EDUARDO PIRONIO, “María y la Argentina”, L´Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, 10/5/1987. Reproducido en: PIRONIO, María y la Argentina en: GRACIELA DOTRO - CARLOS GALLI - MARCELO MITCHELL, Seguimos caminando: aproximación socio-histórica teológica y pastoral de la peregrinación juvenil a Luján, Buenos Aires, Ágape, 2004, 277-280
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EDUARDO PIRONIO, “María y la Argentina”, L´Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, 10/5/1987. Reproducido en: PIRONIO, María y la Argentina en: GRACIELA DOTRO - CARLOS GALLI - MARCELO MITCHELL, Seguimos caminando: aproximación socio-histórica teológica y pastoral de la peregrinación juvenil a Luján, Buenos Aires, Ágape, 2004, 277-280
EDUARDO PIRONIO, “María y la Argentina”, L´Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, 10/5/1987. Reproducido en: PIRONIO, María y la Argentina en: GRACIELA DOTRO - CARLOS GALLI - MARCELO MITCHELL, Seguimos caminando: aproximación socio-histórica teológica y pastoral de la peregrinación juvenil a Luján, Buenos Aires, Ágape, 2004, 277-280
EDUARDO PIRONIO, “María y la Argentina”, L´Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, 10/5/1987. Reproducido en: PIRONIO, María y la Argentina en: GRACIELA DOTRO - CARLOS GALLI - MARCELO MITCHELL, Seguimos caminando: aproximación socio-histórica teológica y pastoral de la peregrinación juvenil a Luján, Buenos Aires, Ágape, 2004, 277-280
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T~stimonio 4 MAnlA y LA ARGF.NTI N'\ I
Cardenal Eduardo F. Pironio
"Me llamará" Jeliz lodas las generaciones ,r(Le /,48)
La primera que llamó feliz a Maria fue su prima [sabel : "Feliz de
r; por haber creído" (Le 1,45). Luego, inmediatamente lo cantó Maria: u fr /lamarallfeliz". Finalmente, fue el mismo Jesús quien lo hizo: "Feli- má hien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican" (Lc 11,2 ). En realidad, en los tres casos se trata de una misma felicidad, la de la fidelidad. Porque Maria dijo ql!.e Sí, el Todopoderoso hizo grandes co- sas en Ella: Maria acogió en su seno la Palabra que se hizo carne y la entregó silenciosamente a los hombres para que fuesen salvos. Por eso, Isabel se nenó del Espíritu Santo, y "'se estremeció de alegria" el niño que llevaba en sus entrañas (e f. Le 1,41). Maria es el símbolo de la alegría de Dios porque fue pobre y sen- cina, servidora fiel y silenciosa del Señor. Desde su pobreza, fidelidad y entrega, María se convierte en Madre de Jesús y Madre nuestra, discípula del Señor, figura y principio de la Iglesia. Así lo sentimos y vivimos todos en la Argentina. Escribir sobre María es siempre fácil; basta que uno dc:jc hablar el corazón agradecido; salen siempre palabras simples y profundas. Es como hablar desde lo contemplado, vivido y expc:rimentado. En algunos casos, es como contar su propia historia providencialmente marcada por la pre- sencia maternal de Nuestra Señora. No cuesta hablar sobre Maria (quizás cueste hablar bien, como Ella se lo merece). En cambio cuesta (por lo menos a mí) hablar de "Maria y la Argel/lina"; porque habrá que hablar de toda la historia de nuestro pue- blo, con fechas y nombres. acontecimientos, visitas, dolores y esperanzas. Cuando Argentina nace como nación independiente (1810) ya hace ca.'ii do siglos que Maria se ha instalado en Luján (1630) Yplantado su trono de gracia en pleno corazón de las pampas argentinas. Desde allí ·como en Nazareul de Galilea- Maria engendró a nuestro