06 Tesalónica
06 Tesalónica
06 Tesalónica
Facultad de Teología
Evangelización en Tesalónica
1
I. Introducción
En este trabajo intentamos reconstruir la evangelización que realizó Pablo y su
equipo misionero en Tesalónica. Para realizar este trabajo hablaremos sobre los
temas de las fuentes donde encontramos este hecho (evangelizador), el contexto
socio-religioso en que Pablo realizó su evangelización, la evangelización de Pablo
en Tesalónica y unas reflexiones teológicas-pastorales a partir del ejemplo de Pablo.
II. Temas que nos ayudan a comprender la evangelización en Tesalónica
En cuanto la valoración sobre la segunda carta, no hay una unanimidad entre los
estudiosos pero la mayoría piensan que no es un testimonio que viene del mismo
Pablo pero es un escrito hecho por la escuela paulina. El vocabulario y el estilo
distinto de esta carta en comparación con la primera (por ejemplo el uso del término
evpifanei,a, que significa manifestación, está ausente en las cartas de Pablo). Sin
embargo, continúa el temario de la primera carta reinterpretándola ante una
corriente adventista profética que exagera las enseñanzas paulinas sobre la
inminencia de la parusía. La continuidad del temario (venida del Señor) nos
interesa pero al mismo tiempo no nos aporta mucho en el tema que nos interesa, la
reconstrucción histórica de la comunidad tesalónica en el tiempo de Pablo.
2
conflictos que tenía Pablo con sus opositores como nos testimonian las cartas a los
Gálatas, Corintios y Romanos1.
Para poder dibujar un esbozo de cómo fue la misión paulina, haremos un breve
recorrido sobre las distintas fases de la misión paulina3. Antes de convertirse al
cristianismo, Pablo ya se bebía y fundamentaba su fe en la tradición ancestral del
judaísmo helenista. Esta corriente del judaísmo, ya adquirió una cierta autonomía
en relación con el templo-centrismo del judaísmo palestino. Estaban preocupadas
más de los tiempos escatológicos/mesiánicos que tenía el papel central la figura
mesiánica (no en contraposición con el culto del templo sino en continuidad con él).
Su fidelidad a su fe judía les obligaba a perseguir este nuevo movimiento que
intentaba predicar contra su fe (Gal 1,13-14.22-24). Al convertirse al cristianismo,
Pablo encontró en la figura del Jesús resucitado el cumplimiento de esta esperanza
escatológica.
Después de su conversión se realizaba una misión dependiente a las
comunidades cristianas de Damasco (Gal 1,16b-17) y de Antioquía. Lucas nos
narra la estancia de Pablo y su actividad misionera en Antioquía (Hch 13-14).
Durante esta estancia antioquena de Pablo se realizó el encuentro de las distintas
comunidades cristianas en Jerusalén sobre el tema de la integración de los gentiles
en el movimiento cristiano siendo Pablo uno de los delegados de la comunidad de
Antioquena.
Posteriormente, por distintos conflictos con algunas autoridades de la
comunidad Antioquena incluso a Pedro y a Bernabe, Pablo comenzó su misión
independiente. Los probables testimonios de la causa de la separación de Pablo con
la comunidad Antioquena serán: a) El conflicto que tuvieron en Antioquía con
Pedro (Gal. 2,11-14); posiblemente la convicción de que él ha sido elegido por Dios
para ser apóstol de los gentiles (Gal. 2,9-10) y b) Otra causa podría ser la discusión
de Pablo con Bernabé (Hch. 15, 36-40).
