres, apellidos, edad, profe-
sión, domicilio y lugar de nacimiento del difunto.
Art. 82.- Los funcionarios de que habla el artículo anterior están
obligados a remitir inmediatamente una copia del acta que hayan
levantado, al oficial civil del lugar en que hubiese acaecido el falleci-
miento, el cual la asentará en el registro correspondiente, y enviará
copia al del domicilio de la persona fallecida, si fuere conocida, para
el cumplimiento de la formalidad.
Art. 83.- Los secretarios de los tribunales criminales están obliga-
dos dentro de las veinticuatro horas después de la ejecución de
una sentencia de muerte, a remitir al oficial del estado civil del
lugar en que se haya hecho la ejecución, todos los datos enume-
rados en el artículo 79, para que se redacte conforme a ellos la
partida de defunción.
Art. 84.- Cuando ocurran fallecimientos en las cárceles, presidios,
casa de reclusión, detención o corrección, los alcaides o encarga-
dos de ellas darán aviso inmediato al oficial del Estado Civil del
lugar, el que se trasladará al punto indicado y extenderá el acta de
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defunción, cuya copia remitirá al oficial del estado civil del domicilio
del difunto, si fuere conocido.
Art. 85.- En los casos de muerte violenta que ocurran en las prisio-
nes y casas de reclusión, y en los de ejecución de la pena de muerte,
no se hará en los registros ninguna mención de esa circunstancia, y
las actas de defunción respectivas se redactarán de conformidad a
lo prescrito en el artículo 79.
Art. 86.- En los casos de fallecimiento durante un viaje por mar,
se redactará el acta dentro de las veinticuatro horas, en presencia
de dos testigos escogidos entre los oficiales del buque, y a falta de
éstos, entre la tripulación; y será firmada, a bordo de los buques de
guerra, por el comisario; y en los mercantes por el capitán o patrón
de la nave. Esta acta se inscribirá en la matrícula de la tripulación.
Art. 87.- En el primer puerto a que arribe el buque, por cualquier
causa que no sea la de su desarme, los oficiales de la administración
de marina, capitán, dueño o patrón que hayan redactado las actas
de defunción, dejarán dos copias con arreglo al artículo 60.
A la llegada del buque al puerto de desarme, la lista de la tripula-
ción se depositará en las oficinas del encargado de la inscripción
marítima, que remitirá una copia del acta de defunción firmada
por él al oficial del estado civil del domicilio de la persona fallecida,
cuya copia se inscribirá en los registros.

CAPÍTULO V
De las actas del estado civil relativas
a los militares ausentes del
territorio de la República
Art. 88.- Las actas del estado civil hechas fuera del territorio domi-
nicano, relativas a los militares u otras personas empleadas en el
ejército, se redactarán con arreglo a las disposiciones precedentes,
salvo las excepciones contenidas en los artículos siguientes.

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Art. 89.- El habilitado de cada cuerpo llenará las funciones de Ofi-


cial del Estado Civil. Las mismas funciones se desempeñarán, en lo
relativo a los oficiales sin mando y a los empleados, por el comisario
de administración del ejército o cuerpo de ejército.
Art. 90.- En cada cuerpo habrá un registro para las actas del Estado
Civil relativas a individuos del mismo, y otro en el estado mayor del
ejército o cuerpo de ejército para los oficiales sin mando y para los
empleados. Estos registros se conservarán lo mismo que los demás
registros de los cuerpos y estado mayor, y se depositarán en los
archivos de guerra al regresar el ejército al territorio dominicano.
Art. 91.- Los registros serán sellados y firmados en cada cuerpo por
su jefe, y en el estado mayor, por el jefe de estado mayor general.
Art. 92.- Las declaraciones de nacimiento se harán en el ejército a
los diez días del parto.
Art. 93.- El oficial encargado de llevar el registro del Estado Civil,
debe en los diez días que sigan a la inscripción de un acta de na-
cimiento en dicho registro, remitir un extracto al oficial del Estado
Civil del último domicilio del padre del recién o nacido, o de la
madre si el padre es desconocido.
Art. 94.- Las publicaciones del matrimonio de los militares y em-
pleados en el ejército, se harán por edictos en el lugar de su último
domicilio; además se pondrán durante veinticinco días en la orden
del cuerpo a que pertenezca el interesado, y en la orden general del
ejército para los oficiales sin mando y empleados.
Art. 95.- Inmediatamente después de haberse inscrito en el registro
el acta de celebración de matrimonio, el oficial encargado de dicho
registro remitirá copia al del estado civil del último domicilio de los
esposos.
Art. 96.- Las actas de defunción se redactarán en cada cuerpo
por el habilitado encargado, y para los oficiales sin mando y los
empleados, por el comisario de administración del ejército, con el

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testimonio de tres testigos, y el extracto de estos registros se remi-


tirá en el término de diez días al oficial del estado civil del último
domicilio del fallecido.
Art. 97.- En caso de fallecimiento en los hospitales militares ambu-
lantes o sedentarios, el acta se redactará por el director de dichos
establecimientos y se remitirá al habilitado encargado en el cuerpo
o al comisario de administración del ejército o del cuerpo de que
formara parte el fallecido: estos oficiales remitirán copia al oficial
del estado civil de su último domicilio.
Art. 98.- El oficial del estado civil del domicilio de las partes al que
haya sido remitida desde el ejército copia de un acta del estado
civil, la inscribirá inmediatamente en sus registros.

CAPÍTULO VI
De la rectificación de las actas del estado civil
Art. 99.- Cuando se pida la rectificación de un acta del estado civil,
el tribunal competente conocerá de la demanda, a cargo de apela-
ción, y con audiencia del fiscal, llamando a comparecer las partes si
fuere procedente.
Art. 100.- La sentencia de rectificación no podrá, en ningún tiempo,
obrar en juicio contra las partes interesadas que no la hubieren
promovido o que no hubiesen sido llamadas en juicio.
Art. 101.- La sentencia de rectificación se inscribirá por el oficial del
estado civil en el registro correspondiente, tan pronto como le sea
entregada, y se hará mención de ello al margen del acta reformada.

TÍTULO III
DEL DOMICILIO
Art. 102.- El domicilio de todo dominicano, en cuanto al ejercicio de
sus derechos civiles, es el del lugar de su principal establecimiento.

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Art. 103.- El cambio de domicilio se entenderá realizado por el he-


cho de tener una habitación real en otro lugar, unido a la intención
de fijar en ella su principal establecimiento.
Art. 104.- La prueba de la intención se deducirá de la declaración
expresa hecha, lo mismo al Ayuntamiento del lugar que se abando-
ne, que al del nuevo domicilio.
Art. 105.- En defecto de declaración expresa, la prueba de intención
se deducirá de las circunstancias.
Art. 106.- El ciudadano que sea llamado a desempeñar un cargo
público interino o revocable, conservará el domicilio que tuviere
anteriormente, si no ha manifestado intención contraria.
Art. 107.- La aceptación de funciones públicas en propiedad, lleva
consigo la traslación inmediata del domicilio del funcionario al lugar
donde deba ejercer sus funciones.
Art. 108.- El domicilio de la mujer casada es el de su marido. El
menor no emancipado tiene por domicilio el de sus padres o tutor;
el mayor privado de sus derechos civiles, el de su tutor.
Art. 109.- Los mayores de edad que sirviendo o trabajando habi-
tualmente en casa de otro vivan en ésta, tendrá el mismo domicilio
que la persona a quien sirvan.
Art. 110.- La sucesión se abrirá precisamente en el lugar del domi-
cilio de la persona fallecida.
Art. 111.- Cuando un acta contenga por parte de algunos de los
interesados elección de domicilio para su ejecución en otro lugar
que el del domicilio real, las notificaciones, demandas y demás
diligencias, podrán hacerse en el domicilio convenido y ante el juez
del mismo.

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TÍTULO IV
DE LOS AUSENTES

CAPÍTULO I
De la presunción de ausencia
Art. 112.- Si hay necesidad de proveer a la administración de todos
o parte de los bienes de una persona cuya ausencia se presuma,
y que no tiene apoderado en forma, se determinará por el tribu-
nal de primera instancia con arreglo a la demanda de las partes
interesadas.
Art. 113.- El tribunal, a requerimiento de la parte más diligente,
nombrará un notario que represente los presuntos ausentes en
los inventarios, cuentas, particiones, y liquidaciones en las cuales
puedan estar interesados.
Art. 114.- El ministerio fiscal está especialmente encargado de ve-
lar sobre los intereses de las personas que se reputen ausentes; y
será oído en todos los incidentes y cuestiones que a las mismas se
refieran.

CAPÍTULO II
De la declaración de ausencia
Art. 115.- Cuando una persona se hubiere ausentado de un domici-
lio o residencia, no teniéndose noticia de ella durante cuatro años
consecutivos, las partes interesadas podrán pedir al tribunal de
primera instancia que se declare la ausencia.
Art. 116.- Para hacer constar la ausencia, el tribunal, después de
examinar todos los documentos presentados, dispondrá que se
haga una información contradictoria con el fiscal en el distrito a
que el domicilio pertenezca y en el de la residencia, si son distintos
el uno del otro.

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Art. 117.- El tribunal, al dictar fallo sobre la demanda, tendrá muy


presentes los verdaderos motivos de la ausencia y de las causas
que hayan impedido recibir noticias del individuo cuya ausencia se
presume.
Art. 118.- El Fiscal remitirá al Procurador General de la República,
que los hará públicos, los fallos tan pronto como se pronuncien.
Art. 119.- La sentencia de la declaración de ausencia no se pro-
nunciará sino un año después del fallo en que se ordenare la
información.

CAPÍTULO III
De los efectos de la ausencia

SECCIÓN I
De los efectos de la ausencia relativamente a los bienes poseídos
por el ausente el día de su desaparición

Art. 120.- En el caso en que el ausente no hubiere dejado poder


para la administración de sus bienes, sus herederos presuntos en
el día de la desaparición o de las últimas noticias, podrán, en virtud
de fallo definitivo declaratorio de la ausencia, obtener la posesión
provisional de los bienes que pertenecieran al ausente en el día de
su marcha o en el de sus últimas noticias, con la obligación de dar
fianza bastante para su administración.
Art. 121.- Si el ausente hubiere dejado un poder, sus herederos pre-
suntos no podrán solicitar la declaración de ausencia y la posesión
provisional, sino después de pasados diez años desde su desapari-
ción o últimas noticias.
Art. 122.- Lo mismo sucederá si cesaren los efectos del poder, en
cuyo caso se proveerá a la administración de los bienes del ausen-
te, con arreglo a lo preceptuado en el capítulo primero del presente
título.

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Art. 123.- Cuando los herederos presuntos hayan obtenido la pose-


sión provisional, si existiese testamento se abrirá a instancia de los
interesados o del fiscal del tribunal; y los legatarios, los donatarios,
como todos los que tuvieren sobre los bienes del ausente derechos
subordinados, a la condición de su muerte, podrán ejercitarlos pro-
visionalmente siempre que prestasen fianza.
Art. 124.- El esposo que gozare de la comunidad de bienes, si opta
por la continuación de la comunidad, podrá impedir la posesión
provisional y el ejercicio de todos los derechos que dependan del
fallecimiento del ausente, y tomar y conservar por derecho de
preferencia la administración de los bienes de aquél. Si el esposo
pide la disolución provisional de la comunidad, ejercitará todos sus
derechos legales y convencionales, con obligación de prestar fianza
en lo que se refiere a las cosas susceptibles de restitución.
La mujer que opte por la continuación de la comunidad, conservará
el derecho de renuncia de ella.
Art. 125.- La posesión provisional tendrá el carácter de depósito, el
cual dará a los nuevos poseedores la administración de los bienes
del ausente, al que deberán rendirse cuentas si reapareciese o hu-
biese noticias suyas.
Art. 126.- Los que obtengan la posesión provisional, lo mismo que el
cónyuge que hubiere optado por la continuación de la comunidad,
deberán proceder al inventario del mobiliario y de los títulos del
ausente, en presencia del fiscal, en el tribunal de primera instancia
o de un Juez de Paz requerido al efecto por el fiscal. El tribunal
ordenará si procede vender todo o parte del mobiliario. En caso de
venta, se empleará su precio y el de los frutos obtenidos.
Los que hayan contraído la posesión podrán solicitar para su se-
guridad que se proceda por un perito nombrado por el tribunal, a
examinar y hacer constar el estado de los bienes inmuebles.
Su dictamen será aprobado por el tribunal en presencia del fiscal,
y los gastos se deducirán del producto de los bienes del ausente.
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Art. 127.- Los que a consecuencia de la posesión provisional o de la


administración legal, hubiesen disfrutado de los bienes del ausen-
te, no deberán entregarle más que la quinta parte de sus rentas, si
regresare antes de los quince años cumplidos de la desaparición;
y la décima, si su regreso se realizase después de los quince años
cumplidos. Pasados treinta años de ausencia, les pertenecerá a los
poseedores la totalidad de la renta.
Art. 128.- Los que únicamente posean a título de posesión provisio-
nal, no podrán enajenar ni hipotecar los bienes del ausente.
Art. 129.- Si otorgada la posesión provisional, pasaren treinta años
y la ausencia continuara, o desde que el cónyuge presente goce de
la administración de los bienes del ausente; o si hubieren pasado
cien años a contar desde la fecha del nacimiento del ausente, se le-
vantarán las fianzas; todos los que tengan derecho podrán pedir la
partición de bienes y solicitar se otorgue por el tribunal de primera
instancia la posesión definitiva.
Art. 130.- Los herederos más próximos del ausente, serán llamados
a sucederle en el día en que se prueba su fallecimiento, estando
obligados los poseedores de los mismos bienes a restituirlos, con
las reservas que en su favor y respecto de los frutos o rentas esta-
blece el artículo 127.
Art. 131.- Si el ausente regresa, o se prueba su existencia durante
la posesión provisional, cesarán los efectos de la sentencia que
haya declarado la ausencia, sin perjuicio, si ha lugar, de las medidas
prescritas en el capítulo primero del presente título para la admi-
nistración de sus bienes.
Art. 132.- Si el ausente regresa o se prueba su existencia aun des-
pués de declararse la posesión definitiva, recobrará sus bienes en
el estado en que se encuentren, el precio de los que se hubiesen
enajenado, o lo nuevos bienes que procedan del empleo que se
hubiese hecho del importe de las ventas realizadas.
Art. 133.- Los hijos y descendientes directos del ausente, podrán
también durante los treinta años siguientes a la declaración de
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posesión definitiva, pedir la restitución de sus bienes con arreglo a


los dispuesto en el artículo precedente.
Art. 134.- Una vez declarada judicialmente la ausencia, todo el que
tuviere derechos que ejercitar contra el ausente, no podrá repetir
más que contra las personas que estén en posesión de los bienes o
tengan su administración legal.

SECCIÓN II
De los efectos de la ausencia relativamente a los derechos
eventuales que puedan corresponder al ausente.
Art. 135.- El que reclame un derecho perteneciente a un individuo cuya
existencia se desconozca, debe previamente probar que aquel en cuya
representación solicita, existía al nacer la acción o derecho reclamado;
hasta que esta prueba no se verifique, no se admitirá la demanda.
Art. 136.- La herencia a la cual sea llamado un individuo cuya exis-
tencia se desconozca, recaerá exclusivamente en aquellas personas
con las cuales aquél debía concurrir, o a las que en su defecto tenían
derecho a suceder.
Art. 137.- Las disposiciones de los artículos precedentes se enten-
derán sin perjuicio de las acciones de petición de herencia y de otros
derechos que correspondiendo al ausente o a sus representantes o
causahabientes, no se extinguen más que por el lapso del tiempo
establecido para la prescripción.
Art. 138.- Mientras el ausente no se presente o las acciones no se
ejerciten por su parte, los que hayan recogido la sucesión harán
suyos los frutos percibidos de buena fe.
SECCIÓN III
De los efectos de la ausencia con relación al matrimonio.
Art. 139.- El cónyuge ausente no podrá impugnar el nuevo matri-
monio contraído por el cónyuge presente, sin que sus apoderados
presenten la prueba de su existencia.
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Art. 140.- Si el cónyuge ausente no hubiese dejado parientes aptos


para sucederle, podrá el otro cónyuge solicitar la posesión provisio-
nal de los bienes.

CAPÍTULO IV
De la vigilancia de los menores cuyo padre
haya desaparecido
Art. 141.- Si el padre ha desaparecido, dejando hijos menores frutos
de un mismo matrimonio, la madre quedará encargada del cuidado
de los mismos, ejerciendo todos los derechos que correspondieren
al marido en lo relativo a la educación de aquéllos y administración
de sus bienes.
Art. 142.- Seis meses después de la desaparición del padre, si la
madre hubiese fallecido al tiempo de esta desaparición, o si mu-
riese antes que se declarase la ausencia del padre, se confiará el
cuidado de los hijos por el consejo de familia a los ascendientes
más próximos o, en su defecto, a un tutor provisional.
Art. 143.- Lo mismo sucederá en el caso en que el esposo ausente
haya dejado hijos menores de matrimonio contraído anteriormente.

TÍTULO V
DEL MATRIMONIO

CAPÍTULO I
De las cualidades y condiciones
necesarias para poder contraer matrimonio

Art. 144.- El hombre, antes de los dieciocho años cumplidos, y la mu-


jer antes de cumplir los quince años no pueden contraer matrimonio.
Art. 145.- Sin embargo, el Gobierno puede, por motivos graves,
conceder dispensas de edad.

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Art. 146.- No existe el matrimonio cuando no hay consentimiento.


Art. 147.- No se puede contraer segundo matrimonio antes de la
disolución del primero.
Art. 148.- El hijo que no tenga veinticinco años cumplidos, y la hija
que no haya cumplido los veintiuno, no pueden contraer matrimo-
nio sin el consentimiento de sus padres.
Art. 149.- Si ha muerto uno de los dos cónyuges, o está imposibili-
tado de manifestar su voluntad, basta el consentimiento del otro.
Art. 150.- Si han muerto los padres, o están imposibilitados de
manifestar su voluntad, lo reemplazarán los abuelos; y si hay di-
sentimiento entre el abuelo y la abuela de la misma línea bastará
el consentimiento del abuelo. Si hay disentimiento entre las dos
líneas, el empate produce el consentimiento.
Art. 151.- Los hijos de familia que hayan llegado a la mayor edad
definida en el artículo 148, están obligados antes de contraer ma-
trimonio, a pedir por acto formal y respetuoso el consejo de sus
padres, o el de sus abuelos cuando aquéllos hubiesen muertos o no
puedan manifestar su voluntad.
Art. 152.- Desde la mayor edad fijada en el artículo 148, hasta la
edad de treinta años cumplidos en los hijos y veinticinco en las
hijas, el acto respetuoso prescrito por el artículo precedente, sobre
el cual no hubiese recaído consentimiento, se reproducirá otras dos
veces, de mes en mes y un mes después de la tercera petición se
podrá celebrar el matrimonio.
Art. 153.- Cumplidos treinta años, podrá celebrarse el matrimonio
un mes después de la petición respetuosa de consejo a la que no
haya seguido el consentimiento.
Art. 154.- La petición respetuosa se notificará a aquel o a aquellos
de los ascendientes designados en el artículo 151 por dos notarios
o por un notario y dos testigos, y en el expediente que al efecto
debe formarse, se hará mención de la respuesta.
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Art. 155.- En caso de ausencia del ascendiente, al cual debe hacerse


la petición respetuosa, se pasará a la celebración del matrimonio,
exhibiendo la sentencia declaratoria de la ausencia; y en defecto de
dicha sentencia, de la que hubiere dispuesto la información, o si no
se hubiere practicado, un acta de notoriedad por el Juez de Paz del
lugar en que el ascendiente haya tenido su último domicilio conoci-
do. El acta contendrá la declaración de cuatro testigos llamados de
oficio por aquel funcionario.
Art. 156.- Los oficiales del estado civil que hayan procedido a la
celebración de matrimonios de hijos o hijas de familia, menores
respectivamente de veinticinco y veintiún años cumplidos, sin que
en el acta de matrimonio se mencione el consentimiento de los
padres, abuelos o familia en los casos correspondientes serán, a
instancia de las partes interesadas o del fiscal hecha al tribunal de
primera instancia del lugar en que el matrimonio se haya celebra-
do, condenados a la multa fijada en el artículo 192 además a una
prisión, que no durará menos de seis meses.
Art. 157.- Cuando en los casos prescritos no hubieren precedido
al matrimonio las peticiones respetuosas de consejo, el oficial del
estado civil que lo hubiere celebrado será condenado a la misma
multa y a prisión por lo menos de un mes.
Art. 158.- Las disposiciones contenidas en los artículos 148 y 149 y
las de los artículos 151 y 155, relativas a la petición respetuosa que
debe hacerse a los padres en los casos previstos en dichos artículos,
son aplicables a los hijos naturales legalmente reconocidos.
Art. 159.- El hijo natural que no haya sido reconocido, y el que
después de haberlo sido, haya perdido sus padres, o si no pueden
éstos manifestar su voluntad, no podrá casarse antes de pasar los
veinticinco años sin obtener previamente el consentimiento de un
tutor nombrado ad hoc.
Art. 160.- Si no existen los padres o abuelos o hubiese imposibili-
dad de manifestar su voluntad, los hijos o hijas menores de veintiún

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años no pueden contraer matrimonio sin el consentimiento del


consejo de familia.
Art. 161.- En la línea directa el matrimonio está prohibido entre
todos los ascendientes y descendientes legítimos o naturales y los
afines en la misma línea.
Art. 162.- En la línea colateral se prohíbe el matrimonio entre her-
manos legítimos o naturales, y los afines del mismo grado.
Art. 163.- También se prohíbe el matrimonio entre tío y sobrina o
tía y sobrino.
Art. 164.- Sin embargo, por causas graves, podrá el Gobierno dis-
pensar las prohibiciones establecidas respecto de los cuñados por el
artículo 162, y por el artículo 163 entre tío y sobrina y tía y sobrino.

CAPÍTULO II
Formalidades relativas a la celebración del matrimonio
Art. 165.- El matrimonio se celebrará públicamente ante el oficial
civil del domicilio de una de las partes.
Art. 166.- Los dos edictos señalados en el artículo 63, en el título
de actas del estado civil, se harán en el lugar donde cada una de las
partes tenga su domicilio.
Art. 167.- Sin embargo, si el domicilio actual no está determinado
sino por seis meses de residencia, los edictos se harán además en
el lugar del último domicilio.
Art. 168.- Si las partes contratantes o una de ellas están, relativa-
mente al matrimonio, sometidas al poder de otro, los edictos se
harán en el domicilio de aquéllos bajo cuyo poder se encuentren
los interesados.
Art. 169.- El Gobierno podrá por sí o por medio de los funciona-
rios que al efecto nombre, dispensar por causas graves el segundo
edicto.
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Art. 170.- El matrimonio contraído en país extranjero, entre do-


minicanos o entre dominicanos y extranjeros, será válido si se ha
celebrado con las fórmulas establecidas en dicho país, siempre
que haya sido precedido de los edictos prescritos por el artículo 63
en el título de Actas del estado civil, y que el dominicano no haya
infringido las disposiciones contenidas en el capítulo precedente.
Art. 171.- En el término de tres meses después del regreso del cón-
yuge dominicano a su patria, el acta de celebración del matrimonio
contraído en país extranjero, se transcribirá en el registro público
de matrimonios de su domicilio.

CAPÍTULO III
De las oposiciones al matrimonio
Art. 172.- Tiene derecho a oponerse a la celebración de un matri-
monio, la persona casada ya con una de las partes contrayentes.
Art. 173.- El padre, y en su defecto la madre, y a falta de ambos
los abuelos y abuelas, pueden oponerse al matrimonio de sus hijos
y descendientes, aunque éstos tengan veinticinco años cumplidos.
Art. 174.- En defecto de ascendientes, los hermanos, tíos o primos
hermanos, no pueden oponerse sino en los dos casos siguientes:
Primero: Cuando no se haya obtenido el consentimiento del conse-
jo de familia preceptuado en el artículo 160.
Segundo: Cuando la oposición se funde en el estado de demencia
del futuro esposo: esta oposición podrá desestimarla el tribunal sin
forma de juicio; no se recibirá nunca sino contrayendo el opositor
la obligación de provocar la interdicción y de obtener sentencia en
el plazo fijado por el Tribunal.
Art. 175.- En los casos previstos en el artículo precedente, el tutor
o curador no podrá en tanto que dure la tutela o curatela hacer
oposición mientras no sea autorizado por un consejo de familia que
podrá convocar.
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Art. 176.- Todo acto de oposición deberá enunciar la cualidad en


virtud de la cual tiene el opositor el derecho de formularla; expre-
sará la elección de domicilio, el lugar en que debe celebrarse el ma-
trimonio y, a menos que sea hecha a instancia de un ascendiente,
debe contener los motivos de la oposición: todo esto bajo pena
de nulidad y de la suspensión del oficial ministerial que hubiere
firmado el acto de oposición.
Art. 177.- El tribunal de primera instancia pronunciará en los diez
días su fallo sobre la demanda.
Art. 178.- Si hubiere apelación, se decidirá en los diez días del
emplazamiento.
Art. 179.- Si se desestima la oposición, los opositores, excepto los
ascendientes, podrán ser condenados a indemnización de daños y
perjuicios.

CAPÍTULO IV
De las demandas de nulidad de matrimonio
Art. 180.- El matrimonio realizado sin el consentimiento libre de
ambos esposos o de uno de ellos, no puede ser impugnado más
que por los contrayentes o por aquel de ellos cuyo consentimien-
to no haya sido libre. Cuando haya habido error en la persona, el
matrimonio podrá únicamente ser impugnado por el cónyuge que
haya padecido el error.
Art. 181.- En el caso del artículo precedente, no es admisible la
demanda de nulidad, si los esposos hubieren hecho vida común
continuada durante los seis meses posteriores al momento en que
el cónyuge hubiere recobrado su plena libertad de acción o en que
hubiere reconocido el error.
Art. 182.- El matrimonio contraído sin el consentimiento de los
padres, de los ascendientes, o del consejo de familia, en los casos
en que es necesario éste, no puede ser impugnado sino por las
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personas cuyo consentimiento era indispensable, o por aquel de


los cónyuges que tuviere necesidad del consentimiento.
Art. 183.- No puede intentarse la acción de nulidad ni por los cón-
yuges ni por aquellos cuyo consentimiento era preciso, siempre
que hubiesen previamente y de una manera expresa o tácita, apro-
bado el matrimonio, o cuando hubieren dejado transcurrir un año
sin hacer reclamación alguna, a pesar de tener conocimiento del
matrimonio. Tampoco puede ser intentado por el cónyuge, cuando
haya dejado transcurrir un año después de cumplir la mayor edad
en que ya no es necesario el consentimiento.
Art. 184.- Todo matrimonio contraído en contravención a las pres-
cripciones contenidas en los artículos 144, 147, 161, 162 y 163,
puede ser impugnado por los mismos esposos, o por todos aquellos
que en ello tengan interés, y por el Ministerio Público.
Art. 185.- Sin embargo, el matrimonio contraído por esposos que
no tuvieren ambos o el uno de ellos la edad exigida, no podrá ser
impugnado.
Primero: Cuando hayan pasado seis meses después de haber cum-
plido la edad.
Segundo: Cuando la mujer que no tuviese la edad haya concebido
antes de terminar los seis meses.
Art. 186.- Los padres, ascendientes y familia que hayan consentido
el matrimonio contraído en las condiciones a que el artículo ante-
rior se refiere, no podrán pedir la nulidad.
Art. 187.- En todos los casos en que con arreglo al artículo 184 se
pueda intentar la acción de nulidad por todos los que en ello tengan
interés, no puede, sin embargo, serlo por los parientes colaterales o
por los hijos nacidos de otro matrimonio contraído por el cónyuge
superviviente, a no ser en el caso de tener un interés de actualidad.
Art. 188.- El esposo en cuyo perjuicio se haya contraído un segundo
matrimonio, puede pedir la nulidad aun en vida del cónyuge unido a él.
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Art. 189.- Si los nuevos esposos oponen la nulidad del primer ma-
trimonio, la validez o nulidad de éste debe resolverse previamente.
Art. 190.- El Fiscal, en todos los casos a los cuales pueda aplicarse el
artículo 184, y con las modificaciones indicadas en el 185, puede y
debe pedir la nulidad del matrimonio, en vida de los dos cónyuges,
y solicitar la separación.
Art. 191.- Todo matrimonio que no se haya celebrado ante el oficial
público competente, puede ser impugnado por los mismos espo-
sos, por los padres, por los ascendientes y por todos los que tengan
un interés de actualidad, como también por el ministerio público.
Art. 192.- Si al matrimonio no han precedido los dos edictos lega-
les, o si no se han obtenido las dispensas prescritas por la ley, o si
los intervalos prevenidos entre los edictos y la celebración no han
sido observados, el Fiscal hará que se imponga al oficial público una
multa que no exceda de sesenta pesos; y contra los contrayentes,
o aquellos bajo cuyo poder o jurisdicción han obrado, una multa
proporcional a su fortuna.
Art. 193.- Las penas establecidas en el artículo precedente se im-
pondrán a las personas en el mismo indicadas, por toda infracción
de las reglas prescritas en el artículo 165, aunque aquellas infrac-
ciones no se hayan considerado bastantes para declarar la nulidad
del matrimonio.
Art. 194.- Nadie puede reclamar el título de esposo ni disfrutar de
los efectos civiles del matrimonio, si no presenta una acta de cele-
bración inscrita en el registro civil excepto en los casos prescritos en
el artículo 46, en el título de las Actas del Estado Civil.
Art. 195.- La posesión de estado no dispensará a los pretendidos
esposos que respectivamente la invoquen, de la obligación de
presentar el acta de celebración del matrimonio ante el Oficial del
Estado Civil.

ÍNDICE POR 108


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Art. 196.- Cuando haya posesión de estado y se haya presentado el


acta de celebración de matrimonio ante el oficial del estado civil, no
podrán los esposos presentar demanda de nulidad de aquel acto.
Art. 197.- Si a pesar de esto, en el caso de los artículos 194 y 195,
existen hijos nacidos de dos personas que hayan vivido públicamen-
te como esposos y que hayan muerto, la legitimidad de los hijos no
puede ser puesta en duda, con el solo pretexto de defecto de pre-
sentación del acta de celebración, siempre cuando esta legitimidad
se pruebe por una posesión de estado que no sea contradicha por
el acta de nacimiento.
Art. 198.- Cuando la prueba de una celebración legal de matrimo-
nio se adquiera por el resultado de un procedimiento criminal, la
inscripción de la sentencia en los registros del estado civil asegura
al matrimonio, a contar desde el día de su celebración, todos los
efectos civiles, lo mismo con relación a los esposos que a los hijos
nacidos de este matrimonio.
Art. 199.- Si los esposos o uno de ellos han muerto sin descubrir
el fraude, pueden intentar la acción criminal, el Fiscal y todas las
personas que tengan interés en declarar válido el matrimonio.
Art. 200.- Si el Oficial Público ha muerto antes del descubrimiento
del fraude, la acción civil se intentará contra sus herederos por
el Fiscal, en presencia de las partes interesadas y en vista de su
denuncia.
Art. 201.- El matrimonio declarado nulo, produce sin embargo,
efectos civiles lo mismo respecto a los cónyuges que a los hijos,
cuando se ha contraído de buena fe.
Art. 202.- Si únicamente uno de los esposos hubiere procedido de
buena fe, el matrimonio produce, sólo en su favor y en el de los
hijos, efectos civiles.

ÍNDICE POR 109


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CAPÍTULO V
De las obligaciones que nacen del matrimonio
Art. 203.- Los esposos contraen por el solo hecho del matrimonio,
la obligación común de alimentar y educar los hijos.
Art. 204.- Los hijos no tienen acción alguna contra sus padres para
que los establezcan por matrimonio o en otra forma.
Art. 205.- Los hijos están obligados a alimentar a sus padres y as-
cendientes necesitados.
Art. 206.- Los yernos y nueras están igualmente obligados a pres-
tar alimentos, en análogas circunstancias, a sus padres políticos,
pero esta obligación cesa: Primero: Cuando la madre política haya
contraído segundas nupcias. Segundo: Cuando hayan muerto el
cónyuge que producía la afinidad y los hijos tenidos de su nuevo
matrimonio.
Art. 207.- Las obligaciones que resultaren de los anteriores precep-
tos, son recíprocas.
Art. 208.- Los alimentos no se acuerdan sino en proporción a
la necesidad del que los reclama, y a la fortuna del que debe
suministrarlos.
Art. 209.- Cuando hayan cesado la necesidad de obtener alimentos
en todo o en parte, o no pueda darlos el obligado a ello, puede
pedirse la reducción o cesasión.
Art. 210.- Si la persona que debe proporcionar los alimentos, jus-
tifica que no puede pagar la pensión alimenticia, el tribunal, con
conocimiento de causa, ordenará que reciba en su casa y en ella
alimente y sostenga a aquél a quien los alimentos se deban.
Art. 211.- El tribunal determinará también si los padres que ofrez-
can recibir y alimentar en su casa el hijo a quien deban alimentos,
estarán o no dispensados en este caso de seguir pagando la pensión
alimenticia.
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CAPÍTULO VI
De los deberes y derechos respectivos de los cónyuges
Art. 212.- Los cónyuges se deben mutuamente fidelidad, socorro y
asistencia.
Art. 213.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Los esposos asegu-
ran juntos la dirección moral y material de la familia, proporcionan
la educación de los hijos y preparan su porvenir.
La mujer casada tiene la misma capacidad civil que la mujer soltera.
El régimen matrimonial que adopten los esposos no puede conte-
ner ninguna restricción a la capacidad civil de la esposa que no se
halla expresamente consignada en la Ley.
Art. 214.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Cada uno de los
esposos debe contribuir, en la medida de lo posible, a los gastos del
hogar y a la educación de los hijos.
A falta de uno de los esposos de cumplir su obligación, el otro espo-
so podrá obtener del Juez de Paz de su domicilio la autorización de
embargar retentivamente y de cobrar de los salarios, del producto
del trabajo o de las rentas de su cónyuge una parte proporcionada
a sus necesidades.
Antes de decidir el asunto, los esposos serán llamados ante el Juez
de Paz por medio de una carta certificada del Secretario, que indi-
que la naturaleza de la demanda.
Los esposos deberán comparecer personalmente salvo en caso de
impedimento absoluto, debidamente justificado.
La notificación de la sentencia por el esposo que la ha obtenido a
su cónyuge y a los terceros deudores vale por sí misma atribución
de las sumas embargadas.
Las sentencias así dictadas serán provisionalmente ejecutadas, no
obstante oposición o apelación. Una nueva decisión puede siempre
ser provocada si lo justifica un cambio de las situaciones respectivas.

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Art. 215.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Los esposos se
obligan mutuamente a una comunidad de vida.
La residencia de la familia está en el lugar que ellos escojan de
común acuerdo.
Sin embargo, si la residencia escogida presenta para la familia graves
inconvenientes, el tribunal puede autorizar una residencia distinta
y, si es necesario, estatuir acerca de la residencia de los hijos.
Los esposos no pueden, el uno sin el otro, disponer de derechos
sobre los cuales esté asegurada la vivienda de la familia, ni de los
bienes muebles que la guarnecen. Aquel de los cónyuges que no ha
dado su consentimiento puede pedir la anulación del acto dentro
del año a partir del día en que haya tenido conocimiento del mis-
mo. La acción no será intentada después de haber transcurrido un
año de la disolución del régimen matrimonial.
Art. 216.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Si uno de los cón-
yuges incumple sus deberes y pone así en peligro los intereses de
la familia, el Juez de los referimientos puede prescribir todas las
medidas urgentes que requieran esos intereses durante un período
determinado. Cada uno de los cónyuges puede hacerse autorizar
por el Juez, sea para representar al otro cónyuge, sea para actuar
sin el consentimiento de éste.
Cada uno de los cónyuges puede hacerse autorizar por el Juez, sea
para representar al otro cónyuge, sea para actuar sin el consenti-
miento de éste.
Art. 217.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Cada uno de los
esposos tiene poder para celebrar, sin el consentimiento del otro,
los contratos que tienen por objeto el mantenimiento y la conser-
vación del hogar o la educación de los hijos; la deuda así contraída
obliga al otro solidariamente.
La solidaridad no tiene lugar, sin embargo, cuando los gastos son
manifiestamente excesivos, para lo cual se tomará en cuanta el tren

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de vida del hogar, la utilidad o inutilidad de la operación y la buena


o mala fe del tercero contratante.
Tampoco tiene lugar en las obligaciones resultantes de compras a
plazo si no han sido concertadas con el consentimiento de los dos
cónyuges.
Art. 218.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Cada uno de los
esposos puede hacerse abrir, sin el consentimiento del otro, cuen-
tas corrientes, cuentas de depósitos, de ahorros, de títulos o de
cualquier otro género, en su nombre personal.
El cónyuge depositante se reputa, respecto del depositario, tener la
libre disposición de los fondos y de los títulos en depósitos.
Art. 219.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Si uno de los es-
posos se presenta solo para realizar un acto de administración, de
goce o de disposición sobre un bien mueble que él detenta indivi-
dualmente, se reputa, respecto de los terceros de buena fe, que
tiene poder para realizar él solo ese acto.
Esta disposición no es aplicable a los bienes muebles del hogar se-
ñalados en el artículo 215, párrafo 3; tampoco a aquellos muebles
corporales cuya naturaleza hace presumir que son de la propiedad
del otro cónyuge.
Art. 220.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). La mujer tiene
el derecho de ejercer una profesión sin el consentimiento de su
marido; puede siempre, para las necesidades de esa profesión,
enajenar y obligar, sus bienes personales en plena propiedad, sin el
consentimiento de su marido.
Art. 221.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Bajo todos los re-
gímenes y so pena de nulidad de cualquier cláusula contraria con-
tenida en el contrato de matrimonio, la mujer casada tiene sobre
los productos de su trabajo personal y las economías que de éste
provengan, plenos derechos de administración y de disposición.

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Ella puede hacer uso de éstos para adquirir inmuebles o valores


mobiliarios, y puede enajenar los bienes así adquiridos, así como
tomar a préstamo sobre los mismos, e hipotecarlos.
Art. 222.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Los bienes reser-
vados a la administración de la mujer podrán ser embargados por
sus acreedores. También podrán serlo por los acreedores del ma-
rido con quienes haya tratado éste en interés de ambos esposos,
siempre que de acuerdo con el régimen adoptado, debieren haber
estado, antes de la presente ley, en manos del marido.
La prueba de que la deuda ha sido contraída por el esposo en inte-
rés de ambos debe ser suministrada por el acreedor.
El marido no es responsable, ni sobre los bienes ordinarios de la
comunidad ni sobre los suyos propios, ni de las deudas y obliga-
ciones contraídas por la mujer cuando no los han sido en interés
común, aún cuando ella haya actuado dentro de la capacidad que
le confiere la Ley.
Art. 223.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). El origen y la consis-
tencia de los bienes reservados serán establecidos tanto respecto
de los terceros, como del marido, por todos los medios de prueba.
Art. 224.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Cada uno de los
esposos percibe sus ganancias, entradas y salarios y puede dispo-
ner de ellos libremente después de haber cumplido con las cargas
del matrimonio.
Párrafo: Si existe comunidad o sociedad de gananciales, los bienes
reservados entrarán en la partición del fondo común.
Si la mujer renuncia a la comunidad, ella los conservará francos y
libres de deudas, salvo aquellas que tenían por prenda dichos bie-
nes, en virtud de las disposiciones de la presente ley.
Esta facultad se otorga a sus herederos en línea directa.
Bajo todos los regímenes que no estén sujetos a comunidad o so-
ciedad de gananciales, estos bienes pertenecen a la mujer.
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Art. 225.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). La mujer mayor
de edad, sea soltera o casada, puede figurar como testigo en todos
los actos instrumentados por los notarios públicos, oficiales del
estado civil y todos los demás oficiales públicos y ministeriales, en
las mismas condiciones y con sujeción a las mismas restricciones y
prohibiciones que el hombre.
El marido y la mujer no podrán figurar conjuntamente como testi-
gos del mismo acto.
Art. 226.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Las disposiciones
del presente Capítulo se aplicarán a las mujeres casadas con an-
terioridad a la época de su entrada en vigencia, y sustituyen los
artículos 5to., 6to., 7mo., 8vo., 9no., 10mo. y 11no. de la Ley No.
390 de fecha 18 de diciembre de 1940.
Artículos 227 al 311.- (Derogados por la Ley 3893 del 1ro. de julio
de 1899).

TÍTULO VII
DE LA PATERNIDAD Y DE LA FILIACIÓN

CAPÍTULO I
De la filiación de los hijos legítimos
o nacidos del matrimonio
Art. 312.- El hijo concebido durante el matrimonio, se reputa hijo
del marido. Sin embargo, éste podrá desconocerle si prueba que el
tiempo transcurrido desde los trescientos hasta los ciento ochenta
días anteriores al nacimiento de este niño, estaba por ausencia o
por defecto de cualquiera otro accidente en la imposibilidad física
de cohabitar con su mujer.
Art. 313.- No puede el marido, alegando su impotencia natural,
desconocer al hijo: tampoco podrá desconocerle, ni aun por cau-
sa de adulterio, a no ser en el caso en que se le haya ocultado el
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nacimiento: si sucediere esto, podrá proponer todas las pruebas


que tengan por objeto justificar que él no es el padre. Si se hu-
biese declarado la separación personal, o si únicamente estuviere
solicitada, el marido podrá no reconocer al hijo que haya nacido
trescientos días después del auto dado en forma prescrita en el
artículo 878 del Código de Procedimiento Civil, y menos de los cien-
to ochenta días contados desde la desestimación definitiva de la
demanda, o de haberse efectuado la reconciliación. No se admitirá
la acción de desconocimiento del hijo, si los esposos se hubiesen
unido de hecho.
Art. 314.- El hijo nacido antes de los ciento ochenta días posteriores
al matrimonio, no podrá ser rechazado por el marido en los casos
siguientes: Primero: Si hubiese tenido conocimiento del embarazo
de la mujer antes del matrimonio. Segundo: Si hubiese asistido a la
formalización del acta de nacimiento o si la hubiese firmado, o ésta
contuviere la declaración de no haberlo hecho por no saber firmar.
Tercero: Si el hijo no ha sido declarado viable.
Art. 315.- Podrá ser puesto en duda y reclamarse contra la legiti-
midad del hijo nacido trescientos días después de la disolución del
matrimonio o de la separación personal.
Art. 316.- En los diversos casos en que el marido esté facultado para
reclamar, deberá hacerlo precisamente en término de un mes, si se en-
cuentra en el lugar del nacimiento del hijo: este término se aumentará
a dos meses después de su regreso, si en esa época hubiese estado
ausente: el plazo será también de dos meses, contados desde el descu-
brimiento del engaño, si se le hubiese ocultado el nacimiento del hijo.
Art. 317.- Si el marido muriere sin hacer la declaración, pero dentro
del plazo útil para intentarla, los herederos podrán oponerse a la
legitimidad en el término de dos meses, a contar desde la época en
que el hijo debía haber sido puesto en posesión de los bienes del
marido, o en la época en que los herederos sean perturbados en su
posesión por el hijo.

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Art. 318.- Todo acto extrajudicial que contenga desconocimiento


del hijo por parte del marido de sus herederos, no producirá efecto,
si dentro de un mes no se presenta demanda en forma, contra el
tutor que el afecto y en presencia de la madre se nombre al hijo.

CAPÍTULO II
De las pruebas de la filiación de los hijos legítimos
Art. 319.- La filiación de los hijos legítimos, se prueba por las actas
de nacimiento inscritas en el registro del Estado Civil.
Art. 320.- A falta de este título, basta la posesión constante del
estado de hijo legítimo.
Art. 321.- La posesión de estado se justifica por el concurso sufi-
ciente de hechos que indiquen la relación de filiación y parentesco
entre un individuo y la familia a la que pretende pertenecer.
Los principales de estos hechos son: que el individuo haya usado
siempre el apellido del que se supone su padre; que éste le haya
tratado como a hijo, suministrándole en este concepto lo necesario
para su educación, mantenimiento y colocación; que de público
haya sido conocido constantemente como hijo; y que haya tenido
el mismo concepto para la familia.
Art. 322.- Ninguno puede reclamar un estado contrario al que le
dan su acta de nacimiento y la posesión conforme a aquel título.
Por el contrario, nadie puede oponerse al estado del que tiene a su
favor una posesión conforme con el acta de nacimiento.
Art. 323.- A falta de acta y posesión constante, o si el asiento de la
criatura se inscribió con nombres falsos o como nacido de padres
desconocidos, puede hacerse por medio de testigos la prueba de la
filiación. Sin embargo, esta prueba no puede admitirse sino cuando
haya principio de prueba por escrito, o cuando las presunciones o
indicios resulten de hecho que desde luego constan, y sean bastan-
te graves para determinar la admisión.
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Art. 324.- El principio de prueba por escrito resulta de los títulos de


familia, de los libros y papeles domésticos del padre o de la madre,
de los actos públicos y aun privados de los contendientes, o de los
que tuvieren interés en la cuestión.
Art. 325.- La prueba contraria se practicará por todos los medios,
cuyo objeto sea acreditar que el reclamante no es hijo de la madre
que él supone, o si se ha probado la maternidad, que no desciende
del marido de la madre.
Art. 326.- Para resolver sobre las reclamaciones de estado personal,
los tribunales civiles son los únicos competentes.
Art. 327.- La acción criminal en delitos de supresión de estado, no
podrá intentarse hasta que haya recaído sentencia definitiva en la
cuestión civil.
Art. 328.- La acción de reclamación de estado es imprescriptible
con relación al hijo.
Art. 329.- Los herederos del hijo que no haya reclamado, no podrán
intentar la acción, si aquél no hubiere muerto siendo menor, o en
los cinco años siguientes al en que cumplió la mayor edad.
Art. 330.- Los herederos pueden continuar la acción ya intentada
por el hijo, si éste no hubiere desistido en forma o dejado pasar tres
años sin continuar las diligencias, desde la última del expediente.

CAPÍTULO III
De los hijos naturales

SECCIÓN I
De la legitimación de los hijos naturales.

Art. 331.- Los hijos nacidos fuera de matrimonio, con tal que no
sean fruto de uniones incestuosas o adúlteras, podrán legitimarse
por el subsiguiente matrimonio de sus padres, cuando éstos los
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hayan reconocido legalmente antes de su matrimonio o en el acto


mismo de su celebración.
Art. 332.- La legitimación puede referirse también a los hijos muer-
tos ya, pero que han dejado descendencia que pueda aprovechar
sus efectos.
Art. 333.- Los hijos legitimados por subsiguiente matrimonio, goza-
rán de los mismos derechos y beneficios que los legítimos.

SECCIÓN II
Del reconocimiento de los hijos natural

Art. 334.- (Derogado por la Ley 3805 del 30 de abril de 1954, G. O.


7330).
Art. 335.- Este reconocimiento no podrá referirse ni aprovechar a
los hijos nacidos de una unión incestuosa ni adúltera.
Art. 336.- El reconocimiento hecho por el padre, sin indicación y
conformidad de la madre, no produce efectos sino respecto del
primero.
Art. 337.- (Derogado por la Ley 121 del 26 de mayo de 1939, G.O.
5317).
Art. 338.- (Derogado por la Ley 121 del 26 de mayo de 1939, G.O.
5317).
Art. 339.- Todo reconocimiento por parte del padre o de la madre,
como también cualquiera reclamación de parte del hijo, podrá ser
impugnado por todos los que en ello tengan interés.
Art. 340.- Queda prohibida la indagación de la paternidad. En caso
de rapto, cuando la época en que se hubiere realizado corresponda
próximamente a la de la concepción, podrá ser el rapto declarado
padre del niño, a instancia de los interesados.
Art. 341.- Es admisible la indagación de la maternidad. El hijo que
reclame a su madre, deberá probar que es idénticamente la misma
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criatura que aquélla dio a luz. Esta prueba no se hará por medio
de testigos, sino en el caso en que se haya un principio de prueba
escrita.
Art. 342.- No se admitirá la indagación del hijo con relación a la
paternidad o maternidad en los casos en que, según el artículo 335,
no proceda el reconocimiento.

TÍTULO VIII
DE LA ADOPCIÓN
Art. 343.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). La adopción, ya se haga en forma ordinaria o en forma
privilegiada, no puede ser hecha sino cuando haya justos motivos
que ofrezcan ventajas para el adoptado.
Art. 344.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Se requiere cuarenta años para poder adoptar. Sin
embargo, adopción puede ser pedida juntamente por dos esposos
no separados personalmente, de los cuales uno tenga más de 35
años, si se han casado desde hace más de 10 años y no han tenido
hijo de su matrimonio. Los adoptantes no deberán tener en el día
de la adopción hijos ni descendientes legítimos. La existencia de
hijos adoptivos no constituye obstáculo a una subsiguiente adop-
ción. El adoptante deberá tener 15 años más que la persona que se
propone adoptar, y si ésta fuese el hijo de su cónyuge; bastará con
que la diferencia de edad entre ambos sea de 10 años, y aún podrá
ser reducida por dispensa del Juez de Primera Instancia correspon-
diente. El nacimiento de uno o de varios hijos o descendientes no
constituye un obstáculo para que los esposos puedan adoptar a un
menor que hayan recogido antes de dicho nacimiento.
Art. 345.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Un dominicano puede adoptar un extranjero o ser
adoptado por un extranjero. La adopción no produce efecto sobre
la nacionalidad.
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Art. 346.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). Nadie puede ser adoptado por más de una persona, a no ser
en el caso de que la adopción la hagan marido y mujer. Un cónyuge
no puede adoptar ni ser adoptado sin el consentimiento del otro,
salvo el caso en que se halle en la imposibilidad de manifestar su
voluntad o de que existiere un estado de separación personal entre
los esposos.
Art. 347.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Si la persona que se quiere adoptar es menor, será ne-
cesario el consentimiento de sus padres. Si uno de ellos ha fallecido
o se encuentra en la imposibilidad de manifestar su voluntad, basta
el consentimiento del otro. Si los padres están separados o divor-
ciados, basta el consentimiento de aquel a quien se ha confiado la
guarda. Si el otro padre no ha dado su consentimiento, el acto de
adopción debe serle notificado y la homologación no podrá pronun-
ciarse sino tres meses por lo menos después de esta notificación. Si
en ese plazo el padre ha notificado a la Secretaría su oposición, el
tribunal deberá oírlo antes de fallar.
Art. 348.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). En los casos previstos en el artículo que antecede, el
consentimiento se dará en el acto mismo de la adopción o por acto
auténtico separado, ante notario o ante el Juez de Paz del domicilio
o residencia del ascendiente, o ante los agentes diplomáticos o
consulares en el extranjero.
Art. 349.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Si ambos padres del menor han fallecido o si están
en la imposibilidad de manifestar su voluntad, el consentimiento
deberá ser otorgado por el representante legal del menor. Cuando
se trate de un hijo de padres desconocidos, el consentimiento será
otorgado por un tutor ad hoc designado por el Secretario de Estado
de Salud y Previsión Social.
Art. 350.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). La adopción confiere al adoptado el apellido del adoptante.
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Los oficiales del Estado Civil, al expedir copia del acta de nacimiento
de un menor que haya sido objeto de adopción o al referirse a ella
en cualquier acto que instrumenten, no harán ninguna mención de
esta circunstancia ni de filiación real y sólo se referirán a los apelli-
dos de los padres adoptivos, a menos que se trate de una adopción
ordinaria y que se hubiere convenido agregar estos apellidos a los
de los padres naturales.
Art. 351.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). En la adopción ordinaria el adoptado permanece con su
familia natural y conserva en ella todos sus derechos.
Sin embargo, sólo el adoptante está investido de los derechos de
la patria potestad respecto del adoptado, así como el derecho de
dar el consentimiento al matrimonio de este último. En caso de
disentimiento entre el adoptante y la adoptante, el empate valdrá
consentimiento al matrimonio del adoptado.
Si hay adopción por los dos esposos, el adoptante administrará los
bienes del adoptado en las mismas condiciones que el padre legíti-
mo administra los de sus hijos. Si los adoptantes se divorcian o si se
pronuncia entre ellos separación personal el tribunal aplicará a los
hijos adoptados las reglas relativas a los hijos legítimos.
Cuando no haya más que un adoptante o cuando uno de los dos
adoptantes falleciere, el adoptante o el superviviente de los dos es
tutor del adoptado; ejerce esta tutela en las mismas condiciones
que el padre o la madre superviviente del hijo legítimo.
El consejo de familia se constituirá en la forma prevista en el artícu-
lo 409 de este Código.
Si el adoptante es el cónyuge del padre o de la madre del adoptado,
tiene la patria potestad conjuntamente con él; pero el padre o la
madre conserva el ejercicio. Las reglas relativas al consentimiento
de los padres para el matrimonio del hijo legítimo se aplican en este
caso al matrimonio del adoptado. En caso de interdicción, ausencia
comprobada, o fallecimiento del adoptante ocurrida durante la
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menor edad del adoptado, la patria potestad pasa de pleno dere-


cho a los descendientes de éste.
Art. 352.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). No obstante las disposiciones del apartado primero
del artículo que antecede, el tribunal puede decidir, a petición del
adoptante y si se trata de un menor de 18 años, al homologar el
acta de adopción, previo informativo, que el adoptado cesará de
pertenecer a su familia natural bajo reserva de la prohibiciones al
matrimonio previstas en la ley. En este caso no se admitirá ningún
requerimiento posterior a la adopción. Por otra parte, el adoptante
o el superviviente de los adoptantes podrá designar al adoptado un
tutor testamentario.
Art. 353.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). El lazo de parentesco resultante de la adopción se extiende a
los hijos del adoptado.
Art. 354.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). Se prohíbe el matrimonio entre el adoptante, el adoptado y
sus descendientes; entre el adoptado y el cónyuge del adoptante, y
recíprocamente entre el adoptante y el cónyuge del adoptado; en-
tre los hijos adoptivos de un mismo individuo y entre el adoptado
y los hijos que puedan sobrevivir al adoptante. Sin embargo, en los
casos indicados en este artículo, el Juez de Primera Instancia corres-
pondiente, podrá autorizar el matrimonio por razones atendibles.
Art. 355.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). El adoptado debe alimentos al adoptante si está en
necesidad, y recíprocamente, el adoptante debe alimentos al adop-
tado. Fuera de los casos previstos en el artículo 352, la obligación
de suministrar alimento continúa existiendo entre el adoptado y su
padre o madre. Sin embargo, el padre o la madre del adoptado no
están obligados a suministrarle alimentos sino cuando él no pueda
obtenerlos del adoptante.

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Art. 356.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). El adoptado y sus descendientes no tienen ningún derecho
de sucesión respecto a los bienes de los parientes del adoptante,
pero tienen sobre la sucesión del adoptante los mismos derechos
que tengan los hijos y descendientes de éste.
Art. 357.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Si el adoptado muere sin dejar descendientes, las cosas
dadas por el adoptante o recogidas en su sucesión y que existan
aun en naturaleza en el momento del fallecimiento del primero, se
devuelven al adoptante o a sus descendientes, a cargo de pagar las
deudas y sin perjuicio de los derechos de los terceros.
Los demás bienes del adoptado pertenecen a sus propios parien-
tes, y éstos excluyen siempre, aun para los mismos objetos espe-
cificados en este artículo, todos los herederos del adoptante con
excepción de los que sean sus descendientes.
A falta de descendientes, el cónyuge superviviente del adoptante,
si ha participado en la adopción, tiene un derecho de usufructo
sobre dichos objetos.
Si en vida del adoptante, y después de la muerte del adoptado,
muriesen sin descendencia, los hijos o descendientes que de él
quedasen, heredará el adoptante las cosas que él le dio, según
se expresa en este artículo; pero este derecho será inherente a la
persona del adoptante y no transmisible a sus herederos aun a los
de la línea de su descendencia.
Art. 358.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). La persona que se propone adoptar y la que quiere ser
adoptada, si es mayor, deben presentarse ante el Juez de Paz del
domicilio del adoptante o ante un notario, para levantar acta de sus
consentimientos respectivos.
Art. 359.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). Si el adoptado es menor de edad el acta será consentida en
su nombre por su representante legal.
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Art. 360.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,


G.O. 8372). El acta de adopción debe ser homologada por el tribu-
nal civil del domicilio del adoptante, y el tribunal será apoderado
por una instancia del abogado de la parte más diligente, a la que se
agregará una copia del acta de adopción.
Art. 361.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). El tribunal reunido en cámara de consejo después de
haberse procurado los informes convenientes, verificará: 1ro. si
todas las condiciones exigidas por la Ley, se han cumplido; 2do. si
hay justos motivos para la adopción y si ésta presenta ventajas para
el adoptado; y 3ro. si existen motivos que puedan oponerse a que
se atribuya el solo nombre del adoptante al adoptado, cuando este
último sea menor de edad.
Art. 362.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Después de haber oído al representante del Ministerio
Público y sin más procedimiento ni ningún otro trámite, el tribunal
decidirá, sin enunciar motivos, si procede o no la adopción, y si tie-
ne que resolver, en el primer caso, acerca del apellido que deberá
usar el adoptado o sobre la suerte de sus lazos de parentela con
su familia natural, lo hará en la misma forma, y el dispositivo de la
sentencia enunciará los nombres y apellidos de las partes, así como
los actos al margen de los cuales deberá anotarse la sentencia e
indicará, asimismo, los nuevos apellidos del adoptado.
Art. 363.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Si a homologación no fuere acordada, cualesquiera de
las partes puede apoderar del caso, en el mes que sigue a la senten-
cia, a la Corte de Apelación, la cual instruirá el asunto en la misma
forma en que lo hizo el Tribunal de Primera Instancia y pronunciará
sin enunciar motivos.
Si la sentencia es reformada, la decisión estatuirá, si hay lugar a
ello, sobre el apellido del adoptado.

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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Si la homologación queda acordada en primera instancia, el Mi-


nisterio Público puede interponer apelación y el mismo derecho
pertenece a las partes, si tuvieren algún interés en ello. La Corte
estatuirá en la forma prevista en el párrafo precedente.
El dispositivo de la sentencia que admita la adopción, se transcribirá
al margen del acta de nacimiento, indicándose los apellidos nuevos
del adoptado. Es admisible el recurso de casación por vicio de for-
ma contra la decisión que rechaza la demanda de homologación.
Art. 364.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). La sentencia que admita la adopción, se pronunciará
en audiencia pública, y un extracto de la misma se publicará en
la Gaceta Oficial y en un periódico de circulación nacional. Este
extracto contendrá: 1ro. la fecha de la decisión y la designación del
tribunal que la pronunció; 2do. el dispositivo de la decisión; y el
3ro. el nombre del abogado del demandante.
Dentro de los tres meses de haberse pronunciado la sentencia, el
dispositivo de la misma deberá ser transcrito a instancia del aboga-
do que ha obtenido la sentencia o de una de las partes interesadas,
en los registros de la Oficialía del estado civil del lugar de nacimien-
to del adoptado.
Si el adoptado ha nacido en el extranjero, la transcripción deberá
efectuarse en los registros de la Oficialía del Estado Civil de la Pri-
mera Circunscripción del Distrito Nacional. La transcripción deberá
efectuarse inmediatamente que sea requerida y previa notificación
que se haga al Oficial del Estado Civil competente.
El abogado que ha obtenido la sentencia está obligado a requerir la
transcripción, so pena de un multa de veinte pesos, sin perjuicio de
las indemnizaciones que procedan.
Las mismas disposiciones se aplican a la mención de la adopción y
al apellido del adoptado al margen del acta de nacimiento de este
último.

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En los casos en que no exista acta de nacimiento, la sentencia or-


denará que se proceda a inscribirse como una declaración tardía de
nacimiento.
Art. 365.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959;
G.O. 8372). La adopción no produce sus efectos entre las partes
más que a partir de la sentencia de homologación.
Las partes quedan obligadas por el acta de adopción.
La adopción será oponible a los terceros a partir de la transcripción
del dispositivo de la sentencia de homologación.
Art. 366.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959;
G.O. 8372). Si el adoptante muere después de haber sido recibi-
do el acto que hace constar su voluntad de formar el contrato de
adopción y si además la instancia a fines de homologación ha sido
presentada al tribunal, la instrucción continuará y la adopción será
admitida, si procediere. En este caso ella produce sus efectos desde
el momento del fallecimiento del adoptante.
Los herederos del adoptante pueden, si ellos creen admisible la
adopción, someter al Procurador Fiscal todas las exposiciones y
observaciones que estimen procedentes.
Art. 367.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959;
G.O. 8372). La adopción puede ser revocada por una decisión del
tribunal, dictada a petición del adoptante o del adoptado, siempre
que existiere algún motivo grave para ello. Sin embargo, ninguna
demanda de revocación de adopción es admisible cuando el menor
tenga menos de trece años.
La sentencia dictada por el tribunal competente de acuerdo con el
derecho común, con sujeción al procedimiento ordinario, después
de la audición del Ministerio Público, debe ser motivada. Puede ser
atacada por todas las vías de recurso. Su dispositivo se publicará y
transcribirá de conformidad con el artículo 364.

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La revocación hace cesar para el porvenir todos los efectos de la


adopción.
El adoptante o sus descendientes conservan, sin embargo, sobre
todas las cosas dadas el derecho de retorno previsto por el artículo
357.
Art. 368.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959;
G.O. 8372). La adopción privilegiada solamente es permitida en
favor de los menores que no tengan cinco años cumplidos, siempre
que hayan sido abandonados por sus padres, o que estos sean des-
conocidos o hayan muerto.
No puede ser solicitada sino conjuntamente por esposos no sepa-
rados personalmente que llenen las condiciones de edad exigidas
por el artículo 344 y que no tengan hijos ni descendientes legíti-
mos. La existencia de hijos adoptivos no constituye obstáculo para
la adopción privilegiada.
Art. 369.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959; G.O.
8372). La adopción privilegiada no puede resultar sino de sentencia
dictada sobre instancia en audiencia pública, previo informativo y
debate en cámara de consejo.
La sentencia otorgará al hijo el apellido de los adoptantes, y a
petición de los mismos puede ordenar una modificación de sus
nombres.
La adopción privilegiada es irrevocable, salvo lo previsto en el artí-
culo 367.
Se hará mención de la adopción privilegiada al margen del acta de
nacimiento del menor, a diligencia del abogado actuante, dentro
de los tres meses de haberse pronunciado la sentencia y bajo las
sanciones previstas en el artículo 364.
Art. 370.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959; G.O.
8372). El menor que sea objeto de una adopción privilegiada deja de
pertenecer a su familia natural, sin perjuicio de las prohibiciones de
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matrimonio previstas por la ley, y tiene los derechos y obligaciones


que si hubiera nacido del matrimonio. Sin embargo, si uno o varios
de los ascendientes de los autores de la adopción privilegiada no
han dado ha ésta su adhesión en un acto auténtico, el adoptado y
estos ascendientes no se deberán alimentos y no tendrán calidad
de herederos reservatorios en sus sucesiones recíprocas.

TÍTULO IX
DE LA AUTORIDAD DEL PADRE Y DE LA MADRE
Art. 371.- (Modificado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). El hijo
cual quiera que sea su edad, debe consideración y respeto a su
padre y a su madre.
Art. 371-1.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). El hijo
permanece sometido a la autoridad de sus padres hasta su mayor
edad o emancipación.
Art. 371-2.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). La
autoridad pertenece al padre y a la madre para proteger al hijo en
su seguridad, su salud y su moralidad. Ellos tienen a su respecto, el
derecho y el deber de guarda, de vigilancia y de educación.
Art. 371-3.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). El hijo
no puede sin permiso de su padre y de madre abandonar la casa fa-
miliar y no puede ser retirado de ella sino en los casos de necesidad
que determine la Ley.
Art. 371-4.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). El padre
y la madre no pueden, salvo motivos graves, oponerse a las relacio-
nes personales del hijo con sus abuelos. A falta de acuerdo entre
las partes, las modalidades de esas relaciones serán reguladas por
el Juez de Paz correspondiente. En consideración de situaciones,
excepcionales, el Juez de Paz puede acordar un derecho de corres-
pondencia o de visitas a otras personas, parientes o no.

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Art. 372.- (Modificado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). Durante


el matrimonio, el padre y la madre ejercen en común su autoridad.
Art. 372-1.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). Si el
padre y la madre no se ponen de acuerdo en lo concerniente al
interés del hijo, el cónyuge más diligente podrá apoderar al Juez de
Paz correspondiente a fin de que, previa tentativa de conciliación
entre las partes, dicho funcionario estatuya lo que sea de lugar.
Art. 372-2.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). Respec-
to de los terceros de buena fe, cada uno de los esposos se reputa
actuar con el acuerdo del otro, cuando realiza él solo, en relación
con la persona del hijo, algún acto propio de la autoridad del padre
y de la madre.
Art. 373.- (Modificado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). Pierde
el ejercicio de su autoridad, o se le priva provisionalmente de ella, el
padre o la madre que se encuentre en uno de los casos siguientes:
1ro. Si, no está en condiciones de manifestar su voluntad en ra-
zón de su incapacidad, ausencia, alejamiento, o cualquier otra
causa.
2do. Si ha consentido una delegación de sus derechos según las re-
glas del presente Capítulo.
3ro Si ha sido privado de esos derechos por sentencia que haya
adquirido la autoridad de la cosa juzgada.
Art. 373-1.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). Si el pa-
dre o la madre muere o se encuentra en uno de los casos enumera-
dos en el artículo anterior, el ejercicio de la autoridad corresponde
plenamente al otro.
Art. 373-2.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). Si los
padres están divorciados o separados de cuerpos, la autoridad es
ejercida por aquél a quien el tribunal le ha confiado la guarda del
hijo, salvo el derecho de visita y vigilancia del otro.

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Cuando la guarda ha sido confiada a un tercero, los otros atributos


de la autoridad continuarán siendo ejercidos por el padre y por
la madre; sin embargo, el tribunal al designara un tercero como
guardián provisional, puede decidir que él deberá requerir que se
abra una tutela.
Art. 373-3.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). El divor-
cio o la separación de cuerpos no constituye obstáculo a la devolu-
ción prevista en el artículo 373.1, aún cuando aquél de los padres
que queda en estado de ejercer la autoridad haya sido privado de la
guarda por efecto de la sentencia pronunciada por él. Sin embargo,
el tribunal que había estatuido en último lugar acerca de la guarda
podrá ser apoderado por la familia o por el ministerio público, a fin
de que se designe a un tercero como guardián del hijo, con apertura
o sin apertura de tutela como se ha iniciado en el artículo anterior.
En circunstancias excepcionales, el tribunal que estatuya acerca de
la guarda del hijo después del divorcio o de la separación de cuer-
pos, podrá decidir, en vida de los padres, que ella no se le confiera
al superviviente en caso de muerte del esposo guardián. Podrá en
este caso designar a la persona a quien se le conferirá la guarda
provisionalmente.
Art. 373-4.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). Si no
queda ni padre ni madre en estado de ejercer su autoridad, habrá
lugar a la apertura de una tutela de conformidad con el artículo 390
de este Código.
Art. 374.- (Modificado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). La
madre ejercerá plenamente sobre su hijo natural, la autoridad del
padre y la madre.
Si el padre reconoce al hijo dentro de los tres meses del nacimiento,
la madre continuará ejerciendo la referida autoridad, pero el padre
podría solicitar al tribunal que se le confiera a él solo o a ambos
conjuntamente.

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Si el padre no lo ha reconocido, y la madre no está en condiciones


de ejercer la autoridad, el hijo quedará baja la autoridad de los
abuelos maternos. A falta de éstos, el Ministerio Público o cual-
quier pariente materno deberá solicitar al Juez de Primera Instancia
correspondiente, la apertura de la tutela.
Art. 375.- El padre que tenga de la conducta de su hijo motivos
muy graves de descontento, podrá utilizar los siguientes medios de
corrección.
Art. 376.- Si el hijo tiene menos de quince años, el padre podrá
hacerle detener durante un espacio de tiempo que no pase de un
mes; y a este efecto, el presidente del tribunal librará auto de pri-
sión, a instancia del padre.
Art. 377.- Desde los quince años cumplido hasta la mayor edad o la
emancipación, el padre podrá únicamente pedir la detención de su
hijo, durante seis meses a lo más; al efecto se dirigirá al Presidente
del Tribunal que, después de oír al fiscal, librará o negará la orden
de arresto, y podrá reducir el tiempo de prisión pedido por el padre.
Art. 378.- Ni en uno ni en otro caso habrá más escrituras ni for-
malidades judiciales que la orden de arresto, sin enunciar motivos,
y únicamente se extenderá un acta en que el padre se obligue a
pagar todos los gastos y a facilitar los alimentos necesarios.
Art. 379.- El padre puede disminuir el tiempo de la prisión ordena-
da o requerida por él. Si después de ser puesto en libertad persiste
el hijo en sus anteriores extravíos, podrá ser detenido nuevamente
en la forma prescrita en los artículos anteriores.
Art. 380.- Si el padre contrae segundas nupcias, para hacer detener
al hijo nacido de la primera, aunque éste sea menor de quince años
cumplidos, deberá sujetarse a las prescripciones el artículo 377.
Art. 381.- La madre superviviente que permanezca viuda, no podrá
hacer detener a su hijo sino con el concurso de los dos parientes

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paternos más próximos, y pidiendo la detención con arreglo al


artículo 377.
Art. 382.- Cuando el hijo tenga bienes personales o ejerza una pro-
fesión, no podrá ser detenido aunque sea menor de quince años
cumplidos, sin que la detención se solicite en la forma determinada
en el artículo 377. El hijo detenido podrá dirigir su solicitud al fis-
cal de la Suprema Corte. Este pedirá informe al fiscal del tribunal
inferior, y dará cuenta al Presidente de la Corte, el que examinados
todos los datos y después de dar aviso al padre, podrá revocar o
modificar la orden dada por el presidente al Tribunal de Primera
Instancia.
Art. 383.- Los artículos 376, 377, 378 y 379, se refieren también a
los padres de los hijos naturales legalmente reconocidos.
Art. 384.- El padre, durante el matrimonio, y después de la disolu-
ción de éste, el cónyuge que sobreviva, tendrá el usufructo de los
bienes de sus hijos hasta cumplir estos dieciocho años o hasta la
emancipación, que se verifique antes de aquella edad.
Art. 385.- Las obligaciones que a los padres corresponden en este
caso serán: 1a. las que tienen en general los usufructuarios; 2a. la
alimentación, sostenimiento y educación de los hijos en proporción
a su fortuna; 3a. el pago de los réditos e intereses de los capitales:
4a. los gastos de funeral y entierro y los de la última enfermedad.
Art. 386.- (Modificado por la Ley 452 del 1ro. de mayo de 1941, G.
O. 5587). Este usufructo no tendrá lugar en beneficio del padre o
de la madre contra quien se haya pronunciado sentencia de divor-
cio; excepto sobre los bienes de los hijos que la sentencia hubiera
puesto bajo su guarda; y cesará respecto de la madre que contraiga
segundas nupcias.
Art. 387.- No se hará extensivo a los bienes que los hijos puedan
adquirir por su trabajo o industria peculiar, ni a los que les sean
dados o legados, con la condición expresa de que sus padres no
hayan de disfrutarlos.

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TÍTULO X
DE LA MENOR EDAD, DE LA TUTELA
Y DE LA EMANCIPACIÓN

CAPÍTULO I
De la menor edad
Art. 388.- (Modificado por la Ley 4999 del 19 de septiembre de
1955; G.O. 8287). Se entiende menor de edad el individuo de uno
u otro sexo que no tenga dieciocho años cumplidos. De la tutela de
los padres.

CAPÍTULO II
DE LA TUTELA

Sección I
De la Tutela de los Padres

Art. 389.- El padre es, durante el matrimonio, el administrador de


los bienes personales de sus hijos menores. Es responsable de la
propiedad y rentas de aquellos bienes cuyo usufructo no tiene, y
solamente de la propiedad en aquellos en que se lo concede la ley.
Art. 390.- (Modificado por la Ley 452 del 1ro. de mayo de 1941;
G.O. 5587). Después de la disolución del matrimonio por la muerte
de uno de los cónyuges, la tutela de los hijos menores y no emanci-
pados, pertenece de pleno derecho al cónyuge superviviente.
Párrafo: Si no se tratare de cónyuges supervivientes, por haberse
disuelto, anteriormente, el matrimonio, la tutela corresponderá al
padre o a la madre superviviente.
Sin embargo, cuando en el caso de este párrafo, la no presencia
del tutor haya dejado al menor sin amparo en su persona o en sus

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intereses, el consejo de familia, constituido en el lugar del domicilio


del fallecido, podrá nombrar a dicho menor un tutor y un protutor,
sujeto, lo primero, a homologación pedida por instancia, salvo el
derecho, para el tutor legal excluido, de impugnar por oposición, y
fundándose por motivos graves, lo decidido en justicia, mediante
demanda al tutor dativo. Las impugnaciones y las decisiones sobre
ellos recaídas, no afectarán la validez de los actos ya realizados por
el tutor designado, salvo los casos de fraude.
Art. 391.- Podrá, sin embargo, el padre, nombrar a la madre que
haya de ser tutora, un consultor especial, sin cuyo dictamen no
pueda realizar ningún acto relativo a la tutela. Si el padre especifi-
care los actos para los cuales considerare necesario el dictamen del
consultor, la tutora podrá ejecutar cualquier otro sin necesidad de
oír a éste.
Art. 392.- El nombramiento de consultor no podrá hacerse sino de
una de las maneras siguientes: 1a. por acto de última voluntad; 2a.
en declaración hecha ante el Juez de Paz, acompañado del secreta-
rio, o ante notarios.
Art. 393.- Si al morir el marido la mujer está encinta, se nombrará
por consejo de familia al hijo póstumo un curador. Al nacer el hijo,
será la madre tutora, y el curador será de pleno derecho de protutor.
Art. 394.- La madre no está obligada a aceptar la tutela; sin embar-
go, en el caso que la rehúse, deberá cumplir los deberes inherentes
a aquel cargo, hasta que se nombre nuevo tutor.
Art. 395.- Si la madre tutora desea contraer segundas nupcias de-
berá, antes de su nuevo enlace, convocar el consejo de familia, que
decidirá si debe o no continuar en la tutela. Si omitiere esta formali-
dad, perderá de pleno derecho aquel cargo, y su nuevo marido será
solidariamente responsable de todas las consecuencias de la tutela
conservada indebidamente por su esposa.
Art. 396.- Cuando el consejo de familia, convocado en forma, no
prive a la madre de la tutela, le dará necesariamente por cotutor a
su nuevo marido, quien, en virtud de este hecho, será solidariamen-
te responsable con su mujer de la gestión posterior al matrimonio.

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SECCIÓN II
De la tutela conferida por el padre o la madre.
Art. 397.- El derecho individual de nombrar un tutor, pariente o
extraño, únicamente pertenece al cónyuge superviviente.
Art. 398.- Este derecho no puede ejercerse sino en la forma pres-
crita en el artículo 392, y con las excepciones y modificaciones que
a continuación se expresan.
Art. 399.- (Derogado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G.O. 5535).
Art. 400.- (Derogado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G.O. 5535).
Art. 401.- El tutor nombrado por el padre o la madre, no está
obligado a aceptar la tutela, si no es además de esto de aquellas
personas que a falta de esta elección especial, hubieran podido ser
encargadas de aquella por el consejo de familia.

