Acompañar A Nuestrohijo e Hija A Dejar El Pañal

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Unidad de Atención Infantil

Temprana de Langreo

¿ACOMPAÑAMOS A NUESTRO HIJO A DEJAR EL PAÑAL?

Se le llama control de esfínteres a reconocer cuando se tiene pis o caca y ser capaz de retener su
salida hasta que estamos en un lugar adecuado para hacerlo.
¿Parece fácil, no? Pues algo que a los adultos nos parece tan sencillo, implica mecanismos
neurológicos, motores y emocionales que deben funcionar de manera coordinada.
Vamos a ver que controlar los esfínteres es mucho más complicado que simplemente sentar al niño en un
orinal a unas horas determinadas y que es un proceso de maduración además de aprendizaje.

Muchas veces oímos que el niño ha de estar maduro, pero ¿qué significa eso? Cuando un bebé nace no
tiene capacidad neurológica para ejercer el control de sus esfínteres, por eso le ponemos pañal. A medida
que su desarrollo se lo permita, el niño, con ayuda de sus padres, empezará a controlar sus esfínteres hasta
lograr que su acto reflejo se convierta en una función voluntaria. Mientras la vejiga urinaria se va llenando
los esfínteres que se encuentran en la salida de la vejiga y en la uretra permanecen contraídos. Una vez que la
vejiga se llena, se envía una señal nerviosa que va desde la vejiga hasta la parte sacra de la médula espinal,
una zona bastante baja de la columna en dirección al cerebro. Las heces se controlan a través de unos
esfínteres situados en el ano que impiden su salida una vez que han llegado al recto. Por tanto quedan
retenidas en la última parte del intestino grueso. De la misma forma que ocurre con la orina, en el ano existen
unas terminaciones nerviosas que avisan cuando hay heces, al cerebro.
Por otro lado, se necesita que el esfínter voluntario madure (tenemos 2 esfínteres). Esta musculatura
necesita madurar para que se pueda contraer, cerrar y decidir retener su salida hasta el lugar adecuado para
hacerlo. Y hablamos de maduración, que no de aprendizaje, porque nosotros no podemos enseñarle cómo
hacer todo esto.
El cerebro también tiene un gran papel en este proceso, entre otras cosas es el encargado de decidir cuándo
se puede hacer pis y cuando no, de tomar conciencia del cuerpo, cuándo avisar y cómo… Pero el cerebro
humano tampoco está maduro al nacer, éste se desarrolla. La parte de la corteza, que decide, que inhibe el
hacerlo si no es adecuado, que avisa…, es de las últimas en madurar porque el cerebro madura de adentro
hacia afuera y de atrás hacia adelante y la corteza está en la parte más exterior del cerebro. Para que la
información llegue desde la vejiga hasta el cerebro debe de subir por la médula espinal, atravesar todo el
cerebro de abajo hacia arriba para llegar la corteza. En el medio del cerebro, se encuentra el sistema
emocional del ser humano, por lo que toda la información de los esfínteres y su vivencia pasa por las
emociones antes de llegar a la corteza, de ahí que cobre gran importancia cómo el niño viva el proceso del
control de esfínteres (si se le riñe, si se le obliga, si se le compara… esas emociones se le quedarán grabadas
en el cerebro y así lo irá viviendo las próximas veces). Esto hace que nos permite comprender por qué ante
determinadas circunstancias que afectan al niño emocionalmente puede volver a hacerse pis, caca (el
nacimiento de un hermano, cambio de colegio…). Una vez que la información llega a la corteza, tiene que
volver a bajar por la médula hasta la vejiga.
Además de la maduración fisiológica se necesita algo más: que el niño quiera hacerlo

Antes de empezar:
Hay que observar que el niño adquiere nuevas capacidades que nos indican que está preparado. Si no es así,
podemos favorecer su aparición.

