Formato Amparo Auto de Vinculacion y Prision Preventiva
Formato Amparo Auto de Vinculacion y Prision Preventiva
Formato Amparo Auto de Vinculacion y Prision Preventiva
QUEJOSO: XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX.
Por medio del presente escrito y con fundamento en lo dispuesto por los artículos 103 y 107
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los artículos 1, 2, 107, 108 y demás
relativos, aplicables de la Ley de Amparo, vengo a demandar El AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA
JUSTICIA FEDERAL, en contra de los actos y autoridades que en el capítulo correspondiente
señalaré:
Para efectos de lo dispuesto por el Artículo 108 de la Ley de Amparo, al efecto manifiesto:
A) XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
B) XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
COMO ORDENADORAS:
El Director del Centro de Prevención y Readaptación Social del Distrito Judicial de Ecatepec
de Morelos, Estado de México.
IV.-
ACTO RECLAMADO:
1.- Con fecha 27 de diciembre del año 2017, fui detenido de manera ilegal por policías que
me presentaron ante el AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO DE INVESTIGACIÓN ADSCRITO A LA
AGENCIA DEL MINISTERIO PUBLICO DE SAN AGUSTIN EN ECATEPEC, ESTADO DE MÉXICO.
D.
Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a
Cualquier Forma de Detención o Prisión, en su principio 39.
E. El punto 6.1, 6.1 y 6.3 de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre
las medidas no privativas de la libertad (Reglas de Tokio).
Cuestiones Previas.
TEMA PRINCIPAL:
DATOS DE LA IMPUGNACIÓN
PROBLEMAS:
B)Derecho: B.b)Interpretación.
SÍNTESIS DE LAS RAZONES: La resolución dictada por el JUEZ DE CONTROL DEL DISTRITO
JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO interpreta de manera inadecuada que las
circunstancias que motivaron la imposición de la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, además
que considera que no es necesario realizar un control de convencionalidad respecto de la figura de la
prisión preventiva oficiosa, lo cual constituye una violación a los artículos 1, 14, 16, 20 y 133 de la
Constitución Federal, lo cual se traduce en violación directa de los derechos fundamentales de certeza,
presunción de inocencia y seguridad jurídica, así como a la garantía del debido proceso.
NACIONALES
“Época: Décima Época Registro: 2002264 Instancia: Primera Sala Tipo de Tesis:
Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Libro XV, Diciembre de
2012, Tomo 1 Materia(s): Común Tesis: 1a./J. 18/2012 (10a.) Página: 420 CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD Y DE CONVENCIONALIDAD (REFORMA CONSTITUCIONAL DE 10 DE
JUNIO DE 2011).
“Época: Décima Época Registro: 2006225 Instancia: Pleno Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación Publicación: viernes 25 de abril de 2014 09:32 h
Materia(s): (Común) Tesis: P./J. 21/2014 (10a.) JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. ES VINCULANTE PARA LOS JUECES MEXICANOS
SIEMPRE QUE SEA MÁS FAVORABLE A LA PERSONA.
INTERNACIONALES
Máxime que, es obligación del órgano jurisdiccional, apreciar los datos de prueba "más
allá de toda duda razonable", lo que implica que la culpabilidad ha rebasado el grado de
probabilidad que, en su momento, pudo construirse con una sospecha razonada, lo que en
el caso concreto no acaeció, atento a que de los datos de prueba de cargo aportados por la
fiscalía, no se acreditó el injusto penal en estudio (robo agravado, previsto en el ordinal 289
fracción II y artículo 290 fracción XVIII del Código Penal Para el Estado de México), esto es,
nunca se acreditó indiciaria y razonadamente los elementos objetivos, subjetivos y
4
Aunado a que contrario a lo estimado falazmente por el juez de control, de las pruebas
de descargo ofertadas por la defensa de los hoy imputados, se colige que fui detenido en
lugar diverso; a más que la supuesta arma que se utilizó para perpetración del ilícito carecía
de fragmento dactilar alguno, que implique que los supuestos sujetos activos del delito
realizaron el injusto que se les atribuye. Dando lugar a una duda razonable respecto de la
comisión del injusto en cita, debiéndose revocar el auto de vinculación que se controvierte.
En primer lugar debemos definir qué se entiende por las condiciones que justificaron la
medida cautelar: son las circunstancias comprobables que sirven de apoyo para el dictado de una
prisión preventiva, y contrario a lo que establece la autoridad responsable no se limitan al
desplegar una conducta presuntamente delictiva con el uso de un cuchillo, el amagó al
denunciante con el fin de vencer su resistencia y el apoderamiento indebido de sus pertenencias,
ya que estos son elementos que deberán ser estudiados en sentencia definitiva cuando se
analice la tipicidad de la conducta que se me imputa y no para imponerme una medida cautelar.
Podemos indicar que las condiciones objetivas que justifican una prisión preventiva son de
acuerdo con las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas no Privativas de la
Libertad (conocidas también como Reglas de Tokio), las cuales fueron adoptadas por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en su resolución 45/110, de 14 de diciembre de 1990, establecen
literalmente lo siguiente:
Artículo 6o.
Es decir de conformidad con el artículo 6.1 de las las Reglas Mínimas de las Naciones
Unidas sobre las Medidas no Privativas de la Libertad, que son de aplicación obligatoria en virtud
del bloque de convencionalidad de nuestro país, las condiciones para que se pueda dictar una
prisión preventiva son:
prisión
preventiva.
