Clases Escepticismo

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FILOSOFÍA / PROFESOR: RODRIGO CASTRO

Módulo de autoaprendizaje
Tema: EL ESCEPTICISMO ¿El derecho a la duda o la negación de todo lo posible?

Objetivo: Elaborar visiones personales respecto de problemas filosóficos a partir de las perspectivas de
diversos filósofos, siendo capaces tanto de reconstruir sus fundamentos como de cuestionarlos y plantear
nuevos puntos de vista.

Para comprender:

¿Qué es el escepticismo? Te preguntarás, tal vez, has escuchado la palabra en múltiples ocasiones ¿Alguna
vez has sido llamad@ de escéptico o escéptica?

Al hablar de escepticismo, generalmente nos referimos a una actitud de duda hacia lo que otros proclaman
como hechos o sea, la tendencia a no creer de buenas a primeras en las opiniones, creencias o afirmaciones
de terceros, a menos que estén apoyadas por las evidencias necesarias. Así, una persona escéptica es todo
lo contrario de una persona crédula.

Sin embargo, en la filosofía clásica se llamó también escepticismo a una corriente de pensamiento que
floreció en la antigüedad griega, y que se basaba en la duda, es decir, que negaba la posibilidad de que los
seres humanos podamos llegar a conocer la verdad de algo ¿Qué te parece aquello?

El término “escéptico”, así,


proviene del vocablo griego
skeptikós, derivado del verbo Podemos entender el escepticismo de dos modos, uno general y uno más estricto o
griego skeptesthai (“mirar” u particular. En un sentido general, llamamos escepticismo a toda concepción para la
“observar”). Los filósofos cual no es posible conocer la verdad. En la historia de la filosofía encontramos muchas
escépticos, así, se hacían llamar y variadas formas de escepticismo, las cuales han sido siempre muy cuestionadas. Una
skeptikoi, “los que examinan” o de ellas es precisamente la que se refiere el término en el sentido estricto o particular:
escepticismo como corriente histórica que surge y se desarrolla durante el helenismo
“los que investigan”, ya que se
y en los primeros siglos del mundo romano (ss. IV a. C.- II d. C.). Este movimiento
mostraban insatisfechos con las estuvo influido por los sofistas y en algunos casos, como el de Arcesilao, por el punto
razones presentadas respecto a la de vista platónico de la incognoscibilidad del mundo sensible. Otro motivo fue el
posibilidad del conocimiento enfrentamiento contra la rígida dogmática estoica.
humano.

Como corriente filosófica el pensamiento de los escépticos adoptó un afán de descreimiento o duda que llegó a tales
niveles, que nada era verdadero o falso, ni malo o bueno, ni herético o sagrado. Así ponían en práctica la EPOJÉ o
suspensión del juicio, y podían alcanzar la ATARAXIA o paz mental. Los preceptos o máximas del escepticismo
filosófico pueden expresarse de la siguiente manera:

⦁ El conocimiento humano es imposible, y nada puede afirmarse.

⦁ Todo aquello que conocemos a través de los sentidos es irreal.

⦁ La realidad no puede ajustarse a los conceptos que manejamos mentalmente.

⦁ Las cosas que conocemos llegan a nosotros por azar, o por costumbre.

HERRAMIENTAS DEL ESCEPTICISMO

ATARAXIA: Paz mental producto de la EPOJÉ: La suspensión del juicio, es decir no


suspensión de todo discurso. afirmar de una cosa ni una determinada tesis ni su
contraria, renunciar a toda opinión.

