Paciente Crítico
Paciente Crítico
Paciente Crítico
La atención de pacientes con riesgo potencial o real de vida se asocia con problemas o amenazas
del sistema cardio-circulatorio y respiratorio integrado.
En esta situación compleja y muy peligrosa, el manejo obsesivo obtiene beneficios; en esta
situaciones cuando no se revisan todos los datos disponibles relacionados con el rendimiento de
órganos vitales y con los tratamientos prescritos en forma meticulosa, se corre el riesgo de
planificar una atención inadecuada. Esto se traduce en evoluciones adversas o internaciones
prolongadas.
Objetivos:
Comprender la importancia de una temprana identificación del paciente con riesgo
potencial de vida.
Reconocer los signos tempranos de la enfermedad crítica y actuar en consecuencia.
Discutir la evaluación inicial del paciente críticamente enfermo.
El término medicina intensiva representa que hay un riesgo potencial de que se produzcan
modificaciones rápidas en el estado clínico. En esta situación el paciente se debe controlar en
forma meticulosa y las vías de comunicación entre los profesionales que lo atienden deben
permanecer abiertas. Los responsables de la atención de pacientes críticos debe poder
contactarse en todo momento para poder reevaluar al paciente con la frecuencia que fuese
necesaria.
La complejidad de muchas enfermedades críticas requiere que se analice cada caso particular con
los fundamentos fisiológicos apropiados, que se instaure un tratamiento en forma inmediata y que
se vuelva a evaluar al paciente con asiduidad. Se debe mantener un circuito de “retroalimentación”
que conecte la intervención con los resultados y las correcciones durante el tratamiento
.
Aunque no se puede cuestionar la importancia de las medidas individuales, las tendencias
en el conjunto de datos suelen tener mayor utilidad. Debido a muchos factores, el intervalo
ideal entre los análisis de tendencias se debe extender para poder abarcar el período
prehospitalario. Aunque en general no se cuenta con esta información, sería importante analizar
los registros de las respuestas a las siguientes preguntas: “¿Cuál es la Presión Arterial, el peso, el
ritmo cardíaco o la PaCO2 crónica del paciente?
El médico debe intervenir con rapidez y decisión cuando su acción es necesaria. Sin embargo, en
la mayoría de los casos, el objetivo principal del médico no debe ser el restablecimiento de la
“fisiología normal” lo más pronto posible, sino la estimulación del paciente para que resuelva o se
adapte de manera adecuada al problema fisiopatológico. Es importante diseñar y comunicar un
plan de acción
El establecimiento de objetivos claros para que realice la enfermera, la modificación de las dosis
“en forma continua” de acuerdo con estos objetivos y la notificación automática de la incapacidad
de lograr la respuesta deseada mejoran la conexión entre el paciente y los médicos que lo
atienden. En consecuencia, la formulación de las indicaciones en función de los objetivos
permite utilizar varias de las ventajas proporcionadas por los protocolos de atención
estandarizados (por ejemplo el protocolo de secuencia de intubación rápida, protocolo de atención
del trauma, etc) en un contexto terapéutico mucho más amplio.
VALORAR LA SEVERIDAD:
Para contestar la pregunta “¿que tan grave está nuestro enfermo’” requiere mediciones de
variables fisiológicas. Las enfermedades agudas generalmente producen cambios predecibles en
la fisiología asociados a un limitado rango de signos clínicos.
Un alto índice de sospecha es necesario para comenzar la medición de signos vitales como pulso
cardíaco, frecuencia respiratoria, presión arterial, oxigenación, temperatura, ritmo urinario.
EL OBJETIVO DE ESTA ETAPA DE VALORACIÓN ES RECONOCER QUE UN PROBLEMA
EXISTE Y TRATAR DE MANTENER LA ESTABILIDAD FISIOLÓGICA MIENTRAS OBTENEMOS
AYUDA.
