Aya Huma

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ec

SARANCE

- REVISTA DEL INSTITUTO OTAVALEÑO DE ANTRÓPOLOGIA-


CENTRO REGIONAL DE INVESTIGACIONES

N 5 20 O ctu bre de 1994


©Instituto Otavaleño de Antropología 1994

, . — . — -
REVISTA SARANCE

HERNAN JARAMILLO CISNEROS


DIRECTOR

CARLOS ALBERTO COBA ANDRADÉ


SUBDIRECTOR

i .... .........-— i

COMITE EDITORIAL:

CARLOS ALBERTO COBA ANDRADE


HERNAN JARAMILLO CISNEROS
MARCELO VALDOSPINOS RUBIO

CARATULA E ILUSTRACIONES:

JORGE VILLARRUEL NEGRETE

INSTITUTO OTAVALEÑO DE ANTROPOLOGIA

MARCELO VALDOSPINOS RUBIO


PRESIDENTE

EDW1N NARVAEZ R1VADENEIRA


DIRECTOR GENERAL
INSTITUTO OTAVALEÑO DE ANTROPOLOGIA
Teléfono: (06) 920321 Fax (06) 920461
Casilla Postal 10-02-1478
OT AV ALO -r ECUADOR
Contenido Pág

Presentación ........................................................................................................................... 9

Persistencias etnoculturales en la fiesta de


San Juan en Otavalo Carlos Alberto Coba Andrade............. 13

El desarrollo de la actividad artesanal


en Otavalo Hernán Jaramillo Cisneros.................. 37

Promoción artesanal: Una experiencia


desde la comunidad IADAP ....................... 59

Historización o tiempo fundacional: Cen­


tralización política chachi y estrategias
autonómicas del grupo awa José Antonio Figueroa .......... ....... 1.... 69

Localización de algunas fuentes docu-


mentáles para la historia de la música
en el Ecuador Pablo Guerrero Gutiérrez .......... 89

Acercamiento a la Chirimía Raúl Garzón Guzmán .............. ........... 103

La antropología económ ica, puntal de la


arqueología, en la elucidación
de lo prehispánico José Echeverría Almeida ................ 121

Vínculos andino-amazónicos en la prehisto­


ria ecuatoriana: La conexión Pimampiro Tomara L.Bray .......... 135

Nuevas estructuras piramidales truncas en


la margen izquierda del río Upano, provin­
cia de Morona Santiago -Patricio Moncayo Echeverría ......... 147
Análisis preliminar del material cultural lítico
del sitio CHM-1, provincia de Chimborazo,
Ecuador A. Jorge Arellano .............. .. ............ 155

Propuesta teórico-metodológica para enfrent- ‘'


Byron Camino .................... ............ 171

Análisis cerámico Alfredo Santamaría.................,,........... 181

Centenario de la muerte de M iguel Egas


Cabezas Gladyz Cushcagua................. ............ 187

¿Por qué a Otavalo sé le llama "Valle del


Amanecer" Alexandra Lema ..................... ............ . 191

Los artículos que publica esta revista son de exclusiva responsabilidad de sus
autores y no traducen necesariamente el pensamiento de la entidad. Se solicita canje
con publicaciones similares.

Dirección: Casilla Postal 10-02-1478


Otavalo-Ecuador
r ~

Carlos Alberto CobaAndrade*

PERSISTENCIAS Si examinamos los conteni­


dos etnoculturales persistentes en
ETNOCULTURALES la fiesta de San Juan, podemos ad­
EN LA FIESTA DE vertir que existen tres componen­
SANJUAN EN tes que se caracterizan por sí solos;
cada uno de ellos, corresponde a
OTAVALO épocas diferentes que se han ido
integrando con el devenir del tiem­
po. En primer lugar se encuentran
presentes las culturas preincásicas
del norte del Ecuador, en especial
las de la provincia de Imbabura,
con un componente de sacraliza-
ción de algunos elementos de la
naturaleza, con prácticas rituales
Instituto Otavaleño de Antropo­ mágico-utilitarias y con el culto al
logía sol. La segunda contribución co­
rresponde a la incursión incásica
con un aporte social, económico,
religioso, político y lingüístico.
Cabe destacar que el culto heliolá-
V___________________ J
13
trico se patentiza a través de la que es necesario conocer el aporte
fiesta del Inti Raymi. Sin embargo: de cada una de ellas.

“En las áreas donde el do­ Culturas preincásicas


minio incaico fue tardío, co­
mo en el caso de la región El culto al sol era uno de los
norte del Ecuador, el culto elementos religiosos que se encon­
al sol parece no haber teni­ traba vigente en las clases popula­
do una difusión masiva, res­ res y elitescas de la cultura Caran-
tringiéndose en el mejor de gue. Con este elemento, las cultu­
los casos, a las familias no­ ras del norte aportan a la fiesta de
bles (cacicales), en virtud de San Juan. Tal es así, que la másca­
su más estrecho contacto ra del sol de oro laminado, repuja­
con las instancias del poder do y recortado, pertenece a la Toli-
imperial y, por tanto, con ta (provincia de Esmeraldas), cul­
los preceptos religiosos ofi­ tura que se encuentra entre los 500
ciales” (Naranjo, 1989: a. C y 500 d. C.
184).
La máscara es un símbolo
Esto determina que el culto teocrático de esta cultura y se ubi­
al sol, tal como lo practicaban los ca en el proceso religioso. Es una
incas, fue asimilado y practicado respuesta a la necesidad de tratar
por las clases altas cayambes y ca- de explicar lo inexplicable, de dar
rangues, mientras las cláses popu­ una coherencia al universo. Se
lares mantenían la tradición helio- acude a la presencia más deslum­
látrica nativa. El tercer ingrediente brante y cotidiana, al sol, y se le
corresponde a la invasión españo­ atribuye el principio generador del
la, la que ha aportado con elemen­ universo y de la vida.
tos materiales, sociales, políticos,
económicos, religiosos y lingüísti­ El “Arte E cuatoriano”
cos. (1976: 117), en referencia a la
máscara del sol, afirma:
En la fiesta de San Juan se
encuentra sincretizados elementos “Naturalmente la efigie del
provenientes de las culturas prein­ dios sol está hecha a imagen
cásica, incásica y española; de ahí y semejanza del hombre:
una hermosa cabeza humana

14
coronada por una rubicunda buye el culto heliolátrico a las cul­
y zigzagueante cabellera. turas anteriores a la invasión incá­
(De esta manera, el hombre sica, al decir que:
se transforma en dios...) Pe­
ro ese dios progenitor debe “El culto del sol, la adora­
reunir unas excelencias y sa­ ción de este astro como una
tisfacer las internas necesi­ suprema divinidad, y, acaso,
dades de ese antiguo hom­ también las nociones astro­
bre americano. Para ello, nómicas relativas a la dura­
ciertos habitantes del mundo ción del año y a la sucesión
real se transforman en sím­ de las estaciones en parte
bolos y dan forma al signo del hemisferio occidental,
exterior que es, propiamen­ fueron obra de la raza qui­
te, lá representación solar”. chua antigua’’.

