UNIDAD 2.análisis Literario y Redacción 1

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Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.

FAU

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


UNNE

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).

Profesora adjunta a cargo: Elsa Beatriz Grillo


La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
DG 2014

Jefe de trab. prácticos: Mariana Chiarelli Bagur


Auxiliar docente: María Alejandra Ferreyra
perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).

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profesora Elsa Beatriz Grillo
Material editado y diseñado por la Diseñadora Gráfica, Mariana G. Chiarelli Bagur,
bajo supervisión y coordinación de la Prof. Elsa Beatriz Grillo, para la Cátedra de
Análisis Literario y Redacción, perteneciente a la carrera de Diseño Gráfico, de la
Universidad Nacional del Nordeste.
Año 2014

Este material ha sido diseñado en septiembre de 2011


por la DG Mariana G. Chiarelli Bagur

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profesora Elsa Beatriz Grillo

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


Unidad 11 Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y


Argumentación.
La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador
(perspectiva, situación).
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones,
metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador
(persona gramatical en que se narra, punto de vista o perspectiva, situación).
Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).

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INTRODUCCIÓN

El lenguaje literario:

Todo texto literario supone una unidad de intención. El contenido, la significación del
texto, es inseparable de lo que solemos llamar forma.
Para elaborar su texto, el escritor emplea componentes (sonidos, ritmos, palabras, for-
mas y estructuras gramaticales...), que son comunes a la casi totalidad de los hablantes de
su lengua. Sin embargo, el texto literario es el resultado de un uso muy particular del lenguaje.
Las diferencias entre un texto literario y otro que no lo es, radican en la forma
específica de este, en el que se crea un mundo, a través de la palabra, con normas distintas
a las del uso normal de la lengua. Así, consideramos el texto literario como el resultado de
un uso artificial del lenguaje.
La finalidad de la literatura es esencialmente estética. Es decir que pretende producir
belleza. El texto literario se caracteriza, entre otras propiedades, por las siguientes:
1. Predominio de la función poética del lenguaje:
El texto llama la atención por sí mismo, por su original construcción, que lo distingue
del uso normal, que lo dota de una nueva y especial significación.
2. Por la connotación, que es especialmente relevante:
La palabra poética no se agota en un solo significado; no es, como e n e l l enguaje
común, simple sustituto del objeto al que se refiere, sino que su significado se ve
acom-pañado de distintas sugerencias y sentidos que solo pueden apreciarse en su
contexto.
3. Plurisignificación:
El texto literario siempre admite más de una lectura.
4. Ficcionalidad:
Los mundos literarios no son los reales, pero son “mundos posibles” Algunos autores
hablan de imaginación, expresividad o de artificio como valores igualmente literarios.
Dijo Aristóteles que hay una diferencia entre poesía (literatura) e Historia; pues la
literatura es la narración de aquello que podría pasar y la Historia es la narración de
aquello que ya ha pasado.

Como conclusión, señalamos que es imposible separar qué es lo que dice el autor
(el contenido, la significación) de cómo lo dice (la forma), aunque esta división pueda ser
útil en determinadas ocasiones como recurso metodológico. El comentario de texto: consis-
te en justificar cada rasgo formal como una exigencia del contenido, o desde un enfoque
complementario, el contenido como resultado de una determinada elaboración formal.

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RECURSOS DE LA LENGUA LITERARIA


TROPOS Y FIGURAS

1. tropos

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Se conoce con el nombre de “tropo” al procedimiento por el que una palabra adquiere

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un significado que no es el suyo habitual y preciso. Los más comunes son:

a. Metáfora: Consiste en el desplazamiento del significado a causa de una relación de ana-


logía o semejanza.
Ejemplo:
Su luna de pergamino// Preciosa tocando viene. (Federico García Lorca).

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Explicación: Luna de pergamino se refiere a “pandereta”, basándose en la
característica de la “redondez” de los dos términos. Por otra parte, la pandereta está
hecha de pergamino, y el pergamino es de color claro como la luna.

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


b. Sinestesia: En este tipo de metáfora, el desplazamiento del significado se produce por
medio de la atribución de cualidades sensitivas a realidades a las que no corresponde.
Ejemplo:

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Con el silencio oscuro, el ave triste // vuela, y en el volar muestra su
mengua... (Francisco de Aldana)

c. Alegoría: Es una metáfora continuada, en la que cada elemento imaginario se corresponde


con un elemento real. Habitualmente se la encuentra en textos relativamente extensos (muy
a menudo de tipo narrativo).
Ejemplo:
En la redonda // encrucijada // seis doncellas // bailan. // Tres de carne
// y tres de plata. // Los sueños de ayer las buscan // pero las tiene
abrazadas // un Polifemo de oro. (Federico García Lorca).
Se refiere a la “guitarra.

d. Símbolo: Consiste en la asociación de dos planos, uno real y otro imaginario, entre los
cuales no existe una relación inmediata. Los símbolos pueden estar referidos a una cultura
concreta (para los judíos de época bíblica, la serpiente simbolizaba el mal y el pecado; para las
culturas occidentales de hoy, la justicia es simbolizada por una figura de mujer, con los ojos
vendados, una balanza en una mano y una espada en la otra), pero los escritores suelen ir a
añadiendo sus propios símbolos. Así, Unamuno nos cuenta:
Ejemplo:
“Este buitre voraz de ceño torvo // que me devora las entrañas fiero”
Explicación: El término, buitre, se asocia con “la angustia”

e. La sinécdoque: Consiste en la utilización de un término de significación más amplia que


da lugar de otro, de significación más restringida, y viceversa. Fundamentalmente, vienen a
corresponder con la expresión “el todo por la parte o la parte por el todo”, aunque hay otras
posibilidades.
Ejemplo:
“Se aproximaban cien velas por el horizonte. /mil bocas gritaron enfurecidas”
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f. La metonimia: Consiste en la sustitución de un término propio por otro que está en rela-
ción de contigüidad Los términos relacionados guardan vínculos de “causa” o “procedencia”,
el “efecto” o “consecuencia”, el continente por el contenido, etc.
Ejemplo:
«Tú, pueblo alegre y florido, // te irás llenando de sol, // de humo blanco,
de humo azul, // de campanas y de idilio». (Juan Ramón Jiménez).
Explicación: Hay dos metonimias. En la primera de ellas se utiliza el término “sol” por
“luz del sol” (causa por efecto, puesto que el sol sigue en el sitio que le corresponde en el
firmamento); y en la segunda, se empleará “campanas” por el “sonido de las campanas”
(causa por efecto, de nuevo).

2. Las Figuras
Se llaman figuras aquellos procedimientos que alejan la expresión poética de la expre-
sión común, cambiando o desplazando no el significado de un término concreto, sino
el sentido global de la frase.

2.1. Figuras de dicción


Se basan en una especial disposición de las palabras, de modo que si la colocación de
las palabras se altera, desaparece la figura:

2.1.1. Basadas en la repetición de sonidos:

a. Aliteración: Es la repetición de uno o varios sonido iguales o próximos en un verso,


estrofa o periodo.
Ejemplo:
“En el silencio sólo se escuchaba/ un susurro de abejas que sonaba”.

b. Onomatopeya: Consiste en imitar sonidos reales, ruido de movimientos o de acciones


mediante los procedimientos fonéticos de la lengua.
Ejemplo:
“Uco, uco, uco/ abejaruco.”

c. Similicadencia: Se utilizan dos o más palabras en el mismo accidente gramatical (mor-


femas de tiempo, persona, género, número, etc.).
Ejemplo:
“De carne nacemos, en carne vivimos, en la carne moriremos”.

d. Paranomasia: Consiste en la semejanza fonética de palabras o grupos de palabras:


Ejemplo:
“Allí se vive porque se bebe” // Ciego que apuntas y atinas, caduco dios
y rapaz, vendado que me has vendido... (Góngora).

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2.1.2. Basadas en la repetición de palabras:

a. Anáfora: Consiste en la reiteración de una palabra o grupo de palabras al comienzo de


dos o más versos o unidades sintácticas.
Ejemplo:

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada,

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temprano estás rodando por el suelo. (Miguel Hernández).

b. Conversión o epífora: Los elementos que se repiten están al final de los versos o uni-
dades sintácticas.
Ejemplo:
No decía palabras acercaba tan sólo un cuerpo interrogante, porque
ignoraba que el deseo es una pregunta cuya respuesta no existe, una hoja

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cuya rama no existe, un mundo cuyo cielo no existe. (LUIS CERNUDA).

c. Reduplicación o geminación: Es la repetición de elementos que están en contacto.

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Ejemplo:
Sueña, sueña mientras duermes. Lo olvidarás con el día. (J. Ramón
Jiménez).

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d. Anadiplosis: Repetición producida entre el elemento final de un verso y el que es prin-
cipio del siguiente.
Ejemplo:
Aunque me veas por la calle, también yo tengo mis rejas, mis rejas y mis
rosales. (ANTONIO MACHADO).

e. Concatenación: Es el uso continuado de la anadiplosis. Repetición en serie que pone de


relieve la continuidad; generalmente la última palabra de una frase o verso es la primera en la
frase o verso siguiente:
Ejemplo:
“ No hay criatura sin amor, / ni amor sin celos perfecto, / ni celos libres
de engaños, / ni engaños sin fundamento”.

f. Epanadiplosis o Redición: Los elementos que se repiten están al principio y al final del
verso o unidad sintáctica.
Ejemplo:
Fuera menos penado si no fuera nardo tu tez para mi vista, nardo,
(Miguel Hernández).

g. Retruécano: Se consigue un cambio de sentido al repetir los mismos elementos de una


unidad sintáctica pero en orden inverso:
Ejemplo:
No dejan ver lo que escribo, / porque escribo lo que veo. (Blas De Otero).

h. Polisíndeton: Repetición del mismo nexo sintáctico (conjunción o preposición):

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Ejemplo:
«y allí fuerte se reconoce, y crece y se lanza, // y avanza y levanta
espumas, y salta y confía, // y hiende y late en las aguas vivas, y canta».
(Vicente Aleixandre).

i. Poliptoton o Polipote: Repetición de palabras con el mismo lexema pero con diferentes
morfemas flexivos:
Ejemplo:
Se equivocó la paloma. // Se equivocaba. (Rafael Alberti).

j. Sinonimia: Consiste en la presencia de elementos con el mismo o muy parecido significa-


do, aunque tengan significantes diferentes:
Ejemplo:
Cuando se toca // con las dos manos el vacío, el hueco. (BLAS DE
OTERO).

k. Gradación: Progresión entre palabras o grupos de palabras que se colocan consecutivamente.


Ejemplo:
Un manotazo duro, un golpe helado, // un hachazo invisible y homicida,
// un empujón brutal te ha derribado. (MIGUEL HERNÁNDEZ).

l. Pleonasmo: Expresión innecesaria de un contenido ya dicho implícitamente.


Ejemplo:
Amor, más que inmortal. Que pueda verte.// Te toque, oh Luz huidiza,
con las manos. (Blas de Otero).

2.1.3. Basadas en la supresión de palabras.


Es el caso de figuras por las que se elimina algún elemento que normalmente debería
aparecer en el texto.

a. Elipsis: Supresión de algún elemento de la oración que queda sobreentendido:


Ejemplo:
La casa oscura, vacía; // humedad en las paredes; // brocal de pozo sin
cubo, // jardín de lagartos verdes. (NICOLÁS GUILLÉN) (Supresión del
verbo).

b. Asíndeton: Omisión de nexos sintácticos entre oraciones o sintagmas:


Ejemplo:
“da fuertes puñetazos, gritos, se exalta”; “llegué, vi, vencí”.

2.2. Figuras por cambio en la disposición.


Aunque hay que tener en cuenta que el español mantiene un cierto grado de libertad en el
orden de las palabras, hay ocasiones en que la alteración del orden “salta a la vista”, pues
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es usada por el autor para llamar atención de los lectores sobre determinada parte del texto.
a. Hiperbaton:Consiste en el cambio de disposición de las palabras en relación con lo que
se supone el “orden normal”: etc.
Ejemplo:
La del verde aguacero artillería. (Rafael Alberti).

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
b. Paralelismo: Es la idéntica disposición sintáctica de dos o más unidades diferentes.
Ejemplo:
Cuando los trigos encañan // y están los campos en flor. // Cuando
canta la calandria // y responde el ruiseñor // Cuando los enamorados
// van a servir al amor (Romance del prisionero).

c. Quiasmo: Los elementos sintácticos se relacionan de manera cruzada o abrazada.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Ejemplo:
Sombra desnuda, triste presencia.

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2.3. Figuras de ampliación.

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La más importante es:
Epíteto:
No se trata propiamente de una figura literaria. El epíteto es el adjetivo con valor explicativo,
que destaca una cualidad del nombre, por lo que sirve al escritor para matizar o subrayar
aquellos aspectos de la realidad descrita que quiere poner en el primer plano de la atención del
lector. Esto permite someter a dicha realidad a un proceso de subjetivación por la selección de
determinadas cualidades; así, podremos hablar, por ejemplo, de idealización, realismo, sátira,
caricatura.
Ejemplo:
Cerca del Tajo, en soledad amena, / de verdes sauces hay una espesura
(Garcilaso de la Vega); érase un naricísimo infinito / frisón archinariz,
caratulera, / sabañón garrafal, morado y frito (Francisco de Quevedo).

2.4. Basadas en la analogía o semejanza entre palabras.


a. Juegos de palabras o Equívocos: En realidad, más que una figura, constituye un grupo
de figuras, que en muchos casos está relacionada con alguno de los procedimientos retóricos
visto hasta ahora. La lista de tales juegos es muy compleja, y no hay acuerdo entre los críticos
para su organización. Aunque hay muchas figuras basadas en el juego de palabras, hay algunas
muy conocidas como el calambur y la dilogía:
Ejemplo:
“con dados ganan condados, (calambur) / ducados (moneda antigua
de gran valor ganan ducados (título de nobleza, la condición de duque).
Versos de Góngora.

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b. Hipálage: Consiste en aplicar un adjetivo a un sustantivo de un sintagma que no le co-
rresponde.
Ejemplo:
El hombre andaba cansado por la tarde sudorosa.

3. Figuras de pensamiento:
Afectan al sentido de la frase, a la idea que contiene.

3.1. Lógicas
Aquellas figuras cuyo efecto es poner en relieve una idea.

a. Sentencia: Consiste en expresar en pocas palabras un pensamiento profundo de carácter


moral, filosófico, religioso, etc. Si es de carácter culto y autor conocido se llama máxima.
Ejemplo:
“Lo bueno si breve, dos veces bueno”.