REALIZAR EL DIAGNÓSTICO:
EXAMEN: MIRO. ESCUCHO Y SIENTO. El paciente debe ser expuesto totalmente para
un completo examen. El Examen Inicial debe ser breve y dirigido y debe concentrarse en
tres elementos: NIVEL DE CONCIENCIA, VÍA AÉREA, RESPIRACIÓN Y CIRCULACIÓN.
Mientras el tratamiento va realizándose, un examen secundario, más detallado debe ser
conducido para reafirmar el diagnóstico inicial y valorar al mismo tiempo la respuesta
al tratamiento inicial. Un examen completo debe ser hecho, guiado al mismo tiempo, por
la historia y otros hallazgos.
Además, del ABC, un rápido examen físico externo debe ir en búsqueda de la
presencia de palidez, cianosis, diaforesis, ictericia, eritema o enrojecimiento. La piel puede
estar seca, edematizada, golpeada. Las uñas de los dedos pueden mostrar “hemorragias
en llamas”. Los ojos pueden revelar pupilas anormales o signos de hiperlipidemia, anemia
o ictericia. El paciente puede estar alerta, agitado, somnoliento u obnubilado.
LA VÍA AÉREA Y EL SISTEMA RESPIRATORIO DEBEN SER EXAMINADOS
PRIMERO. Observar la boca del paciente, su cuello y su tórax. Puede haber signos obvios
que sugieran obstrucción de la vía aérea, como vómitos, sangre o cuerpo extraño. La tasa
respiratoria, el patrón usado y el uso de músculos respiratorios accesorios pueden ayudar
a confirmar apnea, obstrucción de la vía aérea y distress respiratorio.
Aunque la taquipnea pueda ser debida a dolor y ansiedad, puede también indicar
enfermedad pulmonar, condiciones metabólicas o infección. Miremos en búsqueda de
cianosis, respiración paradojal, respiración (igual y profundidad), uso de músculos
accesorios. Un gran incremento en la profundidad de la respiración (Respiración de
Kussmaul) puede indicar acidosis metabólica. Respiración Periódica (Cheyne-Stokes)
usualmente indica disfunción cardíaca, cerebral.
La agitación y confusión pueden ser causa de hipoxemia, en general, la hipercapnia
deprime el estado de conciencia.
Baja saturación de oxígeno puede ser detectada con un oxímetro de pulso, pero tiene poco
valor en caso de hipovolemia o colapso circulatorio.
La respiración ruidosa indica obstrucción parcial de la vía aérea.
Inadecuada circulación puede ser debida a anormalidades primarias del sistema
cardiovascular o secundarias a causa de anormalidades metabólicas, disturbios
infecciosos, etc. Debe valorarse el pulso periférico y central: frecuencia, amplitud,
volumen, regularidad y simetría.
Sin embargo, debemos mentalizarnos en nuestra prioridad es valorar el Flujo Sanguíneo a los
tejidos que no es sinónimo de Presión Arterial.
Un ritmo irregular y desigual nos indica una probable fibrilación auricular, latidos cardíacos
prematuros, una pausa compensadora usualmente sigue al latido prematuro inmediatamente, y el
próximo latido a menudo tiene un volumen de pulso mayor.
El pulso paradójico ocurre cuando en inspiración profunda netamente disminuye el volumen del
pulso, este hallazgo puede indicarnos pericarditis constrictiva, taponamiento cardíaco o asma
severa. Las características del latido de máximo impulso y su localización pueden sugerirnos
hipertrofia ventricular izquierda, falla cardíaca, regurgitación aórtica o mitral. El flujo turbulento a
través de un canal estrecho, como una válvula estenótica o vaso sanguíneo estrecho, puede
producir un frémito.
La escala de Glasgow debe ser recogida durante la valoración inicial, valorando además el
movimiento de los cuatro miembros. El tamaño pupilar y la reacción a la luz deben ser
documentados. Una valoración más profunda debe hacerse cuando el tiempo lo permita (función
motora y sensorial periférica).
