Perfil Del Adolescente

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PERFIL DEL ADOLESCENTE

(Características del comportamiento típico de un adolescente)

Si bien es cierto que los adolescentes no pueden en ninguna época ser


descriptos como un solo tipo, también es cierto que a través que estudiamos la
etapa podemos ir configurando un modelo, por lo menos de aquel tipo
considerado representativo. Así, tendremos un tipo de adolescente descripto
como un individuo que vive una crisis, inseguro, introvertido, una persona en
busca de su identidad, idealista, rebelde, dentro de lo que el marco social
permite. Los adolescentes de por sí, constituyen un grupo marginal, los
varones no tienen ya lugar junto a las faldas de sus madres, ni en la vida
laboral de los padres; las mujeres tienen conflictos con las madres, y pueden
ser dueñas de sus casas o criar sus propios hijos.
De acuerdo con Aristóteles: “Los jóvenes tienen fuertes pasiones y suelen
satisfacerlas de manera indiscriminada. De los deseos corporales, el sexual es
el que más los arrebata y en el que evidencian la falta de autocontrol. Son
mudables y volubles en sus deseos, que mientras duran son violentos pero
pasan rápidamente. En su mal genio, con frecuencia exponen lo mejor que
poseen, su alto aprecio por el honor, hace que no soporten ser
menospreciados y que se indignen si imaginan que se los trata injustamente.
Pero si bien aman el honor, aman aún más la victoria; ya que los jóvenes
anhelan ser superiores a los demás, y la victoria es una de las formas de esta
superioridad. Su vida no transcurre en el recuerdo sino en la expectativa, ya
que la expectativa apunta al futuro, el recuerdo al pasado y los jóvenes tienen
un largo futuro delante de ellos y un breve pasado detrás. Tienen exaltadas
ideas, porque la vida aún no los ha humillado ni les ha enseñado sus
necesarias limitaciones, además su predisposición a la esperanza, les hace
sentirse equiparados con las cosas magnas, y esto implica tener ideas
exaltadas. Preferirían siempre participar en acciones nobles que en acciones
útiles, ya que su vida está gobernada más por el sentido moral que por el
razonamiento.
Quieren más que los hombres mayores a sus amigos, allegados y compañeros,
porque les gusta pasar sus días en compañía de ellos. Aman demasiado y
odian demasiado. Creen que lo saben todo, y se sienten muy seguros de ello;
éste es en verdad el motivo de que todo lo hagan con exceso. Si dañan a otros
es porque quieren rebajarlos, no provocarles un daño real. Adoran la diversión
y por consiguiente el gracioso ingenio, que es la insolencia bien educada.”
El comportamiento de los adolescentes no es el mismo que conocíamos
respecto a cuando eran niños. Como punto de partida vemos que la
adolescencia se convierte en una etapa de transición cuyos límites no están
definidos. El niño llega a este estado y no sabe cuánto tiempo dura, ni qué
debe o puede hacer aún.
La sociedad y la familia tampoco definen esta indeterminación, ya que no se
espera lo mismo de los niños que de los adultos, y la adolescencia de hoy se
encuentra entre ambos mundos.
Mantiene una actitud distante y menos afectuosa hacia su familia.
Quiere cambiar las normas.
Permanece absorto muchas veces.
Elude las responsabilidades impuestas.
Tiene una actitud negativa hacia las personas, y muchas veces hacia sí mismo.
Le interesan más los amigos que la familia.
Toman sus propias decisiones siguiendo sus criterios, aunque nos disgusten a
nosotros.
Le falta motivación, lo que suele verse reflejado en sus resultados académicos.
Vive sujeto a grandes cambios emocionales, a veces de forma brusca.
Esta transición hacia la madurez es más larga y costosa en cada generación
por el tipo de sociedad en la que vivimos. La independencia económica y la
emancipación se retrasan varios años porque actualmente la etapa educativa
se prolonga más allá de la mayoría de edad.
Sin embargo, desde el punto de vista biológico ya pueden desempeñar
actividades sexuales, laborales o funcionales como cualquier adulto. Esta
situación implica tener personas físicamente maduras que dependen aún de
sus familias y no tienen responsabilidades importantes, la llamada paradoja de
los jóvenes en occidente: se goza de una gran libertad pero se tarda en
