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PIERELLA

Este documento explora el concepto de autoridad profesoral en la universidad contemporánea. Primero, resume los debates sobre la autoridad desde la modernidad, cuando los modos tradicionales de entender la autoridad comenzaron a ser cuestionados. Luego, analiza las transformaciones en torno a la autoridad observadas en las instituciones educativas actuales. Por último, presenta las visiones de estudiantes sobre la autoridad de los profesores en la Universidad Nacional de Rosario, centrándose en cómo interpretan la asimetría en el conocimiento en la relación estudiante-
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PIERELLA

Este documento explora el concepto de autoridad profesoral en la universidad contemporánea. Primero, resume los debates sobre la autoridad desde la modernidad, cuando los modos tradicionales de entender la autoridad comenzaron a ser cuestionados. Luego, analiza las transformaciones en torno a la autoridad observadas en las instituciones educativas actuales. Por último, presenta las visiones de estudiantes sobre la autoridad de los profesores en la Universidad Nacional de Rosario, centrándose en cómo interpretan la asimetría en el conocimiento en la relación estudiante-
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La autoridad profesoral

en la universidad contemporánea
Aportes para pensar las transformaciones del presente
María Paula Pierella*

En la actualidad, el tema de la autoridad constituye una zona problemá- Palabras clave


tica, cuya indagación permite rastrear y pensar la articulación entre la
condición juvenil (como territorio de experiencias en el que se pueden Autoridad
observar tensiones en los procesos de trasmisión y herencia cultural) y Educación superior
la institución universitaria. En este artículo se realiza un desarrollo teó- Reconocimiento
rico de dicho concepto, recuperando en primer término los debates que profesional
tienen lugar a partir de la modernidad, entendida como una particular
condición de la historia en que los modos tradicionales de entender la Relación estudiantes-
profesores
autoridad están siendo cuestionados. Abordaremos luego las transforma-
ciones en torno a la autoridad observadas en las instituciones educativas Autonomía
del presente. Consideraremos, por último, las visiones de estudiantes de
la Universidad Nacional de Rosario sobre la autoridad de los profesores,
teniendo en cuenta sus interpretaciones sobre los vínculos, caracteriza-
dos por la asimetría en materia de conocimiento.

At present, the issue of authority is a problem area whose research allows Keywords
tracking and thought on the link between juvenile status (as a territory of
experiences in which tensions can be observed throughout the processes Authority
of transmission and cultural heritage) and the university institution. This Higher education
paper presents a theoretical development of the concept, firstly recovering Professional recognition
discussions which initiated with the start of modernity, understood as a
particular condition of history that questions the traditional ways of un- Student-teacher ratio
derstanding authority. Then, the transformations regarding the authority Autonomy
observed in present-day educational institutions are covered. Finally, the
paper puts forward considerations regarding the vision of the students from
the National University of Rosario on the authority of the teaching staff, ta-
king into account their interpretations on the relationship between students
and teaching staff, characterized by the asymmetry in the field of knowledge.

Recepción: 4 de julio de 2012 | Aceptación: 17 de septiembre de 2012


* Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Becaria Posdoctoral del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la
Educación (IRICE). Publicaciones recientes: (2014), La autoridad en la universidad. Vínculos y experiencias entre
estudiantes, profesores y saberes, Buenos Aires, Paidós; (2014), “La figura del otro. Relatos estudiantiles acerca de la
autoridad de los profesores en la Universidad Nacional de Rosario”, en Sandra Carli (comp.), Universidad pública y
experiencia estudiantil. Historia, política y vida cotidiana, Buenos Aires, Miño y Dávila, pp. 199-234. CE: pierella@
irice-conicet.gov.ar / [email protected]

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El vínculo de la autoridad está for- emancipación del ser humano respecto de sus
mado por imágenes de fuerza y de- sujeciones primordiales, necesarias, constitu-
bilidad; es la expresión emocional del tivas, pero deseablemente transitorias. Quizás
poder… La palabra “vínculo” tiene
un doble sentido. Se trata de una
esto es lo que hace que la autoridad sea en oca-
conexión; también constituye, en el siones autorizadora y otras veces autoritaria;
sentido “vinculatorio”, una imposi- que, tal como se plantea desde el psicoanálisis,
ción. Ningún niño podría madurar sea fundante en el proceso de constitución
sin el sentimiento de confianza y subjetiva y al mismo tiempo que sea necesa-
protección que procede de su fe en
rio desprenderse de ella para poder instaurar
la autoridad de sus padres, pero en la
vida adulta se suele temer que la bús- un proyecto propio. Desde la perspectiva de
queda de los beneficios emocionales Zizek (2009) esto es lo que ocurre con la ley
de la autoridad convierta a la gente en en sentido amplio, en la medida en que se
esclavos dóciles. erige como la posibilidad de constitución de
Richard Sennett, 1982. la subjetividad, a la vez que como su principal
obstáculo.
Introducción1 Si esto lo pensamos desde el punto de vista
de las relaciones pedagógicas, encontramos
Estudiar el tema de la autoridad es iniciar un también, como punto de partida, una parado-
recorrido complejo. Estamos frente a uno de ja: pensar implica dejar de creer ciegamente en
esos conceptos respecto del cual todos tene- lo que dicen las autoridades. El pensamiento
mos alguna idea pero que no resulta simple puede desplegarse en tanto los “razonamien-
definir. Muchas veces se lo asimila a la noción tos de autoridad” declinan. Pero, al mismo
de poder, otras tantas a la de dominación y en tiempo, creer en ciertas figuras y autorizar su
ocasiones a la violencia. Se utiliza para hablar palabra, es aquello que posibilita la transmi-
tanto de relaciones centradas en el respeto y la sión de las herencias culturales a partir de las
admiración, como de situaciones en las que cuales puede tener lugar algo nuevo.
imperan rasgos arbitrarios; se le asocia al te- Sobre la base de estas consideraciones ini-
mor y a la habilitación, a la autorización y al ciales, en este artículo nos interesa abordar el
autoritarismo. problema de la autoridad de los profesores en
Podemos comenzar afirmando que hablar la universidad contemporánea. En el marco
de la autoridad implica, inevitablemente, des- de un trabajo de investigación centrado en las
de el origen de la constitución del sujeto, ha- experiencias estudiantiles en torno a la cues-
blar de las dependencias necesarias respecto tión de la autoridad, nos interesa recuperar
de otros, en la medida en que el ingreso del las visiones de los jóvenes sobre las relaciones
ser humano a la cultura está siempre media- intersubjetivas, caracterizadas por la asime-
do por la intervención de otros “reconocidos”. tría en materia de conocimiento. El trabajo se
La indefensión primaria y la incapacidad de centró principalmente en el análisis de entre-
obtener por sí mismo seguridad, protección vistas individuales y colectivas a estudiantes
y cuidados, coloca en primer plano una ne- próximos a graduarse de diferentes faculta-
cesidad respecto de los otros en los cuales es des de la Universidad Nacional de Rosario,
vital depositar confianza. Sin embargo, tam- Argentina. Pero antes de remitirnos a ellas
bién sabemos que el exceso de autoridad tie- realizaremos un desarrollo del concepto de
ne consecuencias negativas para la esperada autoridad desde el punto de vista teórico. Este
1 La investigación sobre la cual se basa este artículo dio como resultado la tesis doctoral titulada Figuras de la auto-
ridad y transmisión del conocimiento universitario. Un estudio centrado en relatos de la experiencia estudiantil en la
Universidad Nacional de Rosario. Doctorado en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de
Buenos Aires (UBA), 2012, bajo la dirección de la Dra. Sandra Carli.

