José María Arguedas

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José María Arguedas

BIOGRAFÍA
José María Arguedas Altamirano nació en Andahuaylas, en la sierra sur del Perú el 18 de enero de 1911.
Proveniente de una familia criolla y aristócrata por parte materna, quedó huérfano de madre a los tres años de
edad. Por la poca presencia de su padre ― abogado litigante y viajero, y su mala relación con su madrastra, ya
que su madrastra lo maltrataba junto con su hermanastro, se refugió en el cariño de los sirvientes andinos, lo que
hizo que se adentrara en la lengua y costumbres quechuas que modelaron su personalidad. Sus estudios de
primaria los realizó en San Juan de Lucanas, Puquio, Ayacucho y los de secundaria en Huancayo y Lima.

Ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, en 1931; allí se licenció en Literatura, y
posteriormente cursó Etnología; se recibió de bachiller en 1957 y de doctor en 1963. Entre 1937 y 1938 estuvo en
prisión en razón de una protesta contra un enviado del dictador italiano Benito Mussolini, y se afilió al partido
comunista. Paralelamente a su formación profesional, en 1941 empezó a desempeñar el profesorado, primero
en Sicuani, Cuzco, y luego en Lima, en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Guadalupe y Mariano Melgar,
hasta 1949.

Ejerció también como funcionario en el Ministerio de Educación, poniendo en evidencia su interés por preservar y
promover la cultura peruana, en especial la música y la danza andina. Fue director de la Casa de la Cultura (1963-
1964) y director del Museo Nacional de Historia (1964-1966). En el campo de la docencia superior, fue catedrático
de Etnología en la Universidad de San Marcos (1958-1968) y en la Universidad Nacional Agraria La Molina (1962-
1969). Agobiado por conflictos emocionales, puso fin a sus días disparándose un tiro en la cabeza el 28 de
noviembre de 1969, falleciendo tras cuatro días de agonía el 2 de diciembre, a los 58 años de edad.

Su obra narrativa refleja, descriptivamente, las experiencias de su vida recogidas de la realidad del mundo
andino, y está representada por las siguientes obras: Agua (1935), Yawar fiesta (1941), Diamantes y
pedernales (1954), Los ríos profundos (1958), El Sexto (1961), La agonía de Rasu Ñiti (1962), Todas las
sangres (1964), El sueño del pongo (1965), El zorro de arriba y el zorro de abajo (publicado póstumamente en
1971). Toda su producción literaria ha sido compilada en los primeros cinco tomos de sus Obras completas (1983).
Además, realizó traducciones y antologías de poesía y cuentos quechuas, como sus trabajos de antropología y
etnología y su producción no literaria en general se encuentran compilados en la segunda parte de sus Obras
completas (2012).

INFANCIA Y NIÑES

José María Arguedas Altamirano nació el 18 de enero de 1911 en la ciudad de Andahuaylas, en la sierra sur del
Perú. Era hijo de Víctor Manuel Arguedas Arellano, un abogado cuzqueño que ejercía de Juez en diversos pueblos,
y de Victoria Altamirano Navarro, perteneciente a una hacendada y acaudalada familia de Andahuaylas. Cuando
falleció su madre (cuando él tenía 3 años), víctima de «cólicos hepáticos», pasó a vivir en la casa de su abuela
paterna, Teresa Arellano, en la ciudad de Andahuaylas. En 1915, al ser nombrado juez de primera instancia de la
provincia de Lucanas departamento de Ayacucho, su padre se trasladó a dicha sede, donde poco después se casó
con una rica hacendada del distrito de San Juan (Lucanas), provincia del mismo nombre del departamento de
Ayacucho, Grimanesa Arangoitia Iturbi viuda de Pacheco (1917). El pequeño José María viajó entonces a Lucanas,
para reunirse con su madrastra; el viaje fue todo un acontecimiento para él, como lo recordaría siempre. La
familia se instaló en Puquio, capital de la provincia de Lucanas del departamento de Ayacucho. José María y su
hermano Arístides, dos años mayor que él, fueron matriculados en una escuela particular. Al año siguiente, 1918,
los dos hermanos continuaron sus estudios en San Juan de Lucanas, a 10 km de Puquio, viviendo en la casa de la
madrastra. En 1919, Arístides fue enviado a estudiar a Lima y José María continuó viviendo con la madrastra.

