Cambios Económicos y Sociales Durante El Desarrollismo
Cambios Económicos y Sociales Durante El Desarrollismo
Cambios Económicos y Sociales Durante El Desarrollismo
Desarrollismo
El Aumento en la Economía
A finales de la década de los 50, la economía española estaba al borde del colapso, había:
inflación, déficit comercial, desequilibrio presupuestario y agotamiento de las reservas de Banco
de España. Pero partir de 1957, Franco realizó una pequeña regeneración de los cargos
gubernamentales, obteniendo así una plantilla más cualificada profesionalmente que sus
antecesores. Esto les ganó el nombre de tecnócratas. Para ellos, el modo de hacer perdurar el
franquismo era realizar una serie de reformas administrativas y económicas en lo que se conoció
como desarrollismo.
También se inició una reforma fiscal que resultó ser insuficiente, ya que las mayores cargas
fiscales afectaban a los impuestos indirectos. Por lo que el ministerio de Hacienda se limitó a
controlar el déficit y el gasto público. Durante este periodo se invirtió en ministerios dedicados
a los servicios sociales y a infraestructuras en detrimento otros más tradicionales, mostrando
una modificación de las prioridades estatales.
En cuanto a la industria, supuso la principal fuente de expansión económica, aumentando a una
media del 10% por año. El auge de este sector se debe a la importación de maquinaria, a la
inversión extranjera y a los bajos salarios. Además, se diversificó la producción prácticamente
todos los sectores, y si bien los núcleos industriales (Cataluña y País Vasco) mantuvieron su
hegemonía, se industrializaron áreas nuevas.
El sector agrario también experimentó una transformación drástica, siendo así que en los años
sesenta se produjo la llamada “crisis de la agricultura tradicional”, que abrió el paso hacia la
mecanización y la intensificación de los cultivos. Al mismo tiempo las explotaciones ganaderas
se modernizaron. Tanto el auge de la industria como la modernización del sector primario (con
su respectiva reducción de la mano de obra necesaria) provocó un éxodo rural.
-Al aumento del comercio exterior, que se incrementó enormemente tanto en las importaciones
como en las exportaciones, los cuales ampliaron la gama de productos con los que comerciar.
-A la intensificación del turismo. .
-Y a la mejora de los medios de transporte, que se volvió una necesidad con el aumento
demográfico.
El nuevo paradigma social de la población urbana, trajo consigo una variación ocupacional, el
número de asalariados se incrementó junto al de autónomos, funcionarios y profesionales
liberales. Al mismo tiempo la clase media ganaba importancia y se abría paso una nueva
burguesía urbana.
Por primera vez en España, había más obreros industriales (que pasaron de abarcar el 24% al
38%) que de labradores (que pasaron de abarcar el 50% al 21%). Para 1975, había 4 · 106
obreros, los cuales representaban la mitad de los activos asalariados en España
distribuyéndose mayoritariamente en las zonas más industrializadas.
Dada la magnitud del fenómeno migratorio que sobrepasó en gran medida las previsiones
oficiales, muchas demandas de vivienda, de infraestructuras y de servicios públicos quedaron
desatendidas a medida que aumentaba la población de las ciudades.
Por contraparte, la España rural se distanció cada vez más de la industrializada. Pues mientras
en regiones como Cataluña o el País Vasco la economía florecía y la población se regeneraba,
otros lares como Extremadura o las Castillas (vieja y nueva) sufrieron un deterioro económico y
un envejecimiento de la población progresivo.