Tesis, Dra Yeris Martinez Miiiii
Tesis, Dra Yeris Martinez Miiiii
Tesis, Dra Yeris Martinez Miiiii
2016
El Vigía, 2015.
Ciudadanos
Miembros de la Comisión Coordinadora del Postgrado de Medicina General Integral
S. A Instituto de Altos Estudios “Dr. Arnoldo Gabaldón”
Presente.-
La presente comunicación tiene como finalidad informarles que he aceptado ser tutor
del Proyecto, Propuesta o Plan de Trabajo del Ciudadano: Yeris Candelaria Martínez C.I
N° 16.165.484, Titulado: CARACTERIZACIÓN DE LAS ENFERMEDADES
INTESTINALES PRODUCIDAS POR PROTOZOOARIOS EN MENORES DE 15 AÑOS.
SECTOR KM 9. EL VIGIA. 2014 – 2015; Para optar al Título de Especialista en Medicina
General Integral.
Atentamente.
___________________________________
Esp. M.G.I. Dra. Ana Cisneros Acosta
C.I Nº
Telf.
El Vigía, 2015.
Ciudadanos
Miembros de la Comisión Coordinadora del
Postgrado de Medicina General Integral
S. A Instituto de Altos Estudios “Dr. Arnoldo Gabaldón”
Presente.-
Atentamente.
___________________________________
Esp. M.G.I. Dra. Ana Cisneros Acosta
C.I Nº
Telf.
AGRADECIMIENTOS
A Dios Todopoderoso, por darme fuerza, valor y virtud para emprender este
camino y llevarlo a un final pleno lleno de frutos y satisfacciones.
A mis padres, apoyo incondicional para seguir el camino y llegar hasta el final.
1
En estas condiciones el poliparasitismo es frecuente y a partir del segundo año de
vida, abundan las infecciones con tres y cuatro especies de protozoarios. La intensidad de
la infección agrava esta situación. Los estudios realizados en regiones rurales de
Centroamérica, mediante técnicas de conteo de huevos y tinciones fijas para la
observación de protozoos demuestran porcentajes de niños con infecciones severas por
helmintos y enteroparasitos como: E. coli, G. lamblia, E. histolytica, B. coli, entre otras (4).
En América Latina se han desarrollado múltiples investigaciones relacionadas con el
parasitismo intestinal, fundamentalmente en áreas rurales. En países como Colombia,
Venezuela, México, Honduras y Brasil se ha visto la relación que existe entre el
parasitismo intestinal y las malas condiciones socioeconómicas en que viven las
poblaciones rurales, detectándose una mayor incidencia de protozoarios seguido de
helmintos (4).
En estas condiciones el poliparasitismo es frecuente y a partir del segundo año de
vida, abundan las infecciones con tres y cuatro especies de protozoarios. La intensidad de
la infección agrava esta situación. Los estudios realizados en regiones rurales de
Centroamérica, mediante técnicas de conteo de huevos y tinciones fijas para la
observación de protozoos demuestran porcentajes elevados de niños con infecciones
severas por helmintos y enteroparasitos como: E. coli, G. lamblia, E. histolytica, B. coli,
entre otras (4).
Es importante señalar que el diagnóstico parasitológico de la diarrea aguda, significa
el poner en evidencia por cualquiera de los métodos o técnicas de laboratorio o gabinete
al parásito mismo.
En la mayoría de los países latinoamericanos como: Colombia, México y Venezuela
la infestación por enteroparásitos como la Entamoeba histolytica alcanza el 50 % de la
población infantil, mientras que Chile del 18-20 %. En este último, el 24 % de los lactantes
padecen giardiasis (5).
Estudios realizados en regiones rurales de Suramérica en el año 2004, mediante
técnicas de conteo de huevos y tinciones fijas para la observación de protozoos
demuestran porcentajes elevados de niños con infecciones severas por protozoarios con
un 70 % respectivamente (6).
Es necesario destacar que, en el tracto digestivo de gran parte de la población
humana coexisten varios protozoos que incluyen amebas, flagelados, coccidias y ciliados.
Muchos de estos microorganismos son reconocidos como comensales: Entamoeba coli,
Endolimax nana y Trichomonas hominis, mientras que Entamoeba histolytica, Entamoeba
2
hartmanni, Iodamoeba butschlii, Giardia lamblia, Cryptosporidium parvum y Balantidium
coli, se consideran como protozoarios patógenos.(7)
También hay otras especies de protozoos que pueden causar desórdenes gástricos
tanto en individuos inmunosuprimidos como inmunocompetentes: Cyclospora
cayetanensis, Isospora belli, Chilomastix mesnili, Blastocystis hominis; estos parásitos
causan principalmente diarreas en la población humana y los grupos más sensibles a
estos parásitos son los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 70 años; en
estos grupos se presenta una mortalidad entre 3 % y 5 % en los enfermos que requieren
hospitalización (8).
Los protozoarios producen manifestaciones gastrointestinales como diarrea, dolor
abdominal y distensión abdominal, además de los mismos síntomas pueden provocar
molestias generales o afecciones en otros órganos o sistemas, entre ellos debilidad,
palidez, pérdida de peso, anemia, tos crónica, prurito anal, sangre en heces e incluso la
expulsión de quistes en las heces. Una de las principales manifestaciones clínicas es la
diarrea, la cual puede ser aguda o persistente y en ocasiones manifestarse como
disentería (9).
El diagnóstico de la parasitosis se logra mediante el estudio de las heces llegando a
visualizarse algunas formas evolutivas tales como trofozoitos, quistes, huevos o larvas
dependiendo del parásito, ocasionalmente pueden observarse directamente en heces
frescas o en técnicas de tinción fijas. También se puede realizar el diagnóstico por
estudios radiológicos o endoscópicos (9).
La diarrea puede provocar desnutrición y el desnutrido presenta diarrea con mayor
frecuencia agravando aún más su desnutrición. Durante los episodios de diarrea aguda, el
crecimiento puede detenerse, bien porque disminuye el apetito o porque se ha restringido
la ingesta de alimentos, además en estos episodios, las necesidades calóricas aumentan
y se establece un balance nitrogenado negativo, todo esto contribuye a que el niño pierda
peso. En el año 2000 se reportaron 38 millones de niños desnutridos menores de 5 años
en África, 108 millones en Asia y 3.4 millones en América Latina. La intensidad de la
infección por enteroparásitos se agrava por la presencia de dos o más especies de
protozoarios (10).
En Latinoamérica, la situación es igualmente seria, y como un ejemplo se menciona
los hallazgos hechos en una zona agrícola de Perú y Ecuador, donde el 29.2 % de las
enteritis del niño reconocía como agente etiológico algún parásito (9).
3
En otro estudio realizado en Venezuela en una población con características
similares se demostró que, a partir de los seis meses de edad, las enteroparasitosis
inician una curva ascendente que las coloca en un lugar destacado como productores de
diarrea (10).