Tal argumento hecho por el JUEZ DE CONTROL DEL DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE
MORELOS, ESTADO DE MÉXICO es errónea y violatoria de mi derecho humano a la revisión de la
prisión preventiva tal y como lo establece el 6.3 de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas
sobre las Medidas no Privativas de la Libertad, porque si se toman esas condiciones, las mismas
no cambiaran nunca, por lo cual no existe una revisión de dicha prisión preventiva.
Por otro lado de constancias de autos QUE NO SON VALORADAS POS AMBAS
AUTORIDADES RESPONSABLES, se desprende que las condiciones objetivas que existían al
momento de decretarse la prisión preventiva en mi contra fueron las siguientes:
Estas condiciones objetivas son indebidamente valorados por el JUEZ DE CONTROL DEL
DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO, ya que incluso indica que
la Juez de control, no valoro ni tomo en cuenta los datos de prueba allegados por la defensa
porque estamos en presencia de una prisión preventiva de corte oficioso, argumento que
nuevamente viola en mi perjuicio mi garantía de debida fundamentación y motivación, así como
la presunción de inocencia que tengo a mi favor, ya que la libertad es un derecho humano y el
propio artículo 161 del Código Nacional de Procedimientos Penales, establece la necesidad de
debate y justificación para mantener la prisión preventiva, por lo cual la interpretación que realiza
7
el JUEZ DE
CONTROL DEL DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO es
contraria a derecho.
Datos de prueba que no son valorados de modo alguno e incluso el JUEZ DE CONTROL DEL
DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO, ya que considera que no
es necesario valorar las pruebas ofrecidas por el hoy quejoso en la audiencia inicial con lo cual se
viola de modo claro el artículo 20 constitucional aparatado A fracción II y V apartado B fracción
IV, es decir se ve violentada mi derecho a que me sean recibidas todo tipo de pruebas, Y QUE
LAS MISMAS SEAN VALORADAS DE MANERA LIBRE Y LOGICA, en el caso que nos ocupa las
autoridades responsables violentan de modo claro este artículo constitucional.
“…el Estado puede ordenar la prisión preventiva cuando se cumpla con los
requisitos necesarios para restringir el derecho a la libertad personal, existan indicios
suficientes que permitan suponer razonablemente la culpabilidad de la persona
sometida a un proceso y que sea estrictamente necesaria para asegurar que el acusado
no impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones ni eludirá la acción de la
justicia.”
Por otro lado la idea peregrina del JUEZ DE CONTROL DEL DISTRITO JUDICIAL DE
ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO, en el sentido que si bien es cierto que como
imputado gozo de derechos humanos y existen tratados internacionales que me protegen, no es
menos cierto que las victimas también tienen derechos y por ello es procedente emitir una
prisión preventiva oficiosa en mi contra, argumento indignante ya que la propia Corte
Interamericana de Derechos Humanos en la resolución indicada claramente establece que:
existe dato
de prueba alguno que tenga esa característica, ya que existe únicamente una imputación
singular y aislada realizada por un solo denunciante.
La determinación específica del grado de reforzamiento de estas pruebas queda, sin duda,
al criterio del juzgador, pero lo que sí resulta objetivo es el hecho de que estas probanzas deben
ser, EN TODO MOMENTO, SUPERIORES A LAS QUE SE REQUIEREN PARA SOMETER A UNA
PERSONA A PROCESO PENAL, pues de lo contrario, toda persona que fuese sometida A
PROCESO AUTOMÁTICAMENTE TENDRÍA QUE ESTAR EN PRISIÓN PREVENTIVA, lo cual no
resulta aceptable, en el caso que nos atañe la autoridad responsable considera que el dictado de
la prisión preventiva oficiosa es automático y no debe de justificarse más que con indicios y sin
tomar en cuenta las pruebas que presente la defensa, lo cual no solo es arbitrario es un atentado
a los derechos humanos del suscrito, con lo cual se viola el artículo primero constitucional que
impone la obligación de la autoridad responsable de interpretar los derechos humanos siempre
de forma progresiva y pro homine.
Varios 912/2010. 14 de de julio de 2011. Mayoría de seis votos; votaron en contra: José Ramón
Cossío Díaz, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Sergio A. Valls Hernández, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Juan N. Silva Meza. Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Encargado del engrose:
José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Raúl Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.
El Tribunal Pleno, el veintiocho de noviembre en curso, aprobó, con el número LXVI/2011 (9a.),
la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a veintiocho de noviembre de dos mil once.
Nota:
Las tesis P./J. 73/99 y P./J. 74/99 anteriormente citadas aparecen publicadas en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo X, agosto de 1999, páginas 18 y 5,
respectivamente.
esta
tesis.
Por los argumentos planteados resulta claro que las autoridades responsables al no valorar
los datos de prueba presentados por la defensa considera que los siguientes elementos no se
encuentran acreditados:
No existe en la carpeta elemento de convicción alguno que permita sospechar que exista
peligro de sustracción del imputado por los siguientes argumentos:
Existe arraigo del imputado por el lugar donde es juzgado ya que el domicilio y residencia
habitual del mismo se encuentra en la competencia de la autoridad responsable.
1 Registro: 160584 Instancia: Pleno Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 1 Materia(s): Constitucional Tesis: P. LXVI/2011 (9a.) Página:
550
10
de
someterse la persecución penal.
No existe desacato de citaciones para actos procesales, ya que no existe ningún citatorio.
Se ha reparado el daño material, en virtud de que el teléfono robado fue recuperado como obra en
constancias de la carpeta.
Por los motivos descritos es claro que existen violaciones a tratados internacionales y
derechos humanos consagrados por nuestra Constitución Federal.
