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<< Febrero 20 de 2015 >>

Presentación
Celebro esta selección de relatos desenfadados de mi yerno Jesús
Héctor Peraza Sato porque me animan y al final de cada uno de
ellos puedo sonreír. Tienen la virtud de alegrarnos la vida ante las
aparentes tragedias que esconden. Las situaciones de las cuales se
desprenden o se generan son de la vida cotidiana, ese transcurrir
que hacemos parte de nuestra vida ciudadana.

Los temas y los actores giran alrededor de un sufrido personaje, el


autor, que sana sus males al relatarnos con humor sus desgracias
y pequeñas victorias; por ejemplo ser un rechazado Rey de la
fantasía infantil de unas niñas; un solitario y consciente espécimen
masculino en un mar de féminas enloquecidas por la Jeny Rivera;
ni que decir de la derrota en oprobio deportivo, ante un equipo
beisbolero de desarrapados que destrozan el ánimo de los atildados
chicos de una clase media que no supieron donde se metieron; el
descubrimiento de su avanzada paternidad ante una niña que no
avizora su pubertad y sueña con un Santo Clos que todo lo puede
y el objeta, hasta que su esposa, mi hija, ese pertinaz anclaje en
la realidad, lo encara para que goce las fantasías de una niña, mi
nieta, que también fueron las suyas.
Y así discurre este relatista que no necesita Balas de plata,
traficantes malenyerbados o extraviados poetas y cronistas, para
recrear el ambiente culichi, recorriendo la ciudad o retratando a
los congéneres que transitan por los pasillos comerciales, ni que
decir de sus desengaños al descubrir en qué consiste la familia y el
compadrazgo.

Solo le reclamo que no haya pintado de cuerpo entero, gulp, a su


suegra, mi esposa, de la que he sido testigo, encara algunos de sus
alegres relatos.

Termino admirando a mi yerno que es sensible hasta el lloriqueo, y


felicitarlo por entregarnos esta muestra de llana picardía sinaloense
que tanto nos hace falta.

Gilberto J. López Alanís


Indice

Ponte a Dieta Rey Panzon 13


La Jenni Rivera y el Albañil que llevo dentro 15
Que triste es llegar a viejo 17
Cristian Grey Peraza 18
¡Amanda Cierrale! 20
Navidad con chichis 22
Sonámbulo y cachondo primo de un amigo 24
Antes de que muera Fidel 25
Padrino de bautizo 26
Mi Gordo de huevos canusios 27
La metáfora de los plebes culones 28
Un plan maquiavélico 31
Azul Helena con hache Vs Goliat 34
Ponte a Dieta
Rey Panzon
A costada sobre la cama del hospital y aún bajo el efecto de la anestesia,
la nueva madre orgullosa mencionaba lo hermoso que estaba su
bebe, las otras mujeres que la acompañaban en el cuarto afirmaban
incesantes lo que decía la nueva mamá sobre el recién nacido y emitían
sonidos mimosos cada vez que dirigían a la criatura.

Por más que me asomaba a ver si había otro neonato y confirmar lo que
todas las señoras decían, no logre ver más que aquel horrible niño que
dormía en los brazos de su mami, pero en verdad que el plebe no estaba
tan bonito como todas aseguraban en ese momento.

Mi Cachita anticipándose a mi indiscreción se me acercó y me mencionó


a manera de advertencia – Nadie pero nadie tiene hijos feos -

Días después, durante la semana santa del 2006 o 2007, Mariana mi hija
tendría alrededor de seis años cuando pasamos a visitar en Camahuiroa,
al hermoso familión de los Yamuni, los cuales gozaban en su casa de playa
de relajantes vacaciones. Nos recibieron en el comedor y verdaderamente
nos atracamos de unas deliciosas kibbeh (mezcla libanesa de carne de
cordero con trigo). Posteriormente nos instalamos en un cuarto que
amablemente nos ofrecieron y mi pequeña hija al ver la playa corrió a
ponerse su traje de baño y agarrándome la mano me invitó a construir
castillos de princesas en la arena.

Al pisar la playa, con la panza todavía hinchada por goloso atracón,


antes de quitarme la camisa, me asegure que no hubiera ninguna
fémina que le pudiera causar algún disgusto visual mi exceso de grasa
corporal traducido en enormes pellas que orgullosas se expresaban en
mi abdomen. Asegurándome que los únicos que estábamos éramos mi
hija de seis y otras dos niñas; una de siete y otra de diez, proseguí con
confianza a andar bichi de la cintura para arriba.

13
Construimos un enorme castillo y al terminar, mi hermosa Mariana,
siendo la más pequeña, sugirió que jugáramos a las princesas y levantando
la mano como queriendo apartar un lugar en el juego se apresuro a decir:

-Yo seré la princesa bebe- posteriormente señalando a la niña de siete le


comentó –tú serás la princesa hermana mayor- después refiriéndose a la
niña de diez le dijo – tú serás la Reina- y con efusión terminó diciendo
– ¡y mi papi será el Rey!

Cuando dijo eso mi princesa, el cielo se despejo y se tornó en un azul


perfecto, la playa palpitaba arena blanca y las olas susurraban un hermoso
y relajante vaivén, estoy seguro que en el horizonte se dibujó un arcoíris
donde jugaban amablemente delfines con gaviotas, garzas y todo tipo de
aves marinas, más que extasiado, levante el pecho, suspire profundo y di
gracias a la vida, y precisamente en ese momento cuando todo estaba en
la cumbre del éxtasis se escucha:

¡Aaaassssscoooo! – dicho por la niña que le toco ser la Reina,


inmediatamente se dio media vuelta y se dirigió a la casa buscando a su
papá, para acusarnos por haberle hecho “trampa” y haberla casado sin
su consentimiento con un Rey peludo y panzón. Ya ni para qué hablar
de los delfines, las garzas, el arcoíris y el susurro de las olas, todo se dio
media vuelta y desapareció inmediatamente como la niña de diez años.

