Servidumbres y Restricciones Administrativas

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1.

Servidumbres y Restricciones Administrativas


Dice Cabanellas que: "Las servidumbres como derecho a que está
'' sujeta la cosa ajena en utilidad nuestra o de un fundo que nos pertenece; o
bien, el derecho constituido en cosa ajena (inmueble debe agregarse)
mediante el cual el dueño se haya obligado a no hacer o a dejar hacer (pero
nunca a hacer) algo en beneficio de oirá persona o cosa".
El mismo autor al tratar lo relativo a la SERVIDUMBRE LEGAL, manifiesta:
"La establecida o posible por ministerio de la ley, ante la necesidad de un
predio o por causa de utilidad pública; tales como la de paso de corriente
eléctrica, la de estribo de presa, la de salvamento y otras más.

La servidumbre administrativa, en cambio, es un derecho público real


constituido por una entidad estatal sobre un inmueble ajeno, con el objeto de
que éste sirva al uso público.

1º) Está destinada al uso público (es decir de la colectividad) y no en


beneficio de una heredad o inmueble determinado, a diferencia de la
segunda y tercera característica que enunciamos de las servidumbres
civiles; no hay pues en todos los casos un “fundo dominante.” En realidad,
aunque la servidumbre administrativa aparece formalmente constituida en
favor de la administración, lo está materialmente en beneficio de la
colectividad. Como consecuencia de esto, parece discutible que la
servidumbre administrativa pueda caracterizarse como real, pareciendo,
en cambio, que debiera considerársela personal, a diferencia de las civiles.
Se advierte por ejemplo en la servidumbre de acueducto, que ella no sirve
al conjunto de inmuebles que constituyen el pueblo, sino a los habitantes
de este.

2º) Puesto que está destinada al uso público, es un bien del dominio
público;23 desde luego, no es el inmueble mismo el que integra el dominio
público, sino el derecho de servidumbre sobre aquél.
3º) Mientras que en la servidumbre civil el fundo sirviente es siempre de
propiedad privada, y no puede constituirse tal derecho sobre bienes del
dominio público, la servidumbre administrativa puede tanto constituirse
sobre bienes del dominio público como del dominio privado.

Algunos autores limitan, con todo, la posibilidad de constituir servidumbres


administrativas sobre bienes del dominio público, sosteniendo que ellas sólo
procederán cuando “no perjudiquen el uso público de la cosa donde se
establecen; sin embargo, pareciera que siempre que la servidumbre se
constituya en consideración a un uso público distinto de aquel a que se
encuentra afectada la cosa no habría inconveniente a su constitución
siempre que, por cierto, la autoridad que la impone esté facultada para ello.

Así, por ejemplo, si una municipalidad está usando un edificio para sus
servicios públicos, integrando éste el dominio público local, nada impide que
la Nación lo declare monumento histórico, imponiéndole así la servidumbre
respectiva, en virtud de la cual el propietario no puede hacerle modificaciones
sin autorización. También si al lado de un aeródromo hay una plaza
municipal, quedará impuesta sobre ella la “servidumbre aeronáutica,” y la
municipalidad no podrá poner árboles más allá de una determinada altura en
tal plaza. En este caso la servidumbre aeronáutica perjudica el uso de la
plaza, pero tiene preeminencia el interés público a que sirve el aeródromo,
por lo que ella prevalece a pesar del citado perjuicio. Por lo demás, siempre
se mantiene el requisito de que se trate de sujetos diferenciados, es decir,
que el titular del fundo sirviente sea uno, y el que establece la servidumbre
otro. (Economía, 2018)

2. Los Bienes del Estado, Uso Privado y Uso Público


La Administración Pública necesita, para el desempeño de sus fines, además
de los poderes o potestades jurídicas que el ordenamiento le otorga, una
serie de medios de distinta categoría: Medios personales: Personas que
prestan servicio a la Administración (funcionarios públicos). Medios
materiales:

• Dinerarios: Recursos económicos o financieros (conforman la


Hacienda Pública).
• No dinerarios o en especie: Bienes públicos.