SECCIÓN III
De la tutela de los ascendientes.

Art. 402.- Cuando el cónyuge superviviente no hubiere nombrado


tutor al menor, la tutela pertenece de derecho al abuelo paterno;
a falta de éste al materno, y así subiendo en las líneas directas, de
modo que siempre sea preferido el ascendiente paterno al materno
del mismo grado.
Art. 403.- Si a falta de los abuelos paterno y materno del menor, la
concurrencia aparece entre dos ascendientes del grado superior,
pertenecientes ambos a la línea paterna de aquél, la tutela corres-
ponderá de derecho a aquel de los dos que resulte ser el abuelo
paterno del padre del menor.
Art. 404.- Si se verificase la misma concurrencia entre dos bisabue-
los de la línea materna, nombrará precisamente a uno de ellos el
consejo de familia.
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SECCIÓN IV
De la tutela conferida por el consejo de familia.

Art. 405.- Cuando un hijo menor y no emancipado quede huérfano,


y carezca de tutor elegido por sus padres, ni tenga ascendientes
varones, como cuando el tutor de una de las dos clases expresadas
se encuentre en los casos de exclusión de que se hablará, o tenga
excusa legal, se proveerá por el consejo de familia al nombramiento
de un tutor.
Art. 406.- Este consejo se convocará, sea a requerimiento y diligen-
cia de los parientes del menor, de sus acreedores y sus partes inte-
resadas, sea de oficio y por disposición del Juez de Paz del domicilio
del menor. Cualquiera persona está autorizada para denunciar al
Juez de Paz el hecho que dé motivo al nombramiento de un tutor.
Art. 407.- El consejo de familia se compondrá, además del Juez de
Paz, de seis parientes o afines vecinos de la común donde haya de
nombrarse tutor o que residan a dos leguas, la mitad de la línea
paterna y la otra mitad de la línea materna, siguiendo el orden de
proximidad en cada línea. Será preferido el pariente al afín del mis-
mo grado, y entre los parientes del mismo grado, el de mayor edad.
Art. 408.- Los hermanos carnales del menor y los maridos de sus
hermanas carnales, son los únicos exceptuados de la limitación
del artículo anterior. Si son seis o más, todos formarán parte del
consejo de familia, y lo compondrán ellos solos con las viudas de los
ascendientes y con los ascendientes que tuviesen excusa válida si
los hubiere. Si son un número menor, los demás parientes no serán
llamados sino para completar el consejo.
Art. 409.- Cuando de los parientes o afines de una o de otro línea
no hubiese el número suficiente en la común, o dentro de la dis-
tancia señalada en el artículo 407, el Juez de Paz llamará, bien a los
parientes o afines domiciliados a mayores distancias, o, dentro de
la misma común, a ciudadanos cuyas relaciones de amistad con los
padres del menor fueren de todos conocidas.
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Art. 410.- El Juez de Paz podrá, aun cuando hubiere en el lugar un


número suficientes de parientes o afines, permitir que se cite, cual-
quiera que sea la distancia que haya a su domicilio, a los parientes
o afines más próximos en grados, o de los mismos que los parientes
presentes: esto se realizará descartando algunos de los últimos, y
de modo que el número de los citados no exceda del señalado en
los artículos precedentes.
Art. 411.- El plazo para comparecer se determinará por el Juez de
Paz en un día fijo; pero de modo que haya entre la citación notifica-
da y el día indicado para la reunión del consejo un intervalo de tres
días a lo menos, cuando todas las partes residan en la común o a
distancia de dos leguas. Siempre que entre las partes citadas haya
domiciliados a mayor distancia, se aumentará un día por cada tres
leguas.
Art. 412.- Los parientes, afines o amigos así convocados, deberán
concurrir personalmente o por medio de apoderados especiales.
Cada apoderado no podrá representar más a que una persona.
Art. 413.- Todo pariente, afín o amigo que haya sido convocado,
y no comparezca sin tener para ello excusa legítima, sufrirá una
multa que no excederá de diez pesos. Esta multa será impuesta sin
apelación por el Juez de Paz.
Art. 414.- Si la excusa es admisible y conviene esperar o reemplazar
al individuo ausente, en tal caso, como cualquier otro en que se
crea que el interés del menor lo exige, podrá el Juez de Paz aplazar
o prorrogar la reunión.
Art. 415.- Esta se verificará en el Juzgado de Paz, a no ser que el
mismo juez designe otro local al efecto: la presencia de las tres
cuartas partes al menos de los individuos citados, será necesaria
para que haya deliberación.
Art. 416.- El Juez de Paz presidirá el consejo de familia y tendrá voz
deliberativa y preponderante en caso de empate.
Art. 417.- (Este artículo está suprimido).

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Art. 418.- El tutor obrará y administrará como tal, desde el día de su


nombramiento, si hubiese sido hecho a su presencia; si no, desde el
día en que se le haya notificado.
Art. 419.- La tutela es un cargo personal que no se transfiere a los
herederos del tutor. Estos únicamente responderán de la gestión
de su causahabiente; y si son mayores de edad, tendrán obligación
de continuarla hasta el nombramiento de nuevo tutor.

SECCIÓN V
Del Pro-tutor.

Art. 420.- (Modificado por la Ley 390 del 18 de diciembre de 1940,


G. O. 4435). En toda tutela habrá un pro-tutor o pro-tutora, nom-
brado por el consejo de familia. Sus funciones se reducirán a obrar
en favor de los intereses del menor, siempre que estén en oposición
con los del tutor.
Art. 421.- Cuando se confieran las funciones del tutor a una per-
sona en quien concurra alguna de las cualidades expresadas en las
secciones 1a., 2a., y 3a., de este capítulo, deberá este tutor antes
de entrar en ejercicio, hacer convocar un consejo de familia, com-
puesto como se a dicho en la sección 4a. Si se ingiere en la gestión
antes de llenar esta formalidad, el consejo de familia, convocado a
instancia de los parientes, acreedores u otras partes interesadas, o
de oficio por el Juez de Paz, podrá, si hubo dolo de parte del tutor,
privarle de la tutela, sin perjuicio de las indemnizaciones a que
tenga derecho el menor.
Art. 422.- En las demás tutelas, el nombramiento de pro-tutor se-
guirá inmediatamente al de tutor.
Art. 423.- En ningún caso el tutor tomará parte en la votación en
que se nombre el pro-tutor. Este se designará, excepto en el caso de
hermanos carnales, en la línea a que no pertenezca el tutor.
Art. 424.- (Modificado por la Ley 452 del 1ro. de mayo de 1941,
G. O. 5587). El pro-tutor no reemplazará de pleno derecho al tutor,
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cuando vaque la tutela o resulte abandonada por ausencia; pero


en este caso, bajo pena de daños y perjuicios, debe provocar el
nombramiento de un nuevo tutor.
También deberá el pro-tutor provocar el nombramiento de un tu-
tor, en el caso del párrafo final del artículo 390.
Art. 425.- Las funciones del pro-tutor cesarán en la misma época
que la tutela.
Art. 426.- Las disposiciones contenidas en las secciones 6a. y 7a. del
presente capítulo, serán aplicables a los pro-tutores. Sin embargo,
no podrá el tutor provocar la destitución del pro-tutor ni votar en
los consejos de familia convocados para este objeto.

SECCIÓN VI
De las causas que dispensan de la tutela.

Art. 427.- Están dispensados de la tutela: el Presidente de la Repú-


blica; los Secretarios de Estado; los diputados al Congreso; los ma-
gistrados y fiscal de la Suprema Corte de Justicia; los Gobernadores
de provincias y distritos; y además, todo individuo que ejerza cargo
público en lugar distinto de aquel donde ha de ejercer el tutor sus
funciones.
Art. 428.- Están igualmente dispensados de la tutela, los militares
en activo servicio y todas las demás personas que ejerzan fuera del
territorio dominicano una misión conferida por el Gobierno.
Art. 429.- Si la dicha misión no fuere pública, no se pronunciará
la dispensa sino después de la presentación del nombramiento
o certificación expedida por el Ministro cuyo ramo dependa el
comisionado.
Art. 430.- Las personas que se encuentren en las condiciones a que
los artículos precedentes se refieren, y que hayan aceptado la tutela
con posterioridad al ejercicio de las funciones, servicios o misiones
que puedan alegarse como dispensa, no podrán ya eximirse por
este concepto.
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 431.- Por contrario, aquellas personas a quienes se hayan con-


ferido dichas funciones con posterioridad a la aceptación y gestión
de una tutela, podrán, si no quieren conservar ésta, hacer convocar,
en el plazo de un mes, el consejo de familia para que proceda a su
reemplazo.
Si al cesar en los cargos indicados el antiguo tutor, pretendiese
el nuevamente nombrado la dispensa, o solicitase aquél volver a
encargarse de la tutela, podrá acordar en este sentido el consejo
de familia.
Art. 432.- No puede compelerse a ningún ciudadano que no sea
pariente o afín, a encargarse de un tutela, si en el radio de cuatro
leguas existiesen personas que tuviesen aquellas cualidades y pu-
dieran encargarse de su gestión.
Art. 433.- Cualquier individuo mayor de sesenta y cinco años puede
rehusar el cargo de tutor.
Si hubiese sido nombrado antes de cumplir esta edad, podrá al
cumplir setenta años, solicitar se le exima del desempeño de sus
cargo.
Art. 434.- Está dispensado de ejercer el cargo de tutor, el ciudada-
no que padezca una enfermedad grave, justificada en forma. Si el
padecimiento ha sobrevenido después de haber sido nombrado,
podrá alegarse como excusa para no continuar.
Art. 435.- La gestión de dos tutelas es una justa causa para eximirse
de la aceptación de una tercera. El que a la cualidad de tutor una
la de esposo o padre, no estará obligado a aceptar una segunda
tutela, a no ser la de sus propios hijos.
Art. 436.- Los que tengan cinco hijos legítimos, están dispensados
de ejercer toda otra tutela que no sea la de aquéllos. Se tendrán en
cuenta a los efectos de esta dispensa, los hijos muertos en activo
servicio en el ejército. Los demás no se contarán, a no ser que ha-
yan dejado descendencia existente en el momento de alegarse la
dispensa.

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Art. 437.- El nacimiento de nuevos hijos, durante el ejercicio del


cargo de tutor, no será causa bastante para renunciar a la tutela.
Art. 438.- Si el tutor nombrado se halla presente en la reunión en
que se le confiera el cargo, deberá en el acto, y bajo pena de no po-
der alegar reclamaciones ulteriores, presentar sus excusas, acerca
de las cuales deliberará el consejo de familia.
Art. 439.- Si el tutor nombrado no hubiese asistido a la reunión
que le confiera la tutela, podrá exigir la convocación del consejo de
familia, para que delibere sobre las excusas que alegue. Las diligen-
cias referentes a este fin, deberán practicarse en el plazo de tres
días, contados desde el de la notificación de su nombramiento; este
término se extenderá un día más por cada tres leguas de distancia
que haya desde el lugar de su domicilio al de aquel en que se haga
el nombramiento: pasado el plazo, no se admitirán reclamaciones.
Art. 440.- Si se desechan las excusas, podrán reclamar su admisión
ante los tribunales; pero deberá durante el pleito desempeñar pro-
visionalmente el cargo.
Art. 441.- Si se le declara exento de la tutela, los que no admitiesen
sus excusas podrán ser condenados en costas. Si se confirmare el
acuerdo reclamado, deberá pagarlas el tutor.

SECCIÓN VII
Incapacidad, exclusión y destituciones de los tutores.

Art. 442.- (Modificado por la Ley 440 del 18 de abril de 1941, G.


O. 5581). No pueden ser tutores ni miembros de los Consejos de
Familia: 1ro. Los menores de edad, a no ser que se trate de sus
hijos; 2do. Los que estén sujetos a interdicción; 3ro. Todos los que
tengan o cuyos padres tuviesen un pleito contra el menor, al cual
estén ligados el estado, el capital o una parte considerable de los
bienes del mismo menor.

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Art. 443.- La condenación a una pena aflictiva o infamante lleva


consigo, de pleno derecho, la exclusión de la tutela. También pro-
duce la remoción del tutor, en el caso en que se trate de una tutela
anteriormente conferida.
Art. 444.- Están también excluidos de la tutela y sujetos a remoción
si estuvieren en ejercicio: 1ro. Las personas cuya mala conducta
fuere notoria; 2do. Aquellos cuya gestión demostrase incapacidad
o infidelidad.
Art. 445.- No podrá formar parte de un consejo de familia, el indivi-
duo que haya sido excluido o destituido de otra tutela.
Art. 446.- Siempre que proceda la destitución de un tutor, se
acordará ésta por el consejo de familia, convocado a instancia del
pro-tutor o de oficio por el Juez de Paz. Este no podrá eludir la
convocatoria, cuando se pida en forma por uno o varios parientes
o afines, primos hermanos o de grados más próximos del menor.
Art. 447.- Todo acuerdo del consejo de familia que determine la ex-
clusión o destitución del tutor, será motivado; y no podrá tomarse
sin oír o citar previamente al tutor.
Art. 448.- Si el tutor se conforma con el acuerdo, se hará constar, y
el nuevo tutor entrará desde luego en el ejercicio de sus funciones.
Si hubiese reclamación, el pro-tutor pedirá ante el Tribunal de Pri-
mera Instancia la confirmación del acuerdo: el tribunal pronunciará
su fallo que será apelable. El tutor excluido o destituido puede, en
este caso, citar al pro-tutor con objeto de pedir que se declare su
continuación en la tutela.
Art. 449.- Los parientes o afines que hubieren pedido la convoca-
toria, podrán intervenir en las diligencias, que se sustanciarán y
fallarán como negocio urgente.

SECCIÓN VIII
De la administración de la tutela.

Art. 450.- El tutor velará por la persona del menor y la represen-


tará en todos los negocios civiles. Administrará sus bienes como
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un buen padre de familia, y responderá de los daños y perjuicios


que de su mala gestión pudiesen sobrevenir. No puede comprar
los bienes del menor ni tomarlos en arrendamiento, a no ser que
el consejo de familia haya autorizado al pro-tutor a arrendárselos:
tampoco le está permitido aceptar la cesión de ningún derecho ni
crédito contra su pupilo.
Art. 451.- En los diez días siguientes a los de su nombramiento,
el tutor, siempre que aquél le conste de una manera positiva, po-
drá pedir que se alcen los sellos, si se pusieron, y hará proceder
inmediatamente en presencia del pro-tutor, al inventario de los
bienes del menor. Si éste le debiere alguna cosa, hará constar esta
circunstancia en el inventario, a pena de perder su derecho; a esta
declaración precederá la pregunta que sobre este caso concreto
deberá hacerle el oficial público, y de la cual se hará mención en la
diligencia.
Art. 452.- En el mes siguiente a la conclusión del inventario, el tutor
hará vender, en presencia del pro-tutor, en subasta pública, y pre-
vios anuncios y edictos a los que se referirán las diligencias, todos
los muebles, excepto aquellos que conservare en naturaleza por
autorización del consejo de familia.
Art. 453.- Los padres, mientras tengan el usufructo legal y propio
de los bienes del menor, están dispensados de vender los muebles,
si prefieren conservarlos para hacer a su tiempo la restitución. En
este caso, mandarán hacer a su costa y por un perito nombrado por
el pro-tutor, y que preste juramento ante el Juez de Paz, un avalúo
de los citados muebles. Al hacer la entrega, deberán dar el valor de
los objetos que no hubiesen conservado.
Art. 454.- Al comenzar el ejercicio de una tutela, excepto aquellas
de que se encarguen los padres, el consejo de familia determinará
prudencialmente y conforme a la importancia de los bienes admi-
nistrados, la cantidad a la que puede ascender el gasto anual del
menor y el de la administración de sus bienes. En la misma diligencia
se hará constar si el tutor está autorizado para hacerse auxiliar en la
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gestión por uno o varios administradores particulares asalariados,


que presten su servicio bajo la responsabilidad de aquel.
Art. 455.- El mismo consejo determinará positivamente, la cantidad
que haya de servir de punto de partida, para que el tutor emplee
el sobrante de las rentas una vez cubiertos los gastos; la colocación
de aquellos sobrantes deberá hacerse dentro del plazo de seis me-
ses, terminado el cual sin haberlo hecho, estará obligado el tutor a
pagar intereses.
Art. 456.- Si el tutor no hubiere hecho determinar por el consejo
de familia, la cantidad que debe servir de base al empleo del capi-
tal, deberá, una vez expirado el plazo fijado en el artículo anterior,
pagar los intereses de toda suma no colocada, por módica que sea.
Art. 457.- El tutor, aunque sea el padre o la madre del menor, no
puede contratar en empréstito por cuenta del pupilo, ni enajenar
e hipotecar sus bienes e inmuebles, sin que preceda a estos actos
una autorización del consejo de familia. Esta autorización no se
dará nunca si no reconoce por causa una necesidad absoluta o
una utilidad evidente. En el primer caso, el consejo de familia
no concederá su autorización, sino después de haberse hecho
constar, en cuenta sumaria presentada por el tutor, que el dinero,
muebles y rentas del menor, no bastan a cubrir sus necesidades.
El consejo de familia indicará en todo caso, los bienes y muebles
que hayan de venderse con preferencia, y todas las demás condi-
ciones que considere oportunas.
Art. 458.- Los acuerdos del consejo de familia que se refieran a este
objeto, no se ejecutarán sino después de haber pedido y obtenido
el tutor su aprobación ante el tribunal de primera instancia; éste
resolverá en cámara de consejo y previo dictamen fiscal.
Art. 459.- (Modificado por la Ley 3079 del 15 de septiembre de
1951, G. O. 7330). La venta se hará en pública subasta, presidida
por un miembro del Tribunal de Primera Instancia, o por un Notario
comisionado al efecto, en presencia del pro-tutor; a ella deben

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preceder edictos fijados en la forma de costumbre en el Municipio.


Cada uno de estos edictos será firmado y visado por el Presidente
del Ayuntamiento en cuyo término se fije.
Art. 460.- Las formalidades exigidas en los artículos 457 y 458 para
la venta de los bienes del menor, no son aplicables al caso en que
por sentencia de un tribunal se hubiere acordado la licitación de
bienes pro-indivisos a instancia de los copropietarios.
Solamente, aun en este caso, la licitación no podrá hacerse más que
en la forma prescrita por el artículo precedente: se admitirán en
ella necesariamente los extraños.
Art. 461.- El tutor no podrá aceptar ni repudiar una herencia perte-
neciente al menor, sin estar autorizado para ello por el consejo de
familia. En todo caso no se hará la aceptación, sino a beneficio del
inventario.
Art. 462.- Cuando la herencia repudiada a nombre del menor no
fuere aceptada por otra persona, podrá ser adquirida de nuevo,
bien por el tutor autorizado al efecto por nuevo acuerdo del conse-
jo de familia, o por el menor cuando llegue a la mayor edad; pero
en estos casos debe recibirse en el estado en que se encuentre, y
sin facultad de impugnar las ventas u otros actos ejecutados legal-
mente durante el tiempo en que estuvo sin aceptarse la herencia.
Art. 463.- El tutor no podrá aceptar las donaciones hechas al menor,
sin estar autorizado por el consejo de familia. Producirán respecto
del menor, los mismos efectos, que si se hubiesen hecho a una
persona mayor de edad.
Art. 464.- El tutor no podrá entablar demandas relativas a los dere-
chos inmobiliarios del menor, ni asentir a las demandas relativas a
los mismos derechos, sin autorización del consejo de familia.
Art. 465.- La misma autorización será necesaria al tutor para provo-
car una partición; pero podrá, sin necesidad de aquella, contestar a
demandas de particiones propuestas contra el pupilo.

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Art. 466.- Para que la partición produzca respecto del menor todos
los efectos que tendría si se refiriese a mayores de edad, deberá
practicarse judicialmente y previa tasación hecha por peritos nom-
brados por el tribunal de primera instancia donde se haya abierto
la sucesión. Los peritos, después de prestar ante el presidente del
mismo tribunal, u otro juez delegado por éste, el juramento de des-
empeñar bien y finalmente su encargo, procederán a la formación
de lotes, que se sacarán por suerte, a presencia de un miembro del
tribunal o un notario designado por éste, y que hará la entrega de
los lotes.
Cualquiera otra partición se considerará provisional.
Art. 467.- El tutor no podrá celebrar transacciones en nombre del
menor, sin haber sido autorizado por el consejo de familia, aseso-
rado del dictamen de tres abogados designados por el fiscal del
tribunal de primera instancia. La transacción no será válida sino
después de haber sido confirmada por el tribunal de primera ins-
tancia, previo dictamen del fiscal.
Art. 468.- El tutor que tenga motivos graves de queja sobre la
conducta del pupilo, podrá dar conocimiento de estos hechos a un
consejo de familia y, si por éste se le autoriza, solicitar la reclusión
del menor conforme a la establecido sobre este punto en el título
de la patria potestad.

SECCIÓN IX
De las cuentas de la tutela

Art. 469.- Todo tutor está obligado a dar cuenta de su gestión cuan-
do ésta concluya.
Art. 470.- A todo tutor, excepto el que lo sea de sus propios hijos,
puede obligársele, aun durante la tutela, a presentar al pro-tutor
estados de la situación de los bienes confiados a su gestión, en las
épocas en que el consejo de familia haya creído oportuno fijar, sin
que a pesar de esto pueda ser compelido a dar más de un estado en
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cada año. Estos estados de situación se redactarán y remitirán sin


gastos, en papel simple y sin ninguna formalidad judicial.
Art. 471.- La cuenta definitiva de la tutela se hará a expensas del
menor, cuando llegare a la mayor edad u obtuviere su emancipa-
ción. El tutor adelantará los gastos. Serán abonables al tutor todos
los gastos justificados en forma y cuyo objeto sea útil.
Art. 472.- Cualquier pacto que pueda mediar entre el tutor y el
pupilo que haya llegado a la mayor edad, será nulo, si no le prece-
diere la dación de cuenta detallada y la entrega de los documentos
justificativos: el todo acreditado por recibo del que tome la cuenta,
diez días antes de la celebración del pacto.
Art. 473.- Si la cuenta es causa de cuestiones, se discutirán y resol-
verán éstas como cualquiera otra demanda civil.
Art. 474.- La suma a que ascienda el saldo de las cuenta debido por
el tutor, producirá intereses sin necesidad de solicitarlos, desde la
dación de cuentas. Los intereses de lo que el menor deba al tutor
no se contarán, sino desde el día de la intimación de pagar, siguien-
te al corte de la cuenta.
Art. 475.- (Modificado por la Ley 585 del 28 de octubre de 1941,
G. O. 5661). Las acciones que el pupilo tenga contra su tutor, con
motivo del ejercicio de la tutela, prescriben por cinco años a contar
desde la mayor edad.

CAPÍTULO III
De la emancipación
Art. 476.- El matrimonio del menor produce de pleno derecho su
emancipación.
Art. 477.- El menor, aunque no esté casado, puede ser emancipado
por su padre, y a falta de éste, por su madre, cuando haya cumplido
los quince años. Bastará para realizar esta emancipación, que el

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padre o la madre presten declaración ante el Juez de Paz, acompa-


ñado de su secretario.
Art. 478.- (Modificado por la Ley 4999 del 19 de septiembre de
1958; G.O. 8287). El menor, huérfano de padre y madre, podrá
también, pero únicamente después de haber cumplido los dieci-
séis años, ser emancipado, si lo juzga capaz el consejo de familia.
En este caso, la emancipación nacerá del acuerdo que la haya au-
torizado, y de la declaración que el Juez de Paz, como presidente
del consejo de familia, haga en el mismo acto diciendo: El menor
queda emancipado.
Art. 479.- Cuando el tutor no haya practicado ninguna diligencia
para emancipar al menor a quien el artículo anterior se refiere, y
uno o varios parientes o afines de aquel, primos hermanos o en
grado más próximo, lo consideren capaz de ser emancipado, po-
drán pedir al Juez de Paz que convoque el consejo de familia para
acordar sobre aquel punto. El Juez de Paz deberá acceder a esta
solicitud.
Art. 480.- Las cuentas de la tutela se darán al menor emancipado,
acompañado al efecto de un curador nombrado por el consejo de
familia.
Art. 481.- El menor emancipado otorgará los arrendamientos cuya
duración no exceda de nueve años; recibirá sus rentas; dará recibos
y ejecutará todos los actos de pura administración, sin que pueda
pedir restitución por esos actos en todos los casos en que no pueda
pedirla el que haya cumplido la mayor de edad.
Art. 482.- No podrá intentar acciones inmobiliarias, ni contestar a
las que en este punto se entablen contra él, ni aun recibir y dar
cartas de pago de un capital mueble sin la asistencia de su curador,
el cual, en el último caso, velará sobre el empleo que se dé al capital
recibido.
Art. 483.- Bajo ningún pretexto podrá el menor emancipado tomar
dinero a préstamo sin un acuerdo previo del consejo de familia,
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aprobado por el tribunal de primera instancia, después de oír éste


el dictamen fiscal.
Art. 484.- Tampoco podrá vender ni enajenar sus bienes inmuebles,
ni ejecutar más actos que los de pura administración, sin observar
las formas prescritas al menor emancipado. Respecto a las obli-
gaciones que haya contraído por compra o en otra forma, podrán
reducirse en caso de exceso: en esta parte los tribunales tomarán
en consideración las condiciones de la fortuna del menor, la buena
o la mala fe de las personas que con él hubieren contratado, y la
utilidad o inutilidad de los gastos hechos.
Art. 485.- El menor emancipado, cuyos contratos hubieren sufrido
reducción, en virtud de lo dispuesto en el artículo anterior, podrá
ser privado del beneficio de la emancipación, siguiendo para ello
las mismas formas que tuvieron lugar para conferírsela.
Art. 486.- Desde el momento en que se revoque la emancipación,
entrará nuevamente en tutela el menor, y quedará sujeto a ella
hasta que cumpla la mayor edad.
Art. 487.- El menor emancipado que se dedique al comercio, está
reputado como mayor de edad a los efectos de los hechos relativos
al comercio mismo.

TÍTULO XI
DE LA MAYOR EDAD, DE LA INTERDICCIÓN,
Y DEL CONSULTOR JUDICIAL

CAPÍTULO I
De la mayor edad
Art. 488.- (Modificado por la Ley 4999 del 19 de septiembre de
1958; G.O. 8287). Se fija la mayor edad en dieciocho años cumpli-
dos, y por ella se adquiere la capacidad para todos los actos de la
vida civil.
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CAPÍTULO II
De la interdicción
Art. 489.- El mayor de edad que se encuentre en un estado habitual
de imbecilidad, enajenación mental o locura, debe estar sujeto a la
interdicción, aunque aquel estado presente intervalos de lucidez.
Art. 490.- Cualquier pariente puede solicitar la interdicción de su
pariente. Lo mismo puede hacer cualquiera de los cónyuges res-
pecto al otro.
Art. 491.- En el caso de locura, si no se ha solicitado la interdicción
por el cónyuge o los parientes, debe pedirse por el fiscal, el cual,
en los casos de imbecilidad o de enajenación, puede también soli-
citarla contra una persona que no esté casada o no tenga parientes
conocidos.
Art. 492.- Las demandas de interdicción se presentarán ante el
tribunal de primera instancia.
Art. 493.- Se articularán por escrito los hechos de imbecilidad,
enajenación mental o locura, y los que soliciten la interdicción pre-
sentarán los testigos y documentos de prueba.
Art. 494.- El tribunal ordenará que el consejo de familia, convocado
en la forma determinada en la sección cuarta del capítulo segundo
del título de la menor edad, de la tutela y de la emancipación, infor-
me acerca del estado de la persona cuya interdicción se pida.
Art. 495.- Los que hayan provocado la interdicción no podrán for-
mar parte del consejo de familia: sin embargo, el cónyuge o los hijos
de la persona cuya interdicción se solicite, podrán ser admitidos en
él, pero sin tener voto.
Art. 496.- Recibido el informe del consejo de familia, el tribunal,
en cámara de consejo, interrogará al demandado; si éste no puede
presentarse, se le recibirá declaración en su propia casa, en la cual

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uno de los jueces comisionado al efecto, se personará con el secre-


tario. En todos los casos el fiscal presenciará los interrogatorios.
Art. 497.- Después del primer interrogatorio, el tribunal, si proce-
de, nombrará un administrador provisional que cuide la persona y
bienes del demandado.
Art. 498.- La sentencia dada con motivo de una demanda de inter-
dicción, no podrá pronunciarse más que en audiencia pública, oídas
o citadas las partes.
Art. 499.- Al desechar la demanda de interdicción, podrá el tribunal,
sin embargo, ordenar si las circunstancias así lo exigiesen, que el
demandado no pueda en adelante litigar, transigir, tomar prestado,
recibir un capital mueble ni dar de él carta de pago, enajenar ni
hipotecar sus bienes, sin el concurso de un consultor, nombrado en
la misma sentencia.
Art. 500.- Si se apelare de la sentencia de primera instancia, podrá
el tribunal superior, si lo juzga necesario, interrogar de nuevo o
hacer interrogar por medio de un delegado a la persona cuya inter-
dicción se solicita.
Art. 501.- De toda sentencia que produzca interdicción o nombra-
miento de consultor se expedirá copia a solicitud de los demandan-
tes, quienes la notificarán a la parte que corresponda, y la harán
fijar por carteles, dentro de los diez días, en la sala de audiencias y
las notarías del distrito judicial.
Art. 502.- La interdicción o nombramiento de consultor, producirá
efecto desde el día en que se pronuncie la sentencia. Los actos
ejecutados con posteridad por el sujeto a la interdicción, sin la
asistencia del consultor, serán nulos de derecho.
Art. 503.- Los actos anteriores a la interdicción podrán ser anula-
dos, si existía la causa de la interdicción y era notoria en la época en
que se otorgaron aquéllos.

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Art. 504.- Después de la muerte de una persona, no podrán ser im-


pugnados, por causa de demencia, los actos por él mismo otorga-
dos, si no hubiese sido declarada su interdicción o solicitada antes
de su muerte, excepto en el caso de que la prueba de la denuncia
resulte del acto mismo que se impugna.
Art. 505.- Si no se apelase de la sentencia de interdicción, pronun-
ciada en primera instancia, o si ésta fuere confirmada, se procederá
al nombramiento de un tutor y de un pro-tutor para la persona ob-
jeto de la interdicción conforme a las reglas prefijadas en el título de
la menor edad, de la tutela y de la emancipación. El administrador
provisional cesará en su cargo y dará cuenta al tutor, a no ser que él
mismo haya obtenido el nombramiento.
Art. 506.- El marido es de derecho el tutor legal de su mujer sujeta
a interdicción.
Art. 507.- La mujer podrá ser nombrada tutora de su marido. En
este caso el consejo de familia determinará la forma y condiciones
de la administración, sin perjuicio del recurso que ante los tribu-
nales puede entablar la mujer que se considere perjudicada por el
acuerdo de la familia.
Art. 508.- A excepción de los cónyuges, de los ascendientes y
descendientes, nadie estará obligado a conservar por más de diez
años la tutela de una persona sujeta a interdicción. Concluido aquel
tiempo, podrá el tutor pedir y deberá obtener su reemplazo.
Art. 509.- El individuo interdicto será considerado como menor en
lo relativo a su persona y bienes, aplicándose a estos casos las leyes
dictadas sobre la tutela de los menores.
Art. 510.- Las rentas de la persona objeto de la interdicción, deben
principalmente destinarse a mitigar su suerte y acelerar su curación.
Según las circunstancias de su enfermedad y el estado de su for-
tuna, podrá disponer el consejo de familia que se le atienda en su
domicilio o se le traslade a un establecimiento de curación, y si
fuere necesario, a un hospital.
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Art. 511.- Cuando se trate del matrimonio del hijo de una persona
interdicta, se arreglará la dote, el anticipo a cuenta de la herencia, y
las demás estipulaciones matrimoniales, por medio de un dictamen
del consejo de familia aprobado por el tribunal, previo informe
fiscal.
Art. 512.- La interdicción cesa con las causas que la determinaron;
sin embargo, no se pronunciará sentencia con este objeto, sin haber
observado previamente las mismas formalidades prescritas para
acordarla; el que esté sujeto a la interdicción no podrá recobrar el
ejercicio de aquellos derechos, sino después de haberse pronuncia-
do la sentencia que lo habilite.

CAPÍTULO III
Del consultor judicial
Art. 513.- Puede prohibirse a los pródigos el litigar, transigir, to-
mar prestado, recibir un capital mueble y dar carta de pago de él,
enajenar o hipotecar sus bienes, sin la asistencia de un consultor
nombrado por el tribunal.
Art. 514.- Se puede pedir la prohibición de proceder sin la asistencia
de ese consultor por los que tienen derecho para solicitar la inter-
dicción; y su demanda debe instruirse y fallarse del mismo modo.
No procede alzar esta prohibición, sino observando las mismas
formalidades.
Art. 515.- Sin oír al fiscal, no podrá pronunciarse sentencia sobre
interdicción o nombramiento de consultor, ni en primera instancia,
ni en apelación.

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LIBRO SEGUNDO:
DE LOS BIENES Y DE LAS DIFERENTES MODIFICACIONES
DE LA PROPIEDAD

TÍTULO I
DE LA DISTINCIÓN DE LOS BIENES
Art. 516.- Todos los bienes son muebles e inmuebles.

CAPÍTULO I
De los bienes inmuebles
Art. 517.- Son inmuebles los bienes, o por su naturaleza, o por su
destino, o por el objeto a que se aplican.
Art. 518.- Las heredades y los edificios son inmuebles por su
naturaleza.
Art. 519.- Los molinos de viento o de agua, fijos sobre pilares y
que constituyan parte del edificio, son también inmuebles por su
naturaleza.
Art. 520.- Las cosechas pendientes y los frutos aún no cogidos de
los árboles, son también inmuebles.
Desde que los granos estén segados y los frutos estén desprendi-
dos, aunque no se hayan transportado, son ya muebles. Si sólo se
ha desprendido una parte de la cosecha, ésta sólo será mueble.
Art. 521.- Las maderas que se cortan en los bosques u otros sitios,
se consideran muebles a medida que se derriban los árboles.
Art. 522.- Los animales que el propietario de la heredad entrega al
arrendatario o colono para el cultivo, estén o no tasados, se repu-
tan inmuebles mientras están anexos a la heredad por efecto del
convenio.

ÍNDICE POR 155


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Los que da el propietario a aparcería a otros que no sean el arren-


datario o colonos, se reputarán muebles.
Art. 523.- Las cañerías que sirven para conducir las aguas a una
casa o a otra heredad, son inmuebles y constituyen parte de la finca
a que están anexas.
Art. 524.- Los efectos que el propietario de una finca ha colocado
en ella para el servicio y beneficio de la misma, son inmuebles por
su destino.
Son también inmuebles por su destino, cuando han sido puestos
por el propietario para el servicio y beneficio de la finca:
• Los animales destinados al cultivo.
• Los utensilios de la labranza.
• Las semillas dadas a los renteros o colonos porcioneros.
• Los pichones de los palomares.
• Los conejos de las conejeras.
• Las colmenas.
• Los peces de los estanques.
• Las prensas, calderas, alambiques, cubas y toneles.
• Los utensilios necesarios para la elaboración de las fraguas y
otras fábricas.
• La paja y los abonos.
Son también inmuebles, por su destino, todos los muebles que el
propietario haya colocado en la finca, de un modo permanente.
Art. 525.- Se considera que el propietario ha puesto en su finca
efectos muebles de un modo permanente, cuando están unidos a
la misma con yeso, mezcla o cemento, o cuando no pueden quitar-
se de allí sin romperse o deteriorarse, o sin romper o deteriorar la

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parte de la finca a que están unidos. Los espejos de una habitación


se consideran colocados de un modo permanente, cuando el marco
de los mismos hace un mismo cuerpo con el maderaje de la fábrica.
Lo mismo sucede con los cuadros y otros adornos.
Las estatuas son inmuebles, cuando están colocadas en un nicho
dispuesto expresamente para ellas, aun cuando puedan separarse
de allí sin romperse ni deteriorarse.
Art. 526.- Son inmuebles por el objeto a que se aplican:
• El usufructo de las cosas inmuebles.
• Las servidumbres o cargas de las fincas.
• Las acciones que se dirigen a reivindicar una cosa inmueble.

CAPÍTULO II
De los muebles
Art. 527.- Los bienes son muebles por su naturaleza o por disposi-
ción de la ley.
Art. 528.- Son muebles por naturaleza; los cuerpos que pueden
transportarse de un punto a otro, bien se muevan por sí mismos,
como los animales, bien que no puedan cambiar de sitio sino por
efecto de una fuerza exterior, como las cosas inanimadas.
Art. 529.- Son muebles por la disposición de la ley: las obligaciones y
acciones que tienen por objeto cantidades exigibles o efectos mue-
bles; las acciones o intereses en las compañías de crédito público,
de comercio o de industria, aunque pertenezcan a dicha compañías
algunos bienes inmuebles dependientes de estas empresas. Estas
acciones o intereses se reputan como muebles con respecto a cada
socio, mientras subsiste la sociedad.
También son muebles por disposición de la ley, las rentas perpetuas
o vitalicias, bien graviten sobre el Estado o sobre particulares.
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Art. 530.- Cualquiera renta establecida perpetuamente como precio


de la venta de un inmueble, o como condición de la cesión hecha a
título oneroso o gratuito de una finca, es redimible por su naturaleza.
Sin embargo, es lícito al acreedor el arreglar las cláusulas y condi-
ciones de la redención.
Le es lícito también pactar, que no se le reembolsará la renta sino
después de cierto término, que nunca podrá pasar de treinta años:
todo pacto contrario es nulo.
Art. 531.- Los barcos, barcas, navíos, molinos y baños flotantes, y
generalmente todos los aparatos industriales que no estén fijos so-
bre cimientos y que no constituyan parte del edificio, son muebles:
no obstante, por la importancia de estos objetos, puede sujetarse
el embargo de algunos de ellos a formas particulares, como se dirá
en el Código de Procedimiento Civil.
Art. 532.- Los materiales procedentes de la demolición de un edi-
ficio, y los que se han reunido para construir alguno nuevo, son
muebles hasta que el obrero las haya empleado en una fábrica.
Art. 533.- La palabra mueble, aplicada solo a las disposiciones de la
ley o del hombre, sin otra adición o explicación, no comprende el
dinero metálico, las piedras preciosas, las deudas activas, los libros,
medallas, instrumentos de ciencias, artes y oficios, la ropa blanca,
los caballos, equipajes, armas, granos, vinos, forrajes y otros géne-
ros: tampoco comprende lo que es objeto de algún comercio.
Art. 534.- Las palabras “muebles de menaje” sólo se comprenden
los destinados al uso y adorno de las habitaciones, como tapicerías,
camas, sillas, espejos, relojes, mesas, porcelanas y otros objetos de
igual naturaleza.
Los cuadros y estatuas que forman parte del menaje de una ha-
bitación, también se comprenden bajo el mismo nombre, pero
no las colecciones de cuadros que haya en las galerías o piezas
particulares.

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Lo mismo sucederá con las porcelanas; porque sólo se comprende-


rán bajo la denominación de muebles de menaje, los que formen
parte del adorno de una habitación.
Art. 535.- La expresión “bienes muebles”, la de ajuar o efectos
mobiliarios, comprenden generalmente todo lo que se considera
mueble, según las reglas arriba establecidas.
La venta o la donación de una casa amueblada, no comprende más
que los muebles de menaje.
Art. 536.- La venta o donación de una casa con todo la que se en-
cuentre en ella, no comprende el dinero efectivo ni los créditos y
demás derechos, cuyos títulos puedan estar depositados en la casa;
pero se comprenden en ella todos los demás efectos muebles.

CAPÍTULO III
De los bienes en su relación
con los que los poseen
Art. 537.- Los particulares pueden disponer libremente de los bie-
nes que les pertenecen, con las modificaciones establecidas por las
leyes.
Los bienes que no pertenecen a particulares, se administran y no
pueden ser enajenados sino del modo y según las reglas que les son
peculiares.
Art. 538.- Los caminos, vías y calles que están a cargo del Estado, los
ríos, navegables o flotables, las orillas, las ensenadas y bahías en el
mar, puertos, radas, y en general, todas las porciones del territorio
dominicano, que no son susceptibles de propiedad particular, se
considerarán como dependencias del dominio público.
Art. 539.- Todos los bienes vacantes y sin dueño, y los de las per-
sonas que mueran sin herederos o cuyas herencias se abandonen,
pertenecen al dominio público.

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Art. 540.- Las puertas, muros, fosos, y defensas de las plazas de gue-
rra y de las fortalezas, también forman parte del dominio público.
Art. 541.- En el mismo caso están los terrenos, fortificaciones y
defensas de las plazas que ya no fueren de guerra: pertenecen al
Estado, si no se han enajenado legítimamente, o si la propiedad no
ha sido objeto de prescripción contra el mismo Estado.
Art. 542.- Son bienes comunales, aquellos a cuya propiedad o
usufructo han adquirido derecho los habitantes de uno o muchos
pueblos.
Art. 543.- Puede ejercerse en los bienes, o un derecho de propie-
dad, o un simple derecho de usufructo, o tan sólo un dominio útil.

TÍTULO II
DE LA PROPIEDAD
Art. 544.- La propiedad es el derecho de gozar y disponer de las
cosas del modo más absoluto, con tal de que no se haga de ellas un
uso prohibido por las leyes y reglamentos.
Art. 545.- Nadie puede ser obligado a ceder su propiedad a no ser por
causa de utilidad pública, previa justa indemnización pericial, o cuando
haya discrepancia en la estimación, por juicio de Tribunal competente.
Art. 546.- La propiedad de una cosa, mueble, o inmueble, da
derecho sobre todo lo que produce, y sobre lo que se le agrega
accesoriamente, sea natural o artificialmente.
Este derecho se llama de accesión.

CAPÍTULO I
Del derecho de accesión sobre lo que la cosa produce
Art. 547.- Los frutos naturales e industriales de la tierra; los frutos
civiles; las crías de los animales; pertenecen al propietario por de-
recho de accesión.
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Art. 548.- Los frutos que la cosa produce no pertenecen al propie-


tario, sino con la obligación de rembolsar los gastos de labores,
trabajos y simientes invertidos por terceras personas.
Art. 549.- El mero poseedor no hace suyos los frutos, si no lo es de
buena fe; en caso contrario está obligado a restituir los productos
con la cosa, al propietario que la reivindique.
Art. 550.- Se reputa poseedor de buena fe, al que posea como
dueño en virtud de un título traslativo de la propiedad, cuyos vicios
ignora.
Deja de ser de buena fe, desde el momento en que le sean conoci-
dos aquellos vicios.

CAPÍTULO II
Del derecho de accesión sobre lo
que se agrega o incorpora a la cosa
Art. 551.- Todo lo que se le agrega o incorpora a la casa, pertenece
al dueño de ésta, conforme a las reglas siguientes:

SECCIÓN I
Del derecho de accesión con relación a las cosas inmuebles.

Art. 552.- La propiedad del suelo comprende la de la superficie y la


del subsuelo.
El propietario puede hacer en la superficie todas las plantaciones y
obras que crea convenientes, con las excepciones establecidas en
el título de servidumbres.
Puede hacer en el subsuelo todas las fábricas y excavaciones que
juzgue oportunas, y sacar de ellas cuantos productos puedan darle,
con sujeción siempre a las modificaciones establecidas en las leyes
y reglamentos de minas y policía.

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Art. 553.- Todas las construcciones, plantaciones y obras hechas en un


terreno o en su fondo, se presumen realizadas y a sus expensas por el
propietario a quien pertenecen, si no se prueba lo contrario; todo sin
perjuicio de la propiedad que un tercero podría haber adquirido por
prescripción, sea en un subterráneo bajo el edificio perteneciente a
otro, o bien de cualquiera otra parte de la misma finca.
Art. 554.- El propietario del suelo que haya construido, hecho
plantaciones u otras con materiales que no le perteneciesen, debe
pagar su valor: también se le puede condenar a satisfacer daños y
perjuicios, si hubiere motivo para ello; pero el dueño de los mate-
riales no tiene derecho para retirarlos.
Art. 555.- Cuando los plantíos, fábricas y obras se hayan hecho por
un tercero, y con materiales suyos, puede retenerlos el dueño del
terreno u obligar el tercero a que los retire.
Si el dueño del suelo exige la destrucción de las plantaciones u
obras, se ejecutará a expensas del que las hizo, sin que tenga de-
recho éste a indemnización alguna: también puede condenársele
a resarcir, si procede, daños y perjuicios por los menoscabos que
pueda haber experimentado el dueño de la tierra.
Si el propietario prefiere conservar los plantíos o construcciones,
deberá satisfacer el valor de los materiales y el precio de mano de
obra, sin tener en cuenta el mayor o menor valor que haya podido
recibir el predio; sin embargo, si las plantaciones, fábricas y obras
hubieren sido hechas por un tercero despojado en juicio, pero
que no hubiese sido sentenciado a restituir los frutos, no podrá el
dueño, en virtud de su buena fe, pedir la destrucción de las obras o
plantaciones referidas; pero tendrá la elección entre pagar el valor
de los materiales y de la mano de obra, o pagar una cantidad igual
al mayor valor adquirido por la finca.
Art. 556.- Se denomina aluvión, el aumento de tierra que, sucesiva
e imperceptiblemente, adquieren las fincas situadas a la orilla de
un río o arroyo.

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El aluvión aprovecha al propietario de la orilla, sea el río navegable


o no, pero con la obligación, si los barcos son conducidos a sirga,
de dejar en la orilla la senda o camino que para remolcar aquéllos
marquen los reglamentos.
Art. 557.- Sucederá lo mismo con los terrenos dejados en seco,
por retirarse insensiblemente el agua de una orilla sobre la otra.
El dueño de la orilla descubierta tiene derecho a aprovecharse del
aluvión, sin que el de la orilla opuesta pueda reclamar el terreno
perdido.
No tiene lugar aquella facultad en los descubiertos que deja el mar.
Art. 558.- El aluvión no produce cambio en los lagos y estanques
cuyo dueño siempre conserva el terreno que cubre el agua, cuando
se halla a la altura del desagüe, aun cuando llegue a disminuirse el
volumen del agua.
No adquiere el propietario del estanque derecho alguno sobre las
tierras de la orilla que sus aguas lleguen a cubrir, en las crecidas
extraordinarias.
Art. 559.- Si un río, sea o no navegable, quita repentinamente una
parte considerable y fácil de distinguir de un campo de la orilla y la
lleva hasta otro inferior o a la orilla opuesta, el dueño de la parte
disminuida, podrá reclamar su propiedad; pero está obligado a for-
malizar su demanda en el plazo de un año, pasado el cual no será
admisible, a no ser que el dueño del predio a que se unió la parte
arrebatada no haya todavía tomado posesión de ésta.
Art. 560.- Las islas, isletas y terrenos que se forman en el álveo
de los ríos navegables pertenecen al Estado, si no hubiere título o
prescripción en contrario.
Art. 561.- Las islas y terrenos formados en los ríos no navegables,
pertenecen a los propietarios ribereños de la orilla en que la isla
se haya formado; si ésta no aparece del lado de una de las orillas,
pertenece a los propietarios de ambas, dividiéndola por la linea
que se supone trazada por medio del río.

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Art. 562.- Si un río formando cauce nuevo, corta y rodea la finca de


un propietario ribereño, este propietario conserva el dominio sobre
su finca, aunque la isla se haya formado en un río navegable.
Art. 563.- Si un río, sea o no navegable, se abre nuevo cauce aban-
donando el antiguo, los dueños de las fincas nuevamente ocupadas
hacen suyo, por vía de indemnización, el cauce antiguo, cada uno
en proporción del terreno de que se ha visto privado.
Art. 564.- Las palomas, conejos y peces que pasen a otro palomar,
corral o estanque, pertenecen al dueño de éstos, siempre que no
los haya atraído por medio de fraudes o artificios.

SECCIÓN II
Del derecho de accesión relativo a las cosas muebles.

Art. 565.- El derecho de accesión, cuando tiene por objeto dos


cosas muebles, que pertenezcan a dos dueños distintos, está sujeto
a los principios de la equidad natural.
Las reglas siguientes servirán de ejemplo al juez para resolver los
casos no previstos, según las circunstancias de cada uno de ellos.
Art. 566.- Cuando dos cosas pertenecientes a dos distintos dueños,
se han unido de modo que formen un solo cuerpo, pero que puedan
aún separarse, en término que la una pueda sustituir sin la otra, el
todo pertenece al dueño de la cosa que constituye la parte principal,
pero con obligación de pagar al otro el valor de lo que se unió.
Art. 567.- Se reputa parte principal, aquella a que se unió la otra,
sólo para el uso, ornato o complemento de la primera.
Art. 568.- Sin embargo, cuando la cosa unida es de más valor que la
principal, y se empleó sin saberlo el dueño, puede entonces pedir
éste que lo que se ha unido, se separe para restituírselo, aunque de
esta desunión pudiera resultar detrimento a lo que se unió.
Art. 569.- Si de dos cosas unidas para formar un solo cuerpo, la
una no puede considerarse como accesoria de la otra, se reputa
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principal aquélla que es de mayor valor o volumen, si los valores


son iguales, poco más o menos.
Art. 570.- Si un artesano o cualquiera otro ha empleado alguna ma-
teria que no le pertenecía, para formar una cosa de nueva especie,
pueda ésta o no tomar su forma primitiva, el dueño tiene derecho
para reclamar la cosa que se ha formado, satisfaciendo el valor de
la mano de obra.
Art. 571.- Pero si ésta fuese de tal importancia, que su valor exce-
diese con mucho al de la materia empleada, entonces la industria se
reputaría por parte principal, y el artífice tendría derecho a retener
la cosa elaborada, reembolsando a su dueño el valor de la materia.
Art. 572.- Cuando uno ha empleado parte de la materia que le
pertenecía, y parte de otra que no era suya, en formar una nueva,
sin que ni una ni otra se hayan destruido enteramente, pero que no
se puedan separar sin detrimento, la cosa nueva queda común para
ambos con proporción de la materia que a cada uno pertenecía, y
del precio de la mano de obra.
Art. 573.- Cuando se ha formado una cosa por la mezcla de muchas
materias propias, de diferentes dueños, pero que ninguna de ellas
puede ser considerada como la principal, si pueden separarse, pue-
de pedir la división aquel sin cuyo conocimiento se mezclaron. Si no
pueden separarse sin detrimento, sus dueños adquieren en común
la propiedad de la mezcla, en proporción de la cantidad, calidad y
valor de lo perteneciente a cada uno.
Art. 574.- Si la materia perteneciente a cada uno de los dueños es
muy superior a la otra en cantidad y precio, el dueño de la de mayor
valor podrá reclamar lo que ha resultado de la mezcla, reembolsan-
do al otro el valor de su materia.
Art. 575.- Cuando la cosa queda en común, entre los dueños de las
materias de que fue formada, debe venderse en pública subasta en
utilidad de todos.

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Art. 576.- En el caso de que el dueño, cuya materia fue empleada


sin su conocimiento en formar otra distinta especie puede reclamar
la propiedad de ella, queda a su elección el pedir la restitución de
su materia, tal cual estaba, y en la cantidad, peso, medida y bondad
que tenía, o bien su valor.
Art. 577.- Los que hubieren empleado materias pertenecientes a
otros y sin noticia de los mismos, podrán también ser condenados
a pagar daños y perjuicios, si hubiese lugar a ello, además de los
medios coercitivos a que diese lugar el caso.

TÍTULO III
DEL USUFRUCTO, DEL USO Y DE LA HABITACIÓN

CAPÍTULO I
Del usufructo
Art. 578.- El usufructo consiste en el derecho de gozar de cosas cuya
propiedad pertenece a otro, como éste mismo; pero conservando
la sustancia de aquéllas.
Art. 579.- El usufructo se establece por la ley o por la voluntad del
hombre.
Art. 580.- Puede constituirse puramente, a cierto día y con condición.
Art. 581.- Puede establecerse sobre toda especie de bienes, mue-
bles o inmuebles.
SECCIÓN I
De los derechos del usufructuario.

Art. 582.- El usufructuario tiene derecho de gozar de toda especie


de frutos, sean naturales, industriales o civiles, que pueda producir
la cosa cuyo usufructo tiene.
Art. 583.- Son frutos naturales: los que la tierra produce
espontáneamente.
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Los esquilmos y las crías de los animales, son también naturales.


Son frutos industriales de una finca, los que se consiguen por medio
del cultivo.
Art. 584.- Son frutos civiles: los alquileres de las casas, los intereses
de las cantidades exigibles, y las rentas vencidas.
Pertenece también a la clase de frutos civiles, el producto de los
arrendamientos de tierras.
Art. 585.- Los frutos naturales o industriales, que penden de sus
ramas o raíces en el momento que se adquiere el usufructo, perte-
necen al usufructuario.
Los que se hallan en el mismo estado, en el momento de concluir el
usufructo, pertenecen al propietario, sin abono de una ni otra parte
de las labores ni semillas; pero sin perjuicio de la porción de frutos
que pudiera haber adquirido el colono porcionero, si lo hubiese, al
principiar o concluir el usufructo.
Art. 586.- Se considera que los frutos civiles se adquieren día por
día y pertenecen al usufructuario, en proporción del tiempo que
dure su usufructo: esta regla se aplica a los precios de los arrenda-
mientos de tierras, a los alquileres de las casas, y los demás frutos
civiles.
Art. 587.- Si el usufructo comprende las cosas de que no se puede
usar sin que se consuman, como el dinero, los granos y líquidos,
el usufructuario tiene derecho para servirse de ellas; pero con la
obligación de restituir otras en igual cantidad y de la misma calidad
y valor, o bien su precio al terminar el usufructo.
Art. 588.- El usufructo de una renta vitalicia, da también al usu-
fructuario, durante aquél, el derecho de percibir lo vencido, sin
obligación de restituir cosa alguna.
Art. 589.- Si el usufructo comprende cosas que, sin consumirse in-
mediatamente, se deterioran poco a poco por el uso, como la ropa

ÍNDICE POR 167


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blanca o el menaje de casa, tiene el usufructuario derecho para


servirse de ellas en los usos para que están destinadas, y no está
obligado a restituirlas al fin del usufructo, sino en el estado en que
se hallen, con tal que el deterioro no provenga de dolo o culpa suya.
Art. 590.- Si el usufructo comprende bosques, está obligado el usu-
fructuario a observar el orden y las cuantías de las cortas, conforme
a la conveniencia y al uso constante de los propietarios, y no puede
pedir indemnización alguna en su favor o de sus herederos, por las
cortas ordinarias de maderas que hubiese dejado da hacer durante
su usufructo.
Los árboles que puedan sacarse de un plantío sin desmejorarlo,
no constituyen parte del usufructo, sino con la obligación de parte
del usufructuario, de conformarse con los usos de cada lugar, en
cuanto a su reemplazo.
Art. 591.- Es también utilidad del usufructuario, conformándose
siempre con la costumbre de los propietarios, aquella parte del
monte reservada para cortes de leña.
Art. 592.- En todos los demás casos no puede el usufructuario tocar
el monte; solamente puede emplear para los reparos a que esté
obligado, los árboles arrancados o quebrados por accidente; puede
también para dicho objeto hacer cortar algunos, si los necesita;
pero con la obligación de hacer constar al propietario la necesidad.
Art. 593.- Puede tomar del monte para las cercas, los estantes y
varas que sean necesarios; igualmente los aprovechamientos
anuales o periódicos de los árboles, todo según el uso del país o la
costumbre de los propietarios.
Art. 594.- Los árboles frutales que mueren, los que por casualidad
se arrancan o se tronchan, pertenecen al usufructuario, con obliga-
ción de reponerlos con otros.
Art. 595.- El usufructuario puede gozar por sí mismo, dar en
arrendamiento a otro y aun vender o ceder su derecho, a título

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gratuito. Si arrienda, debe conformarse en cuanto a las épocas


en que deben renovarse los arriendos y su duración, a las reglas
establecidas para el marido, con respecto a los bienes de su mu-
jer, en el título del contrato del matrimonio, y de los derechos
respectivos de los esposos.
Art. 596.- El usufructuario gozará del aumento que sobrevenga por
aluvión a la finca, cuyo usufructo tiene.
Art. 597.- Goza también de los derechos de servidumbre de paso,
y en general de todos aquellos de que puede gozar el propietario,
disfrutándolos como éste mismo.
Art. 598.- Igualmente gozará del mismo modo que el propietario,
las minas y canteras que se estén beneficiando al principiar el usu-
fructo; pero si se tratase de un beneficio o laboreo que no pueda
hacerse, sin previa licencia, el usufructuario no podrá gozar de ellos
sin haber obtenido permiso del Gobierno.
No tiene derecho alguno el usufructuario a las minas y canteras no
descubiertas, ni a los veneros cuya explotación no se haya comen-
zado, ni al tesoro que pueda descubrirse durante el usufructo.
Art. 599.- El propietario no puede, ni por hecho suyo ni de otra
manera, perjudicar los derechos del usufructo.
Este, por su parte, no puede reclamar al terminar el usufructo, in-
demnización alguna por las mejoras que pretendiese haber hecho,
aun cuando el valor de la cosa se hubiese aumentado.
Puede, sin embargo, él o sus herederos, quitar los espejos, cuadros
y adornos que hubiese hecho colocar; pero con la obligación de
reponer la finca o edificio a su anterior estado.

SECCIÓN II
De las obligaciones del usufructuario.
Art. 600.- El usufructuario toma las cosas en el estado en que están,
pero no puede entrar en un goce, sino después de haber hecho
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formar, en presencia del propietario o citándole formalmente, un


inventario de los muebles y un estado de los inmuebles sujetos al
usufructo.
Art. 601.- Dará fianza de disfrutar como un buen padre de familia,
si no se le dispensa de ella en el acta constitutiva del usufructo;
sin embargo, el padre y la madre que tengan el usufructo legal de
los bienes de sus hijos, el vendedor o el donante que reservaren el
usufructo, no están obligados a afianzar.
Art. 602.- Si el usufructuario no hallase fiador, se darán los inmue-
bles en arrendamiento o se pondrán en secuestro.
Se emplearán las cantidades de dinero comprendidas en el
usufructo.
Los géneros o mercancías se venderán, colocándose el dinero que
produzcan.
Los intereses de estas cantidades y los precios de los arrendamien-
tos, pertenecen en este caso al usufructuario.
Art. 603.- A falta de fianza por parte del usufructuario, el propieta-
rio puede exigir que se vendan los muebles que se consumen con
el uso, para emplear su precio, como el de los géneros consumibles;
y en tal caso, el usufructuario goza de los intereses durante el usu-
fructo: podrá sin embargo, pedir aquél, y los jueces mandar, según
las circunstancias, que se le deje una parte de los muebles necesa-
rios para su uso, bajo simple caución juratoria, y con obligación de
restituirlos al fin del usufructo.
Art. 604.- La tardanza en dar fianza, no priva al usufructuario de los
frutos a que pueda tener derecho: le son debidos desde el momen-
to en que principió el usufructo.
Art. 605.- El usufructuario no está obligado más que a las repara-
ciones de conservación.
Las reparaciones principales son de cuenta del propietario, a no ser
que se hayan ocasionado por falta de atender a las de conservación,
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después que principió el usufructo; pues en este caso está obligado


a ellas el usufructuario.
Art. 606.- Son reparaciones principales: las de las paredes maes-
tras y de las bóvedas, y el restablecimiento de los tirantes y techos
enteros.
El de los diques, de los pretiles, represas o cercas por entero. Todos
los demás son de conservación.
Art. 607.- Ni el propietario ni el usufructuario están obligados a
reedificar lo que el tiempo o el caso fortuito han destruido.
Art. 608.- El usufructuario está obligado, durante el usufructo, a to-
das las cargas anuales de la finca, como son contribuciones y todo
lo demás que en uso común se reputa como carga de los frutos.
Art. 609.- Con respecto a las cargas que se impongan sobre la pro-
piedad durante el usufructo, contribuirán a satisfacerlas el propie-
tario y el usufructuario en la forma siguiente:
El propietario está obligado a pagarlas, y el usufructuario debe
abonarle los intereses.
Si el usufructuario adelanta el pago, puede reclamar el capital ter-
minado el usufructo.
Art. 610.- El legado hecho por un testador de una renta vitalicia o
pensión de alimentos, debe ser pagado por el legatario universal
del usufructo íntegramente, y por el legatario a título universal del
usufructo, en proporción de lo que disfrute, sin repetición alguna
de su parte.
Art. 611.- El usufructuario por título particular, no está obligado a
las deudas a que la finca esté hipotecada; si se ve obligado a pagar-
las, puede recurrir contra el propietario, sin perjuicio de lo que se
dispone en el artículo 1020, título de las donaciones entre vivos y
de los testamentos.

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Art. 612.- El usufructuario bien sea universal, o por título universal,


debe concurrir con el propietario al pago de las deudas, del modo
siguiente:
Se valúa el precio de la finca usufructuada, y se fija después la con-
tribución para las deudas, en proporción de este valor.
Si el usufructuario quiere adelantar la suma con que debe contri-
buir la finca, se le debe restituir el capital al terminar el usufructo,
sin devengar interés alguno.
Si el usufructuario no quiere adelantar ese dinero, puede elegir
el propietario entre pagarlo él, en cuyo caso, el usufructuario le
satisfará interés mientras dure el usufructo; o hacer vender de los
bienes sujetos al usufructo, la parte que sea suficiente para dicho
pago.
Art. 613.- El usufructuario tan sólo está obligado a los gastos del
pleito que se refiera el usufructo, y a las demás condenas a que
dicho pleito pueda dar lugar.
Art. 614.- Si durante el usufructo ocurre alguna usurpación de la
finca, de parte de un tercero, o se perturban de otro modo los de-
rechos del propietario, el usufructuario está obligado a avisar a éste
de la usurpación: no haciéndolo, es responsable de todos los daños
que puedan resultar al propietario, como lo sería de las desmejoras
que él mismo ocasionare.
Art. 615.- Si el usufructo sólo consiste en un animal, que pereciere
sin culpa del usufructuario, no estará obligado a devolver otro ni a
pagar su precio.
Art. 616.- Si el ganado en que consiste el usufructo pereciese ente-
ramente por casualidad o enfermedad y sin culpa del usufructuario,
no tiene éste para con el propietario más obligación, que darle
cuenta de las pieles o de su valor.

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Si no pereciese enteramente el ganado, está obligado el usufruc-


tuario a reemplazar igual número de cabezas de las que hayan
perecido.
SECCIÓN III
Cómo termina el usufructo.
Art. 617.- (Modificado por la Ley 585 del 28 de octubre de 1941, G.
O. 5661). Se extingue el usufructo: 1o. por la muerte del usufruc-
tuario; 2o. por acabarse el tiempo para que se concedió; 3o. por la
consolidación o reunión en una misma persona de las dos calidades
de usufructuario y propietario; 4o. por el no uso del derecho en el
transcurso de veinte años; 5o. por la pérdida total de la cosa en que
consiste el usufructo.
Art. 618.- También puede cesar por el abuso que haga de él el usu-
fructuario, ya causando daños a la finca, ya dejándola perecer, por
no atender su reparación.
Los acreedores del usufructuario pueden ser parte en los litigios
que se suscitaren en favor de la conservación de sus derechos;
pueden ofrecer la reparación de los desperfectos causados, y dar
seguridades para lo sucesivo.
Pueden los jueces, según la gravedad de las circunstancias, o pro-
nunciar la extinción completa del usufructo o mandar que el pro-
pietario no recobre el goce de la cosa gravada, sino con la obligación
de pagar al usufructuario, o sus causahabientes, una cantidad anual
y fija hasta el momento en que deba cesar el usufructo.
Art. 619.- El usufructo que no está concedido a personas particula-
res, sólo dura treinta años.
Art. 620.- El usufructo concedido hasta que un tercero haya llegado
a determinada edad, dura hasta este tiempo, aun cuando el tercero
haya muerto antes de ella.

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Art. 621.- La venta de las cosas sujetas a usufructo, no hace variar el


derecho del usufructuario: éste continúa gozando de su usufructo,
si formalmente no lo renunció.
Art. 622.- Los acreedores del usufructuario pueden hacer que se
anule la renuncia que éste hubiese hecho en perjuicio de aquéllos.
Art. 623.- Si no se destruyó más que una parte de la cosa sujeta a
usufructo, se conservará éste, en la parte que reste.
Art. 624.- Si el usufructo sólo consiste en un edificio, y éste se ha
destruido por incendio u otro accidente, o se cayese por muy viejo,
el usufructuario no tendrá derecho a gozar, ni del suelo, ni de los
materiales.
Si el usufructo consistía en un predio del cual era parte un edificio,
el usufructuario gozará del suelo y de los materiales.

CAPÍTULO II
Del uso y de la habitación
Art. 625.- Los derechos de uso y habitación se adquieren y pierden
del mismo modo que el usufructo.
Art. 626.- No puede gozarse de ellos, como se ha dicho del usufruc-
to, sin dar antes fianza y sin hacer estados o inventarios.
Art. 627.- El usuario y el que tiene derecho de habitación, deben
disfrutarlos como buenos padres de familia.
Art. 628.- Los derechos de uso y habitación se arreglarán por el títu-
lo o escritura que los hubiere establecido, y recibirán más o menos
extensión, según lo que en ellos se disponga.
Art. 629.- Si el título no explica la extensión de estos derechos, se
arreglarán del modo siguiente:
Art. 630.- El que tenga el uso de los frutos de una finca, no puede
tomar de ellos más que los necesarios para sus urgencias y las de
su familia.
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Puede también exigir lo preciso para las necesidades de los hijos


que nacieren después de la concesión del uso.
Art. 631.- El usuario no puede ceder ni arrendar su derecho a otro.
Art. 632.- El que tiene el derecho de habitación en una casa, puede
vivir en ella con su familia, aun cuando no estuviese casado cuando
se le concedió el derecho.
Art. 633.- El derecho de habitación se limita a lo que de ella necesi-
ten aquel a quien se concede y su familia.
Art. 634.- El derecho de habitación no puede ser cedido ni alquilado.
Art. 635.- Si el usuario consume todos los frutos de la finca, u ocupa
toda la casa, debe pagar los gastos del cultivo, los reparos de la
conservación, y las contribuciones, como el usufructuario.
Si tan sólo toma una parte de los frutos u ocupa una parte de la
casa, debe contribuir en proporción de lo que goza.
Art. 636.- El uso de los bosques y montes se arregla por leyes
particulares.

TÍTULO IV
DE LAS SERVIDUMBRES
O CARGAS INMOBILIARIAS
Art. 637.- La servidumbre es una carga impuesta sobre una heredad,
para el uso y utilidad de una finca perteneciente a otro propietario.
Art. 638.- La servidumbre no establece preeminencia alguna de
una heredad sobre otra.
Art. 639.- Tiene su origen o en la situación de los predios o en
obligaciones impuestas por la ley, o en contrato hecho entre los
propietarios.

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CAPÍTULO I
De las servidumbres que tienen su origen
en la situación de los predios
Art. 640.- Los predios inferiores están sujetos a recibir de los más
elevados, las aguas que de éstos se derivan, sin que contribuya a
ello la mano del hombre. El propietario inferior no puede elevar
diques que impidan la corriente o descenso de las aguas.
El propietario superior no puede ejecutar nada que sea causa del
aumento de servidumbre que sufren los predios inferiores.
Art. 641.- El que tiene dentro de su propiedad un manantial,
puede disponer de él según su voluntad, salvo los derechos que
el propietario del predio inferior haya podido adquirir por título o
prescripción.
Art. 642.- (Modificado por la Ley 585 del 28 de octubre de 1941, G.
O. 5661). La prescripción en este caso no puede adquirirse, sino por
el goce no interrumpido de veinte años, a contar desde el momen-
to en que el propietario del predio inferior haya hecho y terminado
obras aparentes, destinadas a facilitar la corriente y entrada o caída
del agua en su propiedad.
Art. 643.- El propietario del manantial no puede cambiar su cur-
so, cuando provee a los habitantes de un poblado del agua que
es necesaria; pero si los habitantes no han adquirido o prescrito
su uso, el propietario puede reclamar una indemnización que se
determinará por peritos.
Art. 644.- (Derogado por la Ley 288, del 26 de mayo de 1943, G.O.
5923).
Párrafo: (Agregado por la Ley 1643, del 14 de febrero de 1948,
G.O. 6752) En los casos de sequía prolongada, los residentes en los
predios afectados por la sequía que estén distantes de las aguas
públicas, tendrán derecho a tomar en las aguas naturales privadas
de los predios vecinos las cantidades que necesiten para usos
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exclusivamente domésticos, sin perjuicio de las necesidades de los


residentes en los predios en que se encuentran las aguas, todo me-
diante las determinaciones e indemnizaciones que fijen los Jueces
de Paz, oyendo al inspector de agricultura, en caso de controversia.
Art. 645.- Si se promueven cuestiones entre los propietarios a los
cuales pueden ser útiles esas aguas, los tribunales al fallar deben
conciliar el interés de la agricultura con el respeto a la propiedad; y
en todos los casos deben observarse los reglamentos particulares y
las costumbres locales sobre el curso y uso de las aguas.
Art. 646.- Todo propietario puede obligar al dueño colindante a
acotar sus propiedades contiguas. Los gastos de la obra se pagarán
por mitad.
Art. 647.- Todo propietario puede cercar su heredad, excepto en el
caso prescrito en el artículo 682.
Art. 648.- El propietario que quiere construir la cerca, pierde su de-
recho a los aprovechamientos comunes en proporción del terreno
que sustrae.

CAPÍTULO II
De las servidumbres establecidas por la ley
Art. 649.- Las servidumbres establecidas por la ley, tienen por obje-
to la utilidad pública de los particulares.
Art. 650.- Las que se establezcan con motivo de la utilidad pú-
blica o comunal, tienen por objeto la senda a orilla de los ríos, la
construcción o reparación de los caminos, y otras obras públicas o
comunales.
Todo lo que se refiere a esta clase de servidumbre, está determina-
do por las leyes o reglamentos particulares.
Art. 651.- La ley somete a los propietarios a diferentes obligaciones,
el uno respecto del otro, e independientes de todo contrato.

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Art. 652.- Parte de estas obligaciones están reglamentadas en las


leyes de Policía Rural: otras son relativas a la pared y zanjas me-
dianeras, al caso en que hayan que construir contra muro; a las
vistas sobre la propiedad del vecino, o las vertientes de los tejados
o techos, y al derecho de paso.

SECCIÓN I
De la pared y zanja medianeras.

Art. 653.- En los poblados y en los campos, toda pared que sirva de
separación entre edificios en toda su medianería o entre patios y
jardines, y aun entre cercados en los campos, se presume mediane-
ra si no hay títulos ni señas que prueben lo contrario.
Art. 654.- Hay señal de no existir la medianería, cuando lo más alto
de la pared esté derecho y a plomo sobre la superficie exterior de
uno de los lados y presenta por el otro un plano inclinado. Existen
también cuando en uno solo de los lados aparecen caballetes y fi-
letes salientes de piedra que se hubiesen hecho al edificar la pared.
En estos casos se considera el muro de la propiedad exclusiva del
dueño del lado de cuya finca estén las vertientes o y se hallen em-
potrados los filetes y piedras salientes.
Art. 655.- La reparación y construcción de la pared medianera, son
de cuenta de todos aquellos que tengan derecho a la misma, y pro-
porcionalmente al derecho de cada uno.
Art. 656.- Sin embargo, todo copropietario de una pared media-
nera, puede excusarse de contribuir a los gastos de reparación y
construcción, abonando el derecho de medianería, siempre que la
pared medianera no sostenga un edificio de su propiedad.
Art. 657.- Todo copropietario puede apoyar sus construcciones
en el muro medianero, haciendo descansar en él vigas o tirantes,
en todo el grueso de la pared, dejando un espacio de cincuenta y
cuatro milímetros (dos pulgadas) próximamente, sin perjuicio del
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derecho que tiene el dueño colindante de reducir desbastando


el tirante hasta la mitad de la pared, en el caso en que él mismo
quisiera fijar las vigas en el mismo sitio o hacer en él una chimenea.
Art. 658.- Todo copropietario puede hacer elevar la pared media-
nera; pero debe pagar él solo los gastos que aquella obra ocasione,
los de las reparaciones para conservarla, y además, indemnizar,
según su valor, por el peso que ocasione la mayor altura.
Art. 659.- Si el muro medianero no se encuentra en estado de so-
portar la elevación, el que desee hacer la obra debe construir aquél
de nuevo y por completo a su costa, y el exceso que hay de darse al
espesor debe tomarse de su lado.
Art. 660.- El dueño colindante que no haya contribuido a la mayor
altura, puede adquirir la medianería de ella, pagando la mitad de
su coste y el valor de la mitad del suelo tomado para el exceso de
espesor.
Art. 661.- Todo propietario, cuya casa está contigua a la pared,
tiene también la facultad de hacerla medianera en todo o en parte,
reembolsando al dueño del muro la mitad de su valor, o la mitad de
lo que importe la porción que se desee convertir en medianera, y la
mitad del valor del suelo sobre el que está edificada la pared.
Art. 662.- Ninguno de los dueños colindantes puede hacer excava-
ciones en el fondo de la pared medianera, ni apoyar en ella obra
alguna, sin el consentimiento del otro, o sin hacer, vista su negativa,
determinar por peritos los medios necesarios para que la nueva
obra no perjudique los derechos del colindante.
Art. 663.- Cada uno puede obligar a su vecino en los poblados, a
contribuir a las construcciones y reparaciones de las cercas que se-
paran sus casas, patios y jardines que hubieren dentro de aquéllas;
la altura de la cerca o pared se fijará, conforme a los reglamentos
particulares o a los usos constantes y admitidos; y a falta de usos o
reglamentos, toda pared de separación entre dos fincas vecinas que
en lo futuro se construya o restablezca, debe tener por lo menos
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treinta y dos centímetros (diez pies) de altura, comprendiendo el


caballete.
Art. 664.- Cuando los diferentes pisos de una casa pertenecen a di-
versos propietarios, si los títulos de propiedad no regulan la forma
en que hayan de hacerse las reparaciones y construcciones, deben
hacerse en la siguiente forma: las paredes maestras y el techo, son
de cuenta de todos los propietarios, cada uno en proporción de la
parte que tenga.
El propietario de cada piso debe hacer el suelo correspondiente al
suyo.
La escalera que conduce desde la planta baja al primer piso, es de
cuenta del dueño de éste: el trozo que media entre el primero y se-
gundo, corresponde al propietario del último, y así sucesivamente.
Art. 665.- Cuando se reedifique una pared medianera o una casa,
las servidumbres activas y pasivas se continúan respecto del
nuevo muro o de la nueva casa, sin que puedan aumentarse, y
con tal de que la obra se haga antes que haya podido adquirirse
prescripción.
Art. 666.- Las zanjas que haya entre dos predios, se suponen me-
dianeras, siempre que no haya título o señal en contrario.
Art. 667.- Se considerará señal de no existir la medianería, cuando
la tierra extraída lo es sólo y está arrojada de uno de los lados de
la zanja.
Art. 668.- Se considerará dueño de la zanja, el propietario en cuya
finca se haya echado la tierra extraída.
Art. 669.- La conservación de la zanja medianera se hará a expensas
de los dos dueños.
Art. 670.- Se reputa medianera la empalizada o vallado que separa
dos fincas, a no ser que una sola de ellas se encuentre en dispo-
sición de estar cercada, o que haya título o posesión bastante en
contrario.
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Art. 671.- No está permitido plantar árboles grandes, sino a la dis-


tancia prescrita por las reglas vigentes a la sazón, o por los usos
constantes y admitidos; y a falta de unos o de otros, podrá hacerse
la plantación únicamente a la distancia de dos metros de la línea
divisoria de las dos fincas, para los árboles grandes, y a la distancia
de medio metro para los más pequeños y empalizadas vivas.
Art. 672.- El dueño colindante puede exigir que se arranquen los
árboles y vallados plantados a menor distancia. La persona sobre
cuya propiedad caigan las ramas de los árboles del predio contiguo,
puede obligar a su dueño a cortarlas. Si son las raíces que penetran
en su propiedad puede él mismo cortarlas.
Art. 673.- Los árboles que se encuentren en el vallado intermedio,
son medianeros como éste, y cada uno de los propietarios tiene el
derecho a cortarlos.

