Mucho Nativo Digital
Mucho Nativo Digital
Mucho Nativo Digital
Si algo nos va dejando esta pandemia es el debe enorme en educación emocional que tenemos
como sociedad toda, como adultos responsables de las infancias y como docentes. Estamos
frente a una generación de nativos digitales que sabe muy bien que hacer frente a una realidad
totalmente virtual en cuanto a trabajo y estudio pero que poco saber hacer frente a una
situación de frustración o tristeza.
Nos jactamos de que los niños de hoy saben usar una tablet y un celular, de que con 8 años
algunos hasta saben programar. Lo cual me parece estupendo, son herramientas para la vida,
sin embargo… ¿qué pasa cuando pierden en un juego, cuando se trancan con algo y no pueden
seguir? ¿Cómo transitan la frustración y el enojo? ¿Lo transitan?
Asistimos en las redes a videos en los cuales los niños o adolescentes rompen los dispositivos
cuando se enojan, lo hacen ante la postura inmóvil de sus adultos referentes (muchas veces).
Como adultos referentes también carecemos de herramientas que nos permitan ayudar a
transitar esas emociones, sobre todo las negativas, un grito y al dormitorio no es la solución, es
un parche momentáneo. Tampoco basta con leer el Monstruo de los Colores a los niños, el
desarrollo de las habilidades emocionales debe ir más allá de la lectura de un cuento. Se debe
concentrar en ponerle nombre a las emociones, a lo que sentimos. Claro está que debemos de
empezar los adultos a realizar ese trabajo para luego guiar a las niñas y los niños.
No es mi intención desmerecer la era digital, me parece fascinante todo lo que hoy las niñas y
los niños saben hacer. Tampoco es momento de buscar culpables de este desequilibrio. Se
trata de buscar la forma de equilibrar la balanza para que cuando estas criaturas crezcan sean
adultos emocionalmente sanos. Y que sapan tanto programar como ponerle nombre a sus
emociones.