Si no tiene autor conocido y es de carácter popular recibe el nombre de refrán, proverbio o adagio.
Ejemplo:
“No por mucho madrugar amanece más temprano”

b. Símil o Comparación: Consiste en comparar dos términos, uno real y otro imaginario.
Los dos términos se encuentran presentes y entre ellos se coloca un nexo comparativo.
Ejemplo:
“Dientes como perlas”.

c. Antítesis: Es la oposición de dos ideas, pensamientos, expresiones o palabras contrarias.


Ejemplo:
“Blanco/ negro” “Alto/ bajo”.

d. Oxímoron: Unión sintáctica íntima de dos conceptos contradictorios en una unidad.


Ejemplo:
Ardientemente helado en llama fría, // una nieve quemante me desvela
// y un friísimo fuego me desvía.” (BLAS DE OTERO).

e. Sinestesia: Es la mezcla o confusión deliberada de sensaciones distintas:


Ejemplo:
dorada música; amarga blancura; “el amarillo olor del cloroformo”
(Valle-Inclán)

f. Paradoja: Se unen ideas opuestas en un solo juicio. Es la unión de dos ideas en apariencia
irreconciliables.

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Ejemplo:
“Vivo sin vivir en mí”/ y tal alta vida espero / “que muero porque no
muero”. (Teresa de Jesús)

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
3.2. Descriptivas

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
a. Prosopografía: Es la descripción externa de una persona o de un animal.
Ejemplo:
“...Su nombre es Dulcinea; (...) su hermosura, sobrehumana, pues en
ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos
atributos de la belleza que los poetas dan a sus damas: que sus cabellos
son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles,

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su
cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve, y las
partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales, según
yo pienso y entiendo, que sólo la consideración puede encarecerlas y no

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


compararlas.

b. Etopeya: Descripción de las cualidades espirituales o valores morales de una persona.

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Ejemplo:
Su vivir se asemeja, en el andar sin descanso, a un evangelista del
civismo, cuya inmensa caída de prosélitos él viera por seis lustros
alimentando muchedumbres, livertando galeotes, avizorando lejanías,
fascinando mieses de pasión, aromando la extraña como propia tienda
con el precioso sándalo de la bondad y del ingenio...” (Guillermo León
Valencia)

c. Retrato: Prosopografía más etopeya. Descripción completa de una persona.


Ejemplo:
“...tenía la Benina voz dulce.. Modos hasta cierto punto finos.. Y de
buena educación.. Y su rostro moreno.. No carecía de cierta gracia
interesante que.. manoseada ya por la vejez.. Era una gracia borrosa
y apenas perceptible.. Más de la mitad de la dentadura conservaba..
sus ojos grandes y oscuros.. apenas tenían el ribete rojo que imponen
la edad y los fríos matinales.. su nariz destilaba menos que las de sus
compañeras de oficio.. y sus dedos rugosos y de abultadas coyunturas..
no terminaban en uñas de cernícalo...
(Benito Pérez Galdós)

d. Topografía: Consiste en describir detalladamente un paisaje.


Ejemplo:
“Sobre el monte pelado con calvario. Agua clara y olivos centenarios.
Por las callejas hombres embozados, y en las torres veletas girando.
Girando eternamente ¡Oh pueblo perdido, en la Andalucía del llanto!”
(Federico García Lorca)

e. Enumeración: Se trata de la división de un tema en sus partes, las cuales se expresan con
detalle. Estos detalles van en contacto, ordenados mediante asíndeton o polisíndeton.
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Ejemplo:
Cuando Roma es cloaca, // mazmorra, calabozo, // catacumba,
cisterna, // albañal, inmundicias, // ventanas rotas, grietas, // cornisas
que se caen.
(Rafael Alberti).

Una variedad muy común de la enumeración es la llamada enumeración caótica; donde los ele-
mentos son, considerados por separado inconexos, con apariencia de incoherentes.

3.3. PATÉTICAS
Tratan de conmover los sentimientos y emociones que provocan las palabras:
a. Exclamación retorica:
Manifestación emotiva y sentimental de alegría, miedo, dolor, tristeza, etc. Va entre signos de
exclamación y da al texto gran expresividad.
Ejemplo:
“¡Hoy creo en Dios!”.

b. Interrogación retórica: Pregunta que no exige respuesta porque se sobreentiende. Dota


al texto de gran tensión emotiva.
Ejemplo:
“¿No es más poderosa la virtud que el vicio?”.

c. Apóstrofe: El autor se dirige de forma apasionada a un “tú” o a un “vosotros” que puede


ser animado o inanimado, real o imaginario, presente o ausente:
Ejemplo:
“Olas gigantes que os rompéis bramando, / ¡Llevadme con vosotras!”
(Gustavo A. Bécquer)“ ¿Y dejas, Pastor santo, / tu grey en este valle
hondo, oscuro, / con soledad y llanto?” (Fray Luis de León).

d. Hipérbole: Consiste en exagerar desmesuradamente, aumentando o disminuyendo, accio-


nes, cualidades, hechos, etc. Es una exageración desmedida.
Ejemplo:
“Te lo he dicho mil veces”.

e. Prosopopeya o Personificación. Consiste en otorgar cualidades humanas a seres ani-


mados o cualidades de animales a cosas.
Ejemplo:
“ La montaña ríe fuertemente”. Dan voces contra mí las criaturas. La
tierra dice: ¿por qué le sustento?; el agua dice: ¿por qué no le ahogo?; el
fuego dice: ¿por qué no le abraso? (Fray Luis de Granada).

f. Optación Consiste en la expresión de un deseo vehemente. Pueden distinguirse varios


tipos, de acuerdo con el sentimiento que se expresa en esta figura.
Puede ser: una deprecación o súplica; una execración, o maldición dirigida contra uno mismo;
una imprecación, o maldición dirigida contra otra persona; una conminación o amenaza.
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Ejemplo:
Olas gigantes que os rompéis bramando en las playas desiertas y
remotas, envuelto entre las sábanas de espuma, ¡llevadme con vosotras!
(Gustavo A. Bécquer)

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
3.4. OBLICUAS.

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
Expresan pensamientos de forma indirecta u oculta, según la intención del autor:
a. Perífrasis, Circunlocución o Circunloquio: Mediante esta figura se sustituye la
denominación inmediata por otra más amplia. En términos más coloquiales podemos definir la
perífrasis como “dar un rodeo” para decir algo. Las razones son muy variadas: evitar expresio-
nes tabúes o inapropiadas, evitar las repeticiones, etc.
Ejemplo:

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Era del año la estación florida // en que el mentido robador de Europa
(GÓNGORA: Era primavera cuando Júpiter...). Y cuando llegue el día
del último viaje / y esté al partir la nave que nuca ha de tornar (la

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


muerte) / me encontraréis... (Antonio Machado)

b. Eufemismo: Consiste en dar un rodeo para no emplear una palabra malsonante, tabú o

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que no se quiere mencionar.
Ejemplo:
“Una cualquiera” por prostituta

c. Reticencia:
Se deja una frase sin acabar porque se sobreentiende la idea.
Ejemplo:
“Dime con quién andas y...”.

d. Ironía: Se da a entender lo contrario de lo que se dice o en admitir como verdadera una


proposición falsa con fines de burla.
Ejemplo:
“Ese niño estudia muchísimo” (dicho a un alumno que no sabe nada).
Aunque en muchas ocasiones puede tener un carácter burlesco e incluso cruel, como
en el de la figura llamada sarcasmo, otras veces expresa otro tipo de emociones. Con
muchísimo respeto, // Os he de ahorcar, ¡vive Dios! (Calderón de la
Barca)

e. Líote: Consiste en negar lo contrario de lo que se desea afirmar.


Ejemplo:
“Una imagen poco clara (oscura)”, “Eso no está muy bien” (está mal)

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Ahora leamos el siguiente artículo de opinión:

El Arte Literario
Camilo Valverde Mudarra (España)

Existen diferentes obras literarias y, por tanto, varias literaturas; la diferenciación literaria viene
dada por la existencia de una lengua propia, pues son textos lingüísticos, y por su pertenencia
a comunidades políticas y nacionales con problemas y tradiciones enormemente peculiares.
En ocasiones, predomina el factor lingüístico, en otras, el sociológico e ideológico diversos.
Toda obra aspira a la universalidad, que llegue a todo el mundo. El autor compone sus obras,
pero la Literatura es un proceso social de gran conflictividad, en que intervienen además de los
autores y lectores, el cúmulo de distribuidores, críticos literarios, los medios de difusión y hasta
los poderes políticos y sociales.
Se han aportado muchas interpretaciones, en la Historia, sobre la naturaleza del lenguaje
literario. Sintetizadas, son tres las más importantes: La Real Academia Española considera el
lenguaje literario un desvío, una variedad, del lenguaje común, del que se diferencia por el uso
de las figuras retóricas. Sostiene esta misma opinión R. Jakobson, para quien la Poética, cuyo
objeto es el lenguaje literario, es una parte integrante de la Lingüística.
Por su parte, F. Lázaro Carreter, opina que el lenguaje literario es independiente del común;
para él, la definición de la lengua literaria se halla en el marco de la historia, repartido en la
casuística de autores, obras, escuelas o épocas.
El uso literario es, según Lázaro, el léxico y la gramática de un escritor, que se vale del lenguaje
“estándar”, cuando le conviene, que pone en tensión sus posibilidades para extrañar, que lo
tiñe de connotaciones subjetivas y que lo contraría, si es esa su voluntad de artista.

“La obra literaria no es, si mi opinión parece cierta, un fruto más o menos aberrante del tronco
lingüístico común, sino un lenguaje aparte, sobre cuya independencia no puede engañarnos
el hecho de que comparta muchos caracteres léxicos y gramaticales con los demás frutos del
mismo árbol” (F. Lázaro, “Consideraciones sobre la lengua literaria”, págs. 46-47).

Según una tercera teoría, defendida por los cultivadores de la gramática textual, el lenguaje
literario no es independiente, pero sí autónomo, respecto al lenguaje usual. El lenguaje de la
literatura es distinto del estándar, pero específico dentro de un lenguaje que incluye a ambos.
Esta posición formula, por un lado, las reglas comunes al lenguaje corriente y al artístico, y por
otro, las reglas propias del lenguaje literario. Se reconoce así, el hecho de que ambos lenguajes
comparten un gran número de rasgos, pero que algunos son privativos del lenguaje literario.

La Poética no es “complementaria” de la lingüística, ni “independiente” sino autónoma.


Dámaso Alonso cree que “entre el habla usual y la literaria no hay diferencia esencial, sino de
matiz y grado”. Es una cuestión de expresividad. Todo hablar no es estético, pero sí, expresivo;
como dice Croce, “todo el que habla es un artista”.

Rasgos del texto literario

El lenguaje literario no se refiere a la realidad objetiva, al propio mensaje, sino que configura
un mundo imaginario y ficticio fuera de la realidad empírica. El lenguaje usual, como el
histórico, filosófico y científico, presupone seres y hechos reales de los que transmite juicios
y conocimientos.

El uso literario indica de modo inmanente su propia situación comunicativa, sin verse
determinado inmediatamente por referentes reales o por un contexto externo. Sin embargo,
entiéndase, entre el mundo imaginario creado literariamente y el mundo real no existe un
completo divorcio: el mundo real es el germen primordial y mediato de la obra literaria, pero no
denota directamente esa certeza, sino que crea una realidad nueva, que guarda una relación
de significado con la existencia objetiva.
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profesora Elsa Beatriz Grillo

La expresión literaria es plurisignificativa, los signos lingüísticos, junto a su significado


intelectual, el denotativo, son portadores de múltiples significados subjetivos, llamados
connotativos. Se distingue por la recusación de los hábitos lingüísticos ordinarios y por la
exploración inhabitual de las posibilidades significativas de una lengua.

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
Este esfuerzo por librar la palabra de la anquilosis del hábito y del lugar común, tan frecuente
en la poética barroca, se ha hecho cada vez más frecuente en algunos poetas y prosistas
contemporáneos, que parecen complacerse alejándose más y más del idioma usual.

Por último, frente al lenguaje cotidiano, filosófico o científico, en el que el significante


cuenta muy poco, el lenguaje literario concede una importancia capital al significante: la
materialidad que se pronuncia o se escribe, la contextura sonora de las palabras y de las frases;
como también, las sugerencias rítmicas, las aliteraciones, y demás recursos son elementos
importantes del arte literario.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Así, en el verso de S. Juan de la Cruz: “Un susurro de abejas que sonaba” mediante la aliteración
de la consonante -s- el poeta intenta expresar el sonido de las abejas a que alude en el texto.

Extraído de: http://www.mundoculturalhispano.com/spip.php?article2964

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.
Comprendemos consecuentemente, que el lenguaje general, puede ser depurado o estilizado,
para incrementar sus posibilidades expresivas. Ese proceso de depuración o estilización se realiza
mediante técnicas que le añaden un ritmo suplementario o que le hacen susceptible de suscitar
extrañeza con la intención de impresionar la imaginación, la inteligencia o la memoria.
Llamamos literatura al producto de esta intención estética que pretende estilizar el lenguaje en
persecución de fines estéticos: literatura es el arte de la palabra. Los dos procedimientos de estilización
que se usan casi siempre en los textos literarios son la recurrencia o repetición por un lado, y la
variación, alienación o extrañamiento por otro, y pueden encontrarse en su forma más simple en
los refranes, donde hay muchos elementos fónicos, rítmicos y semánticos repetidos (recurrencia) y
también alteraciones o enrarecimientos de la lengua común (variaciones) que convierten al texto
en más vistoso y llamativo.
Por ejemplo, en “quien a buen árbol se arrima / buena sombra le cobija” tenemos repetida la
secuencia ena tres veces, el sonido B cinco veces, el lexema buena dos veces y los acentos son
iguales en primera, tercera y séptima sílaba de ambos versos, aparte de que también la rima en i-a
se repite en ambos (recurrencia), mientras que el lenguaje aparece enrarecido por la elipsis de un y
una y por el hipérbaton que supone colocar el verbo al final de la frase, cuando el orden normal en
español es sujeto, verbo y complementos.
El efecto combinado de ambos recursos, producen un contraste cuyo resultado consiste en llamar
la atención sobre el mensaje mismo, con lo que aumenta su eficacia expresiva y, por tanto, se hace
más fácilmente transmisible a través del tiempo y más fácilmente rememorable.
El lenguaje literario es por consiguiente un lenguaje modificado, un “lenguaje figurado”, por una
serie de recursos expresivos o estilísticos que llaman la atención sobre la forma del mensaje.
La disciplina llamada retórica, cataloga estos recursos y expone los efectos que originan: son los
llamados tropos y figuras retóricas que hemos detallado anteriormente, formados cada uno, por
diferentes combinaciones de recurrencia y variación.
El más importante efecto de este tratamiento retórico del lenguaje es que confiere al texto literario, al
contrario de lo que ocurre con el texto normal que posee una finalidad pragmática y no estética, la
posibilidad de una relectura, de una segunda lectura diferente de la primera. Es decir, la posibilidad
de una doble lectura.
A diferencia del texto literario, el texto normal, posee sólo, la mayor parte de las veces una intención.
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Si posee más de una, se considera ya de hecho, un texto no normal, sino estilizado o literario,
porque existe en él una intención estética.
El estilo es, lo que convierte en literario a un texto, en especial cuando lo que se cuenta no contiene
algo que impresione por sí mismo. Es un tratamiento de belleza que recibe el lenguaje y que
incrementa mediante la función del lenguaje conocida como función poética, estudiada por Roman
Jackobson, la cohesión textual incrementando su belleza, concepto estudiado por la disciplina
denominada estética.
Ese tratamiento de belleza convierte al mensaje literario en algo perdurable y sólido a través del
tiempo y facilita su aprendizaje, mientras que la lengua de uso, cuyo cometido es fundamentalmente
pragmático, desvanece su forma y su contenido al mismo tiempo que es usado y no perdura más
allá de la función pragmática con que fue creado. De ahí que los refranes, las canciones, las coplas
y las palabras literarias, sometidas a un proceso de estilización, perduren por su belleza en la
memoria colectiva durante siglos, mientras que creaciones sin intención estética han perecido.