SECCIÓN II
De la distancia y obras intermedias exigidas
para determinadas construcciones

Art. 674.- El que haga excavar un pozo, algibe, pila o letrina para
su servicio cerca de una pared, sea o no medianera; el que en el
mismo sitio se proponga construir chimeneas, horno, fogón o fra-
gua; construir al lado un establo o establecer un almacén de sal o
montón de materias corrosivas, está obligado a guardar la distancia
de diecinueve decímetro (seis pies) entre la obra y el muro.

SECCIÓN III
De las vistas sobre la propiedad del dueño colindante.

Art. 675.- Ninguno de los propietarios contiguos puede, sin consen-


timiento del otro, abrir en la pared medianera ninguna ventana o
abertura de cualquier clase que sea.

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Art. 676.- El propietario de una pared no medianera, pero contigua


de una manera inmediata a la propiedad de otro, puede practicar
en ella claraboyas o ventanas con rejas.
Estas ventanas deben estar provistas de enrejado, cuyas barras
estén por lo menos a un decímetro próximamente (tres pulgadas y
ocho líneas) de distancia, y un bastidor de cristal fijo.
Art. 677.- Estas claraboyas o ventanas no pueden abrirse sino a
veintiséis decímetros (ocho pies) por cima del piso al que se quiere
dar luz, si es el cuarto bajo; y a diecinueve decímetros (seis pies)
más alta que el suelo de cada uno de ellos en los pisos superiores.
Art. 678.- No pueden abrirse miradores ni ventanas para asomarse,
balcones o construcciones semejantes sobre la propiedad, cerrada
o no, del dueño contiguo, si no hay diecinueve decímetros (seis
pies) de distancia entre la pared en que se practican y la mencio-
nada finca.
Art. 679.- No se pueden tener vistas de lado ni oblicuas sobre propie-
dades contiguas, a no ser a seis decímetros (dos pies) de distancia.
Art. 680.- La distancia de que se ha hablado en los dos artículos
precedentes, se cuenta desde la superficie exterior de la pared en
que se hace la abertura; y si hay balcones o voladizos semejantes,
desde su línea exterior hasta la línea de separación de las dos
propiedades.

SECCIÓN IV
De las vertientes de los techos.

Art. 681.- Todo propietario debe construir los techos de modo que
viertan las aguas pluviales a su propiedad o a la vía pública, no pu-
diendo arrojarlas a la propiedad vecina.

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SECCIÓN V
Del derecho de tránsito.

Art. 682.- El propietario cuyas fincas estén situadas dentro de otras


y no tengan ninguna salida a la vía pública, puede reclamar un
tránsito a través de los predios contiguos para la explotación de su
propiedad, con la obligación de satisfacer indemnización propor-
cionada al daño que ocasione.
Art. 683.- El tránsito debe tomarse por lo regular del lado en que
sea más corto el trayecto a la vía pública.
Art. 684.- Sin embargo, debe fijarse en el sitio menos perjudicial
para el propietario de la finca que haya de gravarse.
Art. 685.- La acción de indemnización en el caso previsto por el
artículo 682, es prescriptible; y el tránsito debe continuar aunque
no sea ya admisible dicha acción.

CAPÍTULO III
De las servidumbres establecidas
por los actos del hombre

SECCIÓN I
De las diversas especies de servidumbres que
pueden establecerse sobre los bienes.

Art. 686.- Es lícito a los propietarios establecer sobre sus fincas, o en


favor de las mismas, las servidumbres que tengan por conveniente,
siempre que el gravamen no se imponga a la persona ni en favor
de ella, sino solamente en una finca con relación a otra, y con tal
de que estas cargas no contengan nada contrario al orden público.
El uso y extensión de las servidumbres establecidas en esta forma,
se determinan por el título de su constitución; y a falta de éste, por
las reglas siguientes.
ÍNDICE POR 183
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Art. 687.- Las servidumbres se constituyen, o en beneficio de un


edificio o de un terreno.
Las pertenecientes al primer grupo se llaman urbanas, ya estén
situados los edificios en poblados o en el campo. Las de segundo
grupo se llaman rurales.
Art. 688.- Las servidumbres son continuas o discontinuas. Las pri-
meras son aquellas cuyo uso es o puede ser continuo, sin necesidad
de los actos inmediatos del hombre, como las conducciones de
aguas, vertientes, vistas y otras de esta especie.
Las servidumbres discontinuas son aquellas que necesitan la inter-
vención o el hecho inmediato actual del hombre para realizarse,
tales como los derechos del tránsito, pasto, extraer aguas de un
pozo y otras semejantes.
Art. 689.- Las servidumbres son aparentes o no aparentes:
Son aparentes, las que se anuncian desde luego por las obras exte-
riores, como una puerta, una ventana o un acueducto.
Las servidumbres no aparentes, son las que no presentan signo
exterior de su existencia, por ejemplo, la prohibición de edificar en
un solar o de limitar la construcción a altura determinada.

SECCIÓN II
Modo de establecer las servidumbres.

Art. 690.- Las servidumbres continuas y aparentes, se adquieren


por título, o por la posesión de treinta años.
Art. 691.- Las servidumbres continuas no aparentes, y las discon-
tinuas aparentes o no, no pueden constituirse sino en virtud de
título.
La posesión aunque sea inmemorial, no basta para establecerlas.
Art. 692.- El destino que dé el padre de familia, equivale a un título,
respecto de las servidumbres continuas y aparentes.
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Art. 693.- Se entiende que se ha realizado el caso previsto en el artí-


culo anterior, cuando se haya probado que los dos predios ya dividi-
dos o separados, han pertenecido al mismo propietario, por el cual
se han puesto las cosas en el estado del que la servidumbre se deriva.
Art. 694.- Si el propietario de dos heredades, entre las cuales existe
una señal aparente de servidumbre, dispone de una de ellas sin
que el contrato contenga ninguna cláusula relativa a la servidum-
bre, continuará ésta existiendo en favor o en perjuicio de la finca
enajenada.
Art. 695.- El título constitutivo de la servidumbre, respecto de
aquellas que no pueden adquirirse por prescripción, no puede
ser reemplazado sino por otro título en que el dueño del predio
sirviente reconozca la servidumbre.
Art. 696.- Cuando se constituye una servidumbre, se reputa acorda-
do todo cuanto sea necesario para usar de ella. Así la servidumbre
de extraer agua de la fuente de otro, tiene necesariamente derecho
a la servidumbre de tránsito.

SECCIÓN III
De los derechos del propietario del predio dominante.

Art. 697.- El que tiene derecho a una servidumbre, lo tiene también


para hacer todas las obras necesarias para su uso y conservación.
Art. 698.- Estas obras se ejecutarán a su costa, y no a la del dueño
del predio sirviente, a no ser que establezca lo contrario el título de
la constitución de la servidumbre.
Art. 699.- Aun en el caso en que el propietario de la finca sirviente,
esté obligado, por el título originario de la servidumbre, a hacer a
su costa las obras necesarias para el uso o la conservación de la ser-
vidumbre, puede siempre librarse de aquella carga, abandonando
el predio sirviente al dueño del dominante.

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Art. 700.- Si la finca en cuyo favor se ha establecido, llega a dividir-


se, queda la servidumbre en cada una de las dos porciones; pero sin
que se aumente por esto el gravamen al predio sirviente.
Así es que si se trata de un derecho de tránsito, todos los copropie-
tarios estarán obligados a ejercitarlo por una misma parte.
Art. 701.- El dueño del predio sirviente nada puede hacer que se
dirija a disminuir el uso de la servidumbre o hacerlo más incómodo.
Por lo tanto, no podrán mudar los sitios ni trasladar el ejercicio de
la servidumbre, a otro paraje diferente del que se fijó al principio.
Pero si esta designación primitiva hubiese llegado a ser más gravosa
al dueño del predio sirviente, o si impidiere hacer en ella repara-
ciones de grande utilidad, podría ofrecer al propietario de la otra
finca un sitio igualmente cómodo para el ejercicio de sus derechos,
y éste no podrá rehusarlo.
Art. 702.- El que tiene derecho de servidumbre no puede por su
parte usar de él, sino conforme al contenido de la escritura, sin
poder hacer, ni el en predio sirviente, ni en aquel a cuyo favor está
la servidumbre, mudanza alguna que agrave la situación del predio.

SECCIÓN IV
Del modo de extinguirse la servidumbre.

Art. 703.- Cesan las servidumbres, cuando las cosas se ponen en tal
estado que ya no puede usarse de ellas.
Art. 704.- Reviven, si las cosas se restablecen de modo que se pue-
da usar de las servidumbres, a no ser que haya pasado el tiempo
bastante para hacer presumir la extinción de este derecho, según
se dice en el artículo 707.
Art. 705.- Toda servidumbre se extingue, cuando el predio a que se
debe y el que lo debe se unen en una misma persona.

ÍNDICE POR 186


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Art. 706.- (Modificado por la Ley 585 del 28 de octubre de 1941,


G. O. 5661). Se extingue la servidumbre por el no uso en el espacio
de veinte años.
Art. 707.- (Modificado por la Ley 585 del 28 de octubre de 1941, G.
O. 5661). Los veinte años comienzan a contarse, según las diversas
especies de servidumbres, o desde el día en que se dejó de usar
de ellas, cuando se trata de las discontinuas, o desde el en que se
ejecutó algún acto contrario a las servidumbres, cuando se trata de
las continuas.
Art. 708.- El modo de la servidumbre puede prescribirse como la
misma servidumbre y de la misma manera.
Art. 709.- Si el predio, en cuyo favor está la servidumbre, pertenece
a muchos proindiviso, el uso de uno de ellos impide la prescripción
con respecto a los demás.
Art. 710.- Si entre los copropietarios se halla alguno contra quien
no pudo correr la prescripción, tal como un menor, éste habrá con-
servado el derecho de los demás.

LIBRO TERCERO:
DE LOS DIFERENTES MODOS DE
ADQUIRIR LA PROPIEDAD

DISPOSICIONES GENERALES
Art. 711.- La propiedad de los bienes se adquiere y trasmite por
sucesión, por donación entre vivos o testamentaria, y por efecto de
obligaciones.
Art. 712.- La propiedad se adquiere también por accesión o incor-
poración, y por prescripción.
Art. 713.- Los bienes que no tienen dueño, pertenecen al Estado.
ÍNDICE POR 187
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Art. 714.- Hay cosas que a nadie pertenecen, y cuyo uso es común
de todos.
Las leyes de policía regulan el modo de disfrutarlas.
Art. 715.- La facultad de cazar o de pescar, está también determina-
da por leyes particulares.
Art. 716.- La propiedad de un tesoro pertenece al que lo encuentra
en su propia finca: si se encuentra en finca de otro, pertenece por
mitad al que lo ha descubierto y al dueño de la finca.
Se considera como tesoro, todo lo que se encuentre escondido o
enterrado, que se descubre por pura casualidad, y cuya propiedad
nadie puede justificar.
Art. 717.- También se regulan por leyes particulares los derechos
sobre los objetos echados al mar, y los que la mar arroja, sea
cualquiera su naturaleza; y sobre las plantas y yerbas que nacen y
crecen en sus costas.
Lo mismo sucede con las cosas perdidas, cuyo dueño no se presente.

TÍTULO I
DE LAS SUCESIONES

CAPÍTULO I
De la apertura de las sucesiones y de
la ocupación por los herederos
Art. 718.- Las sucesiones se abren por la muerte de aquel a quien
se derivan.
Art. 719.- (Abrogado).
Art. 720.- Si varias personas llamadas respectivamente a suceder-
se, perecen en un mismo acto, sin que pueda reconocerse cuál
de ellas ha muerto la primera, la presunción de supervivencia se
ÍNDICE POR 188
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determinará por las circunstancias del hecho; y a falta de éstos por


la edad o la fuerza del sexo.
Art. 721.- Si los que hayan muerto juntos tuviesen menos de quince
años, se presumirá que sobrevivió el de mayor edad.
Si fuesen mayores de sesenta, la presunción estará en favor del más
joven.
Si algunos de ellos tuviesen menos de quince años, y otros más de
sesenta, se supondrá que han sobrevivido los primeros.
Art. 722.- Si los que han perecido juntos fueren mayores de quin-
ce años y menores de sesenta, la supervivencia se supondrá en
el varón, si hay igualdad de edad, o si la diferencia que existe no
excede de un año. Si fueren del mismo sexo, se tendrá en cuenta la
presunción de supervivencia que da lugar a la sucesión en el orden
natural; de modo que se considerará que ha sobrevivido el más
joven.
Art. 723.- La ley regula el orden de suceder entre los herederos
legítimos; a falta de éstos, los bienes pasan a los hijos naturales,
después al cónyuge que sobreviva, y en último caso al Estado.
Art. 724.- Los herederos legítimos se considerarán de pleno dere-
cho poseedores de los bienes, derechos y acciones del difunto, y
adquieren la obligación de pagar todas las cargas de la sucesión:
los hijos naturales, el cónyuge superviviente y el Estado, deben
solicitar la posesión judicialmente, y conforme a las reglas que se
determinarán.

CAPÍTULO II
De las cualidades necesarias para suceder.
Art. 725.- Para suceder es preciso existir necesariamente en el
momento en que la sucesión se abre. Por consiguiente, están inca-
pacitados para suceder: 1o. el que no ha sido aún concebido; 2o. el
niño que no haya nacido viable.
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Art. 726.- Los extranjeros tienen el derecho de suceder, de dis-


poner sobre sus bienes y de recibir de la misma manera que los
dominicanos.
En los casos de divisoria de una misma sucesión entre coherederos
extranjeros y dominicanos, éstos retirarán de los bienes situados
en la República una porción igual al valor de los bienes situados
en país extranjero, de los cuales estuviesen excluidos por cualquier
título que fuese.
Art. 727.- (Modificado por la Ley 1097 del 26 de enero de 1946,
G. O. 6388). Se consideran indignos de suceder, y como tales se
excluyen de la sucesión: 1o. el que hubiere sido sentenciado por
haber asesinado o intentar asesinar a la persona de cuya sucesión
se trate; 2o. el que hubiere dirigido contra éste una acusación que
se hubiese considerado calumniosa; 3o. el heredero mayor de edad
que, enterado de la muerte violenta de su causahabiente, no la
hubiere denunciado a la justicia.
Art. 728.- No incurren en la exclusión a que se refiere el párrafo 3o.
del artículo anterior, los ascendientes y descendientes, los afines
en el mismo grado, o cónyuges, hermanos, hermanas, tíos, tías,
sobrinos y sobrinas del autor de la muerte.
Art. 729.- El heredero excluido de la sucesión como indigno, está
obligado a restituir todos los frutos y rentas que haya percibido,
desde el momento en que se abrió la sucesión.
Art. 730.- Los hijos del declarado indigno, que tenga derecho a la
sucesión directamente y no por representación, no están excluidos
por la falta cometida por su padre; pero éste, en ningún caso, pue-
de reclamar en los bienes de la misma sucesión, el usufructo que la
ley concede a los padres en los bienes de sus hijos.

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CAPÍTULO III
De los diversos órdenes de sucesiones

SECCIÓN I
Disposiciones generales.

Art. 731.- Suceden los hijos y descendientes del difunto, sus as-
cendientes y los colaterales en el orden y según las reglas que a
continuación se determinan.
Art. 732.- La ley no atiende ni al origen ni a la naturaleza de los
bienes para arreglar el derecho de heredarlos.
Art. 733.- La herencia perteneciente a ascendientes y colaterales,
se divide en dos partes iguales: una para los parientes de la línea
paterna, y otra para los de la materna.
Los parientes uterinos o consanguíneos no son excluidos por los
carnales; pero no toman parte más que en su línea, excepto en los
casos previstos en el artículo 752. Los parientes carnales adquieren
en las dos líneas.
No hay devolución de una a otra línea, sino cuando no halla ascen-
diente ni colateral alguno en una de ellas.
Art. 734.- Hecha esta primera división entre las líneas paterna y
materna, no se hace ya otra entre las diversas ramas de cada línea,
sino que la mitad que toca a cada una pertenece al heredero o
herederos más próximos en grado, excepto el caso de la represen-
tación, como más adelante se dirá.
Art. 735.- La proximidad de parentesco se gradúa por el número de
generaciones; y cada generación se llama grado.
Art. 736.- La serie de los grados forma la línea: se llama recta, la
serie de los grados entre personas que descienden unas de otras;
colateral, la serie de los grados entre personas que no descienden
unas de otras, pero descienden de un padre común.
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La línea recta se divide en recta descendiente y recta ascendiente.


La primera es la que une la cabeza con los que descienden de él;
la segunda, la que une a una persona con aquellos de quienes
descienden.
Art. 737.- En la línea recta se cuentan tantos grados como genera-
ciones hay entre las personas: así el hijo, con respecto a su padre,
está en el primer grado, el nieto en el segundo, y así recíprocamente
lo están el padre y el abuelo, respecto a sus hijos y nietos.
Art. 738.- En la línea colateral, se cuentan los grados por las genera-
ciones que hay desde el uno de los parientes hasta el padre común
exclusive, y desde éste al otro pariente.
Así es que de dos hermanos están en el segundo grado; el tío y el
sobrino en el tercero; los primos hermanos en el cuarto, y así de los
demás.

SECCIÓN II
De la representación

Art. 739.- La representación es una ficción de la ley, cuyo efecto es


hacer entrar a los representantes en el lugar, grado y derechos de
los representados.
Art. 740.- La representación en la línea recta descendiente, se
prolonga hasta el infinito. Se admite en todos los casos, ya con-
curran los hijos de la persona de cuya herencia se trata con los
descendientes de otro hijo ya muerto, o bien concurran en grados
iguales o desiguales entre sí los descendientes de los hijos, si éstos
hubiesen muerto todos.
Art. 741.- La representación no tiene lugar en favor de los ascen-
dientes; el más próximo en cada línea excluye siempre al más
remoto.

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Art. 742.- En la línea colateral, procede la representación en favor


de los hijos y descendientes de los hermanos o hermanas del di-
funto, ya vengan a la sucesión en concurrencia con sus tíos o tías, o
bien si han muerto todos los hermanos o hermanas, y la sucesión
corresponde a sus descendientes de grados más o menos iguales.
Art. 743.- En todos los casos en que la representación se admita, la
partición se verifica por estirpes; si una misma estirpe ha producido
muchas ramas, la subdivisión se hará también en cada una de ellas
por estirpe, y los miembros de la misma rama parten entre sí por
cabezas.
Art. 744.- No se representa a las personas vivas, sino únicamente a
las que han muerto.
Se puede representar a aquel a cuya sucesión se hubiere renunciado.

SECCIÓN III
De las sucesiones de los descendientes

Art. 745.- Los hijos o sus descendientes suceden a sus padres,


abuelos y demás ascendientes, sin distinción de sexo ni de primo-
genitura, aunque procedan de diferentes matrimonios.
Suceden por iguales partes e individualmente, cuando todos se en-
cuentran en primer grado y vienen a suceder por derecho propio:
suceden por estirpes, cuando todos o parte de ellos vienen a la
sucesión en representación.

SECCIÓN IV
De las sucesiones de los ascendientes

Art. 746.- Si el difunto no ha dejado ni descendencia, ni hermanos,


ni hermanas, ni hijos de éstos, la sucesión se divide por mitad entre
los ascendientes de la línea materna y los de la paterna.

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El ascendiente de grado más próximo tiene derecho a la mitad,


designada a su línea, con exclusión de todos los demás. Los ascen-
dientes del mismo grado sucederán por cabezas.
Art. 747.- Los ascendientes heredan, con exclusión de los demás,
cuando se trate de cosas cedidas por ellos a sus hijos y descen-
dientes muertos sin descendencia, siempre que aquéllas existan en
naturaleza en la sucesión. Si los objetos expresados hubiesen sido
enajenados, recibirán los ascendientes el importe a que pudieran
ascender; también suceden en la acción de reversión, que pueda
tener el donatario.
Art. 748.- Cuando los padres de una persona muerta sin descen-
dencia le han sobrevivido, si aquélla dejó hermanos o hermanas
o descendientes de éstos, la sucesión se divide en dos porciones
iguales, de las cuales únicamente se concede una al padre y a la
madre que deben subdividirse entre sí por partes iguales. La otra
mitad pertenece a los hermanos o hermanas o descendientes de
éstos, en la forma que determina la sección quinta de este capítulo.
Art. 749.- Si la persona que haya muerto sin posteridad deja her-
manos o hermanas o descendientes de éstos, cuyos padres hayan
muertos con anterioridad, la parte que, conforme al artículo ante-
rior, le estaba designada, se unirá a la mitad concedida a los herma-
nos o hermanas o sus representantes en la forma que previene la
sección quinta del presente capítulo.

SECCIÓN V
Sucesión de los colaterales
Art. 750.- En caso de muerte anterior de los padres de una per-
sona fallecida sin descendencia, sus hermanos o hermanas o sus
descendientes están llamados a heredarles, con exclusión de los
ascendientes y de los demás colaterales.
Suceden por derecho propio, o en representación, y en la forma
determinada en la sección segunda del presente capítulo.
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Art. 751.- Si han sobrevivido los padres de la persona muerta sin


posteridad, sus hermanos o hermanas o sus representantes no
percibirán más que la mitad de la herencia.
Si han sobrevivido únicamente uno de los padres, percibirán aqué-
llos las tres cuartas partes.
Art. 752.- La partición de la mitad o de las tres cuartas partes que
corresponden a los hermanos y hermanas, con arreglo al artícu-
lo precedente, se debe hacer por iguales partes, si proceden del
mismo matrimonio; si son de matrimonio diferente, la división se
opera por mitad entre las dos líneas, materna y paterna del difunto;
los hermanos carnales figuran en las dos líneas, y los uterinos y
consanguíneos, cada uno en su línea respectiva.
Si no hay hermanos o hermanas más que de una sola línea, adquie-
ren íntegra la herencia, con exclusión de los demás parientes de la
otra.
Art. 753.- A falta de hermanos o hermanas o descendientes de los
mismos, y a falta de ascendientes en una u otra línea, la sucesión
pertenece en una mitad a los ascendientes supervivientes, y en la
otra mitad a los parientes más próximos de la otra línea.
Si concurrieren parientes colaterales de un mismo grado, harán
entre sí la división por cabezas.
Art. 754.- En el caso previsto en el artículo anterior, el padre o la
madre que sobreviva tiene el usufructo de la tercera parte de los
bienes que no herede en propiedad.
Art. 755.- Los parientes que se encuentren fuera de los límites del
duodécimo grado, no tienen derecho a la sucesión.
A falta de parientes de grado hábil, para suceder en una línea, suce-
den en él todos los parientes de la otra.

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CAPÍTULO IV
De las sucesiones irregulares.

SECCIÓN I
De los derechos de los hijos naturales a los bienes de sus
padres, y de la sucesión de los hijos naturales
muertos sin descendencia.

Artículos 756 al 761.- (Derogados por la Ley 121 del 26 de mayo de


1939, G. O. 5317).
Art. 762.- Las disposiciones de los artículos 757 y 758, no son apli-
cables a los hijos adulterinos o incestuosos.
La ley no les concede más que alimentos.
Art. 763.- Para regular estos alimentos se tendrán en cuenta las
facultades del padre o de la madre, y el número y condiciones de
los hijos legítimos.
Art. 764.- Cuando el padre o la madre del hijo adulterino o in-
cestuoso le hayan hecho aprender un oficio o arte mecánico, o le
hayan asegurado alimentos vitalicios, no podrán hacer ninguna
reclamación contra su sucesión.
Art. 765.- La sucesión del hijo natural muerto sin descendencia,
pertenece al padre o la madre que lo haya reconocido, o por mitad
a ambos, si el reconocimiento hubiere sido por parte de uno y otro.
Art. 766.- (Derogado por la Ley 121 del 26 de mayo de 1939, G. O.
5317).

SECCIÓN II
De los derechos del cónyuge superviviente y del Estado

Art. 767.- Si el difunto no deja parientes en grado hábil de suceder


ni hijos naturales, los bienes constitutivos de su sucesión pertene-
cen al cónyuge que sobreviva.
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Art. 768.- A falta del cónyuge superviviente, recaerá la sucesión en


el Estado.
Art. 769.- El cónyuge superviviente y la administración de los bienes
del Estado que pretendan tener derecho a la sucesión, deben hacer
poner los sellos y formalizar los inventarios, en las formas prescritas
para la aceptación de las sucesiones, a beneficio de inventario.
Art. 770.- Deben pedir la toma de posesión, al tribunal de primera
instancia del distrito en el cual esté abierta la sucesión. El tribunal
no podrá fallar sino después de hacer tres anuncios por la prensa, y
fijar edictos en las formas acostumbradas, y después de haber oído
al fiscal.
Art. 771.- El cónyuge que sobreviva está obligado a colocar el valor
del mobiliario, o dar fianza bastante para asegurar su restitución,
para el caso en que se presenten herederos del difunto en el inter-
valo de tres años: pasado este plazo, se cancelará la fianza.
Art. 772.- El esposo superviviente o la administración de bienes
del Estado, que no hubiesen cumplido las formalidades a que res-
pectivamente están obligados, podrán ser condenados a satisfacer
daños y perjuicios a los herederos si se presentaren.
Art. 773.- Las disposiciones de los artículos 769, 770, 771 y 772 son
comunes a los hijos naturales, llamados a falta de parientes.

CAPÍTULO V
De la aceptación y de la
repudiación de las sucesiones.

SECCIÓN I
De la reputación.

Art. 774.- Una sucesión puede ser aceptada pura y simplemente, o


a beneficio de inventario.

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Art. 775.- Nadie está obligado a aceptar la sucesión que le


corresponda.
Art. 776.- (Modificado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G. O. 4435). Las sucesiones recaídas a los menores y a los interdic-
tos no podrán ser válidamente aceptadas sino de conformidad con
las disposiciones del título de la menor edad, de la tutela y de la
emancipación.
Art. 777.- El efecto de la aceptación se retrotrae al día en que se
abre la sucesión.
Art. 778.- La aceptación puede ser expresa o tácita: es expresa,
cuando se usa el título o la cualidad de heredero en un documento
público o privado: es tácita, cuando el heredero ejecuta un acto que
supone necesariamente su intención de aceptar, y que no tendría
derecho a realizar sino en su cualidad de sucesor.
Art. 779.- Los actos que sean puramente de conservación, vigilan-
cia y administración provisional, no son actos de aceptación de la
herencia, si al ejecutarlos no se ha tomado el título o la cualidad del
heredero.
Art. 780.- La donación, venta o traslación que de sus derechos
eventuales a la herencia haga uno de los herederos, bien a un ex-
traño o a todos sus coherederos o a algunos de ellos, significa de su
parte aceptación de la sucesión.
Lo mismo sucede: 1o. con la renuncia, aunque se verifique a título
gratuito, que hace uno de los herederos en beneficio de uno o de
varios de sus copartícipes en la herencia; 2o. con la renuncia que
haga en provecho de todos sus coherederos indistintamente, cuan-
do por aquella renuncia reciba un precio.
Art. 781.- Si aquel a quien corresponde una sucesión, muere sin ha-
berla repudiado o aceptado expresa o tácitamente, sus herederos
pueden aceptarla o repudiarla por sí.

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Art. 782.- Si estos herederos no están de acuerdo para aceptar o


repudiar la herencia, debe ésta aceptarse a beneficio de inventario.
Art. 783.- El mayor de edad no puede reclamar contra la aceptación
expresa o tácita que hubiese hecho de una sucesión, sino en el caso
en que hubiese aceptado a consecuencia de un dolo practicado res-
pecto de él; no puede nunca reclamar por causa de lesión, excepto
únicamente en el caso en que la sucesión se hubiese consumido o
disminuido en más de la mitad, por la aparición de un testamento
desconocido en el momento de la aceptación.

SECCIÓN II
De la repudiación de las sucesiones

Art. 784.- La renuncia de una sucesión no se presume: debe hacer-


se precisamente en la secretaría del tribunal de primera instancia
del distrito en que se haya abierto la sucesión, debiendo inscribirse
en un registro particular que al efecto se lleve.
Art. 785.- Se reputa como si nunca hubiera sido heredero al que
renunciare.
Art. 786.- La parte del renunciante acrece a sus coherederos; y si no
los hubiere, corresponderá al grado subsecuente.
Art. 787.- No procede nunca la representación de un heredero que
haya renunciado: si el renunciante es único heredero de su grado,
o si todos sus coherederos renuncian, los hijos vienen por sí y suce-
den por cabezas.
Art. 788.- Los acreedores de aquel que renuncie en perjuicio de sus
derechos, pueden pedir que se les autorice judicialmente a aceptar
la sucesión de su deudor, y en su caso y lugar.
Si así sucede, la repudiación no se anula más que en favor de los
acreedores y únicamente hasta cubrir sus créditos; pero nunca
producirá efectos en beneficio del heredero que haya renunciado.

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Art. 789.- La facultad de aceptar o repudiar una sucesión, prescribe


por el transcurso del tiempo exigido para la más extensa prescrip-
ción de los derechos inmobiliarios.
Art. 790.- Mientras no haya prescrito el derecho de aceptar, tienen
todavía los herederos que renunciaron, la facultad de hacer suya la
sucesión, si no ha sido aceptada ya por otros herederos; sin perjui-
cio, se entiende de los derechos que hayan podido adquirir terceras
personas en los bienes de la sucesión, ya sea por prescripción o
por contratos válidamente celebrados con el curador de la sucesión
vacante.
Art. 791.- No se puede renunciar, aunque sea en contrato de ma-
trimonio, a la sucesión de una persona que vive, ni enajenar los
derechos eventuales que puedan tenerse a su sucesión.
Art. 792.- Los herederos que hubieren distraído u ocultado efectos
pertenecientes a la sucesión, pierden la facultad de renunciar a
ésta: se considerarán como simples herederos, a pesar de su re-
nuncia, sin poder reclamar parte alguna en los objetos sustraídos
u ocultados.

SECCIÓN III
Del beneficio de inventario, de sus
efectos y de las obligaciones del heredero beneficiario

Art. 793.- La declaración de un heredero, de que no intenta tomar


esta cualidad sino a beneficio de inventario, se hará en la secretaría
del tribunal de primera instancia en cuyo distrito esté abierta la
sucesión, y debe inscribirse en el registro especial destinado para
recibir las actas de renuncia.
Art. 794.- Esta declaración no tendrá efecto, si no va precedida o
seguida de un inventario fiel y exacto de los bienes de la sucesión,
en las formas que determinen las leyes de procedimiento y en los
plazos que se fijarán en los artículos siguientes.

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Art. 795.- Se concede al heredero tres meses para hacer inventario,


a contar desde el día en que se abrió la sucesión.
Tendrá además, para deliberar sobre su aceptación o renuncia,
un plazo de cuarenta días, que se contarán desde el día en que
expiraron los tres meses concedidos para el inventario, o desde el
momento en que se concluyó éste, si lo fue antes de los tres meses.
Art. 796.- Si existen, sin embargo, en la sucesión, objetos suscepti-
bles de gran deterioro o de conservación dispendiosa, el heredero
puede, en su derecho a suceder, y sin que de sus actos en este con-
cepto puedan deducirse una aceptación, obtener una autorización
judicial para realizar la venta de aquellos efectos.
La venta debe realizarse por oficial público, previos los edictos y
publicaciones prescritas en las leyes de procedimiento.
Art. 797.- Durante el transcurso de los plazos para hacer inventario y
para deliberar, no puede obligarse al heredero a aceptar la cualidad
de tal, ni en este sentido puede pronunciarse sentencia contra él: si
renuncia al concluir los plazos o antes, son de cuenta de la sucesión
los gastos hechos por él legítimamente hasta aquella época.
Art. 798.- Concluidos los términos ya expresados, el heredero, si
le apremian, puede pedir nuevo plazo, que el tribunal concederá o
rehusará, según las circunstancias.
Art. 799.- Los gastos de las diligencias a que se refiere el artículo
anterior, serán de cuenta de la sucesión, si el heredero justifica
que no había tenido noticia del fallecimiento, o que los plazos han
sido insuficientes, por la situación de los bienes, o a causa de las
cuestiones suscitadas; si no hace esta justificación, se le imputarán
personalmente las costas.
Art. 800.- El heredero conserva, sin embargo, después de la ter-
minación de los plazos concedidos por el artículo 795 y de los
acordados por el juez conforme el artículo 798, la facultad de hacer
inventario y de presentarse como heredero beneficiario, si no ha

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ejecutado todavía acto alguno como heredero, o si no existe contra


él sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, que le condene
en calidad de heredero puro y simple.
Art. 801.- El heredero que se ha hecho culpable de ocultación de
bienes, o que ha omitido conscientemente, o de mala fe, en el
inventario, efectos que en el mismo debían figurar, perderá sus
derechos al beneficio de inventario.
Art. 802.- Los efectos del beneficio del inventario, son conceder al
heredero las siguientes ventajas: 1ra. no estar obligado al pago de
la deuda de la sucesión, sino hasta el límite del valor de los bienes
recibidos, teniendo la facultad de prescindir del pago de aquellas,
abandonando todos los bienes de la sucesión a los acreedores y
legatarios; 2da. no confundir sus bienes personales con los de la
sucesión, y conservar contra ésta el derecho de reclamar el pago
de sus créditos.
Art. 803.- El heredero beneficiario administra los bienes de la su-
cesión, y debe dar cuenta de su administración a los acreedores y
a los legatarios.
No puede ser apremiado en sus bienes personales, sino en el caso
de haber sido puesto en mora para la representación de sus cuen-
tas, y por falta de haber cumplido con esta obligación.
Liquidada su cuenta, no puede ser apremiado en sus bienes per-
sonales, sino en el valor que representen las sumas en que resulte
alcanzado.
Art. 804.- No responde en su administración más que de las faltas
graves.
Art. 805.- No puede vender los muebles de la sucesión, sino en
subasta, previos los edictos y publicaciones legales.
Si presentare los bienes en naturaleza, no responde más que de la
depreciación o del deterioro causado por su negligencia.

ÍNDICE POR 202


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Art. 806.- No puede vender los inmuebles sino conforme a las


reglas prescritas en las leyes de procedimiento, y está obligado a
entregar el precio a los acreedores según el orden de sus privilegios
e hipotecas.
Art. 807.- Si los acreedores u otras personas interesadas lo exi-
gieren, está obligado a dar fianza legal y bastante del valor de los
muebles comprendidos en el inventario, y del importe del precio
de los inmuebles que no hayan pasado a manos de los acreedores
hipotecarios.
No prestando por su culpa aquella fianza, se venderán los muebles,
y su precio, lo mismo que las cantidades no entregadas del valor
de los inmuebles, se depositarán para atender a las cargas de la
sucesión.
Art. 808.- Si hubiere acreedores oponentes, el heredero beneficia-
rio no podrá pagar más que en el orden y en la forma que el juez
prescriba.
Si no los hubiere, pagará a los acreedores y legatarios a medida que
se presenten.
Art. 809.- Los acreedores no oponentes que no se presenten hasta
después de saldada la cuenta y pagado el alcance, no tienen acción
más que contra los legatarios.
En uno y otro caso, el recurso prescribe por el lapso de tres años a
contar desde el día del saldo de la cuenta y pago del alcance.
Art. 810.- Serán de cargo de la sucesión los gastos de sellos si se
hubiesen puesto, y los de inventario y cuentas.

SECCIÓN IV
De las sucesiones vacantes

Art. 811.- Cuando terminados los plazos para hacer inventario y


deliberar, no se presente nadie a reclamar una sucesión, ni hubiere

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heredero conocido, o los que se conozcan haya renunciado, se re-


putará vacante aquella sucesión.
Art. 812.- El tribunal de primera instancia en cuyo distrito se haya
abierto aquella, nombrará un curador a instancia de las personas
interesadas o a requerimiento del fiscal.
Art. 813.- El curador de una sucesión vacante, está obligado ante
todo a hacer constar su estado por medio de inventario; ejercitará
los derechos y entablará las acciones a ellas correspondientes; res-
ponderá a las demandas contra la misma formuladas; administrará,
con la obligación de depositar el numerario existente, y el que
proceda de las ventas que se realicen de muebles e inmuebles, en
poder del tesorero de hacienda pública, para la conservación de los
derechos; y obligado a dar cuenta a quien corresponda.
Art. 814.- Por lo demás, son aplicables a los curadores de sucesio-
nes vacantes las disposiciones de la sección tercera del presente
capítulo, sobre las formalidades del inventario, administración y
cuentas a que está obligado el heredero beneficiario.

CAPÍTULO VI

SECCIÓN I
De la acción de partición y de su forma.

Art. 815.- (Modificado por la Ley 935 del 25 de junio de 1935, G.


O. 4806). A nadie puede obligarse a permanecer en el estado de
indivisión de bienes, y siempre puede pedirse la partición, a pesar
de los pactos y prohibiciones que hubiere en contrario.
Puede convenirse, sin embargo, en suspender la partición durante
un tiempo limitado; pero este convenio no es obligatorio pasados
cinco años, aunque puede renovarse.

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Sin embargo, la acción en partición de comunidad por causa de


divorcio, prescribirá a los dos años a partir de la publicación de la
sentencia, si en este término no ha sido intentada la demanda.
Se considerará, que la liquidación y partición de la comunidad,
después de la disolución del matrimonio por el divorcio, ha sido
efectuada, si dentro de los dos años que sigan a la publicación de la
sentencia de divorcio, ninguno de los cónyuges asume la condición
de parte diligente para hacerla efectuar. Cada cónyuge conservará lo
que tenga en su posesión. Para las acciones en partición de comuni-
dad por causa de divorcio, pronunciados y publicados con anteriori-
dad a la presente ley y que no se hubiesen iniciado todavía, el plazo
de dos años comenzará a contarse desde la fecha de la publicación
de esta ley.
Art. 816.- La participación puede solicitarse aun cuando algunos de
los coherederos hubiese disfrutado separadamente de una porción
de los bienes de la sucesión, y si no existe acta de partición o pose-
sión bastante para adquirir la prescripción.
Art. 817.- La acción de participación respecto de los coherederos
menores de edad o que estén sujetos a interdicción, puede ejerci-
tarse por sus tutores, especialmente autorizados por un consejo de
familia.
Respecto a los coherederos ausentes, la acción compete a los pa-
rientes a quienes se haya dado posesión.
Art. 818.- El marido puede, sin el concurso de su mujer promover la
partición de los objetos muebles o inmuebles a que aquélla tenga
derecho y deban entrar en la comunidad: respecto de los objetos
que no pertenezcan a la comunidad de bienes, el marido no puede
promover su partición sin el concurso de su mujer; únicamente está
facultado, si tiene derecho a disfrutar de sus bienes, a pedir una
partición provisional.
Los coherederos de la mujer no pueden promover la partición defi-
nitiva, sino haciendo comparecer a ambos esposos.
ÍNDICE POR 205
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Art. 819.- Si están presentes todos los herederos y son mayores de


edad, no será necesario poner los sellos en los efectos de sucesión;
y puede hacerse la partición en la forma y por el documento que
consideren conveniente.
Si no están presentes todos los herederos, si hay entre ellos meno-
res o personas sujetas a interdicción, se deben poner los sellos en
el término más breve por solicitud de los interesados, o a requeri-
miento del fiscal del tribunal de primera instancia, o de oficio por el
Juez de Paz del lugar en el cual esté abierta la sucesión.
Art. 820.- También podrá pedir la aplicación de sellos los acreedores
que tengan título ejecutivo o autorización judicial.
Art. 821.- Una vez puestos los sellos, todos los acreedores pueden
formar oposición, aun los que no tengan título ejecutivo o permiso
del juez.
Las formalidades para quitar los sellos y hacer inventario, se deter-
minan por las leyes de procedimiento.
Art. 822.- La acción de partición y las cuestiones litigiosas que se
susciten en el curso de las operaciones, se someterán al tribunal del
lugar en que esté abierta la sucesión.
Ante este mismo tribunal se procederá a la licitación, y se discutirán
las demandas relativas a la garantía de los lotes entre los copartíci-
pes, y las de rescisión de la partición.
Art. 823.- Si uno de los coherederos se negase a aprobar la par-
tición, o se promueven cuestiones sobre la forma de practicarla
o de concluirla, el tribunal pronunciará su fallo sumariamente; o
comisionará, si procediese, un juez para las operaciones de par-
tición: con el informe de éste el tribunal resolverá las cuestiones
pendientes.
Art. 824.- La tasación de los bienes inmuebles se verificará por
peritos designados por las partes; y si estos se niegan, nombrados
de oficio.
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Las diligencias de los peritos deben contener las bases del avalúo;
indicarán si el objeto tasado es susceptible de cómoda división,
de qué manera ha de hacerse ésta y fijar, por último, en caso de
proceder a la misma, cada una de las partes que puedan formarse,
y su respectivo valor.
Art. 825.- El avalúo de los muebles, si no se ha hecho la estimación
en un inventario regular, debe hacerse por personas inteligentes,
en un justo precio y sin aumento.
Art. 826.- Cada uno de los coherederos puede pedir su parte en los
mismos muebles e inmuebles de la sucesión. Sin embargo, si hay
acreedores que hayan hecho embargos u oposición, o si la mayoría
de los coherederos juzga la venta necesaria para pago de deudas o
cargas de la sucesión, se venderán los muebles públicamente y en
la forma ordinaria.
Art. 827.- Si no pueden dividirse cómodamente los inmuebles, se
procederá a su venta por licitación ante el tribunal.
Sin embargo, las partes, si todas son mayores de edad, podrán con-
sentir que se haga la licitación ante un notario, para cuya elección
se pondrán de acuerdo.
Art. 828.- Una vez estimados y vendidos los bienes muebles o
inmuebles, el juez comisionado, si procede, mandará a los interesa-
dos ante el notario que ellos mismos hayan designado, o que haya
sido nombrado de oficio, si sobre este punto no hubiere habido
acuerdo.
Ante este oficial público se procederá a la dación y liquidación de
las cuentas que los copartícipes puedan tener entre sí, a la forma-
ción de la masa general de bienes; al arreglo de los lotes o hijuelas;
y a las cantidades que hayan de suministrarse a cuenta, a cada uno
de los interesados.

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Art. 829.- Cada coheredero traerá a colación de la masa común,


conforme a las reglas que más adelante se establecerán, los dones
o regalos que se le hubiesen hecho y las sumas que deba.
Art. 830.- Si la colación no se ha hecho en naturaleza, los coherede-
ros a quienes se deban percibirán una porción igual a los objetos en
cuestión, tomada de la masa general de la sucesión.
Estas deducciones se harán, en cuanto sea posible, con objetos
de la misma naturaleza, cualidad y bondad que los que debieron
traerse a colación.
Art. 831.- Hechas aquellas deducciones, se procede con lo que
quede en la masa de bienes, a la formación de tantos lotes iguales
como individuos o estirpes copartícipes haya.
Art. 832.- En la formación y composición de los lotes debe evitarse,
en cuanto sea posible, dividir en trozos las fincas, y separar las la-
bores: conviene también, si se puede, hacer figurar en cada crédito
la misma cantidad en muebles, inmuebles, derechos o créditos de
la misma naturaleza y valor.
Art. 833.- La desigualdad que resulte en los lotes en especie, se
compensará con rentas o numerario.
Art. 834.- Los lotes se hacen por uno de los coherederos, si los de-
más convienen en ello, y si el elegido acepta la comisión: en el caso
contrario, los lotes se harán por un perito que el juez comisario
designe. Después de hechos los lotes, se procederá a su sorteo.
Art. 835.- Antes de proceder al sorteo cada copartícipe puede for-
mular reclamaciones contra la formación de sus lotes.
Art. 836.- En la subdivisión que debe hacerse en las estirpes llama-
das a suceder, se observarán las mismas reglas establecidas para la
división de la masa general de bienes.
Art. 837.- Si al realizarse las operaciones ante el notario se suscitan
cuestiones, aquel funcionario formará diligencias acerca de aque-
llas dificultades y de las opiniones mantenidas por los interesados,
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y las remitirá al juez comisario nombrado para la partición; además


se observarán las formas prescritas en las leyes de procedimiento.
Art. 838.- Si todos los coherederos no estuviesen presentes o hu-
biese entre ellos algunos en interdicción o menores, aunque sean
emancipados, la participación se hará judicialmente, conforme a
las reglas prescritas en los artículos 819 al 837 de este Código. Si se
presentaran varios menores con intereses opuestos en la partición,
se nombrará a cada uno de ellos un tutor especial y particular.
Art. 839.- Si en el caso del precedente artículo procediese la lici-
tación, ésta no se hará sino judicialmente y con las formalidades
prescritas para la licitación de bienes de menores; los extraños
serán siempre admitidos en ellas.
Art. 840.- Las particiones hechas conforme a las reglas ya prescritas
por los tutores, con autorización del consejo de familia, por los
menores emancipados asistidos de sus curadores, o en nombre de
los ausentes o no presentes, son definitivas: si no se han observado
las reglas prefijadas no tendrán las particiones más que un carácter
provisional.
Art. 841.- Toda persona, aunque sea pariente del difunto, que no
tenga capacidad para sucederle y a la cual haya cedido un cohere-
dero su derecho a la sucesión, puede ser excluida de la partición,
ya por todos los coherederos, o ya por uno solo, reembolsándole el
precio de la cesión.
Art. 842.- Concluida la partición, deben entregarse a cada uno de
los copartícipes los títulos particulares de pertenencia de los obje-
tos que se les hubieren designado.
Los títulos de una propiedad dividida quedará en poder de aquel a
quien haya cabido la mayor parte, con la obligación de tenerlos a
disposición de sus copartícipes, si los necesitaren.
Los títulos comunes a toda la herencia, quedarán en poder de aquel
de los herederos que los demás hayan nombrado depositario, con

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la obligación de tenerlos a la disposición de los coherederos en el


momento en que por ellos se le pidan.
Si hubiere dificultad para el nombramiento de depositario, la resol-
verá el juez.
SECCIÓN II
De las colaciones

Art. 843.- Todo heredero, aunque lo sea a beneficio de inventario,


que se presente a suceder, debe aportar a sus coherederos todo lo
que hubiere recibido del difunto, por donación entre vivos directa o
indirectamente, no puede retener las dádivas ni reclamar los lega-
dos que le haya hecho el difunto, a no ser que aquellos que le hayan
hecho expresamente por vía de mejora, y además de su parte, o
dispensándoles de la colación.
Art. 844.- Aun en el caso en que las dádivas y legados se le hubie-
sen hecho por la vía de mejora o con dicha dispensa, no puede el
heredero, cuando se trate de partición, retenerlos, sino en cuanto
alcance la porción disponible; lo demás está sujeto a colación.
Art. 845.- El heredero que renuncie a la sucesión puede, no obs-
tante, retener lo donado entre vivos, o reclamar el legado que se le
hizo, en la porción disponible.
Art. 846.- El donatario que no era heredero presuntivo al tiempo de
la donación, pero que se encuentra hábil para heredar en el día en
que se abra la sucesión, debe también colacionar, a no ser que el
donante le haya dispensado de ello.
Art. 847.- Las dádivas y legados hechos al hijo del que tenga capaci-
dad para heredar en la época en que se abra la sucesión, se reputan
siempre hechos con dispensa de colación.
El padre que figure en la sucesión del donante, no tiene obligación
de colacionarlos.

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Art. 848.- Del mismo modo, el hijo que venga por derecho propio a
la sucesión del donante, no está obligado a colacionar la donación
hecha a su padre, aun cuando hubiere aceptado la sucesión de
este; pero si su carácter de heredero se debe a la representación,
debe aportar todo cuanto se hubiere dado a su padre, aun en el
caso en que no hubiere admitido su sucesión.
Art. 849.- Las dádivas y legados hechos al cónyuge de una persona
que tenga capacidad para heredar, se reputan hechos con dispensa
de colación.
Si aquellos hubiesen sido hechos conjuntamente a dos esposos, de
los cuales uno solo estuviere en condiciones de heredar, colaciona-
rá éste la mitad de lo recibido; y si fuesen hechos al cónyuge hábil
para suceder: los colacionará íntegros.
Art. 850.- La colación no se hará sino en la sucesión del donante.
Art. 851.-Se debe traer a colación lo que se hubiere empleado para
el establecimiento de uno de los coherederos o para el pago de sus
deudas.
Art. 852.- No se deben colacionar los gastos de alimentos, ma-
nutención, educación, aprendizaje, los ordinarios de equipo, los
regalos de uso y gastos de bodas.
Art. 853.- Lo mismo sucederá con las utilidades que el heredero
pudiera deducir de algunos convenios celebrados con el difunto, si
aquellos, al otorgarse, no ofrecían ninguna utilidad indirecta.
Art. 854.- Tampoco procede la colación, cuando se trata de socie-
dades formadas sin fraude entre el difunto y uno de los herederos,
con tal que las condiciones de aquellas se hayan consignado en
documento auténtico.
Art. 855.- No están sujetos a colación los bienes inmuebles destrui-
dos por caso fortuito y sin culpa del donatario.

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Art. 856.- Los frutos e intereses de las cosas sujetas a colación no se


deben sino desde el día en que se abrió la sucesión.
Art. 857.- Sólo es debido la colación de coheredero a coheredero;
nunca a los legatarios ni a los acreedores de la sucesión.
Art. 858.- Se hace la colación, o restituyendo las cosas en naturale-
za, o recibiendo de menos el equivalente de su precio.
Art. 859.- Puede exigirse la presentación de la misma cosa, respec-
to de los bienes inmuebles, siempre que la finca que se dio no haya
sido vendida por el donatario y no haya en la sucesión inmuebles de
la misma especie, valor y bondad, con los cuales puedan formarse
lotes próximamente iguales para los demás coherederos.
Art. 860.- No tiene lugar la colación, sino dejando de recibir el equi-
valente del precio, cuando el donatario ha enajenado el inmueble
antes de abrirse la sucesión: se debe aquélla del valor del inmueble
en la época en que se abrió ésta.
Art. 861.- En todos los casos deben abonarse al donatario los gas-
tos que hayan mejorado la cosa, teniendo en cuenta el aumento de
valor que tenga al hacerse la partición.
Art. 862.- Le serán igualmente abonados los gastos necesarios he-
chos para la conservación de la cosa, aunque no la haya mejorado.
Art. 863.- El donatario, por su parte, es responsable de todas las
disminuciones o deterioros que por su culpa o negligencia haya
experimentado el inmueble.
Art. 864.- En el caso en que el inmueble haya sido enajenado por el
donatario, las mejoras o disminuciones hechas por el adquiriente,
deben imputarse con arreglo a los tres artículo precedentes.
Art. 865.- Si la colación se hace con los mismos bienes, éstos se
unirán a la masa de la sucesión, libres de todas las cargas que el do-
natario les haya creado; pero los acreedores hipotecarios pueden

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intervenir en la partición, para oponerse a que la colación se haga


en fraude de sus derechos.
Art. 866.- Cuando la donación de un inmueble hecha a una perso-
na hábil para heredar, con dispensa de colación, exceda la porción
disponible, debe colacionarse el exceso en la misma cosa, si la
separación de éste puede hacerse cómodamente.
En el caso contrario, si el exceso es de más de la mitad del inmue-
ble, el donatario debe aportar aquél en totalidad, sin perjuicio de
su derecho de deducir de la masa el valor de la porción disponible;
si esta porción disponible excede la mitad del valor del inmueble,
podrá el donatario retenerlo íntegro, con la obligación de tomarlo
de menos en el resto de la herencia, y resarcir a sus coherederos en
metálico o en otra forma.
Art. 867.- El coheredero que restituya el mismo inmueble trayéndo-
lo a colación, puede retener su posesión hasta que se le reintegren
en efectivo las cantidades que se le deban por gastos o mejoras.
Art. 868.- La colación de los bienes muebles, no se hace sino en
su equivalente; se practica seguir el valor que tenían al tiempo de
la donación, con arreglo al estado de valuación que debe unirse al
instrumento de ella, y a falta de este estado, por tasación de peritos
en su justo valor, y sin aumento alguno.
Art. 869.- La colación de dinero donado se hace tomando menos
del que se encuentre en la sucesión.
En caso de que no baste, puede el donatario dispensarse de la co-
lación del numerario, abonando muebles hasta igual valor, y a falta
de ellos, inmuebles de la sucesión.

SECCIÓN III
Del pago de las deudas
Art. 870.- Los coherederos contribuirán entre sí al pago de las deu-
das y cargas de la sucesión, uno en proporción de lo que recibe en
ella.
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Art. 871.- El legatario, a título universal, contribuirá con los here-


deros a la prorrata de lo que perciba; pero el legatario particular
no está obligado a las deudas y cargas, salvo siempre la acción
hipotecaria sobre el inmueble legado.
Art. 872.- Cuando en una sucesión haya inmuebles gravados con
hipoteca especial por alguna renta, cada uno de los coherederos
puede exigir que se reintegren las rentas, y se dejen libres los bienes
inmuebles antes que se proceda a la formación de los lotes; si los
herederos dividen la sucesión en el estado en que se encuentra, el
inmueble gravado debe tasarse como los demás bienes inmuebles:
se hace deducción del capital de la renta sobre el precio total, y el
heredero en cuyo lote se comprende este inmueble, queda él solo
gravado con el pago de la renta, y debe garantizar la libertad de ella
a sus coherederos.
Art. 873.- Los herederos están obligados a las deudas y cargas he-
reditarias de la sucesión personalmente por su parte y porción, e
hipotecariamente en el todo; pero sin perjuicio de recurrir, bien sea
contra sus coherederos, bien contra los legatarios universales, en
razón de la parte con que deben contribuirles.
Art. 874.- El legatario particular que ha pagado la deuda con que
estaba gravado el inmueble que se le legó, queda subrogado en
los derechos del acreedor contra los herederos y sucesores a título
universal.
Art. 875.- El coheredero o sucesor a título universal, que por efecto
de la hipoteca haya pagado más de lo que le tocaba de la deuda co-
mún, no puede recurrir contra los demás coherederos o sucesores
a título universal, sino por la parte que cada uno debió pagar per-
sonalmente, aun en el caso que el coheredero que pagó la deuda
se hubiese hecho subrogar en los derechos de los acreedores; pero
sin perjuicio de los de un coheredero que por efecto del beneficio
de inventario, hubiese conservado la facultad de reclamar el pago
de su crédito personal, como otro cualquier acreedor.

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Art. 876.- En caso de insolvencia de uno de los coherederos o suce-


sores a título universal, se reparte su porción en la deuda hipoteca-
ria, entre todos los otros a prorrata.
Art. 877.- Los títulos ejecutivos contra el difunto, lo son también
contra el heredero personalmente; pero los acreedores no podrán
hacerlos ejecutar, sino ocho días después de la correspondiente
notificación a la persona o en el domicilio del heredero.
Art. 878.- Pueden en todos los casos, y contra cualquier acreedor,
pedir la separación del patrimonio del difunto del de el heredero.
Art. 879.- No se puede, sin embargo, ejercitar ese derecho cuando
hay renovación en el crédito contra el difunto, por haber aceptado
el acreedor al heredero como deudor suyo.
Art. 880.- Este derecho, con respecto a los muebles, prescribe por
el lapso de tres años.
La acción está expedita con respecto a los inmuebles, mientras
estos existan en poder del heredero.
Art. 881.- No se admite a los acreedores del heredero la deman-
da de separación de los patrimonios contra los acreedores de la
sucesión.
Art. 882.- Los acreedores de un copartícipe, para evitar que se haga
la partición en fraude de sus derechos, pueden oponerse a que
se ejecute sin su asistencia; tienen derecho a intervenir en ella a
expensas suyas; pero no pueden impugnar una participación con-
sumada, a no ser que se haya procedido a ella sin su asistencia, y
contra alguna oposición que hubiesen hecho.

SECCIÓN IV
De los efectos de la partición y de la garantía de los lotes

Art. 883.- Se considera que cada coheredero ha heredado solo e


inmediatamente, todos los efectos comprendidos en su lote o que
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le tocaron en subasta, y no haber tenido jamás la propiedad en los


demás efectos de la sucesión.
Art. 884.- Los coherederos quedan siendo garantes respectivamen-
te los unos para con los otros solamente de las perturbaciones y
evicciones que procedan de una causa anterior a la participación.
No tiene lugar la garantía, si la especie de evicción que se padece
se exceptuó por cláusula especial y expresa en la escritura de parti-
ción, y cesa si el coheredero la padece por su culpa.
Art. 885.- Cada uno de los coherederos está personalmente obli-
gado, en proporción de la parte que le tocó, a indemnizar a su
coheredero de la pérdida que le ocasione la evicción.
Si uno de los coherederos se hallase insolvente, debe igualmente
repartirse la porción a que estaba obligado, entre el mismo que
sufrió la evicción y los demás coherederos que estén solventes.
Art. 8863.- La garantía de la solvencia del deudor de una renta, no
puede exigirse sino dentro de los cinco años siguientes a la parti-
ción: no ha lugar a la garantía, en razón de la insolvencia del deudor,
cuando no sobrevino sino después de consumada la partición.

SECCIÓN V
De la rescisión en materia de particiones

Art. 887.- Pueden rescindirse las particiones por causa de dolo o


violencia.
También debe haber lugar a la rescisión, cuando uno de los cohere-
deros sostuviese habérsele perjudicado en más de la cuarta parte.
La simple omisión de un objeto de la sucesión, no da lugar a la
acción de rescisión, sino sólo para pedir un suplemento al acta de
la partición.
Art. 888.- Se admite la acción de rescisión contra cualquier acto que
tenga por objeto hacer cesar la indivisión entre los coherederos,
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aunque fuese calificado de venta, cambio, transacción o de cual-


quiera otra manera.
Pero después de la partición o del acto que hace veces de ella, no
puede admitirse la acción de rescisión contra la transacción hecha
sobre las dificultades reales que presentaba el primer acto, aun
cuando no hubiese habido con este motivo pleito comenzado.
Art. 889.- No se admite la acción contra la venta de un derecho a la
herencia, hecha sin fraude a uno de los coherederos de su cuenta y
riesgo, por los otros coherederos, o por uno de ellos.
Art. 890.- Para juzgar si ha habido lesión, se estiman los objetos por
el valor que tenían al tiempo de la partición.
Art. 891.- El demandado por acción de rescisión puede impedir su
curso y evitar una nueva partición, ofreciendo y dando al deman-
dante el suplemento de su porción hereditaria, sea de dinero o en
efectos.
Art. 892.- Al coheredero que enajenó su lote en todo o en parte,
no se le puede admitir a intentar la acción de rescisión por dolo o
violencia, si la enajenación que hizo es posterior al descubrimiento
de dolo o cesación de la violencia.

TÍTULO II
DE LAS DONACIONES ENTRE VIVOS
Y DE LOS TESTAMENTOS

CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 893.- Ninguno podrá disponer de sus bienes a título gratuito,
sino por donación entre vivos o por testamento, en forma que este
Código expresa.

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Art. 894.- La donación entre vivos es un acto por el cual el donante


se desprende actual e irrevocablemente de la cosa donada en favor
del donatario que la acepta.
Art. 895.- El testamento es un acto por el cual dispone el testador,
para el tiempo en que ya no exista, del todo o parte de sus bienes,
pero que puede revocar.
Art. 896.- Se prohíben las sustituciones.
Cualquier disposición por la que el donatario, el heredero instituido
o el legatario quede obligado a conservar y restituir a un tercero,
será nula, aun respecto del donatario, del heredero instituido o del
legatario.
Art. 897.- Se exceptúan de lo dispuesto en el artículo precedente,
las disposiciones permitidas a los padres, hermanos y hermanas, en
el capítulo 6to. del presente título.
Art. 898.- (Modificado por la Ley 356 del 31 octubre 1940, G.O.
5517). La disposición por la cual sea llamado un tercero a recibir la
donación, la herencia o el legado, en el caso en que el donatario, el
heredero instituido o el donatario no lo recojan, no se considerará
como una sustitución, y será válida.
Tampoco se considerará como una sustitución y será por tanto
válida la disposición entre vivos o testamentaria hecha por el padre
en favor de una o varias personas con el encargo de administrar,
sucesiva o conjuntamente, los bienes donados y retenerlos para
ser restituidos a uno o más de sus hijos cuando lleguen a la mayor
edad. Por el acto de disposición, o posteriormente, podrá el padre
mandar todo lo concerniente a la administración y conservación de
los bienes donados o legados.
La gestión del fiduciario no estará sujeta a la administración de
la tutela. Sus actos, cuando no fueren de simple administración,
deberán ser previamente autorizados por el Juez de Primera
Instancia.

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Art. 899.- La misma consideración merecerá el acto entre vivos o


testamentario, por lo cual se da a uno la propiedad y a un tercero
el usufructo.
Art. 900.- En toda disposición entre vivos o testamentaria, se
tendrán como no escritas las condiciones imposibles y las que son
contrarias a las leyes o a las buenas costumbres.

CAPÍTULO II
De la capacidad de disponer o de adquirir por
donación entre vivos o por testamento
Art. 901.- Para hacer una donación entre vivos o un testamento, es
preciso estar en perfecto estado de razón.
Art. 902.- Pueden disponer y adquirir, bien por donación entre
vivos o por testamento, todos aquellos que la ley no declara
incapacitados.
Art. 903.- El menor de menos de dieciséis años no podrá disponer
más que en los casos y forma que determina el capítulo 9no. del
presente título.
Art. 904.- Una vez llegado el menor de edad de dieciséis años, no
podrá disponer sino por testamento, y solo hasta la mitad de los
bienes de que la ley permite disponer al mayor de edad.
Art. 905.- (Derogado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G. O. 5535).
Art. 906.- Para ser capaz de recibir entre vivos, basta estar ya con-
cebido en el momento de la donación.
Para estar en condiciones de heredar por testamento, basta estar
concebido en la época de la muerte del testador.
Sin embargo cuando el niño no naciese viable, no producirán efecto
ni la donación ni el testamento.

ÍNDICE POR 219


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Art. 907.- El menor de edad, aunque llegado a la edad de diesciséis


años, no podrá, ni aun por testamento, disponer de sus bienes en
beneficio de su tutor. El menor de edad, al llegar a la mayor edad,
no podrá tampoco disponer ni por contrato entre vivos ni por testa-
mento, en favor de aquel que haya sido su tutor, si previamente no
se ha dado y finiquitado la cuenta definitiva de la tutela.
En los dos casos expresados, se exceptúan los ascendientes que
sean o hayan sido tutores de sus descendientes.
Art. 908.- (Derogado por la Ley 121 del 26 de mayo de 1939, G. O.
5317).
Art. 909.- Los doctores en medicina y cirugía, practicantes y farma-
céuticos que hayan asistido a una persona en su última enfermedad,
no podrán aprovecharse de las disposiciones entre vivos o testamen-
tarios que aquella hiciere en su favor mientras estuviere enferma.
Se exceptúan: 1. las disposiciones remuneratorias hechas a título
particular, en proporción a su fortuna y a los servicios que se le hayan
prestado; 2. las disposiciones universales en el caso de parentesco
hasta el cuarto grado inclusive, siempre que el difunto no tuviere he-
rederos en la línea recta, a no ser que se encuentre en el número de
estos últimos, aquel a cuyo favor se hubiera hecho la disposición. Las
mismas reglas se observarán en lo relativo a los ministros del culto.
Art. 910.- Las disposiciones entre vivos o por testamento, hechas
en beneficio de los establecimientos de beneficencia, pobre de un
pueblo o de alguna institución de utilidad pública, no producirán
efecto si no están autorizadas por un decreto de Gobierno.
Art. 911.- La disposición hecha en beneficio de una persona inca-
paz, será nula, aunque se la desfigure en la forma de un contrato
oneroso, o se haga a nombre de personas interpuestas. Se reputan
personas interpuestas, los padres, los hijos y descendientes, y el
cónyuge del incapacitado.
Art. 912.- (Derogado).

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CAPÍTULO III
DE LA PORCIÓN DE BIENES DISPONIBLE
Y DE LA REDUCCIÓN

SECCIÓN I
De la porción de bienes disponible

Art. 913.- Las donaciones hechas por contrato entre vivos o por tes-
tamento, no pueden exceder de la mitad de los bienes del donante,
si ha su fallecimiento dejare un solo hijo legítimo; de la tercera par-
te, si deja dos hijos, y de la cuarta parte, si éstos fuesen tres o más.
Art. 914.- Están comprendidos en el artículo precedente, bajo el
nombre de hijos, los descendientes de cualquier grado; pero no
se contarán sino por el hijo que representen en la sucesión del
testador.
Art. 915.- Las donaciones por contrato entre vivos o por testamen-
to, no pueden exceder de la mitad de los bienes, si a falta de hijo el
donante deja uno o varios ascendientes en cada una de las líneas
paterna y materna, y de las tres cuartas partes, si no deja ascen-
dientes más que en una línea.
Los bienes en esta forma reservados en beneficio de los ascendien-
tes, los recibirán éstos en el orden en que la ley los llame a suceder;
tendrán por sí sólo derechos a esta reserva en todos los casos en
que la partición, en concurrencia con los colaterales, no les diese la
porción de bienes a que la reserva ascienda.
Art. 916.- A falta de ascendientes y descendientes, las donaciones
por contrato entre vivos o por testamento, podrán absorber la to-
talidad de los bienes.
Art. 917.- Si la disposición por acto entre vivos o por testamento,
es de un usufructo o de una renta vitalicia, cuyo valor exceda de
la porción disponible, los herederos, en beneficio de los cuales se

ÍNDICE POR 221


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hace la reserva, podrán optar entre ejecutar aquella disposición o


abandonar la propiedad de la porción disponible.
Art. 918.- El valor en plena propiedad de los bienes enajenados,
bien con la carga de una renta vitalicia, bien a fondo perdido, o
con reserva de usufructo a uno de los herederos de la línea recta,
se imputará en la porción disponible, y el excedente, si lo hubiere,
se agregará a la masa común de bienes. Aquella imputación y esta
colación, no podrán ser reclamadas por los herederos en línea recta
que hayan consentido aquellas enajenaciones, y en ningún caso por
los que tengan capacidad para heredar en la línea colateral.
Art. 919.-La porción disponible podrá darse en todo o en parte,
sea por donación entre vivos, o por testamento, a los hijos u otras
personas capaces de heredar al donante sin estar sujeta a colación
por el donatario o legatario llamado a la herencia, con tal que la dis-
posición se haya hecho expresamente a título de mejora, o además
de la parte hereditaria.
La declaración de que la donación o legado es a título de mejora,
o además de la parte hereditaria, podrá hacerse, o en el acta que
contenga la disposición, o posteriormente en la forma en que se
otorgan las donaciones entre vivos o los testamentos.

SECCIÓN III
De la reducción de las donaciones y legados.

Art. 920.- Las disposiciones entre vivos o a causa de muerte, que


excedan de la porción disponible, serán susceptibles de reducción
hasta el límite de la misma porción, al tiempo de abrirse la sucesión.
Art. 921.- La reducción de las disposiciones entre vivos, no podrán
reclamarse más que por aquellos en cuyo beneficio la ley haga la
reserva, por sus herederos o causahabientes; ni los donatarios, ni
legatarios y acreedores del difunto pueden pedir esta reducción o
aprovecharse de ella.

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Art. 922.-La reducción se determina formando una masa de todos


los bienes existentes a la muerte del donante o del testador.
Se reúnen en ella ficticiamente los bienes de que se dispuso por
donación entre vivos, según el estado que tenían en la época en
que aquella se hizo, y de su valor en la época del fallecimiento del
donante. Sobre todos esos bienes, deducidas las deudas, se calcula
cuál es la porción de que el difunto pudo disponer, teniendo en
cuenta la calidad de los herederos que deje.
Art. 923.- No se reducirán nunca las donaciones entre vivos, sino
después de haber agotado el valor de todos los bienes compren-
didos en las disposiciones testamentarias; y cuando proceda la
reducción, se hará empezando por la última donación, y así sucesi-
vamente subiendo de las últimas a las más remotas.
Art. 924.- Si la donación entre vivos que deba reducirse fue hecha a
uno de los herederos, podrá retener en los bienes donados el valor
de la porción que le perteneciera como heredero en los bienes no
disponibles, si son de la misma especie.
Art. 925.- Cuando el valor de las donaciones entre vivos exceda o
sea igual a la porción disponible, caducarán todas las disposiciones
testamentarias.
Art. 926.- Cuando las disposiciones testamentarias excedan, bien
de la porción disponible o de la parte de esta porción que quedase,
una vez deducido el valor de las donaciones entre vivos, la reduc-
ción se hará a prorrata sin distinción ninguna entre los legados
universales y particulares.
Art. 927.- Sin embargo, siempre que el testador haya declarado ex-
presamente su voluntad, de que un legado determinado se pague
con preferencia a los demás, tendrá lugar la preferencia; y el legado
que sea objeto de ella, no se reducirá sino en cuanto el valor de los
demás no llenase la reserva legal.

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Art. 928.- El donatario restituirá los frutos de lo que exceda de la


porción disponible, desde el día de la muerte del donante, si se
entabló dentro del año la demanda de reducción; si no se hubiese
hecho así, desde el día de la demanda.
Art. 929.- Los bienes inmuebles que se hubiesen de recobrar por
efecto de la reducción, se recobrarán sin carga alguna de deudas o
hipotecas que hubiere contraído el donatario.
Art. 930.- La acción de reducción o reivindicación, podrá ejercitarse
por los herederos contra los terceros detentadores de los bienes
inmuebles, que constituyendo parte de las donaciones, fueron ena-
jenados por los donatarios del mismo modo y por el mismo orden
que había de realizarse contra los mismos donatarios, y previa ex-
cusión de sus bienes. Esta acción deberá ejercitarse según el orden
que había de las fechas de las enajenaciones, principiando por la
más reciente.

CAPÍTULO IV
DE LAS DONACIONES ENTRE VIVOS

SECCIÓN I
De la forma de las donaciones entre vivos.
Art. 931.- Todo acto que contenga donación entre vivos se hará
ante notario, en la forma ordinaria de los contratos, protocolizán-
dose, bajo pena de nulidad.
Art. 932.- La donación entre vivos no obligará al donante, y no pro-
ducirá efecto alguno sino desde el día en que haya sido aceptada
en términos expresos. La aceptación podrá hacerse en vida del do-
nante por acta posterior y auténtica, que se protocolizará; pero en
este caso la donación no producirá efecto respecto del que la hizo,
más que desde el día en que se le notifique el acta de aceptación.
Art. 933.- Si el donatario es mayor de edad, debe hacerse la aceptación
por él mismo, o en su nombre, por un apoderado especial, con poder
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general para aceptar las donaciones hechas o que pudieran hacerse.


El poder se otorgará ante notario, y se unirá testimonio del mismo al
protocolo de la donación o al de la aceptación hecha en acta separada.
Art. 934.- (Derogado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G. O. 5545).
Art. 935.- La donación hecha a un menor edad no emancipado, o a
una persona en interdicción, deberá aceptarse por su tutor, confor-
me al artículo 463, en el título de la menor edad, de la tutela y de
la emancipación.
El menor emancipado podrá aceptar, interviniendo su curador. Sin
embargo, los padres del menor emancipado o no emancipado, o
los otros ascendientes, aunque vivieran los padres y aunque no
sean tutores o curadores, podrán aceptar en nombre del menor.
Art. 936.- El sordomudo que sepa escribir, podrá aceptar por sí o
por medio de apoderado. Si no supiere escribir, la aceptación se
hará por un curador nombrado al efecto, conforme a las reglas
establecidas en el título de la menor edad, tutela y emancipación.
Art. 937.- Las donaciones hechas en beneficio de los hospicios, po-
bres de un municipio o establecimientos de utilidad pública, serán
aceptadas por los administradores de esos establecimientos o mu-
nicipios, después de haber obtenido la competente autorización.
Art. 938.- La donación aceptada en forma, se entenderá perfecta
por el consentimiento de las partes; y la propiedad de los objetos
donados pasará al donatario, sin necesidad de otra tradición.
Art. 939.- Si hay donación de bienes susceptibles de hipoteca,
deberán transcribirse las actas que contengan la donación y la
aceptación, así como la notificación que se hubiere hecho por acta
separada, en las oficinas de hipotecas de donde los bienes radiquen.
Art. 940.- Se hará la transcripción a instancia del marido, cuando
se hubiesen donado los bienes a su mujer; y si el marido no llena
aquella formalidad, la mujer podrá proceder a ella sin autorización.
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Cuando se haga la donación a menores, a incapacitados o a esta-


blecimientos públicos, se hará la transcripción a instancia de los
tutores, curadores o administradores.
Art. 941.- La falta de la transcripción podrá oponerse por todas
las personas que en ello tengan interés, excepto las encargadas de
hacer efectuar la transcripción, sus causahabientes o el donante.
Art. 942.- Los menores, los sujetos a interdicción y las mujeres
casadas no gozarán del beneficio de restitución, en los casos de
haberse omitido la aceptación o transcripción de las donaciones:
quedándoles a salvo el recurso contra sus tutores o maridos, si hu-
biere lugar, y sin que proceda la restitución, aun en el caso en que
aquellos fuesen insolventes.
Art. 943.- La donación entre vivos comprenderá únicamente los
bienes presentes del donante: si se extiende a bienes futuros, será
nula en ese respecto.
Art. 944.- La donación entre vivos hecha en condiciones cuyo cum-
plimiento depende exclusivamente de la voluntad del donante,
será nula.
Art. 945.- También será nula, si se hizo bajo condición de pagar
deudas o cargas distintas de las que existían en la época de la dona-
ción o de las expresadas en el acta de la donación, o el estado que
a ella debe ir anexo.
Art. 946.- En el caso en que el donante se haya reservado la libertad
de disponer de un efecto comprendido en la donación, o de una
cantidad fija sobre los bienes donados, si muere sin haber dispues-
to de ellos, aquel efecto o suma pertenecerá a los herederos del
donante, a pesar de las cláusulas y convenios hechos en contrario.
Art. 947.- Los cuatro artículos precedentes no son aplicables a las do-
naciones mencionadas en los capítulos 8o. y 9o. del presente título.
Art. 948.- Ningún acto de donación de efectos muebles será válido,
sino con relación a los comprendidos en un estado con su tasación,
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y firmado por el donante, por el donatario o por aquellos que en


su nombre acepten; el estado se unirá al protocolo de la donación.
Art. 949.- Puede el donante reservarse en su beneficio, o para dis-
poner en favor de otro, el goce o el usufructo de los bienes muebles
o inmuebles donados.
Art. 950.- Cuando se haya hecho la donación de efectos mobiliarios,
con reserva de usufructo, el donatario, al terminar el usufructo, es-
tará obligado a tomar los mismos efectos donados en el estado en
que se hallen; y tendrá acción contra el donante o sus herederos, o
por los efectos no existentes, hasta cubrir el valor que se les haya
dado en el estado de tasación.
Art. 951.- El donante podrá estipular el derecho de reversión de las
cosas donadas, ya sea por haber muerto antes el donatario solo, o
éste y sus descendientes. Este derecho no podrá estipularse más
que en beneficio exclusivo del donante.
Art. 952.- El efecto del derecho de reversión será rescindir todas las
enajenaciones de los bienes donados, y revertir al donante los mis-
mos bienes, libres de toda carga o hipoteca, excepto, sin embargo,
la hipoteca dotal y la de los contratos matrimoniales, si los demás
bienes del cónyuge donante no bastan; y en el caso solamente en
que la donación se haya hecho por el mismo contrato de matrimo-
nio, del cual resulten aquellos derechos e hipotecas.

