Historia T.16

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Historia T.

16
1-Liberalización económica y planes de desarrollo
1.1.El Plan de Estabilización
Hacia 1957, la economía española al borde del colapso: agotamiento de las reservas
del Banco de España, gran
11.1. EI Plan de Estabilización
Hacia 1957, la economía española estaba al borde del colapso: agotamiento de las
reservas del Banco de España, gran déficit comercial, alta inflación y fuerte
desequilibrio presupuestario. La ayuda a organismos internacionales, supuso la
aceptación de un conjunto de medidas que implicaban la liquidación de la política
dirigista y autárquica, y la opción por una economía libre de mercado. La nueva
orientación económica quedó plasmada en el Plan de Estabilización (1959), que
comprendía tres grandes ejes de actuación:
-Estabilización de la economía: Para reducir la inflación se elevaron los tipos de
interés, se limitaron los créditos bancarios y se congelaron los salarios.
-Liberalización interior de la economía: Se llevó a cabo a partir de la eliminación de
organismos estatales interventores y de la reglamentación de precios fijos.
-Liberalización exterior de la economía: Eliminación de los obstáculos a la entrada
de mercancías extranjeras y a la inversión de capitales exteriores.
Diversos organismos internacionales concedieron préstamos a España para evitar una
posible suspensión de pagos y hacer frente a la grave situación económica. A esta
nueva política pretendía incorporar la economía española a los mercados
internacionales y estimular el crecimiento económico.
1.2. La hora de los tecnócratas
A partir de 1957, los gobiernos nombrados por Franco incorporaron a una nueva
generación de políticos, algunos de ellos vinculados al Opus Dei. Presentaban un perfil
más técnico que ideológico, y estaban más preparados profesionalmente que sus
antecesores. De ahí que se les denominara tecnócratas. Para los tecnócratas la única
forma de mantener el régimen franquista era realizar reformas administrativas e
impulsar una política de crecimiento económico. El desarrollismo económico sería la
principal garantía de estabilidad social y de continuidad política.
1.3. Los Planes de Desarrollo
Tras las medidas del Plan de Estabilización, se pusieron en marcha unos Planes de
Desarrollo Económico y Social. Se trataba de una planificación orientativa con el
objetivo de impulsar la actividad del sector público y de ofrecer previsiones y ayudas a
los inversores privados. Se promulgaron tres planes cuatrienales y para controlar su
funcionamiento se creó una Comisaría del Plan de Desarrollo, presidida por
Laureano López Rodó. Los planes tenían dos líneas de actuación: las acciones
estructurales, que pretendían solucionar deficiencias de la industria, y los polos de
desarrollo, que tenían que reducir los desequilibrios regionales promoviendo nuevas
empresas en zonas de escasa industrialización. Los resultados de la planificación
franquista fueron muy limitados, porque en muchos casos los recursos se invirtieron de
forma ineficaz. Su mayor logro residió en dotar al país de infraestructuras y de materias
1.4. El papel del Estado.
La propuesta de los tecnócratas incluía adecuar el funcionamiento de las
administraciones públicas a la nueva orientación económica. Para incrementar los
recursos se puso en marcha una reforma fiscal que resultó. La actuación de
Hacienda se concentró en la limitación del déficit público y el control del gasto público.
Se apreció también una modificación en las prioridades económicas del gobierno,
motivadas por las propias necesidades del desarrollismo. Los presupuestos de los
ministerios dedicados a servicios sociales e infraestructuras experimentaron un notable
crecimiento.
