Historia y Geografía II

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Introducción al Conocimiento Geográfico II

El Planisferio, Continentes, Océanos y Líneas Imaginarias.

Hemisferios
2

Latitud y Longitud

Continente Americano
3

Continente de América del Norte

Continente de América Central


4

Continente de América del Sur


5

Mapa Político de Argentina


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Mapa Físico de Argentina


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LOS ESPACIOS Y SU ORGANIZACIÓN

Los espacios y su organización REGIONALIZACIÓN DEL PAÍS Para estudiar mejor un territorio es
mejor dividirlo en regiones que se determinan según características similares como el relieve, el
clima, la historia, las actividades económicas y características de su población, entre otras. Estas
regiones no tienen una autoridad política. En esta unidad veremos otro tipo, se tendrá en cuenta
la forma en la que se poblaron los distintos lugares del país y los distintos recursos naturales. Los
límites de las regiones nunca son exactos, pero en este caso, para facilitar el análisis, tomaremos
límites provinciales para determinar los límites regionales. Según esta clasificación distinguimos las

Nacional de Estadísticas y Censos) es el responsable de investigar y difundir la información sobre la


población, la industria, el comercio, la agricultura, etc. Las actividades en los espacios rurales

ACTIVIDADES PRIMARIAS EN LAS ZONAS RURALES El espacio rural se encuentra organizado en


función de las actividades económicas primarias, es decir, aquellas destinadas a la producción de
materias primas, alimentos y energía. Estas actividades se desarrollan con el aprovechamiento de
recursos naturales, como el agua, el suelo, los bosques, los minerales y otros. Los productos que se
obtienen pueden tener destinos variados, como el mercado interno y el mercado externo. Las
actividades características del espacio rural son la agricultura, la ganadería, la producción forestal,
las pesca y la minería.

LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS Estas se desarrollan según las distintas zonas, lo que se da en
llamar economías regionales, y están vinculadas directamente con el producto que se obtiene en
esa región. En las actividades primarias participan distintas personas que, según sean pequeños,
medianos o grandes productores, utilizan maquinarias y tecnologías más simples o modernas, y
tienen mayor capacidad para obtener ganancias como resultado del trabajo realizado. Los
pequeños productores se encuentran en áreas pobres y disponen de superficies chicas, con tierras
de no muy buena calidad. Utilizan economías de subsistencia, es decir, para consumo propio o
venta en mercados pequeños y cercanos. Fuente: INDEC

2. Los productores medianos tienen tierras de tamaño intermedio y pueden invertir en cierta
tecnología para mejorar su productividad. Sus productos se venden en mercado interno y
necesitan poca mano de obra. Los productores grandes extraen materias primas en superficies
extensas con tierras de calidad. Invierten mucho en tecnología (fertilizantes, sistemas de riego,
maquinarias) El empleo de mano de obra es escaso.

LOS CIRCUITOS PRODUCTIVOS. Un circuito productivo es el recorrido que hace un producto desde
el momento en que se obtiene la materia prima hasta que llega a los consumidores. Es como una
cadena con varios eslabones, en las cuales se presentan tres etap

terciario o comercial, donde se distribuye y vende el producto final. Las actividades en los espacios
urbanos Los espacios urbanos ofrecen una alta densidad de población y gran cantidad de
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infraestructura (calles, edificios, puentes) Quienes viven en las ciudades desarrollan actividades
secundarias o terciarias. En Argentina, se considera ciudad a toda localidad con más de 2.000

millón de habitantes

LAS FUNCIONES URBANAS Las ciudades cumplen variadas funciones que se relacionan con su
tamaño. Las ciudades más grandes e importantes cumplen funciones políticas y administrativas,
en ellas se ejerce el gobierno en distintos niveles (local, provincial, nacional) La producción
industrial y la construcción son actividades secundarias muy importantes. Lo mismo ocurre con las
actividades terciarias, como el comercio, o los servicios, que emplean grandes cantidades de
trabajadores. Otras funciones importantes son la educativa, religiosa y portuaria. Las ciudades se
relacionan entre sí por medio de diversos intercambios, como el comercial y el de las
comunicaciones. Este intercambio se realiza utilizando diversos medios de comunicación y
transporte. Estas relaciones forman una red que se conoce con el nombre de Red Urbana. Hasta la
década del 90 el ferrocarril fue una importante red, siendo una de las más grandes del mundo.
Pero a partir de la crisis muchos ramales cerraron dejando incomunicados a numerosos sectores.
En consecuencia se produjo un despoblamiento de esas regiones. La sociedad también construyó
una compleja red de rutas nacionales, provinciales y municipales. Además es importante el
transporte aéreo. En cada provincia hay por lo menos un aeropuerto. El más importante es el
Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, en Ezeiza (Buenos Aires).

PROBLEMAS EN LAS CIUDADES En las ciudades más grandes existen diversos problemas
ambientales, originados por las actividades que se realizan en ellas. La contaminación del agua y el
aire son los más graves. Además de los gases y los desechos industriales, los residuos domésticos
también contaminan por eso es importante que estas ciudades posean sistemas de tratamiento de
residuos. También existe la contaminación auditiva (que genera problemas de salud) y la
contaminación visual (que puede provocar accidentes viales).

BARRIOS CERRADOS Y ASENTAMIENTOS DE EMERGENCIA Dentro de las ciudades, las zonas que
carecen de los servicios básicos son llamadas asentamientos precarios o villas de emergencia,
donde habitan personas con bajos recursos económicos. Estos asentamientos contrastan con los
barrios cerrados o countries, donde viven personas de alto poder adquisitivo. Estos barrios poseen
espacios para hacer deportes y sistemas de seguridad privada, a veces con escuelas y comercios
propios.

3. Las regiones del país y sus economías

NOROESTE ARGENTINO (NOA) Abarca las provincias de Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero
y Tucumán. Actividades económicas La agricultura es una actividad muy importante. Su cultivo
principal es la CAÑA DE AÚCAR, pero también se cultivan porotos, limones y tabaco. La actividad
agroindustrial se basa en los cultivos de caña y limón. Existen numerosos ingenios para el
procesamiento del azúcar. Con los limones se elaboran jugos y aceites esenciales. En cuanto a la
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minería, hay recursos muy valiosos en la Puna y la Cordillera de los Andes no aprovechados, sin
embargo, una de las explotaciones mineras más importantes del país es BAJO LA ALUMBRERA
(Catamarca) donde se extrae oro y cobre. El turismo también es importante, los sitios más
famosos son las Termas de Río Hondo (Sgo. del Estero), el Tren a las nubes (Salta) y la Quebrada
de Humahuaca (Jujuy) El transporte El transporte conecta distintos lugares de la región entre sí y
con otras zonas del país y el exterior. Hay un solo ferrocarril que funciona entre la ciudad de
Tucumán y Buenos Aires. En cambio, hay varios servicios de carga. La ruta nacional 9 llega hasta La
Quiaca, conectando con Córdoba,
Rosario y Buenos Aires. También
existen pasos fronterizos con Chile. La
población La mayor parte vive en zonas
urbanas. Pero tiene una importante
proporción en zonas rurales,
especialmente en las provincias de
Catamarca, Tucumán y Santiago del
Estero. La zona con mayor población
se concentra en los valles de Jujuy,
Salta y parte de la llanura de Tucumán.
Hay otras zonas, como la Puna, donde
la población está muy dispersa. En las
ciudades cercanas a las zonas de
cultivos se ubican las industrias. Las condiciones de vida. La mayor parte de la población del NOA
sufre graves problemas. El 55% de la población urbana vive en condiciones de pobreza. Las
provincias de esta zona tienen un alto índice de desempleo. Los trabajadores reciben poca paga
por su trabajo, de hecho, es una de las zonas con los salarios más bajos del país. Las malas
condiciones de vida, falta de alimentación y viviendas adecuadas provocan problemas en el
desarrollo de los chicos y diversas enfermedades. En las provincias de Salta y Jujuy la esperanza de
vida es inferior a los 69 años, comparada con el promedio de 72 años del resto del país. También
hay problemas ambientales relacionados con el avance de las actividades agropecuarias,
afectando a la selva, uno de los ecosistemas con mayor diversidad de flora y fauna del país. El
gasoducto a Chile también afectó la selva y además tierras de comunidades kollas Punmamarca
(Quebrada de Humahuaca)

4. NORDESTE ARGENTINO (NEA) Abarca las provincias de Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones
Actividades económicas La Actividad forestal es muy importante. Comenzó a principios del siglo XX
en Chaco con la explotación del bosque de quebracho. En la actualidad, es la actividad más
importante de Misiones. También es fundamental la agricultura a nivel nacional, cosechando casi
toda la producción de yerba mate y té que se consume en el país, además de gran cantidad de
tabaco. En Chaco y Formosa se cultiva algodón. En Corrientes se destaca el arroz, gran parte se
exporta fuera del país. En Formosa y Corrientes existen grandes estancias que se dedican a la
ganadería bovina. La actividad industrial se relaciona con las materias primas producidas en la
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región. Hay industrias de pasta para papel, maderas aserradas, celulosa, tanino. La actividad
turística se centra en las Cataratas del Iguazú
(Misiones) El transporte Las rutas nacionales 12 y
14 son muy importantes para la circulación de las
personas y las cargas de la región. Uno de los
pasos más frecuentados es el que conecta la
ciudad Paso de los Libres (Corrientes) con
Uruguayana (Brasil). Otro muy conocido es el de
Triple Frontera que conecta Puerto Iguazú
(Misiones) con Foz do Iguazú (Brasil) y Ciudad del
Este (Paraguay). Algunos productos se
transportan en barcazas por el río a través de la
hidrovía Paraguay-Paraná. El transporte
ferroviario de cargas conecta con la región NOA y
la Pampeana La población La provincia con
mayor población urbana es Chaco (80%), la de
menor es Misiones (70%). La población rural se caracteriza por estar dispersa, principalmente en
Misiones, donde uno de cada cuatro habitantes vive en el campo. En esta provincia, la actividad
agrícola se desarrolla en pequeñas granjas, llamadas minifundios, pero no alcanzan a satisfacer las
necesidades de sus productores. Esta repartición de tierras se originó en la época de la
colonización. Las condiciones de vida. El NEA es la región con mayor porcentaje de pobreza del
país. El 60% de la población urbana es pobre. Las condiciones de vida son muy precarias, la mayor
parte de las personas no se alimenta adecuadamente y carece de los servicios básicos. También
estos problemas afectan a la población rural, por los escasos ingresos y la dificultad en los servicios
de salud y educación. Aunque está prohibido, muchos niños en Misiones trabajan en el cultivo de
la yerba mate y dejan de ir a la escuela. Problemas ambientales La deforestación es uno de los
problemas más graves en Misiones, donde gran parte de la selva está siendo reemplazada por
plantaciones de pinos, afectando los suelos. El bosque Chaqueño también ha sido deforestado
para usar el suelo en agricultura y ganadería. Otro de los problemas causados por estas
actividades son las inundaciones, que afectan todas las actividades productivas.