Ejemplos como este nos in­ Es muy claro advertir que el


clina a creer que el culto al sol no culto al sol se debe a una raza qui­
fue privativo de los cuzqueños, si­ chua antigua y que la incursión de
no también de las culturas que se los incas es posterior al inicio del
asentaron eri lo que hoy es el culto heliolátrico. Eso demuestra
Ecuador. La abundancia de dioses que la adoración al sol no era pri­
y seres míticos, a más de la exis­ vativo de los incas, sino también
tencia de vasos quemadores de in­ de las culturas existentes en el nor­
cienso, hacen suponer úna intensa te del Ecuador.
vida ceremonial y religiosa en tor­
no al culto heliolátrico. Por consi­ Otro elemento que se conju­
guiente, se puede afirmar que la ga en la fiesta de San Juan, y per­
cultura de la Tolita constituyó un tenece a las culturas preincásicas,
gran centro ceremonial, en el que es la sacralización del agua. En las
se veneró al sol, ser etéreo con ros­ persistencias etnoculturales del al­
tro humano, esencia de la riquísi­ tiplano norte existe un culto al
ma mitología de estas culturas. agua, como: las vertientes conoci­
das como pugyu cuna que son re­
Federico González Suárez verenciadas y en ellas se encuen­
(1968: 200), en la “Historia Gene­ tran ofrendas de claveles rojos, di­
ral de la República del Ecuádor”, nero, frutas y aguacates; las casca­
parafrasea y de alguna manera atri­ das o pacchas son poseedoras de

15
poderes sobrenaturales y a ellas Dentro del contexto de la
acuden los capitanes de a pie o cosmovisión indígena, AYA
chaqui-capitanes; también van a UMA es el líder superdota-
ellas los futuros líderes denomina­ do, ritual y guerrero, posee­
dos aya urna cunas, a recibir los dor de la energía vital de la
poderes que les confiere el aya en naturaleza”..
la cascada. Sobre este particular,
Luis Enrique Cachi guango (1993: Naranjo (1989: 165), al tra­
16), refiere: tar de la fiesta de San Juan
señala:
“La denominación aya urna
está compuesta de dos pala­ ‘‘La primera ceremonia de
bras quichuas a saber: las vísperas es el baño ritual
Aya: fuerza, energía, poder al que se someten todos los
de la naturaleza. varones, adultos, jóvenes y
El término aya, en algunas niños; un escenario privile­
provincias de la sierra, es giado en la realización de
traducido como cadáver o este rito es la cascada de Pe-
muerto, pero en estos mis­ guche... El baño de las vís­
mos sectores esta palabra peras tiene un claro sentido
equivale a las fuerzas desco­ de purificación y se vincula
nocidas que afectan a los se­ íntimamente a los significa­
res humanos, de lo que se dos agrarios de la fiesta”.
deduce que originalmente
AYA significa energía. El dato traído demuestra,
En el pensamiento indígena, una vez más, la sacralización y el
aya es la personificación de
culto al agua dentro de la culmina­
los poderes de la naturaleza, ción del ciclo agrícola. El hombre
que influyen positiva o ne­ se prepara con estos ritos para fe­
gativamente a los humanos, cundar a la tierra, purificándose
según sus conductas de la con el agua. Se saca todos los ma­
vida.
les y se enfrenta “limpio” al nuevo
Urna: Cabeza, líder, dirigen­
ciclo que se avecina en unos meses
te y guía.
más. El agua es sagrada, como el
Literalmente el nombre aya
sol que da vida en abundancia.
urna se traduce al español
como el líder, el guía, la ca­
beza de la fuerza.

16
A más de lo narrado, se en­ que se hace más generosa con sus
cuentran otros hechos que ilustran hijos que la habitan y reverencian.
significativamente el culto al agua:
la purificación de los objetos, de La sangre ha sido derrama­
las imágenes religiosas y aún del da en los sacrificios rituales para
mismo Crucifijo; y sobre esta está alcanzar del dios sol la fertiliza­
el lavado de la cara (ñavi maillai) ción de la madre tierra.
y el baño de purificación del cuer­
po de los difuntos. Esto demuestra En nuestros días encontra­
que existe un culto al agua y un ri­ mos una persistencia del derrama­
to de sacralización de la misma. miento de Sangre mediante las pe­
leas entre comunidades rivales, en
La fiesta de San Juan está los encuentros de cuadrillas en las
relacionada con el agradecimiento plazas o en las esquinas de las ca­
a la tierra por haber asegurado el lles; debe haber derramamiento de
éxito de la cosecha. Estos rituales sangre o sacrificios cruentos para
se inician con la preparación del que la tierra sea generosa y haya
terreno, la siembra y culminan con ábundancia de productos alimenti­
la cosecha. Es aquí donde se agra­ cios, como respuesta o reciproci­
dece al espíritu de la tierra, a la dad a esas ofrendas.
madre tierra (allpa mama), cono­
cida como la madre naturaleza El fuego es un elemento pu-
(pachamama). La tierra tiene es­ rificador y germinador de la tierra.
píritu, tiene vida y merece ser ve­ Bajo la acción incubadora del ca­
nerada, no solo como fuente de lor aparecen los primeros organis­
producción agrícola sino como una mos en una larga cadena de fuerza
deidad generosa, de la cual depen­ germinativa, desde los especíme­
de el alimentó y la subsistencia pa­ nes primarios hasta el mismo hom­
ra la vida. La madre tierra (allpa bre. En las persistencias etnocultu-
mama) es una divinidad femenina, rales encontramos al fuego como
símbolo de fecundidad y de vida, a un ingrediente vivificador y purifi-
la cual se la debe tratar con cariño cador, por eso se quema la sara-
y debe ser ofrendada con sacrifi­ pan g a (hoja seca de m aíz), se
cios y alimentada con agua y fue­ prende la sarta, las camaretas, los
go. Esta trilogía: sangre, fuego y papa truenos, los petardos y vola­
agua, purifica y fecunda la tierra dores (juegos de artificio); además,
el calor del sol abriga la tierra y se

