Tutela Preventiva Frascino

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SOLICITA MEDIDA INNOVATIVA (Art.

484 CPCC)

Sr Juez:
Elvio Tomás Frascino, en el carácter que tengo acordado en estos autos
caratulados. FRASCINO, Elvio Tomás c/ CENTIONI, Stella Maris- Reivindicación
– Expte. nº 9917257, ante V. S. respetuosamente comparezco y digo:
Que vengo, por las razones que seguidamente expongo, a solicitar se
disponga tutela anticipada ordenando el desalojo inmediato de la ocupante Stella
Maris Centioni del inmueble objeto de los presentes autos.

LAS NUEVAS FUNCIONES DEL DERECHO DE DAÑOS: LA PREVENCIÓN.

En la actualidad existe consenso generalizado en cuanto a que la


responsabilidad civil entendida sólo como un mecanismo tendiente al
resarcimiento de daños ya acaecidos es insuficiente. Por el contrario, se propicia
la introducción de mecanismos que, desde el Derecho de Daños, vayan dirigidos
a la evitación de perjuicios probables o previsibles. En ese sentido, se ha
avanzado en esa concepción y actualmente se abre camino a la función
preventiva del daño como atributo de la actividad de la magistratura.
(LORENZETTI, Pablo, “La función preventiva de la responsabilidad civil y el daño
ambiental en el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación”, disponible en:
http://www.nuevocodigocivil.com)
Al mismo tiempo, se ha señalado la necesidad del abandono explícito del
pensamiento clásico de la sentencia de condena que sirve solo para solucionar
lo ya dañado - hacia atrás- y no para evitar un daño -hacia adelante.
(Cf. MORELLO, Augusto M. y STIGLITZ, Rubén A. "Tutela Procesal de derechos
personalísimos e intereses colectivos", La Plata, Platense 1986, pág.4)
En fallo ejemplar, la Excma. Cámara 5ª de nuestra Ciudad (Autos: “Luna,
Estela Maris c/ Autoinversiones SRL Abreviado Cumplimiento/ Resolución de contrato”,
exp. n.° 6079775. Sentencia n°. 29 del 3/4/2019) ha enfatizado que “… no se puede
presenciar la potencialidad del daño y hacer de cuenta que nada se ha visto. Si
se tiene la convicción de que “algo” se pudo hacer para que aquella potencialidad
dañosa sea erradicada o, en todo caso, mitigada, los jueces deben asumir la
responsabilidad a la que se refiere Peyrano, liberarse del corset de “meros
aplicadores de la ley” y disponer medidas para conjurar los futuros daños.” Y
concluye, con cita de prestigiada doctrina, señalando que “para enfrentar tal
circunstancia nace la función preventiva de daños, la que se manifiesta en un
doble aspecto: a) atacar la situación de riesgo o peligro con el fin de hacer
imposible que se produzca un daño, o al menos evitar, con el mayor grado de
probabilidad tal resultado, y b) atenuar las consecuencias del evento si es que el
daño llega a concretarse, limitando en lo posible la magnitud de los perjuicios y
preservar al máximo el valor de los bienes lesionados” (VÁZQUEZ FERREIRA,
Roberto, Función de prevención del daño de la responsabilidad civil, Zeus, boletín
N°3854 de febrero de 1990)…”
La misma Cámara, en autos “Alfaro, Jorge Luis c/ Provincia de Córdoba y
otro –Ordinario- Daños y Perj – Otras formas de resp. Extracontractual Expte. nº
49331752” ratifica esos conceptos diciendo que “se advierte que el nuevo Código
Civil y Comercial de la Nación pone en cabeza del Magistrado -de manera
expresa- funciones preventivas de eventuales daños, las que considero pueden
– y deben- ser ejercidas aun de oficio a través de mandatos preventivos como el
que en el presente se postula.”

La verosimilitud del derecho.