Veamos una clasificación más EXAUSTIVA de las Figuras retóricas, para completar
la que ya hemos visto al comienzo del desarrollo del tema, en virtud de que les resul-
tarán muy útil a la hora de realizar sus trabajos:

Acumulación: (del latín accumulatio-onis): Enumerar las partes y circunstancias para


dar mayor fuerza a los argumentos, apoyados seguidamente por muchos pormenores. Se usa
para dotar de mayor claridad y desarrollar en forma meticulosa la idea sustancial. También
se la llama atroísmo.
Ejemplo:
“(...) La mansión tenía un aspecto siniestro: telarañas por doquier y en
cada rincón; vidrios despedazados; puertas viejas, pesadas y ruidosas;
persianas carcomidas y murciélagos, cual guardianes (...)”.

Adjunción: (del latín, “unión”): Sobrentendimiento del verbo en diferentes oraciones


gramaticales.
Ejemplo:
“(…) Era un hombre de mucha violencia, (era) expedito en las decisiones,
(era) muy aficionado a ser el primero en actuar (…)”. (ZEUGMA).

Alegoría: (del griego allegoría: álla, “otras cosas”; agoréuo, “yo hablo”)
Opera cuando una cosa significa o representa otra diferente. Aristóteles la denominó
“metáfora continuada”; de hecho, amplía la idea.
Ejemplo:
“La nave del corazón, combatida por los vientos de las pasiones
turbulentas, se estrella en las rocas del vicio; pero si es llevada por el
suave soplo de la virtud, arribará segura al puerto de la inmortalidad”.
Nota. Son también alegorías obras enteras, como La divina comedia, de
Dante, o Don Quijote, de Cervantes.

Aliteración: (del latín ad, “a” y littera, “letras”)


Repetición intencional de letras para lograr ciertos efectos.
Ejemplo:
“(…) que tu sepulcro cubra de flores primavera (…)”. (La “r”). (Rubén
Darío, Responso a Verlaine).

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Alución: (del latín allusio-onis, “retozo, juego”)
Referencia a cosa o hecho que se supone conocido.
Ejemplo:
“(...) y que, como entre poetas no llega la `sangre’ al río, y es gran
decidero el que `de herrero a herrero’ (...)”. (Gabriel y Galán, J.M., A
correo vuelto).

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
Anacefalcosis: (del griego ana, “de nuevo”)
Sumaria recapitulación de los pincipales puntos de un escrito o de un discurso.
Ejemplo:
“(...) respecto a la resurrección de Jesús, el orador mencionó tres datos
esenciales: se habían cumplido las profecías; se trataba, en efecto, del
Hijo del Señor; quien siguiera su camino obtendría la salvación”.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Anacoluto: (del griego, “inconsecuente”)
Supresión intencional de una construcción por otra para obtener algún efecto en el oyente
o lector.

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


Ejemplo:
“(…) El grito deja en el viento una sombra de ciprés. (Dejadme en este
campo llorando) (…)”. (García Lorca, Federico).

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


Anadiplosis: (del griego ana, “de nuevo” y diplosis, “acción de doblar”).
Repetición de la palabra final de una frase o de un verso al comienzo de la frase o verso
siguiente.
Ejemplo:
“(…) Muy doliente estaba el Cid, de trabajos muy cansado, cansado
de tantas guerras como por él han pasado (…)”. (Romancero del Cid).

Anáfora: (del griego, “acción de elevar”)


Repetición intencionada de palabras o conceptos al principio de una frase, para reforzar el
sentido o establecer una simetría entre los versos.
Ejemplo:
“(…) Casada soy, rey Don Juan; casada soy, que no viuda (…)”.
(Romancero del Cid).

Anástrofe: (del griego, “invertir”)


Invertir, en modo inusitado, el orden de las partes que componen una oración. También
llamada transposición, representa un defecto de construcción.
Ejemplo:
“(...) Tenía ademanes bruscos y ojos brillantes en una pequeña cara de
manzana (...)” “Ojos brillantes y ademanes bruscos en una pequeña
cara de manzana tenía”. (CAMUS, Albert, El extranjero).

Antanaclasis: (del griego, “contra” y “repercusión”)


Repetir una palabra en sentido contrario al que antes se le adjudicó.
Ejemplo:
“El corazón tiene razones que la razón desconoce”. (Pascal).

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Antanagoge: (del griego, “contra” y “lanzar”)
Hacer recaer sobre el adversario, retorciendo sus argumentos, la fuerza de una prueba o una
acusación.
Ejemplo:
“(...) Anastasia: -No, podría haberlo hecho... Eustaquio: -Tus propias
palabras te ordenan, mujer. Acabás de decir que no podrías haberlo
hecho, y es precisamente lo que yo decía. Sos una incapaz absoluta y
no quiero volver a verte”.

Anticipación: (del latín anticipatio, “idea preconcebida”)


Refutación de objeciones que vemos venir.
Ejemplo:
“(…) No quiero que interpretéis malamente ahora esta palabra (…)”.
(AZORÍN, El caballero del verde gabán).

Antimetástasis: (del griego, “contra” y “cambio”)


Cambio o juego de palabras que encierra dos sentidos en una misma oración, según su
orden. También se la denomina antimetábola y antimetalepsis.
Ejemplo:
“Comer para vivir, vivir para comer”; “trabajar para vivir, vivir para
trabajar”.

Antistrofa: (del griego, “vuelta”)


Repetir una o más palabras al final de los diversos miembros del período. Inversa a la anáfora,
es conocida además como conversión y epístrofa.
Ejemplo:
“(…) Todo el universo está lleno del espíritu del mundo; se juzga todo
según el espíritu del mundo; todo se realiza y todo se gobierna según el
espíritu del mundo. Será cosa de preguntar si igualmente hay que servir
a Dios según el espíritu del mundo (…)”. (Bourdalove).

Antítesis: (del griego anti, “contra” y thesis, “posición”)


Juntar en una oración contrarios conceptos o palabras; oposición de palabras o pensamientos.
Ejemplo:
“(…) El pecado mata al hombre, la gracia lo vivifica; el pecado le
agrava, la gracia le sublima (…)”. (Nieremberg).

Antonomasia: (del griego anti, “en lugar de”, y ónoma, “nombre”).


Emplear una voz apelativa en lugar del nombre propio de alguna persona.
Ejemplo:
“El padre de los pobres” (por San Vicente de Paul); “capitán del siglo”
(Napoleón).

Aposiopesis: (del griego, significa “de silencio”).


Pausa o reticencia.
Ejemplo:
“(...) Me incliné; ya me regocijaba pensando en tocar la pasta tierna
y fresca que formaría entre los dedos bolitas grises... No pude (...)”.
(SARTRE, Jean-Paul, La náusea).
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Apóstrofe: (del griego, quiere decir “giro”).
Desvío súbito e inesperado de una frase, al dirigir la palabra a los vivos (presentes o ausentes),
a los muertos, a las cosas inanimadas o alegóricas, o a las divinidades. Se utiliza como la
exclamación o la interrogación.
Ejemplo:
“(…) ¡Oh, envidia, raíz de infinitos males, y carcoma de las virtudes.

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
(CERVANTES, Don Quijote).

Asíndeton: (del griego syndein, “juntar, reunir”)


Omitir las conjugaciones copulativas, para dar más energía al discurso.
Ejemplo:
“(...) Lágrimas allí no valen, arrepentimientos allí no aprovechan,
promesas para adelante allí no se admiten, tiempo de penitencia allí no
se da, porque acabado el postrer punto de la vida ya no hay más tiempo

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


de penitencia (…)”.

Catacresis: (del griego katá, “contra”, y chresis, “uso”)

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


Dar a una palabra sentido traslaticio para designar a una cosa que carece de nombre especial.
Ejemplo:
“La hoja de la espada, una hoja de papel”.

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


Comparación: (del latín comparatio-onis)
Expresión para realzar un objeto o persona, mediante la indicación de sus relaciones de
semejanza o discrepancia con otro objeto o persona.
Ejemplo:
“(…) Descansado los claveles en el marfil de sus manos, está la vella
Amariles un arroyuelo mirando (…)”. (LOPE DE VEGA, Guerras de
amor y de honor).

Complexión: (del latín, complexio-onis)


Repetición de dos palabras en varias raciones, una al principio y otra al final.
Ejemplo:
“(…) Para venir a gustarlo todo, quieras tener gusto en nada. Para
venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada. Para venir a
serlo todo, no quieras ser algo en nada Para venir a saberlo todo,no
quieras saber algo en nada (…)”. (De la Cruz, Juana, Subida al Monte
Carmelo).

Comunicación: (del latín comunicatio-onis)


Consulta de un orador a sus oyentes, cual si compartieran totalmente su parecer.
Ejemplo:
“(…) Pregunto, pues: ¿de qué se mantienen tantas bocas de padres e
hijos, en tiempo que aún no hay grano, como digo, en los sembrados?
(...)”. (De GRANADA, Luis, Introducción al símbolo de la fe).

Concesión: (del latín concessio-onis)


Aceptación de algo al principio, dando a entender que se dispone de razones para retrucarlo.

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Ejemplo:
“(…) ¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable, es altanera y vana y
caprichosa; antes que el sentimiento de su alma, brotará el agua de la
estéril roca. Sé que en su corazón, nido de sierpes, no hay una fibra
que el amor responda; que es una estatua inanimada; pero... ¡es tan
hermosa! (…)”. (BÉCQUER, Gustavo Adolfo, Rimas).

Conglobación: (del latín conglobatio-onis, “aglomeración”)


Reunir muchos argumentos y pruebas; unión armónica de ideas, afectos, palabras.
Ejemplo:
“(...) que si te digo que la extraño, es por algo. Porque mis noches son
eternas sin ella, porque busco en la calle sonrisas y no las hallo, porque
me cuesta hilvanar mis ideas, porque no le encuentro sentido a mi
existencia... (...)”.

Conjunción: (del latín coniunctio-onis, “lazo”)


Elegancia del lenguaje que multiplica las conjunciones de una cláusula, con el fin de
presentar los objetos como aislados para que hieran más vivamente la imaginación.
Ejemplo:
“(...) Y el Santo de Israel abrió su mano y los dejó; y cayó en despeñadero
el carro y el caballo y caballero (...)”.

Cronografía: (del griego cronos, “tiempo”).


Descripción del tiempo, tiempos, etcétera.
Ejemplo:
“(…) Resolviendo las historias de tanto tiempo pasado... ¿Qué privanza
no ha bajado? ¿Qué edad no se ha consumido? ¿Qué hermosura no ha
faltado? Lo que ya vemos que ha sido parece que aún no ha llegado.
(…)”. (Lope de Vega, Pastores de Belén).

Demostración: (del latín demonstratio-onis, “mostrar, describir”)


Exposición de un hecho; la relación de un acontecimiento.
Ejemplo:
“(...) Los del velorio nos convidaron con café y yo tomé una taza. En el
cajón había una figura de cera en lugar del muerto (...)”. (Borges, Jorge
Luis, El informe de Brodie).

Deprecación: (del latín deprecatio-onis)


Expresión de vivo deseo acompañado de peticiones o ruegos.
Ejemplo:
“(…) ¡Oh, si ninguna cosa yo antepusiese a Ti, y por ninguna te
trocase, mas todas las cosas tuviese por basura en comparación de
Ti! ¡Concédeme, Señor, que el veneno de la envidia nunca inficione mi
ánima, sino que en Ti sólo repose, y en Ti sólo halle toda mi salud! (…)”.
(De Granada, Luis, Memorial de la vida cristiana).

Descripción: (del latín descriptio-onis)


Presentación de un objeto de modo vivo, como si se estuviera delante de él. Se la llama,
además, hipotiposis.
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Ejemplo:
“(…) Vi una barquilla muy adornada con gallardetes, tendal y varias
flores que pendían haciendo sartas (…)”. (Fernández de Moratín, N.,
La barquerilla).

Diáfora: (del griego, “diferencia”).

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
Repetir una palabra, dándole distinta significación.
Ejemplo:
“En la planta superior estaba el jardín de invierno; y ahí, esa maldita
planta”.

Distribución: (del latín distributuo-onis, “división”)


Juntar varias partes en el discurso, y a continuación aplicarles otras tantas que les
corresponden por el mismo orden.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


De la misma manera se denomina cuando a las partes enumeradas se las va caracterizando
con sus atributos y distintivos.
Ejemplo:

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


“(...) Esta riqueza es de dos partes: sierras y llanura y río. La sierra da
aceite, vino, leña y casa, y frutos y agua.; la llanura da lanas, carne y
pan; y el río (...)”. (Pérez De Oliva, Hernán).

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


Disyunción: (del latín disiunctio-nis)
Supresión de conjunciones o nexos.
Ejemplo:
“(…) Desmayarse, atreverse, estar furioso áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde, animoso (...)”.
(Lope de Vega, Varios efectos del amor)
.
Dubitación: (del latín dubitatio, “dudar”)
Proponerse el orador o escritor una duda a si mismo o hacerse alguna pregunta, para prevenir
a veces las objeciones que se le pudieran hacer. Hace que el escritor u orador aparezca
indeciso sobre lo que ha de hacer o decir.
Ejemplo:
“(…) Para hablar de este misterio de nuestra redención, verdaderamente
yo me hallo tan indigno, tan corto y tan agotado, que ni sé por dónde
comience, ni dónde acabe, ni qué deje, ni qué tome para decir (…)”.
(De GRANADA, Luis).

