Ensayo Femaku

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Ensayo: Percepciones sobre el aborto

en cuerpos divergentes.
Somos el Movimiento Feminista por la Accesibilidad Universal (FEMACU) y hemos
podido realizar el siguiente ensayo gracias al apoyo de Fondo Alquimia, con el
programa Derecho a Decidir 2018-2019. Agradecemos la participación generosa y
amable de todes quienes quisieron colaborar con sus testimonios, experiencias y
opiniones, en algunas ocasiones compartiendo con nosotras dolorosas reflexiones
que vienen desde las propias vivencias. Nuestro objetivo estaría faltando a nuestra
ética si sólo se quedara en la recopilación de información, ya que consideramos que
este escrito es un medio para visibilizar y sacar del espacio privado la manera en la
que nuestras corporalidades están relacionadas directamente hacia la falta, la
enfermedad y la carencia de capacidad, y no hacia el goce, el disfrute y el placer.
Somos seres sintientes con los mismos derechos que todes quienes transitamos
por esta vida, es por eso que en tiempos convulsos como los actuales se vuelve
urgente que todas las colectividades emergan y se posicionen ante este cambio de
paradigma que esperamos nos acerque aún más al objetivo de habitar una sociedad
diversa en donde nadie quede fuera.
Este es nuestro pequeño grano de arena, desde la trinchera de la diversidad
funcional reconocemos que nunca seremos seres completos si no se reconocen
nuestros derechos sexuales y reproductivos, que incluye también un acceso seguro
al aborto, el que debe contar con las herramientas de accesibilidad necesarias. A
continuación, presentamos reflexiones sobre éste tema junto a las diferentes aristas
que se entrecruzan y en el enjambre de circunstancias que derivan en un
reconocimiento de la necesidad de un acceso al aborto pensado en la diversidad de
cuerpos.

Octubre, 2019.

Santiago de Chile
¿Tenemos derecho a decidir las personas en situación de discapacidad y/o
diversidad funcional?

Como colectivo transfeminista que se autoconvoca como un movimiento por el acceso


universal, nos hemos propuesto tensionar el “derecho a decidir” que tenemos y tienen las
personas en situación de discapacidad y/o diversidad funcional en base a nuestra
experiencia personal y colectiva. Para generar material que acompañe nuestro trabajo,
hemos redactado nuestro sentir y pensar en este ensayo, en base a opiniones, sentires y
conversaciones que se han ido generando dentro de nuestro quehacer (espacios grupales,
entrevistas individuales, conversaciones internas colectivas).

¿Qué comprendemos por derecho a decidir?

El derecho a decidir, según nuestro parecer, va variando según las diversas experiencias y
existencias, según los privilegios que se tienen, el acceso a la educación, así como también
la clase a la que se pertenece, entre muchas otras variables que se conjugan dentro de
este engranaje y tejido social. Cuando hablamos de derechos se tiende a relacionar con la
legalidad, o con el concepto que hace referencia a un consenso más bien universal de un
piso mínimo que asegure la dignidad, derechos a los que todos deberíamos acceder como
seres humanos (porque evidentemente no considera todos los seres sintientes en un
mundo tan antropocéntrico como este). Aún así, en la práctica no todes tienen los mismos
derechos, más allá de este discurso políticamente correcto, que se diluye cuando nos
enfrentamos con la dignidad y el respeto a derechos universales básicos en la práctica
misma de la vida, en poblaciones, en las calle nocturnas de la ciudad, en los distintos pisos
jerárquicos existentes que nos ubican como más o menos humanos. Y aún así, cuando
existen ciertos derechos no todes tienen real acceso a ejercerlos; es decir, percibimos que
hay múltiples matices que van en menoscabo de ellos.