Podemos favorecer el interés por dejar el pañal con algunas acciones:


Unidad de Atención Infantil
Temprana de Langreo
 Fomentar que conozcan su cuerpo. Enseñarle al niño las diferentes partes del cuerpo y hacer hincapié
en las que tienen que ver con la eliminación de excrementos: que sepa por dónde salen las heces y la
orina. Se puede empezar mucho antes y aprovechar la hora del baño para que nombre las diferentes
partes del cuerpo mientras se enjabona.
 Conviene permitirle acompañarnos al baño (puede aumentar la eficacia que acompañe al progenitor
del mismo sexo). Debemos ser un modelo a imitar para nuestro hijo o hija, debe saber y haber visto
que los niños y niñas mayores y los adultos hacemos pis y caca en el váter.
 Explicar qué es el orinal o el váter y para qué sirve.
 Repetirle términos relacionados con el retrete y fomentar el conocimiento del vocabulario. No
importa que lo llamemos váter, retrete, pipí o popó o pis y caca mientras el niño sepa de qué estamos
hablando.
 Llamar a las cosas por su nombre. Si decidimos que lo que sale del culo es caca, lo que hay en el
suelo deberá ser suciedad. No podemos decirle a un niño que el tetrabrick pisado que hay en el suelo
es caca y después decirle “vamos al orinal a hacer caca”.
 Poner palabras a lo que ocurre. Mediante un lenguaje adaptado a su edad, hay que explicarle al niño
qué son las heces y la orina y por qué las eliminamos: “La caca es lo que el cuerpo echa porque no
sirve para nada. ¡Uf! Huele fatal pero es bueno hacer caca todos los días porque si no, nos
sentiríamos mal y nos pondríamos malitos”.
 Muchos niños desarrollan miedos relacionados con el retrete y es importante que los superen antes
de comenzar el control de esfínteres. No podemos pretender que el pequeño se mantenga sentado y
relajado en un sitio por el que piensa que se va a caer o del que cree que puede salir un monstruo, por
ejemplo. En estos casos hay que empezar por el orinal, que observe el pañal sucio y lo tire a la
basura o que tire la caca en el váter y el pañal posteriormente a la basura y facilitarle que tire de la
cadena, sin llegar a obligarle a que lo haga… Si los miedos permanecen en el tiempo es mejor
consultar.
 Podemos dejar que el niño o la niña practique sentándose en el orinal y en la taza del baño durante
breves periodos de tiempo, incluso que asocie la visita al cuarto de baño con actividades placenteras
como leer un cuento. En principio se hará sólo para que se familiarice con esos objetos (no
necesariamente para que les de uso) y compruebe que no se cae dentro o desaparece.
 No forzarlo para que se siente en el orinal.
 Dejar que note lo que ocurre sin llevar puesto el pañal.
 Favorecer la autonomía en otros ámbitos, como en el vestido. Si el niño es capaz de vestirse y
desvestirse, colocar la ropa sucia donde corresponda para lavar, mejorará el aprendizaje.
 Podemos leer cuentos ilustrados que traten el tema y jugar a llevar a los muñecos a sentarse en el
baño.
 Regularidad: una rutina organizada presenta muchas ventajas en este periodo
 Debemos consultar al pediatra si vemos que el niño hace fuerza y parece sentir dolor cuando va al
baño. No es recomendable iniciar el aprendizaje si no se encuentra bien o siente molestias durante el
proceso, ya que asociará estas situaciones de dolor al uso del retrete y no favorecerá que el niño
quiera dejar el pañal.