Elipsis: (del latín ellipsis, “falta”)


Omisión de alguna o algunas palabras con intención estética.
Ejemplo:
“(…) Indio que asomas a la puerta de esa tu rústica mansión, ¿para
mi sed no tienes agua?¿para mi frío cobertor? ¿parco maíz para mi
hambre? ¿para mi sueño, mal rincón? ¿breve quietud para mi andanza?
(...)”. (Santos Chocano, J., ¡Quién sabe!).

Enálage: (del latín enallage, “cambio”)


Mudar las partes de la oración o sus accidentes, como cuando se pone un tiempo verbal o
un caso por otro.
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Ejemplo:
“(…) Prud: -¿Harás lo que te digo? Juana: -Posiblemente si (volviera), sí
(…)”. (Diego, G., Romance del Duero).

Enigma: (del latín aenigma; del griego ainigma)


Descripción de una cosa por medio de términos oscuros, bastantes
ambiguos para encubrir el sentido oculto de lo que se propone o
la adivinación.
Ejemplo:
“¿Cuál es el animal que por la mañana anda en cuatro pies, por la tarde
en dos y por la noche en tres?”. (El hombre) (Enigma de Tebas).

Enumeración: (del latín enumeratio-onis)


Serie de ideas o de objetos referidos a un mismo asunto, presentada de una forma rápida.
Ejemplo:
“(…) A las aves ligeras, leones, ciervos, gramos, saltadores, montes,
valles, riberas, aguas, aires, ardores y miedos de las noches veladores:
por las amenas liras y cantos de sirenas os conjuro que cesen vuestras
iras, y no toquéis al muro, porque la esposa duerma más seguro (…)”.
(SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual).

Epanalepsis: (del latín homónimo, “repetición”)


Repetición de una palabra al inicio de una oración.
Ejemplo:
“(…) Río Duero, Río Duero, nadie a acompañarte baja, nadie se detiene
a oír tu eterna estrofa de agua (…)”. (G. DIEGO, Romance del Duero).

Epánodo: (del griego epánodos, “recapitulación”; epi, “sobre”, y anodos, “vuelta”)


Repetir algunas palabras para desarrollar la idea que contiene cada una de ellas.
Ejemplo:
“(...) El barrio era sombrío; el barrio daba miedo. Barrio de inmigrantes.
Los inmigrantes no tenían la culpa; los inmigrantes veían la vida pasar
y su silencio aturdía (...)”.

Epanórtosis: (del griego, “rectificar”)


Retractación o explicación de lo que se ha dicho. Corrección es un sinónimo.
Ejemplos:
“(…) Traidores... mas, ¿qué digo? Castellanos, nobleza de este reino
(...)”. (García de la Huerta) “(…) Que caducáis sin duda alguna creo;
creo, no digo bien, mejor diría que toco esta verdad, y que la veo (…)”.
(Cervantes, El viaje del Paraíso).

Epifonema: (del latín epiphonema)


Especie de sentencia o reflexión o exclamación profunda que se dice al terminar de escribir
o narrar o probar algo.
Ejemplo:
“(…) Vuestra paz era imagen de mi vida, ¡Oh campos de mi tierra!
Pero la vida se me puso triste y su imagen de ahora ya no es ésa: en mi
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casa, es el frío de mi alcoba, es el llanto vertido en sus tinieblas; en el
campo, es el árido camino del barbecho sin fin que amarillea. “Pero yo
ya sé hablar como mi madre y digo como ella cuando la vida se le puso
triste: ¡Dios lo ha querido así! ¡Bendito sea!”. (Gabriel y Galán J.M., El
ama).

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
Epítrope: (del griego, “concesión”)
Cuando quien habla finge permitir al arbitrio ajeno una cosa. También, cuando se otorga a
otro licencia para que empeore nuestros males. Se le dice, además, permisión.
Ejemplo:
Muertas sus abejas por hambre y enfermedad, el pastor Aristeo (hijo
de los dioses Apolo y Cirene) dijo a su madre: “Si no estás contenta,
destruí también mis árboles, mieses, viñas y ganados (...)”. (VIRGILIO,
Geórgicas).

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Etopeya: (del latín ethopeia)
Descripción de los rasgos o costumbres de una persona.

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


Ejemplo:
“(…) Hermosa sin los amaños de enfermizas vanidades, tiene unos ojos
castaños con un mirar sin engaños que infunde tranquilidades (...)”.
(Gabriel y Galán, J.M., Mi montaraza).

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


Eufemismo: (del latín euphemismus)
Palabra o expresión que sustituye a otra de mal gusto, molesta, inoportuna.
Ejemplo:
“(…) El anda siempre juyendo, siempre pobre y perseguido; no tiene
cueva ni nido, como si fuera maldito; porque el ser gaucho... ¡barajo!,
el ser gaucho es un delito”. (Hernández, José, Martín Fierro).

Exclamación: (del latín exclamatio, “emoción”)


Expresar en forma exclamativa, con vigor y eficacia, un movimiento del ánimo; para dar
vigor y eficacia a lo que se dice.
Ejemplo: “(…) ¡Oh gloria inmortal de campos! ¡Oh afortunado
campazas! ¡Oh dichosísimos padres! ¡Oh monstruo del púlpito! ¡Oh
confusión de predicador!1 ¡Oh pozo! ¡Oh sima! ¡Oh abismo! (…)”. (De
Campazas, Gerundio).

Gradación: (del latín gradatio, “orden gradual”)


Juntar en el discurso palabras o frases que, con respecto a su significación, vayan como
ascendiendo y descendiendo por grados, de modo que cada una de ellas exprese algo más
o menos que la anterior.
Ejemplo:
“(…) Guerras, asolamientos; fieros males, entre tus brazos cierras (…)”.

Hipálage: (del griego, “cambio”)


Atribuir a una palabra de la frase lo que conviene a otra de la misma frase.
Ejemplo:
“(...) Mis manos quedaron vacías, mientras las arcas sudaban (...)”.

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Hipérbaton: (del latín hperbaton y éste, del griego hipérbaton, “transpuesto”)
Inversión de la disposición que en el discurso deben tener las palabras según las leyes de
la sintaxis regular. En gramática, alteración en el orden de posición lógica de determinados
elementos de la oración.
Ejemplo:
“(…) pidió las llaves a la sobrina del aposento (…)”. (CERVANTES, Don
Quijote). Normalmente, la frase debe escribirse: “pidió las llaves del
aposento a la sobrina”.

Hipérbole: (del latín hyperbole, y éste, del griego hyperbolé; hiper, “más allá”, y
ballein, “arrojar”)
Aumentar o disminuir excesivamente la verdad de aquello de que se habla. Se trata de un
efecto natural de la viveza de la imaginación, del entusiasmo y de las pasiones.
Ejemplo:
“(...) Erase un hombre a una nariz pegado (...)”. (De Quevedo, Francisco).
Nota. El léxico mismo de las variadas lenguas, tanto muertas como
vivas, abunda en hipérboles, creadas no sólo por los autores y escritores,
sino también por el pueblo al querer expresar su admiración, ponderar
la bondad o la maldad de las personas o cosas, etcétera. En nuestra
lengua figuran, entre otras muchas: * “comerse los codos de hambre”;
* “no tiene dónde caerse muerto”. Si es norma evidente ajustarse a la
rigurosa verdad, no se falta a ella en las exageraciones “de convenio”;
es decir, admitidas y usadas hasta en la conversación: * más ligero
que el viento”.

Homeóptote: (del griego homoióptooton, “semejante”)


Acumulación de palabras que se corresponden por el tiempo, caso y desinencia. Se utiliza
mucho en la lengua vulgar, como en francés.
Ejemplo:
“Juego de manos, juego de villanos”.

Imposible: (del latín impossibilis)


Afirmación de que antes que se verifique o no un hecho o dicho, se trastornarán las leyes
de la naturaleza.
Ejemplo:
“(...) El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (...)”.
(Mateo 24, 35; Marcos 13, 31; Lucas 21, 33).

Imprecación: (del latín imprecatio-onis)


Deseo de que sobrevenga algún mal sobre otro.
Ejemplo:
“(…) Mala landre te mate (…)”. (La Celestina).

Interrogación: (del latín interrogatio-onis) y SUBYECCIÓN


La interrogación se emplea en oratoria cuando se formula una pregunta, más para enfatizar
que para exigir respuesta. Si ésta es incluida, se tratará de una subyección.
Ejemplo:
“(…) ¿Puede ello ser posible? (No, señores)”.

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Interrupción: (del latín interruptio-onis, “reticencia”)
Tránsito rápido de unas ideas a otras dejando incompletas algunas frases, movido por la
rabia, el despecho u otro sentimiento.
Ejemplo:
“(…) Domínica: -¡Gracias a todos! ¡Míralo, está llorando! ¡Feliciano!
¿Qué lloras? Feliciano: -¡Qué sé yo! Mia tú esa copla, si la tendré oida

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
veces; pues hoy me ha parecío..., he pensao que tie que llegar a ese día...,

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
pueo yo morirme antes, pues ser tú..., de cualquiera de las maneras es
separarse (...)”. (BENAVENTE, J., Señora ama).

Inversión: (del latín inversio-onis)


Alterar el orden gramatical de las palabras, que se colocan según conviene al intento del que
habla o escribe.
Ejemplo:

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


“(…) -Que me maten, Sancho- dijo en oyéndole Don Quijote-, si nos ha
de suceder cosa buena esta noche. ¿No oyes lo que viene cantando
ese villano? -Sí, oigo- respondió Sancho-, pero, ¿qué hace a nuestro
propósito la caza de Roncesvalles? (…)”. (CERVANTES, Don Quijote).

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


Ironía: (del latín ironia, “burla fina y disimulada”)
Dar a entender lo contrario de lo que se dice. Existen siete clases:

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


• Antífrasis: Dar a algo un nombre que indique cualidades contrarias (“Peludo”, a
un calvo)
• Asteísmo: Fingir que se vitupera para alabar con más finura (“A vos te falta
mundo”, a un viajero);
• Carientismo: Usar expresiones que suenan verdaderas o serias para burlarse
(“Nunca oí algo tan certero”, ante una frase desafortunada)
• Clenasmo: Atribuir a alguien las buenas cualidades que nos convienen y a nosotros,
sus malas cualidades (“Tu vigoroso estado atlético contrasta con mi débil figura”,
cuando en realidad es al revés)
• Diasirmo: Humillar la vanidad del otro, recordándole cosas de que debe
avergonzarse (“¿Qué otra cosa puede esperarse de un hombre que una vez se
vistió de mujer...?”)
• Mímesis: Imitar a quien se quiere ridiculizar (“io no quiero ye-yelección; quiero
irme a mi Aniyaco”)
• Sarcasmo: Cuando la burla es tal que se convierte en un redondo insulto; el
receptor no puede vengarse porque su condición merecería compasión antes que
desprecio (“Quiero que Scioli me dé una mano...”).

Licencia: (del latín licentia, “facultad, permiso”)


Infracción que de las leyes del lenguaje y del estilo le está permitida al poeta por el uso y
por la aprobación de los doctos. Libertad que se toman los poetas para usar algunas frases,
figuras y voces que no están comúnmente admitidas.
Ejemplo:
“(...) Junto al cordón de la vereda, un quiosco acaba de tragarse a una
mujer (...)”. (GIRONDO, Oliverio, Veinte poemas para ser leídos en el
tranvía).

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Metáfora: (del latín metaphora, y éste del griego metaphorá: “traslado, transporte”,
empleado figuradamente)
Cambio de nombre basado en la semejanza.
Ejemplos:
animado por animado: “zorro” (por hombre astuto); inanimado por
inanimado: “perlas del rocío”; inanimado por animado: “azote de los
hombres”; animado por inanimado: “devorado por las llamas”. Existen
cinco tipos: a) impura: usa elementos reales a imaginarios, los compara
sin nexo: “las perlas de sus lágrimas”; b) pura: usa sólo elementos
imaginarios, sobrentendiendo los reales: “las perlas que caían de sus
ojos”; c) encadenada: cuando se va traspasando el sentido de una
a otra: “hombre témpano”; d) radial: de varios sentidos, cuando el
objeto inicial ofrece varias características; “cabeza”: centro, altura,
forma, etcétera, de familia de trigo de alfiler e) compuesta: alegoría o
metáfora mixta.

Metalepsis: (del griego, “cambio”)


Cambio de antecedente por consecuente o viceversa, o designación de algo por lo que
ordinariamente ocurre o acompaña, precede o sigue.
Ejemplos:
“(…) Llevó tras sí los pámpanos octubre y con las grandes lluvias
insolente
no sufre Ibero márgenes ni puente, mas antes los vecinos campos cubre.
Moncayo como suele ya descubrecoronada de nieve la alta frente; y el
sol apenas vemos en Oriente, cuando la opaca tierra nos encubre (…)”.
(De ARGENSOLA, L.L., La vida en el campo)
“Acuérdate de lo que me ofreciste” (por “cúmplelo”). (Real Academia
Española, Diccionario de la lengua española).

Metonimia: (del latín metonymia, “medir mucho”)


Cambio de nombre basado en la proximidad. Hay nueve clases:
• Causa a efecto: “Neptuno” (por mar);
• Instrumento por causa: “la mejor pluma”
• Efecto a causa: “es mi alegría”
• Continente por contenido: “beber un vaso”
• Lugar por cosa de él procedente: Jerez (bebida);
• Signo por cosa: “laurel” (por la victoria)
• Físico por moral: “perdió el seso”
• Abstracto por concreto: “esquivé la guardia”
• Dueño por cosa: lares (por casa)

Obsecración: (del latín obsecratio, “súplica, ruego”)


Implorar la asistencia de Dios, de Su Santísima Madre, de los Santos, de una persona, de una
sombra, de un recuerdo.
Ejemplo:
:“(…) ¡Oh María, Madre de la gracia, alcanzádmela cumplidamente
para que publique al mundo lo que Vos estimáis más que ser Madre
de Dios! ¡Oh Santos, serafines y querubines, asistidme para que sepa
engrandecer lo que es más grandeza que la de Vuestras Altísimas
Naturalezas! (…)”.(NIEREMBERG, P.).
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profesora Elsa Beatriz Grillo

Ocupación (del latín ocupatio-onis, “toma de posesión”)


Anticipación o prevención de un argumento.
Ejemplo:
“(...) Sé lo que vas a decirme, y estoy en completo desacuerdo (...)”.