pueblo. lo cuidó e hizo crecer, lo incorporó a su fe y su fidelidad, lo hizo simultáneament~. c~c: yeme y argentino, le dio su fisonomia propia y lo mantuvo en la fe cnstla- na y en la unidad de bennanos. J\ie hubiese gustado decir muchas cosas - intere:;antes y esencial~::i muchas de ellas- "~'ob,e M(Jria y la Argella"a"; p"CO t"ngo que aceptar humildemente mis limites de mc:moria y de tiempo. por eso. tambiéncuanuo hablo de María en nuc:strel ticarel, casi siempre me rdiero a lo que par.l nosotros (creo que para lodos) constÍluye el a/me, de nuestro pueblu; Nu '.'1lra , Anlcu10 publicado Cj} L ·OSJ~F\YJ.w,~ I<lJ!lWJw. ~i ióa " flJiJJ1.31 en I¡;n~ua csp.tñnl¡¡, 1015/ 1981, 22~23 . 277 Seliora de L'4ól1. Es lo que más conozco por experiencia personal. Es que allí - en el santuario de Luján- creció mi fe, fui ordenado sacerdote (1943) y consagrado obispo (1964). Desde allí los obispos argentinos me despi- dieron, con toda la Jglesia en la Argentina, cuando vine' a Roma (1975). Quisiera destacar particularmente tres aspectos de la profunda y fuerte piedad mariana de nuestro pueblo argentino. Son tres aspectos que deseo~esel1la,. en 101'110 a las tres virtudes teologales. l. nte todo la fe. Es indudable que María ha constituido siempre
[ para n tros un camino ae fe hacia su Hijo; hacia la paternidad de Dios y
su Providencia. Camino de conversión y vida nueva. Camino de oración. María nos ha engendrado (no sólo individualmente, sino como \ pueblo) desde su propia fe. La semilla del Evangelio había sido sembrada en nuestra tierra por los primero~ ev~ngélizadores, con sabor a María. El tinte mariano de la primera evangelización -característica de todo el con- tinente latinoamericano- quedó 1l1arcando,la fe sencilla ~e nuestro pueblo que siempre creyó en la Trinidad; en la pasióri oel Señor yen lá protección de María. Particularménte el Norte -argentino pósee una rica tradición cristiana y popular.' Este substrato' cultural: rharianÓ -que pertenece al co- razón, de la religiosidad pópúlar'del 'continente.;:ayuda fue~einente a re- chazar las ideologías extrañas y el 'proselitismo de las sectás. Pero no es "sólo uilá fe recibida o : recobrada~ sino también una fe comunicada y comprometida. I;:s interesantecompr9bar cómo María; so- bre todo para lás generáciones jóveneS, es el punto de partida para una nueva evangelizaCión. Son los mis'mos jóvenes Jos:que' hacen de María la primera evangelizadora; la"primera 'misionera, 'la indispensable portadora de Jesús. Hay en la Argentiná un constante 'péregriilar de jóvenes hacia María (en sus santuarios, particularmente el" de Lúján) y luego, con Ella, y llevándola en su imagen 'sagrada;'haciá los 'pueblos pobres. ' La fe se traduce en confianza filial y 'en'oración sencilla. La ora- [ ci?n de los, pobres. n~ es dificil ?i ~Oniplicada; basta abrir los ojós pa~a mIrar desde el sufnmlento y las lagnmas a Nuestra Señora. Hay la segun- dad de ser escuchados por que rezamos 'juntos desde el corazón de un m pueblo que sufre y espera; rezamos "en el nombre de Jesús" y es el Espíri- (J) (') tu que reza por nosotros. Es interesante comprobar cómo los jóvenes han Q) :J rescatado el valor contemplativo y evangelizador del rezo del Rosario. ([) Los jóvenes despidieron al Papa, el ) 2 de abril, cuando regresó a Roma, Q) a. rezando el Rosario. o María inspira desde su propia fe, la fe comprometida de los (') argentinos:"Hagan todo lo que El les diga"(Jn 2,5). No se trata sólo de o :J jJ confiar y de pedir, sino de