Establezcamos en primer lugar cuales son los pasos para realizar el control ce
convencionalidad para evidenciar se existe o no necesidad del mismo, que cabe señalar el JUEZ
DE CONTROL DEL DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO jamás
los menciona sino que de manera arbitraria indica que no es necesario dicho control.
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Fernández Ortega y otros vs. México .
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 30 de agosto de 2010.
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Rosendo Cantú y otra Vs. México.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2010. En la
cual también se sentencia al Estado mexicano, entre otras cosas, a la adecuación de su norma
interna a las disposiciones de la CADH.
Para realizar de manera correcta el control difuso de convencionalidad, los jueces deberían
llevar a cabo los siguientes pasos:
la
Constitución y las leyes nacionales.
La regla anterior implica que los jueces que no tengan asignada la posibilidad de inaplicar
una norma por sus facultades de control de constitucionalidad, tendrían que realizar una
interpretación conforme.
Con estos parámetros claros, es entonces necesario comprender los principios aplicables en
el control de convencionalidad para entender la manera en que los jueces deben llevarlos a cabo.
Realicemos el ejercicio de analizar los parámetros convencionales del artículo 167 tercer
párrafo del Código Nacional de Procedimientos Penales, y el artículo 19 de la Constitución
Federal, que contemplan la figura de la prisión preventiva oficiosa.
Es claro que las autoridades responsables son omisas en realizar los pasos indicados, sino
que indican que la prisión preventiva oficiosa es acorde a los tratados internacionales únicamente
porque dicha figura se encuentra regulada en la Constitución federal.
“Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
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Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Párrafo reformado DOF 10-06-2011
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.
Párrafo adicionado DOF 10-06-2011
En primer lugar, es menester señalar que el Estado mexicano tiene un sistema jurídico
propio, pero, además forma parte de la comunidad internacional. Ante esta dualidad, derivada de
la coexistencia de los sistemas jurídicos locales y de normas de carácter internacional, se genera
la distinción entre el derecho nacional o interno y el derecho internacional o supranacional,
atento a la fuente de la cual emanan y su ámbito espacial de aplicación.
“Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que
emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma,
celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación
del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado
se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones
en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados”.
Del precepto legal transcrito, se colige que el orden jurídico descansa en la aplicación de las
leyes y éstas también obedecen a un orden jerárquico, que tiene por cima la Constitución, las
leyes que de ella emanen y los tratados internacionales.
Ahora bien, el diez de junio de dos mil once, se publicó en el Diario Oficial de la Federación
el “Decreto por el que se modifica la denominación del Capítulo I del Título Primero y reforma
diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”. Dicho decreto es
el resultado de diversas iniciativas presentadas por los diferentes partidos políticos, con intención
de incorporar al derecho interno la obligación de los órganos del Estado, de respetar, aplicar y
hacer efectivos los derechos humanos previstos en los instrumentos internacionales celebrados
por México.
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Es
notorio que en el caso concreto la autoridad responsable incumple con su obligación de fungir
como órgano de control de convencionalidad respecto de las norma legales de nuestro país, ya
que es claro que la figura de la prisión preventiva oficiosa es contraria a El Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos señala en su artículo 9(3); Los Principios y Buenas Prácticas sobre la
Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas, en su principio III.2.; Conjunto
de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de
Detención o Prisión, en su principio 39; Los punto 6.1 6.2 y 6.3 de las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas sobre las medidas no privativas de la libertad (Reglas de Tokio); Artículos 7.1,
7.3, 7.5 y 8.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos, todos estos tratados suscritos
y ratificados por nuestro país; por lo que la autoridad responsable debió de realizar una
interpretación pro homine, y dejar de aplicar la figura de prisión oficiosa.
Es necesario recalcar que la prisión preventiva nunca puede ser la regla, sino es la
excepción en los sistemas republicados democráticos de procesamiento penal, es claro que la
reforma constitucional del sistema de procesamiento penal tiene como finalidad la instauración
de un sistema de procesamiento acusatorio y adversarial, y en diversas recomendaciones
internacionales se ha establecido de modo claro que la figura de la prisión oficiosa es contraria al
sistema acusatorio, ya que impide al juez ejercer la facultad discrecional de decidir respecto de
esta medida cautelar, lo cual convierte al juez en un ente de aplicación mecánica de sanciones
con lo cual se violenta todo es sistema procesal.
En el Caso Chaparro Álvarez y Lapo Iñiguez, la Corte Interamericana estableció que para
restringir el derecho a la libertad personal, a través de medidas como la prisión preventiva deben
existir indicios suficientes que permitan suponer razonablemente que la persona sometida a
proceso haya participado en el ilícito que se investiga.
En el mismo sentido, la Corte Europea ha señalado que “la razonabilidad de las sospechas
sobre las que se debe fundar una detención constituye un elemento especial de la garantía
ofrecida por el artículo 5.1 del Convenio Europeo contra las privaciones de libertad arbitrarias”,
añadiendo que “[la existencia] de sospechas razonables presupone la […] de hechos o
información capaces de persuadir a un observador objetivo de que el encausado puede haber
cometido una infracción”.