Los hechos que motivan esta solicitud se presentan con una evidencia
cristalina en cuanto a la necesidad de su otorgamiento. En efecto, se trata de
una demanda por reivindicación de un inmueble ocupado por una intrusa (tal es
su condición jurídica y lo ha sido desde el momento de la extinción de la relación
afectiva que nos unía y que motivó su ingreso a la referida vivienda).
Las pruebas que evidencian la verosimilitud de mi derecho son
absolutamente irrebatibles. En efecto:
a) la titularidad del dominio consta a nombre de mi madre fallecida Sra.
Sara Agüeda Reynoso (título acompañado al momento de presentación de la
demanda);
b) La causa (título) de la transferencia del dominio también se encuentra
plenamente evidenciada con la Escritura de compraventa que se acompaña.
c) El vínculo hereditario también está probado con la copia de la
Declaratoria de Herederos que se acompaña.
d) Por si esto fuera poco, con los extractos de la sentencia de V.S.
(sentencia nº 163 del 12/05/2017 y los correlativos escritos del expte. referido
(ya ofrecido como prueba) queda absolutamente comprobada la incongruencia
y falsedad de la afirmación de la demandada de su pretendida “posesión animus
domini” por 20 años.
En efecto, como surge del modo más transparente en las numerosas
capturas de pantalla de la sentencia referida que se acompañan, quedan
expuestas las reiteradísimas oportunidades en que la demandada señala
expresamente que “el Sr. Frascino era el titular del derecho de usufructo.”
Como es de la más elemental intuición teórica, el reconocimiento del
derecho de usufructo en un tercero es absolutamente incompatible con el
sostenimiento de ser “poseedora animus domini”, como afirma en la contestación
de la demanda. La incompatibilidad referida es de toda evidencia si se constata
que los dos derechos contemplados en el instituto: el jus utendi y el jus fruendi,
naturalmente, sólo pueden ser ejercidos a través de la posesión. “La primera
facultad que tiene el usufructuario es la de poseer la cosa, objeto del usufructo,
la que debe ser entregada por el nudo propietario…esta facultad permite el
ejercicio de los demás poderes materiales sobre la cosa.” (Musto, Néstor Jorge.
Derechos Reales. Tomo 2, p. 65) En otras palabras, ni aunque hubiese sido
propietaria, podría haber sido poseedora reconociendo el usufructo en un
tercero, ¡cuánto menos siendo una simple intrusa! En idéntico sentido: “De la
definición dada por este precepto (se refiere al art. 2129 del CCyC), se desprende
que el usufructo es el derecho real sobre un bien ajeno que se ejerce por la posesión
y otorga a su titular el derecho de usar, gozar y disponer jurídicamente de él, sin
alterar su sustancia” (Código Civil y Comercial Comentado, Sebastian Picasso). Así
también doctrina, con la irrefutabilidad de su portentosa autoridad intelectual,
Beatriz Areán: “Como se trata de un derecho real que se ejerce por la posesión, el
usufructuario es poseedor legítimo. Si es despojado por un tercero, o aún por el
propietario, puede ejercer acciones posesorias. Igualmente está legitimado para
entablar la acción reivindicatoria.” (Derechos Reales, Tomo 2, Hammurabi, p. 736)
En esa dirección, por las notables coincidencias con las presentes
circunstancias, debe considerarse el esclarecedor fallo de la Cámara de
Apelaciones en lo Civil y Comercial de San Isidro: “Corresponde hacer lugar a la
demanda y condenar a la demandada a pagar un canon locativo a la actora, pues si bien aquella
es la nuda propietaria del inmueble, el actor es el usufructuario, y al haber aquella cambiado la
cerradura y no poder el actor gozar del uso del inmueble y de sus frutos, es procedente la condena
al pago de un cánon locativo como indemnización de ese daño patrimonial, pues la concubina
del usufructuario -que lo fue la demandada de la actora- no es poseedora sino tenedora, y
aunque nuda propietaria del inmueble en que ambos habitaban, permaneció en el mismo por
tolerancia del usufructuario (art. 2352 CCiv.), quien se alejó del inmueble por problemas
sentimentales, y no con el ánimo o propósito de renunciar a la posesión en relación a su derecho
de usufructo.” Partes: Pérez Jorge Alberto S/ fijación y cobro de canon locativo Tribunal:
Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de San Isidro. Sala/Juzgado: Segunda
Fecha: 5 -jun-2012.
También la Suprema Corte de Buenos Aires: “…ya que no hay
incompatibilidad en ello por la independencia, precisamente de ambos derechos, lo que
determina la imposibilidad de la alegada posesión animus domine por parte de la nuda
propietaria” (conf. SCBA, AyS 1957-III-453; C1ª Mar del Plata, 23.3.65, LL 118-728, DJBA 75-33;
CC0100 SN 7052 RSD-42-5 S 30-3-2005, "Maurizi c/López y/o s/desalojo

