Resilencia Marcelo

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Lic.

Marcelo Rivero Guzmán DICYT-UMSS

Resilencia, el arte de sobrevivir


Marcelo Álvaro Rivero-Guzmán
Universidad Mayor de San Simón - DICYT

Resumen
Existen personas que siempre salen airosas a cualquier problema que se les pueda
presentar incluso después de un accidente, siempre salen bien paradas ¿por qué?, que
factores nos diferencias de este tipo de personas, El propósito de este artículo es
demostrar que el desarrollo de la resilencia en nuestras vidas nos ayuda a obtener la
capacidad que necesitamos para afrontar los obstáculos y dificultades que nos surgen en
la vida, superarlos y aprender de ellos, saliendo más fuertes de la experiencia. En este
sentido nos preguntaremos ¿Sera posible que el desarrollo de la resilencia nos ayude a
afrontar todos los obstáculos y dificultades que encontramos en nuestro diario vivir?
Cuáles son los atributos que tiene la persona resilente, que factores ayudan al desarrollo
de la resilencia? Es posible construirla?

Palabras clave: Resilencia, amor propio, superación constante.

Summary

There are people who always go out to any problem that may occur even after an
accident, they always come out well. Why? What factors make us different from these
types of people? The purpose of this article is to show that the development of Resilience
in our lives helps us gain the capacity we need to face the obstacles and difficulties that
arise in our lives, overcome them and learn from them, getting stronger from the
experience. In this sense, we will ask: Is it possible that the development of resilience will
help us to face all the obstacles and difficulties that we encounter in our daily lives? What
are the attributes that the resilent person has, what factors help the development of
resilience? Is it possible to build it?
Lic. Marcelo Rivero Guzmán DICYT-UMSS

 Keywords: Resilience, self-esteem, constant improvement.

INTRODUCCION

A veces la vida nos pone a prueba, nos plantea situaciones que superan nuestras
capacidades: una enfermedad, una ruptura de pareja particularmente dolorosa, la muerte
de un ser querido, el fracaso de un sueño largamente anhelado, problemas económicos…

Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite y hacer que nos
cuestionemos si tenemos la fuerza y la voluntad necesarias para continuar adelante. En
este punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o
sobreponernos y salir fortalecidos, apostar por la resiliencia.

La resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas


circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo
son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un
paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.

Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Y no se trata
de una simple disquisición terminológica, sino de una manera diferente y más optimista
de ver el mundo, ya que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma. De
hecho, estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen
preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar
la vida con una sonrisa en los labios.

La resiliencia no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, aunque sí


puede haber una tendencia genética que puede predisponer a tener un “buen
carácter”. La resiliencia es algo que todos  podemos desarrollar a lo largo de la vida.
Lic. Marcelo Rivero Guzmán DICYT-UMSS

Hay personas que son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un
modelo de resiliencia a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas.
Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos
de nuestros hábitos y creencias.

De hecho, las personas resilientes no nacen, se hacen, lo cual significa que han tenido
que luchar contra situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del
fracaso y no se han dado por vencidas. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo
mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentarse a los diferentes
retos de la vida.

MATERIALES Y METODOS

Experiencia personal, sufrí de un accidente en motocicleta, quedando en coma 2 meses.


Se realizó una revisión bibliográfica a diferentes artículos, libros y folletos relacionados
con el termino resilencia.

 ETIMOLOGIA Y ORIGENES DE LA RESILENCIA

El psiquiatra y psicoanalista Borys Cyrulnik divulgó este concepto que extrajo de los
escritos de John Bowlby. Es un término que se toma de la resistencia de los materiales que
se doblan sin romperse para recuperar la situación o forma original. Cuando un sujeto o
grupo es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada y puede
sobreponerse a contratiempo o incluso resultar fortalecido por estos.

Actualmente, la resiliencia se aborda desde la psicología positiva, la cual se centra en las


capacidades, valores y atributos positivos de los seres humanos, y no en sus debilidades y
patologías, como lo hace la psicología tradicional. El concepto de resiliencia se
corresponde aproximadamente con el término "entereza". Es superar algo y salir
fortalecido y mejor que antes.

