CODIGO CIVIL Interactivo
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E D I C I Ó N I N T E R AC T I VA
CÓDIGO CIVIL
DE LA
REPÚBLICA DOMINICANA
Editor - Compilador
ÍNDICE
ÍNDICE POR
ARTÍCULOS
ÍNDICE
ÍNDICE
LIBRO PRIMERO:
DE LAS PERSONAS
TÍTULO PRELIMINAR
DISPOSICIONES GENERALES...................................................75
De la publicación, efectos y aplicación
de las leyes en general....................................................................... 75
TÍTULO I
DEL GOCE Y PRIVACIÓN O PÉRDIDA
DE LOS DERECHOS CIVILES......................................................76
CAPÍTULO I
DEL GOCE DE LOS DERECHOS CIVILES............................................ 76
CAPÍTULO II:
DE LA PÉRDIDA DE LOS DERECHOS CIVILES................................... 78
TÍTULO II
DE LOS ACTOS DEL ESTADO CIVIL............................................80
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES............................................................ 80
CAPÍTULO II
DE LAS ACTAS DE NACIMIENTO....................................................... 83
ÍNDICE POR 2
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO III
DE LAS ACTAS DE MATRIMONIO..................................................... 86
CAPÍTULO IV
DE LAS ACTAS DE FALLECIMIENTO.................................................. 90
CAPÍTULO V
DE LAS ACTAS DEL ESTADO CIVIL RELATIVAS
A LOS MILITARES AUSENTES DEL TERRITORIO DE
LA REPÚBLICA................................................................................... 92
CAPÍTULO VI
DE LA RECTIFICACIÓN DE LAS ACTAS DEL ESTADO CIVIL.............. 94
TÍTULO III
DEL DOMICILIO........................................................................94
TÍTULO IV
DE LOS AUSENTES....................................................................96
CAPÍTULO I
DE LA PRESUNCIÓN DE AUSENCIA.................................................. 96
CAPÍTULO II
DE LA DECLARACIÓN DE AUSENCIA................................................ 96
CAPÍTULO III
DE LOS EFECTOS DE LA AUSENCIA.................................................. 97
SECCIÓN I
De los efectos de la ausencia relativamente a los bienes poseídos
por el ausente el día de su desaparición....................................... 97
SECCIÓN II
De los efectos de la ausencia relativamente a los derechos
eventuales que puedan corresponder al ausente....................... 100
ÍNDICE POR 3
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN III
DE LOS EFECTOS DE LA AUSENCIA CON RELACIÓN AL
MATRIMONIO............................................................................. 100
CAPÍTULO IV
DE LA VIGILANCIA DE LOS MENORES CUYO PADRE HAYA
DESAPARECIDO............................................................................... 101
TÍTULO V
DEL MATRIMONIO ................................................................ 101
CAPÍTULO I
DE LAS CUALIDADES Y CONDICIONES
NECESARIAS PARA PODER CONTRAER MATRIMONIO................ 101
CAPÍTULO II
FORMALIDADES RELATIVAS A LA CELEBRACIÓN DEL
MATRIMONIO................................................................................. 104
CAPÍTULO III
DE LAS OPOSICIONES AL MATRIMONIO....................................... 105
CAPÍTULO IV
DE LAS DEMANDAS DE NULIDAD DE MATRIMONIO................... 106
CAPÍTULO V
DE LAS OBLIGACIONES QUE NACEN DEL MATRIMONIO............. 110
CAPÍTULO VI
DE LOS DEBERES Y DERECHOS RESPECTIVOS DE LOS CÓNYUGES.... 111
TÍTULO VII
DE LA PATERNIDAD Y DE LA FILIACIÓN................................. 115
CAPÍTULO I
De la filiación de los hijos legítimos o nacidos del matrimonio........ 115
ÍNDICE POR 4
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
DE LAS PRUEBAS DE LA FILIACIÓN DE LOS HIJOS LEGÍTIMOS.... 117
CAPÍTULO III
DE LOS HIJOS NATURALES............................................................. 118
SECCIÓN I
De la legitimación de los hijos naturales..................................... 118
SECCIÓN II
Del reconocimiento de los hijos natural...................................... 119
TÍTULO VIII
DE LA ADOPCIÓN................................................................... 120
TÍTULO IX
DE LA AUTORIDAD DEL PADRE Y DE LA MADRE................... 129
TÍTULO X
DE LA MENOR EDAD, DE LA TUTELA
Y DE LA EMANCIPACIÓN........................................................ 134
CAPÍTULO I
De la menor edad............................................................................. 134
CAPÍTULO II
DE LA TUTELA................................................................................... 134
SECCIÓN I
De la Tutela de los Padres............................................................ 134
SECCIÓN II
De la tutela conferida por el padre o la madre............................ 136
SECCIÓN III
De la tutela de los ascendientes.................................................. 136
SECCIÓN IV
De la tutela conferida por el consejo de familia.......................... 137
ÍNDICE POR 5
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN V
Del Pro-tutor................................................................................ 139
SECCIÓN VI
De las causas que dispensan de la tutela..................................... 140
SECCIÓN VII
Incapacidad, exclusión y destituciones de los tutores................. 142
SECCIÓN VIII
De la administración de la tutela................................................. 143
SECCIÓN IX
De las cuentas de la tutela........................................................... 147
CAPÍTULO III
DE LA EMANCIPACIÓN................................................................... 148
TÍTULO XI
DE LA MAYOR EDAD, DE LA INTERDICCIÓN,
Y DEL CONSULTOR JUDICIAL................................................. 150
CAPÍTULO I
DE LA MAYOR EDAD....................................................................... 150
CAPÍTULO II
DE LA INTERDICCIÓN..................................................................... 151
CAPÍTULO III
DEL CONSULTOR JUDICIAL............................................................. 154
LIBRO SEGUNDO:
DE LOS BIENES Y DE LAS DIFERENTES
MODIFICACIONES DE LA PROPIEDAD
TÍTULO I
DE LA DISTINCIÓN DE LOS BIENES........................................ 155
ÍNDICE POR 6
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO I
De los bienes inmuebles................................................................... 155
CAPÍTULO II
De los muebles................................................................................. 157
CAPÍTULO III
De los bienes en su relación con los que los poseen........................ 159
TÍTULO II
DE LA PROPIEDAD.................................................................. 160
CAPÍTULO I
Del derecho de accesión sobre lo que la cosa produce.................... 160
CAPÍTULO II
Del derecho de accesión sobre lo que se agrega o incorpora
a la cosa............................................................................................ 161
SECCIÓN I
Del derecho de accesión con relación a las cosas inmuebles...... 161
SECCIÓN II
Del derecho de accesión relativo a las cosas muebles................ 164
TÍTULO III
DEL USUFRUCTO, DEL USO Y DE LA HABITACIÓN................. 166
CAPÍTULO I
Del usufructo.................................................................................... 166
SECCIÓN I
De los derechos del usufructuario............................................... 166
SECCIÓN II
De las obligaciones del usufructuario.......................................... 169
ÍNDICE POR 7
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN III
Cómo termina el usufructo.......................................................... 173
CAPÍTULO II
Del uso y de la habitación................................................................ 174
TÍTULO IV
DE LAS SERVIDUMBRES O CARGAS INMOBILIARIAS............ 175
CAPÍTULO I
De las servidumbres que tienen su origen
en la situación de los predios........................................................... 176
CAPÍTULO II
De las servidumbres establecidas por la ley.................................... 177
SECCIÓN I
De la pared y zanja medianeras................................................... 178
SECCIÓN II
De la distancia y obras intermedias exigidas
para determinadas construcciones.............................................. 181
SECCIÓN III
De las vistas sobre la propiedad del dueño colindante............... 181
SECCIÓN IV
De las vertientes de los techos.................................................... 182
SECCIÓN V
Del derecho de tránsito............................................................... 183
CAPÍTULO III
De las servidumbres establecidas por los actos del hombre............ 183
SECCIÓN I
De las diversas especies de servidumbres que
pueden establecerse sobre los bienes......................................... 183
ÍNDICE POR 8
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN II
Modo de establecer las servidumbres......................................... 184
SECCIÓN III
De los derechos del propietario del predio dominante............... 185
SECCIÓN IV
Del modo de extinguirse la servidumbre..................................... 186
LIBRO TERCERO:
DE LOS DIFERENTES MODOS DE
ADQUIRIR LA PROPIEDAD
DISPOSICIONES GENERALES..................................................... 187
TÍTULO I
DE LAS SUCESIONES.............................................................. 188
CAPÍTULO I
De la apertura de las sucesiones y de
la ocupación por los herederos........................................................ 188
CAPÍTULO II
De las cualidades necesarias para suceder....................................... 189
CAPÍTULO III
De los diversos órdenes de sucesiones............................................ 191
SECCIÓN I
Disposiciones generales............................................................... 191
SECCIÓN II
De la representación.................................................................... 192
SECCIÓN III
De las sucesiones de los descendientes...................................... 193
ÍNDICE POR 9
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN IV
De las sucesiones de los ascendientes......................................... 193
SECCIÓN V
Sucesión de los colaterales.......................................................... 194
CAPÍTULO IV
De las sucesiones irregulares........................................................... 196
SECCIÓN I
De los derechos de los hijos naturales a los bienes de sus
padres, y de la sucesión de los hijos naturales
muertos sin descendencia.......................................................... 196
SECCIÓN II
De los derechos del cónyuge superviviente y del Estado............ 196
CAPÍTULO V
De la aceptación y de la repudiación de las sucesiones................... 197
SECCIÓN I
De la reputación.......................................................................... 197
SECCIÓN II
De la repudiación de las sucesiones............................................ 199
SECCIÓN III
Del beneficio de inventario, de sus
efectos y de las obligaciones del heredero beneficiario.............. 200
SECCIÓN IV
De las sucesiones vacantes.......................................................... 203
SECCIÓN II
De las colaciones......................................................................... 210
SECCIÓN III
Del pago de las deudas................................................................ 213
SECCIÓN IV
De los efectos de la partición y de la garantía de los lotes.......... 215
SECCIÓN V
De la rescisión en materia de particiones.................................... 216
TÍTULO II
DE LAS DONACIONES ENTRE VIVOS
Y DE LOS TESTAMENTOS........................................................ 217
CAPÍTULO I
Disposiciones generales................................................................... 217
CAPÍTULO II
DE LA CAPACIDAD DE DISPONER O DE ADQUIRIR POR
DONACIÓN ENTRE VIVOS O POR TESTAMENTO.......................... 219
CAPÍTULO III
DE LA PORCIÓN DE BIENES DISPONIBLE Y DE LA REDUCCIÓN......... 221
SECCIÓN I
De la porción de bienes disponible.............................................. 221
SECCIÓN III
De la reducción de las donaciones y legados............................... 222
CAPÍTULO IV
DE LAS DONACIONES ENTRE VIVOS................................................. 224
SECCIÓN I
De la forma de las donaciones entre vivos.................................. 224
ÍNDICE POR 11
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN II
Excepciones de la regla de irrevocabilidad
de las donaciones entre vivos...................................................... 227
CAPÍTULO V
DE LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS...................................... 230
SECCIÓN I
Reglas generales sobre la forma de los testamentos................... 230
SECCIÓN II
De las reglas particulares sobre la forma
de determinados testamentos..................................................... 232
SECCIÓN III
De la institución de heredero, y de los legados en general......... 235
SECCIÓN IV
Del legado universal..................................................................... 236
SECCIÓN V
Del legado a título universal....................................................... 237
SECCIÓN VI
De los legados particulares......................................................... 238
SECCIÓN VII
De los ejecutores testamentarios............................................... 240
SECCIÓN VIII
De la revocación de los testamentos y de su caducidad............. 241
CAPÍTULO VI
De las disposiciones permitidas en favor de los nietos del donante o
testador, o de los hijos de sus hermanos y hermanas.........................243
ÍNDICE POR 12
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO VII
DE LAS PARTICIONES HECHAS POR EL PADRE,
LA MADRE U OTROS ASCENDIENTES,
ENTRE SUS DESCENDIENTES......................................................... 247
CAPÍTULO VIII
DE LAS DONACIONES HECHAS POR CONTRATO DE
MATRIMONIO A LOS CÓNYUGES Y A LOS HIJOS
QUE NAZCAN DEL MATRIMONIO.................................................. 248
CAPÍTULO IX
DE LAS DISPOSICIONES ENTRE ESPOSOS, HECHAS
EN EL CONTRATO DE MATRIMONIO, O DESPUÉS
DE CELEBRADO EL MATRIMONIO................................................. 250
TÍTULO III
DE LOS CONTRATOS O DE LAS OBLIGACIONES
CONVENCIONALES EN GENERAL........................................... 252
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES PRELIMINARES.................................................... 252
CAPÍTULO II
DE LAS CONDICIONES ESENCIALES PARA
LA VALIDEZ DE LAS CONVENCIONES............................................. 253
SECCIÓN I
Del consentimiento...................................................................... 254
SECCIÓN II
De la capacidad de las partes contratantes................................. 255
SECCIÓN III
Del objeto y materia de los contratos.......................................... 256
ÍNDICE POR 13
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN IV
De la causa................................................................................... 257
CAPÍTULO III
DEL EFECTO DE LAS OBLIGACIONES................................................. 257
SECCIÓN I
Disposiciones Generales.............................................................. 257
SECCIÓN II
De la obligación de dar................................................................ 257
SECCIÓN III
De la obligación de hacer o de no hacer...................................... 258
SECCIÓN IV
De las indemnizaciones de daños y perjuicios que resultan
de la falta de cumplimiento de la obligación............................... 259
SECCIÓN V
De la interpretación de las convenciones................................... 261
SECCIÓN VI
Del efecto de las convenciones respecto de terceros................. 262
CAPÍTULO IV
DE LAS DIVERSAS ESPECIES DE OBLIGACIONES............................... 262
SECCIÓN I
De las obligaciones condicionales................................................ 262
SECCIÓN II
De las obligaciones a término fijo............................................... 265
SECCIÓN III
De las obligaciones alternativas................................................... 266
ÍNDICE POR 14
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN IV
De las obligaciones solidarias..................................................... 267
SECCIÓN V
De las obligaciones divisibles e indivisibles................................ 270
SECCIÓN VI
De las obligaciones con cláusula penal........................................ 271
CAPÍTULO V
DE LA EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES.................................... 273
SECCIÓN I
Del pago....................................................................................... 273
SECCIÓN II
De la novación............................................................................. 279
SECCIÓN III
De la quita o perdón de la deuda................................................ 281
SECCIÓN IV
De la compensación..................................................................... 282
SECCIÓN V
De la confusión........................................................................... 284
SECCIÓN VI
De la pérdida de la cosa debida................................................... 284
SECCIÓN VII
De la acción en nulidad o rescisión de las convenciones............. 284
CAPÍTULO VI
DE LA PRUEBA DE LAS OBLIGACIONES, Y DE LA DEL PAGO........ 286
ÍNDICE POR 15
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN I
De la prueba literal...................................................................... 286
SECCIÓN II
De la prueba testimonial............................................................. 291
SECCIÓN III
De las presunciones..................................................................... 293
SECCIÓN IV
De la confesión de parte.............................................................. 293
SECCIÓN V
Del juramento.............................................................................. 294
TÍTULO IV
DE LOS COMPROMISOS QUE SE HACEN SIN
CONVENCIÓN......................................................................... 296
CAPÍTULO I
DE LOS CUASICONTRATOS............................................................. 296
CAPÍTULO II
DE LOS DELITOS Y CUASIDELITOS................................................. 298
TÍTULO V
DEL CONTRATO DE MATRIMONIO Y DE LOS DERECHOS
RESPECTIVOS DE LOS ESPOSOS............................................. 299
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 299
CAPÍTULO II
DEL RÉGIMEN DE LA COMUNIDAD............................................... 301
ÍNDICE POR 16
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
PRIMERA PARTE
DE LA COMUNIDAD LEGAL............................................................ 302
SECCIÓN I
De lo que forma la comunidad activa y pasivamente.................. 302
SECCIÓN II
De la administración, y del efecto de los actos de cualquiera de los
esposos con relación a la sociedad conyugal............................... 305
SECCIÓN III
De la disolución de la comunidad y de algunas
de sus consecuencias................................................................... 309
SECCIÓN IV
De la aceptación de la comunidad, y de la renuncia que de ella
puede hacerse con las condiciones que le son relativas.............. 311
SECCIÓN V
De la partición de la comunidad después de la aceptación......... 311
SECCIÓN VI
De la renuncia a la comunidad, y de sus efectos......................... 315
SECCIÓN II
De la cláusula que excluye de la comunidad
el mobiliario en todo o en parte.................................................. 317
SECCIÓN III
De la cláusula por la cual se consideran muebles
los inmuebles............................................................................... 318
ÍNDICE POR 17
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN IV
De la cláusula de separación de deudas...................................... 319
SECCIÓN V
De la facultad que se concede a la mujer de volver
a tomar libre y saldo lo que aportó............................................. 320
SECCIÓN VI
De la mejora convencional.......................................................... 320
SECCIÓN VII
De las cláusulas por las cuales se asigna a cada
uno de los esposos, partes desiguales en la comunidad............. 321
SECCIÓN VIII
De la comunidad a título universal.............................................. 323
SECCIÓN IX
De los convenios que excluyen la comunidad............................. 323
CAPÍTULO III
DEL RÉGIMEN DOTAL..................................................................... 326
SECCIÓN I
De la constitución de la dote....................................................... 326
SECCIÓN II
De los derechos del marido sobre los bienes dotales,
y de la prohibición de enajenar el haber dotado......................... 327
SECCIÓN III
De la restitución de la dote.......................................................... 330
SECCIÓN IV
De los bienes parafernales........................................................... 332
TÍTULO VI
DE LA VENTA.......................................................................... 333
CAPÍTULO I
DE LA NATURALEZA Y FORMA DE LA VENTA................................ 333
CAPÍTULO II
DE LAS PERSONAS QUE PUEDEN COMPRAR O VENDER............. 334
CAPÍTULO III
DE LAS COSAS QUE PUEDEN VENDERSE....................................... 335
CAPÍTULO IV
DE LAS OBLIGACIONES DEL VENDEDOR....................................... 336
SECCIÓN I
Disposiciones generales............................................................... 336
SECCIÓN II
De la entrega................................................................................ 336
SECCIÓN III
De la garantía............................................................................... 339
CAPÍTULO V
DE LAS OBLIGACIONES DEL COMPRADOR................................... 343
CAPÍTULO VI
DE LA NULIDAD Y RESCISIÓN DE LA VENTA.................................. 344
SECCIÓN I
De la facultad de retracto............................................................ 344
SECCIÓN II
De la rescisión de la venta por causa de lesión............................ 346
CAPÍTULO VII
DE LA LICITACIÓN........................................................................... 348
ÍNDICE POR 19
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO VIII
DE LA TRANSFERENCIA DE CRÉDITOS Y OTROS DERECHOS
INCORPORALES...................................................................................... 348
TÍTULO VII
DEL CAMBIO O PERMUTA...................................................... 350
TÍTULO VIII
DEL CONTRATO DE LOCACIÓN Y CONDUCCIÓN.................... 351
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 351
CAPÍTULO II
DE LA LOCACIÓN DE LAS COSAS.................................................... 352
SECCIÓN I
De las reglas comunes a los arrendamientos
de casas y haciendas rurales........................................................ 352
SECCIÓN II
De las reglas particulares a los inquilinos.................................... 357
SECCIÓN III
Reglas particulares a los arrendamientos de predios rústicos..... 359
CAPÍTULO III
DE LA LOCACIÓN DE OBRA E INDUSTRIA..................................... 361
SECCIÓN I
De la contratación de criados y obreros...................................... 362
SECCIÓN II
De los conductores por tierra y por agua.................................... 362
SECCIÓN III
ÍNDICE POR 20
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO IV
DE LA APARCERÍA PECUARIA......................................................... 365
SECCIÓN I
Disposiciones generales............................................................... 365
SECCIÓN II
De la aparcería simple................................................................. 365
SECCIÓN III
De la aparcería por mitad............................................................ 367
SECCIÓN IV
De la aparcería dada por el propietario a
su arrendatario o colono porcionero........................................... 367
SECCIÓN V
Del contrato a piso y cuido.......................................................... 369
TÍTULO IX
DEL CONTRATO DE SOCIEDAD............................................... 369
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 369
CAPÍTULO II
DE LAS DIVERSAS ESPECIES DE SOCIEDADES............................... 369
SECCIÓN I
De las sociedades universales..................................................... 370
SECCIÓN II
De la sociedad particular............................................................. 370
ÍNDICE POR 21
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO III
DE LOS COMPROMISOS DE LOS SOCIOS ENTRE SÍ,
Y CON RESPECTO A LOS TERCEROS............................................... 371
SECCIÓN I
De los compromisos de los socios entre sí.................................. 371
SECCIÓN II
De los compromisos de los socios respecto a los terceros.......... 374
CAPÍTULO IV
DE LAS DIFERENTES MANERAS COMO CONCLUYE LA
SOCIEDAD........................................................................................ 375
SECCIÓN I
Disposición relativa a las sociedades comerciales....................... 376
TÍTULO X
DEL PRÉSTAMO...................................................................... 377
CAPÍTULO I
Del préstamo a uso o comodato...................................................... 377
SECCIÓN I
De la naturaleza del préstamo a uso............................................ 377
SECCIÓN II
De las obligaciones del que toma prestado................................ 377
SECCIÓN III
De las obligaciones del que presta a uso..................................... 378
CAPÍTULO II
DEL PRÉSTAMO DE CONSUMO O SIMPLE PRÉSTAMO................. 379
SECCIÓN I
De la naturaleza del préstamo de consumo................................ 379
ÍNDICE POR 22
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN III
De las obligaciones del prestador............................................... 380
SECCIÓN III
De las obligaciones del que toma a préstamo............................ 380
CAPÍTULO III
DEL PRÉSTAMO CON INTERÉS....................................................... 381
TÍTULO XI
DEL DEPÓSITO Y DEL SECUESTRO......................................... 382
CAPÍTULO I
DEL DEPÓSITO EN GENERAL Y DE SUS DIVERSAS ESPECIES....... 382
CAPÍTULO II
DEL DEPÓSITO PROPIAMENTE DICHO.......................................... 382
SECCIÓN I
De la naturaleza y esencia del contrato de depósito................... 382
SECCIÓN II
Del depósito voluntario.............................................................. 383
SECCIÓN III
De las obligaciones del depositario............................................. 384
SECCIÓN IV
De las obligaciones de la persona
que hace el depósito................................................................... 386
SECCIÓN V
Del depósito necesario................................................................ 387
CAPÍTULO III
DEL SECUESTRO.............................................................................. 387
ÍNDICE POR 23
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN I
De las diversas clases de secuestro............................................. 387
SECCIÓN II
Del secuestro convencional......................................................... 388
SECCIÓN III
Del secuestro o depósito judicial................................................. 388
TÍTULO XII
DE LOS CONTRATOS ALEATORIOS......................................... 389
CAPÍTULO I
DEL JUEGO Y DE LA APUESTA........................................................ 389
CAPÍTULO II
DEL CONTRATO DE RENTA VITALICIA............................................ 390
SECCIÓN I
De las condiciones que se requieren
para la validez del contrato.......................................................... 390
SECCIÓN II
De los efectos del contrato entre las partes contratantes........... 391
TÍTULO XIII
DEL MANDATO...................................................................... 392
CAPÍTULO I
DE LA NATURALEZA Y FORMA DEL MANDATO............................. 392
CAPÍTULO II
DE LAS OBLIGACIONES DEL MANDATARIO................................... 393
CAPÍTULO III
DE LAS OBLIGACIONES DEL MANDANTE...................................... 394
ÍNDICE POR 24
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO IV
DE LAS DIFERENTES MANERAS DE CONCLUIR EL MANDATO..... 395
TÍTULO XIV
DE LA FIANZA......................................................................... 396
CAPÍTULO I
De la naturaleza y extensión de la fianza......................................... 396
CAPÍTULO II
De los efectos de la fianza................................................................ 397
SECCIÓN I
De los efectos de la fianza entre el acreedor y el fiador.............. 397
SECCIÓN II
De los efectos de la fianza entre el deudor y el fiador................. 399
SECCIÓN III
De los efectos de la fianza entre los cofiadores........................... 400
CAPÍTULO III
DE LA EXTINCIÓN DE LA FIANZA................................................... 400
CAPÍTULO IV
DEL FIADOR LEGAL Y DEL FIADOR JUDICIAL................................ 401
TÍTULO XV
DE LAS TRANSACCIONES....................................................... 401
TÍTULO XVI
DEL APREMIO CORPORAL EN MATERIA CIVIL...................... 403
TÍTULO XVII
DEL CONTRATO DE EMPEÑO................................................. 405
ÍNDICE POR 25
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO I
DE LA PRENDA................................................................................ 405
CAPÍTULO II
DE LA ANTICRESIS........................................................................... 407
TÍTULO XVIII
DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS........................................ 409
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 409
CAPÍTULO II
DE LOS PRIVILEGIOS....................................................................... 409
SECCIÓN I
De los privilegios sobre los muebles............................................ 410
SECCIÓN II
De los privilegios sobre los inmuebles......................................... 411
SECCIÓN III
De los privilegios que se extienden a los muebles e inmuebles..412
SECCIÓN IV
Cómo se conservan los privilegios............................................... 413
CAPÍTULO III
DE LAS HIPOTECAS......................................................................... 415
SECCIÓN I
De las hipotecas legales............................................................... 415
SECCIÓN II
De las hipotecas judiciales........................................................... 416
ÍNDICE POR 26
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN III
De las hipotecas convencionales................................................. 416
SECCIÓN IV
Del rango que las hipotecas ocupan entre sí.............................. 418
CAPÍTULO IV
DEL MODO DE HACER LA INSCRIPCIÓN
DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS................................................ 420
CAPÍTULO V
DE LA CANCELACIÓN Y REDUCCIÓN DE LAS INSCRIPCIONES..... 423
CAPÍTULO VI
DEL EFECTO DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS
CONTRA LOS TERCEROS DETENTADORES.................................... 425
CAPÍTULO VII
DE LA EXTINCIÓN DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS................. 427
CAPÍTULO VIII
DEL MODO DE LIBERTAR LAS PROPIEDADES DE
LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS..................................................... 428
CAPÍTULO IX
DEL MODO DE EXTINGUIR LAS HIPOTECAS CUANDO NO EXISTE
INSCRIPCIÓN RESPECTO DE LOS BIENES DE LOS MARIDOS
Y DE LOS TUTORES.......................................................................... 431
CAPÍTULO X
DE LA PUBLICIDAD DE LOS REGISTROS Y DE LA RESPONSABILI-
DAD DE LOS CONSERVADORES DE HIPOTECAS............................ 432
TÍTULO XIX
DE LA EXPROPIACIÓN FORZOSA,
Y DEL ORDEN ENTRE LOS ACREEDORES................................ 434
ÍNDICE POR 27
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO I
DE LA EXPROPIACIÓN FORZOSA................................................... 434
CAPÍTULO II
DEL ORDEN Y DE LA DISTRIBUCIÓN DEL PRECIO ENTRE LOS
ACREEDORES................................................................................... 436
TÍTULO XX
DE LA PRESCRIPCIÓN............................................................. 437
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.......................................................... 437
CAPÍTULO II
DE LA POSESIÓN............................................................................. 438
CAPÍTULO III
DE LAS CAUSAS QUE IMPIDEN LA PRESCRIPCIÓN....................... 438
CAPÍTULO IV
DE LAS CAUSAS QUE INTERRUMPEN O SUSPENDEN
EL CURSO DE LA PRESCRIPCIÓN.................................................... 439
SECCIÓN I
De las causas que interrumpen la prescripción........................... 439
SECCIÓN II
De las causas que suspenden
el curso de la prescripción........................................................... 441
CAPÍTULO V
DEL TIEMPO QUE SE NECESITA PARA PRESCRIBIR....................... 442
SECCIÓN I
Disposiciones generales............................................................... 442
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SECCIÓN II
De la prescripción por veinte años.............................................. 442
SECCIÓN III
De la prescripción por cinco y diez años...................................... 443
SECCIÓN IV
De algunas prescripciones particulares....................................... 444
ÍNDICE POR 29
ÍNDICE ARTÍCULOS
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LIBRO PRIMERO:
DE LAS PERSONAS
TÍTULO PRELIMINAR
DISPOSICIONES GENERALES.
