3.3 Grupos Discriminados 29-02-2016 PDF
3.3 Grupos Discriminados 29-02-2016 PDF
3.3 Grupos Discriminados 29-02-2016 PDF
Por ejemplo, la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS 2010) arrojó los
siguientes datos:
3 de cada 10 mujeres pide permiso o avisa para decidir por quién votar.
3 de cada 10 mujeres pide permiso o avisa para utilizar anticonceptivos.
44% de las encuestadas pide permiso para salir sola de noche.1
Dejar fuera a las mujeres alimenta la idea equivocada de que las diferencias de
género son naturales. Refuerza la idea de que hay espacios para hombres y otros
para mujeres, que ellos se dedican a la producción, al trabajo, a lo público; que
ellas a la maternidad, a la procreación, a lo privado. Son las sociedades, la cultura,
la historia y no los genes ni la herencia, los que fomentan las ideas que llevan a
una discriminación sistemática que coloca a la mitad de la población que
representan las mujeres en situación de vulnerabilidad.
A pesar de que las personas homosexuales viven hoy de manera más visible y
con un mayor goce de derechos, siguen experimentando discriminación en varios
sectores como el educativo, el religioso, escolar, de salud y familiar, entre otros.
La homofobia, alimentada de prejuicios que deshumanizan y degradan la dignidad
de las personas lesbianas y homosexuales, conduce a la violencia, a la negación
de derechos y, en muchos casos, a los crímenes de odio. Una buena parte de la
sociedad sigue pensando que la homosexualidad es una mala maña que se
aprende o se practica por la influencia de malas compañías y que, por tanto,
puede evitarse.2 La Encuesta Nacional sobre Discriminación 2010, arrojó los
siguientes datos:
Los grupos de personas transgenéricas y transexuales han sido de los grupo más
discriminados y marginados de la sociedad. Entre otras muchas razones, estas
personas rompen con los esquemas más profundamente enraizados en nuestra
sociedad: los roles de género y las creencias religiosas y/o naturalistas. Una mujer
que viste y actúa como hombre y viceversa, representa una serie de
transgresiones a los “modos de ser y actuar” socialmente aceptados.
Como su nombre lo indica, las personas trans, transitan y/o se ubican entre el
género masculino y el femenino.
Las personas que son víctimas de homofobia, transfobia y/o lesbofobia, están en
una situación vulnerable porque son rechazadas en el trabajo, escuela y en sus
propios hogares. La discriminación se manifiesta en despidos, exclusión
educativa, rechazo religioso, negación de servicios, estereotipos y estigmas
reproducidos por los medios de comunicación, humillación, rupturas familiares,
abandono, invisibilidad, violencia y, en casos extremos, hasta la muerte.
4. Personas Afrodescendientes y personas Indígenas: Por
pertenencia étnica.
En este sector se ubica la
discriminación de los
Afrodescendientes y las
étnicas indígenas.
Afrodescendientes
Los pocos datos que existen conllevan a una seria dificultad para diseñar
programas y medidas en favor de una incorporación más igualitaria con base en
las necesidades particulares de este grupo, para que también sean destinatarios
de las ventajas de vivir en una sociedad ordenada.
Etnias indígenas
Una etnia es un grupo de personas que comparten una herencia común, una
cultura particular, creencias, instituciones, formas de vida y características
raciales. Así pues, los pueblos indígenas son concebidos como etnias porque son
pueblos cuyo origen se remonta a un tiempo anterior a la conquista y porque,
además, dichos pueblos han deseado permanecer como tales y se distinguen por
contar con ciertas instituciones políticas y culturales diferentes a las del resto de la
nación5. En este sentido, cabe resaltar que un pueblo indígena o etnia no tienen
como único distintivo sus rasgos físicos.
Migrantes.
Las personas de diverso origen nacional que están en situación irregular en el país
son particularmente vulnerables a la discriminación. Primero, porque se tiene la
falsa percepción de que las personas gozan de derechos dentro de su territorio y
los pierden al viajar sin documentos, de ahí que con frecuencia sufran de abusos y
vejaciones. Segundo, porque cargan con una serie de estereotipos y estigmas que
los relacionan con delincuentes, integrantes de grupos delictivos, alta peligrosidad
y violencia.
Las personas que viajan sin documentos están expuestas a un daño mayor
porque, ante la falta de visas o permisos, temen denunciar, entonces, su situación
de vulnerabilidad se potencia, pues es sabido que cualquier abuso no tendrá
consecuencias para quien lo cometió. Además, los y las migrantes temen a las
represalias, desconfían en el sistema de procuración y administración de justicia,
lo que provoca impunidad.