5. CUYO Abarca las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis Actividades económicas En esta
región llueve muy poco, por eso predomina la llamada agricultura de oasis, es decir, las actividades
se desarrollan en los oasis de riego. En estos oasis, los
cultivos prosperan gracias a diques, canales y acequias que
aprovechan el agua de ríos que se deshielan de la Cordillera
de los Andes. La actividad agrícola principal es el cultivo de
la VID (Mendoza y San Juan) También hortalizas como ajo,
cebolla y tomate, importantes a nivel nacional, olivo y
frutas de carozo. La actividad agroindustrial se relaciona
con las materias primas de la región. Hay producción de
vinos y conservas de frutas. También hay producción de
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máquinas, herramientas y equipos industriales. Otra actividad muy importante es la extracción y


procesamiento del petróleo. En el turismo se destaca la Villa de Merlo (San Luis) sobre el faldeo de
las sierras de los Comechingones, por su microclima benéfico (tercero en el mundo) El transporte
A través del Paso Internacional Cristo Redentor, por un túnel de montaña, circulan muchos
camiones de carga rumbo a Chile. La ruta nacional 7 vincula ciudades importantes como Mendoza,
San Luis y Villa Mercedes, y llega a la región pampeana y Buenos Aires. La ruta nacional 40 que
recorre todo el país de norte a sur, conecta las ciudades de Mendoza y San Juan. Los ferrocarriles
de carga vinculan las ciudades de Mendoza, San Rafael y Buenos Aires. La población La distribución
de la población se asocia a las actividades productivas. Las zonas más pobladas están cerca de los
oasis de riego. Las viviendas de los productores se encuentran en el campo cerca de los cultivos,
aunque la mayor parte de la población es urbana. Las condiciones de vida. La región de Cuyo
presenta mejores condiciones de vida que el NOA y el NEA. Aun así, el 50% de la población urbana
se encuentra en situación de pobreza. Los últimos años se incorporaron tecnologías nuevas a la
industria del vino, pero sólo los empresarios más poderosos pudieron hacer estas mejoras, lo que
concentra la actividad cada vez en menos empresas. Los pequeños productores, en muchos casos,
debieron abandonar la actividad. Problemas ambientales El tratamiento incorrecto del suelo y los
cultivos afecta la región, por ejemplo, el riego excesivo aumenta la cantidad de sales que le quita
las propiedades al suelo. En estas zonas se utilizan muchos fertilizantes. Las actividades vinculadas
con el petróleo provocan graves problemas ambientales, contamina el suelo, el agua y el aire.
Sierras de Comechingones (Merlo-San Luis)

6. PAMPEANA Abarca las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Santa Fe
Actividades económicas En esta región se
realizan actividades económicas primarias,
secundarias y terciarias muy variadas. Las
condiciones naturales de la llanura
pampeana, el clima, las abundantes lluvias y
suelos fértiles hacen posible el gran
desarrollo agropecuario. La agricultura de
tipo pampeano produce cereales (maíz, trigo)
y oleaginosas (soja y girasol). La ganadería es
principalmente bovina, se produce leche y
carne. La industria se desarrolla en mayor
grado en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Se ubican cerca de las rutas y ríos navegables.
Las actividades terciarias comprenden
comercios e industrias de servicios, como
también empresas financieras. Esta región
realiza la mayor parte de las exportaciones El
transporte Las rutas principales son las
número 2, 3, 7, 8, 9 y 14, que concentran la
mayor cantidad de automóviles y tránsito pesado. (Camiones con productos agropecuarios). Los
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ferrocarriles de carga también transportan estos productos a los puertos con destino a otros
países. Los puertos principales son Rosario, San Lorenzo y San Martín (en Santa Fe); Bahía Blanca y
Quequén (en Buenos Aires). Por el puerto de Buenos Aires ingresa la mayor cantidad de
mercadería importada. La población Según el Censo 2010, en la región pampeana habitan
26.573.593 personas, dos de cada tres habitantes de nuestro país. Las zonas más pobladas son las
del litoral del Paraná y del Río de La Plata, y Córdoba. Las menos pobladas se localizan en La
Pampa, especialmente al oeste. Los habitantes se concentran en zonas urbanas. Sólo en Entre Ríos
y La Pampa se mantiene un gran porcentaje de población rural. Las condiciones de vida. Las
condiciones de vida de esta región se ubican entre las mejores del país. La mayoría de sus
habitantes puede estudiar y acceder a servicios de salud. Sin embargo, hay importantes
diferencias con algunos lugares de la región, como el norte de Santa Fe y Entre Ríos, donde hay
mucha pobreza. También en las afueras de algunas ciudades como Rosario, Córdoba o Buenos
Aires. Mientras que una parte de sus habitantes dispone de lo necesario y más, muchas personas
presentan NBI. En la región el 40% de los habitantes no suple sus necesidades básicas. La tasa de
desempleo de esta región es grave, una de las mayores del país. Problemas ambientales En las
áreas urbanas, los desechos industriales y gases, los automotores que circulan, contaminan el aire
y el agua. En las zonas rurales los problemas ambientales se relacionan con el tratamiento de las
actividades agropecuarias (desgaste de suelos por muchos cultivos sucesivos, uso de fertilizantes y
pesticidas y otros similares). Esto puede contaminar el suelo, el agua y los productos que se
cosechan. Uno de los principales problemas ambientales de la región son las inundaciones. En el
campo provocan pérdida de cultivos y muerte de animales. En la ciudad afectan a miles de
personas que Pueden perderlo todo. En el litoral las inundaciones se producen cuando crecen los
ríos o llueve mucho. En los últimos años se buscaron soluciones mediante la aplicación de nuevas
tecnologías, obras de dragado de los ríos y construcción de puentes y estaciones de bombeo.
Contraste habitacional en Buenos Aires

7. PATAGÓNICA Abarca las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del
Fuego e Islas Malvinas. Actividades económicas En la Patagonia, predominan las actividades
relacionadas con la extracción de recursos naturales como el petróleo (Neuquén, Chubut y Santa
Cruz) y el gas. La principal actividad agropecuaria es la ganadería ovina. La agricultura se desarrolla
bajo riego en pocos lugares de la región. Por ejemplo, Río Negro, que produce peras y manzanas
para todo el país. La actividad industrial tiene en Puerto Madryn la única industria productora de
aluminio de la Argentina. En Tierra del Fuego predominan industrias de electrodomésticos debido
a los bajos impuestos. La pesca se realiza en las aguas del Mar Argentino. Los puertos más
importantes son Ushuaia (T. del Fuego), Puerto Deseado (Sta. Cruz) y Puerto Madryn (Chubut),
donde hay plantas procesadoras de los productos de mar. La sobreexplotación está provocando
disminución de algunas especies (merluza, calamar). El turismo se basa en los atractivos naturales
del lugar. Lugares importantes son la Península de Valdés (Chubut), San Carlos de Bariloche (Río
Negro) y Glaciar Perito Moreno (Santa Cruz). El transporte Esta región no tiene buenas
posibilidades de conexión con el resto del país. Casi no hay servicios ferroviarios y existen pocas
rutas importantes, entre ellas la ruta nacional 3 que vincula ciudades importantes con Buenos
Aires, la ruta nacional 40 que corre paralela a la Cordillera por todo el país y la ruta nacional 22
13

une Bahía Blanca, Neuquén y recorre parte del valle de Río Negro. El transporte marítimo y los
puertos son muy utilizados para la exportación. La población Esta es la región menos poblada del
país, allí vive menos del 5% de los habitantes de la Argentina. La mayor concentración se halla en
el Valle de Río Negro, el litoral atlántico y algunos
valles cordilleranos. La población de áreas rurales
es muy baja y produce en oasis de riego, mientras
que la población ganadera es escasa. La mayor
parte de la población patagónica vive en centros
urbanos, pero no hay ciudades muy grandes
como en otras regiones, salvo localidades
turísticas como Bariloche, Trelew y Comodoro
Rivadavia. Las condiciones de vida. El 30 % de la
población vive en situaciones de pobreza, pero las
condiciones de vida son mejores que en otras
regiones. Las mayores dificultades se presentan
en el ámbito rural, en la provisión del agua por
ejemplo. También los minifundistas criadores de
ovejas tienen dificultades en invierno durante las
nevadas. Las actividades de la región se vieron
afectadas en la crisis de los años 90 con el cierre de industrias y la venta de YPF a una empresa
española. Problemas ambientales Uno de los problemas más graves es la desertificación de la
estepa patagónica. Cuando la cantidad de animales es mayor que el pasto existente, se produce el
sobrepastoreo y los suelos quedan desprovistos de vegetación. El invierno erosiona el suelo y el
paisaje se vuelve parecido al desierto. Contraste habitacional en Buenos Aires Extracción de
petróleo Comodoro Rivadavia
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ARGENTINA (1930 – 1945). ESTADO CONSERVADOR y CLASE