comprometerse, desde la fe, a construir una (') Q) 1pa~ria d~ hermanos. Concretamente. ~ara los argentino, Luján constituye el mvanable punto de encuentro, dma que pertenece a su propia identi- 3C/) dad. Es también el signo de su profunda religiosidad popular. (') ~uego, la esperanza. Una de las manifestaciones méls concretas de la p~ular devocio'nmáriana en la Argentina es In peregrinación a los Q) :J :J ([) 278 ~ nnt\larios de \a Virgen. Hay muchos en la Argentina y muy importantes, 'como e\ de Nuestra Seliora del Valle de Catamarca, o el de Nuestra Seífo- ra de Ital; en Corrientes. Pero quiero referirme, sobre todo, al que consti- tuye amo e\ corazón espiritual del país: el s~ntuario n~~ional d~l N.uestra ') Selinrn de Lujáll. Diría que la historia d~l país .pasa .por.: allí; nO 'N1Y acontecimiento importante, eclesial o civil, que no !en'g~ relación con Luján. Esto me lleva a pensar en la esperanza; no_,~q,lo coÍpo ,c~:mñ~~z~ en Marí~, sino como camino hacia Ella y qesde EU,a~,;~se_ es el;~e!1!~Qo. de !a.s,coDs- tantes y numerosas per~grinaciones ~l;:s,ªn~u~ri~ q~ la ,Vi.rgep:~;~é. lI~ga,:a Luján para estar con -Nuestra -Señorª'!_c~1ebr~~- ,el:_enc,\l~)1Jr~., y, vol~~r ,a caminar hacia la vida. Y no es s,9.!q, lb}l1a~iy~Aé:1ªs~:gr,~nd~s~R~~~grinaé~o- , nes, organizadas por ,diócesis; ' p~rt9cfui~~,'-~,o~U~i~~4~(~ligiQ$as, aso- ciaciones y movimie.ntos, ~i!1o el; 4~'~.fil~(si\eDci9§~: c~4i 4ía;;q~l 'c:atftp~- sino o del político, del enfenn9 · 6" q~tes,tú~iaº't~;:~~e.1:::ª1l}a de ', ~a,s ~ o deL '. obrero, de la religiosa o del seriü~a.~~~t(!., 'del s"~ce~~ot~:yA~l' 9.~ispo;, ""'~'J '" . Hay algo que si~mpr~~i1!lpl~~siq1J~ ~n Lujár.L·" l9~,iQ.6~~~, ~!º~Jnlff}r-: . mas, la oració~l. Una óraCi()lr~ºnfia~aY ~il~nCib¿a-, pel~~iIª,Ú/C~I11~Iúta; '- ria, hecha de cant(j~ y de ofre.nda~ ~uando~~ :yª~~~P-ujátl;~~~~y~~á Í'~z~r,-,a: pedir, a entregarse;_a pedir".g~aci'as pap~._ sí:;~ p~ra~f~;ralllllia::yflos ;,~¡PigQ,s, para la Iglesia y la patria; ,p~ra lºs- ~nf~<rfuos'~~{,iq.{pó~f~~i· ~stª~~s~~_Itt~ :" parece, una caracterís~ic~. de \9dos 19S ¡~an!~~~ó,s~ ,~J~éQ~~~f1i~,q ,.§Ü~l!_éjQ~() .-:" " .-. y confiado de los que.sufren q)ri' s~'Má~ré'-Y"esper~lh;,~tij~:n~,;~té, pjÓ~n~á," -- Ella y con Ella re~an, a~ !-Jijo.,, '- ." .' , ',.. ". :-_-:;;' :,' ~-'" ,; ~- Hay un camino .hacia:' ~~ján. que_',ni~rece. ~~eFqg~_(acq.4Q-pd~que.. es se,ialadamente un cO:.mino.:. de._~sp.~!·a.nz'(,_ ~r,~l-.4k)o.s;¡9.v..~1j~l~)'odb~ .los años, el primer doming(f~e o,~tubr~; ,se ~n~_u.~ p.ti~~·~eii. Cuján.:,c~I)~enár~_sAé · . miles de jóvenes q~e,p.an per~grin~4.<? di~.d~~a~edoS:Ajie~~tQa({~lJ~b.a.d,o - ' por la tarde y Ja noche. '-S(m'ultán~~m-~~!é:~'~ ~ottqs.,_ reg~¿!í~s 'd~!PCJis :se realiza la misl1Ja peregt;inación :a· difer:ef.1J~t=- ~aiiJ~a'rió.~:-';ari~1Jos..: Hay cálculos -qui:zás ut) poco.opti~istas': d~ li~b~r pa~ad9'~l.mi1lón de jóvenes. De todos .modos, es real ~ue" estosjóven!!s ~aminan, rezan, cantan, se ayudan, se sacrit1~an y esperaQ. ,N9 es un ,camino de excursión o de m turismo, sino de oraciqn, de r.eflexión"d~ conversión. Los.sacerdotes'que en () acompañan a estos jóvenes podrían c,ontar.nos muchas,historias de Dios, Q) :::J verdaderos milagr9s de la gracia: una fe renacida, una vida· rehecha, un ro compromiso apostólico asumido, una vocación descuQierta o decidida. Para Q) c.. el país -y, sobre todo; para laJglesia en la Argentina- una juventud así o constituy~ una firmísima espera~za; pero es ya una clara manifestación () de que Dios está obrando en profundidad. El camino es siempre una acti- o tud de esperanza, pero ,el camino hacia LlIján -o hacia otro santuariO] :::J (') mariano- constituye para ,nosotros el.signo de una patria nueva, siempre Q) idéntica a sí misma y a sus tradiciones, pero que va rehaciéndose como 3 patria;J.!