Las parasitosis intestinales continúan siendo un problema de salud importante en
Venezuela, sólo que ahora relegado a comunidades marginales, dado que globalmente se
ha experimentado una mejoría sustancial, con un nivel de endemicidad muy bajo, como lo
muestran las encuestas nacionales de parasitología realizadas en 1982 y 1996, en las
cuales se muestra que menos del 5% de la población sufre la infección por protozoos.
Este panorama, alentador desde el punto de vista de la salud pública, representa un
espejismo para los pobladores de los anillos de pobreza, que aleja cada vez más una
posible solución, pues los datos globales restan importancia a las parasitosis intestinales
como problema de salud pública y en esas comunidades no se experimentan los cambios
que ocurren en el resto de la sociedad, como se aprecia en las comunidades más pobres
atendidas por la Misión Barrio Adentro, donde el parasitismo intestinal está entre las
enfermedades más atendidas en consultas y terrenos (11).
En el contexto venezolano actual cada vez más se reconoce la existencia de
inequidades en salud, algunas de ellas crecientes, y la importancia de reducirlas. El
concepto mismo de equidad en salud es controversial y relativo, pues està sujeto al
contexto social en el que se ubique. Para la OMS, equidad significa que las necesidades
de la gente, más allá de sus privilegios sociales, sean quienes guíen la distribución de
oportunidades para su bienestar.(11)
Lo cual requiere reducir las desigualdades injustas según los estándares aceptables
para cada uno, con principios de justicia e imparcialidad. Equidad en salud significa,
entonces, tratar de reducir las brechas evitables en el estado de salud y en los servicios
de salud entre los grupos con diferentes niveles de privilegios sociales, reflejados en las
diferencias del nivel socioeconómico, género, localización geográfica, étnicas, religiosas y
edad. Por lo tanto, promover equidad en salud busca reducir la injusticia y las brechas
sociales innecesarias en salud y atención de la salud, mientras se trabaja eficientemente
para obtener mejoras para todos (12)
El trabajo del personal médico tiene no solo una dimensión salubrista, sino social, al
promover salud, proporcionando a las comunidades los medios necesarios para mejorar
su salud y ejercer un mayor control sobre la misma.(12)
4
En particular, en el estado Mérida las enfermedades causadas parásitos intestinales sigue
la tendencia nacional al reflejarse los mismos niveles de prevalencia de este tipo de
enfermedades.(13)
Se precisa que la investigación desarrollada, ha puesto énfasis en determinar la
prevalencia de las enfermedades intestinales causadas por parásitos protozoos en la
población infantil, así como también, la información que debe recibir el paciente o sus
familiares para que puedan minimizar los factores de riesgo del contagio de estas
enfermedades Además de, señalar los signos de alarma en enfermedades intestinales
que los pacientes y sus familiares deben reconocer para que con base en ello se tomen
las mejores decisiones, y también en las medidas no farmacológicas eficaces para el
manejo de este tipo de enfermedades en la población infantil.
Ahora bien, tomando en consideración la problemática antes planteada, se ha
propone como problema científico:
5
JUSTIFICACIÓN.
La parasitosis se inicia con el hallazgo de los parásitos en el hombre, hecho que tiene
su origen en los tiempos más remotos de la humanidad siendo una rama del conocimiento
que estudia los organismos parásitos y los efectos que estos producen en los sistemas,
ya que los parásitos causan enfermedades humana, animales y plantas de interés para el
hombre y uno de los objetivos claros es aprender a curarlas erradicarlas y a su vez
prevenirlas.
En vista de que el cuadro clínico de esta enfermedad es grave que puede causar
inclusive la muerte, se ha creído conveniente investigar la prevalencia de las
enfermedades intestinales causadas por protozoos.
Desde lo social esta investigación es válida debido a la frecuencia con que aparecen
las enfermedades causadas por parásitos, sobre todo las intestinales en la población
infantil.
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Es importante precisar que, en el área de salud del municipio Alberto Adriani del
estado Mérida, a pesar de que esta enfermedad constituye un problema de salud
preponderante en los niños no se han realizado estudios a profundidad que permitan
caracterizar de forma precisa, la forma en que se presentan este tipo de enfermedades en
esta locación; por lo que continúa siendo preocupante la prevalencia de las mismas en
los niños.
7
ALCANCE Y LIMITACIONES
La delimitación y alcance de esta investigación viene dado por dos dimensiones, las
cuales son: en primer lugar la delimitación geográfica; puesto que la investigación se
desarrolla en los específicamente en el sector del Km 9 de la parroquia presidente Páez
del Municipio Alberto Adriani del estado Mérida. Y en segundo lugar lo relacionado al
aspecto temporal, donde se precisa que el estudio que se desarrolla, denominado
enfermedades intestinales causadas por parásitos protozoos en la población infantil se
ejecuta en el periodo mayo 2014- julio 2015.
HIPÓTESIS
Se hace imprescindible acotar que la hipótesis es que los factores ambientales, la mala
alimentación, las malas medidas higiénicas en la preparación de alimentos y las aguas
contaminadas son factores que influyen directamente en el riesgo de padecer
enfermedades intestinales por protozoos.
8
OBJETIVOS
GENERAL:
Caracterizar las enfermedades intestinales causadas por parásitos protozoarios en la
población infantil menor de 15 años del sector Km 9 de la parroquia Presidente Páez del
municipio Alberto Adriani del estado Mérida.
ESPECÍFICOS:
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MARCO TEORICO
10
1.- Microsporidios:
Los microsporidios son pequeños parásitos intracelulares. Se les considera
organismos eucariotas primitivos, puesto que carecen de mitocondrias, peroxisomas,
aparato de Golgi y otros orgánulos típicos de los eucariotas. Se caracterizan por la
estructura de sus esporas, que poseen un complejo mecanismo de extrusión celular
(túbulo polar) utilizado para inyectar material infeccioso (ergastoplasma) en las células
hospederos. Hasta ahora se han descrito cinco géneros de microsporidios en los
humanos y sólo uno de ellos, Enterocytozoon, es exclusivo del hombre. Los demás tienen
una amplia gama de huéspedes entre los animales invertebrados y vertebrados (8,11).
Nutrición:
La nutrición pueden realizarla por fagocitosis, como en los ciliados y rizópodos o por
absorción a través de la membrana celular como en los flagelados y apicomplexa. La
fagocitosis, ya sea de microorganismos enteros o partículas, se efectúa o bien a través de
orificios permanentes llamados citostomas (boca celular) frecuentes en los ciliados o
mediante la formación de pseudópodos. La digestión se lleva a cabo en las vacuolas
fagocitarias mientras que el material no digerible es eliminado por una abertura temporal o
permanente. En la nutrición absortiva, los nutrientes pasan a través de la membrana
celular por difusión o transporte activo (8,11).