alcanzar la madurez necesaria para disfrutarla.
Los adolescentes y jóvenes están viviendo un periodo único en la vida que les
definirá para siempre, un momento irrepetible. Una fase necesaria para llegar a
la edad adulta donde se encontrarán como persona y conocerán sus límites y
posibilidades. Sin embargo, no todo consiste en la ilusión de afrontar
descubrimientos asombrosos, ya que les genera mucha frustración el no poder
definir claramente su identidad, o creer que estaba definida y descubrir que no
es así.
Los adolescentes pueden reaccionar con irritabilidad e inseguridad ante estas
situaciones, pero estos sentimientos no deben ser un gran problema si los
padres mantenemos un cierto nivel de calma y una adecuada comunicación
con nuestros hijos. Es de gran ayuda utilizar los mismos canales de
comunicación que ellos usan, porque así conoceremos perspectivas de sus
vidas que hasta ahora permanecían ocultas y podremos iniciar una
comunicación más rica y efectiva.
Cada medio de comunicación que compartimos arroja una luz nueva sobre
facetas de nuestros adolescentes que no pueden apreciarse durante la
convivencia cotidiana con ellos. Debemos comprender que están en la época
en la que más ayuda necesita de nosotros, aunque paradójicamente es el
momento en el que más la rechazan.
Nuestra experiencia, amor incondicional, paciencia, ejemplo, coherencia y
constancia son claves para que superen este momento. Necesitan que nos
comuniquemos con ellos eficazmente, por lo que cobra importancia el entender
las herramientas que usan para comunicarse: las TIC. Si los padres se hacen
“seguidores” de sus hijos en las redes sociales, gracias a los mensajes que
dejan en Internet para sus amigos y seguidores, sabrán cosas nuevas de sus
hijos, algunas gratamente sorprendentes, ya que les verán desde una
perspectiva nueva.
Mantener con sus hijos una comunicación basada en la confianza hace que
puedan saber quiénes son sus amigos, con quién se relacionan y qué tal se
sienten con dicha relación.
En el lado opuesto de la comunicación existen prácticas como el espionaje,
algo no solo nada ético, sino directamente ilegal y que no dice nada bueno de
nosotros. Esto solo puede estar justificado en situaciones extraordinarias en las
que se tenga la certeza de que sus hijos corren un riesgo real.
Espiar a través de las TIC invadiendo su espacio personal solo por seguir
manteniendo el papel de padres que controlan todo lo que atañe a sus hijos no
solo supone una traición a su confianza, sino que supone no aceptar su
maduración y les hace cómplices de estar alimentando y perpetuando su
estado de indefinición y confusión. Además, casi con total seguridad se estarán
cerrando las puertas a su confianza durante mucho tiempo. Es vital respetar su
espacio privado, ya que en la adolescencia los hijos forjarán su personalidad
para siempre y luego serán adultos basados en los valores e ideas esenciales
que hayan adquirido durante este proceso.
¿Qué les estarían enseñando si los padres, sus modelos de adultos
responsables, se dedican a fisgonear en su vida íntima? Es fundamental
mantener una buena relación con ellos desde muy pequeños, basada en la
confianza y en la sinceridad. Solo así los hijos acudirán a sus padres en
primera instancia cuando tengan algún tipo de duda o problema en su uso de
las TIC. Cuando esto ocurra, se les debe ayudar con amabilidad y sin juzgarles
para reforzar esta confianza y su deseo de recurrir a sus padres antes que a
otras fuentes de ayuda.
Los adolescentes ya han dejado de ser esos niños que se acomodan al gusto y
voluntad de sus padres. Además, durante la adolescencia los cambios físicos y
hormonales les causan sensaciones y sentimientos desconocidos, y ante estas
novedades los adolescentes no siempre buscarán información y consejo en sus
padres por miedo o vergüenza, sino que lo hará entre sus iguales utilizando
sobre todo las TIC.
Por eso se les debe educar para que sepan utilizar correctamente estas
herramientas y obtengan la mejor información en este importante momento de
su desarrollo, si no optan por vuestra ayuda desde un primer momento. Todo
esto sin olvidar que debéis ser su referente y su pilar de confianza cuando
decidan acercarse a vosotros.

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