TO Ecosocial
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Relato de Experiencia
Cómo citar: Mansilla, O. Q., Ojeda, C. P., Neira, P., & Algado, S. S. (2023). Terapia ocupacional desde
una perspectiva ecosocial de la salud mental. Cadernos Brasileiros de Terapia Ocupacional, 31, e3365.
https://doi.org/10.1590/2526-8910.ctoRE257533653
Resumen
Se describe la experiencia de un proyecto de huerta terapéutica ubicada en las
inmediaciones del Servicio de psiquiatría del Hospital Guillermo Grant Benavente
(HGGB) de Concepción, Chile, liderada por la Organización No Gubernamental
Rebrota (ONG Rebrota) en base a la perspectiva eco-social aplicada en personas
con necesidades de salud mental. Se objetiva analizar la experiencia de Terapia
Ocupacional Ecosocial como herramienta práctica para la transformación de los
territorios, permitiendo a los terapeutas ocupacionales comprender la interacción
entre la sociedad y la naturaleza como un proceso socioecológico que impacta en
diferentes esferas de los seres humanos, especialmente en la participación social y la
salud mental. Utilizando la metodología descriptiva del Modelo Procesal de
Emprendimiento Eco-social realizamos una orientación práctica de acciones para
que las comunidades, insertas en sus entornos naturales y culturales, logren
descubrirse reflexivamente generando procesos de salud colectiva. La Terapia
Ocupacional Ecosocial desarrolla praxis que mejoran la salud y promueven el
bienestar de las personas, grupos y/o comunidades, generando un impacto positivo
en los socio-ecosistemas y construyen comunidades más saludables, inclusivas,
sostenibles. La Terapia Ocupacional Ecosocial es una invitación a generar proyectos
de investigación-acción para mitigar el impacto social sobre la naturaleza en un
contexto de crisis climática, donde encontramos comunidades en la génesis de
saberes transculturales que nos permitan desarrollar una praxis transformadora para
el buen vivir en sintonía con nuestro entorno; mientras mejoran su bienestar y
participación, desde una perspectiva de derechos humanos y justicia ocupacional.
Palabras-clave: Salud Mental, Terapia Ocupacional, Medio Social, Terapia
Hortícola, Salud Colectiva.
Recibido Jul. 3, 2022; 1a Revisión Jul. 11, 2022; 2a Revisión Oct. 10, 2022; Aceptado Nov. 27, 2022.
Este es un artículo publicado en acceso abierto (Open Access) bajo la licencia Creative Commons Attribution, que permite
su uso, distribución y reproducción en cualquier medio, sin restricciones siempre que el trabajo original sea debidamente
citado.
Cadernos Brasileiros de Terapia Ocupacional, 31, e3365, 2023 | https://doi.org/10.1590/2526-8910.ctoRE257533653 1
Terapia ocupacional desde una perspectiva ecosocial de la salud mental
Resumo
Descreve-se a experiência de um projeto de horta terapêutica localizado nas
proximidades do Serviço de Psiquiatria do Hospital Guillermo Grant Benavente
(HGGB) em Concepción, Chile, liderado pela Organização Não Governamental
Rebrota (ONG Rebrota) com base na perspectiva ecológica-social junto a pessoas
com necessidades de saúde mental. Objetiva-se analisar a experiência da Terapia
Ocupacional Ecossocial como uma ferramenta prática para a transformação de
territórios, permitindo aos terapeutas ocupacionais compreender a interação entre
sociedade e natureza como um processo socioecológico que impacta diferentes
esferas do ser humano, especialmente na participação social e saúde mental.
Utilizando a metodologia descritiva do Modelo de Processo de Empreendedorismo
Ecossocial, realizamos uma orientação prática de ações para que as comunidades,
inseridas em seus ambientes naturais e culturais, possam se descobrir
reflexivamente, gerando processos de saúde coletiva. A Terapia Ocupacional
Ecossocial desenvolve práticas que melhoram a saúde e promovem o bem-estar de
indivíduos, grupos e/ou comunidades, gerando impacto positivo nos
socioecossistemas e construindo comunidades mais saudáveis, inclusivas e
sustentáveis. A Terapia Ocupacional Ecossocial é um convite para gerar projetos de
pesquisa-ação para mitigar o impacto social na natureza em um contexto de crise
climática, onde encontramos comunidades na gênese do conhecimento
transcultural que nos permitem desenvolver uma práxis transformadora para o bem
viver em sintonia com nosso meio ambiente; ao mesmo tempo em que melhora seu
bem-estar e participação, de uma perspectiva de direitos humanos e justiça
ocupacional.