2-Los años del crecimiento económico
2.1. El protagonismo de la industria
El principal motor de la expansión económica fue la industria, entre 1960 y 1973. Este
crecimiento fue debido a la mejora de la productividad industrial, a la importación de
maquinaria y tecnología, a la inversión extranjera y también a los bajos costes
salariales. Se produjo una diversificación de la producción, derivada de un notable
crecimiento del sector metalúrgico (automóviles), del químico (farmacéutico) y de la
alimentación; así como una reestructuración de los sectores tradicionales (construcción
naval). Finalmente, algunas industrias de escasa necesidad tecnológica,
experimentaron un considerable crecimiento. Las zonas con mayor tradición fabril
(Cataluña, País Vasco) continuaron su predominio, también se produjo la
industrialización de nuevas zonas, en Madrid, y Sevilla, Cádiz…
2.2 La transformación de la agricultura
Durante la década de 1960 se produjo la crisis de la agricultura tradicional
básicamente cerealista, de escasa productividad y sustentada en la abundancia de
mano de obra. La adecuación de la producción agraria a las necesidades de la nueva
dieta de las clases urbanas comportó el abandono de las explotaciones agrarias menos
rentables y la transformación de muchas otras. La mayor demanda de productos
ganaderos, llevó a muchos propietarios a invertir en especies seleccionadas,
maquinaria, abonos y semillas selectas. Ello comportó una intensificación de los
cultivos y la creación de modernas explotaciones ganaderas. Para mejorar la
rentabilidad de la nueva agricultura, el gobierno estimuló la concentración parcelaria y
promovió nuevos regadíos. El éxodo rural originó la disminución de la población activa
agraria en casi dos millones personas, la desaparición de muchas pequeñas
explotaciones y el surgimiento de nuevas empresas agrarias con una alta capacidad de
producción y menor empleo de mano de obra.
2.3. La modernización de los servicios y la construcción
Se produjo un incremento del peso de los servicios en la economía como resultado del
intenso proceso de urbanización, el aumento de las redes de comercio… El comercio
internacional creció, tanto las importaciones como las exportaciones, y modificó su
composición. Las principales exportaciones dejaron de ser los productos agrícolas y
minerales para ser los bienes de equipo e incluso los automóviles. La construcción
también se vio incentivada gracias a la edificación de numerosas viviendas en las
áreas urbanas en crecimiento, de instalaciones hoteleras en las turísticas… La
necesidad de financiación de las nuevas actividades económicas promovió el
desarrollo del sector bancario, que invirtió cuantiosos capitales en nuevas industrias,
concedió créditos a empresas y a particulares y actuó como intermediario en las
inversiones de capital extranjero. El reforzamiento de este sector, fue acompañado de
una notable concentración bancaria.
2.4. La fragilidad del modelo económico
La prolongada etapa de crecimiento económico, con tasas anuales de aumento del
PIB superiores a la media europea, generó un incremento del 40% en la renta por
habitante entre 1960 y 1975, y la mejora del nivel de vida de los españoles, que fue
acercándose a la media europea. La rapidez y la profundidad de las transformaciones
experimentadas estos años no ocultaban la debilidad del modelo económico. La
capacidad de producción se había incrementado, también lo había hecho la
dependencia de la economía española de factores externos. España necesitaba
importaciones, tecnología e inversiones extranjeras, que no solo implicaban grandes
gastos, sino también la supeditación a los intereses y las decisiones de las empresas
de países extranjeros. La falta de recursos públicos, dado que el gobierno franquista no
se atrevió a realizar una reforma fiscal progresiva, hizo que el Estado no fuese capaz
de cumplir su papel en la redistribución de rentas, ni de impulsar la construcción de las
infraestructuras adecuadas para dar solidez y continuidad al crecimiento económico.
Todas estas debilidades y déficits se pusieron en evidencia con la grave crisis
económica mundial iniciada en 1973.