3
S. Vidal, Pablo de Tarso a Roma, Santander 2007, 38-116
5
Las noticias que encontramos en las cartas de Pablo y de Hechos nos ayudan a
reconstruir el comienzo de la misión paulina en Tesalónica4. En esta misión
independiente paulina, el equipo misionero está compuesto de Pablo, Silvano, y
Timoteo (1Tes 1,1). Tenían que abandonar la misión en Filipos por las hostilidades
que sufrieron (1 Tes 2,2; Flp 1,30; Hch 16, 19-40) pasando por la vía Egnacia hacia
el oeste (pensando quizás de llegar hacia Roma). Pasando por las ciudades de
Anfipolis y Apolonia llegaron en Tesalónica en el año 50 fundando una comunidad
cristiana pequeña (Hch 17,1). Pero como en Filipos sufrieron las mismas
hostilidades por parte de la gente y las autoridades (1 Tes 1,6; 2.2.18; 3,4; Hch 17,5-
9) y tenían que abandonar la ciudad. Tenían que abandonar su viaje hacia el
occidente por la vía Egnacia controlada por los romanos. Bajaron por eso hacia el
sur de Grecia donde por un momento, Pablo se quedó en Atenas. Pero después
tenía que abandonar esta ciudad pasando a Corinto fundando una comunidad
cristiana allí. Cuando regresaron Silvano y Timoteo de Macedonia, Pablo recibió las
buenas noticias sobre el fruto de su evangelización en Macedonia pero al mismo
tiempo las noticias sobre las deficiencias en la fe de los Tesalonicenses. Es en este
momento, en el verano del año 50, donde podemos situar la composición de la
primera carta a los tesalonicenses.
1) Los destinatarios
4
S. Vidal, El primer escrito cristiano, Salamanca 2006, 12-15
6
que la mayoría de los destinatarios de la misión paulina eran mayormente judíos de
la diáspora (judíos helenistas) porque sería más difícil cambiar el núcleo religioso
(religious capital) de una persona5. Es decir, es más fácil para un judío de la
diáspora convertirse al cristianismo que un pagano porque entre cristianos y el
judaísmo existe una continuidad religiosa, que es un factor que hay que considerar
cuando hablamos sobre el tema de la conversión. Añade además que muchos de los
judíos de la diáspora eran más abiertos al paganismo. Esto se manifiesta en la
lengua (uso del griego incluso traduciendo la Torá a este lengua), el no-
cumplimiento del mandato de no comer con los gentiles, la adopción de nombres
griegos, la adoración de otras divinidades junto con Yahvé (en un templo judío en
elefantina en Egipto)6. A pesar de esto, ellos querían mantenerse fiel a sus
tradiciones judías. Existía el deseo de practicar un judaísmo más o menos libre de
muchas prescripciones culticas de la Torá. Por eso, para ellos era muy atractiva la
oferta de Pablo. Por eso, podemos decir que la comunidad tesalonicense
mayormente estaba compuesta por personas que venían de la gentilidad (el tema del
abandono de los ídolos) sean temerosos de Dios o sean paganos. Pero al mismo
tiempo, no se puede descartar la probabilidad de que hubo también muchos judíos
helenistas entre los convertidos al cristianismo.
Debemos tener en cuenta que en aquella época, existían las rivalidades entre
los distintos cultos mistéricos, de los cultos cívicos y la comunidad cristiana en
Tesalónica. Subscribiendo a la teoría sobre los bienes limitados y la lucha por el
honor7 (subiendo el honor del propio grupo por mostrar la falta de honor del grupo
competidor), y en este contexto, se sitúan las exhortaciones de Pablo contra el
desánimo (la probable deficiencia en la fe de los tesalonicenses). Podemos concluir
que los tesalonicenses cristianos tenían conciencia de ser un grupo distinto de los
demás pero aún no es una comunidad estable sino en un constante proceso de
formación. Es decir, aún estaban influidos por su pasado, de las prácticas culticas
frenéticas. En este contexto podemos comprender las exhortaciones de Pablo sobre
el tema de la santificación de vivir una manera digna de Dios (2,12) y de no
extinguir al Espíritu y de no despreciar las profecías y de examinar todo y quedarse
con lo bueno. Quizás hubo tentaciones de volver a las prácticas frenéticas (p.e. el
culto a Dioniso) como algo que promete más fruto (cultos de fertilidad) en contra
del Espíritu que comunica el Evangelio de Jesucristo. Por otro lado son las
exhortaciones contra el desánimo probablemente motivado por las hostilidades por
parte de los cultos cívicos y las autoridades tesalónicas.