Abstract
It is described the experience of a therapeutic garden project located in the vicinity
of the Psychiatry Service of the Guillermo Grant Benavente Hospital (HGGB) in
Concepción, Chile, led by the Non-Governmental Organization Rebrota (ONG
Rebrota) based on the ecosocial perspective applied in people with mental health
needs. It aims to analyze this Eco-social Occupational Therapy experience as a
practical tool for the transformation of territories, allowing occupational therapists
to understand the interaction between society and nature as a socio-ecological
process that impacts different spheres of human beings, especially in social
participation and mental health. Using the descriptive methodology of the Eco-
social Entrepreneurship Process Model, we carry out a practical orientation of
actions so that communities, inserted in their natural and cultural environments,
can discover themselves reflexively, generating collective health processes. Eco-
social Occupational Therapy develops practices that improve health and promotes
the well-being of individuals, groups and/or communities, generating a positive
impact on socio-ecosystems and building healthier, more inclusive, and sustainable
communities. Eco-social Occupational Therapy is an invitation to generate
research-action projects to mitigate the social impact on nature in a context of the
climate crisis, where we find communities in the genesis of transcultural knowledge
that allows us to develop a transformative praxis for good living in tune with our
Introducción
El contacto con la naturaleza con fines terapéuticos es una práctica bien utilizada en
diversos puntos del planeta. La siguiente publicación describe y analiza la experiencia de
un proyecto de huerta terapéutica ubicada en las inmediaciones del Servicio de
psiquiatría del Hospital Guillermo Grant Benavente (HGGB) de Concepción, Chile,
liderada por la Organización no gubernamental Rebrota (ONG Rebrota), en alianza
internacional con la Universidad UVIC-UCC (España) en base a la perspectiva eco-
social aplicada en personas con necesidades de salud mental.
ONG Rebrota es una organización comunitaria compuesta principalmente por
profesionales y estudiantes voluntarios de Terapia Ocupacional e Ingeniería en
Biotecnología Vegetal que entregan conocimientos de terapia hortícola y sustentabilidad
por medio de la ejecución de proyectos ecosociales en el Área Metropolitana de
Concepción, con el objetivo de colaborar en el desarrollo de la salud colectiva y el
medioambiente.
La salud mental
La salud mental es una de las deudas pendientes de las sociedades contemporáneas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un 25% de la población
mundial llega a presentar problemas de salud mental. La pandemia por CoVID-19
agravó de forma preocupante este panorama, trayendo consigo consecuencias
económicas y en la salud mental de la población. La importancia de los determinantes
sociales de la salud mental incluye, no sólo características individuales como gestión de
nuestros pensamientos, emociones e interacciones con los demás, sino también factores
culturales, económicos, políticos y ambientales tales como la protección social, el nivel
de vida, las condiciones laborales o los apoyos sociales (Organización Mundial de la
Salud, 2013).
La historia de la salud mental ha estado marcada por la idea hegemónica de una
“sociedad cuerda” sobre quienes padecen “la locura”, generando procesos de
salud/enfermedad dictaminados uno por sobre el otro, es decir que, tanto los
padecimientos como las respuestas hacia los mismos, constituyen procesos estructurales
en todo sistema y conjunto social, y que, en consecuencia, dichos sistemas y conjuntos
sociales no sólo generan representaciones y prácticas, sino que estructuran un saber para
enfrentar, convivir, solucionar y erradicar los padecimientos.
El ejercicio más común en las prácticas hegemónicas –especialmente de la psiquiatría
biomédica– ha sido su desprendimiento de los contextos sociohistóricos en los cuales
participan (Martínez-Hernáez & Correa-Urquiza, 2017). Un ejercicio que se expresa en
la naturalización y encubrimiento de las relaciones sociales de producción, tanto de las
enfermedades como de las formas de tratamiento. Así, en primera instancia el sujeto que
sufre es transformado en objeto y, por lo tanto, reducido a una situación pre-social,
disfunciones psico-biológicas y desequilibrios neuro-humorales y/o emocionales.
