UNPAZ Cultura Comunitaria
UNPAZ Cultura Comunitaria
UNPAZ Cultura Comunitaria
comunitaria
del NO
bonaerense
Conversaciones con Sofovial,
Culebrón Timbal, FM Tinkunaco,
Red El Encuentro,
Editorial Cantamañanas,
Mutual Primavera, Saturno 5
ISBN: 978-987-4110-57-2
Culebrón Timbal
FM Tinkunaco
Red El Encuentro
Mutual Primavera
Saturno 5
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María Iribarren y Matías Farías
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Presentación
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María Iribarren y Matías Farías
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Las entrevistas que les lectores encontrarán en este libro fueron rea-
lizadas entre los años 2017 y 2019 a siete colectivos culturales: Cu-
lebrón Timbal, Sofovial, FM Tinkunaco, Red El Encuentro, Editorial
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Presentación
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Presentación
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María Iribarren y Matías Farías
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María Iribarren y Matías Farías
cuidado”. Hay un debate abierto, pues, sobre las formas del reconoci-
miento social y político de estos cuidados, claramente impulsadas por
el movimiento feminista en sus diversas vertientes, pero también por
otro tipo de organizaciones y perspectivas teóricas y políticas.
En la situación de crisis social que atraviesa actualmente la Argenti-
na, este debate se torna urgente: ¿el reconocimiento de los cuidados
debe pensarse como una vía para alentar la profundización de la re-
lación salarial? ¿Deben reconocerse, en cambio, esos cuidados, desde
una perspectiva que asocie ciudadanía con ingresos? ¿De qué modo
ese reconocimiento permitiría reforzar la trama comunitaria en que
esos cuidados se inscriben? ¿O seguiremos desconociendo esos cuida-
dos a la espera de que, tranquilizada la macroeconomía, se subsanen
las desigualdades sociales con políticas focalizadas en lo micro, aun
cuando ello suponga políticas de reconocimiento de derechos?
La pregunta por los “indicadores” deviene, como resultado no previsto
inicialmente en las premisas de esta investigación, en la pregunta por
las formas políticas del reconocimiento social de tareas del cuidado.
Estas organizaciones se han hecho cargo de estas tareas desplegando
un variado repertorio de intervenciones que incluye centros culturales,
escuelas populares, merenderos, murgas, películas, videos en proceso,
ferias del libro, programas de televisión, radios comunitarias (y la lista
sigue), que portan una promesa de una vida social distinta, a partir de
otros modos de ser con y entre otres. Así asumieron de manera origi-
nal, en el contexto de un proyecto político autogestivo y comunitario,
las tareas del cuidado, un trabajo colectivo cuyo reconocimiento es una
de las deudas pendientes de nuestra democracia.
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Sofovial (Sociedad
de Fomento del
Video Alternativo)
CONVERSACIÓN CON HERNÁN ALEGRÍA*
María Iribarren (MI): La primera pregunta que te queremos hacer,
Hernán, es: ¿Cómo empezó esta historia? ¿Cuáles fueron las expec-
tativas iniciales? ¿Cuáles fueron las preguntas que se hicieron, o a lo
mejor las certezas que tenían?
* La conversación original tuvo lugar en 2018 y su versión escrita fue revisada en sep-
tiembre de 2020. Participaron en la conversación original María Iribarren y Emerson
Andrade (Equipo de investigación de “Cartografía socioeconómica de la cultura en el
noroeste del Conurbano Bonaerense”) y Hernán Alegría (Sofovial). Agradecemos a
Hernán Alegría la cuidada revisión y colaboración en la edición de la versión escrita
de esta conversación.
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Conversación con Hernán Alegría
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Sofovial (Sociedad de Fomento del Video Alternativo)
HA: Asociación Sin Anestesia, oyentes por la libre expresión. Fue una
gran experiencia de participación ciudadana en muchos barrios de
la región metropolitana y de Rosario. Peleábamos por algo que hoy
parece muy obvio, la democratización de los medios masivos de ra-
diodifusión. En esa época era una cuestión muy poco considerada,
comenzamos apadrinando a las llamadas radios piratas, FM de baja
frecuencia que estaban absolutamente prohibidas, les dábamos fuer-
zas con la presencia y el prestigio de nuestra asociación, tratando de
que se multipliquen y protegiéndolas con abogados amigos para que
no requisen sus aparatos. Juntamos treinta y cinco mil firmas y pre-
sentamos un proyecto para reemplazar la Ley de Radiodifusión de la
dictadura, tristemente todos los bloques partidarios la cajonearon.
En San Miguel nos juntábamos en la plaza todos los domingos para
escuchar el programa que logramos reinstalar. Organizamos matea-
das, manifestaciones y debates con muchísima concurrencia, convir-
tiéndonos en una organización cultural significativa en la región.
Volviendo a los orígenes de Sofovial, nuestra intervención en el uni-
verso radiofónico había marcado un hito histórico, todos los años lle-
nábamos la sala mayor del CCSM con la entrega de los premios Sin
Anestesia para los representantes del pensamiento crítico, tanto de
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Conversación con Hernán Alegría
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Sofovial (Sociedad de Fomento del Video Alternativo)
una época en que verse en televisión era todavía mágico. Bien, exhi-
bimos esa experiencia con la idea de explicar el “video proceso”. Esta-
llido en el universo de la SAVI, se produjo toda una discusión, como
que el video proceso era algo no profesional, que lo nuestro no tenía
relevancia artística, no tenía valor profesional. Nos defendimos muy
débilmente, no esperábamos semejante cuestionamiento, el cineasta
Octavio Getino nos salva del linchamiento y antes de irse, se acerca
a nosotros y nos dice al oído: “Muchachos sigan con lo que están ha-
ciendo, no le den bola a esta gente”. Enorme empujón, esas palabras
fueron una contraseña para nosotros y la situación sintetiza las difi-
cultades de entendimiento de algunos espacios con la gente sencilla,
con las organizaciones de la educación popular, con el mundo comu-
nitario. También es necesario decir que muchísimos espacios insti-
tucionales y académicos reconocen y jerarquizan nuestra forma de
trabajar y construimos en conjunto desde hace más de treinta años.
HA: Al inicio los objetivos eran muy parecidos a los que tenía la Aso-
ciación Sin Anestesia, en términos de contribuir a la profundización
de la democracia, desmonopolizar los medios masivos, promover la co-
municación comunitaria. Nosotros queríamos hacer nuestro aporte en
torno al video proceso, es decir, nos interesaban menos los productos
que su proceso de construcción. En el entramado de relaciones nos pa-
rece que lo político está mucho más presente que en los objetos comu-
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Conversación con Hernán Alegría
nicacionales, por eso enfatizamos la forma cómo se hacen las cosas, sin
que esto invalide el producto. Para decirlo con un ejemplo: el material
audiovisual puede ser un maravilloso homenaje a los fundadores del
barrio, pero si está hecho de tal manera que no construye con los de-
más, participativamente, su función política se debilita, en el sentido
de una construcción política orientada hacia el poder popular. La idea
del video proceso es una estrategia comunicacional que se desarro-
lla en muchos lugares de nuestra América, es la forma que toma la
educación popular en la manera de producir audiovisualmente. Esta
estrategia la fuimos aprendiendo a través de muchos años, de mucho
contacto con la gente, no es que comenzamos teniendo una certeza
teórica absoluta, teníamos muchas dudas, igual que ahora. Otro ejem-
plo de Video Proceso es nuestro video ¿Qué nos pasa con el Sida? Se
editó trece veces, lo fuimos rehaciendo a partir de las devoluciones
que nos hacían en los talleres, que también eran grabados. Ninguno
de nosotros era experto en educación popular ni en comunicación, nos
fuimos haciendo, por supuesto que con otros, en un riquísimo camino
de aprendizajes, relaciones y vínculos, no exentos de conflictos.