La actitud de los padres


En algunas ocasiones el pequeño puede estar preparado, pero los padres no. Este proceso puede resultar
estresante y conviene que los padres evalúen previamente cómo van a afrontarlo, porque el éxito tiene mucho
que ver con la actitud de los padres. Lo más importante:
Unidad de Atención Infantil
Temprana de Langreo
 Hay que transmitir en todo momento NATURALIDAD Y TRANQUILIDAD, y RECUERDA: una vez
tomada la decisión, no hay vuelta atrás. La única excepción sería si una vez iniciado el proceso el niño
padece una enfermedad que le mantenga encamado o sufre una gastroenteritis. (si ocurre en los prime-
ros días de proceso)
 No hay que darle más importancia de la que tiene.
 Tener paciencia: el niño está iniciando un aprendizaje complejo que requiere la coordinación de muchas
capacidades. Tranquilidad.
 Ante los fracasos, la respuesta de los padres será sin enfados. Suele ser suficiente con una frase como:
“Se ha escapado el pis, ahora vamos a cambiarte la ropa. Vamos a la habitación, cogemos ropa y te
cambias”. Por el contrario procuraremos reforzar cualquier logro relacionado con el control de
esfínteres. Tranquilidad.
 No reñir, no castigar, no ridiculizar… aunque sea sutilmente, como: “¡Otra vez se te ha escapado!”,
“¡Tan grande y con pañal!”, “¡El pañal es de pequeños!”. Recordemos que la información de este
proceso pasa por su parte emocional.
 Tranquilidad. No podemos trasmitir a los niños nuestros miedos y prisas. No podemos agobiarles y
apurarles, respetemos sus ritmos.
 Debemos aceptar sus retrocesos como parte del proceso: habrá días o temporadas en los que muestre
mucho interés y luego parece que se les pasa, habrá niños que controlarán el pis pero que pedirán que
les pongan el pañal para la caca, niños que hagan alguna vez en el orinal y no lo vuelvan a hacer un
tiempo …

Si nuestro hijo o hija acude a la ESCUELA DE EDUCACIÓN INFANTIL hay que hablar
con las maestras. Lo más beneficioso es una actuación coordinada.

Materiales
Necesitamos un orinal o un adaptador cómodo. El niño o la niña acompañará a sus padres a la tienda y
les ayudará a escogerlo. Puede personalizarlo con pegatinas para identificarlo como algo suyo.
Tiene que saber cómo subirse y bajarse la ropa o al menos colaborar en la actividad. Conviene que la
ropa sea cómoda y las prendas interiores abundantes para que pueda bajarlas y subirlas con facilidad.
Buscaremos un sitio para el orinal y permitiremos que se familiarice con él, podemos también jugar
sentando los muñecos.

Señales que da el niño


Si los siguientes puntos se cumplen, se puede empezar el control de esfínteres:
 Le disgusta estar mojado y avisa o busca al adulto para que le cambie el pañal, incluso llega a expresar o
señalar de algún modo que tiene ganas de orinar o defecar.
 Le molesta el uso del pañal y a veces intenta quitárselo.
 Interrumpe la actividad que está haciendo y se para o se retira mientras hace pis o defeca en su pañal.
 Entiende y cumple órdenes sencillas e imita comportamientos que ve en sus padres, como el cepillado
de dientes o el lavado de manos; sabe desvestirse (sobre todo bajarse el pantalón y la ropa interior) y
colabora en la tarea de vestirse; protesta porque quiere hacer cosas por sí mismo.
 Es capaz de permanecer sentado y atento a una tarea (un cuento, una canción, un juego, una
conversación) unos minutos.
Unidad de Atención Infantil
Temprana de Langreo

Todas estas premisas son necesarias para iniciar el control de esfínteres. Si no se dan, habrá que esperar
con paciencia hasta que ocurran y aparezcan indicadores de un mayor control. Cada niño evoluciona a un
ritmo distinto

