Del Maestrazgo
Del Maestrazgo
Del Maestrazgo
32 El IREITRHZDO
DEL• MAESTRAZGO
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.. F. DE A. SEGRELLES ~ÍGUEZ
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DEL lvlAESTRAZGO
-
:'IJORELLA. INVIERNO DE i920 · 921
•
.
.
ES PROPIEDAD
•
.
Fologufiu de 1o:é hscul l!oyo-llorella
·,
.
-~
A GUISA DE PRÓLOGO
POEMAS
EN U~ NEVADO INVIERNO DE MORELLA,
AL CALOR DE LA LUMBRE:, LA PLUMA GA·
LANA D& D, FRANCISCO DE A . SEGRE· '
LLES -&íGUEZ, ESCRIBIÓ UNAS IMPRESIO·
NES Y CO~IPUSO UNOS MADIUGALHS. ELO·
GIÓ LAS BELLEZAS DEL MAESTRAZGO, Y
CANTÓ LA HERMOSURA DE SUS MUJERES.
LA CIUDAD
En la cima.de un monte qne envuelven las ·nubes, en
la cui:nbre de un cerro que es rey como el sol, se eleva
la ciudad hidalga entre las hidalgas perdida en los con·
fin es de una región cél t: bre y. dichosa, destacándose con
un nimbo de gloria dt: esas otras que como damas gen-
tiles pueblan esa gran familia todo corazón que se lla-
ma España.
En el recinto amurallado de More11a, de esa ciudad
sin par .que es como la capital de un reino de hechi-
cería, todo lo bueno cabe y ti~ne albergue: la nobleza, la
sinceridad, la belleza, la honradez, todos esos sobre·
nombres que condensados en tres magníficos, esparcen
por todo el mundo el acento y el poderío de la raza:
Fzdelis, Fortis e} Prudeus. ·
Los dioses de la guerra triunfan con sus huestes¡ los
6 P~óLOGÓ
LA NIEVE
La nieve, al caer en silencio, ha escrito un trágico
poema. Impasible, monótona, flotando vagamente por 1 1
espacio, ha descendido sol::i,re los campos tendiéndo su
capa de armiño deslumbrador.
Bajo su pureza inmaculada, la nieve oculta la trai-
ción y la crueldad. Ha ido bordando calladamente un
doloroso compendio de miseria, de hambre, y de deso·
!ación.
Un hombre, fué encontrado muerto en un camino solí·
tario; una mujer, amanecio helada en una calleja; una
niña, foé recogida en el quicio de un portal con los
ojos muy abiertos, co mo si mirara al infinito ...
La nieve es .como el inmenso sudario de un fantasma
horrible que cubre el sueño de los desamparados. He-
mos abierto una ventana, y a través del cristal empa-
:flado, la vimos flotar, descender en copos blancos que
se amontonan en la calle, en 1.os tejados, en los hierros
de los balcones ...
La noche, luego, es negra y sombría; y en su negrura
inquietante, la nieve difunde un vago resplandor. Qui-
zás a estas horas los lobos han bajado de la montafla
- para rondar, hambrientos. en torno de los caseríos. Tal
vez algún caminante perdido corra por una senda igno·
bttL MARSTRA.ZGO
LA LUMBRE
Echad más leña al fuego. Es una ·bendición del Señor
este ca lor tan grato, tan intenso y tan famíliar. Cerrad
bien aquella puerta; atrancad aquella otra para que no
entre el viento. Nadie se ponga triste, que, tras este
tiempo, otro vendrá ..
1
Y las llamas, lívídas y rojas, se retuercen como que-
riendo huir por la ne\rura d<: la chimenea de campana
/ de la amplia cocina de antig·ua forma castellana.
t No se descanse; venga otro leño, que este ya se _-con ·
j sumió y se desmorona en cenizas.
Así, así se está bién; ahora, comenzaré mi narración,
mi narra ció n de invierno, al amor de esta lumbre.
Elevad vuestros espíritus; escuchad: •
- Pues señor era ....
EL POETA
Ciudad hidalga: en tus días blancos, en tus días ne-
vados, pasó por tu recinto un trovador que al igual de
aqudlos legendarios bardos de la edad media, llegó a
sentir los latidos ele tu alma. ·
Alrededor del fuego, en horas de ilusoria fantasía, y
hasta que preludiaron los aias· alegres de la primave-
ra, cantó tus bellezas y· la de tus mujeres que co;r,placi-
das le escucharon.
Fuera inútil presentarte al trovador que de sobra co·
noct s y con justo cariño acogiste; J111as pláceme ofre-
.::erte juntas y hermanadas las canciones que te ofren·
dó entonces y que decían así, como verás cuando ley e·
res ...
José Rico de Estase11
Ayora (Valencia), Enero de 1922
Ilmo. Sr.
D. Luís Monfiel Béllélnzaf
DEL MAESTRAZGO
IMPRESIONES Y MADRIGALES
POR
FRANCISCO DE A. SEGRELLES ÑÍGUEZ
DE L.t\ ORDEN CIVIL DE ALFONSO XII
•
•
COMO VlOLET AS
;
•
)
Salv anrlo los muros del Asilo, gall arde an los cip reces ...
Fots. ~ucual
y el Bergantes, crecido, hinchado,.
. •
SONATA INVERNAL
A 111 11,\Dltll
Llueve ...
Por las calles de la ciudad, corre el ·agua abriendo pe-
queñas torrenteras en las empinadas cuestas que unen
las vías morellanas, ~aralelamente semicirculares. Los
cantos de los empedrados brillan limpios, blancos, co-
mo las palomillas de los postes ¡léctricos que lucen en
lo alto de sus sostenedores, pulidas por las caricias de
las nubes; lloronas. El pueblo parece solitario. De prisa,
por la plaza, cruza un hombre enfundado en su angü:;t- ·
rina, el clásico capote del labi·ador morellano. Unos pá·
jaros, vuelan alúmados, con piar quejumbroso. Con.
voces joviales, cruzan también la calle unas muchas
bonitas que, evitando pulcramente el lodo, muestran
con recato unos albos encajes ... Silba de una fábrica
la señal del descanso que diariamente recuerd~ la sen-
tencia dd trabajo: ganarás el pan ...