4-Los cambios demográficos y sociales
4.1.Un gran crecimiento demográfico
En los quince años que van de 1960 a 1975, España experimentó el aumento de
población más elevado de su historia, ya que pasó de 30,4 millones de habitantes a
35,8 entre estas dos fechas. Este crecimiento se debió al notable descenso de la
mortalidad, la infantil, y a que se mantuvo una elevada tasa de natalidad. Ambos
factores eran el resultado de las mejores condiciones de vida. El índice de mortalidad
infantil aumentó mientras el número de nacimientos se mantuvo elevado. El franquismo
proponía una política claramente natalista. La tasa de fecundidad permaneció alta. La
pirámide de edades reflejaba en 1970 un rejuvenecimiento de la población, de manera
que los habitantes entre 0 y 14 años aumentaron. Hubo un cierto aumento de la
población mayor de 65 años como resultado del incremento de la esperanza de vida,
que pasó de 67 a 70 años para los hombres y de 72 a 76 para las mujeres.
4.2.Del campo a la ciudad
El fenómeno demográfico más destacable de esta etapa fue el de los movimientos
migratorios. Si la salida de un millón y medio de españoles al extranjero fue
numéricamente importante, mucho más lo fueron los movimientos de población en el
interior de España entre 1960 y A Coruña 1975. Las causas fueron: la capacidad de
atracción de las grandes ciudades industriales españolas y europeas, que ofrecían
mejores trabajos y condiciones de vida, unida a las dificultades de subsistencia, la
escasez de empleo. El éxodo rural fue muy intenso en las zonas agrícolas
latifundistas del sur de España, como Andalucía…, perdieron buena parte de su
población agraria, que buscó mejores oportunidades de vida en las grandes ciudades
industriales. Las zonas de mayor concentración eran Madrid, Cataluña... La llegada
masiva de población a las zonas urbanas provocó varios fenómenos. En el terreno
demográfico, la inmigración supuso un claro incremento de la natalidad en las zonas
receptoras, dada la juventud de la mayoría de los inmigrantes, a la vez que provocaba
el envejecimiento de las zonas emisoras. A nivel social, provocó graves problemas a
causa de los déficits de viviendas, infraestructuras y servicios sociales para poder
acoger y atender a los recién llegados.
4.3. Los cambios en la estructura laboral y social
El crecimiento de la población urbana posibilitó que las actividades profesionales y las
formas de vida de las ciudades fuesen imponiéndose en el conjunto de la sociedad. El
desarrollo industrial y del sector servicios dio lugar a un cambio notable de la estructura
socio-profesional española, al incrementarse los asalariados y las clases medias
aumentaba su peso social y se consolidaba una nueva burguesía urbana. También
aumentaron los trabajadores autónomos. Los cambios en la distribución sectorial de la
población son una clara muestra de esta radical transformación. Por primera vez en la
historia española el número de obreros industriales era superior al de campesinos. En
1975, había unos cuatro millones de obreros, la mitad de todos los activos asalariados,
que se ubicaban preferentemente en las zonas más industrializadas (Cataluña, Madrid,
País Vasco, Asturias).
4.4. La mejora del nivel de vida
Los mejores salarios de la industria y de los servicios y el incremento del número de
ocupados elevaron tanto la renta per cápita como la familiar. El incremento del nivel de
vida mejoró la capacidad de consumo de bienes y servicios por habitante, que se
duplicó entre 1960 y 1973. La composición de los gastos familiares varió con los
gastos destinados a la alimentación. El crecimiento de la renta se produjo en todas las
regiones, ya que las diferencias en los niveles de renta por habitante disminuyeron a
causa de las migraciones.
5-Proceso de urbanización y desequilibrios territoriales
El crecimiento económico y las transformaciones demográficas y sociales de la etapa
1960-1975 no solo fueron rápidos sino también regulados por el gobierno y por las
administraciones locales. Las consecuencias más evidentes fueron un intenso proceso
de urbanización, con la creación de nuevos y populosos barrios, y la consolidación de
desequilibrios económicos y de nivel de vida entre las distintas regiones españolas. La
magnitud del fenómeno migratorio desbordó las previsiones oficiales, que fueron
incapaces de atender con eficacia a las crecientes demandas de viviendas. Las
diferencias territoriales se ampliaron, sobre todo en lo relativo al volumen de la
población y de la actividad económica, configurando dos Españas: una más poblada,
dinámica y con población joven; y otra despoblada, atrasada económicamente y con
una población cada vez más envejecida.