Extractos de la sentencia de V.S. nº 163 del 12/05/2017


Finalmente, V.S. afirma tener por incontrovertido lo siguiente:

Dice el art. 2129: “Usufructo es el derecho real de usar, gozar y disponer


jurídicamente de un bien ajeno, sin alterar su sustancia.” Naturalmente, ese uso y goce
sólo pueden ser ejercidos a través de la posesión. Si se reconoce el derecho de
usufructo en otro, ¿cómo puede, al mismo tiempo afirmarse que el poseedor es
un sujeto diferente? (la propia demandada). Las leyes universales del
pensamiento lógico no soportan semejante contradicción.
En síntesis, en virtud de las precisas y concluyentes declaraciones en el
sentido mencionado, la doctrina de los actos propios sella definitiva e
incuestionablemente la suerte de la demandada. Así lo tiene dicho nuestra
Suprema Corte de Justicia: “...Nadie puede ponerse en contradicción con sus propios
actos ejerciendo una conducta incompatible con otra anterior deliberada, jurídicamente
relevante y plenamente eficaz" (CSJ, causa Z 36 XXIII, "Zambrano, Luis Maria, c/
Saravia, José Manuel, y otros, 16.2.93).
Por tal razón, por tratarse de una simple tenedora (art. 1910 del CC y C),
podrá V.S. ordenar el inmediato desalojo también en virtud del art. 750 del
CPCC.

La confirmación de la venta como acto válido.


Desde otra óptica, no es posible dejar de lado la circunstancia de que una
vez que ese Tribunal, con la confirmación de la Excma. Cámara 6ª de
Apelaciones, dictaminó la validez del contrato de compraventa del inmueble de
referencia en favor de mi madre, la vendedora tenía la obligación impuesta por
el art. 1139 del CC y C de entregar de forma inmediata el predio vendido. El
prolongadísimo tiempo por el que se viene incumpliendo la referida obligación
agrega un elemento más a las consideraciones debidas para conceder, del modo
más inmediato posible, la medida solicitada. En ese sentido, y en aplicación del
principio iura novit curia, V.S. podrá estimar la presente acción simplemente
como de cumplimiento de contrato y disponer en la forma ajustada a la misma.
Al mismo tiempo, la irrefutabilidad de la venta referida echa por tierra, una
vez más, la grotesca afirmación de la demandada al atribuirse la condición de
poseedora animus domini por 20 años. En efecto, la referida afirmación
presupone también la implícita declaración de que la Sentencia de V.S.
ratificando la venta efectuada por la demandada es de nulo valor (tal la
estimación de la accionada). ¿De qué otro modo se puede sostener que, aún
después de haber vendido la cosa, alguien pueda continuar atribuyéndose la
condición de poseedora animus domini y pretender derecho de usucapión por
ello?

La orfandad probatoria de la demandada.

Por otro lado, la orfandad acreditativa de la accionada es suprema y su


desvalimiento probatorio ya ha quedado exhibido en la contestación de la
demanda. A tenor de la única prueba aportada (certificado de convivencia por 5
años), la accionada pretende convencer al Tribunal acerca de la existencia de
derechos posesorios veinteañales sobre el inmueble en cuestión a partir de la
simple convivencia temporaria o condición de pareja por el período referido con
el titular del mismo. Es verdad que se ha avanzado enormemente en los
derechos de la mujer en el último siglo, pero tengo seguridad de que todavía no
se ha arribado a ese punto…

La prevención del daño.