Concepto de resiliencia. La palabra resiliencia en su etimología latina, proviene de


“resilio” que quiere decir rebotar, o volver atrás. En el ámbito de la ingeniería se llama
resiliencia a la cantidad de energía que puede devolver (rebotar) sin absorber, un material
elástico.

La resiliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la


adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o
los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo
desconocía hasta el momento.
Lic. Marcelo Rivero Guzmán DICYT-UMSS

¿Qué actitud adoptarías si de la noche a la mañana te comunican que vas a ser


despedido? Nuestras opciones se reducen a dos: o te autodestruyes y te haces la víctima
pensando que no vas a encontrar nada mejor, o creces convirtiendo ese problema en un
reto personal y consigues algo mejor. Esta postura positiva es lo que se conoce como
resiliencia. La capacidad que posee una persona para recuperarse ante la adversidad o la
habilidad para adaptarse a ella. 

Múltiples autores han hablado sobre este término, cada uno con un enfoque:

 Concepto genérico que se refiere a una amplia gama de factores de riesgo y su


relación con los resultados de la competencia. Puede ser producto de una
conjunción entre los factores ambientales y el temperamento, y un tipo de
habilidad cognitiva que tienen algunos niños aun cuando sean muy pequeños.
Osborn (1996).
 La resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción, es
decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión y, por otra parte,
más allá de la resistencia, la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo
pese a las circunstancias difíciles. Vanistendael (1994).
 Resiliencia es saber afrontar la adversidad de forma constructiva. Saber adaptarse
con flexibilidad y salir fortalecido del suceso traumático. Dra. Santos. (2000).
 Igualmente se define como una adaptación efectiva ante eventos de la vida
severamente estresantes y acumulativos (Löesel, Blieneser & Köferl, en Brambing
et al., 1989).
 Aunque identificar los factores protectores y de riesgo puede considerarse tarea
difícil, ya que varían -según la naturaleza del trauma - la personalidad afectada, la
situación y el momento, las diferencias en las formas de afrontar las adversidades se
pueden considerar una riqueza y una oportunidad para aprender y entender los
mecanismos de riesgo y de Resiliencia. Esta no es uniforme, no hay un solo modo
de superar el estrés o la adversidad; enfrentar el sufrimiento es un camino que se
construye en el día a día. Entonces, la Resiliencia es posible pero varía según el
contexto y según las personas, su experiencia y su temperamento. La Resiliencia
invita a buscar salidas más allá de la determinación para abrirse camino a la
creatividad y a la libertad. Bouvier, P. (2003).

Todas las personas tenemos la capacidad de sobreponernos a un estímulo adverso, pero


el uso decidido y firme de esta capacidad es lo que nos hace realmente resilientes.

¿Aprender de una dificultad que sientes que no mereces? ¿Usar el humor cuando algo no
sale bien? ¿Sacar lo positivo de cualquier situación?…. No es fácil actuar de este modo en
todas las situaciones, pero ¿se puede aprender a hacerlo? Mi respuesta es que sí, pero
cada persona lo hace a su ritmo y con su estilo personal.

Se habla de dominios de resiliencia particulares para hacer referencia a formas


específicas de resiliencia, como puede ser la social, la escolar o la emocional (Marie
Anaut).
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Un persona resiliente social será aquella que cuenta con competencias sociales
adecuadas, la resiliencia escolar se expresa en las competencias adaptativas en el ámbito
educativo y la resiliencia emocional corresponde a un cierto bienestar psicológico que se
mantiene ante las perturbaciones o las situaciones estresantes que puedan acontecer en
nuestra vida.

RESILENCIA Y APEGO

La resiliencia comenzó a estudiarse en primer lugar en niños y niñas que habían pasado su
niñez en condiciones traumáticas o privados de cariño o cuidados, es decir, habían tenido
dificultades para desarrollar una relación de apego seguro en la que su cuidador,
cuidadora o figura significativa le diera amor de forma incondicional.

Este hecho provoca una vulnerabilidad afectiva y relacional por ser una etapa muy
importante en el desarrollo de los patrones de comportamiento y relación de la persona
consigo misma y con los demás: si desde muy pequeño un niño tiene rechazo, abandono o
inatención, su ánimo va a ser más variable, llora más, le costará diferenciar si tiene
hambre o sueño, si se porta bien o mal… la estructura más básica que necesita para
comenzar a comprender el mundo se sostiene por débiles pilares, y eso no favorece a
priori las capacidades resilientes. «El apego seguro es la base para crear niños y niñas
resilientes».