SECCIÓN II
Excepciones de la regla de irrevocabilidad
de las donaciones entre vivos

Art. 953.- La donación entre vivos no podrá revocarse, a no ser en


el caso de no ejecutarse las condiciones en que se hizo, por motivo
de ingratitud o de nueva descendencia.
Art. 954.- En el caso de revocación por no ejecutarse las condicio-
nes, los bienes volverán a poder del donante libres de toda carga e
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hipoteca de parte del donatario; el donante tendrá contra los ter-


ceros detentadores de los inmuebles donados, todos los derechos
que tendría contra el mismo donatario.
Art. 955.- La donación entre vivos no podrá revocarse por causa de
ingratitud, sino en los casos siguientes: 1ero. si el donatario ha aten-
tado a la vida del donante; 2do. si se ha hecho culpable, respecto de
éste, de sevicia o injurias graves; 3ero. si le rehusase alimentos.
Art. 956.- La revocación por causa de inejecución de las condiciones
o por causa de ingratitud, no se verificará nunca de pleno derecho.
Art. 957.- La demanda de revocación por causa de ingratitud, deberá
formularse dentro del año, contando desde el día del delito imputa-
do por el donante al donatario, o desde el día en que haya podido ser
conocido del primero.
Esta revocación no podrá hacerse por el donante contra los herede-
ros del donatario, ni por los herederos de aquél contra el donatario,
a no ser que este último caso la acción no haya sido ya intentada por
el donante, o que no haya éste muerto dentro del año de la comisión
del delito.
Art. 958.- La revocación por causa de integridad, no perjudicará ni a
las enajenaciones hechas por el donatario, ni a las hipotecas u otras
cargas reales con que haya gravado el objeto de la donación, siempre
que estos hechos sean anteriores a la inscripción hecha del extrac-
to de la demanda de revocación al margen de la transcripción que
prescribe el artículo 939. En el caso de revocación, será condenado
el donatario a restituir el valor de los objetos enajenados, por el que
tuviesen al tiempo de la demanda; y los frutos producidos, desde el
día en que ésta se inició.
Art. 959.- Las donaciones en favor de un matrimonio no son revoca-
bles por causas de ingratitud.
Art. 960.- (Derogado por la Ley 121 del 26 de mayo de 1939, G. O.
5317).

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Art. 961.- La revocación producirá efectos, aun cuando el hijo del o


de la donante fuere concebido al tiempo de la donación.
Art. 962.- La donación se revocará también, aun cuando el donatario
haya entrado en posesión de los bienes donados, y en ella haya sido
dejado por el donante, después de haber sobrevivido el hijo; pero sin
que el donatario esté obligado en tal caso a restituir los frutos que
hubiese percibido, de cualquiera naturaleza que sean, sino desde el
día en que se le notificase por citación u otro acto formal el naci-
miento del hijo o su legitimación por subsiguiente matrimonio; y esto
aunque la demanda para volver a la posesión de los bienes donados,
se hubiese interpuesto con posterioridad a la notificación.
Art. 963.- Los bienes comprendidos en la donación revocada de
pleno derecho, volverán al patrimonio del donante, libres de toda
carga o hipoteca impuesta por el donatario, sin que puedan quedar
afectos, ni aun subsidiariamente, a la restitución de la dote de la
esposa del donatario, a sus derechos de reversión u otras estipu-
laciones matrimoniales, lo cual se observará aun cuando haya sido
hecha la donación en favor del donatario, y se haya hecho constar
en el contrato, y que el donante se obligara como fiador por la do-
nación al cumplimiento de las capitulaciones matrimoniales.
Art. 964.- Las donaciones revocadas en estos términos, no podrán
volver a tener efecto, ni por muerte del hijo del donante, ni por nin-
gún acto que las confirme; y si el donante quiere donar los mismos
bienes al mismo donatario, antes o después de la muerte del hijo
cuyo nacimiento revocó la primitiva donación, tendrá que hacer
nueva disposición.
Art. 965.- Toda cláusula o pacto en cuya virtud el donante haya
renunciado a revocar la donación por supervención de un hijo, se
considerará nula y no producirá efecto alguno.
Art. 966.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G.O. 5661). El donatario, sus herederos o causahabientes, u otros
que detenten las cosas objeto de donación, no pueden oponer

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la prescripción para hacer valer la donación revocada, por haber


sobrevenido un hijo, sino después de una posesión de veinte años,
que empezará a contarse desde el día del nacimiento del último
hijo del donante, aunque aquél fuese póstumo; sin perjuicio de las
interrupciones conforme a derecho.

CAPÍTULO V
DE LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS

SECCIÓN I
Reglas generales sobre la forma de los testamentos

Art. 967.- Toda persona podrá disponer por testamento, sea bajo el
título de institución de heredero, con el de legado o cualquiera otra
denominación oportuna, para expresar su ultima voluntad.
Art. 968.- No podrá hacerse testamento en un mismo acto, por
dos o más personas, bien a beneficio de un tercero o a título de
disposición mutua y recíproca.
Art. 969.- El testamento podrá ser ológrafo, o hecho por instrumen-
to público, o en forma mística.
Art. 970.- El testamento ológrafo no será válido, si no está escrito
por entero, fechado y firmado de mano del testador; no está sujeto
a ninguna otra formalidad.
Art. 971.- El testamento por acto público es, el otorgado ante dos
notarios y en presencia de dos testigos, o por un notario en presen-
cia de dos testigos, o por un notario en presencia de cuatro testigos.
Art. 972.- Si el testamento se otorga ante dos notarios, será dictado
por el testador y escrito por uno de ellos, tal como se dicte. Si no
asistiese al acto más que un notario, debe también éste escribir lo
que el testador le dicte. En uno y en otro caso deberá leérsele a
éste en presencia de los testigos. De todos estos detalles se hará
mención expresa en el acta.

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Art. 973.- Este testamento deberá firmarse por el testador; si de-


clara que no sabe o no puede firmar, se hará en el acta mención ex-
presa de aquella manifestación, y de la causa que le impida firmar.
Art. 974.- El testamento deberá firmarse por los testigos; sin em-
bargo, en los campos bastará que firme uno de los dos testigos, si
asisten dos notarios; y dos si no asistiere más que un notario.
Art. 975.- No podrán asistir como testigos, en un testamento hecho
por instrumento público, ni los legatarios por cualquier título que lo
sean, ni sus parientes o afines, hasta el cuarto grado inclusive, ni los
oficiales de los notarios que otorguen el documento.
Art. 976.- Si el testador quiere hacer un testamento místico o se-
creto, deberá firmar sus disposiciones, bien las escriba o las dicte.
El papel que contenga aquellas o su cubierta, se cerrará y sellará. El
testador lo presentará cerrado y sellado al notario y a seis testigos,
por lo menos, o le hará cerrar y sellar en su presencia; declarará que
el contenido del pliego es su testamento escrito y firmado por él, o
escrito por otro y firmado de su puño y letra; el notario levantará
el acta, que se escribirá en el papel o sobre el pliego que le sirva de
cubierta; acta que firmará el testador, notario y testigos. Todo esto
será sucesivamente y sin interrumpirlo con otros actos; y en el caso
de que el testador, por accidente sobrevenido después de firmar
el testamento, no pueda firmar el acta referida, se mencionará
la declaración que haga, sin que en este caso haya necesidad de
aumentar el número de testigos.
Art. 977.- Si el testador no supiese firmar, o no ha podido hacerlo
después de dictar sus disposiciones, será llamado un nuevo testigo,
además de los expresados en el artículo anterior, el cual firmará el
acta con los demás, y se hará mención de la causa que ha motivado
la presencia de este nuevo testigo.
Art. 978.- Los que no sepan o no puedan leer, no podrán hacer
disposiciones en la forma de testamento místico.

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Art. 979.- Si el testador no puede hablar, pero sí escribir; podrá


hacer testamento místico; pero éste debe precisamente, estar
escrito, fechado y firmado de su puño y letra, y será presentado al
notario y testigos; encima del acta de suscripción, escribirá en su
presencia que el papel que les presenta es su testamento; después
de lo cual el notario extenderá el acta, en la que se mencionará
que el testador ha escrito aquellas palabras en su presencia y en la
de los testigos, y además se observarán las reglas prescritas en el
artículo 976.
Art. 980.- Los testigos que asistan al otorgamiento de una disposi-
ción testamentaria, deben ser varones, mayores de edad y ciudada-
nos dominicanos que gocen de los derechos civiles.

SECCIÓN II
De las reglas particulares sobre la forma
de determinados testamentos.

Art. 981.- Los testamentos de militares y de los empleados en el


ejército se podrán, en cualquier lugar en que se hagan, otorgar
ante el jefe de un batallón o escuadrón, o ante otro oficial de grado
superior, en presencia de dos testigos de cuerpo o uno solo asistido
de dos testigos.
Art. 982.- Se podrán también otorgar, si el testador estuviese enfer-
mo o herido ante el facultativo principal, asistido del jefe encargado
del hospital.
Art. 983.- Las disposiciones de los artículos anteriores, no produci-
rán efecto las que en favor de los que estén en expedición militar,
en cuartel o de guarnición fuera del territorio de la República, o,
prisioneros del enemigo; sin que favorezcan a los que estén de
cuartel o guarnición en el interior, a no ser que se hallen en una
plaza sitiada, ciudadela u otro sitio cuyas puertas estén cerradas e
interrumpidas las comunicaciones con motivo de la guerra.

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Art. 984.- El testamento hecho en la forma expresada, será nulo


seis meses después que el testador haya vuelto a sitio donde pueda
emplear las formas ordinarias.
Art. 985.- Los testamentos hechos en un sitio con el cual esté inte-
rrumpida toda comunicación, a causa de peste u otra enfermedad
contagiosa, se podrán hacer ante el Alcalde constitucional o ante
uno de los empleados municipales o rurales, en presencia de dos
testigos.
Art. 986.- Esta disposición producirá efecto, lo mismo respecto de
los que se encuentren atacados de aquellas enfermedades, que de
los que se encuentren en los lugares infestados, aunque no estuvie-
sen enfermos.
Art. 987.- Los testamentos mencionados en los dos precedentes
artículos, serán nulos seis meses después que las comunicaciones
hayan sido restablecidas en el lugar en que el testador se encuen-
tre, o seis meses después que se haya trasladado a un sitio en que
no estén interrumpidas.
Art. 988.- Los testamentos hechos en el mar, durante un viaje,
podrán otorgarse, a bordo de los buques del Estado, por ante el
oficial comandante del buque, o a falta de éste, por ante el que
le sustituya en el servicio, el uno o el otro conjuntamente con el
oficial de administración, o con el que haga sus veces. A bordo de
los buques mercantes, por ante el sobrecargo del buque o el que
haga sus veces, el uno o el otro con el capitán, dueño o patrón, o a
falta de ellos, con los que le reemplacen. En todos los casos, estos
testamentos deberán otorgarse ante dos testigos.
Art. 989.- En los buques de guerra el testamento del capitán o el del
oficial de administración; y en los mercantes, el del capitán, dueño
o patrón, o el del sobrecargo, podrán ser otorgados ante los que
les sucedan en grado, conforme en lo demás a las disposiciones del
artículo precedente.

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Art. 990.- Se harán por duplicado, en original, los testamentos, a


que se refieren los artículos anteriores.
Art. 991.- Si el buque arriba a un puerto extranjero, en el cual haya
cónsul de la República, aquellos ante quienes se haya otorgado el
testamento estarán obligados a depositar uno de los originales,
cerrado y sellado, en las manos del cónsul, que lo remitirá al Mi-
nistro de Marina; y éste lo hará depositar en una notaría, y si no la
hubiere, en el Juzgado de Paz del lugar del domicilio del testador.
Art. 992.- Al regresar el buque a la República, sea al puerto de su
matrícula o a otro, los dos originales del testamento, cerrados y se-
llados, o el original que quede, si ha ocurrido el caso prescrito en el
artículo anterior, se remitirán a la oficina de la capitanía del puerto;
y el encargado de ésta lo enviará inmediatamente al Ministro de
Marina, que lo hará depositar en la forma indicada.
Art. 993.- En la matrícula del buque se mencionará al margen el
nombre del testador, la entrega que se haya hecho de los originales
del testamento, sea en el consulado, o en la capitanía del puerto.
Art. 994.- No se reputará hecho el testamento en el mar, aunque
se haya otorgado durante un viaje, si en el tiempo en que se hizo,
el buque arribase a tierra extranjera o dominicana donde haya un
oficial público dominicano, en cuyo caso no será válido, si no se
observan las formalidades prescritas en la República o en el país en
que se hubiese hecho.
Art. 995.- Las disposiciones anteriores serán aplicables a los pasaje-
ros que no forman parte de la tripulación.
Art. 996.- El testamento hecho en el mar en la forma prescrita por
el artículo 988, no será válido sino en el caso de que el testador
muera a bordo o en los tres meses siguientes a su desembarco, en
un lugar en que hubiera podido rehacerlo en la forma ordinaria.
Art. 997.- El testamento hecho a bordo, no contendrá ninguna dis-
posición en beneficio de los oficiales del buque, si no son parientes
del testador.
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Art. 998.- Los testamentos a que se refieren los artículos anterio-


res de la presente sección, serán firmados por los testadores y por
aquellos ante quienes se hubieren otorgado. Si el testador declara
que no sabe o no puede firmar, se expresará esta circunstancia y
la causa que la motiva. En los casos en que se exige la presencia
de dos testigos, el testamento será firmado a lo menos por uno
de ellos, y se mencionará la causa en cuya virtud haya dejado de
firmar el otro.
Art. 999.- El dominicano que se encuentre en país extranjero, podrá
hacer sus disposiciones hereditarias en acto privado, firmado por él
con arreglo al artículo 970, o por acto auténtico con las formalida-
des admitidas en el país en que se otorgue.
Art. 1000.- Los testamentos hechos en país extranjero no se eje-
cutarán en lo que se refiere a los bienes situados en la República,
sino después de haberse inscrito en el registro a que pertenezca el
domicilio del testador, si lo tuviese aún; y si así no fuese, en el del
último domicilio que se le hubiese conocido en ella: en el caso de
que el testamento contenga disposición sobre inmuebles sitos en la
República deberá además, registrarse en la oficina del lugar donde
radiquen, sin que por ésto puedan exigirse dobles derechos.
Art. 1001.- Se observarán, a pena de nulidad, las formalidades a
que están sujetos los diversos testamentos por las disposiciones de
esta sección y de la precedente.

SECCIÓN III
De la institución de heredero, y de los legados en general
Art. 1002.- Las disposiciones testamentarias o son universales o
hechas a título universal, o a título particular. Cada una de estas
disposiciones, bien se haga bajo la denominación de institución
de heredero, o como legado, producirá su efecto, conforme a las
reglas que a continuación se establece para los legados universales,
para los hechos a título universal, y para los legados particulares.

ÍNDICE POR 235


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SECCIÓN IV
Del legado universal
Art. 1003.- El legado universal es la disposición testamentaria por la
cual el testador da a una o muchas personas la universalidad de los
bienes que deje a su fallecimiento.
Art. 1004.- Si a la muerte del testador hay herederos a los cuales
haya de reservarse, con arreglo a la ley, una porción de sus bienes,
estos herederos ocuparán de pleno derecho los bienes del testa-
dor; y el legatario universal deberá pedirles la entrega de los bienes
comprendidos en el testamento.
Art. 1005.- En los mismos casos el legatario universal disfrutará de
los bienes incluidos en el testamento, desde el día del fallecimiento,
si la demanda para la entrega de aquellos se ha intentado dentro
del año posterior a aquel acontecimiento; en otro caso, el goce de
los bienes no principiará sino desde el día en que la demanda se
presentase en forma a los tribunales, o desde aquél en que se haya
consentido voluntariamente la entrega.
Art. 1006.- Cuando a la muerte del testador no hubiese herederos a
quienes se deba reservar por el precepto legal una porción de bie-
nes, el legatario universal ocupará de pleno derecho, sin necesidad
de pedir su entrega.
Art. 1007.- Todo testamento ológrafo se debe presentar, antes de
ponerse en ejecución, al presidente del tribunal de primera instan-
cia del distrito en que se abra la sucesión. Este testamento se abrirá
si está cerrado. El presidente extenderá acta de la presentación, de
la apertura y del Estado del testamento, y mandará que se deposite
en manos del notario por él comisionado.
Si el testamento está en la forma mística, se hará del mismo modo
su presentación, apertura, descripción y depósito; pero no podrá
hacerse la apertura, sino en presencia o con citación de aquellos
notarios y testigos que firmaron el acta de suscripción y se hallare
en aquel paraje.
ÍNDICE POR 236
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Art. 1008.- En el caso del artículo 1006, si el testamento es ológrafo


o místico, estará obligado el legatario universal a hacerse poner en
posesión por un acto del presidente, puesto al pie de la solicitud, en
el cual acompañará el acta de depósito.
Art. 1009.- El legatario universal que concurra con un heredero a
quien la ley reserva cierta parte de los bienes, estará obligado a las
deudas y cargas de la sucesión personalmente por lo que hace a su
parte y porción, e hipotecariamente por el todo; y estará obligado
a pagar todos los legados, salvo el caso de reducción, según lo pre-
ceptuado en los artículos 926 y 927.

SECCIÓN V
Del legado a título universal.

Art. 1010.- El legado a título universal, es aquel por el cual el tes-


tador lega cierta parte de los bienes de que le permite disponer la
ley, tal como a una mitad, un tercio, o todos sus inmuebles o todos
sus muebles, o una porción fija de todos sus bienes inmuebles, o de
todos los muebles.
Cualquier otro legado no forma sino una disposición a título
particular.
Art. 1011.- Los legatarios a título universal, estarán obligados a
pedir la entrega de la herencia a los herederos a quienes la ley
reserva cierta parte de los bienes; a falta de éstos, a los legatarios
universales; y a falta también de éstos, a los herederos llamados en
el orden establecido en el título de las Sucesiones.
Art. 1012.- El legatario a título universal estará obligado, como el
legatario universal, a las deudas y cargas de la sucesión, personal-
mente por su parte y porción, e hipotecariamente por el todo.
Art. 1013.- Cuando el testador sólo haya dispuesto de cierta parte
de la porción disponible y lo haya hecho a título universal, estará

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obligado este legatario a pagar los legados particulares, contribu-


yendo con los herederos naturales.

SECCIÓN VI
De los legados particulares

Art. 1014.- Todo legado puro y simple da al legatario, desde el día


de la muerte del testador, un derecho a la cosa legada, derecho
transmisible a sus herederos o causahabientes.
Sin embargo, el legatario particular no podrá ponerse en posesión
de la cosa legada, ni reclamar los frutos e intereses, sino contando
desde el día de su petición de entrega, formalizada según el orden
establecido en el artículo 1011, o desde el día en que se haya con-
sentido voluntariamente en hacerle aquélla.
Art. 1015.- Los intereses o frutos de la cosa legada corren, a favor
del legatario, desde el día de la muerte del testador, y sin que aquel
haya formalizado judicialmente su demanda:
1o. Cuando el testador haya declarado expresamente en el testa-
mento su voluntad sobre este punto.
2o. Cuando se haya legado, por vía de alimentos, una renta vitali-
cia o una pensión.
Art. 1016.- Los gastos de la demanda de entrega, serán de cuenta
de la sucesión; pero sin que pueda resultar por este motivo reduc-
ción alguna de la reserva legal.
Los derechos de registro se deberán pagar por el legatario.
Todo ésto se entiende, si no se ordenó otra cosa en el testamento.
Cada legado podrá ser registrado separadamente, sin que este
registro pueda aprovechar a ningún otro, sino al legatario o a sus
causahabientes.

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Art. 1017.- Los herederos del testador u otros deudores de un


legado, estarán obligados personalmente a cumplirle, cada uno a
prorrata, de su parte y porción que les corresponda, en la sucesión.
Estarán obligados hipotecariamente por el todo, hasta lo que al-
cance el valor de los bienes inmuebles de la sucesión de que fueren
detentadores.
Art. 1018.- La cosa legada se entregará con sus accesorios necesa-
rios en el estado en que se hallare el día de la muerte del donante.
Art. 1019.- Cuando el que haya legado la propiedad de un inmueble,
la ha aumentado después con algunas adquisiciones, aun cuando
éstas estén contiguas, no se juzgarán como parte del legado sin una
nueva disposición.
Este principio no es aplicable a los adornos o edificios nuevos he-
chos sobre el suelo legado, o de algún cercado cuya capacidad haya
aumentado el testador.
Art. 1020.- Si antes o después del testamento se hubiere hipote-
cado la cosa legada por una deuda de la sucesión, o por la deuda
de un tercero, o estuviese gravada con usufructo, no está obligado
el que debe cumplir el legado a eximirla de tales cargas, a menos
que por disposición expresa del testador se haya encargado que lo
ejecute.
Art. 1021.- Cuando el testador haya legado una cosa ajena, será
nula el legado, supiese o no el testador que no le pertenecía.
Art. 1022.- Cuando el legado sea de una cosa indeterminada, no
estará el heredero obligado a darla de la mejor calidad, ni tampoco
podrá ofrecerla de la peor.
Art. 1023.- El legado hecho al acreedor no se entenderá en com-
pensación de su crédito, ni el legado hecho a un criado, en compen-
sación de sus salarios.

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Art. 1024.- El legatario a título particular no estará obligado a las


deudas de la sucesión, excepto el caso ya expresado de la reducción
del legado, y sin perjuicio de la acción hipotecaria de los acreedores.

SECCIÓN VII
De los ejecutores testamentarios

Art. 1025.- El testador podrá nombrar uno o muchos ejecutores


testamentarios.
Art. 1026.- Podrá darles el derecho de apoderarse del todo o úni-
camente de una parte de su mobiliario; pero no podrá durar este
derecho más de un año y un día del de su fallecimiento.
Si no les hubiere dado tal derecho, no podrán exigirlo.
Art. 1027.- El heredero podrá hacer cesar este apoderamiento de
los bienes, ofreciendo poner en manos de los ejecutores testamen-
tarios la cantidad suficiente para el pago de los legados de bienes
muebles, o justificando su pago.
Art. 1028.- El que no puede obligarse, no puede ser ejecutor
testamentario.
Art. 1029.- (Derogado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G. O. 5535).
Art. 1030.- El menor no podrá ser ejecutor testamentario, aun con
la autorización de su tutor o curador.
Art. 1031.- Los ejecutores testamentarios harán poner los sellos,
si hubiere herederos menores de edad, ausentes o sujetos a
interdicción.
Cuidarán de que se haga el inventario de los bienes de la sucesión,
en presencia del heredero presunto, o citando a éste en forma.
Solicitarán la venta de los muebles, si no hay dinero bastante para
cumplir los legados.

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Cuidarán de que se cumplan el testamento, y podrán, en caso de


que se susciten oposiciones para su ejecución, intervenir para sos-
tener su validez.
Deberán al concluirse el año de la muerte del testador; dar cuenta
de su gestión.
Art. 1032.- Los poderes del ejecutor testamentario no pasaran a
sus herederos.
Art. 1033.- Si hubiere muchos ejecutores testamentarios que ha-
yan aceptado, uno solo podrá actuar a falta de los demás; y serán
solidariamente responsables de la cuenta del mobiliario que se les
hubiese confiado, a menos que el testador hubiera dividido sus
funciones, y que cada uno de ellos no se hubiese concretado a la
que les fue atribuida.
Art. 1034.- Los gastos hechos por el ejecutor testamentario para
poner los sellos, hacer el inventario, formalizar la cuenta y demás,
relativos a sus funciones, serán de cuenta de la sucesión.

SECCIÓN VIII
De la revocación de los testamentos y de su caducidad

Art. 1035.- Los testamentos no se podrán revocar en todo ni en


parte, sino por un testamento posterior o por acta ante notario, en
la que conste la variación de la voluntad del testador.
Art. 1036.- Los testamentos posteriores, que no revoquen de una
manera expresa los precedentes, no anularán, en éstos, sino aque-
llas disposiciones contenidas en ellos, que fuesen incompatibles
con las nuevas o que sean contrarias.
Art. 1037.- La revocación hecha en un testamento posterior, tendrá
todo su efecto, aunque este nuevo acto quede sin ejecución, por
incapacidad del heredero instituido o del legatario, o por negarse
éstos a recibir la herencia.

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Art. 1038.- Cualquiera enajenación, aun la hecha por acto de re-


troventa o por cambio, que hiciese el testador, del todo o parte de
la cosa legada, incluirá la revocación del legado en todo lo que se
enajenó, aunque la enajenación posterior sea nula y haya vuelto el
objeto a poder del testador.
Art. 1039.- Toda disposición testamentaria caducará, si no hubiere
sobrevivido al testador, aquel en cuyo favor fue hecha.
Art. 1040.- Toda disposición testamentaria hecha bajo condición
dependiente de un suceso incierto, y que según la intención del tes-
tador no debe cumplirse sino en cuanto suceda o no, caducará si el
heredero instituido o el legatario muere antes de su cumplimiento.
Art. 1041.- La condición que, según la intención del testador, no
hace más que suspender la ejecución de la disposición no impedirá
al heredero instituido o al legatario, tener un derecho adquirido y
transmisible a sus herederos.
Art. 1042.- El legado caducará, si el objeto legado hubiese desapa-
recido totalmente, durante la vida del testador.
Sucederá lo mismo si hubiese desaparecido después de su muerte
sin causa o culpa del heredero, aunque éste se hubiese constituido
en mora para entregarlo, siempre que hubiera debido perderse
igualmente en manos del legatario.
Art. 1043.- Caducará la disposición testamentaria, cuando el here-
dero instituido o el legatario la repudiasen o se hallasen incapaces
de recibirla.
Art. 1044.- Habrá lugar al derecho de acrecer entre los legatarios
en el caso de que se hubiese hecho el legado conjuntamente a
muchos.
Se considerará hecho el legado de este modo, cuando lo sea por
una sola disposición, y el testador no hubiese asignado la parte de
cada uno de los colegatarios en la cosa legada.

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Art. 1045.- También se reputará hecho conjuntamente, cuando


una cosa que no fuese susceptible de división sin deteriorarse, se
haya donado por un mismo acto a muchas personas, aunque sea
separadamente.
Art. 1046.- Las mismas causas que según el artículo 954 y las dos
primeras disposiciones del artículo 955, autorizan la demanda de
revocación de la donación entre vivos, se admitirán para la de las
disposiciones testamentarias.
Art. 1047.- Si esta demanda se funda en una injuria grave, hecha a
la memoria del testador, debe entablarse dentro del año, contado
desde el día del delito.

CAPÍTULO VI
De las disposiciones permitidas en favor de los nietos del do-
nante o testador, o de los hijos de sus hermanos y hermanas
Art. 1048.- Los bienes de que puedan disponer los padres, podrán
ser donados por éstos en todo o en parte, a uno o más de sus hijos,
por acta entre vivos o testamentaria, con la obligación de restituir
estos bienes a los hijos nacidos y por nacer, en solo el primer grado,
de los dichos donatarios.
Art. 1049.- Será válida, en caso de morir sin hijos, la disposición que
el difunto haya hecho por acta entre vivos o testamentaria en favor
de uno o más de sus hermanos o hermanas, del todo o parte de los
bienes a los hijos nacidos y por nacer, en solo el primer grado, de
los hermanos y hermanas donatarios.
Art. 1050.- No serán válidas las disposiciones permitidas en los dos
artículos precedentes, sino en cuanto el gravamen de restitución
sea en favor de todos los hijos nacidos y por nacer del gravado, sin
excepción ni preferencia de edad o sexo.
Art. 1051.- Si en los expresados casos del gravado con la restitución
en favor de sus hijos, muere dejando hijos en el primer grado y
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descendientes de otro ya muerto, percibirán estos últimos, por


representación, la porción del hijo ya fallecido.
Art. 1052.- Si el hijo, el hermano o la hermana a quienes se haya do-
nado bienes por acto entre vivos, sin carga de restitución, aceptan
una nueva donación hecha por acto entre vivos o testamentario, a
condición de que los bienes anteriormente donados han de quedar
gravados con esta carga, no les es permitido dividir las dos disposi-
ciones hechas en su favor, ni renunciar a la segunda por optar a la
primera aun cuando ofrezcan restituir los bienes comprendidos en
la segunda disposición.
Art. 1053.- Los derechos de los llamados, comenzarán en la época
en que por cualquier causa cese el goce del hijo, del hermano o de
la hermana, gravados con la restitución: el abandono anticipado
del usufructo en favor de los llamados, no podrá perjudicar a los
acreedores del gravado, anteriores al abandono.
Art. 1054.- Las mujeres de los gravados no podrán tener recurso al-
guno subsidiario sobre los bienes que deben restituirse en caso de
no bastar los bienes libres, sino por el capital de los bienes dotales,
y sólo en el caso de que el testador lo haya ordenado expresamente.
Art. 1055.- El que haga las disposiciones autorizadas por los artí-
culos precedentes, podrá en el mismo acto o por otro posterior
auténtico, nombrar un tutor encargado de la ejecución de dichas
disposiciones: este tutor no podrá excusarse sino por una de las
causas expresadas en la sección 6a. del capítulo 2do. del título de
la menor edad, de la tutela y de la emancipación.
Art. 1056.- A falta de este tutor, se nombrará uno a solicitud del
mismo gravado o de su tutor, si es menor de edad dentro de un
mes, contado desde el día de la muerte del donante o del testador,
o desde el día posterior a esta muerte en que se haya sabido el acto
que contenía la disposición.
Art. 1057.- El gravado que no haya cumplido con el precedente artí-
culo, perderá el beneficio de la disposición; y en este caso, podrá ser
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declarado expedito el derecho en favor de los llamados a solicitud


de los mismos, si son mayores de edad, de su tutor o curador, si son
menores o estuviesen sujetos a interdicción o de cualquier pariente
de los llamados; y hasta de oficio, a petición fiscal, ante el juzgado
de primera instancia en que la sucesión esté abierta.
Art. 1058.- Después del fallecimiento del que hubiese dispuesto la
carga de restitución se procederá, en las formas ordinarias, al in-
ventario de todos los bienes y efectos que constituyen la sucesión,
exceptuando, sin embargo, el caso en que no se tratase más que de
un legado particular.
Este inventario contendrá la tasación por su justo precio, de los
muebles y efectos mobiliarios.
Art. 1059.- Se hará este inventario a petición del gravado con la res-
titución, dentro del término señalado en el título de las sucesiones,
y en presencia del tutor nombrado para la ejecución.
Los gastos se sacarán de los bienes comprendidos en la disposición.
Art. 1060.- Si el inventario no se hiciese a instancia del gravado,
dentro del término referido, se procederá a él dentro del mes
siguiente a la solicitud del tutor nombrado para la ejecución en
presencia del gravado o de su tutor.
Art. 1061.- Si no hubiere cumplido con los dos artículos anteriores,
se procederá a hacer el inventario, a solicitud de las personas seña-
ladas en el artículo 1057, llamando al gravado o a su tutor, y al tutor
nombrado para la ejecución.
Art. 1062.- El gravado con restitución estará obligado a hacer que se
proceda a la venta, por edicto y en subasta, de todos los muebles y
efectos comprendidos en la disposición, exceptuando sólo aquellos
de que se hace mención en los dos artículos siguientes.
Art. 1063.- Los muebles de menaje de casa y las demás cosas mue-
bles que hayan sido comprendidas en la disposición, con condición

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expresa de conservarlas en naturaleza, se devolverán en el estado


en que se encontrasen al tiempo de la restitución.
Art. 1064.- Los animales y utensilios que sirven para el cultivo de
las tierras, se entenderán comprendidos en las donaciones entre
vivos o testamentarias de las fincas y el gravado estará obligado
solamente a hacerlos tasar, para devolver su equivalente al tiempo
de la restitución.
Art. 1065.- El gravado, dentro de seis meses contados desde el día
en que se terminó el inventario, empleará el dinero contante que
produzcan los muebles y efectos vendidos, y el que se haya percibi-
do de los efectos activos.
Este término podrá ser prorrogado si hubiere motivo para ello.
Art. 1066.- El gravado estará obligado igualmente a emplear el di-
nero que produzcan los efectos activos que se hayan cobrado, y lo
que se recaudare de las ventas vencidas, dentro de tres meses a lo
más de haber recibido el dinero
Art. 1067.- Dicho empleo se hará conforme a lo que haya ordenado
el autor de la disposición, si señaló la calidad de los efectos en que
debe hacerse; y no habiéndola señalado, no podrá emplearse sino
en inmuebles o con privilegio sobre inmuebles.
Art. 1068.- El empleo ordenado por los artículos anteriores se hará
en presencia y a solicitud del tutor nombrado para la ejecución.
Art. 1069.- Las disposiciones por actos entre vivos o testamentarias
con carga de restitución, se harán públicas a instancia, bien del gra-
vado, bien del tutor nombrado para la ejecución, del modo siguien-
te: en cuanto a los inmuebles, por la transcripción de los actos en
los registros del oficio de hipotecas del lugar donde estén situados;
y en cuanto a las cantidades impuestas con privilegio sobre inmue-
bles por la inscripción sobre los bienes afectos al privilegio.
Art. 1070.- Los acreedores o terceros adquirientes pueden objetar
la falta de transcripción del acta que contiene la disposición, aun a
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los menores o sujetos a interdicción; quedando a salvo el recurso


de ejecución contra el gravado y contra el tutor, y sin que se haya
de restituir a los menores o sujetos a la interdicción por la falta de
transcripción, aun cuando se encontrase que el gravado y el tutor
estaban insolventes.
Art. 1071.- La falta de transcripción no podrá suplirse ni tenerse por
suplida, por la noticia que los acreedores o los terceros adquirien-
tes podrían haber tenido de la disposición por otras vías que la de
la transcripción.
Art. 1072.- Ni los donatarios, legatarios y aun herederos legítimos
del que se haya hecho la disposición, como tampoco los donatarios,
legatarios o herederos de éstos, podrán oponer en ningún caso a
los llamados la falta de transcripción o inscripción.
Art. 1073.- El tutor nombrado para la ejecución será responsable
personalmente, si no ha procedido en todo conforme a las reglas
hasta aquí establecidas, acerca del modo de hacer constar los bie-
nes, de proceder a la venta de los muebles, de emplear el dinero,
de hacer la transcripción e inscripción, y en una palabra, si no ha
hecho todas las diligencias necesarias para que se cumpla bien y
fielmente la carga de restitución.
Art. 1074.- Si el gravado es menor de edad, no gozará del beneficio
de la restitución, aun en el caso de insolvencia de su tutor, contra la
falta de cumplimiento de las reglas que quedan prescritas en este
capítulo.

CAPÍTULO VII
De las particiones hechas por el padre,
la madre u otros ascendientes,
entre sus descendientes
Art. 1075.- El padre, la madre y demás ascendientes podrán hacer
entre sus hijos y descendientes la distribución y partición de sus
bienes.
ÍNDICE POR 247
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Art. 1076.- Estas particiones se podrán hacer por acto entre vivos y
testamentarios, con las formalidades, condiciones y reglas estable-
cidas para las donaciones entre vivos y los testamentos.
Las particiones hechas por actos entre vivos, sólo podrán tener por
objeto los bienes actuales.
Art. 1077.- Si no fueren comprendidos en la partición todos los
bienes que el ascendiente dejó al tiempo de su fallecimiento, se
dividirán con arreglo a la ley los que no lo fueron.
Art. 1078.- Si la partición no estuviere hecha entre todos los hijos
que existían al tiempo del fallecimiento y los descendientes de los
que habían muerto, será nula enteramente. Se podrá solicitar otra
nueva en la forma legal, así por los hijos o descendientes que no
hayan recibido parte alguna, como por aquellos entre quienes se
hubiere hecho la partición.
Art. 1079.- La partición hecha por el ascendiente se podrá impugnar
por causa de lesión en más de la cuarta parte: podrá serlo también
en el caso de que resultase de la partición y de las disposiciones
hechas por vía de mejora, que uno de los copartícipes hubiese sido
beneficiado en más de lo que la ley le permite.
Art. 1080.- El descendiente que, por una de las causas expresadas
en el artículo precedente, impugnare la partición hecha por el as-
cendiente, deberá adelantar los gastos de la tasación; y no se le
abonarán en definitiva, como tampoco las costas del pleito, si no se
declara bien fundada la reclamación.

CAPÍTULO VIII
De las donaciones hechas por contrato de
matrimonio a los cónyuges y a los hijos
que nazcan del matrimonio
Art. 1081.- Toda donación intervivos de bienes presentes, aunque
sea hecha por contrato de matrimonio a los cónyuges o a uno de
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ellos, está sujeta a las reglas generales prescritas para las donacio-
nes. No podrá tener lugar en favor de los hijos que están por nacer,
sino en los casos mencionados en el capítulo 6o. del presente título.
Art. 1082.- Los padres y madres, los demás ascendientes, los pa-
rientes colaterales de los cónyuges, y aún los extraños, podrán por
contrato de matrimonio, disponer del todo o parte de los bienes
que dejaren el día de su fallecimiento, así en favor de los dichos
cónyuges, como en el de los hijos que hayan de nacer de su matri-
monio, caso que el donante sobreviva al cónyuge donatario.
Semejante donación, aunque hecha sólo en favor de los cónyuges
o de uno de ellos, si sobreviviere el donante, se presumirá hecha
en favor de los hijos y descendientes que nazcan del matrimonio.
Art. 1083.- La donación hecha en la forma prescrita por el artículo
precedente, será irrevocable únicamente en el sentido de que el
donante no podrá disponer, a título gratuito, de las cosas compren-
didas en la donación, a menos que lo haga en pequeñas sumas, a
título de recompensa o de otro modo.
Art. 1084.- La donación hecha en el contrato de matrimonio po-
drá ser acumulativa de bienes presentes y futuros, en todo o en
parte, con la obligación de que se una al instrumento o acta a un
estado de las deudas y cargas del donante, existentes al tiempo de
la donación; en cuyo caso será libre el donatario al tiempo del falle-
cimiento del donante, para contentarse con los bienes presentes,
renunciando al resto de los bienes del donante.
Art. 1085.- Si no se unió el estado de que se hace mención en el
artículo anterior, al instrumento que contiene la donación de los
bienes presentes y futuros, estará obligado el donatario a aceptar o
repudiar esta donación en su totalidad. En caso de aceptación, no
podrá reclamar sino los bienes que existieren el día de la muerte
del donante, y estará sujeto al pago de todas las deudas y cargas
de la sucesión.

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Art. 1086.- También podrá hacerse la donación por contrato de


matrimonio en favor de los cónyuges y de los hijos que nazcan de su
matrimonio, a condición de pagar indistintamente todas las deudas
y cargas de la sucesión del donante, o bajo otras condiciones, cuya
ejecución dependa de su voluntad, sea cual fuese la persona que
haga la donación; el donatario estará obligado a cumplir estas con-
diciones, si no prefiere más bien renunciar la donación; y en caso
de que el donante, por contrato de matrimonio, se haya reservado
la libertad de disponer de un efecto comprendido en la donación de
sus bienes presentes, o de una cantidad fija que se haya de tomar
de los mismos, si muriese sin haber dispuesto de dicho efecto o
cantidad se entenderán comprendidos en la donación, y pertene-
cerán al donatario o a sus herederos.
Art. 1087.- Las donaciones hechas por contrato de matrimonio, no
podrán ser impugnadas ni declaradas nulas, a pretexto de falta de
aceptación.
Art. 1088.- Toda donación hecha en favor del matrimonio caducará,
si éste no se verifica.
Art. 1089.- Las donaciones hechas a uno de los cónyuges en los tér-
minos ya enunciados en los artículos 1082, 1084 y 1086, caducarán
si el donante sobrevive al cónyuge donatario y a su descendencia.
Art. 1090.- Cualquier donación hecha a los cónyuges por contrato
de matrimonio, será susceptible de reducción al abrirse la sucesión
del donante, hasta aquella porción de que la ley le permita disponer.

CAPÍTULO IX
De las disposiciones entre esposos, hechas
en el contrato de matrimonio, o después
de celebrado el matrimonio
Art. 1091.- Los cónyuges podrán, por contrato de matrimonio, ha-
cerse recíprocamente, o uno al otro, las donaciones que consideren

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oportunas, con las modificaciones expresadas en los siguientes


artículos
Art. 1092.- Toda donación entre vivos de bienes presentes, hecha
entre cónyuges en el contrato de matrimonio, no se considerará
hecha a condición de supervivencia del donatario, si no se ha ex-
presado formalmente esta condición, y quedará sujeta a todas las
reglas y formas prescritas para aquella clase de donaciones.
Art. 1093.- La donación de bienes futuros o de bienes presentes y
futuros hecha entre cónyuges por contrato de matrimonio, bien sea
simple o recíproca, estará comprendida en las reglas establecidas
por el capítulo precedente, respecto de las donaciones iguales que
les fuesen hechas por un tercero; pero no será transmisible a los
hijos nacidos del matrimonio, si muere antes el cónyuge donatario
que el donante.
Art. 1094.- Uno de los cónyuges podrá, bien por contrato de matri-
monio, o mientras éste subsista, para el caso de no dejar descen-
dencia, disponer en favor de su cónyuge, en propiedad, de todo
aquello de que pudiera disponer en favor de un extraño; y además,
del usufructo de la totalidad de la parte cuya cesión, en perjuicio de
los herederos prohíbe la ley.
En el caso de que el esposo donante deje hijos o descendientes,
podrá donar al otro cónyuge, o la cuarta parte en propiedad, y otra
porción igual en usufructo, o solamente la mitad de todos sus bie-
nes en usufructo.
Art. 1095.- El cónyuge menor de edad no está facultado para donar
al otro cónyuge, por contrato de matrimonio, o en donación simple
o recíproca, si no obtiene el consentimiento y la asistencia de las
personas cuyo consentimiento le es necesaria para la validez de
su matrimonio; una vez obtenido, podrá donar todo cuanto la ley
permite al mayor de edad respecto de su cónyuge.

ÍNDICE POR 251


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Art. 1096.- Las donaciones hechas entre esposos, durante el ma-


trimonio, aunque se consideran como hechas intervivos, serán
siempre revocables.
No será causa para revocar esta clase de donaciones la superviven-
cia de hijos.
Art. 1097.- Los cónyuges no podrán, durante el matrimonio, hacer-
se por donación intervivos ni por testamento, ninguna donación
mutua y recíproca en un solo acto.
Art. 1098.- El hombre o la mujer que, teniendo hijos de otro ma-
trimonio, contrajera segundas o subsiguientes nupcias, no podrá
donar a su futuro esposo sino una parte equivalente a la de un hijo
legítimo no mejorado; en este caso, no podrán estas donaciones
exceder de la cuarta parte de los bienes.
Art. 1099.- Los cónyuges no podrán donarse indirectamente más
de lo que les es permitido por las precedentes disposiciones.
Toda donación simulada o hecha a personas interpuestas, es nula.
Art. 1100.- Se reputarán hechas a personas interpuestas, las dona-
ciones de uno de los cónyuges a los hijos o a uno de los hijos del
otro, nacido de anterior matrimonio, y las hechas por el donante a
los parientes, de los cuales el otro cónyuge fuera heredero presun-
to el día de la donación, aunque este último no haya sobrevivido a
su pariente donatario.

TÍTULO III
DE LOS CONTRATOS O DE LAS OBLIGACIONES
CONVENCIONALES EN GENERAL

CAPÍTULO I
Disposiciones preliminares
Art. 1101.- El contrato es un convenio en cuya virtud una o varias
personas se obligan respecto de una o de varias otras, a dar, hacer
o no hacer alguna cosa.
ÍNDICE POR 252
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Art. 1102.- El contrato es sinalagmático o bilateral, cuando los con-


tratantes se obligan recíprocamente los unos respecto a los otros.
Art. 1103.- Es unilateral, cuando una o varias personas están obliga-
das respecto de otras o de una, sin que por parte de estos últimos
se contraiga compromiso.
Art. 1104.- Es commutativo, cuando cada una de las partes se
obliga a dar o hacer una cosa que se considera equivalente de lo
que hace o da el otro contratante; cuando la equivalencia consiste
en eventualidades de ganancia o pérdidas para cada uno de los
contratantes, dependientes de un suceso incierto, el contrato es
aleatorio.
Art. 1105.- El contrato de beneficiencia es aquel en que una de las
partes procura la otra un beneficio puramente gratuito.
Art. 1106.- El contrato a título oneroso es aquel que obliga a los
contratantes a dar o hacer alguna cosa.
Art. 1107.- Los contratos, bien tenga una denominación propia o
no la tengan, están sometidos a reglas generales, que son objeto
del presente título.
Las reglas particulares para determinados contratos, se hayan es-
tablecidas en los títulos relativos a cada uno de ellos; y las reglas
particulares a las transacciones comerciales, se encuentran esta-
blecidas en las leyes relativas al comercio.

CAPÍTULO II
De las condiciones esenciales para
la validez de las convenciones
Art. 1108.- Cuatro condiciones son esenciales para la validez de una
convención:
El consentimiento de la parte que se obliga;
Su capacidad para contratar;
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Un objeto cierto que forme la materia del compromiso;


Una causa lícita en la obligación.

SECCIÓN I
Del consentimiento.
Art. 1109.- No hay consentimiento válido, si ha sido dado por error,
arrancado por violencia o sorprendido por dolo.
Art. 1110.- El error no es causa de nulidad de la convención, sino
cuando recae sobre la sustancia misma de la cosa que es su objeto.
No es causa de nulidad, cuando únicamente recae en la persona
con la cual hay intención de contratar, a no ser que la consideración
de esta persona sea la causa principal de la convención.
Art. 1111.- La violencia ejercida contra el que ha contraído una
obligación, es causa de nulidad, aunque haya sido ejecutada por
un tercero distinto de aquel en beneficio de quien se hizo el pacto.
Art. 1112.- Hay violencia, cuando esta es de tal naturaleza, que
haga impresión en sujeto de sano juicio, y que pueda inspirarle el
temor de exponer su persona o su fortuna, a un mal considerable y
presente. En esta materia hay que tener en cuenta la edad, el sexo
y la condición de las personas.
Art. 1113.- La violencia es causa de nulidad del contrato, no sólo
cuando haya ejercido en la persona del contratante, sino cuando
han sido objeto de ella el cónyuge, descendientes o ascendientes
de aquél.
Art. 1114.- El temor respetuoso hacia los padres u otros ascendien-
tes, sin que hayan mediado verdaderos actos de violencia, no basta
por sí solo para anular el contrato.
Art. 1115.- No puede un contrato ser nuevamente impugnado por
causa de violencia, si después de cesada ésta se ha aprobado el
contrato expresa o tácitamente, o dejando pasar el tiempo de la
restitución fijado por la ley.
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Art. 1116.- El dolo es causa de nulidad, cuando los medios puestos


en práctica por uno de los contratantes son tales, que quede evi-
denciado que sin ellos no hubiese contratado la otra parte.
El dolo no se presume: debe probarse.
Art. 1117.- La convención contratada por error, violencia o dolo, no
es nula de pleno derecho, sino que produce una acción de nulidad
o rescisión, en el caso y forma explicados en la sección 7a. del capí-
tulo 5o. del presente título.
Art. 1118.- La lesión no vicia las convenciones, sino en ciertos con-
tratos y respecto de determinadas personas, según se expresará en
la misma sección.
Art. 1119.- Por regla general, nadie puede obligarse ni estipular en
su propio nombre, sino para si mismo.
Art. 1120.- Sin embargo, se puede estipular en nombre de un
tercero, prometiendo la sumisión de éste a lo pactado quedando
a salvo al otro contratante el derecho de indemnización contra el
prometiente, si el tercero se negare a cumplir el compromiso.
Art. 1121.- Igualmente se puede estipular en beneficio de un terce-
ro, cuando tal es la condición de una estipulación que se hace por
sí mismo, o de una donación que se hace a otro. El que ha hecho
el pacto, no puede revocarle si el tercero ha declarado que quiere
aprovecharse de él.
Art. 1122.- Se presume siempre que se ha estipulado para sí, para
sus herederos y causahabientes, a no ser que se exprese lo contra-
rio o resulte de la naturaleza misma del contrato.

SECCIÓN II
De la capacidad de las partes contratantes.

Art. 1123.- Cualquiera puede contratar, si no está declarado incapaz


por la ley.

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Art. 1124.- (Modificado por la Ley 390 del 14 de diciembre de


1940, G. O. 5535). Los incapaces de contratar son: Los menores
de edad; Los sujetos a interdicción, en los casos expresados por la
ley; y, generalmente, todos aquellos a quienes la ley ha prohibido
ciertos contratos.
Art. 1125.- (Modificado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G. O. 5535). El menor de edad y el interdicto no pueden atacar sus
obligaciones por causa de incapacidad, sino en los casos previstos
por la ley.
Las personas capaces de obligarse no pueden oponer la incapaci-
dad del menor o del sujeto a interdicción con quienes contrataren.

SECCIÓN III
Del objeto y materia de los contratos

Art. 1126.- Todo contrato tiene por objeto la cosa que una parte se
obliga a dar, o que una parte se obliga a hacer o a no hacer.
Art. 1127.- El simple uso o la simple posesión de una cosa puede
ser, no menos que la cosa misma, objeto del contrato.
Art. 1128.- Sólo las cosas que están en el comercio pueden ser
objeto de los contratos.
Art. 1129.- Es preciso que la obligación tenga por objeto una cosa
determinada, a lo menos en cuanto a su especie.
La cuantía de la cosa puede ser incierta, con tal que la cosa misma
pueda determinarse.
Art. 1130.- Las cosas futuras pueden ser objeto de una obligación.
Sin embargo, no se puede renunciar a una sucesión no abierta, ni
hacer estipulación alguna sobre ella, ni aun con el consentimiento
de aquél de cuya sucesión se trata.

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SECCIÓN IV
De la causa

Art. 1131.- La obligación sin causa, o la que se funda sobre causa


falsa o ilícita, no puede tener efecto alguno.
Art. 1132.- La convención es válida, aunque no se explique la causa
de ella.
Art. 1133.- Es ilícita la causa, cuando está prohibida por la ley, y
cuando es contraria al orden público o a las buenas costumbres.

CAPÍTULO III
DEL EFECTO DE LAS OBLIGACIONES

SECCIÓN I
Disposiciones Generales

Art. 1134.- Las convenciones legalmente formadas tienen fuerza de


ley para aquellos que las han hecho.
No pueden ser revocadas, sino por su mutuo consentimiento, o por
las causas que estén autorizadas por la ley.
Deben llevarse a ejecución de buena fe.
Art. 1135.- Las convenciones obligan, no solo a lo que se expresa en
ellas, sino también a todas las consecuencias que la equidad, el uso
o la ley dan a la obligación según su naturaleza.

SECCIÓN II
De la obligación de dar

Art. 1136.- La obligación de dar, comprende la de entregar la cosa


y conservarla hasta su entrega, a pena de indemnizar los daños y
perjuicios al acreedor.

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Art. 1137.- La obligación de cuidar de la conservación de la cosa, bien


tenga la convención por único objeto la utilidad de una de las partes,
bien tenga por objeto su utilidad común, sujeta al que se encargó de
ella, a poner todo el cuidado de un buen padre de familia.
Esta obligación es más o menos extensa respecto a ciertos contratos,
cuyos efectos, en esta parte, se explican en los títulos correspondientes.
Art. 1138.- La obligación de entregar la cosa es perfecta, por solo el
consentimiento de los contratantes.
Hace al acreedor propietario y pone a su cargo aquella desde el ins-
tante en que debió entregársele, aun cuando no se haya verificado la
tradición, a no ser que el deudor esté puesto en mora de entregarla;
en cuyo caso, queda la cosa por cuenta y riesgo de este último.
Art. 1139.- Se constituye el deudor en mora, ya por un requerimiento
u otro acto equivalente, ya por efecto de la convención cuando ésta
incluya la cláusula de que se constituirá en mora del deudor, sin que
haya necesidad de acto alguno, y por el hecho solo de cumplirse el
término.
Art. 1140.- Los efectos de la obligación de dar o entregar un inmueble,
se determinan en el título de la venta y en el título de los privilegios
e hipotecas.
Art. 1141.- Si la cosa que hay obligación de dar o entregar a dos
personas sucesivamente, fuese puramente mueble, es preferida la
persona que, entre estas dos, fue puesta en posesión real; y queda
propietaria del objeto aun cuando su título sea posterior en fecha;
pero con tal que la posesión sea de buena fe.

SECCIÓN III
De la obligación de hacer o de no hacer
Art. 1142.- Toda obligación de hacer o de no hacer, se resuelve en
indemnización de daños y perjuicios, en caso de falta de cumpli-
miento de parte del deudor.

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Art. 1143.- No obstante, el acreedor tiene derecho a pedir, que se


destruya lo que se hubiere hecho en contravención a lo pactado; y
puede hacerse autorizar para destruirlo a expensas del deudor, sin
perjuicio de indemnizar daños y perjuicios, si hubiese motivo para
ello.
Art. 1144.- Se puede autorizar al acreedor, en caso de falta de cum-
plimiento, para ejecutar por sí y a costa del deudor, la obligación.
Art. 1145.- Si la obligación consiste en no hacer, el contraventor
debe daños y perjuicios, por el solo hecho de la contravención.

SECCIÓN IV
De las indemnizaciones de daños y perjuicios que resultan
de la falta de cumplimiento de la obligación

Art. 1146.- Las indemnizaciones de daños y perjuicios no proceden,


sino en el caso en que se constituya en mora al deudor por no cum-
plir su obligación, excepto, sin embargo, el caso en que el objeto
que aquél se había obligado a dar o hacer, debía ser dado o hecho
en determinado tiempo que ha dejado pasar.
Art. 1147.- El deudor, en los casos que procedan, será condenado
al pago de daños y perjuicios, bien con motivo de la falta de cum-
plimiento de la obligación, o por causa de su retraso en llevarla a
cabo, siempre que no justifique que el no cumplimiento procede,
sin haber mala fé por su parte, de causas extrañas a su voluntad,
que no pueden serle imputadas.
Art. 1148.- No proceden los daños y perjuicios, cuando por conse-
cuencia de fuerza mayor o de caso fortuito, el deudor estuvo impo-
sibilitado de dar o hacer aquello a que está obligado, o ha hecho lo
que le estaba prohibido.
Art. 1149.- Los daños y perjuicios a que el acreedor tiene derecho,
consisten en cantidades análogas a las pérdidas que haya sufrido y

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a las ganancias de que hubiese sido privado, salvas las modificacio-


nes y excepciones a que se refieren los artículos siguientes.
Art. 1150.- El deudor no está obligado a satisfacer más daños y
perjuicios, que los previstos o que se han podido prever al hacerse
el contrato, excepto en el caso en que la falta de cumplimiento
proceda de su mala fe.
Art. 1151.- Aun en este último caso, o sea el de dolo, los daños
y perjuicios que por pérdidas o faltas de ganancias se deban al
acreedor, no pueden comprender sino lo que sea consecuencia
inmediata y directa de la falta de cumplimiento del contrato.
Art. 1152.- Cuando el contrato contenga una cláusula que fije una
suma determinada, que deba pagar en concepto de daños y perjui-
cios el contratante que deje de cumplirlo, no podrá exigirse mayor
suma en este sentido, ni reducir tampoco su entidad.
Art. 1153.- En las obligaciones que se limitan al pago de cierta can-
tidad, los daños y perjuicios que resulten del retraso en el cumpli-
miento, no consisten nunca sino en la condenación a los intereses
señalados por la ley; salvas las reglas particulares del comercio y de
las finanzas.
Deben abonarse estos daños y perjuicios, sin que el acreedor esté
obligado a justificar pérdida alguna.
No se deben, sino desde el día de la demanda, excepto en los casos
en que la ley las determina de pleno derecho.
Art. 1154.- Los intereses devengados de los capitales pueden
producir nuevos intereses, o por una demanda judicial o por una
convención especial, con tal que, sea en la demanda, sea en la con-
vención, se trate de intereses debidos a los menos por espacio de
un año entero.
Art. 1155.- Sin embargo, las rentas vencidas como arrendamientos,
alquileres, pensiones devengadas de rentas perpetuas o vitalicias,
producen interés desde el día de la demanda o de la convención.
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La misma regla se aplica a las restituciones de frutos, y a los inte-


reses pagados por un tercero al acreedor en liberación del deudor.

SECCIÓN V
De la interpretación de las convenciones.

Art. 1156.- En las convenciones se debe atender más a la común


intención de las partes contratantes, que al sentido literal de las
palabras.
Art. 1157.- Si una cláusula es susceptible de doble sentido, se le
debe atribuir aquél que pueda tener algún efecto; y nunca el que
no pudiera producir ninguno.
Art. 1158.- Las frases que puedan interpretarse en doble sentido,
deben considerarse en aquel que se halle más conforme con la
materia del contrato.
Art. 1159.- Los términos ambiguos se interpretarán con arreglo
a lo que el uso determine en el lugar en que el contrato se haya
otorgado.
Art. 1160.- Deben suplirse en un contrato las cláusulas usuales, aun
cuando no se hayan expresado en el mismo.
Art. 1161.- Todas las cláusulas de las convenciones se interpretan
las unas por las otras, dando a cada una el sentido que resulte del
acto entero.
Art. 1162.- En caso de duda, se interpreta la convención en con-
tra del que haya estipulado, y en favor del que haya contraído la
obligación.
Art. 1163.- Por muy generales que sean los términos en que apa-
rezca redactada una convención, no comprenderá ésta más cosas
que aquellas sobre las cuales parezca que las partes se propusieron
contratar.

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Art. 1164.- Cuando en un contrato se expresa un caso para explicar


una obligación, no debe deducirse que se ha querido restringir la
extensión que el convenio produce de derecho en los casos no
expresados.

SECCIÓN VI
Del efecto de las convenciones respecto de terceros

Art. 1165.- Los contratos no producen efecto sino respecto de las


partes contratantes; no perjudican a tercero ni le aprovechan, sino
en el caso previsto en el artículo 1121.
Art. 1166.- Sin embargo, los acreedores pueden ejercitar todos los
derechos y acciones correspondientes a su deudor, con excepción
de los exclusivamente peculiares a la persona.
Art. 1167.- Pueden también impugnar, en su propio nombre, los
actos ejecutados por su deudor en fraude de sus derechos.
Deben, sin embargo, en cuanto a sus derechos indicados en los títu-
los de las sucesiones, del contrato del matrimonio y de los derechos
respectivos de los cónyuges, ajustarse a las reglas en los mismos
prescritas.

CAPÍTULO IV
DE LAS DIVERSAS ESPECIES DE OBLIGACIONES

SECCIÓN I
De las obligaciones condicionales

Párrafo I: De la condición en general, y de sus diversas especies


Art. 1168.- La obligación es condicional, cuando se le hace depen-
der de un suceso futuro e incierto, bien suspendiendo sus efectos
hasta que aquel se verifique, o bien dejándola sin efecto, según
ocurra o no aquél.
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Art. 1169.- La condición casual es la que depende de un suceso


eventual, ajeno a la voluntad de los contratantes.
Art. 1170.- La condición potestativa es la que hace depender el
cumplimiento del contrato, de un suceso a que puede dar lugar o
que puede impedir la voluntad de los contratantes.
Art. 1171.- La condición mixta es la que depende a un mismo tiem-
po de la voluntad de una de las partes contratantes y de un tercero.
Art. 1172.- Toda condición de una cosa imposible, o que sea contra
las buenas costumbres, o que este prohibida por la ley, es nula y
hace también nula la convención que de ella dependa.
Art. 1173.- La condición de no hacer una cosa imposible, no hace
nula la obligación que bajo ella se pactó.
Art. 1174.- Es nula toda obligación cuando se contrajo bajo una
condición potestativa de parte del que se obliga.
Art. 1175.- Debe verificarse toda condición del modo que las par-
tes contratantes verosímilmente quisieron y entendieron que se
verificara.
Art. 1176.- Cuando se pacta una obligación bajo condición de que
tal y tal cosa sucederá dentro de un tiempo fijo, se considerará
sin efecto esta condición, luego que haya expirado el término sin
haberse verificado el suceso. Si no hay tiempo determinado, pue-
de verificarse siempre la condición; y no se considerará sin efecto
mientras no se sepa de cierto que el suceso no se verifica.
Art. 1177.- Cuando se contrajo una obligación bajo la condición
de que no se verificaría un suceso dentro de un término señalado,
deberá tenerse por cumplida la condición, luego que el tiempo
expire, sin que dicho acontecimiento haya sucedido. Lo mismo
deberá decirse, si antes de cumplirse el plazo hubiese certeza de
que el suceso no se verificará y si no hubiese señalado tiempo, no
se tendrá por cumplida la condición, hasta que de cierto conste que
no se realizará el tal suceso.
ÍNDICE POR 263
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Art. 1178.- Se reputa por cumplida la condición, siempre que el


deudor, en ella incluido, es quien ha impedido su cumplimiento.
Art. 1179.- La condición una vez verificada, tiene efecto retroac-
tivo al día en que se contrajo la obligación. Si el acreedor hubiese
muerto antes que la condición se verificase, pasan sus derechos a
su heredero.
Art. 1180.- El acreedor puede, antes que se verifique la condición,
ejercer todos los actos conservatorios de sus derechos.
Párrafo II: De la condición suspensiva.
Art. 1181.- Se entiende contraída una obligación bajo condición
suspensiva, cuando pende de un suceso futuro e incierto, o de un
suceso ya acaecido, pero que aún es ignorado por las partes.
En el primer caso, no puede cumplirse la obligación, hasta que el
suceso se haya verificado.
En el segundo, produce todo su efecto desde el día en que se
contrajo.
Art. 1182.- Cuando la obligación se contrajo bajo una condición
suspensiva, la cosa que fue materia de la convención continúa de
cuenta y riesgo del deudor, que no se obligó a entregarla hasta que
no se verifique la condición.
Si la cosa ha perecido enteramente sin culpa del deudor queda
extinguida la obligación.
Si la cosa se hubiere deteriorado sin culpa del deudor, el acreedor
podrá escoger o rescindir la obligación, o pedir la cosa en el estado
en que se halle, sin disminuir su precio.
Si hubiere sucedido por culpa del deudor, el acreedor tiene derecho
a rescindir la obligación, o pedir la cosa en el estado en que se halle,
y a más los daños y perjuicios.
Párrafo III: De la condición resolutoria

ÍNDICE POR 264


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Art. 1183.- La condición resolutoria es aquella que, una vez verifi-


cada, produce la revocación de la obligación, y vuelve a poner las
cosas en el mismo estado que tendrían si no hubiese existido la
obligación.
No suspende el cumplimiento de la obligación, sólo se obliga al
acreedor a restituir lo que recibió, en caso de que el acontecimien-
to previsto en la condición llegue a verificarse.
Art. 1184.- La condición resolutoria se sobreentiende siempre en
los contratos sinalagmáticos, para el caso que una de las partes no
cumpla su obligación.
En este caso no queda disuelto el contrato de pleno derecho. La
parte a quien no se cumplió lo pactado, será árbitra de precisar a la
otra a la ejecución de la convención, siendo posible, o de pedir la
rescisión de aquella y el abono de daños y perjuicios.
La rescisión debe pedirse judicialmente, y podrá concederse al de-
mandado un término proporcionado a las circunstancias.

SECCIÓN II
De las obligaciones a término fijo

Art. 1185.- El término se diferencia de la condición, en que aquel


no suspende la obligación, y sí sólo dilata el cumplimiento de ella.
Art. 1186.- Lo que se debe a término fijo, no puede reclamarse
antes del vencimiento del término; lo que se pagó antes del venci-
miento, no puede repetirse.
Art. 1187.- Siempre se presume que el término se estipuló en favor
del deudor, a no ser que de la misma estipulación o de sus circuns-
tancias resulte que así se convino en favor del acreedor.
Art. 1188.- El deudor no puede reclamar el beneficio del término,
cuando ha quebrado, o cuando por acto suyo ha disminuido las
garantías dadas en el contrato a su acreedor.

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SECCIÓN III
De las obligaciones alternativas

Art. 1189.- El deudor de una obligación alternativa, queda libre por


entrega de una de las dos cosas que estaban comprendidas en la
obligación.
Art. 1190.- La elección pertenece al deudor, si no le ha sido otorga-
da expresamente al acreedor.
Art. 1191.- Puede librarse el deudor, entregando una de las dos
cosas prometidas; pero no puede obligar al acreedor a que reciba
una parte de una, y una parte de otra.
Art. 1192.- La obligación es pura y simple, aunque contratada de
una manera alternativa, si una de las dos cosas prometidas no pu-
diese ser objeto de la obligación.
Art. 1193.- La obligación alternativa se convierte en pura y simple,
cuando una de las cosas prometidas perece y no puede ser entre-
gada, aunque sea por falta del deudor. El importe de la cosa no
puede ofrecerse en su lugar. Si perecen las dos, y el deudor está en
descubierto al respecto a una de ellas, debe pagar el importe de la
que ha perecido últimamente.
Art. 1194.- Cuando en los casos previstos en el artículo precedente,
la elección hubiese sido otorgada por el convenio al acreedor, se
harán las siguientes distinciones: si ha perecido una sola de las
cosas, sin culpa del deudor, el acreedor debe tomar la que queda;
si el deudor ha incurrido en falta, el acreedor puede pedir la cosa
que queda o el precio de la que ha perecido. Si las dos cosas han
perecido, entonces, si el deudor ha incurrido en falta con respecto
a las dos, o bien respecto de una de ellas solamente, el acreedor
puede pedir el precio de una o de otra, según le parezca.
Art. 1195.- Si han perecido las dos cosas sin culpa del deudor, y an-
tes que esté en mora, la obligación se extingue conforme al artículo
1302.

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Art. 1196.- Los mismos principios se aplican al caso en que hayan


más de dos cosas comprendidas en la obligación alternativa.

SECCIÓN IV
De las obligaciones solidarias
Párrafo I: De la solidaridad entre los acreedores
Art. 1197.- La obligación es solidaria entre muchos acreedores,
cuando el título da expresadamente a cada uno de ellos el derecho
de pedir el pago del total del crédito, y que el pago hecho a uno
de ellos libre al deudor, aunque el beneficio de la obligación sea
partible y divisible entre los diversos acreedores.
Art. 1198.- Es facultativo al deudor el pago a uno o a otro de los
acreedores solidarios, mientras que no haya sido apremiado por
uno de los dos. Sin embargo, la quita dada por uno de los acree-
dores solidarios, no deja al deudor libre sino por la parte de este
acreedor.
Art. 1199.- Todo acto que interrumpe la prescripción respecto a
uno de los acreedores solidarios, aprovecha a los otros acreedores.
Párrafo II: De la solidaridad por parte de los deudores
Art. 1200.- Hay solidaridad por parte de los deudores, cuando es-
tán obligados a una misma cosa, de manera que cada uno de ellos
pueda ser requerido por la totalidad, y que el pago hecho por uno,
libre a los otros respecto del acreedor.
Art. 1201.- La obligación puede ser solidaria, aunque uno de los
deudores esté obligado de una manera distinta que el otro, al pago
de la misma cosa; por ejemplo, si el uno no está obligado sino
condicionalmente, mientras que el compromiso del otro es puro y
simple; o si el uno tiene un término que no le ha sido concedido al
otro.
Art. 1202.- La solidaridad no se presume; es preciso se haya esti-
pulado expresamente. Esta regla no deja de existir sino en el caso
ÍNDICE POR 267
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en que la solidaridad tiene lugar de pleno derecho en virtud de una


disposición de la ley.
Art. 1203.- El acreedor de una obligación contratada solidariamen-
te, puede dirigirse a aquel de los deudores que le parezca, sin que
éste pueda oponerle el beneficio de división.
Art. 1204.- Las acciones ejercidas contra uno de los deudores, no
impiden al acreedor ejercer otras iguales contra los demás.
Art. 1205.- Si la cosa debida ha perecido por la culpa o durante la
mora de uno o muchos deudores solidarios, los otros codeudores
no quedan libres de la obligación de pagar el precio de la cosa,
aunque no están obligados a los daños y perjuicios. El acreedor
puede solamente exigir los daños y perjuicios, lo mismo contra los
deudores, por falta de los cuales ha perecido la cosa, que contra los
que estaban en mora.
Art. 1206.- Las acciones ejercidas contra uno de los deudores soli-
darios, interrumpen la prescripción respecto a todos.
Art. 1207.- La demanda de intereses formulada contra uno de los
deudores solidarios, hace devengar los intereses respecto de todos.
Art. 1208.- El codeudor solidario, apremiado por el acreedor; pue-
de oponer todas las excepciones que resulten de la naturaleza de la
obligación, y todas las que les sean personales, así como también
todas las que sean comunes a todos los codeudores. No podrá opo-
ner las excepciones que sean puramente personales a algunos de
los otros codeudores.
Art. 1209.- Cuando uno de los deudores viene a ser heredero único
del acreedor, o cuando el acreedor viene a ser el único heredero de
uno de los deudores, la confusión no extingue el crédito solidario,
sino en la parte y porción del deudor o del acreedor.
Art. 1210.- El acreedor que consiente en la división de la deuda,
con respecto a uno de los codeudores, conserva su acción solidaria

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contra los otros, pero bajo la deducción de la parte del deudor que
ha eximido de la solidaridad.
Art. 1211.- El acreedor que recibe separadamente la parte de uno
de los deudores, sin reservar en la carta de pago la solidaridad o sus
derechos en general, no renuncia a la solidaridad sino respecto de
este deudor. No se supone que el acreedor exime de solidaridad al
deudor, cuando recibe de él una suma igual a la porción en que está
obligado, si la carta de pago no dice que esto es por su parte. Suce-
de lo mismo respecto a la simple demanda, formulada contra uno
de los deudores por su parte, si éste no ha asentido a la demanda,
o si no ha intervenido una sentencia de condenación.
Art. 1212.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G. O. 5661). El acreedor que recibe separadamente y sin reserva
la parte de uno de los codeudores en los atrasos o intereses de la
deuda, no pierde la solidaridad sino por las rentas e intereses venci-
dos, y no para los por vencer, ni por el capital, a menos que el pago
dividido haya continuado por espacio de cinco años consecutivos).
Art. 1213.- La obligación contraída solidariamente respecto al
acreedor, se divide de pleno derecho entre los deudores, que no
están obligados entre sí sino cada uno por su parte y porción.
Art. 1214.- El codeudor de una deuda solidaria, que la ha pagado
por entero, no puede repetir contra los otros sino la parte y porción
de cada uno. Si uno de ellos es insolvente, la pérdida que ocasiona
su insolvencia, se reparte a prorrata entre los demás codeudores
solventes y el que ha hecho el pago.
Art. 1215.- En el caso en que el acreedor haya renunciado a la ac-
ción solidaria respecto a uno de los deudores, si uno o muchos de
los otros codeudores viene a ser insolvente, la porción de los insol-
ventes será repartida proporcionalmente entre todos los deudores,
comprendiendo aun los que anteriormente hayan sido eximidos de
la solidaridad por el acreedor.

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Art. 1216.- Si el negocio por el cual la deuda ha sido contraída so-


lidariamente, no concierne sino a uno de los comprendidos en la
obligación, éste estará obligado por toda la deuda respecto a los
demás codeudores, que no serán considerados, con relación a él,
como sus fiadores.

SECCIÓN V
De las obligaciones divisibles e indivisibles

Art. 1217.- La obligación es divisible o indivisible, según tenga por


objeto o una cosa que en su entrega, o un hecho que en su ejecu-
ción es o no susceptible de división, bien sea material o intelectual.
Art. 1218.- La obligación es indivisible, aunque la cosa o el hecho
de que es objeto, sea divisible por su naturaleza si el punto de vista
bajo el cual se considera en la obligación no la hace susceptible de
ejecución parcial.
Art. 1219.- La solidaridad estipulada, no da a la obligación el carác-
ter de indivisibilidad.
Párrafo I: De los efectos de la obligación divisible
Art. 1220.- La obligación que es susceptible de división, debe ejecu-
tarse entre el acreedor y el deudor, si fuese divisible. La divisibilidad
no tiene aplicación sino respecto de sus herederos, que no pueden
reclamar la deuda o que no están obligados a pagarla sino por las
partes que les corresponden, o por las que están obligados como
representando al acreedor o al deudor.
Art. 1221.- El principio establecido en el artículo precedente, tiene
su excepción respecto a los herederos del deudor: 1o. En el caso
en que la deuda es hipotecaria. 2o. Cuando es de un objeto deter-
minado. 3o. Cuando se trata de la deuda alternativa de cosas que
son de elección del acreedor, y de las cuales una sola es indivisible.
4o. Cuando uno de los herederos está encargado sólo, por el título,
de la ejecución de la obligación. 5o. Cuando resulta, bien sea por la

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naturaleza del compromiso, bien sea de la cosa de que es objeto,


sea por el fin que se ha propuesto en el contrato, que la intención
de los contratantes ha sido que la deuda no pueda satisfacerse par-
cialmente. En los tres primeros casos, el heredero que posee la cosa
debida o el predio hipotecado por la deuda, puede ser apremiado
por el todo sobre la cosa debida o sobre el predio hipotecado, salvo
el recurso contra sus coherederos. En el caso cuarto, el heredero
sólo gravado con la deuda; y en el quinto, cada heredero puede
también ser apremiado por el todo, salvo el recurso contra sus
coherederos.
Párrafo II: De los efectos de la obligación indivisible
Art. 1222.- Cada uno de los que han contratado conjuntamente una
deuda indivisible, está obligado por el todo, aunque la obligación
no haya sido contratada solidariamente.
Art. 1223.- Sucede lo mismo respecto de los herederos del que ha
contraído una obligación semejante.
Art. 1224.- Cada heredero del acreedor puede exigir en totalidad
la ejecución de la obligación indivisible. No puede él solo otorgar
quita por la totalidad de la deuda; no puede tampoco recibir él solo
el precio en lugar de la cosa. Si uno solo de los herederos ha dado la
quita o recibido el precio de la cosas, su coheredero no puede pedir
la cosa indivisible, sino teniendo en cuenta la porción del coherede-
ro que ha dado la quita o que ha recibido el precio.
Art. 1225.- El heredero del deudor, asignado por la totalidad de la
obligación, puede pedir una prórroga para llamar a los autos a sus
coherederos, a menos que la deuda sea de tal naturaleza, que no
deba ser pagada sino por el heredero asignado, que puede enton-
ces ser condenado solo, salvo su recurso de indemnización contra
sus coherederos.
SECCIÓN VI
De las obligaciones con cláusula penal

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Art. 1226.- La cláusula penal es aquella por la cual una persona,


para asegurar la ejecución de un convenio, se obliga a alguna cosa
en caso de faltar a su cumplimiento.
Art. 1227.- La nulidad de la obligación principal, lleva consigo la de
la cláusula penal. La nulidad de ésta no implica de ningún modo la
de la obligación principal.
Art. 1228.- El acreedor, en lugar de pedir la pena estipulada contra
el deudor que está en mora, puede apremiar para la ejecución de
la obligación principal.
Art. 1229.- La cláusula penal es la compensación de los daños y
perjuicios, que el acreedor experimenta por la falta de ejecución
de la obligación principal. No puede pedir a la vez el principal y la
pena, a menos que ésta se haya estipulado por el simple retardo.
Art. 1230.- Bien sea que la obligación primitiva contenga o no un
término en el cual deba ser cumplida, no se incurre en la pena sino
cuando aquel que está obligado a dar, a tomar, o a hacer, se cons-
tituye en mora.
Art. 1231.- La pena puede modificarse por el Juez, cuando la obliga-
ción principal ha sido ejecutada en parte.
Art. 1232.- Cuando la obligación primitiva, contratada con una
cláusula penal, es de una cosa indivisible, se incurre en la pena por
la falta de uno solo de los herederos del deudor; y puede pedirse,
bien sea en totalidad contra el que ha contravenido, o bien contra
uno de los coherederos por su parte y porción, e hipotecariamente
respecto al todo, salvo el recurso contra el que ha incurrido en la
pena.
Art. 1233.- Cuando la obligación primitiva, contratada bajo una
cláusula penal, es divisible, no incurre en ella sino aquel de los he-
rederos del deudor que ha contravenido a esta obligación, y por la
parte solamente en que estaba obligado en la obligación principal,
sin que haya acción contra los que la hayan ejecutado.