¿Pero a qué temas se dedicaron los escépticos en términos filosóficos, qué temas
asumieron dentro de su corriente filosófica y pensamiento?
La religión: se enfrentaron tanto a la religión popular politeísta como al concepto filosófico de lo divino, particularmente el
estoico. En su crítica básica a la religión tanto la religión popular como la filosófica señalaron que son consecuencia de la
antropomorfización. En el caso de la crítica a la teología estoica, creyeron que las pruebas de la existencia de Dios, la concepción
de Dios como ser vivo y virtuoso y providencial (creencia incompatible según el escéptico Carnéades con la existencia de las
enfermedades y los desastres naturales), y la adivinación, carecían de fundamento o eran absurdas o supersticiones. No fueron
tanto ateos (puesto que el ateo cree saber que dios no existe) como agnósticos.
Crítica a la posibilidad del conocimiento: su negativa a aceptar el conocimiento sensible o perceptual y el racional se basa en la
existencia de diferentes experiencias de conocimiento entre los hombres: las impresiones de los sentidos son distintas en cada
hombre; las opiniones consecuencia del ejercicio de la razón también son distintas y frecuentemente opuestas. Negaron la
existencia de las representaciones catalépticas (las representaciones que según
los estoicos eran el criterio de verdad por su auto evidencia). Una consecuencia de este punto de vista es el subjetivismo, la
imposibilidad de alcanzar el conocimiento de la auténtica realidad que esté a la base de nuestra
experiencia subjetiva del mundo: no podemos decir “la nieve es blanca”, “la miel es dulce”, sino “en este momento la nieve me
parece blanca”; “la miel me sabe dulce”.
Crítica a la ética objetiva: la diversidad y oposición de opiniones de los distintos pueblos respecto de lo correcto e incorrecto,
de lo justo e injusto, del bien y del mal muestra que no existe el bien objetivo, que los valores morales, la
justicia y el derecho son convencionales. No existe el bien o mal en sí mismo o absoluto.
Consecuencia: subjetivismo ético: no podemos decir cómo es el bien sino cómo nos parece.

Reflexiona sobre estos fundamentos del escepticismo…

¿Qué filósofos son los pensadores más representativos del Escepticismo?

Pirrón de Elis ( 365-275 ) David Hume (1711- 1776)


Filósofo antiguo griego, fundador del escepticismo
antiguo. La doctrina de Pirrón se conoce por las obras de Fue un filósofo, escocés. Constituye una de las figuras más
Timón, su discípulo. Pirrón centra su atención en la ética, importantes de la filosofía occidental y de la Ilustración escocesa. Es
las cuestiones de la felicidad y de cómo puede ser conocido por su sistema filosófico altamente influyente en el
alcanzada. Pirrón entiende la felicidad como empirismo, escepticismo y naturalismo. Sus obras principales son:
imperturbabilidad (Ataraxia) y falta de sufrimientos Tratado de la naturaleza humana (1739) e Investigación sobre el
(Apatía), y el medio necesario para lograrla, como entendimiento humano (1748).
escepticismo. Según la doctrina de Pirrón, no podemos
conocer nada sobre las cosas, por lo cual sería mejor
abstenerse de todos los juicios sobre ellas: el valor moral
de tal abstención consiste en alcanzar la quietud
espiritual. La doctrina de Pirrón ejerció influencia sobre
la Nueva Academia y sobre el escepticismo romano.

¿Y qué nos dice Pirrón y Hume, en qué se centra su pensamiento?

