LaMuda MUESTRA

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ethel barja

la muda

Editora Nómada
Ethel Barja

la muda

cordero
Editora
en la caja Nómada
cordero
en la caja

© 2023, Ethel Barja Cuyutupa


© 2023, Editora Nómada Sciolibris™
Tepalcatitla 39, La Concepción
Coyoacán, CDMX, 04020

ISBN: 978-607-59554-1-4

www.editoranomada.mx
[email protected]

Imagen de portada: “Veloces III” de Ethel Barja Cuyutupa


Edición: Katia I. Ibarra

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por


cualquier medio o procedimiento, sin la autorización por escrito
de los titulares del copyright.
A las muertas y desaparecidas latinoamericanas,
ágiles ausencias que espolean a los astros
cráteres de luz

Aus der leichenwarmen Vorhalle des Himmels tritt die


Sonne.

[Sale el sol del zaguán celeste cálido en cadáveres.]

Ingeborg Bachmann
en el patio hay una entrada malva
donde la luz se desquicia
un estrecho que perfora el presente
con la fuerza de un apetito anterior
donde la muñeca semienterrada
ve un panorama arrasado
lo que queda en este lado de la materia
indica que el fracaso es
indirectamente proporcional
a la capacidad de la contracción
con traer el rumor que obsesiona
poco alcanzas
contraer la culpa
poco besas
ven y toca la contra-acción
de la memoria
la contrarquitectura del tiempo
en el despunte de los soles ágiles

11
mi recinto
tiene en su bóveda
un vitral vertiginoso
en sus cristales desmenuzo
un ideograma v i o l e n t o

12
el astro rota sobre su propio eje
se penetra a sí mismo
alimenta el simulacro
con sus giros alterados
de energía inútil
nada se crea
ni se destruye
se alza de su corteza
una nube de ira
idéntica y estéril

13
yo te consuelo
con este fémur
con este encuentro
fortuito de los días
en que esperas atenta
el dictamen sobre lo que queda de ti
sin saberlo
te rodearon
innumerables veces
hasta que por fin
tensión en los ojos
tú y algo convergen
en una agitación
más allá de tu borde
recogieron lo tuyo
hicieron el rito
y corriste por fin
libre
sobre la arena menuda

14
la claridad y su envés
disputan la permanencia
y la respiración de las criaturas

15
fui un estado mineral
un líquido ansioso
en el núcleo de las cumbres
sumérgete futuro mío
cuenta hacia atrás
contén tu respiración
arquea tu espalda
  tacto en ti finalmente
  a última hora
he deseado el mar
porque lo conocí tarde
cuando ya no podía aprender a nadar
cuando mi deseo era paisaje
llamo corales
a las ahogadas
hasta que los remolinos hacen lo suyo
hasta que despiertan las algas
aguardo en el fondo
y es mía toda la disonancia
de los navíos destrozados

16
un satélite cayó en el desierto
las enterradas sacuden sus brazos
cráteres de luz
susurran toda la noche

17
ayer
es el jugo feroz
que amuralla
y recio corroe
la materia propia
y la enemiga

se busca la dentadura intacta


mientras lo acontecido
aguarda en la mudez
de cada objeto
en su sismo interior
su rajadura

18
la caricia en la mitad
conocida
ahoga el rastro
de la otra mitad

esta orilla paradójica


es un recodo de tiempo
superficie donde pacen las criaturas
dos o más se disputan un espacio
es la zona del repliegue
paradigmático del deseo
donde los despojos
se secan al sol

19
un enjambre
se agita en la maleza
abraza las prendas que ondean
despierta el zapato
al pie del ciruelo
una pasajera más o menos
se estremecen ahora
las líneas imaginarias
que la vieron cruzar
queda en vilo
el recibo de electricidad vencido
la olla prestada
la sed de siempre
al mediodía a cielo abierto
suspendida también
la llamada
y el plato vacío del animal
que la espera detrás de la puerta
solo el fruto maduro
prosigue y cae
silencioso en su regazo

20
                                         
soles ágiles

…zurück, kummerang, zu mir,


krümmer, verkümmert,
und immer viel schlimmer
als noch beim letzten mal,
da du mich sahst.

[…regresas a mí, dolobumerán, curvado,


retornas, vestigial,
y siempre mucho peor de como eras
la última vez que doblaste
tu mirada hacia mí.]