MI: Esta experiencia del video proceso, junto con la idea de rehacer
a partir de la devolución de los talleres, me recordó a un grupo de
teatro en Córdoba de los años setenta que se llamaba “Teatro libre”,
liderado por María Escudero. En este intento de cruzar teatro y polí-
tica, empezaron a ofrecer obras de teatro en los barrios, en los barrios
carenciados, en las villas y demás. Y luego de las funciones hacían
debates, indagaban qué le había parecido a la gente, y muchas ve-
ces aparecía la crítica, el público preguntaba, por ejemplo, sobre los
personajes, de modo tal que las obras comenzaban a transformarse a
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Conversación con Hernán Alegría
HA: Sí, y editados con los actores sociales en lo posible, siempre bus-
cando la manera de contribuir al pensamiento crítico, nunca caíamos
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HA: Los primeros diez años no había ninguna subvención, cada uno
trabajaba en lo suyo y Sofovial era un espacio de exclusiva militancia.
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Conversación con Hernán Alegría
MI: Los temas centrales con los que trabajaron fueron salud y educa-
ción popular. ¿Ha habido alguna otra incursión?
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Culebrón
Timbal
CONVERSACIÓN CON EDUARDO BALÁN*
María Iribarren (MI): ¿Cómo empezó la historia de Culebrón Timbal?
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Conversación con Eduardo Balán
EB: Fue un proceso de varios años, entre 1998 y 1999. Teníamos que
difundir esa obra y estábamos influenciados por la historia de los
Redonditos de Ricota y las bandas que intentaban un circuito alter-
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Culebrón Timbal
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Conversación con Eduardo Balán
MI: ¿Cómo llegan a constituirse en lo que son ahora: mucho más que
un grupo musical o teatral? ¿Cuál fue el proceso?
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Culebrón Timbal
MI: ¿Cuándo tomás conciencia de eso? ¿Qué los hizo pensar por ahí?
EB: Hubo varias cosas, aquí en la zona y también en otros países del
continente; lo primero fue que en la época de los cursos había en toda
esta zona un debate sobre cómo organizar la actividad cultural auto-
gestiva. Se llevó a cabo el Congreso Regional de la Cultura, que era
el intento de que todos los artistas, los medios comunitarios de comu-
nicación y las organizaciones sociales se articularan en un proyecto
cultural para la región. Nos encontrábamos en grandes eventos que
se llamaban “Aguante la Cultura”. Observamos que había realmente
muchos grupos culturales en cada barrio realizando alguna actividad
y que muchos eran parecidos a El Culebrón Timbal. Digamos que
eran inclasificables porque no eran la típica organización que trabaja
con los pobres usando alguna técnica artística, sino que a veces eran
parte del mismo barrio, estaban en las movilizaciones luchando por
la Ley de Medios, o por otras reivindicaciones. Gracias a esto nuestro
proyecto se fue politizando de una forma más integral. Tomamos con-
ciencia de que estábamos en una encrucijada: o El Culebrón Timbal
formaba parte de un movimiento que triunfaba en el terreno cultural
o no tenía destino. Con este pensamiento, varios años después, y en
conjunto con otras organizaciones, comenzamos a luchar por una Ley
de Apoyo a la Cultura Viva Comunitaria, luego de analizar y compar-
tir con cientos de experiencias de otros lugares. Esto nos fue llevando
a que cobrara forma un proyecto que se nutriera del territorio, donde
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Culebrón Timbal
EB: Sí, agregaría que eso debe darse en el marco de una aventura
compartida. Todo lo que hicimos organizativamente va con esa direc-
ción. Por eso la tarea de tratar de armar un Movimiento Argentino
de la Cultura Viva Comunitaria y a su vez un Movimiento Latinoa-
mericano por la Cultura Viva Comunitaria.
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Conversación con Eduardo Balán
jóvenes que van participando año a año de las movidas, que se su-
man y van integrándose a proyectos. Otro dato interesante es que en
los últimos años aparecieron profesionales que hacen animación en
2D, 3D, sonido y amigos vinculados al proyecto que forman parte de
El Culebrón Timbal. Y también pasa que hoy en día hay cosas muy
importantes para El Culebrón Timbal que ya no las impulsa exclusi-
vamente nuestra organización, pero que sentimos como “nuestras”.
EB: Entre el 2002 y el 2009 hubo muchas situaciones que nos ayu-
daron a estar más en la cresta de la ola, intentando novedades polí-
ticas que en parte triunfaron, pero que también encontraron límites
serios. Luego lo que pasó en la política hacia el 2015, la derrota del
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Conversación con Eduardo Balán
EB: Gratos fueron muchos momentos; este proyecto nos brindó la posi-
bilidad de pasar por momentos de gran felicidad y de conocer miles de
amigas y amigos. Un gran momento fue en el 1er Congreso Latinoa-
mericano de Cultura Viva Comunitaria que se realizó en La Paz, Boli-
via. Fueron viajes y aventuras accidentadas; una de nuestras carava-
nas quedó varada en medio de la montaña y llegamos casi empezado el
evento, algunos, medio enfermos y con muy pocos recursos.
EB: Si, con una carroza, tres micros de activistas y con el bondi de
otra organización que se llama ChePibe. Pasaron muchas cosas du-
rante el viaje, daría para hacer una película; cada vez que vencíamos
un obstáculo gigante sabíamos que en horas venía otro mucho ma-
yor. Tuvimos que pasar varios controles en la ruta, luego la Aduana,
que la mitad de la caravana no tenía papeles y en Bolivia había un
corte de ruta por un conflicto gremial, pero llegamos. También hubo
muchos buenos momentos antes, en el 2006, por ejemplo, cuando se
aprobó el presupuesto participativo acá en San Miguel en el Concejo
Deliberante, o las movilizaciones en Plaza de Mayo en el 2011 por la
Ley de Apoyo a la Cultura Viva Comunitaria y todos los festivales de
los que formamos parte. El pueblo nos devuelve mucho viento a favor,
hay siempre energía para seguir. Creo que el momento más difícil fue
el que mencioné anteriormente, en la crisis hacia el 2015, porque me
parece que lo que pasó en estos últimos años, es decir, que un gobier-
no de derecha gane las elecciones y que la mitad del pueblo los vote,
nos dice que hay cosas que no estábamos analizando bien, elementos
que subestimamos, actitudes soberbias y alejadas del ánimo popular.
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Conversación con Eduardo Balán
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Conversación con Eduardo Balán
EB: Tengo una visión limitada; lo que veo a simple vista es que hay
un subsistema muy activo dentro de la vida cultural de la región. Hay
un mundo que es el que tiene que ver con las culturas barriales y que
cada tanto produce cosas muy extrañas y muy lindas; por ejemplo, el
otro día en nuestra localidad hubo toda una movida de las compar-
sas del grupo de Murgas Unidas e hicieron un evento por el Día del
Niño relacionado con la política, pero juntaron miles de chicos. Hay un
montón de experiencias de cultura comunitaria que son únicas en el
país, por ejemplo “Sofovial”, que es una cosa rara e interesante… hay
un movimiento de cultura barrial comunitaria muy bueno. También,
desde otro punto de vista, hay un mundo que tiene que ver con la
cultura masiva popular que es muy fuerte acá, lugares como la Carpa
del Juanca, Escombro, etc., que son altamente masivos que tiene que
ver con lo musical, pero también con las estéticas de países hermanos.
