RESUMEN LABORATORIO SOCIALparte 2

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RESUMEN LABORATORIO SOCIAL

SEGUNDO PARCIAL
EL INFORME SOCIAL COMO GÉNERO DISCURSIVO
W. GIRIBUELA, F. NIETO

¿Qué es un informe social?


Es una de las principales técnicas que utiliza el trabajador social para exponer tanto la situación
que atraviesa el sujeto con el cual se interviene como el accionar profesional ante dicha situación.
Documento escrito, producto de un posicionamiento teórico y ético (en él se plasman nuestras
valoraciones éticas, nuestros arraigos teóricos...), que da cuenta de:
1. una determinada situación en un contexto más amplio o general, y
2. que además presenta el accionar profesional que interviene en el abordaje de esta
situación.
Es a través del mismo que se presentan, por una parte, el problema social, la vulneración de
un derecho o una necesidad no satisfecha de la persona con la que se trabaja, y por otra, las
acciones que se realizaron desde el trabajo social o el espacio en que se desempeñe el
profesional, para hacer frente al problema.
El informe “expone” y “nos expone”:
1. “expone” una situación, una problemática social ante un otro, la necesidad no satisfecha o la
vulneración de un derecho, concreta o potencial, de la persona o el grupo con el que el
profesional trabaja;
2. “nos expone” a nosotros en nuestro quehacer profesional, al hacer visibles las propias
acciones profesionales, incluso las inacciones, y las posiciones desde las cuales se
fundamenta su intervención

¿Para qué sirve un Informe Social?


❏ Contribuye a comprender y explicar los problemas sociales que afectan a los sujetos
atendiendo a la mirada que estos tienen de esos problemas.
❏ Cada palabra que se elija, cada término que se deseche, cada explicación que se pretenda,
implicará un posicionamiento teórico, ético, valorativo, y político (tanto por lo que digo
como por lo que omito, por lo que visibilizo como por lo que invisibilizo; determinadas
cosas que omito o invisibilizo pueden tener impacto en las estrategias de intervención,
volviéndolas no tan adecuadas para la situación a intervenir).

El acto de informar es, en sí mismo, generador de realidades. Además de técnica e instrumento


para la intervención, un informe social es intervención profesional, y a través de él se juegan
procesos de construcción de realidades y se legitiman procesos de visibilización e invisibilización
de las mismas.
Los procesos de visibilización tanto para influir en la incorporación del problema a la agenda
pública, o sí ya está en la misma, otorgarle importancia para la asignación de espacio y
recursos: mientras que, los procesos de invisibilización, se dan por omisión, intencional o
accidental, y excluyen de la agenda pública un problema que afecta a un grupo social,
particularmente a aquellos sujetos a relaciones de dominación que, al ser "olvidados" en los
informes, pierden una posibilidad valiosa para revertir su situación negativa. Eso implica,
además, una cuota de complicidad profesional con el padecimiento de las personas afectadas.
Si el lenguaje construye realidades, el hecho de no nombrar una situación colabora en la no
visibilización de éstas.
La única profesión habilitada para hacer informes sociales son los trabajadores sociales, las
demás hacen informes pero de otro tipo.

Sumado a su doble función informativa (expone y nos expone), presenta una función apelativa,
puesto que se realiza mayoritariamente con el objetivo de generar acciones.
Además de presentar información, suele incluir algún pedido al destinatario, ajeno a la
potestad del profesional, y que se desprenda de la exposición realizada en el documento. Es
decir, se informa para algo, y ese algo debe estar claramente explicitado en el informe.

❏ Articula lo singular (una situación concreta, particular, de determinado momento) con los
componentes teóricos que nos permiten analizar esa situación concreta con los problemas
sociales más amplios. Poder dar cuenta de las singularidades, de cómo las manifestaciones de
la cuestión social se traducen en distintas trayectorias individuales, en determinadas
estrategias en pos de esos problemas. Articular lo universal, genérico, con lo singular, con
cada persona.
❏ Implica una forma de ver el problema, la persona que lo experimenta y a la profesión misma.

Es una de las formas de registro a las que acude el trabajo social.

En su doble significación, el informe es una técnica e instrumento. No es solo una pieza


administrativa de poca relevancia, no son azarosos, mecánicos, sino que tendrá consecuencias
en el destino de la o las personas, en su vida, felicidad, bienestar.
A. Es un técnica en cuanto implica un conjunto de habilidades y procedimientos profesionales
que sigue reglas establecidas y persigue un fin: quien lo realiza, requiere de ciertos
conocimientos y pericia para poder concretar, de forma clara y por escrito, el acto de
comunicar. Implica realizar acciones específicas, no es una práctica espontánea, requiere de
un pienso, de acciones a desarrollar.
Ninguna técnica, por ende el informe social, puede ser neutral: se inscribe en una
determinada teoría, y resulta de posicionamientos éticos y valorativos y características
presentes en el contexto histórico y cultural en el que se produce. No es posible pensar sólo
en hacer, como si elaborar un informe no conllevara un forma de ver el problema, la persona
que lo vive y la profesión misma.
B. También es un instrumento: sirve de medio para conseguir lo que se busca, para alcanzar
determinado fin; busca:
i. dar a conocer una situación problema para
ii. que se generen las acciones y se asignen los recursos materiales y no materiales
tendientes a revertirla, en caso de que haya un daño instalado, o
iii. a prevenirlo, si este último aún no se concretó.
Es un acto de intervención profesional porque su instrumentación genera CONSECUENCIAS (en la
vida cotidiana de los sujetos- ellos no son “cosas”), explicado por la articulación de la dimensión
técnico-operativa con la ético-política y la teórico-metodológica.
❏ No ontologizar a la persona cuando se dice algo de ella- “el drogadicto”, delincuente”... no
reducir su identidad, su esencia a una situación concreta, no es esencialmente eso; es un
desafío ético, ¡porque lo que se escribió en un informe de determinada forma en un
determinado tiempo, puede variar, pero lo escrito no se puede deshacer!
❏ Considerar la relación institución-trabajador social: como utilizar el informe de una forma en
la que se pueda plasmar efectivamente la situación a intervenir, sin reducir, u ontologizar a
los sujetos, o burocratizar el informe (¿es vulnerable o no es vulnerable?)

El informe social como acto comunicativo:


Siempre está dirigido a otros. Por ende, requiere:
a. un emisor (el profesional que realiza el informe);
b. un receptor (la persona a quien se dirige- otro profesional, un directorio);
c. un referente (la situación problema que se informa);
d. un canal (el papel escrito que sigue los caminos burocráticos pertinentes, un expte.;
podemos encontrarnos con cuestiones, a veces, preestablecidas, sin embargo, no
significa que sean rígidos, ahí juega la relación recorte institucional-autonomía
profesional);
e. la posibilidad de la retroalimentación/feedback (la “devolución”, ej. lo que se resuelve en
base a lo presentado en el informe...)- Una de las particularidades del informe social es
que esa retroalimentación se ve demorada en el tiempo tal que, al ser escrita, requiere de
un proceso de elaboración mayor a la oral, y eso tiende a entrar en tensión con la
urgencia que la situación informada puede requerir.
Tiempos de gestión de un informe: considerar si la situación es de emergencia o no; y el
recorte institucional.

Pertenece al universo del instrumental del trabajo social, específicamente, del instrumental
operativo; con respecto a la relación conflictiva entre técnicas e instrumentos, hoy el informe
social, no puede entenderse por separado de la teoría que lo sustenta, en una relación de mutua
complementariedad.
Evitar la lógica de reproducción de la racionalidad formal abstracta, los sujetos como “cosas”,
viviendo una realidad desvinculada de los procesos sociales más amplios, aislados de la
realidad; evitar la individualización de las manifestaciones de la cuestión social, la
responsabilización individual; la inmediatez de las demandas; el tratar a los fenómenos y
procesos sociales como cosas anteriores independientes de los sujetos.
Por ende, se debe de promover una racionalidad crítico-dialéctica, reforzando la especificidad
de la realidad, negando la neutralidad, y recuperando el protagonismo de los sujetos. Ver la
situación asociada a procesos sociales más amplios, asociados a las manifestaciones de la
cuestión social, “una realidad que nos hace y que nosotros también construimos”, generar
las mediaciones entre los recursos a implementar y las situaciones de las personas, mediar
entre las políticas sociales, y en concreto con cada persona que accede a esas políticas
sociales.

Debemos considerar dos aspectos, mediaciones, para pensar nuestro quehacer profesional a la
hora de hacer los informes:
1. la dimensión socioinstitucional, y;
2. las posibilidades de recursos que tenemos para desarrollar la actividad de hacer el informe
(escasez de tiempo, un espacio físico acorde…; esta última como componente de la primera)
La dimensión aludida, refiere a pensar a nuestra actividad profesional en el marco de
instituciones, como espacios de contradicciones y tensiones.
Los informes son producto de las mediaciones establecidas por los profesionales en los espacios
institucionales. Logran hacer la síntesis entre lo que la institución está previendo, el interés
institucional, y, las necesidades y vidas de los sujetos; crear las mediaciones entre la respuesta
institucional a las necesidades de la personas/s. (Gallego)
Dependiendo de esta dinámica, el profesional puede constituir un:
a. Profesional domesticado: se reproduce el mandato institucional, ejecuta rol indicado.
b. Profesionales heroicos: que constituyen grupo de presión opuesto a la institución.
En la perspectiva de transformación social, desde una mirada critica, se establecerían las
mediaciones necesarias en el interjuego de intereses. Y los informes serían un producto de ello.
Trascendiendo lo dado. (Netto).

¿Es posible/deseable que dos informes sociales sean idénticos entre sí? (Gallego)
No, porque:
➢ no hay dos realidades, vidas, idénticas, iguales;
➢ cada uno tiene distintas finalidades; y,
➢ juega en él la subjetividad de cada profesional, la mirada del profesional.

¿Cuáles son las características del Informe Social?


1) Claridad - debe comunicar claramente lo que se intenta decir. La presentación de la
información debe permitir al destinatario comprender plenamente el sentido y
significado de lo expresado; evitando ambigüedades en la comprensión, se facilitará el
conocimiento de lo que se desea exponer, sin que implique la simplificación de la
situación informada.
Es vital ya que el destinatario deberá decidir sobre acciones a tomar en base a la
información aportada.
Un informe cumple con el criterio de claridad cuando su objetivo, su pedido y la
argumentación que lo sostiene se comprenden cabalmente sin necesidad de solicitar
ampliación de la información vertida.
2) Concisión - no significa brevedad, sino que busca que se explique todo lo necesario para que el
destinatario del informe comprenda la magnitud real de problema, pero evitando los hechos
anecdóticos, explicaciones innecesarias, y digresiones inconducentes.
La información debe ser exclusivamente la necesaria, un informe no es mejor por ser más
largo (la información debe ser pertinente en relación a la situación presentada, informada).
Implica un razonamiento completo y exacto, pero apelando a una “economía de
palabras”, evitando palabras innecesarias y elementos sin relación directa con el
problema social.
3) Completitud - vinculado al anterior, refiere a poder contar con la totalidad de la
información necesaria para comprender lo planteado en el informe.
Si bien tiene que ser la información exclusivamente necesaria (concisión), la información
presentada debe ser toda la necesaria en función de los objetivos del informe (completitud).
No se debe dar por sobreentendido o conocido ningún hecho o aspecto (error que suele
darse por la proximidad del profesional con el sujeto del cual elabora el informe).
Un informe social cumple con este criterio, cuando su conclusión se desprende lógicamente de
los enunciados vertidos en el mismo.
4) Consistencia - remite a la coherencia interna, necesaria en todo informe. Alude a la
exposición clara de las características distintivas y centrales de la situación presentada,
contextualizada en un escenario mayor que la incluya y condicione.
Un informe social es consistente cuando presenta coherencia en la exposición de los hechos
particulares y la de los rasgos generales de la situación problema; cuando la conclusión se
desprende coherentemente del desarrollo e introducción previos.

¿Qué lugar ocupan los problemas sociales en los informes sociales?


➔ El trabajador social deberá comprender y explicar los problemas sociales que afectan a
los sujetos atendiendo la mirada que éstos tienen de esos problemas; una visión
disciplinar que incluya pero exceda el sentido común; en ello, el informe social cumplirá un
lugar central: contribuye a la visibilidad de los padecimientos y de los aspectos fortalecidos de
la población.
➔ Esto imposibilita la intención de objetividad y transparencia que, por mucho tiempo, se
pretendió del informe social: cada palabra que se elija,término que se deseche, explicación
que se pretenda, implicará un posicionamiento teórico, ético, valorativo y político.
➔ Un informe social podrá aportar la singularidad que presenta a la luz de una mirada general:
buscará comprender los fenómenos que afectan a determinada población, pero también
explicarlos, sin que ellos signifique extrapolar el fenómeno a un universo mayor; se
podrán establecer ciertas regularidades, pero se tendrá que ser cuidadosa al generalizar.
➔ La elaboración de informes sociales, en tanto documentos que presentan alternativas y
propuestas para la superación de los problemas sociales en su complejidad, no puede pensarse
como una tarea de rápida resolución que se realice "de un solo trazo": lo contrario, la
elaboración de los mismos es una tarea difícil justamente porque busca exponer las
complejidades que presenta una situación social adversa que debe ser resuelta (sumándole la
dimensión ética).
➔ No se puede pensar lo social desde una lectura lineal y sencilla que no contemple las
múltiples miradas de otros actores involucrados, la "polifonía de voces" respecto de lo
social.
➔ Bourdieu dirá que “cada sociedad formula en todo instante un cuerpo de problemas
sociales considerados como legítimos, dignos de ser discutidos, publicados, a veces
oficializados, y en cierta forma, garantizados por el Estado”. Abercromble, Hill y
Turmer, lo caracterizan afirmando que lo que es un problema social para un grupo puede
no serlo para otro; se modifican a lo largo del tiempo; y resaltan la dimensión política de
la definición de un problema social, que puede implicar el ejercicio de control de un
grupo sobre otro. Los problemas sociales se ubican en la tensión entre una situación real
y una situación ideal, es decir, entre las condiciones de existencia en las que se desarrolla
la cotidianidad de las personas y las condiciones deseadas. La visión que los sujetos
tienen tanto de la situación ideal como de la real puede diferir de la del trabajador social
por los diferentes lugares que ocupan en el escenario social.

¿Cuáles son las fuentes directas e indirectas de un informe social?


❏ Si el informe social es un acto comunicativo, se debe ser extremadamente cuidadoso en
su elaboración, en cuanto a su contenido como su escritura. Requiere de un trabajo con
diferentes fuentes previo a su escritura.
❏ Se debe enfatizar la importancia de contar con registros elaborados en las diferentes
intervenciones, que contribuyan a recordar distintos aspectos tanto del problema que padece el
sujeto, como la direccionalidad de la intervención.
En el momento de comenzar a delinear un informe, los registros le evitan tener que
confiar exclusivamente en su memoria.
La mayor o menor minuciosidad del informe dependerá de la profundidad y riqueza de
los registros que resultan una fuente privilegiada de información.

Las fuentes de información pueden ser:


1. Directas - registros propios (cuaderno de campo, registros de los talleres grupales…,
registros fotográficos, derivados de la observación del profesional, y el testimonio de los
sujetos; registros de las reuniones grupales entre profesionales - recordar que los
registros son la materia prima para elaborar los informes);
2. Indirectas – documentos elaborados por otros (documentos relacionados con la situación
a informar e intervenir…).

❏ La elaboración de un informe social implica dos pasajes: de la oralidad a la textualidad,


de la oralidad al registro, y, de una escritura a otra, del registro al informe (al realizar un
informe es necesario leer y reformular los hechos registrados).
❏ Un registro incompleto, inadecuado, erróneo, implica exponer al sujeto a la situación de tener
que repetir hechos de su vida que no son sencillos de verbalizar; lo que puede llevarlo a dudar
acerca de la importancia de su relato para el profesional; sumado el impacto sobre su
autoestima y en el vínculo que establecen con el trabajador social, vital para planificar
una intervención emancipadora.
❏ Los relatos rara vez siguen un orden cronológico; no se debe pretender que la persona con
la que se trabaja entregue la información con un orden impuesto. De hecho, su priorización
arroja también información: cómo dijo y en qué momento dijo (o no dijo) algo, no es
aspecto a desatender. Por eso, al darle un orden cronológico posterior, será
recomendable indicar también en qué momento se obtuvo la información y quien la
aportó: una persona, un miembro familiar, la persona en un encuentro grupal, etc.

❏ A esta fuente directa (el registro) deben sumarse otras, indirectas, no obtenidas de quien
realiza el informe con la población, como documentos de otras instituciones, otros
trabajadores sociales, etc.
La información de fuentes indirectas también requiere de una interpelación permanente,
por más confiable puede ser falible, se construye a partir de una perspectiva.
❏ Debemos aportar, en los informes sociales, información que permita observar lo micro y lo
macro social como dos niveles de una totalidad.

¿Cómo es la selección de información?


❏ La extensión de las intervenciones, la complejidad y dificultad de la intervención en lo
social, conduce a que el profesional cuente con gran cantidad de información.
Sin embargo, no toda información es necesaria para elaborar un informe social, sino que se
debe de priorizar sólo aquellos datos que permita al destinatario comprender cabalmente la
situación sin abundar en aspectos anecdóticos e irrelevantes, los datos considerados
relevantes para comprender lo informado.
❏ Es una tarea difícil, en donde se tiende a simplificar con el intento de reproducir todo lo
conocido sobre la situación a informar. Se debe tener presente el motivo del informe, la
razón por la cual se informa algo.
Dar respuesta a la pregunta acerca de para qué se informa suele ser de gran importancia, ya
que en la búsqueda de la respuesta se encontrará el camino para alcanzar el objetivo
propuesto. Al plantearse el objetivo del informe, no resulta difícil seleccionar la
información a incluir.
❏ Si bien se defiende la autonomía del profesional al diseñar un informe social, en
determinadas instituciones hay formas impuestas, formularios prediseñados mediante
los cuales se pretende homogeneizar los informes. Sin embargo, no existen protocolos
acordados respecto del informe social; y, si se decide aceptar la conveniencia de respetar
un formato institucional, nada impide que el profesional se extienda en aspectos no
contemplados en la información requerida por el formulario.

¿Cuáles son los criterios para seleccionar la información?


I. Pertinencia de la información:
Lo pertinente refiere a lo perteneciente o correspondiente a algo, por ende, la pertinencia de
la información en el informe social, se asocia a la relación entre el objetivo que este último
persigue (dar a conocer una situación, solicitar un recurso o servicio, etc.) y la información que es
necesaria para que el objetivo se cumpla.
Deberá eliminarse toda aquella información que sea innecesaria. Puede haber información
trascendente en la vida de un sujeto que, para la escritura de un informe, no sea relevante.
EJ.: la inclusión de una familia en un plan de entrega de medicación para enfermos de TBC,
probablemente poco importe en este caso el señalar que quien cumple el rol materno en la
familia fue víctima de violencia familiar. Más allá de la importancia, poco aporta, ya que la
asiste el derecho de recibir la medicación por ser enferma de tuberculosis, de modo que no
existe necesidad de exhibir el hecho de haya sido víctima de violencia: así se evita, además,
una sobreexposición de su situación.
II. Fiabilidad:
Una información es fiable cuando es creíble, fidedigna, sin errores intencionales.
Es importante para poder sostener una solicitud o pedido a través de información de cuya
veracidad no existan dudas, porque si se cuestiona la información que sustenta el pedido,
éste perderá legitimidad. Esto incluye poder comentar las técnicas, instrumentos y estrategias de
intervención a las que se apeló, poner en juego todo lo que hice y cómo (y por qué) llegué a esa
conclusión, de dónde y cómo surgió la información (fuentes); siendo más consistente.
La información aportada en el informe social debe estar libre de errores, en sus contenidos como
escritura, aun cuando la situación requiera de urgencia. Deben extremarse los cuidados de modo
que los hechos presentados y los datos de los sujetos involucrados se presenten sin alteraciones o
cambios tendenciosos (aquí los registros previos son un soporte de vital).

¿Quién es el destinador y quién el destinatario?


❏ Los informes sociales siempre se realizan previendo un destinatario, a quien se desea o
precisa dar conocimiento de algo o solicitar una determinada acción.
❏ Pueden ser destinatarios:
✓ Una instancia superior: el responsable del servicio en el que desarrollamos nuestra
actividad profesional, responsable de otro servicio; el director de una institución; un
juez que atiende en una causa; etc.
✓ Un colega: otro trabajador social, a quien se quiere dar conocimiento de la intervención
profesional, solicitar una intervención conjunta, proponer una derivación, etc.
✓ Otro profesional: representante de una disciplina diferente del Trabajo Social, a quien
se proporciona información con la misma intención que en el caso anterior.
✓ Referentes institucionales: personas de la comunidad que, por el lugar que ocupan en
una institución o en la mediación de un recurso, requieren cierta información.
❏ Es vital expresar con claridad el destinatario del informe, señalando nombre, cargo o función
y dependencia institucional, y preservar la confidencialidad de los datos.
En algunas ocasiones se hace difícil poder cumplir con el primer requisito; en ese caso, se
puede obviar el mismo pero es imprescindible señalar con claridad su función, evitando
el "a quien corresponda" (se deberá de leer para saber a quien le compete la
información), por:
✓ Razones éticas: en el informe social se vierte información privada de la vida de las
personas y ésta debe ser preservada por todos los medios posibles; al estar
correctamente dirigida, al “Responsable del Trabajo Social de la institución X”, se
evita que la información sea conocida por personas ajenas y se protege la
confidencialidad de los datos.
✓ Razones prácticas: se vincula con la función apelativa del informe social, ya que si los
informes tienden a incluir un pedido, deben estar dirigidos a una persona
determinada, para evitar que la responsabilidad de la misma en el accionar se diluya.
❏ En cuanto al emisor o destinador, la única persona habilitada para realizar un informe
social es el trabajador social, y es de su exclusiva responsabilidad y competencia lo que
allí se vierta. En ningún caso un superior o quien contrate al profesional puede indicar qué
información debe contener u omitir un informe ni cómo debe hacerse, ya que quien lo rubrica
y avala con su sello es el único responsable de la información que allí figura. Las leyes que
regulan el ejercicio profesional lo respaldan. Los trabajadores sociales, en tanto
miembros de un cuerpo colegiado, cuentan con elementos legales para hacer frente a las
presiones impuestas desde diferentes ámbitos de poder: el destinador de un informe
social podrá decidir, de acuerdo con su criterio profesional, qué información incluir y
cuál omitir en un informe social.
Como señalamos, no desconocemos que algunas instituciones presentan un formato
preestablecido; por eso recordar que los profesionales del Trabajo Social no sólo tienen la
potestad de implementar las técnicas e instrumentos con los que desarrollan su ejercicio
profesional, sino que también les corresponde el diseño y ajuste de los mismos.
En las acciones y presiones ejercidas para omitir o figurar determinada información en
ellos, queda demostrado el poder que puede implicar la elaboración de este documento, si no,
¿por qué se intentaría manipularlo?
El discurso construye una realidad por parte del profesional que enuncia. Los
instrumentos a través de los cuales interviene el trabajador no son meros escritos
personales, sino que cumplen una función social y buscan generar acciones concretas en
los sujetos involucrados; de allí el interés de superiores y empleadores por intervenir en
su formulación.

¿Cuáles son los aspectos éticos implicados?


1. Las diferentes acciones y reflexiones que se desarrollan en la intervención profesional no son
neutras; implican un posicionamiento teórico, ético-político, epistemológico, que se juegan
en una totalidad (por lo que visilibizo e invisibilizo, por la forma de nombrar a las personas -
ontologizarlas, la forma en que hablo y enuncio habla de mi posicionamiento teórico y ético).
2. Cuando se escribe un informe social se realizan selecciones y exclusiones (conceptos,
palabras o determinada información en detrimento de otra) cuyas consecuencias impactan
en los problemas que se abordan y se informan y en los sujetos.
Las decisiones en torno a la selección ubica al trabajador social ante un dilema ético: la
conveniencia o no de aportar cierta información, pensando en la utilización que se haría de la
misma; decidir el concepto con el cual identificaría la situación que está informando.
Cada elección que se realiza repercute en la cotidianidad de las personas de las cuales se
informa, como en la decisión final del destinatario del informe.
3. La posibilidad de incluir situaciones particulares en una mirada más abarcativa que las
trascienda, aporta a la visibilización de los diferentes problemas sociales, en cuanto el
informe social como instrumento privilegiado para visibilizar estas situaciones, colaborando
en el ingreso o afianzamiento de temas en la agenda pública. Recordemos que la realidad no
“está dada”, nosotros somos, en tanto nuestro quehacer profesional, sujetos que transforman
la realidad. Se debe evitar la respuesta sencilla del no se puede hacer nada o nada
cambiaría.
4. El conocimiento acumulado por una profesión avanza sustantivamente si recupera lo
obvio, naturalizado, invisible, si es capaz de construir nuevos objetos de investigación,
definir nuevas cuestiones y debatirlas.
Esta recuperación de lo obvio es un espacio más en donde se impone no sólo la vigilancia
epistemológica sino también la vigilancia ética, ya que en ocasiones la familiaridad con el
objeto produce prácticas de naturalización que se traducen en invisibilización.
A su vez, este contacto directo con la cotidianidad de los sujetos, nos acerca al riesgo de
la “falacia metonímica”: que los propios intelectuales se asuman como directamente
representativos de los sectores que pretenden representar, el cual confiere una gran autoridad
a los representantes, pero una desaparición de los representados.
En los informes sociales se corre el riesgo de perder ese espacio privilegiado de “traer la
voz de quien conoce al que padece”, reemplazandola por la voz de quien conoce al que
padece. El trabajador deberá realizar un constante ejercicio de elucidación.
Es necesario recuperar la voz de los usuarios - más allá de la valoración del profesional, poder
recuperar las interpretaciones, miradas, de los sujetos respecto de las realidades que vivencian
(vía el desarrollo de la escucha, la empatía…), lo cual, a su vez, evidencia la posibilidad de
diálogo. Una forma de recuperar esta voz, es, por ej., citar las palabras de los sujetos, y no solo
lo que sí interpreta.
5. Con respecto a la confidencialidad de la información, al incluirla en un informe social, el
profesional no viola esa confidencialidad, sino que la extiende al destinatario del informe. Es
decir, la información vertida sólo deberá ser conocida por la persona a la que se dirige el
informe quién tiene la obligación de reserva.
Es importante conocer el destinatario: si es un colega sabe por su formación de la
importancia y obligación de la reserva; si no fuera colega u otro profesional, la
información vertida debe ser la estrictamente imprescindible.
Es menester asegurar el resguardo de los informes sociales dentro de una institución en
lugares adecuados para tal fin. Por eso es discutible el afán informatizador en el que
estamos inmersos: no contra la elaboración y conservación del informe en
computadoras, sino no "pasar por alto" la confidencialidad de lo vertido en el informe.
Toda precaución será escasa. Ésta deberá extenderse, inclusive, en el modo de entregar al
destinatario el informe: deberá asegurar la preservación del secreto de lo expresado hasta
el momento en que el informe llegue a manos del destinatario evitando, ej., su envío a
través de fax.
6. Apelando a la reglamentación del trabajo social en Uruguay, los informes sociales son
competencia exclusiva de los trabajadores sociales.
Es todo informe que los profesionales realizan sobre la situación social de familias e
individuos, con el objetivo de efectivizar derechos, dar cuenta de intervenciones sociales
realizadas en procesos institucionales, obtener prestaciones y beneficios en el marco de
políticas sociales, y, a los efectos de emitir opinión fundada, parecer técnico, en actividades
periciales a requerimiento de juzgados y fiscalías. En la elaboración de dicho informe, el
profesional tendrá autonomía técnica dentro de la normativa vigente (¡autonomía que se vé
muy en juego en la elaboración de estos informes sociales!; también figura en el Código de
Ética.)

El informe social como género discursivo:


Desde el punto de vista discursivo, el informe social presenta dos características
fundamentales, una interna y otra externa: es el producto de un determinado ámbito de la
actividad humana, de la esfera del trabajo social, y, es un tipo de enunciado relativamente
estable. Presenta un formato textual, tiene rasgos lingüísticos que permiten identificarlo
rápidamente como un informe social.
Por ende, un género discursivo es un tipo relativamente estable de enunciados que cada ámbito o
esfera de la actividad humana se encarga de elaborar. Dentro del ámbito del Trabajo social, los
géneros discursivos más frecuentes, además del informe social, son el registro, la crónica, la
entrevista, y la historia social.

¿Cuáles son los elementos constitutivos del género discursivo - del informe social?
Tres son los elementos constitutivos de todo género discursivo: tema, estructura y estilo.
En el informe social se caracterizan por:
1. El tema: conjunto de los referentes o asuntos posibles a ser tratados por el informe. Es el
contenido, aquello que se dice concretamente.
Los informes sociales presentan una importante variedad, que hacen referencia a
situaciones problemáticas., ej.: problemas económicos de los individuos, necesidades
sanitarias, violencia familiar, situaciones de abuso, conflictos laborales, etc.
2. La estructura: consiste en la organización formal de la partes constitutivas; el informe
social está organizado en 3 partes: introducción, desarrollo y conclusión; precedidas por
la indicación de lugar y fecha, nombre y pertenencia institucional del destinatario del
informe, y seguidas por los datos y la firma del trabajador social que ha tenido a su cargo
la escritura del texto.
3. El estilo: conjunto de recursos como el tipo de vocabulario, los procedimientos retóricos.
Tiene que ver con lo formal, con el formato que se sigue. En el informe social se utiliza un
lenguaje formal y se procura poner en primer plano la información y suprimir marcas de
subjetividad, a través, por ej., del uso de la tercera persona, verbos en indicativo y
oraciones declarativas.
Pensar el informe social como un género discursivo es fundamental para su escritura, porque nos
permite comprender que su elaboración, si bien admite cierto margen importante de variabilidad,
sigue una serie de pautas textuales que deben cumplirse.

Las funciones textuales:


➢ Una de las funciones textuales principales del informe social consiste en transmitir
información; es un género discursivo que tiene una función informativa.
➢ Sin embargo, esta función está subordinada a otra función predominante, una función
directiva o persuasiva, la de persuadir al destinatario: el informe social no solo informa,
sino que genera una acción concreta. Se busca persudirlo para que actué en un
determinado sentido.
El informe social es un instrumento diseñado para generar una transformación, por lo
tanto, los datos expuestos funcionan como “pruebas” que intentan demostrar al
destinatario la necesidad de esa transformación. Ej.: la narración detallada de una
situación de violencia familiar está destinada a persuadir a la autoridad destinataria para
que actúe de acuerdo con las sugerencias del destinador; si un informe detalla las
características, etc…
➢ Si bien la totalidad del informe social tiene la función de dirigir o persuadir, es posible
afirmar que en algunas partes del informe predomina más una función sobre otra: en la
introducción y el desarrollo predomina la función informativa, mientras que en la
conclusión la función directiva (el destinador explicita la necesidad de que su
destinatario realice una determinada función).

Las funciones puntuales de las partes textuales (introducción, desarrollo, conclusión):


Siempre hay un orden en los informes, esto permite la escritura y reescritura; a efectos de que otro
profesional pueda guiarse, pueda leer el trabajo del otro, para ver si es claro, si logró transmitir lo
que se buscaba.

