Estado Actual de La Psicoterapia en Uruguay 1975

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Revista Interamericana de Psicología, 1975, 9, 1-2

ESTADO ACTUAL DE LA PSICOTERAPIA EN EL


URUGUAY
Elida J. Tuana
Montevideo
Uruguay

El problema de la posición profesional del psicólogo en el Uru-


uuay es sumamemte complexo pues no existe título habilitante ni
reglamientación al especto del trabajo en psicología. La Sociedad
de Psicología del Uruguay ha planteado en forma reiterada, ante sus
asociados y ante las autoridades gubernamentales, la necesidad de
que se reglamenten las actividades profesionales de los psicólogos y
en especial los psicoterapeutas.
En la Hoja Informativa N° 30-31, de enero-junio de 1974, se
reproduce una nota enviada en respuesta a una consulta del Decano
de la Facultad de Medicina, en la que la Sociedad sostonía: . . el
psicólogo puede hacer psicoterapia pues ésta es una actividad pro­
fesional inherente al mismo, y, en consecuencia debe ser capacitado
para un desempeño eficaz” — y se agregaba: “ Creemos que el pro­
blema de la duda acerca de las posibilidades psicoterapéuticas del
psicólogo, tien varias raíces, de las que destacamos dos:
(a) la que viene del nombre de la función: terapéutica, tiene
una fuerte connotación médica y siglos de respaldo como integrando
la profesión médica; se olvida el prefijo “ psico” pues es una cura o
mejor una rehabilitación que emplea procesos psicológicos;
(b) la que deriva de que nuestras universidades no se forma
para el ejercicio de la psicoterapia” .
Psicólogos que practican psicoterapia generalmente se conside­
ran psicólogos clínicos, pero hay algunos que se consideran y se de­
nominan psicoterapeutas.
El psicoterapeuta mantiene relaciones profesionales con psiquia­
tras y la comunidad psiquiátrica en general. En hospitales, clínicas
y algunos otros servicios, trabajan los psicólogos en equipos, usual­
mente bajo la jefatura de un médico psiquiatra.
En este aspecto, existen también diferencias entre lo que sos­
tiene la Sociedad de Psicología del Uruguay y algunos anteproyectos
de reglamentación que existieron en el Ministerio de Salud Pública.
El Anteproyecto mencionado dice en el inciso d) del Art. 4o:
“ La terapia debe hacerse bajo control del médico especialmente ha­
bilitado y dentro de los límites de su especialización” .
Y el Anteproyecto de la Sociedad, en su Art. 8o expresa: “ La
psicoterapia, en cuanto técnica cuya aplicación exige un enfoque in­
terdisciplinario de los conceptos de salud y enfermedad, podrá ser
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TUANA

realizada por psicólogos profesionales en la medida en que la labor


sea conceptada en consulta entre médico y psicólogo, bajo las perti­
nentes responsibilidades profesionales” .
La reglamentación del Instituto de Psicoanálisis de la Asocia­
ción Psicoanalítica del Uruguay en su capítulo III establece:
Art. 13°— Los psicoanalistas no médicos, deberán cumplir con
las siguientes condiciones:
a) No podrán emprender un psicoanálisis sin que el paciente
sea diagnosticado previamente por un médico que recomiende este
tratamiento.
b) El médico que envía un paciente a un analista aceptará tomar
la responsabilidad del caso, ejerciendo los controles que estime ne-
carios según su naturaleza.
Como so desprende de lo expuesto, al no existir una reglamenta­
ción y una delimitación de los campos profesionales, los puntos de
vista de las distintas asociaciones son diferentes y hasta contradic­
torios.
Es difícil decir como se ve el psicólogo o psicoterapeuta; en la
actualidad, está a estudio de una comision a nivel ministerial la es­
tructura a dar al Instituto de Psicología y la formación psicológica
en general. La Comisión ha solicitado asesoramiento a las Socieda­
des de Psiquiatría, Psicología, etc. pero es aventurado arriesgar
opinión sobre el tema.
En esa oportunidad, nuestra Sociedad postuló: “ . . . debe for­
marse a los psicólogos para ejercer la psicoterapia mediante cursos
teóricos intensivos, práctica suficiente en casos individuales y ma­
nejo de grupos, supervisión de la misma por profesionales capacita­
dos y solventes, aprendizaje real del trabajo en equipo multidiscipli-
nario” . “ Consideramos, además que es importante que se proceda
al estudio sistemático y en profundidad de las distintas técnicas y
que el propio psicoterapeuta en formación aprenda a aceptar y
manejar sus propios conflictos buscando su solución a través de la
psicoterapia.
“ Reiteramos que la psicoterapia es un aspecto científico que
debe ser estudiado con todo rigor para no caer “ en sobresimplifica-
ciones metodológicas en las que el “ apoyo” , el “ consejo” y la “ suges­
tión” se pretenden convertir en pseudo-elaboradores técnicos que
sólo contribuyen al descrédito del verdadero ejercicio psicoterapéu-
tico” .
De los antes mencionado se desprende que no hay formación es­
pecífica en psicoterapia, ni entrenamiento a nivel oficial. La Univer­
sidad de la República y la Facultad de Humanidades no forman psi-
coterapeutas, y sí, psicólogos clínicos, de cuya formación daré una
idea.
Generalmente, los psicólogos se forman en el Instituto de Psico-
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Uruguay