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recorrido nos conduce a la modernidad —en- político, sino incluso en espacios desde su
tendida como una particular condición de la punto de vista pre-políticos, como la familia
historia en que se cuestionan los modos tradi- y las instituciones educativas; y de este modo
cionales de entender la autoridad— y que tie- preconiza en su escrito algunos aspectos de
ne en cuenta, asimismo, las transformaciones la revolución cultural de los años sesenta.
y desplazamientos observados en las institu- Es a partir de ese momento que la juventud
ciones educativas del presente. va a plantear una diferenciación radical con
el mundo adulto y un corte con la autoridad
La autoridad ligada a la experiencia, al “saber más” como
Ese problema moderno correlato de “haber vivido más”. A partir de la
constatación de una serie de transformacio-
Intentamos abordar un problema que se en- nes históricas que se remontan a principios
cuentra en el corazón de los debates de la del siglo XX, Arendt recurre a los sentidos
modernidad, cuya interpretación es resumi- etimológicos de la noción de autoridad: “El
da por Nietzsche en la breve frase “Dios ha sustantivo auctoritas deriva del verbo auge-
muerto”. Esta declaración pone en evidencia re: ‘aumentar’, y lo que la autoridad o los que
no la desaparición de la autoridad en sí, sino la tienen autoridad aumentan justamente es la
apertura de los fundamentos, carentes ya de la fundación” (Arendt, 1996: 101).
solidez que había logrado la figura de un crea- Los romanos significaban la fundación
dor divino, en términos de eficacia simbólica de su ciudad como un acontecimiento único,
(Heidegger, 1996). singular, de instalación de la “piedra angular”
Teniendo en cuenta que todas las socieda- que daría inicio, a su vez, a la fuente legítima
des idearon formas de transmitir la cultura a de la autoridad: el “hacer crecer” la funda-
las nuevas generaciones, y que esto de alguna ción. Las fundaciones subsiguientes debían
manera asegura cierta continuidad entre las enlazarse al inicio primordial en un encade-
mismas, podemos decir que durante un largo namiento dirigido, lineal, planeado. Y en este
tiempo la forma privilegiada radicaba en el sentido los mayores se encontraban autoriza-
valor que se le otorgaba a la sabiduría de los dos para actualizar la autoridad depositada
antiguos, de los más viejos; y esto no sólo por en la fundación. Aquí, autoridad y tradición
valorarse la experiencia de los años vividos, se encuentran profundamente entrelazadas,
sino también porque los ancianos se conside- como las dos caras necesarias de un modo
raban como más cercanos a los antepasados, histórico privilegiado de gobierno, de conser-
en una concepción del tiempo —y de la vida vación y transmisión.
en general— que atribuía una gran impor- En este marco tradicional, signado por la
tancia a los mismos en la determinación de la idea de la Historia Magistrae Vita (el pasado
vida presente. El relato y la experiencia vivida enseña), la condición de “sabio” está estrecha-
representaban, en ese contexto, la forma clave mente ligada a la idea de haber transitado un
de la transmisión, el grupo de reglas sobre las recorrido vital más amplio y de haber capi-
que se asentaba el lazo social. talizado ese recorrido de modo tal de poder
Hannah Arendt, en un artículo hoy clá- transmitirlo a otros.
sico titulado “¿Qué es la autoridad?”, plantea Max Weber teorizó acerca de la tradición
en la década de los cincuenta no la disolución y su capacidad para erigirse como autoridad,
de la autoridad en general, sino de una mo- así como también acerca del proceso de su
dalidad histórica que la ligaba a la tradición. declive, y para ello construyó categorías cla-
La autora hace referencia, así, a una crisis de ve para la sociología moderna. Este pensador
autoridad no sólo evidente en el plano de lo define a la autoridad tradicional como uno

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de los tipos ideales de dominación legítima. más complejas y desencantadas, y las trans-
Recordémoslos brevemente: formaciones sociales concomitantes, como si
tenemos en cuenta los cambios en el plano del
• La legitimidad tradicional, que descan- pensamiento político y filosófico.
sa en la creencia cotidiana en la santi- El pensamiento ilustrado del siglo XVIII es
dad de las tradiciones que rigieron des- una expresión cabal de este proceso que co-
de lejanos tiempos, y en la legitimidad mienza a sistematizarse en el siglo anterior y
de los señalados por la tradición para que albergaría los principios fundamentales
ejercer la autoridad. de los grandes paradigmas y relatos sobre los
• La legitimidad fundada en el carisma, que se construyen nuestras instituciones mo-
“que descansa en la entrega extracoti- dernas. La Ilustración se configuró exaltando
diana a la santidad, heroísmo o ejem- la libertad de pensamiento basada en la razón
plaridad de una persona y a las ordena- autónoma, en contraposición de la autoridad
ciones por ella creadas o reveladas...”. como aquello que viene dado por otro, lo in-
• La legitimidad racional, “que descansa discutible, lo inapelable.
en la creencia en la legalidad de las or- Sin embargo, lejos de lo que podría llegar
denaciones estatuidas y de los derechos a pensarse, lejos de producirse la desaparición
de mando de los llamados por esas de la autoridad, lo que surgió fue una suplanta-
ordenaciones a ejercer la autoridad” ción de figuras. Y es a partir de esto último que
(Weber, 1992: 172). es posible entender el lugar asumido por el ser
humano en su carácter de “creador”, de “autor”,
En un marco de declive de las tradiciones, condición que durante siglos, en Occidente,
la forma moderna “típica” de legitimidad se- había sido patrimonio del dios bíblico.
ría para Weber la racional-legal. La razón se Este no era un problema que hubiera pasa-
erigiría, de este modo, como la gran figura de do desapercibido a los primeros intelectuales
autoridad de la modernidad. del siglo XII, el siglo de las universidades, pro-
El surgimiento y organización de los fundamente involucrados en los debates rela-
Estados modernos, las transformaciones en tivos a las fuentes válidas de orientación del
la organización y gobierno de la población, pensamiento: la autoridad declarada y asenta-
las luchas religiosas, la revolución industrial, da en la tradición o la razón del hombre. En
la ciencia moderna y el capitalismo incidi- esos tiempos precedentes, pero preparatorios
rían, en términos de Weber, en la progresiva de los grandes movimientos corporativos de
racionalización y burocratización de las so- maestros y estudiantes, puede observarse una
ciedades, y en la consolidación de la forma reivindicación de la posición de autor, inci-
de legitimidad racional-legal como fuente de piente y convencida por la confesión pública
dominación legítima en las sociedades mo- que se hace de ella y por la forma con que se le
dernas, cada vez más complejas y conflictivas. piden cuentas al dogma, pero vacilante e iró-
Gradualmente, las antiguas distinciones nica por la ausencia de expectativas sobre un
sostenidas en el privilegio heredado comien- público preparado para escucharla.
zan a ser reemplazadas por los procedimien- A un tradicionalista que le propone una
tos de ascenso social basados en la carrera discusión sobre los animales, le responde
abierta al talento, lo cual sería conocido con el Abelardo de Bath:
término “meritocracia”.
El advenimiento de una época racional Me es difícil discutir sobre animales. En
se hace evidente tanto si consideramos la efecto, aprendí de mis maestros árabes a
burocratización de las sociedades, cada vez tomar la razón como guía, en tanto tú te