La introducción:
Anticipa el problema al destinatario, expresa el contenido global del informe.
1) Exponer los objetivos del informe
El destinador no explicita como objetivo el intento de influir, persuadir, a su destinatario,
sino el comunicar al interlocutor una determinada situación.
“El presente informe tiene por objetivo comunicar la situación de…”
“La finalidad del presente informe consiste en exponer datos acerca de…”
“El presente informe ha sido elaborado con el fin de responder a la pericia solicitada…”
2) Presentar la metodología utilizada
Menciona los modos utilizados para recabar la información que se expondrá en el desarrollo,
y, algunas veces, los fundamenta.
“La técnica utilizada para relevar los datos aquí presentados fue la entrevista
semiestructurada… Se diseñó una entrevista semiestructurada para plantear desde el
investigador los ejes del diálogo…”
“Se realizó una entrevista a domicilio puesto que este método permite conocer las
condiciones materiales de existencia del grupo familiar.”
3) Anticipar el problema a informar
La introducción anticipa brevemente y con precisión cuál es el problema que busca
comunicarse, de “que se le va a hablar”; siendo organizados, precisos, claros, no decir cosas
irrelevantes o no éticas.
“El informe se ha realizado como consecuencia del rechazo de una solicitud de Movimiento
Anual Docente por razones de índole familiar formulada por…”

EJEMPLO DE LA INTRODUCCIÓN COMPLETA DE UN INFORME SOCIAL:


“El presente informe tiene la finalidad de comunicar a usted la situación socio-económica y
ambiental por la que atraviesa la señora Juana Noemí Morales. Dicha persona se presentó en
este Centro en distintas oportunidades solicitando una vivienda estable y permanente dada
su condición de indigencia. La información recabada fue obtenida a través de dos entrevistas
realizadas durante el mes de agosto del corriente año, una en este Centro y otra en el
Hospital San Bernardino de esta localidad, y revela que la mencionada señora carece de
vivienda, que está obligada a vivir de la mendicidad, que tiene problemas de salud, que carece
de familiares y de cualquier otro tipo de red social. La complejidad de su situación derivó en
que actualmente deba residir en las instalaciones del Hospital antes mencionado.”

El desarrollo:
Despliega de manera ordenada la información más relevante sobre el problema informado,
los datos obtenidos por el profesional durante su intervención, aquellos vinculados
directamente con el objetivo del informe (recordar selección y exclusión de datos previa).
1) Describir:
Presenta características de elementos de muy diversa índole de acuerdo con el problema en
cuestión: objetos, personas, situaciones; vivienda, barrio, estructura familiar, acciones,etc.
2) Narrar:
El destinador narra un hecho, acontecimiento/s, construye un relato asociado a lo que se
informa, que puede consistir en una historia de vida, un hecho de violencia,etc.

A partir de estas dos funciones el destinador pone al destinatario en conocimiento de una


determinada situación, y son relevantes para la construcción de “pruebas”: es a través de
ellas que intentará persuadir a su destinatario de adoptar una determinada medida respecto
del problema informado.
EJEMPLO DE LAS FUNCIONES PUNTUALES MENCIONADAS:
a)Describir (objetos, personas, situaciones)
“La familia reside en una casa de dos plantas, de dos ambientes (sin contar la cocina ni el
baño) ubicada sobre una calle de mejorado. La planta baja tiene 1.50 metros x 1.50 metros, y
está ocupada con materiales de construcción, por lo que lo que se utiliza como vivienda es
exclusivamente la planta alta. A ésta se accede por medio de una escalera caracol de chapa
muy angosta y sin baranda.”
b) Narrar un hecho
“El último episodio de violencia se dio en el marco de una discusión a raíz de la denuncia; el
Sr. López rompe un cuadro y la amenaza de muelle con un resto de vidrio del mismo; la Sra
Gómez, al intentar protegerse, cae por la escalera caracol y se lastima la espalda. Una vecina
interviene llamando a la ambulancia, la trasladan a la Guardia de/Hospital XX..”
La conclusión:
Presenta las opiniones profesionales acerca del problema, donde se interpreta, opina,
evalúan los datos y se explicita la necesidad de la intervención del destinatario, se recomienda
(se pone en juego nuestra mirada profesional, nuestra postura, de lo que queremos, es donde nos
exponemos, opinamos, se juega la posibilidad de decidir - debemos poder “hacernos cargo”,
valorizar nuestra profesión profesional, nuestras competencias; ¡recordar que en la medida en que
“no me la juego”, otros lo harán por mí!); y, rescatando una mirada analítica, juega con
categorías teóricas que nos permitan comprender los procesos sociales que acontecen en esos
sujetos en su vida cotidiana (no nos quedamos solo en el relato, luego, se pasa a la interpretación,
el análisis).
1) Analiza e interpreta los datos desplegados en el desarrollo:
Por este motivo, en la conclusión predomina el uso de términos específicos del Trabajo
Social: roles de género, situación de riesgo, elemento facilitador, victimización, fase de
“luna de miel”, integridad psicofísica, etc.
2) Especifica el marco teórico:
El destinador suele explicitar el significado preciso de las categorías de análisis y las fuentes
de donde las ha tomado.
A diferencia del desarrollo, en la conclusión generalmente no se citan las palabras de los
entrevistados, sino de especialistas y autoridades académica y socialmente legitimadas.
Incluye elementos de diversa índole —teorías, conceptos, categorías de análisis aportados
por esos especialistas, o fragmentos de documentos legales - leyes, disposiciones,
declaraciones; los cuales le permiten fundamentar su opinión profesional acerca del
problema.
3) Recomienda cursos de acción:
Puede ser de forma directa, es decir, que el destinador hace explícito que la acción que esta
llevando adelante a través de su discurso es la recomendación:
“En función de lo anterior se recomienda…”
“Una vez que se neutralice la situación de riesgo, se recomienda…”
“Las situaciones particulares referidas anteriormente hacen que se sugiera….”
Puede ser de forma indirecta, apelando a verbo del tipo deber o condicional simple (se
debería, habría que, correspondería); o frases formadas por el verbo ser y un adjetivo
calificativo:
“Sería favorable...”
“... sería un elemento a tener en cuenta como facilitador de la organización familiar…”
En los casos en que se lleva a cabo de manera directa la presencia del destinatario es mayor;
mientras que, de forma indirecta, la asimetría del destinador con respecto de su destinatario
aparece atenuada.
4) Saluda formalmente al destinatario:
Similar al de una solicitud o carta formal; suele incluir una breve referencia a su disponibilidad
en caso de que necesite una ampliación del informe presentado:
“Sin más y a la espera de un pronto contacto por parte del profesional responsable del
Trabajo Social, saludo atentamente.”
“Sin otro particular, quedo a su disposición y de cualquier otra autoridad de esa Institución
para lo que estime conveniente. Me despido atentamente. ”

EJEMPLO DE CONCLUSIÓN COMPLETA DE UN INFORME SOCIAL:


“Se considera que la necesidad de contar con una vivienda es crucial por tratarse de una
persona mayor, con problemas de salud que le impiden trabajar, y sin ningún tipo de red
familiar ni social que la contenga. De allí que se sostiene que es el Estado el que debe asistirla
y protegerla en su carácter de ciudadana con derechos. Lo dicho se fundamenta en lo que
expresa nuestra Carta Magna, que en su Artículo 14 bis establece que el Estado otorgará los
beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable, y menciona
que la Ley establecerá, entre otros beneficios, el acceso a una vivienda digna. La señora
Morales tiene sus necesidades básicas insatisfechas pero además, debido a sus escasos
ingresos, está por debajo de la Línea de Indigencia, lo que la convierte en “una persona
indigente que depende de la buena voluntad de la sociedad civil”. Dado que contar con una
vivienda digna es tino de los derechos que asiste a todo ciudadano, derecho que la señora
tiene vulnerado, se entiende que su pedido es pertinente puesto que tal vulneración no sólo
la afecta materialmente, sino que es posible afirmar que sus trastornos emocionales están
íntimamente ligados a dicha problemática, conclusión a la que se arribó después de observar
un progresivo deterioro físico y emocional en las distintas oportunidades en que se acercó a
este Centro. Por todo lo expuesto anteriormente, y teniendo en cuenta que este Municipio no
cuenta actualmente con un programa de viviendas, se sugiere tenga a bien arbitrar los
medios necesarios para que el Instituto al que usted pertenece atienda el pedido mencionado
y otorgue una vivienda permanente a la señora Morales, dada su extrema vulnerabilidad
social. Sin otro particular, quedo a su disposición y de cualquier otra autoridad de esa
Institución para lo que estime conveniente. Me despido atentamente.”

¿Cuáles son las secuencias textuales en el informe social?


A. Argumentación: Defiende una posición con el fin de persuadir al destinatario, y esa defensa
se realiza a través de "pruebas" o argumentos. El enunciado que expresa la posición que
sostiene el destinador, el profesional, frente al problema que informa, y, que en general, el
informe no formula de forma explícita, se denomina hipótesis.
Por otro lado, las descripciones, narraciones, explicaciones, están al servicio de aportar las
pruebas para demostrar la hipótesis: la descripción de una vivienda precaria, la narración de
un episodio de violencia familiar, la explicación de conceptos como los de "línea de pobreza"
o "indigencia" siempre buscan influir en el destinatario.
B. Exposición: El destinador presenta una serie de datos que su destinatario desconoce (o
como si los desconociera), constituyen información de diversa índole.
En la introducción del informe social, los segmentos expositivo-explicativos brindan
información acerca del propio texto: el destinador expone cuáles son los motivos y la
finalidad del informe, y cómo está organizado. Inclusive, en la conclusión del informe, hay
segmentos expositivo-explicativos, puesto que es allí donde el destinador utiliza categorías
teóricas que le permitirán interpretar el caso desarrollado; de acuerdo con los saberes del
destinatario previsto, esas categorías pueden estar o no definidas.
C. Descripción: Secuencia textual en la que se despliegan características de objetos, personas y
acciones. Los enunciados descriptivos responden a "¿Cómo es tal o cual objeto, persona o
acción?".
En los informes sociales, son recursos fundamentales para la exposición de la información porque
brindan al destinatario una serie de datos acerca de, por ej., las características de una vivienda
o de una situación familiar y, al igual que las secuencias narrativas, predominan en el
desarrollo del informe.
Las descripciones consisten en una lista de rasgos, pero no se presentan de manera desordenada ni
azarosa, sino que respeta un ordenamiento o esquema previo. En las descripciones de objetos, el
destinador presenta las diferentes características como si estuviera observándolas; por esta
razón, la presentación de rasgos se desplaza siempre de lo general a lo particular, del todo a
las partes o de afuera hacia adentro.
Es importante observar que la descripción de cada uno de los elementos no es "gratuita",
sino que permite deducir al destinatario el modo por ej. si se describe una vivienda, el modo
en que vive la familia y aspectos vinculados con por ej. una situación de violencia familiar. El
destinador no se ha detenido en detalles sin importancia como la presencia de determinados
adornos, sino que ha detectado elementos fundamentales estrechamente relacionados con la
situación que se informa. Los rasgos seleccionados por el destinador no son azarosos, sino que
mantienen una relación directa con la situación que se desea informar.
Los informes sociales no sólo presentan descripciones de objetos o personas, sino también
descripciones de acciones que ocurren regularmente; la pregunta implícita "¿Cómo es?" se
reemplazaría por "¿Cómo ocurre?", y la presentación del listado de rasgos característicos
también sigue un orden, pero temporal o de causa-consecuencia. Ya no se trataría de una
enumeración de los rasgos de un objeto, persona o lugar, sino de las características de una
serie de acciones.
D. Narración: Presenta una sucesión temporal de acciones que van desde una situación inicial
hasta una situación final, y, en donde se produce una transformación ocurrida en el
transcurso del tiempo en que se desarrollan los acontecimientos.
En algunos informes sociales, la narración es fundamental porque el problema sobre el que
informan consiste en un hecho puntual: un episodio de violencia escolar, un abandono de hogar
o una escena de maltrato conyugal, etc.
La secuencia narrativa no debe confundirse con la descripción de acciones: mientras que en esta
última lo fundamental es cómo ocurren las acciones, en la narración lo fundamental es el qué
ocurrió. Las dos secuencias llevan a cabo una exposición de acontecimientos, sin embargo,
mientras la narración pone en un primer plano la transformación de los objetos o personas
en la sucesión temporal, la descripción coloca los objetos y personas en un plano de
simultaneidad o temporalidad durativa.
Los hechos narrados en el informe se organizan en un orden cronológico, pueden narrarse en
presente o en pretérito (pasado) e implican necesariamente una transformación ocurrida entre la
situación inicial y la situación final. La inclusión de segmentos narrativos en el informe tiene como
función el relato de acontecimientos puntuales vinculados con la situación que se pretende
comunicar al destinatario para influir en él.
E. Instrucción: Aquella que señala, a través de una recomendación, pedido u orden, acciones a
realizar por el destinatario. Se presenta siempre sobre el final de la conclusión de un informe
social porque es allí donde el destinador establece, como consecuencia lógica de todo lo
expuesto a lo largo del informe, la tarea que el destinatario deberá llevar a cabo.
Se utilizan los verbos recomendar o sugerir, verbos del tipo deber en condicional simple (se
debería, habría que, correspondería), y, también frases formadas por el verbo ser y un
adjetivo calificativo (sería favorable, sería beneficioso). En algunos casos, para poder
interpelar fuertemente al destinatario, se utilizan verbos o pronombres en segunda persona
del singular.

¿Cuáles son los aspectos formales a considerar?


1. El paratexto: aquella información lingüística como no lingüística que rodea o acompaña
al texto propiamente dicho (los títulos, subtítulos, nombres de los autores, datos de la
edición, dedicatorias, prólogo, bibliografía; también las características gráficas del texto
- el tipo de letra utilizada, las divisiones espaciales del texto, gráficos, ilustraciones,
fotografías, etc).
2. Aspectos sintácticos: El profesional utiliza una serie de recursos a través de los cuales
intenta generar en su texto cierta ilusión de transparencia y eliminar, dentro de lo
posible, las marcas de subjetividad.
a) El uso de la tercera persona: el destinador evita utilizar pronombres y verbos en primera
persona, porque con esa persona haría alusión a sí mismo: por el contrario, el uso de la
tercera persona deja fuera de la exposición al destinador y las situaciones referidas no se
presentan como construidas desde un determinado punto de vista ni dichas por un sujeto en
particular, sino como objetivas o "imparciales": se entrevistó a, se observó que, se recabaron
datos.
A través de esta forma, el destinador se coloca en un segundo plano. En el primer caso, el
destinador se menciona a sí mismo, el segundo, pone en un primer plano la información y, al
mismo tiempo, "oculta" al destinador.
Otro modo de evitar la primera persona consiste en la utilización de la voz pasiva en lugar de
la voz activa - el verbo ser conjugado más un participio: fueron entrevistados, fue visitado,
fue recabada,etc.
b) El uso de verbos en modo indicativo: permite presentar las acciones como reales,
efectivamente ocurridas, ya sea en presente, pasado o futuro: ocurre, han llevado,
presentaron. Por esto, es el modo verbal predominante en los informes sociales, ya que, aseguran
y confirman la situación presentada.
El tiempo condicional es una excepción porque comunica un mayor grado de subjetividad por
referir deseos o posibilidades: ocurriría, habrían llevado, presentarían.
c) El uso de oraciones declarativas: el desarrollo del informe evita utilizar oraciones que
expresen duda, deseo, sorpresa o pedido porque ponen en primer plano actitudes del destinador,
presentan una importante carga de subjetividad.
Por el contrario, en un informe predominan las oraciones afirmativas positivas o negativas,
aquellas de las que sólo es posible predicar verdad o falsedad. Las oraciones declarativas
brindan la posibilidad de que el destinador no se muestre con tanta evidencia como en las
otras clases de oraciones mencionadas.
Sin embargo, como en la parte final del informe social —la conclusión— se manifiesta la
intención de persuadir al destinatario con el fin de que éste adopte una conducta
determinada, es en la conclusión donde —sin abandonar estos aspectos sintácticos—, el
texto explicita opiniones, valoraciones y evaluaciones del destinador.
Una de las marcas lingüísticas que permiten observar la presencia de subjetividad consiste en
el uso de verbos en condicional y en modo subjuntivo e imperativo. En aquellos pasajes en los
que se manifiestan las opiniones del destinador, abundan los verbos en modo subjuntivo,
que se utilizan para indicar acciones no reales, sino posibles o deseables, y también el modo
imperativo, a través del cual el destinador formula recomendaciones o sugerencias a su
destinatario.

En resumen, la función informativa del informe lleva al destinador a crear cierta distancia entre él
y la situación informada; gracias a esa distancia, el texto construye la imagen de un destinador
objetivo que refleja los hechos sin la mediación de un punto de vista personal. Las marcas
lingüísticas de esa construcción de objetividad son el predominio de la tercera persona, verbos en
modo indicativo, oraciones declarativas y terminología disciplinar.
Sin embargo, como el destinador no sólo informa sino que evalúa para poder persuadir al
destinatario, el texto lleva también marcas de la subjetividad del destinador, entre ellas, el uso de
palabras valorativas y el uso de verbos en condicional y en los modos subjuntivo e imperativo.
3. El léxico:
a) Los términos: cada disciplina científica construye su propio lenguaje. Con ellos, una
disciplina reduce la ambigüedad y la imprecisión propias del lenguaje cotidiano. Un término,
entonces, a diferencia de una palabra del léxico común, se caracteriza por transmitir un
significado preciso, claramente delimitado, y por vehiculizar conocimiento científico.
Los informes sociales suelen presentar una importante cantidad de términos. Por un lado,
provienen de disciplinas científicas ajenas a las del profesional a cargo de la escritura del
informe; por otro lado, abundan los términos propios del Trabajo Social.
El destinador recurre al léxico especializado del Trabajo Social especialmente en la
conclusión del informe, parte en la que lleva a cabo el análisis del problema expuesto; para
ese análisis se recurre a las categorías procedentes de la disciplina o de otra afín.
En relación con el léxico especializado del Trabajo Social, algunos términos están formados
por una sola palabra; la gran mayoría, por más de una, lo que responde a la complejidad de
un concepto. Por otro lado, casi todos los términos coinciden con palabras comunes:
violencia, familia, abuso; son palabras a las que la disciplina les ha quitado su "sentido
común" y, redefinidas en el campo del Trabajo Social, han pasado a designar conceptos
precisos; ej. "luna de miel". Otros términos se caracterizan por estar formados a partir de
sustantivos propios.
De acuerdo con las competencias del destinatario previsto, el destinador podrá aclarar o no el
significado de los términos: si es otro trabajador social, no tendrá necesidad de definir ni de
reformular; si no es un colega, el destinador tiende a explicar, al menos brevemente, los
términos que podrían dificultar la recepción del texto.
b) Las palabras valorativas: el informe social contiene, pese al intento de mantener distancia
respecto del problema informado, algunas palabras en las que es posible observar
evaluaciones del destinador, fundamentalmente a través del uso de determinados adjetivos,
sustantivos, verbos y adverbios (sobradas, frondosa, propicio, buenos; cansancio, vorágine,
daño, gravedad; obliga, atenta, padecen; unilateralmente, altamente,solo).
Es cierto que, en última instancia, todas las palabras de una lengua implican una valoración; sin
embargo, cuando se trata de persuadir al destinatario, el hablante seleccionará cuidadosamente
aquellas palabras que sean portadoras de sentidos que refuercen (sutilmente o no) la idea de la
cual se pretende convencer al interlocutor.

La inclusión de las voces de los testimonios:


○ Las palabras dichas por otros, tanto aquello que provienen de testimonios como las que
provienen de las lecturas del profesional, suelen tener un espacio significativo en los
informes sociales, especialmente cuando el problema informado reviste cierta gravedad.
En estos casos resulta importante incorporar, por un lado, testimonios que avalen la
información expuesta y, por otro lado, citas bibliográficas que avalen los cursos de
acción que el profesional ha decidido recomendar a su destinatario.
En relación con la distribución de las voces ajenas que el destinador incorpora en el texto,
por lo general las citas de testimonios se presentan a lo largo del desarrollo del informe
mientras que en la conclusión predominan citas de especialistas o de documentación.
○ Existen dos maneras de incluir las palabras del entrevistado en el propio discurso: el
estilo directo, y el estilo indirecto. A través del estilo indirecto, en tanto el destinador se
permite modificar las palabras de su entrevistado, se lleva a cabo una interpretación de
las palabras ajenas; mientras que, el estilo directo, en tanto respeta esas palabras, logra
crear cierta ilusión de objetividad: el destinador simplemente transcribe lo dicho por el
informante.
○ Tanto en el estilo directo como indirecto, cobra importancia el uso de los verbos de decir,
todos aquellos verbos que señalan la acción de manifestar algo verbalmente. Éstos no
son "intercambiables", es decir, no todos significan lo mismo, sino que cada uno
conlleva un matiz propio.
En lugar de los verbos de decir, también es posible utilizar expresiones que atribuyen el
enunciado a su autor, las cuales, suelen construirse con las preposiciones para o según.
Es importante destacar que los verbos de decir no son "neutros", sino que manifiestan una
valoración que el destinador hace de las palabras del informante: no sólo describen el
modo en que se dice algo, sino que también revelan una toma de posición del destinador
acerca del valor de verdad que hay en las palabras o en la actitud del informante; no es lo
mismo decir "la Sra. dijo que", que decir "la Sra. confesó que" o "admitió que".
La inclusión de otras voces en la conclusión:
○ En la conclusión del informe, el destinador suele apelar a “citas de autoridad"
comentadas anteriormente.
○ De manera similar a la inclusión de las voces de los testimonios, la mención de un autor
en el propio texto se lleva a cabo de dos maneras: a través del comentario de las palabras
del autor (estilo indirecto),o a través de una cita textual (estilo directo). …

Problemas textuales, gramaticales y de normativa frecuentes en la escritura de informes


sociales:
La escritura de informes sociales requiere de competencias que no provienen exclusivamente
del manejo de saberes propios de la disciplina del Trabajo Social, sino que implica también
algunas cuestiones vinculadas con el conocimiento del género, la organización textual y
aspectos gramaticales y de normativa de la lengua.
Esto será prioritario en la escritura del informe social, en los que el destinatario tomará una
decisión y adoptará una determinada medida en función de aquello que ha leído.

Algunos de los problemas textuales, gramaticales y de normativa más comunes son:


I. La organización del párrafo: Un texto relativamente extenso suele organizarse en
párrafos. Uno de los problemas frecuentes en la organización de un informe social
consiste en la división incorrecta del texto en párrafos de modo tal que toda la
información relativa a un mismo núcleo temático aparece dividida en párrafos
diferentes; o, el error contrario, acumular información sobre temas diversos en un solo
párrafo.
II. La concordancia: Relación sintáctica que se establece entre dos o más palabras que
comparten ciertas variaciones. Un caso de concordancia se da entre el sujeto de una
oración y el verbo, dos elementos que concuerdan en número y persona.
Resultan frecuentes los errores de concordancia entre sujeto y verbo: suelen presentarse
oraciones con sujeto en singular y verbo en plural.
III. El uso del gerundio: terminaciones -ando y endo. Se utilizan siempre en oraciones en las
que además existe un verbo principal (conjugado).
Se utiliza en los siguientes casos:
1) Para manifestar una acción simultánea a la expresada por el verbo principal.
2) Para manifestar una acción anterior a la expresada por el verbo principal.
3) Para señalar el modo en que se realiza una acción.
4) Para señalar una objeción a la acción señalada por el verbo.
No debe emplearse en los siguientes casos:
1) Para indicar una acción ocurrida con posterioridad al momento señalado por el
verbo, o una consecuencia de la acción indicada por el verbo.
2) Para especificar alguna característica de un sustantivo.
3) Para relacionar dos ideas diferentes que carecen de relación de causa o de oposición.

LOS "INFORMES SOCIALES" EN LOS PROCESOS


DE INTERVENCIÓN DEL TRABAJO SOCIAL
DANIELA GALLEGO
Instrumentalidad del Trabajo social e instrumental operativo:
Para reflexionar en torno a los informes sociales en los procesos de intervención del Trabajo
Social, fue necesario recuperar una categoría que Yolanda Guerra define como "la
instrumentalidad del trabajo social", capacidad/propiedad históricamente construida y
reconstruida por la profesión; para poder entender cómo se constituye históricamente la
profesión permitiendo identificar aquello que determina la elaboración de los informes
sociales en las prácticas actuales de las/los Trabajadoras/es Sociales.

Dado el contexto de reproducción del "orden burgués", y por la modalidad socio-histórica en


el abordaje de la cuestión social, el Estado necesita un "conjunto de prácticas", diversas
profesiones e instituciones, para alcanzar los fines económicos y políticos de distintas
coyunturas socio-históricas.
La instrumentalidad del Trabajo Social está dada por la forma en que la profesión se inserta en la
división social y técnica del trabajo y cuya racionalidad se produce en las regularidades presentes
en las acciones y representaciones de los trabajadores sociales.
Se ha entendido el informe social con la finalidad de control en las prácticas cotidianas de los
profesionales, y a su vez, que individualice/personalice las manifestaciones de la cuestión
social, y por lo tanto la respuesta del profesional esté circunscripta en la inmediatez de las
demandas, desvinculada totalmente de intereses colectivos. Aquí, el instrumental operativo se
entiende a partir de ser una "mediación que permite el pasaje del análisis microscópico,
genérico y de carácter universalista a las singularidades de la intervención profesional, en
contextos, coyunturas y espacios históricamente determinados", ya que a partir del mismo se
trata develar como "dimensión crítico emancipadora' en la creación y recreación de los
instrumentos, en éste caso los informes sociales profesionales. Se entiende al instrumental
operativo como parte de la intervención del profesional, que, es indispensable para el desarrollo de
la acción.

El instrumental operativo no puede ser comprendido como elemento previamente construido, que
conserva su formato original, entrando cada día en el proceso con la misma forma, pues él se crea,
construye y reconstruye en el devenir de la práctica en desarrollo, a partir del complejo de
relaciones que se establecen entre el profesional/usuario/institución en contextos socio-políticos
determinado. Es fruto de una práctica crítica y reflexiva. No tiene racionalidad en sí mismo. La
dirección política, el interés, y las condiciones de realización de la práctica son los elementos
que les imprimirán sentido, contenido y validez. Son históricos y se refieren a la concreción
de la acción. Por lo tanto se concibe a la instrumentalidad en la profesión como aquellas
condiciones que el/la trabajador/a social crea y recrea en la actuación profesional. Como
consecuencia, se entiende a los informes sociales formando parte de la instrumentalidad y del
instrumental operativo.
Ante la concepción de instrumental operativo y la mirada que se tiene sobre la profesión de
Trabajo Social se sostiene que las construcciones de los informes sociales en los procesos de
intervención profesional son parte de una serie de mediaciones, por lo cual: "permite al sujeto la
articulación entre la intención y la efectiva realización de la práctica".

¿Cuales son los determinantes identificados en la elaboración de los informes


sociales?
Desde una perspectiva crítica, los factores que determinan las mediaciones que establecen los
profesionales del Trabajo Social: un primer determinante amplio y complejo es la dimensión
socio-institucional, profundizando en las condiciones y relaciones de trabajo en vinculación a
las funciones o atribuciones de los profesionales - es esencial empezar a entender las
instituciones como espacios contradictorios, donde confluyen intereses contrapuestos a
partir de lo cual la intervención se polariza en posiciones antagónicas capital/trabajo.-; y,
por otro lado, pero siendo parte de la dimensión socio-institucional, un segundo
determinante es el conjunto de recursos necesarios para la elaboración de informes sociales, ya
que, además de las políticas sociales y los determinantes institucionales, los "recursos
asequibles e inasequibles", actúan en una relación dinámica condicionando la intervención del
profesional. Estos recursos son necesarios en el lugar de trabajo tanto como el tiempo que
tiene que emplear el profesional para elaborar los informes, el espacio y contexto para su
redacción, con qué recursos materiales cuenta para su presentación, los vínculos que se
tienen que generar para confeccionar los informes, etc.
Así, lo que determina las prácticas profesionales es la "relación dinámica" que se establece entre el
instrumental operativo, la capacidad estratégica para la gestión de recursos, entre otros factores.
Dar cuenta que existen determinantes propios de la dimensión socio-institucional permite
enriquecer el análisis sobre el tema, ya que, la creación del instrumento no se reduce sólo a cómo
hacer los informes sociales, cómo presentarlo y en qué momento, sino identificar factores de
contexto que lleven a caracterizarlos de una determinada forma.

Los informes sociales como producto de mediaciones:


Son producto de las mediaciones establecidas por los profesionales en los espacios institucionales,
y determinadas por múltiples factores, lo cual hace complejo su análisis; de mediaciones de
intereses de clases sociales opuestos.
Las mediaciones son una categoría ontológica, un modo de ser de la realidad social. Hacen
parte de lo real, entretejen la realidad. Son elementos particulares que hacen que los
procesos, las prácticas sociales y profesionales sean ellos mismos.
Los profesionales se encuentran mediando entre el campo de las instituciones/organizaciones,
definido por Netto como "campo de tensión",y las demandas de los usuarios, el “campo de
presión". Hay funciones en que no se establecen las mediaciones suficientes por el
profesional para negociar, a través del diálogo, políticas sociales efectivas, como lo puede ser
aquel trabajador/a social "domesticado".
Los informes deben entenderse desde su carácter ontológico, de los procesos de mediación
generados en un campo de fuerzas contradictorias, reforzando los intereses de la clase dominada.
Ello exige al profesional la competencia que permita mediar entre la singularidad y la
universalidad, es decir, definir la particularidad de los informes en la intervención sobre las
refracciones de la cuestión social; sino terminará percibiendo y aplicando el informe como un fin
en sí mismo, el cual terminará careciendo de sustento en las prácticas y contribuyendo a reproducir
la desigualdad impuesta por el capitalismo.

Las prácticas profesionales deben pensarse como forma de romper con los patrones del desarrollo
capitalista, en la construcción de una hegemonía del mundo del trabajo sobre el capital. Por lo
tanto, pensar a los informes desde una perspectiva ontológica. Se considera que es necesario
tener en claro la lógica de dominación presente en la sociedad burguesa, de lo cual el informe
es manifestación histórica de la misma, no negarlo en cuanto elemento fundamental en la
operacionalización de las prácticas profesionales, pudiendo entenderlo desde su carácter
lógico. Los informes sociales no tienen la naturaleza de controlar, ese ha sido el sentido
históricamente atribuido, ha sido y sigue siendo expresión del rasgo de dominación y
opresión en que se piensan las relaciones sociales capitalistas.

Se pueden clasificar los informes sociales como: “simples” y “complejos”.


En los informes simples, que son para gestionar recursos, siempre ponemos las mismas frases:
familia bajo riesgo, NBI, escasos ingresos económicos, que tienen un plan jefes y que no
pueden comprar tal cosa como las pastillas, los anteojos, etc. Se establece la mediación a partir
de entender a los informes sociales simplificándolos, es decir transcribiéndose frases armadas y
repetidas, ya que como instrumento encuentra utilidad a partir de que, en principio, el usuario
pueda obtener una prestación el recurso lo más rápido posible. En este caso los informes Sociales
son pensados como un trámite administrativo más, como un procedimiento institucional
necesario, individualizando las manifestaciones de la “cuestión social” y abordándolas de
forma superficial.

Con el afán de saltar las barreras que encuadran el tipo de intervención que debería realizar
dentro de la institución, se encuentran con límites establecidos por las autoridades. En los
informes sociales, estas limitaciones, se traducen en la no-obtención de un aval
institucional sobre el plan de acción propuesto por los profesionales, donde las autoridades
decidirán corregir, anular o, en el peor de los casos, destruir dichos instrumentos.
Se considera que el profesional actúa mediando a través de los informes sociales, ya que al
confrontar se sitúa en un campo de lucha en donde trata de trabajar en pos de los intereses del
campo de los demandantes, dichas mediaciones son insuficientes, ya que el trabajador social
entra en un círculo vicioso del cual no puede salir. Por lo tanto, las mediaciones necesarias para
generar procesos de transformación social, desde una perspectiva crítica, se establecen en el
interjuego de intereses, y se apuesta a que los informes sean producto de ellas.

Cuando los profesionales hacen mención a los informes sociales se remiten a posiciones y
conceptos con relación a procesos de intervención y a los tiempos que necesitan los mismos,
a los conceptos utilizados en los informes, al plan de acción propuesto por los profesionales
para guiar los procesos de intervención, a los aspectos sobre los cuales hacer hincapié en
problemáticas específicas, etc. En este sentido un profesional reflexiona sobre la capacidad
estratégica que debería tener todo profesional para la realización de informes.
Los informes sociales surgen de las construcciones que se generan con distintas instituciones,
porque al relacionarte ya estás estableciendo estrategias para plasmarlas en los informes.
Entonces, se tiene que ser cauteloso con lo que se pone en el informe, porque con él estás
negociando con las instituciones. Hay cuestiones en que tenés que establecer un ida y vuelta
previamente para trabajar sobre casos comunes e ir acordando concepciones. El informe es
ese instrumento que permite entrever algunas cosas y otras no, y eso dependerá de las instituciones
con las que uno trabaja y con las que se va a consensuar.

