Material de Clase Gramática
Material de Clase Gramática
Material de Clase Gramática
Conocer la evolución de los estudios gramaticales del español mediante el estudio del
origen de la gramática tradicional que conocemos hoy en día para adquirir un primer
acercamiento a la morfosintaxis.
Cuando los romanos llegan al Norte de la Península Ibérica se hablaba lo que hoy es el
euskera, lengua no procedente del latín. En Andalucía estaban los tartesios y en Levante
se hallaban los iberos.
En esta zona, en diversos tiempos, dejaron sus huellas los etruscos, de origen italiano;
los fenicios (Gádir, Cádiz); los cartagineses (Cartago Nova, Cartagena); los griegos, que
denominaron Iberia. En el Centro y el Noroeste de la Península se encuentra la
presencia lingüística de: los ligures, pueblo de la costa mediterránea francoitaliana,
(Toledo); los celtas, que llegan desde el sur de Alemania hacia el s. VII a. C. y ocupan
las regiones altas del centro hasta Galicia y sur de Portugal (Segovia); los celtíberos en
el Centro y Bajo Aragón, donde se mezcla el habla de los dos pueblos. Todas estas
lenguas dejarán su marca en el castellano y en el resto de las lenguas constitucionales.
Pero es el latín el que le heredará gran parte de la morfología y la sintaxis.
La morfosintaxis
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Morfosintaxis del español
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En términos generales, podemos afirmar que el latín se encuentra entre las llamadas
lenguas sintéticas, pues la expresión de los accidentes gramaticales tiende a
manifestarse a través de morfemas trabados (por ejemplo, las desinencias casuales de la
flexión nominal o la voz pasiva en las desinencias personales específicas de los tiempos
simples). Por el contrario, el español es una lengua más analítica, que tiende a expresar
esos mismos contenidos a través de morfemas libres (preposiciones, verbos auxiliares,
etc.). Relacionados con estas tendencias se encuentran los cambios más radicales que
respecto del latín presentan las lenguas romances en el plano morfosintáctico. La
tendencia a la síntesis se considera característica de las lenguas SOV, es decir, aquellas
en que la disposición de los elementos dentro de la secuencia responde al esquema
SUJETO – OBJETO – VERBO (de ahí su denominación) y, en consecuencia, a la
anteposición de los elementos determinantes a los determinados (anteposición del
genitivo, por ejemplo). El castellano, como las demás lenguas romances, pertenecería al
tipo de lenguas SVO, en las que domina la tendencia analítica; en las lenguas SVO el
orden habitual es SUJETO – VERBO – OBJETO y los elementos regentes preceden a
los regidos (los complementos del nombre, por ejemplo, se sitúan detrás de su régimen,
es decir, detrás del sustantivo determinado; compárese, por ejemplo, el sintagma latino
PUELLAE PASSER que en español se traduce como “el pájaro de la niña”.
Cambios en la morfosintaxis
Tú y vos. En latín, los pronombres de 2ª persona eran tu y vos. La forma del plural, vos,
se utilizaba como forma de cortesía para una sola persona.
El castellano medieval conserva estas dos formas, tu y vos, y sus valores. No obstante,
vos llegó casi a equiparse con la forma tú, lo que le dejaba a la sociedad clasista
castellana obsesionada con el honor sin una forma de cortesía para dirigirse a las clases
superiores, y sin pronombre para la 2ª persona plural. Ya en el siglo XIII empieza a
utilizarse vosotros (vos otros ⇐ vos alteros) para la 2ª del plural, y en el XV usted (⇐
vuestra merced) para la 2ª pers. Del singular de cortesía. En esta reestructuración vos
pasó a utilizarse para dirigirse a personas de clase inferior, o con sentido peyorativo
entre iguales. En el siglo XVIII, vos había desaparecido en la Península.
La forma usted aparece por primera vez en 1620 en El examinador de Miser Palomo, de
Antonio Hurtado de Mendoza tras pasar por diversas fases: “vuessa merçed”,
“uesarced”, “vuested”, “vuasted”, “vusted” ⇒ usted. Esta diversidad de realizaciones no
se reflejaba en la escritura, la cual prefería las formas abreviadas (v.m.) o (vd).
Los españoles que van a América durante el siglo XV y el XVI llevan todas estas
formas y su evolución será desigual en todo el territorio. Así, para las segundas
personas, algunos adoptarán vos y ustedes, otros tú y vosotros y otros tú y ustedes.