El rey Peraza por su parte, disimuladamente se puso la camisa, los


siguientes tres meses se puso a dieta, bajó como diez o doce kilos y esa
navidad le pidió a Santa Clos que “nadie pero nadie tenga hijos y ni
tampoco papas feos… y que así sea”.

14
La Jenni Rivera
y el Albañil que
llevo dentro
L a población de mujeres en el concierto de Jenni
Rivera aquel sábado 24 de noviembre en la “Feria
Ganadera” de Culiacán, según la INEGI (Instituto
Primero mi comadre Jenni honró el papel de la
“Socia”, desde el escenario relataba cómo le quitaba la
ropa al amante mientras la “Gran Señora” le lavaba
Nacional de Estadística y Geografía), se constituía la ropa. Minutos más tarde se mudaron los papeles,
de un 80% de mujeres, de las cuales el 55% pueden la Jenni Rivera cantó como la “Gran Señora” y con
catalogarse como “Socias”, el 39% como la “Gran enjundia colocó a la “Socia” en su lugar, según la
Señora” y el resto en “Sepa la fregada”, pero según el CONADE (Comisión Nacional del Deporte) en los
ALBALLEDE (el albañil que llevo dentro) el concierto pasillo se decidió el combate entre “Socias” y “Grandes
fue todo festín de hormonas y siliconas. Señoras” violándose casi todas las reglas de Tae Kwon
Do, Yuyitsu y lucha greco-romana, el ALBALLEDE
Según la SEDESOL (Secretaría de Desarrollo Social) (el albañil que llevo dentro) imploraba ante éstos
el 95% de las mujeres llegaron como si fueran a un violentos eventos, una alberca de lodo como parte de
concurso de modelaje, hermosas, brillantes, con poca la utilería en futuros eventos de la tal Jenni.
ropa muy bien puesta, sin embargo la Secretaría de la
Salud reportó que al finalizar el concierto, el alcohol CONACULTA (Consejo Nacional para la Cultura y
mezclado con el sentimiento de dolor de las canciones, las Artes) declaró que el espectáculo fue un éxito y así
transformó a las súper modelos en chupitos, no tan lo creo, el ALBALLEDE (el albañil que llevo dentro)
brillantes, con presencia de escurrimiento de rímel declaro que nunca se vuelve perder un espectáculo de
y lixiviaciones urinarias, con la misma poca ropa tal envergadura y agradece a su concuña y comadre
pero ya no tan bien puesta. Según el ALBALLEDE (el de Buchannas, Rosalinda Gaxiola, la invitación a
albañil que llevo dentro) el espectáculo de féminas presenciar tal colorido espectáculo donde quizás
fue tan bueno en la entrada del concierto como en la estuvieron las seis mil mujeres más hermosas y
salida. efusivas de México.

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Que triste N o recuerdo el orden, pero mi
abuelo tenía cuatro nombres:
del gran hotel tomado del brazo
de mi abuela, los dos amables
es llegar Ricardo Tasuko Fernando Héctor
y por simple que parezca él me
chochitos comentaban la suerte
que habían tenido, cuando de
a viejo decía que la felicidad consistía en
apreciar la abundancia de las cosas
repente del otro lado del pasillo y
sin poder evitarla, se encuentran
más sencillas e inevitables, como de frente a la güerita de los two
sus cuatro nombres. hundred dollars, la cual se detiene
y señalando la hermosa figura de
Sentado alguna vez en una mesa mi abuela le dice:
de Black Jack del Cesar Palace
de Las Vegas, llegó a su lado una “That´s what you get for twenty
güerita de esas cuya profesión dollars”.
es la más antigua del mundo, la
cual al observar a Don Fernando A mi abuelo Hector Ricardo
Ricardo Héctor Tasuko le comentó Tasuko Fernando le dio risa las mil
disimuladamente que por “two veces que nos contó ésta historia y
hundred dollars”, recibiría la me repetía a forma de consejo, “la
cantidad necesaria de amor para felicidad se encuentra en apreciar
dormir tranquilo. la abundancia de las cosas más
sencillas e inevitables”, por eso
Mi abuelo le contestó – Two también se reía de su vejez, a la que
hundred dollars is too much! I’m sarcásticamente le declamaba:
going to give you: twenty dollars-
La güerita refutó– WTF twenty Qué triste es llegar a viejo,
dollars! Two hundred dollar it’s ok crecen los hijos, se acaba la dicha,
Mi abuelo insitió- twenty dollars crecen las cejas, se acorta la vista,
it’s ok for me, take it or leave it. crecen los huevos, se achica la picha.
es un constante sufrir;
La güerita se levantó furiosa
maldiciendo y soltando una serie El chile se hace pellejo,
de improperios al viejito que la vieja te hace pendejo,
seguía sentado en la mesa del y todo se te va en dormir,
lujoso hotel, levantando el dedo y aunque tengas buena vieja,
anular se retiró a buscar un cliente no te le puedes subir
más accesible que Don Héctor “que triste es llegar a viejo…”
Fernando Ricardo Tasuko.
Y Don Tasuko Fernando Héctor
Una hora más tarde, mi abuelo de Ricardo, al que le decían Tío Callo,
nombre Tasuko Héctor Fernando volvía a soltar la carcajada…
Ricardo, paseaba por los pasillos

17
Cristian Grey Peraza
D e los creadores de “Rosa Salvaje” llegó como best seller el libro “Cincuenta Sombras de Grey” de E.L. James,
y patrocinada en América Latina por Pasta de Lassar, alivio contra ardor y comezón.