Llueve ...
.
El agua, azotando fachadas y muros, deja al descu·
bierto con toda su belleza el artístico frontis de la Ar-
ciprestal, los nobles escudos de las antiguas casas s·e·
ñoriales de la calle de la Virgen. Tras de unos crista les,
una mujer primorosa y linda, parece suspender su labor
aelicada para observar el chapoteo del agua en et bal·
20 SEGRELLES ~ÍGUE~
* **
El cronista, en h oras de recogimiento, ha escuchado
en ~Jorella una deliciosa sonata del invierno del ~laes-
tr,zgo ... Y con todo cariño, una vezmás, ha recordado
a su madre con devoción y con ternura: ..
Fot. hscual
Por alg o reg ias concesiones grabaron en
los bl asones de la cap ital del Maestrazgo ...
EL MAESTRAZGO
** *
Se ha escrito repetidas veces, decía el culto presbíte··
ro Don José Segura y Barrecla, en su obra l,lore/la y
sus Aldeas (1), que Morella es la capital del Maestraz·
g;o. Jamás ha pertenec:do a orden militar algµna. Si
ahora es capital de la nueva rrovincia militar del Maes-
(1) ,Vo,·ella y si,s Aldeas, Morella, F. Javier Soto, 1868, Tomo·IIT. págl·
nas 39 y 31. Es obra verdaderamente monumental, este valioso libro del se•
i"i.or Se~ura Barreda., y a él nos refe riremos con frecuencia, pues dado el ca-
ni.ctcr literario de nue!'otras impresiones, no pretendemosh.icer investigación
históri cas1no int e rcalar nlgun&s not as que vulgarizando la histof'ia local
prest en amenidad a nu estro mod es to tra ba jo. Por eso preferin1os refe rir,nos,
aunque sea co n reittrada frecuen c ia, a t.an conocida obra, ya consag rada por
la opinión morellana..
24 SEGRELLRS ~fGUEZ
. . \
trazgo es solo ele nombr,e, tomado de una extensión de
terreno, lindante con su antígua gobernación o su nue-
vo partido judicial. La antigua mesa maestral, cuya
capital era Cervera, de cuyo punto pasó el Teniente a
San ~lateo, comprendía los pu~blos siguientes: Cervera,
San Mateo, Trllyguera, San Jorge, Chert, Ctinet, La Ja-
na, y Carrascal, Rosell, y Calix. En 1249, el castillo de
Ares con Peñíscola, Las Cuevas y Culla, pasó a los
Templarios . .
También luego pasaron al MaestrazgoAlbocácer, Can-
ta vieja, Castel.lote, Peñarroya. Así mismo Vinaroz, Al-
calá, Benicarló, Pulpis, Benásal, Adianetii, Torre de
Besora, Villar de Canes, Molinell y pueblos del t~rmino
de Cuevas, Salsadella, Tirig, Serratella, Vistabella, y
Onda.
Según el erudito Barón de Alcalí (1), extinguida Ja
Orden del Temple por bula de Clemente V, a virtud de
O . R,., 4 septiembre 1319, se entregó alguno de los cita-
dos pueblos a la Orden de Montesa, que sucedió a la del
Temple.
Una popularísima Enciclopedia (2), dice el Maestraz-
go hallarse en los confines de las provincias de Tt:rud
y Castellón, de la que comprendía parte. (P. j . de Al·
bocácer, San Mateo, Vinaroz y parte de los de More11a,
Lucena y Cas tellón.) Con r egiones montañosas , áridas
y frías, y algunas llanuras templadas y fértiles. Las
primeras con los mont"S de Cervera, Culla, Ares, Be-
nafigos y Peñagolosa; y las segundas los llanos de Be-
nicarló, Vinaroz y Alcalá Chivert. .. Correspoudía en
su totalidad a la orden l\1lilitar de Montesa, de cuyo
Maestre tomó nombre.
Tomáralo de este o del de los Templarios, y pertene ·
ciera o no M.orella a dic has órdenes militares, es lo cier-
to, que con .espontánea unanimidad, se designa a Mo ·
(l) Alc11/d de Chivert . Val e nci a 1905. Establecimi e nto tipográ fico D omé·
necli . ·
(2) La E11ciclopedia Universal. de H. de J. !ft,p asa, de Ba rcel ona .
•
DEL MAESTRAZGO 25
rella por capital del Maestrazgo. Y efectivamente;
cuando la España militar se dividió en Capit;rtías g<'ne·
r.ales y estas en Gobernaciones, Morella fué capital de
la que formaron los partidos dt> Morella, Albocácer,
Lucena, Segorbe y Viver (1). Y cuando, después, se.
' creó la provincia militar .dél Maestrazgo, se designó a
l\lorella su ca~ital, tomando parte de los reinos de Ara·
gón, Valenda y Cataluña.
Nada de extraño pues, que por estas ra20nes se la si·
ga llamnndo así, cuando, a mnyor abL1ndamiento, cuen·
ta, adem{ts de su posición extratégica, su abolengo his-
tórico y su importancia pasada y presPntf•, con las hon·
rusas not<ts características de los pueblos de esta co-
marca designada el 1'1aestrnzgo.
De sentimientos religiosos y arraig-<tdo.;;, altos pensa·
mientos, •y conducta ciudadana ejempl<tr, los habitantes
del .\faestrnzgo, son, f'n su hombría de bit>n. enteros co·
molos aragoneses, a ctivos como los rntalanes, traba ·
jadores como lQs valencianos: un armónico conjunto de
las notas características . de sus compatriotas de estas
tres regiones.
Imposible quizás sería recortar a tijera en un mapa las
líneas exactas del Maestrazgo, como es imposible preci·
sar donde acaba una tonalidau en gama de colores, donde
termina la vibraci ón ele un sonido, o hasta donde alc:rnza
la extensión de un sentimiento; pero cit-rtamente que es
comarca la del Maestrazgo co n cara,teres propios y
bien definidos. que hemos observado, lo mismo al subir
a San Juan de Peñagolosa , y crnzar las altas Jlanu ·
ras de Adzaneta Y Vistabella, que al .bajar hacia el er·
.mitorio de la Virgen de Vallivana; al recorrer las am-
plias salas de sus hospederías. los silenciosos departa·
mentos de sus edifica·ciones, el eco de nuestrós pasos,
nos ha traído a memoria con sus devotas y numerosas
:::.