En 1920, tras la ascensión al poder de Augusto B. Leguía, el padre de José María ―que era del partido contrario
(pardista)― perdió su cargo de juez y tuvo que retornar a su profesión de abogado litigante y viajero, trajinar que
solo le permitía hacer visitas esporádicas a su familia. Esta etapa de la vida del niño José María estuvo marcada
por la difícil relación que sostuvo con su madrastra y con su hermanastro Pablo Pacheco. Aquella sentía por su
hijastro un evidente desprecio, y constantemente lo mandaba a convivir con los criados indígenas de la hacienda,
de la cual solo lo recogía a la llegada de su padre, tal como lo ha relatado Arguedas en el primer encuentro de
narradores realizado en Arequipa en 1965.[cita requerida] Por su parte el hermanastro lo maltrataba física y
psicológicamente e incluso en una ocasión le obligó a presenciar la violación de una de sus tías, que era a la vez la
mamá de uno de sus compañeritos de escuela (los «escoleros» mencionados en varios de sus cuentos). Al parecer,
esa fue solo una de las tantas escenas sexuales que fue obligado a presenciar, ya que el hermanastro tenía
muchas amantes en el pueblo.5La figura de este hermanastro habría de perdurar en su obra literaria
personificando al gamonal abusivo, cruel y lujurioso. Sobre aquel personaje diría Arguedas posteriormente:

(Cuando llegó mi hermanastro de vacaciones, ocurrió algo verdaderamente terrible (...) Desde el primer momento
yo le caí muy mal porque este sujeto era de facciones indígenas y yo de muchacho tenía el pelo un poco castaño y
era blanco en comparación con él. (...) Yo fui relegado a la cocina (...) quedaba obligado a hacer algunas labores
domésticas; a cuidar los becerros, a traerle el caballo, como mozo. (...) Era un criminal, de esos clásicos. Trataba
muy mal a los indios, y esto sí me dolía mucho y lo llegué a odiar como lo odiaban todos los indios. Era un
gamonal)

Algunos, sin embargo, consideran que el supuesto maltrato de la madrastra fue una ficción; entre ellos el mismo
Arístides.

A mediados de julio de 1921 José María se escapó de la casa de la madrastra junto con su hermano Arístides, que
había retornado de Lima; ambos fueron a la hacienda Viseca, propiedad de su tía Zoila Rosa Peñafiel y su esposo
José Manuel Perea Arellano (medio hermano de su padre) a quien le tenía un gran cariño, situada a 8 km de San
Juan de Lucanas. Allí vivió durante dos años, en ausencia del padre, conviviendo con los campesinos a quienes les
tomó cariño y con quienes participaba por diversión de las faenas agrícolas. De dos campesinos guardaría un
especial recuerdo: don Felipe Maywa y don Víctor Pusa. Para José María fueron los años más felices de su vida.

Adolescencia y primera juventud


Después de huir con su hermano Arístides de casa de la madrastra, en 1923 abandonó su retiro al ser recogido por
su padre, a quien acompañó en sus frecuentes viajes laborales, conociendo más de 200 pueblos. Pasaron
por Huamanga, Cuzco y Abancay. En esta última ciudad ingresó como interno en el Colegio Miguel Grau de
los Padres Mercedarios, cursando el quinto y sexto grado de primaria, entre 1924 y 1925, mientras su padre
continuaba su vida itinerante y su hermano Arístides seguía su educación en Lima. Esta etapa de su vida quedó
conmovedoramente plasmada en su obra maestra, Los ríos profundos:

Mi padre no pudo encontrar nunca dónde fijar su residencia; fue un abogado de provincias, inestable y errante.
Con él conocí más de doscientos pueblos. (...) Pero mi padre decidía irse de un pueblo a otro cuando las
montañas, los caminos, los campos de juego, el lugar donde duermen los pájaros, cuando los detalles del pueblo
empezaban a formar parte de la memoria. (...) Hasta un día en que mi padre me confesó, con ademán
aparentemente más enérgico que otras veces, que nuestro peregrinaje terminaría en Abancay. (...) Cruzábamos el
Apurímac, y en los ojos azules e inocentes de mi padre vi la expresión característica que tenían cuando el
desaliento le hacía concebir la decisión de nuevos viajes. (...) Yo estaba matriculado en el Colegio y dormía en el
internado. Comprendí que mi padre se marcharía. Después de varios años de haber viajado juntos, yo debía
quedarme; y él se iría solo.