El proceso salud/enfermedad opera en la mayoría de las sociedades actuales
latinoamericanas en un campo sociocultural heterogéneo, que implica la existencia de
diferentes formas de desigualdad y estratificación social, las cuales suponen no sólo la
presencia de relaciones de explotación socioeconómica, sino de hegemonía/subalternidad en
términos ideológico-culturales. A nivel de los sujetos, de las instituciones y de los conjuntos
sociales (Menéndez, 1994). Donde los trastornos de origen social son etiquetados y por
consiguiente tratados como problemas de salud mental, culpabilizando a las personas que
los padecen. Se produce una psiquiatrización del malestar social (Rendueles, 2006).
La salud colectiva
En los años setenta, la salud es relegada en América latina, época en que la mayor
parte de los países pasaron por procesos políticos dictatoriales, deteriorando las
condiciones sociales, económicas y de salud. En este contexto surge como forma de lucha
y resistencia, la Salud Colectiva, entendida como el conocimiento que busca estudiar la
realidad social y sanitaria y, al mismo tiempo, proponer alternativas para intervenir
positivamente sobre ella (Velandia, 2005).
En el marco de reunir las contribuciones de los más diversos saberes para el proceso
de construcción de la salud colectiva, los distintos recursos de las ciencias ambientales
son fundamentales para la investigación y las prácticas sanitarias; sin embargo, su alcance
es limitado pues la salud no se restringe al registro biológico (Cruz-Velandia et al.,
2015). Por eso, la constitución del discurso teórico de la Salud Colectiva, con la
introducción de las ciencias humanas en el campo de la salud, reestructura el campo,
destacando las dimensiones de filosófica, ética, política y socioeconómica del proceso
salud-enfermedad (Almeida-Filho, 2006). De esta manera en la Salud Colectiva, la salud
no se persigue como objetivo; es la energía de la vida misma. No sólo es el resultado de
la acción de ciertas instituciones (Salud Comunitaria), sino que responde al sentir de las
personas y grupos humanos (Menéndez, 1994).
La socio-ecología
La huella humana en la naturaleza ha ido en incremento exponencial debido a
factores como la deforestación, el extractivismo y la urbanización no planificada,
generando desbalances en la naturaleza, desviando significativamente el
comportamiento natural de los ecosistemas (Crutzen, 2002), provocando la crisis
climática actual. Debido a esto, ha habido pérdidas sin precedentes en la diversidad
biológica y cultural en las últimas décadas. Como consecuencia, la relación del
humano con los sistemas ecológicos se está rompiendo en términos medios de vida,
gobernanza, instituciones, fondos de recursos y tradiciones culturales (Abel et al.,
2006; Folke et al., 2007).
El daño al capital natural para rápidos rendimientos económicos genera una rápida
desconexión con la tierra y tiene la capacidad de dañar e incluso destruir culturas que
han estado estrechamente ligados a sus ambientes (Cernea, 1997; Alfred, 2009). Esto, a
que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana
auténtica en la Tierra.
Por lo tanto, se plantea la ecología ocupacional para apoyar procesos de salud colectiva, en
donde las comunidades, en relación con sus contextos naturales, tengan las condiciones para
descubrirse como parte de su historia y del medio natural. Esto permite potenciar diferentes
esferas del ser humano, la salud mental entre ellas, haciendo efectivo el mutualismo del
humano con el medio, haciendo uso de la conciencia ocupacional y ecológica, disminuyendo
la huella ecológica de nuestra especie sobre los ecosistemas y trabajando de forma activa por la
restauración del medio natural a partir de la ocupación humana. Todo esto para el desarrollo
de la Terapia Ocupacional Ecosocial (Algado, 2012), basada en la construcción de
comunidades saludables, inclusivas y sostenibles, abriendo un campo de posibilidades para las
Ciencias ocupacionales. El mismo autor (Algado, 2023), ha definido la ecología ocupacional
como el estudio de la profunda e inseparable conexión entre la humana ocupación y el medio
ecológico. La ecología ocupacional emerge como un ámbito de estudio de la ciencia de la
ocupación desde un diálogo interprofesional y transdisciplinar.