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contentas, como cautivo, con seguir la ca- la mirada al interior del continente america-
dena de una autoridad basada en fábulas. no (Kandel, 2008). La idea de “juventud ame-
¿Qué otro nombre darle a la autoridad que ricana”, que recoge el legado de Rodó, fue re-
el de cadena? Así como los animales estúpi- presentada en el “Manifiesto liminar”3 como
dos son conducidos mediante una cadena, y “heroica”, portadora de autoridad cultural
no saben ni a dónde se los conduce, pues se para señalarles a los representantes políticos
limitan a seguir la cadena que los sujeta, así los problemas de la institución universitaria,
también la mayoría de vosotros sois prisio- acosada por la crisis de autoridad y el anacro-
neros de una credulidad animal y os dejáis nismo de su régimen (Carli, 2006).
conducir encadenados a creencias peligro- Se pretendía eliminar todo asiento de la
sas por la autoridad de lo que está escrito autoridad sobre las bases del mando, la impo-
(citado por Legoff, 1986: 63). sición y la “tiranía”, para hacerla recaer en el
amor a la enseñanza y el cuidado, en el mar-
Aquí observamos uno de los sentidos co de un vínculo espiritual entre profesores y
que asume la noción de autoridad: el de ser estudiantes. La universidad era proclamada
cadena que ata, que aprisiona; vínculo de por los reformistas como un ámbito de expe-
imposición que generaría sujetos dóciles a riencia en sí misma, ya que éstos consideraban
los mandatos exteriores. Concepción que el que el encuentro con verdaderos “maestros”
movimiento ilustrado cuestionaría,2 y que en sería un factor clave para dar contenido a di-
Latinoamérica sería particularmente impug- cha experiencia. La noción de “maestro”, en
nada por los reformistas cordobeses de 1918. oposición a la de profesor, se reiteraba en esos
En relación con lo anterior, cabe una apre- tiempos, resaltándose con ella la relación de
ciación histórica sobre la institución en la índole subjetiva y moral entre el discípulo y el
que se enmarca este trabajo. La Universidad docente universitario (Kandel, 2008).
Nacional de Rosario, fundada en 1968, hun-
de sus raíces en la Universidad Nacional del Reconocimiento,
Litoral que, al crearse en 1919, se consideró legitimidad y creencia
como “hija de la Reforma”. En efecto, el pri-
mer estatuto de esta última consagró la par- Partiendo de la idea de que la autoridad no
ticipación estudiantil. Allí, estudiantes y jó- sólo puede pensarse evocando la imagen de
venes profesores que comenzaban a hacerse una cadena, podemos comenzar a recorrer
cargo de algunas cátedras se embarcaron en otros sentidos.
la crítica del magister dixit como principio de Como se expresa en el epígrafe con el que
autoridad propio de otro ciclo. iniciamos este artículo, la autoridad es, ante
La primera posguerra europea, la des- todo, un vínculo, una relación. Si admitimos
ilusión de los jóvenes respecto del carácter entonces que la autoridad es una relación so-
iluminador de la cultura europea y las expec- cial e intersubjetiva, en la que es preciso que
tativas que generaba la revolución soviética existan por lo menos dos personas, sostendre-
constituyeron el trasfondo de esos ímpetus de mos seguidamente que ésta no es algo que se
renovación que condujeron hacia un giro en localiza en un sujeto en particular, algo que

2 Kant en ¿Qué es la Ilustración?, la define como la salida del hombre de su autoculpa de minoría de edad, presen-
tando tres ejemplos de esto que llama “minoridad”: cuando un libro ocupa el lugar del entendimiento, cuando un
director espiritual ocupa el lugar de la conciencia y cuando un médico decide por nosotros nuestro régimen. A
partir de aquí la Ilustración es definida por la modificación de la relación preexistente entre la voluntad, la autori-
dad y el uso de la razón (Foucault, 1996a).
3 Sobre el tema se puede consultar: http://www.unc.edu.ar/institucional/historia/reforma/manifiesto (consulta: 6
de febrero de 2012).

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se tiene o no. En este sentido, la autoridad no De este modo, el reconocimiento, basado
implica solamente atributos o principios, sino en la creencia en que otro es superior en al-
principios reconocidos. Se necesita, por ende, gún aspecto, o en que algunas normas, leyes o
del reconocimiento, la confianza, la creencia, principios merecen ser respetadas, atempera-
para que se constituya a alguien como autori- ría el carácter autoritario que puede despren-
dad, para que una persona adquiera esa fuerza derse de toda relación jerárquica o de toda
que la coloca en un plano superior. Y en este imposición; esto en la medida en que la inter-
sentido, las interpretaciones de esos otros vención de la fuerza para influir sobre otros
ocupan un lugar central. Dice Sennett: implica la ausencia de autoridad.
Como lugar de reconocimiento, la autori-
Cabe decir de la autoridad, del modo más dad es limitada, temporal y siempre implica
general, que se trata de una tentativa de in- el riesgo de perderse. La autoridad asume la
terpretar las condiciones del poder, de dar fuerza y la fragilidad de todos los fenómenos
un significado a las condiciones de control y asentados en la creencia. En este sentido, au-
de influencia mediante la definición de una toridad y libertad no son cuestiones antagó-
imagen de fuerza. Lo que se busca es una nicas sino aspectos de un mismo proceso, im-
fuerza que sea sólida, garantizada, estable bricados en ese haz de relaciones de poder en
(1982: 87). los que se detiene Foucault, atento a las opo-
siciones, resistencias e inestabilidades propias
A partir de aquí vemos que la autoridad es de las relaciones intersubjetivas.
una cuestión de vínculos y de formas de in- En relación con el tema que estamos tra-
terpretación de esos vínculos atravesados por tando nos interesa rescatar la distinción reali-
el poder, pero un poder un tanto extraño, po- zada por dicho autor entre las relaciones de po-
demos añadir, en la medida en que descansa der y los efectos de dominación. Así se refería:
en un derecho, el derecho a la legitimidad, al
reconocimiento (Ricoeur, 2008). El poder no es el mal. El poder son juegos
En la búsqueda de un criterio que relativi- estratégicos… Fijémonos por ejemplo en la
ce la imposición jerárquica siempre presente, institución pedagógica, que ha sido objeto
según su criterio, en una relación de autori- de críticas, con frecuencia justificadas. No
dad, Ricoeur prioriza la siguiente definición veo en qué consiste el mal en la práctica de
del diccionario Le Grand Robert de la langue alguien que, en un juego de verdad dado y
française: Autoridad, “el derecho a mandar, el sabiendo más que otro, le dice lo que hay
poder (reconocido o no) de imponer la obe- que hacer, le enseña, le transmite un saber
diencia” (Ricoeur, 2008: 87). y le comunica determinadas técnicas. El
Aquello que adquiere centralidad en esta problema está más bien en saber cómo se
definición es la expresión “derecho a…”, de van a evitar en estas prácticas —en las que
la que se desprende que no existe autoridad el poder necesariamente está presente y
si no se le concede a alguien el derecho de ser en las que no es necesariamente malo en
reconocido; derecho que legitima a la autori- sí mismo— los efectos de dominación que
dad y reconocimiento que dignifica la expe- pueden llevar a que un niño sea sometido a
riencia del que autoriza. A su vez, cuando se la autoridad arbitraria e inútil de un maes-
dice “poder reconocido o no”, por este “o no” tro, o a que un estudiante esté bajo la férula
se insinúa la duda en el corazón mismo de la de un profesor abusivamente autoritario
definición (Ricoeur, 2008). (Foucault, 1996b: 121).