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Onomatopeya (del griego onomatopeiía; onoma, “nombre”, y poiein, “hacer”).

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
Imitación del sonido de una cosa en el vocablo que se forma para significarla. Existen tres
modos: imitación de los sonidos; imitación del movimiento de los cuerpos; imitación de los
movimientos del ánimo. Cabe una imitación casi perfecta de los sonidos.
Ejemplo:
Maullar, croar, de las voces de los animales, cacarear, cecear, cuchichear,
acciones humanas, refunfuñar, trueno de la naturaleza, susurro.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Optación: (del latín optatio-onis, “deseo, opción”).
Manifestación de un vivo deseo.
Ejemplo:
“(...) ¡Oh, si se acabase ya esta contienda! ¡Oh, si se concluyesen los

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


días de mi destierro! ¿Cuándo llegará este día? ¿Cuándo vendré y
compareceré ante la cara de mi Dios? (...)”. (De Granada, Luis, De la
oración y consideración).

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


Paradiástole: (del griego paradiastollée, “separación”).
Combinación de palabras análogas, haciendo resaltar la diferencia, o sea uso de sinónimos
(o de homófonos) en pasajes donde se explican.
Ejemplo: “(...) Yo pensaba que os amabamos más de porque os quería.
Quien tales obras hacía lejos de amores estaba (...)”. (LOPE de VEGA,
Soliloquio).
Paranomasia: (del latín para, “igual, símil” y nomen, “nombre”)
Llamada también nominación, es la unión de palabras que se diferencian sólo por alguna letra.
Ejemplo:
“(...) De gravedad y condición tan lisa que suspende y alega a un mismo
instante, y con su aviso al mismo aviso avisa (...)”.(CERVANTES, El
viaje del Parnaso).

Paroxismo: (del latín, “ímpetu, exaltación”)


Exaltación violenta de una pasión o sentimiento.
Ejemplo:
“(...) Ni en ocho vidas seguidas llegaría a sufrir lo que estoy sufriendo
hoy (...)”.

Perífrasis: (del latín periphasis)


Expresar con varias palabras lo que se podría haber podido decir con una sola. Se le conoce,
además, como circunlocución.
Ejemplo:
“La capital de la Argentina” (por Buenos Aires).

Permisión: (del latín permissio-onis, “entrega”)


Permiso para que otro haga aquello de que nos quejamos o que no compartimos.
Ejemplo: “(...) En tu presencia a Raquel tienes ya: del vulgo ayrado
entrégala al furor y a la venganza; redime tu peligro con su daño. ¿Esta
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fineza no es el premio que tienes preparado a mi amor? ¿En qué dudas?
Raquel muera: muera, pues en amarte te hace agravio (…)”. (García de
la Huerta, V., Raquel),

Pleonasmo: (del latín pleonasmus)


Adición de palabras al parecer superfluas.
Ejemplo:
“(…) ¡Oh maravilla nueva, oh caso nuevo, digno de admiración que
cause espanto,
cuya extrañeza me admiró de nuevo! (…)”. (CERVANTES, El viaje del
Parnaso).

Polipote: (del griego, “muchas veces”)


Repetición de una palabra en sus diversos accidentes o variantes.
Ejemplo:
“(…) Como se mudan los vientos, como se mudan los ramos, que,
desnudos en invierno, se visten en el verano, mudaremos nuestros
bailes por puntos y a cada paso, pues mudarse las mujeres no es nuevo
ni extraño caso (…)”. (Cervantes, La elección de los alcaldes).

Políptoton: (del griego polyptoton, “que tiene muchos casos, traducción”)


Emplear dentro de la cláusula un mismo adjetivo o nombre en distintos casos, géneros o
números, o un mismo verbo en distintos modos, tiempos o personas.
Ejemplo:
“(...) Fui, soy y seré fiel a Beatriz, la mujer de mis sueños y mis realidades (...)”.

Polisíndeton: (del griego polysyndeton; polys, “mucho”, y syndein, “ligar, encadenar”)


Repetir una misma conjugación al principio de cada miembro de una frase o de los términos
de una enumeración. Tiene por objetivo hacer resaltar la multiplicidad de los objetos
parecidos que se les multiplica al acumularlos.
Ejemplo:
“(...) Y el santo de Israel abrió su mano y los dejó, y cayó en despeñadero
el carro, y el caballo y caballero (...)”.

Preterición: (del latín praeteritio-onis)


Fingimiento de pasar por alto lo que se dice claramente.
Ejemplo:
“¡Oh cuántas y cuáles cosas te pudiera decir, Cipión amigo, de esta
morisca canalla, si no temiera no poderlas dar fin en dos semanas!
Y si las hubiera de particularizar, no acabara en dos meses; mas, en
efecto, habré de decir algo; y así, oye en general lo que yo vi y noté en
particular de esta buena gente (...)”. (A continuación, pormenoriza)
(CERVANTES, Coloquio de los perros).

Prolepsis: (del griego, “anticipación”).


Incompleta sentencia o palabra, por falta de una correcta exteriorización verbal. Se da
cuando los órganos de fonación son superados en velocidad por las ideas e inteligencia
de una persona.Los casos extremos suelen ser confundidos con la tartamudez o patologías
histéricas.

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profesora Elsa Beatriz Grillo
Ejemplo:
“El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de
la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.” (Gabriel
García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”)

Prosopografía: (del griego, “aspecto”)

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
Descripción del exterior de una persona o animal.
Ejemplo:
“(…) Este que véis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente
lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien
proporcionada, las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de
oro; los bigotes grandes, la boca pequeña (...)”.(CERVANTES, Novelas
ejemplares).

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Prosopopeya: (del griego, “hacer rostro”)
Atribuir a cosas inanimadas o abstractas rasgos o cualidades humanos.
Ejemplo: “(…) El río, que vio del Austrovenir tal luz de su claustro, sacó
la cabeza fría creyendo que el sol había prestado otra vez su plaustro

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


(…)”. (Lope de V., El Isidro).

Recapitulación: (del latín recapitulatio-onis)

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


Volver a captar o tomar alguna cosa; recuerdos, memorias.
Ejemplo:
“(...) y volví a sentirme feliz, como únicamente lo fui en mi infancia (...)”.

Repetición: (del latín repetitio-onis)


Uso de una misma palabras al inicio de frases u oraciones seguidas.
Ejemplo:
“El pueblo las creó, es verdad; el pueblo las creó en abierta insurrección”.
(De JOVELLANOS, G. M., Memoria en defensa de la Junta Central).

Silepsis: (del griego, “comprensión”)


Concordancia según el sentido, no según la gramática.
Ejemplo:
“(...) Esperaos un poco, gente tan inconsiderada como presurosa (...)”.
(CERVANTES, Don Quijote).

Sinécdoque: (del latín sinecdoche y éste, del griego, “recibir juntamente”)


Designar al todo por la parte o a la parte por el todo. Se establecieron diez casos:
•Parte por todo: “dos veranos” (en lugar de dos años)
•Todo por parte: “rompí el auto (cuando sólo es el motor)
•Materia por obra: “bronce” (por campana)
•Singular por plural: “argentino” (por todos los argentinos)
•Plural por singular: “la patria de los descubridores” (por España, aunque
no todos los habitantes lo fueron)
•Género por especie: “arremetió el bruto” (por un animal, como el toro)
•Especie por género: “danos el pan nuestro de cada día” (cuando pan
es alimento en general)

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•Abstracto por concreto: “el marfil de sus manos”
•Nombre común por propio: “el conquistador” (por Pizarro)
•Nombre propio por común: “un Nerón” (para caracterizar a un hombre cruel)

Sinonimia: (del latín synonymia, “con” y “nombre”)


Profusión de palabras sinonímicas.
Ejemplo:
“(...) ¡Pérfidos, desleales, fementidos, crueles, revoltosos y tiranos:
cobardes, codiciosos, malnacidos, pertinaces, feroces y villanos;
adúlteros, infames, conocidos por de industriosos más cobardes manos!
(...)”. (CERVANTES, El cerco de Numancia).

Sínquisis: (del griego, “yo confundo”)


Transponer palabras para trastornar el orden de la frase o para conseguir una rima.
Ejemplo:
“(...) ¡Oh, si se acabase ya esta contienda! ¡Oh, si se construyesen
los días de mi destierro! ¿Cuándo llegará este día? ¿Cuándo vendré y
compareceré ante la cara de mi Dios? (...)”. (De GRANADA, Luis, De
la oración y consideración).

Sustentación: (del latín sustentatio)


Terminar en forma semi abrupta, cuando era de esperar la continuación por el suspenso que
se había creado.
Ejemplo:
“(…) En Jaén, donde resido, vive Don Lope de Sosa,y dírete, Inés, la
cosa más brava de él que has oído. Tenía este caballero un criado
portugués...Pero cenemos, Inés, si te parece, rimero (…)”. (ALCÁZAR,
Baltasar, Una cena).

Topografía (del griego topo, “lugar” y grafía, “describir”)


Descripción de un lugar físico.
Ejemplo:
“(...) Dos peñascales horrendos, abajo el río que brama, y arriba el
arco de un puente, que aquel precipicio salva cual cinta sutil de acero
sobre el abismo curvada (...)”.

RECAPITULEMOS:
El lenguaje literario tiene una característica clave que le diferencia de los demás
lenguajes que hemos visto hasta ahora: tiene una función lúdica y, como objetivo, el
procurar un goce estético. Los otros lenguajes son fundamentalmente utilitarios.

Como acto de comunicación.

1.El emisor: Es un creador. Sabe que elabora un mensaje desde un punto de vista subjetivo y lo
hace con la intención de perdurar.
2.El receptor: Es un receptor universal (multiforme y heterogéneo). Interpreta el mensaje y lo
recrea; de ahí que también se diga del mensaje que es plurisignificativo.

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profesora Elsa Beatriz Grillo
3.La situación: Es intemporal y cambiante.
4. El código: Se adapta a las necesidades propias de los géneros, por lo tanto, se habla de
subcódigos (el de la poesía, el del teatro...). Por lo tanto, todos los subcódigos presentan una
especial formalización (métrica, rima, etc.).
5.El mensaje: Es unilateral y perenne. Además lleva una sobrecarga informativa, debido al

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
predominio de los valores estéticos.

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
6.La función lingüística: Predomina la poética, ya que predomina también el carácter
connotativo en las palabras que forman los mensajes. En menor medida destaca también la
función expresiva o emotiva.
7.El canal: Habitualmente la impresión de los textos, o sea, el papel como soporte básico.

Características generales.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Está destinado a halagar los sentidos y el intelecto. Como elemento común
podríamos decir que le caracteriza la presencia de voces cultas; un cierto gusto por la

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


sintaxis compleja, por la sonoridad o musicalidad de los términos y las construcciones; y
la búsqueda constante de la originalidad y la innovación a través del empleo de infinidad
de recursos.
Cada época y cada movimiento literario tienen sus propias características, lo mismo

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


que cada autor se manifiesta según su propio estilo.
De todas formas, puede indicars lo siguiente:

a. Nivel fonético: Tendencia a buscar la sonoridad, la musicalidad, la cadencia, el ritmo, el


impacto (aliteraciones, paralelismos, amplificaciones, variantes ortográficas y dialectales...).

b. Nivel morfo-sintáctico: Parece habitual una cierta complejidad sintáctica. Suele respetarse la
normativa sintáctica, pero se buscan períodos amplios y equilibrados. Aparición de desvíos de los
usos habituales del lenguaje (usos estilísticos de los verbos, por ejemplo) en busca de la sugerencia.
En este sentido vale la pena recordar figuras como la anáfora, el quiasmo, la similicadencia, el
hipérbaton...

c. Nivel semántico: Precisamente porque es un lenguaje pensado para sugerir y connotar suele
ser frecuente el uso de figuras retóricas. En este lenguaje, pensado para halagar el intelecto, es
donde destaca la metáfora o cualquier otra figura de las denominadas de pensamiento. Siempre
vale la pena recordar que en este último apartado se debe pensar en qué tipo de género se está
analizando y adjudicar a cada uno de ellos una cierta tendencia. Así, por ejemplo, entre otras
posibles clasificaciones, podemos hablar de figuras descriptivas (retrato, prosopografía, etopeya,
enumeración, caricatura...); de figuras patéticas, más habituales en los diálogos novelísticos y
teatrales (el énfasis, el apóstrofe, la exclamación, la pregunta retórica...); de figuras lógicas (como
el símil, la antítesis, la paradoja...) y de otras más propiamente estilísticas (la alusión, la ironía, la
perífrasis, la hipérbole...).

BIBLIOGRAFÍA PARA ESTUDIAR:


DE AGUIAR E SILVA, V. M.: Teoría de la literatura. Madrid. Gredos. 1986.
Capítulos I., II., y III.
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LA DESCRIPCIÓN
TIPOS DE DESCRIPCIÓN. RECURSOS

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Hay varias definiciones empleadas en distintos contextos. Para los efectos que aquí

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
nos interesan, podemos definir la descripción (oral o escrita) como el intento de representar,
utilizando mecanismos de expresión lingüística, la imagen de un animal, una cosa, una
persona, un ambiente, un evento, un problema o un proceso, como si el receptor lo tuviera
delante y lo estuviera percibiendo con sus propios sentidos.
La descripción pretende, en suma, provocar en la imaginación del receptor una impresión
similar a la que se percibe por los sentidos. En vez de ver la imagen física en una pintura, en
una escultura, en una fotografía, la “ve” en su mente (la representa) a través de las palabras

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


que ha empleado el descriptor. Sus características son: la precisión, la claridad y la vivacidad.
El objeto o tema de la descripción puede ser cualquier elemento de la realidad o de
la ficción. Es posible describir realidades físicas (seres animados o inanimados); realidades
abstractas (sentimientos, creencias, conceptos...) y procesos.