OBRERA
LA ECONOMÍA: CRISIS EXTERNA E IMPULSO INDUSTRIAL
La crisis mundial de 1930 también impactó en la Argentina y ese impacto cambió la
orientación de la economía ya que las exportaciones se frenaron y dejaron de ser el motor
del crecimiento. Se impuso la necesidad de desarrollar el mercado interno y con ello una
industria que pudiera hacer frente a la producción que debía reemplazar las importaciones
que se habían reducido radicalmente.
Para este cambio de un modelo agroexportador a un modelo de sustitución de
importaciones se necesitó la acción protagónica del Estado, cuya intervención en la
economía se aceleró marcadamente.
Por esto la década de 1930 fue para la Argentina una oportunidad, pero como muchas
otras veces pasadas y futuras esa oportunidad no será aprovechada integralmente, ya
que los intereses del modelo agroexportador orientado al mercado externo no se
entregarían fácilmente al impulso industrial hacia el mercado interno.
De todos modos resulta indiscutible afirmar que la Argentina de 1940 se parecía muy
poco a la de 1920, y en ese cambio la crisis de 1930 fue un hito esencial.
La crisis redujo los valores de los productos de exportación, carnes y cereales, con lo cual
al país se le hacía difícil obtener los capitales con los cuales pagar las importaciones de
manufacturas.
Sin embargo la Argentina fue uno de los pocos países de Latinoamericana que continuó
pagando la deuda en la década de 1930, aún en medio de la crisis.
Pese a que los llamados términos del intercambio, es decir el beneficio resultante entre
los capitales necesarios para pagar importaciones y deuda y las divisas ingresadas por
exportaciones no dejó de reducirse hasta convertirse en un balance negativo en casi toda
la década de 1930.
Esta situación implicaba una reducción marcada de la actividad económica. El modelo
que había prevalecido desde 1880 estaba claramente agotado.
La economía argentina desde 1880 había atado su destino a la de Gran Bretaña, principal
comprador de nuestros productos y proveedor de capitales de inversión, así como
principal productor de los bienes industriales importados por la Argentina.
Pero a partir de la Primera Guerra Mundial Gran Bretaña comenzó una lenta y
persistencia decadencia, cediendo posiciones frente al impulso arrollador de la economía
de los Estados Unidos.
Pero Estados Unidos tenía una dificultad para insertarse como socio comercial de la
Argentina, ya que si bien sus productos industriales se adaptaban a las necesidades de
nuestro país, la producción agrícola argentina no era apetecida por los norteamericanos
ya que ellos mismos eran importantes productores de alimentos.
Por esta razón la Argentina debía obtener divisas de las exportaciones a Gran Bretaña
para poder comprar los productos norteamericanos, situación que obviamente no dejaba
satisfecho al cliente británico. A esto se le llamó “comercio triangular”.
En 1932 los británicos firmaron un acuerdo comercial con sus ex colonias, lo que se llamó
el Commenwalth, un mercado común británico. Dos de los países del acuerdo, Nueva
Zelanda y Australia, eran grande productores de cereales y carnes, al igual que Argentina.
Al firmarse este acuerdo la Argentina quedó en clara situación comercial desfavorable
para venderle sus productos agropecuarios a Gran Bretaña.
La respuesta argentina fue negociar un acuerdo comercial particular con Gran Bretaña.
Este acuerdo se llamó Tratado Roca-Runciman, por los apellidos de los negociadores, el
vicepresidente argentino, Julio A Roca hijo, y el representante comercial británico,
Runciman.
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Firmado en 1933 el Tratado Roca-Runciman establecía que Gran Bretaña se


comprometía a seguir comprando productos argentinos al nivel que lo hizo en 1932, a
cambio la Argentina se comprometió a reducir los impuestos de importación de gran
cantidad de productos británicos, así como establecer un trato preferencial para las
empresas de origen británico y a facilitar la transferencias de ganancias de esas
empresas hacia Gran Bretaña.
Este acuerdo significaba un sometimiento profundo de la Argentina a la economía
británica intentando darle vida a un modelo imperialista ya acabado.
En 1933 con la llegada de Federico Pinedo al Ministerio de Economía se pusieron en
marcha una serie de novedosas medidas tendientes a aumentar el poder del estado en la
economía, estableciéndose el impuesto a las ganancias y creándose el Banco Central.
La creación del impuesto a las ganancias permitió reemplazar los alicaídos ingresos por
exportaciones en las arcas del Estado, y la creación del Banco Central permitió controlar
las actividades financieras y bancarias.
También se puso en marcha un proceso de refinanciación de la deuda externa a más
largo plazo, proceso que contó con el aval de los acreedores.
Todas las medidas iban en el sentido de fortalecer el rol activo del Estado en la economía.
Un factor central de esta política resultó la creación de las llamadas Juntas Reguladores
(de carnes, de vinos, de granos, de algodón, etc.). Estas Juntas Reguladoras a cargo del
Estado permitían que los precios de estos productos no siguieran cayendo y darles un
incentivo a los productores agropecuarios.
Otro elemento dinamizador del mercado interno lo constituirá la obra pública, y el primer
lugar de este departamento lo ocupó la construcción de caminos.
Durante los años 30 se construyó la red troncal de caminos del país desplazando al
ferrocarril por el automotor. Este cambio representaba también una señal económica, ya
que el ferrocarril era una herramienta del modelo agroexportador vinculado con Inglaterra,
en cambio el camino estaba vinculado con dos novedades relacionadas con el capital
norteamericano: la industria automotriz y el petróleo.
En 1917 se había radicado en el país Ford Motors y en 1925 lo hizo General Motors, y
como consecuencia de ello también las fábricas de neumáticos Good Year (1930) y
Firestone (1931).
En 1932 el país disponía de alrededor de 2.000 km de caminos permanentes, para 1944
la red se había ampliado a casi 60.000 km.
El Plan de Caminos preveía una red nacional con centro en las grandes ciudades como
Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca y Santa Fe; Córdoba en el centro y Salta y
Resistencia en el norte, incluyendo vínculos camineros con los países limítrofes y la
avenida de acceso a la ciudad de Buenos Aires, la General Paz.
En 1940 podría decirse que el Plan estaba concluido, pero la paradoja fue que una vez
terminada pudo observarse que las rutas se construyeron en franca competencia con las
vías del ferrocarril. La construcción vial duplicó en asfalto el tendido existente en rieles sin
modificar la configuración de una red radial con centro en Buenos Aires.
La idea básica era la de “crear mercados” (internos), y para ello era necesario mirar hacia
adentro, descubrir el interior del país.
La sustitución de importaciones requería construir obras relacionadas con la
producción industrial y energética, al mismo tiempo que la obra pública servía
como una generadora de empleos, algo sumamente importante en tiempos en que el
desempleo era alto.46
La producción de petróleo hizo centro en la empresa YPF (Yacimientos Petrolíferos
Fiscales), creada durante el mandato de Yrigoyen, pero luego del golpe de 1930 la
empresa norteamericana Standard Oil se instaló en Salta para competir con la empresa
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nacional. En 1932 se dictó la primera Ley Nacional de Petróleo y en 1934 se limitaron las
concesiones privadas y se convirtió a todo el país en reserva fiscal.
Las consignas del momento fueron “modernizar el campo” y “urbanizar el país”.
Cuando en 1936 se inauguró la nueva sede del Ministerio de Obras Públicas quedó clara
la importancia de esta actividad en la época. Un edificio estilo rascacielos modernista en
medio de la Avenida 9 de julio, símbolo del progreso y la modernidad.47
La obra pública le sirvió a los gobiernos conservadores del período para legitimarse ante
la sociedad frente a los fraudes electorales y corrupción. “Roban pero hacen obra” era una
reflexión típica de la época.
La Segunda Guerra Mundial resultó muy positiva económicamente hablando para la
Argentina, ya que Gran Bretaña siguió comprando productos agropecuarios, lo que dio
como resultado un cambio en la balanza comercial y un muy positivo saldo en la cuenta
corriente para el país en Londres. Pero el crecimiento argentino por entonces ya no
estaba basado solamente en las producciones del campo sino también en el desarrollo
industrial.
Ese desarrollo industrial tenía dos vías. La primera eran las industrias directamente
relacionadas con las exportaciones agropecuarias, como los frigoríficos, que estaban en
manos concentradas de capitales extranjeros; la segunda vía eran las industrias que
producían para el mercado interno, un amplio conjunto de grandes empresas y pequeños
talleres.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945 la participación de la industria en el PBI
era ya superior a la del sector agropecuario.
Las industrias que lideraron este impulso fueron las textiles, las metálicas y la del petróleo
y sus derivados. También la instalación de empresas norteamericanas en área textil,
fabricación de neumáticos y productos eléctricos resultó un factor de crecimiento.

LA POLÍTICA. GOBIERNOS CONSERVADORES, FRAUDE Y FACTOR


MILITAR.
Los sectores políticos de este período pueden ubicarse en el siguiente contexto:
2) Oficialismo: controlaban los recursos del Estado y se presentaban a las elecciones
como una coalición: la Concordancia.
3) Oposición: conjunto de partidos con diversos grados de diferencias con el gobierno y
diferentes estrategias políticas. Socialismo, Democracia Progresista, Unión Cívica
Radical, etc.

En el contexto político del escenario entre oficialistas y opositores se pueden identificar 3


momentos:
a) Etapa del Golpe y la presidencia del Gral. Uriburu. El perfil oficialista comienza a
dibujarse y los partidos de la oposición parlamentaria se centran en el Partido Demócrata
Progresista (PDP) y el Partidos Socialista. El poderoso radicalismo decidió abstenerse en
el juego electoral.
b) Consolidación de la Concordancia a partir del liderazgo del Gral. Justo. Este
período registra el regreso de la UCR a la arena electoral y con ello el retroceso
del PDP y del socialismo como fuerzas opositoras. Como forma de solucionar este
problema y evitar el regreso del radicalismo al poder, el oficialismo recurrió al
fraude electoral de manera sistemática.
c) Gobiernos de Ortiz-Castillo. La fuerte presencia de la UCR como partido opositor y el
laberinto que significaba para el gobierno recurrir al fraude electoral para evitar el triunfo
radical hizo necesaria una salida, que intentó el presidente Ortiz, pero que fue desplazado
97