Para esta Corte, la sospecha tiene que estar fundada en hechos específicos y articulados
con palabras, esto es, no en meras conjeturas o intuiciones abstractas. De allí se deduce que el
14
Estado no
debe detener para luego investigar, por el contrario, sólo está autorizado a privar de la libertad a
una persona cuando alcance el conocimiento suficiente para poder llevarla a juicio. Sin embargo,
aún verificado este extremo, la privación de libertad del imputado no puede residir en fines
preventivo-generales o preventivo-especiales atribuibles a la pena, sino que sólo se puede
fundamentar, como se señaló anteriormente, en un fin legítimo, a saber: asegurar que el acusado
no impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la justicia.
ii) Que las medidas adoptadas sean las idóneas para cumplir con el fin
perseguido.
iv) Que sean medidas que resulten estrictamente proporcionales, de tal forma
que el sacrificio inherente a la restricción del derecho a la libertad no resulte exagerado o
desmedido frente a las ventajas que se obtienen mediante tal restricción y el
cumplimiento de la finalidad perseguida.
Los criterios señalados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos son obligatorios
para nuestras autoridades en virtud de los siguientes criterios jurisprudenciales de aplicación
obligatoria con fundamento en el artículo 217 de la ley de amparo, que su sola inobservancia se
traduce en una violación de garantías por si sola:
2 Época: Décima Época Registro: 2002264 Instancia: Primera Sala Tipo de Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 1 Materia(s): Común Tesis: 1a./J. 18/2012
(10a.) Página: 420.
16
ese
tratado. La fuerza vinculante de la jurisprudencia interamericana se desprende del propio mandato
establecido en el artículo 1o. constitucional, pues el principio pro persona obliga a los Jueces
nacionales a resolver cada caso atendiendo a la interpretación más favorable a la persona. En
cumplimiento de este mandato constitucional, los operadores jurídicos deben atender a lo siguiente:
(i) cuando el criterio se haya emitido en un caso en el que el Estado Mexicano no haya sido parte, la
aplicabilidad del precedente al caso específico debe determinarse con base en la verificación de la
existencia de las mismas razones que motivaron el pronunciamiento; (ii) en todos los casos en que
sea posible, debe armonizarse la jurisprudencia interamericana con la nacional; y (iii) de ser imposible
la armonización, debe aplicarse el criterio que resulte más favorecedor para la protección de los
derechos humanos”3.
Si bien la prisión preventiva, como tal, no está prevista en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, hay dos normas que indirectamente la regulan, el artículo 7.3 de la
Convención que establece que “Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento
arbitrarios”, y el artículo 8.2 que dispone que “Toda persona inculpada de un delito tiene derecho
a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad”.
Analicemos ahora brevemente de dónde deriva cada una de estas reglas y qué es
exactamente lo que ha dicho la Corte Interamericana sobre el particular, así como las
implicaciones de cada una de ellas.
La Corte Interamericana ha establecido que la prisión preventiva era una medida que debía
aplicarse solo excepcionalmente lo hizo al resolver el caso del señor Daniel Tibi.
La resolución de este asunto fue dictada por la Corte Interamericana el 7 de septiembre del
2004, y en ella, el tribunal precisó lo siguiente:
“La Corte considera indispensable destacar que la prisión preventiva es la medida más
severa que se le puede aplicar al imputado de un delito, motivo por el cual su aplicación debe
tener un carácter excepcional”.
Derivado de ello, la Corte dijo, después, también, que “La regla debe ser la libertad del
procesado mientras se resuelve acerca de su responsabilidad penal”.
En México, más del 40% de los presos en las cárceles son presos en prisión preventiva, como lo han
puesto de manifiesto los estudios llevados a cabo por Guillermo Zepeda con el apoyo de Open Society
Justice Iniciative y en el caso de los delitos en los que se puede imponer prisión preventiva oficiosa el
número aumenta a un 100% de personas privadas de su libertad de manera arbitraria, por lo cual dicha
medida cautelar no es excepcional como falazmente lo señala el JUEZ DE CONTROL DEL DISTRITO
JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO, ya que excepcional quiere decir que no es
común y un 40% y un 100% no son excepción sino claramente la regla.
3 Época: Décima Época Registro: 2006225 Instancia: Pleno Tipo de Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial
de la Federación Publicación: viernes 25 de abril de 2014 09:32 h Materia(s): (Común) Tesis: P./J. 21/2014 (10a.)
17
Ahora, cuando la Corte Interamericana dice que la aplicación de la prisión preventiva debe
ser excepcional, quiere decir eso precisamente; significa que no debe aplicarse en la mayoría de
los casos, ni en la mitad de ellos, y ni siquiera en el veinte por ciento de los asuntos.
Es una medida que a juicio de la Corte Interamericana debe ser verdaderamente inusual,
debe ser utilizada solo de manera insólita, su aplicación debe tener carácter excepcional.
Este criterio jurisprudencial ha sido reiterado por la Corte Interamericana por lo menos en
cuatro sentencias más:
Ahora bien el artículo 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado
por México en el marco de la Organización de las Naciones Unidas el 23 de marzo de 1981,
dispone que:
“La prisión preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla
general…”.
Asimismo, que las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas no Privativas
de la Libertad (conocidas también como Reglas de Tokio), las cuales fueron adoptadas por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 45/110, de 14 de diciembre de 1990,
establecen literalmente lo siguiente:
Artículo 6o.
[…]. 6.1 En el procedimiento penal sólo se recurrirá a la prisión preventiva como último
recurso, teniendo debidamente en cuenta la investigación del supuesto delito y la protección de
la sociedad y de la víctima.
6.3 El delincuente tendrá derecho a apelar ante una autoridad judicial u otra autoridad
independiente y competente en los casos en que se imponga prisión preventiva.
Normas internacionales que no son respetadas por las autoridades responsables y que son
incompatibles con la figura de la prisión preventiva oficiosa.
Este principio fue establecido por la Corte al resolver el caso del señor Oscar Barreto en
contra del Estado Venezolano.