En lo particular tuve que esforzarme para leer el primer libro de la trilogía erótica y muchas veces en las partes
donde las féminas saltan de gusto yo optaba por saltarme esa parte, no por casto y puro, que si lo soy, si no
porque la pornografía escrita por una mujer es sumamente difícil y describe demasiados las partes de él y no las
partecitas de ella, además carece de esos pequeños detalles que hacen coherente una verdadera historia porno
escrita con plumas machistas.

Primero que nada, los hombres estamos culturalmente acostumbrados a que “el porno star” sea un repartidor
de pizzas que llega un departamento y tiene sexo con la mujer rica y hambrienta que solicitó una pizza tamaño
familiar para ella sola. La creadora de Cristian Grey no tiene idea lo importante que es ser repartidor porno
de pizzas, ser un revolucionario y romper esas barreras sociales entre un simple repartidor y una rica ama de
casa, la importancia masculina de “follar” con las ricas para casarse con las pobres es como ser Robin Hood
y en Cincuentas Sombras, hicieron a un lado toda éste legado social que la pornografía ochentera ofrece a la
comunidad.

La lectura entra a la dimensión desconocida cuando sin ser gay, Cristian Grey es carita, culto, fuerte, millonario,
soltero y con un guardarropa más exclusivo y variado que el de Martita Sahagún. Y el personaje femenino
llamado Anastasia Steel es gringa, de 21 años, hermosa, con buen cuerpo, ¡pero por Dios!, “virgen en el país
vecino creador del spring break y las camisetas mojadas”.

Incontable también la descripción detallada de la chamba sexual que hace mi compa Cristian Grey Peraza, se
podría hacer una analogía con los ataques constantes que se visualizan en la película “Anaconda” o más bien en
la película “La Anaconda Incansable”, o mucho mejor en la película “La Anaconda Incansable Reloaded, Again
and Again and One More Time, Anytime Anyway and You Going To Love It”. *En este espacio entra jingle de
nuestro patrocinador… “Para comezón y rozaduraaaa… pasta de lassar con oxido de zinc…. a chicos y grandes
curaaaa”*

No voy a negar que es mucha la dicha y felicidad que abunda entre las amas de casa hoy en día, veo algunas que
andan chifle y chifle cante y cante, otras en bolitas mensajeándose y riéndose ante la pantalla del blackberry o
el Iphone, las fotos del tal Cristian van y vienen, se desbordan las risas ante las comparaciones chistosas de sus
maridos panzones (me incluyo), no se diga de las sonrisas de complicidad ente los consejos sexuales, los chistes
pornos, y las posiciones del kamasutra tan últimamente mencionadas.

Ya viene Navidad y a todos mis compadres les doy un consejo, si no quieren que sus mujeres se conviertan en
la versión región cuatro de “Desperate Housewife”, más vale que vayan ubicando y haciendo sus compras en el
“Circo de los juguetes de Grey”.

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¡Amanda T eníamos 9 o 10 años cuando conseguimos un patrocinio “millonario”
para el equipo de beisbol infantil en el que jugábamos algunos primos
Cierrale! y amigos. No recuerdo cuanto fue con exactitud, pero el presupuesto
estaba destinado a comprar los uniformes más hermosos del mundo,
negros con amarillo halcón, así como los bates, los cascos, los taquetes
y los guantes.

Nos llamábamos los “Halcones de Puerto Rico”, que adicional a lo


impecable del uniforme, replica exacta al de los Piratas de Pittsburgh,
el papá del tercera base tenía una línea de transporte de pasajeros, así
que nos dimos el lujo de llegar nuestro primer partido en un camión
negro con amarillo halcón, así como el uniforme, los bates, los cascos, los
taquetes y los guantes.

Inauguramos la liga jugando de visita contra los Zopilotes del “Salado”, al


llegar al estadio rural, motivados como profesionales, estrenando hasta
los calzoncillos, con una disciplina de grandes ligas, nos formamos e
hicimos todos los ejercicios necesarios para calentar brazos, piernas y
después de hacer el rol de juego, nos metimos al dog out y acomodamos
los accesorios negros con amarillo halcón, así como el camión, el
uniforme, los bates, los cascos, los taquetes y los guantes.

Antes de continuar, les comento que ningún jugador de los Zopilotes del
Salado estaba estrenando algún accesorio beisbolero, es más, si mal no
recuerdo, la mayoría de ellos se presentaron a jugar descalzos, con un
solo bat, con tres o cuatro manillas que parecía chanclas y sin uniforme,
así que despectivamente los volteamos a ver y nos mofamos de ellos,
pensando en el enclenque rival que teníamos enfrente, no como nosotros
que íbamos de pies a cabeza vestidos de negro con amarillo halcón, así
como el camión, el uniforme, los bates, los cascos, los taquetes y los
guantes.

Como visitantes empezamos a batear primero, si se le puede llamar batear


a eso, porque el pitcher de ellos, un flaco sin gracia, lanzaba la pelota tan
fuerte que parecía catapulta, llegué a pensar que usaba el brazo para cazar
venados o liebres y que había desarrollado tanta fuerza y puntería, para
poder sobrevivir y no sufrir hambre.