tempranamente por cuestiones de salud por el vicepresidente Castillo, quien retomó las
metodologías más duras del fraude para cerrar los caminos políticos a la oposición.
El 6 de setiembre de 1930 un golpe militar derrumbó al gobierno democrático de Yrigoyen,
el presidente radical que la mayoría de los votos había llevado a la primera magistratura
apenas un par de años antes.
El golpe llevó al gobierno al general Felix de Uriburu, de la mano de la derecha
nacionalista y de los sectores más tradicionales del conservadorismo.
La denostada experiencia popular de Yrigoyen comenzó a alumbrar en los cerebros del
golpe militar y del gobierno de Uriburu la idea de una revolución política.
Esta revolución política consistía básicamente en cambiar de raíz el modelo político
argentino, convirtiendo el sistema democrático en un “gobierno de los mejores”.
Para llevar a cabo esto los sectores nacionalistas del gobierno buscaron ejemplos en la
vieja Europa donde se ensayaban respuestas al fracaso liberal y frenos al polvorín
comunista mediante la formación de un modelo de carácter fascista.
El fascismo entendía que el modo de representación política no podía estar en manos del
ciudadano y del sistema de partidos, sino en poder de las organizaciones corporativas en
las que la sociedad podría reconocerse como comunidad.
Así el modelo corporativo aceptaba la representatividad de los sindicatos, el ejército, la
iglesia, los empresarios, etc.
El primer problema que se encontraba en Argentina para imponer este modelo corporativo
del fascismo fue que mientras en Europa era apoyado por las masas de clase media, en
nuestro país el sostén del modelo fascista era el Ejército. La ausencia de la participación
de las masas hace que el fascismo del gobierno Uriburu pierda ese carácter para ser
llamado simplemente modelo aristocratizante, ya que contaba como único sostén al factor
militar.
El problema para el Presidente Uriburu era aún mayor ya que ni siquiera el Ejército
respondía monolíticamente a su mando, ya que buena parte de las fuerzas armadas
estaba alineado con el otro protagonista del golpe militar de 1930, el general Agustín P.
Justo, quien no solo era un jefe militar sino también un líder para sus subordinados.
Justo levantaba la bandera de un ejército menos politizado y más profesional,
acercándose más a los conservadores liberales y alejándose de los nacionalistas.
En 1931 los justistas comenzaron a presionar al gobierno de Uriburu reclamándole
elecciones. Para ello habían formalizado una coalición electoral oficialista, llamada
Concordancia, conformada por la amplia gama de partidos conservadores del país, más el
radicalismo antipersonalista y el Partido Socialista Independiente.
La presión del sector justista del ejército, sumado a los partidos de la Concordancia y a la
prensa liberal forzaron al gobierno de Uriburu a ensayar una salida electoral, pero esta
salida no pudo ser más catastrófica para el gobierno, ya que puesta en competencia la
gobernación de la provincia de Buenos Aires, fue ganada por el candidato de la UCR, lo
que obligó a anular las elecciones y selló la suerte del gobierno de Uriburu consolidando
al mismo tiempo al Gral. Justo como el único líder de las fuerzas conservadoras.
Ante la anulación de las elecciones de la provincia de Buenos Aires en las que había
triunfado el radicalismo, y la proscripción de que fue objeto la candidatura del propio ex
primer mandatario Alvear a la presidencia de la Nación, decidió al radicalismo poner en
marcha la metodología de la abstención electoral.
La ausencia electoral de la UCR y la debilidad del resto del arco opositor permitió que la
Concordancia dominara los comicios presidenciales y llevara al triunfo a la fórmula
justista.
Los sucesivos gobiernos emergentes del golpe militar de 1930 recurrieron al fraude
electoral (reconocido por sus propios mentores como “fraude patriótico”) para sostenerse
en el poder, pero mientras el radicalismo permaneció en la abstención los métodos
98

fraudulentos se concentraron en la competencia interna del bloque oficialista pero cuando


el radicalismo decidió volver a la competencia electoral en 1937, frente a una nueva
elección presidencial y la amenaza de su triunfo, entonces sí el gobierno pondrá en
marcha todo tipo de manipulaciones electorales a gran escala, un monumental fraude
para evitar la victoria de la UCR.
El radicalismo decidió abandonar la metodología abstencionista y volver a competir por el
poder no porque el gobierno hubiera abandonado su actitud beligerante para con el
partido radical, sino porque el inmovilismo político de la UCR comenzó a provocar una
fuga de militantes y dirigentes hacia otros partidos, incluso a partidos oficialistas como el
antipersonalismo.
El finalizar su mandato el Gral. Justo promovió la candidatura presidencial de Roberto M.
Ortiz, un antipersonalista, con la intención de sostener su influencia en el nuevo gobierno,
ya que Ortiz aparecía como un político débil que formaba parte de un partido
prácticamente extinguido. La idea de Justo era utilizar a Ortiz como presidente para
alcanzar 6 años después nuevamente la primera magistratura.
Las presidenciales de 1937 dieron de nuevo el triunfo al oficialismo de la fórmula Ortiz-
Castillo mediante el fraude. El oficialismo logró retener la presidencia, pero quedó en claro
que no podría sostenerse mucho tiempo en base a esta ilegitimidad política y por ende se
pondría en duda a corto plazo la gobernabilidad del país.
El Presidente Ortiz comprendió esta circunstancia y puso en marcha un proceso de
reconciliación con el sistema democrático evitando, en la medida de sus posibilidades
repetir metodologías fraudulentas en las sucesivas elecciones legislativas de 1938.
Precisamente la supuesta debilidad política de Ortiz fue su fortaleza, ya que al no tener un
partido al que rendir cuentas y carecer de una ambición de perpetuación en el poder,
decidió encaminarse hacia una normalización electoral.
Además Ortiz consideraba que pobreza y ciudadano elector eran dos conceptos
contradictorios, ya que un ciudadano pobre es un ciudadano sometido a los dictados de
los aparatos partidarios y su clientelismo electoral.
Pero esta decisión de Ortiz de suspender la práctica del fraude aseguraba a corto plazo el
triunfo del radicalismo y su regreso al poder, por lo cual los sectores más duros del
conservadurismo manifestaron claramente su desacuerdo con el reformismo del
presidente y se apoyaron en la figura del vicepresidente Castillo, un conservador
catamarqueño, y comenzaron a ventilar públicamente supuestos casos de corrupción que
rozaban la figura presidencial.
En 1939 comenzó en Europa la Segunda Guerra Mundial y el conflicto se trasladó de
inmediato a la política interna de la Argentina, ya que la guerra fue vista como un
enfrentamiento entre la democracia y el nazifascismo. En la Argentina los grupos políticos
comenzaron a tomar posiciones a favor del Reich alemán o a favor de los países aliados.
Pero la suerte jugó del lado de los sectores conservadores cuando el Presidente Ortiz a
mediados de 1940 comenzó a ver como se deterioraba su salud, a tal punto que debió
pedir licencia en su cargo y entregar el mando al vicepresidente Castillo, quien estaba
identificado por los opositores con los sectores pronazis respecto a la contienda de
Europa.
Castillo retornó a los métodos del fraude electoral, fortaleció su alianza con los sectores
nacionalistas del ejército y prometió mantener la neutralidad en la Guerra Mundial. Castillo
entendía que la ilegitimidad de origen como producto del fraude podía sustituirse por un
sólido apoyo del sector militar a su figura.
El campo militar comenzó a convertirse en 1938 en el centro de mira de todo análisis
político, ya que era en sí mismo el único sostén real del gobierno.
Muerto el presidente Ortiz y con Castillo en la Casa Rosada los sectores más
conservadores se hicieron con el poder, y comenzó un fuerte debate en el seno
99

del ejército sobre la conveniencia de este cambio, debate que habrá de intensificarse una
vez que fallezca en 1943 el Gral. Justo, quien todavía oficiaba como líder unificador del
ejército.
Una vez muerto el general Justo el ejército, libre del factor unificador, vio renacer el
conflicto ya generado a comienzos de la década del 30 entre los sectores nacionalistas y
liberales. Sin la presencia del líder liberal, el sector nacionalista del ejército comenzó a
crecer de la mano de un grupo de jóvenes oficiales.
Las elecciones fraudulentas de las legislativas 1942 fueron un golpe durísimo para la
UCR, que incluso perdió posiciones en distritos como en el de la Capital Federal, donde
las elecciones fueron limpias.
Comenzaron a surgir en el seno del radicalismo voces que pedían ir a las futuras
elecciones en alianza con los sectores partidarios de la democracia.
En la UCR también la muerte jugó su parte, ya que a fines de 1942 falleció el viejo jefe
Alvear dejando al partido huérfano de liderazgo y dividido.
El Presidente Castillo en busca de apoyos en el ejército logró finalmente cerrar un
acuerdo con los sectores nacionalistas. A cambio de su apoyo al gobierno exigieron una
parte del poder, y esa parte fue el asenso al Ministerio de Guerra del General Pedro Pablo
Ramírez y el mantenimiento de la política neutralista en la guerra mundial, en tanto las
tropas alemanas se encontraban a las puertas de Moscú.
Con Ortiz, Justo y Alvear muertos Castillo parecía no tener rivales a la vista, pero
paradójicamente esta soledad en el poder jugaría en su contra, ya que sin el liderazgo
militar del liberal Justo los sectores nacionalistas del ejército no dejaron de crecer y
ocupar espacios de poder.
Cuando comenzó a llegar el momento de definir candidaturas para las elecciones
presidenciales de 1944, el presidente Castillo impulsó la del ultraconservador y millonario
azucarero tucumano Robustiano Patrón Costas, quien además no ocultaba sus simpatías
por los aliados en la guerra mundial.
Los nacionalistas del ejército no aceptaron esta situación e impugnaron la candidatura de
Patrón Costas. Ante este desaire el Presidente Castillo decidió pedirle la renuncia al
Ministro de Guerra Ramírez aduciendo que había tenido acercamientos políticos con los
radicales.
La respuesta de Ramírez fue el derrocamiento del Presidente Castillo en el primer golpe
de estado en el que el ejército participó de manera autónoma e institucional bajo el mando
de sus más altas jerarquías, lo que se conocerá como Revolución del 43.
Finalmente el ejército abandonó su rol de árbitro de las disputas políticas y ocupó el
centro de la escena protagónica.
LOS SECTORES POPULARES
La novedad de la etapa iniciada en 1930 es que los sectores populares comienzan a ver
al Estado, no como un enemigo sino como una herramienta política para la mejora de su
nivel de vida.
Comienza a darse forma por entonces a una nueva cultura popular con una fuerte
incidencia del Estado, en su rol educativo, los barrios, la radio, los diarios, el cine y los
deportes.
Esta nueva cultura popular tenía además una fuerte impronta nacional, ya que la
población extranjera se reducía aceleradamente ante la detención del flujo migratorio
europeo y el avance del flujo migratorio interno del interior a la gran ciudad. Basta
mencionar que en 1944 las tres cuartas partes de los obreros industriales en la ciudad de
Buenos Aires habían nacido en el interior del país.
Otro cambio, además del de la nacionalidad de la población, fue el progresivo aumento de
la población femenina. Recordemos que durante la etapa de la inmigración europea
existían en la ciudad más cantidad de hombres que de mujeres.
100