En el verano de 1925, cuando se hallaba de visita en la hacienda Karkequi, en los valles del Apurímac sufrió un
accidente con la rueda de un trapiche, de resultas del cual perdió dos dedos de la mano derecha y se le atrofiaron
los dedos restantes.9

En 1926, junto con su hermano Arístides empezó sus estudios secundarios en el colegio San Luis Gonzaga de Ica,
en la desértica costa peruana, hecho que marcó su alejamiento del ambiente serrano que había moldeado hasta
entonces su infancia, pues hasta entonces había visitado la costa solo de manera esporádica. Cursó allí hasta el
segundo año de secundaria y sufrió en carne propia el desprecio de los costeños hacia los serranos, tanto de parte
de sus profesores como de los mismos alumnos. Se enamoró intensamente de una muchacha iqueña llamada
Pompeya, a quien le dedicó unos acrósticos, pero ella lo rechazó diciéndole que no quería tener amores con
serranos.10Él se vengó llegando a ser el primero de la clase en todos los cursos, derrumbando así la creencia de la
incapacidad intelectual del hombre andino.

En 1928 reanudó su vida trashumante otra vez en la sierra, siempre junto a su padre. Vivió
entre Pampas y Huancayo; en esta última ciudad cursó el tercero de secundaria, en el colegio Santa Isabel. Fue
allí donde se inició formalmente como escritor al colaborar en la revista estudiantil Antorcha; se dice también que
por entonces escribió una novela de 600 páginas, que tiempo después le arrebataría la policía, pero de la que no
ha quedado huella alguna.10

Cursó sus dos últimos años de secundaria (1929-1930)


en el Colegio Nuestra Señora de La Merced, de Lima,
casi sin asistir a clases pues viajaba con frecuencia
a Yauyos
para estar al lado de su padre, que se hallaba
agobiado por la estrechez económica. Aprobó los
exámenes finales, terminando así sus estudios escolares
prácticamente estudiando sin maestro.

Vida universitaria
En 1931, ya con 20 años de edad, se estableció permanentemente en Lima e
ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Allí, contra lo que esperaba, fue recibido con cordialidad y respeto por sus condiscípulos, entre los que se
contaban los futuros filósofos Luis Felipe Alarco y Carlos Cueto Fernandini, y los poetas Emilio Adolfo
Westphalen y Luis Fabio Xammar. A raíz del fallecimiento de su padre, ocurrido el año siguiente, se vio forzado a
ganarse la vida entrando a trabajar como auxiliar en la Administración de Correos. Era apenas un puesto de
portapliegos, pero los 180 soles mensuales de sueldo aliviaron sus necesidades económicas a lo largo de cinco
años.11

En 1933 publicó su primer cuento, Warma kuyay, publicado en la revista Signo. En 1935 publicó Agua, su primer
libro de cuentos, que obtuvo el segundo premio de la Revista Americana de Buenos Aires y que inauguró una
nueva época en la historia del indigenismo literario.12 En 1936 fundó con Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro
del Pino y otros, la revista Palabra, en cuyas páginas se ve reflejada la ideología propugnada por José Carlos
Mariátegui.

En 1937 fue apresado por participar en las protestas estudiantiles contra la visita del general italiano Camarotta,
jefe de una misión policial de la Italia fascista. Eran los días de la dictadura de Óscar R. Benavides. Fue trasladado
al penal «El Sexto» de Lima, donde permaneció 8 meses en prisión, episodio que tiempo después evocó en
la novela del mismo nombre. Pero a pesar de simpatizar con el ideario comunista, nunca participó activamente en
la política militante. Estando en prisión, se dio tiempo para traducir muchas canciones quechuas que aparecieron
en su segundo libro publicado: Canto kechwa.

Educador, etnólogo y literato:

Perdido su trabajo en el Correo y lograda su Licenciatura de Literatura en San Marcos, Arguedas inició su carrera
docente en el Colegio Nacional Mateo Pumacahua de Sicuani, en el departamento de Cuzco, como profesor de
Castellano y Geografía y con el sueldo de 200 soles mensuales (1939-1941). Allí, junto con sus alumnos, llevó a
cabo un trabajo de recopilación del folclor local. Descubrió entonces su vocación de etnólogo. Paralelamente
contrajo matrimonio con Celia Bustamante Vernal, el 30 de junio de 1939, quien junto con su hermana Alicia era
promotora de la Peña Cultural Pancho Fierro, un legendario centro de reunión de artistas e intelectuales en Lima.