En este contexto entra el tema de la conversión (evpistre,fein) (1,9). Para
Pablo, esta conversión es el fundamento de su pertenencia a Cristo. Pero esta
conversión estaba amenazada por las dificultades mencionadas antes. Es decir, esta
conversión de los tesalonicenses no es algo fija y ya establecida. Por eso relativiza
5
R. Stark, Cities of God: The real story of how Christianity became an urban movement and conquered Rome, New
York 2007, 126 ss.
6
R. Stark, “Cities of God…”, 124-125
7
B. Malina, El mundo del Nuevo Testamento: perspectivas desde la antropología cultural, Navarra 1995, 70-74; E.
Miquel, El Nuevo Testamento desde las ciencias sociales, Navarra 2011, 103-106
7
las alabanzas recibidas en 1,8. Mostraban a los creyentes de Macedonia y Acaya el
éxito de la misión de Pablo y su acogida de la fe cristiana, pero no son perfectos y
todavía estaban vacilando entre la fidelidad a la fe nueva recibida y la tentación de
volver a sus prácticas culticas frenéticas y de abandonar la fe por las hostilidades
que ellos sufrieron por otro lado.
8
J. Gillman, “Paul’s EISODOS: the proclaimed and the proclaimer (1 Thes 2,8)”, en: R. Collin (ed.), The
Thessalonian correspondence, Louvain 1990, 62-70 62-70
8
del apóstol sirve como una clave hermenéutica para interpretar la validez y la
veracidad del mensaje.
En el apóstol que ofrece su propia vida vislumbra el Evangelio de Dios. Esta
auto-entrega se manifiesta en distintas formas9: 1) Pablo no se aprovecha de sus
derechos cómo apóstol de Cristo. 2) Se comportó como una madre/nodriza o como
padre (2,11) a los tesalonicenses. Ya hemos mencionado antes el uso del término
trofo,j (madre/nordiza) en el culto a Dioniso. Pablo utilizó probablemente este
término porque provoca algo (la relación fundada en el amor y en la ternura y
cuidado de una madre). Por otro lado, la imagen de una madre (trofo,j) juntamente
con el término niño/ternura de un niño (nhfioi) se aplicaban a la figura de un
filósofo cínico, amigo de los hombres que cuidaba a los hombres con dulzura 10. Sin
embargo, el apóstol está convencido de su autoridad. Como vemos en 2,3-5, la
autoridad del apóstol en su misión no viene de los hombres sino de Dios mismo. En
este momento, muchos de los tesalonicenses, sufriendo las hostilidades de su
entorno probablemente acusaban a Pablo como alguien que les abandonan (por
haber trasladado a Corinto). Por eso, Pablo les recuerda que también el mismo
sufre y comparte los sufrimientos de la comunidad11. En 3,2-5, Pablo asegura a la
comunidad que él comparte sus sufrimientos y no les abandonó y de hecho envió a
Timoteo para animar su fe. Su confesión de fe en Jesús está siempre acompañada
por las tribulaciones. Por eso, en 2,3-5 Pablo les recuerda que las tribulaciones no
son algo inesperadas. Él y sus compañeros también sufrían las hostilidades incluso
antes de su estancia en Tesalónica. También podemos colocar dentro de este
argumento el contexto del 2,14-15. Las comunidades cristianas en Judea, igual que
a Pablo y a los Tesalonicenses comparten los sufrimientos, consecuencia de las
hostilidades del entorno. 3) Finalmente, la auto-entrega de los misioneros
fundantes de la comunidad se manifiesta también en el hecho de que ellos se
sostenían por su trabajo y sin depender a la comunidad por sus necesidades
materiales.