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Esta regla tiene su excepción, cuando la cláusula penal ha sido


agregada con la intención de que el pago no pueda hacerse
parcialmente, y un coheredero ha impedido la ejecución de la
obligación en cuanto a la totalidad. En este caso, la pena entera
puede exigirse contra él y contra los otros coherederos por su
parte respectiva, salvo su recurso.

CAPÍTULO V
De la extinción de las obligaciones
Art. 1234.- Se extinguen las obligaciones: Por el pago. Por la nova-
ción. Por la quita voluntaria. Por la compensación. Por la confusión.
Por la pérdida de la cosa. Por la nulidad o rescisión. Por efecto de
la condición resolutoria, que se ha explicado en el capítulo prece-
dente; y por la prescripción que será objeto de un título particular.

SECCIÓN I
Del pago.

Párrafo I: Del pago en general.


Art. 1235.- Todo pago supone una deuda: lo que se ha pagado sin
ser debido, está sujeto a repetición. Esta no procederá respecto a
las obligaciones naturales que han sido cumplidas voluntariamente.
Art. 1236.- La obligación puede cumplirse por cualquier persona
que esté interesada en ella, tal como un co-obligado o un fiador. La
obligación puede también ser saldada por un tercero que no esté
interesado en ella, si este tercero obra en nombre y en descargo
del deudor, o si obra por sí, que no se sustituya en los derechos del
acreedor.
Art. 1237.- La obligación de hacer no puede ser cumplida por un
tercero contra la voluntad del acreedor, cuando este último tiene
interés en que sea cumplida por el deudor.

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Art. 1238.- Para pagar válidamente es preciso ser dueño de la cosa


que se de en pago y capaz de enajenarla. Sin embargo, el pago de
una suma hecho en dinero o en otra especie que se consuma por el
uso, no puede reclamarse al acreedor que la ha consumido de bue-
na fe, aunque el pago haya sido hecho por uno que no era dueño, o
que no era capaz para enajenarla.
Art. 1239.- El pago debe hacerse al acreedor o al que tenga su
poder, o al que esté autorizado por los tribunales o por la ley, para
recibir en su nombre. El pago hecho al que no tiene poder de re-
cibir en nombre del acreedor, es válido, si éste lo ratifica o si se ha
aprovechado de él.
Art. 1240.- El pago hecho de buena fe al que posee el crédito, es
válido, aunque en adelante sufra la evicción el poseedor.
Art. 1241.- El pago hecho al acreedor no es válido, si estaba inca-
pacitado para recibirlo, a menos que el deudor pruebe que la cosa
pagada ha quedado en provecho del acreedor.
Art. 1242.- El pago hecho por el deudor a su acreedor, con perjuicio
de un embargo o de una oposición, no es válido, con relación a
los acreedores ejecutantes u oponentes: éstos pueden, según su
derecho, obligarle a pagar de nuevo, salvo en este caso solamente
su recurso contra el acreedor.
Art. 1243.- No puede obligarse al acreedor a que reciba otra cosa
distinta de la que le es debida, aunque el valor de la cosa ofrecida
sea igual o mayor.
Art. 1244.- (Modificado por la Ley 764 de fecha 20 de diciembre de
1944, G.O. 6194). El deudor no puede obligar al acreedor a recibir
en parte el pago de una deuda, aunque sea divisible. Los jueces
pueden, sin embargo, en consideración a la posición del deudor,
y usando de este poder con mucha discreción, acordar plazos mo-
derados para el pago, y sobreseer en las ejecuciones de apremio,
quedando todo en el mismo estado.

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Cuando se trate del pago de deudas con garantía inmobiliaria, este


plazo no excederá nunca de seis meses, a contar de la fecha de la
sentencia que lo acuerde, y sólo gozarán de este favor los deudores
que hayan pagado o paguen al momento de solicitarlo los intereses
devengados. El beneficio del plazo se perderá y la ejecución puede
continuar de pleno derecho tan pronto como se compruebe que el
deudor no ha cumplido con las condiciones en que le hubiere sido
acordado. No obstante, después de transcrito el embargo, ningún
plazo podrá ser acordado.
Art. 1245.- El deudor de un objeto cierto y determinado queda
libre, por la entrega de una cosa en el estado en que se encuentre
en el momento de entregarla, si los deterioros que en ella hayan
sobrevenido no son causados por él ni por su causa, ni por la de las
personas de las cuales es responsable, o si antes de los deterioros
no estuviese en mora.
Art. 1246.- Si la deuda es de una cosa que no está determinada
sino por su especie, no se obligará al deudor para que quede libre,
a darla de la mejor, aunque tampoco pueda ofrecerla de la peor.
Art. 1247.- El pago debe hacerse en el sitio designado en el contra-
to. Si el lugar no estuviere designado, el pago, cuando se trata de un
objeto cierto y determinado, debe hacerse en el sitio en que estaba
la cosa de que es objeto la obligación al tiempo de encontrarse ésta.
Fuera de estos dos casos, el pago debe hacerse en el domicilio del
deudor.
Art. 1248.- Las costas del pago son de cargo del deudor.
Párrafo II: Del pago con subrogación
Art. 1249.- La subrogación en los derechos del acreedor en prove-
cho de una tercera persona que le paga, es convencional o legal.
Art. 1250.- La subrogación es convencional: primero, cuando reci-
biendo el acreedor su pago de una tercera persona, la subroga en
sus derechos, acciones, privilegios o hipotecas contra el deudor;
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esta subrogación debe expresarse y hacerse al mismo tiempo que


el pago; segundo, cuando el deudor pide prestada una suma con
objeto de pagar su deuda y de subrogar al prestador en los derechos
del acreedor. Es preciso, para que esta subrogación sea válida que
el acta de préstamo y el pago se hagan ante notario; que en el acto
de préstamo se declare que la suma ha sido prestada para hacer
el pago, y que en el finiquito se declare que el pago ha sido hecho
con la cantidad dada con este objeto por el nuevo acreedor. Esta
subrogación se hace sin el concurso de la voluntad del acreedor.
Art. 1251.- La subrogación tiene lugar de pleno derecho: primero,
en provecho del que siendo a la vez acreedor, paga a otro acreedor
que es preferido, por razón de sus privilegios e hipotecas; segundo
en provecho del adquiriente de un inmueble que emplea el precio
de su adquisición, en el pago de los acreedores a quienes estaba
hipotecada esta heredad; tercero, en provecho del que, estando
obligado con otros o por otros al pago de la deuda, tenía interés en
solventarla; cuarto, en provecho del heredero beneficiario que ha
pagado de su peculio las deudas de la sucesión.
Art. 1252.- La subrogación establecida en los artículos precedentes,
tiene lugar lo mismo respecto a los fiadores que a los deudores, no
puede perjudicar al acreedor cuando no ha sido reintegrado sino
en parte, en cuyo caso puede ejercer sus derechos por lo que aún
se le debe, con preferencia a aquel de quien no ha recibido sino un
pago parcial.
Párrafo III: De la aplicación de los pagos
Art. 1253.- El deudor de muchas deudas tiene derecho a declarar
cuando paga, cuál es la que finiquita.
Art. 1254.- El deudor de una deuda que produce interés o renta,
no puede, sin el consentimiento del acreedor, aplicar el pago que
hace al capital, con preferencia a las rentas; el pago hecho sobre el
capital e intereses, si no cubre uno y otros, se aplica primero a los
intereses.

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Art. 1255.- Cuando el deudor de diferentes deudas ha aceptado


carta de pago, por la cual el acreedor ha aplicado lo que recibió
especialmente a una de esas deudas, el deudor no podrá ya exigir
la aplicación a una deuda diferente, a menos que haya habido dolo
o sorpresa por parte del acreedor.
Art. 1256.- Cuando el finiquito no expresa ninguna aplicación,
debe imputarse el pago a la deuda que a la sazón conviniera más
pagar al deudor, entre aquellas que igualmente estén vencidas; en
otro caso, sobre la deuda vencida, aunque sea menos onerosa que
aquellas que no lo estén aún. Si las deudas son de igual naturaleza,
la aplicación se hace a la más antigua; y siendo en todo iguales, se
hace proporcionalmente.
Párrafo IV: De los ofrecimientos de pago y de la consignación
Art. 1257.- Cuando el acreedor rehúsa recibir el pago, puede el
deudor hacerle ofrecimientos reales; y si rehúsa el acreedor acep-
tarlos, consignar la suma o la cosa ofrecida. Los ofrecimientos
reales seguidos de una consignación, libran al deudor, y surten
respecto de él efecto de pago, cuando se han hecho válidamente;
y la cosa consignada de esta manera, queda bajo la responsabili-
dad del acreedor.
Art. 1258.- Para que los ofrecimientos reales sean válidos es preci-
so: 1o. que se hagan al acreedor que tenga capacidad de recibir, o
al que tenga poder para recibir en su nombre. 2o. Que sean hechos
por una persona capaz de pagar. 3o. Que sean por la totalidad de
la suma exigible, de las rentas o intereses debidos, de las costas
líquidas y de una suma para las costas no liquidadas, salva la rec-
tificación. 4o. Que el término esté vencido, si ha sido estipulado
en favor del acreedor. 5o. Que se haya cumplido la condición, bajo
la cual ha sido la deuda contraída. 6o. Que los ofrecimientos se
hagan en el sitio donde se ha convenido hacer el pago; y que si no
hay convenio especial de lugar en que deba hacerse, lo sean, o al
mismo acreedor, o en su domicilio, o en el elegido para la ejecución

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del convenio. 7o. Que los ofrecimientos se hagan por un curial que
tenga carácter para esta clase de actos.
Art. 1259.- No es necesario para la validez de la consignación, que
haya sido autorizada por juez; basta: 1o. que la haya precedido una
intimación notificada al acreedor, que contenga la indicación del
día, de la hora y el sitio en que se depositará la cosa ofrecida. 2o.
Que se desprenda el deudor de la cosa ofrecida, entregándola en el
depósito que indique la ley, para recibir las consignaciones, con los
intereses hasta el día del depósito. 3o. Que se forme por el curial acta
acerca de la naturaleza de las especies ofrecidas, de haber rehusado
el acreedor recibirlas, de no haber comparecido, y por último, del
depósito. 4o. Que en caso de no comparecencia del acreedor, el acto
del depósito le haya sido notificado con intimación de retirar la cosa
depositada.
Art. 1260.- Las costas de los ofrecimientos reales y de la consigna-
ción, son de cuenta del acreedor, si son válidos.
Art. 1261.- Mientras que la consignación no haya sido aceptada por
el acreedor, puede el deudor retirarla; y si lo hace, no quedan libres
ni sus codeudores ni sus fiadores.
Art. 1262.- Cuando el deudor hubiere obtenido por sí un fallo
pasado en autoridad de cosa juzgada, que ha declarado sus ofreci-
mientos y consignación buenos y válidos, no podrá ya, ni aun con el
consentimiento del acreedor, retirar la consignación en perjuicio de
sus codeudores o de sus fiadores.
Art. 1263.- El acreedor que consiente al deudor el que retire la
consignación, después de haber sido ésta declarada válida por fallo
que ha adquirido fuerza de cosa juzgada, no puede, para el pago de
su crédito, ejercer los privilegios o hipotecas que le fueron afectos;
no hay hipoteca sino desde el día en que el acto por el cual consis-
tió en que se retirase la consignación, fue revestido de las formas
requeridas para tener hipoteca.

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Art. 1264.- Si la cosa que se debe es un objeto determinado, que


haya de entregarse en el sitio en que se encuentra el deudor, debe
requerir al acreedor para que se le lleve, por acto notificado a su
persona o en su domicilio, o en el elegido para la ejecución del
contrato. Hecho este requerimiento, si el acreedor no retira la cosa,
y teniendo el deudor necesidad del sitio en que radica, podrá éste
obtener de los tribunales el permiso de ponerla en depósito en
otro sitio cualquiera.
Párrafo V: De la cesión de bienes.
Art. 1265.- La cesión de bienes, es el abandono que hace un deudor
de todos sus bienes a sus acreedores cuando se encuentra en la
imposibilidad de pagar sus deudas.
Art. 1266.- La cesión de bienes es voluntaria o judicial.
Art. 1267.- La cesión de bienes voluntaria es aquella que los acree-
dores aceptan voluntariamente; y que no tiene más efecto que el
que resulta de las mismas estipulaciones del contrato hecho entre
ellos y el deudor.
Art. 1268.- La cesión judicial es un beneficio que concede la ley
al deudor desgraciado y de buena fe, al cual se le permite hacer
judicialmente el abandono de todos sus bienes a sus acreedores, a
pesar de toda estipulación contraria.
Art. 1269.- La cesión judicial no confiere la propiedad a los acree-
dores; les da derecho solamente para hacer vender los bienes en su
provecho, y de percibir sus rendimientos hasta la venta.
Art. 1270.- Los acreedores no pueden rehusar la cesión judicial, no
siendo en los casos exceptuados por la ley. La cesión no libra al
deudor sino hasta el importe de los bienes cedidos, y en el caso
que hayan sido insuficientes, si le sobrevienen otros, está obligado
a cederlos hasta el pago completo.

SECCIÓN II
De la novación.

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Art. 1271.- La novación se hace de tres maneras: 1a. cuando el


deudor contrae una nueva deuda con el acreedor que sustituye
a la antigua, quedando ésta extinguida; 2a. cuando se sustituye
un nuevo deudor al antiguo, que queda libre por el acreedor; 3a.
cuando por efecto de un nuevo compromiso se sustituye un nuevo
acreedor al antiguo, respecto al cual el deudor se encuentra libre.
Art. 1272.- La novación no puede efectuarse sino entre personas
capaces de contratar.
Art. 1273.- La novación no se presume; es menester que la volun-
tad de hacerla resulte claramente del acto.
Art. 1274.- La novación por la sustitución de un nuevo deudor pue-
de efectuarse sin el concurso del primer deudor.
Art. 1275.- La delegación por la cual un deudor da al acreedor otro
deudor que se obliga respecto del acreedor, no produce la nova-
ción, si el acreedor no ha declarado expresamente que quería dejar
libre al deudor con quien hace la delegación.
Art. 1276.- El acreedor que dejó libre al deudor por quien se hizo la
delegación, no puede recurrir contra éste, si el delegado llega a ser
insolvente, a menos que el acto no contenga una reserva expresa,
o que el delegado no estuviere en quiebra manifiesta, o cayese en
insolvencia en el momento de la delegación.
Art. 1277.- La simple indicación hecha por el deudor de una persona
que debe pagar en su lugar, no produce novación. Sucede lo mismo
con la simple indicación que haga el acreedor, de una persona que
debe recibir en lugar suyo.
Art. 1278.- Los privilegios e hipotecas del antiguo crédito no pasan
al que le ha sustituido, a menos que el acreedor se los haya reser-
vado expresamente.
Art. 1279.- Cuando la novación se verifica por la sustitución de un
nuevo deudor, los privilegios e hipotecas primitivos del crédito no
pueden trasladarse a los bienes del nuevo deudor.
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Art. 1280.- Cuando la novación se verifica entre el acreedor y uno


de los deudores solidarios, los privilegios e hipotecas del antiguo
crédito no pueden reservarse sino sobre los bienes del que contrae
la nueva deuda.
Art. 1281.- Por la novación hecha entre el acreedor y uno de los deu-
dores solidarios, quedan libres los codeudores. La novación hecha
con respecto al deudor principal, libra a los fiadores. Sin embargo,
si ha exigido el acreedor en el primer caso, el consentimiento de los
codeudores, o en el segundo el de los fiadores, el antiguo crédito
subsiste, si los codeudores o los fiadores rehúsan conformarse con
el nuevo acomodo.

SECCIÓN III
De la quita o perdón de la deuda.

Art. 1282.- La entrega voluntaria del título original bajo firma pri-
vada, hecha por el acreedor al deudor, vale prueba de liberación.
Art. 1283.- La entrega voluntaria de la primera copia del título, hace
presumir la quita de la deuda o el pago, sin perjuicio de la prueba
en contrario.
Art. 1284.- La entrega del título original bajo firma privada o de la
primera copia del título a uno de los deudores solidarios, tiene el
mismo efecto en beneficio de sus codeudores.
Art. 1285.- La entrega o descargo convencional en provecho de uno
de los codeudores solidarios, libra a todos los demás, a menos que
el acreedor no haya reservado expresamente sus derechos contra
éstos últimos. En éste último caso no podrá repetir la deuda sino
haciendo la deducción de la parte de aquel a quien ha dado la quita.
Art. 1286.- La entrega de la cosa dada en prenda, no basta para
presumir la quita de la deuda.

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Art. 1287.- La quita o descargo convencional concedido al deudor


principal, libra a los fiadores. El otorgado al fiador, no libra al deudor
principal. Y el otorgado a uno de los fiadores, no libra a los otros.
Art. 1288.- Lo que el acreedor reciba por un fiador para el descargo
de su fianza, debe imputarse sobre la deuda y recaer en descargo
del deudor principal y de los otros fiadores.

SECCIÓN IV
De la compensación.

Art. 1289.- Cuando dos personas son deudoras una respecto de la


otra, se verifica entre ellas una compensación que extingue las dos
deudas de la manera y en los casos expresados más adelante.
Art. 1290.- Se verifica la compensación de pleno derecho por la
sola fuerza de la ley, aun sin conocimiento de los deudores; las dos
deudas se extinguen mutuamente, desde el mismo instante en que
existen a la vez, hasta la concurrencia de su cuantía respectiva.
Art. 1291.- La compensación no tiene lugar sino entre las dos deu-
das que tienen igualmente por objeto una suma de dinero o deter-
minada cantidad de cosas fungibles de la misma especie, y que son
igualmente líquidas y exigibles. Los préstamos hechos en granos o
especies no controvertidas, y cuyo precio conste por los corrientes
del mercado, pueden compensarse con sumas líquidas y exigibles.
Art. 1292.- El término de gracia no es un obstáculo para la
compensación.
Art. 1293.- La compensación tienen lugar, cualesquiera que sean
las causas de una de las deudas, excepto en los casos: 1o. de la
demanda en restitución de una cosa cuyo propietario ha sido in-
justamente desposeído; 2o. de la demanda en restitución de un

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depósito y del préstamo en uso; 3o. de una deuda que tiene por
causa alimentos declarados no embargables.
Art. 1294.- El fiador puede oponer la compensación de lo que el
acreedor deba al deudor principal. Pero el deudor principal no pue-
de oponer la compensación de lo que el acreedor deba al fiador. El
deudor solidario no puede tampoco oponer la compensación de lo
que el acreedor debe a su codeudor.
Art. 1295.- El deudor que ha aceptado pura y simplemente la
cesión que un acreedor ha hecho de sus derechos a un tercero,
no podrá ya oponer al cesionario la compensación que hubiese
podido, antes de la aceptación, oponer al cedente. Respecto a
la cesión que no ha sido aceptada por el deudor, pero que le ha
sido notificada, no obsta sino a la compensación de los créditos
posteriores a esta notificación.
Art. 1296.- Cuando las dos deudas no son pagaderas en el mismo
lugar, no se puede oponer la compensación, sino teniendo en cuen-
ta los gastos de la remesa.
Art. 1297.- Cuando hay muchas deudas compensables debidas
por una misma persona, se siguen para la compensación las reglas
establecidas por la aplicación en el artículo 1256.
Art. 1298.- La compensación no tiene lugar en perjuicio de los dere-
chos adquiridos por un tercero. Por lo tanto, el que siendo deudor
viene a ser acreedor después del embargo preventivo hecho por
un tercero en sus manos, no puede, con perjuicio del ejecutante,
oponer la compensación.
Art. 1299.- El que ha pagado una deuda que de derecho estaba
extinguida por la compensación, no podrá ya, al tratar de realizar
el crédito para el cual no ha opuesto la compensación, prevalecer-
se con perjuicio de tercero, de los privilegios e hipotecas que le
estaban afectas, a menos que no haya tenido una justa causa para
ignorar el crédito que debía compensar su deuda.

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SECCIÓN V
De la confusión
Art. 1300.- Cuando las calidades de acreedor y deudor se reúnan
en la misma persona, se produce, de derecho, una confusión que
destruye los dos créditos.
Art. 1301.- Cuando se realiza la confusión en la persona del deudor
principal, aprovecha a sus fiadores. La que se efectúa en la persona
del fiador, no implica la extinción de la obligación principal. La que
tiene lugar en la persona del acreedor, no aprovecha a sus codeu-
dores solidarios sino en la porción en la cual era deudor.

SECCIÓN VI
De la pérdida de la cosa debida
Art. 1302.- Cuando la cosa cierta y determinada que era objeto
de la obligación perece, queda fuera del comercio, o se pierde de
modo que se ignore en absoluto su existencia, queda extinguida la
obligación si la cosa ha fenecido o ha sido perdida sin culpa del deu-
dor, y antes que fuera puesto en mora. Si el deudor está puesto en
mora, y no se ha obligado para los casos fortuitos, queda extinguida
la obligación en el caso en que la cosa hubiera igualmente perecido
en poder del acreedor, si le hubiese sido entregada. Está obligado
el deudor a probar el caso fortuito que alegue.
De cualquier modo que haya perecido o desaparecido la cosa roba-
da, su pérdida no dispensa al que la ha sustraído de restitución de
su valor.
Art. 1303.- Cuando la cosa ha perecido, queda fuera del comercio,
o ha sido perdida sin culpa del deudor, está éste obligado, si hay
algunos derechos o acciones de indemnización con relación a esta
cosa, a cederlos a su acreedor.

SECCIÓN VII

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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

De la acción en nulidad o rescisión de las convenciones

Art. 1304.- (Modificado según Ley 390 del 14 de diciembre de


1940, G. O. 5535, y por la ley 585 del 24 de octubre de 1941, G. O.
5661). En todos los casos en que la acción en nulidad o rescisión
de una convención, no está limitada a menos tiempo por una ley
particular, la acción dura cinco años. Este tiempo no se cuenta en
caso de violencia, sino desde el día en que ha cesado ésta; en caso
de error o dolo, desde el día en que han sido éstos descubiertos. No
se cuenta el tiempo con respecto a los incapacitados por la ley, sino
desde el día en que les sea levantada la interdicción, y con relación
a los actos hechos por los menores, desde el día de su mayor edad.
Art. 1305.- La simple lesión da lugar a la rescisión en favor del me-
nor no emancipado, contra toda clase de convenciones, y en favor
del menor emancipado, contra todos los convenios que excedan los
límites de su capacidad, como se determina en el título de la menor
edad, de la tutela y de la emancipación.
Art. 1306.- El menor no goza del beneficio de la restitución, por
causa de lesión, cuando no resulte ésta sino por un suceso casual
e imprevisto.
Art. 1307.- La simple declaración de mayor edad hecha por el me-
nor, no le priva de su derecho a la restitución.
Art. 1308.- El menor que sea comerciante, banquero o artesano, no
goza del beneficio de restitución respecto a los compromisos que
haya contraído, por razón de su comercio o su arte.
Art. 1309.- El menor no tiene el beneficio de restitución contra
las estipulaciones hechas en su contrato de matrimonio, cuando
se han hecho con el consentimiento y asistencia de los que deben
prestarlos para la validez de su matrimonio.
Art. 1310.- No goza tampoco del beneficio de restitución, contra las
obligaciones que resulten de su delito o cuasidelito.

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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1311.- No puede tampoco interponer reclamación contra los


compromisos que haya firmado durante su menor edad, si los ra-
tificó al ser mayor, bien sea que el compromiso fuese nulo por su
forma, o que estuviese sujeto solamente a la restitución.
Art. 1312.- (Modificado por la Ley 390 del 14 de diciembre de
1940, G.O. 5535). Cuando a los menores, o a los interdictos se les
admite, en esas calidades, la restitución de sus compromisos, no
se les puede exigir el reembolso de lo que por efecto de dichas
obligaciones, se hubiere pagado, a menos que se pruebe que lo
pagado fue en provecho suyo.
Art. 1313.- No gozan del beneficio de la restitución, los mayores de
edad por causa de lesión, sino en los casos y bajo las condiciones
especialmente expresadas en el presente Código.
Art. 1314.- Cuando se han llenado las formalidades requeridas res-
pecto a los menores o incapacitados por la ley, bien sea para la ena-
jenación de bienes inmuebles o para la partición en una sucesión,
son considerados relativamente a estos actos como si lo hubieran
hecho en su mayor edad, o antes de la interdicción.

CAPÍTULO VI
De la prueba de las obligaciones,
y de la del pago
Art. 1315.- El que reclama la ejecución de una obligación, debe pro-
barla. Recíprocamente, el que pretende estar libre, debe justificar
el pago o el hecho que ha producido la extinción de su obligación.
Art. 1316.- Las reglas concernientes a la prueba literal, a la testi-
monial, las presunciones, la confesión de parte y el juramento, se
explican en las secciones siguientes.

SECCIÓN I
De la prueba literal
ÍNDICE POR 286
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Párrafo I: Del título auténtico


Art. 1317.- Es acto auténtico el que ha sido otorgado por ante ofi-
ciales públicos, que tienen derecho de actuar en el lugar donde se
otorgó el acto, y con las solemnidades requeridas por la ley.
Art. 1318.- El documento que no es acto auténtico, por la incom-
petencia o incapacidad del oficial o por un defecto de forma, vale
como acto privado si está firmado por las partes.
Art. 1319.- El acto auténtico hace plena fe respecto de la convención
que contiene entre las partes contratantes y sus herederos o cau-
sahabientes. Sin embargo, en caso de querella por falso principal,
se suspenderá la ejecución del documento argüido de falsedad, por
el estado de acusación; y en caso de inscripción en falsedad hecha
incidentalmente, podrán los tribunales, según las circunstancias,
suspender provisionalmente la ejecución del acto.
Art. 1320.- El acto, bien sea auténtico o privado, hace fe entre las
partes aun respecto de lo que no está expresado sino en términos
enunciativos, con tal que esta enunciación tenga una relación direc-
ta con la disposición. Las enunciaciones extrañas a la disposición no
pueden servir sino como un principio de prueba.
Art. 1321.- Los contraescritos no pueden surtir su efecto sino entre
las partes contratantes; no tienen validez contra los terceros.
Párrafo II: Del acto bajo firma privada.
Art. 1322.- El acto bajo firma privada, reconocido por aquel a quien
se le opone, o tenido legalmente por reconocido, tiene entre los
que han suscrito y entre sus herederos y causahabientes, la misma
fe que en el acto auténtico.
Art. 1323.- Aquel a quien se le opone un acto bajo firma privada,
está obligado a confesar o negar formalmente su letra o su firma.
Sus herederos o causahabientes pueden concretarse a declarar que
ellos no conocen la letra ni la firma de su causante.

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Art. 1324.- En el caso en que la parte niegue su letra o firma, y


también cuando sus herederos o causahabientes declarasen no
conocerlas, se ordenará en justicia la verificación.
Art. 1325.- Los actos bajo firma privada que contengan convencio-
nes sinalagmáticas, no son válidos sino cuando han sido hechos en
tantos originales como partes hayan intervenido con interés distin-
to. Es bastante un solo original, cuando todas las personas tienen
el mismo interés. Cada original debe hacer mención del número
de originales que se han hecho. Sin embargo, el no mencionarse
que los originales se han hecho por duplicado o triplicado, etc., no
puede oponerse por el que ha ejecutado por su parte el convenio
contenido en el acto.
Art. 1326.- El pagaré o la promesa hecha bajo firma privada, por
la cual una sola parte se obliga respecto a otra a pagarle una suma
de dinero o una cosa valuable, debe estar escrita por entero de la
mano del que la suscribe, o a lo menos se necesita, además de su
firma, que haya escrito por su mano un bueno o aprobado, que
contenga en letras la suma o cantidad de la cosa. Excepto en el
caso en que el acto proceda de mercaderes, artesanos, labradores,
jornaleros o criados.
Art. 1327.- Cuando la suma que se expresa en el texto del acto, es
diferente de la que se expresa en el bueno o aprobado, se presu-
me entonces que la obligación es por la suma más pequeña, aun
cuando tanto el acto como el bueno o aprobado estén escritos por
entero de la mano del que está obligado, a menos que se pruebe de
qué parte está el error.
Art. 1328.- Los documentos bajo firma privada no tienen fecha con-
tra los terceros, sino desde el día en que han sido registrados, desde
el día de la muerte de cualquiera que los haya suscrito, o desde el
día en que su sustancia se ha hecho constar en actos autorizados
por oficiales públicos, tales como los expedientes de colocación de
sellos o de inventario.
Art. 1329.- Los registros de los comerciantes no hacen prueba
contra las personas que no lo sean, de las entregas que en ellos
consten, salvo lo que se dirá respecto al juramento.
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Art. 1330.- Los libros de los comerciantes hacen prueba contra


ellos; pero el que quiera sacar ventajas de esto, no puede dividirlos
en lo que contengan de contrario a su pretensión.
Art. 1331.- Los registros y papeles domésticos no constituyen un
título para el que los haya escrito. Pero hacen fe contra él, prime-
ro: en todos los casos en que demuestren formalmente un pago
recibido, segundo: cuando contienen expresa mención de que la
anotación se ha hecho para suplir la falta de título en favor de aquel
en cuyo provecho enuncian una obligación.
Art. 1332.- La anotación hecha por el acreedor a continuación, en
el margen, o al dorso de un título que ha permanecido siempre en
su poder, hace fe, aunque no esté firmada ni fechada por él, cuando
tiende a demostrar la liberación del deudor.
Sucede lo mismo respecto a la anotación puesta por el acreedor en
el dorso o al margen o a continuación del duplicado de un título o
de una carta de pago, si este duplicado está en poder del deudor.

Párrafo III: De las tarjas.


Art. 1333.- Las tarjas correlativas con sus modelos o patrones, ha-
cen fe entre las personas que tienen la costumbre de usarlas, para
demostrar las entregas que hacen o reciben al por menor.
Párrafo IV: De la copia de títulos.
Art. 1334.- Las copias, cuando existe el título original, no hacen fe
sino de lo que contiene aquél, cuya presentación puede siempre
exigirse.
Art. 1335.- Cuando no existe el título original, hacen fe las copias
si están incluidas en las distinciones siguientes: 1o. las primeras
copias hacen la misma fe que el original; sucede lo mismo respecto
a las sacadas por la autoridad del magistrado, presentes las partes
o llamadas debidamente, y también las que se han sacado en pre-
sencia de las partes y con su mutuo consentimiento; 2o. las copias
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que sin la autoridad del magistrado, o sin el consentimiento de las


partes, después de haberse dado las primeras, han sido sacadas
sobre la minuta del acta por el notario que la ha recibido, o por uno
de sus sucesores, o por oficiales públicos que por su cualidad son
depositarios de las minutas, pueden, en caso de perderse el origi-
nal, hacer fe si son antiguas. Se consideran antiguas, cuando tienen
más de treinta años. Si tienen menos de los treinta años, no pueden
servir sino como principio de prueba por escrito; 3o. cuando las
copias sacadas sobre la minuta de un acto, no lo sean por el notario
que la recibió, o por uno de sus sucesores, o por oficiales públicos
que en esta cualidad sean depositarios de las minutas, no podrán
servir, cualquiera que sea su antigüedad, sino como un principio de
prueba por escrito; 4o. las copias de copias por considerarse, según
las circunstancias, como simples datos.
Art. 1336.- La transcripción de un acto en los registros públicos, no
podrá servir sino como principio de prueba por escrito; pero será
preciso para esto: 1o. que se demuestre el que todas las minutas
del notario en el año en que aparece haber sido hechas, se hayan
perdido, o que se pruebe que la pérdida de la minuta de este acto
ha sucedido por un accidente particular; 2o. que exista un registro
en regla del notario, en que se demuestre que el acto se hizo con la
misma fecha. Cuando por razón del concurso de estas dos circuns-
tancias se admita la prueba de testigos; es necesario que los que lo
fueron del acto sean oídos, si viven todavía.
Párrafo V: De los actos de reconocimiento y ratificación.
Art. 1337.- Los actos de reconocimiento no dispensan de la pre-
sentación del título primordial, a menos que el tenor de éste haya
sido expresado especialmente en dichos actos. Lo que contiene de
más, o diferente del título principal, no produce ningún efecto. Sin
embargo, si hubiese muchos reconocimientos conformes, apoya-
dos por la posesión y de los cuales uno estuviese treinta años de la
fecha, podría entonces dispensarse al acreedor la presentación del
título primordial.

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Art. 1338.- El acto de confirmación o ratificación de una obligación


contra la cual la ley admite la acción de nulidad o de rescisión, no es
válido sino cuando se encuentra en él la sustancia de esta obligación,
que se mencione el motivo de la acción de rescisión y el propósito
de reparar el vicio en el cual se funda aquella. A falta del acto de
confirmación o ratificación, basta que la obligación sea ejecutada
voluntariamente después de la época en la cual la obligación podría
confirmarse o ratificarse válidamente. La confirmación, ratificación
o ejecución voluntaria en las formas y en la época determinada por
la ley, implica la renuncia a los medios y excepciones que pudieran
oponerse contra este acto; sin perjuicio, se entiende, del derecho
de tercero.
Art. 1339.- El donante no puede reparar, por ningún acto confirma-
tivo, los vicios que tenga una donación intervivos; si es nula en la
forma, es preciso que se rehaga en la forma legal
Art. 1340.- La confirmación o ratificación, o cumplimiento volunta-
rio de una donación por los herederos y causahabientes del donan-
te, después de su muerte, implica su renuncia a oponer los vicios de
forma o cualquiera otra excepción.

SECCIÓN II
De la prueba testimonial.

Art. 1341.- Debe extenderse acta ante notario o bajo firma privada,
de todas las cosas cuya suma o valor exceda de treinta pesos, aun
por depósitos voluntarios; y no se recibirá prueba alguna de testi-
gos en contra o fuera de lo contenido en las actas, ni sobre lo que
se alegue haberse dicho antes, en, o después de aquellas, aunque
se trate de una suma o valor menor de treinta pesos. Todo esto, sin
perjuicio de lo que se prescribe en las leyes relativas al comercio.
Art. 1342.- La regla antedicha se aplica al caso en que la acción
contiene, además de la demanda del capital otra de interés, que
reunidos a aquel, pasan de la suma de treinta pesos.
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Art. 1343.- El que ha hecho una demanda que pasa de treinta pe-
sos, no puede ser admitido a la prueba testimonial, aunque rebaje
su demanda primitiva.
Art. 1344.- La prueba testimonial en la demanda de una suma,
aunque menor de treinta pesos, no puede admitirse, cuando ha
sido declarada como siendo resto o formando parte de un crédito
mayor que no esté probado por escrito.
Art. 1345.- Si en la misma instancia una parte hace muchas deman-
das, de las cuales no hay título por escrito, y que reunidas pasan
de la suma de treinta pesos, no puede admitirse la prueba por
testigos, aunque alegue la parte que su crédito proviene de causas
diferentes, y que se han creado en distinta época; a menos que sus
derechos provengan, por sucesión, donación o de otra manera, de
diferentes personas.
Art. 1346.- Todas las demandas, con cualquier título que se hagan,
que no estén justificadas por completo por escrito, se hagan por un
mismo emplazamiento, después de lo cual no se admitirán otras
demandas que no tengan prueba por escrito.
Art. 1347.- Las reglas antedichas tienen excepción cuando existe un
principio de prueba por escrito. Se llama de esta manera, todo acto
por escrito que emane de aquel contra quien se hace la demanda,
o de quien lo represente, y que hace verosímil el hecho alegado.
Art. 1348.- Tienen también excepción, siempre que no haya sido
posible al acreedor el procurarse una prueba literal de la obligación
que se ha contraído respecto a él. Esta segunda excepción se aplica:
1o. en las obligaciones que nacen de los cuasicontratos y de los
delitos o cuasidelitos; 2o. en los depósitos necesarios hechos en
caso de incendio, ruina, tumulto o naufragio, y a los hechos por
viajeros al hospedarse en una fonda, todo según la cualidad de las
personas y de las circunstancias del hecho; 3o. en las obligaciones
contratadas en caso de accidentes imprevistos, donde no se pudo
hacer actos por escrito; 4o. en el caso en que el acreedor ha perdi-
do el título que le servía de prueba literal, por consecuencia de un
caso fortuito, imprevisto y resultante de una fuerza mayor.

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SECCIÓN III
De las presunciones

Art. 1349.- Son presunciones, las consecuencias que la ley o el ma-


gistrado deduce de un hecho conocido a uno desconocido.
Párrafo I: De las presunciones establecidas por la ley
Art. 1350.- La presunción legal, es la que se atribuye por una ley
especial a ciertos actos o hechos, tales como: 1o. los actos que la
ley declara nulos, por presumirse hechos en fraude de sus dispo-
siciones, atendida a su propia cualidad; 2o. los casos en que la ley
declara que la propiedad o la liberación resultan de ciertas circuns-
tancias determinadas; 3o. la autoridad que la ley atribuye a la cosa
juzgada; 4o. la fuerza que la ley da a la confesión de la parte o a su
juramento.
Art. 1351.- La autoridad de cosa juzgada no tiene lugar sino respecto
de lo que ha sido objeto de fallo. Es preciso que la cosa demandada
sea la misma; que la demanda se funde sobre la misma causa; que
sea entre las mismas partes y formulada por ellas y contra ellas, con
la misma cualidad.
Art. 1352.- La presunción legal dispensa de toda prueba a aquel en
provecho del cual existe. No se admite ninguna prueba contra la
presunción de la ley, cuando sobre el fundamento de esta presun-
ción anula ciertos actos o deniega la acción judicial, a menos que
me reserve la prueba en contrario, y salvo lo que se dirá respecto al
juramento y confesión judiciales.
Párrafo II: De las presunciones que no están establecidas por la ley
Art. 1353.- Las presunciones no establecidas por la ley, quedan
enteramente al criterio y prudencia del magistrado, el cual no
debe admitir sino presunciones graves, precisas y concordantes, y
solamente en el caso en que la ley admite la prueba testimonial, a
menos que el acto se impugne por causa de fraude o dolo.

SECCIÓN IV

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De la confesión de parte

Art. 1354.- La confesión que se alega a una parte es, judicial, o


extrajudicial.
Art. 1355.- La alegación de una confesión extrajudicial, puramente
verbal, es inútil, siempre que se trate de una demanda cuya prueba
testimonial no sea admisible.
Art. 1356.- La confesión judicial es la declaración que hace en justicia la
parte, o su apoderado, con poder especial. Hace fe contra aquél que la
ha prestado. No puede dividirse en su perjuicio. No puede revocarse,
a menos que no se pruebe que ha sido consecuencia de un error de
hecho. Pero no podrá revocarse bajo pretexto de un error de derecho.

SECCIÓN V
Del juramento.

Art. 1357.- El juramento judicial es de dos especies: 1o. el que una


parte se defiere a otra para hacer que dependa de él la decisión de
la causa, el cual se llama decisorio; 2o. el que se defiere de oficio
por el juez a cualquiera de las partes.
Párrafo I: Del juramento decisorio
Art. 1358.- El juramento decisorio puede deferirse sobre cualquiera
clase de demanda de que se trata.
Art. 1359.- No puede deferirse sino sobre un hecho personal a la
parte a quien se le defiere.
Art. 1360.- Puede deferirse en cualquier estado de la causa, aun no
existiendo ningún principio de prueba de la demanda o excepción
sobre la cual se proponga.
Art. 1361.- Aquel a quien le ha sido deferido el juramento y se niega
a darlo o referirlo a su contrario, o el contrario a quien se ha referi-
do y lo rehúsa, debe perder su demanda o excepción.

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Art. 1362.- No puede deferirse el juramento, cuando el hecho que


es su objeto no es común a las dos partes; sino que es puramente
personal a aquel a quien se le había deferido.
Art. 1363.- Cuando el juramento deferido o referido se ha hecho,
no se le admite al contrario la prueba de su falsedad.
Art. 1364.- La parte que ha deferido o referido el juramento, no
puede retractarse cuando el adversario ha declarado que está dis-
puesto a prestarle.
Art. 1365.- El juramento hecho no hace prueba sino en provecho
del que lo ha deferido o contra él, y en provecho de sus herederos
y causahabientes, o contra ellos. Sin embargo, el juramento defe-
rido por uno de los acreedores solidarios al deudor, no libra a éste
sino por la parte de este acreedor. El juramento deferido al deudor
principal, libra igualmente a los fiadores. El deferido a uno de los
deudores solidarios, aprovecha a los codeudores; y el deferido al
fiador, aprovecha al deudor principal. En estos dos últimos casos,
el juramento del codeudor solidario o el fiador, no aprovecha a los
otros codeudores o al deudor principal, sino cuando ha sido defe-
rido sobre la deuda, y no sobre el hecho de la solidaridad o de la
fianza.
Párrafo II: Del juramento deferido de oficio.
Art. 1366.- El juez puede deferir a una de las partes el juramento,
bien sea para que de él dependa la decisión de la causa, o para
determinar solamente el importe de la condena.
Art. 1367.- No puede deferirse de oficio por el juez el juramento, ya
sea sobre la demanda o sobre la excepción que en ella se opone, sino
con las dos condiciones siguientes: es preciso, 1o. que la demanda
o la excepción no esté plenamente justificada; 2o. que no esté por
completo desprovista de pruebas. Fuera de estos dos casos, debe el
juez pura y simplemente, admitir o desechar la demanda.

ÍNDICE POR 295


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Art. 1368.- El juramento deferido de oficio por el juez a una de las


partes, no puede deferirse por ella a la otra.
Art. 1369.- El juramento sobre el valor de la cosa demandada, no
puede deferirse por el juez al demandante sino cuando es imposi-
ble por otro medio demostrar este valor. Debe también el juez, en
este caso, determinar la suma hasta cuyo importe deberá creerse al
demandante bajo su juramento.

TÍTULO IV
DE LOS COMPROMISOS
QUE SE HACEN SIN CONVENCIÓN
Art. 1370.- Se contraen ciertos compromisos sin que haya para ellos
ninguna convención, ni por parte del que se obliga, ni por parte de
aquel respecto del cual se ha obligado. Resultan unos por la sola
autoridad de la ley, y los otros nacen de un hecho personal relativo
a aquel que está obligado. Son los primeros, los compromisos he-
chos involuntariamente, tales como entre propietarios vecinos, o
los de los tutores y demás administradores que no pueden rehusar
el cargo que se les ha conferido.
Los compromisos que nacen de un hecho personal relativo al que se
encuentra obligado, resultan de los cuasicontratos, o de los delitos
o cuasidelitos; estos compromisos serán objeto del título presente.

CAPÍTULO I
De los cuasicontratos
Art. 1371.- Los cuasicontratos son los hechos puramente volunta-
rios del hombre, de los cuales resulta un compromiso cualquiera
respecto a un tercero, y algunas veces un compromiso recíproco
por ambas partes.

ÍNDICE POR 296


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Art. 1372.- Cuando voluntariamente se gestiona el negocio de otro,


ya sea que el propietario conozca la gestión, o que la ignore, el
que realiza aquella gestión contrae el compromiso tácito de con-
tinuarla y de concluirla, hasta que el propietario pueda encargarse
personalmente del asunto; debe asimismo encargarse de todo lo
que dependa de este mismo negocio. Queda sometido a todas las
obligaciones que resultarían de un mandato expreso que le hubiese
dado el propietario.
Art. 1373.- Está obligado a continuar la gestión, aunque muera el
dueño antes que el asunto se termine, hasta que el heredero haya
podido tomar su dirección.
Art. 1374.- Está obligado a emplear en la gestión todos los cuidados
de un buen padre de familia. Sin embargo, las circunstancias que le
hayan conducido a encargarse del negocio, pueden autorizar al juez
para que modere los daños y perjuicios que pueden resultar por las
faltas o negligencias del gestor.
Art. 1375.- El dueño, cuyo negocio ha sido bien administrado, debe
cumplir los compromisos que el gestor haya hecho en su nombre,
indemnizarle de todos los compromisos personales que haya con-
traído, y reembolsarle de todos los gastos que haya hecho, siendo
útiles y necesarios.
Art. 1376.- El que recibe por equivocación o a sabiendas lo que no
se le debe, está obligado a restituirlo a aquel de quien lo recibió
indebidamente.
Art. 1377.- Cuando una persona que se cree deudora por error,
ha pagado una deuda, tiene derecho a repetir contra el acreedor.
Sin embargo, este derecho cesa en el caso en que el acreedor ha
suprimido su título por consecuencia del pago, salvo el recurso del
que ha pagado contra el verdadero deudor.
Art. 1378.- Si ha habido mala fe por parte del que ha recibido, está
obligado a restituir, no sólo el capital, sino los intereses o frutos
desde el día del pago.
ÍNDICE POR 297
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Art. 1379.- Si lo recibido indebidamente fuere inmueble o un mue-


ble corporal, el que lo recibió está obligado a restituir el mismo ob-
jeto, si existe; o dar su valor, si ha perecido o se ha deteriorado por
culpa suya; es también responsable de su pérdida en caso fortuito,
si lo recibió de mala fe.
Art. 1380.- Si el que recibió de buena fe ha vendido la cosa, no debe
restituir sino el precio de la venta.
Art. 1381.- Aquel a quien se le ha restituido la cosa, debe abonar,
aun al poseedor de mala fe, todos los gastos útiles y necesarios que
haya hecho para la conservación de ella.

CAPÍTULO II
De los delitos y cuasidelitos
Art. 1382.- Cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño,
obliga a aquel por cuya culpa sucedió, a repararlo.
Art. 1383.- Cada cual es responsable del perjuicio que ha causado,
no solamente por un hecho suyo, sino también por su negligencia
o su imprudencia.
Art. 1384.- No solamente es uno responsable del daño que causa
un hecho suyo, sino también del que se causa por hechos de las
personas de quienes se debe responder, o de las cosas que es-
tán bajo su cuidado. El padre, y la madre después de la muerte
del esposo, son responsables de los daños causados por sus hijos
menores, que vivan con ellos. Los amos y comitentes, lo son del
daño causado por sus criados y apoderados en las funciones en que
estén empleados. Los maestros y artesanos lo son, del causado por
sus discípulos y aprendices, durante el tiempo que están bajo su
vigilancia. La responsabilidad antedicha tiene lugar, a menos que el
padre, la madre, los maestros y artesanos, prueben que les ha sido
imposible evitar el hecho que da lugar a la responsabilidad.

ÍNDICE POR 298


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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 1385.- El dueño de un animal, o el que se sirve de él por el tiempo


de su uso, es responsable del daño que ha causado aquel, bien sea que
estuviese bajo su custodia, o que se le hubiera extraviado o escapado.
Art. 1386.- El dueño de un edificio es responsable del daño que
cause su ruina, cuando ha tenido lugar como consecuencia de culpa
suya o por vicio en su construcción.

TÍTULO V
DEL CONTRATO DE MATRIMONIO Y DE LOS DERECHOS RES-
PECTIVOS DE LOS ESPOSOS

CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 1387.- La ley no regula la sociedad conyugal, en cuanto a los
bienes, sino a falta de convenciones especiales, que pueden hacer
los esposos como juzguen convenientes, siempre que no sean con-
trarias a las buenas costumbres; y además, bajo las modificaciones
siguientes.
Art. 1388.- (Modificado por la Ley 189-01). No pueden los esposos
derogar los derechos que al cónyuge superviviente confieren los
títulos de la autoridad del padre, de la madre, de la menor de edad,
de la tutela, de la emancipación, ni las disposiciones prohibitivas
del presente Código.
Art. 1389.- No pueden tampoco hacer ningún convenio o renuncia,
cuyo objeto sea alterar el orden legal de las sucesiones, bien con
referencia a sí mismo en la sucesión de sus hijos o descendientes; o
ya sea con relación a los hijos entre sí; sin perjuicio de las donacio-
nes intervivos o testamentarias, que podrán hacer con arreglo a las
formas y en los casos determinados en el presente Código.

ÍNDICE POR 299


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Art. 1390.- Los cónyuges no podrán estipular en sentido general,


que su matrimonio se regule por ley alguna que no esté en vigor en
la República.
Art. 1391.- Pueden, sin embargo, declarar en términos generales
que se casan, o sujetándose al régimen de la comunidad, o some-
tidos al régimen dotal. En el primer caso y bajo el régimen de la
comunidad, los derechos de los cónyuges y de los herederos, se
ajustarán a las disposiciones del capítulo segundo del presente
título. En el segundo caso, y tratándose del régimen dotal, se re-
gularán sus derechos por las disposiciones del capítulo tercero. Sin
embargo, si el acta de celebración de matrimonio expresa, que éste
se ha celebrado sin contrato, se considerará a la mujer, respecto de
terceros, como capaz de contratar, conforme a las reglas del dere-
cho común, a no ser que en el acta que contenga su compromiso,
haya declarado haber hecho un contrato de matrimonio.
Art. 1392.- La simple estipulación de que la mujer se constituye o
que se le han constituido bienes dotales, no basta para someter es-
tos bienes al régimen dotal, si no hay en el contrato de matrimonio
una declaración expresa que haga relación a ello. Tampoco resulta
la sumisión al régimen dotal, por la simple declaración hecha por
los esposos que se casan sin comunidad, o que estarán separados
de bienes.
Art. 1393.- A falta de estipulaciones especiales, que derogen o
modifiquen el régimen de la comunidad, formarán el derecho co-
mún de la República, las reglas establecidas en la primera parte del
capítulo segundo.
Art. 1394.- Todas las convenciones matrimoniales deberán exten-
derse antes del matrimonio, por acto ante notario. El notario dará
lectura a las partes del último párrafo del artículo 1391, así como
también de la última parte del presente artículo. Se hará mención
de ésta lectura en el contrato, bajo la pena de dos pesos de multa al
notario que contravenga. El notario expedirá a las partes, en el mo-
mento de la firma del contrato, un certificado en papel simple y sin
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gastos, expresando sus nombres y lugar de residencia, los nombres,


apellidos, cualidades y domicilio de los futuros esposos, así como
la fecha del contrato. Este certificado indicará que debe llevarse al
Oficial del Estado Civil, antes de la celebración del matrimonio.
Art. 1395.- No podrá hacerse en ellas ninguna variación, después
de efectuado el matrimonio.
Art. 1396.- Los cambios que en ellas se hagan antes de la celebra-
ción, deben hacerse constar por acto hecho en la misma forma que
el contrato de matrimonio. Además, ningún cambio o contrato-
escritura será válido sin la presencia y consentimiento simultáneo
de todas las personas que hayan sido parte en el contrato de
matrimonio.
Art. 1397.- Todos los cambios y contra-escrituras, aun revestidos
con las formalidades prescritas por el artículo precedente, serán
nulos respecto a los terceros, si no han sido extendidos a continua-
ción de la minuta del contrato de matrimonio; y no podrá el notario,
bajo pena de daños y perjuicios a las partes, y bajo mayor pena si
hubiera lugar, dar primera ni segunda copia del contrato matrimo-
nial, sin transcribir a continuación el cambio a la contra-escritura.
Art. 1398.- El menor legalmente hábil para contraer matrimonio, lo
es también para consentir las convenciones de que es susceptible
este contrato; y las convenciones y donaciones que haya hecho en
él son válidas, siempre que haya sido asistido en el contrato por
las personas cuyo consentimiento es necesario para la validez del
matrimonio.

CAPÍTULO II
Del régimen de la comunidad
Art. 1399.- La comunidad sea legal o convencional, empieza desde
el día en que el matrimonio se ha contraído ante el Oficial del Esta-
do Civil: no puede estipularse que comience en otra época.

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PRIMERA PARTE
De la comunidad legal.
Art. 1400.- La comunidad que se establece por la simple decla-
ración de casarse bajo el régimen de la comunidad, o a falta de
contrato, está sometida a las reglas explicadas en las seis secciones
siguientes:

SECCIÓN I
De lo que forma la comunidad activa y pasivamente.

Párrafo I: Del activo de la comunidad.


Art. 1401.- La comunidad se forma activamente: 1o. de todo el
mobiliario que los esposos poseían en el día de la celebración del
matrimonio, y también de todo el que les correspondió durante el
matrimonio a título de sucesión, o aun de donación, si el donan-
te no ha expresado lo contrario; 2o. de todos los frutos, rentas,
intereses y atrasos de cualquier naturaleza que sean, vencidos o
percibidos durante el matrimonio, y provenientes de los bienes
que pertenecían a los esposos desde su celebración, o que les han
correspondido durante el matrimonio por cualquier título que sea;
3o. de todos los inmuebles que adquieran durante el mismo.
Art. 1402.- Se reputa todo inmueble como adquirido en comuni-
dad, si no está probado que uno de los esposos tenía la propiedad
o posesión legal anteriormente al matrimonio, o adquirida después
a título de sucesión o donación.
Art. 1403.- Las cortas de madera y los productos de canteras y mi-
nas, entran en la comunidad por todo lo que se les considera como
usufructo, según las reglas explicadas en el título del usufructo, del
uso y de la habitación. Si las cortas de madera que, según estas
reglas, podían haberse hecho durante la comunidad, no se han rea-
lizado, se deberá recompensar al esposo no propietario del predio
o a sus herederos. Si las canteras y minas se han abierto durante el
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matrimonio, los productos no entran en la comunidad sino salva


recompensa o indemnización a aquel a quien podría deberse.
Art. 1404.- Los inmuebles que poseen los esposos el día de la
celebración del matrimonio, o que adquieren durante su curso a
título de sucesión, no entran en comunidad. Sin embargo, si uno de
los esposos hubiese adquirido un inmueble después del contrato
de matrimonio, que contenga estipulación de comunidad, y antes
de la celebración del matrimonio, el inmueble adquirido en este
intervalo, entrará en la comunidad, a menos que la adquisición se
haya hecho en ejecución de alguna cláusula del matrimonio, en
cuyo caso se regulará según el convenio.
Art. 1405.- Las donaciones de inmuebles que no se hacen, durante
el matrimonio, sino a uno de los esposos, no entran en comunidad,
y pertenecen sólo al donatario, a menos que la donación contenga
expresamente que la cosa dada pertenecerá a la comunidad.
Art. 1406.- El inmueble abandonado o cedido por el padre, la madre
u otro ascendiente, a uno de los esposos, ya sea para satisfacerle
por lo que él le debe, o bien contra la carga de pagar las deudas
del donante a personas extrañas, no entra en comunidad, salva
recompensa o indemnización, si ha lugar.
Art. 1407.- El inmueble adquirido durante el matrimonio a título
de cambio, por el inmueble que pertenecía a uno de los esposos,
no entra en comunidad, y queda en lugar del que se ha enajenado,
salvo la recompensa, si hay lugar a ella.
Art. 1408.- La adquisición hecha durante el matrimonio a título de
licitación u otro modo, de parte de un inmueble, del cual uno de
los esposos era propietario proindiviso, no forma ganancial, salva
indemnización a la comunidad de la suma que haya dado para esta
adquisición.
En el caso en que el marido llegue a ser solo y en su propio nom-
bre, adquiriente, o se le adjudicase alguna porción a la totalidad
de un inmueble perteneciente proindiviso a la mujer, ésta, desde
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el momento de la disolución de la comunidad, tiene derecho a su


elección de abandonar el efecto a la comunidad, la cual se hace
deudora de la mujer, de la porción perteneciente a ésta en el precio,
o de retirar el inmueble, reembolsando a la comunidad el precio de
la adquisición.
Párrafo II: Del pasivo de la comunidad, y de las acciones que de él
resultan contra ésta.
Art. 1409.- (Modificado por la Ley 189-01). Se forma la comuni-
dad pasivamente: 1ro. de todas las deudas mobiliarias en que los
esposos estaban gravados el día de la celebración de su matrimo-
nio, o de los que estuvieren gravando las sucesiones que les viene
durante el matrimonio, salvo la recompensa por las relativas a los
inmuebles propios a uno u otro de los esposos; 2do. de las deudas,
tanto de capitales, como de rentas o intereses, contraídas por el
marido o por la mujer; 3ro. de las rentas e intereses solamente de
rentas o deudas pasivas, que sean personales a los dos esposos;
4to. de las reparaciones usufructuarias de los inmuebles que no
entran en comunidad; 5to. de los alimentos de los esposos, de la
educación y sostenimiento de los hijos y de cualquier otra carga del
matrimonio.
Art. 1410.- (Derogado por la Ley 189-01).
Art. 1411.- Las deudas de las sucesiones puramente mobiliarias,
que recaen en los esposos durante el matrimonio, son en total a
cargo de la comunidad.
Art. 1412.- (Modificado por la Ley 189-01). Las deudas de una
sucesión puramente inmobiliaria que recae en uno de los esposos
durante el matrimonio, no estarán a cargo de la comunidad, salvo
el derecho que los acreedores tienen a exigir su pago sobre los
inmuebles de dicha sucesión.
Art. 1413.- (Derogado por la Ley 189-01).

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Art. 1414.- (Modificado por la Ley 189-01). Cuando la sucesión


recaída en uno de los esposos, es parte mobiliaria y parte inmobi-
liaria, las deudas con que está gravada aquella no estarán a cargo
de la comunidad, sino hasta la concurrencia de la parte contributiva
del mobiliario en las deudas, teniendo en cuenta el valor de este
mobiliario comparado al de los inmuebles. Esta porción contributi-
va se regula por el inventario que debe promover el cónyuge al cual
le concierne la sucesión personalmente, o bien como dirigiendo y
autorizando las acciones de su mujer, si se trata de una sucesión en
ella recaída.
Art. 1415.- (Derogado por la Ley 189-01).
Art. 1416.- (Modificado por la Ley 189-01). Las disposiciones del
artículo 1414 no obstan para que los acreedores de una sucesión,
en parte, exijan su pago sobre los bienes de la comunidad.
Art. 1417.- (Derogado por la Ley 189-01).
Art. 1418.- Las reglas establecidas en los artículos 1411 y siguien-
tes, regulan las deudas que son dependientes de una donación, así
como las que dimanan de una sucesión.
Art. 1419.- (Modificado por la Ley 189-01). Pueden los acreedores
exigir el pago de las deudas contraídas por la mujer, tanto sobre sus
propios bienes, los del marido o de la comunidad, salvo la recom-
pensa debida a la comunidad o la indemnización que se le deba al
marido.
Art. 1420.- (Derogado por la Ley 189-01).

SECCIÓN II
De la administración, y del efecto de los actos de cualquiera de
los esposos con relación a la sociedad conyugal.

Art. 1421.- (Modificado por la Ley 189-01). El marido y la mujer son


los administradores de los bienes de la comunidad. Puede vender-
los, enajenarlos o hipotecarlos con el consentimiento de ambos.
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Art. 1422.- (Modificado por la Ley 189-01). No puede disponer


intervivos, a título gratuito, de los inmuebles de la comunidad, ni
del todo o parte del mobiliario, excepto cuando sea para estable-
cer a los hijos del matrimonio. Puede disponer, sin embargo, de
los efectos mobiliarios a título gratuito y participar en provecho de
cualquier persona, con tal que no se reserve el usufructo de ellos.
Art. 1423.- (Modificado por la Ley 189-01). La donación testamen-
taria que se haga por el marido o por la mujer, no podrá pasar de
la parte que tenga en comunidad. Si ha dado en la forma dicha un
efecto perteneciente a la comunidad, no puede el donatario recla-
marlo en naturaleza, sino en tanto que el efecto, por consecuencia
de la partición, corresponda al lote de los herederos del o la donan-
te; pero si dicho efecto no hubiere correspondido al lote de estos,
debe compensarse al legatario del valor total del efecto dado,
tomándose aquel de la parte de la comunidad de los herederos del
cónyuge y de los bienes personales del donante.
Art. 1424.- (Modificado por la Ley 189-01). Las multas sufridas por
cualquiera de los esposos por crimen que no produzca la interdic-
ción legal, pueden exigirse de los bienes de cada uno de los esposos
o de la comunidad, salvo recompensa al otro cónyuge.
Art. 1425.- Las condenas pronunciadas contra cualquiera de los
dos esposos por crimen que produzca interdicción legal, no afectan
sino a la parte que el penado tenga en la comunidad y a sus bienes
personales.
Artículos 1426, 1427 y 1428.- (Derogados por la Ley 189-01).
Art. 1429.- Los arrendamientos hechos por solo el marido, de los
bienes de su mujer, por un plazo mayor de nueve años, en el caso
de disolverse la comunidad no son obligatorios respecto de la mu-
jer o sus herederos, sino por el tiempo que queda por transcurrir,
bien sea en el segundo o siguientes, de modo que el arrendamiento
no tiene más derecho que a concluir el período de nueve años en
que se encuentra.

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Art. 1430.- Los arrendamientos por nueve o menos años que el


marido por sí solo haya realizado o renovado de los bienes de su
mujer, más de tres años antes de la expiración del arrendamiento
corriente, si se trata de bienes rurales, y más de dos años antes de
la misma época si se trata de fincas urbanas, quedan sin efecto, a
menos que su ejecución no haya empezado antes de la disolución
de la comunidad.
Art. 1431.- La mujer que se obliga solidariamente con su marido
para los negocios de la comunidad o exclusivos de éste, no estará
obligada respecto del marido sino como fiadora, y se le deberá
indemnizar de la obligación que haya contraído.
Art. 1432.- El marido que garantiza solidariamente, o en otra forma,
la venta que haya hecho su mujer de un inmueble personal, si es
demandado en el concepto de la responsabilidad contraída, tiene
a su vez una acción contra aquella que puede ejercitar, bien sobre
la parte que a ella corresponda en la comunidad, o bien sobre sus
bienes personales.
Art. 1433.- En el caso de haberse vendido un inmueble pertene-
ciente a cualquiera de los esposos, o si se redimieren, por dinero,
de servidumbres reales debidas a heredades correspondientes a
uno de ellos, y cuando su importe se ha puesto en el fondo de la
comunidad sin emplearle nuevamente, ha lugar a deducir ante
todo este valor de los bienes de la comunidad, en beneficio del
esposo que era propietario, bien sea del inmueble vendido, o bien
de las cargas redimidas.
Art. 1434.- Se reputa que la nueva inversión del capital se ha
hecho por el marido, siempre que después de una adquisición
haya declarado que la ha hecho con el importe provenido de la
venta del inmueble que era de su propiedad personal, y con el fin
de reemplazarlo.
Art. 1435.- No basta la declaración del marido de que la adquisi-
ción se ha hecho con el dinero importe del inmueble vendido por

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la mujer para invertirlo nuevamente, si la nueva inversión no ha


sido aceptada formalmente por ella; en otro caso, la mujer tendrá
solamente derecho después de la disolución de la comunidad a la
recompensa debida por el importe de su vendido inmueble.
Art. 1436.- La recompensa del importe del inmueble perteneciente
al marido, no tiene lugar sino sobre la masa de la comunidad; y
la que corresponde al importe del inmueble perteneciente a la
mujer, se realiza sobre los bienes personales del marido, caso de
no ser bastantes los bienes de la comunidad. De todos modos,
esta recompensa no tiene lugar sino con arreglo al precio de venta,
aunque se alegue cualquier cosa relativamente al mueble vendido.
Art. 1437.- Se debe la recompensa, siempre que se haya tomado de
la comunidad una suma, ya sea ésta para pago de deudas o cargas
personales a cualquiera de los cónyuges, tales como el valor o parte
del valor de un inmueble que es de su propiedad, o liberación de
servidumbres reales; o bien para la reivindicación, conservación y
mejora de sus bienes personales, y generalmente siempre que uno
de los esposos ha sacado algo de la comunidad en provecho propio.
Art. 1438.- Si el padre o la madre han dotado conjuntamente al hijo
común sin expresar la parte con que cada uno quería contribuir a
ello, se supone entonces que lo han hecho por mitad, ya sea que la
dote se haya constituido o prometido en efectos de la comunidad,
o bien si se ha hecho con bienes personales de uno cualquiera de
los esposos. En este último caso, el cónyuge cuyo inmueble o efecto
personal ha constituido la dote, puede reclamar de los bienes del
otro la mitad del importe de la dote como indemnización, teniendo
en cuenta el valor del efecto dado, en el tiempo de la donación.
Art. 1439.- La dote constituida a un hijo común por solo el marido
con efectos de la comunidad, es de cuenta de la misma; y en el
caso de que la comunidad esté aceptada por la mujer, ésta debe
contribuir con la mitad en la constitución de la dote, a menos que
el marido haya declarado expresamente que se encargaba del total
o de una parte mayor que la mitad.
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Art. 1440.- Debe garantizar la dote la persona que la haya constituido;


se computan los intereses desde el día del matrimonio, aunque haya
un término para el pago, caso de no haberse estipulado lo contrario.

SECCIÓN III
De la disolución de la comunidad y de algunas
de sus consecuencias.

Art. 1441.- Se disuelve la comunidad: 1o. por la muerte natural; 2o.


por la separación personal; 3o. por la separación de bienes.
Art. 1442.- No da lugar a la continuación de la comunidad, la falta
de inventario después de la muerte de cualquiera de los esposos,
salvas las reclamaciones que puedan entablar las partes interesa-
das, respecto a la consistencia de los bienes y efectos comunes,
cuya prueba podrá hacerse tanto por título, como por la notoriedad
común. Habiendo hijos menores, la falta de inventario hace perder
además al cónyuge superviviente el goce de sus rentas; y el protu-
tor, si no le ha obligado a que haga inventario, es responsable soli-
dariamente con él en todas las condenaciones que se pronuncien
en favor de los menores.
Art. 1443.- La separación de bienes no puede pretenderse sino en
juicio, por la mujer cuya dote esté en peligro, y cuando el desorden
de los negocios del marido dé lugar a temer que sus bienes no sean
bastantes a cubrir los derechos y recobros de la mujer.
Cualquiera separación voluntaria, es nula.
Art. 1444.- La separación de bienes, aunque esté dictada judicial-
mente, es nula, si no ha sido ejecutada por el pago real de los de-
rechos y recobros de la mujer, efectuado por acto auténtico, hasta
la concurrencia de los bienes del marido, o cuando menos, por los
apremios empezados en la quincena que ha seguido el fallo, y no
interrumpidos después.

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Art. 1445.- Cualquier separación de bienes, antes de realizarse,


debe hacerse pública por edicto colocado en el cuadro que para tal
objeto esté destinado en la sala principal del Tribunal de Primera
Instancia: si el marido es comerciante, banquero o mercader, se
hará entonces en la sala del Tribunal de Comercio del punto de su
domicilio; y esto se practicará, a pena de nulidad de la ejecución. El
fallo en que se dicte la separación de bienes, retrotrae sus efectos
al día de la demanda.
Art. 1446.- Los acreedores personales de la mujer no pueden, sin el
consentimiento de ésta, pedir la separación de bienes. Sin embar-
go, en caso de quiebra o insolvencia del marido, pueden ejecutar
aquellos los derechos de su deudora, hasta cubrir el importe de sus
créditos.
Art. 1447.- Los acreedores del marido pueden impugnar la separa-
ción de bienes fallada en juicio, y aun ejecutada, si esto ha sido en
fraude de sus derechos; pueden también intervenir en la instancia
de la demanda de separación de bienes para discutirla.
Art. 1448.- La mujer que ha obtenido la separación de bienes, debe
contribuir proporcionalmente a sus facultades y a las de su marido,
tanto en los gastos comunes como en la educación de los hijos del
matrimonio. Debe sufragar por sí sola estos gastos, si no tuviese
nada el marido.
Art. 1449.- (Modificado por la Ley 189-01). La mujer separada de
cuerpo y bienes, o de estos, últimos solamente, tiene la libre admi-
nistración de ellos. Puede disponer de su mobiliario y enajenarlos,
así como de sus inmuebles.
Art. 1450.- El marido no es responsable de la falta de empleo o de
la nueva inversión del precio del inmueble que la mujer separada
de él haya enajenado por autorización judicial, a menos que él haya
concurrido al contrato, o que se le demuestre que su importe fue
recibido por él, o que fue para su provecho. Es responsable de la
falta de inversión o de la reinversión, si se ha efectuado la venta a

ÍNDICE POR 310


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presencia suya y con su consentimiento; pero no lo es de la utilidad


de su empleo.
Art. 1451.- Disuelta la comunidad por la separación personal y de
bienes o de bienes solamente, puede restablecerse con el consen-
timiento de ambas partes. No puede restablecerse sino por acta
levantada ante notario y con minuta, de la cual debe fijarse una
copia en la forma que prescribe el artículo 1445. Restablecida de
esta manera, la comunidad retrotrae su efecto al día del matri-
monio; quedan las cosas en el mismo estado, como si no hubiera
existido la separación; no perjudicándose, sin embargo, los actos
que en este intervalo haya ejecutado la mujer, conforme al artícu-
lo 1449. Cualquiera convención en la cual los esposos restablecen
la comunidad bajo bases diferentes de las que la regulaban ante-
riormente, es nula.
Art. 1452.- La disolución de la comunidad realizada por la separa-
ción, bien sea personal o de bienes, o de estos últimos solamente,
no da lugar a los derechos de supervivencia de la mujer; pero puede
conservar ésta la facultad de ejercerlos después de la muerte de su
marido.

SECCIÓN IV
De la aceptación de la comunidad, y de la renuncia que de ella
puede hacerse con las condiciones que le son relativas.

Artículos 1453 al 1466.- (Derogados por la Ley 189-01).

SECCIÓN V
De la partición de la comunidad después de la aceptación.

Art. 1467.- Después de la aceptación de la comunidad por la mujer


o por sus herederos, se divide el activo; y el pasivo se carga de la
manera que a continuación se determina.
Párrafo I: De la partición del activo.
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Art. 1468.- Los esposos o sus herederos restituyen a la masa de


bienes existentes, todo lo que deben a la comunidad a título de
recompensa o de indemnización, según las reglas anteriormente
expuestas en la sección segunda de la primera parte del presente
capítulo.
Art. 1469.- (Modificado por la Ley 189-01). Cada esposo o sus
herederos restituye asimismo las sumas que se han sacado de la
comunidad, o el valor de los bienes que el esposo haya tomado de
ella, para dotar un hijo de otro matrimonio, o para dotar personal-
mente a un hijo común.
Art. 1470.- Cada uno de los esposos o sus herederos sacan de la
masa de bienes: 1o. sus bienes personales que no hayan entrado
en comunidad, si existen en naturaleza, o los que hayan adquirido
en su reemplazo; 2o. el importe de sus inmuebles que se hayan
enajenado durante la comunidad, sin que se le haya dado nueva in-
versión; 3o. las indemnizaciones que se le deban por la comunidad.
Art. 1471.- Los recobros en favor de la mujer son antes que los del
marido. Se ejercen por los bienes que no existen ya en naturaleza,
primero sobre el dinero efectivo, en seguida sobre el mobiliario,
y subsidiariamente sobre los inmuebles de la comunidad; en este
último caso, la elección de los inmuebles se da a la mujer y a sus
herederos.
Art. 1472.- El marido no puede realizar sus recobros sino sobre
los bienes de la comunidad. La mujer y sus herederos, caso de
insuficiencia de la comunidad, realizan sus recobros en los bienes
personales del marido.
Art. 1473.- Las inversiones y recompensas que se deben por la
comunidad a los esposos, y las recompensas e indemnizaciones
debidas a la comunidad por ellos, implicarán los intereses de pleno
derecho desde el día de la disolución de la comunidad.

ÍNDICE POR 312


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Art. 1474.- Después que los dos esposos han hecho de la masa co-
mún sus respectivos recobros, se reparte el resto por mitad entre
los mismos, o entre los que les representen.
Art. 1475.- Si los herederos de la mujer están divididos de modo
que uno haya aceptado la comunidad a la cual el otro renunció, no
puede el que la aceptó tomar sino su porción viril y hereditaria en
los bienes que caigan en el lote de la mujer. El resto es del marido,
el cual queda encargado respecto del heredero que ha renunciado
de los derechos que habría podido ejercer la mujer en caso de
renuncia; pero solamente hasta la concurrencia de la porción viril
hereditaria del renunciante.
Art. 1476.- Por lo demás, la partición de la comunidad por todo
cuanto concierne a sus formas, la licitación de los inmuebles, cuan-
do hay lugar a ello, los efectos de la partición, la garantía que resul-
te de ellos y los saldos, todo está sometido a las reglas establecidas
en el título de las sucesiones, cuando la partición tiene lugar entre
coherederos.
Art. 1477.- Cualquiera de los cónyuges que haya distraído u oculta-
do algún efecto de la comunidad, perderá el derecho a su porción
en los dichos efectos.
Art. 1478.- Si después de realizada la partición uno de los esposos
es acreedor personal del otro, o porque el importe de su haber se
ha empleado en pagar una deuda personal del otro esposo, o por
otra causa cualquiera, ejerce su crédito sobre la parte que a éste le
ha correspondido en la comunidad o sobre sus bienes personales.
Art. 1479.- Los créditos personales que tengan los cónyuges uno
contra otro, no producen interés sino desde el día de la demanda
en juicio.
Art. 1480.- Las donaciones que mutuamente hayan podido hacerse
los esposos, no se realizan sino sobre la parte que tenga el donante
en la comunidad, y sobre sus bienes personales.