Cuando les tocó batear, lo cual duró como media hora, no veíamos la
forma de hacerles los tres outs, ya que bateaban tan fuerte, que las pelotas
se perdían en entre los matorrales de un monte con el que colindaba el

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final de estadio y desde la banca se reían de nosotros Segundo, no debemos de juzgar a un oponente por su
que regresábamos llenos de guachapores y con aspecto, ni por su vestido, ni siquiera por su capacidad
los taquetes negros con amarillo halcón, llenos de para lanzar o batear una pelota, lo que sí es realmente
caca, pues el montecito donde caían las pelotas era importante es su capacidad para unirse y burlarse en
precisamente el montecito donde mucha gente del coro del equipo de visita.
pueblo pegaba el respectivo “cagadón”.
Tercero, la campaña de ¡Amanda ciérrale! fue un éxito
Para la tercera entrada los Zopilotes sumaban veinte de los ochentas, aprendimos a cuidar el agua, pero lo
carreras y los Halcones cero, además de la moral por que parece que no aprendimos fue a cerrar la boca a
los suelos y los taquetes negros con amarillo halcón las malos hábitos de consumo, México es el país con
aderezados con caca, siempre me he distinguido mayor obesidad infantil en el mundo, y es lamentable
por ser de aspecto ”llenito”, que para desgracia mía, que 6 de cada 10 hogares tiene un “ciérrale” en su casa.
en ese entonces, estaba de moda un comercial de la
JAPAC donde salía un gordito parecido a mí, que Ya por último, de manera muy respetuosamente y en
decía – “Amanda ciérrale”- así que cada vez que había honor de ese plebe cochito que una vez hicieron llorar,
oportunidad todo el estadio completo me coreaba les digo a todos los Zopilotes del Salado-¡Amanda
-¡Amanda ciérrale! será, su chingada madre!-.

De coraje me solté chillando en la cuarta o quinta


entrada y me subí inmediatamente al camión, negro
con amarillo halcón, maldiciendo a la porra, a los
Zopilotes del Salado, y a la mentada Amanda esa que
ni siquiera conocía. Y así como yo, poco a poco fue
llegando mis primos y amigos con lagrimas en los
ojos hasta que se completo el equipo y en silencio y
moquiando regresamos a Culiacán, donde al llegar al
destino, nadie se despidió de nadie y silenciosamente
cada quien se metió a su casa, a su cuarto y hasta
la cama, olvidándonos por completo del hermoso
uniforme negro con amarillo halcón, así como el
camión, los bates, los cascos, los taquetes y los guantes.

Las lecciones en las ligas rurales se presentan de


colores, ésta vez el aprendizaje vestía de color negro
con amarillo halcón, de lo cual rescatamos:

Primero, el valor económico del uniforme no es


importante, lo importante es que no llegues con él a
tu casa embarrado de caca, porque terminará en la
basura, como le pasó al mío.

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Navidad con chichis
L a estuve retando con sarcasmo y comentarios
irónicos, durante nuestro recorrido por los pasillos
del Walmart Tres Ríos, en la víspera de la Navidad
- Santo Clos tiene una fábrica de juguetes en el
subterráneo de su casa y metió una pixel chick en
el carrito.
del 2011, cuando mi hija al pasar por el área de los
juguetes, me comenta con inocencia: - Santo Clos tiene muchísimos duendes- acomodando
el centro de rescate de los PET SHOP en el carrito.
-Mira papí, quiero que Santa Clos me traiga esta
muñeca de navidad - tomó la caja del juguete y Y así sucesivamente, en cada pregunta, mi hija tomaba
mientras la colocaba en el carrito me miró a los ojos un regalo y contestaba con naturalidad, dando por
diciéndome – deberías de apartarla para que Santa hecho que lo que respondía era una verdad irrefutable.
Clos no batalle y sepa que es para mí.
Hasta que la verdad irrefutable me llegó de la voz de
Por supuesto que inmediatamente con ironía y mi Cachita, cuando de repente me aparta y me dice:
sarcasmo le conteste:
-No seas tonto Peraza, deja de estar hostigando a tu
-¿Así que quieres que “Santa Clos” te traiga ésta hija con Santa Clos, déjala que compre los chingados
muñeca?- juguetes, porque al siguiente año a tu hija le van a
salir chichis y te va a pedir brasieres de navidad,
Pensé que retándola y hostigándola de preguntas así que más vale que le sigas el juego y disfrutes su
lógicas, podría conseguir que me confesara que ya último año que te queda de verla con juguetes.
estaba enterada sobre el secreto que rodea al panzón
que promociona la Coca Cola, y durante la media Me quede estupefacto, en silencio por un minuto,
hora siguiente le pregunte con sarcasmos: como balde de agua fría a mi mente me llegaron los
recuerdos de 12 años de vida con mi hija, pero como
¿Dónde vive Santa Clos? ¿Cómo puede en una decía mi abuelo “pa que es mas que verdad”, así que
noche llevar tantos regalos? ¿Dónde hace los regalos? calladito me acerque al carrito, que para ese entonces
¿Cuántos duendes tiene? Y otras preguntas más. estaba lleno de juguetes, tarareando la canción
de Rodolfo el Reno, me asomé discretamente a
Sin embargo mi hija con toda seguridad respondía: comprobar que mi hija es casi una adolescente, ahora
sí, queriendo creer en Santa Clos y la posibilidad de
- Santa Clos vive en el polo norte y colocó la Barbie detener el tiempo, concluyendo que en mi vida estaba
maniquí en el carrito. llena de fantasías hermosas, donde las bebes tienen
doce años, y a los trece son adolescentes.
- Santa Clos detiene el tiempo y entrega todos los
regalos en una sola noche- y depositó el juego de Resumiendo: naces, creces, te reproduces, tienes una
arenas para pintar en el carrito. hija, un día te das cuenta que tu hija le salen chichis,
maduras y mueres. Pa que es mas que la verdad.