17
crea el principio germinativo de desprende por las figurinas encon­
vida continua. tradas en las culturas del altiplano
norte del Ecuador. Víctor Alejan­
El agua, como queda dicho dro Jaramillo (1968: 166) trae un
líneas antes, es un elemento de pu­ dato muy importante sobre las ma­
rificación de la tierra, de los obje­ zorcas de maíz:
tos y de las personas. El agua nutre
y da vigor al espíritu de la vida. “Generosidad viva y abun­
Mircea Eliade (1973: 112), al tra­ dante de la naturaleza, el
tar de la estructura del simbolismo grano de maíz, engarzado en
acuático, refiere: su estuche propio, la mazor­
ca, mereció ser esculpido
“Antes de hablar de la tierra con subida emoción por los
nos es preciso presentar las artífices imbayas. A la finí­
valoraciones religiosas de sima percepción del modelo,
las Aguas, y esto por dos ra­ tan al alcance del lapidario,
zones: 1) Las Aguas existían según la réplica del precioso
antes que la Tierra (como grano, uniendo de modo in­
dice el Génesis, Tas tinie­ variable, a una concepción
blas cubrían la superficie del plástica sobria, un gran esti­
abismo y el Espíritu de Dios lo. El resultado constituye
se cernía sobre las Aguas’); un símbolo de la fecundidad
2) analizando los valores re­ de la tierra, a la que debía el
ligiosos de las Aguas, se hombre dones extraordina­
aprehende mejoría estructu­ rios.
ra y la función del símbolo. Entre las varias piezas que
Pues el simbolismo desem­ representan con admirable
peña un papel considerable semejanza la mazorca de
en la vida religiosa de la hu­ maíz, del Museo del Institu­
manidad; gracias a los sím­ to del Hombre Americano,
bolos, el Mundo se hace una hay, extraída de un sitio
‘transparente’, susceptible contiguo a Puntachil, donde
de ‘mostrar’ las trascenden­ se había erigido el templo al
cias”. Sol, en Cayambe, que cons­
tituye realmente una obra
En tiem pos preincásicos prima, y por su concepción
existió el culto al maíz, según se y realización, una prenda

18
clásica, en su género. Hasta mande las aguas y fertilice la tie­
el material no es común, si­ rra. Los indios, por su parte, piden
no singularísimo, por tratar­ a todos los dioses: al Cotacachi, al
se de una piedra cristalina Imbabura, al trueno, al relámpago,
de color plomo verdoso, en a la lluvia, etc., que envíen las
tanto otras están talladas en aguas para sembrar el maíz (sara),
piedra negra, también bri­ el maíz duro blanco (muruchu sa­
llante, con los granos en re­ ra), maíz amarillo común (quillu
lieve, solamente en parte, y m uruch u sara), maíz de color
/ en parte esfuminados, y por ; perla (shima sara), maíz blanco
esto visibles cuando reciben (yurag sara), maíz de color violá­
en forma directa la luz solar. ceo (Cusca sara) maíz amarillo de
En todo caso, la representa­ mazorca fina y grano abundante
ción del maíz, formando hi­ (shubay sara), maíz amarillo di­
leras en la mazorca, realza minuto conocido como canguil
los valores estéticos del neo- (canguil sara), maíz de color ne­
-lírico imbabureño” gro (yana sara), etc. (Cordero,
1968: 85). Esta imploración hecha
Este, al maíz, es otro ele­ por los indios, a modo de letanía,
mento persistente en la festividad se llama jailim a (canto de cose­
de San Juan, conjuntamente con la cha). La invocación a los cerros y
chicha, los cuales tienen connota­ a los fenómenos naturales son las
ciones rituales y de sacralización. depreciaciones más puras ligadas a
Estas creencias tienen su origen en los ritos agrarios que se encuentran
las culturas preincaicas de la Sierra en las persistencias etnoculturales.
Norte.
Waldemar. Espinosa Soriano
Cuando el verano se ha pro­ (1983: 268), en “Los Cayambes y
longado y las lluvias no han llega­ Carangues: Siglos XV-XVI. El tes­
do a su debido tiempo, principio o timonio de la Etnohistoria”, mues­
fines de octubre, se realiza un rito tra unas figurinas conocidas como
de imploración a la naturaleza. El Conopas o amuletos labrados en
yachac o el hombre más viejo, el piedra, a las que se les atribuía po­
Taita, a nombre de los indios de la deres mágicos para la proliferación
comarca, implora a la madre lluvia del maíz. Carangue era tierra fruc­
(tamia mama) y pide al sol que tífera en sembríos de maíz y sus
aparte sus rayos para que la diosa

19
cosechas eran abundantes. Sobre la chas cualidades; es guerrero, y ha
chicha del yamor dice: recibido el principio generador
mediante un ritual de purificación
“La fiesta del Yamor, en sus para defender a los suyos. Este
orígenes prehispánicos es personaje debe bañarse en la cas­
posible que haya sido cere­ cada para recibir los poderes su-
monia en pleitesía al maíz. praterrenos, de manos de la ener­
Justo, la chicha que hoy se gía suprema, como: fuerza, valen­
. bebe durante ella recibe el tía, poder y la energía útil para al­
nombre de chicha del ya­ canzar su cometido. El AYA es un
mor. .. Es una chicha sagra­ fluido vital superior que participa a
da que solo se la hace para los demás en la fiesta del culto al
las grandes solemnidades. Sol. Cachiguango (1993: 19-20)
Además tiene poderes mági­ relata cómo el AYA UMA recibe
cos”. los poderes:

Bernabé Cobo (1653: 300), “El AYA UMA, para adqui­


en “Historia del Nuevo Mundo”, rir este don debe realizar un
dedicó un capítulo íntegro a la chi­ ritual de iniciación que con­
cha del maíz, quizás el primero siste primeramente en con­
con tales dimensiones. Señala su feccionar una máscara y dos
poder de viciar, sus diferentes mo­ días antes de cualquier
dos de preparación, sus propieda­ evento, debe enterrarla de­
des curativas, el origen del voca­ bajo del agua en las casca­
blo y su relación con la divinidad. das, vertientes, lagos y otros
lugares ‘bravos’, para que la
Otro elemento preincásico energía del lugar, se concen­
que se encuentra presente en la tre en la máscara y el día se­
fiesta de San Juan es el AYA ñalado debe purificarse, ba­
UMA, definido por Cachiguango ñándose en ese lugar y por
(1993: 17) como: “El líder super- último ponerse la máscara
dotado, ritual y guerrero, poseedor mojada.
de la energía vital de la naturale­ La energía de la naturaleza
za”. concentrada en la máscara,
otorga al hombre un poder y
Este ser, jefe de su comuni­ resistencia inagotables. Esta
dad, se encuentra adornado de mu­ fuerza plasmada en la más­