ÍNDICE POR 313


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Art. 1481.- El luto de la mujer por viudez, es por cuenta de los


herederos del marido. El importe de este luto se fijará según la
fortuna del marido. Sucede lo mismo aun respecto de la mujer que
renuncia a la comunidad.
Párrafo II: Del pasivo de la comunidad, y del modo de contribuir a
las deudas.
Art. 1482.- Las deudas de la comunidad estarán por mitad a cargo de
cada uno de los cónyuges o de sus herederos; los gastos de fijación
de sellos, inventario, venta del mobiliario, liquidación, licitación y
división, hacen parte de dichas deudas.
Art. 1483.- La mujer no está obligada por las deudas de la comuni-
dad, ya sea con relación al marido o bien respecto de los acreedo-
res, sino hasta donde alcance su parte de las gananciales, si es que
se ha hecho un inventario exacto y fiel, y dado cuenta, tanto del
contenido de este inventario, como de lo que le ha correspondido
por la partición.
Art. 1484.- Está el marido obligado por la totalidad de las deudas
de la comunidad contraídas por él salvo su recurso contra la mujer
o sus herederos, por la mitad de dichas deudas.
Art. 1485.- No está obligado sino por la mitad, respecto de las
que son personales a la mujer, y que han recaído a cargo de la
comunidad.
Art. 1486.- Puede la mujer ser apremiada por la totalidad de las
deudas causadas por ella misma, y que habían entrado en la co-
munidad, salvo su recurso contra el marido o sus herederos, por la
mitad de dichas deudas.
Art. 1487.- La mujer, aunque obligada personalmente por una deu-
da de comunidad, no puede ser apremiada sino por la mitad de
esta deuda, a menos que la obligación sea solidaria.
Art. 1488.- La mujer que haya pagado una deuda de la comunidad
que exceda de su mitad respectiva, no tiene derecho para reclamar
ÍNDICE POR 314
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el exceso del acreedor, a no ser que el recibo exprese que lo que


ha satisfecho era únicamente en el concepto de la mitad referida.
Art. 1489.- Cualquiera de los cónyuges que, por efecto de la hi-
poteca impuesta sobre el inmueble que le ha correspondido en la
partición, se encuentre apremiado por la totalidad de una deuda
de la comunidad, tiene de derecho su recurso, por la mitad de esta
deuda, contra el otro cónyuge o sus herederos.
Art. 1490.- Las disposiciones precedentes no sirven de obstáculo
en la partición, a que cualquiera de los copartícipes se encargue de
pagar una cantidad de las deudas que no sea determinadamente
de la mitad, y aun de saldarlas enteramente. Siempre que uno de
los copartícipes haya pagado deudas de la comunidad más allá de
la porción a que está obligado, tiene lugar el recurso de aquel que
ha pagado demás contra el otro.
Art. 1491.- Todo lo que se ha dicho anteriormente respecto del ma-
rido o de la mujer, tiene también lugar respecto a los herederos de
cualquiera de ellos, ejerciendo éstos los mismos derechos, y some-
tiéndose a las mismas acciones que los cónyuges que representan.

SECCIÓN VI
De la renuncia a la comunidad, y de sus efectos.

Artículos 1492 al 1495.- (Derogados por la Ley 189-01).


Disposición relativa a la comunidad legal cuando uno de los cónyu-
ges, o los dos, tienen hijos de matrimonios anteriores.
Art. 1496.- Todo lo que queda dicho se observará, aun cuando uno
de los esposos, o los dos, tengan hijos de precedentes matrimonios.
Siempre que la confusión del mobiliario y de las deudas reporten
en provecho de uno de los esposos una ventaja superior a la que
está autorizada por el artículo 1098 en el título de las donaciones
intervivos y de los testamentos, los hijos del primer matrimonio del
otro esposo, tendrán acción para pedir la oportuna rebaja.

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SEGUNDA PARTE:
De la comunidad convencional, y de las convenciones que puedan
modificar, o aún excluir la comunidad legal.
Art. 1497.- Pueden los esposos modificar la comunidad legal por
cualquier clase de convenio que no sea contrario a los artículos
1387, 1388, 1389 y 1390.
Las principales modificaciones, son aquellas que tienen lugar
cuando se estipula de cualquiera de las maneras siguientes: 1o.
que la comunidad no comprenderá sino los gananciales; 2o. que el
mobiliario presente o futuro no entrará en ella sino por una parte:
3o. que se comprenderá en ella todo o parte de los inmuebles pre-
sentes o futuros en los cuales seguirán las mismas reglas que para
los bienes muebles; 4o. que los esposos pagarán separadamente
sus deudas anteriores al matrimonio; 5o. que en caso de renuncia,
pueda la mujer tomar la integridad de los que aportó; 6o. que tenga
el superviviente una mejora; 7o. que los esposos tendrán porciones
desiguales; 8o. que habrá entre ellos comunidad a título universal.

SECCIÓN I
De la comunidad reducida a las gananciales.

Art. 1498.- Cuando estipulen los esposos que no habrá entre ellos
sino una comunidad de gananciales, se reputa que excluyen de ella
las deudas respectivas actuales y futuras, y su mobiliario respec-
tivo, presente y futuro. En este caso, y después que cada uno de
los esposos ha tomado lo que aportó debidamente justificado, se
limita la partición a los gananciales hechos por los esposos, juntos o
separados, durante el matrimonio, y procedentes tanto de la indus-
tria común, como de las economías hechas con los frutos y rentas
de los bienes de los dos esposos.

ÍNDICE POR 316


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Art. 1499.- Si el mobiliario existente en el momento del matrimonio


o heredado luego, no se ha hecho constar por inventario o relación
en buena forma, entrará en los gananciales.

SECCIÓN II
De la cláusula que excluye de la comunidad
el mobiliario en todo o en parte.

Art. 1500.- Los esposos pueden excluir de su comunidad todo su


mobiliario presente y futuro. Cuando estipulan aportarlo recíproca-
mente a la comunidad hasta cubrir una suma o un valor determina-
do, se reputa, sólo por esto, que se reservan lo restante.
Art. 1501.- Esta cláusula hace al esposo deudor de la comunidad
por la suma que ha prometido poner en ella, y lo obliga a justificar
el haberlo hecho.
Art. 1502.- Lo que haya aportado, está suficientemente justificado
en cuanto al marido, por la declaración hecha en el contrato de
matrimonio, de que su mobiliario es de tal valor. Lo está igualmente
justificado respecto de la mujer, por la carta de pago que le da el
marido, o a aquellos que la han dotado.
Art. 1503.- Cada esposo tiene derecho a recobrar y deducir, desde
el momento de la disolución de la comunidad, el valor en que el
mobiliario que aportó al matrimonio, o que le ha correspondido
después, excediese de lo que debía poner en la comunidad.
Art. 1504.- El mobiliario que recae en cualquiera de los esposos,
durante el matrimonio, debe hacerse constar por inventario.
Faltando el inventario del mobiliario que recayó en el marido,
o careciéndose de título justificativo de su consistencia y valor,
deducidas las deudas, no puede el marido recobrar su importe.
Si la falta de inventario es con relación al mobiliario que tocó a
la mujer, puede admitírsele a ésta o a sus herederos, mediante
títulos o testigos y también por la notoriedad pública, la prueba o
valor de este mobiliario.
ÍNDICE POR 317
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SECCIÓN III
De la cláusula por la cual se consideran muebles los inmuebles.

Art. 1505.- Cuando los esposos, o uno de ellos, hacen entrar en co-
munidad el todo o parte de sus inmuebles presentes y futuros, tiene
lugar la cláusula por la cual se consideran muebles los inmuebles.
Art. 1506.- Esta estipulación puede ser determinada o indeter-
minada. Es determinada, cuando ha declarado el cónyuge que
consideraba como mueble y ponía en comunidad un inmueble por
el todo, o hasta cubrir una suma determinada. Es indeterminada,
cuando el cónyuge declara simplemente que aporta a la comunidad
sus inmuebles, hasta cubrir el importe de una suma cualquiera.
Art. 1507.- El efecto de esta cláusula, siendo determinada, es el
de hacer entrar en la comunidad el inmueble o los inmuebles que
comprenden, como los mismos muebles. Cuando el inmueble o
los inmuebles de la mujer están sujetos a esta cláusula, puede el
marido disponer de ellos como de los demás efectos de la comuni-
dad, y enajenarlos en totalidad. Pero si el inmueble no está sujeto a
dicha cláusula sino por una suma cualquiera, no puede entonces el
marido enajenarlos sin el consentimiento de la mujer, pero puede
hipotecarlos por sí solo hasta cubrir el importe de la parte que está
sometida a la estipulación.
Art. 1508.- Cuando la dicha estipulación es indeterminada, no hace
a la comunidad propietaria de los inmuebles que en ella se expre-
san; se reduce su efecto a obligar al cónyuge que la ha consentido a
comprender en la masa, al disolverse la comunidad, algunos de sus
inmuebles, hasta cubrir la suma que fue por él prometida. El marido
no puede, como en el artículo precedente, enajenar en todo ni en
parte, sin el consentimiento de su mujer, los inmuebles que hacen
parte de la estipulación indeterminada; pero puede hipotecarlos
hasta llegar al importe de lo convenido.
Art. 1509.- El esposo que incluyó en dicho contrato una heredad, tie-
ne derecho a retenerla al efectuarse la partición, descontándosele
ÍNDICE POR 318
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de su parte el importe de lo que valga entonces y siendo transmisi-


ble este derecho a sus herederos.

SECCIÓN IV
De la cláusula de separación de deudas.

Art. 1510.- La cláusula por la que los esposos estipulan pagar sepa-
radamente sus deudas personales, los obliga, desde la disolución
de la comunidad, a darse respectivamente cuenta de las deudas
que conste han sido pagadas por la comunidad, y en descargo de
aquel de los esposos que era deudor. Esta obligación es la misma,
haya o no inventario; pero si el mobiliario aportado por los esposos
no se ha hecho constar por inventario o estado auténtico anterior
al matrimonio, pueden los acreedores de cualquiera de los espo-
sos apremiar el pago sobre el mobiliario no inventariado, y sobre
cualquier otro valor de la comunidad, sin tener en cuenta ninguna
de las excepciones que puedan reclamarse. Los acreedores tienen
el mismo derecho sobre el mobiliario que haya recaído en los
cónyuges durante la comunidad, si éste no hubiere hecho constar
también por inventario o estado auténtico.
Art. 1511.- Cuando los esposos aportan a la comunidad una suma
o un objeto determinado, supone semejante acto el convenio tá-
cito de que esto no puede gravarse con las deudas anteriores al
matrimonio; el esposo deudor, debe dar al otro cuenta de todas
las deudas que disminuyan el importe de lo que prometió aportar.
Art. 1512.- La cláusula de separación de deudas, no impide que la
comunidad se grave con los intereses y rentas vencidas desde el
matrimonio.
Art. 1513.- Cuando se ha apremiado a la comunidad por las deudas
de uno de los esposos que estaba declarado por contrato, libre y
saldo en toda clase de deudas anteriores al matrimonio, tiene el
otro cónyuge derecho a una indemnización que se toma bien sea
en la parte de la comunidad correspondiente al esposo deudor, o
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de los bienes personales del mismo, pero en caso de no ser estos


bastantes, puede reclamarse esta indemnización por vía de ga-
rantía contra el padre, la madre, ascendiente o tutor que lo haya
declarado libre y saldo. Esta garantía puede también ejercerse por
el marido durante la comunidad, si la deuda proviniese de la parte
de la mujer; salvo en este caso el reembolso debido por la mujer o
sus herederos, a los que salieron garantes, después de la disolución
de la comunidad.

SECCIÓN V
De la facultad que se concede a la mujer de volver
a tomar libre y saldo lo que aportó.

Art. 1514.- La mujer puede estipular, que en caso de renuncia a la


comunidad, recobrará todo o parte de lo que a ella hubiere llevado,
bien al tiempo del matrimonio o después; pero esta condición no
puede llevarse más allá de las cosas expresadas formalmente, ni
en provecho de otras personas distintas de las designadas. Por lo
tanto, la facultad de volver a tomar el mobiliario que la mujer apor-
tó en el momento del matrimonio, no se extiende al que hubiese
recaído en ella durante el mismo. La facultad dada a la mujer no
se extiende a los hijos, y la concedida a la mujer y a los hijos, no
llega a los herederos, ascendientes o colaterales. De todos modos,
lo aportado no puede recobrarse, sino haciéndose deducción de
las deudas personales de la mujer y que hayan sido pagadas por la
comunidad.

SECCIÓN VI
De la mejora convencional.

Art. 1515.- La cláusula por la que el esposo superviviente está au-


torizado a tomar, antes de hacerse la partición, cierta suma o cierta
cantidad de efectos mobiliarios en naturaleza, no da derecho a esta
deducción en favor de la mujer superviviente, sino en el caso en
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que haya aceptado la comunidad, a menos que en el contrato de


matrimonio se le haya reservado este derecho aunque la renuncia-
se. Fuera del caso comprendido en esta reserva, la mejora no se
ejerce sino sobre la masa partible, y no sobre los bienes personales
del cónyuge difunto.
Art. 1516.- La mejora no se considera como un beneficio sujeto a
las formalidades de las donaciones, sino como una estipulación de
matrimonio.
Art. 1517.- A la muerte de uno de los esposos comienza la mejora.
Art. 1518.- Cuando la disolución de la comunidad tiene lugar por la
separación personal, no hay lugar a la entrega actual de la mejora;
pero el esposo que ha obtenido la separación personal, conserva
sus derechos a la mejora en caso de supervivencia. Si esto sucede
a la mujer, la suma o cosa que constituye la mejora queda siempre
provisionalmente en poder del marido, con obligación de prestar
fianza.
Art. 1519.- Los acreedores de la comunidad tienen siempre derecho
para hacer vender los efectos comprendidos en la mejora, salvo el
recurso del esposo, conforme al artículo 1515.

SECCIÓN VII
De las cláusulas por las cuales se asigna a cada
uno de los esposos, partes desiguales en la comunidad.

Art. 1520.- Los esposos pueden derogar la partición igual estable-


cida por la ley, ya sea no dando al esposo superviviente o a sus he-
rederos en la comunidad, sino una parte menor de la mitad, o bien
no dándole sino una suma fija por todo derecho en la misma, o bien
estipulando que la comunidad entera en ciertos casos, pertenecerá
al cónyuge superviviente o a uno de ellos solamente.
Art. 1521.- Cuando se ha estipulado que el cónyuge o sus herede-
ros no tengan sino cierta parte en la comunidad, como el tercio o

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el cuarto, el esposo o heredero obligado a esto, no soportará las


deudas de la comunidad, sino proporcionalmente a la parte que
toma en el activo. El convenio es nulo, si por él se obliga al esposo,
o a sus herederos, a responder de mayor suma, lo mismo que si se
les dispensa de pagar una parte de las deudas que sea igual a la que
toman del activo.
Art. 1522.- Cuando se ha estipulado que uno de los esposos o sus
herederos no pueden exigir sino cierta suma por todo derecho de
comunidad, esta cláusula es un ajuste que obliga al otro esposo o
a sus herederos a pagar la suma convenida, ya sea la comunidad
buena o mala, bastante o no para pagar la suma.
Art. 1523.- Si la cláusula no establece el ajuste sino respecto de
los herederos del cónyuge, éste, en el caso en que sobreviva, tiene
derecho a la partición legal por mitad.
Art. 1524.- El marido o sus herederos que retengan en virtud de
la cláusula enunciada en el artículo 1520, la totalidad de la co-
munidad, están obligados a saldar todas las deudas de la misma.
Los acreedores, en este caso, no tienen ninguna acción contra la
mujer ni contra sus herederos. Si la mujer superviviente es la que,
mediante una suma convenida, tiene derecho a retener toda la
comunidad contra los herederos del marido, puede escoger entre
pagarles dicha suma, quedando responsable a todas las deudas, o
renunciar a la comunidad y abandonar a los herederos del marido
los bienes y las cargas.
Art. 1525.- Pueden los esposos estipular, que el todo de la comu-
nidad pertenecerá al superviviente o a uno de ellos solamente, sin
perjuicio del derecho que corresponde a los herederos del otro
esposo, a recobrar lo que éste aportó y los capitales recaídos en la
comunidad, que provinieran de su causante.
Esta estipulación no se reputa como un beneficio sujeto a las reglas
relativas a las donaciones, ni en el fondo ni en la forma; es simple-
mente una convención de matrimonio y entre asociados.

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SECCIÓN VIII
De la comunidad a título universal.

Art. 1526.- Los esposos pueden establecer en su contrato de matri-


monio, una comunidad universal de sus bienes, lo mismo muebles
que inmuebles, presentes y futuros, o solamente de sus bienes
presentes, o solamente de sus bienes futuros.
Disposiciones comunes a las ocho secciones anteriores.
Art. 1527.- Lo que se ha dicho en las ocho secciones anteriores,
no limita en sus precisas disposiciones las estipulaciones de que es
susceptible la comunidad convencional. Pueden los esposos con-
venir otra cosa cualquiera, como queda dicho en el artículo 1387,
salvas las modificaciones indicadas en los artículos 1388, 1389 y
1390. Sin embargo, en el caso en que hubiere hijos de un matri-
monio anterior, cualquier convenio que tienda en sus efectos a dar
a uno de los cónyuges más de la porción regulada por el artículo
1098 en el título de las donaciones intervivos y de los testamentos,
quedará sin efecto en lo que exceda de esta porción; pero los meros
beneficios que resultan de los trabajos comunes y de las economías
realizadas con las rentas respectivas de los esposos, aunque sean
diferentes, no son ventajas que puedan considerarse en perjuicio
de los hijos de primer matrimonio.
Art. 1528.- La comunidad convencional está sujeta a las reglas de
la comunidad legal, para todos los casos en que ésta no haya sido
derogada implícita o explícitamente por el contrato.

SECCIÓN IX
De los convenios que excluyen la comunidad.

Art. 1529.- Cuando sin someterse al régimen dotal, declaran los


cónyuges que se casan sin comunidad o que se separan de bienes,
serán regulados los efectos de esta estipulación de la manera
siguiente.

ÍNDICE POR 323


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Párrafo I: De la cláusula en que se estipula que los esposos se casan


sin comunidad.
Art. 1530.- (Derogado por la Ley 189-01).
Art. 1531.- (Derogado por la Ley 189-01).
Art. 1532.- Si en el mobiliario apartado en dote por la mujer o que
hubiere recaído en ella durante el matrimonio, existiesen cosas que
no pudieren usarse sin consumirse, debe adicionarse al contrato de
matrimonio una nota de su adquisición, estando el marido obligado
a devolver el importe según la tasación.
Art. 1533.- El marido está obligado a todas las cargas del usufructo.
Art. 1534.- La cláusula enunciada en el presente párrafo, no obsta
para que se convenga en que la mujer perciba, anualmente con
sólo su recibo, una parte de sus rentas para su sostenimiento y
necesidades personales.
Art. 1535.- Los inmuebles constituidos en dote pueden enajenarse
en el caso del presente párrafo. Sin embargo, para efectuarlo se
necesitará el consentimiento del marido; y si éste rehusase el darlo,
lo suplirá la autorización judicial.
Párrafo II: De la cláusula de separación de bienes.
Artículos 1536 al 1539.- (Derogados por la Ley 2125 del 27 de sep-
tiembre de 1949, G. O. 7001).
Los artículos 1536 al 1539, fueron derogados por la Ley 2125, del
27 septiembre de 1949, G.O. 7001, y reemplazados por las dispo-
siciones siguientes:
1.- La separación de bienes se extiende a todo el patrimonio de los
esposos, salvo cláusula contraria del contrato.
2.- Cada esposo conserva la propiedad, la administración y el
goce de sus bienes.

ÍNDICE POR 324


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Sin embargo, la mujer no podrá enajenar sus bienes inmuebles


sin el consentimiento especial de su marido, o en caso de éste
rehusarlo, sin estar autorizada judicialmente. Toda autoriza-
ción general para enajenar los inmuebles, dada a la mujer en
el contrato de matrimonio o después, es nula. Todo, salvo lo
previsto en el artículo 221 de este Código.
Si la mujer confía la administración de sus bienes al marido
hay presunción de que renuncia a pedirle rendición de cuentas
de sus rentas en las cargas del hogar común.
La mujer no puede renunciar al derecho de recobrar en cual-
quier época la administración de sus bienes.
3.- El marido tiene a su cargo:
1ro. Las deudas contraídas por él antes del matrimonio o du-
rante éste.
2do. Las deudas contraídas por la mujer como representante
de la unión conyugal.
4.- La mujer tiene a su cargo:
1ro. Las deudas contraídas por ella antes del matrimonio y las
que se originen como suyas durante éste.
2do. Las deudas contraídas para el sostenimiento del hogar
común, por ella o por el marido, en caso de insolvencia de
este último.
5.- Aún cuando la mujer haya confiado la administración de sus
bienes al marido, no puede reclamar ningún privilegio en la
quiebra o insolvencia de éste.
Tampoco puede reclamarlo en caso de embargo.
Se exceptúan las disposiciones relativas a la dote.
6.- Cada esposo tiene derecho a las rentas de sus bienes y al pro-
ducto de su trabajo.
7.- El marido puede exigir que la mujer contribuya, proporcional-
mente a sus bienes, a las cargas del matrimonio.
ÍNDICE POR 325
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Si la cuantían de esta contribución no puede ser fijada por


acuerdo de los cónyuges, lo será por decisión de la autoridad
judicial.
El marido no debe ninguna restitución en razón de las presta-
ciones al respecto por la mujer.
8.- Si después de diez años de contraído un matrimonio bajo sepa-
ración de bienes, fallece uno de los cónyuges, sus acreedores,
herederos, legatarios o causahabientes no podrán ejercer, por
ningún motivo, acción en restitución o devolución de bienes
contra el cónyuge superviviente, salvo en el caso de transmi-
siones fraudulentas de bienes hechas por el cónyuge fallecido,
durante el año anterior a su fallecimiento.

CAPÍTULO III
Del régimen dotal
Art. 1540.- La dote, bajo este régimen como bajo el del capítulo 2o.,
es el haber que aporta la mujer al marido para soportar las cargas
del matrimonio.
Art. 1541.- Todo lo que constituye la mujer por sí o que se le da
en el contrato de matrimonio, es dotal, si no se estipula sobre ella
nada en contrario.

SECCIÓN I
De la constitución de la dote.

Art. 1542.- La constitución de la dote puede comprender todos los


bienes presentes y futuros de la mujer, o los bienes presentes sola-
mente, o una parte de sus bienes presentes y futuros y también un
objeto individual. En términos generales, la constitución de todos
los bienes de la mujer no comprende sus bienes futuros.
Art. 1543.- No puede constituirse ni aun aumentarse la dote duran-
te el matrimonio.

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Art. 1544.- Si el padre y la madre constituyen conjuntamente una


dote sin distinguir la parte de cada uno, se supondrá que lo ha sido
por partes iguales. Si la dote se ha constituido por parte del padre
sólo, y es comprensiva de los derechos paternos y maternos, aun-
que la madre esté presente al hacerse el contrato, no contraerá
obligación alguna, y la dote quedará por entero a cargo del padre.
Art. 1545.- Si el padre o la madre superviviente constituye una dote
por bienes paternos y maternos, sin especificar las porciones, se
tomará la dote primeramente sobre los derechos del futuro esposo
en los bienes del que la ha constituido.
Art. 1546.- Aunque la hija dotada por su padre y madre tenga bie-
nes de su propiedad disfrutados por los primeros, se tomará las
dotes de los bienes de los que la han constituido, si no es que se ha
estipulado lo contrario.
Art. 1547.- Los que constituyen una dote están obligados a garanti-
zar los objetos constituidos en ella.
Art. 1548.- Los intereses de la dote se producen de pleno derecho,
desde el día del matrimonio, contra aquellos que la han prometido,
aunque haya un término para el pago, si no se ha estipulado lo
contrario.

SECCIÓN II
De los derechos del marido sobre los bienes dotales,
y de la prohibición de enajenar el haber dotado.

Art. 1549.- Sólo el marido es el que tiene administración de los bie-


nes dotales durante el matrimonio. Tiene también solo el derecho
de apremiar a los deudores y detentadores de ellos, de percibir
frutos e intereses, y de recibir el reembolso de los capitales. Sin
embargo, puede convenirse por el contrato de matrimonio, que la
mujer percibirá anualmente por su solo recibo una parte de sus
rentas para sus gastos y necesidades personales.

ÍNDICE POR 327


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Art. 1550.- No está obligado el marido a prestar fianza por haber


recibido la dote, si no se le ha impuesto tal obligación por el contra-
to de matrimonio.
Art. 1551.- Si la dote o parte de ella consistiese en objetos mobi-
liarios apreciados por el contrato, sin declararse que la tasación no
causa venta, el marido es propietario de éstos, y no es deudor sino
por el precio dado a este mobiliario.
Art. 1552.- El valor dado al mobiliario constituido en la dote, no
transfiere su propiedad al marido, si no se ha hecho de ello una
expresa declaración.
Art. 1553.- El inmueble adquirido con capitales procedentes de la
dote no es dotal, si no se ha estipulado la condición de la inversión
dicha en el contrato de matrimonio. Sucede lo mismo respecto
al inmueble que se da en pago de la dote que se constituye en
metálico.
Art. 1554.- No pueden enajenarse ni hipotecarse durante el matri-
monio, ni por el marido, ni por la mujer, ni por ambos juntos, los
inmuebles constituidos en dote, excepto en los casos siguientes.
Art. 1555.- Puede la mujer, autorizada por el marido, o rehúsando-
lo éste, con permiso judicial, dar sus bienes dotales para establecer
los hijos que haya tenido de anterior matrimonio; pero si hiciere
esto por autorización judicial, debe reservar el usufructo de ellos a
su marido.
Art. 1556.- La mujer puede también, con la autorización de su mari-
do, dar sus bienes dotales para establecer los hijos comunes.
Art. 1557.- El inmueble dotal puede ser enajenado, cuando se ha
consentido en esta enajenación por el contrato de matrimonio.
Art. 1558.- Puede también enajenarse el inmueble dotal con per-
miso judicial, en subasta pública, previos tres avisos: para sacar
de la cárcel al marido o la mujer; para dar alimentos a la familia,
en los casos previstos en los artículos 203, 205 y 206, título del
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matrimonio; para pagar las deudas de la mujer, o de aquellos que


constituyeron la dote, teniendo estas deudas fecha cierta anterior
al contrato de matrimonio; para hacer reparaciones mayores indis-
pensables a la conservación del inmueble dotal, en fin, cuando este
inmueble se encuentra indiviso con terceros, si está reconocido
como indivisible. En todos estos casos, la demasía del precio de
venta que exceda de las necesidades reconocidas permanecerá en
la dote, y se invertirá como tal en beneficio de la mujer.
Art. 1559.- Puede cambiarse el inmueble dotal, pero con el con-
sentimiento de la mujer, por otro inmueble del mismo valor, por las
cuatro quintas partes a lo menos, justificándose que es de utilidad
dicho cambio, con autorización judicial, y conforme a una tasación
hecha por peritos nombrados de oficio por el tribunal. En este caso,
el inmueble recibido en cambio, será dotal; el exceso de precio, si lo
hubiere, lo será también, y se invertirá como tal en provecho de la
mujer.
Art. 1560.- Fuera de los casos que se han exceptuado y que acaban
de explicarse, si la mujer o el marido, o ambos conjuntamente, ena-
jenasen el haber dotal, ella o sus herederos podrán hacer revocar la
enajenación después de la disolución de matrimonio, sin que pueda
oponérsele ninguna prescripción durante el mismo: tendrá la mujer
el mismo derecho después de la separación de bienes. También el
marido podrá hacer revocar la enajenación durante el matrimonio,
quedando, sin embargo, sujeto a los daños y perjuicios del compra-
dor, si no declaró en el contrato que lo vendido era dotal.
Art. 1561.- Los inmuebles dotales no declarados enajenables por
el contrato de matrimonio, son imprescriptibles durante el tiempo
de éste, a menos que la prescripción haya empezado antes. Sin em-
bargo, se hacen prescriptibles después de la separación de bienes,
cualquiera que sea la época en que haya empezado la prescripción.
Art. 1562.- El marido es responsable respecto de los bienes dota-
les, de todas las obligaciones del usufructuario. Es responsable de

ÍNDICE POR 329


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todas las prescripciones adquiridas y deterioros acaecidos por su


negligencia.
Art. 1563.- Si la dote estuviere en peligro, puede la mujer apremiar
la separación de bienes del modo que queda dicho en los artículos
1443 y siguientes.
SECCIÓN III
De la restitución de la dote.
Art. 1564.- Si consiste la dote en inmuebles o en muebles no esti-
mados por el contrato de matrimonio, o bien dándoles precio con
declaración de que la tasación no quita la propiedad a la mujer, se
podrá obligar al marido o a sus herederos a restituirla sin ningún
plazo, después de la disolución del matrimonio.
Art. 1565.- Si consistiese la dote en una suma de dinero, o en
muebles apreciados por el contrato, sin haberse declarado que la
evaluación no confiere su propiedad al marido, no puede exigirse la
restitución antes de que pase un año de la disolución.
Art. 1566.- Si los muebles cuya propiedad queda a la mujer, se
han menoscabado por el uso y sin culpa del marido, éste no estará
obligado a devolver nada más que los que queden, en el estado en
que se hallen. Sin embargo, la mujer podrá, en todos casos, tomar
la ropa blanca y vestidos de su uso presente, salvo el descuento de
su valor, cuando estas ropas y vestidos hayan sido constituidas en
dote en su principio con evaluación.
Art. 1567.- Si la dote comprende obligaciones o constituciones de
rentas que han perecido o sufrido rebajas que no pueden imputar-
se a la negligencia del marido, no estará éste obligado por ello, y
cumplirá restituyendo los contratos.
Art. 1568.- Si se ha constituido en dote un usufructo, el marido o
sus herederos sólo están obligados, al disolverse el matrimonio, a
restituir el derecho de usufructo y no los frutos rendidos durante
el matrimonio.
Art. 1569.- Si ha durado el matrimonio diez años más, después de
cumplido el término asignado para pagar la dote, puede la mujer
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o sus herederos, después de la disolución del matrimonio, exigirla


del marido, sin estar obligados a probar que la recibió; a menos
que el marido justifique que practicó diligencias inútilmente para
procurarse el pago.
Art. 1570.- Si se disuelve el matrimonio por muerte de la mujer, el
interés y los frutos de la dote que deben devolverse, se computarán
de pleno derecho desde el día de la disolución en provecho de sus
herederos.
Pero si fuese la disolución causada por la muerte del marido, puede
la mujer escoger entre exigir los intereses de su dote durante el año
de duelo, o que la provean de alimentos durante el dicho tiempo,
de los fondos de la sucesión del marido; pero en ambos casos, la
habitación durante este año y los vestidos de luto, deben dársela
de la sucesión, y sin aplicarse el gasto de los intereses que le sean
debidos.
Art. 1571.- Los frutos de los inmuebles dotales se parten a la disolu-
ción del matrimonio, entre el marido y la mujer o sus herederos, en
proporción al tiempo que duró el matrimonio en el transcurso del
último año. Este año empieza, partiendo del día en que se celebró
el matrimonio.
Art. 1572.- La mujer y sus herederos no tienen el privilegio de
repetición de la dote, sobre los acreedores anteriores a ésta con
hipoteca.
Art. 1573.- Si el marido era ya insolvente y no tenía ni oficio ni pro-
fesión cuando el padre constituyó la dote a su hija, ésta no estará
obligada a colacionar en la herencia del padre, sino los derechos
que para reintegrarse tenga contra la de su marido. Pero si el mari-
do no llegó al estado de insolvencia sino después del matrimonio,
o si tenía un oficio o profesión que le servía como haber, la pérdida
de la dote recae únicamente sobre la mujer.

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SECCIÓN IV
De los bienes parafernales.

Art. 1574.- Todos los bienes que, perteneciendo a la mujer, no se


han constituido en dote, son parafernales.
Art. 1575.- Si todos los bienes de la mujer son parafernales, y si no
hay convenio en el contrato para hacerla soportar una parte de las
cargas del matrimonio, contribuye a ellas la mujer hasta llegar al
tercio de sus rentas.
Art. 1576.- La mujer tiene el goce y administración de sus bienes
parafernales. Pero no puede enajenarlos ni comparecer en juicio
por razón de dichos bienes, sin la autorización del marido; y si este
la rehusase, sin el permiso judicial.
Art. 1577.- Si la mujer da al marido poder para administrar sus
bienes parafernales, con obligación de darle cuenta de los frutos,
se le considerará respecto de ella como cualquier otro mandatario.
Art. 1578.- Si hubiera el marido disfrutado los bienes parafernales
de la mujer sin mandato, pero sin oposición de ésta, no se le con-
siderará a la disolución del matrimonio, o a la primera demanda
de la mujer, como obligado a presentar más de los frutos existen-
tes, sin exigirle cuenta respecto a los que hasta entonces se han
consumido.
Art. 1579.- Si el marido ha disfrutado los bienes parafernales, a
pesar de la formal oposición de la mujer, su responsabilidad para
con ella es, no sólo de los frutos existentes, sino también de los
consumidos.
Art. 1580.- El marido que disfruta de los bienes parafernales, estará
obligado en el mismo concepto que un usufructuario.

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Disposición particular.

Art. 1581.- Pueden, sin embargo, los cónyuges al someterse al régi-


men dotal, estipular una sociedad de gananciales, regulándose los
efectos de esta sociedad, como queda dicho en los artículos 1498
y 1499.

TÍTULO VI
DE LA VENTA

CAPÍTULO I
De la naturaleza y forma de la venta
Art. 1582.- La venta es un contrato por el cual uno se compromete
a dar una cosa y otro a pagarla. Puede hacerse por documento
público o bajo firma privada.
Art. 1583.- La venta es perfecta entre las partes, y la propiedad
queda adquirida de derecho por el comprador, respecto del vende-
dor, desde el momento en que se conviene en la cosa y el precio,
aunque la primera no haya sido entregada ni pagada.
Art. 1584.- Puede la venta hacerse pura y simplemente, o bajo una
condición, sea suspensiva, sea resolutoria. Puede también tener
por objeto dos o más cosas alternativas. Y en todos estos casos se
regulará su efecto por los principios generales de las convenciones.
Art. 1585.- Cuando las mercancías no se venden por junto y sí al
peso, número o medida, dicha venta no es perfecta en el sentido
de que aquéllas estén de cuenta y riesgo del vendedor, hasta que
hayan sido pesadas, contadas o medidas; pero el comprador puede
pedir la entrega o los daños y perjuicios, si hay lugar a ello, en caso
de no cumplirse lo convenido.
Art. 1586.- Si por el contrario la venta se hizo por mayor, es perfec-
ta, aunque no se hayan pesado, contado ni medido las mercancías.
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Art. 1587.- Respecto del vino, aceite y otros artículos que se acos-
tumbra a probar antes de la compra, no hay venta mientras que el
comprador no los haya probado y aceptado.
Art. 1588.- Cuando la venta se hace bajo ensayo, se supone siempre
que ha sido hecha bajo una condición suspensiva.
Art. 1589.- La promesa de venta vale venta, habiendo consentido
mutuamente las dos partes, respecto a la cosa y el precio.
Art. 1590.- Si la promesa de vender se ha hecho con arras o señal,
es dueño cada uno de los contratantes de arrepentirse, perdiéndo-
las el que las ha dado. Y el que las ha recibido devolviendo el doble.
Art. 1591.- El precio de la venta debe determinarse y designarse
por las partes.
Art. 1592.- Se puede, no obstante, someter el precio al arbitraje de
un tercero; si éste no quiere o no puede hacer la tasación, no hay
venta.
Art. 1593.- Los gastos de los actos y demás accesorios de la venta,
son de cargo del comprador.

CAPÍTULO II
De las personas que pueden comprar o vender
Art. 1594.- Pueden comprar o vender todos aquellos a quienes la
ley no se lo prohíbe.
Art. 1595.- No puede haber contrato de venta entre los esposos,
sino en los tres casos siguientes: 1o. aquel en que uno de los es-
posos cede bienes al otro, estando separado de él judicialmente,
como pago de sus derechos; 2o. aquel en que la cesión hecha por
el marido a la mujer, aunque no esté separado, reconoce una causa
legítima, tal como la reinversión de sus inmuebles enajenados o
la del metálico que a ella pertenecían, si estos inmuebles o dinero
no entran en la comunidad; 3o. aquel en que la mujer cede bienes

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a su marido para pagarle la suma que ella le prometiere en dote,


y cuando hay exclusión de comunidad; salvándose, en estos tres
casos, los derechos de los herederos de las partes contratantes, si
en ello hay ventaja indirecta.
Art. 1596.- No pueden hacerse adjudicatarios, ni por ellos mismos,
ni por terceras personas, bajo pena de nulidad: los tutores de los
bienes de aquellos cuya tutela ejercen; los mandatarios, de los
bienes que se han encargado de vender; los administradores de los
de los municipios, o de los establecimientos públicos confiados a su
cargo; los oficiales públicos, de los bienes nacionales, cuya venta se
hace por su ministerio.
Art. 1597.- Los jueces o sus suplentes, los magistrados en funciones
del ministerio público, secretarios de tribunales o juzgados, aboga-
dos, alguaciles, defensores oficiosos y notarios, no pueden hacerse
cesionarios de los derechos y acciones litigiosas, que son de la com-
petencia del tribunal, en el límite de cuya jurisdicción ejercen sus
funciones, bajo pena de nulidad, y de las costas, daños y perjuicios.

CAPÍTULO III
De las cosas que pueden venderse
Art. 1598.- Todo lo que está en el comercio puede venderse, cuan-
do no existan leyes particulares que prohíban su enajenación.
Art. 1599.- La venta de la cosa de otro, es nula; puede dar lugar a
daños y perjuicios, cuando el comprador ignora que fuese de otro.
Art. 1600.- No se puede vender la sucesión de una persona viva, ni
aun con su consentimiento.
Art. 1601.- Si la cosa vendida había perecido en el momento de la
venta, ésta será nula. Si hubiere perecido solamente una parte de
ella, tiene derecho el comprador a renunciar a la venta o a exigir la
parte conservada, determinando el precio por valuación.

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CAPÍTULO IV
De las obligaciones del vendedor

SECCIÓN I
Disposiciones generales.

Art. 1602.- El vendedor debe explicar con claridad a lo que se


obliga. Cualquier pacto oscuro o ambiguo, se interpreta contra el
vendedor.
Art. 1603.- Existen dos obligaciones principales: la de entregar, y la
de garantizar la cosa que se vende.
Art. 1604.- La entrega es la traslación de la cosa vendida al dominio
y posesión del comprador.

SECCIÓN II
De la entrega.

Art. 1605.- La obligación de entregar los inmuebles vendidos, se


cumple por parte del vendedor, cuando ha dado las llaves, si se tra-
ta de un edificio, o cuando ha entregado los títulos de propiedad.
Art. 1606.- Se realiza la entrega de los efectos mobiliarios, o por
la tradición real, o por la entrega de las llaves del edificio en que
aquellos se encuentren, y también por el solo consentimiento de
las partes, si no puede hacerse el traslado en el momento de la
venta, o si el comprador los tenía ya en su poder por otro título
cualquiera.
Art. 1607.- La tradición de los derechos incorporales se realiza, por
la entrega de los títulos o por el uso que el adquiriente haya hecho
de ellos con el consentimiento del vendedor.
Art. 1608.- Los gastos de la entrega son de cuenta del vendedor, los
de transporte, del comprador, en el caso de no haberse estipulado
lo contrario.
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Art. 1609.- La entrega de la cosa debe efectuarse en el lugar en que


estaba al tiempo de hacerse la venta, sino se ha convenido de otra
manera.
Art. 1610.- Si faltare el vendedor a hacer la entrega en el tiempo
convenido por la partes, podrá el comprador, a su elección, pedir
la rescisión de la venta, o que se le ponga en posesión de ella, si el
retardo es causado solamente por el vendedor.
Art. 1611.- En todos los casos debe condenarse al vendedor a los
daños y perjuicios, si éstos resultan para al adquiriente por falta de
entrega en el término convenido.
Art. 1612.- No está obligado el vendedor a entregar la cosa, si el
comprador no da el precio, en el caso de no haberle concedido
aquél un plazo para el pago.
Art. 1613.- No se le obligará tampoco a hacer la entrega, aunque
haya concedido un plazo para el pago, si después de la venta quie-
bra el comprador o está en estado de insolvencia, de modo que el
vendedor esté en peligro inminente de perder el precio, a no ser
que el comprador le dé fianza para pagar al término convenido.
Art. 1614.- La cosa debe entregarse en el estado en que se encon-
traba en el momento de la venta. Desde este día pertenecen al
adquiriente todos los frutos.
Art. 1615.- La obligación de entregar la cosa, comprende sus acce-
sorios y todo lo que se ha destinado a su uso perpetuo.
Art. 1616.- Está obligado el vendedor a entregar la cuantía tal como
se diga en el contrato, con las modificaciones que a continuación
se expresan.
Art. 1617.- Si la venta de un inmueble se ha realizado con indica-
ción de su capacidad y a razón de tanto la medida, está obligado el
vendedor a entregar al comprador, caso de exigirlo éste, la cantidad
indicada en el contrato. Y si la cosa no le es posible, o el adquiriente

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no la exige, está entonces obligado el vendedor a sufrir una rebaja


proporcional en el precio.
Art. 1618.- Si por el contrario, en el caso del artículo precedente, se
encuentra una cuantía mayor que la que se ha expresado en el con-
trato, tiene entonces derecho el adquiriente a dar un suplemento
de precio, o a desechar el contrato, bajo el supuesto de que este
exceso pase de la vigésima parte de la cuantía declarada.
Art. 1619.- En los demás casos, ya sea que la venta haya sido de un
objeto cierto y limitado, ya sea de predios distintos y separados, o
que empiece por la medida o con la designación del objeto vendi-
do, seguido de aquélla, el que se exprese esta medida no da lugar
a ningún suplemento de precio a favor del vendedor por exceso de
medida, así como tampoco se le hará al comprador por la dismi-
nución de la misma, no siendo que la diferencia entre la medida
efectiva y la expresada en el contrato, sea de una vigésima parte
en más o menos, teniendo en cuenta el valor de la totalidad de los
objetos vendidos, en el caso de no haber estipulación en contrario.
Art. 1620.- En el caso en que según el artículo precedente, haya
lugar a un aumento de precio por exceso de medida, tiene elección
el comprador entre desistir del contrato, o dar el suplemento del
precio, y además los intereses, si se queda en el inmueble.
Art. 1621.- En cualquier caso en que el adquiriente tenga derecho a
desistir del contrato, está considerado el vendedor como obligado,
respecto del primero, a restituirle, además del precio si lo hubiere
recibido, los gastos de dicho contrato.
Art. 1622.- La acción en suplemento del precio por parte del vende-
dor, y en la disminución del mismo o de rescisión del contrato por
parte del comprador, deben intentarse dentro del año, a contar del
día del contrato, bajo pena de caducidad.
Art. 1623.- Si se han vendido dos predios por el mismo contrato y
por un solo y mismo precio, con designación de la medida de cada
uno, y se encuentra menos capacidad en uno y más en otro, se hace
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entonces compensación hasta la debida concurrencia; y la acción,


sea por suplemento o disminución de precio, no tiene lugar sino
siguiendo las reglas anteriormente establecidas.
Art. 1624.- La cuestión de saber si el vendedor o el adquiriente debe
sufrir la pérdida o deterioro de la cosa vendida antes de la entrega,
se regula por las reglas prescritas en el título de los contratos o de
las obligaciones convencionales en general.

SECCIÓN III
De la garantía.

Art. 1625.- La garantía que debe el vendedor al adquiriente, tiene


dos objetos: es el primero, la pacífica posesión de la cosa vendi-
da; y el segundo, los defectos ocultos de esta cosa o sus vicios
redhibitorios.
Párrafo I: De la garantía en el caso de evicción
Art. 1626.- Aun cuando al tiempo de la venta no se hubiere estipu-
lado nada sobre la garantía, estará de derecho obligado el vende-
dor a garantizar al adquiriente de la evicción que experimente en el
todo o parte del objeto vendido, o de las cargas que se pretendan
sobre el mismo, y que no se haya declarado en el momento de la
venta.
Art. 1627.- Pueden las partes por convenciones particulares ampliar
esta obligación de derecho, y también disminuir su efecto; pueden
asimismo convenir en que el vendedor no quedará sometido a dar
ninguna garantía.
Art. 1628.- Aunque se exprese que el vendedor no quedará sujeto
a dar ninguna garantía, será, sin embargo, responsable por la que
resulte de un hecho que le sea personal: cualquier cosa que en
contrario se convenga, es nula.
Art. 1629.- Aun cuando se llegue a estipular la no garantía, el vende-
dor, en el caso de evicción, está obligado a la restitución del precio, a
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no ser que el comprador haya conocido, en el momento de la venta,


el peligro de le evicción, o que haya comprado por su cuenta el riesgo.
Art. 1630.- Cuando se ha prometido la garantía o no se ha estipu-
lado cosa alguna con relación a ella, tiene derecho el comprador,
en el caso de evicción, a demandar del vendedor: 1o. la devolución
de precio; 2o. la de los frutos, cuando está obligado a dárselos al
propietario que lo vence en juicio; 3o. las costas ocasionadas, y
las causadas por el demandante originario; 4o. en fin, los daños y
perjuicios, así como las costas y gastos legales del contrato.
Art. 1631.- Cuando el tiempo de la evicción ha disminuido el valor
de la cosa vendida, o ésta se ha deteriorado considerablemente,
bien por negligencia del comprador o por accidente de fuerza
mayor, no está por esto menos obligado el vendedor a restitur la
totalidad de su precio.
Art. 1632.- Pero si ha aprovechado el comprador los deterioros
causados por él, tiene entonces derecho el vendedor a retener del
precio una suma que iguale este provecho.
Art. 1633.- Si la cosa vendida ha aumentado de precio en la época
de la evicción, siendo este aumento independiente de la gestión
del comprador, está obligado el vendedor a pagarle lo que valga
más del precio de venta.
Art. 1634.- Está obligado el vendedor a reembolsar o hacer re-
embolsar al comprador, por aquel que ganó la evicción, todas las
reparaciones y mejoras útiles que haya hecho en el predio.
Art. 1635.- Si el vendedor hubiere hecho de mala fe la venta del
predio de otro, estará obligado a reembolsar al comprador todos
los gastos que haya hecho en el mismo, incluyendo los de placer y
recreo.
Art. 1636.- Si el adquiriente no sufre la evicción sino por una parte de
la cosa, y que ésta sea de tal importancia respecto al todo, que sin ella
no hubiera realizado la compra, puede entonces rescindir la venta.

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Art. 1637.- Si en el caso de evicción de una parte del predio vendi-


do, no se hubiere rescindido la venta, el valor de la parte de que el
comprador es desposeído, deberá serle reembolsado, según tasa-
ción en la época de la evicción, y no proporcionalmente al precio
total de la venta, bien sea que la cosa vendida haya aumentado o
disminuido de precio.
Art. 1638.- Si la heredad vendida tiene cargas, sin que éstas hayan
sido declaradas, y servidumbres no manifiestas, pero que son de
tal importancia que hay por ello lugar a presumir que no se habría
comprado al saberlo, puede por esto el comprador pedir la resci-
sión del contrato, si no prefiere mejor quedar satisfecho con una
indemnización.
Art. 1639.- Las demás cuestiones a que puedan dar lugar a daños
y perjuicios que resulten para el comprador, por falta de cumpli-
miento de la venta, deben decidirse según las reglas generales
establecidas en el título de los contratos o de las obligaciones con-
vencionales en general.
Art. 1640.- Cesa la garantía por causa de evicción, cuando el com-
prador se ha dejado condenar por un fallo en última instancia, o
del que ya no se pueda admitir la apelación, sin haber citado al
vendedor, probando éste que había medios suficientes para hacer
rechazar la demanda.
Párrafo II: De la garantía de los defectos de la cosa vendida.
Art. 1641.- El vendedor está obligado a garantizar la cosa vendida
por los defectos ocultos que ésta tuviere, si la hicieren inútil para el
uso a que se destina, o que disminuyen de tal modo este uso, que
no lo habría comprado o hubiera dado un precio menor, a haberlos
conocido.
Art. 1642.- No es responsable el vendedor de los vicios o defectos
manifiestos de los cuales puede convencerse el comprador.

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Art. 1643.- Es responsable de los vicios ocultos, aunque no los haya


conocido, a no ser que para este caso se haya estipulado que no
estará sujeto a ninguna garantía.
Art. 1644.- En los casos de los artículos 1641 y 1643, tiene el
comprador la elección entre devolver la cosa y hacerse restituir el
precio, o guardar la misma, y que se le devuelva una parte de dicho
precio tasado por peritos.
Art. 1645.- Si conociese el vendedor los vicios de la cosa, está obli-
gado además de la restitución del precio que ha recibido por ella, a
todos los daños y perjuicios que haya sufrido el comprador.
Art. 1646.- Si ignoraba el vendedor los vicios de la cosa, no se le
obligará sino a la restitución del precio, y a reembolsar al compra-
dor los gastos ocasionados por la venta.
Art. 1647.- Si la cosa que tenía vicios ha perecido por causa de su
mala calidad, es la pérdida para el vendedor, que estará obligado
respecto al comprador a restituirle el precio, y además las indem-
nizaciones explicadas en los dos artículos precedente. La pérdida
originada por caso fortuito, será de cuenta del comprador.
Art. 1648.- La acción redhibitoria se ha de ejercer precisamente
antes de cumplirse treinta días de efectuada la compra y tradición,
cuando se trate de animales; dentro del término de noventa días,
cuando se trate de objetos muebles, y dentro de igual periodo
de noventa días contados de fecha a fecha inclusive, después de
manifestarse los vicios ocultos, cuando la venta haya sido de un in-
mueble. El examen pericial habrá de intervenir en todos los casos,
cualquiera que sea la jurisdicción a que competa el conocimiento
de la instancia.
Art. 1649.- La dicha acción no tiene lugar en las ventas hechas por
autorización judicial.

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CAPÍTULO V
De las obligaciones del comprador
Art. 1650.- La obligación principal del comprador, es pagar el precio
el día y en el lugar convenido en la venta.
Art. 1651.- Si no se ha convenido nada respecto a esto al hacerse la
venta, debe pagar el comprador en el lugar y tiempo en que debe
hacerse la entrega.
Art. 1652.- El comprador debe los intereses del precio de la venta,
hasta que pague el capital, en los tres casos siguientes: habiéndose
convenido de esta manera al tiempo de la venta; si la cosa vendida
y entregada produce frutos u otros rendimientos; si ha sido el com-
prador requerido para el pago. En este último caso no se devengan
los intereses, sino después del requirimiento.
Art. 1653.- Si el comprador fuese perturbado, o tuviese justo moti-
vo para temer que lo será por una acción hipotecaria o de reivindi-
cación, puede suspender el pago hasta que el vendedor haya hecho
desaparecer la perturbación, a no ser que prefiera dar fianza, o a
menos que se haya estipulado que, a pesar de la perturbación,
pagará el comprador.
Art. 1654.- Si el comprador no paga el precio, puede pedir el vende-
dor la rescisión de la venta.
Después de extinguido el privilegio con que se favorece al vendedor
por el artículo 2103, no podrá ejercerse la acción a que se refiere
el presente artículo en perjuicio de terceros que hayan adquirido,
sobre un inmueble, derechos procedentes del comprador, y que se
hayan conformado a las leyes.
Art. 1655.- La rescisión de la venta de inmueble queda hecha con-
secutivamente, si el vendedor está en peligro de perder la cosa y el
precio. Si no existe este peligro, puede conceder el juez un plazo al
comprador, más o menos largo, según las circunstancias. Pasándose

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este término sin que haya pagado el comprador, se pronunciará la


rescisión de la venta.
Art. 1656.- Si al hacerse la venta de un inmueble, se ha estipula-
do que faltándose al pago del precio en el término convenido, se
rescindirá de pleno derecho la venta, esto no obstante, puede el
comprador pagar después de la terminación del plazo, si no se le ha
constituido en mora por un requerimiento; pero después de éste,
no puede el juez concederle otro plazo.
Art. 1657.- En materia de venta de géneros y efectos mobiliarios,
tendrá lugar la rescisión de la venta de pleno derecho, y sin reque-
rimiento, en provecho del vendedor, después de la expiración del
término convenido para retirarlos.

CAPÍTULO VI
De la nulidad y rescisión de la venta
Art. 1658.- Además de las causas de nulidad o rescisión que se
han explicado en este título, y de las que son comunes a todos los
contratos, puede rescindirse el de venta por retracto, y por lesión
en el precio.

SECCIÓN I
De la facultad de retracto.

Art. 1659.- La facultad de retracto o retroventa, es un pacto por el


cual se reserva el vendedor el derecho de volver a tomar la cosa
vendida, mediante la restitución del precio principal y el reembolso
de que se habla en el artículo 1673.
Art. 1660.- La facultad de retracto no puede estipularse por el
término que pase de cinco años. Si se hubiere estipulado por más
tiempo, queda reducida a este término.
Art. 1661.- El término fijado es riguroso; no puede prolongarse por
el juez.
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Art. 1662.- Faltando el vendedor a ejercer su acción a retroventa en


el término prescrito, queda el adquiriente propietario irrevocable.
Art. 1663.- El término corre contra cualquier clase de personas,
y aun contra el menor, salvo, si hay lugar, el recurso contra quien
corresponda.
Art. 1664.- El vendedor a pacto de retroventa, puede ejercer su
acción contra un segundo comprador, aun cuando la facultad de
retrovender no haya sido expresada en el segundo contrato.
Art. 1665.- El comprador a pacto de retroventa ejerce todos los de-
rechos del que le ha vendido; puede prescribir igualmente contra el
verdadero dueño, como contra aquellos que pretendieran derechos
o hipotecas sobre la cosa vendida.
Art. 1666.- Puede oponer los beneficios de la excusión, a los acree-
dores del que le vendió.
Art. 1667.- Si el adquiriente a pacto de retroventa de una parte in-
divisa de una heredad, se convierte en adjudicatario de la totalidad
por una licitación provocada en su contra, puede obligar al vende-
dor a retirar el todo, cuando éste quiera hacer uso de lo pactado.
Art. 1668.- Si han vendido conjuntamente muchos y en un solo
contrato, una heredad que les era común, no puede ejercer la ac-
ción en retroventa cada uno aisladamente, sino por la parte que en
aquélla tenía.
Art. 1669.- Sucede lo mismo si el que ha vendido solo un predio,
dejase muchos herederos. Cada uno de los coherederos no puede
ejercer la facultad de retractado, sino por la parte que toma en la
sucesión.
Art. 1670.- Pero en el caso de los dos artículos precedentes, puede
el comprador exigir que todos los covendedores o coherederos sean
citados, a fin de ponerse de acuerdo para volver a tomar la heredad
entera; y si no se conciliasen, será descargado de la demanda.

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Art. 1671.- Si la venta de una finca perteneciente a muchos, no se


ha hecho conjuntamente y por su totalidad, no habiendo vendido
cada uno sino la parte que en ella tenía, puede ejercer cada uno de
ellos separadamente la acción de retroventa, por la porción que le
pertenecía. No puede el comprador forzar al que de esta manera la
ejerce, a que retire todo.
Art. 1672.- Si el comprador ha dejado muchos herederos, no puede
ejercer la acción de retroventa contra cada uno de ellos sino por su
parte, en el supuesto de que ésta se halle todavía indivisa, y en el
de que la cosa vendida se haya partido entre ellos. Pero si ha habi-
do ya partición de la herencia, y la cosa vendida ha correspondido a
la porción de uno de los herederos, se puede intentar la acción de
retroventa contra él por el todo.
Art. 1673.- El vendedor que usa del derecho de retracto, debe re-
embolsar no solamente el precio principal, sino también los gastos
y costas legales de la venta, los reparos necesarios y los que haya
aumentado el valor del predio, hasta cubrir ese aumento. No puede
entrar en posesión, sino después de haber satisfecho todas esas
obligaciones. Cuando el Vendedor entra en posesión de su heredad
por efecto del retracto, la toma libre de todas las cargas e hipotecas
con que haya podido gravarla el adquiriente; está obligado a respe-
tar los contratos de arrendamiento que se hayan hecho sin fraude,
por el comprador.

SECCIÓN II
De la rescisión de la venta por causa de lesión.

Art. 1674.- Si el vendedor ha sido lesionado en más de siete duo-


décimas parten en el precio de un inmueble, tiene derecho a pedir
la rescisión de la venta, aunque haya renunciado expresamente a
esa facultad en el contrato, o declarado que hacía donación de la
diferencia de precio.

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Art. 1675.- Para saberse si ha habido lesión de más de las siete


duodécimas partes, es preciso tasar el inmueble según su estado y
valor, en el momento de la venta.
Art. 1676.- No podrá admitirse la demanda después de haberse
pasado dos años, contados desde el día de la venta. Este plazo corre
contra las mujeres casadas y contra los ausentes, los declarados en
interdicción y los menores, que tengan por causante un mayor que
haya vendido. Se cuenta también este plazo, sin que se le suspen-
da, durante el transcurso del tiempo estipulado por el convenio del
retracto.
Art. 1677.- No podrá admitirse prueba de lesión sino por sentencia,
y solamente en el caso en que los hechos expuestos sean bastantes
verosímiles y graves para hacer presumir la lesión.
Art. 1678.- No podrá hacerse esta prueba sino por informe de tres
peritos, que estarán obligados a firmar en común un solo acto, y a
no dar sino un solo parecer, a mayoría de votos.
Art. 1679.- Habiendo diferentes pareceres, deberá el acto contener
los motivos, sin que sea permitido dar a conocer el dictamen de
cada uno de los peritos.
Art. 1680.- Los peritos se nombrarán de oficio, a menos que las
partes no estén de acuerdo para nombrar a todos tres.
Art. 1681.- En el caso en que se admita rescisión, tiene derecho
el comprador, o a devolver la cosa tomando el precio que haya
pagado, o a quedarse con el predio, pagando el suplemento de su
justo valor, bajo la deducción de la décima parte del precio total. El
tercer poseedor tiene el mismo derecho, salva la garantía contra su
vendedor.
Art. 1682.- Si prefiriese el comprador guardar la cosa, dando el
suplemento regulado por el anterior artículo, debe también el in-
terés del suplemento desde el día de la demanda de rescisión. Y si
prefiere devolverla y recibir el precio, devolverá los frutos desde el

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día en que se le demandó. El interés del precio que haya pagado,


se le cuenta también desde el día de la misma demanda, o desde el
día del pago, si no hubiere percibido ningunos frutos.
Art. 1683.- La rescisión por lesión no tiene lugar a favor del comprador.
Art. 1684.- No tiene tampoco lugar en ninguna de las ventas que
según la ley no puedan hacerse sino autorizadas judicialmente.
Art. 1685.- Las reglas que se explican en la sección precedente, para
los casos en que muchos hayan vendido conjunta o separadamen-
te, y para aquel en que el vendedor o el comprador haya dejado
muchos herederos, se observarán igualmente para el ejercicio de la
acción de rescisión.

CAPÍTULO VII
De la licitación
Art. 1686.- Si una cosa perteneciente a muchos no puede dividirse
cómodamente y sin pérdida, o si en una partición hecha amigable-
mente hay algunos bienes de los copartícipes que ninguno puede
o quiere recibir en su porción, se hará la venta en pública subasta,
repartiéndose el precio entre los copropietarios.
Art. 1687.- Cada uno de los copropietarios es dueño de hacer que
se llamen a licitación a personas extrañas, siendo esta circunstancia
necesaria cuando sea menor uno de los copropietarios.
Art. 1688.- El modo y las formalidades que se deben observar en
las licitaciones, se explican en el título de las sucesiones, y en el
Código de Procedimiento.
CAPÍTULO VIII
De la transferencia de créditos y otros derechos incorporales
Art. 1689.- La transferencia de un crédito, de un derecho o de una
acción respecto de un tercero, se realiza entre el cedente y el cesio-
nario por la entrega del título.
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Art. 1690.- No queda el cesionario con acción respecto a los ter-


ceros, sino por la notificación de la transferencia hecha al deudor.
Sin embargo, puede también quedar habilitado el cesionario por
la aceptación de la transferencia hecha por el deudor en un acto
auténtico.
Art. 1691.- Si antes que el cedente o el cesionario haya notificado
la transferencia al deudor, éste hubiere pagado al cedente, quedará
válidamente libre.
Art. 1692.- La venta o cesión de un crédito, comprende los acceso-
rios del mismo, tales como la fianza, privilegios e hipotecas.
Art. 1693.- El que vende un crédito u otro derecho incorporal, debe
garantizar su existencia al tiempo de transferirlo, aunque se haya
hecho sin garantía.
Art. 1694.- No responde de la solvencia del deudor, sino cuando se
haya comprometido a ello; pero solamente hasta el cupo del precio
que recibió por dicho crédito.
Art. 1695.- Cuando ha prometido garantizar la solvencia del deudor,
no se extenderá que lo ha hecho sino por la actualidad, no exten-
diéndose al porvenir, a menos que el cedente lo haya estipulado
expresamente.
Art. 1696.- El que vende una herencia, sin especificar en detalle los
objetos, no está obligado sino a garantizar su cualidad de heredero.
Art. 1697.- Si el heredero se hubiere aprovechado ya de los frutos
de algún predio, o recibido el importe de algún crédito pertene-
ciente a dicha herencia, o vendido algunos efectos de la sucesión,
está obligado a reembolsar al comprador, si no los ha reservado
expresamente al tiempo de la venta.
Art. 1698.- Debe el comprador, por su parte, reembolsar al vende-
dor lo que éste haya pagado por las deudas y cargas de la sucesión,
y darle cuenta de todo por lo que era acreedor, si no hubiere esti-
pulado nada en contrario.
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Art. 1699.- Aquel contra quien se ha cedido un derecho litigioso,


puede hacerse dar la quita por el cesionario, reembolsándose el
precio real de la cesión con los gastos y costas legales y con los
intereses, contados desde el día en que el cesionario ha dado el
precio de la cesión que se le hizo.
Art. 1700.- Se reputa que la cosa es litigiosa, desde el momento en
que existe demanda y contestación sobre el fondo del derecho.
Art. 1701.- La disposición dada en el artículo 1699 cesa: 1o. en el
caso en que la cesión se ha hecho a un coheredero o copropietario
del derecho cedido; 2o. cuando se ha hecho a un acreedor en pago
de lo que se debe; 3o. cuando se ha hecho al poseedor de la finca
sujeta al derecho litigioso.

TÍTULO VII
DEL CAMBIO O PERMUTA
Art. 1702.- El cambio o permuta es un contrato, por el cual las par-
tes se dan respectivamente una cosa por otra.
Art. 1703.- Se efectúa el cambio o permuta, por el solo consenti-
miento, de la misma manera que la venta.
Art. 1704.- Si uno de los permutantes ha recibido ya la cosa dada
en cambio, y prueba en seguida que el otro contratante no es
propietario de esta cosa, no puede obligársele a entregar lo que
ha prometido en contracambio, y sí solo a que devuelva lo que ha
recibido.
Art. 1705.- El permutante que ha sufrido la evicción por la cosa que
en cambio ha recibido, tiene derecho a pedir los daños y perjuicios,
o a reclamar la cosa.
Art. 1706.- La rescisión por causa de lesión, no tiene lugar en el
contrato de permuta.

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Art. 1707.- Las demás reglas prescritas para el contrato de venta, se


aplican también al cambio o permuta.

TÍTULO VIII
DEL CONTRATO DE LOCACIÓN Y CONDUCCIÓN

CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 1708.- Hay dos clases de contratos de locación: el de las cosas,
y el de la obra:
Art. 1709.- La locación de las cosas es un contrato por el cual una de
las partes se obliga a dejar gozar a la otra una cosa durante cierto
tiempo, y por un precio determinado que ésta se obliga a pagarle.
Art. 1710.- La locación de obra es un contrato por el cual una de las
partes se obliga a hacer una cosa por la otra, mediante un precio
convenido entre ellas.
Art. 1711.- Estas dos clases de locación se subdividen además
en muchas especies particulares. Se llama alquiler, el de casas y
muebles; arrendamiento, el de las haciendas rurales; salario, el del
trabajo o servicio; aparcería, el de los animales, cuyo provecho se
divide entre el propietario y aquel a quien se les confía; los jorna-
les, destajos o ajustes alzados, para ejecutar una obra mediante un
precio determinado, son también locación, cuando se suministra el
material por la persona que hace la obra. Estas tres últimas clases
se sujetan a reglas particulares.
Art. 1712.- Los arrendamientos de bienes de la nación, de los
ayuntamientos y establecimientos públicos, están sometidos a
reglamentos particulares.

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CAPÍTULO II
De la locación de las cosas
Art. 1713.- Se puede alquilar o arrendar cualquier clase de bienes,
muebles o inmuebles.

SECCIÓN I
De las reglas comunes a los arrendamientos
de casas y haciendas rurales.

Art. 1714.- Se puede arrendar por escrito y verbalmente.


Art. 1715.- Si el arrendamiento verbal no ha recibido todavía nin-
guna ejecución, y una de las partes lo niega, no puede recibirse
prueba por testigos, por muy módico que fue el precio y aunque
se alegue el haber dado señal. El juramento puede solo deferirse al
que niegue el contrato.
Art. 1716.- Cuando haya contestación sobre el precio del arrenda-
miento verbal, cuya ejecución haya empezado, y no hubiere ningún
recibo, será creído el propietario bajo su juramento, a menos que
el inquilino prefiera pedir la tasación por peritos, en cuyo caso los
gastos de esta serán por su cuenta, si pasase del precio que éste ha
declarado.
Art. 1717.- El inquilino tiene derecho a subarrendar y ceder el arren-
damiento a otro, caso de no habérsele prohibido esta facultad, lo
cual puede hacerse por el todo o parte. Esta cláusula es siempre de
rigor.
Art. 1718.- Los artículos del título del contrato de matrimonio y
de los respectivos derechos de los esposos, relativos a los arrenda-
mientos de bienes de mujeres casadas, son aplicables a los arren-
damientos de bienes de menores.
Art. 1719.- Está obligado el arrendador, por la naturaleza del con-
trato, y sin que haya necesidad de ninguna estipulación particular:

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1o. a entregar al arrendatario la cosa arrendada; 2o. a conser-


varla en estado de servir para el uso para que ha sido alquilada;
3o. a dejar al arrendatario el disfrute pacífico por el tiempo del
arrendamiento.
Art. 1720.- El arrendador está obligado a entregar la cosa en buen
estado de reparaciones de toda especie. Debe hacer en la misma,
durante el arrendamiento, todas las reparaciones que se hagan
necesarias, y que no sean las locativas.
Art. 1721.- Se debe dar garantía al inquilino de todos los vicios y
defectos de la cosa arrendada que impidan su uso, aun cuando
no los conociese el arrendador en el momento del arriendo. Si de
estos vicios o defectos resultase alguna pérdida para el inquilino,
estará obligado el arrendador a indemnizarle.
Art. 1722.- Si durante el arrendamiento se destruye en totalidad la
cosa arrendada por caso fortuito, queda aquél rescindido de pleno
derecho; si no se destruyere sino en parte, puede el inquilino, según
las circunstancias, pedir una rebaja en el precio, o aun la rescisión
del arrendamiento.
Art. 1723.- No puede el arrendador, durante el arrendamiento,
cambiar la forma de la cosa arrendada.
Art. 1724.- Si durante el arrendamiento tiene necesidad la cosa
arrendada de reparaciones urgentes, que no puedan diferirse hasta
su terminación, debe soportarlos el arrendatario, aunque le causen
molestia y aunque se vea privado, mientras se hacen, de una parte
de la cosa arrendada. Pero si durasen estas reparaciones más de
cuarenta días, se disminuirá el precio del arriendo proporcional-
mente al tiempo y a la parte de la cosa que haya sido privada. Si
las reparaciones son de tal naturaleza que hagan inhabitable lo que
es de necesidad para el alojamiento del arrendatario y su familia,
puede éste hacer rescindir el arrendamiento.
Art. 1725.- El arrendador no está obligado a responder al arrenda-
tario de la perturbación que un tercero le cause, por vías de hecho,
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en el goce de la cosa arrendada, sin pretender por otra parte ningún


derecho a la misma cosa; sin perjuicio de las reclamaciones que el
arrendamiento pueda hacer en su propio nombre.
Art. 1726.- Si por el contrario, el inquilino o arrendatario ha sido
molestado en su disfrute, por consecuencia de una acción relativa
a la propiedad del predio, tiene derecho a una rebaja proporcional
en el precio del arrendamiento, si es que ha denunciado aquella
perturbación al propietario.
Art. 1727.- Si los que han cometido la violencia de hecho, preten-
dieren tener algún derecho sobre la cosa arrendada, o si el mismo
arrendatario fuese citado judicialmente para el desahucio del todo
o parte de la cosa, o para sufrir la carga de una servidumbre, debe
citar en garantía al arrendador y quedar fuera de la demanda si lo
exige, diciendo el nombre de aquel por quien posee.
Art. 1728.- El arrendatario está obligado principalmente: 1o. a usar
de la cosa arrendada como buen padre de familia, y con arreglo
al destino para que le ha sido dada por el contrato, o el que se
deduzca de las circunstancias a falta de convenio; 2o. a pagar el
precio del arrendamiento en los plazos convenidos.
Art. 1729.- Si el inquilino emplea la cosa arrendada en otro uso
distinto de aquel a que se destinó, o del cual pudiere resultar un
daño para el arrendador, puede éste según las circunstancias, hacer
rescindir el arriendo.
Art. 1730.- Si se hubiere hecho un estado descriptivo de la localidad
entre el arrendador y el inquilino, debe éste devolver la cosa en la
misma conformidad que la recibió según aquél, exceptuándose lo
que se haya deteriorado por vejez o causa mayor.
Art. 1731.- Si no se hubiere hecho estado descriptivo de la locali-
dad, se supone que la recibió el inquilino en buen estado de repa-
ración locativa, debiendo devolverla en el mismo, salvo si prueba
lo contrario.

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Art. 1732.- Es responsable de los deterioros y pérdidas que ocurran


durante su posesión, a no ser que demuestre que han sobrevenido
sin culpa suya.
Art. 1733.- Es responsable en caso de incendio, a menos que no
pruebe: que el incendio fue causado por caso fortuito, fuerza ma-
yor, o por vicio de construcción; o que el fuego se comunicó por
una casa vecina.
Art. 1734.- Si hay muchos inquilinos, son todos solidariamente
responsables del incendio, a no ser que se pruebe que el incendio
empezó en la habitación de uno de ellos, porque entonces éste solo
será el responsable. O también cuando algunos prueben que no pudo
tener principio en su casa; pues entonces éstos no son responsables.
Art. 1735.- Es responsable el inquilino de los deterioros y pérdidas
que sucedan por causa de las personas de su casa o por la de suba-
rrendamientos suyos.
Art. 1736.- (Modificado por la Ley 1758 del 10 de julio de 1948, G.
O. 6816). Si se ha efectuado el arrendamiento verbalmente, no po-
drá una de las partes desahuciar a la otra sin notificarle el desalojo
con una anticipación de ciento ochenta días, si la casa estuviere
ocupada con algún establecimiento comercial o de industria fabril,
y de noventa días si no estuviere en este caso.
Art. 1737.- El arrendamiento termina de pleno derecho a la ex-
piración del término fijado, cuando se hizo por escrito, sin haber
necesidad de notificar el desahucio.
Art. 1738.- Si al expirar el arrendamiento que se hizo por escrito, el
inquilino queda y se le deja en posesión, se realiza un nuevo con-
trato; cuyo efecto se regula por el artículo 1736, que hace relación
a los arrendamientos que se hicieron sin escrito.
Art. 1739.- Cuando se haya notificado un desahucio, no puede el
inquilino, aunque continúe en el disfrute de la cosa, invocar la táci-
ta reconducción.

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Art. 1740.- En el caso de los dos artículos precedentes, la fianza


dada por el arrendamiento no se extiende a las obligaciones que
resulten de la prolongación.
Art. 1741.- (Modificado por la Ley 596 del 2 de noviembre de 1933,
G. O. 4624). El contrato de locación se resuelve por la pérdida de la
cosa alquilada, y por la falta del arrendador o el inquilino de cumplir
sus obligaciones.
Art. 1742.- No se deshace el contrato de arrendamiento por la
muerte del arrendador ni por la del inquilino.
Art. 1743.- Si el arrendador vendiera la cosa arrendada, no po-
drá el adquiriente expulsar al colono o al inquilino que tenga un
arrendamiento auténtico o de fecha cierta, a menos que se hubiere
reservado este derecho en el contrato de arrendamiento.
Art. 1744.- Si se ha convenido, al hacer el arrendamiento, que
en caso de venta pueda el nuevo dueño expulsar al colono o al
inquilino, y no se hubiese estipulado nada acerca de los daños y
perjuicios, estará obligado el arrendador a indemnizar al colono o
al inquilino del modo siguiente:
Art. 1745.- Si se tratase de una casa, cuarto o establecimiento co-
mercial, paga el arrendador a título de daños y perjuicios al inquili-
no vencido en juicio, una suma igual al precio del alquiler durante
el tiempo que con arreglo a la ley se conceda entre la notificación
del desahucio y el abandono.
Art. 1746.- Si se tratase de bienes rurales, la indemnización que
debe pagar el arrendador al arrendatario es del tercio del precio
del arrendamiento, por todo el tiempo que queda por transcurrir.
Art. 1747.- La indemnización se tasará por peritos, tratándose de
manufacturas, efectos de fabricación industrial u otros estableci-
mientos que exigen grandes desembolsos.
Art. 1748.- El comprador que quisiere usar del derecho reserva-
do en el contrato, de expulsar al inquilino en caso de venta, está
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obligado a avisar al mismo con la anticipación que la ley determina


para el desahucio. Debe también avisar al arrendatario de bienes
rurales con un año de anticipación a lo menos.
Art. 1749.- No pueden ser expulsados los inquilinos ni colonos
a quienes no se haya indemnizado por el arrendador, o a falta
suya, por el nuevo adquiriente, los daños y perjuicios que quedan
explicados.
Art. 1750.- Si el arrendamiento no se hubiese hecho por acto au-
téntico o no tuviese fecha cierta, no estará obligado el adquiriente
a ninguna clase de daños y perjuicios.
Art. 1751.- El adquiriente en retroventa no puede usar la facultad
de expulsar al inquilino, hasta que por la terminación del plazo fija-
do para el retracto no se convierta en propietario definitivo.
SECCIÓN II
De las reglas particulares a los inquilinos.

Art. 1752.- El inquilino que no provea la casa de muebles suficien-


tes, puede ser despedido, a no ser que dé seguridades bastantes,
para responder del alquiler.
Art. 1753.- No está obligado el subarrendatario con el dueño, sino
hasta cubrir el precio del subarriendo de que pueda ser deudor en el
momento del embargo, y sin que pueda alegar pagos hechos anticipa-
damente. Los pagos hechos por el subarrendatario, ya sea en virtud
de una cláusula de su contrato, o como consecuencia de la costumbre
establecida en el lugar, no se reputarán hechos como anticipos.
Art. 1754.- Se estará a la costumbre del lugar respecto a las repa-
raciones locativas que hayan de hacerse a cargo del inquilino, no
habiendo cláusula en contrario.
Art. 1755.- Ninguna de las reparaciones reputadas como locativas
será de cuenta del inquilino, cuando son ocasionadas por vetustez
o fuerza mayor.