6-La modernización de la sociedad
Las transformaciones sociales, la progresiva urbanización y la mejora del nivel de vida
propiciaron el progresivo abandono de buena parte de las actitudes de la posguerra.
Esta modernización social se evidenció fundamentalmente en los siguientes aspectos:
•El progresivo acceso a la sociedad de consumo gracias al aumento del poder
adquisitivo y la creciente incorporación de la mujer al trabajo asalariado.
•Un proceso de laicización y secularización que distanció a la sociedad de las rígidas
normas y la tutela ejercida por la Iglesia durante el primer franquismo.
•El acceso a la enseñanza básica de todos los españoles, incluidas las mujeres, y un
aumento considerable de los universitarios. La Ley General de Educación de 1970
reorganizó el sistema educativo y posibilitó el incremento de la población escolarizada
a todos los niveles con un considerable aumento de los estudiantes provenientes de
familias obreras.
•La modificación de la estructura familiar que comportó el tránsito de la familia amplia,
propia de los ambientes rurales, a la familia nuclear (padres e hijos) típica del mundo
urbano.
•El cambio en el papel de la mujer. Su creciente incorporación al mundo de los estudios
y al trabajo asalariado
El cambio generalizado de las pautas sociales y la llegada a la edad adulta de las
generaciones que no habían vivido la Guerra Civil debilitaron los apoyos sociales del
régimen franquista y estimularon el antifranquismo.
7-Reformismo político sin libertades
7.1. El limitado reformismo de los tecnócratas
Los gobiernos de la década de 1960, formados a partir de la influencia de Carrero
Blanco, pretendieron impulsar reformas políticas que adecuasen el régimen a las
transformaciones económicas y sociales que se estaban produciendo y que
enmascarasen algunos de los aspectos más autoritarios del franquismo. El objetivo se
orientó hacia la promoción del desarrollo económico, pero también hacia una
renovación política que implicase la modernización de la administración, la legislación y
las instituciones del país. Detrás estaba la convicción de que la prosperidad y el
bienestar social suplirán la falta de libertades y de un gobierno democrático, y que el
desarrollismo consolidaría el régimen franquista.
7.2. Las reformas institucionales y legislativas
Para cambiar la imagen represiva del régimen, en 1963 se creó el Tribunal de Orden
Público (TOP), que traspasaba los delitos políticos de la jurisdicción militar a la civil,
ello no significó una disminución de la persecución de los opositores. En el terreno
social, en 1967 entró en funcionamiento la Ley de Bases de la Seguridad Social, que
amplió los mecanismos de cobertura, con cargo al Estado, de los seguros de
enfermedad, vejez y viudedad, iniciándose la construcción de un incipiente Estado del
bienestar, aunque con un gran retraso respecto a Europa y sin que el empresariado
contribuyera a su financiación. En 1966, el ministro de Información y Turismo,
Manuel Fraga Iribarne, promovió una Ley de Prensa e Imprenta que suprimió la
censura previa y permitió la publicación de revistas, periódicos y libros hasta entonces
prohibidos. Creaba un sistema de multas y suspensiones gubernativas para penalizar a
las publicaciones que superasen la siempre imprecisa permisibilidad de la ley. En 1967
se promulgó la Ley Orgánica del Estado, que pretendía coronar el edificio institucional
del franquismo. La Ley, aprobada en un referéndum manipulado por el gobierno en el
que solo se permitió la propaganda de los defensores del Sí, confirmaba el carácter
monárquico del régimen. La Ley de Representación Familiar permitió la elección de
los procuradores a Cortes, solo se permitía presentarse a candidatos afines al
Movimiento y se limitaba el voto a los cabezas de familia. En julio de 1969, y de
acuerdo con lo estipulado en la Ley de Sucesión, Franco designó al príncipe Juan
Carlos de Borbón como su sucesor. Este nombramiento significaba la culminación del
programa de institucionalización auspiciado por Carrero Blanco y el equipo de
gobierno tecnocrático.
