Protozoa Rios

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Tratamiento farmacológico por protozoarios


Las infecciones oportunistas por protozoarios son significativas en lactantes, individuos
con cáncer, receptores de trasplantes, pacientes que reciben fármacos
inmunosupresores o terapia antibiótica extensa y personas infectadas por el HIV. Dado
a que no existen vacunas disponibles, la quimioterapia ha sido la única forma práctica
para tratar a las personas infectadas y reducir la transmisión.
Infecciones protozoarias.
Amebiasis.
Las amebiasis afectan al 10% de la población mundial y causa enfermedad invasiva
en cerca de 50 millones de personas y la muerte en alrededor de 100.000 anualmente.
Esta se observa principalmente entre personas que vienen en pobreza, condiciones de
hacinamiento y en áreas insalubres. La principal especie que definitivamente requiere
tratamiento es E. histolytica, tercera causa de mortalidad por infección parasitaria.
Estos son transmitidos por vía fecal-oral y sus quistes sobreviven a los contenidos
gástricos ácidos y se transforman en trofozoítos que residen en el intestino grueso.
Muchos individuos permanecen asintomáticos, defecando formas quísticas
infecciosas, en otros casos el protozoo invade la mucosa colónica y da como resultado
colitis y diarrea sanguinolenta. En otra pequeña proporción de pacientes, los
trofozoitos de E. histolytica invaden la mucosa colónica y avanzan a la circulación
portal y viajan al hígado donde establecen un absceso hepático amebiano.
La piedra angular de la terapia de la amebiasis es el metronidazol, o su análogo,
timidazol. El fármaco no es efectivo contra los quistes. De este modo, los pacientes
con colitis amebiana o absceso hepático amebiano deben recibir un agente luminal
además del metronidazol para erradicar cualquier trofozoíto de E. histolytica que
residan en la luz intestinal. Para este fin es posible utilizar el aminoglucósido no
absorbible paramomicina y el compuesto 8-hidroxiquinolina yodoquinol como agentes
luminales y quizás, nitazoxanida, que también son efectos en el tratamiento de la
criptosporidiosis y giardiasis.
Giardiasis
Causada por el protozoario flagelado Giardia intestinalis, predomina en todo el mundo.
La infección es consecuencia de la ingestión de la forma quística del parásito, que se
encuentra en el agua o en alimentos contaminados con materia fecal. La transmisión
de persona a persona es común en las guarderías, individuos institucionalizados y
homosexuales varones. Esta infección causa cualquiera de estos tres síndromes:
estado de portador asintomático, diarrea aguda autolimitada y diarrea crónica,
caracterizada por signos de malabsorción y pérdida de peso.
El tratamiento farmacológico con un ciclo de 5-7 días de metronidazol generalmente es
exitoso, pero algunas veces debe repetirse o prolongarse, aunque una dosis única de
tinidazol puede ser superior al metronidazol y la paramomicina puede utilizarse para
tratar embarazadas para evitar cualquier posible efecto mutagénico, mientras que la
nitazoxanida está aprobada para el tratamiento de la giardiasis en adultos y niños
comprometidos menores de 12 años.
Tricomoniasis.
El protozoario flagelado Trichomonas vaginalis causa tricomoniasis. Este habita en el
tracto genitourinario humano donde problema vaginitis en las mujeres y

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excepcionalmente, uretritis en hombres. El metronidazol sigue siendo el fármaco de