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23
Sonámbulo y cachondo
primo de un amigo
C ontinuamente el primo de un amigo tenía sueños
eróticos, motivo por el cual, en los viajes familiares
nadie quería dormir con él.
Y así sucesivamente se repitió dos o tres veces más a
través de los años, cuando en las noches de repente
se escuchaba varias veces el nombre de ¡Chayito
Chayito Chayito! sin respetar razas ni religiones, el
El primo de un amigo hizo su presentación estelar, en sonámbulo cachondo aparecía con los primos, con
el papel de sonámbulo cachondo a los 18 años, en un los compañeros de trabajo o con las personas que
miércoles de semana santa en Mazatlán, precisamente compartía dormitorio.
la noche que compartía la cama con su hermano
mayor. Alguna vez su jefe, un tipo llamado Carlos Parra le
comentó al primo de un amigo lo siguiente - podías
Los sucesos fueron los siguientes: haber soñado con cualquier mujer del mundo,
en cualquier escenario, vestida a como se te de tu
Una vez dormido, el sueño erótico trasciende las chingada gana y en la posición que quieras- además
barreras de la imaginación y comienza como una aclaró - en los sueños uno se coge a la artista de
maldición a desbordarse a la realidad, en otras moda, a la cantante que mejor mueve la cola, a la mas
palabras, el primo de un amigo, soñando que hacía chichona o construir a tu mujer ideal con las mezclas
amor con su novia, agarró de la cintura a su hermano de piernas, chichis, cola, ojos, color de piel y hasta
mayor, mencionando varias veces el nombre de grado de cachondez que tu elijas, pero tu, hasta en los
¡Chayito, Chayito, Chayito!, al mismo tiempo que se sueños prefieres a tu vieja, estas cabrón o pendejo.
movía como perro faldero echando “picotasos”.
Señoras, señoritas y todas las mujeres en edad
En la oscuridad solo se escuchó un codazo y un ¡órale de merecer, tal vez confundan éstos actos con
cabrón yo no soy Chayito!. cachondería, pero yo creo que tener sueños eróticos
con tu pareja es otra forma de decir “te amo”, un “te
Al siguiente año volvió a repetirse la historia, pero en amo” verdadero, un “te amo” en el que se entrega el
ésta segunda ocasión, no recuerdo porque razón, el alma y el deseo.
primo de una amigo compartía cama con su padre; ya
entrada la noche y en profundo sueño, el primo de un Por mi parte la próxima vez que vea a ¡Chayito
amigo agarro de la cintura a su progenitor y comenzó Chayito Chayito!, le pediré que envíe mi mayor
a menearse en las tinieblas repitiendo el nombre de su reconocimiento al cursi y enamorado de su novio,
novia ¡Chayito Chayito Chayito! Hasta que apareció casi poeta primo de un amigo.
el codazo correspondiente y el ¡órale cabrón yo no soy
Chayito!

24
Antes de que A ntes de que terminaran
de invitarme, yo ya había
A medio convencer lo acompañe a
la agencia de viajes a que comprara
muera Fidel contestado - ¡cómo chingados no!-
la vez que Heriberto Vlaminck
su boleto, después de veinte
minutos mi padre salió con boletos
me preguntó si quería ir a Buenos en mano y una sonrisa pícara que
Aires, a atender una feria de sólo él sabía a esa altura lo que la
comercio. provocaba, y me dijo, -me voy a la
Habana-
Se me ocurrió que sería muy buena Pensé -¿qué pedo?-
idea invitar a mi padre y pasar un Y le pregunte - ¿a la Habana?
tiempo de convivencia papá e hijo, El contestó - sí, me voy a la Habana -
disfrutar de largas horas de charla, Le dije - Pero yo voy a Buenos Aires-
de nuevos paisajes y propuestas El dijo - Lo sé, tu vas a Buenos
culinarias. Aires y yo voy a la Habana - aclaró
- antes que muera Fidel-
Mi padre, el señor que
normalmente está en la puerta de Al final cada quien se fue a su
La Chuparrosa Enamorada, no le destino, mi viejo llegó después de
pareció de entrada buena idea. tres semanas de haber recorrido
las costas de Cuba, con un solo
Aunque al final del día, lo medio cambio de ropa, el que traía
convencí de visitar la Patagonía puesto, dejó en aquel país sus
“conmigo”, argumentaba que tenis, su ropa, su maleta, su celular,
no tenía caso, que en Bacurimi su dinero y se trajo una sonrisa de
encontraba todo lo que necesitaba: esas que rozan la locura.

El dijo - ¿pa que?, aquí estoy a Siempre he pensado que las


toda madre- al mismo tiempo que sonrisas se contagian, ahora
acariciaba la hamaca con la que que visiten La Chuparrosa,
se columpiaba debajo de aquel pregúntenle a Don Jorge sobre su
Huanacaxtle. experiencia cubana y presenciaran
la formación de una sonrisa,
provocada por el recuerdo del
cachondo vaivén de las hermosas
caderas al ritmo que bailan las olas
en la Habana, aclarando, antes de
que muera Fidel.

25
Padrino
de bautizo
E l Peraza explicó que el motivo por el cual lo seleccionaron para
bautizar al hijo de su mejor amigo, había sido definitivamente el
fortalecer los lazos de amistad que nacieron entre el Tilico y él, desde el
primer año de prepa.

Contó en breves segundos anécdotas de adolecentes, en las cuales


descubrieron el horror de la cruda del cigarro, la euforia de las borracheras
con vodka uva y otras más, que a esa edad son símbolo de vagancia,
amistad y que al parecer en éstos momentos contestaba claramente a la
pregunta que solo unos segundo antes le había hecho la señora encargada
de dar la orientación pre bautismal.