El más exacto resumen del pensamiento de Pirrón sobre la Hume afirma que la tarea del saber no consiste en conocer el ser,
indeterminación de la realidad es un texto de una de las obras en sino en desempeñar el papel de guía en la vida práctica. Según
prosa de Timón (esto debido a que Pirrón dejó nada escrito). Este
fragmento, contenido en un pasaje de Aristocles que es recogido
Hume, la única materia del conocimiento verídico son los objetos
por Eusebio de Cesárea “contra aquellos que seguían a Pirrón, de las matemáticas; los demás objetos de la investigación se
llamados escépticos o efécticos, que afirman que nada es refieren a los hechos que no pueden ser demostrados lógicamente,
aprehensible. El relevante texto comienza, en primer lugar, con sino que se deducen tan sólo de la experiencia. Todos los juicios
un problema gnoseológico: “Es necesario primero de todo indagar sobre el ser se derivan también de la experiencia, que Hume
sobre nuestro conocimiento, puesto que si por naturaleza no entiende de modo idealista: la realidad no es más que un flujo de
conocemos nada, de nada vale investigar sobre lo demás". Es “impresiones”, cuyas causas son desconocidas e inconcebibles.
evidente, que comienza con un problema referido a la felicidad, Consideraba insoluble la cuestión de la existencia del mundo
pero tiende inmediatamente hacia un dilema que tiene que ver
con el conocimiento. Para ser feliz -dice Timón- hay que tener en
objetivo. Una de las relaciones principales que establece la
cuenta lo siguiente: primero, atender a cómo son por naturaleza experiencia es la de causa y acción. El hecho de que un fenómeno
las cosas; segundo, qué actitud tomamos ante ellas y tercero, preceda a otro, no significa que lo precedente sea la causa, y lo que
cuáles son las consecuencias de esa actitud. Este planteamiento, le sigue, la acción. Ni siquiera la repetición más frecuente de la
como podemos observar, tiene una intención concatenación de los acontecimientos en el tiempo permite
predominantemente ética: el resultado de los principios conocer la fuerza oculta, con cuya ayuda un objeto produce el otro.
pirrónicos es la adquisición de la tranquilidad de ánimo, Así pues, Hume niega el carácter objetivo de la causalidad. A su
imperturbabilidad o ataraxia. La cuestión puede plantearse de la modo de ver, el flujo de nuestras impresiones no es un caos
siguiente manera: la conquista de la ataraxia tiene
irremediablemente que empezar por la pregunta de cómo es la
absoluto: algunos objetos se nos parecen claros, vivos y estables, lo
realidad y si ésta puede ser determinada y conocida. Por tanto, es cual es suficiente para la vida práctica. Con la particularidad de que
el amor a la sabiduría, la necesidad de conocer, lo prioritario y lo sólo se debe comprender que la fuente de la seguridad práctica no
único que puede llevarnos a la felicidad. Plantean la dificultad de es el saber teórico, sino la fe. En ética, Hume desarrolló la teoría del
encontrar el vínculo que nos hace pasar de una sensación relativa, utilitarismo y proclamó la utilidad el criterio de la moral; en la
subjetiva e individual a la certeza universal y objetiva de que esa filosofía de la religión, se limitó a admitir que las causas del orden
sensación es verdadera. Es decir, no podemos reconocer la existente en el Universo tienen cierta analogía con la razón, pero
verdadera naturaleza de las cosas, aunque aceptemos y rechazó toda doctrina teológica y filosófica sobre Dios y, evocando
afirmemos la naturaleza que se nos aparece. El ejemplo que
Timón propone aclara esta idea. En su obra Sobre las sensaciones
la experiencia histórica, reconoció que la religión ejerce una
dice: "No aseguro que la miel es dulce, pero reconozco que así influencia nociva sobre la moralidad y la vida cívica. El
aparece”. Timón reconoce, en este texto, su ignorancia con escepticismo de Hume fundamentaba teóricamente la
respecto a la naturaleza de la miel. Pero no ignora el sabor que comprensión utilitaria e intelectiva del mundo por la burguesía. El
tiene para él, ya que afirma y concede que la miel aparece dulce agnosticismo de Hume ejerció notable influencia sobre el idealismo
sin hacer caso de sus supuestas "verdaderas características". moderno y constituyó una de las principales fuentes ideológicas del
neopositivismo.
¿Pero si ser escéptico es necesario en la filosofía, porqué entonces esta corriente filosófica
es tan cuestionada? Responderemos a esto en nuestra sesión…

Actividad
1. De acuerdo a lo aprendido en este módulo, lee los siguientes textos de Pirrón y de Hume, luego elabora
de acuerdo a tu visión personal una crítica (si estás en desacuerdo) y/o una defensa del Escepticismo, para
ambos casos deberás considerar y tomar 4 argumentos textuales (que posean ambos textos) para
reconstruir “la idea sobre el escepticismo” de acuerdo a los nuevos puntos de vista que tu entregarás a partir
de los argumentos seleccionados. Recuerda que para cuestionar o defender, debes no solo entregar nuevos
argumentos, sino que ejemplificar con tus fundamentos.
2. Elabora un listado que responda a la siguiente pregunta ¿De qué cosas o en qué soy escéptico o escéptica?