La educación pública comenzó a dar resultados puesto que los analfabetos en la


ciudad de Buenos Aires pasaron del 35% en 1914 al 12% en 1938, así como
también la salud pública que permitió que la esperanza de vida de la población
ascendiera de los 48 años en 1914 a los 65 años en 1947.
Uno de los factores esenciales para apuntalar la argentinización de la población fue la
insistencia del gobierno conservador por afirmar el sentido de lo nacional mediante la
conformación una “liturgia patriótica”.
En 1933 se estableció el Día del Libertador el 17 de agosto, en 1934 el 11 de mayo como
Día del Himno, en 1937 se aprobó la celebración del 20 de junio como Día de la Bandera,
en 1939 la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires aprobó que el 10 de noviembre se
convirtiese en el Día de la Tradición y en 1941 el Día de la Escarapela. En 1942 se
establece oficialmente cómo debían ser los símbolos patrios, definiendo colores y diseños
auténticos de la bandera, el escudo y el himno; y un año antes se determinó la
remodelación de la Casa de Tucumán y el Cabildo de Buenos Aires y su declaración
como monumentos nacionales.
La acentuación del festejo de las fiestas patrias tenía como objetivo la cohesión social y la
afirmación de la nacionalidad.
El cambio social ascendente ya había generado hacia 1930 un notable crecimiento de las
capas medias de la sociedad, que en Buenos Aires constituirá casi la mitad de la
población en 1936.
Los sectores populares y medios de Buenos Aires comenzaron a desconcentrarse
espacialmente para dar forma a nuevos barrios48 impulsados por el tranvía eléctrico, así
como la expansión del ferrocarril suburbano y el subterráneo, medios de transporte al que
se agregó el colectivo a partir de 1928.
Con esta modificación de habitabilidad urbana los sectores populares debieron reconstruir
sus vínculos y lo hacen generando una serie de instituciones que giran fundamentalmente
en torno a la práctica deportiva. Los integrantes de estas entidades eran tanto personas
de clase media como sectores obreros.
La creación de asociaciones barriales fue un boom de este período.
Primero las reuniones informales en la calle o la esquina, luego los cafés o los clubes,
finalmente la sociedad de fomento y el comité partidario.
Todas estas instituciones funcionaron como sustitutas en algunos casos y promotoras en
otros de la actividad estatal.
El auge del fútbol y de los entretenimientos populares tuvieron su base también en un
aumento del nivel de ingresos de trabajadores y sectores medios, así como el aumento
del tiempo libre, recordando que en 1929 se aprobó la ley laboral de las 8 horas de
jornada de trabajo.
El mundo del trabajo generó un cambio sustancial luego de la crisis de 1930 con la
instauración del sistema de sustitución de importaciones y el crecimiento industrial, con su
secuela de ampliación del número de obreros. Con esto los sindicatos apolíticos de base
artesana fueron sustituidos por organizaciones que tenían lazos con partidos políticos.
Además la dimensión de las nuevas organizaciones sindicales era mucho mayor que la de
los viejos sindicatos anarcosindicalistas divididos por oficios.
Con el Golpe de 1930 las organizaciones obreras sufrieron una dura represión, ya que se
impuso la ley marcial y el estado de sitio que empujó a los sindicatos anarquistas y
comunistas a la clandestinidad, encarcelando y exiliando a sus líderes, y originando la
tristemente famosa “Sección Especial” de la Policía Federal, grupo encargado de llevar a
cabo detenciones y torturas a dirigentes comunistas, constituyendo la primera práctica
institucional del Estado para el uso de la violencia sobre los ciudadanos.
101

Incluso las empresas privadas utilizaron la condescendencia del Estado para


despedir trabajadores y reducir salarios y ante esta ola represiva se explica el
retroceso de los combativos sectores anarquistas de las primeras décadas del siglo y en
menor medida de los comunistas.
Pocos días después del golpe se conformó la CGT (Confederación General del Trabajo)
que unificó a la USA y la COA, dos centrales sindicales sobrevivientes de los años 20, y
comenzó un acercamiento con el gobierno de Uriburu con la intención de recuperar el
derecho de la normal actividad de los sindicatos.
La llegada de Justo al gobierno fue una buena señal para algunos sindicatos, aún cuando
la intensidad de la represión no cedió significativamente, y como todos los gobiernos
argentinos hasta esa fecha la violencia sobre los luchadores obreros era mayor cuanto
más lejos de Buenos Aires se producía el hecho.
Cuando comenzó a recuperarse la economía a mediados de la década del 30 con el
sistema de sustitución de importaciones, los sectores industriales se modernizaron, las
fábricas crecieron en tamaño y número, y las oportunidades de empleo se multiplicaron,
comenzando a multiplicarse también las demandas laborales y el número de conflictos.
A partir de 1935 se impulsó la creación de sindicatos únicos por industria, naciendo así los
sindicatos textiles, metalúrgicos, de la alimentación y el poderoso sindicato de la
construcción, todos ellos de tendencia comunista, cuyos reclamos comenzaron a obtener
importantes victorias.
Uno de los atractivos centrales de los sindicatos comunistas sobre organizaciones de otra
tendencia política fue el acento que los comunistas ponían en el rol de la mujer como
trabajadora.
El atractivo que tenía el Partido Comunista era su definido repudio al fascismo y las
formas autoritarias de gobierno, pero cuando en 1939 la Unión Soviética firma el acuerdo
con la Alemania nazi de Hitler la dirección del Partido Comunista debió reformular esa
postura y colocarse en una posición neutral respecto al enfrentamiento en la Segunda
Guerra, tomando posición en contra del “imperialismo” de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Ante esto el Presidente Castillo promovió políticas anticomunistas y el enfrentamiento no
tardó en llegar a la CGT, conducida por la Unión Ferroviaria, y las diferencias con los
dirigentes comunistas paralizaron a la organización sindical hasta que en 1943 esas
diferencias fracturaron a la CGT en dos, por un lado la CGT número 1 liderada por la
Unión Ferroviaria, tranviarios y otros; por el otro lado la CGT número 2 que incluía a las
organizaciones obreras con dirección comunistas.
Al avanzar la década de 1940 la organización obrera era muy poderosa y amplia, pero su
tamaño no era coincidente con los resultados obtenidos en la lucha por mejoras en las
condiciones laborales.
Comenzó a crecer la idea de que para que las organizaciones obreras obtuvieran
resultados positivos deberían contar con un aliado fundamental en esa dirección: ese
aliado no podía ser otro que el Estado.

ARGENTINA (1943 – 1955). PERONISMO

Este período de la historia argentina presenta el surgimiento de un fenómeno político


central en el análisis de la vida de nuestro país: el peronismo.
El fenómeno peronista marcó la aparición protagónica de la clase obrera en la vida
nacional y su desarrolló generó una fractura de clase que se consagró en la dicotomía
peronismo-antiperonismo.
102

Los años peronistas tienen su inicio en 1943, ya que la Revolución militar de ese año es el
primer paso de Juan Domingo Perón en su camino al encuentro con las masas obreras
que serán su sustento fundamental en el acceso al poder.

REVOLUCIÓN DEL 4 DE JUNIO DE 1943


En 1943 se pone fin al ciclo conservador nacido en el golpe militar de setiembre de 1930
que derrocase al gobierno constitucional del radical Hipólito Irigoyen.
El 4 de junio de 1943 un nuevo golpe militar desplaza al entonces presidente Ramón
Castillo y comienza un nuevo ciclo político cargado de transformaciones de amplio
impacto social y político.
La revolución fue encabezada formalmente por el Gral. Arturo Rawson, pero antes de
asumir la presidencia fue reemplazado por el también general Pedro Ramírez, uno de los
líderes intelectuales de la revuelta.
La Revolución del 4 de junio es un golpe militar con fuerte acento ideológico nacionalista
acentuado por la actitud a tomar frente a la Segunda Guerra Mundial. El depuesto
presidente Castillo había optado por la neutralidad, siendo que neutralidad después del
ingreso de Estados Unidos a la guerra en 1941 era sinónimo en el mundo de apoyo a la
causa del totalitarismo nazi-fascista.
Así fue como Castillo recibió fuertes presiones de la opinión pública, la prensa y de los
partidos políticos como la UCR, el socialismo y los conservadores liberales, así como
también una decidida posición de la diplomacia de Estados Unidos, para que Argentina
rompa su neutralidad y apotye a las potencias aliadas,.
El sostenimiento de la neutralidad argentina significó como primera consecuencia la
interrupción de la venta de armas a nuestro país, pero las Fuerzas Armadas tenían frente
al tema una posición contradictoria. Mientras los altos mandos eran pro-aliados los
cuadros de oficiales intermedios preferían sostener la neutralidad.
Antes de 1943 existía una división entre los militares caracterizada por los oficiales
liberales (seguidores del Gral. Justo que muere en ese mismo año 43) y los llamados
“democráticos” afines al retorno del radicalismo al poder, pero a comienzos de la década
comenzó a perfilarse un tercer sector militar formado por un nutrido grupo de oficiales de
niveles bajos e intermedios que adoptó el nacionalismo como idea.
Pero estos cuadros intermedios no solo manifestaban su resistencia a que el país se
definiera en contra del nazi-fascismo (tanto liberales como democráticos tendían a ser
aliadófilos), sino que también tenían una marcada desconfianza por el sistema
democrático liberal y el sistema de partidos.
Esta posición de los cuadros militares intermedios tenía su origen en una doble influencia,
religiosa y profesional. La influencia religiosa se manifestaba en la participación activa de
la Iglesia católica en la formación de los cuadros militares en tiempos en que la iglesia
sostenía una fuerte disputa con el sistema liberal. La influencia profesional se observa en
la gran admiración que las fuerzas armadas alemanas ejercían sobre la joven oficialidad
desde 1930.
Una vez que el Gral. Rawson llevó a cabo el golpe revolucionario de 1943 fue
inmediatamente desplazado del poder por el grupo de oficiales que tenían un programa
consistente. El nuevo Presidente fue el Gral. Pedro Ramírez con estrechos lazos con la
oficialidad intermedia. El nuevo gobierno surgido de la revolución militar de 1943
suspendió las elecciones y ratificó la neutralidad del país en la guerra, descabezando al
reducido grupo de oficiales afines a los aliados.
El poder quedó en manos de un grupo de coroneles y tenientes coroneles que daban
forma a una organización secreta llamada GOU (Grupo de Oficiales Unidos) que se había
creado pocos meses antes del golpe.
103