Como puede verse, el principio de proporcionalidad establecido por la Corte trae aparejadas
al menos cinco reglas:
1) Debe existir una relación entre la medida cautelar determinada y el fin que se persigue
con ella, de manera que el sacrificio impuesto al reo no sea exagerado o desmedido.
2) El Estado debe evitar que la medida de coerción procesal sea igual o, incluso, más
gravosa que la pena que puede esperar el procesado en caso de condena.
5) Una persona considerada inocente no debe recibir igual o peor trato que una persona
condenada.
De acuerdo con el principio de proporcionalidad, estas son las reglas que debe respetar
todo Estado sometido al sistema interamericano en materia de prisión preventiva, bien sea al
emitir una norma general, o bien, al someter a proceso penal a una persona.
En el caso concreto dichas reglas no son observadas por las responsables ya que como se
cómo se puede observar la prisión preventiva oficiosa de la que soy sujeto tiene como duración
todo el tiempo que dure el proceso, lo cual no es proporcional, ni razonable y mucho menos
sigue el fin de dicha cautela.
Al resolver el Caso Palamara Iribarne contra el Estado Chileno, la Corte estableció lo que
podríamos llamar el principio de necesidad en materia de prisión preventiva.
19
En
este caso la Corte Interamericana se pronunció respecto de la prisión preventiva de que fue
objeto el señor Palamara, y pese a que solo duró unos cuantos días, dijo lo siguiente:
…el Estado puede ordenar la prisión preventiva cuando se cumpla con los requisitos
necesarios para restringir el derecho a la libertad personal, existan indicios suficientes que
permitan suponer razonablemente la culpabilidad de la persona sometida a un proceso y que sea
estrictamente necesaria para asegurar que el acusado no impedirá el desarrollo eficiente de las
investigaciones ni eludirá la acción de la justicia.
Como se puede ver, el principio de necesidad de la prisión preventiva implica tres requisitos:
Tenemos así que, en primer lugar, para que el Estado pueda ordenar la prisión preventiva
es necesario que existan indicios suficientes que permitan suponer razonablemente la
culpabilidad del procesado.
Este primer requisito es, probablemente, el más importante, pues para someter a una
persona a prisión preventiva, no basta con que se acredite el cuerpo del delito y la presunta
responsabilidad; no es suficiente con que quede demostrado que se cometió un delito —así sea
un delito “grave”— y que el acusado es probablemente el responsable, pues esas son las pruebas
que se necesitan para someter a una persona a proceso penal.
La determinación específica del grado de reforzamiento de estas pruebas queda, sin duda,
al criterio del juzgador, pero lo que sí resulta objetivo es el hecho de que estas probanzas deben
ser, en todo momento, superiores a las que se requieren para someter a una persona a proceso
penal, pues de lo contrario, toda persona que fuese sometida a proceso automáticamente tendría
que estar en prisión preventiva, lo cual no resulta aceptable.
Este requisito no es observado por las responsables ya que el JUEZ DE CONTROL DEL
DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO se limita a indicar que la
prisión preventiva oficiosa es automática y para su dictado solamente se requiere indicios de la
comisión del ilícito y mi participación, con lo cual existe clara violación al bloque de
convencionalidad.
capacidad
para ello, le corresponde al ministerio publico proporcionar datos de prueba que permitan
justificar dichas circunstancias.
En tercer lugar, para imponer la medida de prisión preventiva es necesario que exista un
peligro de fuga del imputado, y esto porque la consecución del proceso y la posible aplicación de
la pena suponen la presencia del procesado.
Para que se cumpla con este requisito, debe existir un peligro real de evasión de la justicia,
uno que pueda apreciarse objetivamente, uno que verdaderamente pueda hacer suponer que el
acusado va a huir, en el caso concreto no existe un solo elemento que permita suponer dicha
situación.
Adicionalmente, en el Caso Palamara Iribarne la Corte también precisó que “al ordenarse
medidas restrictivas de la libertad es preciso que el Estado fundamente y acredite la existencia,
en el caso concreto, de los referidos requisitos…”.
Lo anterior implica que para que se pueda decretar la prisión preventiva en contra de una
persona, el Estado debe fundamentar jurídicamente y acreditar los requisitos antes explicados, y
no como lo señala el JUEZ DE CONTROL DEL DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS,
ESTADO DE MÉXICO que por tratarse de una prisión preventiva oficiosa la misma se dicta de
manera automática sin necesidad de valorar pruebas y sin justificar el motivo de su imposición.
La Corte Interamericana, al resolver el Caso Suárez Rosero vs. Ecuador, estableció que la
parte final del artículo 114 bis del Código Penal ecuatoriano eliminaba un derecho humano
fundamental basado, única y exclusivamente, en el tipo de delito del que es acusada una
persona, y que ello transgredía el artículo 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, que en la parte que interesa dispone que “Toda persona detenida o retenida… tendrá
derecho… a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso”.
Este criterio es especialmente importante para México, toda vez que la Constitución
mexicana establece un catálogo de delitos que automáticamente ameritan prisión preventiva, lo
que claramente contradice la jurisprudencia interamericana.
De hecho, México es el único país de todo el Continente Americano que cuenta con un
catálogo de esa naturaleza y que, peor aún, lo tiene en su propia norma constitucional.
5. La prisión preventiva no puede estar determinada únicamente por la gravedad del delito
En cuanto a la medida de prisión preventiva que le fue impuesta al señor López Álvarez por
más de seis años, la Corte estimó que al haber mantenido el Estado hondureño al señor López
Álvarez bajo prisión preventiva, se había violado su derecho a no ser sometido a detención o
encarcelamiento arbitrarios, consagrado en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y
21
al respecto
precisó:
“Las características personales del supuesto autor y la gravedad del delito que se le imputa
no son, por sí mismos, justificación suficiente de la prisión preventiva. La prisión preventiva es
una medida cautelar y no punitiva”.