La satisfacción de necesidades o el bien común exige el empleo de recursos


materiales y la Administración Pública encargada de obtener esta finalidad,
requiere tener a su disposición un conjunto de bienes materiales, como lo son
inmuebles y muebles, todos con valor económico y los utiliza en su actividad.

Así, los bienes de que disponen las administraciones sirven a la satisfacción


de los fines públicos que tienen asignados, y sus características principales
son:

• Su titularidad corresponde a la Administración Pública.


• Se someten a un régimen especial.
• Están destinados al cumplimiento de los fines de interés público, por
lo que el derecho establece normas particulares de adquisición, uso y
disfrute, y en su caso enajenación.

Se considera bienes, cosas públicas a aquella que formando parte del


patrimonio estatal son utilizados por la administración y se clasifican por la
forma en que pueden ser utilizados y por su origen.

• Uso común: corresponde por igual a todos los ciudadanos


• General: no concurren circunstancias singulares
• Especial: concurren circunstancias especiales
• Uso privativo: ocupación de una porción del dominio público
excluyendo su utilización por los demás interesados.
• Uso normal: conforme con el destino principal del dominio público.
• Uso anormal: no conforme con el destino principal del dominio público.

➢ Bienes del dominio público


La denominación dominio público fue incluida en la doctrina francesa a partir
de 1806, cuando Pardessus se refirió a los bienes del estado que pueden ser
utilizados por la colectividad en forma directa o indirecta. En la época feudal
el patrimonio del estado puede ser patrimonio de la corona y también dominio
del príncipe, según Escola, en donde la primera denominación se refiere al
dominio público y la segunda a las propiedades feudales del monarca y su
corte.

La Revolución Francesa provoca un cambio radical y el código dominar de


1790 se establece la existencia del dominio público como las cosas que son
propiedad de la nación o de la república y como se apuntó, esta regulación
legal sirvió posteriormente para el enfoque doctrinario que se inicia con el
nacimiento del Derecho Administrativo a principios del siglo XIX. Primero se
emitió la ley y después se formó la estructura o andamiaje de la doctrina
alrededor de esta institución o figura jurídica.

➢ Bienes públicos para uso privativo o uso privado del Estado

Las cosas públicas de uso privativo o de uso privado de la administración son


utilizadas por esta para el cumplimiento de sus fines, pero no se hallan a
disposición de todos. La ley reserva ciertos bienes para que el Estado
desarrolle sus funciones por medio de sus dependencias o por las entidades
descentralizadas o autónomas. Entre estos bienes se incluyen los edificios,
mobiliario, equipos, vehículos. Entre otros.

La persona que tiene a su cargo el uso del bien estatal (funcionario o


empleado público) está plenamente individualizado o identificado y lo utiliza
bajo un régimen de responsabilidad en caso de pérdida, deterioro o mal uso,
pues deben ser utilizados exclusivamente en el cumplimiento de las
funciones estatales. Todo funcionario o empleado público al momento de
tomar posesión del cargo, recibe bienes para ejecutar sus funciones y el
encargado del inventario de la institución, le hace entrega de los mismos
contra la firma de tarjetas de responsabilidad en donde se identifica al bien,
su precio y al depositario. (Alarcón, 2006)
3. Diferencias del Patrimonio Público con el Patrimonio Privado
El patrimonio público se suele dividir entre natural y cultural. Conforman el
primero los parques naturales o nacionales, monumentos naturales, reservas
naturales, entre otros; mientras que el segundo abarca la suma del patrimonio
histórico-artístico más el patrimonio intangible (conocimientos, tradiciones,
manifestaciones artísticas). Existe en el gobierno una Dirección General
(Patrimonio del Estado) a nivel nacional, así como organismos similares a
nivel de las administraciones autonómicas o provinciales, que se encargan
de velar por su conservación.

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