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TÍTULO I
DEL GOCE Y PRIVACIÓN O PÉRDIDA
DE LOS DERECHOS CIVILES
CAPÍTULO I
DEL GOCE DE LOS DERECHOS CIVILES
Art. 7.- El ejercicio de los derechos civiles es independiente de la
cualidad de ciudadano, la cual no se adquiere ni se conserva sino
conforme a la Constitución.
Art. 8.- Todo dominicano disfrutará de los derechos civiles.
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CAPÍTULO II:
DE LA PÉRDIDA DE LOS DERECHOS CIVILES
Art. 17.- Los derechos de ciudadano se pierden:
Primero.- Por servir, o comprometerse a servir contra la República.
Segundo.- Por haber sido condenado a pena aflictiva o infamante.
Tercero.- Por admitir en territorio dominicano empleo de un go-
bierno extranjero, sin consentimiento del Congreso Nacional.
Cuarto.- Por quiebra comercial fraudulenta.
Art. 18.- Pueden obtener rehabilitación en estos derechos, aquellos
dominicanos que no los hayan perdido por la causa determinada en
el primer inciso del artículo precedente.
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Art. 19.- (Modificado por las Leyes 485 del 15 de enero de 1944, G.
O. 6023 y 3926 del 18 de septiembre de 1954 G.O. 7747). La mujer
dominicana que celebre matrimonio con un extranjero y que desee
adquirir la nacionalidad de su marido, siempre que la ley del país de
éste lo permita, declarará expresamente su voluntad, consignándo-
la en el acta de matrimonio. Si desea adquirir la nacionalidad de su
marido después de haber celebrado el matrimonio deberá hacerlo
mediante naturalización.
Párrafo: (Agregado por la Ley 3926 del 18 de septiembre de 1954,
G.O. 7747). Cuando sea inoperante la naturalización porque las leyes
personales del marido le impongan su nacionalidad, será necesario
que haga una declaración al Secretario de Estado de lo Interior, Po-
licía y Comunicaciones, optando por la nacionalidad de su marido.
Art. 20.- Los individuos que recobren la cualidad de dominicanos en
el caso previsto por los artículos 10, 18 y 19, no podrán aprovecharse
de sus efectos, sino después de haber cumplido las condiciones que
aquellos artículos les imponen, y solamente para el ejercicio de los
derechos que les fueren concedidos desde aquella época.
Art. 21.- El dominicano que sin autorización del Gobierno formara
parte de un ejército extranjero o se afiliase a una corporación militar
extranjera, perderá su cualidad de dominicano; no podrá regresar
a la República sino con el permiso del Gobierno y sólo recobrará la
cualidad de dominicano llenando las condiciones impuestas a un
extranjero para adquirir la nacionalidad. Todo sin perjuicio de las
penas pronunciadas por la ley criminal contra los dominicanos que
hayan hecho o hagan armas contra su patria.
Art. 22.- La mayor pena aflictiva temporal lleva consigo la degrada-
ción cívica y la interdicción legal, establecidas por los artículos 28,
29 y 31 del Código Penal.
Art. 23.- El sentenciado a la mayor pena aflictiva temporal, no pue-
de disponer de sus bienes en todo o en parte, ya sea por donación
entre vivos o por testamento, ni recibir nada en estos conceptos, a
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TÍTULO II
DE LOS ACTOS DEL ESTADO CIVIL
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Art. 34.- Los actos del estado civil se inscribirán en los registros
destinados a ese fin, y expresarán la hora, el día y el año en que
se reciban, como también los nombres, apellidos, edad, profesión,
nacionalidad y domicilio de las personas que en ellos figuren.
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Art. 35.- Los oficiales del estado civil no podrán insertar en sus
actas, sea por vía de anotación o por cualquier otra indicación, sino
aquello que deba ser declarado por los comparecientes.
Art. 36.- En aquellos casos en que las partes no estén obligadas
a comparecer personalmente, podrán hacerse representar por un
apoderado especial, haciéndose constar esta circunstancia en el
acta.
Art. 37.- (Modificado por el artículo 13 de la Ley 4999, del 1958).
Los testigos llamados a figurar en los actos del estado civil, deberán
ser mayores de dieciocho años, parientes o no de las partes intere-
sadas, y serán escogidos por éstas.
Art. 38.- El oficial del estado civil dará lectura del acta redactada a las
partes que comparezcan, a sus apoderados, y a los testigos; haciendo
en ella expresa mención del cumplimiento de esta formalidad.
Art. 39.- Dicha acta será firmada por el oficial del estado civil, por los
comparecientes y los testigos, o se hará mención en ella de la causa
que impida hacerlo a unos u otros.
Art. 40.- Los nacimientos, matrimonios y defunciones se harán cons-
tar en libros o registros separados, destinados uno para cada clase de
aquellos actos.
Art. 41.- Estos registros serán foliados y rubricados en la primera y
última foja por el Presidente del tribunal o juzgado de primera ins-
tancia (o el que ejerza sus funciones), del distrito o provincia corres-
pondiente, sin que se puedan percibir derechos por esta operación.
Art. 42.- Las actas del estado civil se inscribirán en los registros
seguidamente, y sin dejar espacio en blanco entre una y otra. Las
enmiendas y las remisiones al margen será rubricadas y aprobadas
lo mismo que toda el acta, y no podrán usarse abreviaturas ni fechas
en números.
Art. 43.- Al fin de cada año cerrarán los oficiales del estado civil sus
registros, y formularán por separado un índice de cada clase de actos,
el que elevarán en el mes de enero del siguiente año a la Suprema
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Art. 49.- En aquellos casos en que un acto del Estado Civil deba
mencionarse al margen de otro ya escrito, se hará la anotación
correspondiente, a solicitud de parte interesada, por el oficial del
estado civil depositario del archivo.
Art. 50.- La falta de cumplimiento a cualesquiera de los artículos
anteriores por parte del Oficial del Estado Civil, será perseguida
ante el tribunal de primera instancia de la jurisdicción, y castigada
con una multa que no podrá exceder de treinta pesos.
Art. 51.- El oficial del estado civil será civilmente responsable de
las alteraciones que aparezcan en los registros a su cargo, reser-
vando su derecho, si hubiere lugar, contra los autores de dichas
alteraciones.
Art. 52.- Toda alteración y falsificación en las actas del estado ci-
vil, así como el asiento que de ellas se haga en hojas sueltas o de
cualquier modo que no sea en los registros oficiales destinados a
ese fin, darán lugar a reclamar los daños y perjuicios que procedan,
además de las penas establecidas en el Código Penal.
Art. 53.- El fiscal del tribunal de primera instancia deberá vigilar los
registros del estado civil, extenderá acta en caso necesario, denun-
ciará las faltas o delitos cometidos por los oficiales del Estado Civil,
y pedirá contra ellos las multas correspondientes.
Art. 54.- En los casos en que un tribunal de primera instancia haya
conocido de actos relativos al estado civil, las partes interesadas
podrán interponer recurso contra ese juicio.
CAPÍTULO II
De las actas de nacimiento
Art. 55.- (Modificado por la Ley 654 del 18 de julio de 1921, G.
O. 3240). Se hará una declaración de todo nacimiento que ocurra
en la República Dominicana. La declaración de nacimiento se hará
ante el Oficial del Estado Civil correspondiente del lugar en que se
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CAPÍTULO III
De las actas de matrimonio
Art. 63.- Antes de proceder a la celebración de un matrimonio, el
oficial del estado civil fijará dos edictos en la puerta de su oficina
con intervalo de ocho días; esos edictos y el acta que deba exten-
derse, expresarán los nombres, apellidos, profesión, nacionalidad
y domicilio de los futuros esposos; su condición de mayores o me-
nores de edad, y los nombres, apellidos, profesión y domicilio de
sus padres. El acta expresará, además, el día, lugar y hora en que
se hayan fijado los edictos, inscribiéndolos en un registro especial
foliado, rubricado y autorizado de la manera que se ha dicho en el
artículo 41.
Un extracto del acta de publicación se fijará en la puerta de la ofici-
na del oficial del estado civil durante los ocho días de intervalo de
uno a otro edicto.
El matrimonio no podrá celebrarse antes del tercer día, no com-
prendiendo el de la fijación del segundo edicto.
Art. 64.- Si los futuros esposos no tuvieren en un mismo lugar su
domicilio, el oficial del Estado Civil que recibiese la declaración de
uno de ellos, deberá remitir extracto del acta de publicación que
hubiere redactado, al oficial del Estado Civil del domicilio del otro,
para que lo fije en la puerta de su casa u oficina por el término de
ocho días, devolviéndolo con la mención de haber o no ocurrido
oposición; y no podrá verificarse el matrimonio sin haberse recibi-
do dicho documento bajo pena de destitución del oficial del Estado
Civil que autorice el contrato matrimonial.
Art. 65.- Si el contrato matrimonial no se hubiese celebrado dentro
del año siguiente a la publicación, no podrá procederse a ejecutarlo
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CAPÍTULO IV
De las actas de fallecimiento
Art. 77.- (Modificado por la Ley 654 del 18 de julio de 1921, G.O.
3240). No podrá darse sepultura a ningún cadáver sin que se haga
la declaración al Oficial del Estado Civil, el cual deberá, en los casos
en que conciba alguna duda, trasladarse a la morada del difunto
para cerciorarse del hecho.
Cuando la defunción ocurra fuera de la población, el Alcalde Pedá-
neo recibirá la declaración trasladándose a la morada del difunto
para verificar el hecho, y la comunicación al Oficial del Estado Civil
se hará dentro de los quince días siguientes para que éste la inscri-
ba en el registro que corresponda.
Art. 78.- El oficial del estado civil extenderá el acta ante dos testi-
gos, los cuales serán, si es posible, los dos parientes más próximos
del difunto o sus vecinos: en el caso en que la defunción ocurra
fuera del domicilio de la persona fallecida, el jefe de la familia en
que aquélla hubiere ocurrido o cualquiera otra persona, hará la
declaración.
Art. 79.- (Modificado por la Ley 654 del 18 de julio de 1921, G. O.
3240). El acta y el certificado de defunción contendrán la causa de
muerte, los nombres y apellidos, profesión y domicilio del difunto;
los nombres y apellidos del cónyuge, si el difunto hubiese sido ca-
sado o viudo; los nombres, apellidos, profesión y domicilio de los
declarantes, con la mención de si son parientes y en qué grado.
Contendrá, además, si fuere posible, los nombres, apellidos, profe-
sión y domicilio, de los padres del difunto y el lugar del nacimiento
de éstos; y dicho certificado de defunción y el acta serán firmados
por todos aquellos que hubieren concurrido a ella.
Art. 80.- Cuando ocurra algún fallecimiento en los hospitales mili-
tares, civiles u otros establecimientos públicos, los jefes, directores,
administradores o dueños de los mismos harán la declaración co-
rrespondiente ante el oficial del estado civil, quien la redactará en
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defunción, cuya copia remitirá al oficial del estado civil del domicilio
del difunto, si fuere conocido.
Art. 85.- En los casos de muerte violenta que ocurran en las prisio-
nes y casas de reclusión, y en los de ejecución de la pena de muerte,
no se hará en los registros ninguna mención de esa circunstancia, y
las actas de defunción respectivas se redactarán de conformidad a
lo prescrito en el artículo 79.
Art. 86.- En los casos de fallecimiento durante un viaje por mar,
se redactará el acta dentro de las veinticuatro horas, en presencia
de dos testigos escogidos entre los oficiales del buque, y a falta de
éstos, entre la tripulación; y será firmada, a bordo de los buques de
guerra, por el comisario; y en los mercantes por el capitán o patrón
de la nave. Esta acta se inscribirá en la matrícula de la tripulación.
Art. 87.- En el primer puerto a que arribe el buque, por cualquier
causa que no sea la de su desarme, los oficiales de la administración
de marina, capitán, dueño o patrón que hayan redactado las actas
de defunción, dejarán dos copias con arreglo al artículo 60.
A la llegada del buque al puerto de desarme, la lista de la tripula-
ción se depositará en las oficinas del encargado de la inscripción
marítima, que remitirá una copia del acta de defunción firmada
por él al oficial del estado civil del domicilio de la persona fallecida,
cuya copia se inscribirá en los registros.
CAPÍTULO V
De las actas del estado civil relativas
a los militares ausentes del
territorio de la República
Art. 88.- Las actas del estado civil hechas fuera del territorio domi-
nicano, relativas a los militares u otras personas empleadas en el
ejército, se redactarán con arreglo a las disposiciones precedentes,
salvo las excepciones contenidas en los artículos siguientes.
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CAPÍTULO VI
De la rectificación de las actas del estado civil
Art. 99.- Cuando se pida la rectificación de un acta del estado civil,
el tribunal competente conocerá de la demanda, a cargo de apela-
ción, y con audiencia del fiscal, llamando a comparecer las partes si
fuere procedente.
Art. 100.- La sentencia de rectificación no podrá, en ningún tiempo,
obrar en juicio contra las partes interesadas que no la hubieren
promovido o que no hubiesen sido llamadas en juicio.
Art. 101.- La sentencia de rectificación se inscribirá por el oficial del
estado civil en el registro correspondiente, tan pronto como le sea
entregada, y se hará mención de ello al margen del acta reformada.
TÍTULO III
DEL DOMICILIO
Art. 102.- El domicilio de todo dominicano, en cuanto al ejercicio de
sus derechos civiles, es el del lugar de su principal establecimiento.
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TÍTULO IV
DE LOS AUSENTES
CAPÍTULO I
De la presunción de ausencia
Art. 112.- Si hay necesidad de proveer a la administración de todos
o parte de los bienes de una persona cuya ausencia se presuma,
y que no tiene apoderado en forma, se determinará por el tribu-
nal de primera instancia con arreglo a la demanda de las partes
interesadas.
Art. 113.- El tribunal, a requerimiento de la parte más diligente,
nombrará un notario que represente los presuntos ausentes en
los inventarios, cuentas, particiones, y liquidaciones en las cuales
puedan estar interesados.
Art. 114.- El ministerio fiscal está especialmente encargado de ve-
lar sobre los intereses de las personas que se reputen ausentes; y
será oído en todos los incidentes y cuestiones que a las mismas se
refieran.
CAPÍTULO II
De la declaración de ausencia
Art. 115.- Cuando una persona se hubiere ausentado de un domici-
lio o residencia, no teniéndose noticia de ella durante cuatro años
consecutivos, las partes interesadas podrán pedir al tribunal de
primera instancia que se declare la ausencia.
Art. 116.- Para hacer constar la ausencia, el tribunal, después de
examinar todos los documentos presentados, dispondrá que se
haga una información contradictoria con el fiscal en el distrito a
que el domicilio pertenezca y en el de la residencia, si son distintos
el uno del otro.
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CAPÍTULO III
De los efectos de la ausencia
SECCIÓN I
De los efectos de la ausencia relativamente a los bienes poseídos
por el ausente el día de su desaparición
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SECCIÓN II
De los efectos de la ausencia relativamente a los derechos
eventuales que puedan corresponder al ausente.
Art. 135.- El que reclame un derecho perteneciente a un individuo cuya
existencia se desconozca, debe previamente probar que aquel en cuya
representación solicita, existía al nacer la acción o derecho reclamado;
hasta que esta prueba no se verifique, no se admitirá la demanda.
Art. 136.- La herencia a la cual sea llamado un individuo cuya exis-
tencia se desconozca, recaerá exclusivamente en aquellas personas
con las cuales aquél debía concurrir, o a las que en su defecto tenían
derecho a suceder.
Art. 137.- Las disposiciones de los artículos precedentes se enten-
derán sin perjuicio de las acciones de petición de herencia y de otros
derechos que correspondiendo al ausente o a sus representantes o
causahabientes, no se extinguen más que por el lapso del tiempo
establecido para la prescripción.
Art. 138.- Mientras el ausente no se presente o las acciones no se
ejerciten por su parte, los que hayan recogido la sucesión harán
suyos los frutos percibidos de buena fe.
SECCIÓN III
De los efectos de la ausencia con relación al matrimonio.
Art. 139.- El cónyuge ausente no podrá impugnar el nuevo matri-
monio contraído por el cónyuge presente, sin que sus apoderados
presenten la prueba de su existencia.
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CAPÍTULO IV
De la vigilancia de los menores cuyo padre
haya desaparecido
Art. 141.- Si el padre ha desaparecido, dejando hijos menores frutos
de un mismo matrimonio, la madre quedará encargada del cuidado
de los mismos, ejerciendo todos los derechos que correspondieren
al marido en lo relativo a la educación de aquéllos y administración
de sus bienes.
Art. 142.- Seis meses después de la desaparición del padre, si la
madre hubiese fallecido al tiempo de esta desaparición, o si mu-
riese antes que se declarase la ausencia del padre, se confiará el
cuidado de los hijos por el consejo de familia a los ascendientes
más próximos o, en su defecto, a un tutor provisional.
Art. 143.- Lo mismo sucederá en el caso en que el esposo ausente
haya dejado hijos menores de matrimonio contraído anteriormente.
TÍTULO V
DEL MATRIMONIO
CAPÍTULO I
De las cualidades y condiciones
necesarias para poder contraer matrimonio
CAPÍTULO II
Formalidades relativas a la celebración del matrimonio
Art. 165.- El matrimonio se celebrará públicamente ante el oficial
civil del domicilio de una de las partes.
Art. 166.- Los dos edictos señalados en el artículo 63, en el título
de actas del estado civil, se harán en el lugar donde cada una de las
partes tenga su domicilio.
Art. 167.- Sin embargo, si el domicilio actual no está determinado
sino por seis meses de residencia, los edictos se harán además en
el lugar del último domicilio.
Art. 168.- Si las partes contratantes o una de ellas están, relativa-
mente al matrimonio, sometidas al poder de otro, los edictos se
harán en el domicilio de aquéllos bajo cuyo poder se encuentren
los interesados.
Art. 169.- El Gobierno podrá por sí o por medio de los funciona-
rios que al efecto nombre, dispensar por causas graves el segundo
edicto.
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CAPÍTULO III
De las oposiciones al matrimonio
Art. 172.- Tiene derecho a oponerse a la celebración de un matri-
monio, la persona casada ya con una de las partes contrayentes.
Art. 173.- El padre, y en su defecto la madre, y a falta de ambos
los abuelos y abuelas, pueden oponerse al matrimonio de sus hijos
y descendientes, aunque éstos tengan veinticinco años cumplidos.
Art. 174.- En defecto de ascendientes, los hermanos, tíos o primos
hermanos, no pueden oponerse sino en los dos casos siguientes:
Primero: Cuando no se haya obtenido el consentimiento del conse-
jo de familia preceptuado en el artículo 160.
Segundo: Cuando la oposición se funde en el estado de demencia
del futuro esposo: esta oposición podrá desestimarla el tribunal sin
forma de juicio; no se recibirá nunca sino contrayendo el opositor
la obligación de provocar la interdicción y de obtener sentencia en
el plazo fijado por el Tribunal.
Art. 175.- En los casos previstos en el artículo precedente, el tutor
o curador no podrá en tanto que dure la tutela o curatela hacer
oposición mientras no sea autorizado por un consejo de familia que
podrá convocar.
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CAPÍTULO IV
De las demandas de nulidad de matrimonio
Art. 180.- El matrimonio realizado sin el consentimiento libre de
ambos esposos o de uno de ellos, no puede ser impugnado más
que por los contrayentes o por aquel de ellos cuyo consentimien-
to no haya sido libre. Cuando haya habido error en la persona, el
matrimonio podrá únicamente ser impugnado por el cónyuge que
haya padecido el error.