Reproducción:
La reproducción es de tipo asexual en todos los protozoos. En la apicomplexa
(esporozoos) alternan en su ciclo vital fases de reproducción asexual y sexual (4,14).
La reproducción asexual más frecuente se efectúa por división binaria del trofozoíto
vegetativo, por lo que la célula se divide en dos mediante un proceso de mitosis, que
presenta las características típicas de este proceso, pero en algunos grupos pueden
existir pequeñas diferencias respecto a la mitosis de las células animales. Se ha señalado
la posibilidad de un ciclo sexual en flagelados.
Enquistamiento
Algunos protozoos pueden segregar una cubierta resistente para formar un quiste. En
la pared de algunos quistes se ha detectado celulosa y en otros, quitina. Los quistes se
forman en los protozoos de vida libre para superar fases de desecación del medio o en los
parásitos para sobrevivir durante la transferencia de un huésped a otro a través del medio.
Entre estos últimos se hallan las amebas, los ciliados y algunos flagelados, como la
Giardia, que son liberados con las heces desde el tubo digestivo. A pesar de la inactividad
11
relativa del quiste, el núcleo puede dividirse produciéndose una rápida multiplicación tras
la exquistación (7,11).
PROTOZOOS INTESTINALES
1. Entamoeba histolytica- dispar
a.- Generalidades
La amebiasis es la segunda enfermedad parasitaria más importante del mundo
causada por Entamoeba histolytica, su distribución mundial oscila entre el 0.5 y el 81 %,
esto varía de un lugar a otro, observándose con mayor frecuencia en los países con bajas
condiciones socioeconómicas y climas tropicales (12). Se han reportado actualmente
alrededor de 500 millones de personas infectadas en todo el mundo de los cuales, el 10 %
presentan síntomas clínicos; intestinales en un 80 % a 98 % de los casos y del 2-20 %
extraintestinales, ocasionando una mortalidad que oscila entre 40,000 y 110,000 casos
por año (13).
El reconocimiento de Entamoeba dispar como especie no patógena ha originado
implicaciones importantes en el diagnóstico, tratamiento y la epidemiología de la amibiasis
(16). Estudios epidemiológicos a nivel mundial han determinado que la mayoría de las
infecciones humanas son causadas por Entamoeba dispar en un 88-90 % y que solo un
10 a 12 % son debido a Entamoeba histolytica (12-17).
A nivel de los países latinoamericanos, México cuenta con la mayor endemia con cifras de
infección de hasta un 75 %, Colombia 45-60 %, Chile 18-20 % (18). En Cuba un estudio
publicado en el año 2006 en una población con las mismas características nos muestra
una prevalencia de 57.6 %, cuatro veces mayor a la reportada en Guatemala (19).
b. Ciclo Vital e Infección
La reproducción es binaria en los trofozoítos y por división múltiple en los quistes. La
infección causada por el complejo Entamoeba histolytica/Entamoeba dispar se origina por
el contacto directo oral-fecal o a través de aguas o alimentos contaminados con los
quistes. Entamoeba histolytica puede vivir en el intestino grueso o invadir la mucosa
intestinal causando lesiones intestinales, produciendo síntomas tales como: dolor
abdominal, nauseas, fiebre, flatulencias y dolor de cabeza, y signos como: diarrea muco-
sanguinolenta, además, puede llegar a colonizar otros órganos: hígado, cerebro, piel, y
pulmón. Se ha señalado que la enfermedad causada por la especie patógena, está
relacionada con ciertos factores como: edad, el mal saneamiento ambiental, la
inadecuada eliminación de excretas, el analfabetismo, las condiciones socio-culturales e
12
higiénicas y el hacinamiento. Con respecto a Entamoeba dispar puede vivir como
comensal en el intestino grueso, sin producir manifestación clínica alguna (16,20).
Los trofozoítos resisten mas el frío que el calor, así en las heces sobreviven 5 horas a
370C y 96 horas a 5 0C. Los quistes mueren en 5 minutos a 50 ºC, pero soportan la
congelación, no así la desecación ni la putrefacción (17,20).
c. Patogenia
La patogenia de la infección por E. histolytica traduce su efecto lítico sobre los tejidos
lo que ocasiona un microabsceso en cuello de botella, lesión característica desde la
perspectiva anatomopatológica. El espectro de las lesiones colónicas varía desde un
simple engrosamiento inespecífico de la mucosa a la producción de úlceras, que pueden
ser múltiples y diminutas (forunculosis intestinal), o dar lugar a abscesos importantes
(subdiafragmáticos). La afectación hepática origina una fibrosis periportal o la formación
de un absceso necrótico. Desde el punto de vista clínico se pueden observar cuadros de
infección luminal no invasora con síntomas gastrointestinales inespecíficos, enfermedad
intestinal invasora de comienzo gradual, con dolor y deposiciones sanguinolentas y
absceso hepático (20).
d. Diagnóstico
Debe comprobarse la presencia de trofozoitos en heces recién emitidas o quistes en
evacuaciones formadas en los portadores sanos. El examen coproparasitario, se realiza
por: rectosigmoidoscopia, serología en amibiasis tisular y por observación con técnicas de
tinción tricrómica o hematoxilina-férrica. Actualmente se utiliza la técnica de PCR para
diferenciar a la especie patógena de la no patógena, realizándose únicamente en
laboratorio de investigación. (15-17).
e. Tratamiento
En el tratamiento de amebiasis intestinal se utilizan drogas de elección de origen
imidazódico como metronidazol. La profilaxis consiste en tratar a personas infectadas,
controlar a los manipuladores de alimentos, incrementar programas de saneamiento de
agua potable y educación en salud (14-16).
2. Giardia lamblia
a. Generalidades
Es un organismo piriforme cosmopolita, que habita más frecuentemente en niños que
adultos, suele ser más común en climas cálidos que fríos y puede asociarse a otros
parásitos, afecta de 20 a 50 % de la población mundial, incluso su prevalencia en países
industrializados oscila entre 2-7 %, en los países en vías de desarrollo y regiones
13
tropicales puede afectar al 40 % de la población. (21). La transmisión es fecal-oral, a
través de formas quísticas, principalmente interhumana. Se discute la posibilidad de
considerarla una zoonosis (perros, castores). Se localiza en el epitelio del intestino
delgado (6,22). Este protozoario presenta 2 formas evolutivas: los trofozoítos, estos viven
en el duodeno fijados por discos suctorios, los quistes, estos son resistentes y se eliminan
al exterior. (21)
Los quistes de G. lamblia pueden resistir la cloración habitual de las aguas de
consumo, por lo que pueden producirse brotes epidémicos vehiculados por el agua de la
red urbana si esta se contamina accidentalmente (23). En México y Chile en el año 2003
se realizó un estudio donde se demostró que la mayor prevalencia de infestación por
Giardia lamblia se presentó en niños que asisten a las escuelas y jardines infantiles, por la
posibilidad real de ingerir aguas contaminadas y llevarse objetos infectados a la boca
(24,25).