Otro movimiento cultural es el que ronda la figura del Gauchito Gil o
de la religiosidad popular que forman parte de las cosas misteriosas de
la cultura popular de la gente. Toda la movida del folclore tiene mucho
peso en la región. Dentro de todo ese mundo hay algo muy interesante
que es el movimiento de un tipo de artistas que problematizan mucho
el tema de la cultura en la región, que luchan por la cultura indepen-
diente, autogestiva y comunitaria que se ve mucho en esta zona más
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Culebrón Timbal
que en cualquier otro lugar. Además, hay dos lugares liberados para
la exploración que son la UNPAZ, la UNGS, que pueden ser pensados
como pulmones para pensar la cuestión cultural con alguna autono-
mía, con teoría, con experimentación…hay muchos procesos de gran
riqueza de contenidos y vitalidad en nuestra zona.
MI: Hablás de las tradiciones culturales, las religiosas, por otro lado,
los jóvenes y las movidas independientes y por último las universida-
des como si fueran tres dimensiones de la escena cultural. ¿Esas tres
dimensiones son generacionales, son ideológicas o están atravesadas
por todo eso?
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Conversación con Eduardo Balán
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Culebrón Timbal
Creo que esa dinámica es lo único que va a permitir que el pueblo go-
bierne el Gran Buenos Aires. Bajo una concepción que perciba a esa
diversidad como un valor a revindicar, no como algo que en nombre
de la ciudadanía tengamos que disciplinar. Nuestra última película,
Mnemora, es una película de aventuras, que nos permitió discutir el
tiempo “moderno” y lineal, metiéndose con los mitos, los sueños y los
presagios. Porque nos interesa analizar qué mitos están activos hoy,
si vienen de antes, si son eficaces y si ayudan a transformar las cosas.
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Conversación con Eduardo Balán
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FM Tinkunaco
CONVERSACIÓN CON DANIEL SAMBRANA,
VANINA CORREA Y GISELA ROMERO*
María Iribarren (MI): ¿Cómo empezó el proyecto Tinkunaco?
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Conversación con Daniel Sambrana, Vanina Correa y Gisela Romero
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FM Tinkunaco
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Conversación con Daniel Sambrana, Vanina Correa y Gisela Romero
FMT: Por un lado, tenemos programas propios, por otro lado, progra-
mas enlatados. Dentro de los programas propios está el informativo a
la mañana de 9 a 11hs, que después se repite, un programa musical
de rock en el que está al frente una compañera y un programa musi-
cal. Por otro lado, están los programas hechos por las organizaciones,
el año pasado, por ejemplo, estuvo la Mutual Primavera haciendo un
programa, un programa feminista, el del MONAFE (Movimiento Na-
cional Ferroviario), un programa sobre temática de Memoria Verdad
y Justicia llamado “Vamos a Andar”, los sábados “Desfachatados” que
llevan adelante estudiantes de la UNPAZ. Y hay un montón de orga-
nizaciones que tienen un espacio por dos años o dos temporadas, pero
luego no pueden sostenerlo, nos ha pasado muchísimo. En lo general,
la idea es abrir y brindar el espacio justamente a este tipo de organiza-
ciones, si bien el aire está predispuesto a cualquier propuesta, la idea
es privilegiar este tipo de voces al momento de pensar la programación
de la radio. Y también hay otros programas que son enlatados.
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FM Tinkunaco
MI: Supongamos que hay que cubrir una noticia que ocurre en el
barrio. ¿Tienen posibilidad de trasladarse? ¿Cuál es la manera de
hacer esas coberturas?
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Conversación con Daniel Sambrana, Vanina Correa y Gisela Romero
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FM Tinkunaco
FMT: Una línea es la del Centro Comunitario, que tiene como po-
lítica sostener a la radio como una referencia, además la radio se
hace en una de las aulas del Centro, usamos la luz del Centro (entre
otros insumos) y también nos brinda la comida del mediodía, Noso-
tros también hacemos un doble aporte, trabajamos en el Centro y
aportamos a la radio.
La otra línea de financiamiento, que en realidad es mucho más ines-
table, es la de FOMECA (Fondo de Medios Comunitarios de Comuni-
cación Audiovisual), que existe desde la sanción de la Ley de Medios.
Desde 2013 y 2014 nos presentamos y con ello hemos podido finan-
ciar equipamiento e insumos. Ahora bien, hace dos años se cortó ese
financiamiento que es importante porque habíamos contado con él
para sostenernos, para comprar, como decíamos, equipamiento, pero
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Conversación con Daniel Sambrana, Vanina Correa y Gisela Romero
también otras cosas. Ahora eso está suspendido, nos pagaron en 2018
recién uno que habíamos presentado en 2015. El FOMECA es una
gran herramienta, a nosotros nos sirvió muchísimo. También hay
otras líneas de financiamiento como Punto de Cultura y otras, en
general son incentivos para propuestas culturales o talleres de radio.
MI: ¿De qué manera arman una línea editorial respecto a un tema
que deciden cubrir? ¿Cómo piensan una cobertura?
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FM Tinkunaco
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Conversación con Daniel Sambrana, Vanina Correa y Gisela Romero
nales (por ejemplo, Cold Play o The Rolling Stones) elegimos varios
temas, ofrecemos un contexto, contamos su historia, explicamos qué
queremos contar con esa música.
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FM Tinkunaco
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Red El Encuentro
CONVERSACIÓN CON ANA GRAVINA*
María Iribarren (MI): ¿Cómo empieza el proyecto de la Red? ¿Cuál
fue el primer paso, el inicio? En fechas, en objetivos.
MI: ¿Qué carácter tenían esos centros? ¿Eran educativos, eran co-
munitarios?
AG: Todos los centros previos al noventa (o sea, estos siete) son
centros que mayormente nacen con la idea de cuidar a los chicos
mientras sus papás trabajan. En una menor proporción, son cen-
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Conversación con Ana Gravina
tros que trabajan con familias tan lastimadas por la pobreza que
necesitaban este complemento para la crianza de sus hijos y para
la alimentación. La crianza en todos sus sentidos. Entonces, algu-
nos centros realizaban estos trabajos relativos al cuidado con bebés
pero también con chicos en edad de escolarización primaria, aunque
el formato que van asumiendo todos es cuidar a los pibes mientras
sus familias trabajan. Es lo que primero pasa. Después, la realidad
del país va modificando el sentido de cada centro. Pero, en los años
previos a 1990, la fortaleza estaba puesta en el cuidado, en el com-
plemento a la escolaridad y en la crianza.
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Red El Encuentro
AG: No, ningún municipio en ningún caso. Pensá que en ese mo-
mento solo existía el Municipio de General Sarmiento en la zona.
Sí con apoyo externo al barrio en algunos casos, ligados con alguna
parroquia, o con un grupo de gente con otra situación económica que
decidían cooperar, por algún motivo, con la situación del barrio. A
partir de los años noventa prácticamente el modelo externo no fun-
ciona y es la misma comunidad la que sostiene, especialmente gru-
pos de mujeres que toman mucho protagonismo a partir del 2001.
