M4 Cap. 13 HEPATITIS

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Virus de las hepatitis

Equipo: 8

Alumnas: Barbara Cortés Oviedo

Paola Guadalupe Salazar Martínez

Belinda Guadalupe Valero Rojas

Cristina Maribel Vázquez Zárate

Nicole Carolina Velázquez Garza

Grupo: M-4

Docente: Dr. Gilberto Ramírez


El VHA se replica en el citoplasma, como otros virus RNA positivos. Interactúa con el receptor en las
células blanco e ingresa por medio de endocitosis mediada por el receptor. El RNA positivo se
traduce en una poliproteína, que se fragmenta en diversas proteínas maduras, incluyendo la RNA
polimerasa dependiente de RNA. La RNA polimerasa dependiente de RNA dirige la transcripción de
los mRNA para producir proteínas virales al igual que la replicación para fabricar genomas virales
completos.
Epidemiología
Los humanos parecen ser los principales hospedadores naturales del VHA. Algunos otros primates
son susceptibles a la infección por medios experimentales y en estos animales también puede
ocurrir infección natural. El principal modo de contagio del VHA es de una persona a otra por
exposición fecal-oral.

Los brotes de hepatitis A se han relacionado con ingestión de mariscos cocidos de manera
incompleta, en general crustáceos de aguas contaminadas por heces fecales. También se ha
informado acerca de brotes que tienen una fuente común relacionada con otros alimentos,
incluyendo verduras al igual que agua potable contaminada.
Hepatitis A
Es un virus RNA de cadena única sin envoltura con una simetría cúbica y diámetro de 27 nm. El
genoma del VHA es un RNA positivo de cadena única de 7.4 kb enlazado con una proteína llamada
VPg y cada unidad de la cápside incluye cuatro proteínas que cubren el genoma y forman un virón
con figura de icosaedro y cápside desnuda.
Patogénesis
Se cree que el VHA se reproduce al inicio en la mucosa entérica. Puede demostrarse en heces
mediante examen con microscopio electrónico durante 10 a 14 días antes del inicio de los síntomas.
La multiplicación en el intestino es seguida por un periodo de viremia con diseminación hepática. La
respuesta a la replicación en el hígado consiste en infiltración de células linfoides, necrosis de las
células del parénquima hepático y proliferación de células de Kupffer. La respuesta inmunitaria inicial
es el desarrollo de anticuerpos de IgM específicos para el VHA, seguido de la aparición de IgG luego
de unas cuantas semanas.
Manifestaciones
En la infección por VHA, al periodo de incubación de 15-45 días le sigue en general la aparición de
fiebre, anorexia, náuseas, dolor en el cuadrante abdominal superior derecho, y luego de varios días,
ictericia. El hígado se agranda y está sensible y los niveles séricos de aminotransferasa y bilirrubina se
elevan como resultado de inflamación y daño hepático. Es posible que 1-5 días antes del inicio de la
ictericia clínica, el paciente se percate que su orina es oscura y sus heces tienen color de arcilla.
Diagnóstico
Los anticuerpos con VHA se pueden detectar
durante los inicios de la enfermedad y la mayoría
de los pacientes con signos y síntomas de VHA
aguda ya presentan anticuerpos detectables en
suero. Las primeras respuestas de anticuerpos
son de manera predominante de IgM, que puede
detectarse durante varias semanas y hasta varios
meses. El mejor método para documentar una
infección aguda por VHA es la demostración de
altos niveles de anticuerpo de IgM específico del
virus en las muestras de suero tomadas durante la
fase aguda de la enfermedad.
Tratamiento y prevención
Las medidas de sostén incluyen nutrición y reposo adecuados. La evitación de exposición a alimento
o agua contaminados o a personas infectadas son medidas importantes para reducir el riesgo de
infección por hepatitis A.