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


Veamos el siguiente artículo:

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


La Descripción:
Aprehensión y comunicación de la realidad
Nuria María Palanco López ([email protected])

Describir en un acto que realizamos cotidianamente al exponer verbalmente las características


de un lugar, paisaje, personaje o cualquier otro objeto. Su objetivo es conseguir que el receptor
sea capaz de obtener una “imagen mental” lo más fidedigna posible al objeto descrito. Esta es la
razón por la que se ha definido como pintura verbal.
Su estudio es complejo. En numerosas ocasiones es difícil distinguirla de la narración, a la que
se ha opuesto tradicionalmente. Ambas coinciden en su finalidad de presentar y comunicar
una imagen de la realidad: la descripción intenta hacer visibles las cosas materiales mediante la
explicación de su aspecto externo; la narración trata de contar sucesos y acciones. En realidad,
son dos manifestaciones complementarias de la tendencia humana a la comunicación.
Para describir nos apoderamos de la realidad, este proceso se realiza en tres fases o etapas:
1. Observación. Recogida de los datos
2. Plan de la descripción. Organización de los datos
3. Descripción. Exposición de los datos

Al observar, la atención debe estar orientada para percibir color, forma, tamaño, grosor, textura,
temperatura, etc. Luego se seleccionan los datos, se disponen los elementos, llevando a primer
plano lo que interesa destacar. Finalmente, se busca una forma de expresar lo visto que dé una
imagen representativa de lo descrito. El producto es una descripción estática, y en esto contrasta
con la narración, que es esencialmente dinámica.
No obstante, se puede lograr introducir el movimiento en la forma de describir si se adopta una
técnica cinematográfica. De esta forma se va presentando los aspectos más llamativos del objeto
a medida que va desplazando el punto de mira, desde una panorámica general hasta lo más
concreto. Con esta técnica se consigue transmitir la sensación de movimiento.
Por otro lado, con la observación nos apoderamos de la realidad, la convertimos en
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palabra propia. Es decir, partimos de algo externo, pero quedamos implicados en el resultado
final. La expresión no puede prescindir de la aportación personal. Así pues, la descripción es
una aprehensión de la realidad, y esta supone una reorganización de la misma. No vamos a
comunicar una realidad, sino su imagen.
Dependiendo de la implicación que se produzca, nos encontramos con dos tipos de textos
descriptivos. Entre ambos hay muchas diferencias: el Texto Descriptivo Técnico busca la
representación objetiva y exhaustiva del objeto, dejando de lado las formas; y el Texto Descriptivo
Literario, en el que la fidelidad no es tan importante y si lo son la belleza de la descripción y su
emotividad, que toman un valor protagonista.

La descripción técnica
Con ella se pretende dar a conocer las características de la realidad representada: sus elementos,
composición, funcionamiento y utilidad. Es fundamental que la objetividad siempre sea respetada
para que la información no sea distorsionada por algún punto de vista u opinión. Predomina la
función referencial, en una prosa que ha de ser rigurosa y verificable.
El lenguaje que se utiliza es frío, con léxico técnico que sólo apunta a explicar una característica
de lo que se intenta representar, calificadores especificativos, y el tiempo verbal más empleado es
el presente de indicativo con valor intemporal.
Dentro de la descripción técnica podemos hablar de:

Textos científicos: su finalidad es mostrar el procedimiento para realizar una investigación o una
experimentación.
Textos técnicos: Muestran los componentes, la forma y el funcionamiento de cualquier tipo de
objeto, creación artística o instrumental: pintura, escultura, mecánica, deportes, medicina, etc. Entre
ellos se incluyen los manuales de instrucciones de uso y montaje de aparatos; las recetas de cocina
y los prospectos de medicamentos.
Textos sociales: Ofrecen datos sobre el comportamiento de las personas e instituciones. Son de
tipo prescriptivo.

La descripción literaria
En la descripción literaria se da lo opuesto, primando la subjetividad del autor, no se persigue el rigor
científico ni la exhaustividad, sino destacar aquellos aspectos que se consideran más relevantes para
sus fines.
Predomina el uso de palabras con la búsqueda agregada de generar una estética agradable, adjetivos
explicativos o epítetos, verbos en presente e imperfecto de indicativo y recursos expresivos como las
comparaciones y las metáforas. Importante también, es aclarar que la realidad que se nos describe
puede haber salido de su imaginación, y ser perfectamente un texto descriptivo, dado que, al fin y al
cabo, se trata de una realidad: la suya.
La lógica que rige el orden en este tipo de textos obedece a criterios artísticos propios de cada autor.
Esto no quiere decir que sea caótica, sino que se desarrolla según un plan bien estudiado y preciso,
aunque muchas veces huya del orden natural. La descripción literaria no suele cultivarse como
forma independiente, sino integrada en otras. Predomina la función poética. Dentro de la descripción
literaria podemos hablar de:
1. Descripción del mundo animado e inanimado.
2. Descripción de personas.
3. Descripción de sentimientos.

1. La descripción del mundo animado podemos clasificarla en:


a) Topografía: Cuando el objeto descrito es un paisaje. De igual manera que las personas son descritas en

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sus aspectos físicos y morales, el paisaje puede ser presentado como producto geológico, o como trasunto de
una cultura y un modo de vida.
b) Cronografía: Consiste en la descripción de una época o una cultura a partir de los elementos
físicos y espirituales que la caracterizan frente a otra anterior o posterior.
c) Descripción de animales: Atendiendo a la objetividad buscada, los datos se organizarán yendo
de las características más generales a las más específicas, o por el contrario, el orden será más libre.

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Respecto a la descripción del mundo inanimado, se destacan aquellas facetas que más sorprenden y

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
caracterizan a lo que se describe.

2. La descripción de personas la clasificamos en:


a) Prosopografía: Tanto la que atiende a sus aspectos físicos como a sus rasgos morales, así tenemos:
• Retrato físico: Donde lo que importa son los rasgos corporales y la indumentaria. Durante la Edad
Media se estableció un orden fijo para realizar el retrato corporal, yendo de cabeza a pies. Como es
natural, con el paso del tiempo, los escritores han tendido a soslayar este sistema mecánico.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


• Etopeya: retrato donde sólo se atienden al carácter, el pensamiento y los aspectos psíquicos.
b) Autorretrato: Es el retrato que hace de sí mismo un escritor.
c) Caricatura: Es el retrato en el que se exageran los trazos o se ridiculizan los rasgos con una
intención crítica o humorística.

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


d) Esperpento: Cuando la distorsión de la realidad llega a ser aberrante.

3. Descripción de sentimientos:

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


Es más compleja debido a lo abstracto de la actitud anímica. A menudo el escritor recurre a
comparaciones, asociando el sentimiento con otros conceptos. Como conclusión, señalar que
narración y descripción son dos operaciones semejantes. Ambas se completan y se combinan en
las producciones literarias. Es imposible narrar con brillantez y eficacia sin poseer gran sentido de la
observación y de la descripción.
Extraído de: http://www.eumed.net/rev/ced/09/nmpl.htm.

Leamos estos ejemplos de descripciones:

1.Descripción científica:

La drosophila melanogaster es una pequeña mosca que coloniza hábitats ricos en productos de
fermentación: frutos en descomposición (mosca de la fruta) o bodegas (mosca del vinagre). En su
adaptación a estos hábitats ha adquirido una tolerancia al etanol única en el reino animal. [...].
La drosophila melanogaster presenta un marcado dimorfismo sexual en su fase adulta, lo que facilita
enormemente su utilización.
Los rasgos que pueden permitir una fácil y rápida identificación son los siguientes: machos, más
pequeños y activos, últimas bandas abdominales fusionadas formando una mancha negra en el
extremo del abdomen, final del abdomen redondeado y posesión de peines sexuales en el primer
par de patas; hembras, mayores y menos activas, últimas bandas abdominales sin fusionar, final del
abdomen más puntiagudo, sin peines sexuales.

(Diego A. Blanco de la Cruz y M. Victoria Mena Bellón: «Drosophila melonogasrer:


una especie idónea para la enseñanza de las ciencias naturales» en Nueva Revista de
Enseñanzas Medias, MEC.)

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2. Descripción literaria de un lugar (topografía)
“Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla
podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro,
que retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica. La torre de la catedral, poema
romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne, era obra del siglo
diez y seis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto
de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esta arquitectura. La vista no
se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo; no era una
de esas torres cuya aguja se quiebra de sutil, más flacas que esbeltas, amaneradas, como señoritas
cursis que aprietan demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de su espiritual grandeza, y hasta
sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte castillo, lanzándose desde allí en
pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y proporciones. Como haz de músculos y
nervios la piedra enroscándose en la piedra trepaba a la altura, haciendo equilibrios de acróbata en
el aire; y como prodigio de juegos malabares, en una punta de caliza se mantenía, cual imantada,
una bola grande de bronce dorado, y encima otra más pequeña, y sobre esta una cruz de hierro que
acababa en pararrayos.”
Leopoldo Alas “Clarín”: La Regenta

3.a. Retrato literario (cualidades morales).


“Todas las noches antes de dormir se daba un atracón de honra a la antigua, como él decía; honra
habladora, así con la espada como con la discreta lengua. Quintanar manejaba el florete, la espada
española, la daga. Esta afición le había venido de su pasión por el teatro. Cuando trabajaba como
aficionado, había comprendido en los numerosos duelos que tuvo en escena la necesidad de
la esgrima, y con tal calor lo tomó, y tal disposición natural tenía, que llegó a ser poco menos
que un maestro. Por supuesto, no entraba en sus planes matar a nadie; era un espadachín lírico.
Pero su mayor habilidad estaba en el manejo de la pistola; encendía un fósforo con una bala a
veinticinco pasos, mataba un mosquito a treinta y se lucía con otros ejercicios por el estilo. Pero no
era jactancioso.
Estimaba en poco su destreza; casi nadie sabía de ella. Lo principal era tener aquella sublime idea del
honor, tan propia para redondillas y hasta sonetos. Él era pacífico; nunca había pegado a nadie. Las
muertes que había firmado como juez, le habían causado siempre inapetencias, dolores de cabeza,
a pesar de que se creía irresponsable.”
Leopoldo Alas “Clarín”: La Regenta

3.b. Retrato literario (cualidades físicas)


“Era don Cayetano un viejecillo de setenta y seis años, vivaracho, alegre, flaco, seco, de color de
cuero viejo, arrugado como un pergamino al fuego, y el conjunto de su personilla recordaba, sin que
se supiera a punto fijo por qué, la silueta de un buitre de tamaño natural; aunque, según otros,
más se parecía a una urraca, o a un tordo encogido y despeluznado. Tenía sin duda
mucho de pájaro en figura y gestos, y más, visto en su sombra. Era anguloso y puntiagudo, usaba
sombrero de teja de los antiguos, largo y estrecho, de alas muy recogidas, a lo don Basilio, y como
lo echaba hacia el cogote, parecía que llevaba en la cabeza un telescopio; era miope y corregía el
defecto con gafas de oro montadas en nariz larga y corva.
Detrás de los cristales brillaban unos ojuelos inquietos, muy negros y muy redondos. Terciaba el
manteo a lo estudiante, solía poner los brazos en jarras, y si la conversación era de asunto teológico
o canónico, extendía la mano derecha y formaba un anteojo con el dedo pulgar y el índice.”

Leopoldo Alas “Clarín”: La Regenta

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profesora Elsa Beatriz Grillo
En las descripciones se utilizan diversos recursos, tales como:

• Adjetivación: Los adjetivos calificativos adquieren gran importancia en las descripciones


porque sirven para expresar cualidades.
• Enumeración: La enumeración consiste en la acumulación de varios elementos.

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
• Comparación: La comparación consiste en establecer relaciones de semejanza o parecido
entre varios elementos.
• Metáfora: La metáfora consiste en la sustitución de un elemento por otro con el cual tiene
un cierto parecido.
• Hipérbole: La hipérbole es un recurso que consiste en exagerar las características de una
persona o cosa.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Prestemos atención a los siguientes ejemplos:

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


Etopeya:
“Lulú demostró a Hurtado que tenía gracia, picardía e ingenio de sobra; pero le faltaba el atractivo
principal de una muchacha: la ingenuidad, la frescura, la candidez. Era un producto marchito por el

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


trabajo, por la miseria y por la inteligencia. Sus dieciocho años no parecían juventud”.
(Pío Baroja, El árbol de la ciencia.)

Retrato:
“Su pelo castaño, espeso, y cortado en melena larga; cutis atezado y rostro en óvalo, con
labios finos y colorados, y dientes menudos, apretados y blancos; estatura regular; pechos
moderados, erectos y duros; esbelta y ágil; viva en sus movimientos y presta y delicada en sus
ademanes.”(Azorín, El escritor.)

Caricatura:
“Ella era larga más de siete pies; toda era anatomía de huesos, cubiertos con una piel negra,
vellosa y curtida; con la barriga que era de badana, se cubría las partes deshonestas, y aún
le colgaba hasta a mitad de los muslos, las tetas semejaban dos vejigas de vaca, secas y
arrugadas.”
(Cervantes, Coloquio de los perros.)
Topografía:
“El despacho de Cortabanyes estaba en una planta baja en la calle de Caspe. Constaba de
un recibidor, una sala, un gabinete, un trastero y un lavabo. Las restantes habitaciones de
la casa las había cedido Cortabanyes al vecino, mediante una indemnización. Lo reducido
del local le ahorraba gastos de limpieza y mobiliario. En el recibidor había unas sillas de
terciopelo granate y una mesilla negra con revistas polvorientas. La sala estaba rodeada por
una biblioteca sólo interrumpida por tres puertas, una cristalera de vidrio emplomado que
daba al hueco de la escalera y una ventana de una sola hoja cubierta por una cortina del
mismo terciopelo que las sillas y que daba a la calle.”
(Eduardo Mendoza, La verdad sobre el caso Savolta).

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Conozcamos también, esta clasificación más amplia de recursos semánticos o
de significación.

• Exclamación: Intensificación de la expresión emocionada de un juicio o sentimiento.


• Interrogación o pregunta retórica: Uso de la interrogación como recurso intensificativo de
una aseveración o un sentimiento.
• Apóstrofe: Llamada o apelación a un receptor individualizado.
• Hipérbole: Exageración magnificadora o degradante.
• Antítesis: Contraposición significativa de palabras o frases.
• Oxímoron: Unión en un mismo sintagma de términos contradictorios: Ejemplo: una
agradable llaga.
• Paradoja: Contraposición de palabras o frases sólo aparentemente contradictorias.
• Lítotes: Negación de lo contrario de lo que se quiere afirmar.
• Gradación o clímax: Serie de elementos ordenados por su significación ascendente o
descendente.
• Ironía: Expresión de lo contrario de lo que realmente se piensa.
• Cadencia: Proporcionada distribución de los acentos, cortes o pausas en la prosa o en el verso.

Para sintetizar decimos, entonces que:


En la descripción literaria predomina la FUNCIÓN POÉTICA. La descripción literaria no necesita
ser veraz, sino verosímil, es decir, creíble dentro del contexto lingüístico en que se incluye.
El autor es subjetivo, y manifiesta su punto de vista abiertamente, ya que no persigue el rigor
científico ni la exhaustividad, sino destacar aquellos aspectos que considera más relevantes para
sus fines. La lógica que rige el orden en este tipo de textos obedece a criterios artísticos propios
de cada autor.
Esto no quiere decir que sea caótica, sino que se desarrolla según un plan bien estudiado y
preciso, aunque muchas veces huya del orden natural. La descripción literaria no suele cultivarse
como forma independiente, sino integrada en otras.