,,
Fot. r&,cual
... polacio de reyes, alcazar de prín c ip es, morada de infantas
soñadoras ...
/
\
MORELLA ...
Fol . Pascual
Y junto a las torres seculares, las chimeneas de las modernas fabricas ...
'-
' /
•
LA TORRE CELOQUlA
A MI BHR~IANA JOSRFIN A
(\) Hi sto rra don José Se¡¡ttra y Barreda, en Morella y s1<s Ald eas, Qtte en
el siglo XV estaba el Castillo rod eado de to, r eones, y algunas torres deba-
se ctrndrilátent en sus punt os salientes, muchas de las que ~e conservaron
ha s ta 17u9 en que (uero 11 destruidas por un ravo que inflamó ei polvorl11. Su
origen anliqu(simo lo demuestran las medallas celtiheras y roman..1s descu•
biel'la'i e ntre 1'1 argama~a de lo s paredo nes de i;US muro~ y torres. Los fuer• ·
tes se demolieron én el 1 ei nado de Witiza, en qne de las umas se fo1jaron
inslrnmentos de labranza. Tomo 1, páginas 98 y 109,
SEGRELLES -~ÍGUR~
(1) "La Celoquia ern la torre prin ci pal del Ca!tell, que 'l Rei se t' esservd.
com a senyal de ilei'loriu. • Se,dia, (poema valenciá del prin~ipi de la Recon•
quista, per ~lossen Jo,,quin Garcla Girona. Valencia 19~1¡, Imprenta valen•
cianista. Notes al preludi, La 17,
(2) "La .Conquista de .\lorella". Drama histórico de D. Vicente Mintlle9 1
con prOlo¡o de D, José Botella y Cart<onell, Morella. 1881. Imprenta de C,
~arin, ·
• I
bEL MAES'r!tAZG~ 33
que dió a l\lorella el 14 de las Kalendns de marzo cie 1'.:'49,
a partir de la que esta ciudad goza su título de , F/el al
.
que luego añadió Carlos V los .
de Prudente y Fu erte ...
En la Celoquia, serian presos don Alfonso y don Fer-
nando, ·ios Infantes ele la Cerda, cuando los tenia en re·
henes don Alfonso III en la fortaleza morellana ...
En la Cel.oquia, harí a su alto don Fernando de Ante·
quera, cuando vino á Morella a conferen ciar con don
Pedro de Luna, que se designó Beliedicto XIII...
En la Celoquia ...
•
'
.~
Fot. Pascual
En la casa solariega de los labr?dores. Amasando el "pan-ali"
•
'LA LLAURADA
Fit: . Ptscuai
Un dla de Pascua en '·la Pedrera"
•
.
HERBESET
A D, TOl!ÁS SRG.<l• !.I.BS ÑfGUP.Z
'
De las tres 1ildeas, a más de las vari11s entidades I de
. población. conque Morellll cuenta en las 40 000 hectü-
reas de su término muníci¡rnl, es sin duda Herbeset uno
de sus lug·11res más interesantes. Con sus doscientos
habitan~es y su Parroquia independiente, cuya funda-
ción es tan antig-ua que se desconoce, se halla a unas
dos leguas de la Ciudad, por su lado N. E., quizás en el
punto más elevado de la jurisdicción municipal.
• Salie~do de Morella por la carretera de Aragón (de
Castelló11 a Zaragoza), en el raudo camina·r del automó-
yil, vernos quedar _a trás la Pedrera, el na~imiento de
las aguas conque se abnstece la ciudad, Alchup, To-
rre-Miró, el depósito de carQ!?nes de las minas de Castell
dt: Cabres ...
Hemos llegado a un punto tan elevado que, desde él,
vemos quedarse abajo el Castillo de l\forella.
Caen unas gotas menudas y blancas de un cielo apa-
gado y obscuro; parece que va a neví,lr. Y sin embargo,
cuando doblamos por el camino rural que conduce a la
aldea. toda vía a u na hcra de distancia, 1uce el sol, a un- '
que me(lroso y tibio, y podemos contemplar el delicioso
rincón de una frondosa barrancada. Pasamos por Serra-
40 S~GRELLES ~ÍGUEZ
•
.
42 SEGRELLES ~fGUEZ
4.
,
rot. Paso"!
Morella. Plaza de la Arciprestal en un día de nieve
FUEGO DE INVIERNO
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UN ALTO EN ORTELLS
.
A 1>, JOSE 'lll,ª SRGRRLLl<S Ñ1c.llBZ
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Cuando el ligero Ford sale por la puerta de Sán Ma-
teo hace buena hora: /d boll' horri, como se dice en Mo-
rella reflejando en una frase la variabilidad del clima.
Nos atrevemos a decir que büena mañana.
Dt>scendiendo, corremos por la carretera de Zorita.
Pasamos el caserío de· Beltrán, y la fábrica de Giner,
cuyos cimientos besan las aguas del Bergantes al des·
lizarse por aquellos hermosos bosque~ de chopos y pi·
nos; el sol brilla en el estanque. Es bello el pai_saje de
esta rinconada.
Seguimos corriendo,Salta de la carretera ün engaña-
pastor.
En un campo, a la derecha, tina yu_nta rÍrnlar, ara. No
capta el labrador. · ··
Sube el ter:mómetro. Hemos dejado, Morf>lla allá arri·
ba: la hemos visto fantástica como flotando entre nubes·.
Ahora, contemplamos otro paisaje hermoso. Las
montañas:-cultivadas hasta sus cumbres, st:mejan se11a-
ras lucenses.
La Jfola Garumba, va corriéndose a la izquierda y
deja al descubierto, poquito a poco, el caserío de un
pueblo: Foi:call.
Serpentea el río entre verdes tableros ribereños. Los
almendros apuntan los capullos de sus flores blancas.