Desde la diversidad funcional, en muchos aspectos es negada la capacidad de decidir, por


ende, este grupo heterogéneo de la población ve disminuidos sus derechos sexuales y
reproductivos. La necesidad de asistencia, acompañamiento, tratamientos, apoyo, es
socialmente asociada a una desvalidez, pues, en un sistema capitalista, individualista,
exitista y capacitista 1, no se comprende que la necesidad de ecosistemas, de cooperación
y acompañamiento, no restan a un ser de su autonomía, muy por el contrario, es una
conjugación necesaria para el libre ejercicio de derechos. En esta misma línea, la capacidad
de decidir, se relaciona con la capacidad de producir, quien es productivo económicamente

1
El capacitismo se basa en la creencia de que algunas capacidades son intrínsicamente más
valiosas, y quienes las poseen son mejor que el resto; que existen unos cuerpos capacitados y
otros no, unas personas que tienen discapacidad o diversidad funcional y otras que carecen de
ella. (toboso y guzmán, 2010)
tiene más derechos a elecciones, que quien desde esta perspectiva utilitarista no lo es.
Creemos que el hecho de ser una persona con diversidad funcional y/o estar en situación
de discapacidad no te excluye de poder decidir sobre tu vida, historia, cuerpo, sexualidad y
deseo, no debiese estar de perogrullo condicionado a lo que otros esperan para ti (familia,
relaciones sexo/afectivas, médicos, cuidadores, asistentes). La cooperación y asistencias
van vinculados con la autonomía y la decisión, no es necesario que la sociedad bajo su
mirada inquisidora normada, juzgue lo que tu puedes o no hacer, desear, querer, decidir.

Bajando un poco la reflexión a nuestro derecho a decidir sobre cuestiones sexuales


y reproductivas.

Para comenzar creemos que en general la educación sexual no es un tema muy abordado
en este territorio, y que cuando se tratan estos temas es desde una perspectiva
heteronormada, patriarcal, con sesgos religiosos y desde experiencias basadas en la
“normalidad” [normalidad de cuerpos, sexual y de género]. Los tabúes y censuras en torno
al placer, autoplacer y masturbación, a lo erótico, son pan de cada día en una sociedad
doble estándar, donde la sexualidad es falocéntrica, machista, que proviene desde la
cultura del abuso y la violación, la que por siglos ha determinado como un problema menor
aquellas violencias que ocurren dentro del hogar. Por tanto, si es así para gran parte de la
población, las barreras y los prejuicios son aún mayores cuando se trata de la diversidad
funcional. La perspectiva que tiene la sociedad de las personas en situación de
discapacidad en este territorio, sigue siendo anacrónica, basada en un modelo biomédico
de control de las corporalidades, rehabilitación y normatividad, lo que conlleva
consecuentemente a la infantilización, anulación del ser/estar/existir, de su capacidad de
decisión y autodeterminación. Los cuerpos están dotados de significados, así como también
la forma en que lo habitamos, para la sociedad aquellos que están en la diversidad
funcional, están dotados de incapacidad, como algo intrínsico a su naturaleza, por ende,
tampoco se les reconoce en su capacidad de sexoafectarse y sentir. Este capacitismo,
esconde lo que no es correcto, en esta dialéctica sano/enfermo, todo aquello que fuga es
invisibilizado, es ilegítimo, por ende, tu opinión, tu decisión tampoco es aprobada y validada.
Como en todo aspecto las experiencias no son líneales, se entrecruzan, superponen e
intersectan, por tanto existen mayores y diversas invisibilizaciones si “además”, eres mujer,
lesbiana, persona trans, no binaria; si eres de una población o vives en el barrio alto; si
habitas la capital o en algún pueblo rural con mayores dificultades de acceso; si puedes
estudiar y tener validación social por tu autosuperación a la vez que mayor acceso
económico; todo en interacción con la discapacidad va aumentando las barreras y
alimentando la exclusión social.