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Art. 1756.- La limpieza de los pozos y excusados, es de cuenta del


propietario, si no hubiese cláusula en contrario.
Art. 1757.- El alquiler de muebles suministrados para amueblar
una casa entera o alojamiento, una tienda o cualquier otra clase
de habitaciones, se considera hecho por el tiempo acostumbrado
en la localidad para el arrendamiento de los locales a que estén
destinados.
Art. 1758.- El arrendamiento que se haga de una habitación amue-
blada, se considera por un año, cuando se haya hecho a razón de
tanto por año; por mes, cuando se hubiere hecho a tanto por mes;
o por día, si se ha ajustado así. Si nada pudiese demostrar que era
por tiempo determinado, se considerará entonces que ha sido por
un solo mes.
Art. 1759.- Si el inquilino de una casa o alojamiento continuase
disfrutando su posesión después de la terminación del arriendo
hecho por escrito, sin que a esto haya habido oposición por parte
del arrendador, se considera que lo hace en las mismas condiciones
por el término de tres meses más, sin que pueda salir ni ser desahu-
ciado sino después de notificación hecha con arreglo a la ley.
Art. 1760.- En caso de rescisión por culpa del inquilino, está éste
obligado a pagar el precio del arriendo, durante el tiempo necesa-
rio para el nuevo arriendo, sin perjuicio de los daños y perjuicios
que pudieran resultar por el abuso.
Art. 1761.- El propietario no puede rescindir el arrendamiento,
aunque declare querer ocupar por sí mismo la casa alquilada, no
habiendo convenido en contrario.
Art. 1762.- Si se hubiere convenido en el contrato de arrendamien-
to que pueda el arrendador venir a ocupar la casa, está obligado a
notificar su intención de hacerlo con una anticipación de tres días
a lo menos.

ÍNDICE POR 358


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SECCIÓN III
Reglas particulares a los arrendamientos de predios rústicos.

Art. 1763.- El que cultive bajo la condición de dividir los frutos


con su arrendador, no puede subarrendar ni hacer cesión, a no
ser que esta facultad le haya sido concedida expresamente en el
arrendamiento.
Art. 1764.- En caso de faltar a esta condición, el propietario tiene
derecho a volverse a posesionar de la cosa, condenándose al in-
quilino por los daños y perjuicios que resulten por falta de cumpli-
miento del contrato.
Art. 1765.- Si en contrato de arrendamiento rural se diese al predio
una capacidad menor o mayor que la que realmente tuviese, no
habrá lugar a aumento ni disminución de precio para el colono, sino
en los casos y según las reglas establecidas en el título de la venta.
Art. 1766.- Si el arrendatario de una heredad rural no la provee con
los animales y utensilios necesarios para su explotación, si abando-
na la labor, si no la cultiva como buen padre de familia, si emplea
la cosa arrendada en distinto uso de aquel para que está destina-
da, o si no ejecuta en general, las cláusulas del arrendamiento,
resultando un perjuicio para el arrendador, puede éste, según las
circunstancias, hacer rescindir el contrato. En el caso de rescindirse
por causa del colono, éste queda obligado a daños y perjuicios en
la forma expresada en el artículo 1764.
Art. 1767.- Todo colono de bienes rurales, está obligado a entrojar
en los sitios fijados para este objeto en el contrato de arriendo.
Art. 1768.- Está obligado el colono de un predio rural, bajo pena
de los daños y perjuicios, a dar conocimiento al propietario de las
usurpaciones que puedan cometerse en el mismo. Este aviso debe
darse dentro del plazo que se concede en caso de emplazamiento,
según la distancia de los lugares.

ÍNDICE POR 359


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Art. 1769.- Si el arrendamiento se hubiese hecho por muchos años,


y en su transcurso se perdiese la mitad al menos o toda la cosecha,
por casos fortuitos, puede el arrendatario pedir una rebaja en el
precio de la locación, a no ser que quede indemnizado con las
cosechas precedentes. Pero si no se indemnizase por este medio,
la rebaja se hará al terminar el contrato, en cuyo tiempo se hace
una compensación de todos los años de usufructo. Sin embargo,
de esto, el juez puede provisionalmente dispensar al inquilino una
parte del precio de la renta, a proporción de la pérdida que haya
sufrido.
Art. 1770.- Si la duración del arrendamiento no fuese sino por un
año, y la pérdida lo fuera de la totalidad de los frutos o al menos de
la mitad, quedará el colono exento de una parte proporcional en el
pago de la renta. No puede éste exigir ninguna clase de rebaja, si
hubiese sido la pérdida menor que la mitad.
Art. 1771.- El colono no puede alcanzar el beneficio de esta rebaja
cuando la pérdida de los frutos ha tenido lugar después de cogidos,
a no ser que el contrato dé derecho al propietario a una parte de la
recolección en naturaleza; en cuyo caso debe el propietario sufrir
su parte en la pérdida, suponiendo que el colono no esté en mora
de entregarle su parte de cosecha. Tampoco puede el colono pedir
rebaja cuando la causa del daño existía, y era conocida en la época
en que se hizo el arrendamiento.
Art. 1772.- Se pueden poner a cargo del colono los casos fortuitos
por una cláusula expresa.
Art. 1773.- Esta cláusula no comprende sino los casos fortuitos or-
dinarios, como falta o exceso de lluvia, descargas eléctricas, y otros
a que los lugares por su situación estén sujetos. No comprende por
lo tanto, casos fortuitos extraordinarios, tales como las devasta-
ciones de la guerra o inundación a que no esté el país sujeto con
frecuencia, a menos que se haya obligado el inquilino para todos
los casos fortuitos previstos e imprevistos.

ÍNDICE POR 360


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Art. 1774.- El arrendamiento que se hizo sin escrito de un predio ru-


ral, se considera hecho por el tiempo necesario para que el colono
coseche todos los frutos de la heredad. Así, pues, el arrendamiento
de una dehesa, de una estancia y de otro cualquier predio, cuyos
frutos se cosechen del todo dentro del año, se considera hecho por
este tiempo. Y el de tierras de labor, donde el colono abra trabajos
nuevos se reputa hecho por el tiempo necesario para tres cosechas.
Art. 1775.- El arrendamiento de predios rurales, aunque se hubiere
hecho sin escritura, cesa de pleno derecho al expirar el tiempo por
el cual se reputa hecho según el artículo precedente.
Art. 1776.- Si a la terminación del arrendamiento rural hecho por
escrito queda y es dejado el colono en posesión, se realiza enton-
ces un nuevo arrendamiento cuyo efecto queda regulado por el
artículo 1774.
Art. 1777.- El colono saliente debe dejar al nuevo, que le sucede
en el cultivo, las habitaciones limpias y las demás facilidades para
los trabajos del año siguiente; recíprocamente, el colono entrante
debe suministrar al saliente sitios propios y demás facilidades para
el consumo y conservación de forrajes, y para las recolecciones que
queden por hacer. En cualquiera de los dos casos deben conformar-
se con el uso establecido en el lugar.
Art. 1778.- El colono saliente debe también dejar la paja y abonos
del año, si los recibió después de entrar en el disfrute del arren-
damiento; y aun cuando no los haya recibido, podrá el propietario
retenerlos por la tasación.

CAPÍTULO III
De la locación de obra e industria
Art. 1779.- (Modificado por la Ley 2920, de fecha 11 de junio de
1951, G.O. 7309-bis) Existen tres clases principales de locación de
obras e industria: 1ro. la de trabajadores que se obligan al servicio

ÍNDICE POR 361


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de cualquiera; 2do. la de los conductores, lo mismo de tierra que de


agua, que se encargan de la conducción de las personas o transpor-
te de las mercancías; 3ro. la de los contratistas de obras por ajuste
o precio alzado.
SECCIÓN I
De la contratación de criados y obreros.
Art. 1780.- (Modificado por la Ley 2920, de fecha 11 de junio de
1951). Ninguno puede contratar sus servicios sino por cierto tiem-
po, o para una empresa determinada.
Art. 1781.- (Modificado por la Ley 2920, de fecha 11 de junio de
1951). El dueño demandado es creído bajo juramento: en lo que se
refiere a la cuantía de la retribución, en el pago del salario del año
vencido, y en lo que haya dado a cuenta para el año corriente.

SECCIÓN II
De los conductores por tierra y por agua.
Art. 1782.- Los conductores están sujetos, para la guarda y conser-
vación de las cosas que se les confían, a las mismas obligaciones
que los fondistas, en la forma expresada en el título del depósito y
del secuestro.
Art. 1783.- No solamente son responsables de lo que han recibido
en su embarcación o carruaje, sino también de lo que les ha sido
entregado en el embarcadero o almacén, para ser colocado en su
barco o carruaje.
Art. 1784.- Son responsables de las pérdidas y averías de las cosas
que les han sido confiadas, a no ser que prueben que la pérdida o
avería fue efecto de caso fortuito o de fuerza mayor.
Art. 1785.- Los empresarios de transportes públicos por tierra o por
agua, y los de carruajes públicos, deben llevar registros del dinero,
efectos y paquetes de que se han encargado.

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Art. 1786.- Los empresarios y conductores de carruajes y transpor-


tes públicos, y los dueños de los buques, están además sujetos a
reglamentos particulares, que son los que constituyen la ley entre
aquéllos y el resto de los ciudadanos.

SECCIÓN III
De los ajustes y contratos a precio alzado.
Art. 1787.- Cuando uno se encarga de hacer una obra, puede con-
venir en que solamente prestará su trabajo o su industria, o que
también suministrará el material.
Art. 1788.- Cuando el constructor suministra el material, si en este
caso pereciere la cosa, por cualquier causa que fuese, antes de ser
entregada, la pérdida es para el mismo; a no ser que el dueño esté
en mora para recibir la obra.
Art. 1789.- En el caso en que el obrero ponga solamente trabajo o
industria, si pereciere la cosa, el artesano no es responsable sino
de su falta.
Art. 1790.- En el caso del artículo anterior, y aunque no hubiese
tenido el obrero ninguna culpa en la pérdida de la cosa antes de ser
entregada, y sin que el dueño estuviere en mora de verificarla, no
podrá aquél exigir ninguna clase de jornal, a no ser que la pérdida
hubiere sido causada por vicio del material.
Art. 1791.- Tratándose de una obra de muchas piezas o a la medida,
puede la verificación hacerse por partes, reputándose ésta hecha
por todas las que se han pagado, si el dueño paga al obrero en
proporción a la obra hecha.
Art. 1792.- Si un edificio construido a precio alzado, pereciese en
todo o parte, por vicio en la construcción, o aun por el del terre-
no, son responsables por espacio de diez años el arquitecto y el
contratista.

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Art. 1793.- Cuando se hubiere encargado un arquitecto o contra-


tista de la construcción a destajo de un edificio, basado en un plan
determinado y convenido con el propietario del terreno, no podrán
aquéllos pedir un aumento de precio con pretexto de aumento en
la mano de obra o material, ni bajo el de cambios o ampliaciones
hechos en dicho plan, a menos que éstos hayan sido autorizados
por escritos y conviniendo el precio con el propietario.
Art. 1794.- El dueño puede por sola su voluntad rescindir el contrato
hecho a destajo, aunque la obra esté empezada, indemnizando al
contratista todos sus gastos, trabajos y todo lo que hubiera podido
ganar en dicha empresa.
Art. 1795.- El contrato de locación de obra se disuelve por la muer-
te del obrero, arquitecto o contratista.
Art. 1796.- Pero el dueño está obligado a pagar a su sucesión, en
parte proporcional al precio dado en el contrato, el valor de las
obras ejecutadas y el de los materiales preparados, solamente
cuando estos trabajos y materiales puedan serle útiles.
Art. 1797.- El contratista es responsable de todo lo que provenga
de las personas empleadas por él.
Art. 1798.- Los albañiles, carpinteros y demás artesanos que han
sido empleados en la construcción de un edificio que han sido em-
pleados en la construcción de un edificio, o de otra obra cualquiera
hecha por ajuste, no tienen acción contra aquél por cuya cuenta se
hace, sino hasta la concurrencia de lo que sea deudor con relación
al contratista en el momento en que ejerzan su acción.
Art. 1799.- Los albañiles, carpinteros, cerrajeros y demás artesanos
que hacen directamente contratos a precio alzado, están sujetos
a las reglas prescritas en la presente sección, considerándoseles
como contratistas en la parte que han sido objeto de su contrato.

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CAPÍTULO IV
De la aparcería pecuaria

SECCIÓN I
Disposiciones generales.

Art. 1800.- La aparcería pecuaria es un contrato por el cual una de


las partes da a la otra una porción de ganado, para que lo guarde
y mantenga con esmero, bajo las condiciones en que se hayan
convenido.
Art. 1801.- Hay varias clases de aparcerías pecuarias: la aparcería
simple; la aparcería dada al arrendatario o colono aparcero; y la
aparcería por mitad. Hay además el contrato a piso y cuido, que no
puede considerarse como aparcería.
Art. 1802.- Se puede dar en aparcería toda especie de animales que
sean susceptibles de acrecentamiento, o propios para la agricultura
o el comercio.
Art. 1803.- En el caso en que no haya convenio particular, estos
contratos se regularán por los principios siguientes.

SECCIÓN II
De la aparcería simple.

Art. 1804.- La aparcería pecuaria simple es un contrato por el cual


se entregan animales a determinada persona para que los guarde,
mantenga y cuide, con la condición de que el que los recibe ha de
aprovecharse de la mitad de su aumento, y sufrir también la mitad
de la pérdida que en ellos se experimente.
Art. 1805.- El precio dado a las cabezas de ganado en el arrenda-
miento, no transmite la propiedad al arrendatario; no tiene otro
objeto sino el de fijar la pérdida o beneficio que pueda encontrarse
al término de la aparcería.
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Art. 1806.- El aparcero debe prestar para la conservación del gana-


do, los cuidados de un buen padre de familia.
Art. 1807.- No es responsable de los casos fortuitos a no ser que a
éstos haya precedido alguna falta por su parte, sin la cual la pérdida
no hubiera tenido lugar.
Art. 1808.- Si surgiere litigio, debe el aparcero probar el caso for-
tuito, así como el dueño debe también por su parte, probar la falta
que imputa al aparcero.
Art. 1809.- El aparcero que hubiere sido declarado irresponsable del
caso fortuito, está obligado a dar cuenta de la piel de los animales.
Art. 1810.- Si pereciere por entero el ganado, no teniendo en ello
culpa el aparcero, sufrirá esta pérdida sólo el dueño. Si no pereciere
sino una parte, será para ambos la pérdida, según el precio que
se le hubiere dado al principio y el que tenga a la terminación del
contrato.
Art. 1811.- No se puede estipular que el aparcero sufra las conse-
cuencias de la pérdida total del ganado, aunque esto suceda por
caso fortuito en que no tenga culpa. Ni que tenga en ella una parte
mayor que en el beneficio. O que el dueño reportará a la conclusión
del contrato alguna cosa más de la que suministró. Cualquier con-
venio análogo es nulo.
El aparcero aprovecha para sí sólo la leche, el estiércol y trabajo de
los animales. La lana y el aumento se dividen.
Art. 1812.- El aparcero no puede disponer, sin el consentimiento del
dueño, ni éste sin el de aquél, de ningún animal de rebaño, ya sea
éste de los que figuraban en el contrato, o de los nacidos después.
Art. 1813.- Cuando se hace la aparcería pecuaria con el colono de
predio ajeno, se debe notificar el convenio al propietario del predio,
sin cuyo requisito podrá éste embargar el ganado y hacerlo vender
para cobrar lo que su colono le deba.
Art. 1814.- El aparcero no puede esquilar sin dar aviso al dueño.
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Art. 1815.- Si no se hubiese fijado tiempo para la duración del con-


trato, se reputará hecho por tres años.
Art. 1816.- El dueño puede pedir antes la rescisión, si no cumpliese
el aparcero sus obligaciones.
Art. 1817.- Al terminar el contrato o en el momento de rescindirse,
se hace una nueva tasación del ganado. El dueño puede tomar ani-
males de cualquier especie, hasta cubrir el importe de la primera
tasación, dividiéndose el resto. Si no hubiere bastantes cabezas
para cubrir la primera tasación, toma el dueño lo que haya, y las
partes se arreglarán con cuenta y razón por lo que falte.

SECCIÓN III
De la aparcería por mitad.
Art. 1818.- La aparcería por mitad es una sociedad en la cual cada
uno de los contratantes suministra la mitad de los animales, que-
dando éstos como comunes en sus beneficios y pérdidas.
Art. 1819.- El encargado del cuido aprovecha para sí, como en la
aparcería simple, la leche, el estiércol y trabajo de los animales. No
tiene derecho el otro socio sino a las lanas y el aumento que reciba
el ganado.
Cualquier convenio en contrario es nulo, a no ser que el segundo
sea dueño de la finca en que el primero es arrendatario o colono
aparcero.
Art. 1820.- Las demás reglas comprendidas en la aparcería simple,
son aplicables a la aparcería por mitad.

SECCIÓN IV
De la aparcería dada por el propietario a
su arrendatario o colono porcionero.

Párrafo I: De la aparcería dada al arrendatario.

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Art. 1821.- Este contrato es aquel en cuya virtud el dueño de una


finca rústica la da en arrendamiento, con la condición de que al
terminar el mismo deje el inquilino animales de un valor igual al de
la tasación de los que recibió.
Art. 1822.- La tasación del ganado que se da al arrendatario, no le
transmite la propiedad, pero, sin embargo, le hace responsable de
los riesgos del mismo ganado.
Art. 1823.- Todos los beneficios corresponden al arrendatario du-
rante el tiempo de su arrendamiento, no habiéndose convenido lo
contrario.
Art. 1824.- En estos contratos, el estiércol no forma parte de los
beneficios personales de los arrendatarios, sino que pertenecen a
la finca, en cuya explotación deben emplearse únicamente.
Art. 1825.- La pérdida, aunque sea total y por caso fortuito, es por
entero de cuenta del arrendatario, si no se hubiese convenido lo
contrario.
Art. 1826.- Al terminar el arrendamiento, no puede el arrendatario
retener el ganado pagando la tasación primitiva; debe dejar otro
de igual valor al que recibió. Si hubiere un déficit, debe pagarlo, y
solamente lo que sobrare es de su pertenencia.
Párrafo II: De la aparcería dada al colono porcionero.
Art. 1827.- Si pereciere el ganado completamente, sin tener en ello
culpa el colono, la pérdida es para el dueño.
Art. 1828.- Puede estipularse que el colono cederá al dueño su
parte en la lana, por un precio inferior al corriente; que el dueño
tendrá una parte mayor en los beneficios; que tendrá la mitad de
los productos de la leche; pero no puede convenirse en que el colo-
no experimentará toda la pérdida.
Art. 1829.- Este contrato termina con el arrendamiento de la finca.

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Art. 1830.- Está sometido además a todas las reglas de la aparcería


simple.

SECCIÓN V
Del contrato a piso y cuido.

Art. 1831.- Cuando se entregan una o muchas vacas para cuidarlas


y mantenerlas, conserva el dueño la propiedad de ellas, teniendo
sólo el beneficio de los becerros que nazcan.

TÍTULO IX
DEL CONTRATO DE SOCIEDAD

CAPÍTULO I
Disposiciones Generales
Art. 1832.- La sociedad es un contrato por el cual dos o más perso-
nas convienen poner cualquier cosa en común, con el mero objeto
de partir el beneficio que pueda resultar de ello.
Art. 1833.- Toda sociedad debe tener un objeto lícito, y ser contraí-
da en interés común de las partes. Cada uno de los asociados debe
aportar a ella dinero u otros bienes, o su industria.
Art. 1834.- Todos los contratos de sociedad deben hacerse por
escrito, cuando su objeto es de un valor que pasa de treinta pesos.
No se admite la prueba testimonial contra y además de lo que con-
tenga la escritura de sociedad, ni sobre lo que se alegue haberse
dicho antes, o en después de aquel acto, aun en el caso de tratarse
de una suma o valor menor de treinta pesos.
CAPÍTULO II
De las diversas especies de sociedades
Art. 1835.- Las sociedades son universales o particulares.
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SECCIÓN I
De las sociedades universales.

Art. 1836.- Se distinguen dos clases de sociedades universales; la


sociedad de todos los bienes presentes, y la sociedad universal de
ganancias.
Art. 1837.- La sociedad de todos los bienes presentes, es aquella
por la cual las partes ponen en común todos los bienes muebles
e inmuebles que en la actualidad poseen, y los beneficios que de
ellos puedan obtener. Pueden también las partes comprender en
ella cualquiera otra clase de ganancia; pero los bienes que pudie-
sen corresponderles por sucesión, donación o legado, no ingresan
en la sociedad sino en cuanto a su uso; está prohibida cualquier
clase de convenio que tienda a hacer entrar en ella la propiedad de
estos bienes, salvo entre esposos, y siendo conforme a lo que se ha
establecido con relación a éstos.
Art. 1838.- La sociedad universal de ganancias comprende todo lo
que las partes adquieran por su industria a cualquier título que sea,
en el tiempo que dure el contrato, comprendiéndose en ella los mue-
bles que cada uno de los asociados posea al tiempo de hacer aquél;
pero los inmuebles personales no ingresan sino en cuanto al uso.
Art. 1839.- El simple convenio de sociedad universal, sin más expli-
cación, no implica sino la sociedad universal de ganancias.
Art. 1840.- Ninguna sociedad universal puede efectuarse sino entre
personas respectivamente capaces de dar o de recibir la una de
la otra, y a quienes no esté prohibido beneficiarse en perjuicio de
otras personas.

SECCIÓN II
De la sociedad particular.
Art. 1841.- La sociedad particular es aquella que no se aplica sino
a cosas determinadas, o a su uso, o a los frutos que las mismas
pueden producir.
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Art. 1842.- El contrato por el cual se asocian muchas personas, ya


sea para una empresa concreta, o para el ejercicio de algún oficio o
profesión, es también una sociedad particular.

CAPÍTULO III
De los compromisos de los socios entre sí,
y con respecto a los terceros

SECCIÓN I
De los compromisos de los socios entre sí.

Art. 1843.- La sociedad empieza en el momento del contrato, si no


se designa en él otra época.
Art. 1844.- No habiéndose convenido el tiempo que ha de durar la
sociedad, se considera hecha por toda la vida de los asociados, con
la modificación establecida en el artículo 1869; y si se tratase de un
negocio de duración limitada, se considerará hecha por el tiempo
que dure dicho negocio.
Art. 1845.- Cada uno de los asociados es deudor a la sociedad por
todo lo que ha prometido aportar a ella. Cuando esta aportación es
de un objeto determinado, y a la sociedad ha sido vencida en juicio
por causa de éste, el asociado es responsable ante la sociedad, del
mismo modo que un vendedor lo es respecto del comprador.
Art. 1846.- El asociado que debiendo aportar una suma a la socie-
dad no lo hiciese, se convierte de pleno derecho, y sin que haya
demanda, en deudor de los intereses de esta suma, contados desde
el día en que debió pagarla. Sucede lo mismo respecto de las sumas
que hubiere tomado de la caja social, contándose desde el día en
que las tomó para su beneficio particular. Todo sin perjuicio de más
amplios daños y perjuicios, si a ello hubiere lugar.
Art. 1847.- Los asociados que se han comprometido a aportar
su industria a la sociedad, deben darle cuenta de las ganancias
ÍNDICE POR 371
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que hayan hecho por la clase de industria que es objeto de dicha


sociedad.
Art. 1848.- Cuando uno de los asociados es acreedor por cuenta
propia de una suma exigible, respecto de una persona que debe
a la sociedad una suma que sea también exigible, debe hacerse la
aplicación de lo que reciba de este deudor sobre el crédito de la
sociedad y sobre el suyo, en la proporción de ambos créditos, aun-
que el finiquito que se dé se suponga la aplicación integral sobre su
crédito particular; pero si expresase en el finiquito que la aplicación
se haría por entero sobre el crédito de la sociedad, se ejecutará
este convenio
Art. 1849.- Cuando uno de los asociados haya recibido su parte
del crédito común por entero, viniendo después a ser insolvente el
deudor, este socio está obligado a volver a poner en la masa común
lo que haya recibido, aunque hubiese dado finiquito especialmente
por su parte.
Art. 1850.- Cada uno de los asociados está obligado para con la
sociedad, por los daños que ésta haya sufrido por su culpa, sin que
pueda compensar estos daños con los beneficios que su industria
le haya proporcionado en otros negocios.
Art. 1851.- Si las cosas cuyo disfrute ha entrado en la sociedad, son
objetos ciertos y determinados que no se consumen por el uso,
quedan siempre bajo la responsabilidad del socio propietario. Si
estas cosas se consumen, si se deteriorasen guardándolas, si se hu-
bieren destinado para la venta o si se pusieron en la sociedad con
una tasación dada por inventario, quedan de cuenta y riesgo de la
sociedad. Si la cosa ha sido tasada, no puede el asociado reclamar
nada, sino el importe de la tasación.
Art. 1852.- Un asociado tiene acción contra la sociedad, no sola-
mente por las sumas que haya desembolsado por la misma, sino por
razón de las obligaciones que haya contraído de buena fe para los
negocios de la sociedad y de los riesgos consiguientes a su gestión.

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Art. 1853.- Cuando el acto de sociedad no determina la parte que


cada asociado ha de tener en ganancias o pérdidas, éstas serán
proporcionalmente a lo que pusieron en el capital social. La parte
que corresponde al que no ha llevado sino su industria, lo mismo
en las pérdidas que en las ganancias, se regula del mismo modo
que si lo que hubiese puesto en la comunidad fuese igual a la del
socio que puso menos.
Art. 1854.- Si han convenido los asociados en someterse al parecer
de uno de ellos o de un tercero para el arreglo de las partes, no
puede impugnarse este arreglo, a no ser evidentemente contrario
a la equidad. No se admite ninguna reclamación con este objeto, si
hubiesen transcurrido más de tres meses después que la parte que
se considera lesionada haya tenido conocimiento del arreglo, o si
éste hubiese tenido por su parte principio de ejecución.
Art. 1855.- El contrato que dé a uno de los asociados la totalidad
de los beneficios, es nulo. Sucede lo mismo con la estipulación que
exima de contribuir a las pérdidas, las sumas o efectos puestos en
el capital de la sociedad por uno o muchos de los asociados.
Art. 1856.- El socio que está encargado de la administración por
una cláusula especial del contrato de sociedad, puede, no obstante,
la oposición de los demás asociados, realizar todos los actos que
dependan de su administración, con tal que lo haga sin fraude.
Este poder no puede revocarse sin causa legítima, mientras dure la
sociedad; pero si se hubiese otorgado por acto posterior al contrato
de sociedad, se podrá revocar como si fuera un simple mandato.
Art. 1857.- Cuando están encargados de la administración muchos
asociados, sin que sean sus funciones determinadas, o sin que
se haya expresado que no pueda el uno obrar sin el otro, puede
entonces ejecutar cada cual separadamente todos los actos de la
administración.
Art. 1858.- Si se ha convenido en que uno de los administradores
no pueda hacer nada sin el otro, no puede ninguno sin un nuevo

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convenio obrar por si solo, en la ausencia del otro, aun cuando éste
estuviese imposibilitado actualmente para concurrir a los actos de
la administración.
Art. 1859.- Faltando estipulaciones especiales sobre el modo de
administrar, se seguirán las reglas siguientes: 1o. los socios están
considerados como si recíprocamente se hubiesen dado poder para
administrar uno por otro. Lo que hace cada uno es válido aún para la
parte de sus asociados, sin que se les haya pedido su consentimiento,
salvo el derecho que tienen estos últimos, o uno de ellos, para opo-
nerse a la operación antes que ésta se realice; 2o. cada uno de los
socios puede servirse de las cosas pertenecientes a la sociedad, con
tal que las emplee en el destino señalado por el uso, y no sirviéndose
de ellas en contra del interés de la sociedad o de manera que impida
a sus asociados usar de ellas según su derecho; 3o. cada socio tiene
derecho para obligar a sus coasociados a que hagan con él los gastos
necesarios para la conservación de las cosas de la sociedad; 4o. uno
de los asociados no puede hacer innovaciones en los inmuebles que
dependan de la sociedad, aun cuando las considere como ventajosas
a la dicha sociedad, caso de que los demás socios no consientan en
ellas.
Art. 1860.- El socio que no sea administrador, no puede enajenar
ni obligar las cosas, aunque sean mobiliarias, que dependan de la
sociedad.
Art. 1861.- Cada socio puede, sin el consentimiento de los demás,
asociarse una tercera persona relativamente a la parte que tenga
en la sociedad; pero no puede, aunque sea administrador, hacerla
ingresar en ella sin el consentimiento de los otros socios.

SECCIÓN II
De los compromisos de los socios respecto a los terceros.

Art. 1862.- En las sociedades distintas de las de comercio, no son


responsables los socios solidariamente de las deudas sociales, y
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ninguno de ellos puede obligar a los demás, si éstos no le han dado


poder para ello.
Art. 1863.- Están los socios obligados con el acreedor con quien
han contratado, cada uno por una suma y parte igual, aunque la
parte de uno de ellos en la sociedad fuese menor, si el acto no ha
restringido especialmente la obligación de éste con arreglo a esta
menor parte.
Art. 1864.- Cuando se estipula que la obligación está contraída por
cuenta de la sociedad, no obliga sino al socio contratante, y no a
los demás, a no ser que éstos le hayan dado poder, o que la cosa se
haya aplicado al beneficio de la sociedad.

CAPÍTULO IV
De las diferentes maneras como concluye la sociedad
Art. 1865.- Concluye la sociedad: 1o. por la terminación del tiempo
porque fue contratada; 2o. por la extinción de la cosa o por haberse
consumado la negociación; 3o. por la muerte de cualquiera de los
asociados; 4o. por la interdicción declarada o la insolvencia de uno
de ellos; 5o. por la voluntad que uno solo o muchos manifiesten de
no estar más en sociedad.
Art. 1866.- La prórroga de una sociedad de tiempo limitado, no se
puede probar sino por escrito que éste revestido de las mismas
formalidades que el contrato de sociedad.
Art. 1867.- Cuando uno de los socios ha prometido poner en común
la propiedad de una cosa, la pérdida sobrevenida antes de que lo
haya efectuado, produce la disolución de la sociedad respecto a
todos los socios. Queda disuelta la sociedad igualmente en todos
los casos por la pérdida de la cosa, cuando sólo el usufructo se ha
puesto en común, y la propiedad ha quedado en manos del socio;
pero la sociedad no se disuelve por la pérdida de la cosa, cuya pro-
piedad ya hubiese sido aportada a aquella.

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Art. 1868.- Habiéndose estipulado que en caso de muerte de uno de


los socios, continúe la sociedad con su heredero o solamente entre
los socios supervivientes, serán cumplidas estas condiciones: en el
segundo caso, el heredero del difunto no tiene derecho sino a la par-
ticipación de la sociedad teniendo en cuenta la situación de ésta en
el momento de la muerte, y sin tener participación en los derechos
ulteriores, sino cuando éstos sean una consecuencia necesaria de lo
que se había hecho antes de la muerte del socio a quien reemplaza.
Art. 1869.- No se efectúa la disolución de la sociedad por la volun-
tad de una de las partes, sino cuando los asociados lo están por
tiempo ilimitado, efectuándose por una renuncia notificada a todos
los socios, con tal que esta renuncia sea de buena fe y no se haya
hecho fuera de tiempo.
Art. 1870.- No es de buena fe la renuncia, cuando el socio la hace
para apropiarse él solo el beneficio que los socios se habían pro-
puesto obtener en común. Es fuera de tiempo, cuando no están las
cosas íntegras y convenga a la sociedad que su disolución se difiera.
Art. 1871.- No puede pedirse la disolución de las sociedades de
tiempo limitado por ninguno de los socios, antes del término con-
venido, a no ser que para ello existan justos motivos, tales como
faltar uno de los socios al cumplimiento de sus compromisos, o
que una enfermedad habitual le inhabilite para los negocios de la
sociedad u otros parecidos, cuya legitimidad y gravedad queda al
arbitrio de los jueces.
Art. 1872.- Las reglas concernientes a la partición de las sucesiones,
su forma y obligaciones que de ellas resultan entre los coherederos,
son aplicables a las particiones entre socios.

SECCIÓN I
Disposición relativa a las sociedades comerciales
Art. 1873.- Las disposiciones del presente título no son aplicables
a las sociedades de comercio, sino en los puntos que en nada se
oponen a las leyes y usos del comercio.
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TÍTULO X
DEL PRÉSTAMO
Art. 1874.- Hay dos clases de préstamos. El de las cosas que se
pueden usar sin destruirlas; y el de las cosas que se consumen por
el uso. La primera especie se llama préstamo a uso o comodato. La
segunda se llama préstamo de consumo o simplemente préstamo.

CAPÍTULO I
Del préstamo a uso o comodato
SECCIÓN I
De la naturaleza del préstamo a uso.

Art. 1875.- El préstamo a uso o comodato es un contrato, por el


cual una de las partes entrega una cosa a otro para servirse de
ella, con la obligación en el que la toma de devolverla después de
haberla usado.
Art. 1876.- Este préstamo es esencialmente gratuito.
Art. 1877.- El prestador conserva la propiedad de la cosa prestada.
Art. 1878.- Todo lo que está en el comercio y que no se consume
por el uso, puede ser objeto de este convenio.
Art. 1879.- Los compromisos que resultan del comodato, se trans-
miten a los herederos del que presta y a los del que recibió el
préstamo. Pero si no se hubiere prestado sino en consideración, y
personalmente al que toma el préstamo, sus herederos no pueden
continuar disfrutando la cosa prestada.

SECCIÓN II
De las obligaciones del que toma prestado.

Art. 1880.- El que toma prestado está obligado a velar, como buen
padre de familia, en la guardia y conservación de la cosa prestada.
ÍNDICE POR 377
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No puede hacer de ella sino el uso determinado por su naturaleza


o por el convenio; todo esto bajo pena de daños y perjuicios, si a
ello hubiere lugar.
Art. 1881.- Si el que recibió el préstamo emplease la cosa prestada
en distinto uso, o la retuviere un tiempo mayor del que debía, será
responsable de la pérdida ocasionada, aunque ocurriere por caso
fortuito.
Art. 1882.- Si la cosa prestada pereciese por caso fortuito, y el que
la toma a préstamo hubiera podido conservarla empleando la suya
propia, o si en el caso de no poder conservar sino una de las dos,
ha dado la preferencia a la suya, es responsable de la pérdida de la
otra
Art. 1883.- Si la cosa fue tasada en el préstamo, la pérdida que so-
brevenga, aunque sea por caso fortuito, es de cuenta del que tomó
prestado, si no se hubiere convenido nada en contrario.
Art. 1884.- Si se deteriorase la cosa sólo por efecto del uso para que
ha sido prestada, no habiendo culpa alguna por parte del que la
tomó, éste no es responsable del deterioro que experimenta.
Art. 1885.- El que toma prestado no puede retener la cosa en com-
pensación de lo que le deba el prestamista.
Art. 1886.- Si para usar la cosa ha hecho algún gasto el que la tomó
prestada, no puede exigir indemnización.
Art. 1887.- Si conjuntamente muchos han recibido prestada la mis-
ma cosa, son responsables solidariamente para con el prestador.

SECCIÓN III
De las obligaciones del que presta a uso.

Art. 1888.- No puede el que presta retirar la cosa prestada, hasta


después del término convenido, o si no hubiere convenio, hasta
después que haya servido para el uso para que se tomó prestada.

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Art. 1889.- Sin embargo, si durante este término, o antes que cesase
la necesidad del que recibió el préstamo, ocurriere al prestador una
necesidad apremiante e imprevista del objeto prestado, puede el
juez, según las circunstancias, obligar al primero a que la devuelva.
Art. 1890.- Si durante el tiempo del préstamo, el que la tomó en
este sentido se ha visto obligado a hacer algún gasto extraordinario,
necesario para la conservación de la cosa, y de tal manera urgente
que no haya tenido tiempo de avisar al prestador, quedará éste
obligado a reembolsarle
Art. 1891.- Cuando la cosa prestada tiene tales defectos que pueda
causar perjuicios al que se sirve de ella, es responsable el prestador
si los conocía y no se los advirtió al que la tomó prestada.

CAPÍTULO II
Del préstamo de consumo o
simple préstamo

SECCIÓN I
De la naturaleza del préstamo de consumo.

Art. 1892.- El préstamo de consumo es un contrato, por el cual una


de las partes entrega a otra cierta cantidad de cosas que se con-
sumen por el uso, quedando obligada esta última a devolver otro
tanto de la misma especie y calidad.
Art. 1893.- Por efecto de éste préstamo, se convierte el que la tomó
prestada en dueño de la misma; y es de su cuenta si perece, en
cualquier forma que la pérdida ocurra.
Art. 1894.- No se puede dar, a título de préstamo de consumo,
cosas que, aunque de la misma especie, difieren en el individuo,
como los animales: éste es entonces un préstamo a uso.

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Art. 1895.- La obligación que resulta de un préstamo en dinero,


nunca es sino de la suma numérica expresada en el contrato. Si
hubiese aumento o disminución de especies antes de la época
del pago el deudor debe devolver la suma numérica prestada, y
solamente esta suma en las especies corrientes en el momento del
pago.
Art. 1896.- No tiene lugar la regla dada en el artículo precedente, si
el préstamo se hizo en lingotes o barras.
Art. 1897.- Si lo que se prestó fueron lingotes o géneros, cualquiera
que sea el aumento o disminución de su precio, el deudor debe
restituir siempre la misma cantidad y calidad, y no debe restituir
sin eso.
SECCIÓN III
De las obligaciones del prestador.

Art. 1898.- En el préstamo de consumo, el prestador queda obliga-


do a la responsabilidad que se establece en el artículo 1891, para
préstamo a uso.
Art. 1899.- El prestador no puede reclamar las cosas prestadas
antes del término convenido.
Art. 1900.- Si no se hubiere fijado término para la devolución,
puede el juez conceder un plazo al que tomó prestado, según las
circunstancias.
Art. 1901.- Si solamente se hubiese convenido en que pagase el
que tomó a préstamo, cuando pudiere o cuando tuviese medios, le
fijará el juez un término para el pago, según las circunstancias.
SECCIÓN III
De las obligaciones del que toma a préstamo.
Art. 1902.- El que toma a préstamo está obligado a devolver las
cosas prestadas en la misma cantidad y calidad, y el término
convenido.
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Art. 1903.- Si se viese en la imposibilidad de hacerlo, queda obli-


gado a pagar el valor, teniendo en cuenta el tiempo y sitio en que
debió devolverse la cosa, según el contrato. Si no se hubiesen fijado
ni el tiempo ni el sitio, se hará el pago al precio que tuviere la cosa
al tiempo y en el lugar en donde se verificó el préstamo.
Art. 1904.- Si el que tomó prestado no devolviese las cosas pres-
tadas o su valor en el término convenido, deberá pagar intereses
desde el día en que fuese demandado judicialmente.

CAPÍTULO III
Del préstamo con interés
Art. 1905.- Es permitido estipular intereses para el simple présta-
mo, ya se éste en dinero o en géneros, o de otras cosas mobiliarias.
Art. 1906.- Si el que tomó prestado hubiese pagado intereses que
no se habían estipulado no puede exigir su devolución ni imputarlo
sobre el capital.
Art. 1907.- El interés es legal o convencional. El interés legal se de-
terminará por la ley. El interés convencional puede ser mayor que
el que fije la ley, siempre que ésta no lo prohíba. El tipo de interés
convencional debe fijarse por escrito.
Art. 1908.- La carta de pago dada por el capital sin reserva de los in-
tereses, se hace presumir el pago de éstos, y produce la liberación.
Art. 1909.- Puede estipularse un interés, mediante un capital que
el prestador se obliga a no pedir. En este caso, el préstamo toma el
nombre de constitución de renta.
Art. 1910.- Esta renta puede ser de dos maneras: perpetua o
vitalicia.
Art. 1911.- La renta constituida a perpetuidad, es esencialmente
redimible. Pueden las partes convenir solamente en que la reden-
ción no se hará antes de un plazo que no podrá pasar de diez años,

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o sin haber advertido al acreedor en el término anticipado en que


hayan convenido.
Art. 1912.- El deudor de una renta constituida a perpetuidad, pue-
de ser obligado a la redención: 1o. si deja de llenar sus obligaciones
durante dos años; 2o. si no facilitase al prestador las garantías pro-
metidas en el contrato.
Art. 1913.- El capital de la renta constituida a perpetuidad, es tam-
bién exigible en caso de quiebra o insolvencia del deudor.
Art. 1914.- Las reglas concernientes a rentas vitalicias, se estable-
cen en el título de los contratos aleatorios.

TÍTULO XI
DEL DEPÓSITO Y DEL SECUESTRO

CAPÍTULO I
Del depósito en general y de sus diversas especies
Art. 1915.- El depósito en general es un acto por el cual se recibe
un objeto de otro, con obligación de guardarle y devolverle en
naturaleza.
Art. 1916.- Hay dos especies de depósitos: el depósito propiamente
dicho, y el secuestro.

CAPÍTULO II
Del depósito propiamente dicho

SECCIÓN I
De la naturaleza y esencia del contrato de depósito.

Art. 1917.- El depósito propiamente dicho es un contrato esencial-


mente gratuito.
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Art. 1918.- No puede tener por objeto sino cosas mobiliarias.


Art. 1919.- No es perfecto el contrato, sino por la tradición real o
ficticia de la cosa depositada. Basta la tradición ficticia, cuando el
depositario se hubiese ya asegurado con cualquier otro título, de la
cosa que se consiente en dejarle a título de depósito.
Art. 1920.- El depósito es voluntario o necesario.

SECCIÓN II
Del depósito voluntario

Art. 1921.- El depósito voluntario se constituye por el consenti-


miento recíproco de la persona que lo hace, y el del que lo recibe.
Art. 1922.- No puede hacerse regularmente el depósito voluntario,
sino por el propietario de la cosa depositada, o por su consenti-
miento expreso o tácito.
Art. 1923.- El depósito voluntario debe ser probado por escrito. La
prueba testimonial no se admite para el valor que exceda de treinta
pesos.
Art. 1924.- Cuando el depósito que, pasando de treinta pesos, no
se pruebe por escrito, el que se ve atacado como depositario es
creído por su declaración, ya sea el hecho mismo del depósito, o
por la cosa que constituía su objeto, y también por el hecho de su
restitución.
Art. 1925.- El depósito voluntario no puede tener lugar sino entre
personas capaces de contratar. Sin embargo, si una persona capaz
de contratar acepta el depósito hecho por otra que esté incapaci-
tada para hacerlo, queda la primera comprometida con todas las
obligaciones de un verdadero depositario, pudiendo ser apremiada
por el tutor o administrador de la persona que ha hecho el depósito.
Art. 1926.- Si el depósito se hubiere hecho por una persona capaz
a una que no lo fuera, la que lo hubiere hecho no tiene más acción

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que la de reivindicación de la cosa depositada, mientras exista en


poder del depositario, o una acción de restitución hasta cubrir lo
que se ha convertido en beneficio de éste último.

SECCIÓN III
De las obligaciones del depositario

Art. 1927.- El depositario debe emplear en la custodia de la cosa


depositada, los mismos cuidados que tenga para con las cosas que
le pertenecen.
Art. 1928.- La disposición del artículo precedente debe aplicarse
con más rigor: 1o. si el depositario se ha ofrecido por sí mismo
para recibir el depósito; 2o. si hubiese estipulado un salario por
la guarda del mismo; 3o. si se hubiese hecho el depósito sólo en
interés del depositario; 4o. si se ha convenido expresamente en
que el depositario responda por cualquier clase de falta.
Art. 1929.- No es responsable el depositario, en ningún caso, por
los accidentes de fuerza mayor, a menos que se le haya constituido
en mora para restituir la cosa depositada.
Art. 1930.- No puede servirse de la cosa depositada, sin el permiso
expreso o presunto del que realiza el depósito.
Art. 1931.- No debe tratar de descubrir qué cosas son las que han
sido depositadas, si le han sido confiadas en una caja cerrada o bajo
sobre cerrado.
Art. 1932.- El depositario debe devolver idénticamente la misma
cosa que ha recibido. Por lo tanto, el depósito de sumas en mone-
da, debe devolverse en las mismas clases en que se ha hecho, ya
sea en el caso de aumento o disminución de su valor.
Art. 1933.- El depositario no está obligado a devolver la cosa de-
positada, sino en el estado en que se encuentre en el momento de
la restitución. Los deterioros que haya sufrido, no siendo éstos por
culpa suya, son de cuenta del que hizo el depósito.
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Art. 1934.- El depositario a quien la cosa le fue quitada por fuerza


mayor, y que hubiese recibido un precio o alguna cosa en su lugar,
debe restituir lo que ha recibido en cambio.
Art. 1935.- El heredero del depositario que ha vendido de buena fe
la cosa, cuyo depósito ignoraba, no está obligado sino a devolver el
precio que recibió, o a ceder su acción contra el comprador, si no
hubiere percibido aquél.
Art. 1936.- Si la cosa depositada ha producido frutos que hubieran
sido percibidos por el depositario, está obligado a restituirlos. No
deben ningún interés por el dinero depositado, a no ser desde el
día en que se le puso en mora para hacer la restitución.
Art. 1937.- No debe el depositario restituir la cosa depositada, sino
a aquel que se la confió, o a aquel en cuyo nombre se hizo el depó-
sito, o a quien se ha indicado para recibirla.
Art. 1938.- No puede exigir a quien ha hecho el depósito la prueba
de que es propietario de la cosa depositada. Sin embargo, si des-
cubre que la cosa ha sido robada y cuál es su verdadero propie-
tario, debe manifestar a éste el depósito que se le ha hecho, con
requerimiento de reclamarla en un plazo determinado y suficiente.
Si aquel a quien se hizo la denuncia descuida reclamar el depósito,
queda el depositario legalmente libre por la entrega que haga a
aquel en quien recibió el depósito.
Art. 1939.- En caso de muerte de la persona que hizo el depósi-
to, la cosa depositada no puede entregarse sino a su heredero. Si
hubiese muchos herederos, debe volverse a cada uno de ellos su
parte y porción. Si la cosa depositada no puede dividirse, deben los
herederos ponerse de acuerdo para recibirla.
Art. 1940.- (Modificado por la Ley 390 del 14 de diciembre de
1940, G. O. 5535). Si la persona que ha hecho el depósito cambia
de estado, como por ejemplo, si la mujer, soltera en el momento de
hacer el depósito se casa después; si el mayor de edad depositante
cayese en interdicción; en todos estos casos y en los demás de la
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misma naturaleza, no puede restituirse el depósito sino al que ten-


ga la administración de los derechos y los bienes del depositante.
Art. 1941.- Si se hubiere hecho el depósito por un tutor, un mari-
do o un administrador, con una de estas cualidades, no podrá ser
devuelto sino a la persona a quien representaba el tutor, marido
o administrador, si hubiere concluido su gestión o administración.
Art. 1942.- Si el contrato de depósito designare el lugar en que
debe hacerse la restitución, está obligado el depositario a llevar a él
la cosa depositada. Si hubiese gastos de transporte, son de cuenta
del que hizo el depósito.
Art. 1943.- Si no designa el contrato el lugar de la restitución, ésta
debe hacerse en el mismo sitio en que se constituyó el depósito.
Art. 1944.- Debe entregarse el depósito al depositante, tan pronto
como lo reclame, aun cuando el contrato fije un plazo determinado
para la devolución, a menos que se haya hecho en manos del depo-
sitario un embargo u oposición a la entrega y al traslado de la cosa
depositada
Art. 1945.- Al depositario infiel no se le admite el beneficio de ce-
sión de bienes.
Art. 1946.- Cesan todas las obligaciones del depositario, cuando
llega a descubrir y a probar que es él mismo dueño de la cosa
depositada.

SECCIÓN IV
De las obligaciones de la persona
que hace el depósito.

Art. 1947.- El depositante está obligado a reintegrar al depositario


los gastos que haya hecho para la conservación de la cosa deposita-
da, y a indemnizarle todas las pérdidas que haya podido ocasionarle
el mismo.

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Art. 1948.- El depositario puede retener el depósito hasta que se le


pague por completo lo que se le deba, por razón del mismo.

SECCIÓN V
Del depósito necesario.

Art. 1949.- El depósito necesario es aquel que se ha hecho obligado


por cualquier accidente, tal como un incendio, ruina, saqueo, nau-
fragio o cualquier suceso imprevisto.
Art. 1950.- La prueba por testigos puede recibirse para el depósito
necesario, aun cuando se trate de un valor que pase de treinta
pesos.
Art. 1951.- El depósito necesario se rige además por todas las reglas
expresadas anteriormente.
Art. 1952.- Los posaderos o fondistas son responsables, como
depositarios de los efectos llevados por los viajeros que alberguen
en su casa; el depósito de esta clase de efectos se considera como
depósito necesario.
Art. 1953.- Son responsables del robo o daños de los efectos del
viajero, bien sea que el robo o daño se haya causado por los criados
o dependientes de la posada, o por las personas extrañas que no
sean familiares o visitantes del viajero.
Art. 1954.- No son responsables por los robos que se hayan hecho
con fuerza armada u otra fuerza mayor.

CAPÍTULO III
Del secuestro

SECCIÓN I
De las diversas clases de secuestro.

Art. 1955.- El secuestro es convencional o judicial.


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SECCIÓN II
Del secuestro convencional.

Art. 1956.- El secuestro convencional es el depósito que hacen dos


o más personas, de una cosa contenciosa, en poder de un tercero
que se obliga a devolverla después que se haya terminado el litigio,
a la persona a quien se declare el derecho de obtenerla.
Art. 1957.- El secuestro puede no ser gratuito.
Art. 1958.- Cuando es gratuito, estará sujeto a las reglas del depó-
sito propiamente dicho, salvas las diferencias que más adelante se
expresan.
Art. 1959.- El secuestro puede tener por objeto, no solamente efec-
tos mobiliarios, sino también inmuebles.
Art. 1960.- El depositario encargado del secuestro no puede ser
libertado de él antes que termine el litigio, a no ser con el consen-
timiento de todas las partes interesadas, o por una causa que se
juzgue legítima.

SECCIÓN III
Del secuestro o depósito judicial.

Art. 1961.- El secuestro puede ordenarse judicialmente: 1o. de los


muebles embargados a un deudor; 2o. de un inmueble o de una
cosa mobiliaria, cuya propiedad o posesión sea litigiosa entre dos o
más personas; 3o. de las cosas que un deudor ofrece para obtener
su liberación.
Art. 1962.- El nombramiento de depositario judicial produce entre
éste y el ejecutante obligaciones recíprocas. El depositario debe
emplear en la conservación de los efectos embargados, el cuidado
de un buen padre de familia. Debe presentarlos, ya sea en descargo
del ejecutante para la venta, o de la parte contra la cual se han
realizado las ejecuciones, si se levanta el embargo. La obligación

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del ejecutante consiste en pagar al depositario el salario fijado por


la ley.
Art. 1963.- Se confía el secuestro judicial, bien sea a una persona
nombrada de común acuerdo entre las partes, o bien de oficio por el
juez. En uno y otro caso, aquel a quien se le ha confiado la cosa, queda
sujeto a todas las obligaciones que implica el secuestro convencional.

TÍTULO XII
DE LOS CONTRATOS ALEATORIOS
Art. 1964.- El contrato aleatorio es un convenio recíproco, cuyos
efectos de pérdidas y beneficios, ya sea por todas las partes o para
una o muchas de ellas, depende de un suceso incierto. Tales son, el
contrato de seguro, el préstamo a la gruesa, el juego y apuesta y el
contrato de renta vitalicia. Se regulan los dos primeros por las leyes
marítimas.

CAPÍTULO I
Del juego y de la apuesta
Art. 1965.- La ley no concede ninguna acción por una deuda de
juego ni para el pago de la apuesta.
Art. 1966.- (Modificado por la Ley 809 del 10 de febrero de 1945,
G. O. 6212). Se exceptúan de la disposición precedente, los juegos a
propósito para ejercitarse en el uso de las armas, las carreras a pie o
a caballo que estuvieren autorizadas por los reglamentos públicos,
o en carros, el juego de pelota y otros de la misma especie, que
tiendan a la ligereza y ejercicio del cuerpo. Sin embargo, el tribunal
puede desechar la demanda, cuando la suma le parezca excesiva.
Art. 1967.- En ningún caso puede el que haya perdido, repetir lo
que pagó voluntariamente, a no ser que por parte del que ganó
haya habido dolo, superchería o estafa.

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CAPÍTULO II
Del contrato de renta vitalicia

SECCIÓN I
De las condiciones que se requieren
para la validez del contrato.

Art. 1968.- La renta vitalicia puede constituirse a título oneroso,


mediante una cantidad en metálico, o por una cosa mobiliaria valo-
rable, o por un inmueble.
Art. 1969.- Dicha renta vitalicia puede también constituirse a título
puramente gratuito, por donación intervivos o por testamento.
Debe entonces revestirse con las formas requeridas por la ley.
Art. 1970.- En el caso del artículo precedente, la renta vitalicia es
reducible, si excediese de lo que se permite disponer: es nula, si es
en provecho de una persona inhábil para recibir.
Art. 1971.- Puede constituirse la renta vitalicia, bien sea en cabeza
del que ha dado el precio, o en cabeza de un tercero que no tenga
ningún derecho a disfrutar de ella.
Art. 1972.- Puede constituirse en cabeza de una o varias personas.
Art. 1973.- Puede constituirse en beneficio de un tercero, aunque
el precio sea suministrado por otra persona. En este último caso,
aunque tenga los caracteres de una liberalidad, no está sujeta a las
formas que se requieren para las donaciones, excepto en los casos
de reducción y nulidad enunciados en el artículo 1970.
Art. 1974.- Todo contrato de renta vitalicia, creado en cabeza de
una persona que ya había muerto en el día de dicho contrato, no
produce ningún efecto.
Art. 1975.- Sucede lo mismo respecto del contrato por el cual se
ha constituido la renta en cabeza de una persona que estuviese

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ya atacada de la enfermedad de que al cabo muere, dentro de los


veinte días siguientes a la fecha del contrato.
Art. 1976.- La renta vitalicia puede constituirse con el interés que
quieran fijar las partes contratantes.

SECCIÓN II
De los efectos del contrato
entre las partes contratantes.

Art. 1977.- Aquel en cuyo provecho se ha constituido la renta vi-


talicia, mediante un precio, puede pedir la restitución del contrato
si no le da el que la constituyó las garantías estipuladas para su
ejecución.
Art. 1978.- La falta de pago por rentas vencidas, no autoriza por sí
sola a aquel en cuyo favor están constituidas, para pedir reintegro
del capital ni a reintegrarse del predio enajenado por él; solamente
tiene derecho a embargar y hacer vender los bienes de su deudor,
y a hacer ordenar o consentir a cargo del producto de la venta la
inversión de una suma bastante para cubrir los réditos.
Art. 1979.- El que constituyó la renta no puede librarse del pago
de la misma, ofreciendo reintegrar el capital y renunciando a la
repetición de las rentas pagadas; está obligado a continuar pagan-
do la renta durante toda la vida de la persona o personas en cuya
cabeza fue constituida, cualquiera que sea la duración de la vida
de dichas personas y por oneroso que pueda hacérsele el pago de
la renta.
Art. 1980.- La renta vitalicia no se adquiere por el propietario, sino
en proporción al número de días que ha vivido. Sin embargo, ha-
biéndose convenido que le será pagada por adelantado, el término
en que debe hacerse está vencido desde el día en que ha debido
hacerse el pago.

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Art. 1981.- No se puede estipular que la renta vitalicia estará libre


de embargo, sino en el caso de haberse constituido a título gratuito.
Art. 1982.- La renta vitalicia no queda extinguida por la interdicción
legal del propietario.
Art. 1983.- El propietario de una renta vitalicia no puede pedir los
réditos de ella, si no justifica su propia existencia o la de la persona
en cuya cabeza fue constituida.

TÍTULO XIII
DEL MANDATO

CAPÍTULO I
De la naturaleza y forma del mandato
Art. 1984.- El mandato o procuración es un acto por el cual una
persona da a otra poder para hacer alguna cosa por el mandante
y en su nombre. No se realiza el contrato sino por aceptación del
mandatario.
Art. 1985.- El mandato puede conferirse por acto auténtico o bajo
firma privada, aun por carta. Puede también conferirse verbalmen-
te; pero la prueba testimonial respecto de él, no puede recibirse
sino conforme al título de los contratos o de las obligaciones con-
vencionales en general. La aceptación del mandato puede no ser
sino tácita, resultando de la ejecución que al mismo mandato haya
dado el mandatario.
Art. 1986.- El mandato es gratuito, cuando no existe convenio en
contrario.
Art. 1987.- El mandato es especial para un negocio o para ciertos ne-
gocios solamente, o general para todos los negocios del mandante.
Art. 1988.- El mandato concebido en términos generales, no com-
prende sino los actos de administración. Si se tratase de enajenar o
ÍNDICE POR 392
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hipotecar, o de cualquier otro acto de propiedad, el mandato debe


ser expreso.
Art. 1989.- El mandatario no puede hacer nada que exceda de lo
contenido en el mandato; el poder para transigir, no comprende el
de comprometer.
Art. 1990.- Las mujeres y los menores emancipados, pueden ser
escogidos para mandatarios; pero el mandante no tiene acción
contra el mandatario menor de edad, sino según las reglas genera-
les relativas a las obligaciones de menores; y contra la mujer casada
que ha aceptado el mandato sin la autorización de su marido, sino
según las reglas establecidas en el título del contrato de matrimo-
nio y de los respectivos derechos de los esposos.

CAPÍTULO II
De las obligaciones del mandatario
Art. 1991.- Está obligado el mandatario a cumplir el mandato,
mientras que esté encargado de él, y es responsable de los daños y
perjuicios que puedan resultar por su falta de ejecución. Está tam-
bién obligado a terminar lo comenzado en el tiempo de la muerte
del mandante, si hubiese algún peligro en la demora.
Art. 1992.- No solamente es responsable el mandatario del dolo,
sino también por las faltas que cometa en su gestión. Sin embargo,
la responsabilidad relativa a las faltas se exigirá con menos rigor
cuando el mandato sea gratuito, que cuando se reciba un salario
por este concepto.
Art. 1993.- Todo mandatario tiene obligación de dar cuenta de su
gestión, y de satisfacer al mandante sobre todo lo que haya recibido
por consecuencia de su poder, aun cuando lo recibido no se debiera
al mandante.
Art. 1994.- El mandatario responde de aquel a quien pone en su
lugar para la gestión: 1o. cuando no ha recibido poder para hacerse
ÍNDICE POR 393
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sustituir; 2o. cuando le ha sido conferido el poder sin designar per-


sona, y la que hubiere escogido fuere notoriamente incapaz o in-
solvente. En cualquier caso puede el mandante obrar directamente
contra la persona en quien sustituyó el mandatario.
Art. 1995.- Cuando hay muchos que están provistos de poder, o
mandatarios nombrados por el mismo acto, no existe entre ellos
solidaridad sino cuando esté expresada.
Art. 1996.- El mandatario debe el interés de las sumas que haya
empleado en su uso, desde la fecha en que lo hizo, y también de
lo que deba por residuos, contándose desde el día en que se le
constituyó en mora.
Art. 1997.- El mandatario que ha dado bastante conocimiento de
sus poderes a la parte con quien trata en concepto de tal, no está
obligado a prestar ninguna garantía por lo que haya hecho de más,
sino se sometió a ello personalmente.

CAPÍTULO III
De las obligaciones del mandante
Art. 1998.- El mandante está obligado a ejecutar los compromisos
contraídos por el mandatario, conforme al poder que le haya dado.
No puede obligársele por lo que se haya hecho fuera de los límites
de aquél, mientras no lo haya ratificado expresa o tácitamente.
Art. 1999.- El mandante debe reintegrar al mandatario los adelan-
tos y gastos que éste hubiere hecho para la ejecución del mandato,
y pagarle los salarios que le haya prometido. En el caso de no haber
ninguna falta que pueda imputarse al mandatario, no puede el
mandante dejar de hacer estos reintegros y pagos, aun en el caso
en que el negocio no haya tenido buen éxito, ni hacer rebajar el
total de gastos y adelantos bajo pretexto de que hubieran podido
ser menores.

ÍNDICE POR 394


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Art. 2000.- El mandante debe también indemnizar al mandatario


por las pérdidas que haya sufrido por causa de su gestión, si es que
éstas no se pueden imputar a imprudencia alguna.
Art. 2001.- El interés de los adelantos hechos por el mandatario, se
debe por el mandante desde el día en que consten estos adelantos.
Art. 2002.- Cuando el mandatario ha sido nombrado por muchas
personas para un negocio común, está obligada cada una de ellas
solidariamente con relación a él en todos los efectos del mandato.

CAPÍTULO IV
De las diferentes maneras de concluir el mandato
Art. 2003.- Concluye el mandato: por la revocación del mandatario,
por su renuncia, por la muerte, la interdicción o la insolvencia, bien
sea del mandante o del mandatario.
Art. 2004.- El mandante puede revocar el mandato cuando le pa-
rezca oportuno, y obligar al mandatario si hubiere lugar a ello, a
que le entregue el documento o escrito en que conste la prueba
del mandato.
Art. 2005.- La revocación que se ha notificado solamente al man-
datario, no puede oponerse a los terceros que hayan tratado ig-
norando esta revocación, salvo el recurso del mandante contra el
mandatario.
Art. 2006.- El nombramiento de un nuevo mandatario para el mis-
mo asunto, equivale a la revocación del primero desde el día en que
a éste se le notificó.
Art. 2007.- Puede el mandatario renunciar al mandato, notificán-
doselo al mandante. Sin embargo, si la renuncia perjudicase a éste,
deberá ser indemnizado por el mandatario, a no ser que éste se
encuentre en la imposibilidad de continuar en el ejercicio del man-
dato, sin experimentar un perjuicio considerable.

ÍNDICE POR 395


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Art. 2008.- Si ignorase el mandatario la muerte del mandante o


cualquiera otra de las causas que hacen cesar el mandato, es válido
lo que haya hecho en esta ignorancia.
Art. 2009.- En los casos anteriores, se ejecutan los compromisos
respecto de los terceros de buena fe.
Art. 2010.- En caso de muerte del mandatario, deben avisar sus
herederos al mandante, y proveer entre tanto a lo que las circuns-
tancias exijan en beneficio de éste.

TÍTULO XIV
DE LA FIANZA

CAPÍTULO I
De la naturaleza y extensión de la fianza
Art. 2011.- El que presta fianza por una obligación, se obliga respec-
to al acreedor a cumplir la misma, si no lo hiciese el deudor.
Art. 2012.- La fianza no puede constituirse sino por una obligación
válida. Se puede, sin embargo, prestar fianza por una obligación,
aunque pueda ésta anularse por una excepción puramente perso-
nal al obligado; por ejemplo, en el caso de menor edad.
Art. 2013.- La fianza no puede exceder de lo que deba el deudor,
ni otorgarse en condiciones más onerosas. Puede contratarse para
solamente una parte de la deuda y bajo condiciones menos one-
rosas. La fianza que exceda a la deuda o que esté contratada en
condiciones más gravosas, no es nula; es únicamente reducible en
proporción de la obligación principal.
Art. 2014.- Se puede ser fiador sin orden de aquel por quien se
obliga, y aun sin su noticia. Se puede también prestar fianza no
solamente por el deudor principal, sino también por el que sea su
fiador.

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Art. 2015.- La fianza no se presume, debe ser expresa; sin que


pueda extenderse más allá de los límites dentro de los cuales se
constituyó.
Art. 2016.- La fianza indefinida de una obligación principal, se
extiende a todos los accesorios de la deuda, y aun las costas de
la primera demanda, y a todas las posteriores a la intimación o
notificación hecha al fiador.
Art. 2017.- Los compromisos de los fiadores pasan a sus herederos.
Art. 2018.- El deudor que se obligó a prestar fianza, debe presentar
una persona que tenga capacidad de contratar, que posea capital
suficiente para responder al objeto de la obligación, y cuyo domi-
cilio esté dentro del territorio del tribunal en que deba la fianza
constituirse.
Art. 2019.- La solvencia de un fiador se estimará teniendo en cuenta
sus bienes inmuebles, con excepción de los asuntos de comercio y
de aquellos en que sea módica la deuda. No se tienen en cuenta los
inmuebles litigiosos, ni aquellos cuya excusión se haga muy difícil
por lo lejano de su situación.
Art. 2020.- Cuando la fianza recibida por el acreedor, voluntaria o
judicialmente, ha llegado después a ser insolvente, debe constituir-
se otra. Se exceptúa de esta regla únicamente, el caso en que la
fianza se haya dado en virtud de un convenio, por el cual el acree-
dor ha exigido determinada persona para fiador.

CAPÍTULO II
De los efectos de la fianza

SECCIÓN I
De los efectos de la fianza entre el acreedor y el fiador.

Art. 2021.- El fiador no está obligado respecto al acreedor a pa-


garle sino a falta del deudor, en cuyos bienes debe hacerse previa
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excusión, a no ser que el fiador haya renunciado a este beneficio o


que esté obligado solidariamente con el deudor; en cuyo caso, los
efectos de su obligación se regulan por los principios que se han
establecido para las deudas solidarias.
Art. 2022.- El acreedor no está obligado a usar de la excusión contra
el deudor principal, sino cuando lo exija el fiador, en vista de los
primeros procedimientos contra él intentados.
Art. 2023.- El fiador que reclama la exclusión, debe indicar al acree-
dor los bienes del deudor principal, y adelantar los fondos nece-
sarios para realizar aquélla. No debe indicar los bienes del deudor
principal que estén situados fuera del distrito judicial del punto en
que deba hacerse el pago, ni los bienes litigiosos, ni los hipotecarios
a la deuda que no estén ya en posesión del deudor.
Art. 2024.- Siempre que el fiador haya hecho la indicación de bienes
que se autoriza en el precedente artículo y suministrado los fondos
suficientes para la excusión, es responsable el acreedor, respecto
del fiador, hasta cubrir los bienes indicados, por la insolvencia del
deudor principal, sobrevenida por falta de procedimiento judicial.
Art. 2025.- Cuando muchas personas han salido fiadoras de un
mismo deudor, por una misma deuda, quedan obligadas cada una
por la totalidad de aquella.
Art. 2026.- Sin embargo, puede cada fiador, si no ha renunciado al
beneficio de división, exigir que el acreedor divida previamente su
acción, reduciéndola a la parte y porción de cada uno de ellos. Si al
tiempo en que uno de los fiadores ha hecho pronunciar la división
hubiese insolventes, esta fianza responderá proporcionalmente a
las insolvencias; pero su responsabilidad cesará en absoluto res-
pecto de las que sobrevengan después de la división.
Art. 2027.- Si el acreedor ha dividido por sí mismo y voluntariamen-
te su acción, no puede ya impugnar la división, aunque haya habido
fiadores insolventes con anterioridad a la división realizada.

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SECCIÓN II
De los efectos de la fianza entre el deudor y el fiador.

Art. 2028.- El fiador que ha pagado, puede recurrir contra el deudor


principal, ya se haya prestado la fianza con o sin su consentimiento.
Este recurso tiene lugar, no sólo por el principal, sino también por
los intereses y costas; sin embargo, el fiador no tiene el recurso sino
por las costas que haya hecho después de haber notificado al deu-
dor principal los procedimientos judiciales que contra su fianza se
dirigían. Tiene también acción por los daños y perjuicios, si hubiese
a ello lugar.
Art. 2029.- El fiador que ha pagado una deuda, se subroga en todos
los derechos que tenía el acreedor contra el deudor.
Art. 2030.- Cuando hubiere varios deudores principales solidarios
de una misma deuda, el fiador que se hizo responsable por todos
ellos, tiene contra cada uno el recurso de repetición por todo lo que
hubiere pagado.
Art. 2031.- El fiador que haya pagado por primera vez, no tiene re-
curso contra el deudor principal que hubiere pagado por segunda,
si no le hubiese dado conocimiento del pago que hizo, sin perjuicio
de poder repetir contra el acreedor.
Cuando el fiador haya pagado sin haberse procedido contra él, y
sin haber dado aviso al deudor principal, no tiene recurso contra
éste, si al tiempo del pago tenía el deudor medios para extinguir la
deuda, sin perjuicio de que pueda repetir contra el acreedor.
Art. 2032.- Puede el fiador obrar contra el deudor para que lo in-
demnice aun antes de haber pagado: 1o. cuando es demandado
judicialmente para el pago; 2o. cuando el deudor se declare en
quiebra o esté insolvente; 3o. cuando el deudor se haya obligado
a exonerarle de la fianza en un tiempo determinado; 4o. cuando
puede ser exigible la deuda por vencimiento del término para que
se había contraído; 5o. al cabo de diez años cuando la obligación

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principal no tenga término fijo para su vencimiento; a no ser que,


como sucede en una tutela, la obligación principal sea de tal natu-
raleza, que pueda extinguirse antes del tiempo determinado.

SECCIÓN III
De los efectos de la fianza entre los cofiadores.

Art. 2033.- Cuando muchas personas han fiado a un mismo deudor


para una misma deuda, el fiador que la haya pagado tiene recurso
contra los demás fiadores por la parte y porción de cada uno. Pero
este recurso no procede sino cuando el fiador haya pagado en uno
de los casos expuestos en el artículo precedente.

CAPÍTULO III
De la extinción de la fianza
Art. 2034.- La obligación que resulta de la fianza, se extingue por las
mismas causas que las demás obligaciones.
Art. 2035.- La confusión que tiene lugar en la persona del deudor
principal y su fiador cuando llega el uno a ser heredero del otro, no
extingue la acción del acreedor contra el que haya dado fianza por
el fiador.
Art. 2036.- Puede el fiador oponer al acreedor todas las excepcio-
nes que correspondan al deudor principal y que sean inherentes a
la deuda, no pudiendo interponer las que sean puramente perso-
nales al deudor.
Art. 2037.- El fiador queda libre cuando por causa del acreedor no
puede tener lugar en su favor la subrogación de derechos, hipote-
cas y privilegios que tenga dicho acreedor.
Art. 2038.- Queda también libre el fiador por la aceptación volunta-
ria que haya hecho el acreedor de un inmueble o de cualquier otro
efecto, como pago de la deuda principal, aunque el acreedor haya
sufrido la evicción por dicho inmueble o efecto.
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Art. 2039.- La simple prórroga de plazo acordada por el acreedor al


deudor principal, no exonera al fiador, quien puede, en este caso,
proceder contra el deudor.

CAPÍTULO IV
Del fiador legal y del fiador judicial
Art. 2040.- Siempre que una persona esté obligada, según la ley, o
por una sentencia, a presentar un fiador, han de concurrir en éste
las condiciones prescritas en los artículos 2018 y 2019.
Art. 2041.- Al que no puede encontrar un fiador, se le admite que
dé en su lugar una prenda de suficiente garantía.
Art. 2042.- El fiador judicial no puede pedir la excusión del deudor
principal.
Art. 2043.- El que ha afianzado simplemente al fiador judicial, no
puede pedir la excusión del deudor principal y del fiador.

TÍTULO XV
DE LAS TRANSACCIONES
Art. 2044.- La transacción es un contrato por el cual las partes ter-
minan un pleito comenzado, o evitan uno que pueda suscitarse.
Este contrato deberá hacerse por escrito.
Art. 2045.- Para transigir, es preciso tener capacidad de disponer de
los objetos que en la transacción se comprendan. El tutor no puede
transigir en nombre del menor o del que está sujeto a interdicción,
sino conforme al artículo 467, título de la menor edad, de la tutela
y de la emancipación; no pudiendo tampoco transigir con el menor
que ha llegado a la mayor edad, en lo relativo a la cuenta de su
tutela, sino según el artículo 472 del mismo título. Las municipali-
dades y establecimientos públicos no pueden transigir sin expresa
autorización del Gobierno.

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Art. 2046.- Se puede transigir sobre el interés civil que resulte de un


delito. La transacción no impide la acción pública.
Art. 2047.- Se puede agregar a la transacción, la estipulación de
una pena al que falte a su cumplimiento.
Art. 2048.- Las transacciones se concretan a su objeto; la renun-
cia que se haga de ellas a cualquier clase de derechos, acciones y
pretensiones, no se extiende a más de lo que se relaciona con la
cuestión que la ha motivado.
Art. 2049.- Las transacciones regulan únicamente las cuestiones
que están comprendidas en ellas, bien sea que las partes hayan
manifestado su intención en frases especiales o generales, o que se
reconozca esta intención como una consecuencia necesaria de lo
que se haya expresado.
Art. 2050.- Si el que hubiere transigido por propio derecho, adquie-
re en seguida uno semejante de otra persona, no está, en cuanto
a la facultad meramente adquirida, obligado por la transacción
anterior.
Art. 2051.- La transacción que hubiere hecho alguno de los intere-
sados, no obliga a los demás, ni puede oponerse por éstos.
Art. 2052.- Las transacciones tienen entre las partes la autoridad de
cosa juzgada en última instancia. No pueden impugnarse por error
de derecho, ni por causa de lesión.
Art. 2053.- Sin embargo, puede rescindirse una transacción cuando
haya error en la persona o en el objeto del litigio. Puede rescindirse
siempre que haya habido en ella dolo o violencia.
Art. 2054.- Procede igualmente la acción para rescindir una tran-
sacción, cuando se ha hecho en cumplimiento de un título nulo, a
no ser que las partes hayan tratado expresamente sobre la nulidad.
Art. 2055.- La transacción basada en documentos que después se
han reconocido falsos, es completamente nula.

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Art. 2056.- La transacción que se hace sobre un proceso concluido


por un fallo pasado en autoridad de cosa juzgada, del que no tenga
conocimiento una o todas las partes interesadas, es nulo. Pero si
el fallo que aún no conocían las partes, fuese susceptible de apela-
ción, será válido el contrato.
Art. 2057.- Cuando las partes han transigido en términos gene-
rales, para todos los negocios que puedan tener entre ellas, los
títulos que entonces les sean desconocidos y que posteriormente
descubran, no pueden ser motivo de rescisión, a no ser que estos
títulos se hubieren retenido por una de las partes. Pero será nula la
transacción, si sólo tuviese un objeto acerca del cual se justificase
por título nuevamente descubierto, que una de las partes no tenía
derecho alguno.
Art. 2058.- El error de cálculo cometido en una transacción, debe
repararse.