Cuando la legislación procesal penal y nuestra Constitución Federal permiten que se decrete
la medida de prisión preventiva oficiosa fundada únicamente en la comisión del ilícito por el uso
de armas y la supuesta gravedad del delito, en realidad permite la consecución de muchas
arbitrariedades, como lo es el caso que se impugna.
Cualquier persona puede ser acusada de cualquier delito, pero nunca resulta aceptable que
la simple acusación de un delito, por más grave que este pueda ser, motive automáticamente la
privación de la libertad del acusado, tal y como lo ha establecido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
Este criterio complementa el que acabamos de ver, y ya ha sido reiterado por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, al resolver el Caso Bayarri vs. Argentina.
El órgano internacional recomendó que la prisión preventiva debía restringirse a los casos
particulares donde así lo aconsejen las condiciones individualizadas, junto con la amenaza
fundada contra la sociedad y el orden público, EN EL CASO CONCRETO, LA AUTORIDAD
RESPONSABLE, es omisa en considerar esas circunstancias, que nunca son mencionadas por el
ministerio público que realiza la solicitud de la medida cautelar, sino que en automático considera
legal privarme de mi libertad de un modo arbitrario y el JUEZ DE CONTROL DEL DISTRITO
JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO considera que dicha privación de
libertad es acorde con el bloque de convencionalidad ya que dichas circunstancias no son
necesarias en la prisión preventiva oficiosa, lo cual es contrario a la recomendación indicada.
Existen los criterios interpretativos brindados por diversos órganos internacionales que
indican que una prisión preventiva oficiosa es contraria a la presunción de inocencia, así, el
Comité de Derechos Humanos ha expresado que en ciertas circunstancias la detención
preventiva puede ser incongruente con la presunción de inocencia, por ejemplo, cuando se aplica
automáticamente o cuando su duración es excesiva 5, en el caso concreto existe una aplicación en
automático de la pena corporal, lo cual no tiene sustento alguno en una visión conforme a los
derechos humanos., que no es interpretado de esa manera por el JUEZ DE CONTROL DEL
DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO, sino por el contrario
4 CIDH, Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de derechos humanos en
México, 24 de septiembre de 1998, párrs. 233 a 235.
5 Comité de Derechos Humanos (2000), Observaciones finales: Argentina, CCPR/CO/70/ARG, párr. 10; Comité de
Derechos Humanos (2006), Observaciones finales: Italia, CCPR/C/ITA/CO/5, párr. 14.
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ignorando
tales interpretaciones indica que la prisión preventiva oficiosa es automática sin necesidad de
valorar pruebas de la defensa, y bastan meros indicios por lo que hace a las pruebas del órgano
acusador para decretarla, ya que manifiesta una y otra vez que el Ministerio Público, es una
institución de buena fe, y por lo tanto las manifestaciones que hace son objetivas y validas, Y
LAS PRESENTADA POR LA DEFENSA NO LO SON, YA QUE LA INSTITUCION DE LA DEFENSA ES
DE MALA FE, según la idea peregrina de la autoridad responsable.
La presunción de inocencia consiste en que no sea tratado como culpable sino hasta que
exista sentencia firme y es claro que desde que se me privo de mi libertad en automático, estoy
siendo tratado como un sentenciado, ya que los días, meses o años que pueda pasar en prisión
con base a esta medida cautelar nunca los podre recuperar, por ser un daño de imposible
reparación.
Está comprobado que “los derechos individuales son triunfos políticos en manos de los
individuos. Los individuos tienen derechos cuando, por algún razón, una meta colectiva no es
justificación suficiente para negarles lo que, en cuanto individuos, desean tener o hacer, o cuando
no justifica suficientemente que se les imponga alguna perdida o perjuicio.” 7 Es por ello que no es
legal que se justifique la privación oficiosa de mi libertad como un medio de política criminal de
nuestro país, los derechos fundamentales los que se definen como “…todos aquellos derechos
subjetivos que corresponden universalmente a todos los seres humanos en cuanto dotados del
6 Comité de Derechos Humanos (2000), Observaciones finales: Argentina, (CCPR/CO/70/ARG), párrafo 10.
7 DWORKIN Ronald, Los Derechos en serio, Barcelona, Ariel, 2002, p.37.
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status, de
personas de ciudadanos o personas con capacidad de obrar; entendiéndose por derecho
subjetivo cualquier expectativa positiva (de prestaciones) o negativa (de no sufrir lesiones)
adscrita a un sujeto por una norma jurídica; y por status la condición de un sujeto prevista
asimismo por una norma jurídica positiva, como presupuesto de su idoneidad para ser titular de
situaciones jurídicas y/o autor los actos que son ejercicio de estas. 8
Es claro que con el acto reclamado se violentan estos principios torales del proceso y con
ello mis derechos humanos son letra muerta en la práctica judicial.
8 FERRAJOLI, Luigi, Los Fundamentos de los Derechos Fundamentales, (Debate con Luca Baccelli, Michelangelo
Bovero, Ricardo Guastini, Mario Jori, Anna Pintore, Ermanno Vitale y Danilo Zolo), trad. Perfecto Andrés Ibáñez,
Antonio Cabo, Miguel Carbonell, Lorenzo Cordoba, Marcos Criado, y Gerardo Pisarello, Madrid, Trotta, cuarta edición,
2009, colección: Estructuras y procesos serie Derecho, p. 19.