Art. 181.- En el caso del artículo precedente, no es admisible la
demanda de nulidad, si los esposos hubieren hecho vida común
continuada durante los seis meses posteriores al momento en que
el cónyuge hubiere recobrado su plena libertad de acción o en que
hubiere reconocido el error.
Art. 182.- El matrimonio contraído sin el consentimiento de los
padres, de los ascendientes, o del consejo de familia, en los casos
en que es necesario éste, no puede ser impugnado sino por las
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Art. 189.- Si los nuevos esposos oponen la nulidad del primer ma-
trimonio, la validez o nulidad de éste debe resolverse previamente.
Art. 190.- El Fiscal, en todos los casos a los cuales pueda aplicarse el
artículo 184, y con las modificaciones indicadas en el 185, puede y
debe pedir la nulidad del matrimonio, en vida de los dos cónyuges,
y solicitar la separación.
Art. 191.- Todo matrimonio que no se haya celebrado ante el oficial
público competente, puede ser impugnado por los mismos espo-
sos, por los padres, por los ascendientes y por todos los que tengan
un interés de actualidad, como también por el ministerio público.
Art. 192.- Si al matrimonio no han precedido los dos edictos lega-
les, o si no se han obtenido las dispensas prescritas por la ley, o si
los intervalos prevenidos entre los edictos y la celebración no han
sido observados, el Fiscal hará que se imponga al oficial público una
multa que no exceda de sesenta pesos; y contra los contrayentes,
o aquellos bajo cuyo poder o jurisdicción han obrado, una multa
proporcional a su fortuna.
Art. 193.- Las penas establecidas en el artículo precedente se im-
pondrán a las personas en el mismo indicadas, por toda infracción
de las reglas prescritas en el artículo 165, aunque aquellas infrac-
ciones no se hayan considerado bastantes para declarar la nulidad
del matrimonio.
Art. 194.- Nadie puede reclamar el título de esposo ni disfrutar de
los efectos civiles del matrimonio, si no presenta una acta de cele-
bración inscrita en el registro civil excepto en los casos prescritos en
el artículo 46, en el título de las Actas del Estado Civil.
Art. 195.- La posesión de estado no dispensará a los pretendidos
esposos que respectivamente la invoquen, de la obligación de
presentar el acta de celebración del matrimonio ante el Oficial del
Estado Civil.
CAPÍTULO V
De las obligaciones que nacen del matrimonio
Art. 203.- Los esposos contraen por el solo hecho del matrimonio,
la obligación común de alimentar y educar los hijos.
Art. 204.- Los hijos no tienen acción alguna contra sus padres para
que los establezcan por matrimonio o en otra forma.
Art. 205.- Los hijos están obligados a alimentar a sus padres y as-
cendientes necesitados.
Art. 206.- Los yernos y nueras están igualmente obligados a pres-
tar alimentos, en análogas circunstancias, a sus padres políticos,
pero esta obligación cesa: Primero: Cuando la madre política haya
contraído segundas nupcias. Segundo: Cuando hayan muerto el
cónyuge que producía la afinidad y los hijos tenidos de su nuevo
matrimonio.
Art. 207.- Las obligaciones que resultaren de los anteriores precep-
tos, son recíprocas.
Art. 208.- Los alimentos no se acuerdan sino en proporción a
la necesidad del que los reclama, y a la fortuna del que debe
suministrarlos.
Art. 209.- Cuando hayan cesado la necesidad de obtener alimentos
en todo o en parte, o no pueda darlos el obligado a ello, puede
pedirse la reducción o cesasión.
Art. 210.- Si la persona que debe proporcionar los alimentos, jus-
tifica que no puede pagar la pensión alimenticia, el tribunal, con
conocimiento de causa, ordenará que reciba en su casa y en ella
alimente y sostenga a aquél a quien los alimentos se deban.
Art. 211.- El tribunal determinará también si los padres que ofrez-
can recibir y alimentar en su casa el hijo a quien deban alimentos,
estarán o no dispensados en este caso de seguir pagando la pensión
alimenticia.
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO VI
De los deberes y derechos respectivos de los cónyuges
Art. 212.- Los cónyuges se deben mutuamente fidelidad, socorro y
asistencia.
Art. 213.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Los esposos asegu-
ran juntos la dirección moral y material de la familia, proporcionan
la educación de los hijos y preparan su porvenir.
La mujer casada tiene la misma capacidad civil que la mujer soltera.
El régimen matrimonial que adopten los esposos no puede conte-
ner ninguna restricción a la capacidad civil de la esposa que no se
halla expresamente consignada en la Ley.
Art. 214.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Cada uno de los
esposos debe contribuir, en la medida de lo posible, a los gastos del
hogar y a la educación de los hijos.
A falta de uno de los esposos de cumplir su obligación, el otro espo-
so podrá obtener del Juez de Paz de su domicilio la autorización de
embargar retentivamente y de cobrar de los salarios, del producto
del trabajo o de las rentas de su cónyuge una parte proporcionada
a sus necesidades.
Antes de decidir el asunto, los esposos serán llamados ante el Juez
de Paz por medio de una carta certificada del Secretario, que indi-
que la naturaleza de la demanda.
Los esposos deberán comparecer personalmente salvo en caso de
impedimento absoluto, debidamente justificado.
La notificación de la sentencia por el esposo que la ha obtenido a
su cónyuge y a los terceros deudores vale por sí misma atribución
de las sumas embargadas.
Las sentencias así dictadas serán provisionalmente ejecutadas, no
obstante oposición o apelación. Una nueva decisión puede siempre
ser provocada si lo justifica un cambio de las situaciones respectivas.
Art. 215.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Los esposos se
obligan mutuamente a una comunidad de vida.
La residencia de la familia está en el lugar que ellos escojan de
común acuerdo.
Sin embargo, si la residencia escogida presenta para la familia graves
inconvenientes, el tribunal puede autorizar una residencia distinta
y, si es necesario, estatuir acerca de la residencia de los hijos.
Los esposos no pueden, el uno sin el otro, disponer de derechos
sobre los cuales esté asegurada la vivienda de la familia, ni de los
bienes muebles que la guarnecen. Aquel de los cónyuges que no ha
dado su consentimiento puede pedir la anulación del acto dentro
del año a partir del día en que haya tenido conocimiento del mis-
mo. La acción no será intentada después de haber transcurrido un
año de la disolución del régimen matrimonial.
Art. 216.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Si uno de los cón-
yuges incumple sus deberes y pone así en peligro los intereses de
la familia, el Juez de los referimientos puede prescribir todas las
medidas urgentes que requieran esos intereses durante un período
determinado. Cada uno de los cónyuges puede hacerse autorizar
por el Juez, sea para representar al otro cónyuge, sea para actuar
sin el consentimiento de éste.
Cada uno de los cónyuges puede hacerse autorizar por el Juez, sea
para representar al otro cónyuge, sea para actuar sin el consenti-
miento de éste.
Art. 217.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Cada uno de los
esposos tiene poder para celebrar, sin el consentimiento del otro,
los contratos que tienen por objeto el mantenimiento y la conser-
vación del hogar o la educación de los hijos; la deuda así contraída
obliga al otro solidariamente.
La solidaridad no tiene lugar, sin embargo, cuando los gastos son
manifiestamente excesivos, para lo cual se tomará en cuanta el tren
Art. 225.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). La mujer mayor
de edad, sea soltera o casada, puede figurar como testigo en todos
los actos instrumentados por los notarios públicos, oficiales del
estado civil y todos los demás oficiales públicos y ministeriales, en
las mismas condiciones y con sujeción a las mismas restricciones y
prohibiciones que el hombre.
El marido y la mujer no podrán figurar conjuntamente como testi-
gos del mismo acto.
Art. 226.- (Modificado por la Ley 855 del 1978). Las disposiciones
del presente Capítulo se aplicarán a las mujeres casadas con an-
terioridad a la época de su entrada en vigencia, y sustituyen los
artículos 5to., 6to., 7mo., 8vo., 9no., 10mo. y 11no. de la Ley No.
390 de fecha 18 de diciembre de 1940.
Artículos 227 al 311.- (Derogados por la Ley 3893 del 1ro. de julio
de 1899).
TÍTULO VII
DE LA PATERNIDAD Y DE LA FILIACIÓN
CAPÍTULO I
De la filiación de los hijos legítimos
o nacidos del matrimonio
Art. 312.- El hijo concebido durante el matrimonio, se reputa hijo
del marido. Sin embargo, éste podrá desconocerle si prueba que el
tiempo transcurrido desde los trescientos hasta los ciento ochenta
días anteriores al nacimiento de este niño, estaba por ausencia o
por defecto de cualquiera otro accidente en la imposibilidad física
de cohabitar con su mujer.
Art. 313.- No puede el marido, alegando su impotencia natural,
desconocer al hijo: tampoco podrá desconocerle, ni aun por cau-
sa de adulterio, a no ser en el caso en que se le haya ocultado el
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
De las pruebas de la filiación de los hijos legítimos
Art. 319.- La filiación de los hijos legítimos, se prueba por las actas
de nacimiento inscritas en el registro del Estado Civil.
Art. 320.- A falta de este título, basta la posesión constante del
estado de hijo legítimo.
Art. 321.- La posesión de estado se justifica por el concurso sufi-
ciente de hechos que indiquen la relación de filiación y parentesco
entre un individuo y la familia a la que pretende pertenecer.
Los principales de estos hechos son: que el individuo haya usado
siempre el apellido del que se supone su padre; que éste le haya
tratado como a hijo, suministrándole en este concepto lo necesario
para su educación, mantenimiento y colocación; que de público
haya sido conocido constantemente como hijo; y que haya tenido
el mismo concepto para la familia.
Art. 322.- Ninguno puede reclamar un estado contrario al que le
dan su acta de nacimiento y la posesión conforme a aquel título.
Por el contrario, nadie puede oponerse al estado del que tiene a su
favor una posesión conforme con el acta de nacimiento.
Art. 323.- A falta de acta y posesión constante, o si el asiento de la
criatura se inscribió con nombres falsos o como nacido de padres
desconocidos, puede hacerse por medio de testigos la prueba de la
filiación. Sin embargo, esta prueba no puede admitirse sino cuando
haya principio de prueba por escrito, o cuando las presunciones o
indicios resulten de hecho que desde luego constan, y sean bastan-
te graves para determinar la admisión.
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO III
De los hijos naturales
SECCIÓN I
De la legitimación de los hijos naturales.
Art. 331.- Los hijos nacidos fuera de matrimonio, con tal que no
sean fruto de uniones incestuosas o adúlteras, podrán legitimarse
por el subsiguiente matrimonio de sus padres, cuando éstos los
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN II
Del reconocimiento de los hijos natural
criatura que aquélla dio a luz. Esta prueba no se hará por medio
de testigos, sino en el caso en que se haya un principio de prueba
escrita.
Art. 342.- No se admitirá la indagación del hijo con relación a la
paternidad o maternidad en los casos en que, según el artículo 335,
no proceda el reconocimiento.
TÍTULO VIII
DE LA ADOPCIÓN
Art. 343.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). La adopción, ya se haga en forma ordinaria o en forma
privilegiada, no puede ser hecha sino cuando haya justos motivos
que ofrezcan ventajas para el adoptado.
Art. 344.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Se requiere cuarenta años para poder adoptar. Sin
embargo, adopción puede ser pedida juntamente por dos esposos
no separados personalmente, de los cuales uno tenga más de 35
años, si se han casado desde hace más de 10 años y no han tenido
hijo de su matrimonio. Los adoptantes no deberán tener en el día
de la adopción hijos ni descendientes legítimos. La existencia de
hijos adoptivos no constituye obstáculo a una subsiguiente adop-
ción. El adoptante deberá tener 15 años más que la persona que se
propone adoptar, y si ésta fuese el hijo de su cónyuge; bastará con
que la diferencia de edad entre ambos sea de 10 años, y aún podrá
ser reducida por dispensa del Juez de Primera Instancia correspon-
diente. El nacimiento de uno o de varios hijos o descendientes no
constituye un obstáculo para que los esposos puedan adoptar a un
menor que hayan recogido antes de dicho nacimiento.
Art. 345.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Un dominicano puede adoptar un extranjero o ser
adoptado por un extranjero. La adopción no produce efecto sobre
la nacionalidad.
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Art. 346.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). Nadie puede ser adoptado por más de una persona, a no ser
en el caso de que la adopción la hagan marido y mujer. Un cónyuge
no puede adoptar ni ser adoptado sin el consentimiento del otro,
salvo el caso en que se halle en la imposibilidad de manifestar su
voluntad o de que existiere un estado de separación personal entre
los esposos.
Art. 347.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Si la persona que se quiere adoptar es menor, será ne-
cesario el consentimiento de sus padres. Si uno de ellos ha fallecido
o se encuentra en la imposibilidad de manifestar su voluntad, basta
el consentimiento del otro. Si los padres están separados o divor-
ciados, basta el consentimiento de aquel a quien se ha confiado la
guarda. Si el otro padre no ha dado su consentimiento, el acto de
adopción debe serle notificado y la homologación no podrá pronun-
ciarse sino tres meses por lo menos después de esta notificación. Si
en ese plazo el padre ha notificado a la Secretaría su oposición, el
tribunal deberá oírlo antes de fallar.
Art. 348.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). En los casos previstos en el artículo que antecede, el
consentimiento se dará en el acto mismo de la adopción o por acto
auténtico separado, ante notario o ante el Juez de Paz del domicilio
o residencia del ascendiente, o ante los agentes diplomáticos o
consulares en el extranjero.
Art. 349.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Si ambos padres del menor han fallecido o si están
en la imposibilidad de manifestar su voluntad, el consentimiento
deberá ser otorgado por el representante legal del menor. Cuando
se trate de un hijo de padres desconocidos, el consentimiento será
otorgado por un tutor ad hoc designado por el Secretario de Estado
de Salud y Previsión Social.
Art. 350.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). La adopción confiere al adoptado el apellido del adoptante.
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Los oficiales del Estado Civil, al expedir copia del acta de nacimiento
de un menor que haya sido objeto de adopción o al referirse a ella
en cualquier acto que instrumenten, no harán ninguna mención de
esta circunstancia ni de filiación real y sólo se referirán a los apelli-
dos de los padres adoptivos, a menos que se trate de una adopción
ordinaria y que se hubiere convenido agregar estos apellidos a los
de los padres naturales.
Art. 351.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). En la adopción ordinaria el adoptado permanece con su
familia natural y conserva en ella todos sus derechos.
Sin embargo, sólo el adoptante está investido de los derechos de
la patria potestad respecto del adoptado, así como el derecho de
dar el consentimiento al matrimonio de este último. En caso de
disentimiento entre el adoptante y la adoptante, el empate valdrá
consentimiento al matrimonio del adoptado.
Si hay adopción por los dos esposos, el adoptante administrará los
bienes del adoptado en las mismas condiciones que el padre legíti-
mo administra los de sus hijos. Si los adoptantes se divorcian o si se
pronuncia entre ellos separación personal el tribunal aplicará a los
hijos adoptados las reglas relativas a los hijos legítimos.
Cuando no haya más que un adoptante o cuando uno de los dos
adoptantes falleciere, el adoptante o el superviviente de los dos es
tutor del adoptado; ejerce esta tutela en las mismas condiciones
que el padre o la madre superviviente del hijo legítimo.
El consejo de familia se constituirá en la forma prevista en el artícu-
lo 409 de este Código.
Si el adoptante es el cónyuge del padre o de la madre del adoptado,
tiene la patria potestad conjuntamente con él; pero el padre o la
madre conserva el ejercicio. Las reglas relativas al consentimiento
de los padres para el matrimonio del hijo legítimo se aplican en este
caso al matrimonio del adoptado. En caso de interdicción, ausencia
comprobada, o fallecimiento del adoptante ocurrida durante la
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Art. 356.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). El adoptado y sus descendientes no tienen ningún derecho
de sucesión respecto a los bienes de los parientes del adoptante,
pero tienen sobre la sucesión del adoptante los mismos derechos
que tengan los hijos y descendientes de éste.
Art. 357.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). Si el adoptado muere sin dejar descendientes, las cosas
dadas por el adoptante o recogidas en su sucesión y que existan
aun en naturaleza en el momento del fallecimiento del primero, se
devuelven al adoptante o a sus descendientes, a cargo de pagar las
deudas y sin perjuicio de los derechos de los terceros.
Los demás bienes del adoptado pertenecen a sus propios parien-
tes, y éstos excluyen siempre, aun para los mismos objetos espe-
cificados en este artículo, todos los herederos del adoptante con
excepción de los que sean sus descendientes.
A falta de descendientes, el cónyuge superviviente del adoptante,
si ha participado en la adopción, tiene un derecho de usufructo
sobre dichos objetos.
Si en vida del adoptante, y después de la muerte del adoptado,
muriesen sin descendencia, los hijos o descendientes que de él
quedasen, heredará el adoptante las cosas que él le dio, según
se expresa en este artículo; pero este derecho será inherente a la
persona del adoptante y no transmisible a sus herederos aun a los
de la línea de su descendencia.
Art. 358.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959,
G.O. 8372). La persona que se propone adoptar y la que quiere ser
adoptada, si es mayor, deben presentarse ante el Juez de Paz del
domicilio del adoptante o ante un notario, para levantar acta de sus
consentimientos respectivos.
Art. 359.- (Modificado por la Ley 5152 del 13 de junio de 1959, G.O.
8372). Si el adoptado es menor de edad el acta será consentida en
su nombre por su representante legal.
ÍNDICE POR 124
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
TÍTULO IX
DE LA AUTORIDAD DEL PADRE Y DE LA MADRE
Art. 371.- (Modificado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). El hijo
cual quiera que sea su edad, debe consideración y respeto a su
padre y a su madre.
Art. 371-1.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). El hijo
permanece sometido a la autoridad de sus padres hasta su mayor
edad o emancipación.
Art. 371-2.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). La
autoridad pertenece al padre y a la madre para proteger al hijo en
su seguridad, su salud y su moralidad. Ellos tienen a su respecto, el
derecho y el deber de guarda, de vigilancia y de educación.
Art. 371-3.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). El hijo
no puede sin permiso de su padre y de madre abandonar la casa fa-
miliar y no puede ser retirado de ella sino en los casos de necesidad
que determine la Ley.
Art. 371-4.- (Agregado por la Ley 855 de 1978, G. O. 9478). El padre
y la madre no pueden, salvo motivos graves, oponerse a las relacio-
nes personales del hijo con sus abuelos. A falta de acuerdo entre
las partes, las modalidades de esas relaciones serán reguladas por
el Juez de Paz correspondiente. En consideración de situaciones,
excepcionales, el Juez de Paz puede acordar un derecho de corres-
pondencia o de visitas a otras personas, parientes o no.
TÍTULO X
DE LA MENOR EDAD, DE LA TUTELA
Y DE LA EMANCIPACIÓN
CAPÍTULO I
De la menor edad
Art. 388.- (Modificado por la Ley 4999 del 19 de septiembre de
1955; G.O. 8287). Se entiende menor de edad el individuo de uno
u otro sexo que no tenga dieciocho años cumplidos. De la tutela de
los padres.
CAPÍTULO II
DE LA TUTELA
Sección I
De la Tutela de los Padres
SECCIÓN II
De la tutela conferida por el padre o la madre.
Art. 397.- El derecho individual de nombrar un tutor, pariente o
extraño, únicamente pertenece al cónyuge superviviente.
Art. 398.- Este derecho no puede ejercerse sino en la forma pres-
crita en el artículo 392, y con las excepciones y modificaciones que
a continuación se expresan.
Art. 399.- (Derogado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G.O. 5535).
Art. 400.- (Derogado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G.O. 5535).
Art. 401.- El tutor nombrado por el padre o la madre, no está
obligado a aceptar la tutela, si no es además de esto de aquellas
personas que a falta de esta elección especial, hubieran podido ser
encargadas de aquella por el consejo de familia.
SECCIÓN III
De la tutela de los ascendientes.
SECCIÓN IV
De la tutela conferida por el consejo de familia.
SECCIÓN V
Del Pro-tutor.
SECCIÓN VI
De las causas que dispensan de la tutela.
SECCIÓN VII
Incapacidad, exclusión y destituciones de los tutores.
SECCIÓN VIII
De la administración de la tutela.
Art. 466.- Para que la partición produzca respecto del menor todos
los efectos que tendría si se refiriese a mayores de edad, deberá
practicarse judicialmente y previa tasación hecha por peritos nom-
brados por el tribunal de primera instancia donde se haya abierto
la sucesión. Los peritos, después de prestar ante el presidente del
mismo tribunal, u otro juez delegado por éste, el juramento de des-
empeñar bien y finalmente su encargo, procederán a la formación
de lotes, que se sacarán por suerte, a presencia de un miembro del
tribunal o un notario designado por éste, y que hará la entrega de
los lotes.
Cualquiera otra partición se considerará provisional.
Art. 467.- El tutor no podrá celebrar transacciones en nombre del
menor, sin haber sido autorizado por el consejo de familia, aseso-
rado del dictamen de tres abogados designados por el fiscal del
tribunal de primera instancia. La transacción no será válida sino
después de haber sido confirmada por el tribunal de primera ins-
tancia, previo dictamen del fiscal.
Art. 468.- El tutor que tenga motivos graves de queja sobre la
conducta del pupilo, podrá dar conocimiento de estos hechos a un
consejo de familia y, si por éste se le autoriza, solicitar la reclusión
del menor conforme a la establecido sobre este punto en el título
de la patria potestad.
SECCIÓN IX
De las cuentas de la tutela
Art. 469.- Todo tutor está obligado a dar cuenta de su gestión cuan-
do ésta concluya.
Art. 470.- A todo tutor, excepto el que lo sea de sus propios hijos,
puede obligársele, aun durante la tutela, a presentar al pro-tutor
estados de la situación de los bienes confiados a su gestión, en las
épocas en que el consejo de familia haya creído oportuno fijar, sin
que a pesar de esto pueda ser compelido a dar más de un estado en
ÍNDICE POR 147
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO III
De la emancipación
Art. 476.- El matrimonio del menor produce de pleno derecho su
emancipación.
Art. 477.- El menor, aunque no esté casado, puede ser emancipado
por su padre, y a falta de éste, por su madre, cuando haya cumplido
los quince años. Bastará para realizar esta emancipación, que el
TÍTULO XI
DE LA MAYOR EDAD, DE LA INTERDICCIÓN,
Y DEL CONSULTOR JUDICIAL
CAPÍTULO I
De la mayor edad
Art. 488.- (Modificado por la Ley 4999 del 19 de septiembre de
1958; G.O. 8287). Se fija la mayor edad en dieciocho años cumpli-
dos, y por ella se adquiere la capacidad para todos los actos de la
vida civil.
ÍNDICE POR 150
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
De la interdicción
Art. 489.- El mayor de edad que se encuentre en un estado habitual
de imbecilidad, enajenación mental o locura, debe estar sujeto a la
interdicción, aunque aquel estado presente intervalos de lucidez.
Art. 490.- Cualquier pariente puede solicitar la interdicción de su
pariente. Lo mismo puede hacer cualquiera de los cónyuges res-
pecto al otro.
Art. 491.- En el caso de locura, si no se ha solicitado la interdicción
por el cónyuge o los parientes, debe pedirse por el fiscal, el cual,
en los casos de imbecilidad o de enajenación, puede también soli-
citarla contra una persona que no esté casada o no tenga parientes
conocidos.
Art. 492.- Las demandas de interdicción se presentarán ante el
tribunal de primera instancia.
Art. 493.- Se articularán por escrito los hechos de imbecilidad,
enajenación mental o locura, y los que soliciten la interdicción pre-
sentarán los testigos y documentos de prueba.
Art. 494.- El tribunal ordenará que el consejo de familia, convocado
en la forma determinada en la sección cuarta del capítulo segundo
del título de la menor edad, de la tutela y de la emancipación, infor-
me acerca del estado de la persona cuya interdicción se pida.