Finalidades de los informes sociales:


Es desde una explicación ontológica, desde la razón crítico-dialéctica, que se piensa a los
informes sociales como instrumentos y no deben entenderse desde modelos únicos sino como
producto de la dinámica de la realidad y de un proceso de praxis social.
La particularidad de los informes sociales es que se caracterizan por ser instrumentos que no
se replican, sino que son singulares o exclusivos, propios de un espacio y tiempo determinado, y de
la capacidad del profesional para su instrumentalización. Son distintos entre sí, irrepetibles, ya
que se crean con objetivos específicos en función a intereses y expectativas distintas sobre el
mismo. Tienen distintos fines en las relaciones que establecen los profesionales, producto de las
mediaciones que generan los mismos en el campo de intervención. Estas finalidades son las
que las que les otorga su particularidad.
Tipología de Informes según sus finalidades:
1. Informes de derivación: buscan "dar a conocer" una "situación problemática" a otra
institución y/o profesionales para que intervenga de acuerdo a la particularidad del caso.
Pareciera que la acción de "derivar" a través de los informes sociales pretende sólo
informar y constatar por escrito la complejidad de la situación, y la falta de pertinencia de la
institución dadas las características de la demanda presentada.
Los informes de derivación, desde una concepción pasiva, son una clara expresión;
documentada por escrito, de la transferencia de un caso o situación conflictiva,"del pasarse
la pelota" de una institución a otra y "lavarse las manos"; pero, también, y desde aquí se
deberían de ver los informes, desde una concepción propositiva, una perspectiva ontológica,
que implique un compromiso y responsabilidad colectivo, una propuesta de trabajo
colectivo, un medio para generar estrategias conjuntas para el abordaje de problemas comunes-
los informes teniendo el propósito de generar redes institucionales, y, consecuentemente,
realizar acciones en conjunto para intervenir sobre las secuelas de la cuestión social.
2. Informes de actuación y/o evaluación: aquellos documentos que registran la intervención
profesional. Los casos por los que se generan se asocian a cuando son requeridos por
supervisiones institucionales, por lo cual, los informes tienen el fin de sintetizar los procesos
de trabajo en dichas instituciones; informes que se elaboran a partir de la solicitud de algún
tipo de organismo estatal provincial o nacional que implica una instancia de seguimiento
y/o supervisión con respecto a la implementación de algún programa impulsado a través de
los mismos.
También concebidos como un “instrumento de control”, las supervisiones institucionales
pretenden saber qué se hizo, en tal sentido, el profesional establece mediaciones (definir qué
plantear y qué no plantear en ese informe social, de qué forma le conviene hacerlo, qué conceptos
utilizar, etc.) con el fin de legitimar sus acciones en los procesos de intervención, de ganar
reconocimiento, donde se postula un conjunto de acciones y logros obtenidos, a través de las
estrategias establecidas en cada espacio de trabajo.
Son informes de gran exposición, debido al tipo de evaluación que se realiza sobre su
actuación en los espacios institucionales; incluso, este instrumento termina siendo, según
la voluntad política, una instancia decisiva para el despido o la renovación del contrato de
trabajo.
3. Informes de gestión de recursos: característica común en los espacios de intervención, la
creación de instrumentos dirigidos a otros (acto comunicativo), cuyo objetivo es la gestión de
recursos de todo tipo: materiales, económicos, servicios públicos, consulta a profesionales
de otras disciplinas, etc.; como un medio que facilite para que el usuario pueda acceder al
recurso que demanda.
Buscan solicitar recursos ante la demanda diaria en los espacios de intervención. Están
vinculados a la asignación de prestaciones, a partir de lo cual se informa sobre las situaciones
concretas que no puede brindarse cobertura por falta o insuficiencia de los mismos.
Existe una gran dificultad para establecer criterios de evaluación en la asignación de
recursos, ya que las políticas sociales están pensadas, bajo una lógica de fragmentación de
necesidades y focalización de la población haciendo que los usuarios terminen compitiendo
entre sí por las prestaciones que poseen las instituciones. Estos criterios se desvanecen en
la diversidad de las demandas presentadas por la población usuaria, caracterizada por estar
por debajo del índice de indigencia y línea de pobreza.
En general la mayor parte de este tipo de informes suelen hacerse de forma aislada, y
discontinua. Se reconoce la necesidad de organizarse como colectivo profesional para
realizar en conjunto de instrumentos que cobren este sentido: la reivindicación de derechos
sociales actualmente negados por el Estado, por lo que, dichos informes, son una instancia válida
para que las autoridades correspondientes se hagan cargo del reclamo, funcionando como
mecanismo de presión para la cobertura de algunas necesidades (que el pedido de recursos
verbalmente pareciera quedar en el olvido).
En tal sentido, las mediaciones que se establecen a través de los instrumentos, tienen que
ser síntesis de la situaciones singulares, que se manifiestan en estos espacios concretos,
con su totalidad, porque se termina parcializando la cuestión social ocultando las
contradicciones capital/trabajo del capitalismo monopolista.
LA ENTREVISTA EN TRABAJO SOCIAL
CÁCERES, OBLITAS Y PARRA

¿Qué es una entrevista?


❏ La entrevista no es una simple conversación (debemos tener un encuadre, y un propósito,
finalidades, objetivo/s claros; no son solo personas reunidas conversando), aun cuando se
aprecian las condiciones de sociabilidad y de capacidad de comunicación entre las
personas que intervienen.
❏ No se improvisa, debe realizarse con mucho esmero y profesionalismo.
❏ Es una interacción a partir de una conversación entre dos o más personas (más de un
entrevistador y/o entrevistado), con un propósito deliberado y mutuamente aceptado por los
participantes (no se impone), a quienes se les denomina:
1. Entrevistador​: quien dirige y conduce la entrevista (quien tiene las pautas, maneja los
tiempos, va conduciendo el proceso; todo entrevistador debe dominar el procedimiento de la
entrevista, es decir, la técnica); su formación le permite relacionarse con las personas y
plantear una serie de acciones alrededor del motivo de la entrevista.
2. Entrevistado​: persona que proporciona y/o demanda información (al solicitar la
entrevista pidiendo información o consejo); es decir, puede el mismo entrevistado
solicitar la entrevista, no solo en entrevistador.
Y, estos se encuentran interactuando con el entorno y contexto social, cultural e institucional.
❏ Tiene una doble dimensión:
a. Como ​técnica,​es un procedimiento sistemático para cumplir con el propósito planteado
(compuesto por momentos, etapas, que deben de conocer y saber manejar los
entrevistadores);
b. Como ​proceso,​no es lineal, igual, sino procesual, es una interacción intersubjetica que
se desarrolla en fases en directa relación con las características y particularidades de
los participantes en ella; tiene un inicio, un intermedio, y un cierre.
❏ Hay comunicación verbal y no verbal (actitud corporal, gestualidad - la postura, las manos, el
rostro, como nos movemos....) entre las personas involucradas, se intercambian ideas,
actitudes, sentimientos y se influencian recíprocamente, produciéndose una interacción
entre ellos.
❏ No solo se da exclusivamente cara a cara, porque los avances tecnológicos y
comunicacionales han posibilitado otras modalidades como la entrevista telefónica, etc.

¿Cuáles son las características de la entrevista en Trabajo Social?


❏ En trabajo social, la entrevista adquiere la particularidad de percibir a los sujetos desde una
perspectiva integral - no solo se aborda la problemática específica puntual que trae, sino
considerar el contexto, la historicidad de la problemática. Es distinta a, por ej., la
entrevista médica. Vemos al otro como una totalidad, considerando su contexto y
buscando una acción de la otra persona. En Trabajo Social, sirve a una profesión que se
preocupa por las personas en sus relaciones sociales y en su mundo social; interesa todo
lo relacionado a las condiciones y calidad de vida de las personas.
❏ A su vez, se caracteriza por promover una relación recíproca, horizontal entre diferentes, es
decir, entre entrevistador y entrevistado: ambos desarrollan su respectivo protagonismo,
son capaces (no sólo el entrevistador) de asumir tareas de acción alrededor de lo tratado
en la entrevista; el entrevistado no es un “paciente”, o, no sólo en términos de
“beneficiario”, de “usuario”, como unidireccional, sino que cada uno es partícipe de lo
que se va a generar después, es pasible de ser abordado por las dos partes, la
solución/respuesta se va a construir de esa relación horizontal, no es algo que “se la va a dar el
trabajador social”.
Como técnica es posible manejar algunas estrategias que faciliten el logro de los objetivos,
pero, que son solo "ayudas" para que éstos se logren. Ej. el manejo de los silencios, el uso
de ciertas expresiones verbales, etc.
❏ Como proceso debe ser permanentemente renovada y particular, tal como son las
situaciones que expresan las personas que se vinculan con el trabajador social.
No implica un trabajo rutinario, de aplicación formal y mecánica, sin considerar el proceso
de interacción que, por ser único cada vez, no puede establecerse como una relación rutinaria.
La particularidad de la entrevista en Trabajo Social se produce porque cada situación, aún
formando parte de una realidad integrada, es también particular.

¿Cuáles son los propósitos y modalidades de la entrevista?


Los propósitos pueden ser diversos, pero los más usuales son: investigar y orientar.
La modalidad de la entrevista en Trabajo Social está directamente relacionada con los
propósitos y con el medio que se utilice para realizarla.
La entrevista debe estar orientada a lograr una información pertinente de la situación desde una
perspectiva integral; o, pensándolo en términos investigativos, a efectos de contribuir con la
temática investigada (ej. plaza).

1. En cuanto al ​propósito de investigación​, la entrevista se orienta a:


A. Obtener información:​Determinar ciertas características y condiciones del entrevistado,
conocer opiniones, creencias, comportamientos, sentimientos frente a determinados
hechos o situaciones.
Modalidades para este propósito:
I. Entrevista con cuestionario (estructurada): se realiza sobre la base de un formulario
previamente preparado y a través de una lista de preguntas establecidas con
anterioridad (Cuestionario, de lógica sí-no) de acuerdo al tema o asunto a conocer.
No es posible que el entrevistado y entrevistador desarrollen el proceso que implica una
conversación pues todo el tiempo debe dedicarse a obtener las respuestas respectivas.
Sólo es recomendada cuando ya se tiene información previa sobre el asunto, y es muy
utilizada en investigaciones cuantitativas. Se tiende a la rigurosidad, a buscar
respuestas más concretas.
II. Entrevista Focal de grupo (no estructurada): utiliza la dinámica grupal, permite guiar a un
grupo pequeño de participantes para alcanzar niveles de comprensión sobre un tema o
problema particular. Se basa mucho en la conversación para lograr sus propósitos.
Se aplica cuando es posible que el grupo realice una amplia interacción entre sus
miembros, y/o, para desarrollar una observación profunda del intercambio de
opiniones, comportamientos y lenguaje del grupo.
Sirve para formarse idea sobre algún problema o situación y tomar decisiones, y para
evaluar un mensaje.(ej.: medios de comunicación en el Cerro). No tiene una estructura
rígida, un pautado preestablecido, sino que las preguntas funcionan a modo
disparadoras y el grupo va interactuando según los intereses que se generan.
III. Entrevista Individual a fondo (no estructurada, abierta con pauta): extensa indagación y
preguntas abiertas, pero realizadas individualmente entre el entrevistador y el
entrevistado.
Se aplica cuando el tema es complejo y el entrevistado está bien informado, o cuando el
tema es muy delicado; ante un grupo de personas geográficamente disperso; cuando
hay presión de la opinión general; y, como requerimiento expreso de solicitantes de un
servicio para dar marcha a una acción.
Son entrevistas no estructuradas que dejan mayor libertad a la iniciativa del
entrevistado y del entrevistador, empleando un pautada abierto, preguntas abiertas
para que la persona entrevistada responda con sus propias palabras y dentro de su
propio marco de referencia, sin un orden rígido. El entrevistador tiene cierta
flexibilidad para ir conduciendo la entrevista.
Son muy utilizadas en la investigación cualitativa.

2. En cuanto al ​propósito de orientación​, la entrevista se dirige a:


A. Facilitar información:​orienta a las personas acerca del procedimiento de un servicio, los
alcances de un programa, el flujograma de atención, los resultados de una gestión, los
derechos que asisten a usuarios de un servicio, etc.
B. Influir sobre ciertos aspectos del comportamiento:​motiva a la participación, a la relación
entre los miembros de una familia (ej. trabajadores sociales trabajando sobre la tenencia
compartida de niños en el Poder Judicial, conocer las relaciones y generar ciertas
modificaciones en ellas), los integrantes de un grupo; a la responsabilidad personal, la
autodependencia, etc.
C. Ejercer cierto efecto terapéutico:​ no se tiene puntualmente un objetivo terapeútica, sin
embargo, por sus características, tiene cierto efecto terapeútico, la estrevista ayuda a
adquirir confianza, a resolver una crisis a encontrar salidas y opciones. La persona puede
desahogarse, ser escuchado, sentirse contenido, que le dan importancia a sus
problemática/s.
D. Promueve la problematización: se problematiza las situaciones emergentes del discurso; no
nos quedarnos solo con lo que la persona nos comunica, sino que indagar, teniendo en
cuenta el entorno. No significa influir sobre las perspectivas del sujeto, sino poder
problematizarlas, para poder profundizar lo que “está en el fondo” de esas
problemáticas (ej. la tenencia del niño - se los puede atender solo por eso, solo darle el
papel de tenencia, o, indagar sobre las problemáticas subyacentes, no se complejizaría,
profundizaría sobre la problemática, quedando solo como una gestión burocrática; evitar
la lógica de respuesta sí-no, mostrar que pueden haber matices, plantear, sugerir otras
alternativas, ampliar el espectro de posibilidades, no quedarse solo con lo evidente, lo
inicial, emergente; ej. un niño que se porta mal, que se encierre en el INAU, ¡No!, tratar
de profundizar, ver otras opciones).

La entrevista de orientación: Implica la formulación de un diagnóstico inmediato que se


ejecuta fundamentalmente a partir de la situación que expresa el entrevistado, desarrollando
con él relaciones interpersonales al máximo; que desemboca explicitamente en otra
información que permita tomar decisiones prudentes en pos del entrevistado (apoyarlo a
realizar cambios importantes a partir de lo que él piensa y quiere hacer).
Es la más usual en el ejercicio profesional, ya que cumple con casi todos los objetivos de la
entrevista en Trabajo Social: facilitar la comunicación, influir sobre ciertos aspectos del
comportamiento, ejercer cierto efecto terapéutico, u obtener información para realizar un plan de
acción específico sobre la situación tratada.
Su utilidad reside en permitir al entrevistado superar momentáneamente alguna crisis u
obtener respuesta a algún interrogante; que reflexione y racionalice acerca de la situación en
que se encuentra involucrado; y facilitar su autodependencia para la toma de decisiones.

La orientación tiene 3 etapas:


1) Autoexploración: el entrevistador primero escucha lo que el entrevistado dice, luego
responde ayudándolo a explorar su situación, sentimientos y conducta que manifiesta
alrededor de ella;
2) Autoentendimiento: el entrevistador orienta al entrevistado a reconocer e integrar cada uno
de los aspectos que están interviniendo en la situación problemática que atraviesa;
plantear otras preguntas para ir complejizando la situación, profundizar, asociarla a
otros factores, al contexto, la historicidad de los sujetos de la situación...;
3) Acción​: el entrevistador impulsa al entrevistado a actuar y definir un curso de acción de
acuerdo a su realidad (recurrir a otra institución; plantear un plan de trabajo,
organizando próximas entrevistas…).
La empatía como condición básica.
La orientación se basa en los recursos y capacidades que tiene el entrevistado para resolver la
situación o necesidad que le afecta, lo cual implica que el entrevistador no lo suplante en la
toma de decisiones, sino que intente encontrar cuáles son aquellas potencialidades
existentes, aun cuando signifique alargar el proceso de orientación.
En cada entrevista de orientación, el trabajador social debe facilitar que el entrevistado logre:
i) Descubrirse a sí mismo identificando dificultades, obstáculos, fortalezas y actitudes en el
asunto o situación que enfrenta;
ii) Darse cuenta de la necesidad de hacer algo para resolver y/o enfrentar la situación que le
preocupa:
iii) Asumir la necesidad de plantearse una meta y ejecutar acciones para su logro.

En Trabajo Social es más adecuado hacer entrevistas no estructuradas porque permiten


adentramos al marco de referencia de las personas, conocer sus percepciones, entender
sentimientos y profundizar en las expectativas respecto a alguna situación específica.
Es posible combinar modalidades de entrevista para garantizar mejores resultados.

¿Cuáles son los procesos que conforman la entrevista?


Son 3 procesos que se interrelacionan e influyen mutuamente:
1. Proceso de interacción: ​es fundamental en la entrevista el mutuo entendimiento que debe
manifestarse en forma de interés y atención por expresar y escuchar, contar y oír. La
comunicación (hacer común algo) juega un papel trascendente en este proceso social,
debe tender a ser espontánea y a enriquecerse con la no verbal, donde los silencios,
gestos, sonidos, esperas, contribuyan a que el entrevistado acreciente su espontaneidad
y profundice su propia reflexión.
La empatía es la condición básica para que se dé una verdadera interacción social: un marco
de cierta familiaridad, no de fuerza o superioridad, o debilidad o sumisión; y, familiaridad
pero sin suprimir en caracter profesional del trabajador social en la entrevista.
2. Proceso de obtención de información: ​la clave de este proceso está en la elaboración y
selección de las preguntas, éstas nos conducen al saber, al conocimiento.
Se recomienda iniciar la entrevista con una pregunta abierta y general, suele ser efectiva,
y progresivamente se va estrechando, explicando, concretando, aclarando hechos y
situaciones. De esta manera se va propiciando, sin esfuerzo, una interpretación y
significado compartido.
3. Proceso de registro: ​es la ficha social donde el Trabajador Social registra la información
que obtiene del entrevistado. Se consignan sólo los hechos centrales y significativos, ya
que lo que importa es la reflexión. Combina otras técnicas - observación, registro…
Algunos datos se registran en el momento, otros después. Se recomienda, por la
complejidad de hacer en simultáneo entrevista y registro, hacer registro de “palabras
clave” (para evitar extenso desarrollo).

¿Cuáles son los momentos de la entrevista?


1. Inicio o apertura:​el entrevistador tiene la responsabilidad de establecer con el
entrevistado buenas relaciones para garantizar un adecuado desarrollo de la entrevista.
El entrevistador debe hacer un encuadre de la entrevista, dar a conocer las reglas y el papel que
cumple desde el inicio: precisar el propósito, objetivos, posibilidades, tiempo (respetar el
tiempo del otro) y limitaciones que se tiene para enfrentar la situación. Debe presentarse
(además tiene implicancias éticas - una forma de respeto, y generar un clima de confianza) y
presentar su marco institucional, a la vez de informar el destino y uso de la información.
El entrevistado debe reconocer la utilidad y beneficios de su participación, y el
entrevistador debe motivarlo para ello.
La razón de ser de este momento, es crearle al entrevistado una situación de relajamiento y
tranquilidad que le permita manifestarse lo más libremente posible; generar el clima y
ambiente acorde, un espacio adecuado para estos fines, generar las condiciones mínimas de
respeto..
2. Desarrollo o contenido: s​e enfoca en la obtención de información. Las preguntas deben ser
claras, sencillas, motivadoras y no invasoras que generen conductas defensivas en el
entrevistado. La comprensión se apoya en la empatía y en la discreción, creando un
ambiente de solidaridad.
Sabemos que hemos entendido a alguien cuando damos significados a sus palabras, esto
es, decir en otros términos y de manera precisa y explícita lo que el otro quiere expresar,
pero esos significados no deben ser los nuestros sino los de la persona entrevistada.
Si el Trabajador Social transmite tranquilidad, sosiego, serenidad y le ofrece un ambiente
de privacidad, el desarrollo de la entrevista será favorable para ambos, modulando la voz,
haciendo preguntas escalonadas; pero si está pendiente de la hora, es interrumpido
constantemente o está pendiente de la ansiedad del entrevistado perderá su capacidad
operativa.
Si el propósito es investigar se recoge la información objetivo de manera concreta y
puntual; si es de orientación, reconocer y aceptar las necesidades emocionales del
entrevistado, pasar a la reflexión propiciando la participación del entrevistado en la toma
de decisiones y defensa de sus derechos.
El principio fundamental para este momento es no preguntar nada si no podemos justificar el
por qué de esa información que demandamos, en el marco de qué se preguntará (entrevistador
sino puede perder credibilidad; puede generar sensación de irrespetuosidad, incomodidad, por
parte del entrevistado). Hacerle sentir nuestra aceptación como persona a quien dedicaremos
todo el tiempo de la entrevista.
3. Término o final/Cierre o conclusión:​este momento es importante como el resto, no debe de
ser brusco- cuando hay renuencia del entrevistado para finalizar la entrevista es que a
nuestra intervención le ha faltado algo. Tanto el entrevistado como entrevistador deben
sentir que "han logrado algo" de la entrevista. El trabajador social puede hacer que el
entrevistado reflexione sobre lo tratado posibilitando un nuevo encuentro.
Es conveniente hacer una síntesis de lo tratado así como de las recomendaciones que se han
expresado. La entrevista concluye cuando se ha logrado establecer las posibles alternativas
para enfrentar la situación planteada, haciéndolo partícipe de la estrategia de intervención.
Es recomendable evaluar la intervención profesional. En el caso de la entrevista evaluar el
proceso que se ha seguido: antes, durante y después de nuestra participación.
La razón de ser de este momento es haber logrado en el entrevistado un clima de apoyo y de
posibles salidas. Debemos tender a que la entrevista culmine con un sentimiento de
satisfacción, tanto para el entrevistado como para el entrevistador.

¿Qué limitaciones y recomendaciones debemos de considerar?


Relacionadas con aspectos y factores presentes o ausentes tanto en el entrevistador como en el
entrevistado, no con la técnica misma.
El entrevistador debe tener en cuenta los códigos que la otra persona tiene, el lenguaje que
utiliza atado a determinada institución (por ej: la cárcel), debe informarse al menos de los
códigos base para poder comprenderla.
Algunas limitaciones desde el entrevistador:
➔ Actitudes que generan desconfianza:
❏ No mirar de frente al entrevistado
❏ Mostrar apuro
❏ Mirar constantemente el reloj
❏ Mirar el celular
➔ Dificultad en establecer empatía (lo cual afecta el buen desarrollo de la técnica):
❏ No comprender los problemas del entrevistado
❏ No ponerse en la situación del entrevistado
❏ No hacer suyo el problema
❏ Indiferencia
➔ Desconocimiento del marco referencial de la situación especifica que preocupa al
entrevistado:
❏ De las leyes que amparan al entrevistado
❏ De los lineamientos de política del sector donde se trabaja
❏ No tener información actualizada sobre las instituciones de bienestar que atiendan la
problemática del entrevistado
➔ Dificultad para entablar conversación:
❏ Manejo de códigos diferentes (ej.: de la cárcel; la necesidad de conocerlos, para evitar
exponer a los sujetos a determinadas situaciones, plantear determinadas estrategias
que no lo beneficien para nada; para empatizar debemos de entender sus códigos,
términos, formas de hablar, estrategias, nociones…, para poder lograr un verdadero
diálogo.)
❏ No hacer esfuerzo para comprender el mensaje que emite el entrevistado
➔ Realizar la entrevista en momento inoportuno:
❏ No respetar la dinámica cotidiana del entrevistado, ej. citar para una entrevista a una
madre el día que tiene labor comunal (recordando el mutuo acuerdo; y en términos de
respeto)
Algunas recomendaciones para obtener una entrevista significativa:
➢ Establecer desde el inicio de la entrevista un ambiente de cordialidad y confianza.
➢ El tono de voz debe ser el de una conversación, evitar tono inquisidor al formular las
preguntas.
➢ Tener claro el propósito de la entrevista.
➢ La atención debe estar centrada en el entrevistado.
➢ Escuchar más que hablar.
➢ Tener presente que toda persona es única y singular.
➢ Evitar la pose de autoridad, de censor o de moralista.
➢ No apremiar al entrevistado, mostrar paciencia.
➢ Actuar con profesionalismo, evitando que la entrevista se convierta solo en una "charla
amigable".
➢ No crear falsas expectativas en el entrevistado.
➢ No prejuzgar por la apariencia y/o circunstancias
➢ Buscar la privacidad de la entrevista
➢ Reconocer y aceptar las necesidades emocionales del entrevistado.
➢ Formular preguntas adecuadas, ni muchas ni pocas.
➢ Tener en cuenta la observación, especialmente en la comunicación no verbal.
➢ Sí se va a gravar, pedir permiso al entrevistado (tener su consentimiento firmado).

….

APROXIMACIONES A UN OBJETO POLILÓGICO


M. W. MALLARDI
❏ Podemos identificar y separar analíticamente tres dimensiones que condicionan la entrevista
como técnica y parte del proceso de intervención del TS:
1. Socio-institucional: ámbito donde se mueve el profesional; refiere a la relación
existente entre la profesión, la 'cuestión social' y las políticas sociales implementadas
por organizaciones del Estado y no Estatales en relación con esta última;
2. Subdeterminante popular: las políticas sociales no son el resultado de la acción estatal
en el marco de un clima armonioso, sino que entran en juego otros elementos - no
existen desvinculadas de los reclamos populares, de las luchas sociales por adquirir
los derechos sociales, por lo que estos derechos implican, en primera instancia, la
consagración jurídica de tales reclamos y reivindicaciones;
3. Ético-política: si bien el profesional es contratado por los representantes del capital, en
sus procesos de intervención dependiendo de su opción política, el mismo puede
intervenir tendiendo a reforzar los intereses del capital, o, de las clases trabajadoras.
❏ Una definición de la entrevista que pretenda dar cuenta de las complejidades propias de
la intervención profesional, debe contemplar tanto las tensiones sociales, como las
características propias de dicha intervención: surge la necesidad de pensar una definición
polilógica de la entrevista, incorporar estas tres dimensiones, estas distintas lógicas sociales
que actúan en el momento de su desarrollo; es decir, es necesario reflexionar sobre cómo
en la realización de la entrevista convergen tanto la dimensión socio-institucional, la
ético-política profesional y la subdeterminante popular.
❏ La entrevista como una instancia dialógica entre el profesional y los sujetos, donde se ponen
en juego estas lógicas, y, que se debe entender en determinado contexto social, donde se
asocia, se verán, se reconstruyen las expresiones de las manifestaciones de la cuestión social.

La entrevista en TS adquiere particularidades construidas históricamente por la relación entre el


trabajador social y el usuario, mediatizado por el contexto en el cual se desarrolla.

La entrevista como instancia dialógica entre el profesional y el/los usuario/s, constituye un


instrumental técnico operativo que nos puede permitir aproximarnos a la realidad de los
sujetos miembros de la clase trabajadora dialógicamente, es decir, preguntando desde
nuestra lógica y escuchando las respuestas producidas desde una lógica distinta, y, cuando
los papeles se invierten, respondiendo desde nuestra lógica a respuestas enunciadas desde
otra, pensando siempre en el objeto de la discusión, el cual se reconstruye constantemente y
adquiere particularidades en cada entrevista.

Se puede ubicar en la misma dos momentos, cuya relación no es lineal sino dialéctica:
a) la reconstrucción de las manifestaciones de la cuestión social que se objetivan en la vida
cotidiana de los sujetos;
b) la acción socioeducativa orientada en problematizar y desnaturalizar la situación de los
entrevistados.

a)
En el encuentro dialógico de la entrevista, el entrevistado, como interlocutor que verbaliza
una situación de su vida cotidiana que considera problemática, nos presenta la visión que él
ha construido de la misma. En el caso del profesional, se produce una relación dialéctica
entre la situación planteada y el bagaje teórico que posee para analizar la realidad y fundar su
intervención profesional.
La situación que el entrevistado identifica como problemática puede ser analizada por el
profesional desde dos posturas distintas. Se va a promover pensar la situación como una
manifestación de la cuestión social, entendida como la expresión de las desigualdades inherentes
al desarrollo del sistema capitalista, exigiendo a la práctica profesional salir de los marcos
clasificatorios, de puntualización y de naturalización de los 'problemas sociales', evitando
entender a la cuestión social como una disfunción superable y transitoria, visualizar y
explicar la situación del entrevistado como un hecho puntual y aislado, encontrando las
causas en el ethos del sujeto;
Para esto, surge la necesidad de establecer las mediaciones necesarias que nos permitan
comprender cómo la totalidad que se expresa en la cuestión social se manifiesta y adquiere
sus particularidades en la vida cotidiana del sujeto entrevistado. Es preciso, reconstruir a partir
del diálogo cómo esa situación que, aparenta ser aislada y propia de ese sujeto, encuentra sus
causas en la totalidad en la cual se desarrolla.

En el proceso de la entrevista, el profesional debe encontrar las tendencias de la generalidad que se


objetivan en la vida cotidiana del sujeto entrevistado. En este proceso de ida y vuelta entre la
singularidad y la generalidad.
La perspectiva adoptada, le exige al entrevistador tomar un papel activo en el proceso dialógico,
en la medida de poder plantearle al entrevistado los interrogantes necesarios a fin de poder
superar la inmediatez en el proceso de conocimiento de su situación. Es necesario que comprenda
los enunciados del sujeto entrevistado y pueda profundizar la reflexión conjunta, tendiendo a
encontrar los elementos que le permitan reconstruir analíticamente cómo las grandes
determinaciones de la sociedad se concretizan en la vida cotidiana del entrevistado. Se procede así,
sucesivamente, a superar la inmediatez y la indecibilidad, y la generalidad, de la situación que se
pretende reconstruir.
Ante el cómo realizar esta reconstrucción, no es el objetivo ni es posible brindar "recetas",
principalmente porque en cada situación es necesario pensar cómo dicha manifestación se
relaciona con la realidad del sujeto entrevistado, siendo a partir de las características que dicha
relación adquiera que se deberán construir las estrategias para llevar a cabo el proceso de
reconstrucción en la entrevista.

¿Qué es la COMPRENSIÓN ACTIVA?