Porque otro pico de activación es el 2001. Surgen de la olla popular,
son las vecinas que se juntan para cocinar para sus pibes y en base a
eso comienza a organizarse otra cosa. Así, un grupo de mujeres que
empezó cocinando nada más (“nada más” es un modo de decir: como
si fuera poco, en un contexto además donde no hay recursos, cocinar
y alimentar a los chicos) suma nuevas ideas para armar actividades
con los chicos y mejorar el espacio. En este trabajo de crecer y de
reformular se va construyendo el proyecto como red. Es un proyecto
colectivo, pensado entre todos. Al cabo de los años, nosotras fuimos
también aprendiendo muchas cosas a partir de una gestión que es
colectiva, que está basada en la potencia que tiene el trabajo de todos
juntos. Juntos vamos decidiendo criterios sobre cómo laburar, nos
vamos poniendo objetivos y nos capacitamos.
MI: Hablás de mujeres. Esa es una historia que alguna vez vamos
a tener que escribir. La historia de las mujeres en este país de 1976
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Conversación con Ana Gravina
AG: No. Por suerte pudimos muy rápidamente o desde el inicio fun-
cionar en un lugar comunitario, aunque fuera reducido, aunque fue-
ra precario, era un árbol debajo del cual nos reuníamos. Pero eran
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Red El Encuentro
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Conversación con Ana Gravina
MI: ¿Cuáles fueron los debates que ustedes tuvieron que enfrentar,
las decisiones que tuvieron que tomar? Porque estás planteando
algo que es crucial, pasamos de la calidad a la cantidad. Había que
dar respuestas a muchísimos pibes y familias. ¿Cómo resolvieron o
empezaron a resolver eso?
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Red El Encuentro
MI: Hoy en la Red hay, creo, quince centros. ¿Qué papel cumple la
Red con relación a los centros? ¿Articula conceptualmente? ¿Atien-
de toda el área de programas gubernamentales, municipales, na-
cionales? ¿Toma personal? ¿Son voluntarios? ¿Cuándo se define ese
rol organizador?
MI: Digo “cuándo” no por la fecha sino para preguntar cuál es el hito,
cuál es el momento o el punto de inflexión...
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Conversación con Ana Gravina
AG: A eso voy. Ha sido todo un proceso largo. La Red (como siempre
decimos) somos todos. La Red son los centros y somos todos. Noso-
tros, los que estamos laburando en un equipo coordinador y admi-
nistrador en la sede de la Red nos ocupamos de las tareas colectivas
que implican a todos los centros. Y todos tenemos también laburo en
algún centro en particular. Eso también fue cambiando con el tiem-
po. O sea, todos venimos de un centro y todos hoy tenemos laburo en
un centro. Esa es la situación nuestra.
La Red se fundamenta en una visión política que fuimos constru-
yendo colectivamente, un entramado de acuerdos, una construcción
hecha entre todos, que todos conocemos y respetamos. Por ejemplo,
tenemos espacios de decisión que son consultivos, los centros están
representados por un compañero o compañera, se discuten los rum-
bos e incluso decisiones puntuales también. Y hay en eso una confian-
za basada en el respeto histórico a estos acuerdos. Los que tenemos
algunas tareas más hacia afuera sabemos cuál es el límite, sabemos
cuáles son nuestros mandatos. Igual hoy todo esto está en revisión.
Pero funciona así. Hay una instancia administrativa centralizada
porque en un momento resultó muy estratégico tener convenios cen-
tralizados, hoy estamos tratando de que haya más personerías jurí-
dicas que permitan descentralizar la administración.
AG: Claro, de los centros, para que se puedan transferir los conve-
nios. Es un clavo porque es un trabajo enorme, las personerías son
muy caras. No es como antes que crear una asociación civil costaba
dos mangos. Todo es caro, es complejo, requiere una cantidad de
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Red El Encuentro
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Conversación con Ana Gravina
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Red El Encuentro
samente porque nos dimos cuenta (es una decisión que tomamos aho-
ra y que queremos consolidar dentro de la Red, lo estamos haciendo
con mucha dificultad) de que los chicos tienen que aprender a leer
y escribir. Si no lo logran en la escuela, lo vamos a tener que hacer
nosotros, pero nosotros tenemos que aprender a enseñarlo. Entonces,
de ahí surge la necesidad de formarnos en la alfabetización. Después
el otro gran tema son los chicos menores de 5 años. ¿Por qué? Porque
el sistema educativo no responde, no hay jardines. Entonces, esta si-
tuación nos obligó a plantearnos cómo estimulamos a los chicos para
que lleguen a primer grado con alguna experiencia. Y, claro, al prin-
cipio nos equivocamos porque creímos que debíamos ocupar un lugar
muy similar al de los jardines. Estamos tratando de deconstruir eso,
creímos que lo habíamos logrado, pero más o menos. Y estamos la-
burando en formalizar un sistema propio de educación –mira lo que
estoy diciendo, ¡una contradicción!– que intente fortalecer el modelo
de educación popular, participativo e integral.
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Conversación con Ana Gravina
MI: Sí. Sobre todo, por fuera de los instrumentos organizativos con-
vencionales, quiero decir, un sindicato, un partido político, una or-
ganización.
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Red El Encuentro
AG: En todos estos procesos hemos construido toda una identidad muy
fuerte, muy interesante. Nosotros creemos que el centro tiene su iden-
tidad y al formar parte de la Red construye otra identidad más que se
complementa. Pero a veces no se complementa y chocan también.
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Conversación con Ana Gravina
AG: Claro, esto que ha sido un proceso de treinta años donde fuimos
transitando tantos debates distintos, tantos momentos distintos.
La idea de que la Red es un “entramado de acuerdos” nos permite
identificamos como “educadores populares y comunitarios”. Pero en
los años noventa éramos “madres cuidadoras”. Entonces, nosotros
hicimos todo un camino. Esto de ser organizaciones que buscamos la
horizontalidad, que buscamos el respeto de la palabra de todos y que
creemos que todos los compañeros pueden formar parte, esto requie-
re un espacio de formación permanente. Todavía no hablamos de eso,
pero nosotros tenemos desde hace treinta años un equipo –que ha ido
cambiando la gente en algunos casos, en algunos no– que se ocupa
de un modelo, un modo de capacitarnos y formarnos para la tarea.
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Conversación con Ana Gravina
cinco años para adelante. Cuesta mucho pensar para adelante, pero
hay que hacer el esfuerzo.
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MI: Señalás estas marchas, las marchas de los chicos como un hito,
digamos, como un momento en el que la Red se enfrenta a una dis-
cusión política.
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Conversación con Ana Gravina
AG: Acá tenés las dos cosas. Me parece que también un hito inte-
resante fue el área de jóvenes de la Red, integrada por los grupos
de jóvenes de cada centro. El espacio de los jóvenes fue surgiendo
a partir de 1997 y 1998. Los pibes a los 14 se suponía que se iban
y, al no tener a dónde ir, se quedaban en la puerta. Entonces, de a
poquito fuimos generando las áreas de jóvenes, que contaban con su
propio espacio de formación política. Y ahí surgió todo este vínculo
con el Movimiento Campesino Indígena, que fue una experiencia
también muy formadora para nosotros. Los jóvenes viajaban todos
los años al campamento latinoamericano, conocieron otras orga-
nizaciones, en algunas ocasiones viajamos otros con ellos. Y esto
aportó y enriqueció mucho la formación política, y la complejizó. Y,
además, permitió un cruce entre la vida en el campo y la realidad
del conurbano, y a los pibes y pibas los enriqueció y les abrió tam-
bién su mirada, y a los adultos también. O sea, fue muy interesante
escuchar, conocer y ver cómo estaban organizados. Además, esas or-
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Red El Encuentro
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Conversación con Ana Gravina
AG: Con toda la dificultad que hay. Otra cosa se me cruzó que te iba
a decir cuando hablábamos lo anterior, del tema del movimiento de
mujeres. En un momento hablábamos de las mujeres. Quería volver
un minuto con eso. ¿Puede ser?