Y en la lejanía, por Canta vieja, brilla la nieve de sus
altas sierras. Parécenos estar a orillas de1 Vinaloµó
contemplando, de su huerta, un paisaje alicantino.
. Torre Dionisio, con sus yacimientos de carbón. ,
La carretera, en este punto, solo deja un- blanco de la
anchura del vehículo; por sus lados, crecen hierbecillas
indicando su poco tránsito.
El Molí de la Cova ...
Un masovero cruza por el atajo, como huyendo de la
tardanza que pueden significarle las curvas del camino.
Tenemos de frente a Onells: para acercarnos a su
bEÍ., MAttS1'ltAZGó
,/
M ~~GRELLES :RiGUEZ
•*•
Porque Ortells está de fiesta. Por sus calles, discurre
la gente con trajes domingueros. En los balcones
asoman mujeres bonitas. Frente al Castillo, morada se·
ñorial de los antiguos Condes de Cr.eixells, el dulzaine-
ro rasga el aire con notas de sentimiento moro.
Es curiosa esta fachada del Ayunt.amiento, con los es·
cudos de España y de Orcdls, la escalinata de piedra,
los arcos de la lonja ...
Nueva, flamante, la bandera nacional ondea en los
balc9nes de las escuelas ...
La Misa solemne, el sermón. por predicador elocuen·
te, la Oferta, la procesión numerosa, las _muestras de
· entusiasmo por los Patronos del pueblo ... ·
Oímos musica: Carmen, Payasos, Maruxa ... En l11s.
casas paniculares, se reune la gente antes del baile pú-
blico. Y en el domicilio del maestro nacional don Juan
M. Borrás, y en el del hacendado Manuel Eixarch, pa· .
samos unas horas amables ...
Después, aparecen las mayoralas, con sus trajes vis·
tosos y su valioso pañolón de crespón o de Manila, po¡.
bajo de cuyos flecos suaves luce la larga falda de seda
de color; van con, sus parejas, mozo~ vestidos al estilo
· del país, a comenzar el baile en la p}aza, que, ya inic:a·
do, dejan animadísimo al retirarse.
He·m os conocido 4na mujer de belleza proverbial en
la comarca; como el• "Encantiño del Preguntoiro" de
<¡ue nos hablaba ia pluma amena, intimsamente des-
ériptiva, de P.érez Lugín, es buena, y es efecti\tamente
hermosa: nuestro espíritu ha cruzado .un instante pór la
zona adorable de su acariciante mirada.
Ya es de noche cuando, ginetes en sus mejóres ejem·
• plares de ganado mular y caballar, por la empedrada
calle suben cuantos han de tomar parte en la machada.
Cierran la comitiva tres flgu'ras tan severas cdmo inte·
resantes: el Alcalde, él portador de un e~ta'n darte azúl,
y un edncejal, que, empuñando a guisa de lanza una
alta vara, lleva pendiente de su extremo superior u·n
gallo blanco. Los tres ginetes visten la capa de bl.lén
pajío y larga esclavina de las grandes solemnidades.
Un bando de tres .llamadas de trompeta, bando dé al·
calde, prohibe tocar la cuerda en la carrera y mot tar
dos ginetes juntos. «Ning'u no será osado ... » dicé el pre-
gón.
Y cuando ya ha terminado el reparto del pa11 -oli,
el gallo blanco, espera frente al Ayuntamiento, suspen·
dido de una gran cuerda que cruza la plaza por encima
de la hoguera que arde tres días inmediata a !abarra-
ca Je pino levantada como un gran ciprés.
El btwdechador, ha probado, templando el peso, si el
gallo está a plomo, A los primeros latigazo1s que da la
comba de: la cuerda, la gallináce::a, hinca el pico ...
y mientras, agitado por los· bandechadores, el gallo
blanco, ya inerte, marca en el aire semicírculo·s y elip·
ses de: muro a muro de la plaza, pretendiendo alcanzar·
lo, a 1llano ltmpi!l, pasan los corredores junto a la · Ion·
ja, encabritándose algún caballo sin más 'consecuen·
cias que d natural remolino del gentío.
D espués, la sanla11/011ada. Un personaje ... incom-
prensible, al que llevan atado los diablos con tn1je car- ·
navaksco y rodean las Vtejas, hombres-brujas tam-
bién de carnaval, es azotado en su espalda gibosa, y
pasa grandes apuros hasta llegar a la barraca, que, ar·
de por sus cuatro costados en hoguera inmensa cuyas
llamas se elevan imponentes, luminosas, crepitantt'IJ¡
\
SEGRELLES MGUEZ
•
como queritmdo en su ascensión, purifis:ar aquella es·
cena ...
¿Sofiamos? ... Alguien, cerca, habla de las tentaciones
de San Antonio, y vuela núestro pensamiento al1 Museo
del Prado. . ,
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FLORES BLANCAS
A RI.YIRITJ. RIHRA BHRGRS
•
NOTA JURIDICA
.
suya.
Apareció el Código . permitiendo en el otorga~iento
de capitulaciones matrimoniales la mejora en un tercio,
y como esto era poco, apareció la cláusula de las .,o /da-
das, en cuyo concepto los padre_s ofrecen al contrayen-
te otro tercio, que, unidos a la parte legitim.-1ria, ve-
nían a reunir casi toda la herencia . Ahora bien; dado
el co nce pto de g.-1nanciales de la~ soldadas, como suel-
do o trabajo remunerado de los cónyuges, para evi-
tar la disg-regRción consiguiente, se estRblece en l<1s ca-
pitula ciones el pacto, según el que •si del testamento
de los mejorantes resultase que estos leg·aren al mejo- ·
rnclo el ter cio de libre disposición, quedará nulo el ofre-
cimiento del tercio como soldadas hecho a favor del
contrayente> en otra cláusula.