❏ Frente a los enunciados desarrollados por el entrevistado, el trabajador social debe intervenir,
en primer lugar, comprendiendo los mismos, y luego continuar avanzando en el proceso de
reconstrucción de la situación problemática que se manifiesta en la vida cotidiana del sujeto
entrevistado. De esta manera, entablará con el entrevistado un diálogo en el cual se pretende
superar la inmediatez y reconstruir analíticamente la situación problemática (conectar la
singularidad de esa problemática, con categorías conceptuales y teóricas, con determinaciones
estructurales más amplias - conectar los problemas micro con problemáticas sociales más
amplios), diálogo que se transformará en una lucha de significados (el encuentro de visiones
del mundo distintas sobre la misma realidad), cuyo resultado será mediatizado por el vínculo
con las dimensiones mencionadas, siendo necesario, pensar los enunciados en vinculación con
las relaciones sociales y el posicionamiento de los sujetos en las mismas. Esto conlleva superar
el mero análisis semántico del enunciado, logrando alcanzar una comprensión ideológica del
mismo.
❏ En la entrevista, el discurso del otro se constituye en la puerta de entrada a su vida cotidiana,
no la expresión de la misma. El trabajador social debe avanzar comprendiendo
activamente el enunciado en el cual el entrevistado manifiesta su situación.
Conviene diferenciar los procesos de explicación de los de comprensión, en tanto que en
la primera no hay diálogo, y, en la segunda siempre hay. Los trabajadores sociales deben
aproximarse al discurso del otro con una actitud comprensiva, procurando entender al
mismo en relación con las interrelaciones sociales de las cuales los enunciados son la
refracción ideológica. Generamos empatía, comprendemos al otro complejizando el
problema. El bagaje de conocimiento que tenemos juega un papel central para comprender la
situación, para comprender el enunciado del sujeto al vincularlo con (y en) un marco de
totalidad, de totalidades más amplias donde se desarrollan. Conectamos lo microsocial con la
macrosocial, viendo el entorno, lo que hay detrás del individuo.
Esta postura es dialógica, porque no se trata de la imposición de significados de uno a otro,
sino en la posibilidad de construir un espacio en el que los interlocutores, a partir de su historia
puedan generar interrogantes en el otro que le permitan reflexionar y problematizar
constantemente sobre su situación.
❏ Los profesionales no deben detenerse en el momento de ponerse en el lugar del otro (empatía
- principio fundamental de aproximación, contacto, y comunicación; para poder superar las
distancias culturales), ver el problema como ellos lo ven, ya que se estarían negando como
parte del proceso dialógico, por lo que su posición debe mantenerse en la visión que en
tanto profesional posee.
❏ El “otro” se da como una realidad a reconstruir a partir del discurso. Intentar precisar quién
es ese otro, no implica pensado de manera aislada del contexto en el cual se desarrolla,
sino que sujeto y sociedad, ambos planos, son parte de una totalidad, no fragmentada,
sino articulada.
Los sujetos se encuentran ubicados en concordancia con la posición que tienen en la relación
capital/trabajo. Entonces, podemos analizar, a partir de la ubicación en dicha relación, a los
mismos en correlación con la clase social a la cual pertenecen, a efectos de recuperar algunos
elementos que sirvan para poder aproximarnos a los entrevistados desde una postura crítica.
❏ Pensar la profesión desde una posición crítica en constante búsqueda de ruptura con el
orden conservador propio del capital.
La producción de las ideas y representaciones de los sujetos se encuentran condicionadas
por el desarrollo de las fuerzas productivas en un momento histórico determinado. Se
debe de considerar la noción que todo discurso surge en una relación dialógica con otros
enunciados, a los cuales refuta, acepta, completa, etc., y en cuya producción se
manifiesta la relación del sujeto hablante con la del sujeto del discurso referido.
Entonces, los enunciados producidos por los entrevistados tienen carácter dialógico, el
enunciado tiene un carácter social, ya que el mismo se produce en el marco de un contexto
histórico determinado y socialmente relacionado con otros enunciados, en donde el
enunciador, a partir de su relación particular con los otros sujetos y los medios de
producción, retoma las palabras con un significado determinado por su posicionamiento
social.
Al tomar palabras de otros tomamos también ideologías ajenas. La construcción de la
conciencia individual es un fenómeno enteramente social, pues la subjetividad de las personas
se forma y se desarrolla en una constante interacción con los enunciados individuales ajenos.
De esta manera, en el momento del contacto de la entrevista, debemos establecer las
mediaciones necesarias para aproximarnos al conocimiento del sujeto entrevistado como
sujeto social. Así, durante el proceso de comprensión de los enunciados del entrevistado, es
necesario identificar en diálogo con que otros enunciados surge el discurso del entrevistado.
❏ En el marco de la entrevista, guiarnos procurando comprender activamente el discurso del
otro implica conocer la ideología cotidiana que tenga el sujeto entrevistado en relación con la
situación que está atravesando, estableciendo las relaciones existentes entre las mismas y
aquellas de las clases sociales fundamentales.

b)
❏ Guiados por esta perspectiva dialógica, en la cual se debe producir un enriquecimiento
mutuo a partir de las preguntas de uno que le permiten al otro descubrir nuevos aspectos
de sí, consideramos que la intervención socio-educativa debe implicar una lógica dialéctica y
crítica.
Por la mediación de la prestación de servicios sociales el asistente social interfiere en las
relaciones sociales que forman parte del cotidiano de los sujetos. Esta interferencia se da
particularmente por el ejercicio de la dimensión socioeducativa (y político/ideológica) de
la profesión que puede: asumir un carácter de encuadramiento disciplinador destinado a
moldear al 'cliente' en relación a su forma de inserción institucional y en la vida social, o
puede dirigirse para fortalecer los proyectos y las luchas de las clases subalternas;
caracterizando a la primera por su intención de adaptar a las personas al orden
establecido, mientras que en la segunda el profesional puede impulsar a los sujetos a
reclamar, poniendo en conocimiento sus derechos, haciéndolos participes e impulsores
de procesos que tiendan a luchas-reivindicativas.
❏ La intervención socioeducativa profesional a promover, no consiste, en la transmisión de
conocimientos que el otro debe adquirir acríticamente, sino en la intencionalidad de
promover en el sujeto entrevistado una actitud crítica frente a su realidad, cuestionándola y
repensando sus condiciones materiales de existencia en sí mismas y como se relacionan con la
totalidad en la cual se inscriben; que alcance un pensar crítico, en pos del desarrollo de
capacidades cada vez mayores entre grupos también cada vez mayores para desnaturalizar las
relaciones sociales y la cultura del capitalismo.
❏ En la entrevista, ejercer una intervención socioeducativa, desde una postura crítica, hace
referencia a que es el educador quien se propone promover en los otros sujetos aprendizajes
que él considera necesarios para ellos. Entra en cuestión, el cómo determina el educador, en
este caso el entrevistador, que determinados aprendizajes son necesarios para el entrevistado.
Es a partir de la comprensión de la visión que el sujeto entrevistado tiene de su realidad que el
entrevistador debe, a partir de su formación teórica profesional, identificar aquellos elementos
que considere necesarios para promover en el entrevistado una actitud crítica sobre la
visión de su realidad.

Para Mallardi la entrevista debe suponer la comprensión activa, donde hay lucha de significados
y el profesional asume el carácter socioeducativo de la relación dialógica establecida.
La comprensión activa, se caracterizaba porque el que comprende ejerce un rol activo, creativo, al
construir desde su posicionamiento interrogantes al interlocutor a fin de que éste busque nuevas
posibilidades de sentido a su realidad. Implica, que en la entrevista, se supera la sola escucha y se
llega al diálogo entre los interlocutores, en toda su multidimensionalidad (su expresión verbal, no
verbal, lo que expresa y no expresa...). A su vez, se encontrarán dos valoraciones distintas sobre la
misma realidad, produciéndose, una lucha de significados entre los interlocutores. En este
momento, continuamente nos aproximamos a la ideología cotidiana del sujeto entrevistado, la
cual se vincula con las distintas ideologías coexistentes en el contexto social del mismo. A partir de
dicha aproximación, llegamos a comprender cómo el sujeto entrevistado vivencia la situación que
es motivo de la entrevista.
Posterior a este proceso de identificación, la práctica educativa implica dialogar procurando
alcanzar un grado mayor de esa conciencia crítica en torno a la vivencia en cuestión. Ello implica,
la vinculación de la situación del entrevistado con aquella vivida por la clase trabajadora, en donde
se explicite la relación existente entre la situación que el entrevistado está atravesando con los
derechos históricamente conquistados por la clase mencionada.
Durante este proceso de diálogo, en la entrevista es menester recuperar aquellas visiones que el
entrevistado posee sobre su realidad, que será necesario reflexionar conjuntamente entre el mismo
y el profesional; procurando este último que el sujeto entrevistado reflexione sobre la problemática
que le atraviesa en ese momento, su situación, para aproximarse a comprender y desnaturalizar la
misma, dilucidando su situación como expresión de la cuestión social en su vida, lo que implica
entender su problema en relación con las causas estructurales que lo generan - lo que implica no
pensarlo como algo estático, rígido y natural, sino como el producto de relaciones sociales
concretas, en las cuales él juega un papel activo.
La acción educativa no debe ser una exposición teórica sobre la reconstrucción analítica de la
manifestación de la cuestión social que el profesional realiza, sino un proceso que ubique en el
centro de la reflexión conjunta la situación problemática que atraviesa el entrevistado,
procurando, por parte del entrevistador, generar las preguntas y enunciados que sobre la base del
discurso del otro introduzcan elementos problematizadores que redunden, no en la incorporación
de nuevos contenidos, sino, en una aproximación continua a una visión crítica tanto de la realidad,
como de las visiones de la misma construida por parte del entrevistado hasta el momento.
Bajo la lógica de la reivindicación de derechos, es necesario dialogar con el entrevistado acerca de
las características de la relación existente entre él con el trabajador social y con la institución. La
intervención socio-educativa debe procurar fortalecer el conocimiento de los mecanismos
institucionales y extra-institucionales por los cuales el entrevistado puede actuar en pos de que se
garantice la satisfacción de sus derechos, es decir, se debe incentivar el fortalecimiento de los
procesos de subdeterminación popular: no implica el asesoramiento de los canales burocráticos,
sino, la intervención tendiente a lograr una síntesis en el sujeto de una visión más crítica sobre su
realidad con un posicionamiento más activo, en donde se tornen sujetos protagónicos en la
resolución de los problemas que los afectan; dialogar con el entrevistado acerca de los límites y
posibilidades de acciones reivindicativas en pos de fortalecer en el espacio institucional la
dimensión subdeterminante popular.
❏ Asociar con un “ejercicio espiritual”- poner todo de sí en la entrevista.

LA MISERIA DEL MUNDO


COMPRENDER
P. BOURDIEU (1993)

❏ En un escenario social, de donde el entrevistador mismo pertenece, no es un escenario


neutral, la entrevista implica y supone la relación social, relación cuyos efectos en sí misma
son de relaciones de poder (microfísica del poder- Foucault), a partir de la asimetría en el
punto de partida.
❏ Como no es neutral, debemos darle rigurosidad a este encuentro, la entrevista, para que
genere ciencia, a través de la vigilancia epistemológica, evitando la ingenuidad, desprolijidad
o su burocratización.
❏ Se debe enfatizar la empatía como principio fundamental de aproximación, contacto, y
comunicación.
❏ Las Cs. Sociales son ciencias reflexivas. Sólo la reflexividad (pensarse a sí mismo, cuestionarse
- los sujetos, organizaciones, el propio cientista sobre su teoría, metodología, técnicas, no son
algo dado, se construye; no dejar pasar lo obvio, naturalizado, sino que problematizarlo), que
es sinónimo de método — pero una reflexividad refleja, fundada sobre un "oficio", un
"ojo" sociológico—, permite percibir y controlar sobre la marcha, en la realización
misma de la entrevista, los efectos de la estructura social en la que ésta se efectúa.
❏ El método a implementar se asocia a la “mayeútica” de Sócrates: el preguntar, hacer
preguntas disparadoras, para que emerja el conocimiento latente en todo sujeto, que, a veces,
ni el otro sabe que lo sabe. La entrevista es un ejercicio dialéctico, el entrevistado no es una
“tabla rasa”, sino que es alguien que informa, que procesa información, que genera reflexión;
el entrevistador debe saber habilitar la disposición del entrevistado, debe saber hacer y
adaptar las preguntas a cada sujeto y situación.
El entrevistado debe “liberarse de su verdad”, ¿una verdad que fue racionalmente elegida, o es
el discurso de otro que reproduce?, por eso, la necesidad de trabajar sobre lo obvio, y la
importancia de cómo formular las preguntas para promover este fin.
A efectos de entender un poco más, es bueno incorporar a este razonamiento, los conceptos de:
✓ “habitus”: lo social incorporado - “yo soy yo, y soy una parte de la sociedad que se
expresa”, sus historias, influencias, construcciones - instituciones...“estructuras
estructuradas predispuestas para funcionar como estructuras estructurantes”, por lo que los
sujetos no somos estáticos, dados, inmutables; somos expresión de lo social, no nos
construímos aisladamente de la sociedad;
✓ “campo” - una trama o configuración de relaciones objetivas entre posiciones, que
imponen determinaciones a sus ocupantes, agentes o instituciones, por su situación
actual y potencial en la estructura de la distribución de las diferentes especies de
poder, de capital, cuya disposición comanda el acceso a los beneficios específicos que
están en juego en el campo, y, al mismo tiempo, por sus relaciones objetivas con las
otras posiciones (dominación, subordinación, homología, etc.).
✓ “La incorporación de las jerarquías sociales por medio de los esquemas del habitus,
inclinan a los agentes, incluso a los más desventajados, a percibir el mundo como
evidente y a aceptarlo como natural…”

Una comunicación “no violenta”:


❏ Tratar de saber qué es lo que se hace cuando se establece una relación de entrevista es, en
primer lugar, intentar conocer los efectos que pueden producirse sin saberlo a raíz de esa
especie de intrusión, siempre un poco arbitraria, que está en el origen del intercambio: porque
desde el punto de partida, en el origen, se dan relaciones asimétricas, porque quien realiza la
entrevista es quien plantea el encuadre, marco, los parámetros de la misma - selección de
quien se entrevistará, en donde, que se le preguntará, la manera de presentarse y presentar la
entrevista, los estímulos brindados o negados, etc. Esta violencia simbólica en las relaciones
de poder tiende a naturalizarse, tanto en la entrevista estructurada (cerrada), como no
estructurada (abierta).
Una relación social donde el «dominador» ejerce un modo de violencia indirecta y no
físicamente directa en contra de los «dominados», los cuales no la evidencian y/o son
inconscientes de dichas prácticas en su contra, por lo cual son «cómplices de la dominación a
la que están sometidos».
❏ La violencia simbólica siempre está presente, existe, uno tiene que reconocerla para poder
enfrentarse y mitigar, reducir, sus efectos. Ej.: el capital cultural y social plasmado en la
situación de la persona vulnerable, vs. la del entrevistador.
Para medir la magnitud y la naturaleza del desfase entre el objeto de la entrevista
percibido e interpretado por el entrevistado y el asignado por el entrevistador, este
último puede tratar de reducir las distorsiones resultantes, comprendiendo qué puede y
qué no puede decirse, las censuras que impiden expresar ciertas cosas y las incitaciones
que alientan a hacer hincapié en otras.
A. Asimetría entre la relación entrevistador-entrevistado: Es el entrevistador quien inicia el
juego y establece sus reglas; quien, muchas veces, asigna a la entrevista, de manera
unilateral y sin negociación previa, objetivos y usos en ocasiones mal determinados
para el entrevistado. Recordar que en toda entrevista se producen relaciones de poder;
esta asimetría se ve reforzada por una asimetría social - relaciones desiguales en tanto si
el entrevistador ocupa una posición superior al entrevistado en las jerarquías de las
diferentes especies de capital, en especial del cultural y simbólico; si están próximos
en términos de su capitales, puede no ser tan evidente la relación de poder, es decir, su
proximidad puede ser un facilitador para la entrevista (pero, cuidado que hay riesgos
ante la misma).
B. “Mercado de bienes lingüísticos y simbólicos”: Varía en su estructura según la relación
objetiva entre el entrevistador y el entrevistado, es decir, entre los capitales de todo
tipo, y en particular lingüísticos, de que están provistos. Ej.: el comunicarse apelando a
términos complejos, el manejar códigos distintos al entrevistado, al hablar distinto.
❏ Se pretende reducir al mínimo la violencia simbólica que puede ejercerse a través de ella:
Intentamos establecer una relación de escucha activa y metódica, recortar las distancias
simbólicas entre el entrevistador y entrevistado, donde la proximidad social y la
familiaridad son fundamentales, y enfatizar en la empatía es el camino para mitigarla. Esta
escucha debe estar alejada del laisser-faire de la entrevista no directiva como del
dirigismo del cuestionario; postura en apariencia contradictoria a la cual no es fácil
atenerse en la práctica.
No basta con actuar sobre lo que puede controlarse consciente o inconscientemente en la
interacción, en particular el nivel del lenguaje utilizado y los signos verbales o no
verbales aptos, sino que también habría que actuar sobre la estructura misma de la
relación (y, con ello, sobre la estructura del mercado lingüístico y simbólico) y, por tanto,
sobre la elección misma de las personas interrogadas y los interrogadores.
❏ Precaución con el riesgo de la imposición: Nadie está exento del efecto de imposición que
pueden ejercer las preguntas ingenuamente egocéntricas o distraídas y, sobre todo, del
efecto de contragolpe que las respuestas así arrancadas amenazan con generar en el
analista, siempre expuesto a tomar con seriedad, en su interpretación, un artificio que él
mismo produjo sin saberlo.
El establecer una distancia que inhiba el relato del entrevistado, puede llevar al riesgo de que
“cada uno juegue el rol esperado” - el entrevistado dice lo que se quiere escuchar, y el
entrevistador hace preguntas coloquiales, que no conducen a develar los planteos del
entrevistado.
❏ El entrevistador tiene libertad de elegir a los entrevistados entre sus conocidos, o entre
personas a las cuales podían ser presentados por éstos; en efecto, la proximidad social y la
familiaridad aseguran dos de las condiciones principales de una comunicación "no violenta":
a) Cuando el entrevistador está socialmente muy próximo a quien interroga, le da
garantías contra la amenaza de que sus razones subjetivas se reduzcan a causas
objetivas;
b) Queda asegurado un acuerdo inmediato respecto de los presupuestos sobre los
contenidos y las formas de la comunicación, una emisión ajustada de todos los signos
no verbales coordinados con los verbales, que indican cómo debe interpretarse tal o
cual enunciado, o cómo lo interpretó el interlocutor - "Si, 'Ah, bueno', 'Desde luego',
'Oh', los cabeceos aprobadores, las miradas, sonrisas, signos corporales o verbales de
atención, interés, aprobación, aliento, reconocimiento, son la condición de la
adecuada continuación del intercambio; colocados en el momento oportuno,
atestiguan la participación intelectual y afectiva del entrevistador.
❏ Pero las condiciones óptimas de familiaridad tiene sus límites. Para intentar extenderla lo
más posible, podemos recurrir a estrategias como la de representar roles, componer la
identidad de un entrevistado que ocupa una posición social determinada, solo en
entrevistas de campo.
Ej.: William Labov en su estudio del habla negra de Harlem, para neutralizar el efecto de
imposición de la lengua legítima, pidió a jóvenes negros que realizaran la entrevista;
neutralizar uno de los principales factores de distorsión de la relación de entrevista,
capacitando en las técnicas de ésta a personas que podían tener acceso con familiaridad a
entrevistados.
Cuando un actor interroga a otro actor, un desocupado a otro desocupado, etc., con el que
comparte la casi totalidad de características, explicativas de sus prácticas y representaciones, y
unidos por una relación de profunda familiaridad, sus preguntas se originan armonizadas con
el entrevistado, reducen las distancias sociales; no amenazantes o agresivas, porque el
entrevistador sabe que comparte con él lo esencial de lo que lo llevan a transmitir y los
riesgos a los que se expone al transmitirlo; y, tampoco olvida que al objetivar al
interrogado se objetiva a sí mismo (lo testimonian las correcciones que introduce en sus
preguntas, pasando del “tú” objetivante al “se” o “uno” que remite a un colectivo
impersonal, y luego al “nosotros”, con el que afirma que la objetivación también lo
incluye).
La proximidad social con la persona interrogada es lo que explica el desasosiego de muchos
entrevistadores: en el interrogatorio, el analista tiende a quedar atrapado y puesto a prueba en
la misma medida que la persona a la que interroga.
❏ Pero esta estrategia no es perfecta: no se trata solo de recoger un "discurso natural" lo menos
afectado posible por el efecto de la asimetría cultural, sino, también hay que construirlo
científicamente, de manera que transmita los elementos necesarios para su propia
explicación. Como resultado, las exigencias impuestas a los entrevistadores ocasionales
aumentan considerablemente, y, muchas veces, se termina por excluir de la publicación
entrevistas efectuadas en esas condiciones: transmitían poco más que datos sociolingüísticos
incapaces de proporcionar los instrumentos de su propia interpretación; o por la proximidad de
los mismos, que se genere una relación de complicidad. El entrevistador no es neutral.
❏ Los casos en que el sociólogo no necesita de estas estrategias, gracias a las relaciones de
familiaridad, a la franqueza social, al hablar claro, que asegura la existencia de lazos de
solidaridad capaces de dar garantías de comprensión bien predispuesta, o, “la
complicidad entre mujeres”, han permitido superar los obstáculos vinculados a las
diferencias entre las condiciones, y, el temor al desprecio de clase que, cuando se percibe al
profesional como socialmente superior, a menudo se refuerza.

Un “ejercicio espiritual”:
Sin embargo, la proximidad social y la familiaridad no siempre son posibles, ya que la
entrevista, como toda técnica, tiene un “punto ciego”, un sesgo (es transparente, algo está
negando, no te permite ver, no es neutral, no se puede controlar todo); por eso, y asociado a
esto, se buscará enfatizar en la empatía, en la comprensión activa, en el:
❏ “Ponerse mentalmente en su lugar”:
➔ Intentar situarse mentalmente en el lugar que el entrevistado ocupa en el espacio social,
interrogándolo a partir de ese punto, y, “ponerse de su lado”, no “proyectándose a sí
mismo en el otro", sino, una comprensión genérica y genética de lo que él es, fundada en el
dominio, teórico o práctico, de las condiciones sociales que lo producen: de las
condiciones de existencia y los mecanismos sociales cuyos efectos se ejercen sobre el
conjunto de la categoría de la que forma parte (la de los obreros calificados,
magistrados...), y, los condicionamientos psíquicos y sociales vinculados a su posición y
su trayectoria particulares.
➔ Para reducir la violencia simbólica desde el punto de partida, debemos, en parte, establecer
una comunicación sincera, fluida y auténtica, lo cual implica colocarse en el lugar del otro,
pero no para pensar y asumirse como el otro, no para justificar su accionar al entenderlo, sino
para comprender porque el sujeto dice tal cosa en función de su posición social, su biografía
personal, sus vínculos con la comunidad, la sociedad. Imaginarse que está en el lugar del otro,
pero asumiendo, a su vez, su lugar como entrevistador.
➔ Es un “ejercicio espiritual”, con una actitud de “amor intelectual” en la entrevista, el cual nos
va a permitir reducir las distancias entre el entrevistador y entrevistado. Este ponerse
mentalmente en el lugar del otro, implica también despojarse de los prejuicios, preconceptos, y
estereotipos (“pichi”, “ricachón”), porque limitan las posibilidades de hacer una entrevista
genuina y sustantiva. No solo se buscan explicar, sino comprender; por lo que una relación
empática es esencial, establecer una relación de confianza básica para que esa entrevista tenga
sentido.
❏ Comprender- y explicar son una sola cosa:
La ciencia de la reflexividad, las cs. sociales, no solo describen, sino que explican y
comprenden, entender el para qué/por qué, el motivo por el que se realizan acciones, se
toman decisiones.
❏ Se ejerce de manera comprensible, tranquilizadora e incitante, de presentar la entrevista
y dirigirla, de hacer que el interrogatorio y la situación misma tengan un sentido para el
entrevistado, y, en la problemática propuesta. Se improvisan preguntas pertinentes,
siempre que las mismas sean verdaderas hipótesis.
❏ Se debe tener precaución en los casos en que el entrevistado parece como adaptado de
antemano (a veces, demasiado bien) a lo solicitado, tal como ellos lo conciben: éstos dominan
tan perfectamente la situación que en algunas oportunidades logran imponer al encuestador
su definición del juego.
❏ Aunque, y sin desestimar la relevancia del conocimiento previo más profundo, éste seguirá
siendo incapaz de llevar a una verdadera comprensión si no va a la par con una atención al
otro, y una apertura que no siempre está presente: tendemos a otorgar a las palabras más
o menos ritualizadas sobre las miserias más o menos comunes una atención vacía y
formal- relatos de conflictos de sucesión, vecindad, escolares, rivalidades de oficina,
que, al reducir el drama singular al hecho genérico, permiten una economía de
pensamiento, interés, afecto - de comprensión; nos cuesta evitar el adormecimiento de la
atención por lo ya visto y escuchado, para entrar en la singularidad de la historia de una vida e
intentar comprender los dramas de una existencia. Esta semicomprensión inmediata de la
mirada distraída y trivializante desalienta el esfuerzo por desgarrar la pantalla de las palabras
comunes en las que cada uno de nosotros vive y expresa sus pequeñas miserias como sus
mayores desdichas.
❏ La entrevista puede considerarse como una forma de ejercicio espiritual que apunta a obtener,
mediante el olvido de sí mismo, una verdadera conversión de la mirada que dirigimos a los
otros en las circunstancias corrientes de la vida.
Esta tendencia del entrevistador de hacer propios los problemas del entrevistado, la
aptitud para tomarlo y comprenderlo tal como es, en su necesidad singular, es una
especie de amor intelectual: una mirada a la manera del "amor intelectual a Dios", al
orden natural, que Spinoza consideraba la forma suprema de conocimiento.

La resistencia a la objetivación:
Una de las maneras más sutiles es la de los entrevistados que, al jugar con su proximidad
social con el entrevistador, intentan, más inconsciente que conscientemente, protegerse de él,
prestándose supuestamente al juego e intentando imponer, una apariencia de autoanálisis.
Nada está más alejado de la objetivación participante—en la que el entrevistador asiste al
entrevistado en un esfuerzo, doloroso y gratificante a la vez, por destacar los determinantes
sociales de sus opiniones y prácticas— que la falsa objetivación complaciente, la
desmistificación a medias, que procura los placeres de la lucidez sin poner en cuestión nada
esencial.
En esa relación de intercambio, cada uno engaña un poco al otro engañándose a sí mismo: el
entrevistador se aferra a la"autenticidad" del testimonio del entrevistado porque cree haber
descubierto una palabra en bruto, densa, inviolada, que otros no supieron ver o suscitar;
mientras que, el entrevistado finge ser el personaje que se espera en este encuentro, (el
inmigrante, el marginado social…) y se asegura así, sin tener que reivindicarlo abiertamente,
el reconocimiento del valor literario de su palabra, a la vez testimonio sincero de
desgarramiento interior y búsqueda de la salvación.
Algunos entrevistados, por ej. sujetos en situación de calle, parecen aprovechar esta
situación como una oportunidad para testimoniar, hacerse oír, llevar su experiencia de la
esfera privada a la esfera pública; de explicarse, de construir su propio punto de vista sobre sí
mismos y el mundo y poner de relieve, dentro de éste, el punto a partir del cual se ven y ven el
mundo, se vuelven comprensibles y se justifican, en principio para sí mismos. Incluso, llegando a
dirigir en cierto modo la entrevista y que la densidad e intensidad de su discurso, así como la
impresión que a menudo dan de experimentar una especie de alivio, e incluso de realización,
evoquen en ellos la dicha de expresión.
Puede hablarse de autoanálisis provocado y acompañado: cuando el entrevistado aprovechaba
la oportunidad de interrogarse a sí mismo que se le brindaba y la licitación o la solicitación
que le aseguraban nuestras preguntas o sugerencias, abiertas y múltiples, para efectuar un
trabajo de explicitación, gratificante y doloroso a la vez, y enunciar experiencias y reflexiones
reservadas o reprimidas durante largo tiempo.

Una construcción realista:


❏ Contra la ilusión de buscar la neutralidad en la anulación del observador, hay que admitir
que, la única "espontaneidad" es la construida, pero mediante una construcción realista.
La investigación puede poner de manifiesto las realidades que pretende registrar únicamente
cuando se apoya sobre un conocimiento previo de esas realidades.
❏ Se advierte el fortalecimiento que la representación empirista de la ciencia puede hallar
en el hecho de que el conocimiento riguroso suponga casi siempre una ruptura con las
evidencias del sentido común. Basta con abandonarse, abstenerse de toda construcción, para
caer en el error: se deja entonces el campo libre a las preconstrucciones o al efecto automático
de los mecanismos sociales en acción. Únicamente al precio de una denuncia activa de los
presupuestos del sentido común se pueden contrarrestar los efectos de todas las
representaciones de la realidad social a las que entrevistador y entrevistado están expuestos.
❏ Los agentes sociales no tienen la ciencia infusa de lo que son y lo que hacen; no tienen
necesariamente acceso al origen de su descontento o malestar, y las declaraciones más
espontáneas pueden, sin intención alguna de disimulo, expresar algo muy distinto de lo
que en apariencia dicen. El trabajo social, las cs. sociales, sabe que debe darse los medios
de poner en cuestión, y en primer lugar en su cuestionamiento mismo, todas las
preconstrucciones, todos los presupuestos que habitan tanto al entrevistador como en el
entrevistado. El profesional puede ayudarlos en ese trabajo a la manera de un partero,
siempre que posea un conocimiento profundo de las condiciones de existencia que los
producen y de los efectos sociales que pueden ejercer la relación de entrevista y, a través
de ella, su posición y sus disposiciones primarias.
Pero el deseo de descubrir la verdad, constitutivo de la intención científica, queda desprovisto
de eficacia práctica si no se lo actualiza en la forma de un "oficio", producto de todas las
investigaciones anteriores: se trata de una verdadera "disposición para perseguir la
verdad", que predispone a improvisar sobre la marcha, en la urgencia de la situación de
entrevista, las estrategias de presentación de sí mismo y las réplicas adaptadas, las
aprobaciones y las preguntas oportunas, etc., a fin de ayudar al encuestado a dar libre
curso a su verdad o, mejor, a liberarse de ella.

Consideraciones generales:
1. Establecer buen vínculo de entendimiento y confianza (una “distancia óptima”- cierta
proximidad, pero sin generar una simbiosis con el entrevistado, evitando la violencia
simbólica en el encuadre);
2. Clarificar el objetivo y el marco en el cual se desarrolla la entrevista (lo que puede hablar
muy bien del reconocimiento al otro, ya que el entrevistador es quien arma el “escenario
de la entrevista”, el encuadre, lo cual reduce los efectos de las distancias simbólicas);
3. Apreciar la gestualidad; la comunicación es también no verbal;
4. Respeto, evitando prejuicios (que se sienta como un igual);
5. Generar ambiente físico y emocional propicio (asociado a la empatía, el respeto al otro);
6. Promover la autonomía (puede resultar difícil, porque muchos entrevistados dicen lo que
se quiere escuchar, en especial, si han estado institucionalizados);
7. Ayuda a pensar y actuar con libertad (recordar lo de mayeútica);
8. Evitar la postura moralista o de autoridad censora (asociada a las nociones que traen los
entrevistadores como sujetos influidos por la sociedades y sus construcciones
ideológicas);
9. Evitar el abordaje burocratizado o tecnocrático (evitar la frialdad operativa, la cual nos
desprofesionaliza)
TRABAJO SOCIAL Y PROCESO GRUPAL
HACIA UNA CULTURA DE LA SOLIDARIDAD
AMELIA DELL'ANNO

❏ El concepto de dispositivo grupal alude a un recurso técnico-profesional disciplinar, no solo


para el trabajo social -que, a su vez, supone un rol distinto del trabajador social (como
co-pensor)-, que favorece la formación de un agrupamiento, tratando de generar un
ambiente propicio para el intercambio, en torno a motivos concretos de convocatoria.
❏ Esta modalidad de trabajo no debe confundirnos respecto del significado de lo grupal,
como exponente de procesos sociales profundos, que responden a orientaciones colectivas
y representan el esfuerzo de la comunidad por organizarse y participar en la vida
ciudadana. Va más allá de un "dispositivo", de la intervención profesional, y revierte en
nuestro propio compromiso como personas.
Las sociedades, la humanidad como expresión social, se ha expresado en grupos a lo largo
de su historia.

¿Qué papel pueden jugar los grupos en el ejercicio de la ciudadanía? El ejercicio de la


ciudadanía, con sus derechos políticos, civiles y sociales, requiere también del desarrollo de
una conciencia ciudadana por parte de la población y de su participación en diferentes
ámbitos, incluyendo hoy más que nunca las acciones reivindicativas, ante la inequidad y la
vulneración de aquellos derechos.

¿Cómo se definen y distinguen los grupos de la grupalidad?


Referirse a “grupos” es:
1. hablar de relaciones interpersonales, de intersubjetividad, de vínculos;
2. reconocer la existencia de unidades de interacción que remiten a la noción de sistema, en
cuanto totalidades que forman parte de la estructura social y al mismo tiempo se
distinguen de la misma;
3. en su interior existe una interdependencia entre los integrantes de cada grupo.
(¡Considerar la otra def. en Pichon-Riviére!)