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La autoridad en las instituciones efectivo, muchas de las prácticas que bajo el
educativas. Transformaciones imperio del reconocimiento podrían ser con-
de las coordenadas modernas sideradas autorizadas, son asociadas a posi-
ciones de arrogancia, maltrato, falta de respeto
Ahora bien, ¿qué es lo que ocurre cuando te- o abuso de poder. Les falta aquello que las ha-
nemos que dar cuenta de la autoridad de los cía creíbles, carecen de esa fuerza que sea sóli-
profesores? ¿Podemos explicarla recurriendo da, garantizada, estable.
a argumentos racionales? Estas expresiones no pueden pensarse al
En parte sí. Se puede decir que la autori- margen de las transformaciones que han te-
dad está en la posesión de un saber especia- nido lugar en las últimas décadas, tanto en el
lizado, en la forma en que se produce la ense- discurso social más amplio como en el campo
ñanza, en rasgos de la personalidad, pero en la de la educación.
medida en que las relaciones pedagógicas es- En las instituciones educativas modernas
tán atravesadas por aspectos transferenciales, la transmisión del conocimiento se ordenó so-
siempre hay algo irreductible a la explicación bre una serie de premisas básicas que pueden
racional (Antelo, 2008). sintetizarse en aquello que Dubet (2006) lla-
Fundar entonces la autoridad solamente mó “programa institucional moderno”. Este
en la razón no parece ser el camino más acer- programa considera que la educación, como
tado. Pascal (1982) sostenía que los magistra- trabajo sobre el otro, es una mediación entre
dos habían entendido bien esto último. Las los valores universales y los individuos parti-
togas, los palacios, los ornamentos, todo ese culares; afirma que el trabajo de socialización
aparato era necesario para darle materialidad es una vocación; cree que la socialización se
a un fundamento de carácter “místico”. dirige a inculcar normas que configuran a los
Toda la estructura monumental con que individuos y los vuelven autónomos.
fueron pensados los edificios que expresan el Hoy en día estos elementos se estarían
poder y la superioridad de unos sobre otros se desintegrando: los valores han perdido su
asienta sobre la necesidad de garantizar una unidad, la vocación choca contra los requeri-
fuerza estable. En las universidades, disposi- mientos de eficacia profesional, y la creencia
tivos materiales como los estrados cumplían en una continuidad entre socialización y sub-
esa función de señalar y reforzar cuál era el jetivación ya no resulta tan evidente (Dubet,
lugar donde se localizaba la autoridad, dón- 2006).
de estaba el saber y el poder, quiénes serían Ahora bien, el programa institucional
los encargados de mediar entre lo univer- moderno también se amparaba en una se-
sal (ciencia, verdad, valores) y los individuos rie de principios que asumieron el rango de
particulares. legítimos:
Es sabido que una de las primeras deci-
siones para desestabilizar el orden de las po- • La separación entre las instituciones
siciones, en todos los tiempos, es destruir los educativas y el resto de la sociedad: su
símbolos que las representan, y por supuesto, estructura arquitectónica manifestaba,
generar otros. en su condición de templos del saber,
En la actualidad, cuando los estudiantes esa posición excepcional y sagrada, y
sostienen que a algunos de sus profesores tendía a expresar que lo que se desarro-
“hay que bajarlos del pedestal”, o formulan lla allí no pertenece al orden habitual
la pregunta “¿quién se cree que es?”, la auto- de las relaciones sociales (Dubet, 2006).
ridad queda desenmascarada. Sin el soporte La herencia monástica de las universi-
de la creencia en ella, sin un reconocimiento dades enfatiza esta idea.

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• Un principio genealógico que indica productiva en la medida que propicia el cam-
la tensión entre tradición e innova- bio cultural; y ese cambio sólo puede ser po-
ción pero le da un lugar central a los sible a partir de una trasmisión respecto de la
mayores, a los sabios, en la función de cual se planteen rupturas (Carli, 2001).
ser mediadores entre los valores uni- En las últimas décadas se evidencian pro-
versales y los individuos particulares cesos de individualización que ponen en ten-
(Antelo, 2005). Frente a esto, Carli (2001) sión a la noción misma de trasmisión cultural
plantea que si bien la relación entre ge- tal como aquí la entendemos, asentada en un
neraciones siempre está atravesada por vínculo entre individuos diversos y entre ge-
la discontinuidad, en la educación, la neraciones sucesivas; en un traspaso de cono-
ilusión de un lazo que ligue a sujetos cimientos, herencias y legados que habilita su
nacidos en distintas épocas connota transformación por parte de aquellos que lo
una ilusión de continuidad. reciben. Un mundo en el que habitarían suje-
• Una idea de asimetría (temporaria) tos que se hacen a sí mismos pone en cuestión
entre las posiciones: así como el niño tanto la idea de trasmisión como operación
devendría un ser maduro y autónomo iniciada por otros, como la importancia de es-
luego de un proceso de dependencia tos otros en tanto autorizados para trasmitir.
respecto del adulto, el estudiante, en Lejos de lo que podemos llegar a intuir, es-
términos generales, era pensado como tas transformaciones no han devenido en una
aquel que recibía, más o menos pasiva- desaparición de la autoridad pedagógica, sino
mente, el saber por parte de los profeso- que han dado lugar a cierta resignificación de
res, para poder liberarse, luego de una la misma. Así, tal como plantea Dubet (2006),
etapa de formación, de su condición de es posible observar el pasaje de formas de au-
estudiante (Bourdieu y Passeron, 2003). toridad sostenidas por instancias exteriores
autorizadas (instituciones, normas, posicio-
Sin embargo, las coordenadas anteriores nes consagradas, etc.) a otras en las cuales la
muestran claros signos de transformación. personalidad ocupa un lugar privilegiado.
En primer lugar, dada la separación espacial, Si bien las conclusiones a las que arriba
la estructura precaria de muchas de las ins- Dubet se desprenden de investigaciones reali-
tituciones educativas contemporáneas y su zadas en instituciones europeas, encontramos
inserción en los espacios urbanos, distan de que sus planteos pueden ser considerados para
ser identificadas como “templos del saber”. pensar algunos aspectos de los escenarios
Las instituciones no están precisamente se- educativos latinoamericanos. Constatamos
paradas de la escena social, su espacialidad no en este sentido, entre otros fenómenos, una
puede asimilarse a las ideas de delimitación tendencia entre los jóvenes a concebir la au-
y protección respecto de un afuera, sino que toridad de los profesores en términos indi-
se encuentran atravesadas por los conflictos viduales, como un atributo que poseen o no
y las demandas de las sociedades de las que determinadas personas, con lo cual se pierde
forman parte. Por otra parte, sobre todo en de vista su carácter relacional. La autoridad
Latinoamérica, la crisis de las instituciones parece provenir entonces más del profesor en
públicas en las últimas décadas ha dejado su carácter de ejecutor de una performance
huellas visibles en el deterioro de los espacios. determinada, que como actor inmerso en una
En segundo lugar, en relación con el prin- trama institucional y sostenido por ella.
cipio genealógico, si bien cuando la discon- En estrecha relación con las mutaciones
tinuidad propia de la relación entre genera- en el principio genealógico, la idea de asi-
ciones se expresa en conflicto, puede resultar metría también es cuestionada. Se desdibuja