Posteriormente, conforme el niño crece, pueden generarse otras posibilidades de generar


vínculos o relaciones reparadoras del proceso anterior, por lo que un niño o adolescente
podrá reconstruir parte de lo que en un primer momento no pudo forjarse.

Vemos que es un proceso dinámico, en interacción con otras personas, y que es


susceptible de ser entrenado y reforzado a cualquier edad.

NEUROCIENCIA Y RESILENCIA

Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor
equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto
les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para
afrontar las situaciones difíciles y estresantes.

Llama la atención que a pesar de vivir en situaciones difíciles, las diferencias individuales
muestran que unos niños o niñas que comparten las mismas situaciones sociales de base
que el resto del grupo, conservan sus niveles de aspiración, sus expectativas y su
motivación no son como las del resto, y por el contrario sobresalen (Kotliarenco, Caceres
& Fontecilla,1997).

La investigación neurológica ha demostrado que tales evocaciones del trauma y estrés se


generan con activaciones autónomas de diversas partes del cerebro, en especial las de la
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memoria y las de vigilancia, es decir, con activación en diferentes áreas del cerebro tales
como los núcleos de la amígdala, el lugar azul o locus cerúleo, el hipocampo, y luego el
neo córtex.

Es la dualidad mente-cuerpo, en el que ambos se retroalimentan y expresan, de una u otra


forma, la respuesta del individuo en una situación estresante o de sufrimiento.

El sufrimiento psicológico va a provocar en el sujeto modificaciones bioquímicas que son


perceptibles en los análisis, principalmente el cortisol está vinculado con un incremento
de la vigilancia o el estado de híper alerta, así como de la atención focal. El exceso de
cortisol implica: déficits en el desarrollo, la reproducción y en respuestas inmunes
adecuadas. Esto explicaría (al menos parcialmente) lo observado en gente sometida a
estrés intenso o de larga evolución: disminución del pensamiento asertivo, menor
creatividad y pro actividad, frecuencia de ideas estereotipadas (repetición de esquemas),
así como disfunciones sexuales.

COMO SUPERAR LA ADVERSIDAD

Como he señalado anteriormente, a pesar de que las experiencias tempranas y los


factores de personalidad que se establecen en la adolescencia son dos guías que van a
marcar en ciertos aspectos nuestra capacidad de adaptación y resiliencia, hay cosas que
podemos hacer para minimizar los factores de riesgo e incrementar los protectores en las
situaciones de estrés y sufrimiento.

El hecho de salir fortalecidos de las situaciones adversas puede implicar que en un


futuro, ante una situación que nos despierte los mismos sentimientos de frustración,
tristeza, rabia o desesperanza, podamos reaccionar de forma distinta, escribir una historia
con otro final.

Para mejorar nuestra resiliencia necesitamos fortalecer las cualidades que nos permiten
una adaptación positiva en una situación de adversidad o sufrimiento.

Probablemente tengamos desarrolladas más unas cualidades que otras, lo ideal sería
equilibrar o reforzar aquellos aspectos que necesitemos sin tratar de abarcar todos, y lo
que es muy importante, a nuestro ritmo.

Estos cambios necesitan comenzar quizás por el primero de ellos, conocernos un poco
mejor para saber cómo afrontamos las situaciones dolorosas o traumáticas.

LAS 8 CUALIDADES O ATRIBUTOS DE LAS PERSONA RESILENTE

1. Autoconocimiento y autoestima
2. Empatía
3. Autonomía
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4. Afrontamiento positivo de la adversidad


5. Conciencia de presente y optimismo
6. Flexibilidad + Perseverancia
7. Sociabilidad
8. Tolerancia a la frustración y a la incertidumbre