9 FERRAJOLI, Luigi, FERRAJOLI, Luigi, Derecho y razón, (Teoría del garantismo penal), trad. Perfecto Andrés Ibáñez,
Alfonso Ruiz Miguel, Juan Carlos Bayón Mohino, Juan Terradillos Basoco, Rocío Cantarero Bandrés, Madrid, Trotta,
1995, colección: Estructuras y procesos serie Derecho, p. 93.
10 Documento aprobado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su 131º período ordinario de
sesiones, celebrado del 3 al 14 de marzo de 2008.
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justifiquen
por tratarse de una prisión preventiva oficiosa, lo cual es contrario al respeto de mis derechos
humanos.
De igual manera, en el punto 6.1 de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las
medidas no privativas de la libertad (Reglas de Tokio) 12 se prevé que en el procedimiento penal
sólo se recurrirá a la prisión preventiva como último recurso, teniendo en cuenta la investigación
del supuesto delito y la protección de la sociedad y de la víctima.
Primero, para ir más allá del derecho a la libertad debe haber fundamentos para considerar
que un individuo cometió el delito que se investiga, es decir, debe hacer una sospecha razonable ,
y no indicios como indica el JUEZ DE CONTROL DEL DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE
MORELOS, ESTADO DE MÉXICO.
Segundo, dado que ese criterio por sí sólo no es suficiente para una detención legítima,
debe haber uno de los motivos siguientes:
En el caso concreto ninguno de estos tres elementos son tomados en cuenta por el JUEZ
DE CONTROL DEL DISTRITO JUDICIAL DE ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MÉXICO,
incluso los considera innecesarios por ser una prisión preventiva oficiosa que se dicta en
automático, sin necesidad de justificar su dictado.
11 Adoptado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en su resolución 43/173, de 9 de
diciembre de 1988.
12 Adoptadas por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en su resolución 45/110, de 14 de
diciembre de 1990.
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considera
que no es dable sustituir una prisión preventiva oficiosa como medida cautelar, sin motivar por
qué se emplea la privación de mi libertad como sanción anticipada de pena, ya que nunca
establece que exista: a) riesgo de que la persona sospechosa huya; b) que ésta cometa otros
delitos; o c) que interfiera con el proceso del juicio. Ni mucho menos los acredita con medio de
prueba idóneo u fehaciente.
Lo que significa que esta norma impone límites temporales a la duración de la prisión preventiva y,
en consecuencia, a las facultades del Estado para asegurar los fines del proceso mediante esta medida
cautelar, en el caso de análisis constitucional el acto reclamado impone una prisión preventiva POR TODO
13 Corte IDH. Caso Suárez Rosero vs. Ecuador, Fondo, Sentencia de 12 de noviembre de 1997, párr. 77; y Caso
Ricardo Canese vs. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 31 de agosto de 2004, párr. 153; y
Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia
de 26 de noviembre de 2010, párr. 182.
14 Corte IDH, Caso Ricardo Canese vs. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 31 de agosto de
2004, párr. 154; y Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia de 26 de noviembre de 2010, párrs. 182 y 183.
15 Corte IDH. Caso Acosta Calderón vs. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 24 de junio de
2005, párr. 111.
16 Corte IDH, Caso Barreto Leiva vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de noviembre de
2009. Serie C No. 206, párrs. 119 a 122.
26
EL TIEMPO
QUE DURE EL PROCESO, LO CUAL ES ABSURDO, CARENTE DE TODO SENTIDO Y CONTRARIO A
DERECHO, ya que no existe justificación alguna para dicha duración en abstracto, la prisión preventiva se
halla limitada por el principio de proporcionalidad17, en virtud del cual una persona considerada inocente
no debe recibir igual o peor trato que una persona condenada; esto quiere decir que la prisión preventiva
debe cesar cuando se ha excedido la duración razonable de dicha medida cautelar, y en el acto reclamado
ese plazo razonable no existe, ya que estoy privado de mi libertad de manera oficiosa, POR UN TIEMPO
INDETERMINADO QUE PODRÁ SER HASTA DE DOS AÑOS EN LO QUE SE RESUELVE MI PROCESO.
El principio de proporcionalidad implica, además, una relación racional entre la medida cautelar y el
fin perseguido, de tal forma que el sacrificio inherente a la restricción del derecho a la libertad no resulte
exagerado o desmedido frente a las ventajas que se obtienen mediante tal restricción, en el acto
reclamado parece que el fin perseguido por el proceso es simplemente privarme de mi libertad, ignorando
por completo la autoridad responsable los tratados internacionales y tratados internacionales suscritos por
México.
La autoridad responsable pasa por alto las manifestaciones realizadas por el Comité de Derechos
Humanos que ha comentado su “preocupación por la duración de la detención preventiva, que por lo
general es incompatible con los artículos 9(3) y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos”18; y aclaró que si bien la detención preventiva puede ser legítima bajo ciertas circunstancias, su
duración puede violar los derechos de libertad (Artículo 9) y de ser procesado debidamente (Artículo 14).
También, la Observación General 8 sobre el Artículo 9 del Pacto, el Comité de Derechos Humanos,
concluyó que “la detención preventiva debe ser excepcional y lo más corta posible” 19.