En 1941 publicó Yawar Fiesta, su tercer libro y primera novela a la vez. Entre octubre de 1941 y noviembre de
1942 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios.
Tras representar al profesorado peruano en el Primer Congreso Indigenista Interamericano de Pátzcuaro (1940),
reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de
Guadalupe y Mariano Melgar de Lima. En esos años publicó también en la prensa muchos artículos de divulgación
folclórica y etnográfica sobre el mundo andino.

En 1944 presentó un episodio depresivo caracterizado por decaimiento, fatiga, insomnio, ansiedad y
probablemente crisis de angustia, por lo cual pidió licencia repetidas veces en su centro de labor docente, hasta
1945. Este episodio lo describió en sus cartas a su hermano Arístides y brevemente en sus diarios insertados en su
novela póstuma El zorro de arriba y el zorro de abajo; en una de esas cartas (con fecha 23 de julio de 1945) dijo:

Yo sigo mal. Van tres años que mi vida es una alternativa de relativo alivio y de días y noches en que parece que
ya voy a terminar. No leo, apenas escribo; cualquier preocupación intensa me abate totalmente. Sólo con un
descanso prolongado, en condiciones especiales, podría quizá, según los médicos, curar hasta recuperar mucho mi
salud. Pero eso es imposible.

José María Arguedas

Se recuperó, pero finalmente tendría otras recaídas posteriores.

Según atestigua César Lévano, en esta época Arguedas estuvo muy cerca de los comunistas, a quienes apoyó en
diversas labores, como en la de capacitación a círculos obreros. 14Los apristas lo acusaron de ser un «conocido
militante comunista», acusación que sin duda tuvo mucho eco pues a fines de 1948 la recién instalada dictadura
de Manuel A. Odría declaró a Arguedas «excedente», cesándolo de su puesto de profesor en el colegio Mariano
Melgar. Al año siguiente se inscribió en el Instituto de Etnología de San Marcos y reanudó su labor intelectual. Ese
mismo año publicó Canciones y cuentos del pueblo quechua. En los años siguientes continuó ejerciendo diversos
cargos en instituciones oficiales encargadas de conservar y promover la cultura.

En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore del Ministerio de Educación, para luego ser
promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo Ministerio (1950-1952). Llevó a cabo
importantes iniciativas orientadas a estudiar la cultura popular en todo el país. Por su gestión directa, Jacinto
Palacios Zaragoza, el gran trovador ancashino, creador de la guitarra andina de 2 manceras, grabó el primer
disco de música andina en 1948. Los teatros Municipal y Segura abrieron sus puertas al arte andino.

Entre 1950 y 1953 dictó cursos de Etnología y Quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones. En 1951
viajó a La Paz, Bolivia, para participar en una reunión de la OIT (Organización Internacional del Trabajo). En 1952
hizo un largo viaje con su esposa Celia por la región central andina, recopilando material folclórico, que publicó
con el título de Cuentos mágico-realistas y canciones de fiestas tradicionales del valle de Mantaro, provincias de
Jauja y Concepción. En 1953 fue nombrado director del Instituto de Estudios Etnológicos del hoy Museo Nacional
de la Cultura Peruana, cargo en el que permaneció durante diez años; simultáneamente dirigió la revista Folklore
Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario).

En 1954 publicó la novela corta Diamantes y pedernales, conjuntamente con una reedición de los cuentos
de Agua, a las que sumó el cuento Orovilca. Habían pasado unos 13 años desde que no publicaba un libro de
creación literaria; a partir de entonces retomó de manera sostenida tal labor creativa, hasta su muerte. Pero su
retorno a la literatura no lo apartó de la etnología. En 1955 su cuento «La muerte de los Arango» obtuvo el
primer premio del Concurso Latinoamericano de Cuento organizado en México.

A fin de complementar su formación profesional, se especializó en la Universidad de San Marcos en Etnología, de


la que optó el grado de Bachiller el (20 de diciembre de 1957) con su tesis «La evolución de las comunidades
indígenas», trabajo que obtuvo el Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado 1958. Por entonces realizó
su primer viaje por Europa, becado por la UNESCO, para efectuar estudios diversos, tanto en España como
en Francia. Durante el tiempo que permaneció en España, Arguedas hizo investigaciones entre las comunidades
de la provincia de Zamora, realizando su trabajo de campo en Bermillo de Sayago,15 buscando las raíces hispanas
de la cultura andina, que le dieron material para su tesis doctoral: «Las Comunidades de España y del Perú», con
la que se graduó el 5 de julio de 1963.
En 1958 publicó Los ríos profundos, novela autobiográfica, por la cual recibió en 1959 el Premio Nacional de
Fomento a la Cultura «Ricardo Palma». Esta novela ha sido considerada como su obra maestra. Por entonces
empezó a ejercer como catedrático de Etnología en la Universidad de San Marcos (de 1958 a 1968). De la misma
disciplina fue también profesor en la Universidad Nacional Agraria La Molina (de 1962 a 1969).