Dagmara Kraus
aquí & ahora
del poema
latitud: 41.823127
longitud: -71.3938484
elevación: 21 m.
15 horas

43
extiendo los brazos
como si pudiera encontrar en el aire
algo que me limpie para siempre

el exterior parece el aquí


de púas y horas detenidas
pero hay salidas
extensiones nutritivas
y cruces de caminos
que aguardan

el exterior no es el cielorraso
que me deja al borde de la asfixia
es el terror de lomismo que se ausculta
el desafío que se arranca
de los goznes de la ira

44
la algarabía del signo
es la conmoción de los soles ágiles
la hambruna de los dedos
en el intento
de un trazo firme
sobre lo ausente

y por fin se logra


el despliegue
de la curva de tinta
sobre el lecho
ruge su hemisferio sur
aprisiona el aire

45
hemos caído
pero no tenemos precipicio
entonces
seguimos cavando

pienso en las mías


otra vez
en su despedida
en nuestra orilla sin linaje
en el firmamento
por hacerse más allá del desierto
cuando me llaman las montañas
vetas soberanas que conspiran

46
la muda

I am tumbled, I am stretched, among these


long lights, these long waves, these
endless paths, with people pursuing,
pursuing.

Virginia Wolf
el tránsito
es un misterio nutritivo y rojo

72
h
palpa en su vértebra
la anticipación de su cuello
cruje su infancia
en sus cuerdas vocales
pulidas con piedra pómez
hunde sus dedos
en la hora que gotea
hacia su peso anterior
hacia el lugar del primer corte
qué dimensión nunca saciada
h en intimidad con su vacío
se desocupa sin temblor
ante los restos aún tibios en las paredes
y aunque le repitan… y ella confirme…
ordene su pelo y se haga mínima
casi guarismo negativo
su olor no desaparece

73
muda
retumbar filudo de ayer
aquí en el ojo
disociación de los cuerpos
matriz desdibujada
llena de pájaros amarillos
con sus picos encendidos
astillan el horizonte
ha caído en sílaba
agonizante
a solas
discreta implosión
porque en boca cerrada…

las memorias
nítidas de golpe
atisban su doble fondo
presionan la sien
y las dejas hacer
hacia su marea
henchida
de peces muertos

74
solo las retamas perforan esta oscuridad
solo su sed penetra este cascajo
y riega mi falta de sueño
con su vegetal estridencia
sacude mi única espera
la ira de la muda agazapada
en trance
incansable
hacia su rostro nuevo

75
maría revolución

Yo no pregunto, yo deseo.
Federico García Lorca, Poeta en Nueva York

Las relaciones con las partes de mi


cuerpo no son teológicas.
Carmen Ollé, Noches de adrenalina
digamos sin reparos

lo que ENVIDIO

sí, lo que envidio

de un HOMBRE

es ese no poder

hacerme

unos frondosos mostachos

a lo Nietzsche

98
§ 1. Cada ser vivo, que los filósofos modernos lla-
man un cuerpo orgánico, es generado por una
agitación o movimiento de la naturaleza o, como
dicen los científicos naturales, por algún proceso.1 

Llueve pero ahora estoy afuera y ya no me quejo de la


filtración del agua. Hoy me abraza sin obstáculos. La
marejada, los acantilados y los grandes mamíferos me
han ofrecido sus dones, como ese ojo de huracán que
me puso a prueba, me vació, y me llevó a la presencia
de las novedades, a la agitación de mis andamios en
el sedimento de lo visible. Más allá de la brutalidad
de la taxonomía, bajo el profuso arrecife, atravieso
palabras salvajes y no me inquietan más el azote de los
remolinos, ni la enfermedad, solo el miedo de que no
me veas en esta corriente. Toca mis agallas, ¡es cierto!
Ahora navego mar adentro.

1 Kaan, Heinrich. “Psychopathia Sexualis” (1844): A Classic Text in the


History of Sexuality. New York: Cornell University Press, 2016.

99
§ 2. Criptogamia, estudio de las criaturas sin flores,
que se atraen y apelmazan en el magnetismo de su
encriptado yo que acontece.2

Sin manifiestos,
dinamista
por la osadía de su movimiento,
ya manifestada
en la tierra que no se termina de remover,
María Revolución se limpia la frente
y me dice que «lo que no se da
y que de darse no existe
pertenece al infinito»
que «esta revuelta fundamental
es despertar molusco
en la otra orilla
a la espera del vértigo».

2 Algunos libros de historia natural habrán intentado clasificar los


filamentos, ajustarse a la diástole de los andamios con mesura, pero
no habrán visto el proceso en el proceso, el gozo en la mitosis, com-
puertas abiertas.

100
§ 3. La naturaleza en sí misma es solo la primera
costumbre, así como la costumbre es una segunda
naturaleza.3

Advenir,
abjurar
la adhesión a mi torrente
muy a la izquierda
de mi sintagma nominal
y no ser, sino hacer
sin preámbulos,
dar el salto,
reconocer el anticipo
y palpar el estrépito
de la fibra futura.