Art. 495.- Los que hayan provocado la interdicción no podrán for-
mar parte del consejo de familia: sin embargo, el cónyuge o los hijos
de la persona cuya interdicción se solicite, podrán ser admitidos en
él, pero sin tener voto.
Art. 496.- Recibido el informe del consejo de familia, el tribunal,
en cámara de consejo, interrogará al demandado; si éste no puede
presentarse, se le recibirá declaración en su propia casa, en la cual
Art. 511.- Cuando se trate del matrimonio del hijo de una persona
interdicta, se arreglará la dote, el anticipo a cuenta de la herencia, y
las demás estipulaciones matrimoniales, por medio de un dictamen
del consejo de familia aprobado por el tribunal, previo informe
fiscal.
Art. 512.- La interdicción cesa con las causas que la determinaron;
sin embargo, no se pronunciará sentencia con este objeto, sin haber
observado previamente las mismas formalidades prescritas para
acordarla; el que esté sujeto a la interdicción no podrá recobrar el
ejercicio de aquellos derechos, sino después de haberse pronuncia-
do la sentencia que lo habilite.
CAPÍTULO III
Del consultor judicial
Art. 513.- Puede prohibirse a los pródigos el litigar, transigir, to-
mar prestado, recibir un capital mueble y dar carta de pago de él,
enajenar o hipotecar sus bienes, sin la asistencia de un consultor
nombrado por el tribunal.
Art. 514.- Se puede pedir la prohibición de proceder sin la asistencia
de ese consultor por los que tienen derecho para solicitar la inter-
dicción; y su demanda debe instruirse y fallarse del mismo modo.
No procede alzar esta prohibición, sino observando las mismas
formalidades.
Art. 515.- Sin oír al fiscal, no podrá pronunciarse sentencia sobre
interdicción o nombramiento de consultor, ni en primera instancia,
ni en apelación.
LIBRO SEGUNDO:
DE LOS BIENES Y DE LAS DIFERENTES MODIFICACIONES
DE LA PROPIEDAD
TÍTULO I
DE LA DISTINCIÓN DE LOS BIENES
Art. 516.- Todos los bienes son muebles e inmuebles.
CAPÍTULO I
De los bienes inmuebles
Art. 517.- Son inmuebles los bienes, o por su naturaleza, o por su
destino, o por el objeto a que se aplican.
Art. 518.- Las heredades y los edificios son inmuebles por su
naturaleza.
Art. 519.- Los molinos de viento o de agua, fijos sobre pilares y
que constituyan parte del edificio, son también inmuebles por su
naturaleza.
Art. 520.- Las cosechas pendientes y los frutos aún no cogidos de
los árboles, son también inmuebles.
Desde que los granos estén segados y los frutos estén desprendi-
dos, aunque no se hayan transportado, son ya muebles. Si sólo se
ha desprendido una parte de la cosecha, ésta sólo será mueble.
Art. 521.- Las maderas que se cortan en los bosques u otros sitios,
se consideran muebles a medida que se derriban los árboles.
Art. 522.- Los animales que el propietario de la heredad entrega al
arrendatario o colono para el cultivo, estén o no tasados, se repu-
tan inmuebles mientras están anexos a la heredad por efecto del
convenio.
CAPÍTULO II
De los muebles
Art. 527.- Los bienes son muebles por su naturaleza o por disposi-
ción de la ley.
Art. 528.- Son muebles por naturaleza; los cuerpos que pueden
transportarse de un punto a otro, bien se muevan por sí mismos,
como los animales, bien que no puedan cambiar de sitio sino por
efecto de una fuerza exterior, como las cosas inanimadas.
Art. 529.- Son muebles por la disposición de la ley: las obligaciones y
acciones que tienen por objeto cantidades exigibles o efectos mue-
bles; las acciones o intereses en las compañías de crédito público,
de comercio o de industria, aunque pertenezcan a dicha compañías
algunos bienes inmuebles dependientes de estas empresas. Estas
acciones o intereses se reputan como muebles con respecto a cada
socio, mientras subsiste la sociedad.
También son muebles por disposición de la ley, las rentas perpetuas
o vitalicias, bien graviten sobre el Estado o sobre particulares.
ÍNDICE POR 157
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO III
De los bienes en su relación
con los que los poseen
Art. 537.- Los particulares pueden disponer libremente de los bie-
nes que les pertenecen, con las modificaciones establecidas por las
leyes.
Los bienes que no pertenecen a particulares, se administran y no
pueden ser enajenados sino del modo y según las reglas que les son
peculiares.
Art. 538.- Los caminos, vías y calles que están a cargo del Estado, los
ríos, navegables o flotables, las orillas, las ensenadas y bahías en el
mar, puertos, radas, y en general, todas las porciones del territorio
dominicano, que no son susceptibles de propiedad particular, se
considerarán como dependencias del dominio público.
Art. 539.- Todos los bienes vacantes y sin dueño, y los de las per-
sonas que mueran sin herederos o cuyas herencias se abandonen,
pertenecen al dominio público.
Art. 540.- Las puertas, muros, fosos, y defensas de las plazas de gue-
rra y de las fortalezas, también forman parte del dominio público.
Art. 541.- En el mismo caso están los terrenos, fortificaciones y
defensas de las plazas que ya no fueren de guerra: pertenecen al
Estado, si no se han enajenado legítimamente, o si la propiedad no
ha sido objeto de prescripción contra el mismo Estado.
Art. 542.- Son bienes comunales, aquellos a cuya propiedad o
usufructo han adquirido derecho los habitantes de uno o muchos
pueblos.
Art. 543.- Puede ejercerse en los bienes, o un derecho de propie-
dad, o un simple derecho de usufructo, o tan sólo un dominio útil.
TÍTULO II
DE LA PROPIEDAD
Art. 544.- La propiedad es el derecho de gozar y disponer de las
cosas del modo más absoluto, con tal de que no se haga de ellas un
uso prohibido por las leyes y reglamentos.
Art. 545.- Nadie puede ser obligado a ceder su propiedad a no ser por
causa de utilidad pública, previa justa indemnización pericial, o cuando
haya discrepancia en la estimación, por juicio de Tribunal competente.
Art. 546.- La propiedad de una cosa, mueble, o inmueble, da
derecho sobre todo lo que produce, y sobre lo que se le agrega
accesoriamente, sea natural o artificialmente.
Este derecho se llama de accesión.
CAPÍTULO I
Del derecho de accesión sobre lo que la cosa produce
Art. 547.- Los frutos naturales e industriales de la tierra; los frutos
civiles; las crías de los animales; pertenecen al propietario por de-
recho de accesión.
ÍNDICE POR 160
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
Del derecho de accesión sobre lo
que se agrega o incorpora a la cosa
Art. 551.- Todo lo que se le agrega o incorpora a la casa, pertenece
al dueño de ésta, conforme a las reglas siguientes:
SECCIÓN I
Del derecho de accesión con relación a las cosas inmuebles.
SECCIÓN II
Del derecho de accesión relativo a las cosas muebles.
TÍTULO III
DEL USUFRUCTO, DEL USO Y DE LA HABITACIÓN
CAPÍTULO I
Del usufructo
Art. 578.- El usufructo consiste en el derecho de gozar de cosas cuya
propiedad pertenece a otro, como éste mismo; pero conservando
la sustancia de aquéllas.
Art. 579.- El usufructo se establece por la ley o por la voluntad del
hombre.
Art. 580.- Puede constituirse puramente, a cierto día y con condición.
Art. 581.- Puede establecerse sobre toda especie de bienes, mue-
bles o inmuebles.
SECCIÓN I
De los derechos del usufructuario.
SECCIÓN II
De las obligaciones del usufructuario.
Art. 600.- El usufructuario toma las cosas en el estado en que están,
pero no puede entrar en un goce, sino después de haber hecho
ÍNDICE POR 169
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
Del uso y de la habitación
Art. 625.- Los derechos de uso y habitación se adquieren y pierden
del mismo modo que el usufructo.
Art. 626.- No puede gozarse de ellos, como se ha dicho del usufruc-
to, sin dar antes fianza y sin hacer estados o inventarios.
Art. 627.- El usuario y el que tiene derecho de habitación, deben
disfrutarlos como buenos padres de familia.
Art. 628.- Los derechos de uso y habitación se arreglarán por el títu-
lo o escritura que los hubiere establecido, y recibirán más o menos
extensión, según lo que en ellos se disponga.
Art. 629.- Si el título no explica la extensión de estos derechos, se
arreglarán del modo siguiente:
Art. 630.- El que tenga el uso de los frutos de una finca, no puede
tomar de ellos más que los necesarios para sus urgencias y las de
su familia.
ÍNDICE POR 174
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
TÍTULO IV
DE LAS SERVIDUMBRES
O CARGAS INMOBILIARIAS
Art. 637.- La servidumbre es una carga impuesta sobre una heredad,
para el uso y utilidad de una finca perteneciente a otro propietario.
Art. 638.- La servidumbre no establece preeminencia alguna de
una heredad sobre otra.
Art. 639.- Tiene su origen o en la situación de los predios o en
obligaciones impuestas por la ley, o en contrato hecho entre los
propietarios.
CAPÍTULO I
De las servidumbres que tienen su origen
en la situación de los predios
Art. 640.- Los predios inferiores están sujetos a recibir de los más
elevados, las aguas que de éstos se derivan, sin que contribuya a
ello la mano del hombre. El propietario inferior no puede elevar
diques que impidan la corriente o descenso de las aguas.
El propietario superior no puede ejecutar nada que sea causa del
aumento de servidumbre que sufren los predios inferiores.
Art. 641.- El que tiene dentro de su propiedad un manantial,
puede disponer de él según su voluntad, salvo los derechos que
el propietario del predio inferior haya podido adquirir por título o
prescripción.
Art. 642.- (Modificado por la Ley 585 del 28 de octubre de 1941, G.
O. 5661). La prescripción en este caso no puede adquirirse, sino por
el goce no interrumpido de veinte años, a contar desde el momen-
to en que el propietario del predio inferior haya hecho y terminado
obras aparentes, destinadas a facilitar la corriente y entrada o caída
del agua en su propiedad.
Art. 643.- El propietario del manantial no puede cambiar su cur-
so, cuando provee a los habitantes de un poblado del agua que
es necesaria; pero si los habitantes no han adquirido o prescrito
su uso, el propietario puede reclamar una indemnización que se
determinará por peritos.
Art. 644.- (Derogado por la Ley 288, del 26 de mayo de 1943, G.O.
5923).
Párrafo: (Agregado por la Ley 1643, del 14 de febrero de 1948,
G.O. 6752) En los casos de sequía prolongada, los residentes en los
predios afectados por la sequía que estén distantes de las aguas
públicas, tendrán derecho a tomar en las aguas naturales privadas
de los predios vecinos las cantidades que necesiten para usos
ÍNDICE POR 176
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
De las servidumbres establecidas por la ley
Art. 649.- Las servidumbres establecidas por la ley, tienen por obje-
to la utilidad pública de los particulares.
Art. 650.- Las que se establezcan con motivo de la utilidad pú-
blica o comunal, tienen por objeto la senda a orilla de los ríos, la
construcción o reparación de los caminos, y otras obras públicas o
comunales.
Todo lo que se refiere a esta clase de servidumbre, está determina-
do por las leyes o reglamentos particulares.
Art. 651.- La ley somete a los propietarios a diferentes obligaciones,
el uno respecto del otro, e independientes de todo contrato.
SECCIÓN I
De la pared y zanja medianeras.
Art. 653.- En los poblados y en los campos, toda pared que sirva de
separación entre edificios en toda su medianería o entre patios y
jardines, y aun entre cercados en los campos, se presume mediane-
ra si no hay títulos ni señas que prueben lo contrario.
Art. 654.- Hay señal de no existir la medianería, cuando lo más alto
de la pared esté derecho y a plomo sobre la superficie exterior de
uno de los lados y presenta por el otro un plano inclinado. Existen
también cuando en uno solo de los lados aparecen caballetes y fi-
letes salientes de piedra que se hubiesen hecho al edificar la pared.
En estos casos se considera el muro de la propiedad exclusiva del
dueño del lado de cuya finca estén las vertientes o y se hallen em-
potrados los filetes y piedras salientes.
Art. 655.- La reparación y construcción de la pared medianera, son
de cuenta de todos aquellos que tengan derecho a la misma, y pro-
porcionalmente al derecho de cada uno.
Art. 656.- Sin embargo, todo copropietario de una pared media-
nera, puede excusarse de contribuir a los gastos de reparación y
construcción, abonando el derecho de medianería, siempre que la
pared medianera no sostenga un edificio de su propiedad.
Art. 657.- Todo copropietario puede apoyar sus construcciones
en el muro medianero, haciendo descansar en él vigas o tirantes,
en todo el grueso de la pared, dejando un espacio de cincuenta y
cuatro milímetros (dos pulgadas) próximamente, sin perjuicio del
ÍNDICE POR 178
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN II
De la distancia y obras intermedias exigidas
para determinadas construcciones
Art. 674.- El que haga excavar un pozo, algibe, pila o letrina para
su servicio cerca de una pared, sea o no medianera; el que en el
mismo sitio se proponga construir chimeneas, horno, fogón o fra-
gua; construir al lado un establo o establecer un almacén de sal o
montón de materias corrosivas, está obligado a guardar la distancia
de diecinueve decímetro (seis pies) entre la obra y el muro.
SECCIÓN III
De las vistas sobre la propiedad del dueño colindante.
SECCIÓN IV
De las vertientes de los techos.
Art. 681.- Todo propietario debe construir los techos de modo que
viertan las aguas pluviales a su propiedad o a la vía pública, no pu-
diendo arrojarlas a la propiedad vecina.
SECCIÓN V
Del derecho de tránsito.
CAPÍTULO III
De las servidumbres establecidas
por los actos del hombre
SECCIÓN I
De las diversas especies de servidumbres que
pueden establecerse sobre los bienes.
SECCIÓN II
Modo de establecer las servidumbres.
SECCIÓN III
De los derechos del propietario del predio dominante.
SECCIÓN IV
Del modo de extinguirse la servidumbre.
Art. 703.- Cesan las servidumbres, cuando las cosas se ponen en tal
estado que ya no puede usarse de ellas.
Art. 704.- Reviven, si las cosas se restablecen de modo que se pue-
da usar de las servidumbres, a no ser que haya pasado el tiempo
bastante para hacer presumir la extinción de este derecho, según
se dice en el artículo 707.
Art. 705.- Toda servidumbre se extingue, cuando el predio a que se
debe y el que lo debe se unen en una misma persona.
LIBRO TERCERO:
DE LOS DIFERENTES MODOS DE
ADQUIRIR LA PROPIEDAD
DISPOSICIONES GENERALES
Art. 711.- La propiedad de los bienes se adquiere y trasmite por
sucesión, por donación entre vivos o testamentaria, y por efecto de
obligaciones.
Art. 712.- La propiedad se adquiere también por accesión o incor-
poración, y por prescripción.
Art. 713.- Los bienes que no tienen dueño, pertenecen al Estado.
ÍNDICE POR 187
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Art. 714.- Hay cosas que a nadie pertenecen, y cuyo uso es común
de todos.
Las leyes de policía regulan el modo de disfrutarlas.
Art. 715.- La facultad de cazar o de pescar, está también determina-
da por leyes particulares.
Art. 716.- La propiedad de un tesoro pertenece al que lo encuentra
en su propia finca: si se encuentra en finca de otro, pertenece por
mitad al que lo ha descubierto y al dueño de la finca.
Se considera como tesoro, todo lo que se encuentre escondido o
enterrado, que se descubre por pura casualidad, y cuya propiedad
nadie puede justificar.
Art. 717.- También se regulan por leyes particulares los derechos
sobre los objetos echados al mar, y los que la mar arroja, sea
cualquiera su naturaleza; y sobre las plantas y yerbas que nacen y
crecen en sus costas.
Lo mismo sucede con las cosas perdidas, cuyo dueño no se presente.
TÍTULO I
DE LAS SUCESIONES
CAPÍTULO I
De la apertura de las sucesiones y de
la ocupación por los herederos
Art. 718.- Las sucesiones se abren por la muerte de aquel a quien
se derivan.
Art. 719.- (Abrogado).
Art. 720.- Si varias personas llamadas respectivamente a suceder-
se, perecen en un mismo acto, sin que pueda reconocerse cuál
de ellas ha muerto la primera, la presunción de supervivencia se
ÍNDICE POR 188
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
De las cualidades necesarias para suceder.
Art. 725.- Para suceder es preciso existir necesariamente en el
momento en que la sucesión se abre. Por consiguiente, están inca-
pacitados para suceder: 1o. el que no ha sido aún concebido; 2o. el
niño que no haya nacido viable.
ÍNDICE POR 189
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO III
De los diversos órdenes de sucesiones
SECCIÓN I
Disposiciones generales.
Art. 731.- Suceden los hijos y descendientes del difunto, sus as-
cendientes y los colaterales en el orden y según las reglas que a
continuación se determinan.
Art. 732.- La ley no atiende ni al origen ni a la naturaleza de los
bienes para arreglar el derecho de heredarlos.
Art. 733.- La herencia perteneciente a ascendientes y colaterales,
se divide en dos partes iguales: una para los parientes de la línea
paterna, y otra para los de la materna.
Los parientes uterinos o consanguíneos no son excluidos por los
carnales; pero no toman parte más que en su línea, excepto en los
casos previstos en el artículo 752. Los parientes carnales adquieren
en las dos líneas.
No hay devolución de una a otra línea, sino cuando no halla ascen-
diente ni colateral alguno en una de ellas.
Art. 734.- Hecha esta primera división entre las líneas paterna y
materna, no se hace ya otra entre las diversas ramas de cada línea,
sino que la mitad que toca a cada una pertenece al heredero o
herederos más próximos en grado, excepto el caso de la represen-
tación, como más adelante se dirá.
Art. 735.- La proximidad de parentesco se gradúa por el número de
generaciones; y cada generación se llama grado.
Art. 736.- La serie de los grados forma la línea: se llama recta, la
serie de los grados entre personas que descienden unas de otras;
colateral, la serie de los grados entre personas que no descienden
unas de otras, pero descienden de un padre común.
ÍNDICE POR 191
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN II
De la representación
SECCIÓN III
De las sucesiones de los descendientes
SECCIÓN IV
De las sucesiones de los ascendientes
SECCIÓN V
Sucesión de los colaterales
Art. 750.- En caso de muerte anterior de los padres de una per-
sona fallecida sin descendencia, sus hermanos o hermanas o sus
descendientes están llamados a heredarles, con exclusión de los
ascendientes y de los demás colaterales.
Suceden por derecho propio, o en representación, y en la forma
determinada en la sección segunda del presente capítulo.
ÍNDICE POR 194
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO IV
De las sucesiones irregulares.
SECCIÓN I
De los derechos de los hijos naturales a los bienes de sus
padres, y de la sucesión de los hijos naturales
muertos sin descendencia.
SECCIÓN II
De los derechos del cónyuge superviviente y del Estado
CAPÍTULO V
De la aceptación y de la
repudiación de las sucesiones.
SECCIÓN I
De la reputación.
SECCIÓN II
De la repudiación de las sucesiones
SECCIÓN III
Del beneficio de inventario, de sus
efectos y de las obligaciones del heredero beneficiario
SECCIÓN IV
De las sucesiones vacantes
CAPÍTULO VI
SECCIÓN I
De la acción de partición y de su forma.
Las diligencias de los peritos deben contener las bases del avalúo;
indicarán si el objeto tasado es susceptible de cómoda división,
de qué manera ha de hacerse ésta y fijar, por último, en caso de
proceder a la misma, cada una de las partes que puedan formarse,
y su respectivo valor.
Art. 825.- El avalúo de los muebles, si no se ha hecho la estimación
en un inventario regular, debe hacerse por personas inteligentes,
en un justo precio y sin aumento.
Art. 826.- Cada uno de los coherederos puede pedir su parte en los
mismos muebles e inmuebles de la sucesión. Sin embargo, si hay
acreedores que hayan hecho embargos u oposición, o si la mayoría
de los coherederos juzga la venta necesaria para pago de deudas o
cargas de la sucesión, se venderán los muebles públicamente y en
la forma ordinaria.
Art. 827.- Si no pueden dividirse cómodamente los inmuebles, se
procederá a su venta por licitación ante el tribunal.
Sin embargo, las partes, si todas son mayores de edad, podrán con-
sentir que se haga la licitación ante un notario, para cuya elección
se pondrán de acuerdo.
Art. 828.- Una vez estimados y vendidos los bienes muebles o
inmuebles, el juez comisionado, si procede, mandará a los interesa-
dos ante el notario que ellos mismos hayan designado, o que haya
sido nombrado de oficio, si sobre este punto no hubiere habido
acuerdo.
Ante este oficial público se procederá a la dación y liquidación de
las cuentas que los copartícipes puedan tener entre sí, a la forma-
ción de la masa general de bienes; al arreglo de los lotes o hijuelas;
y a las cantidades que hayan de suministrarse a cuenta, a cada uno
de los interesados.
Art. 848.- Del mismo modo, el hijo que venga por derecho propio a
la sucesión del donante, no está obligado a colacionar la donación
hecha a su padre, aun cuando hubiere aceptado la sucesión de
este; pero si su carácter de heredero se debe a la representación,
debe aportar todo cuanto se hubiere dado a su padre, aun en el
caso en que no hubiere admitido su sucesión.
Art. 849.- Las dádivas y legados hechos al cónyuge de una persona
que tenga capacidad para heredar, se reputan hechos con dispensa
de colación.
Si aquellos hubiesen sido hechos conjuntamente a dos esposos, de
los cuales uno solo estuviere en condiciones de heredar, colaciona-
rá éste la mitad de lo recibido; y si fuesen hechos al cónyuge hábil
para suceder: los colacionará íntegros.
Art. 850.- La colación no se hará sino en la sucesión del donante.
Art. 851.-Se debe traer a colación lo que se hubiere empleado para
el establecimiento de uno de los coherederos o para el pago de sus
deudas.
Art. 852.- No se deben colacionar los gastos de alimentos, ma-
nutención, educación, aprendizaje, los ordinarios de equipo, los
regalos de uso y gastos de bodas.
Art. 853.- Lo mismo sucederá con las utilidades que el heredero
pudiera deducir de algunos convenios celebrados con el difunto, si
aquellos, al otorgarse, no ofrecían ninguna utilidad indirecta.
Art. 854.- Tampoco procede la colación, cuando se trata de socie-
dades formadas sin fraude entre el difunto y uno de los herederos,
con tal que las condiciones de aquellas se hayan consignado en
documento auténtico.
Art. 855.- No están sujetos a colación los bienes inmuebles destrui-
dos por caso fortuito y sin culpa del donatario.
SECCIÓN III
Del pago de las deudas
Art. 870.- Los coherederos contribuirán entre sí al pago de las deu-
das y cargas de la sucesión, uno en proporción de lo que recibe en
ella.
ÍNDICE POR 213
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN IV
De los efectos de la partición y de la garantía de los lotes
SECCIÓN V
De la rescisión en materia de particiones
TÍTULO II
DE LAS DONACIONES ENTRE VIVOS
Y DE LOS TESTAMENTOS
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 893.- Ninguno podrá disponer de sus bienes a título gratuito,
sino por donación entre vivos o por testamento, en forma que este
Código expresa.
CAPÍTULO II
De la capacidad de disponer o de adquirir por
donación entre vivos o por testamento
Art. 901.- Para hacer una donación entre vivos o un testamento, es
preciso estar en perfecto estado de razón.
Art. 902.- Pueden disponer y adquirir, bien por donación entre
vivos o por testamento, todos aquellos que la ley no declara
incapacitados.
Art. 903.- El menor de menos de dieciséis años no podrá disponer
más que en los casos y forma que determina el capítulo 9no. del
presente título.
Art. 904.- Una vez llegado el menor de edad de dieciséis años, no
podrá disponer sino por testamento, y solo hasta la mitad de los
bienes de que la ley permite disponer al mayor de edad.