Así, también nos marca una ruta para el desarrollo ecosocial (Figura 1), utilizando el
Modelo Procesal de Emprendimiento Eco-social (Simó Algado, comunicación personal,
10 de marzo de 2022) que se constituye como una metodología descriptiva basada en
10 pasos o procedimientos que permiten elaborar una estrategia de evaluación,
implementación e investigación de proyectos eco-sociales, asegurando los parámetros de
justicia ocupacional y sostenibilidad. Orienta y organiza la praxis de la Terapia
Ocupacional eco-social enfocada en el emprendimiento social y que busca desarrollar
aportaciones a la salud mental desde una relación armoniosa de las personas con el medio
ambiente y hacerlo acercando a los individuos y a las comunidades hacia la salud, el
bienestar, la inclusión y la sostenibilidad a través del desarollo de ocupaciones en el
medio natural, desde una manera saludable y que permita mediante acciones poder
recuperar y mitigar los efectos del cambio climático producido por los mismo humanos.
La vida no es un problema que debe ser resuelto, sino una realidad que debe ser
experimentada en plenitud.
Soren Kierkegaard
Para los terapeutas ocupacionales, las áreas ocupacionales son entendidas como
ambientes en dónde se puedan desarrollar actividades con significado, y en donde
podemos intervenir siempre que exista riesgo y/o disfunción ocupacional, debido a
causas físicas, psicológicas, cognitivas, sociales, económicas o ecológicas.
Inicialmente, los terapeutas ocupacionales de ONG Rebrota organizan un diagnóstico
participativo, vinculando a los principales actores involucrados en el proyecto, para identificar
las áreas ocupacionales a tratar y contextualizarlas. Para ello, se aplica un análisis D.A.F.O, el
cual consiste en realizar una evaluación de los factores fuertes y débiles que, en su conjunto,
diagnostican la situación interna de una organización, así como su evaluación externa, es decir,
las oportunidades y amenazas (Sarli et al., 2015). Es fundamental partir siempre de la
identificación de las fortalezas, así como de las oportunidades no quedándonos únicamente en
los aspectos negativos (problemas y amenazas). La temática identificada en el Cerro Comestible
es la falta de ocupaciones significativas en el medio natural para personas con problemas de
salud mental, tanto a nivel de productividad, ocio y de automantenimiento. Esto en un
contexto; por un lado, marcado por la grave crisis ecológica y, por otro lado, por un modelo
biomédico de la salud mental, de estigma psiquiátrico y de exclusión social y laboral en relación
a la enfermedad mental donde la pandemia por CoVID-19 agrava esta situación.
Una realidad compleja sólo puede ser abordada desde una intervención compleja.
Edgar Morin
Cuando uno sueña solo es un sueño, cuando dos o más sueñan juntos es el
principio de una nueva realidad.
Helder Camera
Hannah Arendt
Una vez identificadas las áreas ocupacionales y el DAFO, establecemos los objetivos
de la intervención desde la negociación y consenso entre el equipo, relacionándolos con
los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Cortés (2018), por ejemplo, de Salud y
Bienestar, Reducción de las desigualdades, Ciudades y Comunidades sostenibles y Vida
de Ecosistemas terrestres. Estos pueden plantearse teniendo en cuenta la metodología
SMART (Doran, 1981), que delimita de una manera muy concreta cómo esbozar los
propósitos de nuestro proyecto con la finalidad de aumentar las probabilidades de éxito,
promoviendo objetivos simples, medibles, alcanzables, relevantes y limitados en el
tiempo.
Se promueven acciones holísticas que amplíen la concepción de bienestar, integrando
lo social y ecológico desde una TerapiaOcupacional Ecosocial. Así mismo, considerando
la relación humano-naturaleza desde la codependencia y los beneficios que brinda sobre
lo físico, emocional, mental y espiritual-existencial, utilizamos la terapia hortícola y la
educación popular de Paulo Freire (Freire, 2005) como herramientas prácticas para la
creación de un espacio socio-ecológico urbano, que aporte a los procesos colectivos de
salud humana y ambiental, sobre todo, en un predio de administración Estatal.