20
cara es tanta, que muchos Él AYA UMA desempeña
testigos y protagonistas, un papel importante en las peleas
afirman que en los encuen­ entre cuadrillas; les alerta, protege
tros, cuerpo a cuerpo, de y defiende. Todos los de la comu­
dos grupos tradicionalmente nidad le respetan y le guardan re­
rivales, que simbólicamente verencia. Terminada la fiesta de
representan al sol y a la os­ San Juan el AYA UMA entrega la
curidad del espacio en lu­ energía y los poderes al AYA con
cha, los ‘c ab ello s’ de la el mismo ritual de ablución.
máscara se ponen rígidos y
erguidos, como si tuvieran En la década del cuarenta,
vida propia. Además, no son Segundo Luis Moreno (1949: 154-
ellos los que pelean sino las 156) al tratar de ía fiesta de San
fuerzas de la naturaleza”. Juan Evangelista, describe e inter­
preta el papel que desempeña el
Se debe distinguir en el aya urna:
AYA UMA dos aspectos concep­
tuales: el primero como principio “Los diablitos sirven como
vital energético y el segundo como de guardia de honor a los
personaje que encarna al AYA danzantes y bailan a su con­
UMA en la fiesta de San Juan. El torno formando un amplio
uno es generador y el otro es re­ círculo, como para resguar­
ceptor. En consecuencia, el prime­ darlos de la curiosidad e im­
ro es el AYA y el segundo el AYA pertinencia de los mucha­
UMA. chos. Están vestidos como
- payasos, con máscaras gro­
El AYA UMA viste: alpar­ tescas y peluca de fibra de
gatas, pantalones, camisa, máscara cabuya; visten uno como
de doble rostro, azul y amarillo o chaquet blanco, adornado de
negro y blanco, con ojos, nariz y espejos, oropeles, perlas fal­
boca ribeteados de color rojo, len­ sas, etc.; pantalones colora­
gua roja, orejas y cabellos. Usa un dos muy ceñidos, con ador­
poncho pequeño y lleva acial en la nos de encajes... Al salir
mano; en otras ocasiones, sobre el disfrazados de tales durante
pantalón usa zamarros de cuero de doce años consecutivos en
borrego o de chivo. la fiesta del Santo Patrono,
tienen conquistada la gloria

21
eterna en la otra vida. Ade­ murieron. AUí asomó el dia­
más habla de la utilidad que blo e hizo este daño”.
confieren al bastón y/o
acial”. Deteniéndose a escribir al
diablo-hum a, Rubio traduce el
Moreno explica los bailes y término por “cabeza de diablo”.
el vestido de los diablo-huma; ade­ Cubre la cabeza con tela y por ca­
más, da dos explicaciones popula­ bellos usa unas mechas.
res sobre el fenómeno, que sin du­
da proyectan luces. La primera es “Es un ser medio diabólico,
el por qué se disfrazan de diablos: que dicen se ha bañado tres
lo hacen por la creencia; y, la se­ días en una paccha para
gunda, por la utilidad que ellos compactarse con el diablo y
confieren a su bastón o acial. adquirir su poder y habili­
dad en la lucha para los en­
Rubio Orbe (1956: 274, cuentros que deben soste­
298), registró algunas creencias li­ ner” (ibid.: 297).
gadas al diablo:
Todos los estudiosos que
“ 1) hay un disfraz especial han tratado sobre el AYA UMA
en los bailes de San Juan han descrito etnográficamente en
üamado AYA HUMA; éste los mismos términos que lo realiza
dicen que atrae al diablo, Gonzalo Rubio Orbe. Enrique Ca-
para que les acompañe en chiguango, por el contrario, hace
los pleitos con los enemi­ un estudio de dentro hacia fuera,
gos. 2) Algunos ancianos de ya que nosotros tenemos una vi­
Punyaro solían bañarse en la sión de fuera hacia dentro. Los dos
paccha unos tres días antes enfoques globalizan el fenómeno y
de San Juan, para pactar con lo toman completo. A este respec­
los diablos y hacerse fuertes to Cachiguango (1993: 17) dice:
e invensibles en los choques
anuales que debían tener “Esta concepción, la del
con sus clásicos enemigos, AYA UMA, fue mutilada y
. los perugaches. 3) Dos per­ deformada por el fanatismo
sonas ebrias cayeron en el religioso de los españoles,
puente de huaicu p a ta y durante la conquista y la co­
lonia, llegando al extremo

22
de satanizarlo, comparán­ dirige la cuadrilla de sanjuanes y
dole con el demonio bíblico, encama al espíritu del mal. Cachi-
y el fruto de esta imposi­ guango afirma que el AYA UMA
ción, se comprueba con el es el poseedor de la energía vital
nombre DIABLO-HUMA, de la naturaleza, es.el líder que di­
con el cual se lo conoce ma- rige la cuadrilla y no da una expli­
yoritariamente. cación mayor. En las dos acepcio­
El término peyorativo DIA­ nes, diablo huma y aya urna, re­
BLO-HUMA, no tiene nin­ presenta al líder de los sanjuanes;
guna relación, ni en su re­ sin embargo, son dos concepciones
presentación, ni en su signi­ diferentes. No olvidemos que el
ficado, ni en su simbología AYA es el principio generador de
con el AYA UMA, porque la energía y el AYA UMA es el
dentro de la concepción in­ que recibe la energía. Este princi­
dígena, no hubo y no existe pio corresponde la concepción má­
la personificación de un en­ gico-religiosa del mundo andino.
te absolutamente maligno
como lo afirma la Filosofía Las culturas del altiplano
Judío-Cristiana. norte del Ecuador han dejado evi­
En la actualidad, en varios dencias arqueológicas importantes
diccionarios quichua-espa- de instrumentos musicales, como
ñol, observamos que el tér­ un arte instrumental propio en el
mino SUPAI es traducido desarrollo regional norte, donde
como diablo, pero es muy encontramos gran variedad de pi­
superficial, para justificar la tos, silbatos, flautas verticales y
imposición religiosa a que horizontales y ocarinas, capaces de
fue sometida el indígena producir hermosas melodías. Sus
después de la conquista es­ representaciones plásticas abarcan
pañola”. figuras humanas, aves, mamíferos,
etc. También se encuentran bote­
En las citas anteriores exis­ llas-silbatos, las que desempeña­
ten dos tendencias diametralmente ron papeles ceremoniales o neta­
opuestas; Moreno, Rubio Orbe y mente decorativos. Jaime Idrovo
demás autores hablan del demonio Urigüen (1987: 18), en su trabajo
como principio del mal, siguiendo “Instrumentos musicales prehispá­
la doctrina cristiana. El aya huma nicos del Ecuador”, informa:
o diablo huma es el personaje que