TÍTULO XVI
DEL APREMIO CORPORAL EN MATERIA CIVIL
Art. 2059.- El apremio corporal no tiene lugar por deuda que no
provenga de fraude o delito.
Art. 2060.- El apremio corporal tiene lugar en materia civil, por el
estelionato.
Art. 2061.- Hay estelionato, cuando se vende o se hipoteca un in-
mueble del que a sabiendas no se tiene la propiedad; cuando se
presentan como libres bienes hipotecados, o cuando se declaran
hipotecas inferiores a las que tengan estos bienes.
Art. 2062.- Del mismo modo tiene lugar el apremio corporal: 1o.
en el caso de reintegración, ordenada judicialmente por el aban-
dono de un predio cuyo dueño ha sido despojado de él, por vías
de hecho; por la restitución de los frutos que se hayan percibido
del predio, durante la posesión indebida, y por el pago de daños
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y perjuicios adjudicados al propietario; 2o. por la repetición de las


sumas consignadas en poder de personas públicas autorizadas al
efecto; 3o. por la manifestación de las cosas depositadas en manos
de los secuestrarios, comisarios y otros depositarios judiciales;
4o. contra todos los oficiales públicos por la presentación de sus
minutas, cuando ésta se hubiere mandado; 5o. contra los notarios,
apoderados y alguaciles por la restitución de títulos que se les hu-
biere confiado, y por el dinero que hubieren recibido de sus clientes
por razón de su cargo.
Art. 2063.- Los que por un fallo dado en acción petitoria, y que ha
adquirido la autoridad de cosa juzgada, hubieren sido condenados
a desalojar un predio y rehusasen obedecer, pueden por una se-
gunda sentencia quedar sujetos al apremio corporal, quince días
después de la notificación de la primera, hecha a la persona o en su
domicilio. Si el predio o la heredad estuviere a más de cinco leguas
del domicilio de la persona condenada, se añadirá un día más de los
quince por cada cinco leguas.
Art. 2064.- Fuera de los casos determinados en los artículos pre-
cedentes, queda prohibido a los jueces pronunciar la sentencia del
apremio corporal, y a los notarios y secretarios recibir actos en los
cuales esté estipulado, y a todos los ciudadanos el que consientan
en semejantes actos, aunque hayan sido convenidos en país extran-
jero: todo esto bajo pena de nulidad, gastos, daños y perjuicios.
Art. 2065.- El apremio corporal no puede pronunciarse contra los
menores, ni aun en los casos expresados anteriormente.
Art. 2066.- No puede pronunciarse contra los septuagenarios y las
mujeres, sino en los casos de estelionato. Basta que haya empe-
zado el primer día del año septuagésimo, para que tenga lugar la
excepción en favor del septuagenario. El apremio corporal por el
estelionato durante el matrimonio, no tiene lugar contra las muje-
res casadas, sino cuando están separadas de bienes, o cuando se
han reservado la libre administración de los que tienen y en razón a
los compromisos que a ellos se refieren. La mujer, que estando en
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comunidad, se hubiere obligado conjunta y solidariamente con su


marido, no podrá ser considerada como estelionataria por razón de
estos contratos.
Art. 2067.- El apremio corporal no puede aplicarse sino en virtud de
sentencia recaída a pedimento de parte, aun en el caso en que esté
autorizado por la ley.
Art. 2068.- La apelación no suspende el apremio corporal pronun-
ciado por una sentencia de ejecución provisional bajo fianza.
Art. 2069.- El haberse obtenido el apremio corporal, no impide ni
suspende los procedimientos y ejecuciones sobre los bienes.
Art. 2070.- No quedan, en manera alguna, derogadas las leyes
particulares que autorizan el apremio corporal en materia de ban-
carrota o quiebra fraudulenta, ni las leyes de policía correccional, ni
las concernientes a la administración de fondos públicos.

TÍTULO XVII
DEL CONTRATO DE EMPEÑO
Art. 2071.- El empeño es un contrato por el cual el deudor entrega
una cosa al acreedor para seguridad de la deuda.
Art. 2072.- El empeño de una cosa mobiliaria se llama prenda. El de
una cosa inmobiliaria se llama anticresis.

CAPÍTULO I
De la prenda
Art. 2073.- La prenda confiere al acreedor el derecho de hacerse
pagar sobre la cosa que constituye su objeto, con privilegio y prefe-
rencia a los demás acreedores.
Art. 2074.- Este privilegio no puede tener lugar, sino cuando exis-
ta una escritura pública o privada, debidamente registrada, que
contengas la declaración de la suma debida, así como también la
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naturaleza y especie de las cosas dadas en prenda, o un estado ane-


xo que indique sus cualidades, peso y medida. La redacción del acta
por escrito y su registro no se exigen, sin embargo, sino en materia
cuyo valor pase de treinta pesos.
Art. 2075.- El privilegio enunciado en el artículo precedente, no se
establece sobre los muebles incorporales, tales como los créditos
mobiliarios, sino por escritura pública o privada, que haya sido tam-
bién registrada y notificada al deudor del crédito dado en prenda.
Art. 2076.- De cualquier modo, el privilegio no subsiste sobre la
prenda, sino cuando ésta se ha puesto y ha quedado en poder del
acreedor, o de un tercero en que hubieren convenido las partes.
Art. 2077.- Puede darse la prenda por un tercero en lugar del
deudor.
Art. 2078.- No puede el acreedor, por falta de pago, disponer de la
prenda, sin perjuicio de que pueda hacer ordenar en justicia se le
entregue como pago hasta la debida concurrencia, según tasación
hecha por peritos, o que se venda en pública subasta. Cualquier
cláusula que autorice al acreedor para apropiarse la prenda o para
disponer de ella, sin las formalidades expresadas se considerará
nula.
Art. 2079.- Hasta la expropiación del deudor, si fuere procedente,
queda propietario de la prenda, la cual no es en manos del acreedor
sino un depósito que asegura el privilegio de éste.
Art. 2080.- Es responsable el acreedor de la pérdida o deterioro
de la prenda que hubieren sobrevenido por su negligencia, según
las reglas que se establece en el título de los contratos o de las
obligaciones convencionales en general. El deudor, por su parte,
debe abonar en cuenta al acreedor los gastos útiles y necesarios
que haya hecho para la conservación de la prenda.
Art. 2081.- Tratándose de un crédito dado en prenda y producien-
do aquél intereses, el acreedor imputará los mismos sobre los que

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puedan debérsele. Si la deuda para cuya seguridad fue dado el cré-


dito en prenda, no produjera interés, se hará la imputación sobre el
capital de la misma.
Art. 2082.- Excepto en el caso en que el detentador de la prenda
abuse de ella, no puede el deudor reclamar la devolución de la mis-
ma, sino después que haya pagado, no sólo el capital, sino también
los intereses y costas de la deuda, para cuya seguridad dio la prenda.
Si por falta del mismo deudor existiese a favor del mismo acreedor
otra deuda contraída posteriormente a la constitución de la pren-
da, y llegase aquella a poder exigir antes de que se realizara el pago
de la primera, no podrá obligarse al acreedor a que se deshaga de la
prenda antes de habérsele pagado ambas deudas, aun cuando no
exista ningún convenio afectándola al pago de la segunda.
Art. 2083.- La prenda es indivisible, sin embargo, de la divisibilidad
de la deuda entre los herederos del deudor a los del acreedor. El
heredero del deudor, que paga la parte que le correspondía en
la deuda, no puede pedir la restitución de su parte en la prenda,
mientras ésta no haya sido pagada por completo. Recíprocamente,
el heredero del acreedor que haya recibido la parte que le corres-
pondía en la deuda, no puede pedir la restitución de su parte en
la prenda, mientras ésta no haya sido pagada por completo. Recí-
procamente, el heredero del acreedor que haya recibido la parte
que en la deuda, le correspondía, no puede entregar la prenda en
perjuicio de sus coherederos que no hayan sido pagados.
Art. 2084.- Las disposiciones antedichas no son aplicables en mate-
ria de comercio, ni a las casas de préstamos sobre prendas autoriza-
das, que se rigen según las leyes y reglamentos que les conciernen.

CAPÍTULO II
De la anticresis
Art. 2085.- La anticresis no se establece sino por escrito. El acreedor
no adquiere por este contrato sino la facultad de percibir los frutos
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del inmueble, con obligación de aplicarlos anualmente a cuenta de


los intereses, si los hay, y después a cuenta del capital de su crédito.
Art. 2086.- El acreedor está obligado, si no se hubiere convenido en
otra cosa, al pago de las contribuciones y cargas anuales del inmue-
ble que tiene en anticresis. Debe igualmente, bajo pena de daños
y perjuicios, proveer a la conservación y las reparaciones útiles y
necesarias del inmueble, deduciendo, ante todo, de los frutos, los
gastos relativos a estos diversos objetos.
Art. 2087.- Antes del completo pago de la deuda, no puede el deu-
dor reclamar el goce del inmueble que ha puesto en anticresis. Pero
el acreedor que quiere desligarse de las obligaciones enunciadas
en el artículo precedente, puede siempre, a no ser que haya re-
nunciado a este derecho obligar al deudor a recobrar el goce de su
inmueble.
Art. 2088.- No se hace el acreedor propietario del inmueble por
solo la falta de pago en el término convenido: cualquiera cláusula
en contrario es nula pudiendo en este caso el acreedor proceder a
la expropiación de su deudor, por las vías legales.
Art. 2089.- Cuando han convenido las partes en que los frutos se
compensen con los intereses o totalmente o hasta cierta suma, se
cumplirá este convenio del mismo modo que cualquier otro que no
esté prohibido por la ley.
Art. 2090.- Las disposiciones de los artículos 2077 y 2083 se aplican
en la anticresis lo mismo que en la prenda.
Art. 2091.- Todo lo que se determina en el presente capítulo no
perjudicará en manera alguna los derechos que los terceros puedan
tener en el inmueble dado a título de anticresis. Si el acreedor que
posee este título tiene además sobre el predio, privilegios e hipo-
tecas legalmente establecidas y conservadas, ejerce estos derechos
en su orden y como cualquier otro acreedor.

ÍNDICE POR 408


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TÍTULO XVIII
DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS

CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 2092.- Todo el que se haya obligado personalmente, queda
sujeto a cumplir su compromiso con todos sus bienes muebles e
inmuebles, presentes y futuros.
Art. 2093.- Los bienes del deudor son la prenda común de sus
acreedores, distribuyéndose el precio entre ellos a prorrata, a me-
nos que existan entre los mismos causas legítimas de preferencia.
Art. 2094.- Las causas legítimas de preferencia son los privilegios e
hipotecas.
CAPÍTULO II
De los privilegios
Art. 2095.- El privilegio es un derecho que la calidad del crédito
da a un acreedor para ser preferido a los demás, aunque sean
hipotecarios.
Art. 2096.- Entre los acreedores privilegiados, se regula la preferen-
cia por las diferentes calidades de los privilegios.
Art. 2097.- Los acreedores privilegiados, que están en el mismo
rango, son pagados a prorrata.
Art. 2098.- Los privilegios por razón de derechos del tesoro público y el
orden en el cual se ejercen, se regulan por las leyes que les conciernen.
El tesoro público no puede, sin embargo, obtener privilegio en
perjuicio de los derechos anteriormente adquiridos por terceros.
Art. 2099.- Los privilegios pueden recaer sobre los muebles o sobre
los inmuebles.
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SECCIÓN I
De los privilegios sobre los muebles.

Art. 2100.- Los privilegios son o generales o particulares sobre cier-


tos muebles.
Párrafo I: De los privilegios generales sobre los muebles.
Art. 2101.- Los créditos privilegiados sobre la generalidad de los
muebles, son los que se expresan y ejercen en el orden siguiente:
1o. las costas judiciales; 2o. los gastos de funeral; 3o. cualquier gas-
to que corresponda a la última enfermedad, en concurrencia entre
aquellos a quienes se debe; 4o. los salarios de los criados por el año
vencido y por los que se deben por el corriente; 5o. los suministros
hechos al deudor y a su familia, durante los seis últimos meses, por
los mercaderes al por menor, tales como los panaderos, carniceros
y otros; y durante el último año, por los dueños de pensión y mer-
caderes al por mayor.
Párrafo II: De los privilegios sobre ciertos muebles.
Art. 2102.- Los créditos privilegiados sobre ciertos muebles son: 1o.
los alquileres y arrendamientos de los inmuebles, sobre los frutos
de la cosecha del año, y sobre el precio de todo el ajuar de la casa
alquilada o del predio rústico, y por todo lo que sirve a la explotación
del mismo; a saber, para todo lo que está vencido o por vencer, si el
arrendamiento fuese auténtico, o si fuese por contrato privado te-
niendo una fecha cierta; y en cualquiera de los dos casos, los demás
acreedores tienen derecho para alquilar nuevamente la casa o el
predio rústico por lo que puede del arrendamiento y cobrando por
sí los alquileres, siempre con la obligación de pagar al propietario
todo lo que se le quede a deber; y faltando arrendamiento auténtico
o cuando se haga por contrato privado y no tenga fecha cierta, por
un año que se contará desde la conclusión del corriente. El mismo
privilegio tiene lugar para las reparaciones locativas, y para todo lo
concerniente a la ejecución del arrendamiento. Sin embargo, las
sumas que se deban por las semillas o por los gastos de la cosecha
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del año, se pagan con el precio de ésta; y las que se deban por los
utensilios, con el precio de los mismos, con preferencia al propieta-
rio en uno y otro caso. El propietario puede embargar los muebles
que tenga en su casa o predio rústico, cuando hayan sido éstos
cambiados de sitio sin su consentimiento, conservando sobre ellos
su privilegio, si hubiere hecho la reivindicación: a saber, cuando se
trata de un mobiliario o ajuar de un predio rústico, en el plazo de
cuarenta días, y en el de quince tratándose del ajuar de una casa
habitación; 2o. el crédito sobre la prenda que tiene en su poder el
acreedor; 3o. los gastos causados por la conservación de la cosa;
4o. el precio de los efectos mobiliarios no pagados, si estuvieren
aún en poder del deudor, bien sea que haya comprado a plazo o sin
él. Habiéndose hecho la venta sin plazo, puede también el vendedor
reivindicar estos efectos, mientras estén en poder de comprador, e
impedir su reventa, con tal que la reivindicación se haga dentro de
los ocho días siguientes a la entrega, y encontrándose los efectos en
el mismo estado en que se hizo aquélla. El privilegio del vendedor
no se ejerce, sin embargo, sino con posterioridad al del propietario
de la casa o del predio rústico, a no ser que se demostrase que
el dueño tenía conocimiento de que los muebles y demás objetos
que había en su casa o en el predio, no pertenecían al inquilino. No
se hace ninguna variación en las leyes y usos del comercio sobre
la reivindicación; 5o. el importe de los suministros hechos por un
fondista sobre los efectos del viajero que han sido transportados a
su hospedería; 6o. los gastos de acarreo y accesorios sobre la cosa
acarreada; 7o. los créditos resultantes de abusos y prevariación co-
metidos por funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones,
sobre los fondos de sus fianzas, y sobre los intereses de los mismos
fondos que puedan deberse.

SECCIÓN II
De los privilegios sobre los inmuebles.

Art. 2103.- (Modificado por la Ley 1306, de fecha 28 de junio de


1930, G.O. 4265). Los acreedores privilegiados sobre los inmuebles
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son: 1o. el vendedor sobre el inmueble vendido para el pago del


precio. Si hubiere muchas ventas sucesivas, cuyo precio se deba
en todo o en parte, es preferido el primer vendedor al segundo,
éste al tercero, y así sucesivamente; 2o. los que han suministrado
el dinero para la adquisición de un inmueble, con tal que conste
auténticamente por el acta de préstamo, que la suma se destinaba
a este empleo; y por el finiquito del vendedor que este pago se hizo
con el dinero tomado a préstamo; 3o. los coherederos, sobre los
inmuebles de la sucesión, para la garantía de las particiones hechas
entre los mismos y de los saldos o devolución de lotes; 4o. los ar-
quitectos, contratistas, albañiles y demás artesanos empleados en
la edificación, reconstrucción o reparación de edificios, canales y
cualquiera otra clase de obras, con tal que se haya extendido acta
previamente por un perito nombrado de oficio por el tribunal de
primera instancia a que correspondan los edificios por su situación,
con objeto de hacer constar el estado de los lugares relativamente
a las obras que el propietario declarase tener intención de hacer, y
que las obras hayan sido a los seis meses a lo más de su conclusión,
recibidas por un perito igualmente nombrado de oficio. Pero el
importe del privilegio no puede exceder de los valores que consten
por la segunda acta, y queda reducido al mayor precio existente
en la época de la enajenación del inmueble a consecuencia de los
trabajos que en él se han hecho; 5o. los que han prestado el dinero
para pagar o reembolsar a los trabajadores, tienen el mismo privi-
legio si el empleo de aquél constase auténticamente, por el acta de
préstamo y por el recibo de aquellos en la forma arriba expresada,
respecto de los que prestaron el dinero para la adquisición de un
inmueble.

SECCIÓN III
De los privilegios que se extienden a los muebles e inmuebles.

Art. 2104.- Los privilegios que se extienden a los muebles e inmue-


bles, son los que se expresan en el artículo 2101.

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Art. 2105.- Cuando a falta de mobiliario, los privilegiados a que se


refiere el precedente artículo se presentan para ser pagados sobre
el precio de un inmueble en concurrencia con los acreedores privi-
legiados sobre el mismo, se harán los pagos en el orden que sigue:
1o. las costas judiciales y las demás enunciadas en el artículo 2101;
2o. los créditos que se designan en el artículo 2103.

SECCIÓN IV
Cómo se conservan los privilegios.

Art. 2106.- No producen efecto los privilegios entre los acreedores


respecto de los inmuebles, sino cuando los han hecho públicos,
inscribiéndolos en el registro del conservador de hipotecas de la
manera que se determina por la ley, contándose desde la fecha de
esta inscripción bajo las solas excepciones siguientes.
Art. 2107.- Se exceptúan de la formalidad de la inscripción, los
créditos mencionados en el artículo 2101.
Art. 2108.- El vendedor privilegiado conserva su privilegio por la
transcripción del título que ha transferido la propiedad al adquirien-
te, y que demuestra se le debe a la totalidad o parte del precio, para
cuyo efecto la transcripción del contrato que se hace por el adqui-
riente hace las veces de inscripción para el vendedor, y para el que le
prestó el metálico con que se realizó el pago, el cual será subrogado
en los derechos del vendedor por el mismo contrato; estará, sin em-
bargo, obligado el conservador de hipotecas, bajo pena de daños y
perjuicios respecto de terceros, a hacer de oficio la inscripción en su
registro de los créditos que resulten del acto traslativo de propiedad,
lo mismo en favor del vendedor, que en el de los que prestaron, los
cuales a su vez pueden mandar hacer la transcripción del contrato de
venta, si no se hubiere hecho, con objeto de adquirir la inscripción de
los que les fuere debido sobre el precio.
Art. 2109.- El coheredero copartícipe conserva su privilegio en los
bienes de cada lote, o sobre la finca subastada, para los saldos
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y devolución de lotes, o para el precio de la licitación, por la ins-


cripción que se haga a su instancia dentro de los setenta días de
la fecha de las particiones y de la adjudicación hecha en subasta:
durante este tiempo, no puede realizarse ninguna hipoteca sobre
los bienes afectos al saldo o adjudicados por licitación, en perjuicio
del acreedor del saldo o del precio.
Art. 2110.- Los arquitectos, contratistas, albañiles y demás obreros
empleados en la edificación, reconstrucción o reparaciones de edi-
ficios, canales y demás obras, y los que hayan prestado dinero para
pagar o reembolsar a los mismos, demostrándose que ésta fue su
inversión, conservan su privilegio por la doble inscripción que se
haga: 1o. del acta en que conste el estado de los sitios; 2o. del dicho
privilegio de recepción, refiriéndose a la fecha de inscripción de la
primera acta.
Art. 2111.- Los acreedores y legatarios que piden la separación de
bienes del difunto, según el artículo 878, en el título de las suce-
siones, conservan respecto de los acreedores de los herederos o
representantes del difunto, su privilegio sobre los inmuebles de
la sucesión, por las inscripciones hechas a cargo de uno de estos
bienes, en los seis meses siguientes a la apertura de la sucesión.
Antes de haber expirado este plazo, no puede establecerse ninguna
hipoteca con efecto sobre estos bienes por los herederos o repre-
sentantes, en perjuicio de estos acreedores o legatarios.
Art. 2112.- Los cesionarios de estos diversos créditos privilegiados,
ejercen los mismos derechos que los cedentes, en su caso y lugar.
Art. 2113.- Todos los créditos privilegiados, sometidos a la forma-
lidad de la inscripción, y respecto de los cuales no se han llenado
las obligaciones prescritas anteriormente para la conservación de
dicho privilegio, no dejan de ser por esto hipotecarios; pero no tie-
ne fecha la hipoteca respecto de los terceros, sino desde la época
en que debieron hacer la inscripción, en la forma que se explicará.

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CAPÍTULO III
De las hipotecas
Art. 2114.- La hipoteca es un derecho real sobre los inmuebles que
están afectos al cumplimiento de una obligación.
Es por su naturaleza indivisible, y subsiste por entero sobre todos
los inmuebles afectados, sobre cada uno y sobre cada parte de los
mismos.
Sigue a dichos bienes en cualesquiera manos a que pasen.
Art. 2115.- No tiene lugar la hipoteca, sino en los casos y según las
formas autorizadas por la ley.
Art. 2116.- La hipoteca es o legal, o judicial, o convencional.
Art. 2117.- Hipoteca legal es aquella que se deriva de la ley. Hipo-
teca judicial es la que resulta de las sentencias o actos judiciales; y
la convencional, es la que depende de los convenios y de la forma
exterior de los actos y contratos.
Art. 2118.- Son solamente susceptibles de hipotecas: 1o. los bienes
inmuebles que están en el comercio, y sus accesorios, reputados
inmuebles; 2o. el usufructo de los mismos bienes y accesorios por
el tiempo de su duración.
Art. 2119.- Los muebles no pueden ser objeto de hipoteca.
Art. 2120.- No se hace ninguna innovación por el presente Código
a las disposiciones que contienen las leyes marítimas relativas a las
naves y embarcaciones de mar.

SECCIÓN I
De las hipotecas legales.

Art. 2121.- Los derechos y créditos a los cuales se atribuye hipote-


ca son: los de las mujeres casadas, sobre los bienes de su marido.
Los de los menores y sujetos a interdicción, sobre los bienes de su

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tutor. Los del Estado, municipios y establecimientos públicos, sobre


los bienes de los recaudadores y administradores responsables.
Art. 2122.- El acreedor que tiene una hipoteca legal, puede ejercer
su derecho sobre todos los inmuebles que pertenezcan a su deudor,
y también sobre los que puedan pertenecerle en adelante, con las
modificaciones que a continuación se expresan.
SECCIÓN II
De las hipotecas judiciales.

Art. 2123.- La hipoteca judicial resulta de las sentencias bien sean


contradictorias, o dadas en defecto, definitivas o provisionales, en
favor del que las ha obtenido. Resulta también, de los reconoci-
mientos o verificaciones hechas en juicio de las firmas puestas en
un acto obligatorio bajo firma privada.
Puede ejercerse sobre los inmuebles actuales del deudor, y también
sobre los que pueda adquirir, sin perjuicio de las modificaciones
que a continuación se expresarán.
Las decisiones arbitrales no producen la hipoteca, mientras no es-
tén previstas del mandato judicial de ejecución.
No pueden tampoco resultar la hipoteca de los fallos que se hayan
dado en país extranjero, sino cuando se declaren ejecutivos por un
tribunal de la República, sin perjuicio de las disposiciones contrarias
que puedan contenerse en las leyes políticas o en los tratados.

SECCIÓN III
De las hipotecas convencionales

Art. 2124.- Las hipotecas convencionales no pueden consentirse


sino por los que tengan capacidad de enajenar los inmuebles que a
ellas se sometan.
Art. 2125.- Los que no tienen sobre el inmueble sino un derecho
suspendido por una condición, o resoluble en determinados casos,
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o que esté sujeto a rescisión, no pueden consentir sino una hipoteca


que esté sometida a las mismas condiciones o a la misma rescisión.
Art. 2126.- Los bienes de los menores, de los sujetos a interdicción y
ausentes, cuando la posesión no se haya deferido sino provisional-
mente, no pueden hipotecarse sino por las causas y en las formas
establecidas por la ley o en virtud de sentencias.
Art. 2127.- La hipoteca convencional no puede consentirse, sino
por acto que se haya hecho en forma auténtica, ante dos notarios,
o ante uno asistido por dos testigos.
Art. 2128.- Los contratos hechos en país extranjero no pueden
producir hipoteca sobre bienes que radiquen en la República, si no
hay disposiciones contrarias a este principio en las leyes políticas o
en los tratados.
Art. 2129.- No hay más hipoteca convencional válida, que la que,
ya sea en el título auténtico constitutivo del crédito, o en un acto
auténtico posterior, declare de una manera especial la naturaleza y
situación de cada uno de los inmuebles pertenecientes actualmente
al deudor, sobre los cuales consciente la hipoteca del crédito. Cada
uno de todos sus bienes presentes puede someterse a la hipoteca,
nominativamente. Los bienes futuros no pueden hipotecarse.
Art. 2130.- Sin embargo, si los bienes presentes y libres del deudor
fueren insuficientes para la seguridad del crédito, puede, al mani-
festar esta insuficiencia, consentir en que cada uno de los bienes
que en adelante adquiera, quede también afecto a ella, a medida
que los vaya adquiriendo.
Art. 2131.- Del mismo modo, en el caso en que el inmueble o los
inmuebles presentes sujetos a la hipoteca, hubieren perecido o
experimentado deterioros, en tal manera que hayan venido a ser
insuficientes para la seguridad del acreedor, puede éste, desde
el momento, reclamar su reintegro u obtener un suplemento de
hipoteca.

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Art. 2132.- La hipoteca convencional no es válida, sino en tanto que


la suma por la cual se ha consentido es cierta y está determinada en
el acta. Si el crédito resultante de la obligación es condicional para
su existencia, o indeterminado en su valor, no puede el acreedor
requerir la inscripción de que en adelante se hará mención, sino
hasta cubrir el valor que resulte por tasación, y declarado expresa-
mente por el mismo, teniendo derecho el deudor para rebajarle, si
esto pudiera hacerse.
Art. 2133.- Una vez impuesta la hipoteca, se extiende ésta a todas
las mejoras que sobrevengan en el inmueble hipotecario.

SECCIÓN IV
Del rango que las hipotecas ocupan entre sí.
Art. 2134.- La hipoteca entre los acreedores, bien sea legal, judicial
o convencional, no tiene rango sino desde el día en que el acreedor
hizo la inscripción en el registro del conservador de hipotecas, en la
forma y de la manera prescrita por la ley, sin perjuicio de las excep-
ciones que se expresan en el artículo siguiente.
Art. 2135.- La hipoteca existe independientemente de toda inscrip-
ción: 1o. en beneficio de los menores y de los sujetos a interdicción,
sobre los inmuebles que pertenezcan a su tutor, por razón de su
gestión desde el día de la aceptación de la tutela; 2o. en provecho
de las mujeres, por razón de sus dotes y contratos matrimoniales,
sobre los bienes inmuebles del marido, a contar desde el día del
matrimonio.
La mujer no tiene hipoteca por las sumas dotales procedentes de
sucesiones o donaciones que se le hayan hecho durante el matri-
monio, sino desde el día en que se abrieron las sucesiones, o desde
aquel en que tuvieron efecto las donaciones.
No tiene hipoteca por la indemnización de las deudas que haya
contraído con su marido, y para el reemplazo de sus propios bienes
enajenados, sino a contar desde el día de la obligación o de la venta.
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Art. 2136.- Los maridos y tutores están siempre obligados a hacer


públicas las hipotecas con que estén gravados sus bienes, y a este
efecto a requerir por sí mismos, inmediatamente, la inscripción en
las oficinas establecidas para este objeto, respecto de los inmuebles
que les pertenezcan y de los que puedan pertenecerles en adelan-
te. Los maridos y tutores que, no habiendo requerido ni hecho las
inscripciones prevenidas por el artículo presente, hayan consentido
o dejado imponer privilegios o hipotecas sobre sus inmuebles sin
declarar expresamente que dichos inmuebles estaban sujetos a la
hipoteca legal de sus mujeres y de los menores, se considerarán
como estelionatos y sujetos como tales al apremio corporal.
Art. 2137.- Los protutores estarán obligados, bajo su responsabili-
dad personal y pena de daños y perjuicios, a cuidar que las inscrip-
ciones se hagan sin demora sobre los bienes del tutor, por razón
de su gestión; así como también a hacer efectuar las expresadas
inscripciones.
Art. 2138.- En el caso de no hacer los maridos, tutores y protutores
las inscripciones marcadas en los artículos anteriores, se exigirán
aquellas por el fiscal del tribunal de primera instancia del domicilio
de los maridos y tutores, o del lugar en que estén situados los bienes.
Art. 2139.- Los parientes del marido o de la mujer y los del menor,
o a falta de éstos sus amigos, pueden requerir dichas inscripciones,
pudiendo también hacerlo la mujer y los menores.
Art. 2140.- Cuando en el contrato de matrimonio hayan convenido
las partes, mayores de edad, en que no se haga inscripción sobre
uno o varios inmuebles del marido, los que no se indiquen para la
inscripción quedarán libres y exentos de hipoteca respecto de la
dote de la mujer, y para los recobros y contratos matrimoniales. No
podrá convenirse en que no se hará ninguna inscripción.
Art. 2141.- Lo mismo sucederá respecto de los inmuebles del tutor,
cuando los parientes en consejo de familia hayan acordado que no
se haga inscripción sino sobre determinados inmuebles.

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Art. 2142.- En el caso de los dos artículos precedentes, el marido, el


tutor y el protutor no están obligados a requerir la inscripción sino
sobre los inmuebles indicados.
Art. 2143.- Cuando no haya sido restringida la hipoteca por el acto
de nombramiento del tutor, éste podrá, en el caso de que la hi-
poteca general sobre sus inmuebles exceda notoriamente de las
suficientes garantías para su gestión, pedir que se restrinja a los
inmuebles que sean bastantes para dar garantía suficiente en favor
del menor. La demanda se formulará contra el protutor, debiendo
precederla un consejo de familia.
Art. 2144.- Del mismo modo, el marido puede con consentimien-
to de su mujer y después de tomar el parecer de los cuatro más
próximos parientes de ella reunidos en junta de familia, pedir que
la hipoteca general sobre todos sus inmuebles por razón de la dote,
de los recobros y convenios matrimoniales, quede reducida a los
que sean bastantes para la conservación entera de los derechos de
la mujer.
Art. 2145.- Las sentencias sobre las demandas de los maridos y
tutores, no podrán darse sin haber oído el dictamen fiscal y contra-
dictoriamente con él. En el caso de fallar el tribunal la restricción de
la hipoteca a ciertos inmuebles, se cancelarán las inscripciones que
haya sobre los demás.

CAPÍTULO IV
Del modo de hacer la inscripción
de los privilegios e hipotecas
Art. 2146.- Las inscripciones se hacen en la oficina de conservación
de hipotecas, establecida para el municipio o distrito judicial en
que estén situados los bienes sujetos al privilegio o a la hipoteca.
No producen ningún efecto, si se hicieren en el plazo dentro del
cual los actos realizados antes de declararse las quiebras se califi-
can como nulos.

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Lo mismo tiene lugar entre los acreedores de una sucesión, si no


se ha hecho la inscripción sino por uno de ellos después de abierta
aquélla, y en el caso en que no haya sido aceptada sino a beneficio
de inventario.
Art. 2147.- Todos los acreedores inscritos en el mismo día, ejercen
en concurrencia una hipoteca de la misma fecha, sin que haya dife-
rencia entre la que se hizo por la mañana y la que lo fue por la tarde,
aun cuando esta diferencia haya sido expresada por el conservador.
Art. 2148.- Para que tenga lugar la inscripción, presentará el acree-
dor, bien sea por sí mismo o por un tercero, al conservador de
hipotecas, una copia auténtica de la sentencia o del acto que dé
lugar al privilegio o a la hipoteca. Presentará también dos facturas
escritas en papel sellado, de las que una pueda extenderse en la
misma copia del título: éstas contendrán: 1o. el nombre, apellido,
domicilio del acreedor, su profesión si tuviere alguna y la elección
de domicilio hecha por él en un punto cualquiera del municipio
o distrito de la oficina de hipotecas; 2o. el nombre, apellido, do-
micilio del deudor, su profesión si la tuviere; o una designación
individual y especial, tan clara, que por ella pueda el conservador
conocer y distinguir en cualquier caso el individuo que está gravado
con la hipoteca; 3o. la fecha y naturaleza del título; 4o. el importe
del capital de los créditos expresados en el título o evaluados por
el que hace la inscripción, según las rentas y prestaciones, o los
derechos eventuales, condicionales o indeterminados, en el caso
en que haya sido mandada dicha evaluación, así como también el
importe de los accesorios de estos capitales y la época en que son
exigibles; 5o. la indicación de la especie y situación de los bienes
sobre los que se propone conservar su privilegio o su hipoteca.
Esta última disposición no es necesaria en el caso de las hipotecas
legales o judiciales; a falta de convenio, una sola inscripción para
estas hipotecas, abraza todos los inmuebles comprendidos en el
distrito del registro.

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Art. 2149.- Las inscripciones que deban hacerse sobre los bienes
de una persona fallecida, podrán hacerse con la simple designación
del difunto, de la manera que se dice en el número 2 del artículo
anterior.
Art. 2150.- El conservador hará mención en su registro del con-
tenido de las facturas, entregando al requeriente tanto el título o
su copia, como una de dichas facturas, al pie de la cual certificará
haber hecho la inscripción.
Art. 2151.- El acreedor inscrito por un capital que produzca interés
o réditos, tiene derecho de ser colocado durante dos años sola-
mente y por el corriente, en el mismo rango de hipoteca que para
su capital, sin perjuicio de las inscripciones particulares que deban
hacerse, que tengan hipoteca desde su fecha, para los réditos dis-
tintos de los conservados por la primera inscripción.
Art. 2152.- Al que haya requerido una inscripción, lo mismo que
a sus representantes o cesionarios por acto auténtico, les es po-
testativo mudar en el registro de hipotecas el domicilio que hayan
elegido, obligándose a escoger e indicar otro en el mismo distrito.
Art. 2153.- Los derechos de hipotecas puramente legal, del Estado,
de los municipios y establecimientos públicos sobre los bienes de
los cuentadantes, los de los menores o sujetos a interdicción, res-
pecto de sus tutores, los de las mujeres casadas sobre los bienes
de sus esposos, se inscribirán mediante la presentación de dos
facturas que contengan solamente: 1o. los nombres, profesión y
domicilio real del acreedor y el domicilio que se elija por o para él
en el distrito; 2o. los nombres, profesión, domicilio o designación
precisa del deudor; 3o. la naturaleza de los derechos que se pro-
pone conservar, y el importe de su valor en cuanto a los objetos
determinados, sin que haya obligación de fijarlos respecto de los
que sean condicionales, eventuales o indeterminados.
Art. 2154.- Las inscripciones conservan la hipoteca y el privilegio por
espacio de diez años, contados desde el día de su fecha, cesando

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su efecto, si dichas inscripciones no se hubiesen renovado antes de


expirar este plazo.
Art. 2155.- Los gastos de inscripción son de cuenta del deudor, no
habiéndose convenido lo contrario, anticipándose los adelantos por
el que hace la inscripción, menos en las hipotecas legales, por cuya
inscripción el conservador tiene el recurso abierto contra el deudor.
Los gastos de la transcripción, que puede requerir el vendedor, son
de cuenta del adquiriente.
Art. 2156.- Las acciones a que las inscripciones pueden dar lugar
contra los acreedores, se intentarán ante el tribunal competente
por citación judicial hecha a su persona, o en el último de los do-
micilios elegidos en el registro; lo que tendrá lugar aunque haya
sobrevenido la muerte de los acreedores, o la de aquellos en cuyas
casas eligieron el domicilio.

CAPÍTULO V
De la cancelación y reducción de las inscripciones
Art. 2157.- Las inscripciones se cancelan por el consentimiento de
las partes interesadas, que tengan capacidad para este objeto, o en
virtud de una sentencia en última instancia, o pasada en autoridad
de cosa juzgada.
Art. 2158.- En uno y otro caso, los que requieran la cancelación, de-
positarán en la oficina del conservador la copia del acta auténtica
que contenga el consentimiento, o la copia de la sentencia.
Art. 2159.- La cancelación no consentida, se pide al tribunal del
distrito en que se hizo la inscripción, a no ser que dicha inscripción
haya tenido lugar para la seguridad de una condena eventual o
indeterminada, sobre cuya ejecución o liquidación el deudor y el
acreedor presunto estén litigando o deban ser juzgados por otro
tribunal, en cuyo caso la demanda de cancelación debe presentarse
o remitirse a este último.

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No obstante, si se hubiere convenido entre el acreedor y deudor


llevar la demanda, caso de litigio, a un tribunal designado por ellos,
se ejecutará este convenio.
Art. 2160.- La cancelación debe decretarse por los tribunales, cuan-
do la inscripción se ha hecho sin haberse apoyado en la ley, ni en
un título, o cuando descanse sobre un título irregular, extinguido o
saldado, o en el caso en que los derechos de privilegio o de hipote-
ca se hayan anulado por las vías legales.
Art. 2161.- Siempre que las inscripciones hechas por un acreedor
que, según la ley, tenga derecho a hacerlas sobre los bienes pre-
sentes o futuros de un deudor, sin limitación convenida, se hicieren
sobre más fincas diferentes que las que fueren necesarias para la
seguridad de los créditos, quedará al deudor la acción en reducción
de las inscripciones o cancelación de una parte en lo que exceda a
la proporción convenida. En esto se seguirán las reglas de compe-
tencia establecidas en el artículo 2159.
Las disposiciones del presente artículo no se aplican a las hipotecas
convencionales.
Art. 2162.- Se reputan excesivas las inscripciones que gravitan sobre
muchas fincas, cuando el valor de una o de algunas de ellas pasan
en más de un tercio, en bienes libres, del importe de los créditos en
capital y accesorios legales.
Art. 2163.- Pueden también reducirse como excesivas las inscrip-
ciones hechas, según tasación practicada por el acreedor, de los
créditos que no se han regulado por el contrato, en lo concerniente
a las hipotecas que hayan de hacerse para su seguridad, y que por
su naturaleza sean condicionales, eventuales o indeterminadas.
Art. 2164.- El exceso, en este caso, se fijaré por los jueces según las
circunstancias, probabilidades de éxito y presunciones de hecho,
de modo que se concilien los derechos verosímiles del acreedor,
con el interés del crédito que sea razonable conservar al deudor,
sin perjuicio de las nuevas inscripciones que puedan hacerse con
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hipoteca, desde el día de su fecha, cuando las circunstancias eleven


los créditos indeterminados a una suma mayor.
Art. 2165.- El valor de los inmuebles, cuya comparación ha de ha-
cerse con el de los créditos, más el tercio, podrán los jueces deter-
minarlo por los datos e informes que resulten de los contratos de
arrendamiento o alquileres no sospechosos; de las diligencias de
tasación que se hayan podido practicar antes, en épocas recientes,
y otros actos semejantes.

CAPÍTULO VI
Del efecto de los privilegios e hipotecas
contra los terceros detentadores
Art. 2166.- Los acreedores que tienen privilegios o hipotecas inscri-
tas sobre un inmueble tiene siempre acción sobre éste, cualquiera
que sea su dueño, para que se les coloque y pague, según el orden
de sus créditos o inscripciones.
Art. 2167.- Si el tercero detentador no llenase las formalidades que
se establecerán más adelante, para liberar su propiedad, queda
por el efecto solo de las inscripciones, obligado como detentador
a todas las deudas hipotecarias, y goza de los términos y plazos
concedidos al deudor originario.
Art. 2168.- El tercero detentador está obligado en el mismo caso,
o a pagar todos los intereses y capitales exigibles, cualquiera que
sea su importe, o a abandonar el inmueble hipotecado sin reserva
alguna.
Art. 2169.- En el caso de no cumplir el tercero detentador cualquie-
ra de dichas obligaciones, cada uno de los acreedores con hipoteca
tiene derecho para hacer vender el inmueble hipotecado, después
de los treinta días de hecho el mandamiento al deudor originario;
y de haberse hecho notificación al tercero detentador para el pago
de la deuda exigible, o el abandono de la finca.

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Art. 2170.- Sin embargo, el tercero detentador que no está per-


sonalmente obligado a la deuda, puede oponerse a la venta de la
finca hipotecada que le ha sido transmitida, si han quedado otros
inmuebles hipotecados a la misma deuda, en posesión del principal
o de los principales obligados; y requerir también su excusión pre-
via, según la forma establecida en el título de la fianza; durante la
excusión queda aplazada la venta de la finca hipotecada.
Art. 2171.- La excepción de excusión no puede oponerse al acree-
dor privilegiado, o que tenga hipoteca especial sobre el inmueble.
Art. 2172.- En cuanto al abandono por hipoteca, puede hacerse
por todos los terceros detentadores que no estuvieren obligados
personalmente a la deuda, y que tengan la capacidad de enajenar.
Art. 2173.- Puede también hacerse después que el tercero deten-
tador ha reconocido la obligación o sufrido condena solamente por
esta cualidad: el abandono no impide que el tercero detentador
pueda volver a posesionarse del inmueble hasta la adjudicación, si
paga el total de deudas y gastos.
Art. 2174.- El abandono por hipoteca se hace ante el secretario
del tribunal en que radican los bienes, dándose certificación por el
mismo tribunal.
A petición del interesado más diligente se nombra al inmueble
abandonado un curador, en el cual se entienden todos los procedi-
mientos para la venta del inmueble, en las formas prescritas para
las expropiaciones.
Art. 2175.- Los deterioros causados por el tercero detentador o por
su negligencia, en perjuicio de los acreedores hipotecarios o privile-
giados, da lugar contra el mismo a exigirle indemnización; pero no
puede reclamar los gastos y mejoras que haya hecho, sino hasta el
límite del mayor valor que resulte de las mismas.
Art. 2176.- Los frutos del inmueble hipotecado no se deben por el
tercero detentador, sino desde el día de intimación de pago o de

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abandono, y si las diligencias comenzadas se hubieren paralizado


durante tres años desde que se le haya hecho la nueva intimación.
Art. 2177.- Las servidumbres y derechos reales que tuviera el ter-
cero detentador sobre el inmueble antes de su posesión, renacen
después del abandono o de la adjudicación que se le haga. Sus
acreedores personales, después de todos los que están inscritos
sobre los precedentes propietarios, ejercen su hipoteca sobre el in-
mueble abandonado o adjudicado en el rango que les corresponda.
Art. 2178.- El tercero detentador que hubiera pagado la deuda
hipotecaria o abandonado el inmueble hipotecado o sufrido la ex-
propiación de este inmueble, tiene el recurso de garantía conforme
a derecho, contra el deudor principal.
Art. 2179.- El tercero detentador que quiera librar su propiedad
pagando el precio, observará las formalidades que se establecen en
el capítulo octavo del presente título.

CAPÍTULO VII
De la extinción de los privilegios e hipotecas
Art. 2180.- Se extinguen los privilegios e hipotecas: 1o. por la extin-
ción de la obligación principal; 2o. por la renuncia del acreedor a la
hipoteca; 3o. por el cumplimiento de las formalidades y las condi-
ciones prescritas a los terceros detentadores, para hacer libres los
bienes que hayan adquirido; 4o. por la prescripción.
La prescripción se adquiere por el deudor, en cuanto a los bienes
que están en su poder, por el tiempo fijado para la prescripción de
las acciones que dan la hipoteca o el privilegio.
Respecto de los bienes que están en poder de un tercero detenta-
dor, se adquiere por el tiempo regulado para la prescripción de la
propiedad en su provecho; en el caso de que la prescripción supon-
ga un título, no empieza a correr sino desde el día en que ha sido
transcrita en los registros de la oficina de hipotecas.
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Las inscripciones hechas por el acreedor no interrumpen la acción


de la prescripción establecidas por la ley en favor del deudor o
tercero detentador.

CAPÍTULO VIII
Del modo de libertar las propiedades de
los privilegios e hipotecas
Art. 2181.- Los contratos traslativos de la propiedad de inmuebles o
derechos reales inmobiliarios, que los terceros detentadores quie-
ran librar de privilegios e hipotecas, se transcribirán íntegramente
por el conservador de hipotecas de la común o del distrito en que
radiquen los bienes.
Esta transcripción se hará en un registro destinado a tal objeto,
teniendo obligación el conservador de dar conocimiento de ella al
requerente.
Art. 2182.- La simple transcripción del título traslativo de propiedad
de registro de conservador, no liberta al inmueble de las hipotecas
y privilegios con que esté gravado.
El vendedor no transmite el adquiriente sino la propiedad, y los
derechos que tuviese sobre la cosa vendida; los transmite con las
mismas hipotecas y privilegios con que ya estaban gravados.
Art. 2183.- Si el nuevo propietario quiere ponerse a cubierto de los
procedimientos que se autorizan por el capítulo sexto del presente
título, está obligado, antes de incoarse aquellos o dentro de un mes
a lo sumo, contado desde la primera intimación, a notificar a los
acreedores en los domicilios que hayan elegido en sus inscripcio-
nes: 1o. el extracto de su título conteniendo solamente la fecha y la
cualidad del acto, el nombre y la designación precisa del vendedor
o donante, la naturaleza y situación de la cosa dada o vendida; y
tratándose de un cuerpo de bienes, solamente la denominación
general del predio y los distritos en los cuales radiquen aquel, el

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precio, y las cargas que formen parte del precio de la venta, o la


evaluación de la cosa, si se hizo; 2o. extracto de transcripción de
venta; 3o. un estado, en tres columnas, que contenga: la primera,
la fecha de las hipotecas y la de las inscripciones; el nombre de
los acreedores, la segunda; y la tercera, el importe de los créditos
inscritos.
Art. 2184.- Deberá el adquiriente o donatario declarar en el mis-
mo contrato, que está pronto a pagar en el momento las deudas y
cargas hipotecarias, solamente hasta cubrir el importe del precio,
sin hacer distinción entre las deudas exigibles y las que no lo sean.
Art. 2185.- Cuando el nuevo propietario hubiere hecho esta notifi-
cación en el plazo fijado, cualquier acreedor cuyo título esté inscrito
puede requerir sea sacado el inmueble a pública subasta, con la
condición: 1o. de que este requerimiento sea notificado al nuevo
propietario en los cuarenta días lo más tarde de la notificación
que se haya hecho a diligencia de éste último, añadiéndose a este
plazo dos días por cada cinco leguas de distancia entre el domicilio
elegido y el real de cada acreedor requerente; 2o. que contenga la
conformidad del requerente de elevar el precio a una décima parte
más del que se haya estipulado en el contrato, o hubiere sido de-
clarado por el nuevo propietario; 3o. que dicha notificación se hará
en el mismo plazo al propietario anterior, principal deudor; 4o. que
el original y las copias de estos emplazamientos se firmarán por
el acreedor requerente o por apoderado especial, el que en este
caso está obligado a dar copia de su poder; 5o. que ofrezca prestar
fianza hasta cubrir el importe del precio y el de los gravámenes;
todo bajo pena de nulidad.
Art. 2186.- No habiendo requerido los acreedores la subasta en el
plazo y formas prescritas, queda definitivamente fijado el valor del
inmueble en el precio estipulado en el contrato o declarado por el
nuevo propietario, el cual queda por lo tanto libre de todo privilegio
e hipoteca, pagando dicho precio a los acreedores en el orden en
que estén, o haciendo la consignación del mismo.

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Art. 2187.- En caso de reventa en subasta, tendrá lugar según las


formas establecidas para la expropiación forzosa, a petición del
acreedor que la haya requerido o del nuevo propietario. El deman-
dante anunciará en los edictos el precio estipulado en el contrato o
que se haya declarado, y la mayor suma a que el acreedor se obliga
a subirlo o hacerlo subir.
Art. 2188.- El adjudicatario está obligado, además de la entrega
del precio de la adjudicación, a restituir al adquiriente o donatario
desposeído, los gastos y expensas legítimas de su contrato, los de
transcripción en el registro de hipotecas, los de notificación y los
que haya hecho para promover la reventa.
Art. 2189.- El adquiriente o donatario que conserva el inmueble
sacado a pública subasta, por ser mejor postor, no está obligado a
hacer la transcripción de la sentencia de adjudicación.
Art. 2190.- El desistimiento del acreedor que pidió la pública su-
basta no impide la adjudicación, aun cuando pague el total de lo
ofrecido, si no hubiere para esto consentimiento expreso de los
demás acreedores hipotecarios.
Art. 2191.- El comprador que se haya hecho adjudicatario, puede
recurrir con arreglo a derecho contra el vendedor, para que le re-
embolse el excedente del precio estipulado en su título, y el interés
del mismo, contándose desde el día que hizo cada uno de los pagos
Art. 2192.- En el caso en que el título del nuevo propietario com-
prenda inmuebles y muebles, o muchos inmuebles, con o sin hipo-
teca, que estén situados en el mismo o en varios distritos, enajena-
dos por un solo y mismo precio o por precios distintos y separados,
susceptibles o no del mismo método de explotación o cultivo, se
declarará en la notificación del nuevo propietario, el precio de cada
inmueble, gravado con inscripciones particulares o separadas, por
tasación, si procediere, del total que el título expresa.
No se podrá, en ningún caso, obligar al acreedor que hizo mejor
postura, a hacer extensiva su oferta, ni sobre el mobiliario ni sobre
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otros inmuebles distintos de los que estén hipotecados a su crédito


y situados en el mismo distrito, sin perjuicio del recurso que tiene el
nuevo propietario contra sus causantes para que le indemnicen la
pérdida que haya sufrido por la división de los objetos que adquirió,
o por efecto de las explotaciones.

CAPÍTULO IX
Del modo de extinguir las hipotecas cuando no existe
inscripción respecto de los bienes de los maridos
y de los tutores
Art. 2193.- Los adquirientes de bienes inmuebles, pertenecientes a
maridos o a tutores podrán, cuando no haya inscripción de dichos
inmuebles por razón de tutela o dote, recobros y convenciones
matrimoniales de la mujer, extinguir las hipotecas que gravaren los
bienes adquiridos por ellos.
Art. 2194.- Con este objeto depositarán copia, debidamente au-
torizada, del contrato traslativo de propiedad, en la secretaría del
tribunal de primera instancia a que corresponda el lugar de los
bienes, y certificarán por acta notificada, lo mismo a la mujer o al
protutor, que al fiscal del tribunal, el depósito que hubieren hecho.
Un extracto de este contrato conteniendo su fecha, nombres, profe-
sión y domicilio de los contratantes; la designación de la naturaleza
y lugar de los bienes; el precio y demás cargas de la venta, se fijará
como anuncio durante dos meses, en la sala del tribunal, en cuyo
tiempo podrán admitirse, si proceden, las reclamaciones de las
mujeres, los maridos, tutores, protutores, menores, sujetos a inter-
dicción, parientes o amigos y fiscal, para que exijan, si procediere,
y hagan efectuar en el registro de hipoteca, las inscripciones sobre
el inmueble enajenado; las que tendrán el mismo efecto que si se
hubiere hecho el día del contrato de matrimonio o el día que entró
el tutor en gestión; sin perjuicio de los procedimientos que puedan
tener lugar contra los maridos y tutores, como queda dicho, por las
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hipotecas que hayan consentido en provecho de terceras personas,


sin haberles declarado que los inmuebles estaban ya gravados de
hipoteca por razón del matrimonio o de la tutela.
Art. 2195.- Si durante los dos meses de la exposición del contrato,
no se hubiere hecho inscripción a nombre de las mujeres, menores
o sujetos a interdicción, sobre los inmuebles vendidos, pasan al
adquiriente sin ningún gravamen, por razón de la dote, recobros
y convenios matrimoniales de la mujer, o de la gestión del tutor,
salvo el recurso procedente contra el marido y el tutor. Si se hubie-
re hecho inscripción a nombre de los anteriormente expresados, y
existiendo acreedores más antiguos que absorban el precio en todo
o en parte, queda el adquiriente liberado del importe o de la por-
ción de precio pagado por él, a los acreedores colocados en orden
útil; y las inscripciones hechas a nombre de las mujeres, menores o
sujetos a interdicción, se cancelarán, o en totalidad, o hasta la de-
bida concurrencia. Si las inscripciones que se hicieren a nombre de
las mujeres, menores o sujetos a interdicción son las más antiguas,
no podrá el adquiriente hacer ningún pago del precio perjudicando
dichas inscripciones, las cuales han de tener siempre, como se ha
indicado, la fecha del contrato de matrimonio, o de la entrada en
gestión del tutor; y en este caso, se cancelarán las inscripciones de
los demás acreedores que no estuvieren en orden útil.

CAPÍTULO X
De la publicidad de los registros y de la responsabilidad
de los conservadores de hipotecas
Art. 2196.- Están obligados los conservadores de hipotecas a dar
copia a todo el que la pida de los actos transcritos en sus registros,
y de las inscripciones subsistentes, o certificado de que no existe
ninguna.
Art. 2197.- Son responsables del perjuicio que resulte: 1o. de la
omisión en sus registros, y de la transcripción de actos de mutación
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pedidos en sus oficinas; 2o. por no mencionar en sus certificados


una o varias inscripciones existentes, a no ser, en este último caso,
que el error provenga de insuficiencia en las designaciones, que no
pueda imputárseles.
Art. 2198.- El inmueble respecto del cual el conservador hubiese
omitido en sus certificados una o más de las cargas inscritas, que-
da, salva la responsabilidad del conservador, libre de ellas en las
manos del nuevo poseedor, con tal que haya pedido el certificado
después de la transcripción de su título; sin perjuicio, no obstante,
del derecho de los acreedores a hacerse colocar, según el orden
que les corresponda, mientras que el precio no se ha pagado por el
comprador, o mientras que la graduación hecha entre los acreedo-
res no se haya aprobado judicialmente.
Art. 2199.- En ningún caso pueden los conservadores rehusar ni
retardar la transcripción de los actos de mutación, la inscripción de
derechos hipotecarios, ni la entrega de certificados pedidos, bajo
pena de daños y perjuicios de las partes; a cuyo efecto se levantará
acta, a instancia de los requerientes, ya sea por el Juez de Paz, o por
un alguacil o un notario, asistido de dos testigos.
Art. 2200.- Sin embargo, los conservadores estarán obligados
a tener un registro, en el cual inscribirán, día por día, y en orden
numérico las entregas que se le hagan de actas de mutación para
ser transcritas, o de facturas para ser inscritas; darán al requeriente
un reconocimiento en papel sellado, que manifieste el número del
registro con que se ha inscrito la entrega, no pudiendo transcribir
las actas de mutación ni inscribir las facturas en los registros des-
tinados para este objeto, sino con la fecha y en el orden que les
hayan sido entregadas.
Art. 2201.- Todos los registros de los conservadores se llevarán en
papel sellado de oficio, marginado y rubricado en cada página, al
principio y al fin, por el presidente del tribunal de primera instancia
del distrito a que respectivamente correspondan. Estos registros se
cerrarán diariamente.
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Art. 2202.- Están los conservadores de hipotecas obligados a cum-


plir, en el ejercicio de sus funciones, todas las disposiciones del
presente capítulo, bajo pena de una multa de cuarenta pesos por
la primera contravención, y de destitución por la segunda; sin per-
juicio del abono de los daños y perjuicios a las partes, que deberán
serles satisfechos antes del pago de la multa.
Art. 2203.- Las notas de depósitos, las inscripciones y transcripcio-
nes se harán en los registros a continuación una de otra, sin que
exista entre ellas ningún claro ni interlíneas, bajo pena al conser-
vador de doscientos a cuatrocientos pesos de multa, y el abono de
daños y perjuicios a las partes, pagaderos también con anterioridad
a la multa.

TÍTULO XIX
DE LA EXPROPIACIÓN FORZOSA,
Y DEL ORDEN ENTRE LOS ACREEDORES

CAPÍTULO I
De la expropiación forzosa
Art. 2204.- El acreedor puede reclamar la expropiación: 1o. de
los bienes inmuebles y sus accesorios reputados como tales, que
pertenezcan en propiedad a su deudor; 2o. del usufructo pertene-
ciente al deudor sobre los bienes de la misma naturaleza.
Art. 2205.- Sin embargo, la parte indivisa de un coheredero en los
inmuebles de una sucesión, no puede ponerse en venta por sus
acreedores personales antes de la partición o la licitación que
pueden promover, si lo hubieren considerado oportuno, o en los
que tengan derecho a intervenir según el artículo 882, título de las
sucesiones.
Art. 2206.- Los inmuebles de un menor, aunque esté emancipado,
o de un sujeto a interdicción, no pueden ponerse en venta antes de
la excusión del mobiliario.
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Art. 2207.- La excusión del mobiliario no puede pedirse antes de la


expropiación de los inmuebles poseídos proindiviso entre un mayor
y un menor o un sujeto a interdicción, si les fuere común la deuda,
ni en el caso en que los procedimientos judiciales hayan empezado
contra un mayor o antes de la interdicción.
Art. 2208.- La expropiación de los inmuebles que forman parte
de la comunidad, se ejercerá contra el marido deudor solamente,
aunque la mujer esté obligada a la deuda. La de los inmuebles de la
mujer, que no han entrado en la comunidad, se ejercerá contra el
marido y la mujer; la cual en el caso de rehusar el marido a litigar
en su unión, o si el marido es menor, puede ser autorizada judi-
cialmente. En el caso de ser menores de edad el marido y la mujer,
o ésta solamente, si su marido mayor de edad rehusare litigar en
su unión, se nombra por el tribunal a la mujer un curador, contra
quien se proseguirá la instancia.
Art. 2209.- No puede el acreedor proceder a la venta de los inmue-
bles que no le hayan sido hipotecados, sino en el caso de insuficien-
cia de los bienes que lo hayan sido.
Art. 2210.- La venta forzosa de bienes que estén situados en dife-
rentes distritos, no puede promoverse sino sucesivamente, a no ser
que formen parte de una sola explotación. Debe intentarse ante
el tribunal en cuya jurisdicción se encuentre el establecimiento
principal de la explotación o a falta de éste, la parte de bienes que
represente mayor beneficio.
Art. 2211.- Si los bienes hipotecados al acreedor y los no hipoteca-
dos, o los situados en distintos distritos, forman parte de una sola y
misma explotación, se hará juntamente la venta de unos y otros en
el caso de pedirlo el deudor, con estimación parcial del precio de la
adjudicación si fuere procedente.
Art. 2212.- Si el deudor justifica por arrendamientos auténticos,
que la renta neta y líquida de sus inmuebles durante un año, es
bastante para el pago del capital de la deuda, intereses y costas,
y ofrece delegarla en favor del acreedor, pueden suspenderse los
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procedimientos por los jueces, sin perjuicio de continuarse si so-


breviniese alguna oposición u obstáculo para el pago.
Art. 2213.- No se puede proceder a la expropiación forzosa de los
inmuebles, sino en virtud de un título auténtico y ejecutivo por una
deuda cierta y líquida. Si la deuda fuere en especies no liquidadas,
serán válidos los procedimientos, pero no podrá hacerse la adjudi-
cación sino después de la liquidación.
Art. 2214.- No puede exigir el cesionario de un título ejecutivo la
expropiación, sino después de haber notificado al deudor el acto
de transferencia.
Art. 2215.- El procedimiento puede tener lugar, en virtud de un fa-
llo provisional o definitivo, ejecutivo provisionalmente, no obstante
apelación; pero no puede hacerse la adjudicación, sino después de
un fallo definitivo, dado en última instancia, o que haya adquirido
autoridad en cosa juzgada. El procedimiento no puede ejercerse en
virtud de ejecutorias dadas en defecto, durante el plazo concedido
para la oposición.
Art. 2216.- No puede anularse la acción ejecutiva, a pretexto de
que el acreedor la haya intentado por una suma mayor de la que
se le debe.
Art. 2217.- A todo procedimiento de expropiación de inmuebles,
debe proceder un mandamiento de pago hecho a diligencia y reque-
rimiento del acreedor en la persona del deudor o en su domicilio, por
un alguacil. Las formas del mandamiento y la de los procedimientos
para la expropiación, se regulan por el Código de Procedimiento.

CAPÍTULO II
Del orden y de la distribución
del precio entre los acreedores
Art. 2218.- El orden y distribución del precio de los inmuebles,
como la forma de proceder en estos casos, se regulan por el Código
de Procedimiento.
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TÍTULO XX
DE LA PRESCRIPCIÓN

CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 2219.- La prescripción es un medio de adquirir o de extinguir
una obligación, por el transcurso de cierto tiempo, y bajo las condi-
ciones que determina la ley.
Art. 2220.- No se puede renunciar anticipadamente a la prescrip-
ción: se puede renunciar a la prescripción adquirida.
Art. 2221.- La renuncia a la prescripción es tácita o expresa: resul-
tando la primera, de un hecho que supone el abandono del derecho
adquirido.
Art. 2222.- El que no puede enajenar, no puede tampoco renunciar
a la prescripción.
Art. 2223.- No pueden los jueces suplir de oficio la excepción que
resulta de la prescripción.
Art. 2224.- La prescripción puede oponerse en cualquier estado
de causa, aun ante la suprema Corte de Justicia, a no ser que las
circunstancias hagan presumir que renunció a la excepción de pres-
cripción la parte que no la haya opuesto.
Art. 2225.- Los acreedores o cualquiera otra persona interesada en
que se adquiera la prescripción, pueden oponer la misma, aunque
el deudor o propietario renuncie a ella.
Art. 2226.- No se puede prescribir el dominio de las cosas que no
estén en el comercio.
Art. 2227.- El Estado, los establecimientos públicos y municipios,
están sometidos a las mismas prescripciones que los particulares,
pudiendo oponerlas del mismo modo que éstos.

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CAPÍTULO II
De la posesión
Art. 2228.- La posesión es la ocupación o el goce de una cosa o de
un derecho que tenemos o ejercemos por nosotros mismos, o por
otro que tiene la cosa o ejerce el derecho en nuestro nombre.
Art. 2229.- Para poder prescribir, se necesita una posesión conti-
nua y no interrumpida, pacífica, pública, inequívoca y a título de
propietario.
Art. 2230.- Se supone que uno siempre posee por sí mismo y a
título de propietario, si no se comenzó a poseer por otro.
Art. 2231.- Cuando se ha empezado a poseer por otro, se presume
siempre que se posee bajo el mismo título, si no hay prueba en
contrario.
Art. 2232.- Los actos de pura facultad y los de simple tolerancia, no
pueden dar fundamento ni a posesión ni a prescripción.
Art. 2233.- Los actos de violencia no pueden dar fundamento tam-
poco a una posesión capaz de producir la prescripción. La posesión
útil no empieza sino cuando ha cesado la violencia.
Art. 2234.- El poseedor actual que pruebe haber poseído desde
antiguamente, se presume haber poseído en el tiempo intermedio,
si no se probase lo contrario.
Art. 2235.- Para completar la prescripción, se puede agregar a la
propia posesión la de su causante, por cualquier concepto que se
le haya sucedido, ya sea a título universal o particular, o a título
lucrativo u oneroso.
CAPÍTULO III
De las causas que impiden la prescripción
Art. 2236.- Los que poseen por otro, no prescriben nunca ni en
ninguna espacio de tiempo. Por lo tanto, el colono o rentero, el

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depositario, el usufructuario y los demás que detengan precaria-


mente la cosa del propietario, no pueden prescribirla.
Art. 2237.- No pueden tampoco prescribir, los herederos de los que
poseían en virtud de alguno de los títulos designados en el artículo
anterior.
Art. 2238.- Sin embargo, las personas de que se hace mención en los
artículos 2236 y 2237, pueden prescribir, si el título de su posesión
se ha variado por una causa promovida por un tercero, o por la con-
tradicción que las mismas hayan opuesto al derecho del propietario.
Art. 2239.- Aquellos a quienes los arrendatarios, depositarios y
otros detentadores precarios han transmitido la cosa, por un título
traslativo de propiedad, pueden obtener la prescripción.
Art. 2240.- No se puede prescribir contra el título propio, en el sen-
tido de no ser posible sustituirse a sí mismo en la causa y principio
de la posesión propia.
Art. 2241.- Se puede prescribir contra el título propio, en el sentido
de lo que se prescribe es la liberación de la obligación contraída.

CAPÍTULO IV
De las causas que interrumpen o suspenden
el curso de la prescripción

SECCIÓN I
De las causas que interrumpen la prescripción.

Art. 2242.- La prescripción puede interrumpirse natural o civilmente.


Art. 2243.- Tiene lugar la interrupción natural, cuando se priva al
poseedor, por más de un año, del disfrute de la cosa, bien sea por
el antiguo propietario o aun por un tercero.

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Art. 2244.- Se realiza la interrupción civil, por una citación judicial,


un mandamiento o un embargo, notificado a aquel cuya prescrip-
ción se quiere impedir.
Art. 2245.- (Modificado por la Ley 5210 del 11 de septiembre del
1959, G.O. 8402). “La interrupción de la prescripción tendrá lugar
desde el día de la fecha de los actos jurídicos a que se refiere el
artículo anterior”.
Art. 2246.- La citación judicial, aunque se haga ante un juez incom-
petente, interrumpe la prescripción.
Art. 2247.- Si la citación fuese nula por vicio en la forma, si el deman-
dante desiste de la demanda, si dejase extinguir la instancia, o si des-
echase la demanda, la interrupción se considera como no ocurrida.
Art. 2248.- Se interrumpe la prescripción, por el reconocimiento
que haga el deudor o el poseedor del derecho de aquel contra
quien prescribía.
Art. 2249.- La interpelación hecha con arreglo a los artículos an-
teriores a uno de los deudores solidarios, o su reconocimiento,
interrumpe la prescripción para los demás y también contra sus
herederos.
La interpelación hecha a uno de los herederos de uno de los deudo-
res solidarios, o el reconocimiento de este heredero, no interrumpe
la prescripción respecto de los demás coherederos, aun cuando el
crédito sea hipotecario, si no es indivisible la obligación.
Esta interpelación, o este reconocimiento, no interrumpe la pres-
cripción respecto de los demás codeudores, sino por la parte a
que está obligado dicho heredero. Para interrumpir la prescripción
por el todo, respecto de los codeudores, es preciso que se haga la
interpelación a todos los herederos del deudor fallecido, o que se
verifique el reconocimiento por todos ellos.
Art. 2250.- La interpelación hecha al deudor principal, o su recono-
cimiento, interrumpe la prescripción contra el fiador.
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SECCIÓN II
De las causas que suspenden
el curso de la prescripción.

Art. 2251.- La prescripción corre contra toda clase de personas, a


no ser que se encuentren comprendidas en alguna excepción esta-
blecida por una ley.
Art. 2252.- La prescripción no corre contra los menores o sujetos a
interdicción, salvo lo que se dice en el artículo 2278, y exceptuán-
dose los demás casos que la ley determina.
Art. 2253.- No tiene efecto entre esposos.
Art. 2254.- La prescripción corre contra la mujer casada, aunque
no esté separada de bienes por contrato de matrimonio, o judicial-
mente, respecto de los bienes que el marido administra, salvo su
recurso contra el mismo.
Art. 2255.- Sin embargo, no se realiza durante el matrimonio, res-
pecto a la enajenación de un predio constituido según el régimen
dotal, conforme al artículo 1561, título del contrato de matrimonio
y de los derechos respectivos de los esposos.
Art. 2256.- Del mismo modo se suspende la prescripción durante el
matrimonio: 1o. en el caso en que la acción de la mujer no pudiera
ejercerse sino después de haber optado entre la aceptación o la
renuncia a la comunidad; 2o. en el caso en que el marido, habiendo
vendido los bienes propios de la mujer sin su consentimiento, ga-
rantice la venta, y en los demás casos en que la acción de la mujer
resulte en perjuicio del marido.
Art. 2257.- La prescripción no tiene lugar: con relación a un crédito
que dependa de una condición, hasta que ésta se realice; relativa-
mente a una acción de garantía, hasta que tenga lugar la evicción; y
respecto a un crédito a día, hasta que éste llegue.

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Art. 2258.- La prescripción no corre contra el heredero beneficiario,


relativamente a los créditos que tenga contra la sucesión; pero si
corre contra una sucesión vacante, aunque ésta carezca de curador.
Art. 2259.- Corre también durante los tres meses que se dan para
hacer el inventario, y los cuarenta días para deliberar.

CAPÍTULO V
Del tiempo que se necesita para prescribir

SECCIÓN I
Disposiciones generales.
Art. 2260.- La prescripción no se cuenta por horas, sino por días.
Art. 2261.- Se adquiere, cuando pasa el último día de término.

SECCIÓN II
De la prescripción por veinte años.

Art. 2262.- Todas las acciones, tanto reales como personales, se


prescriben por veinte años, sin que esté obligado el que alega esta
prescripción a presentar ningún título ni que pueda oponérsele la
excepción que se deduce de la mala fe. Sin embargo, esta pres-
cripción será sólo de diez años cuando se aplique a terrenos co-
muneros objeto de saneamiento catastral, quedando reducido este
último plazo a cinco años si la persona que invoca la prescripción
establece la prueba de que inició y mantuvo su posesión en calidad
de accionista del sitio comunero de que se trata.
Párrafo: Cuando el período de prescripción a que se refiere esta Ley
hubiese comenzado a correr antes de la promulgación de la misma,
el tiempo transcurrido se computará de conformidad con las dispo-
siciones vigentes durante este período, y el resto se computará de
acuerdo con la modificación introducida por la presente ley.

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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Art. 2263.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,


G. O. 5661). Después de dieciocho años de la fecha del último títu-
lo, puede obligarse al deudor a que, a costa suya, provea de nuevo
título a su acreedor o causahabientes.
Art. 2264.- Las reglas de la prescripción sobre otros objetos distin-
tos de los mencionados en el presente título, se explican en los que
les corresponden.
SECCIÓN III
De la prescripción por cinco y diez años.
Art. 2265.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941, G.
O. 5661). El que adquiere un inmueble de buena fe y a justo título,
prescribe la propiedad por cinco años, si el verdadero propietario
vive en el distrito judicial, en cuya jurisdicción radica el inmueble; y
por diez años, si está domiciliado fuera del dicho distrito.
Art. 2266.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G. O. 5661). Si el verdadero dueño ha tenido su domicilio dentro y
fuera del distrito en épocas diferentes necesita, para completar la
prescripción, agregar a lo que falta de los cinco años de presencia,
un número de años doble del que es preciso para completar los
cinco primeros.
Art. 2267.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G. O. 5661). El título nulo por vicio en la forma, no puede servir de
base a la prescripción de cinco y diez años.
Art. 2268.- Se presume siempre la buena fe, y corresponde la prue-
ba de aquel que alega lo contrario.
Art. 2269.- Basta que la buena fe haya existido en el momento de
la adquisición.
Art. 2270.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G.O. 5661). Después de los cinco años, el arquitecto y contratistas
quedan libres de la garantía de las obras mayores que hayan hecho
o dirigido.
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SECCIÓN IV
De algunas prescripciones particulares.
Art. 2271.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G.O. 5661). La acción de los maestros y profesores de ciencias
y artes, por las lecciones que den por mes; la de los fondistas y
hoteleros, por razón del cuarto y comida que suministran; la de
los obreros y jornaleros, por el pago de sus jornales, suministros y
salarios, prescriben por seis meses.
Párrafo: Prescribe por el transcurso del mismo período de seis
meses, contados desde el momento en que ella nace, la acción en
responsabilidad civil cuasi delictual cuya prescripción no hubiere
sido fijada por la ley, expresamente, en un período más extenso.
Sin embargo, en los casos en que alguna circunstancia imposibilite
legal o judicialmente el ejercicio de la acción, no se computará en
el plazo el tiempo que dicha imposibilidad dure.
Art. 2272.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G.O. 5561). La acción de los médicos, cirujanos y farmacéuticos,
por sus visitas, operaciones y medicamentos; la de los alguaciles,
por los derechos de los actos que notifican y comisiones que des-
empeñan; la de los mercaderes, por las mercancías que venden a
los particulares que no lo son; la de los directores de colegios, por
el precio de la pensión de sus alumnos; y la de los demás maestros,
por el precio de la enseñanza; la de los criados que se alquilan por
año, por el pago de su salario, prescriben por un año.
Párrafo: Prescribe por el transcurso del mismo período de un año,
contado desde el momento en que ella nace, la acción en responsa-
bilidad civil delictual cuya prescripción no hubiere sido fijada por la
ley, expresamente en un período más extenso. Sin embargo, en los
casos en que alguna circunstancia imposibilite legal o judicialmente
el ejercicio de la acción, no se computará en el plazo el tiempo que
dicha imposibilidad dure.

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Art. 2273.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,


G. O. 5661). La acción de los abogados, por el pago de sus gastos
y honorarios, prescribe por dos años contados desde el fallo de
los procesos o conciliación de las partes, después de la revocación
de sus poderes. Relativamente a los negocios no terminados, no
pueden formular demanda por los gastos y honorarios que se re-
monten a más de cinco años.
Párrafo: Prescribe por el transcurso del mismo período de los dos
años, contados desde el momento en que ella nace, la acción en
responsabilidad civil contractual cuya prescripción no hubiere sido
fijada por la ley, expresamente, en un período más extenso. Sin em-
bargo, en los casos en que alguna circunstancia imposibilite legal o
judicialmente el ejercicio de la acción, no se computará en el plazo
el tiempo que dicha imposibilidad dure.
Art. 2274.- La prescripción, en los gastos expresados, tiene lugar,
aunque haya habido continuación de suministros, entregas, servi-
cios y trabajos. No deja de correr, sino cuando ha habido cuenta
liquidada, recibo u obligación, o citación judicial no fenecida.
Art. 2275.- Sin embargo, aquellos a quienes se opongan estas pres-
cripciones, pueden deferir el juramento a los que se les oponen,
con objeto de saber si la cosa se ha pagado realmente.
El juramento puede deferirse a las viudas y herederos, o a los tu-
tores de estos últimos, si fueren menores, para lo que tengan que
exponer, si ignoraban la deuda.
Art. 2276.- Los jueces y abogados están libres de responsabilidad
para la devolución de los documentos, cinco años después del fallo
del proceso; los alguaciles, dos años después de haber desempe-
ñado su comisión o la notificación de los actos de que estaban
encargados, quedando también libres de responsabilidad, respecto
a su devolución.
Art. 2277.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G. O. 5661). Los réditos de rentas perpetuas y vitalicias, los de
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pensiones alimenticias, los alquileres de casas y el precio del arren-


damiento de bienes rurales, los intereses de sumas prestadas, y ge-
neralmente, todo lo que se paga anualmente o en plazos periódicos
más cortos, prescriben por tres años.
Párrafo.- (Derogado por la Ley 11-92 que establece el Código
Tributario).
Art. 2278.- Las prescripciones de que se trata en los artículos de la
sección presente, corren contra los menores y los sujetos a interdic-
ción, quedándoles a salvo el recurso contra sus tutores.
Art. 2279.- En materia de muebles, la posesión vale título; sin em-
bargo, el que haya perdido o a quien le haya sido robada alguna
cosa, puede reivindicarla durante tres años, contados desde el día
de la pérdida o del robo, de aquél en cuyo poder lo encuentre, salvo
el recurso que éste tiene contra aquel de quien la hubo.
Art. 2280.- Si el actual poseedor de la cosa perdida o robada, la
hubiere comprado en una feria o en un mercado, o en pública su-
basta, o de un mercader que venda cosas semejantes, no puede el
dueño primitivo reivindicarla, si no reembolsa al poseedor el precio
que le costó.

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TRAJANO VIDAL POTENTINI A.

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