Antes de pasar al contenido de la predicación paulina, trataremos brevemente
dos temas importantes en la reconstrucción de la posible relación entre Pablo y la
comunidad tesalonicense. Estos son el trabajo y las exhortaciones prácticas. En 1
Tes 2,9, Pablo dice que ellos trabajaban para sustentar sus necesidades y para no
molestar a la comunidad. Este trabajo también era una estrategia misionera para el
equipo paulino para diferenciarse de otros propagandistas itinerantes del mundo
helenistas como los sofistas que vivían en la mendicidad12. Primero, el trabajo
manual les pone en el mismo nivel de la gente que al mismo tiempo son los
destinatarios de la evangelización. Segundo, el trabajo manual servía como un
medio de contacto con gente de la misma profesión de la ciudad y también de la
gente que frecuentaba estos lugares. De esta manera, podemos deducir que los
9
J. Gillman, “Paul’s EISODOS…”, 66
10
S. Vidal, Las cartas originales, Madrid 1996, 52
11
K. Donfried, Paul, “Thessalonica”, 45 ss.
12
S. Vidal, “Primer escrito…”, 80-81
9
miembros de la comunidad eran básicamente gente sencilla y venían de un estado
social baja. Finalmente, el trabajo le liberaba al equipo misionero del sistema del
patronazgo y de la clientela dando lugar a un equipo misionero más libre.
Sobre las exhortaciones prácticas que encontramos en 4,3-12, Pablo insiste que
su pertenencia a la comunidad mesiánica les exige a una vida transformada13. Las
podemos dividir en tres grupos. Primero, son los asuntos relacionados con el tema
de la sexualidad. La llamada a la santificación (a`giasmo,j) podría ser tomada en un
contexto bautismal, que indica la integración a la comunidad mesiánica después de
haber sido liberados del mundo viejo de la impureza. En 4,4-5, Pablo dice que cada
uno debe saber conseguirse (kta/sqai) su propio utensilio (skeu/oj) en santificación y
honor. Esto puede referirse al tema del matrimonio. Es una expresión judía
(conseguir su propio utensilio) que significa conseguir una esposa que da lugar a la
fidelidad y las relaciones sexuales dentro del matrimonio, evitando el libertinaje
aludido antes. Segundo, tenemos la exhortación sobre la convivencia social (4,9-
10). Esta exhortación indica que existían varias comunidades en Macedonia aparte
de la comunidad tesalonicense. Exige a los tesalonicenses la práctica de la
hospitalidad. Se puede decir que estaban conscientes de la dimensión universalista
de su fe. Finalmente, vemos la exhortación sobre el trabajo y de la preocupación
por los propios asuntos. Ya hemos mencionado antes, el ejemplo de Pablo y su
equipo. Esto se coloca en un contexto del patronazgo. Apunta al probable estado
social de los tesalonicenses (de estado social humilde), de su dependencia a los
patrones ricos. La indicación de “trabajar por sus propias manos” confirma la idea
de que la mayoría de los miembros de la comunidad eran artesanos como Pablo y
sus compañeros.
Ahora, expondremos el contenido de la predicación Paulina. Les invita que a
pesar de las tribulaciones, los seguidores de Cristo deben mantener la esperanza
porque su fe tiene buenos fundamentos. Su pertenencia a Cristo les llevará a la
salvación realizada por Dios por medio de Jesús, y esta no tardará porque Cristo
volverá pronto.
IV. El mensaje: el contenido de la predicación paulina en Tesalónica
13
S. Vidal, “Primer escrito…”, 94-97
10
El judaísmo helenista del s. II a.C. en su programa misionero (propaganda)
insiste en la necesidad de convertirse al Dios único (monoteísmo) y la polémica
contra la idolatría (por ejemplo el testimonio de los Oráculos sibilinos Fr. I y III)14.
Esta insistencia se debe a la certeza de que esta conversión o no al monoteísmo
judío condiciona el castigo o la liberación en el juicio escatológico de Dios 15.