En cuanto a la “grupalidad”, en la interacción entre las personas se producen acontecimientos y


procesos que remiten a lo grupal, sin reunir todas las condiciones que, por definición, caracterizan
a un grupo; alude:
1. a una condición variable de los agrupamientos de personas y/o de un mismo agrupamiento
en diferentes momentos de su desenvolvimiento;
2. a una progresión de posibilidades, desde un débil grado de grupalidad, propio de una
serie, a un alto grado de grupalidad, propio de un grupo; es decir, como potencialidad,
posibilidad de convertirse en grupo:
es una dimensión con sentido de temporalidad, de proceso, de camino o trayectoria que
puede llegar a niveles o grados muy diversos. No alude a una meta a alcanzar como ideal
ya que la grupalidad está dentro del juego dialéctico, de/movimiento constante, de las
progresiones y regresiones propias de un sistema complejo y dinámico.
La grupalidad implica una convocatorio externa a los sujetos, implican objetivos comunes, se
comparte en el mismo espacio-tiempo, es circunstancial, implica relaciones interpersonales,
vínculos entre pares, ciertas pautas comunes compartidas, con posibilidades de tránsito a la
conformación de grupo/s, que, sin embargo, se disuelven ni bien esa convocatoria finaliza.
Ej.: clase Laboratorio; puede ser una barra de hinchas…
Por su parte, en un grupo no solo hay vínculos entre los miembros del grupo, sino que cada “uno
sabe quien es quien”, inclusive lo tengo interiorizado, lo puedo imaginar aunque no esté presente,
se reconocen entre sí, se da una dinámica de roles.

El Límite entre el grupo y su contexto:


○ Un elemento fundamental para reconocer la existencia de un grupo es la noción de límite del
mismo con respecto del contexto: implica el reconocimiento del exo-grupo, “los otros”,
externos al grupo, de su existencia- los miembros del grupo se identifican claramente como
tales, al tiempo que desde el exogrupo son reconocidos como una unidad que se distingue del
entorno, lo identifican como grupo.
Esta delimitación será más pronunciada cuanto más primarias sean las relaciones
intragrupales (una familia); cuanto más especializado sea el grupo como tal; o cuanto más
exclusiva sea la pertenencia grupal (la tripulación de una nave espacial).
El grupo no se encuentra aislado, se encuentra en interacción permanente con otros
grupos, organizaciones, instituciones (políticas, sociales, religiosas, culturales...), con el
conjunto social.
○ En el reconocimiento en las diferencias y similitudes con el exo-grupo ayuda a consolidar la
identidad grupal: siempre se da una referencia a la cultura hegemónica (como
contraposición, o por similitud). El grupo construye su identidad en relación a otros, al
exo-grupo, y, este último lo reconoce como unidad.
○ Con respecto a la relación grupo-contexto, se apelará a la distinción de un sistema interno y
otro externo en los grupos.
Si bien la realidad grupal posee un carácter sistémico, donde no se puede distinguir
claramente estos dos planos, no hay dudas de la existencia de elementos endo y
exogrupales. El medio influye sobre la situación grupal, señalando en el "sistema
externo" variables espacio-temporales del contexto: el medio natural, el medio
socio-histórico y las relaciones intergrupales; en el "sistema interno" se identifica la
presencia de: interacción, actividad, sentimientos y normas.
Existe una interrelación entre ambas instancias, por la cual el grupo refleja las condiciones
contextuales, de las cuales es imposible separarlo, a la vez que puede desarrollar la capacidad
de influir sobre ese mismo ambiente.

¿A qué refiere con los conceptos de dinámica y de estructura de los grupos?


A. Dinámica: en cuanto refiere a los procesos cambiantes que tienen lugar en un grupo concreto,
los procesos que se dan entre los miembros de un grupo en un período determinado;
B. Estructura: de roles (asumidos y adjudicados) y de comunicación, en constante cambio,
resultado del interjuego de esos elementos dinámicos.
Se trata de funciones ejercidas en el grupo por una o varias personas, y, que pueden ejercer
alternativamente varios roles compatibles con los recursos de su personalidad.
(¡considerar distinción de Pichon-Riviére!)
¿Cuáles son los Principios organizadores internos de la estructura grupal?
1) Tríada necesidad/es-objetivo/s-tarea:
Se da una relación lógica entre ellos, ya que ni el grupo ni la grupalidad, se constituirá como tal
sin una necesidad en común (ej. grupo de cazadores antiguos, reunidos para sobrevivir; de
estudios, políticos, vecinales, familiares). Esta necesidad común es la que fundamenta y da
sustento a la conformación del grupo (carácter estructurante de las necesidades compartidas,
que pueden dar lugar a objetivos y tareas comunes).
Existe una relación lógica ya que si no compartimos necesidades no llegaremos a objetivos
comunes, tiene que haber una necesidad básica.
Sin embargo, no alcanza con una necesidad compartida, ya que debe plantearse objetivos
claros, masomenos precisos; que después se expresan en la construcción, diseño y acuerdo de una
tarea.
Pero ¿Qué sucede cuando se cumplen los objetivos? - se da un momento de crisis, que puede
conducir al grupo a su disolución, a la revisión y redefinición de objetivos, o, a la
reestructuración con integrantes de otros grupos (“personas que entran, y otras que salen),
etc; siempre que exista un sustrato de necesidades compartidas. Ej.: construcción de
cooperativas (tarea- construir cooperativas; a partir de esto se elabora una estructura,
comisiones; termina, y se da momento de crisis, de que va a guiar ahora al grupo
cooperativo).
2) Mutua representación interna entre los miembros:
La tarea permite y requiere la interacción concreta de las personas, en un contexto
temporal-espacial. Ésta dará lugar a la mutua representación interna entre los miembros.
(¡explicada en la definición!).
3) Pauta interna de relacionamiento entre los roles:
Se define en función de la asunción y adjudicación de roles. Los integrantes del grupo van
configurando una red de vínculos que se orienta a alcanzar sus propios objetivos y a cobrar
cierta autonomía con respecto al entorno que lo contiene. Por ende, esta pauta constituye una
estructura, una pauta subyacente de relaciones estables entre los miembros del grupo, de
relacionamiento entre los roles, que adquiere características particulares en base al manejo de
la autoridad, el liderazgo, la información y la actividad, etc.
Esta pauta adquiere cierta estabilidad, pero no es fija, es en virtud de un "estructurándose"
permanente del grupo. Si bien esta estructura no es inmutable, se puede cambiar, la misma
establece el modo en que nos vamos a relacionar. La pauta interna de relacionamiento entre
roles, se da por ej. porque los demás me asumen como líder, no solo porque yo me asumo
como líder. El colectivo me adjudica un rol.
Puede adquirir modalidades diferentes, da lugar a los tipos de estructura grupal, recurrentes,
relativamente estables, aunque no inmodificables (las estructuras no son iguales desde el
comienzo al final, van cambiando, sino que van interactuando):
i. Autoritaria, que comprende, a su vez, los tipos autocrático y paternalista. Hay una
aceptación, de un líder autoritario, pero funcional a los objetivos y a la tarea. Para el
trabajador social es una estructura perniciosa, porque no promueve la autonomía, la
capacidad de construcción, de aportes de cada uno de los miembros. Este tipo de
estructura genera malestar en la resolución de las tareas, hay ausencia o dificultades en la
comunicación y el diálogo, intentos de imposición por pocos integrantes de las decisiones
al resto, asfixiando las posibilidades de crecimiento del grupo, complicando la
consecución de la tarea, la conformación del proyecto, por lo que el grupo se siente
bloqueado, recurriendo sus integrantes, muchas veces, a la intervención de trabajadores
sociales para poder desmontar esta estructura. Esta estructura demuestra cierta
complejidad, ya que esta lógica de imposición no siempre se da explícitamente, sino que
se puede desarrollar de formas sutiles, requiere de un análisis detenido y procesual del
profesional;
ii. Democrática o participativa: el trabajador social promueve este tipo de estructura, la voz de
todos debe de ser respetada, debe haber fluidez en las comunicaciones, capacidad de
integración y de construcción de identidad colectiva;
iii. Laissez faire o permisiva: el “dejar hacer”, “nadie se hace cargo de nada”, donde
aparentemente reina el caos, la anarquía, oscilaciones, vaivenes, con sus límites
desdibujados, no tiene un rumbo marcado, nadie toma las decisiones, lo que complica
organizar y lograr una tarea; nadie ejerce el liderazgo en los hechos, o, es permisivo. Al
igual que la autoritaria, bloquea las posibilidades de concretar lo que se decidió
grupalmente. El trabajador social tendrá que intervenir, no en términos de imposición,
sino promover la participación y aportes de cada miembro al grupo, su compromiso y
responsabilidad.
El liderazgo es una función grupal, uno de los componentes de esta estructura, de esta pauta
interna de relacionamiento, por lo tanto, lo que interesa no es la personalidad del líder sino
las conductas que se esperan de él.

❏ Distinción entre grupo y serie:


○ Mientras el grupo posee las características recién mencionadas, la serie carece de
estructura interna, y su existencia y/o permanencia se da en función de un organizador
externo, formal o informal, intencionado o fortuito.
○ La serie posee cierto grado de grupalidad, pues en la misma hay una co-presencia de
personas, agrupadas por algún motivo, aunque con débil vinculación, o sin una
percepción recíproca de esa co-presencia.
A su vez, en el proceso grupal, es posible el pasaje de la serie al grupo, en la medida en que los
fenómenos de interacción vayan dando lugar al desarrollo de la estructura del mismo.
○ Pero, la tendencia a la serialidad nunca es totalmente superada, aún en un grupo integrado:
observamos la persistencia de la soledad del ser humano dentro del grupo, pero también
la posibilidad del encuentro y el desarrollo del compañerismo entre quienes comparten
un mismo ideal, interés o temor. Egoísmo-altruismo son dos rasgos presentes en la
interacción, bajo formas a veces sutiles.

❏ El trabajo en equipo:
○ Los equipos son agrupamientos que pueden desarrollar diferentes grados de grupalidad,
pero cuya principal característica es la forma de organización de su trabajo, para el
cumplimiento de propósitos específicos, en relación con tareas concretas destinadas a
producir un resultado.
El trabajo en equipo es requerido para dar respuesta a la complejidad de una situación, a
procesos donde se requiere especialización de conocimientos y habilidades y a la
necesidad de un criterio de eficiencia en el uso de recursos materiales e inmateriales.
○ Se identifica a los equipos con el grupo secundario, señalando que en los mismos queda
relegado lo afectivo. En realidad, debe existir un énfasis en la tarea más que en la realización
emocional, pero negar esa dimensión afectiva sería desnaturalizar un proceso inherente a todo
conjunto interaccional; muchos conflictos, obstaculizadores del rendimiento de los
equipos, podrían ser mejor comprendidos, y quizás revertidos, si se considerasen esos
aspectos.
○ El equipo puede ser:
i. un grupo desde su inicio o llegar a constituirse en tal.
Ej.: podría ser un equipo interdisciplinario de cualquier ámbito, en el que sus miembros,
a través del tiempo, interacción y conocimiento recíproco, desarrollen un fuerte vínculo,
que les lleve a compartir preocupaciones personales y actividades fuera de los límites
profesionales;
ii. un grupo de relaciones primarias puede también organizarse como equipo, para la
consecución de sus objetivos.
Ej.: la situación de un microemprendimiento o empresa familiar, donde se combina lo
afectivo propio del vínculo primario, con lo organizativo e instrumental propio del
mundo del trabajo y/o la producción.
Dado el interés central de los equipos en la realización de sus específicas tareas, no resulta
sencillo equilibrar ambas vertientes, pues una atención excesiva a lo emocional puede
alterar su funcionamiento y rendimiento, como el traslado de conflictos de orden
familiar al microemprendimiento en cuestión.

❏ La tradicional distinción entre grupo primario y secundario:


Ha llevado a considerar al primero como el grupo por antonomasia, identificándolo con el
grupo pequeño, cara a cara. En realidad, no existiría un grupo absolutamente primario o
secundario, sino una preponderancia de rasgos que se refieren a un tipo de vínculo entre los
miembros, que puede irse modificando a través de su interacción.
Mientras que las relaciones primarias están mayormente centradas en el proceso interpersonal,
las relaciones secundarias se centran en el producto que se desea alcanzar a nivel grupo. Las
normas y objetivos tienden a ser más implícitos en las primeras y más explícitos en los
segundos.
El tamaño reducido del grupo y el contacto frecuente entre sus miembros favorecen las
relaciones primarias. Sin embargo, pueden existir grupos medianos o grandes, integrados
por personas que mantienen una interacción en ambientes de cierta exclusividad y/o en
forma prolongada; o, pueden existir grupos pequeños, con relaciones mayormente
secundarias. Por ello, no es correcto identificar al grupo pequeño como sinónimo de grupo
primario.
Se reconoce la importancia del vínculo primario por su función en la formación de la
personalidad, por ofrecer las condiciones de intimidad y comprensión; y, de las relaciones
secundarias, que contribuyen con su accionar al bien común, sin descuidar valores cívicos de
respeto y construcción de una sociedad democrática.

¿Cuáles son los Momentos en la conformación del grupo?


A. Reconocimiento de un estado de confusión, indefinición, ausencia de límites, miedos (al
ataque y a la pérdida) y ansiedades anticipatorias, en los momentos iniciales de la vida de
todo grupo.
Tenemos una idea muy básica de nuestras necesidades, pero no tenemos muy claro los
objetivos, no conocemos bien “al otro”(como se comporta, como reaccionaría); hay
miedos y ansiedades, que constituyen la resistencia al cambio; estamos sensibles,
expectantes de cómo se construirá este proceso grupal.
Estas situaciones se reiterarán con mayor o menor intensidad en diferentes momentos
del proceso, donde se incremente esta resistencia al cambio. Todos los miembros en
algún momento pasan por la misma.
B. La conflictividad presente durante toda la trayectoria del grupo, se intensifica en la instancia
de definición de objetivos y roles, previa a la consolidación de la estructura grupal.
Aunque tengan una necesidad común, se pueden plantear objetivos distintos y esto
genera conflictos, por esas percepciones y expectativas distintas de cada miembro, con
las cuales se deberá consensuar para definir estos objetivos y roles.
Un incremento excesivo de los niveles de conflicto grupal, puede llevar a la interrupción
del proceso en cualquier momento, y, en especial en sus primeras etapas; por ende, este
momento marcará la trayectoria subsiguiente del grupo.
C. La consolidación de la estructura del grupo: sólo al descender las ansiedades (superada la
resistencia al miedo, al menos transitoriamente), es posible la mayor organización y
productividad grupal en la prosecución de sus objetivos, el consolidar esta estructura,
esta pauta de relacionamiento entre roles adjudicados y asumidos por los miembros.
Dicha estructura se apoya en las normas internas del grupo e implica un sistema de
comunicación entre los miembros y con el exterior. A veces nosotros nos entendemos
como grupo pero los demás no nos entienden. Se dan construcciones de lenguajes, de
estética, etc.
(¡más información en los principios organizadores del grupo!)
D. La interacción que tiene lugar, va posibilitando el desarrollo y construcción de la identidad
grupal -ciertas características percibidas por el exo-grupo-, el sentimiento de sentirse
parte del grupo, de pertenencia, por un conjunto compartido de elementos simbólicos,
subjetivos que hacen a esa identidad (símbolos, expresiones, códigos singulares, vestimenta...-
ej. foco en la estética - punk, tribus urbanas, góticos, emos), y, el establecimiento de
vínculos interpersonales y aspectos afectivos.
E. La culminación del proceso grupal, por cumplimiento de los objetivos, por aparición de
nuevos intereses, o, por alternativas relacionadas con el marco institucional y/o
comunitario donde se desarrolla la vida de los grupos; o una interrupción del proceso
grupal ante un aumento excesivo de su conflictividad. O sea, que pueden surgir otros
intereses y objetivos porque siguen teniendo las mismas necesidades, pueden disolverse,
puede mantenerse, o se puede crear otro grupo con algunos de esos integrantes y/o
nuevos.
Este proceso grupal tiene un carácter progresivo-regresivo continuo, no es lineal, inclusive puede
haber cierta simultaneidad entre algunos de estos “momentos”. Representa una secuencia
históricamente situada, con una trayectoria propia del grupo, instalada en el marco de la
realidad de su contexto.
En todo grupo se asiste permanentemente a una confrontación integración-desintegración.
Pichon-Riviére plantea un esquema de cono invertido.

El desarrollo de la cultura grupal:


Los grupos se recortan en el tejido social con sus propios códigos, convirtiéndose en ámbitos
concretos de apreciación de las tendencias culturales. Desarrollan una versión modificada de las
pautas sociales generales, ya que, incluso en la contracultura, la cultura prevaleciente resulta la
referencia.
El surgimiento y desarrollo de la cultura grupal es inherente al proceso de todo grupo, y no
hay posibilidad de que éste exista sin la presencia de un sistema de significaciones que
permitan el intercambio entre las personas y su proyección hacia el medio.
Concebimos a la cultura desde lo relacional, como las significaciones compartidas y el caudal
simbólico que se manifiestan en los mensajes y en la acción, por medio de los cuales los
miembros de un grupo social piensan y se representan a sí mismos, su contexto social y el
mundo que los rodea. Sería el conjunto interrelacionado de códigos de la significación,
históricamente constituidos, compartidos por un grupo social, que hacen posible la identificación,
la comunicación y la interacción.
Todo grupo comparte un sistema de significaciones por la mayoría de los miembros, de
modo consciente o no, a través de una sucesión de coincidencias y divergencias entre
diferentes visiones, de que es valioso, ético, prestigioso, divertido, bello, en qué creemos,
nuestros intereses superiores,etc. Son éstas algunas preguntas a las que, explícita y/o
implícitamente, se van dando respuestas y que definen la propia orientación del grupo,
mediante un proceso no exento de lucha y conflicto.

La comunicación constituye el aspecto fundamental de la vida grupal. Existe en todo grupo


un sistema de informaciones de las que debe disponer cada miembro para orientar su propia
conducta dentro del mismo. Un desconocimiento de los códigos grupales, coloca al
integrante en una situación de exterioridad, como un extraño que desconoce las pautas
elementales y que puede ser desconocido o rechazado por los demás miembros. Determinadas
informaciones son como "contraseñas" que ponen de manifiesto la pertenencia al grupo.

La vida social presenta una trama cultural compleja, donde se produce la coexistencia de
grupos con diferentes identidades en el mismo tiempo y espacio.
En toda sociedad compleja se pueden encontrar subculturas. Esto lleva a la cuestión de la
relación mayoría-minoría, en la cual se deben tener en cuenta la magnitud del grupo por un
lado y su grado de influencia en la toma de decisiones por el otro. A menudo los grupos más
numerosos se encuentran en condiciones de supeditación a otros mucho más reducidos, que
se constituyen como élites.
La proximidad entre las distintas culturas se acompaña habitualmente por un cierto grado de
tensión, de conflictividad.

Una de las características de los grupos es "la emergencia de normas": la interacción recurrente del
grupo promueve expectativas que facilitan la posibilidad de prever y anticipar la conducta,
expectativas que finalmente se plasman en normas explícitas o implícitas.
Estas normas forman parte de la cultura del grupo, constituyendo un sistema de
pensamiento, que se traduce en un modo de accionar. Forman parte del mismo las propias
pautas de relación (estructura interna del grupo), que se reflejan en las expectativas de rol
hacia sus integrantes. De este modo, todos los roles grupales adquieren un carácter
normativo.
En el proceso grupal se va produciendo una diferenciación y delimitación del grupo con
relación al contexto, experimentando los integrantes un refuerzo de su compromiso con los
objetivos de aquél. A nivel individual se desarrolla un sentimiento de pertenencia (un
"nosotros"), cuyo correlato a nivel colectivo es el afianzamiento de la identidad grupal y una
creciente percepción de presencia diferenciada del grupo, por quienes no pertenecen al
mismo.
Aquellos participantes que no comparten las orientaciones prevalecientes en el grupo,
pueden convertirse en objeto de agresión (saboteo y liderazgo), tendiendo a ser excluidos o a
abandonar el grupo; o por la pertenencia de los participantes a otros grupos, la identificación
con otros marcos de referencia, poniéndose en juego la coherencia e incoherencia en las
demandas de solidaridad.
La mentalidad del grupo se constituye en ideología propia del mismo y en fuente de identidad para
los integrantes; pero al mismo tiempo implica una exigencia de conformidad que puede limitar el
desarrollo personal. Si dentro de esa ideología intervienen valores de apertura, respeto a la
diversidad, búsqueda de nuevas alternativas, etc., nos encontraríamos ante una "inteligencia
grupal", que supone una potenciación de posibilidades, disposición al cambio.
Se visualiza la "fraternidad-terror", es decir, el momento en que la presión a la conformidad y
lealtad hacia el grupo revierte en actitudes amenazantes hacia el miembro divergente.
El concepto de "conciencia posible" hace referencia a las categorías de pensamiento que
sostienen la existencia de cada grupo, que le dan razón de ser, que lo consolidan dentro de un
ambiente del que se diferencia y adquiere visibilidad.
Se considera que existe un "límite de la conciencia posible", dado por los cambios
susceptibles de producirse en el grupo sin poner en juego su propia existencia como tal,
límite que no es posible 'rebasar" sin alterar la vida grupal.

Hacia una cultura de la solidaridad:


Todo grupo supone como tal una orientación solidaria entre sus miembros, desarrollando cierta
coherencia interna y un grado de confianza recíproca, que le permiten proyectarse socialmente, a
través de su tarea explícita, como una unidad más o menos consolidada. Ello no invalida la
existencia de conflictos intragrupales y de problemas comunicacionales, cuya resolución forma
parte de la tarea implícita del grupo.
La necesidad de un sentido de unidad es reconocido por todo grupo, en especial si se abordan
metas concretas de realización. La ausencia de cohesión, resultado de una primacía de lo
individual, del desacuerdo o desencuentro entre diferentes perspectivas de los miembros,
conflictos de personalidad, influencia de intereses externos, etc., revierte en un
debilitamiento del grupo y en una pérdida de sinergia que pone en riesgo su cometido y su
continuidad, y que no permite una experiencia interpersonal enriquecedora para los
participantes.

La pertenencia a un grupo requiere de cada persona el desarrollo de la capacidad de desplazar


su propio eje egocéntrico, para poder articularse con otros, en un proceso de comunicación y
cooperación; donde se combinen la autonomía individual con el interés común.
Por esto, decimos que la unidad intragrupal, ligada a valoraciones éticos que podríamos
relacionar con la vigencia de los derechos humanos, lleva a un verdadero aprendizaje para el
desarrollo de una cultura de la solidaridad, que se pueda difundir y replicar en múltiples
ambientes.

Se debe destacar la importancia del reconocimiento de las propias orientaciones culturales y


personales que poseen los trabajadores sociales, que se reflejan en sus actitudes, sean o no
conscientes. Dada su participación en los grupos con los que trabajan, dichas actitudes adquieren
un carácter modelizador, al reconocer como propia una función educadora.
Tratar de analizar el "hábitus" de un "otro" exige tener en cuenta y distinguir nuestras propias
representaciones, singularidad, al tratar de orientar las formulaciones en función del actor. Esto
lleva a la necesidad de análisis y autocrítica sobre nuestro origen, historia, grupo interno,
prejuicios, tabúes, intereses personales y colectivos, etc.
El trabajador social se incluye en el juego interaccional de un grupo, llevando su verticalidad.
Esta toma de conciencia representa un resguardo para sí mismo y para el trabajo que debe
realizar y un afianzamiento del propio desarrollo personal, al tratarse cuestiones tan
sensibles como la identidad cultural en contextos de gran diversidad.
La cultura solidaria no puede promoverse "hacia fuera" de uno mismo, sólo es posible contribuir
a ella desde una implicación personal.
Es importante el autoconocimiento. La identificación y propuesta de algunas cuestiones que
podrían fortalecer una cultura solidaria, podrían ser tan variadas como múltiples pueden ser
los enfoques, creencias, al interior del colectivo profesional. El reconocimiento de los
derechos humanos ofrece un marco de referencia muy valioso, evitando orientaciones
discrecionales, al establecer objetivos de acción social.

Tres perspectivas de análisis:

1) Perspectiva de desarrollo psicosocial


La participación de las personas en experiencias grupales, influye sobre ellas mismas, en la
formación de su personalidad, su identidad, en el desarrollo de actitudes sociales, contribuyendo a
su socialización (primaria como secundaria).

Es importante no perder de vista el desenvolvimiento de las personas y su aspiración de


realización personal y familiar.
La oportunidad de desarrollo personal resulta estimulada y facilitada en la interacción grupal, o,
puede ser coartada, censurada. Ya hemos visto cómo, a partir de la cultura del grupo, se
ejercen fuertes influencias sobre el pensamiento y actitudes individuales.
Las conductas esperables en los miembros de un grupo serán muy diferentes si prevalecen en
éste valores solidarios o de fuerte competitividad, si se privilegia el diálogo o si se imparten
directivas en forma autoritaria, etc.
El mismo grupo puede contribuir a que cada integrante se defina como persona y se relacione
maduramente con los demás, desarrollando la capacidad de superar posiciones egoístas ya
nombrada, entablando una comunicación requerida y comprometiendo su esfuerzo en la
consecución de un objetivo común, que quizás no coincida exactamente con sus
motivaciones individuales iniciales.

El concepto de asertividad refiere a la capacidad personal de autoafirmación, defensa de sus


propios derechos, no menoscabando los derechos de los demás y respetando la diversidad.
Es posible en grupos que promuevan su desarrollo, pero alcanzando a todos sus miembros y
no sólo a algunos que, por su personalidad o posición de poder, encuentren mejores
condiciones para su autodesarrollo.
Este concepto se asocia a la noción de resiliencia, la capacidad de afrontamiento ante
circunstancias adversas. El 'modelo de daño' se centra en el análisis de la vulnerabilidad, y el
'modelo compensatorio' en las ayudas que pueden otorgarse, pero que conservan una
condición de externalidad y pasividad. En cambio, la promoción de la resiliencia constituye un
modelo de desafío, tendiente a generar competencias propias en un sujeto activo.
La crítica al empleo del concepto de resiliencia encuentra legítimo fundamento en el rechazo
a una idea de sometimiento, adaptación, obediencia a las condiciones sociales, políticas y
económicas, por parte de sujetos que parecen desarrollar una fuerte tolerancia al dolor
(naturalización del sufrimiento); las implicancias perversas de desplazar las
responsabilidades públicas del Estado, del sector privado y/o tercer sector, frente a los
problemas sociales, a la esfera del individuo y la familia, con escasa posibilidad de influir en
su situación.
¿Por qué rescatamos entonces el planteo de la resiliencia como herramienta de trabajo frente a los
factores sociales de riesgo? No se trata de aceptar pasivamente la inequidad y la injusticia, sino,
por el contrario, de enfatizar una fuerte crítica ante la organización social, el modelo neoliberal,
etc. La promoción de la conciencia ciudadana requiere de personas que desarrollen conductas
asertivas y amplíen su capacidad de demanda.

El grupo, como instancia donde se vive la cotidianidad, ofrece un espacio indicado para el
aprendizaje, la práctica y la estimulación activa de los rasgos que propicien la resiliencia, la
asertividad, la capacidad de crítica y autocrítica, el reconocimiento y expresión emocional, la
empatía, la alteridad, la conciencia ciudadana y todos los valores que puedan acompañar esta
búsqueda. Se trata de una oportunidad de preparación para la vida.

2) Perspectiva intercultural
La identidad cultural es un derecho fundamental. En este proceso resulta básico el reconocimiento
y valoración de la propia cultura y la de los demás, con un criterio integrador.
En la pluriculturalidad los diferentes grupos no se mezclan, sino que se niegan unos a otros;
la multiculturalidad supone un reconocimiento de su existencia; en tanto, lo intercultural
contiene la idea de coexistencia e intercambio.
La interculturalidad encuentra un espacio privilegiado en el ámbito de los grupos, como
espacios de la vida cotidiana. La proximidad, interacción, mutuo conocimiento, el
surgimiento de necesidades colectivas, permiten una experiencia inmediata de intercambio.
El contacto interpersonal entre personas diferentes (cuestiones étnicas, de nacionalidad,
género, edad, extracción socioeconómica, religión, ideas políticas, orientación sexual,
estado de salud, discapacidad, etc.), constituye una oportunidad de acercamiento y de
descubrimiento de la humanidad del otro; implica la vivencia concreta de aquello que nos
separa y de aquello que nos puede "re-unir'.
Puede significar el corrimiento de ese "límite de conciencia posible" en la admisión de una
diferente cosmovisión. Las consecuencias de ello son personales, a nivel de un cambio de
actitudes, y, colectivas, respecto de una evolución de la cultura grupal en el reconocimiento y
la reciprocidad entre sus miembros, que se proyectará a su vez hacia el contexto social, como
práctica dirigida a la inclusión de las minorías discriminadas.

La aceptación de lo diferente en cualquiera de sus expresiones favorece la ruptura de las cadenas


de hegemonía y exclusión del tejido social, contribuyendo a crear mejores condiciones para la
igualdad, el intercambio y la integración intercultural. Este enfoque se ubica en la educación
intercultural- el diálogo entre diferentes posicionamientos y búsqueda de elementos en
común, que puedan llevar a la modificación de percepciones y valoraciones, desde el interior
de la experiencia grupal.
Los grupos que se ubiquen en esta perspectiva tenderán a desarrollar un sistema normativo
abierto, flexible, con rechazo a posturas dogmáticas y fundamentalistas, con posibilidad de
potenciar las capacidades de todos sus miembros y de relacionarse con otros grupos.
Las relaciones intergrupales pueden llevar tanto al encuentro de visiones compartidas, como
a la oposición-lucha y, en casos extremos, al intento de neutralizar o eliminar al grupo
divergente y/o a sus miembros.
Este último grupo puede llegar a tener dificultades en su consolidación y/o en su
mantenimiento en el tiempo, puesto que la presión a la conformidad ejercida desde la
mentalidad grupal será más débil y porque si la conciencia posible se modifica
sustancialmente, ese grupo deja de ser lo que es. Sin embargo, ante el aumento de las
"formaciones efímeras", quizás esto represente una situación grupal acorde con las nuevas
realidades.

La "crítica de la vida cotidiana" en los grupos puede aportar un conocimiento liberador. La


toma de conciencia sobre la génesis de diferentes situaciones sociales, desde los propios
hábitos (detrás de los mismos se encuentra el hábitus como historia incorporada) hasta los
programas sociales, lleva a una des-naturalización de los hechos sociales. Esto permite
correr el velo de encubrimiento de la verdadera situación social y ampliar el margen de
libertad de criterio, de percepción de derechos y de acción colectiva para su defensa.

Las situaciones de crisis producen un extrañamiento con respecto a la cotidianidad, una


"sacudida" o "fractura" que nos demanda una nueva comprensión de aquélla; por ello se
vuelve una oportunidad, la cual puede llevar a una crítica y a una resolución con respecto a la
propia actitud ante eventos que muchas veces no es posible modificar. Pero, también puede
sumergirnos en una mayor negación, o encerrarnos en una situación sin salida.
De ahí la importancia de la reflexión, siendo el grupo el escenario privilegiado para la misma.
Es más, en una práctica reflexiva nos preparamos de "otra manera" para encarar las
circunstancias de nuestra vida personal, familiar y comunitaria. Los grupos de reflexión son
claros ejemplos; o, las murgas, donde combinado con el humor y el arte abren posibilidades
en la crítica de la vida cotidiana.

3) Perspectiva de ciudadanía
El análisis de la actual cuestión social pone de relieve la vigencia de los derechos políticos,
civiles y sociales, que hacen a la definición de ciudadanía. Mientras existen formalmente
declaraciones de la universalización de la igualdad, en la realidad encontramos múltiples
situaciones de exclusión, originadas en complejas relaciones de poder.
La vertiente cultural se retroalimenta con la cuestión ciudadana, modificándose las
expectativas que los ciudadanos tienen de esos mismos derechos, de la posibilidad de
ejercerlos, de defenderlos. La cultura hegemónica contiene pautas de disciplinamiento de la
población, que muchas veces son seguidas acríticamente, o, acatadas en virtud de
determinados beneficios.
En los grupos se ponen en juego cuestiones relacionadas con la idea de conciencia ciudadana:
principalmente la posibilidad de un aprendizaje y toma de conciencia de los derechos, a partir de
la interacción grupal. Se enfatiza la función educativa de los grupos, en un sentido amplio, no
dogmático. A su vez, el grupo posibilita ampliar y compartir la información disponible, que el
individuo no puede conocer en forma aislada y que los medios de comunicación, ligados a la
estructura de poder, no siempre transmiten adecuadamente.
Por otra parte, la misma toma de conciencia implica ya una acción colectiva que lleva a un
pensar juntos, que luego puede traducirse en un actuar juntos. Las prácticas
comunicacionales implican también un ejercicio de protagonismo y de democracia como
sistema de vida, aun en contextos de autoritarismo.
El afianzamiento de estas perspectivas puede traducirse en su ampliación a ámbitos más
abarcativos, donde se trascienda el límite grupal y se pase a integrar movimientos
comprometidos con el reclamo social, pues difícilmente éste puede ser sostenido por ningún
grupo en particular, sin un asociacionismo mejor organizado.
Se trata pues de transitar espacios de objetivación de la cultura hegemónica y sostenimiento
o transformación de ideologías, traducidas en acción.