Además, el Comité Contra la Tortura ha señalado que un período largo antes del juicio puede
constituir un trato cruel que viola la Convención Contra la Tortura.20
Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha establecido que para restringir el
derecho a la libertad personal a través de medidas como la prisión preventiva deben existir indicios
suficientes que permitan suponer razonablemente que la persona sometida a proceso ha participado en el
ilícito que se investiga21; sin embargo, que “aún verificado este extremo, la privación de libertad del
imputado NO PUEDE RESIDIR EN FINES PREVENTIVO-GENERALES O PREVENTIVO-ESPECIALES
ATRIBUIBLES A LA PENA, SINO QUE SÓLO SE PUEDE FUNDAMENTAR […] EN UN FIN LEGÍTIMO, A
SABER: ASEGURAR QUE EL ACUSADO NO IMPEDIRÁ EL DESARROLLO DEL PROCEDIMIENTO NI ELUDIRÁ
LA ACCIÓN DE LA JUSTICIA”22 en mi caso no existe estos fines legítimos, sino que únicamente soy
privado de mi libertad de una manera arbitraria y oficiosa y se me niega la sustitución de dicha medida
cautelar por una menos gravosa, es decir hay cárcel porque tiene que haber cárcel.
La autoridad responsable de igual modo pasa por alto la alternatividad de las medidas cautelares
que puede emplear, la Corte Interamericana ha señalado que cuando el plazo de la prisión preventiva
sobrepasa lo razonable, se podrá limitar la libertad del imputado con otras medidas menos lesivas que
aseguren su comparecencia al juicio, distintas de la privación de libertad. 23
17 Caso "Instituto de Reeducación del Menor" vs. Paraguay, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, Sentencia de 2 de septiembre de 2004, Serie C No. 112, párr. 228; Caso López Álvarez vs. Honduras,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 1 de febrero de 2006, párr. 67; y Caso Chaparro Álvarez y Lapo
Íñiguez. vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 21 de noviembre de
2007, Serie C No. 170, párr. 93.
18 Comité de Derechos Humanos (2003), Observaciones finales: Letonia, CCPR/CO/79/LVA; Comité de Derechos
Humanos (2004), Observaciones finales: Namibia, CCPR/CO/81/NAM, párr. 13.
19 Comité de Derechos Humanos, Observación General N° 8, Derecho a la libertad y a la seguridad personales
(artículo 9), 16º período de sesiones, de 30 de junio de 1982.
20 Comité Contra la Tortura, Informe sobre el quincuagésimo tercer período de sesiones, Suplemento No. 44
(A/53/44), 16 de septiembre de 1998, párr. 68.
21 Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
Sentencia de 21 de noviembre de 2007, Serie C No. 170, párr. 101; y Caso Servellón García y otros vs. Honduras,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 21 de septiembre de 2006, Serie C No. 152, párr. 90.
22 Corte IDH. Caso Barreto Leiva vs. Venezuela, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 17 de noviembre de
2009, Serie C No. 206, párr. 111; Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs. Ecuador, Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 21 de noviembre de 2007, Serie C No. 170, párr. 103; y Caso
Servellón García y otros vs. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 21 de septiembre de 2006,
Serie C No. 152, párr. 90; y Caso Acosta Calderón vs. Ecuador, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 24 de
junio de 2005, párr. 111.
27
Con
fundamento en los artículos 75 Y 119 de la Ley de Amparo reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, vengo a ofrecer las siguientes:
Con fundamento en los artículos 166 fracción I y concordantes de la Ley de Amparo y en virtud de
que no se causa perjuicio al interés social ni se contravienen disposiciones de orden público, así como la
difícil reparación del daño que se me causaría de llevarse a efecto la ejecución de la resolución dictada
por la responsable, solicito la concesión de la suspensión de los actos reclamados, para el efecto de el
quejoso quede a disposición del órgano jurisdiccional de amparo en el lugar que éste señale únicamente
en lo que se refiera a su libertad.
Así mismo solicito que se le ordena a la autoridad responsable que una vez que se concluya la
etapa intermedia suspensa el procedimiento penal y se abstenga de dictar auto de apertura a Juicio oral,
hasta en tanto no se resuelva el presente amparo, ya que de lo contrario se me causaría un daño de
imposible reparación sirve como criterio orientado el siguiente:
23 Corte IDH, Caso Barreto Leiva vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de noviembre de
2009. Serie C No. 206, párr. 120
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concederse la medida cautelar para el efecto de que, en caso de que se llegue a la etapa
intermedia, el Juez de control, una vez concluida ésta, no ordene la apertura a la etapa de
juicio, hasta en tanto no se resuelva el juicio biinstancial en lo principal.
SUPLENCIA DE LA QUEJA
Con fundamento en la fracción III del artículo 79 de la Ley de Amparo, solicito a esta autoridad de
control constitucional, en caso de ser necesario, supla la posible deficiencia en los conceptos de violación
expresados.
DERECHO
Fundan la presente demanda de amparo lo establecido por los Artículos 103 y 107 de la
constitución y los artículos 1, 2, 3, 35, 107, 108, 125, 126, 127, 128, 130, 139 y demás relativos y
aplicables de la Ley de Amparo en cita.
Por lo anteriormente expuesto;
USTED JUEZ DE DISTRITO, Atentamente pedimos se sirva:
PRIMERO. Tenernos por presentada, demandado EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA
FEDERAL contra los actos y las autoridades que han quedado debidamente precisadas en éste ocurso y;
se tengan por autorizadas a las personas que se indican para los fines señalados.
SEGUNDO. Se requiera a la autoridades responsables remita dentro del término de ley su informe
justificado.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
Estado de México, 05 de ENERO del 2018.
24 Época: Décima Época Registro: 2015123 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación Libro 46, Septiembre de 2017, Tomo III Materia(s): Común
Tesis: I.1o.P.62 P (10a.) Página: 1987.
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