Un estudio comparativo realizado en niños de edad escolar en un área rural y un
sector urbano de Brasil, con las mismas características, a los cuales se les realizó un
examen coproparasitologico en el cual se pudo evidenciar una mayor prevalencia de G.
lamblia en la población rural que en la población urbana. La mayor concentración de
parásitos en el área rural está caracterizada por las condiciones socioeconómicas y
ambientales más desfavorables (26). En Costa Rica en el año 2005 se publicó un estudio
en una comunidad rural donde revela una prevalencia de parásitos intestinales y
poliparasitismo en niños de edad escolar, tanto en microorganismos patógenos como no
patógenos fue de 45 % en una población con un total de 320 muestras. (27)
b. Diagnóstico
El diagnóstico de giardiasis se debe plantear en todos los pacientes que presenten
diarrea aguda o crónica, y descartar la enfermedad celiaca y duodenitis de otra etiología,
tuberculosis intestinal y linfoma entre otras (28-30).
El diagnóstico parasitológico se establece al demostrar quistes o trofozoítos en la
materia fecal, pero en esta parasitosis con frecuencia se requieren hasta 8 exámenes
consecutivos; y en ocasiones hay que buscar los parásitos como trofozoítos en muestras
obtenidas mediante sondeo duodenal utilizando la técnica cápsula de Beal, que consiste
en una cápsula de gelatina con plomada y un hilo algodonoso, que al ser ingerido por el
paciente llega hasta el duodeno y se impregna del contenido duodenal; después de una
14
hora de mantener la cápsula en el duodeno, se jala el hilo y la parte de éste que está
coloreada con bilis, se exprime sobre un portaobjetos, se cubre y se observa al
microscopio, sin embargo, su uso debe ser limitado pues son procedimientos molestos
para los pacientes. En casos positivos se observarán abundantes trofozoítos de Giardia
lamblia moviéndose activamente con movimientos bruscos como estertóreos, de 9-20
micras de longitud por 5-12 de ancho. Una vez teñidos los trofozoítos se observan al
microscopio en forma de pera con dos grandes núcleos en la porción más ancha, cuatro
pares de flagelos y un axostilo. (28-30).
c. Tratamiento
El tratamiento consiste en Metrodinazol 1g al día para el adulto, fraccionado en dos
tomas entre comidas, durante 5 días; en niños 15mg/kg/día de la suspensión que contiene
125mg. Otras alternativas son el Tinidazol y el Secnidazol 4 tabletas dosis única (31).
3. Balantidium coli
a. Generalidades
La balantidiasis constituye una zoonosis producida por el Balantidium coli, en la que
el cerdo es el reservorio del parásito y principal fuente de infección para el hombre. La
presencia de esta zoonosis está condicionada por malas condiciones de salubridad,
carencia de servicios básicos (agua, desagüe) y crianza de cerdos a campo abierto. La
prevalencia de la infección es baja en todo el mundo, en relación con otras infecciones
intestinales por protozoos. (32).
En el México se estima en 0.47 %, pudiendo llegar al 10 % de portadores
asintomáticos en diversas regiones del país. (33,34).
Balantidium coli presenta una forma vegetativa, el trofozoíto, y otra denominada
quiste, la forma resistente del parásito. La forma infectante para el hombre es el quiste, la
vía de infección es la oral y la transmisión es a través del agua y los alimentos
contaminados con el parásito. Además, el hombre puede actuar como diseminador de la
infección. En cuanto al mecanismo patogénico, el daño tisular producido por los
trofozoítos es debido al movimiento mecánico, facilitado por cilios, y a la acción
enzimática de la hialuronidasa del Balantidium coli.
Se describen tres formas clínicas: la de portador, en la cual no existen mayores
molestias y éste actúa como reservorio y diseminador de la infección; la forma crónica, en
la cual la diarrea es esporádica, se presenta dolor abdominal y no hay lesiones
intestinales; y finalmente la forma aguda o disentería balantidiásica, caracterizada por
15
deposiciones líquidas frecuentes, con sangre, moco, pus y tenesmo rectal. También se ha
observado anorexia, cefalea, insomnio, astenia y pérdida de peso. La disentería se puede
desarrollar gradualmente o puede desaparecer de modo súbito, seguida de meses de
diarrea (21,34). Es el mayor de los protozoarios que parasitan al hombre (33,34).
Estudios realizados en España, Francia y Perú reportan casos fatales que revelan brotes
de diarrea causadas por B. coli, debido a consumo de carne contaminada en el año 2000
y 2004 (35).
b. Diagnóstico
El diagnóstico depende de la demostración del Balantidium coli en las heces del
paciente. En las materias fecales diarreicas o disentéricas se encuentran trofozoítos
móviles y los quistes se encuentran en las materias fecales semiformadas y formadas
(35).
c. Tratamiento
El tratamiento con tetraciclina y metronidazol es recomendado. En individuos
competentes las infección por B. coli desaparece de manera espontánea, en individuos
debilitados las infecciones por B. coli pueden ser muy serias y muchas veces incluso fatal
(35).
4. Coccidios Intestinales
Son protozoarios del Phylum Apicomplexa pues con microscopía electrónica se
visualiza una estructura denominada complejo apical. Tienen ciclos complejos, donde
intervienen diversas etapas evolutivas sexuadas y asexuadas: esporozoítos, merozoítos,
gametos que forman el ooquiste o cigote. En su mayoría son agentes oportunistas porque
para ejercer su acción patógena requieren condiciones favorecedoras en el huésped (36).
a. Cryptosporidium parvum
i. Generalidades
Cryptosporidium presenta varios estadios en su ciclo de vida, entre los cuales está el
ooquiste, que es una etapa latente que resiste a las condiciones ambientales, y donde
muestra la capacidad de sobrevivir por largos períodos bajo condiciones favorables. Este
parásito puede causar infecciones intestinales tanto en humanos como en animales y no
requiere de huéspedes intermediarios. Se multiplica en el intestino delgado y origina
serios problemas en los mecanismos de absorción, pues genera una diarrea aguda que
es autolimitada en adultos sanos.
16
También se considera el parásito más importante en la industria del agua porque se
le relaciona como agente etiológico responsable de un número importante de epidemias
en diversas partes del mundo. Es el patógeno, junto con Giardia sp., que se encuentra
con más frecuencia en aguas para consumo humano (36).
En Brasil se determinó que más de 18.7 % de las diarreas en infantes se debían a C.
parvum; en algunos países latinoamericanos se han establecido cifras de prevalencia así,
Argentina, 3.9 %; Costa Rica, 4.3 %; Venezuela, 10.8 %; Ecuador, 11.2 %; Guatemala,
13.8 %; y 16.7 % en Haití (37). En Colombia se encontró una prevalencia de 83.3 %
determinada por serología, mientras que por edades se determinó en el grupo de 0 a 14
años una prevalencia de 10.7 %, de 15 a 30 años, 20 % y en mayores de 30 años, 28.3
%. (36).