En 1961 publicó su novela El Sexto, por la cual se le concedió, por segunda vez, el Premio Nacional de Fomento a
la Cultura «Ricardo Palma» (1962). Dicha obra es un relato novelado de su experiencia carcelaria en el famoso
penal situado en el centro de Lima, que sería clausurado en 1986.

En 1962 editó su cuento La agonía de Rasu Ñiti. Viajó en ese mismo año a Berlín Occidental (Alemania), donde se
llevó a cabo el primer coloquio de escritores iberoamericanos, organizado por la revista Humboldt.

En 1963 fue nombrado Director de la Casa de la Cultura del Perú, donde llevó a cabo una importante labor
profesional; sin embargo, renunció al año siguiente, como gesto de solidaridad para con el presidente de la
Comisión Nacional de Cultura.

En 1964 publicó su obra más ambiciosa: Todas las sangres, novela de gran consistencia narrativa, en la que el
escritor quiso mostrar toda la variedad de tipos humanos que conforman el Perú y a la vez los conflictos
determinados por los cambios que origina en las poblaciones andinas el progreso contemporáneo. Sin embargo,
esta novela fue criticada severamente durante una mesa redonda organizada por el Instituto de Estudios
Peruanos el día 23 de junio de 1965, aduciéndose que era una versión distorsionada de la sociedad peruana. Estas
críticas fueron devastadoras para Arguedas, quien aquella misma noche escribió estas líneas desgarradoras

Depresión y suicidio

La depresión de José María Arguedas hizo crisis en 1966, llevándolo a un primer intento de suicidio por sobredosis
de barbitúricos el 11 de abril de aquel año. Desde algunos años atrás, el escritor venía recibiendo múltiples
tratamientos psiquiátricos, describiendo sus padecimientos en sus escritos:

OBRAS

La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende unos 400 escritos, entre creaciones
literarias (novelas y cuentos), traducciones de poesías y cuentos quechuas al español, trabajos monográficos,
ensayos y artículos sobre el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la educación popular, entre
otros aspectos de la cultura peruana. La circunstancia especial de haberse educado dentro de dos tradiciones
culturales, la occidental y la indígena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron comprender y describir
como ningún otro intelectual peruano la compleja realidad del indio nativo, con la que se identificó de una
manera intensa. En Arguedas, la labor del literato y del etnólogo no está nunca totalmente disociadas; incluso, en
sus estudios más académicos encontramos el mismo lenguaje lírico que en sus narraciones.28

La importancia fundamental de este escritor ha sido reconocida por críticos y colegas peruanos suyos como Mario
Vargas Llosa, quien llegó a dedicarle a su obra el libro de ensayos titulado La utopía arcaica. También Alfredo
Bryce Echenique ha colocado las obras de Arguedas entre los libros de su vida. Con el paso de los años, la obra de
Arguedas ha venido cobrando mayor relieve, pese a que es poco conocido fuera del Perú.

Novelas

 1941: Yawar fiesta. Revisada en 1958.

 1954: Diamantes y pedernales. Editada conjuntamente con una reedición del libro Agua y el cuento
«Orovilca»

 1958: Los ríos profundos. Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1959. Fue
reeditada en 1978 por la Biblioteca Ayacucho de Caracas con prólogo de Mario Vargas Llosa.

 1961: El Sexto. Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1962.

 1964: Todas las sangres

 1971: El zorro de arriba y el zorro de abajo, novela inconclusa y que fue publicada póstumamente.
Cuentos

 1935: Agua. Colección de cuentos integrada por: Agua, Los escoleros y Warma kuyay. Segundo premio
en el concurso internacional promovido por la Revista Americana de Buenos Aires. Traducida al ruso,
alemán, francés e inglés por La Literatura Internacional, de Moscú.

 1955: La muerte de los Arango. Cuento. Primer premio del Concurso Latinoamericano de Cuento en
México.

 1962: La agonía de Rasu Ñiti. Cuento.