elección y el tinidazol parece tolerarse mejor que el metronidazol y se ha utilizado con
éxito para tratar el T. vaginalis resistente a metronidazol.
Toxoplasmosis.
Es una infección zoonótica causada por el protozoario intracelular obligado
Toxoplasma gondii donde los gastos y otras especies felinas son hospedadores
naturales. Puede adquirirse este protozoo a través de la ingesta de carne mal cocida,
ingesta de material vegetal que contengan ovoquistes infecciosos, contacto oral
directo con las heces de los gatos y la infección fetal transplacentaria con taquizoítos.
La enfermedad aguda generalmente es autolimitada. Sin embargo, las personas que
están inmunocomprometida, como pacientes con SIDA, se encuentran en riesgo de
desarrollar encefalitis toxoplásmica por reactivación de quistes tisulares depositados
en el cerebro y el hallazgo más común a las décadas es la coriorretinitis.
El tratamiento primario de la encefalitis toxoplásmica consiste en los antifolatos
pirimetamina y sulfadiazina junto con ácido folínico. Los regímenes de pirimetamina-
clindamicina parece tener eficacia para tratar la toxoplasmosis en pacientes
inmunocomprometidos pero esta combinación causa toxicidad sustancial. La
espiramicina que se concentra en el tejido placentario, se utiliza para el tratamiento de
la toxoplasmosis aguda adquirida en el embarazo temprano para evitar la transmisión
al feto. Si se produce una infección fetal, se administra a la madre la combinación de
pirimetamina, sulfadiazina y ácido folínico y al recién nacido después del nacimiento
durante 1 año.
Criptosporidiosis
Son parasitos protozoarios coccidianos que causan diarrea. El Cryptosporidium
parvum y Cryptosporidium hominis parecen ser responsables de casi todas las
infecciones en humanos. Los ovocitos infecciosos en las heces se pueden diseminar
ya sea por contacto directo de persona a persona o por suministros de agua
contaminados. Después de la ingestión se digiere el ovocito maduro y libera
esporozoítos que invaden las células epiteliales del hospedadero. En pacientes con
SIDA y otras personas inmunocomprometidas, la gravedad de la diarrea puede
requerir hospitalización. Parece que la nitazoxanida en el tratamiento de
criptosporidiosis en niños y adultos es efectivo, pero la terapia más efectiva para esta
en pacientes inmunocomprometidos es la restauración de la función inmune.
Tripanosomiasis.
El Trypanosoma brucei hemoflagelado, se transmite por la mosca tse-tsé chupadora
de sangre del género Glossina, causan la tripanosomiasis africana o enfermedad del
sueño. El parásito es completamente extracelular, y la infección humana temprana se
caracteriza por el hallazgo de parasitos replicantes en el torrente sanguíneo o la linfa
sin afectación del SNC. Los síntomas tempranos incluyen enfermedad febril,
linfadenopatía, esplenomegalia y miocarditis ocasional.
La terapia estándar para la enfermedad en estadio temprano es pentamidina para T.
brucei gambiense y suramina para T. brucei rhodesiense. Ambos compuestos se
administran por vía parenteral durante largos periodos y no son efectivos contra la
enfermedad en etapa tardía. La fase que afecta al CNS era tradicionalmente tratada
con melarsoprol, un agente altamente tóxico que causa una encefalopatía reactiva
letal en 2-10% de los pacientes tratados. El único agente disponible para el tratamiento

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de la enfermedad en etapa tardía, la eflornitina, un inhibidor de la ornitina