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así la relación asimétrica entre adultos y no como consumidores que pueden decidir au-
adultos, que en el terreno psíquico se liga con tónomamente e incluso inducir al consumo
las diferencias entre la sexualidad infantil y la de sus propios padres, independientemente
sexualidad adulta (Galende, 1994), y en el terre- del sector social de pertenencia.
no pedagógico con el vínculo entre prestigio y Complementariamente con lo anterior,
permanencia en el tiempo y con la articulación pero atendiendo otro registro, debemos te-
entre el saber y la experiencia (Antelo, 2005). ner en cuenta que a partir de los años ochenta
Las posiciones antiautoritarias y antiinsti- tuvo lugar una psicologización de los discur-
tucionales, surgidas a mediados del siglo XX, a sos pedagógicos. Esto ha tenido un mayor
partir de las cuales se aboga por la destitución desarrollo en los niveles primario y medio del
de todo tipo de jerarquías, han dado lugar a sistema educativo, pero atraviesa en la actuali-
un ciclo en el que la autoridad tiene que va- dad los debates sobre pedagogía universitaria.
lidarse y justificarse constantemente, y en el En esa expansión de la cultura psicológica, la
que experiencia y autoridad quedan disloca- consigna será “seducir”, “motivar”; y la autori-
das. Dubet plantea que durante la generación dad tendrá entonces que ganarse.
de mayo del 68 la palabra “institución” evocó Puede concluirse que en el presente es
el asilo de Goffman y el sistema panóptico evidente la reticencia para reconocerle a al-
de la prisión de la Ilustración exhumada por guien esa superioridad que está en la base
Foucault. “En ambos casos, la institución de la autoridad. Todo parece indicar que, tal
quedó reducida a sistema de control total de como expresa Sennett, “la ratificación de la
los cuerpos y de las almas, a sistema de puro desigualdad ofende a las sensibilidades mo-
adiestramiento cuyo objetivo es destruir toda dernas” (2003: 216). Si esto lo pensamos desde
subjetividad autónoma” (Dubet, 2006: 43). el punto de vista del conocimiento, podemos
Considerando una dimensión cultural, decir que la dimensión vertical asociada a la
cabe también tener en cuenta el impacto que en oposición entre expertos y no expertos, o más
el borramiento de la asimetría tuvo el desarro- sabios y menos sabios, parece contrastar con
llo creciente de los medios de comunicación el principio de horizontalidad reivindicado
en el proceso de socialización de las infancias desde aquellos discursos que conciben que
y adolescencias y la expansión del mercado de toda relación desigual, en la cual el poder está
productos para niños y adolescentes. necesariamente presente, es sinónimo de au-
En el presente, los adolescentes y jóvenes toritarismo o dominación.
—“nativos digitales”— reciben de manera di-
recta la influencia de las nuevas tecnologías y Los estudiantes frente
aquello que para las generaciones anteriores a la autoridad profesoral
es novedad, para ellos es un dato más de su
existencia cotidiana (Urresti, 2008). Esto supo- Las transformaciones mencionadas no deben
ne una alteración fundamental en la conside- hacernos perder de vista que en la universidad
ración del lugar de procedencia de los saberes es posible afirmar la presencia de especificida-
válidos para orientarse en la vida social. des que dan forma a un tejido complejo en el
Por otra parte, el discurso mediático, y que se ponen en juego diferentes modos de
especialmente el discurso publicitario, pro- interpretar la autoridad.
duce una construcción de la infancia y la En las instituciones universitarias, si bien
adolescencia desligada de los mandatos de los en general el principio de representación
adultos, pero fuertemente dependiente de las es desigual a favor de los docentes, desde el
propuestas del mercado. Observamos así una punto de vista de la ciudadanía universitaria
interpelación hacia los niños y adolescentes no existe un corte drástico entre profesores y

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María Paula Pierella | La autoridad profesoral en la universidad contemporánea
estudiantes (Naishtat, 2004). Esta caracterís- consideramos significativos, y que remiten a
tica ya estaba presente en la universidad me- las experiencias singulares de algunos sujetos,
dieval. En la Universidad de Bolonia, la más pero tienen el valor de condensar una serie de
antigua, apenas anterior a París y Oxford, los sentidos que se presentaron recurrentemente
primeros estudiantes dedicados a lo que hoy en la investigación.
conocemos como educación superior contra-
taron los servicios del maestro y conformaron 1) El fenómeno de la autoridad se presenta de
un grupo bien identificado y diferenciado de modo ambivalente. Es decir, la noción de au-
los otros gremios, por lo que muy pronto in- toridad es utilizada para hacer referencia a
tegraron su propia corporación, su universitas los profesores reconocidos como referentes
(Naishtat, 2004). en el plano de la formación; docentes que
A su vez, no nos encontramos frente a habilitaron el aprendizaje y la producción de
posiciones necesariamente diferentes desde pensamiento, como de aquellas figuras carac-
una variable generacional. Los estudiantes terizadas por imponer temor y producir sen-
universitarios, desde una perspectiva crono- timientos de inhabilitación.
lógica, es decir, considerando etapas evoluti- En relación con la primera acepción,
vas, son jóvenes y adultos; incluso algunos de es significativo el siguiente fragmento de
ellos pueden ser mayores que sus profesores. entrevista:
Es decir, a diferencia de la institución escuela,
en la cual se configura un vínculo asimétrico Con este tipo vos te encontrabas con algo
entre adultos y niños, en la universidad el vín- groso, yo nunca había tenido un docente
culo entre profesores y estudiantes puede ser así. Un tipo que podés respetar más o me-
pensado como simétrico en tanto iguales en nos, pero como dijo él en un seminario:
el sentido de que ambos pueden ocupar la po- hay una precondición para el aprendizaje,
sición de adultos. Ahora bien, considerando que es que vos le reconozcas una autoridad
la relación con el conocimiento y las respon- al tipo que te va a enseñar (estudiante de la
sabilidades institucionales diferenciales, ese Facultad de Humanidades y Artes, 1 de sep-
vínculo no puede ser sino asimétrico. Se tra- tiembre de 2009).
taría de un vínculo entre iguales, pero inscrito
en una estructura de diferencias (jerárquico- Personas “grosas”, “maestros”, “genios”,
meritrocráticas) (Carli, 2008). Y es dicha asi- “capos”; estas palabras ocuparon un lugar cen-
metría la que puede sostener a las posiciones tral en los relatos para caracterizar a ciertas fi-
en una estructura de lugares diferenciados; guras autorizadas.
estructura que es transitoria y temporal y que En contraposición, la noción de autoridad
se inscribe en un orden de reconocimiento también fue utilizada para hablar de relacio-
recíproco. nes intersubjetivas signadas por la “violencia”
Dentro de ese marco, recapitulando el o el “maltrato”: los profesores “mandones”
recorrido realizado pudimos arribar a algu- que, desde la perspectiva de los estudiantes,
nas conclusiones sobre las concepciones de utilizan su posición dentro de la institución
autoridad esbozadas por los estudiantes de para ejercer su poder.
la Universidad Nacional de Rosario. Éstas, En este sentido, muchas de las manifes-
signadas por la ambivalencia entre el recono- taciones e intervenciones que los profesores
cimiento de algunos aspectos de las figuras consideran propias de las responsabilidades
profesorales y su desacralización, serán pre- implicadas en el rol, devienen para los estu-
sentadas en los puntos que siguen. En ellos in- diantes en expresiones diversas de maltrato.
cluimos ciertos fragmentos de entrevistas que “Maltrato” que sólo presenta cierta cercanía

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María Paula Pierella | La autoridad profesoral en la universidad contemporánea 149
con la autoridad cuando aquellas personas de que nadie leía planteé que un estudiante de
las que proviene se encuentran previamente Letras al que no le gusta leer es como un
reconocidas; es decir, cuando ya ha recaído estudiante de Medicina al que le da asco
sobre ellas la eficacia simbólica de la creencia. la sangre. Después de eso, un grupo que se
Asimismo, tal como se pone de mani- sintió afectado elevó una nota acusándo-
fiesto en la siguiente cita, suele suceder que me de haberlos maltratado. En otra opor-
el concepto de autoridad sea asimilado al de tunidad, en un examen planteé con todo
violencia. cuidado: estudiaste, pero no comprendiste
bien el tema, y esta alumna elevó una nota
—Vos me decías la problemática de la vio- a Jurídica aduciendo maltrato (profesora de
lencia cuando hablamos, ¿no?, me parece, o la Facultad de Humanidades y Artes, 6 de
algo así… diciembre de 2011).