Tiene como reservorio animales domésticos y silvestres. Agente ubicuo, ampliamente
distribuido en la naturaleza y que posee ooquistes que pueden ser muy resistentes a las
condiciones climáticas e incluso a la cloración, por lo que la enfermedad se puede
considerar como zoonosis. Altera la arquitectura del epitelio intestinal (vacuola). Ocasiona
diarrea aguda autolimitada en inmunocompetentes y diarrea crónica severa en
inmunodeprimidos (36-37).
Durante los últimos años, el número de casos de criptosporidiosis se triplicó alrededor
del mundo. Al mismo tiempo, el número de brotes de criptosporidiosis originados en
piscinas aumentó en más del 100 % (36-37).
ii. Diagnóstico
Se diagnostica efectuando un examen coproparasitologico con tinciones específicas
como la coloración de Neelsen Modificado, Kinyoun, Auramina rodamina, donde se
observan los ooquistes (ver anexo 5), inmunofluorescen cia con anticuerpos
monoclonales e inmunoensayo cromatografico (37).
b. Microsporidios
Se han comunicado infecciones humanas por microsporidios en todo el mundo, tanto
en inmunodeprimidos como en inmunocompetentes. Hasta ahora se han descrito cinco
géneros de microsporidios en los humanos: Encephalitozoon, Pleistophora, Nosema,
Microsporidium y Enterocytozoon (38)
El contagio de los microsporidios se inicia con la ingestión de esporas procedentes de
la orina y las heces de animales o humanos infectados. Después de ser ingeridas, las
esporas pasan al duodeno, donde el esporoplasma con su material nuclear es inyectado
en una célula adyacente del intestino delgado. Una vez dentro de la célula se multiplican
17
dentro de una vacuola o libres en el citoplasma. La multiplicación intracelular incluye una
fase repetida de fusiones binarias (merogonia) y otra que culmina con la formación de
esporas (esporogonia) (38).
5. Entamoeba coli
a. Generalidades
Es el comensal más frecuente del intestino del hombre, ubicuo en cuanto a su
distribución y altamente prevalente, del 2 -40 % de la población mundial (40).
El trofozoíto mide de 15 a 50 micras y su citoplasma es muy granuloso, lo que impide
una clara diferenciación entre el ecto y endoplasma. En las preparaciones en fresco, se le
observa con movimientos lentos y pseudópodos cortos y anchos. El prequiste, forma que
aparece en el momento en el que el medio ambiente se hace adverso, presenta en su
18
interior una gran vacuola glucogénica y dos núcleos en la periferia del ectoplasma. El
quiste generalmente posee de cinco a ocho núcleos y es de mayor tamaño que
Entamoeba histolytica (25 micras) con gran cantidad de inclusiones citoplasmáticas. Las
características nucleares son similares a las del trofozoíto (40).
b. Diagnóstico
El diagnóstico de quistes y trofozoítos se efectúa a través de métodos
coproparasitológicos en heces en fresco o por medio de tinciones especiales que nos
permiten una mejor visualización de este protozoo (40,41).
c. Tratamiento
E. coli es un protozoo comensal, en el cual no se ha demostrado un rol patógeno, la
presencia de este indica solamente contaminación alimenticia por fecalismo y no amerita
tratamiento. Su profilaxis está dirigida a mejorar la disposición de excretas y los hábitos de
higiene de la población (40,41).
6. Endolimax nana.
a. Generalidades
Endolimax nana, es una pequeña amiba enteroparásita antrópica, que pertenece a la
familia Endamoebidae de reservorio exclusivamente humano, con distribución
cosmopolita (42).
Su morfología diagnóstica más frecuente es un quiste ovoide/elipsoidal de 5 por 10
micras de eje, pudiendo llegar a 6 y 8 micras como promedio más frecuente. En los
quistes maduros, que son los más comunes, es posible observar 4 núcleos, estos
núcleos, que se multiplican en el interior del quiste, en la microscopía óptica de
diagnóstico, carecen de cromatina periférica, presentando cromatina cariosómica central
difusa. Carecen de cuerpos cromatoideos definidos, sólo dispuestos en pequeñas
granulaciones, y el glucógeno se presenta difuso. Se colorean con lugol de color caoba
intenso (42)
El ciclo fecal oral, de contaminación de alimentos y/o agua con materia fecal de
portadores, cierra con la ingesta por humanos de formas quísticas infectantes (42).
La patogenicidad de E. nana para el hombre es un tema discutido, y es considerada por
algunos como un “comensal” no patógeno, esta posición es sostenida por la División
Parasitología del Centro de Control de Enfermedades Trasmisibles (CDC) de Estados
19
Unidos, quienes adjudican cualquier signo, sintomatología o patología clínica
concomitante a razones coadyuvantes independientes, aunque resulten de un origen
común (ciclo fecal-oral) (15,29). Sin embargo, múltiples autores notifican periódicamente
casos clínicos de diarreas crónicas o enterocolitis y cuadros urticariformes, entre otros;
que se asocian a la presencia de E. nana, abriéndose una expectativa referida a la
potencial patogenicidad que en algunos casos esta amiba pudiera suponer (42).
b. Diagnóstico
El diagnóstico se realiza por medio de un examen de heces en fresco, donde se
puede observar su morfología ovoide la cual presenta 4 núcleos, carecen de cromatina
periférica, presentando cromatina cariosómica central difusa. Carecen de cuerpos
cromatoideos definidos, sólo dispuestos en pequeñas granulaciones, y el glucógeno se
presenta difuso. Se colorean con Lugol de color caoba intenso.
El mejor método de diagnóstico es por medio de una tinción especial, debido a que este
protozoo se puede confundir con un leucocito debido a la similitud de tamaño (42).
7. Chilomastix mesnili
a. Generalidades
es un protozoo flagelado perteneciente al orden Retortamonadida que parasita el
tracto digestivo de humanos y otros primates. Se estima que en torno al 5-10 % de la
población mundial se encuentra infectada por este parásito. Según el CDC, en los
Estados Unidos se infesta alrededor de un 3.5 % de personas por año (43).
Suele presentar un tamaño inferior a 20 μm. Carecen de ciertos orgánulos como son las
mitocondrias y el aparato de Golgi. Únicamente tiene un hospedador (monoxeno), es
cosmopolita y tiene dos formas de vida en su ciclo vital:
- Trofozoíto: presenta un tamaño en torno a 15 μm de longitud y una morfología piriforme.
Posee 4 flagelos, uno de ellos, más corto, asociado al citostoma, a través de la cual
obtiene el alimento, y los otros 3. Tiene un único núcleo que se dispone en la zona
anterior, cerca del punto de inserción de los flagelos. El trofozoíto es la forma vegetativa
que se alimenta y se reproduce (43,44).