logia de la Facultad de Humanidades y Ciencias que, en el Plan 1971,


prevé los siguientes títulos escalonados: licenciado, psicólogo, doctor
en psicología.
La licenciatura, con cuatro años de estudios específicos en psico­
logía capacita para “la utilización de métodos y técnicas psicológicas
en los dominios siguientes: (a) Diagnóstico psicológico; (b) Orien­
tación vocacional, profesional y ocupacional; (c) Orientación edu­
cacional; (d ) Orientación en problemas de adaptación y conducta;
(e) Docencia (cuando se requieren conocimientos y /o las técnicas de
algunos de los órdenes señalados anteriormente).
El título de psicólogo tiene una duración mínima de dos años
sobre el de licenciado y “ posibilitará el perfeccionamiento profesio­
nal y/o la profundización de los estudios con miras a la investiga­
ción y la docencia” .
Las áreas de especialización previstas son las siguientes: Psi­
cología educacional; Psicología social; Psicología clínica; Psicología
psicofisiológica.
El Doctorado se regirá por las disposiciones que reglamentan
el Doctorado en las demás disciplinas de la Facultad.
El Curriculum de Psicología incluirá:
1. Seminarios técnico-prácticos tales como: Psicopatología de
la infancia, adolescencia, madurez y senectud; Métodos de psicote­
rapia individual y colectiva; Técnicas de diagnósticos diferenciales;
Métodos de rehabilitación educacional y ocupacional; Etica profesio­
nal y normas de trabajo interdisciplinario.
2. Programa de trabajos prácticos supervisados (mínimo 225
horas). Se complirá en servicios públicos asistenciales dedicados a
psicología y psicopatología en diferentes edades.
S. Trabajo de investigación, sobre material clínico de uno o más
de los servicios de práctica.
Hay centros de entrenamiento especializados, dependientes, fun­
damentalmente de las Asociaciones o Institutos por ellas creados.
Podemos considerar psicoterapeutas psicoanalíticos, psicodramatis-
tas, y psicoterapeutas derivados de la psicología social.
Los psicoterapeutas psicoanalistas se forman en el Instituto de
Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay, a través
de las siguientes etapas: (a) Análisis personal; (b) Formación teó­
rica; (c) Práctica analítica supervisada.
El análisis personal es precedido de la presentación del curricu­
lum con títulos, méritos y trabajos y el candidato debe poseer título
en algunda de las ciencias del hombre u obtenerlo antes de la termi­
nación del mismo.
La formación teórica estará constituida por Seminarios curri-
culares obligatorios, y grupos de estudio de libre elección.
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TUAN A