El GOU se mantuvo detrás del poder en los primeros tiempos luego del triunfo del golpe,
pero a los 4 meses ya dominaba todos sus engranajes.
El GOU en el gobierno implementó una política con algunos objetivos precisos: poner fin a
la corrupción política para lo cual ilegalizaron a todos los partidos y reprimir a los grupos
de izquierda y a los sindicatos. Además lanzaron una campaña moralizadora que incluyó
la instauración de la enseñanza religiosa obligatoria en las escuelas.
De esta manera el gobierno nacido de la revolución de junio de 1943 contó con entusiasta
apoyo de los nacionalistas y de los grupos católicos; y fue dibujando a los ojos de los
analistas del exterior y la diplomacia norteamericana un claro perfil de gobierno
antidemocrático y fascista lo cual generó un progresivo aislamiento internacional.
Frente a la dura oposición política en el frente interno, sumado a las presiones directas del
gobierno norteamericano con publicar pruebas de los vínculos del gobierno argentino con
agentes de la Alemania nazi, el presidente Ramírez decidió en enero de 1944 quebrar la
neutralidad y romper con las fuerzas del Eje (Alemania, Italia y Japón). Esta decisión
causó una conmoción de las fuerzas armadas y la consecuencia directa fue el
desplazamiento de Ramírez en la primera magistratura y su reemplazo por el entonces
ministro de Guerra, Gral. Edelmiro Farrell.
Una segunda consecuencia de la decisión de Ramírez de declarar la guerra a Alemania
fue la crisis desencadenada dentro del GOU de la cual emergió como figura dominante el
entonces coronel Juan Domingo Perón, mano derecha del Gral. Farrell, convertido a partir
de entonces en el hombre fuerte del gobierno.
Por entonces Perón tenía 49 años y ofreció al gobierno nacido en 1943 una oportunidad
de reformularse frente a la sociedad a partir de dos elementos claves: un programa de
reformas sociales y económicas y una apertura hacia un sector preciso de la sociedad, la
clase obrera.
Con esas dos cartas, un atractivo carisma y un talento político sobresaliente logró Perón
comenzar su ascenso a los primeros planos, acumulando a mediados de 1944 los cargos
de Vicepresidente de la Nación y Secretario de Trabajo; y constituyéndose en el
verdadero líder de la revolución.
Perón creía que el inminente regreso a tiempos de paz a partir de lo que se avizoraba por
entonces como una clara victoria de los aliados en la guerra produciría una profunda
recesión económica mundial con el consiguiente incremento de la agitación social. Por lo
cual entendía que la única forma de sobrellevar ambos problemas, crisis económica y
crisis social, era poner en marcha un decidido programa industrialista sostenido por el
Estado.
Una de sus iniciativas la comenzó a desarrollar cuando fue designado a finales de 1943 al
frente del por entonces oscuro Departamento Nacional de Trabajo, y que al poco tiempo
fue elevado de categoría para llevarlo a la condición de Secretaría de Trabajo y Previsión.
Esta posición le permitía a Perón llevar a cabo uno de los fundamentales objetivos de la
revolución que era evitar que las fuerzas del comunismo y la izquierda penetraran en la
cada vez más numerosa masa de trabajadores.
Con ese propósito Perón inició una política de acercamiento a los trabajadores mediante
una serie de concesiones sindicales, impuso la negociación colectiva de salarios y
estimuló la afiliación de los trabajadores a los gremios, al mismo tiempo que iniciaba un
acercamiento hacia los dirigentes sindicales no comunistas.
Simultáneamente que desarrollaba su política laboral Perón convocó a los
empresarios a apoyarla, pese a que significaba una novedad poco afecta al gusto
empresarial, con el argumento de que si el estado no intervenía para arbitrar en las
relaciones entre capital y trabajo, el malestar de las masas obreras podría tornarse
explosivo y poner en peligro el orden social.
104

Mientras tanto en consonancia con los nuevos aires democráticos internacionales


surgidos al calor del triunfo aliado en la guerra, el gobierno de Farrell decidió una apertura
política, mediante la legalización de los partidos, la expulsión de los admiradores locales
del fascismo de sus cátedras universitarias y la convocatoria a elecciones presidenciales
para 1946.
Con ese objetivo Perón comenzó a negociar con políticos radicales y conservadores para
sumarlos a su proyecto político para el que contaba con el aporte obrero y de parte del
sector empresario, más el soporte del ejército y el acompañamiento de la iglesia.
Pero este primer proyecto de Perón para llegar al poder perdió rápidamente aire, en
principio porque el sector más poderoso del empresariado recibió con malos ojos la
amplitud de la reforma laboral que tenía en mente el vicepresidente Perón, y en segundo
lugar porque su intento de acercamiento a los partidos políticos chocó con el rechazo de
todos sus interlocutores. La oposición política muy al contrario de ver en Perón a un factor
de unidad comenzó a verlo como un representante del viejo modelo antiliberal y
neutralista y redobló sus esfuerzos para que en Argentina también se reflejase el triunfo
del antifascismo en el mundo.
Esta ofensiva opositora en contra de Perón se aceleró a comienzos de 1945 cuando se le
sumó el sector empresarial cuestionando las concesiones que el gobierno entregaba a los
trabajadores. Esta postura empresarial de adherir a la oposición política generó un natural
alineamiento de los sindicatos detrás de las iniciativas de Perón.
Ante esta ofensiva política en su contra el vicepresidente Perón tomó la iniciativa y
convocó a los trabajadores a movilizarse en contra de lo que llamó el “complot
reaccionario”. De esta manera los trabajadores pasaban de ser solo un factor
complementario de la Revolución de 1943 a convertirse en elemento protagónico del
proyecto de poder de Perón.
En setiembre de 1945 la coalición opositora realizó una multitudinaria marcha de un
cuarto de millón de personas pidiendo por la entrega del poder a la Suprema Corte de
Justicia.
Esta manifestación generó una doble reacción en el gobierno, por un lado el
restablecimiento de las medidas represivas contra la oposición y por la otra, con la
intención de descomprimir la tensión, el pedido de renuncia al vicepresidente Perón y su
encarcelamiento en la Isla Martín García.
Lo que quedaba claro con esta decisión del gobierno era que Perón no solo había
despertado oposición en sectores políticos y sociales sino también en la alta oficialidad
del ejército.
Pero el desplazamiento de Perón tuvo corta duración.
Luego de la salida de Perón la falta de una estrategia del Presidente Farrell sobre cómo
seguir generó un período de indefinición que le dio tiempo para la puesta en marcha de un
factor imprevisible: la movilización de los trabajadores al rescate de Perón.
El 16 de octubre la CGT declaró la huelga general y a la mañana siguiente, el 17 de
octubre de 1945, los trabajadores comenzaron a llegar a la Plaza de Mayo pidiendo la
libertad de Perón. La manifestación se hizo multitudinaria y el gobierno decidió no reprimir
e iniciar negociaciones con oficiales cercanos a Perón.
El acuerdo final determinó el nombramiento de un nuevo gabinete con leales a Perón.
Perón fue traído desde Martín García hasta los balcones de la Casa Rosada donde dirigió
un discurso a la multitud reunida.
Ese día nacía el movimiento peronista.

PRIMERA PRESIDENCIA DE PERÓN


105

En las elecciones de 1946 Perón participó como candidato del oficialismo, y en tanto
continuidad del proyecto revolucionario de 1943 recibió el apoyo de la corporación militar,
pero también atrajo el apoyo de la Iglesia católica que veía en Perón un candidato más
confiable que el de la oposición que levantaba la bandera de la enseñanza laica.
La estructura política que contuvo la candidatura de Perón fue armada por el sindicalismo
con el nombre de Partido Laborista.
La oposición se núcleo en la alianza llamada Unión Democrática formada por el resto del
arco político: la UCR, el Partido Socialista, el Partido Demócrata Progresista y el Partido
Comunista; con la candidatura a presidente de José Tamburini.
Ambos candidatos se plantearon la idea de un país insertado en el proceso de
industrialización afirmado en la participación activa del Estado en la economía y una mejor
distribución de la riqueza. Pero hubo un factor que dividía drásticamente a los
contendientes: la oposición acusaba a Perón de ser un representante vernáculo del
fascismo derrotado en Europa, se acusaba a Perón de antidemocrático.
Este elemento introdujo en la campaña electoral al ex embajador de Estados Unidos,
Spruille Braden, quien denunció conexiones de los círculos militares cercanos a Perón
con el régimen nazi.
Perón no dudó en aprovechar esta situación y agitar la bandera del nacionalismo
denunciando a Braden como el verdadero conductor de la oposición e instalando en la
población la disyuntiva: “Braden o Perón”.
El escrutinio de la elección arrojó la victoria de Perón frente a la Unión Democrática por
algo más de 200.000 votos, lo cual configuró un mapa electoral claramente polarizado,
donde en las grandes ciudades el electorado obrero volcó la victoria a favor de Perón
mientras las clases medias y altas votaron a la oposición. En las zonas rurales los viejos
caudillos conservadores se volcaron a favor de Perón.
Una vez logrado el triunfo Perón disolvió el Partido Laborista invocando la necesidad de
dar forma a un fuerte movimiento político más amplio que lo apoyara en su gobierno. En
1947 nace así el Partido Peronista, denunciando claramente el carácter personalista de
esta estructura política que reconocía en Perón a su líder natural, conductor e intérprete
de sus propias políticas.
Perón logró controlar de manera absoluta a su partido evitando las rencillas internas
recurriendo a la estrategia de fragmentar la organización en tres ramas, la rama
masculina, la rama femenina y la rama sindical. Fundamentalmente al separar la rama
masculina, de carácter política, de la sindical evitó los choques más profundos.
El siguiente paso, luego de la creación de su propio partido, fue obtener el control sobre la
Confederación General del Trabajo.
En un primer momento la CGT intentó mantenerse al lado del flamante presidente pero
preservando una actitud de autonomía de decisiones, pero finalmente su Secretario
General, Luis Gay, sucumbió ante el embate de Perón por quedarse con el control de la
central obrera, quien forzó su renuncia en 1947. A partir de ese momento la CGT estaría
comandada por grises sindicalistas de lealtad absoluta para con el presidente Perón.
Una vez afirmada su autoridad en el Partido Peronista y la CGT el siguiente objetivo de
Perón fue convocar la solidaridad de sus camaradas de armas, aunque sin involucrar
institucionalmente en el gobierno a las Fuerzas Armadas.
Para alcanzar este objetivo Perón aumentó el presupuesto militar, agitó políticas
nacionalistas, impulsó la industrialización y manifestó un profundo anticomunismo; todos
factores ampliamente favorables al espíritu vigente en las Fuerzas Armadas.
La Iglesia católica, otra institución importante en la República, también se alineó tras el
gobierno de Perón, toda vez que se convirtió en ley en 1947 la enseñanza religiosa
obligatoria en todo el país.
106