descarboxilasa. Tiene eficacia tanto en la etapa temprana como en la etapa tardía de
la infección humana por T. brucei gambiense; sin embargo, se cree que es ineficaz
como monoterapia para las infecciones de T. brucei rhodesiense. El tratamiento con
nifurnitox-eflornitina permite una exposición más breve a la eflornitina con buena
eficacia y reducción de los eventos adversos y se ha convertido en el tratamiento de
elección para T. brucei gambiense en etapa tardía. Actualmente, dos nuevos agentes
por vía oral se encuentran en ensayos clínicos, fexinidazol y SCYX-7158.
La enfermedad de Chagas es una infección zoonótica causada por Trypanosoma
cruzi. La propagación de la enfermedad se limita principalmente a América Latina, pero
debido a la inmigración, se están observando numerosos casos fuera de la región. Las
chinches triatómidos chupadoras de sangre que infestan las viviendas rurales pobres
suelen transmitir esta infección a los niños pequeños; también puede ocurrir
transmisión trasplacentaria. El resultado clínico de un paciente infectado puede variar
en gran medida de la enfermedad asintomática a la grave. La forma crónica de la
enfermedad en adultos es una causa fundamental de miocardiopatía, megaesófgo,
megacolon y muerte. Para tratar esta infección se usan dos fármacos
nitroheterociclícos, nifurtimox y benznidazol. Los dos agentes suprimen la parasitemia
y pueden curar la enfermedad durante la fase aguda. El tratamiento también es
beneficioso para la enfermedad en etapa intermedia y tardía aunque su utilidad
todavía se encuentra en debate. Ambos compuestos son tóxicos y lastimosamente
deben tomarse por periodos prolongados.
Leishmaniosis
Es una zoonosis transmitida por vectores y causada por aproximadamente 20
especies diferentes de protozoarios intramacrófagos del género Leishmania. Como
reservorio funcionan pequeños mamíferos y caninos, que pueden trasmitirse a los
humanos por la picadura de la mosca de arena flebotomina hembra. Lo promastigotos
extracelulares libres flagelados, regurgitados por la alimentación de las moscas,
ingresan al hospedador, donde se unen y se fagocitan por los macrófagos tisulares,
donde se transforman en amastigotos hasta que estalla la célula, así propagándose
hacia más macrófagos. Los amastigotos captados por las moscas cuando se
alimentan se trasnforman de nuevo en promastigotos completando el ciclo.
En orden creciente de afectación sistémica y gravedad clínica, los principales
síndromes de leishmaniasis humana se clasifican en formas cutáneas, mucocutáneas,
cutáneas difusas y viscerales. El síndrome de la enfermedad depende de la especie
de parásito infeccioso, la distribución de los macrófagos infectados y la respuesta
inmunitaria del huésped.
El tratamiento clásico para todas las especies de Leishmania es con compuestos de
antimonio pentavalentes como el estibogluconato de sodio. Aunque el tratamiento de
la leishmaniasis por el éxito del primer agente por vía oral, la miltefosina, aprobada por
la FDA para la enfermedad cutánea, mucocutánea y visceral, pero sus efectos
teratogénicos limitan su utilidad en edad fértil. Como alternativa, la anfotericina B
liposomal es un agente altamente efiaz para la leishmaniasis visceral. Además la
paramomicina se ha utilizado con cierto éxito como agente parenteral para la
enfermedad visceral y sus formulaciones tópicas se han usado para la enfermedad
cutánea.
Fármacos antiprotozoarios