Y así llegan al mejorado los dos tercios; y como el
resto de las legítimas suele en la inmensa m11yoría de
los casos abonarse en metálico a los coherederos, sin
extrañeza ni protesta, sino también por co.stumbre, se·
halla fórmula de sucesión íntegra de la Masía del pa-
.
dre al hijo mejorado . Y así, continúa siendo la casa el
hogar troncal, puesto que la mejora y las soldadas se
ofrecen co n la condición de que «el contrayente. futura
esposa e hijos que procreasen, han ele vivir y h:ibitar
en la casa y _compañía de lqs mejorantes, trabajando
todos en provecho de éstos, los que vendrán obligados
a proporcionarles los alimentos civiles ... >
No impera, pues, con toda su ·purez11, el régimen le·
gal de gananciales.
No es, aoesar de sus similitudes, la comu11idad do-
méstica del alto Aragon.
No es t.-1mpoco un hereda11zz'ento catalán.
Y es sin embargo, una costumbre local, uno de esos
elementos históri cos que, al decir de Costa, vagan dis-
persos por valles y montañas, y no deben menospre-
ciarse, porque tienen el positivo valor que les concede
el ser parte integrante del Derecho nacional.
60 SEGRELLES :.!tlGUEZ
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DEL MAESTRAZGO 65
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MORELLA MARIANA
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A D, RU!6N BRUKb
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Seguramente que la nación es pañola es esencialmen-
te mariana.
Patrona ·de España es la Inmaculada Concepción. Y
cada trozo de patria que con ·~aracteres propios adquie·
re fisonomía de región determinada, adopta así mismo
por Patrona a l\1aría, con propia advocación.
Ni Aragón sería Aragón sin la Virgen del Pilar, ni
Cataluñ.a, sin Nuestra Señora de Montserrat, sería Ca-
talufia; ni se concibe un valenciano sin aevoción a la
Virgen de los Desamparados, ni un madrilefio castizo
que no adore a la Virgen de la Paloma. Cada ciudad,
cada pueblo, cada aldea, cada lugar del solar patrio,
tiene su patronato mariano.
Morella, con su abolengo hispano, su historial glorio-
so, su religiosidad probada, no sería Morell~ sin la Vir-
gen de Vallivana. Porque así como sin el nombre de
María no podría escribirse la historia de España, sin el
de la Virgen de Vallivana no podría hablarse de gestas
morellanas. Díganlo sino las fiestas SPxenales que con
entusiasmo se preparan y por l1:,1s que, co_n plausible fir---
meza relig·iosa, los morellanos de hoy cumplen en la
ciudad histórica la oferta que juraron cumplir los no-
bilísimos morellanos de antaño.
68 SaGRRLLES ~fGUEZ
.
RRFUGIUM Pl!C'CATORU~t .
CON S OLATRJX AFL ICTOHU)f,
A UXILIUY CHRISTIA NORUM ,
ORA P ~ O NOBIS.
\
SEGRELLÉS ~fGúHi
PATRIOTISMO . Y GRATITUD
A D, GRKGOIÚO BURGUÉS Y
D, ANG1'L GARCfA
'
DEL MARSTRAZGO 77
al reino, y aun hijo de extranjeros que no abandonen
Aragón (1).
Es ci-1talán. no solo el nacido en el Principado, sino
el que se domicilie en él siendo hijo o nieto de catalán,
o aun sin serlo, lleve diez años de 1:esidencia en Cata·
Juña (2).
¿Porqué? .. Porque con ser el nacimiento la más exac·
ta expresión de la filiación patriótica, no es la exclusi·
va. Porque el patriotismo local, va envuelto en un va·
liosisimo estuche ele sentimientos nacidos al recuerdo
ele la propia existencia, qt:e ya fornrndn, trae a memo·
ria las calles dé los correteos infantiles, las plazas que
presencic1ron los juegos de la niñez. la Iglesia en que se
aprendió a orar, la escuela en que se supo leer, la reja
en que se habló al primer amor, los l11g·c1res en que se
c1_carici,;,1ron las ilusiones primeras o se lloraron los pri·
meros desengaños, aquellos en que se disfrutaron inol·
vidables días de ventura, aquellos otros en que se su·
frieron los dolores de la adversidad, el ambiente fami·
liar que moldeó las almas, d día de luto, la fiesta so·
lemne, la fecha felíz, los hijos, los padres, la amada, los
fraternales St>ntires, las amistades sii1c~ras. los afectos
perdurables, ... todo ese conjunto de impresiont>s y ex·
periencias que entró por los sentijos al santuario de la
conciencia forma'ncto los sedime nto<; del propio ser que
la mem 0ria va catalogando para luego, en la lejanía,
presentar un inagotable caudal de con uelos a Jet nos·
talgia. ·
Allí donde estuvimos y vivimos, dejamos pedazos del
alrna; y alli donde dejamos nuestros cariños, allí tene·
mos pu esto el corazón . Sin ul vida r jamús al pueblo na-
tivo, a·l que querem s siempre con el mayor de' los afee·
tos, preciso es querer también a aquellos otros pueblos
por donde pasamos y en los que, en los altos de nu~stro
camino, ttanscurrieron días inolvidables de la existen-
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E
SINFONÍA
. DE PRIMA
.
VERA
Si
• Vamos dejando las fértiles huert¡is de la llanu"ra.
Cruzamos por·San Jorge, Traiguera y ·la Jana.
Los extensos olivares de La Sentfina, se agitan con
rumores vespertinos, y unas gotas graneles, como lá-
grimas del cielo, tintinean en el parabrisas del automó-
vil. ·
Después de An Roig y Antolí, pasamos por · la Venta
del Aire., donde a los poquísimos árboles que van 'que-
dando, arranca el viento caticiones montañesas.
· En Vallivána, el dulce sónar de una campana, percí-
bese entre los misteriosos murrpullos de los frondosos
"pinares y bosques de encinas. Aún_se oyen las despedí·
das de unos pájaros que buscan refugio.
y seguimos ascendiendo.
Por el Hostal Nou, joviales risas femeninas, apagan
los murmullos cantarinos del Bcr~ntes.
Aún crepita-en la amplia coi.ina del Hostal un tronco
seco que poco á poco se consume ..
Al llegar a la capital del Maestrazgo, la ascensión
final, nos rinde.