Sus características, son:


1. Lenguaje connotativo.
2. Uso de adjetivos explicativos.
3. Abundantes figuras retóricas.

Los tipos de descripciones pueden ser:


1. Retrato: Atiende a la caracterización de personajes por sus rasgos físicos y psíquicos.
2. Etopeya: Se centra únicamente en el carácter, el pensamiento y los aspectos psíquicos.
3. Prosopografía: Atiende a las cualidades físicas y morales
4. Caricatura: Se deforman los rasgos con una intención crítica o humorística.
5. Topografía: Descripción de paisajes o de ambientes.

Sus recursos técnicos:

1. El Punto De Vista: Descriptor omnisciente, descriptor observador...


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5. Poemas
4. Canciones
1. Textos publicitarios

características técnicas.

6. Textos periodísticos (opinión, críticas).


3. El Enfoque: Realista, surrealista, impresionista...

2. Mensajes periodísticos de la sección de “contactos”


2. La Perspectiva: Oblicua, cenital, frontal, traveling, zoom, panorámica...

Otros textos en los que puede aparecer la descripción subjetiva de la realidad:

3. Catálogos de productos en los que se describen sus beneficios, en lugar de sus

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).

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profesora Elsa Beatriz Grillo
profesora Elsa Beatriz Grillo

LA NARRACIÓN

El género narrativo es una expresión literaria que se caracteriza porque se relatan historias imagi-
narias o ficticias (sucesos o acontecimientos) que constituyen una historia ajena a los sentimien-
tos del autor. Aunque sea imaginaria, la historia literaria toma sus modelos del mundo real. Esta

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
relación entre imaginación y experiencia, entre fantasía y vida es lo que le da un valor especial a

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
la lectura en la formación espiritual de la persona.
El narrador es la persona que presenta la narración; él es el encargado de dar a conocer el mundo
imaginario al lector, el cual está formado por personas que realizan acciones dentro de un espacio
determinado y que suceden dentro de unos límites temporales precisos.
La diferencia fundamental entre el mundo real y el de la narración, radica en el hecho de que
nuestro mundo es evidente, en cambio en una narración el mundo es también artísticamente
real, pero no existe verdadera y exteriormente, sino que es creado a través del lenguaje; es decir,

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


el mundo narrativo es un mundo inventado. Este mundo creado está formado por personajes,
acontecimientos, lugar y tiempo en que suceden los hechos.

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


EL TEXTO NARRATIVO:

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


Narrar es contar. La narración es un tipo de texto en el que se cuentan hechos reales o imaginarios.
Al abordar el análisis de los textos narrativos es necesario estudiar la historia y las acciones que
la componen (argumento), los personajes que las llevan a cabo, el tiempo y el espacio donde se
desarrollan, cómo se ordenan todos estos elementos (estructura) y desde qué punto de vista se
cuentan.

La Historia:
La mayor parte de los relatos presenta una acción principal y varias secundarias. Estas acciones
se combinan entre sí, alternando su aparición y entrecruzando sus desarrollos para conformar el
ritmo de la narración.
Un relato presenta distinto ritmo narrativo según el procedimiento de encadenamiento de
secuencias que se emplee:

a) Condensación: Los acontecimientos se cuentan de una manera condensada. Muchas veces


se recurre a la elipsis narrativa. La condensación es un recurso imprescindible en aquellas historias
cuya acción presenta una dilatada duración temporal.
b) expansión: El relato se demora e incluso se detiene para incluir elementos complementarios
a la acción, tales como descripciones. Es un procedimiento característico de la novela psicológica,
donde la acción se ralentiza para prestar atención a los rasgos de personalidad o a las actitudes
de los distintos personajes.

El orden de los acontecimientos:


La primera finalidad del narrador es dar a conocer la historia de un modo comprensible para el
lector. Por ello, muchos relatos se organizan con sencillez siguiendo un orden; pero en no pocas
narraciones esa ordenación sufre modificaciones.
El autor puede acelerar o ralentizar la acción a su conveniencia, detenerla para dejar que hablen los
personajes, anticipar o posponer hechos, ocultar datos y reservarlos para el momento oportuno,
ofrecer pistas falsas, centrar la atención en determinados aspectos con menosprecio de otros, etc.
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Del tratamiento de la acción se deriva la tensión narrativa. Esta puede suscitar en el lector diversos
estados emocionales (expectativa, incertidumbre, intriga, serenidad…)
En una narración se distingue la estructura externa y la estructura interna:
La primera organiza el contenido de la historia en capítulos, partes, tratados, secuencias
La segunda, depende del orden de los acontecimientos.
Teniendo en cuenta el orden de los acontecimientos de la narración, pueden darse diferentes
estructuras narrativas:

a. Lineal o cronológica: El orden del discurso sigue el orden de la historia.


b. In medias res (expresión latina “en medio del asunto”): El relato empieza en medio de
la narración, sin previa aclaración de la historia. Se trata de un comienzo abrupto empleado para
captar la atención del lector.
c. Ruptura temporal:
•Flash-back (retrospección o analepsis): El narrador traslada la acción al pasado.
•Flashforward (anticipación o prolepsis): El narrador anticipa acciones, se adelanta en el
tiempo.
•Contrapunto: Varias historias se entrecruzan a lo largo de la narración.
•Circular: El texto se inicia y se acaba del mismo modo.

Narrador y punto de vista:


El narrador es un elemento más, como lo son la historia o los personajes. Ha sido creado por
el autor para que lleve a cabo la misión de contar la historia. La caracterización del narrador
dependerá de la información de que disponga para contar la historia y del punto de vista que
adopte.
Se puede narrar una historia
Desde la 3ª persona:
a) Narrador omnisciente (que todo lo sabe): Aquel cuyo conocimiento de los hechos
es total y absoluto. Sabe lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos, sensaciones,
intenciones, planes… La omnisciencia admite distintos grados de implicación, a veces, incluye
intervenciones y comentarios del narrador o apela al lector.
b) Narrador observador: Sólo cuenta lo que puede observar. De modo parecido a como lo
hace una cámara de cine, el narrador muestra lo que ve.

Desde la 1 ª persona:
a) Narrador protagonista: El narrador es también el protagonista (autobiografía real o
ficticia).
b) Narrador personaje secundario: El narrador es un testigo que ha asistido al desarrollo de
los hechos. A veces, los testigos son varios (multiperspectivismo, punto de vista caleidoscópico).

Desde la 2 ª persona:
Supone un desdoblamiento del yo. El narrador crea el efecto de estar contándose la historia a sí
mismo o a un yo desdoblado.

Los personajes:
Los personajes son el elemento fundamental de la narración, el hilo conductor de los hechos.
Estos se organizan, según su grado de participación en la historia, en personajes principales,
secundarios y comparsas.
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profesora Elsa Beatriz Grillo
a) El protagonista es el centro de la narración. Puede ser un individuo, varios o una
colectividad. Es un personaje redondo, es decir, evoluciona a lo largo de la novela. A veces, se le
opone un antagonista.
b) El secundario es un personaje plano que no evoluciona. La mayoría de las veces responde
a un arquetipo.

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
c) Los comparsas (o extras) son meros elementos presenciales.

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
Existen dos maneras de caracterizar a los personajes:
a) La caracterización directa permite conocer a los personajes a partir de los datos que
proporciona el narrador u otro personaje del relato.
b) La caracterización indirecta permite deducir cómo son a través de sus
pensamientos, comentarios, acciones, reacciones, gestos, etc.

En un relato, las voces de los personajes se dejan oír a través de los modelos de cita conocidos

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


como estilo directo, estilo indirecto y estilo indirecto libre.
a) Estilo directo: Sirve para reproducir textualmente las palabras de un personaje (Juan pensó:
“aquí no aguanto yo dos días”). Se construye mediante la yuxtaposición de dos segmentos: el

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


marco de la cita, que se vale de los verba-dicendi (Juan pensó) y la cita propiamente dicha (“aquí
no aguanto yo dos días”).
b) Estilo indirecto: En este caso se acomodan las palabras de alguien a una nueva situación

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


comunicativa (Juan pensó que allí no aguantaba él dos días).
La cita se introduce por una conjunción (“que”, “si”, “cuándo”…) y sufren cambios las formas
pronominales, los deícticos de tiempo y espacio y el tiempo verbal.
c) Estilo indirecto libre: El narrador en tercera persona, recoge las palabras o pensamientos
de los personajes como si fuera en estilo directo; pero, en este caso, las palabras se insertan sin
el verbum dicendi, sin los nexos y sin las marcas tipográficas (“La situación era caótica. Allí no
aguantaba él dos días.”)
d) El Monólogo: Es una variante en la que un personaje habla consigo mismo. Esta forma deja
entrever el interior del personaje, sus sentimientos, sus emociones… Aunque lo normal es el uso
de la primera persona, también se utiliza la segunda cuando se desdobla y habla consigo misma.

El tiempo:
Cuando se analiza el tiempo de la narración conviene tener en cuenta esta distinción:
a) El Tiempo externo o histórico: Es la época o momento en que se sitúa la narración.
Puede ser explícito o deducirse del ambiente, personajes, costumbres, etc.
b) El tiempo interno: Es el tiempo que duran los acontecimientos narrados en la historia.
Puede ser toda una vida o varios días. El autor selecciona los momentos que juzga interesantes y
omite (elipsis =saltos temporales) aquellos que considera innecesarios.

El espacio:
El espacio es el marco físico donde se ubican los personajes y los ambientes geográficos y sociales
en los que se desarrollan las acciones.
Así habrá que distinguir entre espacios exteriores o abiertos e interiores o cerrados.
Con frecuencia, el espacio no es un simple decorado, sino que llega a determinar el comportamiento
de los personajes, a reflejar el estado anímico de éstos e incluso a constituirse en eje central del relato.
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El receptor:
La consideración del receptor en el proceso comunicativo es importante, pues conviene distinguir
dos tipos de receptores:

a) El Destinatario: El lector a quien el autor destina su obra. Se trata de un receptor externo


al texto que determina el proceso de creación, pues el creador tiene presente al público al que se
dirige.
b) El Narratario: Es un sujeto o colectividad concreta a quien el narrador cita explícitamente
y le cuenta la historia. Es un receptor interno al relato, un artificio narrativo con el que se concreta
y personaliza la historia.

¿Qué es el “Analisis Literario”?


Como toda ciencia, arte o técnica, la literatura maneja una serie de términos privados a los cuales
les da significado especial.
Para leer “científicamente” una obra literaria se requiere analizarla, lo cual significa penetrar en
su universo y desmenuzarla cuidadosamente a fin de reconocer los diversos aspectos que la
conforman. Este trabajo complejo permite evaluarla demostrando sus calidades.
Cuando examinamos una obra literaria ponemos especial atención en:
• El argumento y el tema.
• La originalidad de presentación.
• Su exposición.
• La habilidad del autor para sorprender nuestras expectativas.
• La importancia que la obra tiene dentro de la historia literaria de la
humanidad.

Universo interno
Todo texto literario encierra un circuito de comunicación entre emisor (narrador) y recep-
tor (lector) vinculado mediante el universo interno de la obra.
El universo interno lo crea el autor a su arbitrio, de acuerdo con sus conocimientos y experiencias.
El autor es el auténtico soberano, únicamente se somete a las exigencias lógicas de la historia en
sí; pero, dentro de dicho universo puede alargar o acortar los acontecimientos, comenzar por el
final, introducir otros relatos, modificar el transcurrir del tiempo, brincar épocas, alterar retratos de
personajes, apegarse o no a la realidad porque él rige ese universo.
Cuando un lector se interesa por una obra, si el universo interno de ésta se encuentra bien
trazado, el lector penetra en ese mundo totalmente ficticio y e l c ircuito d e comunicación s e
cierra. A su vez, el lector debe estudiar lo indispensable para reconocer los distintos momentos
históricos, comprender las variantes provocadas por las diversas situaciones geográficas, interpretar
las modificaciones de conducta derivadas de los núcleos sociales.
El lector será capaz de acoger el mensaje estético enviado por un autor si en aquel se dan las
condiciones culturales, sociales y psíquicas requeridas en cada caso. Este lector ideal --o “lector
virtual”, según la lingüística-- será capaz de valorar los recursos técnicos empleados, la estructura
manejada y el sentido del mensaje contenido en la propia obra.
Al finalizar el análisis de la obra, conoceremos cuáles fueron los recursos usados, qué intención
abrigó el autor al redactarla, cuáles eran sus preferencias y habilidades para la elaboración
estructural del universo interno del texto literario. En este momento el lector puede interpretar
el anhelo del artista y proceder a juzgar si consiguió plasmar a través del arte verbal su objetivo.
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profesora Elsa Beatriz Grillo
El texto narrativo
Una narración es un relato de hechos, pueden ser verídicos o imaginarios, que ocurren en un
tiempo y en un lugar determinado.
Los textos narrativos están regidos por el principio de la acción, es decir que los hechos que se
cuentan ocurren a lo largo de un tiempo y en un espacio y al ir encadenándose unos con otros,
logran una nueva significación.

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Ahora bien, cuando hablamos de Narratología, nos referimos a la ciencia que estudia todo lo

Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
relacionado con los textos narrativos o relatos. Sus investigaciones están íntimamente relacionadas
con la literatura y con el folklore.
El estudio de los textos narrativos, se inició hacia 1928, cuando Vladimir Propp, un autor ruso,
publicó su obra Morfología del cuento. Como resultado de dicho estudio sobre un corpus de
cien cuentos maravillosos de la tradición rusa. Propp reconoció treinta y una funciones (31), que
aparecían casi siempre, en todos los cuentos, y que se relacionaban entre sí, mediante un vínculo
de necesidad lógica y estética y cuyo significado variaba en el decurso del relato.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Esas funciones, según el autor ruso, se integran lógicamente en siete (7) esferas de la acción,
o Actantes que son: agresor, donante, auxiliar, princesa, mandatario, héroe y falso héroe, que
aparecen en algunas de las secuencias de motivos narrativos que distingue, y que son las
siguientes:

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


1. En una situación de equilibrio, de pronto ocurre algo que altera esa situación.
2. El héroe aparece con la intención de recomponer el equilibrio perdido.

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


3. El héroe se enfrenta con una serie de dificultades.
4. El héroe cumple su misión.
5. La situación inicial es restablecida y el héroe es recompensado.

