Monografia
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PROCESAL PENAL
Título:
“teoría de la imputación objetiva”
Autor:
SHIOMARA IRENE CARHUANCHO VILLALOBOS
Asesor
Mg. Martin E. Valdivia C.
Lima – Perú
2023- II
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DEDICATORIA:
Este trabajo está dedicado al impulso de todo
estudiante; así como al esfuerzo y esmero con el
que apostamos en mejorar nuestra vida
académica.
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INDICE GENERAL
Tema Pág.
DEDICATORIA
INTRODUCCIÓN
EL PRINCIPIO DE CONFIANZA
PROHIBICIÓN DE REGRESO
INTERVENCIÓN DOLOSA
10
INTERVENCIÓN NEGLIGENTE
10
CONCLUSIÓN
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BIBLIOGRAFÍA
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INTRODUCCION
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cuándo un resultado causado por el comportamiento de un sujeto puede objetivamente
atribuírsele»(7) Vale decir, la imputación objetiva nos permite superar la causalidad natural y
arribar a la comprobación de un vínculo jurídico entre la acción y el resultado. Es aquí donde
reside la importancia de esta teoría, porque postula la posibilidad de una interpretación
teleológica restrictiva de los tipos penales, donde para que exista un comportamiento o
conducta típica es necesario –además de la causalidad– se cumpla la siguiente fórmula (o
relación entre los siguientes presupuestos) que: i) el comportamiento haya creado un riesgo
típicamente relevante, y ii) ese riesgo sea el que se haya realizado en el resultado lesivo.
Podemos citar un ejemplo introductorio para la comprensión inicial de esta teoría: «aunque
quien maneje un automóvil correctamente “mate” a otro en un accidente, si ese accidente es
realmente tal, es decir, se produce en el marco de una conducción conforme a las reglas
aplicables, aunque el conductor ha causado la muerte de la persona atropellada, no la ha
“matado” en el sentido del tipo»(8). En este ejemplo se observa cómo, en mérito de la fórmula
descrita líneas arriba, a esta persona no se le puede atribuir la conducta típica del tipo penal
de homicidio culposo, ya que el hecho fue sólo un accidente.
7. GARRIDO M., Mario: “Derecho penal. Parte general”, Tomo II, pág. 69.
8. CANCIO M., Manuel: Ibídem.
9 . CATHREIN citado por ZAFFARONI: “Tratado de Derecho Penal. Parte general”, Tomo
II, pág. 297.
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la capacidad requerida para la responsabilidad: culpabilidad) (10). Esta especificación nos
permite comprender que la Teoría de la Imputación Objetiva está dentro del ámbito de la
teoría del tipo penal, esto es, como un presupuesto del tipo penal.
Que, la regla del Riesgo Permitido tiene plena efectividad para los tipos
penales culposos, pero también tiene aplicabilidad en los tipos dolosos, pudiendo
mencionar como ejemplo a los delitos ambientales.
Sin embargo, en el ámbito de esta regla del Riesgo Permitido se presenta un
problema en cuanto a la determinación de sus alcances; ya que, aunque existen
algunos ámbitos donde el riesgo permitido se encuentra regulado, como en el tráfico
automotor, funcionamiento de industrias, prácticas deportivas, actividad minera y de
hidrocarburos, entre otros; cabe recordar que existen ámbitos donde se carece de
dichas regulaciones, como la lex artis de la actividad médica, construcción, cuidado de
niños, entre otros. Este problema genera inconvenientes en la práctica jurídica, ya que
no se puede establecer un parámetro exacto y libre de dudas del ámbito de
permisibilidad del riesgo.
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en vista de que en ningún momento tuvieron relación con la consumación del ilícito. La
teoría actualmente versa sobre un ámbito de colaboración de tipo doloso de un tercero en
la realización del tipo penal, sin que exista relación o responsabilidad para este mal
llamado partícipe. Es por tal razón que Claudia López Díaz los clasifica como casos de
“participación aparente”23 en la cual no va a ser imputable tal situación que ha favorecido
a la comisión del delito, siempre cuando se obre bajo la figura del riesgo permitido del que
se trató con anterioridad. Ejemplo: Cuando Pedro vende un vehículo a Juan, con el que
posteriormente se lesiona o da muerte a Jorge; en este caso, se prohíbe el regreso hasta
Pedro, debido a que el nexo causal para la consumación de los daños de Jorge, es
solamente la actuación de Juan. Así mismo, debemos examinar, si la intervención se
desprende de un acto, doloso, negligente o licito por parte de un tercero.
V. INTERVENCIÓN DOLOSA:
En este caso, se supone que, al ejecutarse actos dolosos por parte de un tercero
interviniente, los cuales tienen una consecuencia relevante en la actuación siguiente de
otro agente, debe de existir una responsabilidad por parte de la inicial; puesto que este ha
aumentado o creado el riesgo que posteriormente es ejecutado por parte del otro autor.