—De la autoridad… Es así que la ambivalencia permite iden-


tificar fenómenos de autorización del otro al
—Sí, de la autoridad. Yo lo relacioné más mismo tiempo que escenas de desautoriza-
con lo violento de algunos profesores. En el ción. Estas últimas tienen lugar fundamental-
1º año común leímos un texto que se llama mente cuando los jóvenes se sienten “violen-
“La violencia que no se ve”. Bueno, ese texto tados” (lo cual, en el contexto antijerárquico
es muy interesante, habla de la violencia que del presente abarca, como dijimos, cada vez
no se ve. La violencia que se ve es cuando más situaciones), pero también cuando des-
una mujer es golpeada, digamos, la violencia cubren que el profesor no sabe aquello que
física. Hay otra violencia que no se ve. Por intenta trasmitir, cuando se encuentran ante
ejemplo, que un profesor te diga que va a ve- la situación de tener que enseñarles algo a sus
nir a una consulta y no viene, eso es violen- docentes o cuando sienten que el respeto o el
cia. Que una clase tiene que empezar a una reconocimiento no es algo recíproco. Decía
hora y no empieza, eso te genera violencia una joven entrevistada:
(estudiante de la Facultad de Humanidades
y Artes, 20 de octubre de 2009). Si no te ganan, vos no los reconocés. Es di-
fícil si no le das autoridad a alguien, sos un
La autoridad y su articulación con la vio- poco escéptica… He escuchado decir bar-
lencia pueden estar aludiendo a formas del baridades que socavan su autoridad… Yo
trato, a faltas de responsabilidad, a interven- tendría que poder ponerla por encima de
ciones profesorales no legitimadas desde el mí y no puedo. No puedo creer que diga lo
punto de vista estudiantil. Cabe considerar que diga con esa formación (estudiante de
aquí el modo en que se refería a este tema una la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y
profesora de la carrera de Letras; su comen- Agrimensura, 16 de octubre de 2009).
tario nos remite al fenómeno señalado en el
apartado anterior respecto de las dificultades La ambivalencia también se pone de ma-
encontradas en la época para reconocer la nifiesto por parte de los estudiantes al expre-
superioridad de unos sobre otros, como así sar satisfacción por haber alcanzado mayores
también para identificar autoridad y poder niveles de autonomía, al mismo tiempo que
con dominación o maltrato: deseos de regulación por parte de las autori-
dades. Respecto de esto último observamos
La palabra maltrato me ha perseguido des- cierta dificultad entre los jóvenes para hacer-
de que doy clases… Una vez, constatando se cargo autónomamente de las cuestiones

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María Paula Pierella | La autoridad profesoral en la universidad contemporánea
que involucra una trayectoria universitaria. demanda de respeto y reconocimiento teñida
De cualquier modo, creemos que aquí tam- del reclamo de ser tratados como iguales y
bién tiene lugar un reclamo de hospitalidad de generar vínculos de confianza. Habría de
frente al desconocimiento de las nuevas nor- este modo una impugnación de las relaciones
matividades establecidas en el nuevo espacio jerárquicas, un reconocimiento de aquellos
institucional. profesores que los tratan en términos de pa-
Frente a la constatación de esta serie de di- ridad y que se colocan en el lugar de ser “uno
ficultades, las instituciones universitarias par- más” en el plano vincular, pero una asimetría
ticipan de diferentes modos en el debate entre que sigue siendo necesaria en el plano del
afianzar aquellas prácticas impersonales que conocimiento.
acrecientan la sensación de incertidumbre Lo anterior en muchas ocasiones viene
pero promueven prácticas más “adultas”, y la acompañado de una demanda de borramien-
incorporación de nuevos actores y espacios to de los signos que indican diferencias jerár-
institucionales, como tutorías y demás formas quicas y del deseo de ser tratados “de igual a
de acompañamiento, que procuran acercarse igual”.
a las identidades juveniles pero corren el ries- Así, la aceptación de una diferencia ne-
go de prolongar rasgos propios de la infancia cesaria en el plano del conocimiento y su
o la adolescencia. Cuando se radicaliza la pri- trasmisión se combina con una resistencia
mera posición se trata de preservar una idea para admitir que dicha diferencia se traduz-
del estudiante universitario como sujeto ma- ca bajo el significante de la superioridad. Y
duro y autónomo, pero se suele contribuir a la en este sentido, se resaltan aquellas figuras
expulsión de quienes no se adaptan a ella. En que, portando un saber y un saber hacer que
el segundo caso, de tanto intentar reconocer los vuelve distinguidos, se las ingenian para
las características de los jóvenes contempo- ocultar las marcas o signos de su posición en
ráneos a los que se intenta incluir, puede co- el trato con los demás. Dicha resistencia pone
rrerse el riesgo de dificultar la potencia de lo de manifiesto el malestar generado por la idea
inédito para provocar marcas en los sujetos. de superioridad de unos sobre otros y que ex-
presa además la articulación entre autoridad
2) Los estudiantes interpretan a la autoridad y libertad que puede intuirse de los planteos
como una relación entre posiciones desiguales. foucaultianos.
Esta interpretación puede sostenerse como Por otro lado, lo anterior nos permite
tal en la medida en que esté basada en el re- pensar en otra articulación que parece diso-
conocimiento recíproco entre las partes, y en nante, aquella que liga autoridad e igualdad
tanto opere la creencia en la legitimidad de y sobre la cual el pensamiento de Rancière es
los fundamentos sobre los que se asienta la esclarecedor.
distinción. Hace ya unos años, en la década de 1980,
De este principio general se derivan varias este filósofo rescataba del olvido una figu-
cuestiones. Por un lado, la idea de reciproci- ra particular, la de Jacotot, pedagogo fran-
dad implica la pretensión de recibir algo a cés, revolucionario de 1789 y exiliado en los
cambio de la delegación de autoridad: respeto, Países Bajos en tiempos de la restauración
atención, reconocimiento. Respeto al profesor monárquica, que realiza en la Universidad de
si éste me respeta, lo reconozco simbólica- Lovaina una suerte de experimento: la de en-
mente y en consecuencia le otorgo autoridad señar francés a estudiantes a pesar de no saber
si el reconocimiento es recíproco, expresarían holandés, es decir, sin la posesión de una len-
estos jóvenes. No se evidencia aquí un de- gua que actuara como mediadora. En esa em-
seo de liberarse de las autoridades, sino una presa, un texto clásico de la literatura francesa