La planificación de estas acciones se basa en la apertura de un espacio terapéutico aledaño
al Servicio de Psiquiatría del HGGB, brindando una alternativa a los procesos de salud mental
de quienes acuden allí, creando así un entorno saludable, comunitario y sostenible. La ONG
Rebrota, actualmente, ha habilitado 4 zonas de trabajo comunitario (Vivero para la producción
de plantas, Huerta/bosque comestible para la producción de alimentos, compostaje para la
producción de tierra y sustrato y una zona de apiario donde se establecen colmenas de abejas
melíferas), lo que ha permitido priorizar las acciones a ejecutar en base a las necesidades de
avance de la huerta terapéutica y esto, a su vez, permite que las personas puedan elegir, en base
a sus intereses, en cuál de las actividades involucrarse. Siempre se designan responsables al
iniciar cada jornada para favorecer la participación de usuarios/as y sus familiares. Pese a que se
ha dispuesto sólo un día a la semana para las actividades de voluntariado, en promedio asisten
semanalmente 60 personas dada la diversidad de acciones que se realizan cada día. La
vinculación con la comunidad general se produce por diversos medios, ya sea por redes sociales,
a través de las Universidades con las que mantenemos alianzas, por medios de comunicación
como prensa y televisión local, e incluso, por invitación personal de quienes ya conocen la
experiencia, siempre considerando como población objetivo a personas con oportunidades
reducidas de participación en la sociedad. Esto es fundamental para promover el bienestar e
inclusión social de personas excluidas por el estigma psiquiátrico.
Financiación
Francisco Quevedo
Educación
Paulo Freire
Innovación
David Bohm
Comunicación
Salvador Simó
Todo proyecto debe tener una buena política de comunicación. Esta debe ir enfocada
a la comunidad general, profesional y científica.
En la actualidad usamos Instagram (@rebrotacl) y Facebook (@rebrotachile) como
principal fuente de divulgación, donde interactuamos con la comunidad, compartimos
las actividades e información ampliada de nuestras acciones. Además, realizamos talleres
y charlas, para dar a conocer este proyecto a nivel nacional e internacional.
También hemos participado en ponencias de Seminarios y Congresos para compartir la
experiencia del “Cerro comestible” desde el análisis de diversas miradas, como en la primera
Jornada de Rehabilitación comunitaria del Maule, el Segundo Coloquio Chileno de Socio-
ecología en Concepción, el Segundo Encuentro del Modelo de Ocupación Humana en
Valparaíso y en el primer Encuentro latinoamericano sobre el derecho a la locura en Santiago
de Chile, en cada uno, se expuso la perspectiva eco-social como una metodología que brinda
la posibilidad transformación de los territorios de una manera práctica.
Por supuesto, la principal plataforma de comunicación es el mismo Cerro Comestible,
donde hemos abierto un espacio de encuentro y socialización entre áreas de cultivo. Es allí
donde se entregan las instrucciones de cada jornada, se diseñan los espacios, se toman las
decisiones, se comparten los saberes, los alimentos y nos contamos nuestros aciertos y errores.
En este sitio, oculto entre los cerros, no tan sólo ocurre la comunión de ideas y fundamentos
entre profesiones y experiencias de vida, sino también es una zona de reflexión, escucha activa
y de contención para quienes buscan consuelo al sufrimiento mental y emocional.
Investigación acción
Hay que combinar los ciclos de reflexión con los de acción, como los movimientos
de sístole y diástole del ser humano.
Emmanuel Mounier
Escalabilidad y replicabilidad
Eduardo Galeano
Los proyectos deben ser escalables y replicables. La escalabilidad apela a que cada
proyecto tenga la capacidad de crecer y asumir nuevos desafíos, pero siempre dentro de
parámetros de sostenibilidad; y la replicabilidad, entendida como la versatilidad de
adaptarse a diferentes entornos con las pertinentes adaptaciones culturales y
contextualizaciones pertinentes.
El proyecto “Cerro comestible” inició con la idea de recuperar el invernadero como un
espacio de uso terapéutico transmutando hacia una huerta comunitaria y educativa, y sin
querer, en un centro modelo. Actualmente, es visitado por personas y organizaciones, en
donde Rebrota brinda apoyo a quienes buscan promover la creación de proyectos eco-
sociales. El último objetivo que nos hemos planteado es co-crear el primer Parque
terapéutico a nivel nacional, ubicado en un dispositivo de salud pública y en plena urbe,
donde las personas puedan visitar y aprender sobre tecnologías campesinas, mientras
encuentran salud en un espacio de contemplación en contacto con la naturaleza.