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Anfotericina B
Efectos antiprotozoarios: es un agente antileishmaniósico que cura más de 90% de
los casos de leishmaniosis visceral y es el fármaco de elección para los casos
resistentes al antimonio. También es un tratamiento para la leishmaniasis cutánea o de
la mucosa y es efectiva para el tratamiento de pacientes inmunocomprometidos.
Mecanismo de acción: la anfotericina integra complejos con precursores de
ergosterol en la membrana celular, que forma poros, permitiendo que los iones entren
en la célula.
Usos terapéuticos: *posología no deben de aprendérsela ahora.
Eflornitina
Es un inhibidor catalítico irreversible de la ornitina descarboxilasa, enzima que cataliza
el primer paso limitante en la biosíntesis de poliaminas necesarias para la división
celular y para la diferenciación celular normal. La eflornitina se transporta a la célula a
través de un transportador de aminoácidos. La eflornitina en combinación con
nifurtimox es el tratamiento de elección para el tratamiento de la tripanosomiasis
africana occidental (gambiana) en etapa tardía causada por T. brucei gambiense, pero
es menos eficaz para la tripanosomiasis africana oriental.
Efectos antitripanosómicos: este es un agente citostático que tiene múltiples efectos
bioquímicos en los tripanosomas, los cuales son consecuencia de la reducción de las
poliaminas. Algo a saber es que las enzimas humanas son susceptibles a la inhibición
por esta, pero la enzima de los mamíferos se transfiere rápidamente, mientras que la
enzima del parásito es estable.
Usos terapéuticos: la eflornitina en combinación con nifurmitox (NECT) se usa para
el tratamiento de la etapa terminal causada por T. brucei gambiense. Es importante
destacar que, en comparación con la eflornitina sola, el NECT logra una mayor tasa de
curación.
Toxicidad y efectos secundarios: la eflornitina causa reacciones adversas
generalmente reversibles al retirar el fármaco. El dolor abdominal y el dolor de cabeza
son los síntomas predominantes, seguidos de reacciones en los sitios de inyección.
También se observan infecciones tisulares y neumonía. Las reacciones más severas
de la eflornitina sola incluyen picos febriles (6%), convulsiones (4%), y diarrea (2%).
Con el NECT se reducen los eventos adversos graves con comparación con la
eflornitina sola y las muertes relacionadas. La pérdida auditiva reversible puede ocurrir
después de una terapia prolongada con dosis orales.
8-hidroxiquinolonas
El yodoquinol y clioquinol halogenadas pueden usarse como agentes luminales para
eliminar la colonización intestinal con E. histolytica y combinarse con metronidazol
para tratar la colitis amebiana o el absceso hepático amebiano. El yodoquinol, es el
más seguro de las 8-hidroxiquinolonas. El uso de este fármaco a dosis altas por largos
periodos conlleva un riesgo significativo. La reacción tóxica más importante, atribuida
al clioquinol, es la neuropatía mieloóptia subaguda, mientras que la administración de
yodoquinol en dosis altas a niños con diarrea crónica se asocia con atrofia óptica y

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pérdida permanente de la visión. La neuropatía periférica es la manifestación menos


severa de neurotoxicidad de estos fármacos.

Melarsoprol
El melarsoprol es el único fármaco para el tratamiento de las etapas tardías de la
tripanosomiasis africana oriental causad por T. brucei rhodesiense.
Mecanismo de acción
Este se metaboliza hasta melarseno, el fármaco activo. Los arsenóxidos reaccionan de
forma ávida y reversible con los grupos sulfhidrilo vecinales, y por lo tanto, inactivan
muchas enzimas. Este reacciona con tripanotiona, el aducto de espermidina glutatión
que sustituye al glutatión en estos parásitos. La unión da como resultado un aducto
óxido de melarseno tripanotiona que inhibe la tripanotiona reductasa. La resistencia al
melarsoprol surge por defectos de transporte relacionados con la proteína formadora
de poros de aquagliceroporina.
ADME: el melarsoprol es un prófarmaco y se metaboliza rápidamente en óxido de
melarseno con una vida media de 43 horas. Este ingresa en el líquido cefalorraquídeo
en cantidades mínimas pero significativas y elimina los tripanosomas infectantes del
SNC.
Usos terapéuticos
Este es el único fármaco efectivo disponible para el tratamiento del estadio
meningoencefalítico tardío de la tripanosomiasis africana oriental. También es eficaz
en la etapa hemolinfática temprana de estas infecciones, pero por su toxicidad se
reserva para la etapa tardía. Los pacientes que recaen a un ciclo de melarsoprol por T.
brucei rhodesiensi generalmente responden a un segundo ciclo. Los pacientes
infectados con T. brucei gambiense rara vez se benefician con el tratamiento repetido
con este medicamento. La administración concurrente de prednisolona se emplea con
frecuencia durante todo el curso del tratamiento para reducir la prevalencia de la
encefalopatía.
Toxicidad y efectos secundarios
A menudo ocurre una reacción febril poco después de la inyección del fármaco, en
especial a parasitemia alta. En 5-10% de los pacientes puede ocurrir una
encefalopatía reactiva al cabo de 9-11 días de tratamiento, conduciendo a la muerte de
la mitad de los pacientes. Son frecuentes la hipertensión y el daño al miocardio, la
albuminuria y la evidencia de daño renal o hepático puede recurrir la modificación del
tratamiento.
Este fármaco debe administrarse únicamente a pacientes bajo supervisión
hospitalaria. Está contraindicado el uso del medicamento durante epidemias de
influenza y se han notificado reacciones hemolíticas graves en pacientes con
deficiencia de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa. El fármaco si puede utilizarse
durante el embarazo.
Metronidazol y tinidazol
Otros 5-nitroimidazoles clínicamente efectivos con el metronidazol incluyen tinidazol,
secnidazol y ornidazol. El metronidazol es clínicamente eficaz en tricomoniasis,