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María Paula Pierella | La autoridad profesoral en la universidad contemporánea 151
—el Telémaco, que en ese entonces se había consecuencias de este reconocimiento. El
publicado en Bruselas en una edición bilin- primer acto se llama embrutecimiento, el
güe— funcionó como el tercero en cuestión. segundo emancipación (2007: 9-10).
Pero más allá de la experiencia en sí, lo
que nos interesa destacar es que con la figu- 3) Modelos de autoridad centrados en la expe-
ra del “maestro ignorante”, que le inspirara riencia. Estos modelos tienen lugar al mismo
el maestro Jacotot, Rancière (2007) trastoca tiempo que la impugnación de la antigüedad
la relación de asimetría, que es algo así como como marco regulatorio que garantiza la per-
la piedra angular de la autoridad pedagógica manencia en el sistema. Es decir, si bien se ob-
tal como la hemos entendido hasta ahora. Sin serva una valoración del saber obtenido a tra-
embargo, esto no lo hace desarmando a la au- vés del paso del tiempo, se detectan también
toridad. Desde su perspectiva, la voluntad del críticas relativas a la falta de adecuación de los
que enseña, como “fuerza de decisión”, ocupa docentes a los cambios tecnológicos o al can-
un lugar privilegiado; él parte del reconoci- sancio percibido en algunos profesores. No
miento de las voluntades razonables. Jacotot hay planteos esencialistas sino juicios críticos,
había dejado a sus alumnos solos con el texto; situados, en los que obtiene reconocimiento
únicamente les había dado la orden de transi- tanto aquel profesor “viejo” que “forma escue-
tar un camino que él mismo ignoraba. El re- la”, que deja un legado, como aquellos jóvenes
sultado es que habían aprendido sin maestro entusiastas que pese a tener cargos simples u
explicador. ¿Qué es lo que ignora este maes- honorarios se comprometen con la tarea.
tro? El principio de desigualdad de las inteli- Desde la perspectiva de los estudiantes no
gencias. Había demostrado algo inquietante: siempre las posiciones de poder ocupadas por
que el saber del maestro no era lo que instruía sus docentes (manifestadas principalmente
al alumno y que nada impedía que enseñara en los cargos y dedicaciones) tienen un corre-
una cosa diferente de su saber. Es así que co- lato en el mérito de éstos. La impugnación de
menzó a enseñar piano y pintura —materias los profesores como no merecedores de ocu-
que desconocía— portando el método de la par dichos lugares se asienta en general sobre
igualdad, que no era sino el de la voluntad. Se la base de nociones meritocráticas, que son las
podía enseñar, entonces, sin maestro explica- que priman en los concursos docentes.
dor, mediante la tensión del propio deseo o la Cabe tener en cuenta que en la Universidad
exigencia de una situación (Rancière, 2007). en la que se centró nuestro trabajo el porcen-
¿Cómo opera, desde esta perspectiva, taje de docentes que obtuvieron su plaza me-
una autoridad sobre la base de la igualdad? diante concurso es bajo.4 Frente a esto, pode-
Interrumpiendo la continuidad de un orden mos pensar que si el concurso abre un espacio
que impone un posicionamiento estático pre- de legitimación de la autoridad profesoral ba-
fijado de lugares. Instruir, dice Rancière, pue- sado en el funcionamiento de un conjunto de
de significar dos cosas exactamente opuestas: reglas instituidas y en actores que ocupan sus
cargos por estar más calificados que otros, su
Confirmar una desigualdad en el acto mis- escasa presencia plantea un serio desfasaje en-
mo que pretende reducirla o, a la inversa, tre la autoridad institucional (como fuente de
forzar una capacidad, que se ignora o se legitimidad para los que ejercen autoridad en
niega, a reconocerse y desarrollar todas las su ámbito) y la autoridad simbólica (el poder

4 Según el último dato obtenido, correspondiente al año 2009, en la Universidad Nacional de Rosario sólo 39.2 por
ciento de los docentes ingresó por concurso. Si este dato se desagrega entre profesores (titulares, asociados y ad-
juntos) y auxiliares de docencia (jefes de trabajos prácticos), se desprende 43.7 por ciento en el primer caso y 35.9
por ciento en el segundo. Fuente: Informe de evaluación externa del Comité de Pares de la CONEAU, febrero de
2009, en: http://www.coneau.edu.ar/archivos/evaluacion/UNR .pdf (consulta: 14 de octubre de 2011).

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María Paula Pierella | La autoridad profesoral en la universidad contemporánea
de un enunciador para producir creencia); y discursiva, la personalidad y el carisma siem-
ello, a su vez, condiciona tanto la exaltación pre han sido componentes a tener en cuenta
del componente personal de las figuras auto- a la hora de hacer referencia a su autoridad,
rizadas, como la puesta en duda por parte de más allá de la legitimidad que puede dar el rol
los estudiantes de la legitimidad del cuerpo que ocupen. Ahora bien, creemos que tam-
docente.5 bién debe considerarse la tesis de Dubet (2006)
El relato que sigue pone de manifiesto —que esbozáramos en el apartado anterior—
estas cuestiones, es decir, tanto el descrédito según la cual la fuerza del carisma tiende a
estudiantil respecto de ciertas personas en aumentar como fundamento de la autoridad,
particular, como su escepticismo sobre la le- cuando las instancias exteriores muestran
gitimidad de los mecanismos institucionales signos de debilidad. Esto implica formas de
que regulan las formas de acceso a la carrera legitimidad más inciertas, desprovistas del
docente: apuntalamiento de la autoridad institucional
y, por ende, más sujetas a la negociación entre
Tendrían que ponerse las pilas con los las partes involucradas. Así, dicho autor ad-
profesores que ponen. Yo no sé si es todo vierte que cuando la autoridad ya no apuntala
por concurso, pero hay muchos profesores el poder, este último no desaparece, sino que
que dejan mucho que desear y hay muchos tiende a ser reducido a un carisma personal
profesores importantes que están ahí abajo que es al mismo tiempo agotador y aleatorio.
que podrían ser jefes de cátedra. (estudian- En relación con lo anterior, la autoridad es
te de la Facultad de Ciencias Económicas y interpretada por los estudiantes no como algo
Estadística, 12 de noviembre de 2009). que los profesores poseen, producto de su in-
vestidura, sino como aquello que adviene tras
4) La personalidad de los profesores es un as- un proceso de lucha por ella. La noción de “ga-
pecto de peso en el proceso de delegación de su nancia” —propia de un juego, de una batalla o
autoridad. En esta clave, la autoridad no es de- de una inversión económica— nos recuerda la
finida en términos de imposición, sino, como fecundidad de la noción bourdiana de “cam-
ya se dijo, de seducción. Esto se expresa en los po”. Como en todo campo, en la universidad
relatos de los estudiantes a través de térmi- se ponen en juego diferentes intereses, y aquel
nos como “motivación”, “enganche”, docentes que sale a jugar invierte las “fichas” para poder
“copados” y “piolas”. También se pone de ma- conservar o transformar su posición en una
nifiesto en los modos en que se habla acerca red de relaciones. La disputa en torno al capi-
del “saber enseñar”, como si éste fuera algo tal simbólico en cuestión (y en ocasiones tam-
individual, una especie de “don” o talento que bién respecto del capital económico) coloca a
sólo algunos profesores poseyeran. Es común, los miembros de cada campo en posiciones
en este sentido, que se piense a la autoridad en diferenciadas según el prestigio y reconoci-
términos individuales, como si fuera un atri- miento alcanzados (Bourdieu, 2006).
buto que poseen o del cual carecen algunas Por parte de los estudiantes, la posición de
personas en particular, sin considerar que, en los profesores dentro del campo es interpreta-
general, los individuos actúan como soportes da, en ocasiones, como una cuestión de peso.
de determinadas instituciones. En este sentido, aquellos profesores que ya
Nos interesa señalar que en la medida en cuentan con cierto reconocimiento entre los
que la actividad de los profesores está basada pares entran a las aulas con un cierto “plus” de
en gran parte en una cuestión enunciativa o autoridad ya adquirida, o más precisamente,

5 Para profundizar en las categorías de autoridad institucional y autoridad simbólica remitimos al trabajo de
Ricoeur, 2008.