Conclusión:
Es necesario el desafío de la experiencia concreta de la grupalidad. Negarnos a ella significa
el aislamiento y la soledad. Como trabajadores sociales, somos ante todo ciudadanos insertos
en el proceso social de nuestra comunidad y participamos en la integridad de ese devenir de
las personas interactuando, estableciendo vínculos, intercambiando ideas, proyectos,
sentimientos, esfuerzos y logros, con sus marchas y contramarchas, con sus satisfacciones y
frustraciones; recorriendo, en fin, caminos compartidos.
La ética situada es aquélla que no discurre por los planos de lo teórico sino que se dedica a
abordar situaciones concretas, a partir de valores específicos que permiten medir el respeto a
la dignidad humana. Esta perspectiva ética, unida a una cultura de la solidaridad, puede
seguramente contribuir a consolidar un proyecto colectivo en la defensa de los derechos
humanos, al que no queremos ni debemos renunciar.

CAPÍTULO 2:
Lo grupal como fenómeno multidimensional:
La diversidad de formas que adquiere el campo de lo grupal es enorme.
Dada la complejidad del fenómeno de lo grupal, sus aspectos multidimensionales, abiertos y en
continua transformación.
El análisis de los fenómenos grupales conlleva un conocimiento complejo o área
problemática, atravesados por múltiples inscripciones: deseantes, históricas,
institucionales, políticas, económicas, inscriptos en una comunidad, cultura, sociedad,
contextualizados en un proceso histórico en permanente movimiento, al interior del cual
operan tendencias complementarias y/o contradictorias . Las diferentes formas que adquiere
lo grupal constituyen sistemas más o menos abiertos, estructuras en evolución, con
posibilidades de transformación, repetición o disolución.
Los vínculos, los grupos y las instituciones conforman la compleja trama social que
constituye y a la vez articula las relaciones micro-macro sociales.

Los trabajadores sociales ante las nuevas subjetividades - la subjetividad y el


trabajo grupal:
La subjetividad, entendida como los modos de ser (de sentir, pensar y actuar) de los sujetos en una
etapa histórico-social, producto de ese período y del contexto, o sea, una construcción
histórico-social y no una esencia, no debe desconsiderarse en el trabajo social- al trabajar “con la
gente”, los ciudadanos, se trabaja con la singularidad de las personas,y será con y desde ella que
lograremos reconocerlos y trabajar con ellos.
Desde nuestro rol como trabajadores sociales sabemos de la subjetividad de los integrantes
de un grupo, porque está puesta en acto por las palabras, los discursos, las acciones y las
prácticas. Desde nuestra subjetividad vemos acciones, pensamientos, sentimientos de los
integrantes del grupo.
La labor del Trabajo Social busca promover y ampliar los derechos ciudadanos, como
también generar el lazo social. Referido a lo primero, son objetivos del trabajo social el
ampliar, restaurar y profundizar la capacidad de ejercer ciudadanía. Esta formulación
implica interiorizar el derecho a tener derechos, y apunta a que los sectores con derechos
vulnerados puedan efectivamente instrumentar los medios, estrategias y recursos para
avanzar en la expansión de las posibilidades de un real ejercicio de aquéllos, achicando la
brecha entre ciudadanía como ideal y su ejercicio pleno.
Según la autora, en el marco de la época actual de grandes cambios y transformaciones, de
pobreza, carencia, “de vivir, pensar y sentir desde una lógica del instante”, el “día a día”, la
disminución y anulación de la capacidad de soñar y proyectar, la melancolía, los diversos
espacios de encuentro interpersonal y grupales pueden contrarrestar y modificar estos
aspectos de la subjetividad: ej. los movimientos sociales, en determinadas coyunturales
desfavorables, además de defender sus aspectos instituyentes, contribuyen a transformar los
sentimientos de impotencia en potencia, a recuperar la autoestima, a elaborar en mejores
condiciones las situaciones traumáticas y a desarrollar la autonomía y creatividad. Es decir,
las expresiones grupales y colectivas, como un apoyo y una forma de contribuir a a la
transformación de las condiciones de vida.

Factores de cambio en los grupos:


Factores al interior de los grupos que pueden contribuir a generar aprendizajes y cambios en
la subjetividad, y en alguna medida disminuir el trauma ocasionado por las condiciones de
existencia; ciertos procesos y efectos positivos que los grupos pueden tener sobre sus
integrantes y sobre el mismo grupo como totalidad.
Tienen consecuencias que trascienden los límites del propio grupo, y adquieren relevancia en
el actual contexto social de fragmentación y ruptura del tejido social, ya que las experiencias
pueden ser trasladables a otras áreas y prácticas de la vida social.
I. Interacción: Constituye un rasgo general de la vida. Nuestras características, intereses y
aspiraciones individuales, están influidos de algún modo por ella. La personalidad es casi
enteramente el producto de ella.
Se van incorporando significados, valores, normas, que confrontan con anteriores lógicas de
pensamiento, modos de sentir y de actuar. Esta autoconstrucción de uno mismo, basada en
las adjudicaciones y apreciaciones de otros significativos, continúa durante las
diferentes etapas de la vida y va enriqueciendo los diversos aspectos de la identidad
—individual, étnica, cultural, de clase social... De ahí la importancia de tener buenas
experiencias grupales, muchas de las cuales pueden ser correctoras de experiencias anteriores
que fueron poco satisfactorias. Los espacios de interacción como los grupales, sirven para
fortalecer, desarrollar y hasta corregir el autoconcepto; como, aspectos negativos de la
interacción asociados a la presión del grupo sobre el integrante (coacción indeseada), en
donde puede haber un sometimiento consciente o no (violencia simbólica).
II. Pertinencia: Posibilita un código común y un lenguaje compartido con relación a
necesidades y problemas comunes; define un lugar de identificación, de identidad y de
creación ideológica.
Es un lugar de sustento y de continencia para el discurso o la visión de mundo que se
trae, como para los que se irán desarrollando en el curso del proceso grupal. Ofrece un
lugar de contención de las angustias por "la falta de ser", la desinserción, vivencia de
fragmentación, sensación de estar a merced y las tendencias a la agresividad como a la
melancolización. El grupo sirve al integrante cuando éste no puede autocontenerse.
III. Provisión: Frente a los efectos devastadores del contexto social, el grupo puede brindar
afecto. Es de gran importancia el aporte y los recursos que pueden tener y ofrecer los
integrantes de los grupos: implica poner en movimiento el dar y el recibir. La reinserción
social y cultural es otra posibilidad de provisión posible, especialmente en procesos de
desafiliación, como las pérdidas de empleo, vivienda u otros espacios institucionales y
relacionales.
IV. Creación de Realidad: El trabajo grupal puede aportar un mayor discernimiento de la
realidad, o sea la discriminación grupo interno - grupo externo: revisar y ajustar
expectativas y fantasías poco fundadas o realistas ante situaciones de cambio personal
(como las suposiciones acerca de un bebé a ser adoptado; o un aborto), ante tendencias
transgresoras que pueden dañar al que las actúa (jóvenes o adolescentes en conflicto con
la ley, drogadependientes), como frente a ciertos aspectos de la personalidad.
V. El aprendizaje de la aceptación del otro: El grupo permite confrontar diferentes lógicas de
pensamiento y de acción: cada integrante aporta su propia visión, que es confrontada
con la de otros, y esto obliga a darse cuenta que hay otras visiones que uno no conoce. El
otro permite que uno revise las propias posiciones y contradicciones, para confirmarlas,
relativizarlas o descartarlas. Se aprende a escuchar lo ajeno, lo diferente, no deseado y
silenciado. El grupo como continente de todas las diferencias.
VI. Instilación de la esperanza: La esperanza es crucial para cualquier experiencia grupal que
busca el cambio, individual como colectivo: permite que los integrantes del grupo
permanezcan en el mismo el tiempo necesario para que se generen los cambios u
objetivos buscados.
Por otra parte, una expectativa previa de cambio o logro se asocia con un desenlace
positivo. Es uno de los secretos del éxito de los grupos de autoayuda conducidos por
personas recuperadas, como de los de ayuda mutua conducidos por profesionales. El
poder observar los cambios realizados por otros integrantes es una importante fuente de
esperanza, de vitalidad y poder a los proyectos.
VII. Universalismo: Muchas personas que concurren a grupos por problemas específicos,
pueden tener un profundo sentimiento de que su problemática es única. Si bien en cierto
sentido es correcto (cada persona es única e irrepetible en sus múltiples y traumáticas
experiencias de vida), el aislamiento que esto genera contribuye a potenciar este
sentimiento, que a la vez ocasiona mayor aislamiento social, al modo de un círculo
vicioso. Cuando los integrantes de un grupo que se inicia comienzan a percibir que otros
tienen problemas similares, pueden sentir enorme alivio y sentirse en mayor contacto
con el mundo. Se puede producir una reducción de su aislamiento y de sus sentimientos
de estigmatización y rechazo, acompañado por la catarsis y la aceptación del grupo.
No es solo descubrir a otros con problemáticas similares y la desconfirmación del
carácter de único de la propia problemática lo que ayuda, sino la experiencia afectiva de
compartir el propio mundo interno y el ser escuchado y luego aceptado como uno es.
Otros aprendizajes o cambios posibles facilitados por la participación en grupos
➢ El grupo permite el análisis de las contradicciones y de las diferentes representaciones
sociales, hegemónicas como contrahegemónicas, que se despliegan en sus integrantes,
al transformarlas en pregunta, neutralizando su aspecto dilemático;
➢ La confrontación permite romper con pautas estereotipadas. Se posibilita pensar en
modos alternativos a los propios, que pueden ser más ricos y profundos, ampliando el
horizonte de pensamiento;
➢ La confrontación verbal obliga a una mayor autoconciencia, conocimiento de la realidad
y de la relación de uno mismo con el mundo;
➢ El grupo es el espacio para desarrollar la autonomía, salir de la dependencia hacia una
libertad de pensamiento. Son escuelas de aprendizaje de valores democráticos, de
participación y protagonismo y de ejercicio del liderazgo;

Aspectos teórico-técnicos de la intervención con grupos

A. Desciframiento y distancia adecuada:


La capacidad de desciframiento es aquélla que busca promover en el grupo o sus integrantes
un repensarse, un reexplorar su realidad, con la posibilidad de resignificarla, visualizarla
bajo otra perspectiva, de realizar lecturas interpretativas del acontecer grupal.
Descifrar es decodificar el sentido que tienen ciertas relaciones y conductas; pero no desde
una posición de certeza o de poder, sino desde plantear en forma modesta una hipótesis, a la
que además seguirá un tipo de acontecer o conducta grupal que la confirmará o no.

El desarrollo de esta capacidad del operador grupal se relaciona con otro aspecto, con su
posibilidad de pensar con el otro, de ser un co-pensor, lo cual significa un modo de acercarse
al acontecer grupal encontrando una distancia óptima - la distancia adecuada. Este
acercamiento al campo grupal debe combinar dos aspectos aparentemente contrapuestos,
pero que son complementarios: por un lado, el trabajador social debería poder acercarse lo
suficientemente como para poder "entender" lo que está sucediendo, obtener una visión
global y de conjunto, a la vez que contener al grupo al poder "descifrar"; una cercanía
afectiva. Por otra parte, no deberá acercarse tanto, involucrarse emocionalmente en
demasía, de modo de quedar "capturado", inmerso en la escena grupal.
Tendría que encontrar la distancia adecuada para "entrar" y comprender, y luego poder
"salir"; esto permitiría poder descifrar y devolver al grupo una intervención que le sea útil.
Habría conciencia de los propios límites y una capacidad de identificarse con el grupo, sin ser
igual al grupo. La distancia adecuada es siempre situacional de cada aquí y ahora grupal, y
varía según el tipo de grupo y la problemática que lo convoca. Permite el protagonismo del
grupo y obliga al operador a hacer a un lado su propia problemática social, que puede ser
similar a la que aportan los integrantes.
Podemos caer en uno de los dos extremos. Esta capacidad de acercamiento-alejamiento, se
va construyendo durante el proceso de trabajo y aprendizaje de la tarea con grupos; requiere
una actitud de constante autorrevisión y autocuestionamiento.

B. Contención y estructura de demora:


La contención es la capacidad de albergar y comprender dentro de sí el acontecer del otro o
del grupo, sus proyecciones, fantasías, afectos y ansiedades; y, poder devolver esas
ansiedades y fantasías, descifrándolas a la vez que sosteniendo, acompañando al sujeto en el
encuentro y tolerancia de sus propios contenidos.
Tiene su anclaje en la propia historia del coordinador, en experiencias personales anteriores
de haber sido sostenidos, y haber sostenido (bien o mal…), y tiene como paradigma el vínculo
madre-hijo- en donde la madre alberga el llanto o la agresividad del bebé, sin devolverle una
descarga inmediata; en su lugar, posterga la reacción, a partir de una comprensión de la
necesidad del bebé, y puede devolvérselo modificado, descifrado, permitiendo así, el
desarrollo de su hijo.
Hay ocasiones en que el trabajador social falla en esta función de sostén o continencia y/o en
su capacidad de postergación (estructura de demora), y realiza una descarga o respuesta
inmediata y/o impulsiva. Cae en el "acting out", en donde se conduce acorde a lo proyectado
por el grupo o algún integrante, asumiendo el rol adjudicado en la transferencia, sin
señalarlo o interpretarlo. El ejemplo más claro sería cuando es agredido por el grupo y
devuelve la agresión con el mismo estilo.
Esta posibilidad de contener, desde una distancia adecuada, implica la posibilidad de la
autocontención: para contener a otros debo poder autocontenerme, pensarme y evaluar la
situación.
Realizar esta devolución, con contenidos que al otro le sirvan, permite el crecimiento de ese
otro. Volvemos al primer concepto: se devuelve un contenido descifrado, que aporta una
nueva comprensión a la situación en cuestión.

La estructura de demora refiere a la capacidad de autopostergación, autocontrol,


autocontención ante situaciones del grupo que pueden generar diferentes sentimientos en el
trabajador social, como bronca u enojo, o el sentirse herido o atacado o movilizado porque en
el grupo se están tocando temas que le afectan. En lugar de una reacción inmediata, el
trabajador social instala un espacio de reflexión para sí mismo, llamado estructura de
demora, para pensar el acontecer grupal y su vínculo con éste.
En este espacio de reflexión interna y de demora, se toma a sí mismo como objeto de
indagación y fuente de información: analiza sus propias sensaciones internas para
discriminarse de las demandas de la situación, y las utiliza para comprenderlas y definir su
intervención (la contratransferencia del coordinador y su posibilidad de utilizarla como
instrumento en beneficio del grupo).

C. Insight:
Es un proceso espontáneo de conocimiento, de toma de conciencia, de comprensión y
desocultación de un hecho con el cual se tenía una relación de cercanía pero también de
desconocimiento. Es un nuevo conocimiento al cual se accede en las relaciones
interpersonales cotidianas, y no sólo en la tarea grupal.
En los grupos, generalmente implica un momento nodal del proceso de intervención en el
cual se produce un "darse cuenta" de alguna situación del proceso grupal, que abre nuevas
posibilidades de comprensión. El momento de insight está constituido por elementos tanto
afectivos como intelectuales.
Ej.: un coordinador laissez faire que repentinamente se da cuenta de que su temor al
abandono está interviniendo en el vínculo con su grupo; de ahí su dificultad de establecer un
vínculo de mayor consistencia y fortaleza. Esta comprensión de sí mismo es el camino para
la modificación de su rol.
Conclusión:
El rol del trabajador social se construye y recrea permanentemente en relación dialéctica con
su medio laboral y social, que también es cambiante y dinámico. Concebimos su formación
permanente como un ir incorporando elementos que lo incluyan como persona en el
contexto interaccional de su tarea, sin excluir su lectura crítica del macrocontexto y
procurando no caer en un conocimiento cerrado, obturador del crecimiento y de la
creatividad. En este sentido, tiene suma relevancia el procesamiento y la elaboración
constante de su tarea.

LA INTERVENCIÓN COLECTIVA EN TRABAJO


SOCIAL
C. DE ROBERTIS, PASCAL
CAPÍTULO 6
Los grupos son un fenómeno cotidiano, propios del carácter gregario del humano.
no constituyen entidades aisladas, sino que, existen en un contexto social, mantienen relaciones
con otros grupos, con instituciones, se adhieren a ciertos valores y funcionan a partir de
ciertas normas.
Para el trabajador social, el análisis de un grupo implica el estudio de una realidad compleja y
cambiante; éstos están presentes siempre en nuestra práctica.

La importancia de los grupos recae en que, por medio de ellos, los individuos se expresan y
actúan en la vida social, es decir, permiten la inserción social del sujeto; y, porque permiten que
una sociedad transmita, perpetúe y modifique, sus normas, valores y sus rasgos culturales.
La dimensión de los grupos es la dimensión corriente de la vida de los seres humanos por el
hecho de vivir en sociedad.
La personalidad se forja en la relación con los otros. Los grupos son el lugar donde se aprende
la relación con los demás, se miden el impacto y las consecuencias de los propios actos. La
imagen de nosotros mismos que los otros nos devuelven —positiva o negativa— tendrá peso
sobre la autoestima y valor propio.
Es por esto que la participación en grupos es a la vez buscada y temida; la primera, porque nos
permite vencer la soledad, nos brinda seguridad y pertenencia de formar parte de un todo
más vasto, por la búsqueda de la aceptación de los otros, de ser apreciados, reconocidos:
mientras que, las segunda, refiere al temor a ser despreciado y rechazado, excluido como
diferente de los otros, a no ser comprendido o a ser obligado a convertirse en semejante a los
demás, a plegarse a la norma, a perder así la individualidad y la autonomía.

¿A qué refiere con Esquema Descriptivo de un grupo?


Todo grupo puede ser descrito y circunscrito mediante una serie de variables. Estas diversas
variables deben ponerse en relación unas con otras, ser cruzadas con el propósito de medir,
evaluar y comprender la vida del grupo analizado. El esquema descriptivo tiene 6 puntos:

1. Identificación del grupo:


Nos permite consignar los elementos objetivos, las informaciones, que serán diferentes
según se trate de un grupo formal o informal.
2. Clasificación del grupo:
Las tres clasificaciones no se excluyen, en la medida en que podemos encontrarnos con un
grupo a la vez primario, informal y centrado en sí mismo, o con un grupo a la vez secundario,
formal y centrado en la tarea. Un grupo primario puede ser también formal y centrado en la
tarea, pero un grupo secundario no puede ser informal.
i. Según el tamaño del grupo: un grupo primario o secundario.
○ Un grupo primario- tiene un número restringido de participantes (en general, menos de
15); su tamaño debe ser lo suficientemente pequeño como para permitir las relaciones
entre todos los participantes y para que se comuniquen "cara a cara”; el grupo familiar es
el ejemplo por excelencia.
○ El grupo secundario- también llamado organización, es un conjunto de personas que
persiguen fines determinados, idénticos o complementarios, y también una estructura
que reglamenta las relaciones entre las diferentes partes que la componen. Ej. una
asociación de padres de alumnos (estructuras locales- grupo en un establecimiento
escolar; y estructuras que agrupan a los representantes locales en la ciudad,
departamento...)
ii. Según la estructura del grupo: un grupo formal o informal.
○ El grupo informal - no está dotado de una estructura oficial y jurídica. Ej.: grupo de amigos,
vecinal, grupos de ayuda mutua constituidos por los trabajadores sociales.
○ El grupo formal - tiene una estructura oficial.
iii. Según los objetivos del grupo: un grupo centrado en la tarea o grupo centrado en sí mismo.
○ El grupo centrado en la tarea es un grupo de trabajo: la acción que se llevará a cabo reúne a
los miembros y da la impronta a toda la vida interna y externa del grupo.
○ El grupo centrado en sí mismo tiene como objetivo prioritario el encuentro- se trata de estar
con el otro, y, a veces, contra el otro, pero nunca solo; predominan los lazos afectivos. Al
contrario del primer caso, la actividad es secundaria, no es más que un medio para la
relación y encuentro.
Se trata del objetivo predominante, pues los dos polos afectos-producción son
interdependientes: la calidad del trabajo en grupo es mejor cuando las relaciones afectivas
entre sus miembros son positivas, y que los lazos afectivos entre ellos se estrechan cuando
una tarea común los compromete en un esfuerzo constructivo.
3. Historia del grupo:
La mirada histórica nos informará sobre los motivos de la creación del grupo, las personas
que han tomado esta iniciativa, los objetivos iniciales, su evolución, las diferentes etapas
recorridas.
Las fuentes de información sobre la historia del grupo serán diversas y el grado de
objetividad de algunas será también muy variable; entre las principales están los
testimonios, los archivos, otros documentos, recortes de prensa, etc.
4. Composición del grupo:
Una serie de datos objetivos tales como: número de miembros, edad o tramo de edad, sexo,
categoría socio-profesional; y, también, datos más cualitativos como la distinción entre
miembros activos (los que participan regularmente y toman iniciativas y responsabilidades)
y miembros adherentes (que forman parte de manera pasiva y/o esporádica, que pagan una
cuota).
En esta composición entran también dos variables, cualitativa y cuantitativa, que tienen peso en
un procedimiento de análisis: el tamaño del grupo y de la homogeneidad entre sus miembro:
○ El tamaño del grupo debe permitir la comunicación, y con más de 15 ó 20 personas, esta
comunicación se vuelve aleatoria. El grupo más pequeño, por el contrario, permite tener
en cuenta a cada persona, favorece la comunicación y exige de cada individuo mayor
participación personal. El tamaño del grupo incide especialmente sobre su vida y dinámica
interna. No existe un tamaño ideal, debe estar en relación con los objetivos y las tareas del
grupo.
○ Un mínimo de homogeneidad entre los miembros es indispensable, da estabilidad y cohesión al
grupo. No obstante, se debe equilibrar con una cierta heterogeneidad, el cual le dará
dinamismo. Las diferencias demasiado grandes dificultan la integración del grupo. La
homogeneidad cultural, de los marcos de referencia y del equilibrio psíquico, de los
deseos y las expectativas de cada miembro con relación al grupo es necesaria.
5. Objetivos:
Se pueden analizar en varios planos: en primer lugar, el nivel general y global, el de las
finalidades y los objetivos a largo plazo; se trata de declaraciones de intenciones, escritas o
verbales, que recogen el consenso del conjunto de los miembros; en segundo lugar, el nivel
más coyuntural, limitado, superficial, ligado a las perspectivas concretas de realización del
grupo. Ej.: un grupo deportivo en un barrio tendrá como objetivo global agrupar a quienes les
gusta ese deporte y desean promoverlo en toda el área geográfica; se fijará como objetivo
más inmediato la organización de una competición en encuentro amistoso con los clubes de
los barrios vecinos.
A estos dos niveles de objetivos se añaden los objetivos más difíciles de comprobar: de cada
individuo, cada participante, lo que éste busca, lo que espera.
Resulta útil diferenciar los objetivos de la reunión de su contenido. Los objetivos pueden ser:
informarse, encontrarse, programar una acción, preparar un proyecto, conocerse, explorar
juntos un problema, intercambiar ideas, etc. Si el objetivo está claramente planteado, las
personas sabrán mejor a qué atenerse. Por el contrario, el contenido de una reunión
concierne al tema que será tratado.
6. Realizaciones y medios:
Comprende la descripción de las actividades efectuadas recientemente y las que están en
proyecto para un futuro próximo. Para alcanzar los objetivos y llevar a buen término sus
actividades, el grupo pone en acción los medios de que dispone y, eventualmente, busca
recursos suplementarios.
Los medios son de diverso orden: humanos, materiales, de equipamientos, financieros.

¿Cómo se da el funcionamiento externo del grupo?


Se trata de detectar cómo un grupo determinado entra en relación con su entorno, cómo recibe las
influencias exteriores y cómo influye él, a su vez, sobre el exterior.
El análisis de las relaciones que el grupo establece con el exterior parte de la noción de
"campo social", esto quiere decir que se considera el acontecimiento social como
produciéndose en (y siendo el resultado de) un conjunto de entidades sociales coexistentes,
tales como los grupos, subgrupos, miembros, las barreras, canales de comunicación, etc.
Este campo puede ser estudiado de diferentes maneras:
➢ considerar un área geográfica con los diversos sectores de actividad social que allí se
manifiestan (vida cultural, deportiva, económica, comercial, institucional);
➢ el enfoque de la vida institucional, si el grupo está inserto en ella;
➢ el estudio de los factores culturales propios del campo en cuestión, que se transmiten por
el lenguaje y los usos.
Los grupos constituidos y activos en el seno de un campo social determinado contribuyen a
perpetuar las normas y los valores, y también a modificarlos.

Para analizar las relaciones del grupo con el exterior utilizamos 3 puntos:
A. La pertenencia de cada miembro a otros grupos: cada persona forma parte
simultáneamente de numerosos grupos formales o informales.
Las personas más activas y mejor integradas en la vida social se encuentran en varios
grupos significativos del área geográfica o de la rama de interés en cuestión. La
participación en múltiples grupos hace de ciertas personas personajes claves, ejes de
comunicaciones intergrupales, pues ejercen una irradiación y una influencia
considerables que no deben ser descuidadas.
B. Las relaciones con otros grupos: variarán según su grado de proximidad o de distancia
(geográfica o en función de los objetivos e intereses del grupo), su grado de cohesión
interna y las actitudes (positiva, negativa, indiferente) admitidas normalmente por el
grupo en su relación con los otros.
Cuando dos grupos se encuentran en tensión conflictual o en competencia, la cohesión
interna, el sentimiento de pertenencia y los lazos entre los miembros tienden a
reforzarse. Pero las relaciones entre los grupos no presentan siempre un carácter
agresivo cargado de rivalidades. Esto depende, en gran medida, del tipo de relaciones
sociales del medio global, de las circunstancias concretas que crean la relación entre
ellos y de la diferencia entre los grupos en cuestión.
C. Las relaciones entre un grupo y los organismos o instituciones: requieren capacidades
particulares de:
➢ detectar los circuitos de la institución (a quién dirigirse, cómo funcionan estos
circuitos, dónde dirigirse, cómo tramitar pedidos);
➢ dominar el lenguaje escrito como el lenguaje oral (la mayoría de las instituciones
exigen cartas, informes, la constitución de legajos, un fundamento de las demandas, a
veces con datos numéricos);
➢ pasar de relaciones personificadas a relaciones anónimas regidas por las
convenciones sociales (uno no se dirige a una persona sino a una función en el seno de
un organismo);
➢ saber buscar y luego utilizar las informaciones pertinentes (que buscar, dónde
encontrarlo, hacerlo saber, explotarlo).
Algunos grupos jamás tienen relaciones con las instituciones y limitan sus "relaciones
exteriores" a los otros grupos; otros establecen un número importante de relaciones con
organismos muy diversos.

¿Cómo se da el funcionamiento interno del grupo?


A partir de los trabajos de Kurt Lewin, el grupo comienza a ser tomado en cuenta como una
unidad en sí, diferente de la adición de sus miembros, y se impone el término "dinámica de
grupo»: el estudio de los individuos en interacción en grupos pequeños.
El grupo es considerado como una totalidad dinámica que determina el comportamiento de los
individuos que son miembros de él; es el campo de fuerzas en el seno del cual se producen los
fenómenos de influencia, de cohesión, de normas, de tensión, de atracción; todos estos
fenómenos son diferentes de los de la psicología individual.
Para comprender el funcionamiento interno de un grupo, el trabajador social no puede recoger
las informaciones por intermediarios o a partir de documentos o datos diferidos, como ha podido
hacerlo en el análisis propuesto en los párrafos anteriores. Tiene que estar en posición de
participante o de observador en el seno del grupo.
La comprensión del funcionamiento interno del grupo pasa necesariamente por el filtro
introducido por el trabajador social mismo; los datos así recogidos no serán objetivos.
El análisis del funcionamiento interno de los grupos naturales requiere la observación directa, con
presencia física en las reuniones; la cual, es, en la mayor parte de los casos, multidimensional
(ligada a varios aspectos).
Hay diferentes maneras de observar: la primera es de "observación flotante», que consiste en
observar todo, en dejarse impregnar por la realidad del grupo; la segunda será una
observación bastante amplia, pero guiada por una o varias hipótesis previamente definidas
que proporcionan un marco flexible a la observación de los fenómenos de grupo; la última
será más circunscrita y utilizará un esquema de observación claramente establecido.
La elección del tipo de observación sólo puede hacerla el trabajador social implicado a partir de los
objetivos profesionales por él perseguidos.

Nuestro análisis se articula en torno a 4 procesos:


1) El proceso de comunicación:
Puede reducirse a un esquema lineal o ser completado por el lazo de regulación que permite
al emisor recibir una información de vuelta o feed-back (retroacción)

Pero, estos esquemas son simplistas y no representan la complejidad cambiante de los


fenómenos de comunicación: a la comunicación verbal (¿quién dice qué a quién?) debe
añadirse la comunicación no verbal - códigos válidos para una cultura y una época dadas, la
cual comprende:
a. la organización espacial (la distancia establecida entre los individuos por el uso cultural y
según el tipo de relaciones; las relaciones más íntimas toleran una presencia más
próxima, y, las públicas o funcionales obligan a una mayor distancia) y temporal (la
tolerancia hacia la impuntualidad será mayor o menor, y la noción subjetiva del tiempo
será diferente según el país, la pertenencia a tal o cual clase social, y tendrá incidencia en
la vida de los grupos);
b. la actitud corporal (el tono muscular y de la posición corporal; ésta puede ser tensa,
contraída - asociada a la cólera u odio - o bien relajada, distendida - asociada a la alegría
o relajación-. Cada emoción se expresa en un modelo postural que la refleja);
c. el lenguaje de los gestos (mímica, tono de la voz, mirada, articulación de la palabra; varía
según la cultura y los medios sociales; a su vez, expresan también sentimientos,
reacciones, a la relación con el otro).
La comunicación verbal tiene como objetivo transmitir un mensaje; la comunicación no
verbal es percibida directamente por el interlocutor y se registra para confirmar y reforzar la
importancia del mensaje verbal. Cuando los dos mensajes son convergentes, se refuerzan
recíprocamente, pero cuando son contradictorios, cuando significan cosas diferentes,
introducen una perturbación en la comunicación, confusión y duda en el receptor.
El proceso de comunicación de un grupo es la base de los lazos de interacción entre sus miembros:
a partir de estos intercambios verbales y no verbales, se tejen las relaciones afectivas entre
las personas, se constituyen las redes de comunicación. Los procesos de interacción, de
influencia, de toma de decisiones, tienen su origen en la imbricación compleja de los múltiples
mensajes intercambiados por los miembros del grupo.