Inmunización activa y pasiva

· Inmunización pasiva

· Inmunización activa
Hepatitis B
Pertenece de la familia Hepadnaviridae.
Contiene una envoltura.
Material genético consiste en una doble cadena de
ADN con un trozo corto de cadena simple.
El virión completo es una partícula esférica de 42
nm que consiste en una envoltura alrededor de
un núcleo viral de 27 nm.
Pueden asumir formas esféricas o filamentosas
con un diámetro medio de 22 nm.
Hay ocho genotipos de hepatitis B (A-H). Estos genotipos
varían en distribución geográfica.
Genotipo A – América del Norte, Europa del Norte, India y África.
Genotipo B y C – Asia.
Genotipo D – El sur de Europa, Medio Oriente e India.
Genotipo E – Occidente y sur de África.
Genotipo F – América del Sur y América Central.
Genotipo G – EUA y Europa.
Genotipo H – América Central y California.
El virus esta compuesto por:
Una envoltura de lípidos, el cual
contiene una proteína viral el
HBsAg.
Un nucleocápside, el cual
contiene una proteínas viral el
HBcAg, una proteína HBeAg (este
se presenta cuando el virus esta
en replicación) y una doble
cadena de ADN, que en la
porción distal se vuelve cadena
simple, en cuyo extremo se
encuentra el ADN polimerasa
(para la división del virus).
Epidemiología
Los portadores crónicos son comunes en el Extremo Oriente, de 5 a
15% de las personas son portadoras del virus y la mayoría son
asintomáticas. Cerca de 10% de los pacientes con infección por virus
de inmunodeficiencia humana (VIH) son portadores crónicos de HBV.
El virus se contagia en forma vertical, por vía parenteral y por
contacto sexual.
PATOGÉNESIS
En el pasado, a la hepatitis B se le conocía como hepatitis postransfusional o
como hepatitis asociada con el uso de drogas ilícitas inyectables (hepatitis
sérica).
En los últimos años se ha vuelto evidente que el principal modo de adquisición
es por el contacto personal cercano con líquidos corporales de individuos
infectados
El HBsAg se ha encontrado en la mayoría de los líquidos corporales, incluyendo
saliva, semen y secreciones cervicales. En condiciones experimentales, sólo
0.0001 mL de sangre infectada ha producido infección, la transmisión es
posible mediante agujas hipodérmicas mal esterilizadas e instrumentos
utilizados para tatuaje y perforación de las orejas.
El virus se encuentra en la sangre, saliva y semen.
Los factores que determinan las manifestaciones clínicas de la
hepatitis B aguda son en su mayoría desconocidos; algunos parecen
implicar las respuestas inmunitarias del hospedador.
La erupción cutánea parecida a la enfermedad del suero y la artritis
que pueden anteceder al desarrollo de síntomas y a la ictericia
parecen relacionarse con los complejos inmunitarios circulantes
que activan el sistema del complemento.
Las lesiones morfológicas de la hepatitis B aguda se asemejan a
aquellas producidas por otros tipos de virus de hepatitis.
En la hepatitis B activa crónica, la presencia continua de focos de
infección inflamatorios provoca necrosis de los hepatocitos, colapso
de la estructura reticular del hígado y fibrosis progresiva. El
aumento en fibrosis puede producir síndrome de cirrosis hepática
postnecrótica.
MANIFESTACIONES
El periodo de incubación puede ser tan breve como 30 días o tan
extenso como 180 días (media aproximada de 60 a 90 días).
La hepatitis B aguda se manifiesta con inicio gradual de fatiga,
pérdida del apetito, náusea y dolor, y sensación de plenitud en el
cuadrante abdominal superior derecho.
Al inicio en el curso de la enfermedad es posible que ocurra dolor e
inflamación de las articulaciones y, en ocasiones, artritis franca.
Algunos pacientes desarrollan erupción cutánea
*Con el incremento en el compromiso del hígado, también aumenta la colestasis y,
en consecuencia, se presentan heces con apariencia de arcilla, oscurecimiento
de la orina e ictericia.
*El periodo de incubación promedio es de 10 semanas; va de 30 a 180 días.
*La hepatitis fulminante, que conduce a necrosis extensa del hígado y muerte, se
desarrolla en menos de 1% de los casos.
*La hepatitis crónica puede conducir a cirrosis, insuficiencia hepática o CHC hasta
en 25% de los pacientes.
*La hepatitis crónica es más común con infección en la lactancia o infancia
temprana.
DIAGNÓSTICO
*La nomenclatura de los antígenos y anticuerpos de la hepatitis B se
presentan en el siguiente cuadro:
& la secuencia de su aparición se muestra en la siguiente
figura:
El diagnóstico de laboratorio de la hepatitis B aguda se puede realizar mejor
con la demostración de anticuerpo IgM contra el HBcAg en suero, dado
que este anticuerpo desaparece en el curso de 6 a 12 meses a partir de la
infección aguda.
Casi todos los pacientes que desarrollan ictericia tienen presencia positiva
de IgM anti-HBc al momento de la presentación clínica.
En pacientes con hepatitis B crónica, es posible encontrar evidencia de
persistencia viral en suero.
La infección crónica por hepatitis B se detecta por medio de la persistencia
de HBsAg en sangre por más de 6 a 12 meses.
TRATAMIENTO
No existe un tratamiento específico recomendable para la hepatitis B
aguda.
Es deseable una dieta alta en calorías.
Debería considerarse tratamiento para los pacientes con deterioro
rápido de la función hepática, cirrosis o complicaciones como
ascitis, encefalopatía hepática o hemorragia, al igual que para
individuos inmunosuprimidos
PREVENCIÓN
Los análisis en mujeres embarazadas y el tratamiento con
inmunoglobulina contra la hepatitis B (IGHB) y vacunas en los recién
nacidos expuestos han reducido la transmisión vertical.
Las prácticas de sexo seguro y la evitación de pinchazos por jeringas o
uso de drogas intravenosas son medidas que reducen el riesgo de
infección por hepatitis B.
Es posible lograr una profilaxis tanto activa como pasiva contra la
hepatitis B.
En fechas recientes se ha recomendado la inmunización de los recién
nacidos, de todos los niños y de los adolescentes. Se aplican tres
dosis (a los 0, 1 y 6 meses) para lograr el máximo nivel. Es posible
que la protección no sea perpetua.
La combinación de inmunización activa y pasiva constituye el
abordaje más eficiente para prevenir la adquisición neonatal y la
portación crónica en el recién nacido.
La combinación de IGHB y vacuna reduce en forma significativa la
transmisión vertical.
Hepatitis D
La hepatitis delta es causada por el virus de Hepatitis D (VHD). Este pequeño virus RNA circular
requiere la presencia HBsAg para su transmisión y, en consecuencia, se encuentra sólo en personas
con infección aguda o crónica por hepatitis B. A diferencia de otros virus RNA, el genoma del VHD
no puede codificar una RNA polimerasa.