Los Seminarios curriculares obligatorios tendrán una extensión


de cuatro años, con cuatro horas semanales de trabajo y se centran
sobre el estudio de la obra de Freud y sus continuadores.
La práctica analítica supervisada se iniciará a pedido del inte­
resado, después de iniciado el segundo año de Seminarios y antes de
empezar el tercero, y consistirá en tres supervisiones de análisis,
dos de adultos y una de niños.
El Artículo 3C de la Sociedad Uruguaya de Psicodrama esta­
blece: Podrán se Psicodramatistas exclusivamente los médicos psi­
quiatras con el título de la Facultad de Medicina del Uruguay y los
psicólogos con título universitario que hayan cumplido el correspon­
diente programa de formación estructurado por la Sociedad de Psi­
codrama para otorgar el certificado correspondiente.
La formación y práctica tiene una duración de dos años y se
realiza en la Cátedra de Psiquiatría, funcionando en el Hospital de
Clínicas en dependencias de la Policlínica Psiquiátrica.
Para obtener el certificado de Psicodramatista se deberá totali­
zar 80 horas de co-coordinación y 40 horas de coordinación supervi­
sada, así como una tesis final que será aprobada por un tribunal
constituido por tres Psicodramatistas.
Los grupos de Psicología social forman sus psicoterapeuta« para
la terapia individual, familiar o institucional de acuerdo a la técnica
de Enrique Pichón Rivière que denomina “ Grupo operativo” o “ gru­
po centrado en la tarea” .
La formación inicial estuvo a cargo de los Dres. Armando Zau-
leo, quien hizo conocer el camino iniciado por Pichón Rivière con la
creación de la primera Escuela Privada de Psicología Social de Bue­
nos Aires, Hermán Kessleman, Eduardo Pavlowsky, Gregorio Baren-
blit y el filósofo Juan Carlos Brassi, que profundizaron la noción de
grupo familiar como objeto y campo de articulación individuo-socie­
dad; duró de 1965 a 1972, y a raíz de ese trabajo se creó en Monte­
video el Centro de Psicología Social. En la actualidad, los ya forma­
dos están trabajando en la formación de nuevos cuadros a través de
cursos y grupos operativos.
La formación se hace a tres niveles : experiencia grupal con en­
cuadre de grupo operativo; aprendizaje de técnicas— de discusión,
dramáticas, analíticas y de grupo operativo siempre dentro del en­
cuadre de grupo operativo; aprendizaje y clínica a través de semi­
narios y grupos de control.
La formación está prevista para tres años, pero de hecho in­
sume un tiempo mayor.
Con respecto a las tendencias teóricas y prácticas en psicotera­
pia en el Uruguay, existen las siguientes en el momento actual: psi­
coterapia psicoanalítica ; psicoterapia psicodrámatica ; psicoterapia
dinámico-conductual; psicoterapia dinámico-expresiva ; psicoterapia
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Uruguay