Una vez evaluadas las señales que nos indican que podemos empezar a empezar a
enseñarle a despedirse del pañal, elegimos el día para comenzar. La semana en que se encuadre
el día señalado conviene que no sea muy complicada en casa y no coincida con situaciones que puedan
estresar al niño. Si los padres trabajan lo dejaremos para el fin de semana
1. Le animaremos a que se siente en el orinal, aplaudiendo su equilibrio y el hecho de que sea capaz de
bajarse y subirse la ropa. Si notamos cierta resistencia, le podemos permitir que se siente vestido y
permanezca un tiempo y le adelantamos que, a partir del día señalado empezará a usarlo a ratos para
aprender. Estas sentaditas no serán muy largas porque el objetivo es solo que se familiarice con la situación.
Para llevarlas a cabo no se debe obligar al pequeño a abandonar actividades en las que esté concentrado. Si
se resiste podemos guardarlo e intentarlo unos días después.
2. Cuando veamos que es capaz de sentarse y aguantar un poquito podemos aprovechar a sentarlo en un
momento en que esté desnudo, como antes del baño. Después podremos sentarlo en intervalos más regulares
3. Por nuestra parte, los papás deberán estar atentos y observar con antelación a la hora en que suele
hacer pis o caca de manera habitual. Así se pueden adecuar los horarios a los que le llevamos al orinal.
4. En función de lo observado lo llevaremos al baño en intervalos regulares, varias veces al día. Los
mejores momentos son después de las comidas, a media mañana, después de una siesta o antes del baño e ir
incorporándolo a la rutina. Si han pasado un rato grande desde la última micción, si se levantó de la siesta
seco o por la mañana, es más probable que haga pis en el orinal. No debemos obsesionarnos con preguntarle
cada poco si quiere ir al baño.
5. Cuando queramos que el niño vaya al baño, la invitación hay que formularla de forma positiva
“tenemos que ir al baño” o “es hora de hacer pis”. Mejor no preguntar, sino indicarle. No hay que alargar el
momento, no se trata de un juego simplemente debe asociar el hecho de ir al váter con algo sencillo y
agradable. Pasados unos minutos pediremos al niño que mire el orinal para que vea si está lleno o vacío . En
caso de que esté lleno le diremos lo bien que lo ha hecho, en caso de que esté vacío le indicaremos que se
suba la ropa y elogiaremos que sea capaz de hacerlo, añadiendo que puede utilizar el orinal cuanto tenga
ganas de hacer pis o caca
6. Debemos estar atentos también a las señales del niño (bailoteo, tocarse el pantalón…) para
aprovechar y llevarles al baño

Cuando acuda sin resistencia y de manera tranquila al orinal podemos retirar el pañal durante el día.
Mantendremos los de la noche y la siesta hasta que aparezcan secos durante un periodo de tiempo prudencial
(al menos 15 días seguidos) y hacer pis y caca en el orinal sea la tónica general durante el día.
Una vez se tome esta decisión, se mantendrá al niño sin pañales, con independencia del número de
accidentes que se produzcan y aun cuando la circunstancia parezca justificarlo (viaje, visita…). Esto puede
llevar al niño a confundirse.
En caso de que el niño o la niña hagan comentarios negativos respecto al uso del retrete o quiera volver a
utilizar los pañales, contestaremos que no, que ya hemos hablado de eso y nos retiraremos de la situación
para evitar que insista.

Accidentes
Unidad de Atención Infantil
Temprana de Langreo
Cuando el niño tenga accidentes, y tendrá unos cuantos, no le daremos importancia. Simplemente le
cambiaremos la ropa y le diremos que no se preocupe, que está aprendiendo y que tendrá más oportunidades
de utilizarlo.

¿Y después?
Una vez logrado el proceso de control de esfínteres, debemos hacer hincapié en las normas de uso e
higiene en el cuarto de baño (aunque durante todo el proceso ya se les han ido dando pistas), ya que es
importante la adquisición de responsabilidades:
1 Subir y bajar la tapa del inodoro antes y después de su uso.
2 Orinar o defecar sin mancharse o mojarse.
3 Cortar el papel higiénico y limpiarse sin mancharse.
4 Tirar de la cadena después de hacer pis o caca.
5 Lavarse las manos antes de salir del cuarto de baño.
Unidad de Atención Infantil
Temprana de Langreo
ALGUNAS AYUDAS:

El libro de los Culitos, El Libro de los Culitos, de Guido van


Genechten narra la historia de Juan, al que le
Editorial SM
han regalado un orinal rojo y quiere aprender a
utilizarlo para tener el culete seco. Es una
historia muy sencillita pero que suele hacer
mucha gracia a los niños, mostrando todo tipo
de culetes.