Según estos textos, la reverencia hacia el Dios único se debe a su dominio sobre
todo el mundo desde la eternidad. Dios es auto-subsistente y no engendrado, un
concepto que no encontramos en los LXX pero está tomado del judaísmo
helenista16. Es decir, este Dios es poderoso y es capaz de castigar o salvar. Este
concepto de que Dios llama a las naciones para la salvación ya encontramos en el
libro de Isaías (19, 24-25), “Bendito sea mi pueblo Egipto, la obra de mis manos
Asiria y mi heredad Israel”. Asiria y Egipto, tipos de los enemigos tradicionales de
Israel comparten con el pueblo elegido la pertenencia a Yahvé17. Incluso en este
texto, ya no se habla de una conversión al judaísmo sino habla solamente de la
pertenencia a Yahvé.
Este esquema fue adoptado por el cristianismo judeo-helenista pero ya
interpretado desde el acontecimiento y la persona de Jesucristo al molde del hijo del
hombre daniélico (alusión a Dan. 7:13-14). Muchos textos del NT habla de la
parusía de Jesús (Mc 8,38 y par.). Este concepto tiene su origen en una cristología
palestinense adoptada y desarrollada por los judiós helenistas para su misión a los
gentiles18. Otro esquema parecido a éste encontramos en 1 Cor. 15, 20-28. La
salvación de todos, es decir, la liberación de la ira de Dios, se inaugura y se realiza
por la muerte y resurrección de Jesús y culmina en su parusía y su entrega de toda la
creación a su Padre, el Dios creador.
14
J.Y. Pak, Paul as Missionary, New York 1991, 13-22
15
S. Vidal, La resurrección de Jesús en las cartas de Pablo: análisis de las tradiciones, Salamanca 1982, 103
16
J. Pak, “Paul as…”, 19
17
G. Nickelsburg, “Eschatology (Early Jewish Literature)”, en: D. Freedman, Anchor Bible Dictionary, New York
1992, vol. IV, 1044-1046
18
S. Vidal, “La Resurreción…”, 108
11
vivos en la venida del Señor (4,13-5,11) quizás fue provocado por el desánimo
causado por las hostilidades sufridas por los tesalonicenses en las manos de las
autoridades de la ciudad o incluso de los cultos mistéricos (como sus competidores).
Habla de la resurrección de los muertos y después los vivos serán arrebatados en el
cielo en el momento de la vuelta de Jesús. Este será el motivo de la esperanza (la
falta de ella siendo la deficiencia de la fe que Pablo menciona).
V. Reflexión teológico-pastoral
Del estudio que hemos hecho sobre el contexto y el mensaje de la
evangelización paulina en Tesalónica, hacemos aquí unas reflexiones de corte
teológicos-pastorales. Primero, queremos hablar sobre el objetivo de la
evangelización. En el caso de la evangelización en Tesalónica, vemos que para
Pablo lo importante no fue solamente crear o mantener las instituciones, es decir, de
buscar el aprovechamiento de su autoridad apostólica sino se trata más bien de la
importancia de los lazos interpersonales. No se aprovechó de la comunidad para
sus necesidades materiales, sino ve en su propia persona la encarnación del
mensaje. Es decir, para un evangelizador, el testimonio personal de vida es esencial
y que su propia vida debe ser coherente con el mensaje predicado. La vinculación
íntima (son inseparables) entre mensaje y el evangelizador asegura el éxito de la
tarea evangelizadora. Nos recuerda también de la necesidad de los lazos
interpersonales entre el evangelizador y los destinatarios. Hemos visto la relación
filial entre Pablo y los tesalonicenses, y su obra evangelizadora realizada en el
trabajo.
Segundo, hace falta una revalorización de la relación entre líderes de la
comunidad (pastores) y los miembros (laicado). Hemos visto que la tarea de la
evangelización no es exclusiva para el apóstol fundador sino también los
evangelizados se convierten en evangelizadores de los demás. El ejemplo de los
cristianos Tesalonicenses nos ilumina el papel del laicado en la evangelización. Su
testimonio en su ámbito propio es un medio necesario para la tarea evangelizadora.