familiar; psicoterapia infantil por el juego, grupos de espera; réve


eveillé ; laborterapia.
No describiré la psicoterapia psicoanalítica, la psicodramática,
el reve eveillé, ni la infantil por el juego, por ser corrientes psico-
terapéuticas conocidas a nivel mundial, cuya descripción más so­
mera, excedería, con mucho, los límites de este trabajo.
Intentaré dar una idea de las dinámico-conductual, dinámico-
expresiva, familiar y de grupos de espera, así como algunas otras
técnicas en desarrollo que parten de la psicología social.
La psicoterapia dinámico-conduetual es el resultado de una in­
tegración entre conceptos de orden conductista y de actividad psico­
lógica conciente e inconciente, referidos a la conducta humana reali­
zada por el Dr. Fortunato Ramírez. En el trabajo publicado en Acta
Psiquiátrica y Psicológica de América Latina (16, 125, 1970) pueden
encontrarse los fundamentos de la tarea integradora; como síntesis
aquí diremos que considera a nuestro cuerpo viviente funcionando
en un orden jerarquizado de actividades cuyo exponente último es lo
que llama psíquico, con sus vertientes externas e internas. Proce­
diendo analógicamente con una computadora electrónica, lo psíquico
es tan material como lo anatómico y fisiológico, expresando el nivel
jerárquico más elevado del proceso material, que hace al hombre
capaz de conocer el mundo.
Este criterio nonista y objetivo no mecanicista ubica la psico­
terapia en un todo capaz de modificar la conducta humana trastocada
(psicopatologia) no sólo a través de la palabra vivenciada en la co­
municación (como en tantas formas de psicoterapia) sino a través
de actuaciones corporales que ponen en marcha procesos físicos y
psíquicos.
Se utilizan tres áreas de actuación: (a) el entrenamiento auto*
geno de Schultz; (b) desinhibición recíprocas de J. Wolpe; (c) de­
sinhibición de acuerdo a ciertos patrones mórbidos (F. Ramírez).
La primer área de actuación es psicosomàtica, realmente y no
meramente conductista y provee situaciones típicamente antiangus­
tiosas.
La segunda actuación es típicamente conductista y utiliza imá­
genes precisas de la experiencia del paciente, como situaciones neu­
róticas, que se reviven en orden progresivo de carga angustiosa.
Para lograr una adecuada integración entre estas dos áreas el
autor ha introducido, entre ambas, la situación feliz. Realizado el
Schultz, el paciente evoca una imagen precisa de una experiencia pa­
sada en que se haga sentido seguro, sereno, tranquilo, feliz.
La tercera etapa utiliza los patrones mórbidos introducidos por
el Dr. Ramírez, como imágenes de desinhibición, similar al Wolpe,
pero que han sido elaboradas por el psicoterapeuta utilizando el ma­
terial psicológico del paciente en entrevista sobre su curso de vida o
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tomado del examen psicológico basado en tests proyectivos o inte­


grando ambos.
Esos patrones son cuatro: (a) relaciones objetales tempranas;
(b) tipo vivencial; (c) mecanismos defensivos; (d) actitud frente al
mundo.
Las relaciones objetales tempranas se refieren a las vinculacio­
nes conscientes e inconscientes con las figuras parentales o sus subro­
gados, así como a todas aquellas que hayan tenido jerarquía forma-
dora en el curso del desarrollo psíquico del sujeto.
Los tipos vivenciales se dirigen a las modalidades habituales de
sentirse el sujeto frente al mundo, en cuanto tinte afectivo de su
mundo interno. Se destacan las vivencias frecuentes de inseguridad,
desamparo, aridez, resentimiento, desdén, amargura, hostilidad, etc.
(Formas del humor).
Los mecanismos defensivos se refieren a los que Ana Freud y
otros psicoanalistas han hecho conocer en el curso de las psiconeu-
rosis.
En la actitud frente al mundo se recogen las dificultades actua­
les del sujeto con I03 otros y para el logro de su obra; se refiere pues,
a vínculos objetales actuales, de orden social.
Este método comenzó a utilizarse en la Clínica Psiquiátrica de
Montevideo, Hospital de Clínicas, en enfermos neuróticos, indivi­
dualmente y en grupos y al mismo tiempo en la rehabilitación, en
grupos, en alcoholistas crónicos, con otras actividades grupales.
La psicoterapia dinámico-expresiva, establece la comunicación a
través del símbolo pictórico.
La lectura de estos símbolos es el modo que tiene el psicotera-
peuta de indagar lo inconsciente.
Tratándose de una psicoterapia de grupo, cada representación
pictórica debe ser considerada como una producción grupal y por
lo tanto la interpretación y descodificación del símbolo, atañe a todos
los integrantes y está ilustrando la situación del momento.
Además del psicoterapeuta coordinador actúa el psicoterapeuta
observador quien, según el encuadre establecido puede también ac­
tuar como co-coordinador.
Son autores de la técnica y sus ajustes los psicólogos Juan C.
Carrasco, Yolanda Martínez y Mauricio Fernández.
Existe otro grupo dentro de la psicoterapia dinámico-expresiva
que establece la comunicación a través del símbolo musical.
La mencionada técnica de Pichón Riviere y la formación del
Centro de Psicología Social del Uruguay, fue el origen de técnicas que
luego se diversificaron, entre las que mencionamos: psicoterapia fa ­
miliar, análisis drámatico, grupos de espera, la asistencia combinada.
El análisis dramático surge a raíz de la lecture y discusión de
la “ Psicología Concreta” de George Politzer que indujo a un grupo
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Uruguay