El Peraza estaba seguro que había dicho una gran justificación, una
que salió del alma, sonriente, asintiendo con la cabeza, parado ante
la audiencia compuesta por otros padres de familia, en el sótano de la
Sagrada Familia.

Pero la sonrisa terminó cuando escuchó las palabras de la orientadora


decirle muy convincentemente: - No señor, a usted no lo seleccionaron
por eso, a usted lo seleccionaron para que sea la guía espiritual de la
criatura, para que lo lleve de la mano en éste su primer sacramento,
donde quedara borrado el pecado original.

Ese día el Peraza aprendió mucho sobre el bautismo, entendió algo acerca
de la Gracia Divina, el Espíritu Santo y de los sacramentos. Se quedo
serio y reflexionó en las palabras tan profundas de la orientadora y dudó
si realmente lo habían seleccionado por la amistad o por ser la guía
espiritual y entonces concluyó...

“Nel... Chingo a mi madre a que fue por la amistad”.

26
Mi Gordo
de huevos canusios
Mi Gordo se presentó en la puerta de La Chuparrosa La Doña y La Cría se dieron media vuelta terminando
acompañado de La Señorita de 27 años. Mi Gordo al su efímera visita a La Chuparrosa.
parecer es alto funcionario, y La Señorita secretaria
de alto funcionario. Mi Gordo pidió la mesa del Mi Gordo con velocidad de pistolero del oeste sacó
fondo, a la orilla del canal y se sentó dando la espalda rápidamente su cartera, de su cartera un billete de
a la puerta. Mi Gordo ordenó machaca, La Señorita quinientos, que dejo en la mesa y corrió detrás de La
solicitó chilaquiles rojos con pollo. Doña.

La Doña, llegó 20 minutos después de que llegó Mi G Al final sacando cuentas al parecer todos ganamos,
ordo, acompañada con La Cría de 17 años, hija de Mi La Señorita ganó que la cambiaran de dirección y
Gordo y La Doña. La Doña caminó sigilosamente por desayunando con El Compadre de Mi Gordo llego a
el pasillo que se hace entre mesa y mesa cual si fuera ser jefa de departamento de la SEPYC y de los ocho
una leona cazando a su presa, hasta llegar justamente mil pesos que le pagaba mensualmente Mi Gordo, hoy
detrás de Mi Gordo. gana doce mil quinientos que le paga El Compadre,
como información adicional, el próximo número de
Mi Gordo solamente se percató de que algo estaba la cúndina de la oficina, le toca a La Señorita.
mal, hasta que la cara de La Señorita palideció y se
dibujó en su rostro, tal asombro, como si hubiera visto El Mesero ganó doscientos noventa pesos, ya que
al mismo demonio. pagó la cuenta con el billete de quinientos que dejó
Mi Gordo en la mesa, los doscientos diez pesos que
La Doña, respirando profundo y con voz tierna, costaron la machaca y los chilaquiles.
casi maternal se dirige a mi Gordo y le señala
pausadamente: Hay Gordo, ¿apoco crees que a esta El Psicólogo de La cría ganó 3,500 pesos de las cinco
Señorita, no le dan asco tus huevos canusios? constelaciones que pagó Mi Gordo, para quitarle el
trauma que le generó a La Cría, el saber que las cejas
Luego La Doña, acomodándose el vestido y tomado no era el lugar más raro donde podían salir canas, y
un plato, se dirige ahora a La Señorita y le pregunta: definitivamente no.
y usted Señorita ¿Sabe cómo se les llama, a las que
andan con casados?, al mismo tiempo que le arrojaba Usted y yo, como el comercial, no tiene precio,
el plato gritaba con efusión ¡PUTAS! ganamos la sonrisa que genera la declaración pública
de los huevos canusios de Mi Gordo.

27
La metáfora de los L o persiguieron hasta que lo alcanzaron y una vez
atrapado lo colgaron justo enfrente del palacio
plebes culones de gobierno, le pusieron un guardia a cada lado y un
letrero que sentenciaba a todo aquel que osara tratar
de descolgarlo y darle santa sepultura, el ladrón ahí
suspendido, por órdenes del gobernador en turno, se
pudriría poco a poco hasta desaparecer y ser olvidado.

El pueblo, agradecido por las bondades de aquel


cuatrero, se acercaba sigilosamente intentando de
alguna forma sepultar los pedazos agusanados que se
iban despegando poco a poco del cuerpo, sin embargo
los guardias rápidamente con sus chicotes, hacían
valer la sentencia en el lomo de aquellos cristianos,
dicha hostilidad y el apeste del cuerpo putrefacto,
hizo que rápidamente la gente tomara su distancia.

En un descuido de los guardias, alejados de los restos


hediondos y apenas reconocibles, tocó la casualidad
que unos comerciantes, cuyo destino era Culiacán, se
toparan de frente al cuerpo suspendido en la soledad
y sin estar enterados de quien se trataba, lo menos
que podían hacer era darle santa sepultura, y así lo
hicieron, cuenta la leyenda que milagrosamente a
esos bondadosos mercaderes, los persiguió la buena
fortuna por el resto de sus días.

Y así es como empezó la leyenda de Jesús Malverde,


el ladrón que le robaba a los ricos para darle a los
pobres, un Robin Hood región cuatro, un ladrón que
ya muertito hacía milagros, mi tata me dijo un día -
este santito es de los preferidos de Diosito, nomas no
está sentado a la derecha del Padre, porque ahí esta
Jesús, pero si está un poquito más pallá y en la misma
dirección-.