Fatigados, nos recogemos en nuestro laboratorio,
donde, como el selecto psicólogo y estilista Pedro t\la·
ta,
machaco prosa por .ga11ar la vida
y:esc1tlpo versos para darme gusto. ·
Meditamos? ...
~Adormecidos en la placida somnolencia de unos re·
cuerdos, sentimos la exquisita• complacencia de un<1s
memorias felices, difuminadas en la excelsitud de gra-
tas sensaciones, y elevada el alma, -en alas ele la fanta-
sía, escuchamos. Y en.tre galanuras d.e _Zorí-i\la, versos
de Campoamor, y .trovas de Pedro ~lata, oímos todavía
la sirena ele! vap~r y los rumorosos besos de las olas
rizadas del mar levantino; el silbar de la locomotora
y l<:>S acentos de los naranjos al estremecer~e por la
brisa que les agit~ despojándoles de azahar; el acom-
pasado trepidar del tren y el chillón bodnar ct1;:l auto¡
•
balar de corderillos primorosos y ecos de campanadas
devotac;¡ suspiros del céfiro y voces de fronda; tintineo
de lluvia y quejumbroso susurrar de olivares; piar de
pajaros y voces de mlljer; crepitar de leños, crujir de
ramas, murmullos rientes de arroyos cantadnos ...
No son ruidos extraños . Filtrados en la memoria, es·
piritualizados por la ternura, se entrelazan y confunden
y complementan en conjunto armónico que semeja una
grandiosa sinfonía : ..
l,..a Naturaleza, en pleno Maestrazgo, entona sus can·
tos primeros.
Preludia la Pri.ma vera ...
•
'
c:ó\16 A PENoíct
/
LAS COLONIAS
•
- - - - ... ·~
Hará aproximadamente un siglo, que, gracias a la fé
de los morellanos entonces residentes en la bella ciu-
dad del 1 u ria, y muy especialmente al fervor del emi-
ne,nte P. R. D. Ramón Querol, General que fué de la
benemérita Orden de Escolapios (1), empezó a venerar·
se la Imagen de Nuestra Señora de Valli vana en la pa·
rroquial de San Nicolás de dü;ha ciudad.
Comenzó por instalarse la venerada lmag·en en una
urna de cristal colocada en uno de los altai-es de la alu· .
dida Parroquia; pero la devoción de los morell..tnos fué
creciendo en entusiasmos, y a partir del año 1914, el
culCo en Valencia a la Virgen dé Vallivana alcanzó un
periodo culminante. .
En aquel entonces tuvo su origen la Hermandad de
la Virgen de Vallivana, qu_e se constimyó por' todas las
familias en número de setenta; Y· poco después, pudo
erigirse un altar propio en d qu1:: 1os primeros dom_in·
gos de cada mes se celebra una misa de Comunión, y el
primer domingo de Mayo, una suntuosa función religio·
si¡¡,, precediJa de solemne triduo.
La Hermandad, hállase u~1ificada por un espíritu de
asociación .Y. caridad digno del mayor encomio. En los
primeros años, se con.;;titúyó una Junta mixta, sustitui-
da después por una Juuta de señoras dirigida pqr un;
sacerdote. -
Huelga hablar de su meritoria labor, c'uando en la
prensa morellana, y especialmente e11 la "Revista Va-
lli vana", se están vienJ0·_1:011tinuatnente el celo y 'acti·
vidad conque trabajan sus compQnentes (2).
.·
SEGRELLES ~fGUhZ
,
MADRIGALES
.,
,
DEL MAESTRAZGO . 91
MUJERES Y FLORES
(Fr:agmentos CIJ) •
l!N l(l!llOllIA. DI! LEO CA DITA FtRl!Z L ASSALIITTA
Las mujere:-; ... Las flores ... Amigas íntimas que her·
manó la Naturaleza .. ,. Por ellas .la primavera es bella y
encantadores los verjeles . Por ellas compone trovas el
poeta y el músico inspiradas canciones;, y surgen crea-
ciones inmortales de buriles y pinceles. Por ellas, se mi·
tigan las tristezas, se convierte en un cielo la familia,
se saborean los más puros deleites de la existencia. Por
ellas es alegre la vida, ..
.
bll!t MAEsftuteó·
,
•
•
• #
RECUERDOS
...
...
•
. . "
'
...
. ,
.
OF.L MARS'tRAZGO 97
' .
ANTEFIRMA
\
· 93 SEGREl.LES ÑtGUEZ
-. ::....:::
FINEZAS
A ltU(RDIO RAllÓJf
***
A l .RONOR KOl.lN A.
**"'
A LJtO:,.i'.OR BELTRÁN PI~A
POSTALES
u
TRÉBOL
l!N l!L ÁLBUll DS IHRU. ll.lÍIT{NKZ l>RVSS.l
* **
FIGURAS FEMENINAS
A, RLISA ANTOLI
•
Admirnnc.to estas pos.tales en rt> lieves y colores,
contemplando la actitud de una belleza. pensativa,
con encantos y atractivos sin~ulares, seductores,
esta hermosa soñadora y amorosa, me cautiva.
Son dibujos primorosos, atrayentes, ideales,
que grabados en artísiicas fig-uras aparecen;
siluetas elegantes que presentan las póstnles. '
que en ensueños cual mujeres an1adoras reaparecen.
Yo contemplo ensimismado de sus líneas la pureza
f adivino en esas caras y esos talles invngibles,
expresiones esbozadas de escultórica belleza,
corazones que pal pitan con latidos in vi~ibles~ ..
•
100 SRGRELLES iil'fr:URZ
/ SERENATA
(IIÚSICA D8L H.ll!STKO JORDÁ)
DEL VERANEO
,, )
SEMBLANZA
A CONCHITA •••
...., ....
.
iM
DESDE LEJOS
•
iM .
SECRETO A VOCES
En macetas de colores,
con los perfumes de abril,
forman las plantas y fl0res
de tu balcón un pensil;
y aunque t'n el pueblo hay cien rejas '
como tu balcón frondo sas, .
a ellas J10 van las abejas
ni acuden las mH ri posas;,
que tras sus riLos olores,
· en perpétua lib<1ción, .
tan solo 'buscan tus flores,
las tiores de tu balcón.