Art. 905.- (Derogado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940,
G. O. 5535).
Art. 906.- Para ser capaz de recibir entre vivos, basta estar ya con-
cebido en el momento de la donación.
Para estar en condiciones de heredar por testamento, basta estar
concebido en la época de la muerte del testador.
Sin embargo cuando el niño no naciese viable, no producirán efecto
ni la donación ni el testamento.
CAPÍTULO III
DE LA PORCIÓN DE BIENES DISPONIBLE
Y DE LA REDUCCIÓN
SECCIÓN I
De la porción de bienes disponible
Art. 913.- Las donaciones hechas por contrato entre vivos o por tes-
tamento, no pueden exceder de la mitad de los bienes del donante,
si ha su fallecimiento dejare un solo hijo legítimo; de la tercera par-
te, si deja dos hijos, y de la cuarta parte, si éstos fuesen tres o más.
Art. 914.- Están comprendidos en el artículo precedente, bajo el
nombre de hijos, los descendientes de cualquier grado; pero no
se contarán sino por el hijo que representen en la sucesión del
testador.
Art. 915.- Las donaciones por contrato entre vivos o por testamen-
to, no pueden exceder de la mitad de los bienes, si a falta de hijo el
donante deja uno o varios ascendientes en cada una de las líneas
paterna y materna, y de las tres cuartas partes, si no deja ascen-
dientes más que en una línea.
Los bienes en esta forma reservados en beneficio de los ascendien-
tes, los recibirán éstos en el orden en que la ley los llame a suceder;
tendrán por sí sólo derechos a esta reserva en todos los casos en
que la partición, en concurrencia con los colaterales, no les diese la
porción de bienes a que la reserva ascienda.
Art. 916.- A falta de ascendientes y descendientes, las donaciones
por contrato entre vivos o por testamento, podrán absorber la to-
talidad de los bienes.
Art. 917.- Si la disposición por acto entre vivos o por testamento,
es de un usufructo o de una renta vitalicia, cuyo valor exceda de
la porción disponible, los herederos, en beneficio de los cuales se
SECCIÓN III
De la reducción de las donaciones y legados.
CAPÍTULO IV
DE LAS DONACIONES ENTRE VIVOS
SECCIÓN I
De la forma de las donaciones entre vivos.
Art. 931.- Todo acto que contenga donación entre vivos se hará
ante notario, en la forma ordinaria de los contratos, protocolizán-
dose, bajo pena de nulidad.
Art. 932.- La donación entre vivos no obligará al donante, y no pro-
ducirá efecto alguno sino desde el día en que haya sido aceptada
en términos expresos. La aceptación podrá hacerse en vida del do-
nante por acta posterior y auténtica, que se protocolizará; pero en
este caso la donación no producirá efecto respecto del que la hizo,
más que desde el día en que se le notifique el acta de aceptación.
Art. 933.- Si el donatario es mayor de edad, debe hacerse la aceptación
por él mismo, o en su nombre, por un apoderado especial, con poder
ÍNDICE POR 224
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN II
Excepciones de la regla de irrevocabilidad
de las donaciones entre vivos
CAPÍTULO V
DE LAS DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS
SECCIÓN I
Reglas generales sobre la forma de los testamentos
Art. 967.- Toda persona podrá disponer por testamento, sea bajo el
título de institución de heredero, con el de legado o cualquiera otra
denominación oportuna, para expresar su ultima voluntad.
Art. 968.- No podrá hacerse testamento en un mismo acto, por
dos o más personas, bien a beneficio de un tercero o a título de
disposición mutua y recíproca.
Art. 969.- El testamento podrá ser ológrafo, o hecho por instrumen-
to público, o en forma mística.
Art. 970.- El testamento ológrafo no será válido, si no está escrito
por entero, fechado y firmado de mano del testador; no está sujeto
a ninguna otra formalidad.
Art. 971.- El testamento por acto público es, el otorgado ante dos
notarios y en presencia de dos testigos, o por un notario en presen-
cia de dos testigos, o por un notario en presencia de cuatro testigos.
Art. 972.- Si el testamento se otorga ante dos notarios, será dictado
por el testador y escrito por uno de ellos, tal como se dicte. Si no
asistiese al acto más que un notario, debe también éste escribir lo
que el testador le dicte. En uno y en otro caso deberá leérsele a
éste en presencia de los testigos. De todos estos detalles se hará
mención expresa en el acta.
SECCIÓN II
De las reglas particulares sobre la forma
de determinados testamentos.
SECCIÓN III
De la institución de heredero, y de los legados en general
Art. 1002.- Las disposiciones testamentarias o son universales o
hechas a título universal, o a título particular. Cada una de estas
disposiciones, bien se haga bajo la denominación de institución
de heredero, o como legado, producirá su efecto, conforme a las
reglas que a continuación se establece para los legados universales,
para los hechos a título universal, y para los legados particulares.
SECCIÓN IV
Del legado universal
Art. 1003.- El legado universal es la disposición testamentaria por la
cual el testador da a una o muchas personas la universalidad de los
bienes que deje a su fallecimiento.
Art. 1004.- Si a la muerte del testador hay herederos a los cuales
haya de reservarse, con arreglo a la ley, una porción de sus bienes,
estos herederos ocuparán de pleno derecho los bienes del testa-
dor; y el legatario universal deberá pedirles la entrega de los bienes
comprendidos en el testamento.
Art. 1005.- En los mismos casos el legatario universal disfrutará de
los bienes incluidos en el testamento, desde el día del fallecimiento,
si la demanda para la entrega de aquellos se ha intentado dentro
del año posterior a aquel acontecimiento; en otro caso, el goce de
los bienes no principiará sino desde el día en que la demanda se
presentase en forma a los tribunales, o desde aquél en que se haya
consentido voluntariamente la entrega.
Art. 1006.- Cuando a la muerte del testador no hubiese herederos a
quienes se deba reservar por el precepto legal una porción de bie-
nes, el legatario universal ocupará de pleno derecho, sin necesidad
de pedir su entrega.
Art. 1007.- Todo testamento ológrafo se debe presentar, antes de
ponerse en ejecución, al presidente del tribunal de primera instan-
cia del distrito en que se abra la sucesión. Este testamento se abrirá
si está cerrado. El presidente extenderá acta de la presentación, de
la apertura y del Estado del testamento, y mandará que se deposite
en manos del notario por él comisionado.
Si el testamento está en la forma mística, se hará del mismo modo
su presentación, apertura, descripción y depósito; pero no podrá
hacerse la apertura, sino en presencia o con citación de aquellos
notarios y testigos que firmaron el acta de suscripción y se hallare
en aquel paraje.
ÍNDICE POR 236
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN V
Del legado a título universal.
SECCIÓN VI
De los legados particulares
SECCIÓN VII
De los ejecutores testamentarios
SECCIÓN VIII
De la revocación de los testamentos y de su caducidad
CAPÍTULO VI
De las disposiciones permitidas en favor de los nietos del do-
nante o testador, o de los hijos de sus hermanos y hermanas
Art. 1048.- Los bienes de que puedan disponer los padres, podrán
ser donados por éstos en todo o en parte, a uno o más de sus hijos,
por acta entre vivos o testamentaria, con la obligación de restituir
estos bienes a los hijos nacidos y por nacer, en solo el primer grado,
de los dichos donatarios.
Art. 1049.- Será válida, en caso de morir sin hijos, la disposición que
el difunto haya hecho por acta entre vivos o testamentaria en favor
de uno o más de sus hermanos o hermanas, del todo o parte de los
bienes a los hijos nacidos y por nacer, en solo el primer grado, de
los hermanos y hermanas donatarios.
Art. 1050.- No serán válidas las disposiciones permitidas en los dos
artículos precedentes, sino en cuanto el gravamen de restitución
sea en favor de todos los hijos nacidos y por nacer del gravado, sin
excepción ni preferencia de edad o sexo.
Art. 1051.- Si en los expresados casos del gravado con la restitución
en favor de sus hijos, muere dejando hijos en el primer grado y
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO VII
De las particiones hechas por el padre,
la madre u otros ascendientes,
entre sus descendientes
Art. 1075.- El padre, la madre y demás ascendientes podrán hacer
entre sus hijos y descendientes la distribución y partición de sus
bienes.
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Art. 1076.- Estas particiones se podrán hacer por acto entre vivos y
testamentarios, con las formalidades, condiciones y reglas estable-
cidas para las donaciones entre vivos y los testamentos.
Las particiones hechas por actos entre vivos, sólo podrán tener por
objeto los bienes actuales.
Art. 1077.- Si no fueren comprendidos en la partición todos los
bienes que el ascendiente dejó al tiempo de su fallecimiento, se
dividirán con arreglo a la ley los que no lo fueron.
Art. 1078.- Si la partición no estuviere hecha entre todos los hijos
que existían al tiempo del fallecimiento y los descendientes de los
que habían muerto, será nula enteramente. Se podrá solicitar otra
nueva en la forma legal, así por los hijos o descendientes que no
hayan recibido parte alguna, como por aquellos entre quienes se
hubiere hecho la partición.
Art. 1079.- La partición hecha por el ascendiente se podrá impugnar
por causa de lesión en más de la cuarta parte: podrá serlo también
en el caso de que resultase de la partición y de las disposiciones
hechas por vía de mejora, que uno de los copartícipes hubiese sido
beneficiado en más de lo que la ley le permite.
Art. 1080.- El descendiente que, por una de las causas expresadas
en el artículo precedente, impugnare la partición hecha por el as-
cendiente, deberá adelantar los gastos de la tasación; y no se le
abonarán en definitiva, como tampoco las costas del pleito, si no se
declara bien fundada la reclamación.
CAPÍTULO VIII
De las donaciones hechas por contrato de
matrimonio a los cónyuges y a los hijos
que nazcan del matrimonio
Art. 1081.- Toda donación intervivos de bienes presentes, aunque
sea hecha por contrato de matrimonio a los cónyuges o a uno de
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ellos, está sujeta a las reglas generales prescritas para las donacio-
nes. No podrá tener lugar en favor de los hijos que están por nacer,
sino en los casos mencionados en el capítulo 6o. del presente título.
Art. 1082.- Los padres y madres, los demás ascendientes, los pa-
rientes colaterales de los cónyuges, y aún los extraños, podrán por
contrato de matrimonio, disponer del todo o parte de los bienes
que dejaren el día de su fallecimiento, así en favor de los dichos
cónyuges, como en el de los hijos que hayan de nacer de su matri-
monio, caso que el donante sobreviva al cónyuge donatario.
Semejante donación, aunque hecha sólo en favor de los cónyuges
o de uno de ellos, si sobreviviere el donante, se presumirá hecha
en favor de los hijos y descendientes que nazcan del matrimonio.
Art. 1083.- La donación hecha en la forma prescrita por el artículo
precedente, será irrevocable únicamente en el sentido de que el
donante no podrá disponer, a título gratuito, de las cosas compren-
didas en la donación, a menos que lo haga en pequeñas sumas, a
título de recompensa o de otro modo.
Art. 1084.- La donación hecha en el contrato de matrimonio po-
drá ser acumulativa de bienes presentes y futuros, en todo o en
parte, con la obligación de que se una al instrumento o acta a un
estado de las deudas y cargas del donante, existentes al tiempo de
la donación; en cuyo caso será libre el donatario al tiempo del falle-
cimiento del donante, para contentarse con los bienes presentes,
renunciando al resto de los bienes del donante.
Art. 1085.- Si no se unió el estado de que se hace mención en el
artículo anterior, al instrumento que contiene la donación de los
bienes presentes y futuros, estará obligado el donatario a aceptar o
repudiar esta donación en su totalidad. En caso de aceptación, no
podrá reclamar sino los bienes que existieren el día de la muerte
del donante, y estará sujeto al pago de todas las deudas y cargas
de la sucesión.
CAPÍTULO IX
De las disposiciones entre esposos, hechas
en el contrato de matrimonio, o después
de celebrado el matrimonio
Art. 1091.- Los cónyuges podrán, por contrato de matrimonio, ha-
cerse recíprocamente, o uno al otro, las donaciones que consideren
TÍTULO III
DE LOS CONTRATOS O DE LAS OBLIGACIONES
CONVENCIONALES EN GENERAL
CAPÍTULO I
Disposiciones preliminares
Art. 1101.- El contrato es un convenio en cuya virtud una o varias
personas se obligan respecto de una o de varias otras, a dar, hacer
o no hacer alguna cosa.
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
De las condiciones esenciales para
la validez de las convenciones
Art. 1108.- Cuatro condiciones son esenciales para la validez de una
convención:
El consentimiento de la parte que se obliga;
Su capacidad para contratar;
ÍNDICE POR 253
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN I
Del consentimiento.
Art. 1109.- No hay consentimiento válido, si ha sido dado por error,
arrancado por violencia o sorprendido por dolo.
Art. 1110.- El error no es causa de nulidad de la convención, sino
cuando recae sobre la sustancia misma de la cosa que es su objeto.
No es causa de nulidad, cuando únicamente recae en la persona
con la cual hay intención de contratar, a no ser que la consideración
de esta persona sea la causa principal de la convención.
Art. 1111.- La violencia ejercida contra el que ha contraído una
obligación, es causa de nulidad, aunque haya sido ejecutada por
un tercero distinto de aquel en beneficio de quien se hizo el pacto.
Art. 1112.- Hay violencia, cuando esta es de tal naturaleza, que
haga impresión en sujeto de sano juicio, y que pueda inspirarle el
temor de exponer su persona o su fortuna, a un mal considerable y
presente. En esta materia hay que tener en cuenta la edad, el sexo
y la condición de las personas.
Art. 1113.- La violencia es causa de nulidad del contrato, no sólo
cuando haya ejercido en la persona del contratante, sino cuando
han sido objeto de ella el cónyuge, descendientes o ascendientes
de aquél.
Art. 1114.- El temor respetuoso hacia los padres u otros ascendien-
tes, sin que hayan mediado verdaderos actos de violencia, no basta
por sí solo para anular el contrato.
Art. 1115.- No puede un contrato ser nuevamente impugnado por
causa de violencia, si después de cesada ésta se ha aprobado el
contrato expresa o tácitamente, o dejando pasar el tiempo de la
restitución fijado por la ley.
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SECCIÓN II
De la capacidad de las partes contratantes.
SECCIÓN III
Del objeto y materia de los contratos
Art. 1126.- Todo contrato tiene por objeto la cosa que una parte se
obliga a dar, o que una parte se obliga a hacer o a no hacer.
Art. 1127.- El simple uso o la simple posesión de una cosa puede
ser, no menos que la cosa misma, objeto del contrato.
Art. 1128.- Sólo las cosas que están en el comercio pueden ser
objeto de los contratos.
Art. 1129.- Es preciso que la obligación tenga por objeto una cosa
determinada, a lo menos en cuanto a su especie.
La cuantía de la cosa puede ser incierta, con tal que la cosa misma
pueda determinarse.
Art. 1130.- Las cosas futuras pueden ser objeto de una obligación.
Sin embargo, no se puede renunciar a una sucesión no abierta, ni
hacer estipulación alguna sobre ella, ni aun con el consentimiento
de aquél de cuya sucesión se trata.
SECCIÓN IV
De la causa
CAPÍTULO III
DEL EFECTO DE LAS OBLIGACIONES
SECCIÓN I
Disposiciones Generales
SECCIÓN II
De la obligación de dar
SECCIÓN III
De la obligación de hacer o de no hacer
Art. 1142.- Toda obligación de hacer o de no hacer, se resuelve en
indemnización de daños y perjuicios, en caso de falta de cumpli-
miento de parte del deudor.
SECCIÓN IV
De las indemnizaciones de daños y perjuicios que resultan
de la falta de cumplimiento de la obligación
SECCIÓN V
De la interpretación de las convenciones.
SECCIÓN VI
Del efecto de las convenciones respecto de terceros
CAPÍTULO IV
DE LAS DIVERSAS ESPECIES DE OBLIGACIONES
SECCIÓN I
De las obligaciones condicionales
SECCIÓN II
De las obligaciones a término fijo
SECCIÓN III
De las obligaciones alternativas
SECCIÓN IV
De las obligaciones solidarias
Párrafo I: De la solidaridad entre los acreedores
Art. 1197.- La obligación es solidaria entre muchos acreedores,
cuando el título da expresadamente a cada uno de ellos el derecho
de pedir el pago del total del crédito, y que el pago hecho a uno
de ellos libre al deudor, aunque el beneficio de la obligación sea
partible y divisible entre los diversos acreedores.
Art. 1198.- Es facultativo al deudor el pago a uno o a otro de los
acreedores solidarios, mientras que no haya sido apremiado por
uno de los dos. Sin embargo, la quita dada por uno de los acree-
dores solidarios, no deja al deudor libre sino por la parte de este
acreedor.
Art. 1199.- Todo acto que interrumpe la prescripción respecto a
uno de los acreedores solidarios, aprovecha a los otros acreedores.
Párrafo II: De la solidaridad por parte de los deudores
Art. 1200.- Hay solidaridad por parte de los deudores, cuando es-
tán obligados a una misma cosa, de manera que cada uno de ellos
pueda ser requerido por la totalidad, y que el pago hecho por uno,
libre a los otros respecto del acreedor.
Art. 1201.- La obligación puede ser solidaria, aunque uno de los
deudores esté obligado de una manera distinta que el otro, al pago
de la misma cosa; por ejemplo, si el uno no está obligado sino
condicionalmente, mientras que el compromiso del otro es puro y
simple; o si el uno tiene un término que no le ha sido concedido al
otro.
Art. 1202.- La solidaridad no se presume; es preciso se haya esti-
pulado expresamente. Esta regla no deja de existir sino en el caso
ÍNDICE POR 267
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contra los otros, pero bajo la deducción de la parte del deudor que
ha eximido de la solidaridad.
Art. 1211.- El acreedor que recibe separadamente la parte de uno
de los deudores, sin reservar en la carta de pago la solidaridad o sus
derechos en general, no renuncia a la solidaridad sino respecto de
este deudor. No se supone que el acreedor exime de solidaridad al
deudor, cuando recibe de él una suma igual a la porción en que está
obligado, si la carta de pago no dice que esto es por su parte. Suce-
de lo mismo respecto a la simple demanda, formulada contra uno
de los deudores por su parte, si éste no ha asentido a la demanda,
o si no ha intervenido una sentencia de condenación.
Art. 1212.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G. O. 5661). El acreedor que recibe separadamente y sin reserva
la parte de uno de los codeudores en los atrasos o intereses de la
deuda, no pierde la solidaridad sino por las rentas e intereses venci-
dos, y no para los por vencer, ni por el capital, a menos que el pago
dividido haya continuado por espacio de cinco años consecutivos).
Art. 1213.- La obligación contraída solidariamente respecto al
acreedor, se divide de pleno derecho entre los deudores, que no
están obligados entre sí sino cada uno por su parte y porción.
Art. 1214.- El codeudor de una deuda solidaria, que la ha pagado
por entero, no puede repetir contra los otros sino la parte y porción
de cada uno. Si uno de ellos es insolvente, la pérdida que ocasiona
su insolvencia, se reparte a prorrata entre los demás codeudores
solventes y el que ha hecho el pago.
Art. 1215.- En el caso en que el acreedor haya renunciado a la ac-
ción solidaria respecto a uno de los deudores, si uno o muchos de
los otros codeudores viene a ser insolvente, la porción de los insol-
ventes será repartida proporcionalmente entre todos los deudores,
comprendiendo aun los que anteriormente hayan sido eximidos de
la solidaridad por el acreedor.
SECCIÓN V
De las obligaciones divisibles e indivisibles
CAPÍTULO V
De la extinción de las obligaciones
Art. 1234.- Se extinguen las obligaciones: Por el pago. Por la nova-
ción. Por la quita voluntaria. Por la compensación. Por la confusión.
Por la pérdida de la cosa. Por la nulidad o rescisión. Por efecto de
la condición resolutoria, que se ha explicado en el capítulo prece-
dente; y por la prescripción que será objeto de un título particular.
SECCIÓN I
Del pago.
del convenio. 7o. Que los ofrecimientos se hagan por un curial que
tenga carácter para esta clase de actos.
Art. 1259.- No es necesario para la validez de la consignación, que
haya sido autorizada por juez; basta: 1o. que la haya precedido una
intimación notificada al acreedor, que contenga la indicación del
día, de la hora y el sitio en que se depositará la cosa ofrecida. 2o.
Que se desprenda el deudor de la cosa ofrecida, entregándola en el
depósito que indique la ley, para recibir las consignaciones, con los
intereses hasta el día del depósito. 3o. Que se forme por el curial acta
acerca de la naturaleza de las especies ofrecidas, de haber rehusado
el acreedor recibirlas, de no haber comparecido, y por último, del
depósito. 4o. Que en caso de no comparecencia del acreedor, el acto
del depósito le haya sido notificado con intimación de retirar la cosa
depositada.
Art. 1260.- Las costas de los ofrecimientos reales y de la consigna-
ción, son de cuenta del acreedor, si son válidos.
Art. 1261.- Mientras que la consignación no haya sido aceptada por
el acreedor, puede el deudor retirarla; y si lo hace, no quedan libres
ni sus codeudores ni sus fiadores.
Art. 1262.- Cuando el deudor hubiere obtenido por sí un fallo
pasado en autoridad de cosa juzgada, que ha declarado sus ofreci-
mientos y consignación buenos y válidos, no podrá ya, ni aun con el
consentimiento del acreedor, retirar la consignación en perjuicio de
sus codeudores o de sus fiadores.
Art. 1263.- El acreedor que consiente al deudor el que retire la
consignación, después de haber sido ésta declarada válida por fallo
que ha adquirido fuerza de cosa juzgada, no puede, para el pago de
su crédito, ejercer los privilegios o hipotecas que le fueron afectos;
no hay hipoteca sino desde el día en que el acto por el cual consis-
tió en que se retirase la consignación, fue revestido de las formas
requeridas para tener hipoteca.
SECCIÓN II
De la novación.
SECCIÓN III
De la quita o perdón de la deuda.
Art. 1282.- La entrega voluntaria del título original bajo firma pri-
vada, hecha por el acreedor al deudor, vale prueba de liberación.
Art. 1283.- La entrega voluntaria de la primera copia del título, hace
presumir la quita de la deuda o el pago, sin perjuicio de la prueba
en contrario.
Art. 1284.- La entrega del título original bajo firma privada o de la
primera copia del título a uno de los deudores solidarios, tiene el
mismo efecto en beneficio de sus codeudores.
Art. 1285.- La entrega o descargo convencional en provecho de uno
de los codeudores solidarios, libra a todos los demás, a menos que
el acreedor no haya reservado expresamente sus derechos contra
éstos últimos. En éste último caso no podrá repetir la deuda sino
haciendo la deducción de la parte de aquel a quien ha dado la quita.
Art. 1286.- La entrega de la cosa dada en prenda, no basta para
presumir la quita de la deuda.
SECCIÓN IV
De la compensación.
depósito y del préstamo en uso; 3o. de una deuda que tiene por
causa alimentos declarados no embargables.
Art. 1294.- El fiador puede oponer la compensación de lo que el
acreedor deba al deudor principal. Pero el deudor principal no pue-
de oponer la compensación de lo que el acreedor deba al fiador. El
deudor solidario no puede tampoco oponer la compensación de lo
que el acreedor debe a su codeudor.
Art. 1295.- El deudor que ha aceptado pura y simplemente la
cesión que un acreedor ha hecho de sus derechos a un tercero,
no podrá ya oponer al cesionario la compensación que hubiese
podido, antes de la aceptación, oponer al cedente. Respecto a
la cesión que no ha sido aceptada por el deudor, pero que le ha
sido notificada, no obsta sino a la compensación de los créditos
posteriores a esta notificación.
Art. 1296.- Cuando las dos deudas no son pagaderas en el mismo
lugar, no se puede oponer la compensación, sino teniendo en cuen-
ta los gastos de la remesa.
