Tema 2 ¿Qué Es El Ser Humano
Tema 2 ¿Qué Es El Ser Humano
Tema 2 ¿Qué Es El Ser Humano
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Tema 2: ¿Qué es el ser humano?
DUALISMO ANTROPOLÓGICO: teoría que afirma que el ser humano se compone de cuerpo y
alma.
‒ Platón (s. IV a.C.) defenderá un dualismo radical en el que el alma, espiritual y que divide en
concupiscible, irascible y racional, es la esencia del ser humano y superior al cuerpo material. El
alma racional, que es inmortal, y lo que nos hace auténticamente humanos.
‒ Aristóteles (s. IV a.C.) afirma la teoría hilemórfica según la cual el ser humano se compone de
materia y forma (sustancia). Esta sustancia es el alma que es el principio vital del cuerpo (o
materia), que posibilita las facultades vegetativa, sensitiva e intelectiva (la específicamente
humana). Considera al ser humano mortal.
‒ La filosofía cristiana (s. IV –XV) defiende la existencia del alma individual y propia, creada por
Dios, es inmortal y será juzgada por Dios en la otra vida. El alma es lo que nos hace humanos.
‒ Descartes (s. XVII) considera que el cuerpo material y mortal, sustancia extensa, está sujeto a
las leyes físicas, por tanto, si solo tuviéramos cuerpo no seríamos libres. Es el alma inmaterial,
sustancia pensante y base del sujeto, la que posibilita la racionalidad y libertad.
MONISMO ANTROPOLÓGICO: teoría que afirma que el ser humano es un ser completamente
material.
‒ El Materialismo (fisicalismo) afirma que no existe nada espiritual, todo es físico. La mente es el
cerebro y sus funciones neuronales. La plasticidad cerebral, conformación y desarrollo del
cerebro según las condiciones externas o internas, posibilita la racionalidad, emotividad y la
autoconciencia humana.
‒ El Emergentismo sostiene que la mente humana no puede ser reducida al cerebro físico, sino
que a partir de éste surge un producto nuevo y distinto. La mente es diferente del órgano cerebral,
es una función real que resulta de éste, pero no puede independizarse de él.
Hasta pasado el s. XV, el ser humano creyó que habitaba un planeta que ocupaba el centro del
universo (geocentrismo). Un día descubrimos que no ocupábamos un lugar tan privilegiado, sino
que estábamos sobre un planeta que, como tantos otros, gira en torno al Sol. Esta fue la primera
humillación al narcisismo humano. Se abandonó el sistema aristotélico-ptolemaico y se cambió al
sistema heliocéntrico defendido por Copérnico.
Del s. XIX provienen las siguientes humillaciones:
La segunda ofensa vino de la mano de la teoría de la evolución pues nos enseñó que nuestra
especie no era tan especial y diferente como se pensaba, ya que procede de los primates, así
como que las mutaciones y la selección natural (esto es, el azar) han sido el motor del proceso
histórico que explica las transformaciones que se han ido produciendo en las distintas especies
durante miles de años.
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Tema 2: ¿Qué es el ser humano?
De la misma época que el naturalista Darwin (1809-1882) es Karl Marx (1818-1883), quien
asestó otro ataque al orgullo humano en la medida en que insistió en que, si bien a menudo nos
creemos que es nuestra manera de pensar (superestructura) la que determina nuestra manera de
vivir (base económica), en realidad ocurre exactamente al revés: como señala en su libro La
ideología alemana, “es la vida la que determina la conciencia”, es decir, nuestras creencias,
deseos, inquietudes, etc., vendrían fuertemente condicionadas por lo que hacemos, lo cual, en
última instancia, sería consecuencia del lugar que ocupamos dentro del marco socioeconómico en
el que nos encontramos. Así, si cambia la estructura económica o modo de producción cambia el
ser humano y las relaciones sociales.
Una nueva afrenta vendría de la mano de la teoría psicoanalítica formulada por Freud
(1856-1939): según el fundador del psicoanálisis, habría sido un error histórico identificar la mente
con la conciencia, pues en realidad esta no recoge más que una pequeña parte del contenido de
nuestra mente, ya que la mayor parte de la misma tiene un carácter inconsciente, el cual nos
resulta inaccesible. De este modo, si hasta entonces era común pensar que uno mismo es quien
mejor sabe lo que piensa o siente, el psicoanálisis trata de hacernos ver que buena parte de
nuestros impulsos, motivaciones e incluso creencias se hallan en nuestro inconsciente, por lo que ni
siquiera somos conocedores de lo que hay en nuestra propia mente ni somos del todo “dueños de
nosotros mismos”. El viejo problema filosófico del dualismo (cuerpo/alma) se presenta en la edad
contemporánea como el problema mente/cuerpo. En Freud la vida mental tiene distintas dimensiones
o niveles de conciencia y es concebida como un campo de batalla entre tres instancias donde
aparecen el “ello” (instintos innatos de placer/eros/vida y thánatos/muerte/agresividad / “quiero eso”),
el “superyó” (la cultura y sus normas, conciencia moral / “no debo hacer eso”), y el “yo” o conciencia
que regula la conducta mediando entre los anteriores (“a ver como lo arreglo”).