El interés de los estudios de Propp radica en que tanto su metodología, claramente estructural,
como sus conceptos fundamentales, sirvieron de inspiración a las propuestas de algunos de los
más importantes narratólogos, entre ellos Bremond y Todorov.
Según Bremond, cada relato está dividido en secuencias, elementos superiores a las funciones
que distinguía Propp. Alega ese autor, que cada una de ellas cumple dentro del texto narrativo
tres oficios bien diferenciados:

1. La primera secuencia abre la posibilidad de una acción.


2. La segunda representa su actualización o no.
3. La tercera, cuya presencia depende del signo positivo o negativo de la anterior
secuencia, refleja el resultado o sanción del proceso.

RECURSOS NARRATIVOS

Es preciso que antes de exponer los recursos de la narración, establezcamos una distinción entre
dos conceptos fundamentales, que tienden a confundirse y que son:
1. Fábula o historia
2. Intriga, trama o narración.
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Tal como lo hemos señalado, los “hechos” son los que constituyen el material básico del relato y
por consiguiente, su descripción puede funcionar como punto de partida en el análisis del texto
narrativo.
En este sentido, la teoría literaria del siglo XX ha propuesto esta distinción metodológica de gran
trascendencia, aunque sus orígenes se encuentran en la Poética aristotélica.
En efecto, Aristóteles no sólo alude a dos momentos en la constitución del texto trágico-épico
(el material objeto de la mímesis, las acciones, y su configuración dentro de la fábula), sino que
aporta también, los criterios que van a regular la actividad de dicha constitución:

• causalidad o verosimilitud,
• paso de dicha a desdicha (o viceversa).

Constitutivamente, por lo demás, la fábula, para ser completa, ha de tener principio, medio y fin.
Ya en el siglo XX, entre los formalistas rusos, Tinianov, al exponer la noción de construcción,
comienza por establecer la diferencia entre el material y la forma que se le imprime, sentando las
bases de la distinción.
Tomachevski, partiendo de aquí, señalará que la historia representa el momento en que el material
no ha recibido todavía, una configuración dentro del texto narrativo. En ella los motivos, las
unidades narrativas mínimas, se organizan de acuerdo con un patrón lógico y cronológico.
La trama, por el contrario, alude a la etapa en la que el material se encuentra textualmente
configurado, esto es, provisto de una forma.
Pero historia y trama se oponen en un sentido más, a saber, en el proceso de producción textual
la historia se encuentra en el punto de partida; mientras que en el proceso de recepción la historia
se alcanza únicamente al final del trayecto de lectura.
Sólo una vez finalizado el proceso de lectura, el receptor puede reordenar los acontecimientos y
dar con el material.

Resumiendo:

La fábula (historia), comprende aquellos elementos constitutivos del relato. Los materiales
sobre los que éste (el relato), se fundamenta.
Mientras que la intriga (trama o narración), es la forma de narrar dichos sucesos y no
necesariamente, mediante una ordenación lógica ni cronológica.
Otras nociones que convendría distinguir son las de autor y narrador.
El autor real es la persona física, el autor empírico. Es ajeno al desarrollo del texto. El autor se
convierte en escritor o autor literario cuando pone al servicio de su obra el bagaje cultural que
posee.
El narrador, sin embargo, es un ser ficcionalizado, inmanente al propio texto, es aquel que
“manipula” el texto.
Las categorías de autor implícito, narrador y autor real han encontrado su correlato en el marco
del enfoque comunicativo, en especial, por parte de la Estética de la Recepción, surgiendo los
conceptos de lector implícito, narratario y lector real.
El lector implícito se corresponde estrechamente con el autor implícito y alude al hecho de
que todo mensaje permite reconstruir la imagen del lector en términos de sistema de valores
(culto o poco instruido, de un determinado estatus social o económico, defensor de ciertas ideas,
etc.), al que se dirige
Cada mensaje, por tanto, selecciona un tipo de lector específico. Al igual que el autor implícito, el
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profesora Elsa Beatriz Grillo
lector implícito puede estar o no representado en el texto y es reconstruible únicamente a través
del proceso de lectura.
Sin embargo, se encuentra permanentemente presente en la mente del autor real hasta el punto
de convertirse en uno de los factores que dirigen su actividad.
El narratario, por su parte, se corresponde con el narrador. Puede disponer o no de signos
formales, aunque siempre es una realidad cuya presencia se hace notar. Se trata de uno de los

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
procedimientos por medio de los cuales el autor implícito orienta al lector real sobre cuál es la
actitud más adecuada ante el texto en cuestión. En ese sentido hay que interpretar los “vuestra
merced” del Lazarillo, el “lector carísimo” o “desocupado lector” del Quijote y el “señor” de La
familia de Pascual Duarte, por poner algunos ejemplos.
El narratario se sitúa en el mismo nivel diegético que el narrador y puede haber más de uno
en el texto: un personaje, alguien ajeno a la historia e incluso el propio narrador (como ocurre en
el caso del diario).
Entre las funciones del narratario cabe destacar la de ser el intermediario entre el narrador y el

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


lector, además, hacer progresar la intriga, poner en relación ciertos temas, determinar el marco
narrativo, actuar de portavoz moral de la obra, etc.
El lector real, por su parte, es una persona de carne y hueso al igual que el autor real y, como

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


él, una realidad extratextual (fuera del texto).
El narrador constituye sin duda el elemento central del relato. Todos los demás componentes
experimentan de un modo u otro, los efectos de la manipulación a que es sometido por él, el

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


material de la historia.
Se trata de una realidad reconocida de forma explícita, por la inmensa mayoría de las corrientes
teóricas interesadas en el relato, aunque no todas coincidan en el papel y capacidad asignables
al narrador.
Por otra parte, el narrador puede emplear técnicas diversas para “contar” lo sucedido; es lo que se
llama el punto de vista narrativo y que no es otra cosa que la inteligencia central, la “persona”
que ve, recoge la acción y después la comunica al lector.

La clasificación de los diferentes tipos de narrador:

Objetivo/Subjetivo.
Testigo directo/Testigo indirecto de los hechos.
Protagonista/no protagonista.

Se fundamenta en “su capacidad informativa” y en “el modo de introducir nuevos datos”, dentro
del relato. Así, por ejemplo, para los narratólogos franceses, el narrador se define preferentemente
por su grado de conocimiento de la realidad representada.
Para unos, esa capacidad depende directamente del punto de observación elegido para transmitir
la información (Pouillon, Todorov).
Para otros, ese hecho está asociado estrechamente a la presencia o ausencia de un filtro.
En este caso caben dos opciones: en la primera, el volumen de información transmisible se
ve condicionado por las posibilidades del foco; la segunda, en cambio, se decanta por una
información sin límites (omnisciencia).
En suma, para las corrientes estructuralistas (francesas), el narrador se comporta como un
“sabedor”, pero se insiste al mismo tiempo, en su papel de realidad configuradora de la estructura
narrativa.
Brevemente, señalamos a continuación, las diversas modalidades de puntos de vista narrativos,
que la mayor parte de la crítica ha reconocido:

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1. Narración en primera persona:
Es cuando se narra una acción utilizando el punto de vista de la primera persona gramatical, “yo”.
Aquí, el autor, el narrador y el protagonista están plenamente identificados.
Puede ocurrir que un personaje sea el que cuente la historia, como si le hubiese sucedido a él
mismo (Por ejemplo, las narraciones autobiográficas, como El Lazarillo de Termes) o como testigo.
En este caso, el narrador sólo conoce una parte de la historia, es decir, no es omnisciente. Las
crónicas o memorias (Verdadera historia de la conquista de la Nueva España, de Bemal Díaz del
Castillo), y las confesiones (Libro de mi vida, de Santa Teresa), son otros ejemplos de esta forma
de narrar, que encuentra uno de sus mayores pilares en el interés que suscita el relato, pues da la
apariencia de algo vivido y experimentado personalmente.

2. Narración en tercera persona:


Es la forma más común, la que emplea la tercera persona gramatical, “él”, “ella”, “Ud.”.
Que asume distintas formas:

2.1. Punto de vista del autor omnisciente: cuando el narrador demuestra un conocimiento
total y absoluto de todo lo narrado, es decir, conoce los sucesos exteriores y también, los
sentimientos más íntimos de todos los personajes. Es como un dios que todo lo ve y todo lo sabe.
2.2. Punto de vista de la tercera persona limitada: el narrador es aún el que ve y cuenta
la acción, pero no con un conocimiento absoluto, como el del narrador omnisciente, sino que
asume sólo la función de un observador de los hechos y, como tal, está limitado por los naturales
medios de información.
En este punto de vista hay cosas que el narrador ignora, por no tener conocimiento personal de
lo sucedido, ni haber obtenido información sobre ellas.
2.3. Punto de vista del narrador-testigo: quien narra no es el narrador directamente, sino
que lo hace a través de un personaje que cuenta, en tercera persona, todo lo que ve y observa.
Ahora bien, en la narrativa contemporánea se observan otras modalidades:

3. Narración en segunda persona,


El narrador es también narratario, es decir, se cuenta a sí mismo los sucesos (como en Señas
de identidad, de J. Goytisolo).
El narrador expone el punto de vista de cada personaje; es el llamado enfoque narrativo
múltiple, donde se presenta la misma acción desde diferentes perspectivas.
El narrador relata objetivamente igual que lo haría una cámara fotográfica, de cine o televisión
Estas modalidades exigen un lector activo que interprete y saque sus propias conclusiones.

Elementos de la narración.
Son, fundamentalmente, cuatro:

1. La acción (lo que sucede):


El movimiento es una de las leyes fundamentales de toda narración, ya que de forma progresiva
concatenamos unas escenas con otras hasta llegar al desenlace.
Pero esto ha de lograrse con habilidad, de un modo tal que excite y mantenga el interés y
la curiosidad del lector, porque es en este aspecto de carácter psicológico donde descansa el
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profesora Elsa Beatriz Grillo
verdadero arte de narrar.
En este sentido, el orden resulta imprescindible, ya que la confusión desorienta al lector. Así, la
estructura más simple del texto narrativo será aquella que exponga los sucesos según su desarrollo
cronológico, presentando los diferentes personajes conforme vayan apareciendo en la historia.
La estructura de la narración suele dividirse en tres partes:

La Narración. Lo narrado (acción, personaje, lugar, tiempo). El narrador (persona gramatical en que se narra, punto de vista o
Fórmulas descriptivas (Imágenes sensoriales, sinestesias, comparaciones, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, etc.).
1. Exposición (presentación de hechos, personajes y ambientes).
2. Nudo (desarrollo de los hechos en serie).
3. Desenlace (solución de la situación planteada).

Podemos ordenar, de este modo, los sucesos de acuerdo con un criterio cronológico y causal
(causas > sucesos > efectos), o podemos romper esta secuencia, empezando por el medio o el
final, o en forma zigzagueante.
A la primera forma de narrar, se le llama composición lógica; a la segunda, libre o artística.

La Descripción. Lo observado (situación, elementos, aspectos). El observador (perspectiva, situación).


Al elemento central de interés, que mueve la acción, se le llama conflicto de fuerzas, y es el móvil
principal que incita a la acción.
El conflicto puede ser externo (entre dos o más personas; de un personaje con su ambiente.) o

perspectiva, situación). Fórmulas narrativas (alusiones, anécdotas, relatos breves, incluidos).


interno (estados de consciencia o vida interior).

1. El tiempo (cuando sucede):

Técnicas o procedimientos básicos de la Descripción, Narración y Argumentación.


En toda narración existen dos clases de tiempos: aquel en el que se desarrolla la historia o la
fábula, y aquel otro, en el que se desarrolla la intriga o relato. Dependiendo de estos tiempos, el
relato puede incluir ciertas variaciones en su ordenación:

1. Orden lineal de los acontecimientos.


2. Información sobre hechos pasados (analepsis, según Genette).
3. Anticipaciones del futuro (prolepsis).
4. Desajuste entre el orden de los sucesos y de lo narrado (anacronías).
5. Desajustes o saltos en el tiempo (elipsis).
6. Sumario retrospectivo (resumen de acontecimientos pasados).
7. Sumario progresivo (anticipación de acontecimientos futuros).
8. Escena (cuando coincide el tiempo de los sucesos, con el tiempo de la narración).
9. Extensión, cuando el tiempo del relato es mayor que el de los acontecimientos porque, por
ejemplo, el autor se detiene en descripciones o análisis de lo sucedido.

3. Caracteres (personajes que la realizan):


En toda narración se cuentan hechos en los que intervienen personas, aunque también puede
darse el caso de que aparezcan animales o cosas personificadas, con cualidades humanas (por
ejemplo, en las fábulas).
En el proceso de creación de los personajes, el autor ejerce una labor meticulosa de observación,
introduciéndose dentro de su personaje y presentándolo como un ser vivo, capaz de motivar y
ser motivado, de sufrir y hacer sufrir, con todas las contradicciones, vicios y virtudes propias de
un hombre de carne y hueso.
En la mayor parte de las ocasiones, los rasgos físicos y psicológicos del personaje se reducen a los
más significativos y definitorios de su carácter y condición, pues su personalidad se irá revelando
conforme avance el relato.
En los planteamientos teóricos del siglo XX las posturas sobre el personaje se diversifican
fuertemente. No faltaban quienes lo siguen contemplando como un trasunto de las preocupaciones
del hombre de la calle y, en definitiva, de la condición humana. Otros, tienden a ver en él, y
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en este punto es necesario valorar en toda su importancia el cambio de enfoque operado por el
Romanticismo, la expresión de conflictos internos característicos del ser humano de una época
o el reflejo de la visión del mundo del autor o un grupo social (se trataba de las orientaciones
psicológicas e ideológico-axiológicas sobre el personaje).
Finalmente, para otros, el personaje no es más que (siguiendo a Aristóteles), un elemento
funcional de la estructura narrativa o, de acuerdo con el enfoque semiótico, un signo en el marco
de un sistema.

4. Ambiente (medio en que se produce dicha narración):


En el desarrollo del carácter humano influyen múltiples factores de orden fisiológico, sociológico
o hereditario. Pero, además, el hombre está condicionado por las circunstancias que lo rodean,
por el ambiente histórico y social en el que vive: el medio contribuye a modelar su moral y su
psicología.
Es esta la razón de la importancia del ambiente dentro de la narración, y es que la creación de un
buen marco espacio-temporal le da a lo narrado un fondo de autenticidad, una tercera dimensión,
que de otra forma no lograría.
Como es lógico, los tres elementos citados, acción, caracterización y ambiente, no tienen que
estar necesariamente equilibrados en una narración. Habrá siempre un elemento que predomine
sobre el otro, según la narración y el punto de vista del narrador.

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