1. El autoconocimiento y la autoestima de la persona resiliente

 El autoconocimiento es un arma muy poderosa y las personas resilientes saben


usarla a su favor. Saber cuáles son nuestras principales fortalezas y habilidades, así
como las limitaciones y debilidades, poder trazar metas más objetivas y realistas e
identificar los aspectos en los que podemos mejorar es un camino directo a
fortalecer nuestra autoestima y autoconfianza.
 Además de conocerse, una persona resiliente reconoce la importancia del trabajo
en equipo y sabe pedir ayuda cuando lo necesita.
 El autoconocimiento nos permite mejorar la capacidad de reconocer y expresar las
emociones. Sobre todo en momentos en que estemos sufriendo, esta es una
buena forma de afrontar situaciones dolorosas.
 También nos permite identificar emociones de rabia o enfado que nos estén
haciendo comportarnos de una forma poco saludable.
 Se observa que a mayor actividad cognitiva y a mayor capacidad intelectual
aumenta la resiliencia, no sólo emocional, sino de las neuronas y la parte más
biológica de afrontamiento del estrés.

La persona con mayores conocimientos de sí misma y de la realidad, puede procesar y


elaborar más eficazmente los traumas y los factores estresantes.

2. La empatía y la resiliencia

 La empatía es la capacidad de entender al otro y ponernos en su lugar,


comprender sus sentimientos, a través de comprender los propios. Es un hábito
resiliente, que nos permite por ejemplo, separar pensamiento de acción, cuando
nos sentimos enfadados con alguien querido.
 Cuando tenemos empatía, el flujo de dar y recibir afecto en las relaciones con los
demás es mayor, lo que incrementa nuestra red social de apoyo. Un punto muy
importante para ser una persona resiliente.

3. La autonomía de la persona resiliente

 La creencia de que uno puede influir en lo que sucede a su alrededor, perdiendo el


temor a que las cosas suceden por injusticia o causas ajenas a nuestro control. Esto
va a hacer más fuerte a nuestra autoestima y nos va a movilizar hacia la resolución
de conflictos que de otra forma se volverían crónicos en el tiempo.
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4. El afrontamiento de la adversidad

 Afrontar la adversidad con humor es propio de personas resilientes. Ser capaces de


reírnos de la adversidad y sacar una broma de las situaciones difíciles nos ayuda a
superarlas y mantenernos fuertes y optimistas ante la incertidumbre. Esto no
quiere decir que en mitad de un funeral tengamos que usar el humor de forma
obligada, sino que una vez esa situación dolorosa ha pasado seamos capaces de
recordar a esa persona en momentos divertidos, que busquemos ratos felices que
pasamos con él o ella o incluso nos acordemos de algo gracioso que solía decir o
hacer.
 Un enfoque hacia lo positivo de una situación abre caminos que antes estaban
ocultos.
 Evitar la queja constante.
 La creencia de que uno puede aprender con sus experiencias, sean éstas positivas
o negativas nos permite seguir creciendo y madurando a lo largo de la vida.

5. Conciencia del presente y optimismo

 Las personas más resilientes tienen el hábito de vivir en el aquí y ahora, el


presente, sin que las culpas del ayer o la incertidumbre del futuro le enturbie el
momento que están experimentando. Disfrutan de los pequeños detalles y no
pierden su capacidad para asombrarse ante la vida; de esta forma es más fácil
enfocarse en los aspectos positivos que nos ofrece cualquier situación, complicada
o no.
 La conciencia del presente, puede resultar complicado con los ritmos de vida
actuales pero hay formas de entrenar esta conciencia del momento presente,
como el mindfulness.

6. Flexibilidad combinada con perseverancia

 La existencia de un propósito significativo en la vida es otra de las características


de una persona resiliente. Esta meta les da la fuerza interior para responsabilizarse
de perseguirla, con flexibilidad y sin obstinación.
 El hecho de que las personas resilientes sean flexibles no implica que renuncien a
sus metas, al contrario, si algo las distingue es su capacidad de lucha, pero cuando
esta deja de tener un sentido, pueden cambiar el rumbo sin necesidad de sentirse
mal por haber abandonado su objetivo inicial.
 Es muy valiosa la capacidad de escucha, las personas que nos rodean pueden tener
información que complementa la propia y en alguna ocasión pueden servir de guía
para nuestras metas o proyectos. Siempre crecemos en relación con los demás, el
aislamiento social favorece que nuestro pensamiento pierda flexibilidad y amplitud
o perspectiva.
 Es importante aprender a hacer realidad los deseos: fuerza de voluntad y
autocontrol emocional.
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7. Sociabilidad en las personas resilientes

 Las personas con resiliencia saben cultivar y valorar sus amistades. Generalmente
se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida. De esta
forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los
momentos más difíciles.
 Cuando pasan por un suceso potencialmente traumático su primer objetivo es
superarlo; son conscientes de la importancia del apoyo social y no dudan en buscar
ayuda profesional cuando lo necesitan.