- Quiste: presenta un tamaño en torno a 10 μm de longitud y una morfología ovalada. No
presenta flagelos ni citostoma, tiene un único núcleo que se dispone más o menos en la
zona central. El quiste es la forma vegetativa infectante y de resistencia. La reproducción
es por división binaria longitudinal. No presentan reproducción sexual (43,44).
20
C. mesnili habita como comensal en el intestino grueso tanto del ser humano como de
otros primates. Puesto que presenta un único hospedador, su ciclo vital es directo y tiene
lugar a través de los quistes, que son eliminados por las heces y ya presentan capacidad
infectiva Cuando dichos quistes son ingeridos por un nuevo hospedador, los quistes
llegan al intestino grueso donde generan trofozoítos que se alimentan y reproducen,
dando lugar a nuevos quistes y cerrando así su ciclo vital (43,44).
C. mesnili está considerado como un parásito no patógeno, ya que no causa ningún tipo
de dolencia, a excepción de ciertas diarreas debidas a la irritación de la mucosa intestinal
cuando aumentan de forma considerable los niveles de parasitemia (43,44).
b. Tratamiento
No requiere de tratamiento debido a que es un parásito comensal el cual no causa
ningún daño al hombre y los síntomas que produce son autolimitados (44).
8. Iodamoeba butschlii
a. Generalidades
Se considera parásito no patógeno. Su distribución es cosmopolita, se conoce como
la ameba más común de los cerdos, los cuales son probablemente, sus hospederos
originales. La frecuencia en el hombre es de 4 a 8 % (44).
Generalmente sus trofozoítos miden de 9 a 14 micras de longitud, pero puede alcanzar de
4 a 20 micras. Se mueve lentamente por seudópodos cortos con una lenta progresión.
Contiene un núcleo vesicular relativamente grande. Las vacuolas contienen bacterias y
levaduras. El prequiste generalmente oblongo y contiene material alimenticio no digerido.
El quiste maduro casi siempre tiene un solo núcleo. Se puede observar una gran vacuola
de glucógeno, se tiñe intensamente con yodo (44).
Vive en el intestino grueso, en donde se alimenta de la microbiota intestinal. La
infección se disemina por contaminación, pero los quistes maduros deben ser deglutidos
para inducir la infección. Es posible que el hombre infecte a través de materias fecales de
cerdos, así como por las humanas. Aún es inofensiva para el hombre y otros vertebrados,
en algunos casos ha provocado abscesos ectópicos como los que produce E. histolytica.
Su diagnóstico es por observación microscópica de las fases trofozoítos y quistes (44).
b. Tratamiento
Para su tratamiento es recomendable el uso de Metronidazol y Tinidazol, juntamente
con la Diyodohidroxyquinoleína (44).
21
9. Blastocystis hominis
a. Generalidades
Infección parasitaria causado por un protozoario llamado B. hominis. Habita en el
intestino del hombre y de otros animales (monos, simios, cerdos, conejos, caballos, etc.).
Pueden estar presentes en el 25 % de los especimenes fecales examinados en individuos
aparentemente sanos (45,46).
La infección ha sido asociada principalmente a sintomatología gastrointestinal
inespecífica, aguda o crónica, existiendo casos de presentación asintomática. Varias
publicaciones lo han señalado como un patógeno presente en pacientes con HIV-SIDA,
aunque no es considerado un parásito oportunista. Son anaeróbicas estrictas con gran
cantidad de mitocondrias y organelos en su interior, poseen seudópodos para su
locomoción y alimentación. Se multiplican por fisión binaria (45,46).
Son células esféricas, con cuatro formas morfológicas distintas: forma vacuolada,
granular, ameboide y lanceolada. La forma vacuolada presenta un gran vacuola central
que ocupa del 50 al 95 % de la célula. Es la forma predominante en el tracto
gastrointestinal. La forma ameboide, presenta seudópodos y tiene un gran actividad
fagocítica. Es la forma predominante en los cultivos y en las muestras fecales. La forma
granular posee gran cantidad de mitocondrias que le otorga el aspecto granular. Se puede
observar en cultivos y muestra fecales. La forma “lanceolada” solo se ha demostrado en
cultivos. Ya se conoce la forma quística del parásito. Las formas quísticas, desnudas y
con cubiertas, se han demostrado en muestras fecales de los pacientes. (45,46).
b. Epidemiología
Su transmisión es fecal oral, incluyendo agua y alimentos contaminados. Es un
parásito cosmopolita, pero su frecuencia de infección varia ampliamente. En países
tropicales, alcanza prevalencia desde 20 a 50 % de infección, solo o asociado a otros
protozoarios intestinales patógenos o comensales. Blastocystis hominis es un protozoario
causante potencial de enfermedad gastrointestinal inespecífica. (45,46).
c. Patología
En humanos no se ha logrado demostrar inflamación intestinal por estudios
endoscópicos (colonoscopia y endoscopia) en pacientes sintomáticos con B. hominis. Sin
embargo, en animales de experimentación, una vez inoculados intracecalmente con B.
hominis, se demostró inflamación, revelando penetración del parásito al epitelio, sin
sobrepasar la lámina propia (46).
22
El poder patógeno de este protozoario es controversial. Existen pacientes que están
infectados con B. hominis y sin embargo, no tienen síntomas clínicos. Por el contrario, son
muy numerosas las publicaciones que relacionan a este parásito con manifestaciones
gastrointestinales. Recientemente, se ha relacionado B. hominis con manifestaciones
extraintestinales de tipo cutáneas (como la urticaria crónica) y sinovitis. (46).
La sintomatología gastrointestinal incluye náuseas, vómitos, dolor abdominal,
flatulencia, diarrea acuosa, tenesmo, constipación, prurito anal, baja de peso, malestar
general, anorexia, fiebre, y algunas veces, pérdida de sangre en las heces. En pocos
casos, se ha demostrado eosinofília (46).
La infección sintomática puede ser autolimitada (de dos a tres días) o puede
cronificarse por varias semanas.
d. Diagnóstico
Exámenes:
Seriados de Heces y Cultivos: Realizado en un laboratorio especializado en la
identificación de las diferentes formas de B. hominis. Se pueden realizar tinciones
especiales, como tricrómica. Es importante, anotar el número de B. hominis por campo
40x, con el fin de orientar al clínico en su conducta terapéutica (46). Endoscopia y biopsia:
En casos excepcionales, se realizan estudios endoscópicos para verificar la presencia
parasitaria en muestras de mucosa tomadas durante el estudio (46).