La replicación del VHD implica la entrada del virus en los hepatocitos de la misma manera que el
HBV, dado que el VHD contiene HBsAg en su superficie. Dado que el VHD carece de una RNA
polimerasa requerida para la transcripción y replicación, utiliza la RNA polimerasa de la célula
hospedadora para sintetizar mRNA y el genoma RNA en el núcleo celular.
Los antígenos delta de la cápside se sintetizan y
asocian con los genomas RNA circulares del VHD,
a lo cual le sigue la adquisición de una envoltura
del retículo endoplásmico o aparato de Golgi
que contiene HBsAg. De este modo, la presencia
de HBsAg es esencial para el ensamblaje de los
viriones del VHD.
La hepatitis delta es más prevaleciente en grupos con alto riesgo de desarrollar hepatitis B.
Paradójicamente, la hepatitis delta no es común en Asia Oriental, donde la hepatitis B es habitual,
sino que es más frecuente en Medio Oriente, algunas áreas de África y Sudamérica. Los usuarios de
drogas inyectables son quienes tienen mayor riesgo en las zonas occidentales del mundo y hasta 50%
de tales individuos pueden tener anticuerpo IgG contra el antígeno del virus delta. Otros riesgos
incluyen transmisión sexual y el uso de diálisis. También puede ocurrir transmisión vertical.
Manifestacione
s
Se han encontrado dos tipos principales de infección por virus delta: infección simultánea por virus de hepatitis
delta y B o sobreinfección delta en aquellos que sufren hepatitis B crónica. La infección simultánea con hepatitis
delta y B puede producir hepatitis clínica que es indistinguible de una hepatitis A o B aguda, pero quizá se
manifieste como una segunda elevación en enzimas hepáticas (AST, ALT).