Perfiles Educativos | vol. XXXVI, núm. 145, 2014 | IISUE-UNAM


María Paula Pierella | La autoridad profesoral en la universidad contemporánea 153
“ya ganada”. Pero en la mayoría de los casos, los hay un fenómeno que puede caracterizar a la
estudiantes pondrán más énfasis en las dispo- modernidad es la multiplicación o apertura
siciones de los sujetos para lograr la autoridad de los fundamentos posibles de ser erigidos
que en la propia posición de éstos en el campo. como autoridades, a partir de la desarticu-
No obstante esto, no sólo el carisma y la lación entre autoridad, religión y tradición.
personalidad son atributos destacados. Así, Apertura que si bien tras la “muerte de Dios”
tendrán muchas oportunidades de ganar la pudo permitir la existencia de autoridades en
autoridad quienes expresan un conocimiento plural, plantea la paradoja de vivir, pensar, ac-
cabal de los temas a tratar y un saber acerca tuar, decir, sin los reaseguros que aportaban
de su transmisión. Del mismo modo que la las tradiciones.
autoridad, el saber no se entiende aquí como En ese marco inscribimos la problemática
algo que se lleva a cuestas, sino que en cada ac- de la transmisión de los saberes; desde las ten-
tualización que se hace de él, el profesor tiene siones presentadas a los primeros pensadores
la posibilidad de salir a conquistar o a seducir surgidos a la luz del “siglo de las universida-
nuevas audiencias. des”, cuando la autoridad de la verdad revela-
Los estudiantes interpretan el saber sobre da, trasmitida a partir de las claves de la auto-
la enseñanza, el sentido práctico de las estra- ridad del pasado y de la tradición, comenzó a
tegias puestas en juego en la transmisión, y verse cuestionada por la razón humana.
la relación establecida con ellos como sujetos Lo anterior no fue un obstáculo para la
en ese intercambio pedagógico, como aspec- construcción de nuevas verdades, ni impi-
tos clave de las figuras autorizadas. Aquí se dió la construcción de nuevos sistemas de
pone en juego entonces, además de un saber creencia y nuevas figuras de la autoridad que
conceptual, una experticia docente, un “saber se harían cargo de la trasmisión del legado
enseñar” que va a estar en el centro de las crí- cultural. Reconocimos de este modo que
ticas hacia aquellos profesores que no tienen somos herederos de un modo de pensar la
en cuenta este aspecto como importante en la autoridad que está atravesado por las coor-
enseñanza en la universidad. denadas propias de la modernidad, al mismo
tiempo que por las transformaciones que en
A modo de cierre torno a éstas tuvieron lugar a lo largo del si-
glo XX. Fundamentalmente desde la segunda
En este artículo planteamos el carácter para- mitad de dicho siglo en adelante, la autono-
dójico y ambivalente de la autoridad, siempre mía como ideal trascendió las fronteras del
tensionada entre estar ausente o resultar exce- debate público para extenderse hacia otros
siva. Y es que el establecimiento del lazo social ámbitos más sujetos a la dependencia norma-
es al mismo tiempo posibilidad de desenlace. tiva, como las relaciones en la familia, en el
Concebir que alienación primaria a la autori- trabajo y en las instituciones educativas. Una
dad y posibilidad de separación respecto de serie de transformaciones socio-culturales
ésta constituyen dos caras inseparables del tuvieron lugar en las sociedades occidentales
proceso de subjetivación, implica entonces e impactaron sobre los principios básicos que
negar la posibilidad de acceder a un contac- estructuraron el programa institucional mo-
to directo con uno mismo, sin ese otro que es derno. El principio genealógico, la asimetría
constitutivo de toda identidad. entre las posiciones de la cadena generacional
Vimos que esta supuesta oposición entre y entre las partes de la relación pedagógica,
autonomía y autoridad fue una de las tensio- así como la direccionalidad de la transmi-
nes con base en la cual se construyó el pen- sión cultural, presentan mutaciones signifi-
samiento político y filosófico moderno. Si cativas que no implican la desaparición de la

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María Paula Pierella | La autoridad profesoral en la universidad contemporánea
autoridad, sino su resignificación en el tiem- la autoridad ligada a la idea de mandar o im-
po presente. poner; la autoridad basada en el reconoci-
Varios autores, algunos de los cuales miento y la creencia en otro que opera como
orientaron gran parte de nuestro recorrido, sostén; la autoridad en condiciones de igual-
como Zizek o Sennett, señalan las conse- dad y reconocimiento recíproco de las volun-
cuencias de vivir en un mundo en el que las tades razonables.
posiciones entre los sujetos se han visto dis- Lejos de pensar el devenir histórico de es-
locadas, lo cual conduce a admitir profundas tas formas de autoridad como una sucesión de
diferencias entre los distintos ciclos históricos modelos que fueron desplazándose, nos inte-
en el plano de la formación y la trasmisión del resa plantear la superposición y convivencia
conocimiento. Las experiencias culturales y compleja de estas figuras y sentidos entre los
educativas de sucesivas generaciones hasta estudiantes universitarios del presente.
bien entrado el siglo XX estaban centradas La consideración de esa perspectiva nos
en una jerarquía de posiciones en la cadena presenta algunas de las aristas del problema
generacional, en el claro establecimiento de de la autoridad en la universidad, entre ellas,
los lugares de lo prohibido y lo permitido, el la necesidad de reconocimiento y cuidados en
saber y la ignorancia, la experiencia y la im- una institución que en ocasiones se presenta
pericia. Y el reconocimiento de esa diferencia como excesivamente hostil y que puede con-
de lugares era lo que llevaba a imaginar o a ducir a la búsqueda de seguridad bajo la forma
organizar su trasgresión. Contrariamente, los de una actitud dependiente (infantil) respecto
procesos de desinstitucionalización e indivi- de algunas figuras. Y “el creer que esa búsque-
dualización propios de las últimas décadas da se puede consumar es verdaderamente una
del siglo XX, nombraron una serie de muta- ilusión, una ilusión peligrosa. Con un tirano
ciones estructurales que impactaron profun- basta”, dice Sennett (1982: 186). Pero creer que
damente sobre la configuración subjetiva, el no debiera procederse a ninguna búsqueda de
vínculo con la autoridad y los sentidos asig- la autoridad, bajo el ideal de la autonomía ab-
nados a la producción del conocimiento y su soluta, también es peligroso. Porque descono-
trasmisión. ce el valor de admirar a otro, de reconocerlo
En el recorrido planteado señalamos los en el proceso de formación de las identidades,
diferentes sentidos que pueden desplegarse a tanto desde el punto de vista subjetivo como
partir de esta noción compleja y polisémica: académico y profesional.

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156 Perfiles Educativos | vol. XXXVI, núm. 145, 2014 | IISUE-UNAM


María Paula Pierella | La autoridad profesoral en la universidad contemporánea

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