Las circunstancias descriptas no presentan la menor duda acerca de cuál
habrá de ser el resultado de la demanda impetrada y la accionada es plenamente
consciente de ello. Pero la estrategia de la misma no es vencer el pleito (cuya
convicción de que no podrá hacerlo es absoluta), sino permanecer en la vivienda
tanto cuanto sea posible, como lo viene haciendo desde hace casi una década,
con la tranquilidad que le otorga su condición de beneficiada para litigar sin
gastos y la circunstancia de no poseer bienes a su nombre.
El éxito de su estrategia queda evidenciado si se considera que, a pesar
de su derrota en su pedido de nulidad de la venta (Centioni, Stella Maris c/
Frascino, Elvio Tomás – Ordinario –Simulación- Fraude- Nulidad. Expte. nº
5160765), ello, en términos prácticos, nada le significó ya que sigue okupando
exactamente igual que antes del inicio de la referida acción y sin haber abonado
un centavo en virtud de condenación en costas, ni tampoco para presentarse a
este Tribunal.
Seguramente no habrá escapado a la observación de V.S. que lo único
que procuro a través de la presente acción es recuperar la vivienda, sin haber
reclamado un solo centavo en carácter de privación de uso del inmueble. La
motivación es exactamente la misma que mueve esta solicitud: habría sido de
una inutilidad total por cuanto no sería posible cobrarle un peso, con el agravante
de lo que habría representado en términos de mayores tasas por las sumas
reclamadas, imposibles de recuperar en alguna oportunidad de parte de la
accionada.
La perspectiva, por consiguiente, es clara: si bien no es posible hesitar un
segundo acerca del resultado de la presente acción, ello será después de un
larguísimo proceso que ya puede ser anticipado por la interposición subsidiaria
de reconvención por daños y perjuicios, más presumible apelación, interminables
incidentes, etc. En síntesis, aun cuando al final de cuentas habré de recuperar el
inmueble, tendré que soportar estoicamente la sonrisa socarrona de una
demandada que, a pesar de haber sido derrotada en el pleito habrá residido, por
una eternidad, gratuitamente en un inmueble ajeno y ni siquiera estaré en
condiciones de reclamarle el pago de las costas que se le aplicarán. En otras
palabras, habrá de consumarse la mayor victoria a lo Pirro de la historia jurídica
de este país.
Que, por otro lado, la sola idea de las deudas tributarias que habrá de
dejar tras su abandono de la vivienda son alarmantes (deudas cuya existencia,
por cierto, la demandada niega mentirosamente en su contestación).
Como se puede apreciar de los comprobantes anexados y captura de
pantalla que se acompaña a esta presentación, sólo este año aboné por juicios
iniciados por el Fisco la suma de $ 53.517,85, existiendo otro juicio en curso que,
sin actualización, ni costas, se eleva a la suma de $30,604,00, lo que significa
que debe, en términos reales, estar rondando los $50.000,00.
Tampoco del presente año ha abonado un solo centavo por lo que es de
esperar otra nueva embestida del Fisco contra mi persona en breve. Otro tanto
ocurre con la Municipalidad de Córdoba.
Con ese panorama, no escapará al buen criterio de V.S. la perspectiva
aterradora que la continuidad de la intrusa demandada en el inmueble representa
para mis finanzas.
En virtud de las referidas circunstancias es que se solicita de V.S. ordene
el inmediato desalojo de la demandada, sin que el mismo represente
pronunciamiento alguno en relación a la cuestión de fondo y se prosiga con el
trámite de los presentes autos en el estado en que se encuentran. Como contra
cautela se destaca el hecho de que ya existe una medida de no innovar ordenada
por este mismo Tribunal y cuya inscripción consta en el Registro.
Del modo en que se señala, se podrá dar continuidad al presente pleito,
dando conveniente satisfacción a la función adicional ahora impuesta a los
magistrados cual es la de evitación del daño, sin afectar en lo más mínimo
cualquier eventual reclamo de la demandada ya que los mismos se encuentran
garantizados con la mencionada cautela.
Por las razones señaladas, encontrándonos frente a la inequívoca
continuidad del daño representado por la permanencia a título de intrusa referido;
la constatable irreparabilidad o remotísima probabilidad de resarcimiento del
mismo; habiéndose evidenciado el altísimo grado de verosimilitud del derecho
que me asiste y estando registrada la cautela registral oportunamente promovida
por la demandada, en función de los arts. 1139, 1710 y sgtes, 1910, 2129, 2149
y concordantes del CC y C y arts. 484 y 750 del CPCC, solicito de V.S. HAGA
CESAR EL DAÑO EN CURSO ordenando el inmediato desalojo en la forma
solicitada, sin perjuicio del proseguimiento del trámite reivindicatorio de los
presentes autos.
SERÁ JUSTICIA
N° 9031683 - EJECUTIVO FISCAL - EE - 03/02/2020
Autos: DIRECTOR GENERAL DE RENTAS C/ SUCESION INDIVISA DE REYNOSO,
SARA AGUEDA
Dependencia Actual: SEC.DE GESTION COMUN DE EJECUCION FISCAL NRO 3
Estado Actual: ACTIVO
Ubicación Actual: CASILLERO

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