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amebiasis y giardiasis. El fármaco además manifiesta actividad antibacteriana contra


todos los cocos anaeróbicos, bacilos anaeróbicos gramnegativos, bacilos fomradores
de esporas, gram positivos como Clostridium y microaerófilas como Helicobacter y
Campylobcter. Regularmente son resistentes los bacilos grampositivos no
esporulantes al igual que las bacterias aeróbicas y anaeróbicas facultativas.

Mecanismo de acción
El metronidazol requiere la activación reductiva del grupo nitro por organismo sensible.
La transferencia de un solo electrón forma un radical anión nitro altamente reactivo
que destruye los organismos susceptibles a través de mecanismos mediados por
radicales que se dirigen al DNA. Este se recicla catalíticamente; por lo que los niveles
crecientes de O2 inhiben la citotoxicidad inducida por metronidazol debido a que el O2
compite por electrones.
Resistencia
La resistencia clínica al metronidazol está bien documentada para T. vaginalis, G.
camblia y una variedad de bacterias anaeróbias y microaerofìlicas. La resistencia se
correlaciona con las capacidades de eliminación de oxígeno disminuids que lleva a
concentraciones locales más altas de O2, la activación disminuida de metronidazol y al
reciclaje fútil del fármaco activado.
ADME
El metronidazol se encuentra disponible por vía oral, intravenosa, intravaginal y tópica.
El fármaco se absorbe por completo y se distribuye a un volumen que se aproxima al
agua corporal total; menos del 20% del fármaco está unido a proteínas plasmáticas. La
vida media en el plasma es de aproximadamente 8 horas. Con excepción de la
placenta, el metronidazol penetra bien en los tejidos y fluidos del cuerpo, incluidas las
secreciones vaginales, líquido seminal, saliva, leche materna y el líquido
cefalorraquídeo. Más del 75% del metronidazol se elimina en la orina como
metabolitos, y alrededor del 10% se detecta como fármaco inalterado. La orina de
algunos pacientes puede ser de color marrón rojizo debido a la presencia de
pigmentos no identificados derivados del fármaco.
Usos terapéuticos
El metronidazol está indicado para el tratamiento de la tricomoniasis, amebiasis y la
giardiasis (nuevamente esta sección es posología).
Toxicidad y contraindicaciones
Los efectos secundarios comunes son dolor de cabeza, náuseas, sequedad de la boca
y sabor metálico. Ocasionalmente aparecen vómitos, diarrea y malestar abdominal. Se
ha reportado disuria, cistitis y sensación de presión pélvica. Debe suspenderse el
metronidazol si se produce entumecimiento o parestesias de las extremidades. La
reversión de neuropatías sensoriales serias puede ser lenta o incompleta.
Miltefosina
Este es un análogo de la alquilfosfocolina desarrollado originalmente como agente
anticancerígeno. Es altamente curativo contra la leishmaniasis visceral y también es
efectivo contra las formas cutáneas de la enfermedad. Su principalmente