Con una estructura política propia, la adhesión de la Confederación de


trabajadores, la lealtad de la Fuerzas Armadas y el acercamiento con la Iglesia
católica, Perón puso su mira en la justicia, para lo cual en 1946 impulsó en el
Parlamento el juicio político a todos los integrantes de la Corte Suprema, que en su
momento se habían opuesto a las leyes de reforma laboral, logrando la destitución de
todos ellos.
Otro reducto opositor que sufrió el ímpetu concentrador de poder del presidente Perón fue
la universidad. Allí fueron expulsados miles de profesores hostiles y las agrupaciones
estudiantiles fueron declaradas fuera de la ley.
Finalmente en 1947 el gobierno avanzó sobre otro factor de poder, los medios de
comunicación, clausurando diarios opositores y comenzando la compra de las radios por
medio de grupos empresarios adictos.
Ante este arrollador avance político de Perón la oposición política quedó solo relegada al
ámbito parlamentario, con el agravante de que las cámaras estaban dominadas
numéricamente por legisladores peronistas.
Una vez lograda la cohesión política interna Perón comenzó a dar pasos hacia una
aproximación con los Estados Unidos, país con el cual mantenía una profunda
desconfianza mutua.
Estados Unidos que emergía de la Segunda Guerra como una de las dos superpotencias
del mundo, recibió el gesto de acercamiento de Perón que pidió al Parlamento el
reingreso del país al sistema interamericano y deportó a un número significativo de espías
nazis. Como respuesta Estados Unidos levantó el embargo a la compra de armas
impuesto por el país del norte.
Pese a este acercamiento a Estados Unidos, Perón levantó las banderas de lo que llamó
la Tercera Posición que significaba básicamente el respeto por la autodeterminación de
los Estados nacionales y la aspiración a un orden económico mundial más equitativo más
allá del alineamiento automático con alguna de las dos superpotencias mundiales. De
todos modos esta postura nunca significó neutralidad del gobierno argentino en el
conflicto mundial de la Guerra Fría, ya que el propio Perón manifestó en más de una
oportunidad que su gobierno no sería neutral frente a una amenaza soviética.
De todos modos Estados Unidos concebía a la Tercera Posición de Perón como una
política ambivalente y difusa y la Guerra Fría era un sistema de resolución simple, no
había lugar para grises, o se estaba con uno se estaba con otro. Por eso Estados Unidos
continuó sosteniendo una mirada sospechosa sobre Perón y el peronismo.
En materia económica el gobierno de Perón otorgó al Estado un protagonismo central en
la producción y en los servicios públicos mediante una política de nacionalizaciones. A
ello le sumó la búsqueda de una distribución más equitativa del ingreso y una producción
claramente orientada al mercado interno.
Ya en el año 1945 por primera vez la Argentina se convirtió en un país cuyo PBI estaba
mayoritariamente conformado por producción de carácter industrial por sobre el tradicional
sector agropecuario. Este era el escenario en el que se desplegaría la política económica
peronista.
Perón combinó hábilmente un programa de intervención estatal, redistribución del ingreso
a favor de los sectores más desposeídos, justicia social y sustitución de importaciones.
Este modelo económico peronista no era una rareza en Latinoamérica sino que formaba
parte del sentido general de las políticas económicas en muchos países del
subcontinente.
La opción por el mercado interno y la industrialización liviana le permitía apuntalar la
distribución de ingresos hacia los sectores de menores ingresos. El instrumento elegido
para esa distribución fue el de los aumentos salariales que generaban una inmediata
expansión del consumo popular que su vez apuntalaba el incremento de la producción
107

industrial. Durante el Primer Gobierno de Perón los trabajadores alcanzaron una


participación en el ingreso nacional nunca igualada.
Este sistema logró contar con el apoyo de los industriales, que si bien debían
resignar parte de sus ganancias a favor de los aumentos salariales se aseguraban
al mismo tiempo un especial cuidado de su actividad de parte del Estado. Para esta
política económica se requería de un Estado poderoso y esto fue posible por una serie de
condiciones favorables. La existencia de fuertes reservas producto de la acumulación
realizada durante la guerra que permitió las nacionalizaciones, una rápida mejoría de los
precios de las exportaciones agrícolas que permitió una fuerte acumulación de reservas,
sumándole a esto la creación de las cajas de jubilaciones como resultado de la novedosa
legislación en la materia que producía una enorme concentración de fondos que fueron
utilizados por el Tesoro Nacional, todo ello dando forma a un Estado rico y generoso.
Esta bonanza económica duró 3 años, desde 1947 a 1950. Pero esos tres años quedaron
en la memoria colectiva como el sello de identidad de la política peronista.
La intervención estatal se vio reflejada en el protagonismo que se le dio al IAPI (Instituto
Argentino para la Promoción del Intercambio), creado por el Presidente Farrell pero que
en el gobierno de Perón desarrolló funciones centrales en la gestión económica, ya que
se convirtió en el organismo encargado de administrar el comercio exterior argentino
(fundamentalmente basado en los productos agrícolas) y redistribuir esos ingresos a favor
del desarrollo industrial por medio de incentivos y créditos baratos.
La participación del Estado en la economía pasó del 36% en 1946 al 47% en 1950,
explicando este significativo aumento fundamentalmente la estatización de los servicios
públicos y transportes, lo que Perón llamaba “el sistema nervioso de la economía”.
Si el objetivo económico era apoyarse en el potencial del mercado interno se necesitaba
crear esos consumidores masivos que estaban faltando, y esos consumidores eran los
trabajadores que debían obtener una sustancial mejora en su poder de compra.
Cientos de miles de argentinos proveniente del interior llegaban a Buenos Aires
incorporándose al mercado de trabajo y elevando su nivel social, al igual que los
trabajadores urbanos de más antigua residencia que también subieron un escalón en la
pirámide social. Al mismo tiempo los llamados trabajadores de cuello blanco
(fundamentalmente trabajadores de clase media) mejoraron llamativamente sus salarios
incrementado su perfil consumidor.
La sociedad peronista era una sociedad de gran movilidad ascendente, cuyos
trabajadores ampliaban sus horizontes económicos. Una sociedad más igualitaria a
cualquiera otra conocida en el país que terminó identificando a los trabajadores con su
condición de peronistas. Este vínculo entre Perón y trabajadores resultó ser altamente
confiable y duradero.
En materia laboral el gobierno peronista le dio fuerza de ley a los beneficios otorgados
durante la revolución de 1943: aguinaldo, generalización de vacaciones pagas,
generalización del sistema jubilatorio para la industria y comercio, indemnizaciones por
despido y accidentes de trabajo.
Para apuntalar este modelo de sostenimiento del sector trabajador el gobierno congeló los
alquileres, fijó salarios mínimos, estableció precios máximos para artículos de consumo
popular, entregó planes de crédito para compra de vivienda, mejoró la oferta de salud,
estableció programas de turismo social, desarrolló un plan de construcción de escuelas y
organizó el sistema de obras sociales. El objetivo perseguido era un profundo cambio
distributivo en base al aumento de los salarios reales y el pleno empleo.
Durante el trienio 1946-1948 los salarios reales se incrementaron un 40%, la participación
de los trabajadores en el ingreso nacional pasó del 37 al 40% sin dejar de aumentar hasta
llegar al 47% en 1950 (máximo histórico del país), y el PBI aumentó un 8% anual. Las
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ventas de cocinas aumentaron un 106%, las de heladeras un 218%, la indumentaria un


125%, el calzado un 133%, y un acceso masivo a los aparatos de radio.
Pero esta lealtad no se reducía a la figura de Perón sino que se extendía a la esposa del
propio Presidente, Eva Perón.

Eva Perón, Evita, adquirió responsabilidades en el marco de una división del trabajo en el
seno del gobierno. Perón se dedicó a las actividades de gobierno y Evita se dedicó a la
construcción política de un movimiento de sostén al Presidente, ejerciendo su función
como intermediaria entre el líder y la masa, para lo cual estableció vinculación con los
dirigentes sindicales más leales.
Su acción fundamental estuvo dedicada a extender los beneficios de la justicia social a los
sectores más marginales de la población, al subproletariado urbano y los sectores
populares de las provincias. Además participó activamente de la decisión de otorgar a la
mujer el derecho al voto, cuya ley fue sancionada en 1947.
Para tales objetivos dio forma a una organización social llamada Fundación Eva Perón,
sostenida con “donaciones” de empresarios, fondos públicos y aportes de los
trabajadores. Si la tarea de Perón se centró en beneficiar a la masa trabajadora, la de
Evita fue auxiliar fundamentalmente a quienes estaban fuera del circuito productivo
formal, y para ello construyó hogares de ancianos y niños, distribuyó subsidios, edificó
hospitales y hogares-escuela, repartió muebles, ropas, cocinas y equipos de trabajo, así
como útiles escolares.
De este modo en un marco de prosperidad económica, apoyo popular y férreo dominio
político le permitió al gobierno de Perón avanzar sin tropiezos en su presidencia y como
derivación natural de ello a pretender su consolidación y continuidad. Esto fue lo que
inspiró la búsqueda por reformar la Constitución Nacional en 1949.
Una cómoda mayoría en la Asamblea Constituyen permitió una reforma “peronista” de la
Constitución original de 1853. Se incorporaron una larga cantidad de derechos sociales,
se suprimió el colegio electoral dando forma a la elección directa para presidente y vice y
senadores, fortalecimiento del Poder Ejecutivo, declaración de la propiedad estatal de los
recursos energéticos y supresión de la cláusula que prohibía la reelección presidencial
inmediata, de modo tal que se abandonaba el tradicional liberalismo individualista de la
carta magna original de 1853.
Pero fue precisamente en 1949, en el momento que Perón abría la puerta a su propia
continuidad, cuando la economía comenzó a dar señales de desaceleración, los buenos
tiempos se estaban terminado. La economía argentina no solo ya no crecería al 8% anual
sino que se estancaría hasta 1952.
Luego de aprobada la nueva Constitución comenzó la campaña para la reelección de
Perón a la primera magistratura, reclamando el fervor popular la candidatura de Evita
como vicepresidente; pero esto último no logró concretarse por oposición de las Fuerzas
Armadas que vetaron su candidatura, cosa a la que Perón finalmente accedió impidiendo
que su esposa lo acompañara en la fórmula presidencial.
En los comicios de 1952 Perón, acompañado por H. Quijano, logró una aplastante victoria
frente al candidato del radicalismo por más de 2 millones de votos. En la elección a
diputados los candidatos peronistas alcanzaron todas las bancas menos 12.
La novedad de las elecciones fue la incorporación de las mujeres y de los habitantes de
los Territorios Nacionales que pudieron votar por primera vez.
De tal manera Perón alcanzaba su segundo período con una posición política sumamente
fortalecida y un apoyo popular aún mayor que el que lo llevó a su primera presidencia.