( hermanos. (f) () ~Finalmente, el amor. Ya dijimos que María es, en la Argentina, Q) el indiscutible punto de ,encltentro de todos los argentillos. Sobre todo :::J :::J 279 ro ...., J desde su santuario de Luján: allí no importan las diferencias sociales, los colores políticos, ni siquiera la diversidad de creencias. En María coinci- '\ den populanl1ente todos. Hay una unidad nacional profunda que es dada ,~ desde María; lo dijimos antes: el pueblo argentino ha nacido como reali- •.' dad nacional en el corazón de la Virgen. María es verdaderamente "la . Madre" del pueblo argentino. Uno de los aspectos que revelan esta manifestación de amor en los santuarios marianos es la solidaridad -de los peregrinos: cada uno (como desinteresándose de sí mismo) ayuda al otro, comparte su pan y asume el sufrimiento del hennano. No sabe muchas veces quién es, pero coinciden en el camino, en la confianza, en "la plegaria. Coinciden en María. Cuando hablamos"del amor, refiriéndonos a la-devoción popular a María en el pueblo árgentino, queremos indicar un aspecto todavía más profundo: es la experienCia del- amor de Dios, de su paternidad, de su gracia, de su providencia, de su perdón. Uno llega a Luján porque se sien- te invitado y acogido. Uno está allí con la seguridad de ser mirado y com- r prendido. Quizás no siempre se haya obtenido la gracia que se pedía (la salud, el trabajo, a veces hasta el milagro), pero se sale de Luján con "la _certeza de·haber sido nominalmente acogidos, atendidos y serenados. Sí, uno sale de Luján con una experiencia más honda de que Dios es amor y con la seguridad de que María viene con nosotros a caminar y entra más profunda y ITlaternalmente en nuestra casa. En la mayoría de los casos, este amor se hace fe más reanimada y comprometida, se hace conversión y confesión de lós pecados, se hace reconciliación familiar y fiesta de la Eucaristía. María es la "Madre del Amor Hermoso y de la santa esperanza". Ir a su casa no es simplemente ' una"visita de cortesía: es enco"ntrar allí la ternura de la Madre y el don del Hijo. Ciertamente cuando se va a Luján, uno vuelve infaliblemente más cristiano y más fraterno, más alegre y más sereno, más fuerte y esperanza- m do. Más decidido a ser fiel a Dios y solidario con los hombres. (J) (') Q) Habría ciertamente que ahondar esta triple perspectiva de las vir- :J tudes teologales con reiación al m"isterio de María en la Argentina. Sim- ([) Q) plemente he querido subrayar el papel de María en el crecimiento de nuestra a. '\ fe católica, en la confinnación de nuestra esperanza teologal y en la ani- o (') ~ mación de nuestra caridad cristiana. Lós argentinos coincidimos en Ma- o . ría; por eso las tensiones y contrastes -incluso la violencia- no pueden :J (') quebrar nuestra unidad nacional, nuestra solidaridad latinoamericana, Q) nuestra fraternidad universal. María seguirá siendo para nosotros la "Es- 3C/) trella de la evangelización" la "Madre de la santa esperanza" la "Reina (') Q) de la paz". Ella está siempre en el corazón de nuestra cruz y nuestra fies- :J ta, porque es Nuestra Señora de la Pascuá. Nosotros la Hamamos simple- :J ([) mente así: Nuestra Señora de Luján, patrona de la República Argentina. ~