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inconveniente es su teratogenicidad por lo que no debe utilizarse en mujeres


embarazadas.
Efectos antiprotozoarios
La miltefosina es la primera terapia oral disponible para la leishmaniasis. Es un
tratamiento seguro y eficaz de la leishmaniasis visceral y se ha demostrado una
efectividad superior a 90% contra algunas especies de leishmaniasis cutánea, aunque
se ha observado una variación significativa de la cepa en ensayos clínicos. El
mecanismo de acción no se entiende pero se ha propuesto que puede alterar el
metabolismo de los lípidos éter, la señalización celular o la biosíntesis del ancla del
glucosilfosfatidilinositol.
No se tienen muchos datos disponibles sobre las propiedades farmacocinéticas del
fármaco, excepto que la vida media varía entre 1-4 semanas.
Toxicidad y efectos secundarios
Los vómitos y las diarreas se reportan como efectos secundarios frecuentes, hasta en
el 60% de los pacientes. También se han informado incremento de las transaminasas
hepáticas y la creatinina sérica. Debido a su potencial teratogénico, la milfetosina está
contraindicada en mujeres embarazadas.
Nifurtimox y benznidazol
Ambos se utilizan para tratar la tripanosomiasis americana causada por T. cruzi, y el
nifurtimox también se usa en combinación con la eflornitina para el tratamiento de T.
brucei.
Efectos antiprotozoarios y mecanismo de acción
El nifurtimox y benznidazol son tripanocidas tanto contra el tripomastigote como contra
el amastigote de T. cruzi. El nifurtimox también tiene actividad contra T. brucei y puede
ser efectiva contra la enfermedad en las etapas temprana y tardía. Los efectos tóxicos
de ambos derivan de su activación por una nitrorreductasa mitocondrial dependiente
de NADH a aniones radicales nitro que se cree que explican los efectos tripanocidas.
Estos conllevan al daño celular que incluye la peroxidación de lípidos y la lesión de la
membrana, inactivación enzimática y daño al DNA.
Usos terapéuticos
Se emplean nifurtimox y benznidazol en el tratamiento de la tripanosomiasis
americana. El nifurtimox también se usa en combinación con eflornitina para el
tratamiento de la enfermedad del sueño en África. El tratamiento preferido para la
enfermedad de Chagas es el benznidazol. Ambos fármacos reducen marcadamente la
parasitemia, morbilidad y mortalidad de la enfermedad de Chagas aguda, con curas
parasitológicas en más del 80% de los casos. En la forma crónica, las curas
parasitológicas de la enfermedad aún son posibles, aunque es menos efectivo. Las
recomendaciones actuales establecen que se trate a los pacientes menores de 50
años con enfermedad en fase crónica o aguda o reciente, sin miocardiopatía
avanzada. En pacientes mayores de 50 años el tratamiento se complica por la menor
tolerancia al fármaco. Además, se recomienda con insistencia la terapia para pacientes
que reciben inmunodepresores o que sean HIV positivos.
Toxicidad y efectos secundarios.

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Lo efectos son comunes e incluyen desde reacciones de hipersensibilidad hasta