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Red El Encuentro
113
Conversación con Ana Gravina
114
Red El Encuentro
MI: Es que, por otra parte, este tipo de experiencias dan cuenta de
una falta y esa falta siempre es el Estado, el que falta es el Estado.
AG: Sí, lo que también decimos es que, a esta altura del partido, no-
sotros no somos solo eso.
AG: Porque muchas veces te dicen: “No, lo que pasa es que, en realidad,
las organizaciones existen por lo que no hace el Estado”. No, nosotros
ahora lo que querríamos es hacer otras cosas y hacerlas diferentes, y
que los chicos coman con nosotros porque quieren y no porque, si no lo
hacen, no van a comer. Entonces, sería hermoso que los chicos puedan
elegir dónde quieren ir, que sus familias puedan elegir, que los chicos
115
Conversación con Ana Gravina
AG: Sí, sí, otra cultura organizativa, otra cultura en todos los planos.
Sí, estoy de acuerdo. Cuando vos contás que en los centros discu-
timos, por ejemplo, el presupuesto (entre otras cuestiones que dis-
cutimos), te miran como diciendo: “¿Ustedes hacen eso?”. Y sí, nos
consultamos. Hay un montón de cosas muy naturalizadas ya, casi.
Lo que no significa que no seguimos teniendo millones de conflic-
tos, por supuesto, como en todos los ámbitos, y que todo es en un
marco de absoluta injusticia y de pobreza extrema. El deterioro de
las personas ha llegado a un nivel muy grave y les niñes absorben
todo esto. Por ahí, en los centros los chicos y las chicas tienen crisis
tremendas de llanto, de angustia, de enojo, y eso tiene que ver con lo
que están viviendo. Porque es muy difícil lo que están viviendo: fami-
116
Red El Encuentro
117
Conversación con Ana Gravina
AG: En realidad creo que las personas están agotadas de vivir en es-
tas condiciones tan inhumanas. No sé si es el agotamiento al modelo
de la familia como organización.
118
Editorial
Cantamañanas
CONVERSACIÓN CON CRISTIAN WALTER,
MATÍAS JOVET Y RAMIRO ÁVILA CORSINI*
Fabián Acosta (FA): ¿Cómo arrancó este proyecto?
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Conversación con Cristian Walter, Matías Jovet y Ramiro Ávila Corsini
122
Editorial Cantamañanas
CW: En este punto podría decirte dos cosas. Una es cuando tuvi-
mos que renovar el contrato de alquiler, nos encontramos que se nos
fue a las nubes el monto. Entonces, nos planteamos ¿cerramos o no?
125
Conversación con Cristian Walter, Matías Jovet y Ramiro Ávila Corsini
126
Editorial Cantamañanas
CW: Creo que formamos parte de un todo que nos beneficia a todxs.
Cantamañanas está dentro de lo que son los espacios culturales, pe-
leándola. Pero a la vez, no nos consideramos una isla, no somos un
espacio cerrado y exclusivo. Somos una parte del todo. Estamos con-
vencidos de que la salida y la solución es colectiva. Entonces, creo
que somos un granito de arena importante en toda una comunidad
que surgió ajena a las movidas culturales de los municipios. Somos
espacios que surgimos como respuesta. Buscamos dar un aporte li-
terario a la región. Nuestra utopía, por la que trabajamos todos los
días, es ser una escuela de escritores. Queremos que San Miguel sea
un polo de escritorxs, independientemente si salen de Cantamaña-
nas. Y queremos que esto se replique. Queremos que todas las li-
brerías del conurbano vendan libros de editoriales independientes.
Y, además, nos nutrimos de otros espacios del territorio de mucho
laburo y que vienen resistiendo: La Herrería, Raíces, FM Tinkunaco,
entre muchos otros. Espacios que buscan aportar y nosotrxs creemos
que hacemos lo mismo. Surgimos como una necesidad. Al principio,
como una editorial para autopublicarnos y terminamos publicando
a otrxs autorxs. Después vino la librería virtual porque recomendá-
bamos libros y hacíamos de nexo entre editoriales independientes y
autorxs. Y luego, el espacio cultural donde dijimos vamos a aplicar lo
que sabemos y la gente que viene a Cantamañanas sabe, siente que
se puede dedicar a escribir. Entonces, todo eso surge a partir de una
necesidad que nos excedió y nos unió a todxs.
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Conversación con Cristian Walter, Matías Jovet y Ramiro Ávila Corsini
128
Editorial Cantamañanas
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Conversación con Cristian Walter, Matías Jovet y Ramiro Ávila Corsini
***
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Mutual
Primavera
CONVERSACIÓN CON MÓNICA MENDOZA*
María Iribarren (MI): Queremos preguntarte por los inicios del Pro-
yecto Mutual Primavera. ¿Cómo empezó? Sabemos que 2001 es un
año importante, que en ese momento se reúne un grupo de vecinos
para buscar una solución a un problema urgente que tenían ustedes
que consistía en conectar al barrio con el resto del territorio a través
del transporte público. ¿Qué condiciones tenía el barrio en el 2001
para que resultara sumamente necesaria la cuestión del transporte?
* Esta conversación se realizó por video llamada en agosto de 2020 y su versión escri-
ta fue revisada en octubre de 2020. Participaron en la conversación María Iribarren y
Matías Farías (Equipo de investigación de “Cartografía socioeconómica de la cultura
en el noroeste del Conurbano Bonaerense”) y Mónica Mendoza (Mutual Primavera).
Agradecemos a Mónica Mendoza la cuidada revisión y colaboración en la edición de
la versión escrita de esta conversación.
135
Conversación con Mónica Mendoza
medía 1,90 m y era un buen jugador de vóley, les propone a los gen-
darmes que lo dejen jugar para el equipo. “Si ganamos el campeonato,
me hacés el documento argentino y me dejás salir”. Y ocurrió que lo
dejaron jugar y ganaron el campeonato por primera vez en la historia.
Los gendarmes cumplieron con la palabra (esas cosas podían suceder
en esa época). Mi viejo sale a buscar trabajo y a empezar una nueva
vida lejos de toda su familia, en Posadas, donde conoce a mi mamá,
quien era prima hermana de Lino Oviedo, del Partido Colorado. Pero
como mi abuela materna era liberal, se vino con todos los hijos a Ar-
gentina. Entonces en Posadas se conocen, pero como no había trabajo
en Misiones, vienen para Buenos Aires, donde se casan.
Mi viejo era pocero, los que hacen los pozos ciegos. Cuando mi viejo lle-
gó a Primavera, empezó a construir en un terreno justo en el lecho de
la pendiente del arroyo Pinazo, nadie le dijo que tenía que rellenar. Us-
tedes saben que el distrito José C. Paz no tiene cloacas, todo el distrito
desagua por pendiente, por lluvia. En los años setenta, lo que hoy es el
barrio Primavera estaba catalogada como zona rural. Había una escue-
la que era una escuela rancho con salones de madera, y el patio era de
tierra. Y junto a la escuela estaba el centro comunitario de los curas.