Empezaron a llegar sinaloense de todos lados al montón


rocoso que formaban el mausoleo de Malverde, el
rito consistía en peregrinar hasta ese lugar, dejar una
piedra en señal de santa sepultura, pedirle el milagro,
esperar, recibir el milagro y regresar con la tambora a

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agradecer por los favores concebidos. Los habitantes
de esta tierra caliente, teníamos nuestra propia fuente
personal de milagros, donde se valía pedir cualquier
cosa, desde la cura para las reumas hasta la bendición
de cargamentos repletos de mota con destino a los
Estados Unidos.

Todo iba bien, hasta que llegaron los gringos con


sus franquicias internacionales de comida chatarra y
compraron el terreno donde los santos restos de Jesus
Malverde descansaban, y con sus maquinas infernales
emparejaron sin piedad el montón de piedras que por
decenas de años se habían acumulado, y como diría
mi tía Ñeca de las Nieves Chente cuando todavía no
entra en confianza -.¡a chingar a su madre con todo y
huesos pa ótro lado!-.

Lo peor de todo, que después de tantos milagros,


nadie dijo nada, nadie defendió el santo lugar, nadie
se antepuso ante semejante robo, ese espacio no
tenía precio y era patrimonio espiritual universal,
los sinaloenses por temor y desidia, nos quedamos
parados y en menos de lo que canta un gallo “la
McDonalds de Insurgentes” ya estaba vendiendo “las
cuarto de libra con queso”.

Yo digo que después de eso ya no fue lo mismo,


como una maldición, al mismo tiempo que “la
McDonalds de Insurgentes” lograba ser la franquicia
que mas BigMacs despachaba del noroeste, Sinaloa
se convertía en el estado de mayor obesidad infantil,
podría apostar que el santo ladrón nos manda decir
a través de nuestro niños gordos y por ende culones,
que no está nada contento por aquella vez, que no
tuvimos el valor y la voluntad de defender su santo
sepulcro y permitir que el milagroso Jesús Malverde
se convirtiera en... Jesús MacVerde.

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Un plan A ntes de los quince, precisamente antes de que las niñas se conviertan
en lo más importante y entretenido de tu vida, para alguien como yo,
maquiavélico lo más importante era el béisbol.

Cualquier cosa podía convertirse en pelota, un pedazo de papel aluminio,


un calcetín, una tarea vieja, de igual forma un bate podía ser un palo de
escoba, la misma mano o un zapato, lo importante era jugar donde sea,
recuerdo los gritos de mi mamá cuando nos encontraba jugando béisbol
dentro de la casa, digo, habiendo tanta calle, ¡cómo se nos ocurría!.

A esa bendita edad, un juego de nueve entradas se podía convertir en las


dos horas más significantes de tu vida, no te podías dejar perder por nada,
y el equipo que formábamos en la calle Morelia, integrado por el Jorge, el
Rey, el Pollito, el Jechu, el Bugui, el Sergio y yo, no era la excepción.

Siendo las cuatro de la tarde, salíamos al baldío con nuestras manillas,


a esperar a los plebes de la calle Tepic, equipo formado por el Joshua, el
Jordán, al Gringo, al Iván, el Najar y el nunca olvidable Ioaniss, el único
que tenía 18 años en ese entonces.

No voy a negar que eran muy buenos los plebes de la Tepic, todos jugaban
en ligas infantiles y algunos de ellos, especialmente el “tal Ioaniss” hasta
seleccionado nacional era, pero en ese baldío enfrente de la casa del
Sergio, donde el polvo se metía hasta en las trusas y la bola botaba de la
fregada... ahí señores, los plebes de la Tepic, ¡se la pelaban!

Cada vez que les hacíamos el último out, nosotros celebrábamos con
tanta emoción, con tanta alegría y con tanta euforia, que se nos olvidaba
por completo “el tal Ioaniss”, que siempre, pero siempre que perdía, se
ponía a repartir sopapos, cuyo efecto era desaparecer de forma inmediata
la algarabía expuesta por los de la Morelia y dejarnos más agüitados que
un cholo sin grabadora.

31
Después de haber ganado el juego y haber recibido los respectivos sopapos,
regresábamos a la tiendita de los depas, y ahí en bola, lamentábamos el
abuso del “tal Ioaniss” e inventamos mil formas inocentes de hacerlo
sufrir, desde llenarle los zapatos de guachapores hasta meterle una
sanguijuela por la cola, las mil inocentes venganzas pronto se convertían
en un mar de carcajadas de un grupo de adolescentes de 11 a 15 años
adulterados por la coca y el pan, cuya curiosa conclusión se convertía
diariamente en el siguiente plan maquiavélico:

1. Dormir temprano, despertar, ir a la escuela y esperar a que sean las


cuatro de la tarde.
2. Reunirnos en el baldío enfrente de la casa del Sergio, a esperar a los
plebes de la Tepic.
3. Jugar una careada de béisbol y ganarles.
4. Celebrar exageradamente con emoción, alegría y euforia.
5. Demostrarles que con todo y los sopapos del “tal Ioaniss” ... los plebes
de la Tepic, ¡se la pelaban!. Un plan maquiavélico.

Antes de los quince, precisamente antes de que las niñas se conviertan en


lo más importante y entretenido de tu vida, para alguien como yo, lo más
importante era el béisbol.

Cualquier cosa podía convertirse en pelota, un pedazo de papel aluminio,


un calcetín, una tarea vieja, de igual forma un bate podía ser un palo de
escoba, la misma mano o un zapato, lo importante era jugar donde sea,
recuerdo los gritos de mi mamá cuando nos encontraba jugando béisbol
dentro de la casa, digo, habiendo tanta calle, ¡cómo se nos ocurría!.