23
“La m úsica, inherente al dos con trajes elegantísimos y de
paisaje y a la cultura, ad­ mucho color, de los que colgaban
quiere un carácter múltiple y monedas de plata. Vestían pena­
conceptual. Ya no se trata de cho, espada, calzones de encaje
instrumentos unitonales que muy anchos, cascabeles en cada
acompañan al rito y marca una de las rodillas, alpargatas y
el ritmo o son utilizados pa­ medias blancas. En sus vestidos, y
ra la com unicación. Las sobre todo en el penacho, llevaban
flautas de pan y verticales joyas, espejos, monedas antiguas y
indican un ordenamiento de conchas. Portaban una espada en
los sonidos de acuerdo a una la mano derecha y en la izquierda
escala tonal buscada, es de­ una paloma para soltarla a la salida
cir un concepto musical pre­ de la iglesia. Los indios asomaban
concebido. Están presentes en cuadrillas y bailaban en las ca­
los instrumentos de uso in­ lles, esquinas y en el pretil de la
dividual y, por encima de to­ iglesia.
do, la producción a gran es­
cala, aprovechando técnicas En las culturas preincaicas,
alfareras como el moldeado, los danzantes se encontraban rela­
que permitió la fabricación cionados con prácticas agrarias y
en serie de Silbatos y ocari­ guerreras y desempeñaban el papel
nas, sin dejar de lado aque­ de directores de los rituales de co­
llos otros, posiblem ente secha. Idrovo (1987: 72), dice:
más numerosos, construidos
con materiales vegetales”. “El danzante es la figura
ampliamente conocida por
No podemos descartar que la etnografía contemporánea
estos instrumentos fueron utiliza­ en los Andes y particular­
dos en la fiesta del sol, unos de ca­ mente en el Ecuador. El ce-
rácter ritual y otros festivos. A es­ ramio que presentamos está
tos instrumentos se debe añadir so­ relacionado con esta antigua
najeros, trompetas naturales y flau­ tradición, que pone en juego
tas uni y pluritonales. la danza con las prácticas
agrarias y guerreras”.
Hace mucho tiempo, en las
décadas del treinta y cuarenta, los El danzante se encuentra
danzantes se encontraban atavia­ vestido con una larga manta, in­

24
corpora pequeñas conchas, lleva gró producir sobre ellos to­
un sonajero en la mano derecha y dos los efectos que en otras
en la izquierda un bastón ceremo­ partes, por lo cual los indios
nial; tiene un tocado complejo nativos de estas provincias
compuesto por tres aves que coro­ conservaron casi sin altera­
nan la cabeza. El danzante es sím­ ción ninguna su propio ca­
bolo de los ritos agrarios e identifi­ rácter”.
cado con las fiestas del Sol.
El poco tiempo de implanta­
Todos los elementos hasta ción y presencia efectiva de los in­
aquí descritos pertenecen a las cul­ cas en la región de Otavalo, se es­
turas preincaicas del altiplano nor­ tima de 30 a 40 años, tiempo que
te del Ecuador, los cuales forman no fue suficiente para imponer
parte de la fiesta de San Juan e in­ consistentemente nuevas prácticas
tegran la herencia social de los entre las que cabe señalar: difusión
pueblos indios de Imbabura. del culto solar, organización dua­
lista, nuevas formas de tributo, in­
Incursión incásica troducción de una nueva vestimen­
ta, etc. y eliminación de todas las
El tiempo que permanecie­ costumbres y tradiciones de las
ron los incas en el territorio del culturas avasalladas. Para Cailla-
norte fue un periodo muy corto. Si vet (1985: 412), “el dominio incai­
corta fue su estancia, cabe advertir co en la frontera norte era muy frá­
que el culto al sol, tal como fue gil y se derrumbó rápidamente a la
practicado por los incas, única­ llegada de los españoles”. Esto de­
mente tuvo vigencia en las capas muestra que el culto al sol perma­
elitescas y no trascendió a las cla­ neció en las castas elitésca y de
ses populares. nobleza. A este respecto Marcelo
Naranjo (1989: 192), es muy ex­
González Suárez (1969: 22- plícito:
226) coincide con este criterio:
“Del culto al sol, propio de
“La dominación de los incas la religión inca, nada ha per­
sobre las naciones indígenas durado en la religiosidad po­
ecuatorianas no fue, pues, pular imbabureña... esto se
de muy larga duración ni lo­ explica tanto por el corto

25
lapso de dominación incaica sol como padre, como un antepa­
en la región, como por el ca­ sado y, por consiguiente, son hijos
rácter jerárquico y elitista consanguíneos directos del sol y
del culto solar”. forman parte de la unidad domésti­
ca con el sol y la luna. Los incas,
Cabe destacar, además, que al ser parte del sol, se identifican y
existe una marcada diferencia en­ son parte del sol y al ser parte del
tre los principios religiosos cuz- sol se relacionan con el mundo y la
queños con los practicados por la naturaleza. Dicho de otra forma, el
cultura cara. Con mucha razón hombre está unido con el dios-sol
González Suárez (1969: 201) ad­ y él nos revela que somos partíci­
vierte: pes de la inmutable esencia divina
y del amor que nos tiene. Cuando
“Hay, por tanto, una dife­ el inca muere, debe reintegrarse al
rencia muy notable entre la sol, ya que es parte de su esencia.
religión de los Incas y la re­ Los incas, principalmente los cuz-
ligión de los Scyris y caras: queños, practicaron un panteísmo
Los Incas y las culturas del incipiente. Las culturas del norte
norte adoraban al sol, como son hijas del sol y forman una fa­
a la primera y suprema divi­ milia nuclear divina, los incas son
nidad de su culto; pero los parte de la esencia del mismo dios.
incas modifican notable­
mente las nociones relativas A segurada la conquista,
a la naturaleza del astro y Huayna Cápac escogió a Caranqui
fundan en estas nociones to­ para que allí se construyera el tem­
do un sistema de gobierno. plo al sol y se impusiera su culto
Los Scyris tributan adora­ como una prolongación de la reli­
ción al Sol, rinden culto a la gión oficial. Se establecieron sa­
luna, haciendo de entrambos cerdotes, militares y administrado­
astros las principales deida­ res al servicio del Estado. En este
des de su religión”. lugar debió haberse celebrado la
fiesta del Inri Raymi, con la misma
La diferencia conceptual es solemnidad que se hacía en el
notable entre las dos culturas. Los Cuzco, en Tomebamba y en Quito.
incas son hijos y parte del sol y ha­ Huayna Cápac habrá precedido la
cen de él el centro de su gobierno; celebración con el fin de consoli­
mas las culturas del norte tienen al dar la conquista y demostrar que el