Técnicas inmunológicas: Se puede realizar inmunofluorescencia en heces para identificar
B. hominis en heces (46).
e. Tratamiento
En la mayoría de los casos, la infección es autolimitada. El tratamiento, se reserva
para aquellos casos, en la cual, la sintomatología clínica persiste y se han descartado
otros agentes etiológicos. Las drogas antiprotozoarias recomendadas como primera
elección son los imidazóles como el Metronidazol, en niños 15mg/kg/día, máximo
300mg/día durante 5-10 días (52).
f. Prevención
Se realiza con el lavado de manos, alimentos, evitando el contacto con animales,
condiciones de hacinamiento, evitar las prácticas sexuales buco-orales y una buena
disposición de excretas (46).
23
10. Trichomonas hominis
a. Generalidades
Solo se ha observado la fase de este trofozoíto en este flagelado. El organismo móvil
es piriforme y mide de 5 a 14 micras de largo por 7 a 10 de ancho. Tiene generalmente de
3 a 5 flagelos anteriores libres y uno más bordeando los márgenes de la membrana
ondulante, con el extremo posterior libre (8).
El hábitat de T. hominis es el área cecal del intestino grueso del hombre y de otros
primates y en donde el organismo se nutre característicamente de las bacterias entéricas
que toma con su citostoma, además también puede ingerir glóbulos rojos (8).
b. Diagnóstico
En heces formadas es difícil identificar el organismo, porque se redondea y pierde
sus movimientos característicos de la fase activa (8).
La infección se efectúa por medio de la ingestión del trofozoíto, este sobrevive el paso por
el estómago e intestino, siempre y cuando este trofozoíto haya sido ingerido en un medio
como leche o atol (ver anexo 12). La infección se diagnostica más frecuentemente en
climas cálidos que fríos y más en niños menores de 10 años (8).
No se ha demostrado que T. hominis sea patógena per se o que produzca trastornos
intestinales. No obstante, su presencia en las materias fecales indica una condición
anormal que requiere atención médica (8).
c. Tratamiento
No hay indicación de tratamiento específico, aunque se puede utilizar Albendazol,
Metronidazol, Secnidazol y Tinidazol. La profilaxis se fundamente en mejorar la higiene de
la comunidad y la higiene personal (8)
24
METODOLOGIA
POBLACIÓN Y MUESTRA
CRITERIOS DE INCLUSIÓN:
1. Pacientes menores de 15 años con enfermedades intestinales que vivan en el área del
consultorio, que fueron atendidos en consulta o en terreno en el periodo de estudio.
CRITERIOS DE EXCLUSIÓN:
3. Pacientes que abandonen el área por algún motivo durante el período del estudio.
25
PROCEDIMIENTOS, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS
26
LA OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES
Signo es cualquier
Cuantitativa continua Alteración Leve
manifestación objetivable
Signos Alteración consecuente a una
Moderada enfermedad o alteración de la
salud, y que se hace evidente
Alteración Aguda
en la biología del enfermo.
27
A fin de cumplir con el objetivo específico 2, se tomaron como referencia la siguiente
variable:
28
Con el objeto de cumplir con el objetivo específico 3, se plantearon las siguientes
variables:
29
PLAN DE ANÁLISIS DE LOS DATOS
CONSIDERACIONES ÉTICAS
ASPECTOS ADMINISTRATIVOS
Recursos
30
Es obvio que para el desarrollo de la investigación se hizo necesario contar con
recursos de diversas índoles tales como:
Recursos humanos:
Pacientes menores de 15 años con enfermedades intestinales, Interno de primer año
de MGI, y asesor médico de la investigación. El siguiente cuadro resume los recursos
utilizados.
RECURSOS RUBROS
CANTIDAD
ACTIVIDADES COSTO COSTO
UNITARIO TOTAL
20 Refrigerios 80 1600
TOTAL 14600
31
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES.
Actividad
M J J A S O N D E F M A M J J
Revisión Bibliográfica
Cotización de
materiales y solicitud
de financiamiento.
Selección de la
muestra de estudio
Diseño del
procedimiento de la
Investigación
Análisis de los
resultados
Procesamiento de los
resultados
Revisión y corrección
del informe
32
Presentación del
trabajo final
En relación a los ítems del cuestionario aplicado, relacionados con los antecedentes
patológicos de los pacientes encuestados, se pudo constatar que el 100% de los
encuestados ha sufrido en alguna oportunidad de alguna infección estomacal producida
por parásitos intestinales presentando síntomas como diarreas, dolor estomacal y
vómitos. (Anexo 6 - Grafico 1)
Lo anterior coincide con lo publicado por Di Lorenzo C, Colletti RB, Lehmann HP,
Boyle JT, Gerson WT, Hyams JS, de Technical Report of the American Academy
of Pediatrics and the North American Society for Pediatric Gastroenterology,
Hepatology and Nutrition, cuando señalan que casi la totalidad de las consultas
pediátricas arrojan como evidencia que los pacientes pediátricos han sufrido en algún
momento de trastornos estomacales asociados a parasitosis y su respectiva
sintomatología (55)
Así mismo, las manifestaciones digestivas en los niños son una causa frecuente de
consulta en la práctica diaria; se estima que constituyen del 2 al 4% de la consulta
pediátrica. Los síntomas pueden ser atribuidos a causas orgánicas o funcionales, siendo
estas últimas las más frecuentes; de hecho, en menos del 10% de los casos se identifica
una causa orgánica como origen de la sintomatología gastrointestinal, sino más bien de
tipo parasitaria; según lo acotado por Nuñez, F. Gonzalez, M. Escobedo, A y González, A
(2014), en su trabajo Parasitosis Intestinal. (56)
33
mundialmente, las infecciones gastrointestinales son una de las causas más importantes
de morbimortalidad entre los lactantes y niños. Se ha estimado que en Asia, África y
Latinoamérica la probabilidad de que un niño muera antes de los 5 años puede llegar a
50%, aunque esto depende de factores socioeconómicos y nutricionales. (57)
Así mismo, En Cuba se realizó un estudio sobre parasitismo intestinal en 401 niños
ingresados en el Hospital Universitario Pediátrico del Cerro entre los meses de mayo y
junio de 2009. La prevalencia de parasitismo intestinal fue de 15% en el hospital, y no se
encontraron diferencias entre el estrato de niños ingresados en Gastroenterología con el
resto de los servicios en cuanto a comensales y parásitos en 5 general. El análisis de
algunos antecedentes epidemiológicos demostró que aquellos niños que comían frutas
con cáscaras sin lavar, los que ingerían vegetales sin lavar, y los que andaban descalzos,
estaban más propensos a la infección. Además se demostró una mayor frecuencia de
infección por parásitos intestinales, entre los que vivían en zona rural, tomaban agua de
pozos o ríos, y defecaban en letrinas o a cielo abierto. (58)
Aunque la tendencia general es que las parasitosis intestinal no tiene predilección por
géner omo lo dice un estudio realizado en Barquisimeto (Mendoza, 2012) para determinar
la frecuencia de parasitosis intestinal en 267 escolares de 4to grado de tres unidades
educativas del medio urbano de la Ciudad de Barquisimeto. El 87,9% de la población se
encontró parasitada, no hubo predilección por género. El mayor porcentaje de parasitosis
fue por protozoarios. (59).
