Dei Verbum

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Arquidiócesis de Mérida

Seminario San Buenaventura


Asignatura: Introducción a la Sagrada Escritura
Profesor: Pbro. Julio León
Nombre: Alexis Morales
Primeros tres capítulos de la Constitución dogmática de la Divina Revelación
En esta esta constitución del Concilio Vaticano II llamada Dei Verbum, es colocada para exponer la
auténtica doctrina sobre la revelación, y la trasmisión que debe llevar a todo el mundo, con un fin
único, de que pueda ser oído y puedan creer. En esta parte se hablará sobre los primeros tres
capítulos como lo son: LA REVELACIÓN EN SI MISMA, LA TRASMISIÓN DE LA REVELACIÓN
DIVINA Y LA INSPIRACIÓN DIVIDA DE LA SAGRADA ESCRITURA Y SU INTERPRETACIÓN.
El primer capítulo de esta constitución dogmáticas se hace referencia a la iniciativa de Dios de
revelarse al hombre, mostrando así el acceso que puede tener al Padre en el Espíritu Santo, y
manifiesta la manera en la cual se hace participe de la naturaleza divina. Es como a su vez muestra la
verdad acerca de Dios, como lo es también nuestra salvación que se ha revelado por Jesucristo
siendo el que media por cada uno de nosotros y mostrando la planitud de la revelación que posee.
En este mismo primer capitulo se puede mostrar el testimonio de Dios y su existencia en cada una de
las cosas que ha creado, y más aún la manifestación que ha tenido con su pueblo, desde Abraham
padre de la fe hasta llegar a los reyes, siendo esto pues una manera de preparación para lo que sería
el camino del Evangelio, que mostrara la llegada de Jesús, siendo esto el punto culmen de la
revelación unido también a el Espíritu de la verdad, es por eso que “por medio de la revelación divina
quiso Dios manifestarse a Si mismo y los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de
los hombres”1.
En el segundo capitulo nos muestra como el plan de salvación de Dios fue resguardado y siendo esto
completado y promulgado por Jesucristo, dejándoselo a los apóstoles, para que por medio de ello
fuera transmitido con cierta fidelidad a sus sucesores como lo serán los obispos, afirma también que
la Sagrada tradición y la Sagrada Escritura son el deposito de la fe, que la Iglesia resguarda y
custodia. Es importante la conservación la predicación apostólica hasta el fin de los tiempos, por una
forma de sucesión continua, es como esto se puede definir como la Sagrada Tradición, que por medio
de las luces del Espíritu garantizar la verdad completa a la Iglesia, ya que es guiada por el mismo
Espíritu y será quien la guie hasta el fin de los tiempos. Es de suma importancia y es algo que refleja
este capítulo como la Sagrada tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia son designio
de Dios, y que unidos y guiados por el Espíritu Santo contribuyen para la salvación de las almas.
En el capitulo tres hace referencia de la utilidad que le da Dios al hombre con respecto a la Sagrada
Escritura, ya que su único autor es Dios, pero se vale del hombre para que por sus medios y
facultades pueda poner todo por escrito, siendo esto guiado por el Espíritu Santo para nuestra
salvación, ya que “la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo espíritu que se
escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados”2.

1
Concilio Vaticano II, “Constitución pastoral Dei Vebum sobre la divina revelación”, p. 83, n° 6.
2
Ibid. pág. 87. N° 12

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