Diagnóstico
El diagnóstico de la infección delta se realiza de manera más común por medio de la demostración en suero
de los anticuerpos IgM o IgG, o ambos, contra el antígeno delta de la cápside. Los anticuerpos IgM
aparecen dentro de tres semanas a partir de la infección y persisten durante varias más. Los anticuerpos IgG
permanecen durante años. En la coinfección, el paciente tiene anticuerpos tanto anti-HBc como anti-D, en
tanto que en la sobreinfección está ausente el anticuerpo anti-HBc.
Tratamiento y
prevención
El interferón y otros tratamientos contra el HBV (nucleósidos, nucleótidos) no tienen actividad contra
la hepatitis D. La respuesta al tratamiento en pacientes con hepatitis delta (y hepatitis B) es menor
que en aquellos que sólo presentan hepatitis B. Debido a que el antígeno de superficie de la
hepatitis delta es el HBsAg, las medidas dirigidas a limitar la transmisión de hepatitis B (p. ej.,
vacunación, pruebas de sangre) previenen la transmisión de la hepatitis delta. Los métodos para
reducir la transmisión incluyen la reducción en el uso de agujas y jeringas contaminadas por parte de
usuarios de drogas inyectables y mecanismos de seguridad en el uso de agujas entre los
trabajadores de la salud.
Hepatitis C
El virus de la hepatitis C (HCV) es un virus RNA con envoltura
perteneciente a la familia Flaviviridae y al género Hepacivirus.

Tiene un genoma RNA positivo de cadena única que consiste en


sólo tres genes estructurales (C, núcleo viral; E1 y E2,
glucoproteínas de la envoltura) y cinco genes no estructurales.

El virión del HCV tiene un diámetro de 50 nm y contiene un


genoma RNA de 9.5 kb, que está encerrado en una cápside con
forma de icosaedro y una envoltura formada por una doble capa
de lípidos que contiene dos glucoproteínas virales específicas (E1
(gp31) y E2 (gp70))
Existen cuando menos 11 genotipos, con múltiples
subtipos. Estos genotipos tienen diferentes
distribuciones geográficas.

Los genotipos 1-3 están distribuidos en todo el


mundo, entre los cuales el genotipo 1a predomina en
América del Norte.

Como otros virus RNA positivos, el HCV también se


replica en el citoplasma de la célula infectada. Debido
a la falta de un sistema de cultivo hístico para la
propagación del HCV, no se ha comprendido
claramente el ciclo de replicación de este virus.
La glucoproteína E2 del HCV se enlaza con un
receptor CD81 en los hepatocitos.

Después del ingreso del virus ocurre denudación


seguida de traducción del genoma RNA positivo
completo en una poliproteína que se fragmenta en
proteínas individuales. Una de las proteínas, la RNA
polimerasa dependiente de RNA, dirige la
transcripción y replicación por medio de
intermediarios RNA negativos. El ensamblaje del virus
ocurre en el citoplasma mediante la formación de
vesículas que se fusionan con las membranas
plasmáticas para liberar al virus
Epidemiología
Tal como ocurre con la hepatitis B, la hepatitis C se transmite por vía parenteral.

El examen de la sangre de los donadores en busca de anticuerpos ha reducido en 80 a 90% la


hepatitis como consecuencia de transfusión.

Compartir jeringas representa hasta 40% de los casos. En EUA, 3.5 millones de personas (1.8%) tienen
anticuerpos contra la hepatitis C.
Desde el decenio de 1980, los brotes de hepatitis C se han asociado con inmunoglobulina
intravenosa (IGIV).

Otros individuos considerados en riesgo de contagio por hepatitis C son los trabajadores de la
salud, debido a los posibles pinchazos con agujas, y los pacientes crónicos en hemodiálisis y sus
cónyuges
Patogénesis
El HCV se transmite a través de sangre y sus
derivados, invade e infecta los linfocitos B y T y los
monocitos en sangre periférica, y avanza al
principal sitio de infección: el hígado.

La tasa de replicación viral en los hepatocitos es


muy alta (1 × 10^12 viriones por día)

La tasa elevada de replicación viral provoca un


aumento en el nivel de heterogeneidad viral, lo
cual permite que el virus evada la respuesta
inmunitaria del hospedador.
La infección por HCV se inhibe por medio de la liberación de interferón gamma, que recluta a
las células inflamatorias intrahepáticas, estimula la respuesta de las células T cooperadoras (Th
1), e induce necrosis o apoptosis de las células infectadas por este virus.