8. Tolerancia a la frustración y a la incertidumbre

 Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer


controlar todos los aspectos de nuestra vida, porque solemos tolerar mal la
incertidumbre. Una forma de ganar seguridad en nosotros mismos y vivir con
menos tensión emocional es precisamente, aprendiendo a lidiar con la
incertidumbre, para que nos cause el menor malestar posible.

LOS FACTORES QUE NOS PROTEGEN DE LA PREOCUPACION (ESTRES)

Lo esencial aquí, es comprender, que más allá del análisis del concepto de resiliencia o de
su origen, disponemos de una potente capacidad de superación de adversidades y que es
potestad de cada persona descubrirla o adquirirla, y usarla en los momentos álgidos y
desequilibrantes. Podemos evitar ciertas circunstancias, pero no podemos evitarlas todas.

Es importante advertir que más que lo que nos sucede, lo importante es la manera como
lo tomamos, pues la experiencia y la vivencia no son lo mismo.

Jugando con las palabras, diremos que la experiencia es el evento y la vivencia la


interpretación.. Podría decirse lo esencial es la manera cómo opera intrapsíquicamente el
balance entre confianza y reto, entre vulnerabilidad y protección, entre debilidad y
resistencia. De forma tal que la persona que despliega los «factores con los que cuenta,
para hacer frente
al estrés, viviría mucho más y mejor que quienes no los posean o activen.

Según Werner, los factores protectores del estrés, operan de tres maneras:

Por lo general, los mecanismos de resiliencia se manifiestan frente al estrés de tres


maneras: Inmunidad, compensación y desafío.

1. Inmunidad: Todos los organismos tienen distinto nivel de asimilación. Así, un


relámpago puede resultar excitante o aterrador, dependiendo de quién lo vea, y su
presencia no producirá el mismo efecto en todos. Unos lo tolerarán de mejor
manera que otros.
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2. Compensación: También se puede contrarrestar el estrés gracias a factores


complementarios de la personalidad o al apoyo de de otros. Podemos salir mal en
el examen, pero no desmoronarnos pues tenemos una esposa que nos apoya o
somos muy buenos en otras áreas y valoramos más eso que lo acontecido con la
prueba.
3. Desafío: La situación tensa es abordada, afrontada o atacada como un reto,
siempre que no sea desproporcionado a os recursos de la persona, y se asume más
como una situación competitiva que como destructiva.

COMO SER RESILENTE

Es cierto que no existe un manual para poder saber afrontar los problemas y salir airoso,
al margen de aquello es necesario explorar ciertos pasos que nos ayuden a fortalecer
nuestra resilencia estos son:

1- Desarrollar una sana autoestima: Creando y sosteniendo autoconfianza, autoimagen


positiva; aprender a conocernos, aceptarnos y valorarnos de manera realista y
comprensiva.

2- Seguir la vocación. Orientar la energía hacia el talento y el bienestar. Es decir, invertir


energía y tiempo suficientes en aquello que nos gratifica y sobre lo que tenemos habilidad
o dominio.

3- Ser asertivos. Ejercitar una comunicación clara, honesta y oportuna, que nos permita
prevenir y resolver malos entendidos, y evitar «coleccionar» y «tragarnos» lo que nos
incomoda y convertirlos luego en resentimientos.

4- Ser optimistas. Ver el lado positivo del mundo, de la vida y de nosotros mismos. Esto es,
buscar y esperar que suceda lo mejor.

5- Re encuadrar los resultados. Aprender a ver los eventos indeseados como aprendizajes
necesarios y no como fracasos auto atribuidos.

6- Desarrollar relaciones positivas. Vincularse de manera cercana, estable y positiva para


el disfrute de los vínculos y su utilización como base de apoyo emocional mutuo.

7- Ser precavidos. Actuar preventiva o proactivamente, pensando antes de que las crisis
aparezcan.

8- Ser creativos. Trabajar en el ejercicio de la creatividad, a fin de adquirir la capacidad de


buscar soluciones y salidas de manera diversa y flexible.