dentro del CPS a revisar las bases de la psicología clásica, así como
la determinación de su objeto de estudio y de su cuerpo teórico-meto-
dológico.
En los años 1973/74 comienza a utilizarse, a título experimen­
tal, las bases hipotéticas de Politzer y a realizarse las primeras psi­
coterapias a la luz del “ análisis dramático” consistente en el estudio
del “ drama” , conjunto de relaciones dramáticas (vida humana) que
implican los hombres considerados en su totalidad e interrelacionali-
dad, en que cada individuo tiene su drama (argumento propio) in­
dividual, segmento del drama general, que es la vida.
Los “ grupos de espera” están basados en la concepción de “ Chi­
vo Emisario” y “ Noción de Emergente” formulada por el Dr. En­
rique Pichón Reviére y reelaborada por el Dr. Armando Bauleo, se­
gún la cual, el niño motivo de la consulta, es sólo el depositario de
toda la conflictiva familiar.
Se solicita simultáneamente la concurrencia del niño y de los
padres. Los niños, de ambos sexos son atendidos por la Psicoterapia
dinámico-expresiva que ya expusimos y los padres por la Técnica
del Grupo Operativo. Los dos grupos funcionan simultáneamente,
en el mismo local aunque en ámbitos diferentes y cada uno tiene su
equipo terapéutico, es decir coordinadores y observadores diferentes.
La simultaneidad de funcionamiento permite visualizar las fan­
tasías acerca de lo que puede estar aconteciendo en el grupo que fun­
ciona paralelamente.
La tarea o finalidad es : elaborar la angustia de la “ espera” de
la cura. Sabiéndose los padres partícipes de la conflictiva que hasta
el momento estaba centrada en el niño, visualizar la comunicación
y asunción de roles de la pareja; poder elaborar los cambios que se
efectúan en los hijos; aceptar la movilidad de roles y aprender a re­
lacionarse en estas nuevas estructuras familiares.
La psicoterapia familiar, parte, como las dos anteriores, de los
principios elaborados por E. Pichón Rivière. Toma, fundamental­
mente el concepto de tarea, cuya resolución pone en juego dos miedos
básicos, el de pérdida y el de ataque. La tarea se desarrolla en dos
planos: manifiesto y latente, y dentro de cada grupo que desarrolla
una tarea, es necesario considerar el existente, la interpretación y
el emergente. Esta es la labor del coordinador, pero en los grupos
funciona además un observador que lee la relaeión coordinador de
grupo.
El análisis dramático surge a raís de la lectura y discusión de
las teorías de la comunicación, de los roles y del vínculo. “ La psico­
logía social que postulamos tiene como objeto el estudio del desarrollo
y transformación de una relación dialéctica entre estructura social
y fantasía inconsciente del sujeto, acentuadas como relaciones de
necesidad” . Pichón.
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TUANA