7.3. Tensiones entre inmovilistas y aperturistas
Estas reformas incrementaron los desacuerdos dentro del régimen franquista e incluso
en el propio gobierno. Algunas de las leyes provocaron fuertes discrepancias, como la
Ley de Bases de la Seguridad Social. Tampoco se aprobó el proyecto de Ley
Sindical ante el temor de la mayoría del gobierno de que las candidaturas impulsadas
por los antifranquistas acabarían imponiéndose. La propia Ley de Prensa de Fraga
fue duramente censurada por Carrero Blanco por ser excesivamente permisiva y
tolerante. En 1969, las diferencias políticas en el interior del gobierno se hicieron
públicas. El estallido del escándalo Matesa, una empresa de maquinaria textil
conectada con el entorno del Opus Dei, provocó una crisis gubernamental. Este caso
de corrupción fue ampliamente difundido por la prensa y los sectores inmovilistas
culparon a la excesiva tolerancia informativa de haber contribuido al público descrédito
del gobierno. La crisis se resolvió con la victoria de Carrero Blanco y con la formación
del gobierno monocolor, que supuso la salida de los ministros más aperturistas
(Fraga y Solís). Carrero Blanco,el brazo derecho de Franco, modificó en sentido
restrictivo la Ley de Prensa y ordenó reprimir sin contemplaciones toda manifestación
opositora.
7.4. Crisis y renovación de la Iglesia
El Concilio Vaticano II puso en evidencia que la Iglesia católica española debía
distanciarse del régimen franquista y cesar en el apoyo incondicional que le había
otorgado desde 1939. La Santa Sede procedió a renovar la jerarquía eclesiástica y
puso al frente de la Conferencia Episcopal al cardenal Vicente Enrique y Tarancón,
dirigente del sector conciliar y reformista. Vicente Enrique y Tarancón llevó a la
Iglesia española a posicionarse decididamente a favor de las libertades democráticas y
la reconciliación política, lo que provocó la irritación del gobierno. Esta reorientación
estaba también condicionada por la crisis interna de la institución (secularizaciones,
disminución de las vocaciones), por el contexto de creciente laicización de la sociedad
y por la pérdida de buena parte de su influencia en todos los ámbitos de la vida. Influyó
el aumento de sacerdotes jóvenes que se alinearon con las posiciones de la oposición
antifranquista.
8-La reorganización del antifranquismo
8.1. Los grupos de oposición política
En la década de 1960 se produjo la recomposición del antifranquismo como resultado
de las transformaciones sociales, del recambio generacional y de la pérdida de
influencia del exilio político. Las organizaciones opositoras plantearon una nueva forma
de enfrentarse con la dictadura, pretendiendo su descrédito a partir de la denuncia de
las precarias condiciones de vida y de la falta de libertades políticas. La izquierda tuvo
un claro protagonismo político al estar presente en la mayoría de las movilizaciones y
conflictos sociales. El PCE dirigido por Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo, tenía
fuerte presencia en los movimientos de masas. Sufrió duramente la represión
franquista y, en 1963, Julián Grimau fue condenado a muerte. También surgieron
nuevas organizaciones socialistas y marxistas (FLP, PCE-ML y PCI), así como grupos
que propugnaban la lucha armada (FRAP). El PSOE estuvo condicionado por el
enfrentamiento entre la dirección en el exilio y la militancia del interior. En el Congreso
de Suresnes (Francia), celebrado en 1972, estos últimos se hicieron con el control del
partido bajo la dirección de Felipe González. En 1962, buena parte de la oposición
moderada (monárquicos, demócratas-cristianos y liberales) junto con republicanos y
socialistas en el exilio, participaron en Múnich (Alemania) en el IV Congreso del
Movimiento Europeo para denunciar internacionalmente la dictadura de Franco.