Los anticuerpos contra el HCV aparecen varias semanas después de la infección y debido a la
presión selectiva del hospedero, ocurren mutaciones en las proteínas E2/E1, lo cual permite
que el virus evada las respuestas inmunitarias humorales y que establezca una infección
persistente.
Los pacientes con infección por HCV pueden
desarrollar cirrosis hepática con incremento en el
riesgo de CHC (carcinoma hepatocelular). También se
ha sugerido que el alcoholismo aumenta la tasa de
CHC en pacientes con infección por hepatitis C.
Asimismo se cree que es probable que el CHC sea
causado por daño prolongado, seguido de rápida
tasa de crecimiento de hepatocitos durante la
regeneración del hígado, la cual quizá esté mediada
por algunas citocinas
Manifestacione
s
El periodo de incubación de la hepatitis C promedia 6 a
12 semanas.

En general, la infección es asintomática o leve y


anictérica en 75% de los pacientes, pero produce un
estado crónico de portador en hasta 85% de los
pacientes adultos. La hepatitis C crónica es la principal
causa infecciosa de patología hepática crónica y
trasplante de hígado en EUA.

La duración promedio desde el momento de la infección


al desarrollo de hepatitis crónica es de 10 a 18 años. La
cirrosis y el CHC son secuelas tardías de la hepatitis
crónica.
Diagnóstico
Los antígenos contra la hepatitis C no se detectan en sangre.

Las pruebas actuales miden anticuerpos a múltiples antígenos de la hepatitis C, ya sea mediante
inmunoensayo enzimático o prueba de inmunotransferencia (immunoblot). Incluso con estos nuevos
métodos de valoración es posible que el anticuerpo IgG contra la hepatitis C no se desarrolle hasta por
cuatro semanas, lo cual dificulta el diagnóstico sérico de la hepatitis C aguda.

Es posible emplear análisis cuantitativos del RNA de la hepatitis C para diagnóstico, predicción de
respuesta al IFN y monitoreo de la terapia, pero no existe una correlación muy buena entre carga viral e
histología
Tratamiento y
prevención
La terapia combinada con IFNα y ribavirina es el tratamiento
preferido en la actualidad para los pacientes con evidencia
de hepatitis crónica debida a hepatitis C.

La mayoría de los médicos iniciarían el tratamiento en un


paciente con histología hepática anormal y concentraciones
elevadas de enzimas hepáticas.

Los corticosteroides no son útiles. La evitación del uso de


drogas inyectables y las pruebas con derivados de la sangre
son medidas preventivas importantes.
Hepatitis E
El virus de hepatitis E es la causa de otra forma de hepatitis que se transmite por vía fecal-oral y
que, en consecuencia, se parece a la hepatitis A. El virus de hepatitis E es un virus RNA positivo de
una sola cadena que es similar a los calicivirus. Como la hepatitis A, la infección por este virus es
con frecuencia subclínica. Cuando es sintomática, sólo causa enfermedad aguda que puede ser
fulminante y conducir a la muerte, en especial en mujeres embarazadas.

El diagnóstico se puede confirmar demostrando la presencia del anticuerpo IgM específico,


aunque muy pocos laboratorios realizan esta prueba. La inmunoglobulina sérica no parece brindar
protección y no existe tratamiento. Es posible que en pacientes gravemente enfermos el único
recurso sea un trasplante.
Hepatitis G
La hepatitis G es un virus RNA de 9 a 10 kb, similar al de la hepatitis C y perteneciente a la familia
Flaviviridae. La estructura del virión en la hepatitis G es similar a la del HCV. Se ha descubierto que
el HGV se replica en los linfocitos en lugar de hacerlo en los hepatocitos. Una valoración de
anticuerpos puede detectar la infección pasada, pero no presente, y la detección de infección
aguda por este virus requiere una prueba PCR del RNA viral en suero.

En la actualidad no existe ninguna prueba serológica útil ni se ha establecido un tratamiento para


los pacientes con HGV. Varios estudios sugieren que la viremia por HGV prolonga la supervivencia
en individuos VIH-positivos después de la seroconversión.

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