Escepticismo clásico o antiguo PIRRÓN


…[Los escépticos admiten lo que aparece] " Que esto, por ejemplo, aparezca blanco lo decimos de manera descriptiva, pero no
establecemos que realmente lo sea. Acerca de la frase, “Nada defino” y semejantes, usamos la expresión no en un sentido
dogmático. En efecto, no es lo mismo decir que el cosmos es esférico, pues esto es incierto, mientras que las otras son meras
declaraciones. Así pues, cuando decimos “no definir nada”, ni siquiera esto mismo definimos. Dicen, además, los dogmáticos
que (los escépticos) eliminan también la vida, pues ellos abandonan todo aquello en lo que consiste la vida. Pero dicen que esto
es falso, pues no eliminan lo que ves, sino que ignoran cómo es lo que ves. En efecto, podemos admitir lo que aparece, pero no
que sea realmente tal (como aparece). Sentimos que el fuego quema, pero suspendemos nuestro asentimiento sobre si tiene
una naturaleza ardiente. (D.L., IX, 103-104.) El amplio debate entre dogmáticos y pirrónicos obliga a los segundos a matizar
sus posiciones con respecto a lo que aparece. Los pirrónicos dicen que ellos hablan sobre lo que sienten o se les manifiesta, es
decir, ninguno niega tener hambre o sentir dolor. [Los pirrónicos aceptan lo sensible, pero no el razonamiento dogmático] “Los
dogmáticos responden a éstos cuando dicen que (los escépticos) también comprenden y dogmatizan, pues cuando deciden
refutar, ellos comprenden (las cosas que refutan), y, al mismo tiempo, afirman y dogmatizan. En efecto, cuando dicen “nada
defino” y “a todo argumento se opone otro argumento”, están definiendo esto mismo y están dogmatizando. [103] Responden
a esto (los escépticos): “nosotros reconocemos aquellas cosas que como hombres nos afectan, y sabemos, ciertamente, que hay
día, que vivimos o que se nos aparecen en la vida muchas otras cosas; pero acerca de las cosas que los dogmáticos aseguran
con firmeza en su discurso, creyendo firmemente que las comprenden, nosotros suspendemos nuestro asentimiento porque
son oscuras, y sólo admitimos lo que nos afecta. Pues reconocemos que vemos y sabemos que entendemos, pero cómo vemos
o cómo entendemos lo ignoramos. (D.L., IX, 102-103.), pero plantean la dificultad de encontrar el vínculo que nos hace pasar
de una sensación relativa, subjetiva e individual a la certeza universal y objetiva de que esa sensación es verdadera. Es decir,
no podemos reconocer la verdadera naturaleza de las cosas, aunque aceptemos y afirmemos la naturaleza que se nos aparece.
El ejemplo que Timón propone aclara esta idea. En su obra Sobre las sensaciones dice: "No aseguro que la miel es dulce, pero
reconozco que así aparece”. Timón reconoce, en este texto, su ignorancia con respecto a la naturaleza de la miel. Pero no ignora
el sabor que tiene para él, ya que afirma y concede que la miel aparece dulce sin hacer caso de sus supuestas "verdaderas
características". Los pirrónicos sugieren, por tanto, que estamos limitados a las apariencias, vemos, oímos, tocamos, sentimos
sólo lo que nos afecta, es decir, lo que nos aparece, por eso podemos indicar cómo aparecen las cosas. Si nosotros decimos que
las cosas son, estamos afirmando algo sobre un fenómeno que hemos percibido; si nosotros afirmamos que parecen, estamos
ante una descripción sensible del fenómeno que percibimos. En este caso, no afirmamos nada acerca del objeto, sino que sólo
describimos una sensación que tengo con relación a lo que aparece. Así, el pirrónico concluye que la misma cosa puede aparecer
de manera contraria a personas diferentes, por lo que nada de lo que aparezca a uno cualquiera de nosotros puede servir para
fundamentar ninguna opinión o creencia acerca de la naturaleza de la cosa misma. Así pues, la frase "la miel es dulce" intenta
determinar una característica del objeto (en este caso la miel) en sí mismo. La segunda frase "la miel aparece dulce", aporta
unos datos sobre la apariencia. Hay que entender que la apariencia no es algo que sólo las cosas puedan tener. La música
produce sonidos, pero puede aparecer suave o pesada, la pintura produce visión y sin embargo puede aparecer como