8.2. La reactivación de los nacionalismos
En Cataluña, aunque los partidos históricos, como ERC y Unió Democrática (UD),
eran poco activos, surgieron nuevas organizaciones nacionalistas de izquierda y
también se constituyó la Assemblea de Catalunya (1971), una organización unitaria
de partidos, movimientos y entidades opositoras. En 1974 se creó Convergéncia
Democràtica de Catalunya (CDC), organización nacionalista moderada dirigida por
Jordi Pujol.
En el País Vasco, el PNV permanecía como un referente e inspiraba al gobierno vasco
en el exilio, el hecho de mayor repercusión fue la aparición de ETA Euskadi Ta
Askatasuna (Euskadi y Libertad) en 1959. Esta organización, propugnó a partir de
1968 la lucha armada contra el franquismo, provocando atentados contra
personalidades del régimen y fuerzas del orden público. El incremento del terrorismo
comportó que algunos delitos volvieran a considerarse rebelión militar y el Estado de
excepción se convirtió en un recurso frecuente. El Consejo de Guerra de Burgos
(1970), con la petición de seis penas de muerte contra militantes de ETA, provocó un
alud de protestas.
8.3. El nuevo movimiento obrero
La protesta de los trabajadores fue la principal manifestación de oposición al régimen a
partir de la década de 1960. Entre 1960 y 1975, los conflictos laborales se
multiplicaron y se localizaron tanto en las zonas de tradición obrera (Asturias) como en
las nuevas ciudades industriales (Sevilla). La mayoría de los conflictos tenían su origen
en reivindicaciones laborales, aunque integraban demandas de libertades políticas. Los
patronos y las autoridades franquistas consideraban toda protesta y huelga un
problema de orden público y atentaban contra esto mediante represiones. A nivel
organizativo destacó la creación en 1964 de Comisiones Obreras (CCOO), una
organización clandestina que impulsaba la lucha laboral (salarios, condiciones de
trabajo...) y la política (libertad sindical, derechos civiles...). Este sindicato combinaba
las acciones ilegales, como las huelgas, con los medios legales; aprovechando la
elección de representantes sindicales para introducirse en el sindicato franquista. Su
éxito en las elecciones sindicales de 1966 hizo que el gobierno las declarase ilegales
(1967) y las reprimiese. En 1972 fue detenida su dirección y juzgada en el Proceso
1001. De los antiguos sindicatos, solo la UGT mantuvo una actividad clandestina,
mientras la CNT prácticamente desapareció.
8.4. Protestas estudiantiles y ciudadanas
La incorporación a la Universidad de jóvenes nacidos después de la Guerra Civil e
influidos por los cambios sociales y culturales de la década de 1960, hizo de la
protesta estudiantil un frente de conflictividad. La lucha contra el SEU, el Sindicato
Español Universitario, llevó a la creación de sindicatos democráticos de estudiantes
enfrentados a la dictadura, primero en las universidades de Barcelona y Madrid
(1966-1967) y luego en la mayoría de España.
La respuesta represiva del régimen, en forma de sanciones a estudiantes, cierre de
centros y expulsión de profesores no hizo más que radicalizar el movimiento. A partir
de 1968, con el impacto del Mayo francés, el movimiento estudiantil se radicalizó
ideológicamente y convirtió las universidades en unos centros de continua contestación
y rebeldía. También surgieron nuevos movimientos sociales a favor de las libertades y
la democracia manifestados por numerosas entidades legales, como Justicia y Paz,
colegios profesionales, amigos de la ONU… Las asociaciones de vecinos adquirieron
un notable activismo a partir de la demanda de mejores condiciones de vida para unos
barrios desatendidos por la administración y con déficits de servicios públicos.
9-La agonía de la dictadura
Desde principios de la década de 1970 hasta la muerte de Franco (1975), el
franquismo estuvo condicionado por el aumento de la conflictividad social, la
ampliación de la oposición democrática y las tensiones en el interior del régimen. A
estos problemas se añadió el inicio de una grave crisis económica derivada del
aumento del precio del petróleo y un conflicto internacional en la colonia española del
Sahara.