¿Puedo mirar tu pañal? Ayuda a normalizar el proceso de hacer caca, ya


que muchos bebés necesitan conocer el proceso
Editorial SM
que hasta entonces les había pasado casi
inadvertido, ver las heces y hablar de ellas con
naturalidad.
Ratón es muy muy curioso y quiere conocer qué
hay en el pañal de cada uno de sus amigos hasta
que sus amiguitos comprobarán que Ratón tiene
el pañal limpio porque ¡el ya usa el orinal!

El topo que quería saber quién se había hecho aquello El Topo que quería saber Quién se había
en su cabeza hecho aquello en su Cabeza es una historia
sobre un topo, tiene la mala suerte de salir de su
Alfaguara Infantil
madriguera y encontrarse con una cosa marrón
justo encima de su cabeza. Intenta averiguar
quién se ha hecho aquello pero parece
complicado porque los animalitos a los que
pregunta no hacen cacas como la que le ha caído
a él

¡Todo el Mundo va! En el proceso de dejar el pañal el niño tiene que


entender que ir al baño es un proceso natural y
Unidad de Atención Infantil
Temprana de Langreo
Editorial Edelvives que no pasa nada por dejar salir de su cuerpo
tanto el pis como la caca.

Voy Solo al Baño Voy Solo al Baño es un cuento perfecto para


niños pequeñitos ya que tiene unas ilustraciones
Editorial TimunMas
muy coloridas y varios sonidos que acompañan
el proceso de ir al baño, terminando por lavarse
las manos. Si el niño sigue correctamente los
pasos, podrá celebrarlo con una canción.

Caillou, Se Acabaron los Pañales Para los fans de Caillou. Pertenece a una
colección de la Editorial Everest en la que
Editorial Everest
Caillou también realiza acciones básicas como
lavarse los dientes y acostarse. Si tu hijo está
enganchado a esta serie puede ser de gran ayuda.

Edu ya no quiere llevar pañales Marina ya no quiere llevar pañales, de Linne


Bie, Editorial Juventud
Editorial Juventud

Edu ya no quiere llevar Pañales es una


historia con la que muchos niños se podrán
sentir identificados. El protagonista, Edu, es un
niño atrevido que decide dejar de usar pañal por
propia iniciativa pero al principio no se le da
muy bien y se le olvida ir al orinal en cuenta
siente ganas. Pero no pasa nada, porque Edu
tiene una mamá estupenda que sin regañarle le
cambia de ropa y le recuerda lo que debe de
hacer para que la próxima vez no tenga un
accidente.
Hay otra versión donde la protagonista es
Unidad de Atención Infantil
Temprana de Langreo
Martina: Martina ya no quiere llevar pañales.

Ya he acabado Ya he Acabado está escrito en verso y resulta


muy musical, es una lectura muy bonita que
Editorial Combel
además tiene el incentivo de que el libro
incorpora un botón para tirar de la cadena del
váter, por lo que el niño puede participar en cada
página.
Las ilustraciones son muy atractivas y el hecho
de que sea un libro con sonido también aunque
quizá la historia sea algo más complicada para
niños pequeños.

Nacho ya no usa el Orinal Nacho ya no usa el Orinal, de la Editorial


Edelvives pertenece a una colección bastante
Editorial Editorial Luis Vives
extensa que tiene a Nacho por protagonista, un
niño muy tierno que está conociendo el mundo
conforme va haciéndose mayor. Es interesante
porque hay muchos niños que aprenden a hacer
sus cosas en el orinal y después tienen que hacer
una segunda transición hacia dejar el orinal y
empezar a usar el wáter de mayores. Si ese es
vuestro caso, Nacho ya no usa el orinal es un
cuento perfecto.

Equipo de la UAIT Langreo

También podría gustarte