El trabajo como lugar propio del laicado también es un ámbito para realizar esta
tarea.
Finalmente, reflexionamos cómo el ejemplo evangelizador de Pablo (en
contexto pagano) puede ayudarnos en nuestra tarea evangelizadora en un ámbito
post-cristiano. Para Pablo, su evangelización se realizó en un ámbito pagano
(donde no se concibe un mundo sin Dios). El problema para Pablo fue cómo
convencer a la gente de que su mensaje (cristiano) es el auténtico contra muchas
ofertas religiosas de su tiempo. Mientras en nuestra época, se puede concebir a un
mundo sin Dios, un mundo sin necesidad de valores (nihilismo), etc. Sin embargo,
como creyentes en el Dios vivo en Jesucristo, tenemos la tarea de seguir anunciando
el mensaje de la salvación. Podemos participar en los asuntos humanos (lucha por
la justicia, conservación del medio-ambiente) porque el Evangelio tiene también
ramificaciones éticas. Es un diálogo que debe realizarse teniendo en cuenta que el
12
Evangelio no se limita a la dimensión ética sino se fundamenta en el proyecto
salvífica de Dios por medio de Jesús y hay que mantener la esperanza porque su
vuelta es cierta.
Conclusión:
El testimonio de Pablo en la correspondencia tesalónica es un instrumento útil
para la reconstrucción de la evangelización realizada por el cristianismo primitivo.
La primera carta a los tesalonicenses es el escrito cristiano (en cuanto tal) más
antiguo que se conserva y ha llegado en nuestros tiempos. Por eso, hemos visto
cómo realizó Pablo su evangelización en Tesalónica, su vinculación íntima con la
comunidad a pesar de las hostilidades sufridas, la necesidad del acompañamiento
del apóstol teniendo en cuenta que la comunidad está todavía en un proceso del
ahondamiento en su fe, y la vinculación inseparable entre la persona del apóstol y el
mensaje del Evangelio de Dios son elementos que debemos tener en cuenta al
realizar nuestra propia tarea evangelizadora en nuestros tiempos.
Bibliografía:
C. Bernabé- C. Gil (eds.), Reimaginando los orígenes del Cristianismo, Navarra 2008
K. Donfried, Paul, Thessalonica and Early Christianity, London 2002, 21-49;69-99
J. Gillman, “Paul’s EISODOS: the proclaimed and the proclaimer (1 Thes 2,8)”, en: R. Collin (ed),
The Thessalonian correspondence, Louvain 1990, 62-70
B. Malina, El mundo del Nuevo Testamento: perspectivas desde la antropología cultural,
Navarra 1995, 70-74
E. Miquel, El Nuevo Testamento desde las ciencias sociales, Navarra 2011, 103-106
G. Nickelsburg, “Eschatology (Early Jewish Literature)”, en: D. Freedman, Anchor Bible
Dictionary, New York 1992, vol. IV
J.Y. Pak, Paul as Missionary, New York 1991, 3-27; 79-91
A. Sanchez Gónzalo, San Pablo, el apóstol de Jesús. Experiencia y enseñanzas de la “vida de
Cristo”, Madrid, 2008.
M. Salvador, San Pablo. Carta a los Tesalonicenses y a los Corintios, Salamanca 1990.
K. Staab – N. Brox, Cartas a los Tesalonicenses. Cartas de la Cautividad. Cartas Pastorales,
Barcelona 1974
R. Stark, Cities of God: The real story of how Christianity became an urban movement and
conquered Rome, New York 2007, 126 ss.
S. Vidal, El primer escrito cristiano, Salamanca 2006, 12-15
-----------, Pablo de Tarso a Roma, Santander 2007, 38-116
----------, La resurrección de Jesús en las cartas de Pablo: análisis de las tradiciones, Salamanca
1982, 99-153; 286-288
13