26
sol es el único señor del universo. taba chicha en dos grandes
El ritual y ceremonia de Quito nos vasos de oro, le hacía una
relata González Suárez (1969: fervorosa deprecación: de­
250-251): ' rramaba en una tina de oro
el licor del vaso que tenía en
“La fiesta del Sol se celebra la derecha; tomaba uh sorbo
en junio, el día del solsticio del que líevaba en la iz ­
de Verano. Diremos como quierda, y lo presentaba a
solían celebrar aquí en Qui­ los que le rodeaban: éstos
to. Precedían tres días del bebían a su vez un bocado,
más riguroso ayuno: el día y luego entraban al templo
de la fiesta, por la mañana, para adorar al Sol en su
mucho antes que saliera el imagen de oro, sobre cuya
sol, se ponía en camino el faz bruñida estaban ya re­
Inca y, acompañado de toda verberando los rayos del as­
su familia, subía a la cum­ tro esplendoroso”.
bre del Panecillo; allí en el
más profundo silencio, con El sistema religioso de los
la cara hacia el Oriente señores étnicos de la región de
aguardaban todos el naci­ Otavalo se vio afectado por un sis­
miento del Sol: silencio pro­ tema diferente, estructurado y con
fundo reinaba también en el principios y rituales definidos.
inmenso concurso que cu­ Además, los incas habían estable­
brían las faldas del Pichin­ cido un sistema discreto en la dis­
cha..., el majestuoso apare­ tribución del trabajo, que conver­
cimiento del Sol, que aso­ tían las faenas del campo en fiestas
maba inundado de luz el fir- y regocijos.
mamento. En ese mismo
instante llenaban los espa­ Podemos decir, con toda
cios el ruido de los innume­ verdad, que las fiestas en el siste­
rables instrumentos' músicos ma religioso y calendario agrario
con que de todas partes se de los incas, se sucedían una des­
saludaba el nacimiento del pués de otra. Los incas propusie­
Sol. Puesto luego en pie el ron a las culturas del norte de su
Inca, dirigiéndose al Sol, sistema y estructura religiosa, los
mientras con ambas manos que fueron aceptados por la noble­
levantadas en alto le presen­ za carangue, mientras la Clase po-

27
pillar mantenía su religión, tradi­ gen, Jesús y el Bautista se reme­
ción y cultura. Sin embargo, el moran en la fecha de su natalicio
norte del Ecuador fue una de las respectivo, mientras que general­
últimas regiones en sufrir los em­ mente se celebra la fecha del falle­
bates de la conquista incásica y, cimiento de los santos, pues es ésta
por consiguiente, sufrió influen­ la fecha de su inicio en la vida
cias relativamente menores con re­ eterna.
lación a los señores étnicos del sur.
Más tarde, al conquistar tie­
Pese al corto tiempo que rras americanas, los misioneros
permanecieron los incas en estas observaron que la fiesta del sol
tierras, creemos que la incursión coincidía con la de San Juan Bau­
incásica aportó con nuevos ele­ tista y cambiaron el nombre de Inti
mentos a la fiesta del Inti Raymi, Raymi por el de San Juan, con el
tales como: un nuevo concepto del fin de catequizar a los indios a la
sol, un reordenamiento ritual y ce­ fe cristiana. Es así que con el afán
remonial para la celebración de la de implantar un nuevo orden y una
fiesta; la chicha constituyó el cen­ nueva religión a los pueblos con­
tro ceremonial religioso, se intro­ quistados, los españoles, al llegar
dujo nuevos instrumentos musica­ al nuevo mundo, encontraron pun­
les, se presentaron nuevas tenden­ tos de contacto semejantes y diver­
cias dancísticas y musicales y se gentes; los primeros fueron apro­
introdujo una nueva vestimenta. Es vechados en beneficio de la con­
en este contexto que las culturas quista y los segundos desechados
del norte sufrieron una nueva por ser nocivos a la causa y a la re­
transformación. ligión. A este respecto Susana
Friedmann (1982: 79), afirma:
Conquista española
“Todas las celebraciones se
Poco es lo que se sabe sobre hacían en tomo a un aconte­
la institucionalización de la festivi­ cimiento: el solsticio de ve­
dad de San Juan. Solamente tene­ rano, período en que el sol
mos por seguro que bajo Gregorio llegaba a su máxima latitud
el Grande (590 a 640 d. de C), en en el hemisferio boreal y
el nacimiento de San Juan se cele­ por lo tanto los días se ha­
bran tres misas en su honor, distin­ cen más largos y las noches
ción singular pues tan solo la Vir­ más cortas. Paulatinamente

28
la festividad cristiana reem­ como también las penas para quie­
plazó la pagana, tal como nes no acataren e infringieren las
sucedió en la Edad Media mismas. En “Recopilación de Le­
con otras fechas del calen­ yes de los Reynos de las Indias”,
dario solar y lunar”. Carlos V expide el 17 de noviem­
bre las primeras regulaciones para
El Inca Garcilaso de la Vega la buena marcha del gobierno, ad­
(1963: 252) refiere, detenidamente ministración de justicia, guerra y
las cuatro fiestas que se celebraban hacienda, y todas las demás mate­
en el Cuzco, en especial la del Inti rias que tocan y son de la jurisdic­
Raymi conocida como la Pascua ción y cuidado del Consejo de In­
Solemne del Sol. El indio Garcila­ dias. En. el Libro Primero, de la
so de la Vega atribuye el nombre Santa Fe Católica, manda:
de la Pascua solemne del Señor Je­
sucristo a la fiesta del Sol por la Leyj. E x o rtac ió n a la
grandiosidad y suntuosidad que Santa Fe Católica y
ambas celebraciones tienen. como la debe creer
todo fiel cristiano
“Entre las cuatro fiestas que Y mandamos a los
solemnizaban los Reyes In­ naturales y españo­
cas en la ciudad del Cuzco, les y otros cualquier
que fue otra Roma, la solem­ cristianos de dife­
nísima era la que hacían al rentes Provincias o
Sol por el mes de junio. Ha- Naciones, estantes o
: cían esta fiesta al Sol en re­ habitantes en los di­
conocimiento de tenerle y chos nuestros reinos
adorarle por sumo, solo y y señoríos, islas y
universal Dios que con su tierra firme, que re­
luz y virtud criaba y susten­ generados por el
taba todas las cosas de la tie­ Santo Sacram ento
rra”. del Bautismo hubie­
ren recibido la santa
Por otra parte, todas las ór­ fe, que firmemente
denes legales venían de España y crean y simplemente
en ellas se encontraban mandatos confiesen el misterio
expresos para gobernar, catequizar de la santísima Tri­
y adoctrinar a indios y españoles, nidad...”