Art. 1297.- Cuando hay muchas deudas compensables debidas
por una misma persona, se siguen para la compensación las reglas
establecidas por la aplicación en el artículo 1256.
Art. 1298.- La compensación no tiene lugar en perjuicio de los dere-
chos adquiridos por un tercero. Por lo tanto, el que siendo deudor
viene a ser acreedor después del embargo preventivo hecho por
un tercero en sus manos, no puede, con perjuicio del ejecutante,
oponer la compensación.
Art. 1299.- El que ha pagado una deuda que de derecho estaba
extinguida por la compensación, no podrá ya, al tratar de realizar
el crédito para el cual no ha opuesto la compensación, prevalecer-
se con perjuicio de tercero, de los privilegios e hipotecas que le
estaban afectas, a menos que no haya tenido una justa causa para
ignorar el crédito que debía compensar su deuda.
SECCIÓN V
De la confusión
Art. 1300.- Cuando las calidades de acreedor y deudor se reúnan
en la misma persona, se produce, de derecho, una confusión que
destruye los dos créditos.
Art. 1301.- Cuando se realiza la confusión en la persona del deudor
principal, aprovecha a sus fiadores. La que se efectúa en la persona
del fiador, no implica la extinción de la obligación principal. La que
tiene lugar en la persona del acreedor, no aprovecha a sus codeu-
dores solidarios sino en la porción en la cual era deudor.
SECCIÓN VI
De la pérdida de la cosa debida
Art. 1302.- Cuando la cosa cierta y determinada que era objeto
de la obligación perece, queda fuera del comercio, o se pierde de
modo que se ignore en absoluto su existencia, queda extinguida la
obligación si la cosa ha fenecido o ha sido perdida sin culpa del deu-
dor, y antes que fuera puesto en mora. Si el deudor está puesto en
mora, y no se ha obligado para los casos fortuitos, queda extinguida
la obligación en el caso en que la cosa hubiera igualmente perecido
en poder del acreedor, si le hubiese sido entregada. Está obligado
el deudor a probar el caso fortuito que alegue.
De cualquier modo que haya perecido o desaparecido la cosa roba-
da, su pérdida no dispensa al que la ha sustraído de restitución de
su valor.
Art. 1303.- Cuando la cosa ha perecido, queda fuera del comercio,
o ha sido perdida sin culpa del deudor, está éste obligado, si hay
algunos derechos o acciones de indemnización con relación a esta
cosa, a cederlos a su acreedor.
SECCIÓN VII
CAPÍTULO VI
De la prueba de las obligaciones,
y de la del pago
Art. 1315.- El que reclama la ejecución de una obligación, debe pro-
barla. Recíprocamente, el que pretende estar libre, debe justificar
el pago o el hecho que ha producido la extinción de su obligación.
Art. 1316.- Las reglas concernientes a la prueba literal, a la testi-
monial, las presunciones, la confesión de parte y el juramento, se
explican en las secciones siguientes.
SECCIÓN I
De la prueba literal
ÍNDICE POR 286
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN II
De la prueba testimonial.
Art. 1341.- Debe extenderse acta ante notario o bajo firma privada,
de todas las cosas cuya suma o valor exceda de treinta pesos, aun
por depósitos voluntarios; y no se recibirá prueba alguna de testi-
gos en contra o fuera de lo contenido en las actas, ni sobre lo que
se alegue haberse dicho antes, en, o después de aquellas, aunque
se trate de una suma o valor menor de treinta pesos. Todo esto, sin
perjuicio de lo que se prescribe en las leyes relativas al comercio.
Art. 1342.- La regla antedicha se aplica al caso en que la acción
contiene, además de la demanda del capital otra de interés, que
reunidos a aquel, pasan de la suma de treinta pesos.
ÍNDICE POR 291
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Art. 1343.- El que ha hecho una demanda que pasa de treinta pe-
sos, no puede ser admitido a la prueba testimonial, aunque rebaje
su demanda primitiva.
Art. 1344.- La prueba testimonial en la demanda de una suma,
aunque menor de treinta pesos, no puede admitirse, cuando ha
sido declarada como siendo resto o formando parte de un crédito
mayor que no esté probado por escrito.
Art. 1345.- Si en la misma instancia una parte hace muchas deman-
das, de las cuales no hay título por escrito, y que reunidas pasan
de la suma de treinta pesos, no puede admitirse la prueba por
testigos, aunque alegue la parte que su crédito proviene de causas
diferentes, y que se han creado en distinta época; a menos que sus
derechos provengan, por sucesión, donación o de otra manera, de
diferentes personas.
Art. 1346.- Todas las demandas, con cualquier título que se hagan,
que no estén justificadas por completo por escrito, se hagan por un
mismo emplazamiento, después de lo cual no se admitirán otras
demandas que no tengan prueba por escrito.
Art. 1347.- Las reglas antedichas tienen excepción cuando existe un
principio de prueba por escrito. Se llama de esta manera, todo acto
por escrito que emane de aquel contra quien se hace la demanda,
o de quien lo represente, y que hace verosímil el hecho alegado.
Art. 1348.- Tienen también excepción, siempre que no haya sido
posible al acreedor el procurarse una prueba literal de la obligación
que se ha contraído respecto a él. Esta segunda excepción se aplica:
1o. en las obligaciones que nacen de los cuasicontratos y de los
delitos o cuasidelitos; 2o. en los depósitos necesarios hechos en
caso de incendio, ruina, tumulto o naufragio, y a los hechos por
viajeros al hospedarse en una fonda, todo según la cualidad de las
personas y de las circunstancias del hecho; 3o. en las obligaciones
contratadas en caso de accidentes imprevistos, donde no se pudo
hacer actos por escrito; 4o. en el caso en que el acreedor ha perdi-
do el título que le servía de prueba literal, por consecuencia de un
caso fortuito, imprevisto y resultante de una fuerza mayor.
SECCIÓN III
De las presunciones
SECCIÓN IV
De la confesión de parte
SECCIÓN V
Del juramento.
TÍTULO IV
DE LOS COMPROMISOS
QUE SE HACEN SIN CONVENCIÓN
Art. 1370.- Se contraen ciertos compromisos sin que haya para ellos
ninguna convención, ni por parte del que se obliga, ni por parte de
aquel respecto del cual se ha obligado. Resultan unos por la sola
autoridad de la ley, y los otros nacen de un hecho personal relativo
a aquel que está obligado. Son los primeros, los compromisos he-
chos involuntariamente, tales como entre propietarios vecinos, o
los de los tutores y demás administradores que no pueden rehusar
el cargo que se les ha conferido.
Los compromisos que nacen de un hecho personal relativo al que se
encuentra obligado, resultan de los cuasicontratos, o de los delitos
o cuasidelitos; estos compromisos serán objeto del título presente.
CAPÍTULO I
De los cuasicontratos
Art. 1371.- Los cuasicontratos son los hechos puramente volunta-
rios del hombre, de los cuales resulta un compromiso cualquiera
respecto a un tercero, y algunas veces un compromiso recíproco
por ambas partes.
CAPÍTULO II
De los delitos y cuasidelitos
Art. 1382.- Cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño,
obliga a aquel por cuya culpa sucedió, a repararlo.
Art. 1383.- Cada cual es responsable del perjuicio que ha causado,
no solamente por un hecho suyo, sino también por su negligencia
o su imprudencia.
Art. 1384.- No solamente es uno responsable del daño que causa
un hecho suyo, sino también del que se causa por hechos de las
personas de quienes se debe responder, o de las cosas que es-
tán bajo su cuidado. El padre, y la madre después de la muerte
del esposo, son responsables de los daños causados por sus hijos
menores, que vivan con ellos. Los amos y comitentes, lo son del
daño causado por sus criados y apoderados en las funciones en que
estén empleados. Los maestros y artesanos lo son, del causado por
sus discípulos y aprendices, durante el tiempo que están bajo su
vigilancia. La responsabilidad antedicha tiene lugar, a menos que el
padre, la madre, los maestros y artesanos, prueben que les ha sido
imposible evitar el hecho que da lugar a la responsabilidad.
TÍTULO V
DEL CONTRATO DE MATRIMONIO Y DE LOS DERECHOS RES-
PECTIVOS DE LOS ESPOSOS
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 1387.- La ley no regula la sociedad conyugal, en cuanto a los
bienes, sino a falta de convenciones especiales, que pueden hacer
los esposos como juzguen convenientes, siempre que no sean con-
trarias a las buenas costumbres; y además, bajo las modificaciones
siguientes.
Art. 1388.- (Modificado por la Ley 189-01). No pueden los esposos
derogar los derechos que al cónyuge superviviente confieren los
títulos de la autoridad del padre, de la madre, de la menor de edad,
de la tutela, de la emancipación, ni las disposiciones prohibitivas
del presente Código.
Art. 1389.- No pueden tampoco hacer ningún convenio o renuncia,
cuyo objeto sea alterar el orden legal de las sucesiones, bien con
referencia a sí mismo en la sucesión de sus hijos o descendientes; o
ya sea con relación a los hijos entre sí; sin perjuicio de las donacio-
nes intervivos o testamentarias, que podrán hacer con arreglo a las
formas y en los casos determinados en el presente Código.
CAPÍTULO II
Del régimen de la comunidad
Art. 1399.- La comunidad sea legal o convencional, empieza desde
el día en que el matrimonio se ha contraído ante el Oficial del Esta-
do Civil: no puede estipularse que comience en otra época.
PRIMERA PARTE
De la comunidad legal.
Art. 1400.- La comunidad que se establece por la simple decla-
ración de casarse bajo el régimen de la comunidad, o a falta de
contrato, está sometida a las reglas explicadas en las seis secciones
siguientes:
SECCIÓN I
De lo que forma la comunidad activa y pasivamente.
SECCIÓN II
De la administración, y del efecto de los actos de cualquiera de
los esposos con relación a la sociedad conyugal.
SECCIÓN III
De la disolución de la comunidad y de algunas
de sus consecuencias.
SECCIÓN IV
De la aceptación de la comunidad, y de la renuncia que de ella
puede hacerse con las condiciones que le son relativas.
SECCIÓN V
De la partición de la comunidad después de la aceptación.
Art. 1474.- Después que los dos esposos han hecho de la masa co-
mún sus respectivos recobros, se reparte el resto por mitad entre
los mismos, o entre los que les representen.
Art. 1475.- Si los herederos de la mujer están divididos de modo
que uno haya aceptado la comunidad a la cual el otro renunció, no
puede el que la aceptó tomar sino su porción viril y hereditaria en
los bienes que caigan en el lote de la mujer. El resto es del marido,
el cual queda encargado respecto del heredero que ha renunciado
de los derechos que habría podido ejercer la mujer en caso de
renuncia; pero solamente hasta la concurrencia de la porción viril
hereditaria del renunciante.
Art. 1476.- Por lo demás, la partición de la comunidad por todo
cuanto concierne a sus formas, la licitación de los inmuebles, cuan-
do hay lugar a ello, los efectos de la partición, la garantía que resul-
te de ellos y los saldos, todo está sometido a las reglas establecidas
en el título de las sucesiones, cuando la partición tiene lugar entre
coherederos.
Art. 1477.- Cualquiera de los cónyuges que haya distraído u oculta-
do algún efecto de la comunidad, perderá el derecho a su porción
en los dichos efectos.
Art. 1478.- Si después de realizada la partición uno de los esposos
es acreedor personal del otro, o porque el importe de su haber se
ha empleado en pagar una deuda personal del otro esposo, o por
otra causa cualquiera, ejerce su crédito sobre la parte que a éste le
ha correspondido en la comunidad o sobre sus bienes personales.
Art. 1479.- Los créditos personales que tengan los cónyuges uno
contra otro, no producen interés sino desde el día de la demanda
en juicio.
Art. 1480.- Las donaciones que mutuamente hayan podido hacerse
los esposos, no se realizan sino sobre la parte que tenga el donante
en la comunidad, y sobre sus bienes personales.
SECCIÓN VI
De la renuncia a la comunidad, y de sus efectos.
SEGUNDA PARTE:
De la comunidad convencional, y de las convenciones que puedan
modificar, o aún excluir la comunidad legal.
Art. 1497.- Pueden los esposos modificar la comunidad legal por
cualquier clase de convenio que no sea contrario a los artículos
1387, 1388, 1389 y 1390.
Las principales modificaciones, son aquellas que tienen lugar
cuando se estipula de cualquiera de las maneras siguientes: 1o.
que la comunidad no comprenderá sino los gananciales; 2o. que el
mobiliario presente o futuro no entrará en ella sino por una parte:
3o. que se comprenderá en ella todo o parte de los inmuebles pre-
sentes o futuros en los cuales seguirán las mismas reglas que para
los bienes muebles; 4o. que los esposos pagarán separadamente
sus deudas anteriores al matrimonio; 5o. que en caso de renuncia,
pueda la mujer tomar la integridad de los que aportó; 6o. que tenga
el superviviente una mejora; 7o. que los esposos tendrán porciones
desiguales; 8o. que habrá entre ellos comunidad a título universal.
SECCIÓN I
De la comunidad reducida a las gananciales.
Art. 1498.- Cuando estipulen los esposos que no habrá entre ellos
sino una comunidad de gananciales, se reputa que excluyen de ella
las deudas respectivas actuales y futuras, y su mobiliario respec-
tivo, presente y futuro. En este caso, y después que cada uno de
los esposos ha tomado lo que aportó debidamente justificado, se
limita la partición a los gananciales hechos por los esposos, juntos o
separados, durante el matrimonio, y procedentes tanto de la indus-
tria común, como de las economías hechas con los frutos y rentas
de los bienes de los dos esposos.
SECCIÓN II
De la cláusula que excluye de la comunidad
el mobiliario en todo o en parte.
SECCIÓN III
De la cláusula por la cual se consideran muebles los inmuebles.
Art. 1505.- Cuando los esposos, o uno de ellos, hacen entrar en co-
munidad el todo o parte de sus inmuebles presentes y futuros, tiene
lugar la cláusula por la cual se consideran muebles los inmuebles.
Art. 1506.- Esta estipulación puede ser determinada o indeter-
minada. Es determinada, cuando ha declarado el cónyuge que
consideraba como mueble y ponía en comunidad un inmueble por
el todo, o hasta cubrir una suma determinada. Es indeterminada,
cuando el cónyuge declara simplemente que aporta a la comunidad
sus inmuebles, hasta cubrir el importe de una suma cualquiera.
Art. 1507.- El efecto de esta cláusula, siendo determinada, es el
de hacer entrar en la comunidad el inmueble o los inmuebles que
comprenden, como los mismos muebles. Cuando el inmueble o
los inmuebles de la mujer están sujetos a esta cláusula, puede el
marido disponer de ellos como de los demás efectos de la comuni-
dad, y enajenarlos en totalidad. Pero si el inmueble no está sujeto a
dicha cláusula sino por una suma cualquiera, no puede entonces el
marido enajenarlos sin el consentimiento de la mujer, pero puede
hipotecarlos por sí solo hasta cubrir el importe de la parte que está
sometida a la estipulación.
Art. 1508.- Cuando la dicha estipulación es indeterminada, no hace
a la comunidad propietaria de los inmuebles que en ella se expre-
san; se reduce su efecto a obligar al cónyuge que la ha consentido a
comprender en la masa, al disolverse la comunidad, algunos de sus
inmuebles, hasta cubrir la suma que fue por él prometida. El marido
no puede, como en el artículo precedente, enajenar en todo ni en
parte, sin el consentimiento de su mujer, los inmuebles que hacen
parte de la estipulación indeterminada; pero puede hipotecarlos
hasta llegar al importe de lo convenido.
Art. 1509.- El esposo que incluyó en dicho contrato una heredad, tie-
ne derecho a retenerla al efectuarse la partición, descontándosele
ÍNDICE POR 318
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN IV
De la cláusula de separación de deudas.
Art. 1510.- La cláusula por la que los esposos estipulan pagar sepa-
radamente sus deudas personales, los obliga, desde la disolución
de la comunidad, a darse respectivamente cuenta de las deudas
que conste han sido pagadas por la comunidad, y en descargo de
aquel de los esposos que era deudor. Esta obligación es la misma,
haya o no inventario; pero si el mobiliario aportado por los esposos
no se ha hecho constar por inventario o estado auténtico anterior
al matrimonio, pueden los acreedores de cualquiera de los espo-
sos apremiar el pago sobre el mobiliario no inventariado, y sobre
cualquier otro valor de la comunidad, sin tener en cuenta ninguna
de las excepciones que puedan reclamarse. Los acreedores tienen
el mismo derecho sobre el mobiliario que haya recaído en los
cónyuges durante la comunidad, si éste no hubiere hecho constar
también por inventario o estado auténtico.
Art. 1511.- Cuando los esposos aportan a la comunidad una suma
o un objeto determinado, supone semejante acto el convenio tá-
cito de que esto no puede gravarse con las deudas anteriores al
matrimonio; el esposo deudor, debe dar al otro cuenta de todas
las deudas que disminuyan el importe de lo que prometió aportar.
Art. 1512.- La cláusula de separación de deudas, no impide que la
comunidad se grave con los intereses y rentas vencidas desde el
matrimonio.
Art. 1513.- Cuando se ha apremiado a la comunidad por las deudas
de uno de los esposos que estaba declarado por contrato, libre y
saldo en toda clase de deudas anteriores al matrimonio, tiene el
otro cónyuge derecho a una indemnización que se toma bien sea
en la parte de la comunidad correspondiente al esposo deudor, o
ÍNDICE POR 319
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN V
De la facultad que se concede a la mujer de volver
a tomar libre y saldo lo que aportó.
SECCIÓN VI
De la mejora convencional.
SECCIÓN VII
De las cláusulas por las cuales se asigna a cada
uno de los esposos, partes desiguales en la comunidad.
SECCIÓN VIII
De la comunidad a título universal.
SECCIÓN IX
De los convenios que excluyen la comunidad.
CAPÍTULO III
Del régimen dotal
Art. 1540.- La dote, bajo este régimen como bajo el del capítulo 2o.,
es el haber que aporta la mujer al marido para soportar las cargas
del matrimonio.
Art. 1541.- Todo lo que constituye la mujer por sí o que se le da
en el contrato de matrimonio, es dotal, si no se estipula sobre ella
nada en contrario.
SECCIÓN I
De la constitución de la dote.
SECCIÓN II
De los derechos del marido sobre los bienes dotales,
y de la prohibición de enajenar el haber dotado.
SECCIÓN IV
De los bienes parafernales.
Disposición particular.
TÍTULO VI
DE LA VENTA
CAPÍTULO I
De la naturaleza y forma de la venta
Art. 1582.- La venta es un contrato por el cual uno se compromete
a dar una cosa y otro a pagarla. Puede hacerse por documento
público o bajo firma privada.
Art. 1583.- La venta es perfecta entre las partes, y la propiedad
queda adquirida de derecho por el comprador, respecto del vende-
dor, desde el momento en que se conviene en la cosa y el precio,
aunque la primera no haya sido entregada ni pagada.
Art. 1584.- Puede la venta hacerse pura y simplemente, o bajo una
condición, sea suspensiva, sea resolutoria. Puede también tener
por objeto dos o más cosas alternativas. Y en todos estos casos se
regulará su efecto por los principios generales de las convenciones.
Art. 1585.- Cuando las mercancías no se venden por junto y sí al
peso, número o medida, dicha venta no es perfecta en el sentido
de que aquéllas estén de cuenta y riesgo del vendedor, hasta que
hayan sido pesadas, contadas o medidas; pero el comprador puede
pedir la entrega o los daños y perjuicios, si hay lugar a ello, en caso
de no cumplirse lo convenido.
Art. 1586.- Si por el contrario la venta se hizo por mayor, es perfec-
ta, aunque no se hayan pesado, contado ni medido las mercancías.
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Art. 1587.- Respecto del vino, aceite y otros artículos que se acos-
tumbra a probar antes de la compra, no hay venta mientras que el
comprador no los haya probado y aceptado.
Art. 1588.- Cuando la venta se hace bajo ensayo, se supone siempre
que ha sido hecha bajo una condición suspensiva.
Art. 1589.- La promesa de venta vale venta, habiendo consentido
mutuamente las dos partes, respecto a la cosa y el precio.
Art. 1590.- Si la promesa de vender se ha hecho con arras o señal,
es dueño cada uno de los contratantes de arrepentirse, perdiéndo-
las el que las ha dado. Y el que las ha recibido devolviendo el doble.
Art. 1591.- El precio de la venta debe determinarse y designarse
por las partes.
Art. 1592.- Se puede, no obstante, someter el precio al arbitraje de
un tercero; si éste no quiere o no puede hacer la tasación, no hay
venta.
Art. 1593.- Los gastos de los actos y demás accesorios de la venta,
son de cargo del comprador.
CAPÍTULO II
De las personas que pueden comprar o vender
Art. 1594.- Pueden comprar o vender todos aquellos a quienes la
ley no se lo prohíbe.
Art. 1595.- No puede haber contrato de venta entre los esposos,
sino en los tres casos siguientes: 1o. aquel en que uno de los es-
posos cede bienes al otro, estando separado de él judicialmente,
como pago de sus derechos; 2o. aquel en que la cesión hecha por
el marido a la mujer, aunque no esté separado, reconoce una causa
legítima, tal como la reinversión de sus inmuebles enajenados o
la del metálico que a ella pertenecían, si estos inmuebles o dinero
no entran en la comunidad; 3o. aquel en que la mujer cede bienes
CAPÍTULO III
De las cosas que pueden venderse
Art. 1598.- Todo lo que está en el comercio puede venderse, cuan-
do no existan leyes particulares que prohíban su enajenación.
Art. 1599.- La venta de la cosa de otro, es nula; puede dar lugar a
daños y perjuicios, cuando el comprador ignora que fuese de otro.
Art. 1600.- No se puede vender la sucesión de una persona viva, ni
aun con su consentimiento.
Art. 1601.- Si la cosa vendida había perecido en el momento de la
venta, ésta será nula. Si hubiere perecido solamente una parte de
ella, tiene derecho el comprador a renunciar a la venta o a exigir la
parte conservada, determinando el precio por valuación.
CAPÍTULO IV
De las obligaciones del vendedor
SECCIÓN I
Disposiciones generales.
SECCIÓN II
De la entrega.
SECCIÓN III
De la garantía.
CAPÍTULO V
De las obligaciones del comprador
Art. 1650.- La obligación principal del comprador, es pagar el precio
el día y en el lugar convenido en la venta.
Art. 1651.- Si no se ha convenido nada respecto a esto al hacerse la
venta, debe pagar el comprador en el lugar y tiempo en que debe
hacerse la entrega.
Art. 1652.- El comprador debe los intereses del precio de la venta,
hasta que pague el capital, en los tres casos siguientes: habiéndose
convenido de esta manera al tiempo de la venta; si la cosa vendida
y entregada produce frutos u otros rendimientos; si ha sido el com-
prador requerido para el pago. En este último caso no se devengan
los intereses, sino después del requirimiento.
Art. 1653.- Si el comprador fuese perturbado, o tuviese justo moti-
vo para temer que lo será por una acción hipotecaria o de reivindi-
cación, puede suspender el pago hasta que el vendedor haya hecho
desaparecer la perturbación, a no ser que prefiera dar fianza, o a
menos que se haya estipulado que, a pesar de la perturbación,
pagará el comprador.
Art. 1654.- Si el comprador no paga el precio, puede pedir el vende-
dor la rescisión de la venta.
Después de extinguido el privilegio con que se favorece al vendedor
por el artículo 2103, no podrá ejercerse la acción a que se refiere
el presente artículo en perjuicio de terceros que hayan adquirido,
sobre un inmueble, derechos procedentes del comprador, y que se
hayan conformado a las leyes.
Art. 1655.- La rescisión de la venta de inmueble queda hecha con-
secutivamente, si el vendedor está en peligro de perder la cosa y el
precio. Si no existe este peligro, puede conceder el juez un plazo al
comprador, más o menos largo, según las circunstancias. Pasándose
CAPÍTULO VI
De la nulidad y rescisión de la venta
Art. 1658.- Además de las causas de nulidad o rescisión que se
han explicado en este título, y de las que son comunes a todos los
contratos, puede rescindirse el de venta por retracto, y por lesión
en el precio.