Por ejemplo, el guarda de seguridad de un banco, el cual tiene como deber el cuidado del
dinero que deposite, a causa de actos dolosos del mismo, da lugar a que unos ladrones
entren a la entidad y roben una alta suma de dinero. Dicha responsabilidad, puede
imputársele al guarda de seguridad.
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parte de la Corte Española en el año de 2005, bajo radicado 27-VI-2005, no se generó
responsabilidad de los padres, debido a que los bomberos locales no acudieron en un
tiempo razonable, además de que, en el local comercial, no existían extintores para
contrarrestar el fuego generado mientras llegaban los bomberos. El tribunal, haciendo
referencia a lo que nos compete en este proyecto de grado, afirma que para la actuación
de una conducta a la teoría de la imputación objetiva, es necesario que la causalidad no
solo exista lógicamente, sino que, además, sea adecuada a la “experiencia general”, en
este caso, aunque hay que reconocer que los incendios son complicados, no se puede
entender cómo con tan solo hacer que arda una planta de plástico, pueda
desencadenarse la destrucción total de un local comercial, basándose en las reglas de la
“experiencia general”. 25 Por otra parte, en casos de responsabilidad médica, el primer
causante deberá responder en forma general de los daños ulteriores que se ocasionen por
otro personal médico, debido a que la producción de la lesión o del daño corporal, es la
que desencadena el riesgo de nuevos daños. Dicha definición, no puede ser aplicada en
abstracto debido a que si el 25 GARCIA-RAPOLL MONTIJANO, MARTIN, Imputación
objetiva, causa próxima y daños indemnizables, Granada, editorial Comares, 2008, Pág.
154. 24 nuevo daño es producido a causa de negligencia grave el nuevo médico, no se
puede hacer responsable al primero. Puesto que todas, incluidos aquellas personas que
dañen involuntariamente, tienen derecho a esperar de los demás una actuación conforme
a su pericia profesional. Como ejemplo, ocurrió en lo declarado por el Tribunal Español en
sentencia 14-II2006, en la que a una mujer se le practica un legrado del útero y posterior a
la cirugía, se presentan distintos dolores, por los que acude a otro médico que procede a
retirar la trompa de Falopio izquierda, sin examinar previamente los exámenes médicos.
La mujer sigue con dolor y se vuelve a examinar, dando como resultado que las trompas
de Falopio se encuentran en total normalidad, y los dolores se debían a residuos del
legrado que se realizó inicialmente. Aquí, la responsabilidad se imputó al segundo médico,
ya que este, basado en sus conocimientos, debió examinar a la paciente antes de realizar
dicha cirugía, y a causa de su negligencia, la mujer se sometió a una cirugía inadecuada e
innecesaria. Intervención licita: Las actuaciones de una persona, puede generar
reacciones (de defensa, huida, de persecución, etc.) en otras personas que son
totalmente licitas, pero que si causan algún daño a otro, o al mismo que reacciona, no se
podrá eliminar en absoluto la responsabilidad del que actuó ilícitamente. Como ejemplo,
se puede mostrar, cuando una pareja A y B, camina tranquilamente por la ciudad, y de
repente aparece C quien da muerte a B y sale persiguiendo a A, lo que genera que A
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salga corriendo y sea atropellada por D, una persona que conduce tranquilamente, dentro
de los límites permitidos, pero que de igual forma, no alcanza a reaccionar por la aparición
de A, quien fallece instantáneamente. D, quien termina con la vida de A, actuó lícitamente,
quien solo tuvo una causalidad material, pero el responsable objetivamente deberá ser
quien perseguía a la víctima tras matar a su pareja, en este caso C.
VII. CONCLUSION
En todo delito de resultado se requiere, como primer nivel de análisis, que se verifique un nexo de
causalidad entre el comportamiento del sujeto activo y la producción del resultado. Es decir, para
tipificar una conducta a un tipo legal es necesario comprobar la relación existente entre esa
conducta y el resultado típico. Esta comprobación del vínculo jurídico entre la acción y el resultado
se denomina el Juicio normativo de la imputación objetiva. Como vemos, un primer momento
consiste en una comprobación, donde se verificará, desde un punto de vista natural, la relación de
causalidad; el segundo momento será la comprobación de un vínculo jurídico entre la acción y el
resultado. Esto no es más que " el juicio normativo de la imputación objetiva", en relación con los
delitos de resultado.
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VIII. BIBLIOGRAFÍA
BACIGALUPO, Enrique (1996) Manual de Derecho Penal Parte General, Bogotá: Temis.
CANCIO MELIÁ, Manuel (1997) Conducta de la víctima e imputación objetiva en derecho penal,
Madrid: Fondo Editorial Universidad Autónoma de Madrid.
STRATENWERTH, Günther (2005) Derecho Penal Parte General, Buenos Aires: Hammurabi.
MIR PUIG, Santiago (2001). Alcances de la imputación objetiva en derecho penal. En: Libro
Homenaje al profeso Claus Roxin. Córdoba: Lerner.
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