tranquilizadora o agresiva; igualmente, un argumento puede aparecer como válido y una declaración como verdadera o un
comportamiento como imprudente. Decir cómo aparecen las cosas, es decir cómo nos impresionan o producen una llamada de
atención en nosotros. Por eso, nosotros constatamos regularmente cómo aparecen cosas o parecen sin que podamos decir
cómo son realmente. El contraste que se da entre es y aparece, confirma la diferencia que existe entre el mundo indeterminado
y “lo que se aparece” al sujeto. Por eso, Timón reconoce su ignorancia con respecto a la verdadera naturaleza de la miel, aunque
no parece tener ninguna duda sobre el sabor que ésta tiene para él. Sobre esta segunda cuestión no podemos hablar, pues no
es objeto de discusión que la miel se presente dulce de sabor a un sujeto, y esta apariencia no es ni verdadera ni falsa, sino sólo
apariencia: atender a las apariencias es atender simplemente a la forma en que las cosas aparecen. Y en esta cuestión no hay
mayor compromiso que éste. Por ello, todas las declaraciones escépticas deben ser entendidas en el sentido de aparecer. Es
decir, siempre que el escéptico afirma o declara algo, incluso cuando utilice el verbo «ser», el sentido que debemos darle es el
de «aparecer»: para el escéptico la palabra «es» o «son» no significa una existencia real, sino una apariencia. Así, el fenómeno
es lo que parece ser tal como se manifiesta, pero que, en rigor, puede ser algo distinto, “Así, cuando digo «a toda razón se opone
una razón equivalente», quiero decir: «a toda razón examinada por mí que establece algo dogmáticamente, me aparece
oponerse otra razón, equivalente a ella en verosimilitud e inverosimilitud, que establece dogmáticamente algo»; de tal manera
que el enunciado de la frase no es dogmático, sino indicativo de una afección humana evidente para quien la padece”. (SEXTO,
H.P., I, 203.) El escéptico, por tanto, no niega los datos que le llegan a través de la percepción: no niega la visión que tiene de las
cosas, sino que ignora cómo se produce la misma; no niega que vemos, pero no sabe con certeza qué es lo que
ve, o si lo que ve es tal como le aparece, “Sobre las expresiones escépticas... No comprendo, Nada defino, No más esto que
aquello (otro), Tal vez sí, tal vez no, Todo es incomprensible ¿Por qué más bien esto que aquello? suspendo el juicio... siempre
habrá que sobreentender "según me parece" (SEXTO, H.P., I, 187-209.) La aceptación del fenómeno supone la constatación
pirroniana de que el hombre está frente a él, pero no comporta automáticamente su apropiación como criterio práctico de
conducta. A partir de aquí, encontramos, razonablemente, que ni las cosas, ni las opiniones o informaciones que recibimos de
ellas, pueden ser determinantes al informar sobre la realidad. El phainoménon tiene, pues, un valor normativo (como criterio
para vivir), en el sentido de que el escéptico seguirá el fenómeno como criterio para ejercer su acción en el espacio de la vida
cotidiana, en el fenómeno: nadie puede quedar inmovilizado frente al mundo y debe actuar y conducirse en la vida de algún
modo…
Escepticismo maduro David Hume
…Si se me preguntase aquí si asiento sinceramente a este argumento, que parece que me tomo tanto trabajo para inculcar en los
otros, y si yo soy realmente uno de los escépticos que tienen todo por incierto y que nuestro juicio no posee ninguna medida de
verdad o falsedad en ninguna cuestión, replicaré que este problema es enteramente superfluo y que ni yo ni ninguna otra persona
ha mantenido sincera y constantemente esta opinión. La naturaleza, por una necesidad absoluta e inverificable, nos ha llevado a
juzgar lo mismo que a respirar y a sentir, y no podemos evitar el considerar a ciertos objetos con mayor o menor seguridad por
razón de su enlace habitual con una impresión presente que el ver los cuerpos que nos rodean cuando dirigimos los ojos hacia
ellos en pleno sol. Todo aquel que se ha tomado el trabajo de refutar las cavilaciones de este escepticismo total ha luchado sin
tener un enemigo y ha tratado de establecer por argumentos una facultad que ha sido ya antes implantada en el espíritu y hecha
inevitable…