SEGUNDA PRESIDENCIA DE PERÓN


109

Con el enorme poder político con que emergió de la elección presidencial Perón dio un
paso aún mayor hacia la homogeneización política del país.
Con el dominio casi absoluto de la Legislatura se dio fuerza de ley a la Doctrina peronista
que se convirtió en doctrina nacional, la afiliación al Partido oficial fue obligación requerida
para trabajar en la administración pública, y las imágenes de Perón y de Evita se
multiplicaron en los espacios públicos y en la enseñanza.
En este marco de homogenización política parecía no tener lugar el conflicto, ya
que la paz social era una preocupación fundamental del gobierno, para lo cual el
Estado ocupó el lugar central de articulación entre los intereses sociales
enfrentados. El concepto de “Comunidad Organizada” que levantara como bandera el
Presidente Perón entendía que los diversos grupos de la sociedad aún teniendo intereses
diferentes pueden convivir mediante la supervisión del Estado y teniendo como objetivo la
unidad de la Nación.
Sin embargo Perón debió enfrentar un problema fundamental en su avance
homogeneizador sobre las instituciones del Estado, y este problema fue el de las Fuerzas
Armadas.
Los cuadros intermedios de las Fuerzas Armadas comenzaron a manifestar recelo y
malestar por la intención de Perón de transformar la lealtad militar al Estado por la lealtad
militar al propio Perón.
Fue precisamente desde dentro de las Fuerzas Armadas donde comenzó a gestarse el
movimiento de profundo antiperonismo que sumó a diversos sectores de la sociedad que
habían quedado huérfanos de representación luego de la avanzada política del
peronismo.
Así el antiperonismo se convirtió en un rechazo no solo político, sino cultural y social que
tuvo vías de expresión por fuera de los partidos opositores. El país lentamente se
deslizaba hacia la polarización entre peronistas y antiperonistas. Máxime después de que
en setiembre de 1952 se produjese un fallido intento golpista encabezado por el Gral.
Menéndez. Fue la primera de una serie de manifestaciones críticas que surgirían desde la
oficialidad del ejército y fundamentalmente de los oficiales navales.
Si bien ese antiperonismo tenía una expresión minoritaria en la sociedad, la muerte de
Eva Perón, víctima de un cáncer en julio de 1952, le restó a Perón su factor de
intermediación con los sectores populares y debilitó sus posibilidades de articulación de
su poder con las bases.
En medio de la escalada opositora, en abril de 1953 una manifestación de la CGT para
solidarizarse con Perón, quién había sido acorralado por sospechas de corrupción de
parte del hermano de Evita, tuvo como final el estallido de dos bombas con un saldo de
siete muertos. Esas bombas fueron colocadas por grupos antiperonistas, por lo cual como
respuesta los manifestantes peronistas incendiaron el Jockey Club (símbolo de las clases
altas), y atacaron las sedes de los opositores partidos socialista, radical y demócrata
progresista.
Mientras el conflicto político se agudizaba la economía atravesaba un difícil momento
luego de que los años de bonanza terminaran. A partir de 1949 los factores económicos
comenzaron a dar claras señales de alerta.
Los altos precios de los productos exportables se desplomaron perjudicando al sector
exportador, detuvo el ritmo de las importaciones perjudicando a la industria nacional y
disparando un proceso inflacionario.
Una de las razones del estancamiento de la economía habrá que buscarla en el exterior,
ya que la puesta en marcha del Plan Marshall, el plan de ayuda de los Estados Unidos a
las naciones europeas sometidas a la crisis económica de posguerra, derrumbó los
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precios internacionales de los alimentos, con lo cual los ingresos de la Argentina se


derrumbaron también. A esto se sumó un factor interno como fue la sequía que afectó al
país entre 1949 y 1952. La disminución de los ingresos por exportaciones requirió una
disminución efectiva de las importaciones lo cual impactó de lleno sobre la producción
industrial.
La solución para este problema consistía en aumentar las exportaciones y recibir capitales
de inversión, el Talón de Aquiles de la economía peronista, totalmente huérfano de
ingresos de capitales de inversión desde el exterior. Por eso la salida sería volver a poner
la mirada en el campo para darle incentivos productivos que permitieran aumentar las
exportaciones. De tal manera la política económica peronista debía cambiar su camino,
dejar de mirar centralmente a la industria para regresar a los favores de la agricultura.
La reacción del gobierno ante la crisis económica fue errática ya que no atinaba a
desarrollar un plan de ajuste económico, a sabiendas que tal ajuste recaería sobre
los factores de empleo y salarios perjudicando a la base de sustentación del peronismo:
las clases trabajadoras.
La crisis alcanzó su mayor expresión cuando luego de una sucesión de conflictos
sindicales en 1951 se enhebró con una seria sequía que provocó la escasez de carne y
de harina de trigo, y se volvieron frecuentes los cortes de luz.
A partir de 1952 el gobierno peronista resolvió encarar la crisis con nuevas ideas
privilegiando la estabilidad por sobre la expansión, la agricultura por sobre la industria, la
iniciativa privada (incluso la inversión extranjera) por sobre la participación del Estado,
impuso un reajuste de precios y salarios y luego de esto fueron congelados por dos años.
Había llegado la hora de la austeridad.
El golpe de timón de 1952 redistribuyó ingresos desde la industria a favor del sector
agrícola, así como abrió la economía argentina al capital extranjero; pero también
comenzó a dar forma a un conflicto interno en el seno de su movimiento.
Muchas de las decisiones económicas de 1952 chocaban de frente con los postulados
peronistas de 1947.
Cuando el objetivo dejo de ser la distribución y pasó a ser la productividad, los
empresarios vieron abierto el camino para limitar el poder de los trabajadores, y ese
enfrentamiento entre empresarios y sindicatos encontró a un gobierno indeciso.
De todas maneras pasado 1952 la economía comenzó a repuntar lo cual permitió que el
peronismo volvieron a reafirmar su mayoría en el favor popular en las elecciones
legislativas de 1954 que arrojaron un triunfo del gobierno con dos tercios de los votos.
Superada la crisis económica el gobierno tomó nota de que para evitar su repetición el
desarrollo industrial no debía estar centrado en la industria de consumo como en los
primeros años peronistas sino en las industrias básicas, aquellas que podrían sostener el
sistema económico ante cualquier fluctuación de los índices económicos.
Para ello se puso énfasis en la industria pesada: transportes, energía y comunicaciones,
petróleo y siderurgia. El objetivo estaba puesto en hacer menos vulnerable al país, pero
para ello se necesitaban inversiones privadas en gran escala y esas inversiones no
podían venir sino del extranjero.
Esta circunstancia complicó el frente interno del gobierno peronista cuando el
Poder Ejecutivo elevó a consideración del Parlamento los contratos de inversión
petrolera acordados con la empresa norteamericana Standard Oil. Los propios
diputados peronistas se opusieron al acuerdo cerrado entre la empresa petrolera y
Perón aduciendo que iba a contramano de los postulados peronistas. Sin embargo
en una economía como la de 1955 que volvía a crecer al 7% y con la inflación controlada,
no había demasiados espacios para la crítica. Y ante la solidez electoral que evidenciaba
el gobierno, sumado al mejoramiento de su imagen ante los empresarios y una
111

normalización de las relaciones con Estados Unidos, los grupos opositores antiperonistas
tenían una sola esperanza: que desde dentro del propio régimen estallara el conflicto.
Y esto sucedió en 1954 con dos de las instituciones históricamente vinculadas con el
peronismo: la iglesia y las fuerzas armadas.
La alianza del gobierno de Perón con la Iglesia se fue debilitando toda vez que el Estado
fue absorbiendo ámbitos de actuación reservados a la iglesia, sobretodo entre mujeres,
niños y jóvenes. El gobierno incluso toleró ampliamente el funcionamiento de cultos no
católicos así como el impulso a una verdadera devoción popular cuasi religiosa hacia la
figura de Evita.
En medio del conflicto con la Iglesia el gobierno suprimió los derechos y privilegios que
tenía, eliminando la enseñanza religiosa en las escuelas, los subsidios a la enseñanza
privada, aprobando la ley del divorcio, autorizando la apertura de prostíbulos y
prohibiendo las procesiones religiosas. Inclusive se abonó una fuerte campaña anticlerical
desde los medios de difusión adictos y se anunció la intención de modificar la Constitución
para decidir la separación entre la Iglesia y el Estado.
Esta situación disparó una consolidación de los grupos opositores en torno a la Iglesia
Católica, de los partidos políticos y especialmente de los sectores militares descontentos
que encontraron en este conflicto una justificación moral para avanzar sobre el gobierno
legítimo de la nación.
El 8 de junio de 1955 desafiando las prohibiciones una multitudinaria procesión de Corpus
Christi convocó a radicales, católicos, socialistas y comunistas. Pocos días después, el 16
de junio, un sector de la Marina y la Fuerza Aérea se alzó contra el gobierno
bombardeando la Casa de Gobierno y la Plaza de Mayo provocando cerca de 300
muertos y 600 heridos entre los manifestantes que se reunieron para apoyar al líder.
Como respuesta esa misma noche fueron quemadas las principales iglesias de la Capital
por parte de grupos adictos al gobierno.
El enfrentamiento estaba declarado y resultaba irremediable.
El 17 de octubre de 1955 Perón pronunció su discurso más encendido frente a una
multitud afirmando que “a la violencia le hemos de responder con una violencia mayor,
cuando uno de los nuestros caiga caerán cinco de ellos”.
Finalmente los militares aún indecisos resolvieron dar el paso final y el 16 de setiembre
comenzaron los movimientos que desembocaran en un golpe de estado que forzó la
renuncia de Perón y el comienzo de su largo exilio.
Un día después del golpe otra vez una multitud se reunión en la Plaza de Mayo, pero esta
vez los protagonistas eran diferentes, ya no estaba Perón en el balcón de la Plaza de
Mayo sino el General Lonardi en la presidencia, y ya no eran trabajadores industriales los
que ocupaban la plaza sino una monumental expresión de la clase media.
El enfrentamiento entre peronistas y antiperonistas no llegaba a su fin, tan solo
comenzaba su máxima expresión.

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