SECCIÓN I
De la facultad de retracto.
SECCIÓN II
De la rescisión de la venta por causa de lesión.
CAPÍTULO VII
De la licitación
Art. 1686.- Si una cosa perteneciente a muchos no puede dividirse
cómodamente y sin pérdida, o si en una partición hecha amigable-
mente hay algunos bienes de los copartícipes que ninguno puede
o quiere recibir en su porción, se hará la venta en pública subasta,
repartiéndose el precio entre los copropietarios.
Art. 1687.- Cada uno de los copropietarios es dueño de hacer que
se llamen a licitación a personas extrañas, siendo esta circunstancia
necesaria cuando sea menor uno de los copropietarios.
Art. 1688.- El modo y las formalidades que se deben observar en
las licitaciones, se explican en el título de las sucesiones, y en el
Código de Procedimiento.
CAPÍTULO VIII
De la transferencia de créditos y otros derechos incorporales
Art. 1689.- La transferencia de un crédito, de un derecho o de una
acción respecto de un tercero, se realiza entre el cedente y el cesio-
nario por la entrega del título.
ÍNDICE POR 348
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
TÍTULO VII
DEL CAMBIO O PERMUTA
Art. 1702.- El cambio o permuta es un contrato, por el cual las par-
tes se dan respectivamente una cosa por otra.
Art. 1703.- Se efectúa el cambio o permuta, por el solo consenti-
miento, de la misma manera que la venta.
Art. 1704.- Si uno de los permutantes ha recibido ya la cosa dada
en cambio, y prueba en seguida que el otro contratante no es
propietario de esta cosa, no puede obligársele a entregar lo que
ha prometido en contracambio, y sí solo a que devuelva lo que ha
recibido.
Art. 1705.- El permutante que ha sufrido la evicción por la cosa que
en cambio ha recibido, tiene derecho a pedir los daños y perjuicios,
o a reclamar la cosa.
Art. 1706.- La rescisión por causa de lesión, no tiene lugar en el
contrato de permuta.
TÍTULO VIII
DEL CONTRATO DE LOCACIÓN Y CONDUCCIÓN
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 1708.- Hay dos clases de contratos de locación: el de las cosas,
y el de la obra:
Art. 1709.- La locación de las cosas es un contrato por el cual una de
las partes se obliga a dejar gozar a la otra una cosa durante cierto
tiempo, y por un precio determinado que ésta se obliga a pagarle.
Art. 1710.- La locación de obra es un contrato por el cual una de las
partes se obliga a hacer una cosa por la otra, mediante un precio
convenido entre ellas.
Art. 1711.- Estas dos clases de locación se subdividen además
en muchas especies particulares. Se llama alquiler, el de casas y
muebles; arrendamiento, el de las haciendas rurales; salario, el del
trabajo o servicio; aparcería, el de los animales, cuyo provecho se
divide entre el propietario y aquel a quien se les confía; los jorna-
les, destajos o ajustes alzados, para ejecutar una obra mediante un
precio determinado, son también locación, cuando se suministra el
material por la persona que hace la obra. Estas tres últimas clases
se sujetan a reglas particulares.
Art. 1712.- Los arrendamientos de bienes de la nación, de los
ayuntamientos y establecimientos públicos, están sometidos a
reglamentos particulares.
CAPÍTULO II
De la locación de las cosas
Art. 1713.- Se puede alquilar o arrendar cualquier clase de bienes,
muebles o inmuebles.
SECCIÓN I
De las reglas comunes a los arrendamientos
de casas y haciendas rurales.
SECCIÓN III
Reglas particulares a los arrendamientos de predios rústicos.
CAPÍTULO III
De la locación de obra e industria
Art. 1779.- (Modificado por la Ley 2920, de fecha 11 de junio de
1951, G.O. 7309-bis) Existen tres clases principales de locación de
obras e industria: 1ro. la de trabajadores que se obligan al servicio
SECCIÓN II
De los conductores por tierra y por agua.
Art. 1782.- Los conductores están sujetos, para la guarda y conser-
vación de las cosas que se les confían, a las mismas obligaciones
que los fondistas, en la forma expresada en el título del depósito y
del secuestro.
Art. 1783.- No solamente son responsables de lo que han recibido
en su embarcación o carruaje, sino también de lo que les ha sido
entregado en el embarcadero o almacén, para ser colocado en su
barco o carruaje.
Art. 1784.- Son responsables de las pérdidas y averías de las cosas
que les han sido confiadas, a no ser que prueben que la pérdida o
avería fue efecto de caso fortuito o de fuerza mayor.
Art. 1785.- Los empresarios de transportes públicos por tierra o por
agua, y los de carruajes públicos, deben llevar registros del dinero,
efectos y paquetes de que se han encargado.
SECCIÓN III
De los ajustes y contratos a precio alzado.
Art. 1787.- Cuando uno se encarga de hacer una obra, puede con-
venir en que solamente prestará su trabajo o su industria, o que
también suministrará el material.
Art. 1788.- Cuando el constructor suministra el material, si en este
caso pereciere la cosa, por cualquier causa que fuese, antes de ser
entregada, la pérdida es para el mismo; a no ser que el dueño esté
en mora para recibir la obra.
Art. 1789.- En el caso en que el obrero ponga solamente trabajo o
industria, si pereciere la cosa, el artesano no es responsable sino
de su falta.
Art. 1790.- En el caso del artículo anterior, y aunque no hubiese
tenido el obrero ninguna culpa en la pérdida de la cosa antes de ser
entregada, y sin que el dueño estuviere en mora de verificarla, no
podrá aquél exigir ninguna clase de jornal, a no ser que la pérdida
hubiere sido causada por vicio del material.
Art. 1791.- Tratándose de una obra de muchas piezas o a la medida,
puede la verificación hacerse por partes, reputándose ésta hecha
por todas las que se han pagado, si el dueño paga al obrero en
proporción a la obra hecha.
Art. 1792.- Si un edificio construido a precio alzado, pereciese en
todo o parte, por vicio en la construcción, o aun por el del terre-
no, son responsables por espacio de diez años el arquitecto y el
contratista.
CAPÍTULO IV
De la aparcería pecuaria
SECCIÓN I
Disposiciones generales.
SECCIÓN II
De la aparcería simple.
SECCIÓN III
De la aparcería por mitad.
Art. 1818.- La aparcería por mitad es una sociedad en la cual cada
uno de los contratantes suministra la mitad de los animales, que-
dando éstos como comunes en sus beneficios y pérdidas.
Art. 1819.- El encargado del cuido aprovecha para sí, como en la
aparcería simple, la leche, el estiércol y trabajo de los animales. No
tiene derecho el otro socio sino a las lanas y el aumento que reciba
el ganado.
Cualquier convenio en contrario es nulo, a no ser que el segundo
sea dueño de la finca en que el primero es arrendatario o colono
aparcero.
Art. 1820.- Las demás reglas comprendidas en la aparcería simple,
son aplicables a la aparcería por mitad.
SECCIÓN IV
De la aparcería dada por el propietario a
su arrendatario o colono porcionero.
SECCIÓN V
Del contrato a piso y cuido.
TÍTULO IX
DEL CONTRATO DE SOCIEDAD
CAPÍTULO I
Disposiciones Generales
Art. 1832.- La sociedad es un contrato por el cual dos o más perso-
nas convienen poner cualquier cosa en común, con el mero objeto
de partir el beneficio que pueda resultar de ello.
Art. 1833.- Toda sociedad debe tener un objeto lícito, y ser contraí-
da en interés común de las partes. Cada uno de los asociados debe
aportar a ella dinero u otros bienes, o su industria.
Art. 1834.- Todos los contratos de sociedad deben hacerse por
escrito, cuando su objeto es de un valor que pasa de treinta pesos.
No se admite la prueba testimonial contra y además de lo que con-
tenga la escritura de sociedad, ni sobre lo que se alegue haberse
dicho antes, o en después de aquel acto, aun en el caso de tratarse
de una suma o valor menor de treinta pesos.
CAPÍTULO II
De las diversas especies de sociedades
Art. 1835.- Las sociedades son universales o particulares.
ÍNDICE POR 369
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN I
De las sociedades universales.
SECCIÓN II
De la sociedad particular.
Art. 1841.- La sociedad particular es aquella que no se aplica sino
a cosas determinadas, o a su uso, o a los frutos que las mismas
pueden producir.
ÍNDICE POR 370
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO III
De los compromisos de los socios entre sí,
y con respecto a los terceros
SECCIÓN I
De los compromisos de los socios entre sí.
convenio obrar por si solo, en la ausencia del otro, aun cuando éste
estuviese imposibilitado actualmente para concurrir a los actos de
la administración.
Art. 1859.- Faltando estipulaciones especiales sobre el modo de
administrar, se seguirán las reglas siguientes: 1o. los socios están
considerados como si recíprocamente se hubiesen dado poder para
administrar uno por otro. Lo que hace cada uno es válido aún para la
parte de sus asociados, sin que se les haya pedido su consentimiento,
salvo el derecho que tienen estos últimos, o uno de ellos, para opo-
nerse a la operación antes que ésta se realice; 2o. cada uno de los
socios puede servirse de las cosas pertenecientes a la sociedad, con
tal que las emplee en el destino señalado por el uso, y no sirviéndose
de ellas en contra del interés de la sociedad o de manera que impida
a sus asociados usar de ellas según su derecho; 3o. cada socio tiene
derecho para obligar a sus coasociados a que hagan con él los gastos
necesarios para la conservación de las cosas de la sociedad; 4o. uno
de los asociados no puede hacer innovaciones en los inmuebles que
dependan de la sociedad, aun cuando las considere como ventajosas
a la dicha sociedad, caso de que los demás socios no consientan en
ellas.
Art. 1860.- El socio que no sea administrador, no puede enajenar
ni obligar las cosas, aunque sean mobiliarias, que dependan de la
sociedad.
Art. 1861.- Cada socio puede, sin el consentimiento de los demás,
asociarse una tercera persona relativamente a la parte que tenga
en la sociedad; pero no puede, aunque sea administrador, hacerla
ingresar en ella sin el consentimiento de los otros socios.
SECCIÓN II
De los compromisos de los socios respecto a los terceros.
CAPÍTULO IV
De las diferentes maneras como concluye la sociedad
Art. 1865.- Concluye la sociedad: 1o. por la terminación del tiempo
porque fue contratada; 2o. por la extinción de la cosa o por haberse
consumado la negociación; 3o. por la muerte de cualquiera de los
asociados; 4o. por la interdicción declarada o la insolvencia de uno
de ellos; 5o. por la voluntad que uno solo o muchos manifiesten de
no estar más en sociedad.
Art. 1866.- La prórroga de una sociedad de tiempo limitado, no se
puede probar sino por escrito que éste revestido de las mismas
formalidades que el contrato de sociedad.
Art. 1867.- Cuando uno de los socios ha prometido poner en común
la propiedad de una cosa, la pérdida sobrevenida antes de que lo
haya efectuado, produce la disolución de la sociedad respecto a
todos los socios. Queda disuelta la sociedad igualmente en todos
los casos por la pérdida de la cosa, cuando sólo el usufructo se ha
puesto en común, y la propiedad ha quedado en manos del socio;
pero la sociedad no se disuelve por la pérdida de la cosa, cuya pro-
piedad ya hubiese sido aportada a aquella.
SECCIÓN I
Disposición relativa a las sociedades comerciales
Art. 1873.- Las disposiciones del presente título no son aplicables
a las sociedades de comercio, sino en los puntos que en nada se
oponen a las leyes y usos del comercio.
ÍNDICE POR 376
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
TÍTULO X
DEL PRÉSTAMO
Art. 1874.- Hay dos clases de préstamos. El de las cosas que se
pueden usar sin destruirlas; y el de las cosas que se consumen por
el uso. La primera especie se llama préstamo a uso o comodato. La
segunda se llama préstamo de consumo o simplemente préstamo.
CAPÍTULO I
Del préstamo a uso o comodato
SECCIÓN I
De la naturaleza del préstamo a uso.
SECCIÓN II
De las obligaciones del que toma prestado.
Art. 1880.- El que toma prestado está obligado a velar, como buen
padre de familia, en la guardia y conservación de la cosa prestada.
ÍNDICE POR 377
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SECCIÓN III
De las obligaciones del que presta a uso.
Art. 1889.- Sin embargo, si durante este término, o antes que cesase
la necesidad del que recibió el préstamo, ocurriere al prestador una
necesidad apremiante e imprevista del objeto prestado, puede el
juez, según las circunstancias, obligar al primero a que la devuelva.
Art. 1890.- Si durante el tiempo del préstamo, el que la tomó en
este sentido se ha visto obligado a hacer algún gasto extraordinario,
necesario para la conservación de la cosa, y de tal manera urgente
que no haya tenido tiempo de avisar al prestador, quedará éste
obligado a reembolsarle
Art. 1891.- Cuando la cosa prestada tiene tales defectos que pueda
causar perjuicios al que se sirve de ella, es responsable el prestador
si los conocía y no se los advirtió al que la tomó prestada.
CAPÍTULO II
Del préstamo de consumo o
simple préstamo
SECCIÓN I
De la naturaleza del préstamo de consumo.
CAPÍTULO III
Del préstamo con interés
Art. 1905.- Es permitido estipular intereses para el simple présta-
mo, ya se éste en dinero o en géneros, o de otras cosas mobiliarias.
Art. 1906.- Si el que tomó prestado hubiese pagado intereses que
no se habían estipulado no puede exigir su devolución ni imputarlo
sobre el capital.
Art. 1907.- El interés es legal o convencional. El interés legal se de-
terminará por la ley. El interés convencional puede ser mayor que
el que fije la ley, siempre que ésta no lo prohíba. El tipo de interés
convencional debe fijarse por escrito.
Art. 1908.- La carta de pago dada por el capital sin reserva de los in-
tereses, se hace presumir el pago de éstos, y produce la liberación.
Art. 1909.- Puede estipularse un interés, mediante un capital que
el prestador se obliga a no pedir. En este caso, el préstamo toma el
nombre de constitución de renta.
Art. 1910.- Esta renta puede ser de dos maneras: perpetua o
vitalicia.
Art. 1911.- La renta constituida a perpetuidad, es esencialmente
redimible. Pueden las partes convenir solamente en que la reden-
ción no se hará antes de un plazo que no podrá pasar de diez años,
TÍTULO XI
DEL DEPÓSITO Y DEL SECUESTRO
CAPÍTULO I
Del depósito en general y de sus diversas especies
Art. 1915.- El depósito en general es un acto por el cual se recibe
un objeto de otro, con obligación de guardarle y devolverle en
naturaleza.
Art. 1916.- Hay dos especies de depósitos: el depósito propiamente
dicho, y el secuestro.
CAPÍTULO II
Del depósito propiamente dicho
SECCIÓN I
De la naturaleza y esencia del contrato de depósito.
SECCIÓN II
Del depósito voluntario
SECCIÓN III
De las obligaciones del depositario
SECCIÓN IV
De las obligaciones de la persona
que hace el depósito.
SECCIÓN V
Del depósito necesario.
CAPÍTULO III
Del secuestro
SECCIÓN I
De las diversas clases de secuestro.
SECCIÓN II
Del secuestro convencional.
SECCIÓN III
Del secuestro o depósito judicial.
TÍTULO XII
DE LOS CONTRATOS ALEATORIOS
Art. 1964.- El contrato aleatorio es un convenio recíproco, cuyos
efectos de pérdidas y beneficios, ya sea por todas las partes o para
una o muchas de ellas, depende de un suceso incierto. Tales son, el
contrato de seguro, el préstamo a la gruesa, el juego y apuesta y el
contrato de renta vitalicia. Se regulan los dos primeros por las leyes
marítimas.
CAPÍTULO I
Del juego y de la apuesta
Art. 1965.- La ley no concede ninguna acción por una deuda de
juego ni para el pago de la apuesta.
Art. 1966.- (Modificado por la Ley 809 del 10 de febrero de 1945,
G. O. 6212). Se exceptúan de la disposición precedente, los juegos a
propósito para ejercitarse en el uso de las armas, las carreras a pie o
a caballo que estuvieren autorizadas por los reglamentos públicos,
o en carros, el juego de pelota y otros de la misma especie, que
tiendan a la ligereza y ejercicio del cuerpo. Sin embargo, el tribunal
puede desechar la demanda, cuando la suma le parezca excesiva.
Art. 1967.- En ningún caso puede el que haya perdido, repetir lo
que pagó voluntariamente, a no ser que por parte del que ganó
haya habido dolo, superchería o estafa.
CAPÍTULO II
Del contrato de renta vitalicia
SECCIÓN I
De las condiciones que se requieren
para la validez del contrato.
SECCIÓN II
De los efectos del contrato
entre las partes contratantes.
TÍTULO XIII
DEL MANDATO
CAPÍTULO I
De la naturaleza y forma del mandato
Art. 1984.- El mandato o procuración es un acto por el cual una
persona da a otra poder para hacer alguna cosa por el mandante
y en su nombre. No se realiza el contrato sino por aceptación del
mandatario.
Art. 1985.- El mandato puede conferirse por acto auténtico o bajo
firma privada, aun por carta. Puede también conferirse verbalmen-
te; pero la prueba testimonial respecto de él, no puede recibirse
sino conforme al título de los contratos o de las obligaciones con-
vencionales en general. La aceptación del mandato puede no ser
sino tácita, resultando de la ejecución que al mismo mandato haya
dado el mandatario.
Art. 1986.- El mandato es gratuito, cuando no existe convenio en
contrario.
Art. 1987.- El mandato es especial para un negocio o para ciertos ne-
gocios solamente, o general para todos los negocios del mandante.
Art. 1988.- El mandato concebido en términos generales, no com-
prende sino los actos de administración. Si se tratase de enajenar o
ÍNDICE POR 392
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
De las obligaciones del mandatario
Art. 1991.- Está obligado el mandatario a cumplir el mandato,
mientras que esté encargado de él, y es responsable de los daños y
perjuicios que puedan resultar por su falta de ejecución. Está tam-
bién obligado a terminar lo comenzado en el tiempo de la muerte
del mandante, si hubiese algún peligro en la demora.
Art. 1992.- No solamente es responsable el mandatario del dolo,
sino también por las faltas que cometa en su gestión. Sin embargo,
la responsabilidad relativa a las faltas se exigirá con menos rigor
cuando el mandato sea gratuito, que cuando se reciba un salario
por este concepto.
Art. 1993.- Todo mandatario tiene obligación de dar cuenta de su
gestión, y de satisfacer al mandante sobre todo lo que haya recibido
por consecuencia de su poder, aun cuando lo recibido no se debiera
al mandante.
Art. 1994.- El mandatario responde de aquel a quien pone en su
lugar para la gestión: 1o. cuando no ha recibido poder para hacerse
ÍNDICE POR 393
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO III
De las obligaciones del mandante
Art. 1998.- El mandante está obligado a ejecutar los compromisos
contraídos por el mandatario, conforme al poder que le haya dado.
No puede obligársele por lo que se haya hecho fuera de los límites
de aquél, mientras no lo haya ratificado expresa o tácitamente.
Art. 1999.- El mandante debe reintegrar al mandatario los adelan-
tos y gastos que éste hubiere hecho para la ejecución del mandato,
y pagarle los salarios que le haya prometido. En el caso de no haber
ninguna falta que pueda imputarse al mandatario, no puede el
mandante dejar de hacer estos reintegros y pagos, aun en el caso
en que el negocio no haya tenido buen éxito, ni hacer rebajar el
total de gastos y adelantos bajo pretexto de que hubieran podido
ser menores.
CAPÍTULO IV
De las diferentes maneras de concluir el mandato
Art. 2003.- Concluye el mandato: por la revocación del mandatario,
por su renuncia, por la muerte, la interdicción o la insolvencia, bien
sea del mandante o del mandatario.
Art. 2004.- El mandante puede revocar el mandato cuando le pa-
rezca oportuno, y obligar al mandatario si hubiere lugar a ello, a
que le entregue el documento o escrito en que conste la prueba
del mandato.
Art. 2005.- La revocación que se ha notificado solamente al man-
datario, no puede oponerse a los terceros que hayan tratado ig-
norando esta revocación, salvo el recurso del mandante contra el
mandatario.
Art. 2006.- El nombramiento de un nuevo mandatario para el mis-
mo asunto, equivale a la revocación del primero desde el día en que
a éste se le notificó.
Art. 2007.- Puede el mandatario renunciar al mandato, notificán-
doselo al mandante. Sin embargo, si la renuncia perjudicase a éste,
deberá ser indemnizado por el mandatario, a no ser que éste se
encuentre en la imposibilidad de continuar en el ejercicio del man-
dato, sin experimentar un perjuicio considerable.
TÍTULO XIV
DE LA FIANZA
CAPÍTULO I
De la naturaleza y extensión de la fianza
Art. 2011.- El que presta fianza por una obligación, se obliga respec-
to al acreedor a cumplir la misma, si no lo hiciese el deudor.
Art. 2012.- La fianza no puede constituirse sino por una obligación
válida. Se puede, sin embargo, prestar fianza por una obligación,
aunque pueda ésta anularse por una excepción puramente perso-
nal al obligado; por ejemplo, en el caso de menor edad.
Art. 2013.- La fianza no puede exceder de lo que deba el deudor,
ni otorgarse en condiciones más onerosas. Puede contratarse para
solamente una parte de la deuda y bajo condiciones menos one-
rosas. La fianza que exceda a la deuda o que esté contratada en
condiciones más gravosas, no es nula; es únicamente reducible en
proporción de la obligación principal.
Art. 2014.- Se puede ser fiador sin orden de aquel por quien se
obliga, y aun sin su noticia. Se puede también prestar fianza no
solamente por el deudor principal, sino también por el que sea su
fiador.
CAPÍTULO II
De los efectos de la fianza
SECCIÓN I
De los efectos de la fianza entre el acreedor y el fiador.
SECCIÓN II
De los efectos de la fianza entre el deudor y el fiador.
SECCIÓN III
De los efectos de la fianza entre los cofiadores.
CAPÍTULO III
De la extinción de la fianza
Art. 2034.- La obligación que resulta de la fianza, se extingue por las
mismas causas que las demás obligaciones.
Art. 2035.- La confusión que tiene lugar en la persona del deudor
principal y su fiador cuando llega el uno a ser heredero del otro, no
extingue la acción del acreedor contra el que haya dado fianza por
el fiador.
Art. 2036.- Puede el fiador oponer al acreedor todas las excepcio-
nes que correspondan al deudor principal y que sean inherentes a
la deuda, no pudiendo interponer las que sean puramente perso-
nales al deudor.
Art. 2037.- El fiador queda libre cuando por causa del acreedor no
puede tener lugar en su favor la subrogación de derechos, hipote-
cas y privilegios que tenga dicho acreedor.
Art. 2038.- Queda también libre el fiador por la aceptación volunta-
ria que haya hecho el acreedor de un inmueble o de cualquier otro
efecto, como pago de la deuda principal, aunque el acreedor haya
sufrido la evicción por dicho inmueble o efecto.
ÍNDICE POR 400
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO IV
Del fiador legal y del fiador judicial
Art. 2040.- Siempre que una persona esté obligada, según la ley, o
por una sentencia, a presentar un fiador, han de concurrir en éste
las condiciones prescritas en los artículos 2018 y 2019.
Art. 2041.- Al que no puede encontrar un fiador, se le admite que
dé en su lugar una prenda de suficiente garantía.
Art. 2042.- El fiador judicial no puede pedir la excusión del deudor
principal.
Art. 2043.- El que ha afianzado simplemente al fiador judicial, no
puede pedir la excusión del deudor principal y del fiador.
TÍTULO XV
DE LAS TRANSACCIONES
Art. 2044.- La transacción es un contrato por el cual las partes ter-
minan un pleito comenzado, o evitan uno que pueda suscitarse.