complicaciones dependientes de la dosis y de la edad referidas al tracto GI, SNP y
CNS. En el caso de benznidazol, el efecto adverso más común (30% de los pacientes)
es la dermatitis urticarial que puede tratarse con antihistamínicos o corticosteroides. La
supresión de la médula ósea puede ocurrir temprano durante la terapia, por lo que
debe realizarse recuente de células sanguíneas cada 2-3 semanas, y se debe
suspender ante evidencia de supresión. La neuropatía periférica y los síntomas GI son
especialmente frecuentes después de un tratamiento prolongado pudiendo
desencadenar pérdida de peso e impedir la continuidad de la terpia.
Nitazoxanida
Efectos antimicrobianos
La nitazoxanida y su metabolito activo, la tizoxanida, inhiben el crecimiento de los
esporozoitos y ovocitos de C. parvum e inhiben el crecimiento de los trofozoítos de G.
intestinales, E. histolytica y T. vaginalis. La nitazoxanida interfiere con la reacción de
transferencia de electrones dependiente de la enzima Piruvato-ferredoxina
oxidorreductasa, esencial para el metabolismo anaeróbico en especies de protozoos y
bacterias.,
ADME
Después de ser administrada por vía oral, se hidroliza rápidamente a tizoxanida,
conjugándose en el glucorónido de tizoxanida. Este compuesto alcanza
concentraciones plasmáticas máximas de los metabolitos después de 1-4 horas de su
administración. Esta se une en más del 99.9% a las proteínas plasmáticas y se excreta
en la orina, bilis y las heces.
Usos terapéuticos
Esta está aprobada para el tratamiento de la infección por G. intestinalis y para el
tratamiento de la diarrea causada por criptosporidiosis en adultos y niños mayores de
1 año. Esta también se ha usado como agente único para tratar infecciones mixtas con
parásitos intestinales. Se elimina efectivamente con este fármaco a G. intestinalis, E.
histolytica, Blastocystis hominis, C. parvum, C. cayetanensis, I, belli, Hymenolepis
nana, Trichuris trichuria, Ascaris lumbricoides y Enterobios vermicularis, aunque en
algunos casos se requirió más de un ciclo de terapia. También se ha utilizado para el
tratamiento por G. intestinalis resistente a metronidazol y albendazol.
Toxicidad y efectos secundarios
Los efectos son muy infrecuentes y solamente se ha observado una coloración
verdosa en la orina. Este es un agente categoría B en el embarazo.
Paramomicina
Es un aminoglucósido de la familia neomicina/kanamicina que se usa como agente
oral para tratar la infección por E. histolytica, criptosporidiosis y giardiasis y las
formulaciones tópicas también se han usado para tratar la tricomoniasis y la
leishmaniasis cutánea y por vía parenteral para tratar la leishmaniasis visceral en
combinación con compuestos de antimonio.
La paramomicina comparte el mecanismo de acción de la neomicina y la kanamicina,
la unión a la subunidad ribosomal 30S. El fármaco no se absorbe del tracto GI, por

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tanto, las acciones de una dosis oral se limitan al tracto GI, con 100% de la dosis oral
recuperada en las heces.
La paramomicina es el fármaco de elección para tratar la colonización intestinal con E.
histolytica y se usa en combinación con metronidazol para tratar la colitis amebiana y
el absceso hepático amebiano. Tiene pocos efectos adversos e incluyen dolor
abdominal y cólico, dolor epigástrico, náuseas y vómitos, esteatorrea y diarreas. Este
fármaco también se ha recomendad como tratamiento de la giardiasis cuando el
metronidazol está contraindicado y se utiliza en mujeres embarazadas.
Pentamidina
La pentamidina es una diamina aromática cargada positivamente. Es un agente de
amplio espectro de amplio espectro con actividad contra varias especies de
protozoarios patógenos y algunos hongos.
Efectos antiprotozoarios y antifúngicos
Este fármaco se usa para el tratamiento de la infección temprana por T. brucei
gamiense, pero es ineficaz en el tratamiento de la enfermedad en etapa tardía y tiene
efectividad reducida contra T. brucei rhodesiense. Esta es una opción alternativa para
el tratamiento de la leishmaniasis cutánea y un agente alternativo para el tratamiento y
profilaxis de la neumonía causada por Pneumocystis jiroveci.
Mecanismo de acción y resistencia: tiene un mecanismo de acción desconocido
aunque recientemente se ha demostrado que un único transportador de alta afinidad
de la familia de genes de aguagliceroporina (TbAQP2) es responsable de la
resistencia cruzada entre pentamidina y melarsoprol y que representa la vía principal
para la absorción de pentamidina.
ADME
Se absorbe bien en los sitios de administración parenteral. La vida media de
eliminación es prolongada, de semanas a meses y el fármaco está 70% ligado a
proteínas plasmáticas. Este compuesto está altamente cargado, se absorbe
pobremente por vía oral y no cruza la barrera hematoencefálica, explicando su
ineficacia contra la tripanosomiasis en etapa tardia.
Toxicidad y efectos secundarios: aproximadamente el 50% de las personas que
reciben el fármaco a las dosis recomendadas muestran algún efecto adverso. La
administración IV puede estar asociada con hipotensión, taquicardia y dolor de
cabeza. La hipoglucemia puede ocurrir en cualquier momento durante el tratamiento.
Paradójicamente, en algunos pacientes se ha observado pancreatitis, hiperglucemia y
el desarrollo de diabetes dependiente de insulina. Esta es nefrotóxica y cuando existe
un aumento de la concentración sérica de creatinina puede ser necesario suspender el
fármaco temporalmente o cambiar a un agente alternativo. La administración
intramuscular está asociada con el desarrollo de abscesos estériles en el sitio de la
inyección que pueden infectarse de forma secundaria.
Estibogluconato de sodio
El primer compuesto antimonial trivalente utilizado para tratar la leishmaniasis cutánea
y la kala azar fue el tartrato de antimonio y potasio que era tóxico y difícil de
administrar. Estos fueron reemplazados eventualmente por derivados pentavalentes
del ácido fenilstibónico.