No me llames indi5creto
si canto pues a tus fl ,J res, ;
que no LleJ;cubro un s, creto
al hablar de tus amores.
i"i ya secretos no caben!
¡Si hasta lo cuentan lo,; viejos!
¡--ii hHsta los niños lo saben! ..
Que e~tá tu arpante muy h·jos,
que allí le dijiste adiós,
y lJUe alti 1iiña hechict:r.a
jurasteis amor los <los
•
OF.L MAF.STRAZ<::O 1Q9
LA HE VISTO!
A CO~<;JJl~A Y RAQUKL SOTO
Mi nii'ia querida,
• mi niña la bella,
mi niña de entonces,
sigue siendo buena;
me sigue queriendo
lo mismo 'que sabe la quiero yo a ella,
En vano mi niña,
que es niña discreta,
se omita y no sa le
porque no la vean .
La ví yo, y s us ojos,
me sig-uen min1nJo con dulce terneza.
~Ji niña queriJa,
mi niña la bella,
mi niña de entonces,
sigue siendo buena:
me sigue queriendo
lo mismo que sabe la quiero yo a ella .
• .
DEL MAESTRAZGO 111
ENTRE NARANJOS
•
112 SEGREI.LES f!fGUEZ
'
•
MEMORIAS
A BORTKNSIA ...
*** A MATILD&,u
•
DEL MAESTRAZGO 113
'
,.
IMPROVISACIÓN_
GALA NÍAS
A CARKl!N QURROL
. NOSTALGIA
14
A LAS DA MITAS OR t.A CilUZ ROJA" lSA•
BrtLlTA ROY0 1 TllRRSJTA CARCRLLRR Y
l!STRR GUARCll, RN POSTAL·RETllATO i;>K
UNOS CA RN AV ALl!S
ENVÍO
Admirable institución
de respeto universal
que pQr remediar el mal
ganó todo corazón.
La Cruz Roja llegó a ser
dentro de la humanidad
buena con doble bondad
al contar con la mujer.
Si en el campo de batalla
al cruzar encuentra un muerto,
con respeto el cuerpo yerto
recoje entre la metralla;
y si el corazón aún late
por ser combatiente herido,
consuela al ser dolorido
Fot. hrnial.-l!orella. l'iep. Onlt.-lhnren
.•. Coronais la frente pura
con las tocas y la cruz
'
f>EL MAESTRAZGO 117
que separa del combate.
La epidemia en vano hiere
y en V!lno el contagio mata ...
La Cruz Roja se dilat_a
y atiende ·a quien la requiere.
Lo mismo en tiempo de guerra
que en plena normalidad,
la Cruz Roja, Caridad
va sembrando pot' la tierra.
Dolencia espiritual
de un corazón fatigado
• curó el trato delicado
de vuestra alma virginal;
y hoy os rinde pleitesía
con•cariño, con ternura,
un vate en el que perdura
toda vuestra simpatíij 1
•
118 SECRELLES &íGUEZ
PARA ELLA
¿Que te demuestre mi recuerdo quieres,
pues pasa el tiempo sin saber de mí? ...
Ya ves como entre flores y mujeres,
es mi último recuerdo para ti.
.1
-. •
•
Bl!LLRZAS LOCALES
.
rot. Fasoual
Bellezas del Maestrazgo
bÉt. MAES'tRAZGó 12r
TERESITA CARCELLER
ISABELIT A ROYO
nacarado su semblante,
tinto de suave arrebol; •
sus ojos , rayos de sol;
su boca,'"'flor incitante.
Su adorable juventud
· de morellana ejemplar,
va cultivando a la par
su belleza y su virtud.
Foi, F'&acual
Va cultivando a la par
su belleza y su virtud
. PEL MAESfRAtGO
,.
!·
JOSE~INA LL1STERRI
~ . . ..
124 ' SEGR~LL~S :McüEZ
EMÉRlTA GUnlERA
MARÍA SANCHO
.
/
Fol . Fascu al
Entre aromas serranos, fragan tes,' Feliz promesa que vió el trovero
destaca esta flor entre dos trenzas Isabelinas
\
DEL .M.-\ESTRAZGO 127
TONICA P ALMER
de perfumado pensil,
modestamente, esta niñ.a,
con su encanto juvenil,
i,i presume, ni se aliña.
Su belleza natural
hoy ensalza esta canción,
ya que es la niña ideal
de amoroso corazón.
Es gentilísima ondina,
con el talle cimbreante,
y el porte airoso, elegante,
de la feliz golondrina.
,· Su mirada diamantina,
amorosa y fuJg·urante,
ilumina su semblante,
de blancura nacarina.
ANGELITA MILIÁN
Brota la delicadeza
de su corazón cristiano.,
y encanta con 'el galano
porte de su gentileza.
•
.'
MARÍA FACUNDO
-
Lleva corona de hilitos de oro
que cubre a rizos su frente pura;
guarda en su pecho todo qn tesoro ...
Todo el tesoro de su ternura.
/
' \
DEL MAti:S1'RAZGO 131
MATILDE BENAVENTE
l\ia tildiña,
virgencita encantadora
que ya deja de ser niña
y es ya mujer seductora;
elegante,
porque a juvenil belleza
une un talle cimbreante
de exquisita gentileza;
!;Uin utisa,
que con su alegría aroma,
y encanta con la sonrisa
que por sus labios asoma;
de Morella,
porque en Morella se cría,
bondadosa, linda, bella,
, como flor de poesía •..
I
132
LO LIT A ANTOLf
Mujercita ruborosa,
de mirada bondadosa,
con el rostro nacarado
• como un pétalo de rosa,
terso, suave, sonrosado;
•
DEL MAESTRAZGO 133
.•
•
AMPARÍN PASTOR
•
134 SEGRl:!LLES ÑfGUEZ
...
GENOVEVADOMÉNECH
•
i'ct. Fa,oual
En un cuerpo de manola
cultiva un alma creyente
DEL MAESTRAZGO. 135
VI CENT A SOTO
Rs el modelo clásico
1
de la mujer hermosa,
con la albura marmórea,
de estatua de deidad;
es su cutis suavísimo \.
cual pétalo de rosa,
y es de belleza helénica
su rostro de beldad.