29
Rogamos y encarga­
Ley ij Que en llegando los mos a los Arzobis­
capitanes del Rey a pos, Obispos, Curas
cualesquier provin­ de almas y otros
cia y descubrimien­ cualesquier m inis­
to de las Indias, ha­ tros, predicadores o
gan luego declarar maestros, a los cua­
la Santa Fe a los in­ les por oficio, comi­
dios sión o facultad per­
Los señores reyes tenece la enseñanza
nuestros... ordena­ de la doctrina cris­
ron y mandaron a tiana, que tengan
nuestros capitales y muy particular cui­
oficiales, descubri­ dado y pongan cuan­
dores, pobladores y tas diligencias sea
otras cualesquier posible en predicar,
persona, que en lle­ enseñar y persuadir
gando a aquellas a los indios los artí­
provincias procura­ culos demuestra san­
sen luego dar a en­ ta fe católica...”
tender, por medio de
los intérpretes, a los En estas leyes encontramos
indios y moradores, expresa voluntad de que se guarde,
como, les enviaron a se cumpla y se ejecute todo lo dis­
enseñarles buenas puesto por el Rey, y era todo el
costumbres, a apar­ aparato administrativo colonial co­
tarlos de vicios e mo eclesiástico quienes debían
instruirlos en nuestra ejecutar los mandatos legales; así,
fe católica...” la Real Audiencia, la Gobernación,
el Corregimiento y los Cabildos
Ley iij Que los m inistros locales debían impartir justicias; y,
eclesiásticos ense­ el Arzobispo, el Obispo, el Cabil­
ñen prim ero a los do y los clérigos en general debían
indios los artículos suministrar los sagrados sacramen­
de nuestra San Fe tos e instruir a los indios en la pa­
Católica labra divina. Los tres artículo están
destinados a la propagación de la regeneración. El agua purifica el
Fe Cristiana en la América india. cuerpo, la mente y las cosas mate­
riales. El bautismo renueva y acri­
La fiesta de San Juan se ini­ sola el espíritu..
cia con el baño ritual. El culto a las
aguas, como queda dicho, es tan Para 1571 se inicia la reduc­
antiguo como el culto al sol. ción de los pueblos de Otavalo y
juntamente con esta se procede a
Desde tiempos inmemoria­ formar las doctrinas, en donde los
les existe la creencia de que el misioneros impartían la catequesis,
agua es fuerte de vida, símbolo de fundamentando la doctrina cristia­
limpieza y purificación. La Iglesia na con principios teológicos y lec­
Católica vio una semejanza entre turas de pasajes bíblicos. Las nor­
los ritos de ablución de la fiesta mas religiosas de las culturas del
del Inti Raymi con las aguas rege­ altiplano norte son suplantadas con
nerativas del bautismo y se sirvió principios cristianos. Mas los in­
de este, elemento para su adoctrina­ dios, con el correr de los tiempos,
miento en la fe católica. han perdido la conciencia y la me­
moria de su cultura y de los fenó­
“Mandamos a los naturales y menos religiosos existentes. Hoy
españoles... que regenera­ se han perdido los valores cultura­
dos por el Santo Sácramento les tradicionales y los indígenas
de Bautismo hubieren reci­ conocen la fiesta de San Juan mas
bido la Santa fe, que firme­ no la del Inti Raymi.
mente crean y simplemente
confiesen el misterio de la En las comunidades de los
Santísim a T rin id a d ...” alrededores de la laguna de San
(ibid.). : Pablo, en la década del setenta,
los sanjuanes salían a bailar en las
Este mandato demuestra a calles y en las plazas. Se encontra­
las claras que los naturales debían ban vestidos con sombreros de pa­
ser regenerados por las aguas del ja toquilla o de lana adornados con
bautismo para alcanzar la vida plumas de colores,, máscaras, ca­
eterna. Mas, el baño ritual que rea­ misa blanca, chaleco negro, panta­
lizan los indígenas en sus comuni­ lón bombacho de tela estampada,
dades, la víspera de San Juan, es medias color carne o polainas, za­
un rito de purificación más no de patos o alpargatas y acial en la

31
mano derecha. Los sanjuanes jun­ procesión en honor de San Juan
tamente con el capitán, chaquica- Bautista de origen cristiano; la
pitañes (capitanes de a pie) y fa­ banda de pueblo compuesta de ma­
miliares, la víspera hacían la entre­ deras, metales y percusión de pro­
ga de las velas adornadas con pal­ cedencia europea; y, por otro lado,
mas al cura y éste les daba en cus­ las flautas, la música, el sacrificio
todia, a pedido de ellos, la imagen del gallo (gallo capitán), los chu­
del santo o el paño del Señor, para ros y cascabeles de ascendencia
que sea velado durante la noche en precolombinos. En este contexto
la comunidad. Prioste, sanjuanes, podemos hablar que la fiesta de
estado mayor y acompañantes, al San Juan es un hecho sincrético.
son de la música, danzaban junto a
la imagen y retomaban a su lugar También, en esta festividad,
de origen. se encuentran algunos elementos
que son propios de la administra­
Al día siguiente, el mayoral, ción de hacienda, entendida como
muy por la mañana despierta al la propiedad agrícola de una o va­
prioste y espera la llegada de los rias extensiones de terreno puestas
sarcos (sanjuanes), ya que los mú­ en producción agrícola bajo una
sicos habían dormido en casa del administración. Estos elementos,
prioste, para emprender la proce­ entre los principales, están: cua­
sión de retomo de la imagen hacia drilla, grupo de personas que tra­
la iglesia. Hacían el mismo reco­ bajan en una hacienda en calidad
rrido, con las paradas en las mis­ de peones. Se conoce con este
mas cantinas para tomar la tauna nombre a un grupo de indígenas
(copa). Escuchaban la misa y des­ disfrazados que bailan en la fiesta
pués los sanjuanes danzaban en de San Juan y San Pedro. Mayo­
honor del santo y del dios sol por ral: es la persona que en las cua­
haber fructificado la tierra. drillas de cavadores, de segadores,
de labranza, hace de cabeza y ca­
En esta fiesta existe un para­ pataz. En la fiesta de San Juan ha­
lelismo cultural; por un lado, se ce cumplir la disciplina y el orden.
encuentran elementos hispano­ Mayordomo: es el criado princi­
cristianos y, por otro, elementos pal a cuyo cargo está el gobierno
precolombinos. Todas las prendas económico de una casa o hacienda.
de vestir que usan los sanjuanes En la fiesta heliolátrica se encarga
son de origen hispano; la misa y la de sufragar los gastos de los inte­