9.1. Los últimos gobiernos franquistas.
Las tensiones internas, centradas en la continuidad del régimen, se decantaron a favor
de las posiciones más inmovilistas: un proyecto de Ley de Asociaciones Políticas
quedó paralizado, la Ley Sindical se convirtió en una simple recopilación de las
normas vigentes, y la práctica sancionadora de la Ley de Prensa se endureció. En
junio de 1973, el almirante Carrero Blanco fue nombrado presidente del gobierno,
convirtiéndose en la persona para asegurar la continuidad del franquismo después de
la muerte de Franco. Estos planes se quedaron truncados en diciembre de ese mismo
año, cuando Carrero fue asesinado por ETA en un atentado en Madrid. La fractura
entre quienes apostaban por la permanencia del régimen a toda costa (búnker) y
quienes apuntaban hacia la necesidad de un cambio progresivo, creando asociaciones
políticas dentro del Movimiento -los aperturistas-. En 1974 se formó un nuevo
gobierno presidido por Arias Navarro, que pretendía unir a aperturistas e inmovilistas.
Pero Arias no convenció a ninguna de las familias franquistas, y mucho menos a la
oposición democrática. Ante la ausencia de auténticas reformas, los ministros
aperturistas salieron del gobierno mostrando así la incapacidad del franquismo para
democratizarse.
9.2. El incremento de la movilización popular
A partir de 1973 tuvo lugar un espectacular crecimiento de la conflictividad social
-obrera, estudiantil, vecinal- y los grupos de oposición tendieron a una acción conjunta
previendo la próxima desaparición del dictador. Se crearon organismos unitarios para
reivindicar el sistema democrático e impedir la continuidad del franquismo. En 1974, a
iniciativa del PCE, se constituyó en París la Junta Democrática, que integraba a las
CCOO, a partidos de izquierda e incluso personalidades de la derecha democrática. En
1975, el PSOE impulsó la Plataforma de Convergencia Democrática junto con
grupos demócrata-cristianos, la UGT y el PNV. Los programas de ambos organismos
proponían la formación de un gobierno provisional que implantara un régimen
democrático, procediera a dictar una amplia amnistía y convocase elecciones libres. En
esos años se produjo también un recrudecimiento de la violencia, ya que ETA
incrementó sus atentados y apareció un terrorismo ultraizquierdista, representado por
el FRAP. El gobierno de Arias Navarro intensificó la represión, como en 1975 fue
ejecutado Puig Antich.
9.3. El conflicto del Sahara
El proceso de descolonización africano, en 1956, Francia pactó con el rey de
Marruecos la independencia de la zona francesa sin apenas informar al gobierno
español, que se vio forzado a proceder de la misma forma con el protectorado español.
Tras un breve conflicto armado en 1957, España cedió completamente el territorio de
Ifni a Marruecos en 1969, tras haber concedido la independencia a Guinea Ecuatorial
en 1968.Para proceder a la descolonización del territorio del Sahara, el gobierno
español había aceptado celebrar un referéndum de autodeterminación de ese territorio,
a propuesta de la ONU y del Frente Polisario, una formación independentista
saharaui. En 1975, aprovechando la grave situación de Franco, Marruecos exigió la
entrega de ese territorio y el rey Hassan Il organizó la Marcha Verde, una invasión
pacífica del Sahara. Ante el peligro de un conflicto bélico con Marruecos y con Franco
agonizando, se firmó el Acuerdo de Madrid, que suponía la entrega de ese territorio a
Marruecos y a Mauritania.
9.4. La muerte de Franco: el fin de la dictadura
En un contexto de condena internacional de la represión franquista, de agudización de
las tensiones en el propio régimen y de crisis provocada por el Sahara, el 20 de
noviembre de 1975 falleció el general Franco. Dejaba un régimen anacrónico y en
evidente crisis.

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