2) El proceso de interacción:
Todo grupo desarrolla, de manera espontánea, relaciones de simpatía, antipatía e indiferencia
entre sus miembros; las cuales se organizan y producen una cierta estructura llamada “redes
de afinidad” o “estructura afectiva”.
Un aspecto a considerar se refiere a la formación espontánea de subgrupos: los miembros
llegan y se van juntos, hablan entre ellos, se sientan juntos, se apoyan mutuamente por
gestos o palabras. Son muy frecuentes en grupos de más de 15 personas; representan el
intento de crear relaciones de intimidad, significativas y profundas, cuando el tamaño del
grupo obliga a relaciones más superficiales y anónimas.
Otro aspecto es la aparición de roles ejercidos por los individuos. Benne y Sheats distinguen
entre: roles relativos a la tarea, roles de mantenimiento de la cohesión, y roles que buscan la
satisfacción de las necesidades individuales en detrimento del grupo, tarea o clima afectivo.
Por último, está el liderazgo, una función entre otras en el seno del grupo. Nuestro análisis del
liderazgo en el seno de un grupo debe considerar varios aspectos:
i. Debe evitarse toda generalización en este ámbito, pues puede encerrarnos y velar nuestra
percepción de la dinámica del grupo y de su evolución.
ii. Es necesario distinguir el mando resultante de una posición institucional (jefe de servicio,
etc.), del mando que surge en los grupos primarios, más o menos informales; es decir, de
los “jefes de derecho”, de los “jefes de hecho”(los líderes).
iii. El mando es una función del grupo, susceptible de evolución y de modificación, que puede
ser ejercida por una o varias personas simultánea o sucesivamente.
iv. Se distinguen 2 tipos de funciones de mando o liderazgo: una de carácter técnico, centrada
en la ejecución de la tarea, en la que se trata de proponer formas de trabajo, dar
informaciones, coordinar a las diferentes personas, tomar decisiones, etc.; es la función
"sociooperativa"; la otra función tiene un aspecto "socioafectivo" y tiende a crear un clima
de pertenencia, aportar apoyo y estimulación al grupo.
v. Se han propuesto diferentes clasificaciones sobre los comportamientos del líder y sus
maneras de ejercer el mando, 3 tipos- el autocrático, el democrático y el «laissez-faire"
(Weber):
1. El jefe carismático: considerado infalible y casi sagrado, rodeado de un misterio
distanciador;
2. El jefe tradicional: a la vez autoritario y protector;
3. El jefe democrático: cuya autoridad se establece sobre bases consultivas y racionales.
3) El proceso de influencia:
Nace de la interacción entre los miembros del grupo. Para comprender los diferentes fenómenos
ligados a la influencia, es preciso, en primer lugar, definir la norma y la creación de normas en el
seno del grupo.
La creación de normas es un fenómeno habitual en un grupo. A medida que la cohesión del
grupo aumenta, y a fin de reforzar y acelerar esta cohesión y los sentimientos de satisfacción
ligados a la pertenencia del grupo, éste tiende a crear normas propias.
La creación de normas grupales tiene lugar cuando un grupo se ve confrontado con una
situación nueva y que esta norma intenta reducir las diferencias en el seno del grupo y
obtener un consenso.
Las normas son perceptibles cuando un "extraño" asiste a una reunión de un grupo y no llega a
percibir lo que allí pasa: no posee el "código" para descifrar lo que ve u oye. Los miembros del
grupo están al corriente de la significación de ciertos términos, comportamientos, gestos,
alusiones; todo ello arraigado en su historia y sus normas colectivas.
Existen 3 tipos de influencias:
a. Las presiones hacia la conformidad: derivan de esta elaboración de normas y esta
búsqueda del consenso, pues el grupo hará presión sobre los individuos o sobre las
minorías que se separen de ellas, a través de un sistema de sanciones y/o
valorizaciones, a fin de que éstos se plieguen a las normas mayoritarias, que se
conformen a la regla.
Así, un individuo tendrá tendencia a plegarse a la norma del grupo si está solo y los
otros son unánimes, mientras que la presión hacia la conformidad será menor si el
individuo no está aislado y forma parte de un subgrupo.
b. La resistencia al cambio: fenómeno muy corriente que se puede constatar en los planos
individual o colectivo.
Esta resistencia puede estar ocasionada por: el temor a lo desconocido (yo sé lo que
tengo, pero si cambio no sé lo que tendré); la oposición a una autoridad superior cuyo
poder es considerado abusivo e injustificado; o la inercia de los "sistemas en
equilibrio"; es decir, que los individuos o los grupos pueden encontrarse en posición
"estática" (de "no movimiento") por razones diversas.
c. El cambio y la innovación: si el temor de alejarse de las normas del grupo es la principal
fuente de resistencias al cambio, para favorecerlo es necesario disminuir el temor, o,
transformar las normas de referencia.
Mientras los valores de grupo permanezcan sin modificar, el individuo se resistirá a los
cambios tanto más vigorosamente cuanto más se distancien éstos de las normas del
grupo. Si la norma misma de grupo se modifica, la resistencia (que es debida a la
relación entre el individuo y la norma de grupo) será eliminada.
Se necesita de 3 fases para establecer el cambio: "descristalizar" (corroer certezas en
cuanto a la norma del grupo - poner en cuestión, aportar informaciones nuevas,
diferentes); desplazamiento hacia el nivel de cambio deseado; y, cristalización de las
normas del grupo en el nivel alcanzado.
Dentro de los factores que favorecen el cambio, el esencial es la utilización de la decisión de
grupo como medio para facilitarlo; por varias razones: el individuo actúa en tanto
"miembro del grupo" y en relación con las normas de este grupo, por tanto, no tiene
que enfrentar la inseguridad y el aislamiento; la decisión proporciona la unión entre la
motivación y la acción, ya que no es suficiente estar motivado para que algo cambie
realmente, es preciso que haya una acción que realice el cambio.

4) El proceso de toma de decisiones y de resolución de conflictos:


Todo grupo se ve enfrentado a la necesidad de tomar decisiones y de llevarlas a término, es
decir, transformarlas en acción.
Los tipos de decisiones tomadas por los grupos pueden dividirse en 2: aquellas que necesitan ser
seguidas por una acción y aquellas de las que no se deriva ninguna acción (orientaciones,
más políticas que de acción). Las primeras se pueden subdividir en:
I. Las decisiones triviales-inmediatas: que son seguidas de una acción inmediata, pero en
las que se juega algo no demasiado importante para el grupo;
II. Las decisiones vitales-inmediatas: son las seguidas rápidamente por una acción y cuyo
objeto es de una gran importancia para la vida futura del grupo;
III. Las decisiones vitales a largo plazo: no requieren una respuesta ni una acción inmediatas,
incluso si su contenido es muy importante para el grupo.
El proceso de toma de decisiones seguirá distintas fases:
i. Formulación del problema: debe ser clara y precisa, y comprendida por cada miembro; el
grupo debe considerar que el problema le concierne, debe aceptarlo, y considerarlo
importante y digno de atención;
ii. La recopilación de información: refieren al problema y a la decisión que se debe tomar, lo
que implica que todos los elementos de información estén a disposición del grupo, que
la información sea completa y que tenga en cuenta la realidad y eventuales
limitaciones;
iii. Elaboración de las diferentes soluciones o elecciones posibles: a partir de las informaciones
recopiladas, y, teniendo en cuenta los diferentes puntos de vista de los miembros y
pasando revista a todas las soluciones imaginables.
iv. La elección de la decisión: considerada más adecuada por el conjunto del grupo.
La decisión tomada debe ser explicitada, claramente reformulada; el acuerdo del grupo
será afirmado, y cada persona debe tener la ocasión de pronunciarse.
Este proceso presenta obstáculos, cuando: los objetivos son impuestos desde el exterior, o por
una autoridad política o institucional; el grupo posee un nivel de aspiraciones demasiado
elevado y no tiene en cuenta las posibilidades y las realidades; las decisiones son tomadas
demasiado a prisa, sin una elaboración suficiente, o, se pasa a la ejecución antes de haber
intercambiado lo necesario sobre las elecciones, el proceso de grupo se rompe.
La manera de tomar una decisión es más importante para la vida del grupo que su contenido: una
vez tomada, la decisión desencadena cambios en el comportamiento individual- cada
miembro se remite a la decisión del grupo y la coloca por encima de sus decisiones
individuales.
Las decisiones del grupo son causa de numerosos conflictos y enfrentamientos en el seno del grupo.
Cuando estos conflictos están latentes, difusos, expresados por gestos vagos (negaciones,
silencios, inercia), tienen tendencia a paralizar el grupo y vaciarlo de todo dinamismo. Los
grupos se adjudican diferentes medios para resolver sus conflictos y optan por diversas soluciones:
a. La primera, refiere a la eliminación pura y simple del más débil o minoritario. A menudo,
ciertos conflictos se resuelven en la salida, temporal o definitiva, de ciertos miembros,
por la exclusión o el absentismo a las reuniones siguientes;
b. La segunda, puede apelar a la subyugación: el más fuerte impone a los demás su punto
de vista y su opinión (deben someterse a "la ley del más fuerte"); el compromiso
interviene cuando las dos partes, con fuerza más o menos equivalente, llegan a un
arreglo; o, a la alianza consiste en buscar apoyo fuera del grupo a fin de afirmar su
posición en el interior, o bien en reconocer las posiciones diferentes en el seno del
grupo y buscar, no obstante, un acuerdo para un objetivo común;
c. La búsqueda de una tercera solución: ésta se parece al consenso en las decisiones del
grupo, en el sentido de que se trata de reconocer las posiciones opuestas de los
adversarios, analizar todas sus implicaciones y buscar juntos una nueva solución
diferente que los satisfaga y sea más satisfactoria que las dos soluciones presentadas
por ellos.

CAPÍTULO 7 - Las herramientas de intervención


De la intervención individual a la intervención colectiva:
Las dimensiones individual y colectiva están siempre presentes en la práctica de los
trabajadores sociales, cualquiera sea su profesión de origen; sin embargo, la gran mayoría de
los asistentes sociales y educadores sólo intervienen a nivel individual.
Las dos intervenciones, individual y colectiva, pueden ser desarrolladas conjunta o sucesivamente
por el mismo trabajador social; son maneras profesionales de responder a las necesidades de una
población. Se trata de una elección de técnicas, de modos de aproximación y de
intervenciones diferentes; elección que vendrá guiada por el interés de los usuarios, el tipo
de necesidad o problema a resolver y la pertinencia de los medios de intervención.

Para poner en funcionamiento una intervención colectiva cuando el trabajador social sólo
interviene habitualmente ante individuos o familias, es preciso:
a. Cambiar su mirada y su escucha, observar y escuchar a las personas, y no únicamente los
problemas y las dificultades que sufren, y verlas como seres en relación, insertas en un medio
como parte de grupos existentes.
Implica también estar atento, en el sector geográfico, a los lazos informales de encuentro y de
intercambio (la plaza, salida de la escuela, el mercado, centro comercial). Cada tejido
social habrá creado sus lugares de comunicación; el trabajador social deberá descubrirlos
e integrarlos en su comprensión de la vida colectiva; y, percibir los lazos de afinidad y de
amistad entre las personas, sus necesidades e intereses comunes, base posible para la puesta
en marcha de un grupo;
b. Proveerse de herramientas de detección de los problemas colectivos y de las personas capaces
de participar en una intervención colectiva es la etapa siguiente.
El cuaderno de campo permitirá detectar la repetición de las demandas idénticas en un
lapso limitado, y recoger datos como la edad y los medios socioprofesionales de las
personas en cuestión. Dará una primera apreciación de las necesidades colectivas de los
usuarios del trabajador social;
c. El inventario de los recursos disponibles donde se trata de reseñar lo que existe con relación al
problema colectivo detectado. En todos los casos, el trabajador social se ocupará de
inventariar los recursos materiales, institucionales, organizacionales y humanos.
Los recursos materiales están ligados a los locales, el equipamiento y las finanzas.
Dependen, a menudo, de los recursos institucionales y organizacionales existentes, es
decir, los organismos, grupos e instituciones capaces de aportar una contribución al
proyecto. Pero, en la investigación de los recursos disponibles, los recursos humanos son
más importantes que los materiales, ya que podrán encontrar los medios para crear,
reunir los recursos materiales necesarios para su acción (pero, sin las personas
portadoras del proyecto todos los recursos materiales son inútiles).
d. Aprovechar la ocasión que se presenta, ocasión inesperada u ocasión favorecida, influida por
el trabajador social. La puesta en marcha de una intervención colectiva, la expresión de
una demanda precisa, la movilización de un grupo de personas se deben, a menudo, a un
hecho desencadenante.
e. El trabajador social tendrá que proveerse de estructuras de trabajo; éstas harán posible y
viable la intervención colectiva.
La constitución de un equipo de trabajo, de un grupo de apoyo y de consejo puede ser muy
útil; también, la iniciativa de constituir un grupo con las personas involucradas por el
problema colectivo, y que pueden verse beneficiadas con el proyecto de intervención; o,
iniciar un intergrupo, en el que las personas involucradas y los representantes de otras
agrupaciones y organizaciones se reúnan para llevar a cabo el proyecto del que serán
portadores.
La creación de estas estructuras son de gran importancia- el trabajo social no se puede
desarrollar sin la ayuda de un grupo de base. En ellas, la continuidad en el tiempo es un
factor importante que se debe asegurar, ya que toda intervención colectiva implica un
período relativamente prolongado y un seguimiento regular para llegar a buen término.

La puesta en marcha de un grupo:

Etapas cronológicas:
➔ Las elecciones que hará el trabajador social en el curso de este proceso condicionarán
inevitablemente la vida futura del grupo.
➔ La idea de poner en marcha un grupo no surge en los trabajadores sociales de la noche a
la mañana. Se tratan de necesidades que los trabajadores sociales han indicado y percibido
como colectivas (falta de recursos de esparcimiento para los jóvenes, aislamiento de
personas mayores, viviendas vetustas e insalubres), o bien de demandas, expresadas
individualmente por los usuarios en el curso de las entrevistas, que se repiten con tanta
frecuencia que el trabajador social puede considerarlas como provenientes de un
conjunto de personas afectadas por el mismo tipo de dificultad. Una vez percibida la
necesidad, resta analizar.
➔ Se trata de evaluar las motivaciones y el interés de las personas con respecto a la necesidad o
el problema percibidos por el trabajador social. La evaluación de las fuerzas internas
(motivaciones e intereses de las personas) y de las fuerzas externas (presión social)
permitirá al trabajador social situar su propia percepción de la necesidad en la dinámica
global del barrio o de la institución.
Es de gran importancia esta evaluación de las necesidades colectivas, pues a partir de
ésta se podrá elaborarse el proyecto de intervención. Muchas fracasadas tentativas de
puesta en marcha de un grupo se deben a una evaluación demasiado superficial y
precipitada. Es preciso dedicar tiempo a este análisis y diagnóstico.
➔ La etapa siguiente que deriva de la evaluación diagnóstica es la elaboración del proyecto
del trabajador social, donde se harán las elecciones esenciales para la vida futura del
grupo. Estas elecciones se refieren:
a. los objetivos del trabajador social para el grupo;
b. la composición del grupo (tamaño, homogeneidad, características de los miembros);
c. la participación de los miembros (voluntaria u obligatoria, grupo cerrado o abierto);
d. la selección de los miembros.
➔ La elaboración del proyecto comprende, además de esta elecciones y variables, también
una primera definición de las herramientas y los medios necesarios, y, a veces, incluso
una evaluación del costo estimado; para éstas se apelará al soporte del equipo, del grupo.
➔ El tramo siguiente en este proceso de puesta en marcha de un grupo usuario es la
negociación del proyecto. Se hará, en primer lugar, con el servicio empleador, y se verá muy
facilitada cuando las instancias de decisión ya han sido informadas de las etapas
precedentes de elaboración, sea por la participación en las reuniones o por la facilitación
rápida de los documentos escritos del grupo de trabajadores sociales, o los dos
procedimientos.
Sigue luego la negociación directa con las personas implicadas. Según el tipo de grupo y los
objetivos perseguidos por el trabajador social, esta negociación tendrá lugar en la
primera reunión del grupo, o, se hará primero individualmente y será retomada en la
primera reunión.
El trabajador social encontrará esta etapa difícil:, porque será preciso volver a explicar,
justificar su procedimiento, con el riesgo de que sea criticado, modificado e incluso
rechazado por los propios interesados. Por difícil que sea, esta etapa de confrontación de
su proyecto con los interesados es esencial para la puesta en marcha del grupo: los
futuros miembros deben tener el tiempo de plantear preguntas, reflexionar solos y/o
entre ellos, hacer propuestas y aceptar o rechazar formar parte del grupo.
➔ Esta negociación del proyecto con el empleador y con las personas interesadas
desemboca en la elaboración del contrato.

Las variables:
1. Los objetivos del trabajador social para el grupo:
Deben distinguirse de los objetivos de cada uno de los miembros para el grupo y de los que
después elaborará el grupo durante las primeras etapas; todos estos pueden ser
complementarios, o antagónicos, muy pocas veces son idénticos.
Se pueden distinguir dos líneas diferentes:
I. Ayudar a las personas que participan en el grupo: permitir a las personas resolver mejor las
dificultades o necesidades personales y desarrollar su capacidad de autonomía personal.
En el marco del grupo, podrán salir de su aislamiento, confrontar sus problemas y sus
dificultades con sus pares, experimentar relaciones interpersonales enriquecedoras, ser
valorizadas y apoyadas. Ej.: grupos de exalcohólicos, de mujeres solas cabeza de familia;
prepararse para una situación de cambio prevista a corto término - personas que salen de
instituciones de prisión, hospital, tránsito de la vida activa a la jubilación; futuros padres).
II. Realizar una acción que produzca cambios sociales: realizar una intervención de
transformación de un problema social colectivo con el grupo de personas afectadas. El
grupo es una herramienta eficaz para ejecutar un proyecto de acción. Los objetivos del
trabajador social estarán centrados en el desarrollo de las capacidades de los miembros
para participar en la vida de su entorno, asumir responsabilidades, elegir y tomar
decisiones, organizarse con vistas al cumplimiento de un proyecto, aprender a trabajar en
grupo.
Así, los objetivos del trabajador social para el grupo condicionan la composición de éste.
2. Composición del grupo:
I. El tamaño de los grupos: puede ser variable, no puede preestablecerse el número de
participantes; lo importante es que la dimensión permita la comunicación interpersonal.
Muchas veces, con más de 20 o 25 personas, éste se vuelve difícil.
II. La homogeneidad del grupo: está dada por el problema, la necesidad o el interés común
que motiva a las personas a participar en él; otros factores pueden ser la edad, el sexo, la
clase social, o el nivel sociocultural.
Es indispensable que un grupo tenga cierto nivel de homogeneidad a fin de asegurar un
mínimo de estabilidad y de cohesión.
Sin embargo, no se trata de reunir sólo individuos con características idénticas, sino con
características compatibles. Un cierto grado de heterogeneidad, como ya se comentó, es
también necesario.
III. La participación y la presencia: la participación será voluntaria u obligatoria. La participación
voluntaria es un principio establecido y aceptado, pero, a veces, grupos llamados de
participación voluntaria son de hecho obligatorios, como la mayoría de los grupos
organizados en una institución, y las actividades de esparcimiento de niños (centro al
aire libre, patronato, clubes, colonias de vacaciones). Por otra parte, algunas personas
pueden verse obligadas, por la presión social del entorno, a participar.
Con relación a la presencia de los miembros, el grupo será cerrado —grupo en el que los
miembros son fijos, tanto en su número como su identidad— o abierto— que permite
una variación, un ir y venir de los participantes. Los grupos con fines educativos o de
esparcimiento toleran fácilmente ser abiertos; mientras que, los grupos que buscan
apoyar a sus miembros sólo pueden cumplir estos objetivos en el marco de participación
estable de los grupos cerrados.
IV. La selección de los miembros: deriva de las variables anteriores.

Del grupo al intergrupo:


Para poder conciliar un tamaño de grupo suficientemente reducido y, al mismo tiempo, un número
considerable de personas y organismos implicados en la acción, la estructura de trabajo ideal es el
intergrupo.
Éste es una instancia de trabajo (elaboración-ejecución)- es una estructura más amplia que la de
un grupo- en la que se reúnen personas que representan a cada grupo implicado en la acción.
Estas personas representan las correas de transmisión de las informaciones entre los
diversos grupos.
Está encargado de la coordinación y el seguimiento del conjunto, de ciertas decisiones y tareas, y
asegura un rol de representación (ante las autoridades locales, para demandas de
subvenciones, etc.). Es el grupo portador del proyecto. Ej.: proyecto de organizar un carnaval.

Los actores y el intergrupo: el intergrupo es el lugar ideal de entrada en relación de los diferentes
actores de una intervención colectiva. Cuando se proyecta la constitución de un intergrupo, es
bueno invitar a participar a 3 tipos diferentes de personas o grupos:
1. Aquellos que están directamente implicados en el proyecto colectivo;
2. Aquellos que, aunque están directamente menos afectados por el problema, no dejarán
de interesarse por él y podrán aportar apoyo material, financiero o moral. Ej.: ciertos
notables locales, o los responsables de ciertos organismos;
3. Aquellos (organismos o personas) que, sin tener un interés directo en el proyecto y sin
representar un apoyo, podrían eventualmente oponerse y ser un freno para la acción
colectiva considerada. Es interesante hacerlas participar en el intergrupo, pues más vale
tenerlas a favor que en contra, y porque su participación directa las compromete con
respecto al proyecto.
Los diferentes actores presentes en un intergrupo estarán condicionados por su pertenencia y
su poder: cuando se crea el intergrupo, cada miembro aporta su pertenencia al grupo u
organismo que lo delega; y, trae consigo también el lugar que ocupa en la jerarquía del
organismo, lo cual condiciona su estatus social y le confiere cierto grado de poder (la
participación del director/a no será percibida igual que la del jefe de servicio o del maestro).

Estructuración del intergrupo: una vez que existe acuerdo sobre los objetivos, queda definir las
modalidades y los medios. Una de las modalidades es la estructuración del intergrupo; ésta
puede tomar formas diferentes según el tipo de acción, y el número y calidad de los actores; puede
variar con el tiempo, pero es preciso que sea clara y que todos puedan reconocerla.
Esta estructuración suele llevarse a cabo con personas que provienen de horizontes diversos:
algunas representan grupos, otras organizaciones, otras participan a título personal (sin
representación definida).
A medida que la acción avanza, el intergrupo puede proveerse de nuevas estructuras.
Uno de los problemas que se plantean en toda estructuración de un intergrupo es el de las
representaciones y delegaciones. Representar a un grupo implica proponer la opinión, el
pensamiento, la decisión de este grupo a otros; no es suficiente formar parte del grupo para
representarlo. En un funcionamiento ideal, el representante del grupo es delegado por éste
para representarlo ante el intergrupo. Esta delegación confiere un poder (el de representar al
grupo, hablar en su nombre), pero también conlleva obligaciones- principalmente, informar
y rendir cuentas al grupo, y, recurrir a él en caso de decisiones para las que no ha recibido
instrucciones o mandato.
Para que la estructura en el intergrupo sea clara, conocida por todos y fácilmente detectable - y
para evitar conflictos o malentendidos - es indispensable la clarificación de las delegaciones
recibidas por cada persona y, por lo tanto, la representación real de los grupos y los
organismos que ellas aseguran.

El trabajador social en el intergrupo: el lugar del trabajador social no es el mismo que el de


otros miembros del intergrupo. Él persigue sus objetivos profesionales de acuerdo con las
orientaciones de política social de su servicio empleador; no puede adoptar los mismos
objetivos y opciones que los miembros del intergrupo.
Su lugar es fundamental pues aporta un número considerable de conocimientos del terreno
que la población no tiene: conocimientos legislativos, de los organismos sociales, grupos,
asociaciones, de las "personas recurso", de los circuitos y los procedimientos
institucionales, de los recursos disponibles.
Pasará de reunir a los diferentes actores, ponerlos en relación, ayudarlos a clarificar los objetivos y
los medios; a asumir un rol de consejero técnico, de guía, y aportar al intergrupo los
conocimientos necesarios para el buen funcionamiento de un grupo, los elementos de análisis
para elucidar los fenómenos de dinámica de grupo, de representación, y también las
sugerencias y propuestas que pueden ayudarlo a alcanzar sus objetivos. La actitud educativa
en la conducción de los grupos es la que, con mayor frecuencia, adoptan los trabajadores
sociales: ésta consiste en aportar al grupo informaciones elegidas en función de su
oportunidad, orientaciones y modelos socialmente valorizados, y en enseñarles a vivir de
manera solidaria.
CAPÍTULO 8- La intervención en los grupos
La intervención del trabajador social se dirige a diversos grupos y emplea diversas herramientas:
técnicas de animación de reuniones, actividades soporte, procedimientos para tomar
decisiones o resolver conflictos.
Las herramientas de intervención sólo adquieren sentido cuando se las incluye en un proceso
metodológico, cuando se las relaciona con los objetivos perseguidos por el trabajador social,
con los cambios a alcanzar y con la evaluación de la situación tal como es percibida por éste y
por las personas interesadas.
El trabajador social ocupa un lugar central en el seno del grupo: es el representante de una
institución o de un organismo, que le confiere mandato; es también un miembro del cuerpo
profesional con sus conocimientos, sus competencias técnicas comprobadas por un diploma
reconocido. Es, pues, portador de la doble autoridad que deriva de su pertenencia institucional y
profesional.
En la tradición del TS se llama "la utilización consciente de sí", es decir, el uso reflexivo y
competente de herramientas diversas, entre las que se encuentra la relación entre el trabajador
social y el grupo. Es la capacidad de justificar, de explicar cada uno de sus actos como
intervenciones que persiguen un objetivo determinado, y no como simples actuaciones
fortuitas, lo que caracteriza la conducta profesional y el saber hacer del trabajador social.
A causa de la considerable influencia que puede ejercer, él se encuentra en el corazón de las
interacciones del grupo: influye en sus normas, estimula a los miembros, facilita las relaciones en
el seno del grupo y también entre el grupo y el exterior.

Medios para favorecer la puesta en marcha de una reunión:


Relativos a la disposición del espacio y del mobiliario pueden contribuir a crear un ambiente
confortable y relajado. El espacio será organizado en función del tamaño del grupo, las
condiciones de luz, ventilación y temperatura. En cuanto al mobiliario, el trabajador social
evitará todo aquello que dé un carácter formal y que aumente la desigualdad entre las
personas, pues este sentimiento refuerza la intimidación y la pasividad, y no favorece la
producción del grupo y el intercambio.
Una acogida cálida, un ambiente informal ayudan a disminuir la intimidación y el miedo
inevitables de los participantes de una reunión.
Para disminuir la intimidación de estas personas, y “romper el hielo”, pueden resultar útil:
a) Acoger individualmente a cada persona a medida que llega y presentarla a una o dos
personas;
b) Incitar al grupo a comenzar por una presentación, breve pero significativa, de cada uno;
c) Evitar introducir la reunión con largas exposiciones explicativas del trabajador social o
los organizadores; en su lugar, ceder rápidamente la palabra a los participantes con una
pregunta abierta.

Intervenciones destinadas a favorecer la producción y trabajo del grupo:


A. Clarificar los objetivos: los objetivos serán definidos a partir de la pregunta: ¿Qué
queremos hacer juntos a lo largo de la reunión (conseguir, obtener, elaborar, organizar,
definir)?. El contenido propiamente dicho (el tema que se aborda) puede atraer el interés
de muchas personas sin que por ello compartan todos los mismos objetivos para la
reunión; si no se definen, clarifican, previamente los objetivos comunes, cada persona
perseguirá aquellos por los que se ha reunido- ¿se está allí para hacer juntos qué?;
B. Organizar el grupo: organización del tiempo (la duración de la reunión, el ritmo y
periodicidad de los encuentros), contenido (establecer un orden del día y el orden de
prioridad de los puntos a tratar) y la memoria del grupo (legajos, actas de reunión, etc.);
C. Facilitar los intercambios: las dificultades más frecuentes son: nadie osa tomar la palabra,
las digresiones alejan al grupo de los objetivos perseguidos, los silencios se instalan,
algunas personas no intervienen nunca y otras hablan todo el tiempo.
El silencio que se instala en el grupo es una de las preocupaciones del animador,
particularmente cuando se trata de un grupo de discusión. La capacidad del trabajador
social para percibir la significación de un silencio, su sensibilidad para detectar las
corrientes afectivas subyacentes, su tacto para reiniciar el intercambio sin enojarse,
agredir o herir a los miembros del grupo, su proceso de comprensión del grupo y su
dominio de las propias emociones son esenciales para facilitar el intercambio y la
comunicación.
Hay otros fenómenos que pueden requerir las intervenciones del trabajador social: las
digresiones, los cambios de tema, las anécdotas u otros mensajes que alejan la discusión
de su objetivo.
D. Facilitar la toma de decisiones: Nada más penoso que la sensación de estar dándole vueltas
a un tema durante 2 hs. en una reunión "sin sacar nada en claro", "sin concretar nada".
El trabajador social procurará ayudar al grupo a: elaborar decisiones, fijar decisiones y
ejecutar las decisiones tomadas.
E. Estimular la creatividad: se trata de estimular la creatividad del grupo, su capacidad de
imaginar y, después, su capacidad de hacer, de concretar lo que ha imaginado. Para
facilitar la creatividad del grupo, es preciso estimular sus facultades de esperar y de
imaginar, de expresar anhelos, deseos y, también, la esperanza de realizarlos.
Ciertas condiciones políticas, sociales, económicas, afectivas y relacionales pueden
facilitar más que otras la eclosión de proyectos innovadores y experiencias "piloto".
La utilización de técnicas como el brainstorming por parte del trabajador social puede
estimular la imaginación creadora del grupo.

Intervenciones que favorecen el desarrollo afectivo del grupo y la ayuda


personalizada y mutua a sus miembros:

El desarrollo afectivo del grupo:


a. La pertenencia: sentimiento de formar parte de un conjunto, de reconocerse como parte
de un todo más amplio. Un grupo llega a ser significativo y capital para una persona
cuando ésta se identifica con sus fines, valores, cuando está orgullosa de ser parte
integrante de un conjunto tal y cuando allí encuentra gente con la que puede establecer
relaciones significativas. Todo lo que se haga para incrementar el sentimiento de
pertenencia al grupo reforzará los lazos entre sus miembros.
b. La cohesión: llamada a menudo "espíritu de cuerpo", resulta de este desarrollo de lazos
entre los miembros. El sentimiento de estar juntos se traduce rápidamente por el uso del
término "nosotros", que indica la pertenencia, el lazo y la cohesión entre ellos.
Puede adoptar dos aspectos: el grupo desarrolla tendencias a la fusión —los miembros se
sienten "uno" e indistintos—, se encierra sobre sí mismo y se aísla del exterior. El
dinamismo unificador es, en este caso, muy fuerte; o, el lazo de cohesión puede adoptar
formas de menor grado de fusión que permiten tomar en cuenta de forma distinta y
diferenciada a cada uno en el seno del grupo - los miembros se comunican,
intercambian, pero no se confunden en un todo, cada uno conserva su propia identidad, y
la riqueza del grupo estará basada en la diversidad de las aportaciones individuales.
¿Cómo puede intervenir el trabajador social para reforzar los sentimientos de pertenencia y de
cohesión? Dos tipos de intervenciones se destacan:
1. Aquellas en las que puede utilizar actividades de apoyo (comer y beber juntos, cantar,
actividades deportivas);
2. Aquellas en las que ejercerá una influencia sobre el grupo a partir de sus actitudes y de
su comunicación verbal y no verbal (hablar de “nosotros”).
c. La agresividad: sentimiento corriente y cotidiano, tendrá significaciones diferentes si se
dirige hacia el interior o hacia el exterior del grupo. Si la agresividad se vuelve hacia el
exterior, puede unificar el grupo contra ese "enemigo" situado en otra parte y percibido
como algo hostil; mientras que, si se expresa en el interior mismo del grupo, se traducirá
en rivalidades, enfrentamientos y conflictos.
Para que un grupo pueda desarrollar plenamente sus capacidades creativas, necesita
aprender a manejar de manera positiva la agresividad en su seno y enriquecerse así con
la heterogeneidad y la diversidad que lo componen. Esto hace necesario el aprendizaje de
la tolerancia, una comunicación profunda y significativa, el respeto y el reconocimiento
del otro como entidad distinta de sí y única en ella misma.
El problema se le plantea al trabajador social de cómo y cuándo intervenir. Tendrá que
intervenir cuando la expresión de agresividad hiera a otro o provoque destrucción, y
cuando haya manifestaciones agresivas contra uno mismo. El modo de intervención es el
más delicado de definir, pues el trabajador social no tiene como misión censurar y
establecer los límites del grupo, sino ayudarlo a alcanzar sus objetivos. De ser posible, los
límites deben ser establecidos por el propio grupo: las normas decididas en común
comprometen más que las prohibiciones establecidas por un tercero, incluso si se trata
del trabajador social.
d. El placer: dimensión poco abordada en Trabajo Social - tal vez porque los trabajadores
sociales tienen que enfrentarse, sobre todo, a poblaciones en dificultad, en situaciones de
carencia o crisis. El sentimiento de placer está ligado a la cohesión: placer de estar con
otros, de compartir, de hacer cosas juntos; de descubrir, de explorar e imaginar cosas
nuevas; de realizar con éxito las actividades del grupo; de aprender.