Todos tomábamos la comunión y hacíamos la fiesta en ese centro, el
barrio estaba muy colonizado por los curas. De hecho, el cura vivía en
el barrio, en una casa que nosotros llamábamos la “casa de las monjas”.
Pasábamos mucho tiempo ahí, los paraguayos son muy católicos.
137
Conversación con Mónica Mendoza
MI: ¿Y entonces qué pasaba con los colectivos? ¿No llegaban al barrio?
MM: No, teníamos una Sociedad de Fomento que mi papá, con otros
vecinos, fundaron en los setenta, en el momento en que se arma el
tendido de la luz y el cruce de las calles. Y no había colectivos. Los
trabajadores, que como hoy en su mayoría eran trabajadores de la
construcción, o trabajaban en las fábricas de colectivos El Detalle, o
en la Ford, ambas por la línea de la Panamericana, tenían muchos
problemas para movilizarse, para ir a sus puestos de trabajo. Por
esos años, los años setenta, ERP toma el Barrio Primavera.
MM: Sí.
139
Conversación con Mónica Mendoza
140
Mutual Primavera
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Conversación con Mónica Mendoza
MM: No. Antes las empresas de colectivos tenían socios, vos eras
dueño de un colectivo y te asociabas con la empresa. Pero ese sistema
se desmanteló con el ingreso de las sociedades anónimas, con lo que
las empresas comenzaron a tener flota propia y choferes, nada más.
Entonces muchos choferes con colectivo propio se quedaron afuera y
nosotros los fuimos a buscar, les propusimos que se asociaran con el
vehículo a la Mutual. Y así empezamos, con esas tres unidades que
recorrían el barrio desde las 4 de la tarde a las 11:30 de la noche.
Transportábamos más o menos mil quinientos socios por día, estába-
mos muy cerca de lograr la cantidad de aranceles que necesitábamos.
Cada socio como tal tenía derecho a subir al colectivo, y pagaba un
arancel por el viaje. Como un club, donde pagás por ser socio y lue-
go aparte pagás para acceder a un servicio, por ejemplo, la pileta.
Muchos nos acusaban de que estábamos lucrando con ese arancel,
a pesar de declararnos como una Mutual sin fines de lucro. Era una
acusación absurda, pues con el arancel manteníamos el servicio y
generábamos puestos de trabajo.
Fue una lucha terrible con la Municipalidad. Aún hoy, cuando con-
seguimos charlar sinceramente, les digo con alguna ironía: “Ustedes
no nos apoyaron porque éramos mujeres”. El presidente del Consejo
142
Mutual Primavera
143
Conversación con Mónica Mendoza
MI: ¿Todos esos recursos salían de los colectivos? ¿Cuando decís que
llegaron a generar cerca de 600 empleos: a qué te referís específi-
camente?
MM: Una tarde, tipo seis de la tarde, en invierno, llegó una compañe-
ra corriendo a la Mutual, a los gritos, desesperada. Vio que se estaba
quemando la cola de uno de nuestros colectivos: le habían tirado una
bomba molotov. El colectivo iba vacío, el chofer había logrado salir.
El colectivo quedó completamente quemado. La verdad es que fue un
golpe muy fuerte para nosotros ver ese colectivo todo quemado. Y a
partir de ahí comenzaron las amenazas, tiros en nuestras casas, no
podíamos mandar más los chicos a las escuelas. El Barrio Primave-
ra estaba convulsionado, todo el mundo nos apoyaba. Anécdotas de
144
Mutual Primavera
ese día hay miles, miles. Días después, nos emboscaron por la zona
de COTO. Nos rodearon con infantería, con gendarmería, vinieron
colectivos de otras líneas, gente de la UTA con cables que parecían
cadenas. Nos golpearon y rompieron todos los colectivos, excepto uno,
que alcanzamos a rescatar y conservar. Mario Ishii no se hizo cargo
nunca de eso. Nunca. Duró tres meses nuestra experiencia con el
transporte público, con los colectivos. Comenzó el 1° de mayo y nos
destruyeron el 31 de julio del 2002. Nos quisieron desarticular como
organización, pero no pudieron: ya llevamos dieciocho años, no con la
misma fuerza tal vez que tuvimos con los colectivos, pero fue nuestra
revolución en el Barrio Primavera.
145
Conversación con Mónica Mendoza
chapita. Nuestra pelea no era solo con el Municipio, con todos peleá-
bamos. Por dar un ejemplo, nosotros pagábamos menos al chofer que
lo que le pagaba la empresa de transporte. ¿Pero cuál era la diferen-
cia? Que si al chofer le dolían los riñones tenía un compañero que lo
reemplace; que podía traer a su familia a formar parte de un montón
de actividades culturales que nosotros hacíamos; que para nosotros
ese trabajador tenía un nombre, un apellido, una familia; que si se
le caía el techo íbamos y se lo hacíamos de nuevo. En la empresa de
colectivos eso no pasaba. Por eso no era una batalla solamente econó-
mica, era política, cultural, porque los choferes tenían que elegir entre
un sueldo mucho más grande o la posibilidad de trabajar con los sa-
larios que podíamos pagar (y hubiéramos podido pagar mucho mejor
si seguíamos creciendo como lo hicimos durante esos tres meses) pero
en un contexto muy distinto al que te ofrecía la empresa en términos
de calidad de vida y de inscripción en una trama colectiva. ¡Qué sé yo!
Nosotros llegamos a hacer un concurso de barriletes donde los chofe-
res, los padres de los pibes, hacían los barriletes con sus hijos. Y llega-
mos a remontar 700 barriletes en el cielo de Primavera. Lo que pasa
que en ese momento no teníamos ni cámara para sacar foto. Y ese
proyecto, el nuestro, no tiene nada que ver con la empresa capitalista.
O teníamos el caso de un pibe en el Barrio Primavera que tenía que
operarse de leucemia, y en tres días le juntamos con las moneditas, en
una alcancía que poníamos en los colectivos, para ayudar a juntar el
dinero para que se opere. Ese chico sigue viniendo a la Mutual.
Entonces no solo nos peleábamos con el Municipio, sino que también
con todas las estructuras que nos rodeaban. Y no teníamos idea de
aquello a lo cual nos enfrentábamos hasta que vivimos en carne propia
las amenazas, los golpes, el dormir con miedo. Para la Mutual fue un
146
Mutual Primavera
MI: Y entonces…
147
Conversación con Mónica Mendoza
culada con la escuela de oficios de acá, pero se hizo. Allí lo que hicimos
fue armar una cooperativa de trabajo, en paralelo a lo que habíamos
armado con los colectivos. Era un banco de horas de trabajo y herra-
mientas. Cuando tuvimos que aceptar los planes Jefes y Jefas (y lo
tuvimos que hacer porque nos quedamos sin ingresos), lo hicimos bajo
lógicas no asistencialistas. Nosotros creemos en los subsidios, pero no
somos asistencialistas, no queremos que el Estado nos asista para no
hacer nada. Entonces inventamos el salario social, que era el Plan que
se cobraba a través de la Mutual, e incluía la comida para cada fami-
lia, más la capacitación en oficios. Capacitamos mucho, conseguimos
con enorme esfuerzo que muchos compañeros se matriculen en sus
oficios. Porque enseguida nos dimos cuenta de que el electricista que
sabía, el tipo que sabía todo era el que menos dinero se llevaba, porque
se lo llevaba el electricista matriculado que ponía la firma. Lo mismo
con el gasista. Entonces armamos un montón de cooperativas para que
tengan sus firmas, sus matrículas. Hicimos mucha instalación de gas.