A esa bendita edad, un juego de nueve entradas se podía convertir en las


dos horas más significantes de tu vida, no te podías dejar perder por nada,
y el equipo que formábamos en la calle Morelia, integrado por el Jorge, el
Rey, el Pollito, el Jechu, el Bugui, el Sergio y yo, no era la excepción.

Siendo las cuatro de la tarde, salíamos al baldío con nuestras manillas,


a esperar a los plebes de la calle Tepic, equipo formado por el Joshua, el
Jordán, al Gringo, al Iván, el Najar y el nunca olvidable Ioaniss, el único
que tenía 18 años en ese entonces.

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No voy a negar que eran muy buenos los plebes de la
Tepic, todos jugaban en ligas infantiles y algunos de
ellos, especialmente el “tal Ioaniss” hasta seleccionado
nacional era, pero en ese baldío enfrente de la casa del
Sergio, donde el polvo se metía hasta en las trusas y la
bola botaba de la fregada... ahí señores, los plebes de
la Tepic, ¡se la pelaban!

Cada vez que les hacíamos el último out, nosotros


celebrábamos con tanta emoción, con tanta alegría y
con tanta euforia, que se nos olvidaba por completo “el
tal Ioaniss”, que siempre, pero siempre que perdía, se
ponía a repartir sopapos, cuyo efecto era desaparecer
de forma inmediata la algarabía expuesta por los de
la Morelia y dejarnos más agüitados que un cholo sin
grabadora.

Después de haber ganado el juego y haber recibido los


respectivos sopapos, regresábamos a la tiendita de los
depas, y ahí en bola, lamentábamos el abuso del “tal
Ioaniss” e inventamos mil formas inocentes de hacerlo
sufrir, desde llenarle los zapatos de guachapores
hasta meterle una sanguijuela por la cola, las mil
inocentes venganzas pronto se convertían en un mar
de carcajadas de un grupo de adolescentes de 11 a 15
años adulterados por la coca y el pan, cuya curiosa
conclusión se convertía diariamente en el siguiente
plan maquiavélico:

6. Dormir temprano, despertar, ir a la escuela y


esperar a que sean las cuatro de la tarde.
7. Reunirnos en el baldío enfrente de la casa del
Sergio, a esperar a los plebes de la Tepic.
8. Jugar una careada de béisbol y ganarles.
9. Celebrar exageradamente con emoción, alegría y
euforia.
10. Demostrarles que con todo y los sopapos del “tal
Ioaniss” ... los plebes de la Tepic, ¡se la pelaban!.

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Azul Helena E scurridizo entró por la puerta principal de la casa, a menos de un
metro de donde estábamos reunidos y Jorge señaló haberlo visto,
con hache Vs era del tamaño de un dedo de queso, suficiente para que las mujeres
entonaran con asco lo que estaba pasando y yo, heroicamente dar un
Goliat salto para entrar a buscarlo con el fin de eliminarlo y callar los gritos que
al momento ya los había clasificado como demasiados, sin embargo no
hubo señales de su existencia, hasta que del fondo de la casa se escuchan
los gritos de las adolescentes amigas de Mariana:

-¡Una rata, una rata! ¡Papá una rata!- gritaban

Corrí en tono de cumplir mi heroica batalla y abrí la puerta del baño


donde las adolescentes brincaban como locas y se abrazan de susto y
asco, Mariana nuevamente señaló:

-¡Está debajo de ese mueble!

Moví sigilosamente el mueble y alcancé a ver la cola del ratón y en un


movimiento no apto para mis casi cuarenta años, metí el pie rápidamente
aplastando la cola del ratoncito y atrapándolo, incapaz de moverse chillaba
desesperado, queriendo escapar de los 80 kilos que soportaban los nikes
que traía puestos, y lloraba como último lamento, chillaba y se retorcía,
el sonido agudo que expulsaba de su pequeño hocico retumbaba en mis
oídos, casi hace que desista de mi labor heroica de padre de familia.

Azul Helena con hache, había visto toda la escena desde el palco
principal, escurridiza como el ratón siempre estuvo justo detrás de mí,
y en el momento más agudo del chillido del pequeño roedor, se escuchó
su vocecita aderezada por un bollito de plátano, intercediendo por tan
asustado animalito:

¡No lo mates tío, no lo mates! - suplicó.

Pero ya había decidido hacerlo, así que con una trampa de pegamento
tome y envolví al ratón, mientras se intensificaban los llantos de ambos,
Azul y el ratoncito, me suplicaban misericordia, pero preferí ser un
hijo de la chingada y aventar al río al ratón envuelto en la trampa de
pagamento sabiendo que esa sería la manera menos cruel de matar al
pobre animalito.

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Sobre el hombro de su mamá, Azul gimoteaba y enjugaba sus lágrimas y
con esa mirada que taladra el alma, me dejó bien claro que no se la estaba
pasando bien, que se sentía sola en su revolución, que si hubiera tenido
cinco piedras como David, hubiera tomado una y vencido a su tío Goliat,
y que ojala pronto lamentara la que acababa de hacer.

Por eso al amanecer del siguiente día, sentenciado por tan profunda
mirada, Goliat escribe este lamento con los ojos llenos de lágrimas y el
corazón apachurrado, dudando de mi lado en la revolución de la vida,
y propongo que nombremos a Azul presidente del universo por un día,
solo el tiempo necesario para no contaminar su corazón de bombón, pero
si el tiempo necesario para subir el promedio de los corazones nobles que
podrían dirigir esta humanidad, e interceder por los que ahora chillan y
que saben que pronto, por el pie de los mas fuertes, si nadie dice nada,
podría cargárselos la chingada.

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