El enfermo es definido como el depositario de una enfermedad


que en realidad pentenece a todo el núcleo familiar, en el cual el
emergente aparece como denunciante del problema que afecta a dicho
núcleo.
La teoría ayuda a definir el campo de acción y el abordaje téc­
nico: a nivel individual, trabajando con el emergente fundamental­
mente con psicoterapias breves en las cuales se incluyo el encuadre
operativo y las técnicas de movilización; a nivel de grupo familiar,
también con técnicas de grupo operativo centradas en la tarea y a
nivel institucional, en que se evalúa la estructura institucional, el
momento institucional y el momento social.
Dentro de la psicoterapia familiar, tenemos que considerar las
terapias combinadas, que es un planteo terapéutico que implica la
participación de más de un terapeuta.
Esta asistencia combinada se ha estructurado a varios niveles.
“ Asistencia Combinada I” en que se desarrolla la articulación de
técnicas individuales y familiares aplicadas en forma simultánea
particularmente con adolescentes o con pacientes que han tenido epi­
sodios psicóticos.
“ Asistencia Combinada II” se usa la combinación del trata­
miento psicológico del emergente y del grupo familiar simultánea con
un tratamiento farmacológico en algún momento del proceso psico­
terapèutico. En esta modalidad de trabajo el éxito y el pronóstico
inmediato y mediato del caso clínico depende del análisis y de la coor­
dinación de los vínculos entre los psicoterapeutas, los psiquiatras, los
pacientes y el núcleo familiar; en general las reuniones del grupo
se realizan con otro grupo de control.
A nivel individual, se da el nombre de técnicas correctivas ya
que Pichón cuestiona el nombre de terapia, que es curar y, en gene­
ral, las técnicas deben servir para romper los estereotipos y permitir
que el sujeto vuelva a manejar los mecanismos de defensa con plas­
ticidad.
El grupo operativo procura re-elaborar el ECRO de cada indi­
viduo.
Intentaré esbozar algunas direcciones que tomará la psicotera­
pia, aunque sea pronosticación. Continuará y se acentuará la di­
versificación de técnicas, ya sea por la influencia de escuelas de otros
países, dado que el Uruguay fue siempre muy receptivo y acogió con
entusiasmo las iniciativas, ya por la creación de técnicas o la modifi­
cación y adaptación de las que se vayan incorporando.
Se irá, cada vez más a las terapias de grupo o combinadas; es
una necesidad impuesta por la masificación y por el reconocimiento
de lo ya planteado por Freud en 1988 : “ En un momento o en otro,
la conciencia de la comunidad se despertará y decidirá que el pobre
tiene tanto derecho a la ayuda psicológica como el que actualmente
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Uruguay

tiene a las técnicas del cirujano que le salva la vida” . El grupo, al


disminuir el costo del tratamiento, permite que más personas puedan
acceder a él.
Dentro de las psicoterapias de grupo, las de grupo familiar,
sean con la técnica da Framo, de la Escuela de Palo Alto, o de Pichón
Reviére están llamadas a adquirir mayor difusión, ya que el núcleo
familiar puede considerarse como “ ámbito privilegiado en que se
expresa la vinculación individuo-sociedad, en esa función de la fa­
milia de reproducir y producir ideología” .
También hay la posibilidad de un aumento de las psicoterapias
breves, ya sea de tipo psicoanalítico, siguiendo las iniciativas de
Alexander, Ferenezi, Malan, Watterson, Bellak, etc. u otras técnicas,
psicoterapias que es preciso aún adecuar y ajustar a los casos pues
en muchos, la actitud activa del psicoterapeuta al abreviar el proceso
puede ser contraindicada.
Considero que aún sabemos poco del funcionamiento del sistema
nervioso; es posible que el avance en ese terreno obligue a replan­
tearse muchos de los postulados actuales.
Considero también, que la educación especializada con métodos
más y más afinados y a veces acompañados de terapia farmacológica
de los niños y adolescentes con problemas de aprendizaje, es una di­
rección poco mencionada pero que tiene bastante importancia en
nuestro país y se extiende cada vez más.
Las dificultades específicas del aprendizaje (dislexias, disgra-
fias, disortografías, discalculias) crean serios problemas que la tera­
pia pedagógica tiende a solucionar.
Cada vez más se tiende al equipo, ya sea psiquiátrico-psicotera-
péutico o psiconeurológico-psicoterapéutico o psiconeurológico-psico-
lógico-educacional.
Aprovecho la libertad que se me brinda para destacar que, la
Sociedad postula: Que la carrera debe incluirse entre las carreras
mayores y debe ser hecha en la Universidad de la República con las
exigencias y garantías de formación profesional que siempre carac­
terizan a la misma; la creación de la Facultad de Psicología, como
institución docente y de investigación; en el aspecto docente se re­
quiere una sólida información biológica, neurològica, genética y so­
ciológica, junto a un profundo trabajo psicológico y una praxis diver­
sificada y supervisada que le permitan la solvencia en su quehacer
profesional. “ Los psicólogos no deben egresar de nuestra Universi­
dad como profesionales desvalorizados, de segunda mano” .

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