Este contrato deberá hacerse por escrito.
Art. 2045.- Para transigir, es preciso tener capacidad de disponer de
los objetos que en la transacción se comprendan. El tutor no puede
transigir en nombre del menor o del que está sujeto a interdicción,
sino conforme al artículo 467, título de la menor edad, de la tutela
y de la emancipación; no pudiendo tampoco transigir con el menor
que ha llegado a la mayor edad, en lo relativo a la cuenta de su
tutela, sino según el artículo 472 del mismo título. Las municipali-
dades y establecimientos públicos no pueden transigir sin expresa
autorización del Gobierno.
TÍTULO XVI
DEL APREMIO CORPORAL EN MATERIA CIVIL
Art. 2059.- El apremio corporal no tiene lugar por deuda que no
provenga de fraude o delito.
Art. 2060.- El apremio corporal tiene lugar en materia civil, por el
estelionato.
Art. 2061.- Hay estelionato, cuando se vende o se hipoteca un in-
mueble del que a sabiendas no se tiene la propiedad; cuando se
presentan como libres bienes hipotecados, o cuando se declaran
hipotecas inferiores a las que tengan estos bienes.
Art. 2062.- Del mismo modo tiene lugar el apremio corporal: 1o.
en el caso de reintegración, ordenada judicialmente por el aban-
dono de un predio cuyo dueño ha sido despojado de él, por vías
de hecho; por la restitución de los frutos que se hayan percibido
del predio, durante la posesión indebida, y por el pago de daños
ÍNDICE POR 403
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
TÍTULO XVII
DEL CONTRATO DE EMPEÑO
Art. 2071.- El empeño es un contrato por el cual el deudor entrega
una cosa al acreedor para seguridad de la deuda.
Art. 2072.- El empeño de una cosa mobiliaria se llama prenda. El de
una cosa inmobiliaria se llama anticresis.
CAPÍTULO I
De la prenda
Art. 2073.- La prenda confiere al acreedor el derecho de hacerse
pagar sobre la cosa que constituye su objeto, con privilegio y prefe-
rencia a los demás acreedores.
Art. 2074.- Este privilegio no puede tener lugar, sino cuando exis-
ta una escritura pública o privada, debidamente registrada, que
contengas la declaración de la suma debida, así como también la
ÍNDICE POR 405
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
De la anticresis
Art. 2085.- La anticresis no se establece sino por escrito. El acreedor
no adquiere por este contrato sino la facultad de percibir los frutos
ÍNDICE POR 407
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
TÍTULO XVIII
DE LOS PRIVILEGIOS E HIPOTECAS
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 2092.- Todo el que se haya obligado personalmente, queda
sujeto a cumplir su compromiso con todos sus bienes muebles e
inmuebles, presentes y futuros.
Art. 2093.- Los bienes del deudor son la prenda común de sus
acreedores, distribuyéndose el precio entre ellos a prorrata, a me-
nos que existan entre los mismos causas legítimas de preferencia.
Art. 2094.- Las causas legítimas de preferencia son los privilegios e
hipotecas.
CAPÍTULO II
De los privilegios
Art. 2095.- El privilegio es un derecho que la calidad del crédito
da a un acreedor para ser preferido a los demás, aunque sean
hipotecarios.
Art. 2096.- Entre los acreedores privilegiados, se regula la preferen-
cia por las diferentes calidades de los privilegios.
Art. 2097.- Los acreedores privilegiados, que están en el mismo
rango, son pagados a prorrata.
Art. 2098.- Los privilegios por razón de derechos del tesoro público y el
orden en el cual se ejercen, se regulan por las leyes que les conciernen.
El tesoro público no puede, sin embargo, obtener privilegio en
perjuicio de los derechos anteriormente adquiridos por terceros.
Art. 2099.- Los privilegios pueden recaer sobre los muebles o sobre
los inmuebles.
ÍNDICE POR 409
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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
SECCIÓN I
De los privilegios sobre los muebles.
del año, se pagan con el precio de ésta; y las que se deban por los
utensilios, con el precio de los mismos, con preferencia al propieta-
rio en uno y otro caso. El propietario puede embargar los muebles
que tenga en su casa o predio rústico, cuando hayan sido éstos
cambiados de sitio sin su consentimiento, conservando sobre ellos
su privilegio, si hubiere hecho la reivindicación: a saber, cuando se
trata de un mobiliario o ajuar de un predio rústico, en el plazo de
cuarenta días, y en el de quince tratándose del ajuar de una casa
habitación; 2o. el crédito sobre la prenda que tiene en su poder el
acreedor; 3o. los gastos causados por la conservación de la cosa;
4o. el precio de los efectos mobiliarios no pagados, si estuvieren
aún en poder del deudor, bien sea que haya comprado a plazo o sin
él. Habiéndose hecho la venta sin plazo, puede también el vendedor
reivindicar estos efectos, mientras estén en poder de comprador, e
impedir su reventa, con tal que la reivindicación se haga dentro de
los ocho días siguientes a la entrega, y encontrándose los efectos en
el mismo estado en que se hizo aquélla. El privilegio del vendedor
no se ejerce, sin embargo, sino con posterioridad al del propietario
de la casa o del predio rústico, a no ser que se demostrase que
el dueño tenía conocimiento de que los muebles y demás objetos
que había en su casa o en el predio, no pertenecían al inquilino. No
se hace ninguna variación en las leyes y usos del comercio sobre
la reivindicación; 5o. el importe de los suministros hechos por un
fondista sobre los efectos del viajero que han sido transportados a
su hospedería; 6o. los gastos de acarreo y accesorios sobre la cosa
acarreada; 7o. los créditos resultantes de abusos y prevariación co-
metidos por funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones,
sobre los fondos de sus fianzas, y sobre los intereses de los mismos
fondos que puedan deberse.
SECCIÓN II
De los privilegios sobre los inmuebles.
SECCIÓN III
De los privilegios que se extienden a los muebles e inmuebles.
SECCIÓN IV
Cómo se conservan los privilegios.
CAPÍTULO III
De las hipotecas
Art. 2114.- La hipoteca es un derecho real sobre los inmuebles que
están afectos al cumplimiento de una obligación.
Es por su naturaleza indivisible, y subsiste por entero sobre todos
los inmuebles afectados, sobre cada uno y sobre cada parte de los
mismos.
Sigue a dichos bienes en cualesquiera manos a que pasen.
Art. 2115.- No tiene lugar la hipoteca, sino en los casos y según las
formas autorizadas por la ley.
Art. 2116.- La hipoteca es o legal, o judicial, o convencional.
Art. 2117.- Hipoteca legal es aquella que se deriva de la ley. Hipo-
teca judicial es la que resulta de las sentencias o actos judiciales; y
la convencional, es la que depende de los convenios y de la forma
exterior de los actos y contratos.
Art. 2118.- Son solamente susceptibles de hipotecas: 1o. los bienes
inmuebles que están en el comercio, y sus accesorios, reputados
inmuebles; 2o. el usufructo de los mismos bienes y accesorios por
el tiempo de su duración.
Art. 2119.- Los muebles no pueden ser objeto de hipoteca.
Art. 2120.- No se hace ninguna innovación por el presente Código
a las disposiciones que contienen las leyes marítimas relativas a las
naves y embarcaciones de mar.
SECCIÓN I
De las hipotecas legales.
SECCIÓN III
De las hipotecas convencionales
SECCIÓN IV
Del rango que las hipotecas ocupan entre sí.
Art. 2134.- La hipoteca entre los acreedores, bien sea legal, judicial
o convencional, no tiene rango sino desde el día en que el acreedor
hizo la inscripción en el registro del conservador de hipotecas, en la
forma y de la manera prescrita por la ley, sin perjuicio de las excep-
ciones que se expresan en el artículo siguiente.
Art. 2135.- La hipoteca existe independientemente de toda inscrip-
ción: 1o. en beneficio de los menores y de los sujetos a interdicción,
sobre los inmuebles que pertenezcan a su tutor, por razón de su
gestión desde el día de la aceptación de la tutela; 2o. en provecho
de las mujeres, por razón de sus dotes y contratos matrimoniales,
sobre los bienes inmuebles del marido, a contar desde el día del
matrimonio.
La mujer no tiene hipoteca por las sumas dotales procedentes de
sucesiones o donaciones que se le hayan hecho durante el matri-
monio, sino desde el día en que se abrieron las sucesiones, o desde
aquel en que tuvieron efecto las donaciones.
No tiene hipoteca por la indemnización de las deudas que haya
contraído con su marido, y para el reemplazo de sus propios bienes
enajenados, sino a contar desde el día de la obligación o de la venta.
ÍNDICE POR 418
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CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO IV
Del modo de hacer la inscripción
de los privilegios e hipotecas
Art. 2146.- Las inscripciones se hacen en la oficina de conservación
de hipotecas, establecida para el municipio o distrito judicial en
que estén situados los bienes sujetos al privilegio o a la hipoteca.
No producen ningún efecto, si se hicieren en el plazo dentro del
cual los actos realizados antes de declararse las quiebras se califi-
can como nulos.
Art. 2149.- Las inscripciones que deban hacerse sobre los bienes
de una persona fallecida, podrán hacerse con la simple designación
del difunto, de la manera que se dice en el número 2 del artículo
anterior.
Art. 2150.- El conservador hará mención en su registro del con-
tenido de las facturas, entregando al requeriente tanto el título o
su copia, como una de dichas facturas, al pie de la cual certificará
haber hecho la inscripción.
Art. 2151.- El acreedor inscrito por un capital que produzca interés
o réditos, tiene derecho de ser colocado durante dos años sola-
mente y por el corriente, en el mismo rango de hipoteca que para
su capital, sin perjuicio de las inscripciones particulares que deban
hacerse, que tengan hipoteca desde su fecha, para los réditos dis-
tintos de los conservados por la primera inscripción.
Art. 2152.- Al que haya requerido una inscripción, lo mismo que
a sus representantes o cesionarios por acto auténtico, les es po-
testativo mudar en el registro de hipotecas el domicilio que hayan
elegido, obligándose a escoger e indicar otro en el mismo distrito.
Art. 2153.- Los derechos de hipotecas puramente legal, del Estado,
de los municipios y establecimientos públicos sobre los bienes de
los cuentadantes, los de los menores o sujetos a interdicción, res-
pecto de sus tutores, los de las mujeres casadas sobre los bienes
de sus esposos, se inscribirán mediante la presentación de dos
facturas que contengan solamente: 1o. los nombres, profesión y
domicilio real del acreedor y el domicilio que se elija por o para él
en el distrito; 2o. los nombres, profesión, domicilio o designación
precisa del deudor; 3o. la naturaleza de los derechos que se pro-
pone conservar, y el importe de su valor en cuanto a los objetos
determinados, sin que haya obligación de fijarlos respecto de los
que sean condicionales, eventuales o indeterminados.
Art. 2154.- Las inscripciones conservan la hipoteca y el privilegio por
espacio de diez años, contados desde el día de su fecha, cesando
CAPÍTULO V
De la cancelación y reducción de las inscripciones
Art. 2157.- Las inscripciones se cancelan por el consentimiento de
las partes interesadas, que tengan capacidad para este objeto, o en
virtud de una sentencia en última instancia, o pasada en autoridad
de cosa juzgada.
Art. 2158.- En uno y otro caso, los que requieran la cancelación, de-
positarán en la oficina del conservador la copia del acta auténtica
que contenga el consentimiento, o la copia de la sentencia.
Art. 2159.- La cancelación no consentida, se pide al tribunal del
distrito en que se hizo la inscripción, a no ser que dicha inscripción
haya tenido lugar para la seguridad de una condena eventual o
indeterminada, sobre cuya ejecución o liquidación el deudor y el
acreedor presunto estén litigando o deban ser juzgados por otro
tribunal, en cuyo caso la demanda de cancelación debe presentarse
o remitirse a este último.
CAPÍTULO VI
Del efecto de los privilegios e hipotecas
contra los terceros detentadores
Art. 2166.- Los acreedores que tienen privilegios o hipotecas inscri-
tas sobre un inmueble tiene siempre acción sobre éste, cualquiera
que sea su dueño, para que se les coloque y pague, según el orden
de sus créditos o inscripciones.
Art. 2167.- Si el tercero detentador no llenase las formalidades que
se establecerán más adelante, para liberar su propiedad, queda
por el efecto solo de las inscripciones, obligado como detentador
a todas las deudas hipotecarias, y goza de los términos y plazos
concedidos al deudor originario.
Art. 2168.- El tercero detentador está obligado en el mismo caso,
o a pagar todos los intereses y capitales exigibles, cualquiera que
sea su importe, o a abandonar el inmueble hipotecado sin reserva
alguna.
Art. 2169.- En el caso de no cumplir el tercero detentador cualquie-
ra de dichas obligaciones, cada uno de los acreedores con hipoteca
tiene derecho para hacer vender el inmueble hipotecado, después
de los treinta días de hecho el mandamiento al deudor originario;
y de haberse hecho notificación al tercero detentador para el pago
de la deuda exigible, o el abandono de la finca.
CAPÍTULO VII
De la extinción de los privilegios e hipotecas
Art. 2180.- Se extinguen los privilegios e hipotecas: 1o. por la extin-
ción de la obligación principal; 2o. por la renuncia del acreedor a la
hipoteca; 3o. por el cumplimiento de las formalidades y las condi-
ciones prescritas a los terceros detentadores, para hacer libres los
bienes que hayan adquirido; 4o. por la prescripción.
La prescripción se adquiere por el deudor, en cuanto a los bienes
que están en su poder, por el tiempo fijado para la prescripción de
las acciones que dan la hipoteca o el privilegio.
Respecto de los bienes que están en poder de un tercero detenta-
dor, se adquiere por el tiempo regulado para la prescripción de la
propiedad en su provecho; en el caso de que la prescripción supon-
ga un título, no empieza a correr sino desde el día en que ha sido
transcrita en los registros de la oficina de hipotecas.
ÍNDICE POR 427
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO VIII
Del modo de libertar las propiedades de
los privilegios e hipotecas
Art. 2181.- Los contratos traslativos de la propiedad de inmuebles o
derechos reales inmobiliarios, que los terceros detentadores quie-
ran librar de privilegios e hipotecas, se transcribirán íntegramente
por el conservador de hipotecas de la común o del distrito en que
radiquen los bienes.
Esta transcripción se hará en un registro destinado a tal objeto,
teniendo obligación el conservador de dar conocimiento de ella al
requerente.
Art. 2182.- La simple transcripción del título traslativo de propiedad
de registro de conservador, no liberta al inmueble de las hipotecas
y privilegios con que esté gravado.
El vendedor no transmite el adquiriente sino la propiedad, y los
derechos que tuviese sobre la cosa vendida; los transmite con las
mismas hipotecas y privilegios con que ya estaban gravados.
Art. 2183.- Si el nuevo propietario quiere ponerse a cubierto de los
procedimientos que se autorizan por el capítulo sexto del presente
título, está obligado, antes de incoarse aquellos o dentro de un mes
a lo sumo, contado desde la primera intimación, a notificar a los
acreedores en los domicilios que hayan elegido en sus inscripcio-
nes: 1o. el extracto de su título conteniendo solamente la fecha y la
cualidad del acto, el nombre y la designación precisa del vendedor
o donante, la naturaleza y situación de la cosa dada o vendida; y
tratándose de un cuerpo de bienes, solamente la denominación
general del predio y los distritos en los cuales radiquen aquel, el
CAPÍTULO IX
Del modo de extinguir las hipotecas cuando no existe
inscripción respecto de los bienes de los maridos
y de los tutores
Art. 2193.- Los adquirientes de bienes inmuebles, pertenecientes a
maridos o a tutores podrán, cuando no haya inscripción de dichos
inmuebles por razón de tutela o dote, recobros y convenciones
matrimoniales de la mujer, extinguir las hipotecas que gravaren los
bienes adquiridos por ellos.
Art. 2194.- Con este objeto depositarán copia, debidamente au-
torizada, del contrato traslativo de propiedad, en la secretaría del
tribunal de primera instancia a que corresponda el lugar de los
bienes, y certificarán por acta notificada, lo mismo a la mujer o al
protutor, que al fiscal del tribunal, el depósito que hubieren hecho.
Un extracto de este contrato conteniendo su fecha, nombres, profe-
sión y domicilio de los contratantes; la designación de la naturaleza
y lugar de los bienes; el precio y demás cargas de la venta, se fijará
como anuncio durante dos meses, en la sala del tribunal, en cuyo
tiempo podrán admitirse, si proceden, las reclamaciones de las
mujeres, los maridos, tutores, protutores, menores, sujetos a inter-
dicción, parientes o amigos y fiscal, para que exijan, si procediere,
y hagan efectuar en el registro de hipoteca, las inscripciones sobre
el inmueble enajenado; las que tendrán el mismo efecto que si se
hubiere hecho el día del contrato de matrimonio o el día que entró
el tutor en gestión; sin perjuicio de los procedimientos que puedan
tener lugar contra los maridos y tutores, como queda dicho, por las
ÍNDICE POR 431
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO X
De la publicidad de los registros y de la responsabilidad
de los conservadores de hipotecas
Art. 2196.- Están obligados los conservadores de hipotecas a dar
copia a todo el que la pida de los actos transcritos en sus registros,
y de las inscripciones subsistentes, o certificado de que no existe
ninguna.
Art. 2197.- Son responsables del perjuicio que resulte: 1o. de la
omisión en sus registros, y de la transcripción de actos de mutación
ÍNDICE POR 432
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
TÍTULO XIX
DE LA EXPROPIACIÓN FORZOSA,
Y DEL ORDEN ENTRE LOS ACREEDORES
CAPÍTULO I
De la expropiación forzosa
Art. 2204.- El acreedor puede reclamar la expropiación: 1o. de
los bienes inmuebles y sus accesorios reputados como tales, que
pertenezcan en propiedad a su deudor; 2o. del usufructo pertene-
ciente al deudor sobre los bienes de la misma naturaleza.
Art. 2205.- Sin embargo, la parte indivisa de un coheredero en los
inmuebles de una sucesión, no puede ponerse en venta por sus
acreedores personales antes de la partición o la licitación que
pueden promover, si lo hubieren considerado oportuno, o en los
que tengan derecho a intervenir según el artículo 882, título de las
sucesiones.
Art. 2206.- Los inmuebles de un menor, aunque esté emancipado,
o de un sujeto a interdicción, no pueden ponerse en venta antes de
la excusión del mobiliario.
ÍNDICE POR 434
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
CAPÍTULO II
Del orden y de la distribución
del precio entre los acreedores
Art. 2218.- El orden y distribución del precio de los inmuebles,
como la forma de proceder en estos casos, se regulan por el Código
de Procedimiento.
ÍNDICE POR 436
ÍNDICE ARTÍCULOS
CÓDIGO CIVIL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
TÍTULO XX
DE LA PRESCRIPCIÓN
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Art. 2219.- La prescripción es un medio de adquirir o de extinguir
una obligación, por el transcurso de cierto tiempo, y bajo las condi-
ciones que determina la ley.
Art. 2220.- No se puede renunciar anticipadamente a la prescrip-
ción: se puede renunciar a la prescripción adquirida.
Art. 2221.- La renuncia a la prescripción es tácita o expresa: resul-
tando la primera, de un hecho que supone el abandono del derecho
adquirido.
Art. 2222.- El que no puede enajenar, no puede tampoco renunciar
a la prescripción.
Art. 2223.- No pueden los jueces suplir de oficio la excepción que
resulta de la prescripción.
Art. 2224.- La prescripción puede oponerse en cualquier estado
de causa, aun ante la suprema Corte de Justicia, a no ser que las
circunstancias hagan presumir que renunció a la excepción de pres-
cripción la parte que no la haya opuesto.
Art. 2225.- Los acreedores o cualquiera otra persona interesada en
que se adquiera la prescripción, pueden oponer la misma, aunque
el deudor o propietario renuncie a ella.
Art. 2226.- No se puede prescribir el dominio de las cosas que no
estén en el comercio.
Art. 2227.- El Estado, los establecimientos públicos y municipios,
están sometidos a las mismas prescripciones que los particulares,
pudiendo oponerlas del mismo modo que éstos.
CAPÍTULO II
De la posesión
Art. 2228.- La posesión es la ocupación o el goce de una cosa o de
un derecho que tenemos o ejercemos por nosotros mismos, o por
otro que tiene la cosa o ejerce el derecho en nuestro nombre.
Art. 2229.- Para poder prescribir, se necesita una posesión conti-
nua y no interrumpida, pacífica, pública, inequívoca y a título de
propietario.
Art. 2230.- Se supone que uno siempre posee por sí mismo y a
título de propietario, si no se comenzó a poseer por otro.
Art. 2231.- Cuando se ha empezado a poseer por otro, se presume
siempre que se posee bajo el mismo título, si no hay prueba en
contrario.
Art. 2232.- Los actos de pura facultad y los de simple tolerancia, no
pueden dar fundamento ni a posesión ni a prescripción.
Art. 2233.- Los actos de violencia no pueden dar fundamento tam-
poco a una posesión capaz de producir la prescripción. La posesión
útil no empieza sino cuando ha cesado la violencia.
Art. 2234.- El poseedor actual que pruebe haber poseído desde
antiguamente, se presume haber poseído en el tiempo intermedio,
si no se probase lo contrario.
Art. 2235.- Para completar la prescripción, se puede agregar a la
propia posesión la de su causante, por cualquier concepto que se
le haya sucedido, ya sea a título universal o particular, o a título
lucrativo u oneroso.
CAPÍTULO III
De las causas que impiden la prescripción
Art. 2236.- Los que poseen por otro, no prescriben nunca ni en
ninguna espacio de tiempo. Por lo tanto, el colono o rentero, el
CAPÍTULO IV
De las causas que interrumpen o suspenden
el curso de la prescripción
SECCIÓN I
De las causas que interrumpen la prescripción.
SECCIÓN II
De las causas que suspenden
el curso de la prescripción.
CAPÍTULO V
Del tiempo que se necesita para prescribir
SECCIÓN I
Disposiciones generales.
Art. 2260.- La prescripción no se cuenta por horas, sino por días.
Art. 2261.- Se adquiere, cuando pasa el último día de término.
SECCIÓN II
De la prescripción por veinte años.
SECCIÓN IV
De algunas prescripciones particulares.
Art. 2271.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G.O. 5661). La acción de los maestros y profesores de ciencias
y artes, por las lecciones que den por mes; la de los fondistas y
hoteleros, por razón del cuarto y comida que suministran; la de
los obreros y jornaleros, por el pago de sus jornales, suministros y
salarios, prescriben por seis meses.
Párrafo: Prescribe por el transcurso del mismo período de seis
meses, contados desde el momento en que ella nace, la acción en
responsabilidad civil cuasi delictual cuya prescripción no hubiere
sido fijada por la ley, expresamente, en un período más extenso.
Sin embargo, en los casos en que alguna circunstancia imposibilite
legal o judicialmente el ejercicio de la acción, no se computará en
el plazo el tiempo que dicha imposibilidad dure.
Art. 2272.- (Modificado por la Ley 585 del 24 de octubre de 1941,
G.O. 5561). La acción de los médicos, cirujanos y farmacéuticos,
por sus visitas, operaciones y medicamentos; la de los alguaciles,
por los derechos de los actos que notifican y comisiones que des-
empeñan; la de los mercaderes, por las mercancías que venden a
los particulares que no lo son; la de los directores de colegios, por
el precio de la pensión de sus alumnos; y la de los demás maestros,
por el precio de la enseñanza; la de los criados que se alquilan por
año, por el pago de su salario, prescriben por un año.
Párrafo: Prescribe por el transcurso del mismo período de un año,
contado desde el momento en que ella nace, la acción en responsa-
bilidad civil delictual cuya prescripción no hubiere sido fijada por la
ley, expresamente en un período más extenso. Sin embargo, en los
casos en que alguna circunstancia imposibilite legal o judicialmente
el ejercicio de la acción, no se computará en el plazo el tiempo que
dicha imposibilidad dure.