El continuo registro debe también incluir a la presión arterial, temperatura central y balance de
fluidos. Este último debe incluir débito por sonda niñazo gástrica por ejemplo. Una adecuada
medición de la diuresis es vital (0,5 a 1 ml/Kg/hora) ya que nos informa de manera global, de la
perfusión tisular. Siempre registrar la FiO2 y si hay monitoreo de SpO2, la saturación debe ser
registrada.
INVESTIGACIONES COMPLEMENTARIAS:
Estudios adicionales deben basarse en los hallazgos de la historia clínica y examen físico.
Resultados previos como Rx de Tórax, Ecografías, Electrocardiogramas, análisis etc. SIEMPRE
DEBEN SER SOLICITADOS AL FAMILIAR PARA COMPARAR.
La evaluación única más simple de realizar y más útil son los gases sanguíneos, además
información adicional de electrolitos, glucosa, lactato, función renal debe ser solicitada. Sangre
venosa puede ser muy útil también, y nos brindará toda la información salvo, la saturación arterial
de oxígeno.
Historia Clínica: datos fundamentales de las circunstancias y medio ambiente que rodea
al paciente: testigos, familiares, personal pre hospitalario (chofer y medico de la
ambulancia).
Principales síntomas. dolor, disnea, desasosiego
Trauma?
Quirúrgico o NO quirúrgico?
Medicaciones. Toxinas, Abuso de sustancias, drogas, alcohol.
Examen Físico: MIRO. ESCUCHO Y SIENTO.
VIA AEREA: RESPIRACION Y OXIGENACION Y CIRCULACION. Nivel de Conciencia.
Registro y Documentación: frecuencia cardíaca, respiratoria, ritmo cardíaco, presión
arterial, relleno capilar, livideces, nivel de conciencia, oximetría de pulso.
Investigaciones: gases en sangre (Documentando la FiO2 en ese momento). Use sangre
venosa si no tiene acceso a la circulación arterial, electrolitos, glucosa en sangre.
Tratamiento: llevarlo a cabo al mismo tiempo que los pasos anteriores. Asegurarse una
Vía Aérea permeable, adecuada ventilación y oxigenación, acceso vascular y fluidos
endovenosos, valorar la respuesta a la inmediata resucitación.
CONSULTAR AL MÁS EXPERIMENTADO. PEDIR CONSEJO Y ASISTENCIA.
VALORACIÓN DE LA CIRCULACIÓN:
Causas de Inadecuada Circulación:
Primaria: compromiso directo del corazón: isquemia, defectos de conducción, desórdenes
valvulares, cardiomiopatía.
Secundaria: patología originada en otro sitio: drogas, hipoxia, disturbios electrolíticos,
sepsis.
MIRAR: reducida perfusión periférica (palidez, frialdad), lento relleno capilar, hemorragia
(obvia u oculta), alterado el nivel de conciencia, disnea, disminución del ritmo urinario.
ESCUCHAR: ruidos cardíacos alterados o adicionales, soplos cardíacos.
SENTIR: visible latido de máximo impulso, valoración de los pulsos periféricos (presentes,
volumen, frecuencia, regularidad, simetría)
PUNTOS CLAVES:
1. La identificación de un paciente de riesgo es esencial para prevenir o minimizar la
enfermedad crítica
2. Las características de una enfermedad crítica amenazante son a menudo no específicas.
3. La taquipnea es uno de los predictores más importantes de riesgo y señala la necesidad de
un monitoreo más detallado y más profundas investigaciones.
4. Una historia clínica detallada es esencial para hacer un diagnóstico exacto, determinar la
reserva fisiológica del paciente y para establecer una terapéutica adecuada.
5. Es esencial comprobar cómo ha sido la respuesta del paciente frente a nuestras medidas
terapéuticas, “hago y evalúo” todo el tiempo.
Una puntuación de 5 o más se ha asociado con mayor mortalidad y hospitalización en la UCI.