32
grantes de la cuadrilla y de admi­ Guerrero (1975: 6) habla de
nistrar los bienes económicos a él las formas de trabajo y de las rela­
encargados. Sobrestante: Es el ciones de apropiación de la renta.
que dirige a cierto número de tra­ Clasifica las.haciendas, los trabaja­
bajadores y ejecuta determinadas dores y los administradores:
obras bajo la dirección del Admi­
nistrador o del dueño de la hacien­ “Podemos clasificar, advier­
da. En la fiesta que nos ocupa diri­ te, las diversas formas de
ge los giros, movimientos y el or­ trabajo que existía en las ha­
den de la cuadrilla así como el mo­ ciendas en tres grandes gru­
mento de la pelea. Capataz: Es la pos; de acuerdo a las princi­
persona a cuyo cargo está la la­ pales obligaciones y dere­
branza y administración de la ha­ chos que comprendían: Pri­
cienda; es el hombre de confianza mer grupo: huasipungueros
del administrador. Hace las veces y yanaperos, quienes teman
del mayoral y cuida a cada uno de una jomada de trabajo en la
los sanjuanes. Capitán: es la per­ hacienda, más posesión de
sona a quien reglamentariamente un lote de tierra y/o de pasti­
corresponde el mando de la com­ zales, riego, más un salario;
pañía o cuadrilla. Dirige la cuadri­ segundo grupo: arrendata­
lla montado a caballo. Chaqui-ca­ rios y partidarios con obli­
pitán: es el capitán de a pie. Hace gaciones de trabajo, éstos
las veces del capitán en ausencia tenían jomadas de trabajo
de éste. Estanquero es quien re­ más parte de la producción
parte el aguardiente o la chicha a en especies o dinero; y, ter­
los concurrentes. cer grupo: partidarios y
arrendatarios, quienes entre­
Mayoral, mayordomo, so­ gaban una parte de la pro­
brestante, capataz, capitán, estan­ ducción y tenía una pose­
quero, etc., forman la estructura sión de tierras y/o pastiza­
inferior administrativa de la ha­ les.
cienda. Estos elementos son los El estrato más alto de este
que forman parte en la fiesta de grupo, los administradores,
San Juan y sus nombres son un re­ se asimila y muchas veces
zago de la administración hacen- pertenecía a la clase de te­
dataria. rratenientes, mientras los
funcionarios medios salían

33
por lo general de la pequeña hasta ahora está vigente y es partí­
burguesía urbana o rural. cipe en la fiesta de San Juan.
Para estos dos estratos el sa­
lario monetario formaba la La indumentaria que viste el
base de su remuneración, indígena en la fiesta de San Juan
siendo los beneficios en es­ es de carácter festivo, siendo la
pecies o en medios de pro­ mayoría de ellas de origen euro­
ducción más bien secunda­ peo. Las prendas de vestir de las
rios. Un último estrato de culturas precolombinas no han
empleados, encargados de permanecido vigentes sino única­
tareas de ejecución y con­ mente sus nombres.
trol de trabajo y de la re­
presión d irecta recibían Don Sancho Paz Ponce de
una remuneración monetaria León (1965: 337), en “Relación y
de carácter esencialmente descripción de los pueblos del Re­
complementario a la pose­ partimiento de Otavalo, 1582”,
sión de tierras y pastizales. proporciona los primeros datos
Estos ayudantes, mayora­ acerca de la indumentaria de los
les, m ayordom os, etc. se indígenas en esta región:
diferenciaban poco de los
huasipungueros y muchas “El hábito que traían anti­
veces eran escogidos entre guamente los hombres antes
ellos”. que el Inga viniese, era una
manta de algodón grande
La estructura político-admi­ que le daba dos vueltas al
nistrativa de la hacienda pasó de cuerpo, y después que el In­
Europa a América. La búsqueda de ga vino, traen unas camise­
riquezas fue la primera motivación tas y unas mantas cuadradas
de los españoles, pasada ésta pu­ de algodón. Las mujeres
sieron sus ojos en la fertilidad de traen una manta de algodón
la tierra y la disponibilidad de ma­ grande, llamada anaco, pe­
no de obra indígena, abundante y gada al cuerpo y prendida
dominada; en este contexto, la re­ con unos prendederos de
gión de Otavalo tiene gran impor­ plata o cobre, la cual manta
tancia, pues aquí se forman los prenden con los dichos
grandes latifundios, estructura que prendedores en los hombros,
y ciñen la manta con una fa­

34
ja de algodón muy labrada y cambiado,.somos testigos del ar­
pintada de colores, traen chivo de la historia.
otra más pequeña cuadrada
prendida con otro prendede­ BIBLIOGRAFIA
ro, y esta manta pequéña lla­
man líquida (lliclla) los in­ CACHIGUANGO C., Luis Enrique
dios, y la grande llam an 1993 “Aya Urna. Símbolo de lá cultura
indígena”. En Shimi shitachi, re­
anaco y los prendederos lla­ vista de información y reflexión
man topos. Y este es el há­ sobre temas indígenas, Ns 16; Ta­
bito que agora traen estos lleres Abya-Yala; Cayambe.
indios”.
CAILLAVET, Chantal
1985 “La adaptación de la dominación
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128), se puede inferir que las pren­ perio: territorio Otavalo-Ecuador”.
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prenda, los danzantes se adornaban
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to por varias aves, caracoles mari­ 47; Ediciones del Banco Central
nos, una manta larga en forma de del Ecuador; Gráficas Áyerve;
camisón, collares, narigueras y Quito.

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35
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1987 Instrumentos musicales prehis­
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del Museo del Banco Central del 1976 Arte ecuatoriano, dos tomos. Sal-
Ecuador; Imprenta Monsalve Mo­ vat Editores ecuatoriana S. A.; Es­
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