9- Definir metas significativas. Planificar metas y objetivos razonables que o rebasen la


capacidad de realización del sujeto.
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10- Desarrollar autocontrol. Aprender a regular la reactividad, sirviéndonos de la


racionalidad y de lógica. Saber cuándo frenar evita muchos problemas.

11- Reducir expectativas. Aprender a esperar menos de los demás y tener sobre uno
mismo expectativas razonables basadas en hechos, nos evita frustraciones.

12- Centrarse en el proceso. Aprender a vivir cada momento de cada día de la mejor
manera posible, y no centrarse únicamente en el resultado final.

13- Hacer ejercicio. La práctica de ejercicio diario, libera las llamadas «hormonas del
estrés» como: el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina, y potencia la producción de
hormonas positivas para el organismo.

14- Practicar relajación. El entrenamiento en relajación y meditación promueven una nivel


de serenidad que favorece la tolerancia a situaciones estresantes.

15- Orar. La oración abre una brecha espiritual que colinda con la fe. Ha sido elemento
clave en la aceptación de tragedias y la superación de enfermedades como lo han
señalado y probado Norman Cousins, Bernie Siegel, Deepak Chopra y Hebert Benson,
entre otros.

RESULTADOS

La persona resilente generalmente no tiene miedo a ninguna circunstancia y en caso de


que se presente algo que atente contra esta persona, es seguro que la misma sabrá
sobrellevar cualquier tipo de dificultad y sacar lo mejor de sí misma para paliar la
situación. Particularmente después de un accidente muy fuerte que tuve posterior al
coma y la terapia intensiva no podía caminar, comer, expresarme con normalidad ese fue
el detonante para poder luchar para recuperar las capacidades perdidas así como el
anhelo de poder volver a trabajar ayudar a mi esposa abrazarla, poder alzar a mis hijos en
mis brazos y jugar con ellos, actualmente solamente me queda algunas secuelas físicas
que ni se notan por mi elevado estado de resilencia ante esta situación.

DISCUSION Y CONCLUSIONES

La resilencia es una herramienta que tenemos los seres humanos para superar cualquier
dificultad el desarrollo de la misma depende de cada uno de nosotros, a veces cuando el
problema es muy grande (accidentes, mutilaciones, luto) no encontramos la manera de
superar estos escenarios pero al ser conscientes de nosotros mismos y la necesidad de
salir de ese dolor nos ayudara a encontrar herramientas que nos ayuden a superar estos
problemas y poder llevar una vida plena.
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RECONOCIMIENTOS
En primera instancia queremos agradecer a mi San Simón de corazón que nos dio la
oportunidad de estudiar, trabajar, producir y compartir el presente trabajo, asimismo
agradezco a mi Esposa y mis Hijos pilares en mi vida, así como a mi madre, mi Abuelita
Ana y mis hermanas y todas las personas que se tomaron el tiempo de leer el presente
Artículo y dar su opinión o crítica constructiva hacia el mismo, esto ayudo de sobremanera
a la publicación del mismo.

Bibliografía

Cyrulnik, Boris/Anaut, Marie. (2018). Resiliencia y adaptación. Barcelona: GEDISA.

Osborn, A. (1993). What is the value of the concept of resilience for policy and
intervention. Londres: International Catholic Child Burea.

Vanistendael, S. & Lecomte, J. (2002). La felicidad es posible. Despertar en niños


maltratados la confianza en sí mismos:construir la resiliencia. Barcelona: Gedisa

Santos, Rafaela. (2013). Levantarse y luchar: Cómo superar la adversidad con la resiliencia.
Barcelona: CONECTA

Kotliarenco, M. A., Cáceres, I. & Fontecilla,M. (1997). Estado del arte en resiliencia.
Washington, D. C.: OrganizaciónPanamericana de la Salud.Löesel, F., Bliesener, T. &
Kferl, P. (1989). On the Concept of Invulnerabilit Evaluation and First Results of the
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Assessment, Longitudinal Research and Intervention, (pp. 186-219). Nueva York: Walter
de Gruyter.

Bouvier, P. (2003). Temperamento, riesgo y resiliencia en el niño. En la Resiliencia:


resistir y rehacerse. En M. Manciaux (comp.) Barcelona: Gedisa.
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