…Mi intención, pues, al exponer tan cuidadosamente los argumentos de esta secta fantástica, es tan sólo hacer al lector más
sensible a la verdad de mi hipótesis de que todos nuestros razonamientos relativos a las causas y efectos no se derivan más que
del hábito y que la creencia es más exactamente un acto de la parte sensitiva que de la cogitativa de nuestra naturaleza. [...] Si la
creencia, pues, fuese un simple acto del pensamiento sin una modalidad peculiar de concepción y la adición de fuerza y vivacidad,
se destruiría infaliblemente a sí misma, y terminaría, en todo caso, en la suspensión total de todo juicio; pero, como la experiencia
convencerá suficientemente a todo el mundo que piense que merece la pena hacer la prueba, de que, aunque no puede hallar
error en los precedentes argumentos, continúa creyendo, pensando y razonando del modo acostumbrado, se puede concluir con
seguridad que este razonamiento y creencia es la misma sensación o manera peculiar de concepción que es imposible destruir
por meras ideas o reflexiones…
…Así, el escéptico continúa razonando y creyendo, aun cuando afirma que no puede defender su razón por la razón, y por la
misma regla debe asentir al principio relativo a la existencia de los cuerpos, aunque no pueda pretender, mediante argumentos
filosóficos, mantener su veracidad. La naturaleza no ha dejado esto a su elección y ha estimado sin duda alguna que era un asundo
de demasiada importancia para confiarlo a nuestros razonamientos y especulaciones inciertas. Podemos preguntarnos: ¿Qué
causas nos inducen a creer en la existencia de los cuerpos? Pero es en vano preguntarse: ¿Existen o no cuerpos? Esto es un punto
que debemos aceptar como seguro en todos nuestros razonamientos. [...] Debemos examinar aparte dos cuestiones que
corrientemente se confunden, a saber: por qué atribuimos una existencia continua a los objetos, aun cuando no se hallan
presentes a los sentidos, y por qué suponemos que tienen una existencia distinta de la del espíritu y la percepción…
…Cuando hemos sido habituados a considerar una constancia en ciertas impresiones y hemos hallado que la percepción del Sol
o el Océano, por ejemplo, vuelve a presentarse después de una ausencia o desaparición con iguales partes y en igual orden que
en su primera apariencia, no nos hallamos propensos a considerar estas percepciones interrumpidas como diferentes, y
realmente lo son, sino que, por el contrario, las consideramos individualmente como las mismas por razón de su semejanza. Pero
como esta interrupción de su existencia es contraria a su perfecta identidad y nos hace considerar la primera impresión como
desaparecida y la segunda como creada de nuevo, nos hallamos perplejos y envueltos en una especie de contradicción. Para salir
de esta dificultad desfiguramos tanto como nos es posible la interrupción, o más bien la suprimimos totalmente, suponiendo que
estas percepciones interrumpidas se hallan enlazadas por una existencia real que no percibimos…

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