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Mecanismo de acción: los antimoniales pentavalentes actúan como profármacos que


se reducen a las especies Sb+3 más tóxicas que matan los amastigotes dentro de los
fagolisosomas de los macrófagos. Después estos interfieren con el sistema redox
tripanotiona. Sb+3 induce un eflujo rápido de tranotiona y glutatión de las células y
también inhibirá tripanotiona reductasa.

ADME
El fármaco se administra no es activo por vía oral y se absorbe rápidamente. La
eliminación se produce en dos fases, la primera con una vida media de
aproximadamente 2 horas, y la segunda con un tiempo medio más prolongado de 33-
76horas. El fármaco se elimina por la orina.
Toxicidad y efectos secundarios
Las reacciones tóxicas suelen ser reversibles, y la mayoría disminuyen a pesar de la
terapia continua. Los efectos adversos incluyen pancreatitis química en casi todos los
pacientes; elevación de los niveles séricos de transaminasas hepáticas; supresión de
la médula ósea manifestada por la disminución de los recuentos de glóbulos rojos,
blancos y plaquetas. Se ha reportado neuropatía reversible. Muy poco común son la
anemia hemolítica y el daño renal.
Suramina
La suramina es un tripanocida de acción relativamente lenta con alta actividad clínica
contra T. brucei gambiense y T. brucei rhodesiense. Se desconoce su mecanismo de
acción, aunque se ha sugerido un papel en la función lisosómica. La suramina inhibe
muchas enzimas y receptores tripanosomales y de mamíferos.
Este fármaco no se absorbe por vía oral, debe administrarse por vía intravenosa para
evitar la inflamación local y la necrosis asociada con inyecciones subcutáneas o
intramusculares. El medicamento está unido a 99.7% de proteína sérica y tiene una
vida media de eliminación terminal de 41-78 días. La depuración renal representa la
eliminación de aproximadamente 80% del compuesto del cuerpo. Muy poca penetra en
el líquido cefalorraquídeo, concordando con su naturaleza polar y su falta de eficacia a
la invasión de tripanosomas en el SNC.
La suramina es la terapia de primera línea para la infección temprana por T. brucei
rhodesiense. También es activa contra T. brucei gambiense, pero solo se usa como
tratamiento de segunda línea si la pentamidina falla o está contraindicada de otra
manera. Los pacientes que recaen después del tratamiento con suramina deben ser
tratados con melarsoprol.
Toxicidad y efectos secundarios: la reacción inmediata más grave consiste en
náuseas, vómitos, choque y pérdida del conocimiento. El malestar, náuseas, y fatiga
son reacciones inmediatas comunes. El problema más usual encontrado es la
toxicidad renal, manifestada por albuminuria y complicaciones neurológicas tardías
que incluyen cefalea, sabor metálico, parestesias y neuropatía periférica. La terapia no
debe continuarse en pacientes que muestran intolerancia a las dosis iniciales y debe
emplearse con mucha precaución en individuos con insuficiencia renal

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