Su boca linda y ática,
pequeña, purpurina,
abierta al beso mágico
del hada más gentil,
es un rubí finísimo,
preciada coralina
montada en un blanquísimo
estuche de marfil,
. Chispazos puros; ígneos,
despide su mirada,
que son rayos enéticos
si dan al corazón; . /
'
4
136 SEGRELLES ÑÍGUEZ
A.LEJANDRINA ORTÍ
. '
DEL MAESTRAZGO 137
LOLA LLISTERRI
•
Con el garbo y el salero de española
de aquel tiempo de la peina y la mantilla
con que fueron las mujeres maravilla
de valientes españoles, así es Lola.
•
,
•
138 SEGRRLLES ~fGUtlZ
# - < '- ~ !5 0.QV .,.,._~ Lt'.35 ; ei - tb ,, .... , ,,,,;;ze;; ; ._... .LJli SJ W:Z SS X
,,
PURA SEBASTIÁ
'
Cual magnolia fragante,
delicada, aromosa,
transportada a esta si@rra
de un jardín oriental,
• en ·Morella se cría
tan radiante y hermosa, ...
que deslumbra y encanta
con pudor virginal.
Es su rostro de niña
que bondades avanza,
y es su talle acabado
de mujer a su vez;
realidad de hermosura;
de belleza esperanza;
'que al unísono br.inda ,
seducción, sencillez .
/
Fol. hlOU&t
Realidad de hermosura,
de belleza esperanza ...
DEL MAESTRAZGO 139
JOAQUINA AMELA
•
140 SEGRELLES Ñ1GUEZ
· ELADIA FANDOS
.
'
OEL MAl!S't~AZGO 141
•
142 SaG~ttLLHS ~GÓEZ
'
MAGDALENA ANTOLÍ
. ....
' ' ._,
''\
Realidad y porvenir
Fót. Pascual
'
de belleza morellana
Ha querido nues\ra buena amigo avalorar estas páginas
vistiendo el traje de labradora morellana
143
Es toda amabilidad,
encanta con su dulzura
y place la donosura
discreta de esta beldad.
CONSUELO MONTEJANO
Es plácida su mirada
de cariñ.osa dulzura,
y es de adorable ternura
su sonrisa reca tacta.
-
CARMEN FERRERES
ence11ctida clavellina,
bella, aromosa, galana,
· -atrayente, purpurina;
'
mujercita valenciana
que en placer las penas troca
con ternura rnorellana ...
,I
f46 S~GRELLES ~ÍGUE2
' . .
M~RGARITA Óltrf
..
VICT_GRIA ROCAFORT
Bondadosa y hechicera,
g·ana toda voluntad,
logrando que se la quiera
por amable, por belda~.
Mujercita morellana,
que, bello el rostro y el talle,
alegra linda y ufana
con solo pasar la. calle.
TERESITA GARCÍA
Elegante y delicada,
cual planta gentil y bella,
en el jardín de Morélla
vive esta flor perfumada;
I
aromas brinda a porfía,
fragancia de sus bondades;
por hojas, tient: amistades,
por corola, simpatía.
PATROCINIO SAPEIR_A
Tiene la elegancia-austera
. de urn! mujer medioeval "
de dorada cabellera
con tornasol de trigal
Recogida y r ecatada,
no prodiga su figura,
y así, ansía la mirada
la vista de su escultura.
.
RECONOCIMIENTO
;
,
DHL ..ÁLBUM Dll LA.URITA LLISTERRI
ÍNDICE
Páginas
DEL MAESTRAZGO
Como violetas 13
Sonata invernal 19
El Maestrazgo. 23
Morella ... 27
1.,a Tone Celoquia 3l
La Llaurada . 3ó
Herbeset. 39
Fuego de invierno 43
Un nito en Ortells 47
}<'lores blancas . ó3
Nota jurídica. ó7
VALLlVANA
Vallivana 63
Morella mariana 6'¡ -
Plegaria de un ausente. 69
De la ruta pereg~ina .• 'll
156 fNDICE
Patriofü1110 y gratitud. 75
Siufonfa de primavera .. 79
Las Coloniaq. Apé?dice. 3
• MADRIGALES
Mujeres y flores • ' 91
PAsa nn trovador. 93
RECUERDOS
Antefirma. 97
Finezas . 98
Postales ' 99
Serenata ., 100
Del veraneo . 101
Semblanza 103
De~de lejo~ . 105
Secreto a vocea 108
La he visto! . 110
Entre naranjos 111
.Memorias. 112
Trova- ' ! airo ... ú' um palmito 113
Improvisación. 114
Ga!a11!ns 115
Nostal¡ria 116
Para ellit. 118
BRLLEZAS LOCALES
FOTOGRABADOS
Portada 2
Salvando los muros del Asilo ...
Por algo regias cou ~esiones ...
Y ju11to a las tones sec11lares ...
.
.
)8
22
26
• .. . fu é palacio de reyes, 30 .
Amasando el • pan-oli, . o4
Un dfa de Pascua en la «Pedrera~ . 38
La plaza úe la Arciprestal, nevada 42
Forcnll. Ortells . 46
De un alto eu OrteilR , 52
La Alameda de Morella. 56
Tiene el caserío sencilla alegria campesina 6~
Vista general de Vallivana . 66
Sobre las losas de tu capilla, 70
Subida al coro 74
Paiaa.je morellan~. 78
Coutemplaudo un retrato de manola lli
Con hu tocl\S y la crnz , llQ
158 ÍNDIC~
EN PR EPAR'ACJÓN :
ADMIRANDO A CATALUÑA
"
ERRATA ,.
ESTE LIBRO
EN PROSA Y VERSO,
DE D. FRANCISCO DE A,
SEG.RELLES ÑÍGUEZ, SE ACA·
BO DE IMPRIMIR EN EL OBRADOR
TIPOGRÁFICO DE ANTONIO .ES·
PARBÉ, DE MANRESA, EL
DIA XVII DE MAYO DE
MCMXXII
l.
. ..
FI