Casi las tres cuartas partes de la instalación de gas del Barrio Prima-
vera las hicimos nosotros, y en Cuartel V hicimos casi toda la instala-
ción de gas domiciliaria. Me refiero a la domiciliaria, porque había otra
cooperativa que realizaba la conexión que iba por fuera, junto con la
empresa de gas. Eso generó también mucho sueldo.
Armamos en base a esta experiencia una administración conjunta.
Cada área (textil, construcción, gas) contaba con sus ingresos, pero to-
das las áreas rendían a una administración central que repartía para
todos el mismo salario. No había problema con eso. Y, como decía an-
tes, armamos un banco de horas, herramientas, materiales y servicios
(ahí teníamos ventanas, ladrillos, de todo, la gente nos las donaba). De
modo que si ante un trabajo que hacíamos alguien no podía pagarlo,
148
Mutual Primavera
MM: Sí.
MI: Una de los aspectos bien interesantes del proyecto es lo que ha-
cen con el barrio. Una manera de tejer, de construir cultura alrededor
del trabajo. Me parece que hay un tejido cultural en esta experiencia
y que tiene que ver con una comunidad que se pone de acuerdo para
solucionar, en principio, el tema del transporte pero después el tema
del trabajo en la comunidad, y después el tema de ponerle gas a los
vecinos, y eso es una trama cultural.
MM: Un detalle para nada menor en todos estos trabajos que te estoy
nombrando es que no había diferencias sexistas o binarias. Teníamos
compañeras que eran maestras mayores de obra, hacían el pastón,
no había diferencias. Y también dejamos marcas, huellas. El otro día,
al subir a un colectivo, el chofer me saluda y yo no lo reconocí. “¿Te
olvidaste de mí, Mónica? Soy Marcelo”. Era un vocero que eligió ser
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Conversación con Mónica Mendoza
MM: Sí, no puedo decir que no. Conocí muchísimos compañeros den-
tro del kirchnerismo, muchísimos compañeros de múltiples proce-
dencias. Mi mejor amigo y compañero es chileno, su papá estuvo con
Allende, imaginate. Con mi hermana discutimos mucho porque yo
soy admiradora del Che, aunque también soy crítica, como feminista,
del comunismo. Me gusta mucho Fidel, creo mucho en la Cuba libre.
150
Mutual Primavera
MM: No, creo que el que cosió eso fue Néstor. Cristina es una lí-
der indiscutida, pero el que estaba acá era Néstor. Cuando armó
la transversalidad nos juntó a todos, yo estaba muy cascoteada y
renegada del peronismo, pero él nos dio lugar a todos. Y lo más im-
portante de todo: nos abrió lugares en los distritos, acá mismo, con
el intendente. Hay una realidad de la cual estoy orgullosa y es que
el intendente nos tiene que bancar a nosotros, no al revés. Él nos
tuvo que aceptar en la estructura, y hoy tengo un lugar pero por un
trabajo autogestivo que hicimos.
151
Conversación con Mónica Mendoza
baño compartido, casi nos queman el salón. Los padres, los chicos nada
que ver. Los juguetes, por ejemplo, están mezclados, las nenas pueden
jugar con los de los varones. Tampoco tiene divisiones por edades, ni la
obligación de formar en fila. Plantamos la bandera argentina, la ban-
dera de ceremonia, pero también la Whipala, un día vino un miembro
de la comunidad Qom para contarles a los chicos el significado de sus
colores. Festejamos, por supuesto, el Día de la Pachamama.
Este año este proyecto está complicado. Porque somos un Jardín co-
munitario sin subsidio. El jardín cobra 1000 pesos por mes, pero en
el jardín los chicos desayunan, almuerzan, están 8 horas. Y de este
aporte salen los salarios de las docentes. Hay un trabajo muy grande
de las jóvenes que se recibieron en el Instituto Juana Manso, y que
hoy son nuestras maestras jardineras. El año pasado ganaron un
premio del Consejo Escolar porque los chicos jugando salen del Jar-
dín sabiendo leer. Y aprenden jugando.
Articulamos con las dos escuelas del barrio para acompañar el pa-
saje de jardín al nivel primario. Es una experiencia donde se arma
quilombo, los chicos se mezclan, no hacen filas entre nenas y nenes.
Entonces las maestras de primaria se enojan con nosotros, tuvimos
una charla alrededor de este asunto. Cuesta mucho, pero las cosas
se van modificando. Una vez, hace tiempo, estaban las maestras del
Jardín organizando una fiesta, me llamaron a mí para que vea la
decoración: habían puesto al Pato Donald, Mini y Mickey. ¡Casi me
muero! “¡Ahí va Zamba!”, dije, y empezamos a cambiar todo. Tuvimos
que hacer un trabajo para que se entienda lo que queríamos transmi-
tir. Y así el año pasado, como decía, sacaron un premio por el modo
en que el Jardín prepara a los chicos para el primer grado.
Eso nos puso en cierta dificultad, porque todos quieren enviar a sus
niñes al Jardín. Pero en estos años abrieron un jardín público en el
152
Mutual Primavera
Hubo uno que nos dio mucho, la primera pizza libre del Barrio Prima-
vera. Todos los miércoles y sábados a la noche hacíamos pizza libre
con show. Para el show invitábamos a cualquier artista del barrio. Así
toque el bombo. Era todo un éxito, la gente se enteraba que había un
153
Conversación con Mónica Mendoza
artista y llenaba el lugar. En esa pizzería nace ese grupo de teatro que
estudia con el Culebrón Timbal, Los Patos Negros. Tenían una obra
con un personaje que se llamaba el intendente “Asha” y el otro perso-
naje se llamaba “Curatuti”. En la obra del “intendente Asha” los per-
sonajes reclamaban por las calles que estaban en tal mal estado y la
ambulancia que no entraba al barrio. Se enojó el intendente, que nos
mandó a decir que levantemos la obra. Pero nosotros le respondimos
que no estábamos en la época de la dictadura, que no cabía censura
alguna y que la obra era parte de nuestro proyecto de teatro, de nues-
tra pizzería, y en definitiva nuestro modo de invertir. La obra fue tan
popular, la veía todo el mundo, todos los sábados la pizzería se llenaba
de gente. Luego, llevamos distintas obras de teatro a escuelas, la mi-
tad de lo recaudado iba para la cooperadora de cada establecimiento.
En esa misma época, 2009, 2010, inauguramos un centro, El Cruce,
donde teníamos un lavadero, un lubricentro y una gomería enorme,
cinco puestos de trabajo: el mecánico, el gomero, el aceitero, el tapi-
cero, el lavador de auto, una cadena de producción al servicio del con-
sumo. Presentamos ese proyecto y fue aprobado. Y trabajamos con
eso mucho tiempo. Eso también fue el kirchnerismo, la posibilidad
de que esas cosas funcionen. Pero con sus límites, pues a nosotros lo
que nos falta es que nos enseñen a trabajar con deudas en el banco
como trabajan todas las empresas, sin que esas deudas superen el ca-
pital que tenemos invertido. Porque nosotros trabajamos al contado
y al día, y al no tener ningún tipo de jefe, la Mutual es consumidor
final, no podés deducir ninguna carga impositiva. En consecuencia,
no tenemos proyección financiera. A lo pobres no nos gustan las deu-
das, nos pesa. Pero la paradoja es que para tener éxito en el mundo
financiero, con el concepto de la economía social, tenés que endeu-
154
Mutual Primavera
MM: Si, tuvimos microcrédito. Fuimos los primeros y los únicos acá
en José C. Paz en usar el microcrédito, con eso implementamos pro-
gramas como “Mejor Vivir”, refaccionamos viviendas. También con
el Procrear. Sí, con estas líneas pudimos sostenernos durante un
buen tiempo.