3 Pascal, Blaise. Pensées and other wrtitings. Trad. de Honor Levi. New
York: Oxford University Press, 1995.

101
§ 4 Lo natural se destruye, se rompe las costillas
cada vez que se contempla detenidamente el cuerpo
propio desnudo frente al mar.

Entro en la pieza (des)conocida


frente al Pacífico,
vengo partitura inversa,
vengo tic tac,
enmarañados sucesos.
¡Ay! el paso de los días
aún crece aquí,
tic tac avanza
y aniquilo
el rubor inquieto
de los nardos inocentes,
un do
re-do-bla-do con dulces
lenguas entrelazadas
y mi pulso atraviesa su fase
lunar y la corriente de Humboldt
se deshace del nudo-sol
y los pingüinos se retiran
el bañador
¡ay! redomados
a la red.

102
§ 5. Deseo (decir) de las formas ya mudadas en
cuerpos nuevos que ellos mismos tomaron por ra-
zón y por fuerza, muertos los dioses, incendiada
su casa.4

Costilla rota del tiempo geológico,


quiero ver otra vez los volcanes.
Hueso quebrado de la duración,
el polen enfermo no sabe a dónde ir.
Cruzamos cuando las venas
de la montaña acontecían nítidas,
cuando cruzar era un verbo inocente
de vientre rosado
y no éramos esos soles
colgados en la hoguera
que sudan el silencio
que otro enhebra
para coser su tambor.

4 Adaptado de Ovidio, Nasón Publio. Las metamorfosis. Trad. de Pedro


Sánchez de Viana. Madrid: Librería de la viuda de Hernando, 1887.

103
Sobre la autora

Ethel Barja Cuyutupa (Perú, 1988). Ph. D. Brown


University 2021. Escritora, traductora y profesora asis-
tente en el Departamento de Lenguas Modernas de
Salisbury University (EE.UU.). Entre sus publicaciones
se encuentran Gravitaciones (2013; 2017), Insomnio vocal
(2016), Travesía invertebrada (2019), Hope is Tanning on a
Nudist Beach (2022) y Poesía e insurrección: La Revolución
cubana en el imaginario latinoamericano (2023). Su poesía
aparece en Voces al norte de la cordillera: Antología de voces
andinas en los Estados Unidos (2016), Hostos Review, Los
Bárbaros (EE.UU.), Stadtsprachen Magazin, alba.lateiname-
rika lesen, Lateinamerika Nachrichten (Alemania) y Revis-
ta Lucerna (Perú). Recibió el Premio Cartografía Poética
(Perú, 2019), Oversound Chapbook Prize (EE.UU., 2021)
y Joukowsky Family Foundation Outstanding Dissertation
Award (EE.UU., 2021). Ha participado en el Festival Inter-
nacional de Poesía Latinale (Alemania, 2018) y en Poesía
en abril (EE.UU., 2023). Su obra ha sido traducida al
francés, alemán, portugués e inglés. La muda es su prim-
era obra transmedial. Ver más en www.ethelbarja.com.

125
La poesía de Ethel Barja ocurre en un espacio propicio
del lenguaje. En tiempos de penuria, violencia y des-
afecto, esta poeta se ha propuesto reconstruir la mu-
tualidad del lugar gratuito, que compartimos como el
privilegio de los reencuentros. Sus poemas son mapas
del lugar que vendrá, un espacio sin comienzo ni fi-
nal del habla que nos cifra como el fuego salvador de
la tribu, ABC de ese otro lenguaje, que compartimos
como la certidumbre salvada por el diálogo venidero.

—Julio Ortega

No asombra que Ingeborg Bachmann sea un alma afi-


liada de este libro que gira sobre un sol simulacro que
se siente alimento. Escrito con nubes, cortezas, y fe-
lizmente hilado sin la carga de un yo aterrizado, sino
mutante e inquietante que respira en cada instante
de nuevo. El libro mismo aprende a respirar querién-
dose sumergir en lo más profundo – ¡y lo logra!, de
las páginas que se auscultan a sí mismas. En (dentro
de) este libro criatura de figuras alquímicas, y conte-
niendo la respiración, yo entreveo la silueta del oso, si
bien de bronze, cinético, de Renée Sintenis, o, preci-
samente, la Osa Mayor (y hasta las Genitivmetaphern)
de la Bachmann: firmamento asombrosamente re-
dibujado para este estrechísimo siglo XXI. “Se busca
la dentadura intacta”, dice el libro y cae mandibular,
hecho hacha, hiato y a veces hada, en ese Eismeer in-
terno-externo, para sostener la sed y el hambre de la
poesía. Gracias, Ethel Barja, esta es la mejor serie que
vi en mucho tiempo, tiempo mutado, tiempo altazo-
riano, tiempo contra-arquitectónico.

—Rike Bolte
9 786075 955414

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