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Morfosintaxis del español
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Esta 2ª persona no sólo tiene cambios en la forma pronominal, como acabamos de ver,
sino también en las terminaciones verbales. Las terminaciones verbales de las segundas
personas del plural en -ades, -edes,e -ides (procedentes de la terminación -TIS latina)
perdieron la [δ] fricativa intervocálica ( [t] > [d] > [δ] > Ø). Como resultado de la
pérdida, quedaron dos vocales en hiato (á-es, é-es, í-es) que durante los siglos XV y
XVI tuvieron dos soluciones para deshacer el hiato: la transformación en diptongo (-áis,
-éis) o la absorción de la vocal átona por la tónica (-ás, -és, -ís). La solución definitiva
fue una combinación de ambas: -áis, -éis, -ís.
La preferencia por la forma diptongada (-áis) en lugar de la forma con la vocal átona
absorbida (-ás) se debe a la coincidencia formal del singular y plural (cantas, cantás)
porque la diferencia de sílaba acentuada no se daba en todos los verbos.
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Morfosintaxis del español
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Durante los años de la conquista de América, la 2ª persona del plural tiene dos
pronombres: vosotros y vos; y dos terminaciones verbales: cantáis y cantás. El
pronombre vos se debatía entre la 2ª persona del singular y del plural. Dentro de esta
confusión (o conjunto de posibilidades) es natural la opción de algunas zonas
americanas para la 2ª del singular: vos cantás, vos comés y vos vivís (también vos
cantas, vos comes y vos vives).
-ísimo. Empieza a utilizarse durante el siglo XVI la terminación del superlativo latino
en -ísimo.
Recuérdese que anteriormente se había utilizado la forma que utilizaba el latín vulgar, el
superlativo analítico: adv. + adj., muy grande, muy interesante.
Ser y estar. Las funciones de «ser» y «estar» tales como las conocemos hoy no estaban
totalmente definidas en el Siglo de Oro. Por ejemplo, todavía podía utilizarse «ser» para
indicar propiedades resultado de una acción anterior “la mesa es pintada” donde hoy se
diría “la mesa está pintada”.
pasiva refleja. La pasiva refleja había sido utilizada esporádicamente en períodos más
tempranos, pero su uso se generaliza durante los siglos XVI y XVII. En el Lazarillo de
Tormes encontramos que «y otras muchas galas de esta calidad que hoy día se usan en
palacio …».
LA GRAMÁTICA
El término Gramática (del latín gramática y éste del griego gramatiké) se utiliza y se
concibe de diversas formas; a manera de ejemplo, véase lo propuesto en la Nueva
gramática de la lengua española (2009:1.a):
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Morfosintaxis del español
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En el primero de los dos sentidos que se han introducido, la gramática se divide en dos
subdisciplinas: LA MORFOLOGÍA se ocupa de la estructura de las palabras, su
constitución interna y sus variaciones; a la SINTAXIS corresponde el análisis de la
forma en que se combinan y se disponen linealmente, así como el de los grupos que
forman. […] también es objeto de la gramática el estudio de los significados de todas las
expresiones complejas así constituidas. La duplicidad de sentidos [respecto del término
gramática] se refleja en el hecho de que unas veces se usa [este término] […] para hacer
referencia a todas las disciplinas mencionadas, mientras que en otras ocasiones este
término designa el conjunto formado por la morfología y la sintaxis".
Siguiendo a Alcina y Blecua (1975:38; citado por Bernal: 1984: 15): "Este título (el de
gramática tradicional) es un cajón de sastre en el que se guardan más de veinte siglos de
especulaciones, desde las raíces del pensamiento occidental [los griegos] hasta los
manuales del siglo XX, especulaciones basadas en principio, en el prestigio de la
tradición grecolatina en todos los aspectos de la cultura occidental". Como se sabe, esta
"clase de gramática" tenía como elemento de análisis: la palabra. Un "aspecto que
subyace en la gramática tradicional es la concepción prescriptiva o normativa del
lenguaje. […] Aún hoy es posible encontrar la clásica definición de gramática: "El arte
de hablar y escribir correctamente una lengua". En consecuencia, una gramática,
cualquier gramática, suministraba las normas para hacerlo precisamente así: como un
arte." (Bernal, 1984: 16-17).
La gramática descriptiva se ocupa del uso de la lengua. Describe cómo los hablantes
de una lengua usan la lengua en un determinado momento histórico. La gramática
descriptiva no parte de la norma para describir una lengua, sino que observa la lengua
que sus hablantes usan en diversas partes para describir cómo es esa lengua.
Teóricamente, la gramática descriptiva no utiliza conceptos como “correcto” e
“incorrecto”.
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