Discusión
En este contexto marcado por la grave crisis climática que `pone el peligro la
supervivencia de los ecosistemas y de la propia Huamndiad, es vital desarrollar una praxis
transformadora de los territorios y sus comunidades desde una ecología ocupacional.
Esta supone un momento de concienciación y de reflexión acerca del impacto antrópico
sobre la Naturaleza y la crisis ambiental a la que nos ha dirigido y que debe ser seguida
por una acción decidida, a través de la ocupación humana, para la restauración del daño
ejercido y favorecer la sostenibilidad.
La Terapia Ocupacional Ecosocial desarrolla praxis que mejoran la salud y
promueven el bienestar de las personas, grupos y/o comunidades, generando un impacto
positivo en los socio-ecosistemas desde la co-construción de comunidades más
saludables, inclusivas, sostenibles (Algado, 2012) y está próxima a los postulados de la
Terapia Ocupacional Social (Barros et al., 2002; Esquerdo et al., 2015) como el campo
de reflexión y de intervención, definido sociológicamente a partir de la atención a grupos
sociales en procesos de ruptura de las redes sociales de soporte.
Las praxis desde una Terapia Ocupacional Ecosocial pueden ser un aporte para un nuevo
enfoque de la salud mental trascendiendo de un modelo marcado por la hegemonía
psiquiátrica, con un enfoque curativo de la salud, a un modelo basado en las capacidades de
las personas, en los recursos de las comunidades y los contextos naturales. El objetivo es
ayudar a las personas en la construcción de un proyecto de vida pleno de significado
(Guzman & Algado, 2014), a través del desarrollo de ocupaciones significativas, definidas
como aquel cruce de caminos entre las necesidades, el potencial y la espiritualidad de la
persona (Algado & Burgman, 2006). Precisamente el desarrollo de la espiritualidad es lo que
nos remite a las dimensiones de sentido y de conexión con uno mismo, los demás y el Todo.
El desarrollo de ocupaciones en la naturaleza, como la horticultura, poseen un valor,
no tan sólo terapéutico, sino también en la inclusión social y laboral, especialmente de
personas con escasa oportunidades de participación en la sociedad, considerándose
derechos humanos universales. Así mismo, este tipo de actividades comunitarias en
entornos naturales pueden favorecer la igualdad de oportunidades de personas en
situación de discapacidad, asegurando lo pactado en la Convención Internacional sobre
los derechos de las personas con discapacidad de las Naciones Unidas.
El Modelo de Emprendimiento Ecosocial puede ser una herramienta, como una guía de
aspectos a tener en cuenta o un listado de posibilidades para los proyectos, invitándonos a
centrar nuestra mirada en el ambiente, descentralizando al ser como objetivo, entendiendo
que la reciprocidad de esta acción nace la ocupación humana y que la persona es uno más
de los elementos a cuidar de todo el ecosistema que llamamos naturaleza. Brinda a los
terapeutas un modelo culturalmente seguro, haciendo referencia a su adaptabilidad al
contexto cultural en que pueda implementarse, siendo respetuoso de la historia y tradiciones
de cada territorio donde se use, siendo accesible y replicable, permitiéndonos participar como
disciplina de la conservación y la protección de los socio-ecosistemas, siendo una
oportunidad para poder disfrutar de los recursos que están disponibles.
El desarrollo de acciones de Terapia hortícola y de Terapia Ocupacional Ecosocial
abren una alternativa de comprensión del proceso salud/enfermedad desde la mirada de
quienes viven y experimentan la enfermedad mental, respaldando lo aludido por el
Modelo de Salud colectiva.
El diálogo de la Terapia Ocupacional Ecosocial y la Ciencia de la Ocupación desde
la Ecología Ocupacional con disciplinas como la Socio-ecología nos enriquece como
profesión y nos permite que el curso de nuestras acciones tenga impacto en la salud,
participación social justicia ocupacional y la sostenibilidad del planeta.
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Fuente de Financiamiento
Editora de sección
Profa. Dra. Daniela Testa