Refugiados
Para la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR) el "aseguramiento" o detención de las y los solicitantes de
reconocimiento de refugiados es considerada una detención arbitraria. Por ello, no
debería practicarse la detención automática de solicitantes de la calidad de
refugiado que llegan "directamente" y de manera irregular a México, ni debería ser
indebidamente prolongada.
Migración interna
Las personas que migran de un estado a otro del país también pueden
encontrarse en situación de discriminación y vulnerabilidad ya que muchas veces
la movilidad se da con base de engaños o con falsas promesas de un buen
trabajo.
Las personas jornaleras agrícolas incluso están todavía más marginadas que las
que desean llegar a los Estados Unidos ya que no tienen la mínima posibilidad ni
siquiera de pensar el viaje a este país por el alto costo que implica.
Por ello, las personas que no siguen la religión mayoritaria están expuestas a ser
discriminadas y las ubica en una situación vulnerable por sus creencias y
prácticas, ya que son diferentes a las costumbres generalizadas.
En México, las religiones o Iglesias evangélicas10 son las que, en mayor medida,
sufren la discriminación. La Dirección General de Asuntos Religioso de la
Secretaría de Gobernación reporta que las manifestaciones de intolerancia
religiosa más frecuentes son:
Una parte de este grupo sufre doble o triple discriminación cuando, además de ser
adultas mayores, son mujeres, indígenas o llegan a padecer alguna discapacidad;
situaciones que las expone en mayor grado, a la marginación, exclusión, rechazo
y hasta la violencia.
Las PAM también padecen discriminación al ser vistos, solamente, como sujetas
de medidas asistenciales, médicas y de protección social y no como personas que
pueden y deben participar en el desarrollo económico y social del país.
Este sector está en crecimiento, ya que la curva poblacional de juventud va en
decaimiento y la cantidad de personas adultas mayores está aumentando 4.16
veces más que el resto de la población, por lo que se calcula que para el 2050 los
adultos mayores representarán casi el 30 por ciento de la población.
Jóvenes
También es posible afirmar que, aun cuando los espacios y las oportunidades para
incorporarse a la vida “adulta” son limitados y dejan fuera a un alto número de
jóvenes, no por ello deja de exigírseles su incorporación a los mismos. La
situación se agrava, cuando se les asocia con una serie de prejuicios que hacen
más compleja su integración. Se les ha estigmatizado como irresponsables, sin
ambiciones ni compromiso con su país o entorno y, más grave aún, se les
criminaliza.
Niñas y niños
La primera es que las niñas y niños forman parte de un grupo que, al estar en
proceso de formación y desarrollo, mantiene una relación de mayor dependencia
con otras personas, por ejemplo, para acceder a una alimentación adecuada, a
servicios médicos y educativos y en general a cualquiera de los derechos
reconocidos.
Una buena parte de este grupo tiene reducido su espacio social a la esfera
familiar, es ahí mismo donde se les percibe como propiedad, se les invisibiliza,
condiciona el ejercicio de sus derechos y se justifica todo tipo de castigos como
medio para lograr una “buena” educación.
La niñez es una etapa fundamental de aprendizaje que tiene efectos a largo plazo.
Lo que suceda en la infancia tendrá gran influencia en el resto de la vida y en la
vida de las comunidades. Por ello, las y los niños son particularmente importantes.
Un ambiente de desarrollo donde existe la igualdad de oportunidades, de acceso a
la educación, la salud y el esparcimiento, por mencionar algunas, es una condición
que disminuye la exclusión y la marginación social.
Lo que les causa una alta marginación que les impide desempeñarse plenamente
en el trabajo, tener acceso a los servicios de salud y vincularse libremente con
amigos y familiares.
Esta exclusión las deja fuera de una fuente laboral, de la escuela, e incluso de su
propia familia. La estigmatización hacia estas personas también provoca
abandono, que unido a la negación de derechos, puede significar un mayor y más
rápido deterioro de su salud que termina con la muerte.
Los sueldos que reciben las personas trabajadoras del hogar son bajos, sin
prestaciones sociales y con poca o nula capacitación.
En el caso de las y los trabajadores que habitan donde trabajan, no quedan claros
cuáles son sus horarios, sus espacios privados y sus funciones; además son
llamadas/os de manera despectiva y ofensiva.
Todas las personas que realizan trabajo del hogar remunerado, al igual que los
demás trabajos que se realizan en el país, deben tener reconocidos sus derechos
laborales como:
Por lo anterior, podemos decir que este sector de la sociedad, recibe un trato
desigual en el acceso a derechos y no se le reconoce como un trabajo digno,
importante y merecedor de respeto.