Qué Es La Inteligencia Emocional - Bertran Regader

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

¿Qué es la Inteligencia Emocional?

Descubriendo la importancia de las


emociones
La IE examina la importancia de la faceta emocional como elemento
clave en la inteligencia.

 Bertrand Regader Psicólogo educativo | Director de Psicología y Mente

Siempre hemos oído decir que el Cociente intelectual (IQ) es un buen indicador


para saber si una persona será exitosa en la vida. La puntuación del test de
inteligencia, decían, podía establecer una relación fuerte con el desempeño
académico y el éxito profesional. 

No obstante, los investigadores y las corporaciones empezaron a detectar hace


unas décadas que las capacidades y habilidades necesarias para tener éxito en la
vida eran otras, y éstas no eran evaluables mediante ningún  test de inteligencia. 

Inteligencia Emocional: ¿en qué consiste?


Prueba de ello es que empezaron a ganar terreno algunas teorías de la
inteligencia que intentaban comprenderla desde ópticas diferentes, como
la  Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, la teoría de Raymond
Cattell (y otros) que explicaba las diferencias entre Inteligencia fluida y cristalizada,
o la Inteligencia Emocional que popularizó Daniel Goleman.

Las emociones juegan un papel vital en nuestro día a día

Si pensamos detenidamente en la trascendencia de nuestras emociones en


nuestra vida diaria nos daremos cuenta rápidamente que son muchas las
ocasiones en que éstas influyen decisivamente en nuestra vida, aunque no nos
demos cuenta. Podríamos plantearnos: (1) ¿Compré mi coche haciendo cálculos
sobre la rentabilidad y los comparé con otros modelos y marcas? (2) ¿Elegí a mi
pareja porque era objetivamente la mejor opción? (3) ¿Es mi empleo el que me
ofrece el mejor salario? Gran parte de nuestras decisiones son influenciadas en
mayor o menor grado por las emociones.

Ante esta realidad, cabe resaltar que existen personas con un dominio de su
faceta emocional mucho más desarrollado que otras. Y resulta curiosa la baja
correlación entre la Inteligencia clásica (más vinculada al desempeño lógico y
analítico) y la Inteligencia Emocional. Aquí podríamos ejemplificar esta idea
sacando a colación el estereotipo de estudiante “empollón”; una máquina
intelectual capaz de memorizar datos y llegar a las mejores soluciones lógicas,
pero con una vida emocional y sentimental vacía. Por otro lado, podemos
encontrar personas cuyas capacidades intelectuales son muy limitadas, pero en
cambio consiguen tener una vida exitosa en lo que refiere al ámbito sentimental. 

Este par de ejemplos llevados al extremo son poco habituales, pero sirven para
percatarse de que es necesario prestar más atención a esta clase de habilidades
emocionales, que pueden marcar nuestra vida y nuestra felicidad tanto o más que
nuestra capacidad para puntuar alto en un test de inteligencia convencional. Para
eso es importante profundizar en la Inteligencia Emocional.

Elementos de la Inteligencia Emocional


El gran teórico de la Inteligencia Emocional, el psicólogo estadounidense Daniel
Goleman, señala que los principales componentes que integran la Inteligencia
Emocional son:

1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional)

Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos y emociones y cómo


nos influyen. Es importante reconocer la manera en que nuestro estado anímico
afecta a nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles son
nuestros puntos débiles. Mucha gente se sorprende de lo poco que se conocen a
ellos mismos.

2. Autocontrol emocional (o autorregulación)

El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar nuestros sentimientos


o emociones, para no dejarnos llevar por ellos ciegamente. Consiste en saber
detectar las dinámicas emocionales, saber cuáles son efímeras y cuáles son
duraderas. No es raro que nos enfademos con nuestra pareja, pero si fuéramos
esclavos de la emoción del momento, estaríamos continuamente actuando de
forma irresponsable o impulsiva, y luego nos arrepentiríamos.

3. Automotivación

Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener


la  motivación y establecer nuestra atención en las metas en vez de en los
obstáculos. En este factor es imprescindible cierto grado de optimismo e iniciativa,
de modo que tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con tesón y de forma
positiva ante los imprevistos.
4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía)

Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las


señales que los demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo emiten
de forma no verbal. La detección de estas emociones ajenas y sus sentimientos
que pueden expresar mediante signos no estrictamente lingüísticos (un gesto, una
reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a establecer vínculos más estrechos
y duraderos con las personas con que nos relacionamos. 

Además, el reconocer las emociones y sentimientos de los demás es el primer


paso para comprender e identificarnos con las personas que los expresan.
Las  personas empáticas son las que, en general, tienen mayores habilidades y
competencias relacionadas con la IE.

5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales)

Una buena relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra
felicidad personal e incluso, en muchos casos, para un buen desempeño laboral. Y
esto pasa por saber tratar y comunicarse con aquellas personas que nos resultan
simpáticas o cercanas, pero también con personas que no nos sugieran muy
buenas vibraciones; una de las claves de la Inteligencia Emocional.

La Inteligencia Emocional (IE) en las empresas


Hoy en día son muchas las corporaciones que invierten grandes sumas de dinero
en formar a sus empleados en Inteligencia Emocional. La razón de esta apuesta
estriba en que las empresas se han dado cuenta de que una de las claves del
éxito comercial y de la venta de sus productos radica en el grado en que sus
trabajadores son capaces de reconocer y controlar sus emociones, así como las
de sus clientes.

Es casi impensable concebir un comercial de ventas que carezca de habilidades


en el trato con los clientes, un empresario sin motivación para la dirección de su
compañía o un negociador que no sepa capaz de controlar sus impulsos y
emociones. Todo el conocimiento técnico basado en la mejor relación entre
estudios académicos y experiencia no será ninguna garantía para estas personas,
porque tarde o temprano malograrán operaciones económicas por un deficiente
conocimiento de sus emociones.

Empleados con IE, los más demandados

Cabe resaltar que en el proceso de selección de personal de las empresas la


tendencia va enfocada a poner al candidato en situaciones de fuerte estrés o
incomodidad para así poder examinar su reacción y su capacidad para lidiar con
sus emociones. 

El psicólogo de las organizaciones  Jonathan García-Allen explica: “La época en


que los procesos de selección de personal se basaban en la experiencia laboral y
los conocimientos técnicos pasó. Actualmente, el método ha evolucionado y los
aspectos relacionados con la Inteligencia Emocional, como las habilidades
interpersonales y la gestión de las emociones, han cobrado un protagonismo
clave. Esta creciente relevancia del aspecto emocional en el trabajo viene
motivada por la tendencia a la tercerización de la economía en los países
occidentales, en que el intercambio económico está mediado por la confianza
entre ambos agentes”.

De ahí se desprende, según señala García-Allen, que los empleados con alta
Inteligencia Emocional resulten mucho más productivos para las corporaciones. 

Bertrand Regader   Psicólogo educativo | Director de Psicología y


Mente

Referencias bibliográficas:

 Goleman, D. Inteligencia emocional. Barcelona, Kairós.


 Vallès, A., y Vallès, C. Inteligencia emocional: Aplicaciones educativas.
Madrid, Editorial EOS.

También podría gustarte