La tabla 2 (anexo 4) que muestra Distribución por signos y síntomas de los pacientes
con enfermedades intestinales del km 9 2014-2015; muestra que todos los infectados con
parásitos protozoos presentaron diarreas, 48 leve, 12 moderada y 10 diarreas agudas;
34
68,5 %, 12,2% y 14,3% respectivamente, así lo reseña Gregorio Pérez Cordón (2009) en
su trabajo “Formación de escuelas saludables: estudio de parásitos intestinales en niños
de la provincia de Trujillo (Perú), al señalar que el mecanismo fisiopatogénico del daño es
distinto según la naturaleza del parásito; los protozoos normalmente producen
diarreas agudas o crónicas por lesiones o reducción del número de vellosidades
intestinales, lo cual disminuye la superficie de reabsorción del intestino delgado, o
forman úlceras en el intestino grueso que se manifiestan como diarreas disentéricas
con mucus, pus y sangre. (60)
35
cuarta causa de muerte en el mundo debida a infección por protozoarios después del
paludismo, la enfermedad de Chagas y la leishmaniasis, y la tercera causa de morbilidad
después del paludismo y la tricomoniasis, Centro y Suramérica, África y Asia se
consideran zonas endémicas para amebiasis. (63).
Los factores de riesgo más importantes derivan del mal saneamiento ambiental y de
hábitos higiénicos inadecuados. El elevado porcentaje de portadores asintomáticos y la
dificultad de detección de los trofozoitos facilitan la transmisión al no existir sospecha del
padecimiento del cuadro. La prevalencia real de la infección no es conocida y los estudios
realizados arrojan resultados muy dispares (1-50%) debidos fundamentalmente a la
36
población estudiada y a la metodología de diagnóstico empleada. Se considera un cuadro
prevalente en guarderías. (66)
CONCLUSIONE
A manera de conclusión se puede decir que las infecciones por parásitos intestinales
constituyen aún un importante problema de salud, por sus altas tasas de prevalencia y
amplia distribución mundial, sobre todo en las regiones tropicales y subtropicales
Se ha demostrado que estas infecciones persisten más tiempo y son más intensas en
los niños, con efectos deletéreos tanto sobre el crecimiento y desarrollo, como sobre el
aprendizaje.
37
grupos con diferentes niveles de privilegios sociales, reflejados en las diferencias del nivel
socioeconómico, género, localización geográfica, étnicas, religiosas y edad. Por lo tanto,
promover equidad en salud busca reducir la injusticia y las brechas sociales innecesarias
en salud y atención de la salud, mientras se trabaja eficientemente para obtener mejoras
para todos.
El trabajo del personal médico tiene no solo una dimensión salubrista, sino social, al
promover salud, proporcionando a las comunidades los medios necesarios para mejorar
su salud y ejercer un mayor control sobre la misma.
38
RECOMENDACIONES
39
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICA
2.- Liset Corrales Fuentes1, Sandra Hernández García2, Miguel Angel Rodríguez
Arencibia3, Aydely Hernández Pérez. Parasitismo intestinal infantil: factores
epidemiológicos en Orange Walk, Belice. Rev Ciencias Médicas vol.15 no.4 Pinar del Río
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situation in urban perubian, and rural populations in Brandsen. Rev Parasitol Latinoam
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pacientes ambulatorios, Lima Perú. Rev Depto Micro 2003; 15(21): 177-180.
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31. Fernández J. Infección por Giardia lamblia y síndrome de colon irritable. Soc Esp Ped
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Diciembre 2002; 28(4): 316-318.
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Rev Med Argentina 2007; 15(1-3): 215-219.
53. Lazarte R et al. Tratamiento comparativo de la infección por Blastocystis hominis con
Metronidazol y Secnidazol. Rev Soc Peruana de Med Interna 1999 12(4): 201-225.
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62.- EPIDEMIOLOGIA (EPI – 10), (2004). Morbilidad por Parasitosis. Maturín Estado
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63.- Petri WA Jr, Haque R, Lyerly D, Vines RR. Estimating the impact of amebiasis on
Health. Parasitol Today. 2000;16:320-1.
66.- Galván E. Parasitismo Intestinal en círculos infantil. (2010) Rev. Cub. Med. Gen. Int,
6.
46
ANEXO 1:
AUTORIZACIÓN
Atentamente;
________________________________
Firma y cédula
47
ANEXO 2
CUESTIONARIO (ENCUESTA)
OBJETIVOS:
General:
Caracterizar las enfermedades intestinales causadas por parásitos protozoarios en la
población infantil menor de 15 años del sector Km 9 de la parroquia Presidente Páez del
municipio Alberto Adriani del estado Mérida.
Específicos:
Instrucciones:
Lea detenidamente cada pregunta.
Responda con absoluta sinceridad.
Si no entiende alguna pregunta pregunte al entrevistador
48
ENCUESTA PARASITOLÓGICA
Edad del paciente _____ años, Genero del paciente: M________ F__________
ANTECEDENTES PATOLOGICOS
Ha presentado:
Diarreas: ________
Vómitos: ________
Otros: _______
CONDICIONES DE VIVIENDA:
Tipo de casa: Bloque __________, lámina de metal ________, adobe __________ otro
________
Piso de la casa: tierra _____, cemento: _____, ladrillo _____, cerámica ____, otro
____
HABITOS DE DEFECACION:
49
Sanitario: SI ________, NO ________, Letrina: SI ________, NO ________
LAVADO DE MANOS:
Siempre ___________
A veces ___________
Nunca ___________
TIPO DE CALZADO
TIPO DE COCINA:
50
ANEXO 3.
CARACTERIZACIÓN DE LAS ENFERMEDADES INTESTINALES PRODUCIDAS POR
PROTOZOOARIOS EN MENORES DE 15 AÑOS.
SECTOR KM 9. EL VIGIA. 2014 – 2015.
SEXO NO. %
MASCULINO 35 50
FEMENINO 32 45
TOTAL 67 95
Fuente: Cuestionario
51
ANEXO 4:
L M A L M A
Fuente: Cuestionario.
52
ANEXO 5:
M F
Amebas 35 35 50 50
(Sacordina),
Ciliados (Ciliophora), 50 35 50 50
Apicomplexa 0 0 0 0
(Apicomplexa)
Microsporidios 0 0 0 0
(Microsporidia)
53
ANEXO 6
60
50
40
Masculino
30
Femenino
20
10
0
Numero Porcentaje
54
ANEXO 7
80
70
60
50
Leve
40
Moderada
Aguda
30
20
10
0
Diarrea Dist. Est Somn y Pes Gases Aspecto piel
55
ANEXO 8
40
35
30
25
20 Masculino
Femenino
15
10
0
Amebas Ciliados Flagelados Apicomplexa Microsporidios
56