La ayuda personalizada a los miembros del grupo:


Antes de estar en situación de aportar una ayuda personalizada a los miembros del grupo, el
trabajador social tendrá que explotar y analizar 2 aspectos:
I. Las necesidades y las motivaciones de los miembros: para el trabajador social es importante
situar las necesidades prioritarias de un individuo: ¿participa en el grupo para aumentar
su prestigio o para salir del aislamiento?, ¿busca ser útil o ser amado y apreciado?, ¿tiene
necesidad de seguridad o de encontrar la estimulación que proporcionan actividades
nuevas? Son estas necesidades la base de la motivación individual para participar en un
grupo. Una persona participa porque se siente personalmente involucrada por el tema o
el contenido de la reunión, pero no será parte activa de la vida del grupo si no encuentra
en él satisfacción de sus necesidades profundas. No basta estar interesado y motivado
por la actividad del grupo; es necesario encontrar en él una respuesta a las necesidades
de relación, afecto y reconocimiento, para comprometerse en una participación activa.
II. Las capacidades, competencias y potencialidades individuales: el trabajador social, para
aportar una ayuda personalizada eficaz, tiene necesidad de descubrirlas a fin de tenerlas
en cuenta. Los miembros podrán tener capacidades en diversos ámbitos: físico,
relacional, intelectual, de expresión; competencias que cada miembro ha adquirido en
campos particulares: en el campo artístico (pintura, música), en administración o
contabilidad, científicos o técnicos; y, potencialidades, es decir, riquezas latentes, en
potencia, pero aún inexploradas, inutilizadas por falta de ocasión, idea, oportunidad.
La mirada puesta sobre cada miembro: Toda intervención personalizada requiere esta
comprensión de las personas, de sus necesidades y motivaciones para participar en el grupo,
de sus capacidades y potencialidades. El apoyo, la estimulación y el aliento del trabajador
social podrán, entonces, ejercerse en aspectos precisos.
El trabajador social deberá intervenir en casos particulares: personas aisladas del grupo;
rechazadas por éste; muy dominantes, etc.
Ej.: sus intervenciones podrán apoyarse en las capacidades existentes con vistas a
acrecentarlas y a desarrollarlas, y también para que el conjunto se beneficie de ellas.
La mirada puesta en cada miembro del grupo permite hacer intervenciones individualizadas para
ayudar a cada persona a:
i. encontrar su lugar en el grupo;
ii. reforzar su autoestima;
iii. poner a prueba sus capacidades;
iv. expresarse libremente, lo cual incluye la participación de múltiples sentimientos.

De la ayuda personalizada a la ayuda mutua:


El proceso de ayuda mutua entre los miembros es posible en el grupo, mientras que no lo es
en la relación individual trabajador social-cliente. Es una característica del trabajo social con
grupos y se diferencia de la ayuda profesional por el hecho de que son los propios miembros
del grupo quienes dan y reciben en una relación de cooperación entre iguales, pares.
Para que surja esta ayuda mutua y se convierta en una realidad en las relaciones de grupo, el
trabajador social tendrá la tarea de limitar sus propias aportaciones al grupo y estimularlo a
dar o buscar aquello que necesita. Cuando un miembro pida una información, él deberá
recurrir a las otras personas en lugar de darla él. Toda ocasión será utilizada para estimular
las relaciones de cooperación y de solidaridad entre los miembros del grupo.
La posición de "el que ayuda" es compartida por todos y permite dar y recibir —ayuda,
consejo, apoyo, ánimo— unos de otros; mientras que en la relación individual el trabajador
social no puede compartir su papel de ayuda con el usuario.

Utilización creativa del programa de actividades:


El programa está compuesto de las actividades (lo que hace) y de los intercambios, las
discusiones (lo que dice) entre los miembros para planificar, realizar y evaluar las
actividades en cuestión. Incluye todas las actividades realizadas por el grupo en presencia del
trabajador social en el curso de las reuniones para alcanzar sus objetivos.
A. Las actividades como soporte: las actividades de grupo no son, para el trabajador social, un
fin en sí, sino únicamente un medio, un soporte, y no viceversa. No reúne a las personas para
someterlas a una actividad, sino que pone la actividad al servicio de las personas. No se eligen
las actividades para ocupar el tiempo de una reunión de grupo, sino por la influencia que
puedan ejercer sobre el desarrollo y el aprendizaje individuales, la ayuda mutua y el
cumplimiento de la tarea y objetivos.
B. Utilización y elección de las actividades: permiten el desarrollo de las capacidades físicas,
intelectuales y artísticas; facilitan el contacto, crean lazos relacionales; dan la oportunidad
de comunicarse de manera verbal y no verbal, y de expresar los sentimientos de amistad, de
solidaridad y también de hostilidad o de indiferencia hacia los demás; ofrecen
posibilidades inagotables de experiencias nuevas, de descubrimientos, apertura,
exploración; aportan distensión, alegría, risa, momentos placenteros que más tarde serán
recuerdos cálidos compartidos; y, permiten aprender a todas las edades y hacer
adquisiciones en diversos ámbitos.
Mediante las actividades, las personas podrán reforzar su estatus en el grupo, obtener el
reconocimiento de sus pares, asumir responsabilidades, ser útiles a los demás.
Para utilizarlas con éxito se debe conocer bien al grupo y a las personas que lo integran,
poseer una buena dosis de dinamismo, iniciativa e imaginación, y no abusar de su uso
repetitivo.
Su elección está condicionada por la edad, medio social, capacidades e intereses,
recursos, etapa de desarrollo del grupo, etc.
C. Características de ciertas actividades: Principales tipos de actividades:
➔ Los juegos: fuera de las actividades dirigidas a los niños, los juegos son poco utilizados y
valorados en la práctica del Trabajo Social. El juego es un medio de expresar y adquirir
dominio y control, de aplicar y ejercitar capacidades, de realizar sus deseos y sus sueños,
de dar libre curso a su imaginación y de escapar a las limitaciones de la realidad. También
para aprender las normas y procedimientos para poder jugar, los cuales el trabajador
social los utilizará como medios educativos para ayudar a miembros a aceptar los límites
y condicionamientos progresivamente.
➔ La música: alrededor de ella pueden organizarse verdaderos encuentros entre pueblos de
cultura y raza diferentes. Impacta directamente sobre las emociones y los sentimientos.
Por su fuerte contenido emocional y no verbal, constituye un verdadero lenguaje
universal; aporta un sentimiento de unión e intercambio.
➔ Los cuentos y representaciones: la actividad con cuentos puede también hacer compartir,
conocer, descubrir las historias maravillosas de otros países, sujetos, y trazar puentes de
comprensión profunda entre razas y culturas diferentes.
➔ Las artes visuales y los trabajos manuales: ofrecen una amplia gama de posibilidades de
expresión personal y de medios para adquirir mayor destreza.
Permiten a cada miembro incrementar su autoconfianza y percibir la importancia de este
tipo de expresión a través de la historia y las diversas culturas. Además, les aportan
numerosos conocimientos y ocasiones de aprender y experimentar cosas nuevas: la
utilización y la mezcla de colores, las proporciones y la perspectiva, etc.
Aportan también grandes satisfacciones ligadas al poder, la capacidad de hacer algo con
las propias manos, que se puede mostrar, ofrecer, del que se puede estar
orgulloso;permiten la expresión de los sentimientos de manera no verbal y mediatizada
por la materia, sin peligro de agresiones (ej. toda la felicidad de un encuentro se
expresará a través de un dibujo); y, favorecen la valorización de las capacidades y las
habilidades de las personas, que así podrán obtener reconocimiento y estatus en el seno
del grupo.
➔ Las salidas, los paseos y las actividades al aire libre: proporcionan ocasiones inestimables
para el descubrimiento, la exploración de ideas nuevas; proporcionan también
momentos compartidos, agradables, anécdotas a recordar en la historia del grupo y
reforzarán el sentimiento de pertenencia. Entre los sujetos habituales de los trabajadores
sociales nos encontramos con personas cuyo horizonte se limita a su medio próximo, por
lo que toda actividad que les permita apertura y descubrimiento será fuente de
enriquecimiento y desarrollo.
Descubrir a la naturaleza, el placer de estar en ella, sentirse próximos a ella.
➔ Las actividades deportivas: aportan una gama muy rica de sensaciones y placeres para
compartir en grupo. Los deportes de equipo, como el rugby y fútbol, requieren una
organización y una repartición de tareas en el seno del grupo, por lo que en ellos se da
fácilmente el aprendizaje de la solidaridad, la responsabilidad colectiva, la colaboración
y la acción de compartir. El éxito del grupo es más importante que el de los individuos,
pero requiere el concurso de todos. Refuerzan los sentimientos de pertenencia al grupo,
tanto más si éste ha de medirse con otros equipos rivales.

Objetivos de las actividades:


1) Desarrollar la comunicación (verbal y no verbal) entre los miembros del grupo;
2) Expresar sentimientos de alegría, de gozo, de tristeza y de aburrimiento, y mediatizar los
sentimientos de hostilidad, rivalidad y agresividad al dirigirlo contra la materia;
3) Satisfacer necesidades afectivas como las necesidades de seguridad, amistad, aceptación y
reconocimiento;
4) Valorizar a los miembros del grupo a partir de la adquisición de nuevas habilidades y de la
utilización de las capacidades y los conocimientos de cada uno;
5) Aumentar la cohesión del grupo y los sentimientos de pertenencia a partir de experiencias
portadoras de recuerdos compartidos;
6) Favorecer la ayuda mutua y la cooperación a través de actividades que requieran trabajar en
equipo y compartir tareas y responsabilidades;
7) Ampliar los horizontes del grupo, descubrir cosas nuevas, aprender juntos y enriquecerse
con nuevas adquisiciones;
8) Mantener y/ o desarrollar las capacidades físicas de los miembros del grupo a través del
placer del movimiento y el ejercicio de su cuerpo;
9) Desarrollar el control neuromuscular ligado al equilibrio, la destreza, la coordinación, la
rapidez y la precisión de gestos y movimientos;
10)Desarrollar las capacidades intelectuales relacionadas con la observación, el análisis, la
síntesis, la memoria y el razonamiento lógico;
11) Desarrollar las capacidades de expresión artística de los miembros del grupo por el
descubrimiento de las técnicas de expresión y de las actividades culturales;
12) Dar ideas para liberar la imaginación creadora de las personas y los grupos, demasiado
tiempo ahogada por los condicionantes, contrariedades, la falta de esperanza.

EL PROCESO GRUPAL
DEL PSICOANÁLISIS A LA PSICOLOGÍA SOCIAL
E. PICHON-RIVIÉRE
Los conjuntos sociales se organizan en unidades para alcanzar mayor seguridad y
productividad. La unidad grupal tiene en muchos casos la característica de una situación
espontánea, pero los elementos de ese campo grupal pueden ser a la vez organizados, es
decir, la interacción puede ser regulada para potencializarla, para hacerla eficaz en vista a su
objetivo. Esto es lo que se denomina planificación. Nace así la técnica operativa que apunta a
instrumentar la acción grupal.

¿Qué es un grupo?
Es una estructura básica de interacción - de donde surge el reconocimiento de sí y del otro en
un diálogo e intercambio permanente que sigue una trayectoria en espiral -, lo que la
convierte de hecho en unidad básica de trabajo e investigación.
El grupo es:
a. un conjunto restringido de personas (restringido, pero no de un número de integrantes exacto,
porque lo cuantitativo no es la variable exclusivamente determinante),
b. ligadas entre sí por constantes de tiempo y espacio,
c. y articuladas por su mutua representación interna: la capacidad de “imaginarme a los otros”-
cada uno de los integrantes es capaz de interiorizar al otro como miembro del grupo,
reconocerlo, incluso sin estar físicamente el mismo en el grupo, al punto de que esta
interiorización del otro supone que podamos proyectar expectativas sobre ese otro - de cómo
piensa, siente, se ubica en el grupo, respondería ante determinadas cuestiones-; tiene cierto
conocimiento incorporado del otro, y viceversa;
d. que se plantea explícita e implícitamente una tarea, la cual constituye su finalidad: pasamos
de una situación de angustia y ansiedad (pretarea), a la tarea para definir el proyecto que
refiere la finalidad - estos individuos están vinculados por un objetivo, finalidad en común,
que guía la acción, la dinámica y el proceso grupal (al punto de que si se redefine la finalidad
puede generar rupturas, llevando a profundos cambios grupales, su culminación,
reestructuración, redefinición de otros objetivos...);
e. interactuando a través de mecanismo de asunción (por mí) y adjudicación (validado por los
demás) de roles.
Estructura, función, cohesiva y finalidad, junto con un número determinado de integrantes,
configuran la situación grupal.
La estructura y función de un grupo, están dadas por el interjuego de mecanismos de asunción y
adjudicación de roles. Estos representan modelos de conductas que corresponden a la
posición de los individuos en esa red de interacciones, ligados a las expectativas propias y a
las de los otros miembros del grupo. El rol y su nivel, contribuyen a la cohesión de esta
unidad grupal.
La tarea, sentido del grupo, y la mutua representación interna hecha en relación con la tarea
constituyen al grupo como grupo.

La técnica de grupos, “de grupos operativos”, se centra explícitamente en una tarea que puede ser
el aprendizaje. Bajo esta tarea explícita subyace otra implícita, que apunta a la ruptura, a través
del esclarecimiento, de las pautas estereotipadas que dificultan el aprendizaje y la comunicación
significando un obstáculo frente a toda situación de progreso o cambio.
La tarea consiste entonces en el abordaje y resolución de dos ansiedades básicas que crean los
sujetos - (que se generan ante toda situación de aprendizaje) -: miedo a la pérdida (ansiedad
depresiva) de las estructuras existentes, del equilibrio ya logrado en la situación anterior, y,
miedo al ataque (ansiedad paranoide) en la nueva situación en la que el sujeto no se siente
adecuadamente instrumentado.
Con respecto al miedo a la pérdida, tanto el individuo cómo la comunidad deben enfrentar: la
pérdida de estructuras ya establecidas (internas en el hombre) y miedo a la pérdida de
acomodación a pautas prescriptas en el ámbito social. El cambio implica pérdida, genera (hasta
que se institucionaliza) graves sentimientos de inseguridad.
Estos dos miedos, coexistentes y cooperantes, configuran, cuando aumentan, la ansiedad al
cambio, que desencadena en la situación básica de resistencia al cambio. Esta última, debe ser
superada, en el grupo operativo, en un proceso de esclarecimiento que va de lo explícito a lo
implícito. La resistencia al cambio constituye un continuo conflicto entre dos actitudes: la
historia social y la individual.

Los miembros del grupo no entienden qué está pasando, hay dificultades, estancamientos,
enfrentamientos, conflictos, en ese momento de definir su tarea, pero no está claro por qué; para
realizar dicho esclarecimiento se apelará al trabajador social, a la interpretación que realizará
como coordinador o copensor del grupo (para desagregar, profundizar sobre los aspectos que se
manifiestan en esos miedos, en la resistencia al cambio, desentrañar los clivajes, las razones
últimas que fundamentan estos, y, hacerlas explícitas).
Identificar los problemas, hacerlos explícitos, y devolverlos al grupo, no en pos de imponer
soluciones, sino conducir, orientar, pero que el propio grupo autoidentifique sus bloqueos. Esto a su
vez remite al principio de transparencia (de devolverle al grupo lo que se ha trabajo).
Toda interpretación será una hipótesis elaborada acerca de la fantasía grupal; no apunta a la
exactitud, no se evalúa con un criterio tradicional de verdad, sino en términos de
operatividad, en la medida que permite o favorece la ruptura del estereotipo.
La resistencia al cambio se expresa en términos de dificultades en la comunicación y el
aprendizaje. El desarrollo del grupo se ve obstaculizado por la presencia del estereotipo en el
pensamiento y la acción grupal. La rigidez y el estereotipo constituyen el punto de ataque
principal, donde se centra la tarea que se realiza mediante el abordaje y la resolución de los
miedos básicos en un trabajo compartido de esclarecimiento grupal.
Este esclarecimiento implica el análisis, en el "aquí y ahora" de la situación grupal, de los
fenómenos de interacción, los procesos de adjudicación y asunción de roles, las formas de la
comunicación, en relación con las fantasías que generan esas formas de interacción; los
vínculos entre los integrantes, los modelos internos que orientan la acción y los objetivos y
tarea prescripta del grupo.
Un paso importante en este proceso de esclarecimiento, de aprender a pensar, es un trabajo
orientado a la reducción de la ambigüedad grupal por la resolución dialéctica de las
contradicciones internas al grupo, que toman la forma de dilema, paralizando la tarea a
través del enfrentamiento entre individuos o subgrupos. La situación dilemática esteriliza el
trabajo grupal y opera como defensa ante la situación de cambio.
El análisis sistemático de las contradicciones (análisis dialéctico) constituye la tarea central del
grupo: apunta a indagar la infraestructura inconsciente de las ideologías que se ponen en
juego en la interacción grupal. Estos sistemas de representaciones con gran carga emocional,
suelen no formar ni en cada sujeto, ni en cada unidad grupal, un núcleo coherente. La
coexistencia interna al grupo y al sujeto de ideología del signo contrario determinan
distintos montos de ambigüedad que se manifiestan como contradicción y estancamiento de
la producción grupal (estereotipia). La técnica operativa apunta a que el grupo constituya un
ECRO de carácter dialéctico, donde las contradicciones relativas al campo de trabajo deben
referirse al campo mismo de la tarea grupal (praxis). !
¿Cuál es el Rol que cumple y la Tarea del coordinador?
➔ Los trabajadores sociales se articularán con este dispositivo grupal a partir de dos roles-
coordinador y observador.
➔ Cumple en el grupo un rol prescripto: el de guía, orientador, de ayudar a los miembros a
pensar, abordando el obstáculo configurado por las ansiedades básicas. Opera en el campo de
las dificultades de la tarea y la red de comunicaciones, acompañando en los procesos
grupales, y, contribuyendo al funcionamiento grupal.
➔ Mantiene con el grupo una relación asimétrica, requerida por su rol específico de co-pensor.
No es un integrante más del grupo; por ende, no se debe confundir con el rol de líder, nunca
asume este rol, ni ningún otro rol del grupo, es externo al grupo. Actúa con el grupo, para y
por el grupo, y no en lugar del grupo, ni forma parte del grupo - ¡orienta, facilita, incentiva,
no solo la organización, sino la participación de todos los miembros!.
➔ Su tarea consiste en reflexionar con el grupo acerca de la relación que los integrantes del
mismo establecen entre sí y con la tarea prescripta.
➔ Tiende, no siempre, a integrarse en un equipo con un observador por lo general no
participante, cuya función consiste no sólo en observar la dinámica grupal, sino ver
cómo se vincula el coordinar con el resto del grupo, recoge todo el material, expresado
verbal y no verbalmente en el grupo, con el objeto de realimentar al coordinador, en un
reajuste de las técnicas de conducción.
➔ Media entre lo vertical del portavoz y lo horizontal del grupo.
➔ Cuenta con dos herramientas: el señalamiento que opera sobre lo explícito, de las situaciones
manifiestas, y la interpretación, que es una hipótesis acerca del acontecer implícito que tiende
a explicitar hechos o procesos grupales que no aparecen como manifiestos a los
integrantes del grupo, y que funcionan como obstáculo para el logro del objetivo grupal.
La interpretación permite la explicitación de lo implícito, que permite el
autoconocimiento grupal, lo que genera nuevas formas interactivas, que, a su vez, facilita
la reestructuración de las relaciones entre los miembros y con la tarea. El valor de la
interpretación está dado por la operatividad, por su función reestructurante con vistas al
objetivo del grupo; consiste en la decodificación del sentido de lo emergente. Es un aporte
de significados al grupo.
➔ Debe tener conocimiento básico de la técnica y la gestión grupal. Asimismo, conocer aspectos
elementales del grupo (marco institucional, encuadre social e institucional, expectativas,
características del grupo…, demanda, componentes) para poder cumplir ese rol.
➔ Los estilos de coordinación pueden ser al menos 3:
a) Autocrático: por determinados motivos adquiere un carácter autoritario, de imponer
las orientaciones, de imponer diagnósticos sin considerar los diagnósticos colectivos,
de interpretaciones no consensuadas que califica que son correctas. Estilo negativo,
tendiente a evitar;
b) Abandónico: casi se siente parte del grupo, “uno más”, es muy condescendiente, laxo,
no maneja bien los vínculos, y termina “dejando hacer”, es muy permisivo; por ende,
no orienta, facilita, guía, es decir, no cumple con la función de co-pensor. Se da cierta
confusión de roles, casi pareciera que quiere empatizar con los integrantes del grupo
para poder volverse miembro del mismo, olvidando su tarea, su finalidad, y que es
externo al grupo;
c) Acompañante o co-pensor: el trabajador social debe promover este estilo de coordinación;
cuya función se asociaría a “colocarles un espejo” a los miembros del grupo, para
poder analizarse y autoanalizarse, que facilita el diálogo, la comunicación, alivianar
los conflictos más fuertes, desentrañar lo latente de los mismos que se asocia a esas
situaciones emergentes.
Ej.: INC, tierras rurales.

¿Cuáles son los Vectores fundamentales en los fenómenos grupales?


La constatación sistemática y reiterada de ciertos fenómenos grupales, nos ha permitido
construir una escala de evaluación básica, constituyendo nuestro punto de referencia para la
construcción de interpretaciones; un esquema de cono invertido compuesto por vectores que
representan las modalidades de interacción de todo grupo, que implican el pasaje de lo explícito a
lo implícito (el desentrañar lo profundo, el trasfondo, lo que subyace, lo inconsciente, que se
manifiesta inicialmente como lo aparente, lo verbalizado, gestualizado), para poder avanzar en la
tarea, en la construcción del problema.
1. Afiliación e identificación: el primer vector incluye los fenómenos de afiliación o
identificación con los procesos grupales, pero en los que el sujeto guarda una determinada
distancia, sin incluirse totalmente en el grupo;
2. Pertenencia: ese primer momento de afiliación, se convierte más tarde en el vector de
pertenencia, que permite elaborar a los miembros una estrategia, una táctica, una técnica y
una logística. Es la que hace posible la planificación;
3. Cooperación: consiste en la contribución,
aun silenciosa, a la tarea grupal. Se
establece sobre la base de roles
diferenciados. Es a través de ella que se
hace manifiesto el carácter
interdisciplinario del grupo operativo y el
interjuego de la verticalidad y
horizontalidad;
4. Pertinencia: consiste en el centrarse del
grupo en la tarea prescripta, y en el
esclarecimiento de la misma. La calidad
de la misma se evalúa de acuerdo con el
monto de la pretarea, la creatividad y la
productividad del grupo y sus aperturas
hacia un proyecto;
5. Comunicación: la comunicación que se da
entre los miembros puede ser verbal o no
verbal. Tomamos en cuenta no sólo el
contenido del mensaje sino el cómo y el
quién de ese mensaje; a esto llamamos
metacomunicación. Cuando ambos elementos entran en contradicción se configura un
malentendido dentro del grupo:
6. Aprendizaje: se logra por sumación de información de los integrantes del grupo,
cumpliéndose en un momento dado la ley de la dialéctica de transformación de cantidad
en calidad: se produce un cambio cualitativo en el grupo, que se traduce en términos de
resolución de ansiedades, adaptación activa a la realidad, creatividad, proyectos, etc.
7. Incluimos el factor telé, como disposición positiva o negativa para trabajar con un
miembro del grupo. Configura el clima, positivo o negativo del grupo, con el coordinador y
los miembros entre sí. Implica sentimientos de atracción, rechazo o indiferencia, todo lo
que cada uno de nosotros puede realmente sentir por el otro o percibir de ellos; y
viceversa, todo lo que el otro puede realmente sentir por nosotros o percibir de nosotros.
Tenemos telé positiva con las personas que preferimos o que nos simpatizan; y telé
negativa con las personas que nos causan una sensación de incomodidad o rechazo.
Curiosamente, muy a menudo estos sentimientos son correspondidos.
Por ende, este modelo de los vectores incluyen: los procesos de afiliación, pertenencia,
cooperación, pertinencia, comunicación, aprendizaje, telé, actitud ante el cambio y
capacidad de planificación.
La situación central a evaluar y en la que convergen los distintos vectores de
análisis es la actitud ante el cambio, que se modifica en términos de incremento o
resolución de los miedos básicos, generadores de estereotipo.
La adaptación activa a la realidad y el aprendizaje están indisolublemente ligados. El sujeto
sano, en la medida en que aprehende el objeto y lo transforma, es decir, que hace ese
aprendizaje operativo, entra en un interjuego dialéctico con el mundo, que deberá ser
resuelta en este continuo proceso en espiral. La red de comunicaciones es constantemente
reajustada y sólo así es posible reelaborar un pensamiento capaz del diálogo y de enfrentar el
cambio.

En esta trayectoria el grupo debe configurar un ECRO, dialéctico, donde las contradicciones
referidas al campo de trabajo deben ser resueltas en la misma tarea grupal. El desarrollo de un
esquema referencial, conceptual y operativo común a los miembros del grupo permite el
incremento de la comunicación intragrupal, en este proceso de comunicación y aprendizaje el
grupo sigue un itinerario que va del lenguaje común al lenguaje científico, sumamente relevante.
¿Cuáles son los Roles dentro de un grupo?
El grupo se estructura sobre la base de un interjuego de roles, de asunción y adjudicación de los
mismos; de los cuales interesa destacar 4, por su importancia en la vida del grupo:
1. Portavoz: miembro que denuncia el acontecer, el sentir grupal, las fantasías que lo
mueven, ansiedades y necesidades de la totalidad del grupo.
No habla sólo por sí, sino por los demás, por todos, en él se conjugan la verticalidad y
horizontalidad grupal, entendiendo por verticalidad lo referido a la historia personal del
sujeto, y por horizontalidad el proceso actual que se cumple en el aquí y ahora en la totalidad
de los miembros: las necesidades, ansiedades y fantasías enunciadas por él y su manera de
formularlas hacen referencia a su historia personal, en tanto que el hecho de que las
formule en un momento dado del acontecer grupal señala el carácter horizontal del
emergente. Representa la voz colectiva del grupo.
2. Chivo emisario/expiatorio: un miembro de un grupo cuyo rol adjudicado y asumido sintetiza
todo los aspectos negativos o atemorizantes del grupo o de la tarea, surgiendo mecanismos de
segregación. Tiene la responsabilidad de lo malo, es el que paga por las culpas, las
disputas, los enfrentamientos, de lo que pasa y no pasá, etc, se “carga todo lo malo,
negativo, en él”; se hace cargo de lo que no funciona en el grupo, por eso “expiatorio”
(sacrificarse para expiar las culpas, para absorberlas).
3. Líder: contracara positiva del anterior, el líder es el miembro del grupo que es el depositario de
aspectos positivos del grupo y obtiene un liderazgo que se centrará en una o varias de las
categorías ya enunciadas (pertenencia, cooperación, etc.). Sirve como guía, orienta el
proceso. Todo lo bueno qué le pasa al grupo es su responsabilidad.
(¡tipos de liderazgo en las pautas de relacionamiento entre roles!)
4. Saboteador: sin embargo, ambos roles, líder y chivo emisario, están íntimamente ligados,
lo cual lo demuestra la figura del saboteador- el liderazgo de la resistencia al cambio; es el
representante de la resistencia al cambio, dice lo qué está mal, lo que está bien.
El principio de complementariedad debe regir el interjuego de roles en el grupo; estos roles
grupales no son rígidos, inmutables, pueden ser intercambiables, rotativos, funcionales,
operativos, circulan (ej. un hecho puede cambiar las relaciones a la interna del grupo), no
estereotipados, influidos por las instancias del proceso grupal, es decir, que pueden cambiar
según la instancia, el momento. Ningún rol es absoluto, ninguno es asumido y adjudicado de
forma absoluta. Son estructuras dinámicas, de relaciones de poder.
El "complejo mecanismo de adjudicación y asunción de roles", concepto que forma parte de
la definición de grupo de Dell´Anno, indica que debe existir una articulación entre la
horizontalidad del grupo y la verticalidad de cada individuo.
Los roles coinciden con funciones requeridas por el grupo como totalidad, dentro de una
estructura particular que configura la situación grupal. Para que una persona determinada
asuma un rol específico, debe poseer las condiciones para ello, de acuerdo con su propia
personalidad e historicidad. Son adjudicados por los demás, y asumidos por la persona misma.

¿Cuáles son las Instancias en el Trabajo Grupal?


Podemos distinguir 3 instancias dentro del trabajo grupal:
1. La pretarea: se ponen en juego las técnicas defensivas del grupo movilizadas por la
resistencia al cambio y su superación, destinadas a postergar la elaboración de las
ansiedades que funcionan como obstáculo epistemológico; próximo a esos primeros
momentos de indecisión, de conflictos, las ansiedades, miedos;
2. La tarea: elaboración que implica la ruptura de la pauta estereotipada que funciona como
estancamiento del aprendizaje y deterioro de la comunicación; la superación de los dos
miedos básicos de ataque y pérdida.
Es la marcha del grupo hace el objetivo, es un hacerse y un hacer dialéctico hacia una
finalidad, es una praxis y una trayectoria.
3. El proyecto: surge cuando se ha logrado una pertenencia de los miembros; concretándose
entonces una planificación, que implica identidad, cooperación, comunicación,
aprendizaje con los otros.
El grupo se plantea objetivos que van más allá del aquí y ahora. Ese proyecto, como todo
mecanismo de creación, está destinado a superar la situación de muerte o de pérdida que
vivencian los miembros cuando a través de la realización de la tarea advierten la posibilidad
de la separación o finalización del grupo.

Algunos apuntes a considerar:


❏ La heterogeneidad en la composición grupal permite que cada miembro del grupo aborde
la información recibida en común, aportando un enfoque y un conocimiento vinculados
con sus experiencias, estudios y tareas. En un primer momento del itinerario del grupo
se da una fragmentación del objeto de conocimiento, por las distintas modalidades de
impacto y de receptividad frente al mismo. Esta heterogeneidad de enfoques y aportes
debe conjugarse, alternándose funcionalmente, complementándose, hasta llegar a una
integración o construcción enriquecida del objeto de estudio.
La heterogeneidad apunta a la ruptura de los estereotipos en la modalidad de
aproximación al objeto de conocimiento, estereotipos que, por carencia de
confrontación, suelen potencializarse en los grupos homogéneos. "A mayor
heterogeneidad de los miembros, heterogeneidad adquirida a través de la diferenciación de
roles desde los cuales cada miembro aporta al grupo su bagaje de experiencias y conocimientos
y una mayor homogeneidad en la tarea lograda por la sumación de la información
(pertinencia), el grupo adquiere una productividad mayor (aprendizaje) ".
❏ La posibilidad de una didáctica interdisciplinaria se apoya en la preexistencia en cada
uno de nosotros de un esquema referencial. Estos esquemas y modelos internos se
confrontan y modifican en la situación grupal, configurándose a través de la tarea un
nuevo esquema referencial que emerge de la producción del grupo.
❏ En el grupo operativo tienden a reproducirse relaciones cotidianas, los vínculos que
ponen en juego modelos internos. El encuadre o la técnica operativa del grupo facilitan, a
través de la confrontación de esos modelos internos en una nueva situación de
interacción, y en el análisis de sus condiciones de producción, la comprensión de las
pautas sociales internalizadas que generan y organizan la formas observables de
interacción.
El acontecer del grupo centra así la investigación del trabajador social en el fenómeno
universal de la interacción, de donde surge el reconocimiento de sí y del otro en un
diálogo y un intercambio permanentes que sigue una trayectoria en espiral.
La información debe ser abordada desde lo cotidiano para hacerlo comprensible, para dar
valor de uso a esa herramienta teórica en una praxis. De allí que se insista en la
importancia de partir del análisis de las fuentes cotidianas del esquema referencial.

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