 1965: El sueño del pongo. Cuento, en edición bilingüe (castellano-quechua).

 1967: Amor mundo. Colección de cuatro cuentos de tema erótico: «El horno viejo», «La huerta», «El
ayla» y «Don Antonio».

Recopilaciones póstumas (cuentos)

 1972: El forastero y otros cuentos (Montevideo: Sandino). Contiene «El barranco», «Orovilca», «Hijo
solo» y «El forastero».

 1972: Páginas escogidas (Lima: Universo). Selección de la obra de Arguedas, editada por Emilio Adolfo
Westphalen.

 1973: Cuentos olvidados (Lima: Imágenes y Letras). Compilación de cuentos perdidos en periódicos y
revistas de los años 1934 y 1935, edición y notas de José Luis Rouillon.

 1974: Relatos completos (Buenos Aires: Losada). Contiene los siguientes importantes relatos: «Agua»,
«Los escoleros», «Warma kuyay», «El barranco», Diamantes y pedernales, «Orovilca», «La muerte de
los Arango», «Hijo solo», La agonía de Rasu Ñiti, El sueño del pongo, «El horno viejo», «La huerta», «El
ayla» y «Don Antonio».

Poesía

Escritos primero en quechua, y luego traducidos al español por el mismo autor, los poemas de Arguedas asumen
conscientemente la tradición de la poesía quechua, antigua y moderna, convalidan la visión del mundo que la
anima, revitalizando sus mitos esenciales y condensan en un solo movimiento la protesta social y la reivindicación
cultural.

 1962: Túpac Amaru Kamaq taytanchisman. Haylli-taki. A nuestro padre creador Túpac Amaru. Himno-
canción.

 1966: Oda al jet.

 1969: Qollana Vietnam Llaqtaman / Al pueblo excelso de Vietnam.

 1972 – Katatay y otros poemas. Huc jayllikunapas. Poemas en versiones quechua y española. Publicado
póstumamente por Sybila Arredondo de Arguedas.

Estudios etnológicos, antropológicos y del folcklore[editar]

Estos conforman la mayor parte de su producción escrita (solo un 12 % de esta corresponde a su


narrativa).

 1938: Canto kechwa. Con un ensayo sobre la capacidad de creación artística del pueblo indio y mestizo.
Edición bilingüe preparada en la prisión.

 1947: Mitos, leyendas y cuentos peruanos. Recogidos por los maestros del país y editados en
colaboración con Francisco Izquierdo Ríos.
 1949: Canciones y cuentos del pueblo quechua.

 1953: Cuentos mágico-realistas y canciones de fiestas tradicionales: Folclor del valle del Mantaro.

 1956: Puquio, una cultura en proceso de cambio.

 1957: Estudio etnográfico de la feria de Huancayo.

 1957: Evolución de las comunidades indígenas. Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado en
1958.

 1958: El arte popular religioso y la cultura mestiza.

 1961: Cuentos mágico-religiosos quechuas de Lucanamarca.

 1966: Poesía quechua.

 1966: Dioses y Hombres de Huarochirí. Hermosa traducción directa al castellano, de los mitos de la
creación del mundo de la recopilación hecha por el sacerdote cuzqueño Francisco de Ávila a fines del
siglo xvi, en la provincia de Huarochirí.

 1968: Las comunidades de España y del Perú.

El escritor, el año 1964 fundó en Lima la revista “Cultura y pueblo” donde también imprimió su pensamiento y
conocimiento sobre folklore.30 El año 2021, el Ministerio de Cultura digitalizó la colección completa de la revista.
La colección consta de 20 números, desde el N° 1, correspondiente a enero-marzo de 1964, hasta el N° 19-20,
correspondiente a julio-diciembre de 1970

Edición de obras completas


En 1983 la editorial Horizonte, de Lima, editó las obras completas de José María Arguedas en cinco tomos,
compilada por Sybila Arredondo de Arguedas. En 2012 la misma editorial Horizonte, de Lima, editó otros siete
tomos que recogen la Obra antropológica y cultural. También la segunda serie, del sexto al duodécimo tomo, fue
compilada por Sybila Arredondo de Arguedas.

Premio

 1958. Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado por su tesis de especialidad en Etnología, «La
evolución de las comunidades indígenas».32

 El Premio de Narrativa José María Arguedas otorgado desde el año 2000 por Casa de las Américas para
difundir la obra narrativa de escritores latinoamericanos.

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