Con la noción de inconsciente, Freud produjo una ruptura con la visión plana, racional,
luminosa y hasta cierto punto ingenua que predominaba en la época acerca del ser humano
heredera de la Ilustración del s. XVIII . Para Freud, el inconsciente, además, está poblado de fuerzas
instintivas, de impulsos atávicos y primitivos que son una amenaza para el entramado social y para
el frágil ego del ser humano, por eso deben ser reprimidos. Así, la represión de nuestros instintos,
según Freud, nos libra, al menos aparentemente, de nuestra animalidad, hasta que los instintos
buscan otra manera de expresarse, de manifestarse, de sublimarse, por ejemplo a través del arte.
El SIGLO XX
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existir o actuar que vamos definiendo aquello que somos. El hecho de estar dotados de conciencia
y ser libres hace de cada uno de nosotros un ser abierto a múltiples posibilidades, de manera que
cada uno construye su propia identidad a medida que va tomando decisiones y llevando a cabo
acciones concretas en el día a día (proyecto). Sin embargo, el hecho de tener que elegir
constantemente qué hacemos con nuestra vida y asumir la responsabilidad de nuestros aciertos y
errores, sin que valgan excusas de ninguna clase, puede generar sentimientos de angustia ante la
sensación de inseguridad que uno puede albergar cuando no logra dotar de sentido a su
existencia.
La Teoría queer, dentro del campo de la teoría crítica (Escuela de Frankfurt), surgió a principios
de la década de 1990. La expresión «teoría queer» fue introducida por Teresa de Lauretis, y es
adoptada rápidamente por otros y otras referentes como Judith Butler o Paul B. Preciado entre otr*s.
Los precedentes intelectuales los podemos encontrar en la visión nietzscheana del concepto como
algo arbitrario que oculta el devenir de la realidad y que por ello se convierte en metáfora, dado que
del mundo “no hay hechos, sólo interpretaciones”. Por otro lado, de la idea posmoderna de episteme
como las ideas sociales dominantes que marcan una normatividad (Foucault).
Además, como respuesta a una posible objeción de determinismo cultural, Butler argumenta que
la capacidad de acción de los sujetos no se pierde, pero tampoco puede pensarse al margen del
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Tema 2: ¿Qué es el ser humano?
Para los transhumanistas hay una obligación moral de ir más allá de lo humano (entendido
como homo sapiens) a través de la tecnología. De este modo, dirán, se favorece la libertad
individual. Esta nueva especie va a ser más libre porque va a ser más capaz que la especie anterior.
Esto se entiende así, porque para ellos el límite de lo humano no se corresponde con el límite
biológico. Lo humano puede trascender, puede ir más allá, y por ello se trata de superar ese límite
biológico.
Esta filosofía, cuyo ideal es la búsqueda de la felicidad, va ha poner el foco en tres aspectos
fundamentales del problema humano: la longevidad, esto es, eliminar la muerte obligatoria de tal
manera que no muramos (inmortalidad) o lo hagamos lo más tarde posible (aumentar la esperanza
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Cf. PRECIADO, P. B., «Queer: historia de una palabra». La teoría y movimiento queer nace de los debates en torno a
la identidad y el sujeto de la transformación política, y sostiene, basándose en textos de autoras como Butler o Teresa de
Lauretis, que la identidad sexual, la identidad de género y la orientación sexual son resultados de una construcción
sociocultural y no categorías esenciales y naturalmente dadas. En ese mismo artículo, Preciado define la Teoría Queer
como un «proyecto crítico heredero de la tradición feminista y anticolonial que tiene por objetivo el análisis y la
deconstrucción de los procesos históricos y culturales que nos han conducido a la invención del cuerpo blanco
heterosexual como ficción dominante en Occidente y a la exclusión de las diferencias fuera del ámbito de la
representación política». «Queer» no es una identidad, sino una posición crítica ante los procesos de exclusión que
inevitablemente generan todas las ficciones identitarias.
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Tema 2: ¿Qué es el ser humano?
LAS TEORÍAS CONDUCTISTAS consideran que los rasgos de la personalidad son hábitos,
respuestas aprendidas por recompensa ante determinados estímulos, dándose la generalización
de la respuesta.