Hemos sido testigos también de la manera en que esta realidad macro también se replica
en lo micro, como es afuera es adentro. El acceso a la información, a los activismos, a las
resistencias, las luchas de mujeres y disidencias sexuales y diversidades de género, así
como también variados feminismos, aún no generan plataformas accesibles (algunas están
vías de…) por tanto se reproduce una lógica excluyente, potenciando el desconocimiento,
el desempoderamiento y el prejuicio, a su vez alimentando que muchas personas en el
espectro de las diversidades tengan sesgos respecto a sus derechos e introyecten el
discurso oficial sobre el cómo vivir la sexualidad, replicando discursos conservadores que
no reconoce derechos ni dignidad para las personas con diversidad funcional, influyendo
en opiniones en contra del aborto, muchos posicionamientos permeados por una ideología
hegemónica. Lo que sigue exponiendo a muches a vivir situaciones de violencia, y a tener
dificultades para identificarla; se vuelven difusos ciertos patrones violentos de
comportamiento recibidos desde el exterior, sobre todo cuando estas violencias provienen
de quienes prestan cuidado y apoyo, reconocemos un factor de riesgo la dependencia que
es a su vez consecuencia de la falta de políticas sociales que puedan solventar la necesidad
de asistencia, ya que en la mayoría de los casos estas labores la realiza la familia directa,
la pareja o el círculo más inmediato a la persona, quedando sus necesidades a merced de
terceros que muchas veces no están capacitados para esto, lo que consideramos viene en
desmedro de la dignidad de las personas, coartando en consecuencia sus derechos. Pero
si tu experiencia no es integrada, reconocida, si tu particularidad no es incluida, cuando en
el fondo no has sido partícipe activo de muchas discusiones, debates, formaciones, cuando
no está en tu lengua, no puedes acceder al espacio físico del conversatorio, o tu programa
no puede leer la infografía, cuando se te hace complejo llegar a la marcha o permanecer
en ella, es difícil que no se reproduzcan discursos y simbólismos aprehendidos.

“El tema del feminismo, siempre lo veía muy de afuera, no me sentía incluida en un
movimiento, no voy a las marchas porque me siento pésimo y después quedé tirada con el
sobre estímulo, y tampoco incluida por el movimiento en sí, a la diversidad funcional, si
cuando vi a las chiquillas marchar AspergerChile, Karina con un grupo de chicas marcharon,
estuve ahí pero no participé de la marcha, me puse un rato y me salí pero participé de
alguna forma indirectamente, vi a varias chicas y ahí recién vi que estaba entrando en esto,
como dicen las mismas chicas crearon esta agrupación para poder comunicar, la
agrupación de chicas sordas en marchas feministas, pero creo que ha salido de nosotras
mismas, no del movimiento en sí, cada una ha creado su espacio para poder participar”.
(D., Aspergenia, F2)

¿Reconocemos que muchas veces las resistencias y activismos son capacitistas,


intelectuales y academicistas? ¿cómo pensar fuera de la homogeneidad hegemónica lo que
hacemos? Difícil es pensarse fuera de los privilegios y reconocer otras existencias, porque
nos sacan de lo habitual y nos invitan a cuestionarnos, a profundizar en lo que hacemos, a
aprender nuevas herramientas, a buscar nuevas formas creativas de encuentro y diálogo.

Relacionando el derecho a decidir sobre el aborto, podemos decir que existe un vacío de
información, tanto fuera como dentro del movimiento feminista, respecto a las personas que
están en situación de discapacidad, además de barreras de información y de acceso. Si
ya es escasa la información acerca de cómo vivir la sexualidad y asistencia, con el aborto
la distancia es mucho más grande. Desde aquí nos surgen muchas interrogantes, de las
cuales esbozamos algunas respuestas, pero reconocemos también que no contamos con
las herramientas para dar solución efectiva y real a esta necesidad, pues no somos
acompañantes ni es lo que trabajamos de manera directa en nuestro activismo. Dejamos
acá algunas de ellas, con las cuales pretendemos abrir el debate y las reflexiones en torno
al tema: ¿Todas las personas pueden abortar de la misma manera? ¿Todas pueden recurrir
a manuales, y llamar a líneas de aborto? ¿Todes necesitan la misma asistencia? ¿Sabemos
que sucede con la diversidad de seres y el aborto?

Es cierto no sólo mujeres abortan, y además no sólo mujeres “funcionales”. Hemos podido
comprobar que existe un sesgo en la información y en la manera en cómo esta se está
entregando ¿a quiénes les está llegando? ¿No estamos replicando la segregación? Hay
información general y homogénea, pero no sobre las particularidades, sabemos los
esfuerzos en estas colectivas y grupos de trabajo (no es nuestra intención desvalidar) pero
cuando no te sientes incluida, es bueno invitarnos a cuestionar/nos.