155
Conversación con Mónica Mendoza
MM: Sí, yo creo que siempre fuimos una organización muy respetuo-
sa de lo ancestral…
MM: Que tenemos claro de dónde venimos. Y eso tiene mucho que ver
con que somos todos del interior de la provincia, del interior del país.
En estos territorios todavía subsiste la importancia de la procedencia,
por eso nosotros hacemos tanto hincapié en la Pachamama, en nues-
tra Madre Tierra, en aquellos componentes ancestrales que respetan
la imagen de la mujer más allá incluso de que sea dadora de vida.
Reivindicamos también la historia de las mujeres en la política argen-
tina: Juana Azurduy, Macacha Güemes, Madres y Abuelas de Plaza
de Mayo. En base a este posicionamiento, Mutual Primavera ofrece
156
Mutual Primavera
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Conversación con Mónica Mendoza
158
Mutual Primavera
el barrio con los pibes. Lo digo porque a veces hay dirigentes en José C.
Paz que se piensan porque ponen un cine gigante, muy hermoso, que
costó mucho dinero, todo el mundo lo tiene que aplaudir y tiene que ir
a verlo. Y eso no es cultura, eso es preventa. Hoy nos sacamos 150 mi-
llones de fotos y mostramos la cantidad de pibes que hay, ¿quién no va
a venir? Como el Día del Niño, el Día del Niño es una locura. Solo fotos
hacen y eso no es el Día del Niño. Hablen un poco de las infancias, de
los cambios de las infancias. Discutamos qué significa ser un niño hoy,
qué es un infante, cómo se respeta esa niñez, su forma. Nosotras cree-
mos que hay que dar estas discusiones, teniendo vocación de poder.
Creo que esa es la diferencia.
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Saturno 5
CONVERSACIÓN CON FERNANDO MONTEMARANI*
Ricardo Esquivel (RE): ¿Cómo y cuándo empezó Saturno 5?
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Conversación con Fernando Montemarani
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Saturno 5
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Conversación con Fernando Montemarani
algo. Porque si no, uno nunca materializa esas cosas que tiene en la
cabeza. Acá los guiones que se escriben son discutidos y aprobados
por todo el equipo, el escritor cuenta con el apoyo de sus compañeros
y también colaboran los participantes del taller de fotografía.
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Saturno 5
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Conversación con Fernando Montemarani
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Saturno 5
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Conversación con Fernando Montemarani
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Saturno 5
FM: Yo estuve quince o veinte años sin hacer nada, porque después
de trabajar donde trabajé y ver la cantidad de equipamiento que se
necesitaba para llevar adelante algo, pensaba que no se podía hacer
nada sin fierros, sin guita para pagar a la gente, etc. Eso provoca que
no hagas nada y esa es la gran trampa que te impone el mercado: el
mercado te condiciona y te dice que vos no podés hacer nada, porque
no tenés los requerimientos técnicos. Pero en realidad, lo que impor-
ta es el hecho artístico, que es mucho más importante que la mejor
cámara del mundo, el mejor estudio del mundo… Porque ese hecho
artístico, que vos no grabaste en el momento, se perdió. Por eso es
tan importante el archivo y todos se desviven por tener material de
archivo. No digo que hay que estar grabando todo el tiempo a todo
el mundo, no soy un fisgón, lo que quiero decir es que si vos pensás
“uy, con esta camarita berreta no voy a grabar este corto”, tal vez no
lo grabes nunca en tu vida. Porque hay que atrapar la visión de ese
momento y aprovechar la energía para hacer cosas, porque la vida te
atropella y después terminás súper ocupado con tu familia o porque
tenés que cuidar a tus viejos o con el laburo que te come diez o doce
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Conversación con Fernando Montemarani
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Saturno 5
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Conversación con Fernando Montemarani
FM: Creo que fue cuando hicimos algo juntos con Siwomat, una ban-
da de Berlín que vino y tocó en el living de casa, hizo una gira y, para
terminar, tocó en el living de Saturno 5. Para nosotros fue maravi-
lloso, muy hermoso eso. Pero la adrenalina que te genera, que todo
salga bien, que no falle nada, porque no sabés qué puede pasar…
Y también me parece un desafío cuando le damos la cámara a al-
guien que está aprendiendo y hay que grabar en vivo y le decimos lo
que tiene que hacer y lo dejamos solo… Es todo un tema, ¿viste? Vos
ves la cara de cagazo de ese sujeto, es alucinante, es como cuando de-
174
Saturno 5
butás en Primera y está toda la tribuna gritándote… Creo que los dos
tenemos alma de profesores. Queremos que se metan, que se equivo-
quen… Y si sale mal, sale mal. Nosotros siempre nos equivocamos,
pero siempre se puede rever, en la edición se arregla.
RE: Saturno 5 da para rato, porque están haciendo lo que les gusta,
son libres… ¿No tuvieron algún momento en el que dijeron que quizás
era mejor terminar, cerrar un proyecto que demanda tanta energía?
175
Conversación con Fernando Montemarani
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Las organizaciones
del NO
CONVERSACIÓN CON FERNANDO MONTEMARANI*
ASOCIACIÓN CIVIL EL ENCUENTRO
179
ASOCIACIÓN CIVIL SOCIAL Y CULTURAL “EL CULEBRÓN TIMBAL”
CANTAMAÑANAS
Tel 11 6695-9822
[email protected]
www.cantamanianas.com
Twitter, Facebook e IG: @edcantamanianas
FM TINKUNACO
180
Las organizaciones del NO
SATURNO 5
[email protected]
YouTube: youtube.com/channel/UC6y6LIkqVv8A_0NoDQF31mQ
Twitter: @saturno5video
IG: @saturno5audiovisuales
Facebook: saturno5audiovisuales
181
Este libro reúne entrevistas a compañeras y compañeros de Culebrón
Timbal, Sofovial, FM Tinkunaco, Red El Encuentro, Editorial Cantamaña-
nas, Mutual Primavera y Saturno 5, siete colectivos que han contribuido
a definir una cartografía política y cultural singular del conurbano bo-
naerense, con base en el NO. Se trata de una cartografía indiciaria, no
exhaustiva, que invita a las y los lectores a seguir las huellas de otras
redes que, en conjunto, dinamizan la trama social de esta región de la
provincia de Buenos Aires.
Realizadas entre 2017 y 2020, las conversaciones permiten reconstruir
la trayectoria de organizaciones culturales con una fuerte impronta au-
togestiva y comunitaria, que se expande hacia la educación popular y la
contención social. Aunque diversos, estos proyectos se interconectan
y retroalimentan en la resignificación del espacio territorial y la dimen-
sión comunitaria, bajo la premisa común “hacer con otros”.
En síntesis, las voces que recoge este libro dan cuenta de una cultura
popular activa y compleja, robustecida por la reflexión crítica colectiva
sobre sus propias prácticas. Secuencias en las que conviven las inter-
venciones vanguardistas, el fragor de las murgas, la reelaboración del
cine de la base, la comunicación comunitaria en clave freireana, el femi-
COLECCIÓN HORIZONTES I+D+i
I+D+i
Instituto de Estudios para el Desarrollo
Productivo y la Innovación (IDEPI)