“El movimiento feminista como tal no piensa en las mujeres, lesbianas, personas trans y no
binarias con diversidad funcional, tenemos necesidades y se genera discriminación, porque
nos vuelven a diminuir como personas. Pero como el feminismo no se ha hecho cargo,
nosotras si nos hemos hecho parte de nuestros propios feminismos, porque la mayoría son
personas que creen que su única lucha es la de ellas y deben ser todas...” (E., FEMACU)

“Pienso que cada persona tiene la libertad de saber lo que hacer con su cuerpo, tienen la
autonomía para decidir que hacen y que no, por lo que pienso que cualquier mujer puede
abortar si así lo consdera necesario o si así lo desea. Pienso que nadie tiene el derecho a
inmiscuirse en su cuerpo. En nuestra sociedad está muy arraigado el pensamiento de que
se puede hacer lo que sea con el cuerpo de les demás y por eso se piensa que pueden
opinar sobre el cuerpo de las mujeres. Pero tampoco se permite a las mujeres en situación
de discapacidad y con diversidad funcional tener una sexualidad plena y efectiva, ni menos
mucho menos poder reproducirse. No he conocido a nadie que se haya hecho un aborto,
pero si he conocido a personas que no les han permitido tener a sus hijes y o tener una
relación con otra persona” (E., FEMACU)

Además el derecho a decidir desde el acceso universal, no se relaciona sólo con el decidir
abortar o no, también con el de decidir maternar. Al existir socialmente un prejuicio sobre la
persona en situación de discapacidad, hay una percepción reduccionista que cuestiona este
derecho a decidir ser madre, sujetas a cuestionamientos sobre su autonomía y en el cómo
poder ejercer su maternaje, como si no fuera el propio entorno quien articula estas
condiciones de no acceso, exclusión y aislamiento en algunos casos. Generalmente el foco
del feminismo está centrado en la lucha por el aborto libre, y lo reconocemos como
importante y fundamental, pero ¿qué pasa cuando se te niega el derecho a decidir ser
madre? Cuando en verdad no tienes ese poder elegir, porque otros ya han elegido por ti,
cuando existen prácticas médicas de esterilización forzosa que por el testimonio de
compañeras sabemos se siguen realizando en nuestro territorio, atentando contra los
derechos de las personas y a su libertad.
Reflexiones finales.

Surgen muchas ideas a partir de este primer ensayo de reflexión colectiva sobre la temática,
es por esto que no quisiéramos todavía hacer una conclusión al respecto, sino más bien,
dejar todo en construcción para que los cuestionamientos vengan desde todos lados, con
esto dejamos las puertas abiertas para que juntes podamos avanzar en derechos humanos
y donde, los sexuales y reproductivos tengan un lugar primordial.

Puede que nos falte un sentido pero eso no significa que no podamos experimentar goce,
nuestros cuerpos desean y se estremecen de placer, todo esto ocurre al margen de los
convencionalismos que norman la sexualidad. No vamos a retroceder en nuestra capacidad
de sentir y desde ahí nos reconocemos en resistencia ante una sociedad en crisis que
consideramos, bajo el actual estallido social, en estado agónico. Somos parte de una
sociedad construida bajo las nociones de desigualdad y creemos firmemente que para
avanzar en equidad es que todes seamos reconocides como parte de esta ciudadanía
diversa que se levanta contra el abuso sistemático avalado por la legalidad.

El aborto y el Derecho a Decidir tiene que considerar en manuales y protocolos a todos los
cuerpos, eso es algo que no se puede poner en duda, pero también es importante que se
problematicen otros supuestos que puedan contribuir a seguir avanzando en la construcción
de una sociedad sin discriminación ni exclusión, como lo es la asistencia sexual y la
posibilidad de recibir apoyo en la masturbación, ya que consideramos que para asegurar el
acceso a una sexualidad sana y dentro de la noción de autonomía es que esta figura tiene
un lugar muy importante en esto.

Finalmente, como ya hemos reconocido este es un trabajo sin acabar, esperamos que otres
se sumen al objetivo de diversificar los espacios, creemos que es un momento crucial para
esto. Porque tenemos derecho a habitar con dignidad este territorio, a que las posibilidades
estén abiertas para todes y no sólo para unos pocos.

Movimiento Feminista por la Accesibilidad Universal.

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